La Honestidad

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La Honestidad: Es aquella cualidad humana por la que la persona se

determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la


auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida
ella misma))
Gratitud: Muchas veces se estima que de todos los sentimientos
humanos, el más efímero es la gratitud. Quizás haya algo de cierto en
esta aseveración. Ya que el saber agradecer es un valor en el que
pocas veces se piensa. Tradicionalmente nuestras abuelas nos lo
decían "de gente bien nacida es ser agradecida".
La Puntualidad: El valor que se construye por el esfuerzo de estar a
tiempo en el lugar adecuado.
Sinceridad: A veces, atravesamos malas experiencias... ¿Alguna vez
has sentido la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que
descubre un engaño o una mentira?. El sentirnos defraudados
provoca incomodidad, esta experiencia nos lleva a procurar que
nunca nos suceda lo mismo, y a veces, nos impide volver a confiar
en las personas, aún sin ser las causantes de nuestra desilusión.
La Responsabilidad: La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es
fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su faceta
negativa: la vemos en el plomero que no hizo correctamente su
trabajo, en el carpintero que no llegó a pintar las puertas en el día que
se había comprometido, en el joven que tiene bajas calificaciones, en
el arquitecto que no ha cumplido con el plan de construcción para un
nuevo proyecto, y en casos más graves en un funcionario público que
no ha hecho lo que prometió o que utiliza los recursos públicos para
sus propios intereses.
Familia: Cuando hablamos de familia hacemos referencia a un
grupo humano que convive y comparte un mismo espacio. De esta
forma, se hace explícita la importancia de la manutención, el respeto,
los cuidados y la educación de todos sus miembros. En este sentido,
el objetivo es descubrir la esencia que hace a la familia el lugar ideal
para forjar los valores, y de esta forma, alcanzar un modo de vida
más humano y tolerante, que luego será transmitido a la sociedad
entera.
Decencia: Constituye aquel valor que nos hace conscientes de la
propia dignidad humana, a través de él los sentidos, la imaginación y
hasta el propio cuerpo son resguardados de la morbosidad y al uso
promiscuo de la sexualidad.
Solidaridad
Aprender: Solamente a través del aprendizaje, las personas
obtenemos un conjunto de habilidades y conocimientos que nos
proveen las herramientas para resolver todo tipo de problemas.
Aprender supone una búsqueda cotidiana y permanente de
conocimientos incorporados a través del estudio, la reflexión de las
experiencias vividas y la realidad.
Prudencia: Podríamos definirla en palabras justas como una virtud,
la cual nos ayuda a actuar frente a las situaciones diarias de la vida,
con mayor conciencia. Gracias a ella, nuestra personalidad
concordará con alguien decisivo, emprender, comprensivo y
conservador. Es decir, la prudencia pasa inadvertida ante nuestros
ojos, ya que es muy discreta.
Docilidad: Se define como aquel valor que nos hace conscientes de
la necesidad de recibir dirección y ayuda en todos los aspectos de
nuestra vida. Es decir, nos hace tener la suficiente humildad y
capacidad para considerar y aprovechar la experiencia y
conocimientos que los demás tienen
Autodominio: Es una actitud que nos estimula a cambiar
positivamente nuestra personalidad. Esto se debe a que uno puede
controlar los impulsos de nuestro carácter y la tendencia a la
comodidad mediante la voluntad. De esta manera y serenamente
seremos capaces de confrontar los contratiempos y a comprender de
una manera más paciente las relaciones personales.
Sensibilidad: El valor de la sensibilidad reside en la capacidad que
tenemos los seres humanos para percibir y comprender el estado de
ánimo, el modo de ser y de actuar de las personas, así como la
naturaleza de las circunstancias y los ambientes, para actuar
correctamente en beneficio de los demás. Además, debemos
distinguir sensibilidad de sensiblería, esta última siempre es
sinónimo de superficialidad, cursilería o debilidad.
Sacrificio: El valor del sacrificio es aquel esfuerzo extraordinario
para alcanzar un beneficio mayor, venciendo los propios gustos,
intereses y comodidad.
Critica Constructiva: Se puede definir como todo aquel
discernimiento que solemos realizar, con el objetivo de ayudar a los
demás. Se la considera como una actitud madura, responsable y llena
de respeto hacia quienes esta dirigida.
Desprendimiento: Es un valor, cuya función principal es enseñarnos
a utilizar correctamente nuestros bienes y recursos evitando apegarse
a ellos, los cuales muchas veces pueden llegar a estar al servicio de
los demás. El desprendimiento definitivamente, nos educará para no
girar en torno de las cosas materiales y pongamos el corazón en las
personas.
Comunicación: La comunicación es indispensable para procurar y
mantener las buenas relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida,
particularmente en la familia, el trabajo y con las personas más
cercanas a nosotros. Aún así enfrentamos desacuerdos y discusiones
sin sentido, provocando -en ocasiones- una ruptura en las relaciones
con los demás. Entender y hacerse comprender, es un arte que
facilita la convivencia y la armonía en todo lugar.
Optimismo: Una persona optimista, se caracteriza por poseer ciertas
cualidades que hacen a este valor, tales como el entusiasmo, el
dinamismo, el emprendimiento ante determinadas circunstancias y
por sobre todas las cosas, siempre vive de los hechos, es decir con
los pies bien en el suelo.
Compasión: Por lo general, la capacidad de conmovernos ante las
circunstancias que afectan a los demás se pierde progresivamente,
parecería ser que la compasión sólo se tiene por momentos
aleatorios. En este sentido, recuperar esa sensibilidad requiere
acciones inmediatas para lograr una mejor calidad de vida en nuestra
sociedad.
Amor: Al hablar de la voluntad dijimos que una de las cinco formas
de querer podía llamarse amor de benevolencia. La benevolencia
como actitud moral también nos es familiar: consiste en prestar
asentimiento a lo real, ayudar a los seres a ser ellos mismos.
Servicio: Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea,
es decir adoptar una actitud permanente de colaboración hacia los
demás. Una persona servicial supone que traslada esta actitud a todos
los ámbitos de su vida: en su trabajo, con su familia, ayudando a
otras personas en la calle, cosas que aparecen como insignificantes,
pero que van haciendo la vida más ligera y reconfortante. Es posible
que recordemos la experiencia de algún desconocido que apareció
justo cuando necesitábamos ayuda, que luego después de ayudarnos,
se perdió y no supimos nada más.
Superación: Es una acción que requiere inmediatez, planeación,
esfuerzo y trabajo permanente. Por lo que simplemente el tiempo, el
deseo y la propia estimulación, no llegan a un buen puerto
Voluntad: Los seres humanos poseen una capacidad que los mueve
a realizar cosas de manera intencionada, por encima de las
dificultades o contratiempos de las mismas.
Paciencia: Actualmente, nuestras vidas se desarrollan a un ritmo
acelerado. A tal punto que todo pasa por hacer y llegar con prisa,
también para resolver nuestros asuntos personales y del trabajo,
surgiendo muchas veces roces con personas que a lo mejor
pudiéramos evitar.
Comprensión: La comprensión es la actitud tolerante para encontrar
como justificados y naturales los actos o sentimientos de otro. Es en
este momento nos percatamos que la comprensión va más allá de
“entender” los motivos y circunstancias que rodean a un hecho, es
decir, no basta con saber que pasa, es necesario dar algo más de
nosotros mismos.
Sencillez: Quienes poseen una fortaleza interior y un encanto
penetrante y perpetuo, son seres de personalidad sencilla.
Usualmente no las percibimos con facilidad, pero la encontramos
cuando realmente, ellos nos demuestran que son únicos, recios, sin
actos involuntarios, y de cualidades evidentes y naturales. Es decir,
que la sencillez nos enseña a saber quienes somos en la vida y lo que
podemos llegar a ser en ella.
Bondad: Ser bondadosos perfecciona el espíritu de una persona,
porque sabe dar y darse sin miedos a verse defraudado, dando apoyo
y entusiasmo a todos los que lo rodean. Muchas veces el concepto de
bondad se confunde con el de debilidad, a nadie le gusta ser "el
buenito" de la oficina, de quien todo el mundo se aprovecha. Sin
embargo, Bondad es exactamente lo contrario, es la fortaleza que
tiene quien sabe controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques,
para convertirlos en mansedumbre.
Amistad: El hombre es un hombre social, vive rodeado de personas
y necesita de ellas para su realización y crecimiento. Difícilmente
podemos vivir en soledad y aislamiento. Esta claro, que de esta
convivencia con los otros surge lo que llamamos amistad. En este
sentido, la amistad es un valor universal: necesitamos tener en quien
confiar, a quien llamar cuando tenemos problemas y también con
quien compartir actividades como ver una película, disfrutar de un
parque, etc.
Lealtad: Quizás nadie entienda mejor el valor de la lealtad que
aquella persona que ha sido traicionada en algún momento... Está
claro que todas las personas esperamos la lealtad de los demás, y que
a nadie le gusta ser traicionado, o saber que un amigo habló mal de
nosotros. En otro sentido, nos parece terrible cuando, después de
trabajar en un empresa muchos años, nos despiden sin pensar en
todos los años que le invertimos. Detectar la lealtad (o deslealtad) en
los demás es fácil, pero ¿Cómo estoy viviendo yo la lealtad?
¿Realmente sé qué es? ¿Qué esperan los demás de mí?
Respeto: La vida sociedad nos hace reflexionar sobre el valor del
respeto, esto trae aparejado la necesidad de establecer algún tipo de
certezas en torno a las ideas y la tolerancia. Es decir: ¿Qué hay que
saber sobre el Respeto, la Pluralidad y la Tolerancia?
Perdón: Existen momentos en que la amistad o la convivencia se
fracturan por diversas causas, las peleas y las rupturas, originan
sentimientos negativos como la envidia, el rencor, el odio y el deseo
de venganza. En estas situaciones, las personas pierden la
tranquilidad y la paz interior, y al hacerlo, los que están a su
alrededor sufren las consecuencias de su mal humor y la falta de
comprensión.
Alegría: Se puede definir a la alegría como algo simple cuya fuente
más grande y profunda es el amor. Sin embargo, no es tan sencilla
como parece. La alegría es un gozo del espíritu. Nosotros somos
seres que experimentamos diferentes sensaciones, el dolor, el
sufrimiento, pero también las emociones opuestas a estas, el
bienestar y la felicidad.
Empatía: En nuestras relaciones interpersonales exigimos que los
demás nos traten con respeto y comprensión, sin embargo, nunca nos
detuvimos a pensar si nosotros procuramos actuar bajo esos
parámetros de conducta. Quizás envueltos en nuestras obligaciones,
apurados y acelerados por el trabajo o la escuela, nos volvemos
egoístas, olvidando que los demás pueden decirnos o comunicarnos
cosas importantes para nuestra vida y crecimiento personal. El valor
de la empatía nos ayuda a recuperar el interés por las personas que
nos rodean y a consolidar la relación que tenemos con cada una de
ellas.

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