Modamodesta Jorge Chile
Modamodesta Jorge Chile
Modamodesta Jorge Chile
Resumen
El presente artículo propone reflexionar sobre los estudios del hiyab, desde una
perspectiva teórica híbrida instalada desde las actuales indagaciones en torno a las
vestimentas religiosas islámicas. Encabezada por las obras de las académicas
Emma Tarlo, AnneliesMoors y Reina Lewis, que han surgido en la intersección
de la antropología del islam, el estudio de la cultura material y la categoría misma
de ―fashion islamic‖. Se busca subrayar la multiplicidad conceptual del
recato/modestly, en sus cambiantes significados dentro del espectro islámico.
Visibiliza la coexistencia de múltiples percepciones, en torno a la moda/recatada,
dentro del mercado religioso de vestimentas islámicas como esferas no
mutuamente excluyentes. Como tal, se enmarca en las discusiones académicas
denominadas post-seculares, expuestas por Talal Asad, quien ha hecho hincapié
en la interdependencia de lo religioso y lo secular. Se pretende examinar las
actuales miradas sobre los velos/hiyab islámicos desde propuestas teóricas
emergidas de los estudios de la moda islámica, la antropología visual y la
sociología de la religión generadas por las obras de Keane, Houtman y Meyer.
Resalta un espacio particularmente valioso de análisis en el que se anudan
interrogantes nacidas de los mercados religiosos actuales, los estudios de género,
las distinciones sociales y los estudios étnicos. Busca superar el énfasis en las
vestimentas femeninas islámicas que sólo centra su atención tanto en los
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Los autores conservan sus derechos
La moda islámica modesta; una propuesta multisensorial entre el estilo de recato y la fe mediadora 217
Abstract
The purpose of this paper is to explore the studies of the hijab, from a hybrid
theoretical perspective installed from the current research on Islamic religious
clothing. Headed by the works of the academics Emma Tarlo, Annelies Moors
and Reina Lewis, who have emerged between the intersection of the
anthropology of Islam, the study of material culture and the very category of
"fashion Islamic". It seeks to underline the conceptual multiplicity of modesty, in
its changing meanings within the Islamic spectrum. Highlighting the coexistence
of multiple perceptions, around fashion / demure, within the religious market of
Islamic clothing as non-mutually exclusive spheres. As such, the paper is framed
in the academic discussions called post-secular, exposed by TalalAsad, who has
emphasized the interdependence of the religious and the secular. It is intended to
examine the current views on Islamic veils / hijabs from theoretical proposals
emerged from studies of Islamic fashion, visual anthropology and the sociology
of religion generated by the works of Keane, Houtman and Meyer. A
particularly, space for analysis where questions are drawn from the current
religious markets, gender studies, social distinctions and ethnic studies. Seeking
to overcome, the emphasis on Islamic women's clothing focuses only on colonial
discourses as well as debates related to national identities.
Keywords: hijab, Islamic diversity, public sphere, secularism.
en las sociedades del mundo. De ahí que sea principal examinar las definiciones
de moda que hacen referencia a la constancia en el cambio, cuando se elige entre
una variedad de opciones; por ejemplo,
En español, la palabra moda proviene de la palabra latina modus, que
servía para significar, en un sentido amplio, una elección - o un sistema
regulado de elecciones - de acuerdo con ciertos criterios o gusto. En
inglés, la etimología de la palabra moda sigue su origen latino de factio y
el verbo facere, por lo que indicaba el atributo de elección. Además, en
este sentido, el concepto de moda está relacionado con el de estilo: en
español, decir que algo está ―de moda‖ es sinónimo de decir que algo
―se estila‖; y de manera similar, la moda en inglés puede considerarse
un sinónimo de un estilo o forma de (en términos de una manera de
hablar, que también corresponde a la expresión francesa façon de parler).
Si bien ―estar de moda‖ y ―estar de estilo‖ pueden coincidir en sus
significados, es posible separar dichos conceptos de estilo y moda
precisamente porque entendemos que la moda tiene un carácter
temporal y de corta duración. Entonces, mientras que el concepto de
moda representa opciones particulares que cambian sin dificultad y
están sujetas a innovaciones continuas, el concepto de estilo hace
referencia a un sistema estable de elecciones. Estas condiciones de
duración y estabilidad que caracterizan el concepto de estilo nos serán
útiles en reflexiones posteriores (González y Bovone, 2012: 95,
traducción propia).
En efecto, las múltiples definiciones de la moda han centrado su atención en
áreas de manifestaciones contemporáneas. En primer lugar, las categorías más
comunes para la definición de moda parten de la cultura material relacionada
con la decoración corporal, porque se relaciona la moda con un aspecto
importante de las sociedades contemporáneas:, el uso de objetos de consumo, y
las elecciones para comunicar las percepciones personales sobre el lugar de cada
uno en la sociedad. En otras palabras;
Moda es un término general que puede referir a cualquier tipo de cambio
sistémico en la vida social, en la arquitectura o incluso en la academia; el
―sistema de la moda‖ en lo que se refiere a la vestimenta se refiere a una
disposición particular de acuerdos para la producción y distribución de
prendas de vestir [...] un sistema particular y único para la producción y el
consumo de vestimentas que nació de los desarrollos históricos y
tecnológicos en Europa (Entwistle, 2000: 45, traducción propia).
que decidieron conscientemente adoptarlo. Para algunos, este nuevo velo nacido
desde la década de 1970, expresaría su afinidad con los movimientos islamistas,
implicando un posicionamiento político-religioso contra la cultura occidental y
una crítica frente a los regímenes autoritarios locales en países como Egipto (El
Guindi, 1981), Turquía (Gole, 1997), Líbano (Deeb, 2006) o Indonesia
(Brenner, 1996). Sin embargo, estos nuevos estilos de hiyab serían parte de un
movimiento más amplio de piedad musulmana, que habría surgido en respuesta
a la creciente secularización de la vida cotidiana (Mahmood, 2011).
Estas nuevas conceptualizaciones de “vestimenta modesta” y/o “fashion islamic”
proponen una nueva comprensión de los nuevos estilos que mujeres urbanas y
rurales más pobres habitualmente usaban. Proponiendo inicialmente un avance
en la comprensión del uniforme estilo sobrio, que muchos esperaban que
acabaría con las distinciones sociales producidas entre las sastrerías de sectores
de la elite musulmana y los sectores de menos poder adquisitivo (Kandiyoti &
Saktanber, 2002; Sandikci & Ger, 2010). Ejemplo de lo anterior se expresaría en
países como Turquía y Egipto, donde a mediados de 1980 comenzaría el uso de
abrigos anchos y sueltos en combinación con velos grandes que cubrían todo el
cabello, así como el pecho y la parte superior de la espalda. Tales estilos se
propagarían lentamente hacia Europa entre los musulmanes, que de igual
manera se sintieron atraídos por una renovación islámica, ya que dentro de un
espectro secular se fusionarían la noción liberal de la autonomía individual con
la noción islámica de la intencionalidad, que insiste en que la sumisión a Dios
debería ser un acto voluntario.
Sin embargo, en la década de 1990, los nuevos estilos de vestimenta islámica
fusionaban la autonomía individual y con ella una nueva forma de distinción
social, con la modestia voluntaria nacida de la intencionalidad personal y
consolidarían lo que se conoce como la moda islámica. En muchos casos, estos
estilos de vestir a la moda reemplazaron las formas simples, austeras y
deliberadamente anti-moda del atuendo islámico, inicialmente favorecidas en la
década de 1980. Puesto que las prácticas en los movimientos de renovación
islámica concernidas por la llamada fashion islamic reflejarían un cambio de una
posición radical y anti-consumista hacia una postura reformista e
individualizadora; con identidades producidas cada vez más mediante consumo
personal (Kandiyoti & Saktanber, 2002). En efecto, la aparición de la cultura del
consumo islámico generó una mayor heterogeneidad de estilos de vestimentas
islámicas, atractivos y atrayentes para las mujeres jóvenes musulmanas de mayor
poder adquisitivo (Sandıkcı & Ger, 2007). Los procesos de estetización y
personalización llevaron a la aparición de trajes islámicos muy de moda, y
compañías especializadas en producir tal ropa para consumidores religiosos
(Sandikci & Ger, 2010).De ahí que las investigaciones sobre ciertas prendas
musulmanas han indicado que las formas en que las mujeres adquieren
determinados artículos de vestimenta, ya sea como obsequios, recuerdos o para
eventos específicos, también producen apegos particulares y vinculan prendas
de vestir a personas y lugares (Woodward, 2007).
Todo lo anterior, ha llevado a pensar el uso de hiyab como una producción de la
subjetividad, más allá del debate sobre las ambigüedades de hasta qué punto el
vestido oculta o revela los estados internos, o posiciones políticas. De ahí que
debamos reflexionar ineludiblemente en la importancia de lo multisensorial, en
diálogo con las cualidades hápticas o táctiles de particulares fibras y tejidos, así
como los recuerdos asociados a éstos (Tarlo, 2004; Ünal & Moors, 2012).Tal
compromiso táctil es particularmente evidente cuando las personas están
involucradas en la manipulación hábil de tela como es el caso con los pañuelos,
que literalmente tienen que ser torcidos, envueltos e inducidos a formas
particulares. En definitiva, las materialidades algunas veces permanecen
empotradas por razones que se refieren menos a consideraciones estéticas o a la
última tendencia de la moda que a la vida social en las que están inmersas.
Proponer una metodología de investigación que ponga la atención en cómo y
por qué las personas adoptan formas particulares de vestimenta en contextos y
ubicaciones particulares también es importante para capturar el carácter
multisensorial de la vestimenta islámica, que ha sido llevada a cabo en estudios
en la India sobre el Sari (Banerjee, Miller, & Dixie, 2008).Sin embargo, en los
estudios de prácticas del vestir islámico, la atenciónsehacentradomás en la
visibilidad misma del objeto (Gole, 1997; Sandikci&Ger, 2010) y en miradas
particulares que llaman la atención sobre la crítica pública a las mujeres que se
visten de manera visiblemente islámica (Tarlo, 2010).En resumen, estos autores
se alejan del mero análisis visual y pasan al táctil, respondiendo a las críticas de
los análisis que sólo se centran en la mirada con el fin de apreciar la dimensión
multi-sensorial de telas y fibras en la elección de las vestimentas modestas y
poniendo en práctica las nociones relativas a somaesthetics, en que lo sensorial se
considera junto con la apreciación visual (Shusterman, 1999).
Aun siendo que la presente línea investigativa no ha sido profusamente
desarrollada en Latinoamérica, varios académicos latinoamericanos han
pesquisado asiduamente las comunidades musulmanas en Argentina
(Montenegro, 2015; Salinas, 2015), Brasil (Chagas, 2006, 2009; da Rocha Pinto,
2005, 2011; Ferreira, s/f; Montenegro, 2000, 2014; Montenegro, 2013) y México
(de María y Campos, 2011), y han consolidado y dispuesto las bases para
posteriores propuestas investigativas, en las múltiples áreas que se
Como una joven que recién utilizaba velo, mis cardigans, túnicas largas
hasta los muslos y pantalones vaqueros eran casi mi uniforme. Todo lo
que poseía venía con el mismo estilo (color sólido normal, denim de
pierna ancha y tus típicos mini vestidos de cintura imperio con
estampado de satén/gasa de la tienda Forever 21) con ligeras
variaciones de color, viendo pocas posibilidades de mezclar cosas
mientras me mantenía en un estilo modesto. No es sorprendente
entonces, cuando comencé a reinventar mi estilo, que las túnicas
fueron las primeras en irse. Pasaría mucho tiempo antes de que me
sintiera completamente cómoda con ellas nuevamente (y luego, nunca
con mis vaqueros y cardigans). Puesto que, las túnicas son bastante
fáciles de usar para las mujeres que utilizan velo, por lo general, son
menos dramáticas que las faldas largas o los vestidos fluidos, por lo
que son perfectas para la escuela o la universidad [...]. A continuación,
se muestran tres prendas con apariencia completamente diferente que
he usado últimamente, cada una con tops largos y pantalones (¡Ah!, y
descubrir tiempo después la yuxtaposición de estas piezas y la
utilización de pieza de piel sintética) (Imaan, 2013)
En consecuencia, al combinar elementos de estilos existentes que producen
nuevos significados, ejercitan su disposición a fisurar discursos dicotómicos,
mientras simultáneamente se alinean con la estética de la improvisación,
característica de los estilos callejeros, y contemporáneos en general. Como las
tiendas favorecen y ofrecen una rápida rotación de productos, a menudo las
hiyabis se encuentran haciendo visitas regulares a tiendas de moda, lo que a su
vez contribuye a su conciencia de fe (Haute Hijab, 2017).
En particular, los diversos espacios virtuales de discusión sobre vestimenta
islámica modesta se han convertido en una densa red de medios de
comunicación social, que incluye vídeos de YouTube, tutoriales de hiyab, blogs
de moda islámicos, foros de discusión islámica, páginas de auto formación
religiosa, etc., que presentan una gran variedad de discursos y estilos sobre
maneras aceptadas de vestimenta islámica, proveyendo una enorme literatura de
consejos y comentarios sobre diferentes formas de vestirse acorde a los
principios islámicos. Fisuran así tanto a los discursos convencionales de la moda
y la relación entre la estética y la convicción personal, como a algunas esferas
conservadoras dentro de las comunidades islámicas (Akou, 2007, 2010; Lewis,
2013b; Tarlo, 2010, 2013; Tarlo&Moors, 2013).
¿Es fácil usar hiyab en el sur de Texas? No, porque no es considerado una ciudad
cosmopolitita como Houston, Nueva York, o Miami donde hay diferentes
etnicidades y la gente está acostumbrada a convivir con las diferencias, Como
musulmana, usar el hiyab no es solo mi decreto de sumisión a Allah, pero también el
símbolo de mi religión y de los valores que represento. Usar el hiyab para mí es una
responsabilidad que indica estar en constante aprendizaje de mi religión para poder
responder las preguntas de la gente curiosa. Usarhiyab es para mí una motivación
para acercarme al conocimiento y compartirlo por medio de ―Dawah‖. Pero gracias a
Allah que todo lo sabe, el hiyab también es una disciplina en comportamiento. El
hiyab me ha servido de constante recordatorio de que tengo que comportarme de la
forma más humilde, paciente, y modesta que pueda (Oumoussa, 2017).
En otras palabras, una arista de investigación será comprender la virtud religiosa
no como externa a la moda, sino socialmente integrada a la misma, lo cual
posibilita nuevas prácticas del vestir y uso como una extensión de la práctica
religiosa, desplegando, relaciones entre la estética y la convicción religiosa que
coexisten en un estado de tensión; inclusive cuando algunos ven la moda como
un medio por el cual los valores islámicos se diluyen, distorsionan o
malinterpretan, ya que comprenden las prácticas de moda islámica como un
discurso anti-moda o anti-consumismo. De ahí que la utilidad metodológica del
término anti-fashion anudaría los discursos en términos de gustos,
preocupaciones estéticas y experimentación, con críticas islámicas entorno a la
moda: discursos que se centran en cómo las ideas de la modestia, la piedad y la
moderación, el desprestigio, la sexualización, etc., en definitiva, cohabitan con
una combinación de impulsos individualistas, de distinción social, capital
simbólico y ética religiosa. De hecho, Finkelstein comprendería que las prácticas
relacionadas con la moda son una apuesta de poder en términos de
subjetivación, de la autonomía individual y la libertad de expresión. En palabras
de Finkelstein:
El énfasis que la vida urbana da a las apariencias concentra su atención en las
tendencias de la moda. Esto hace de la moda un poder disciplinario en el
sentido foucaultiano, ya que obliga al cuerpo a moldearse y reorganizarse de
acuerdo con las expectativas sociales en constante cambio. […] La noción de
Foucault del cuerpo dócil muestra cómo los elementos de los estilos de vida
que sigue las tendencias de la moda, incluyendo los hábitos urbanos de leer
revistas sobre moda, participar en prácticas de escultura corporal como la
dieta, ejercicios de gimnasia, cirugía estética e internados periódicos en salud,
programas de pérdida de peso: son todas técnicas para transformar el cuerpo
en una mercancía. El cuerpo se convierte en un espacio de innovación
estética, y al igual que el automóvil familiar, está sujeto a actualizaciones
periódicas. Rediseñar el aspecto de una mercancía es darle una nueva
CONCLUSIONES
En síntesis, las propuestas desarrolladas aquí buscan aportar introductoriamente
a las aproximaciones sobre los usos del hiyab dentro de la moda islámica en su
estrecha conexión con la identidad y el mercado religioso. Presentando
investigaciones que dejan entrever los límites investigativos del presente objeto
de estudio, en el cual su uso/consumo presenta una multiplicidad de
expresiones y prácticas, siendo común la aceptación de acepciones generalizadas
para explicar las relaciones entre lo que se viste y la auto presentación, puesto
que, la potencialidad de prácticas concernientes a las vestimentas islámicas, ha
permitido al consumidor y con ella a la identidad, eludir relaciones sociales
basadas en la comunidad religiosa, de clase o étnica que son más estrechas, y
apunta hacia una comunidad religiosa global.
Por esta razón, resulta extraño observar el vacío analítico sobre los blogs,
páginas web y chat virtuales que se encuentran insertos dentro de las prácticas
de las comunidades islámicas latinoamericanas que proveerían materiales
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