La Noción de Sistema y Sus Orígenes

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UNIVERSIDAD DEL VALLE

ESCUELA DE INGENIERÍA INDUSTRIAL

La noción de sistema y sus orígenes con L. Bertalanffy1


Conferencia

Curso: Pensamiento Sistémico y Organizaciones


Profesor: Carlos Augusto Osorio M.
Semestre 01-2024

La noción de sistema ha tenido diversos enfoques y contextos de aplicación. Algunos de tales


enfoques, son: la Teoría General de Sistemas -TGS- propuesta por Ludwig Bertalanffy
(1968) y aplicada inicialmente a los sistemas biológicos; la Teoría de los Sistemas
Complejos, propuesta por Herbert Simon (1973), tanto para sistemas físicos, biológicos y
sociales; la Teoría de los Sistemas Sociales, propuesta por Niklas Luhmann (1984); y la
Teoría de la Complejidad, propuesta por Edgar Morin (1982), con amplio dominio de
aplicación. A esta lista, que no aspira ser completa, habría que agregarle la teoría de los
sistemas tecnológicos propuesta por Thomas Hughes (1983, 1987) y otra serie de autores2.
En esta presentación, vamos a referirnos en particular a la TGS de Bertalanffy.

1. Definiciones sobre la teoría de los sistemas

La palabra “sistema” deriva del griego Synistánai que significa reunir, juntar, colocar juntos.
Sistema es un todo integrado cuyas propiedades surgen de las relaciones entre sus partes; y
“pensamiento sistémico” la comprensión de un fenómeno en el contexto de un todo superior.
Comprender las cosas sistémicamente, significa literalmente colocarlas en un contexto,
establecer la naturaleza de sus relaciones (Capra, 1996: 47).

Si bien el término sistema ha sido ampliamente usado en filosofía natural desde Galileo
Galilei a partir de su Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo (1632), es solo hasta

1
Documento elaborado a partir de: Osorio Marulanda, Carlos. El Determinismo Tecnológico: Una Reflexión
Crítica desde la Teoría de los Sistemas Tecnológicos. Tesis Doctoral. Universidad de Oviedo, Departamento
de Filosofía, 2007.
2
La investigación sobre sistémica es muy amplia. Por citar un caso, la sola referencia de la sistémica en el
contexto francés de la década de los años 70 del siglo XX, incluía obras como: Los sistemas del destino de
Jacques Lesourne; Sistemas y Modelos de Bernard Walliser; Lo social y lo vivo, una novela lógica política, de
Joseph Fontanet; El actor y el sistema de M. Crozier y E. Friedberg; Modelización y maestría de los sistemas
técnico, económico y social, actas del Congreso AFCET de Versalles; La paradoja y el sistema de Yves Barel;
Entre el cristal y el humo, ensayo sobre la organización del ser vivo de Henri Atlan; Enfoques sistémicos de
las organizaciones de J. Mélèse; La economía y lo vivo de René Passet; El método de Edgar Morin. En otros
contextos, se puede señalar: El razonamiento instrumental y la metodología sistémica de Richard Mattesich;
Los principios de la autonomía biológica, de Francisco Varela.
La obra de A. Bogdanov, Ciencia universal de la organización o tactología, publicada en Moscú entre 1913 y
1920, ha sido reconocida como el primer tratado completo de la sistémica general (Lemoigne, 1977).
mediados del siglo XX que el término va a ser objeto de reflexión3. Al parecer, la atención a
los elementos constitutivos de los objetos y las leyes generales que los rigen impidió el
surgimiento de la teoría de sistemas. No hubo antes ninguna relación concebible entre los
diversos empleos de la palabra sistema: sistema solar, sistema atómico, sistema social, entre
otros (Morin, 1982: 122).

Es con la Teoría General de Sistemas TGS propuesta por Bertalanffy (1968: 37), que el
sistema es concebido como un complejo de elementos en interacción, como una totalidad;
una organización de fenómenos no descomponibles en acontecimientos locales; o bien,
interacciones dinámicas manifiestas en la diferencia de conducta de partes aisladas.

Según Bertalanffy, las filosofías más influyentes en las tempranas ideas de sistema son, la
teoría organicista de Whitehead, los trabajos de Cannon sobre el concepto de homeostasis y
los trabajos de Claude Bernard. En el primer caso, “Whitehead argumentó que la realidad
consistía en procesos, más que en objetos materiales, y que los procesos son mejor definidos
por sus relaciones con otros procesos, por lo que refutó la teoría de que la realidad está
fundamentalmente construida por pedazos de materia que existen de manera independiente
entre cada uno” (https://es.wikipedia.org/wiki/Alfred_North_Whitehead). Como se observa,
se trata de procesos relacionados unos con otros. Mientras que el concepto de homeostasis,
propuesto por Cannon (1920), su enfoque reside en el estudio de las alteraciones corporales
provocadas por el dolor, el hambre, el miedo, en donde pudo establecer que los organismos
generaban respuestas ante tales alteraciones, formando bucles cerrados compensatorios o de
retroalimentación, para mantener las condiciones estables en los seres vivos.

Según Norbert Wiener (1950), un bucle de retroalimentación es una disposición circular de


elementos conectados causalmente, en la que una causa inicial se propaga alrededor de los
eslabones sucesivos del bucle, de tal modo que cada elemento tiene un efecto sobre el
siguiente, hasta que el último retroalimente el efecto sobre el primer eslabón en que se inició
el proceso. Para Wiener, la retroalimentación u homeostasis, no sólo es una propiedad de los
seres vivos, también funciona para el control de una máquina; produce un comportamiento
real y no un comportamiento esperado. Este principio puede ser extensible a los organismos
y sistemas sociales. Lo más importante desde el punto de vista sistémico, fue el
reconocimiento de que las retroalimentaciones describen patrones de organización (Capra,
1996: 82)4.

Mientras que en el caso de Claude Bernard (1865; 1879), sus aportes se refieren a los sistemas
vivientes en términos de “idea directriz” o “plan vital”, para explicar los fenómenos vitales

3
El artículo “Sistema” de la Encyclopedia de Diderot y D’Alambert, consta de 45 páginas. Acumula las
presentaciones de los sistemas metafísicos y teológicos, de los sistemas de astronomía, de los sistemas
mecánicos, de los sistemas anatómicos, de los sistemas poéticos y fabulosos, de los sistemas mitológicos, de
los sistemas de fortificaciones (arte militar) y de los sistemas armónicos (de notación musical): “ los sistemas
generales que los antiguos comúnmente llamaban diagramas que se formaban de la suma de todos los sistemas
particulares y comprendían todos los sonidos empleados en la melopea...” (Lemoigne, 1977).
4
Tal retroalimentación significa el retorno de la información a su punto de origen, a través de un proceso o
actividad. En los sistemas se presentan dos clases de retroalimentación, una positiva (+) autorreforzadora, en la
misma dirección; y una negativa (-) o equilibrante en sentido circular. El principio de retroalimentación nos
dice que el bucle es autoequilibrante.
rigurosamente bien determinados por sus condiciones físico-químicas, y que al mismo
tiempo se subordinan y se suceden según un encadenamiento y una ley fijados de antemano:
el plan vital conlleva a que los organismos repitan eternamente, con orden, regularidad,
constancia, sus fenómenos vitales, su estructura y funciones, los cuales se armonizan con
miras a un resultado que es la organización del viviente (Bernard, 1865).

Por otra parte, el origen de los sistemas se relaciona con el paso de la ingeniería energética –
grandes máquinas que liberan energía, como la máquina de vapor- hasta la ingeniería de
control bajo lo que se conoce como automatización. La automatización significa, desde
Wiener (1948), funciones de comando, regulación, vigilancia y control de los mecanismos
involucrados en un programa. En el automatismo domina la función sobre el agente.
Actualmente la automatización se orienta hacia la miniaturización y la desmaterialización, la
cual permite la rapidez extrema de los flujos de energía, la reducción de los tiempos de
respuesta, la precisión del comando y el uso de mínimas cantidades de energía (Séris, 1994:
180-199).

La teoría general de sistemas también surgió en la ingeniería, requerida por la complejidad


de la tecnología moderna, por las relaciones entre hombre y máquina, la programación y
consideraciones análogas de las complejas estructuras tecnológicas y sociales del mundo
moderno (Bertalanffy, 1968).

La teoría de sistemas se distancia de los paradigmas cartesiano, propio de la física clásica, en


los términos de estructura-función; del paradigma estadístico, en los términos de estructura-
evaluación; incluso del cibernético, a pesar de que lo usa5.

Precisemos algunas definiciones básicas acerca de los sistemas, para ampliarlas


posteriormente cuando hablemos de las propiedades de los sistemas.

1.1. El sistema según Bertalanffy

Las primeras versiones de la TGS buscaban tener una formulación y derivación de aquellos
principios que dieran cuenta de la unidad del todo y de la totalidad de las partes.
Posteriormente dichas versiones fueron sustituidas por la diferencia entre sistema y entorno.

Bertalanffy (1968: 56) propuso las matemáticas clásicas, el cálculo infinitesimal, para definir
un sistema y sus propiedades formales generales: de un conjunto adecuado de axiomas se
deducirían proposiciones que expresasen propiedades y principios de sistemas6. Si un sistema
puede ser definido como un complejo de elementos interactuantes, la interacción significa
que elementos P, están en relación R. De suerte que el comportamiento de un elemento P en
R es diferente de su comportamiento en otra relación R’. R y R’ deben ser diferentes.

5
Para una presentación más amplia de los referentes históricos de la sistémica, véase: Bertalanffy (1968: Cap.
2).
6
Este intento de formalización, también ha sido abordado para los sistemas tecnológicos, véase Quintanilla
(1988).
De acuerdo a un sistema de ecuaciones diferenciales, al denotar por Qi alguna magnitud de
elementos, Pi, (i= 1, 2, ... n) para un número finito de elementos, las ecuaciones tendrían, en
el caso más sencillo, la forma:

dQ1 = f1 (Q1, Q2,... Qn)


dt

dQn = fn (Q1, Q2, ... Qn)


dt

De este modo, el cambio de cualquier magnitud Qi es función de todas las Q, de Q1 a Qn; a


la inversa, el cambio de cualquier Qi acarrea un cambio en todas las demás magnitudes y en
el sistema en conjunto. Esta denotación involucra la interrelación del todo con las partes y de
las partes con el todo. No obstante, dicho sistema de ecuaciones no permite captar la posible
dependencia de situaciones que se derivan de la historia previa del sistema, es decir, cuando
el sistema es visto no solo espacial sino temporalmente; tampoco informa de la naturaleza de
las magnitudes, algo que hoy día ha sido resuelto con otra clase de apoyo matemático.

Bertalanffy definió algunas propiedades para los sistemas biológicos, como es el caso de:
crecimiento, sumatividad, mecanización, centralización y finalidad. El “crecimiento” se
refiere a la aplicación de la Ley Exponencial: el tamaño del sistema es directamente
proporcional al número de elementos presentes. La “sumatividad física o independencia” es
la suma de las variaciones de sus elementos; esto aplica para sistemas que son montones,
tales como un montón de ladrillos, etc.; no para sistemas que involucran estructuras altamente
diferenciadas, como por ejemplo un sistema biológico.

La propiedad de “mecanización” significa que los elementos presentan funciones


dependientes sólo de ellos mismos, es decir, solo obedecen a sus condiciones propias, lo que
conlleva a perder capacidad para regularse en conjunto y con relación a su entorno. Mientras
menor sea la interacción entre sus partes, mayor es la mecanización, lo que hace que el
sistema se parezca más a una máquina.

En el caso del organismo, aun cuando esté en parte mecanizado, éste no deja de ser un sistema
unitario gracias a los procesos de regulación y de interacción con el medio. Esto mismo
sucede cuando consideramos sistemas sociales, por ejemplo, en una comunidad primitiva
cada miembro puede hacer casi cualquier cosa que pueda esperarse en su conexión con el
todo. Y es este contraste entre totalidad y suma, pasar de un estado de totalidad indiferenciada
a la diferenciación de partes, donde reside el progreso de la evolución biológica, psicológica
y social (Bertalanffy, 1968: 68-72).

Conectado con lo anterior, se plantea el principio de “centralización”, especialmente


importante en el reino biológico. La propiedad de la centralización implica dependencia de
la evolución del sistema. Por último, la “finalidad”, es la propiedad que conduce al sistema a
un estado futuro, ya sea en estado de equilibrio, o lejos del equilibrio, o con equilibrios
interrumpidos.
Referencias

Bertalanffy, L. V. (1.968), Teoría General de los Sistemas, México: F.C.E., 1.976.

Cannon, W. (1920/1929), Bodily Changes in Pain, Hunger, Fear and Rage, New York: D.
Apletton and Company.

Capra, F. (1996), La Trama de la Vida, Barcelona: Anagrama, 1999.

Checkland, P. (1981), Systems Thinking, Systems Practice, New York: John Wiley &
Sons Ltd.

Galileo, G. (1632), Diálogo Sobre los Dos Máximos Sistemas del Mundo, En: Galileo,
(Edición de Víctor Navarro), Barcelona: Ediciones Península, 1991.

Hughes, T. P. (1.983), Networks of Power, Baltimore: The Johns Hopkins University Press.
(1.987), "The Evolution of Large Technological Systems", En: Bijker, W.E., T.P.
Hughes y T. Pinch (eds.)., The Social Construction of Technological Systems,
Cambridge (Mass.): MIT Press, 1.987.

Le Moigne, J-L. (1977), La Théorie du Systéme General. Theorie de la Modelisation, Paris:


Presses Universitaries de France, 1994.

Luhmann, N. (1984), Sistemas Sociales, Barcelona: Anthropos, 1998.

Maturana, H. De Máquinas y Seres Vivos, 1995.

Morin, Edgar. (1982), Ciencia con Consciencia, Barcelona: Anthropos, 1984.

Quintanilla, M. A. (1988), Tecnología: Un Enfoque Filosófico, Madrid: Fundesco. Scott, R.


(1.992), Organizations. Rational, Natural, and Open Systems, New Jersey: Prentice-
Hall, Inc.

Séris, J.P. (1.994), La Technique, Paris: P.U.F.

Simon, Herbert. (1973), Las Ciencias de lo Artificial, Barcelona: A.T.E., 1978.

Wiener, Norbert. (1.948), Cybernetics, or Control and Communication in the Animal and the
Machine, Paris: Hermann, 1.961.

Wiener, Norbert. (1.950), Cibernética y Sociedad, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, S.


A., 1.969.

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