Consumo de Drogas
Consumo de Drogas
Consumo de Drogas
ONG que intervienen en el campo de las drogas, con objeto de recabar informa-
ción sobre los Programas de este tipo que se están de llevando a cabo en
nuestro país.
No debemos olvidar, por otra parte, que este tipo de Programas tiene entre sus
dificultades una muy particular: exige la implicación de un gran número de
Mediadores Sociales que van desde los Servicios Sociales y Sanitarios, los
centros educativos, los recursos de ocio y culturales…hasta los centros
especializados en drogodependencias y las organizaciones sociales que
intervienen en la comunidad. Todos ellos precisan de un lenguaje, unos objetivos
y unas estrategias nítidas de intervención que permitan llevar a cabo una acción
coordinada. Quizás la complejidad de esta tarea sea el origen precisamente de la
escasez de Programas aplicados en este campo.
LOS MENORES/ADOLESCENTES
SITUACIÓN PROBLEMÁTICA
La marihuana y la llamada H serían las drogas que más fácilmente consiguen los
jóvenes; en la Costa son en las que supuestamente es más visible la presencia de
estupefacientes dentro de los centros educativos; y la zona urbana es donde los
adolescentes habrían visto mayormente el consumo juvenil de sustancias adictivas.
El estudio indica que lo más grave es que el 46% considera que en su centro
educativo circulan supuestamente drogas y el 24% dice que alguna vez habría
visto a un estudiante que las vende o las pasa. Casi la mitad de los y las
encuestadas (48%) asegura que alrededor de su colegio o escuela venden
estupefacientes.
EL PROBLEMA CIENTÍFICO
Los expendedores primero le regalan la dosis a un adolescente o niño y lo
condicionan a repartirla a otros menores. Sus ojos están un poco rojos y algo
desorbitados. Está como ida, no sé si va llorar o reír y a veces quiere que le den sal
o agua para calmar lo que le pasa. Así es como describe Lesly a su amiga Nayeli,
de 13 años, cuando se encuentra bajos los efectos de la droga ‘H’. La adolescente
cuenta que ve a su amiga de esta forma por lo general durante el recreo o las
clases. Nayeli no es el único caso de estudiantes que usan sustancias ilegales.
Según una encuesta del Observatorio Nacional de Drogas (OND), realizada a
514.962 alumnos en 2013, 1,62% admitió fumar marihuana al menos una vez en el
último año. El 0,15% dijo que consumía heroína, y el 18,3% declaró que consigue
las drogas a través de un ‘amigo’. Precisamente por este microtráfico dentro y fuera
de los planteles y por las denuncias de menores usando las sustancias, el
Ministerio del Interior e instituciones como el Ministerio de Educación ejecutan la
campaña ‘Revolución Preventiva contra las drogas’. El colegio Aguirre Abad, de
Guayaquil, fue el primero en ser visitado. El plan contempla revisiones sorpresas
por parte de miembros de la Policía, Fiscalía y la Dinapen en las instituciones para
controlar el ingreso de sustancias en las mochilas y vigilar el expendio del
producto. ¿Qué pasa por las mentes de los jóvenes? Lesly y Nayeli cursan el
noveno año básico en el colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil (VR). Desde
octavo de básica Nayeli ha usado drogas, según su amiga. Cuenta que las busca
cuando se pelea con la mamá o tiene problemas con el novio, que estudia en la
misma institución. “Ella nos dice que lo tiene controlado, pero vuelve a hacerlo
cuando la aqueja uno de estos problemas. También nos dice que es feo todo lo
que siente. Ella nos cuenta que le duele la cabeza, todo el cuerpo y que también
vomita. No quiere dejarla”. La sicóloga clínica Eva Cevallos explica que el consumo
de drogas en los adolescentes es “multicausal y un asunto complejo”. Hay factores
de tipo personal, familiar y social involucrados en el consumo, y que pueden incidir
aún más cuando la familia es disfuncional y no ha ayudado a que el menor tome
decisiones asertivas. Cevallos considera que el manejo del ocio es otro factor,
“cuando dedican el tiempo a hacer nada surgen estas inquietudes relacionadas con
el consumo”. Ricardo Carcelén, sicólogo de la Unidad de Conductas Adictivas
(UCA) del Instituto de Neurociencias, indica que efectivamente es necesaria la
integración del joven en actividades paralelas. “Si no tiene nada que hacer, puede
ir a una cancha y practicar deportes o dedicarse a pintar. Mientras el niño tenga un
objetivo claro, lo que nosotros llamamos proyecto de vida, podrá enfocarse en lo
que hará los próximos 5 u 8 años”, explica Carcelén. Para ambos profesionales, las
drogas son cada vez más asequibles para los jóvenes y muchas veces para
comprarlas solo deben gastar entre $ 2,50 y $ 3,00. La experta en
comportamientos de conducta, Carla Villacís, indica que al existir este fácil acceso,
la adicción se afianza en los adolescentes. “Una vez que entran al organismo las
drogas modifican el comportamiento e intereses. Se quedan enganchados y es el
organismo el que las pide. Su capacidad de decisión sobre la sustancia no
depende de ellos cuando ya se ha establecido la dependencia”. Estos niveles de
adicción ponen en peligro la vida de los estudiantes por intoxicación. Elías, alumno
de cuarto año de bachillerato, cuenta que hace unos meses a un compañero de su
curso le dio un ataque por sobredosis. “Lo hacen porque los hace sentir como el
más chévere del curso. Aquí hay esos muchachos con quienes nadie se puede
meter”, comentó. Cevallos agrega que a medida que el consumo aumenta, también
crece el síndrome de tolerancia a las drogas y “necesitan más cantidad para sentir
lo mismo. En el momento en que quieren dejarla se genera un síndrome de
abstinencia y aparecen varios síntomas tanto síquicos como enfermedades”. La
droga ‘H’, por ejemplo, provoca dolores musculares, temblores, náuseas, pérdida
del apetito, trastornos en el sueño o comportamientos violentos. Los padres y su rol
Wendy Torres, madre de Lesly, dice tener claro que la solución no es sacar a su
hija del colegio ni prohibirle la amistad con la jovencita que sí consume drogas.
Para ella la comunicación que mantiene con su hijos -su hijo mayor se graduó en el
VR- es un factor para que los jóvenes no estén envueltos en las drogas. “Les digo
que sus malas decisiones los pueden llevar a destruir sus vidas, y vean a esas
personas que deambulan desorientadas por las calles. Les digo que ellos también
pasaron por la adolescencia y son el espejo de haberse involucrado con las
drogas”, cuenta la madre. Raúl Villegas, otro padre de familia, quien recoge por las
tardes a su hija, considera que debería realizarse exámenes toxicológicos a los
estudiantes una vez a la semana. Además cree necesario tener cámaras en las
aulas, para que junto al servicio ECU-911 puedan controlar el microtráfico en los
exteriores de los colegios. Como parte del plan de prevención, la ciudadanía puede
hacer sus denuncias de expendio o consumo en los colegios a través de las líneas
1800-Delito y 1800-Drogas. En una encuesta del Observatorio Nacional de Drogas
(OND) reveló que 2 de cada 100 estudiantes de educación media consumen
esporádicamente marihuana y menos del 1% podría estar abusando de la
sustancia. Los estudiantes que dijeron consumir drogas, al ser consultados sobre
dónde y cómo consiguen el alcaloide, el 18,3% señaló que le proporcionan
‘amigos’; el 18% dijo tener un proveedor; el 16,1% en la calle o alrededores de los
colegios y el 7,4% al interior de su institución educativa.
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Conocer cuál es la causa que lleva a estos jóvenes a consumir drogas para así brindarle una
ayuda.
Prevenir el consumo de las drogas incidiendo en los factores de riesgo al consumo de las
drogas, básicamente a través de la información y educación socio sanitaria de los jóvenes,
padres y agentes potenciales de prevención.
Fomentar la inclusión de los familiares y amigos de los afectados directos dentro del
concepto de “afectados por las drogas”. Trabajar para la reinserción de personas adictas en
situación de exclusión social.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Conocer cuál es la causa que lleva a estos jóvenes a consumir drogas para así brindarle una
ayuda.
Prevenir el consumo de las drogas incidiendo en los factores de riesgo al consumo de las
drogas, básicamente a través de la información y educación socio sanitaria de los jóvenes,
padres y agentes potenciales de prevención.
Fomentar la inclusión de los familiares y amigos de los afectados directos dentro del
concepto de “afectados por las drogas”. Trabajar para la reinserción de personas adictas en
situación de exclusión social.
IDEA A DEFENDER.
VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN.
Variable Independiente.
Variable dependiente.
Metodología Empleada.
Estos métodos son parte fundamental de la investigación ya que se puede dar una evaluación
real apegada a la actualidad legal y social.
Bases Teóricas sobre el origen y evolución del objeto de estudio.
1) información/difusión;
2) educación afectiva;
6) aproximaciones ambientales.
Para evaluar la adscripción a cada tipo de programa preventivo les enviaron a los
responsables de los mis-65una gran importancia al papel de los iguales como una
causa primaria del uso de drogas. Sí que se ha encontrado subgrupos específicos de
alto riesgo (Gorman, 1996) o que los factores de riesgo no están distribuidos por
igual entre los grupos de iguales, pero esto lleva a un cambio sobre la perspectiva y
el peso que se le daba hasta ahora a los iguales. Lo cierto es que en los últimos años
la teoría ha cobrado un gran papel para el diseño de intervenciones adecuadas para
prevenir el consumo de drogas (Catalano et al., 1996; Gorman, 1996).
Descubrir varios delos factores de riesgo para el consumo de drogas.
ANEXOS