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CAPITULO II
PERÚ SIGLO XX. EN BÚSQUEDA DEL ESTADO-NACIÓN Y EL FUTURO NO-
DEPENDIENTE
El Oncenio de Leguía
A partir de las primeras décadas del siglo XX, y bajo el impulso del
“Si en los siglos XVII y XVIII la lucha por el progreso equivalía a la lucha
contra las instituciones caducas de la era feudal, en forma similar los
esfuerzos actuales tendentes a crear las condiciones indispensables para
el desarrollo económico, tanto en los países capitalistas avanzados como
en los atrasados, entran continuamente en conflicto con el orden
económico y político del capitalismo y del imperialismo. De ahí que el…
progreso económico se interprete, inevitablemente, en los Estados Unidos
y en otras regiones del mundo capitalista, como profundamente
subversivo del orden social y del sistema de dominio internacional
vigentes; como un movimiento revolucionario al que hay que cohechar,
bloquear y, si es posible, quebrantar si se quiere salvar al sistema
capitalista…. Lo decisivo es que el desarrollo económico de los países
subdesarrollados es profundamente adverso a los intereses dominantes
173
de los países capitalistas más avanzados. Abasteciendo de muchas
materias primas importantes a los países industrializados y
proporcionando a sus corporaciones grandes beneficios y posibilidades
de inversión, el mundo atrasado siempre ha sido el hinterland
indispensable de los países capitalistas altamente desarrollados de
Occidente. De ahí que la clase dirigente de los Estados Unidos y de otros
países se oponga amargamente a la industrialización de los llamados
‘países fuertes’ y al surgimiento de economías industriales integradas en
174
Durante el Oncenio de Leguía (1919-1930) se consolidó y amplió el
trabajo asalariado en las minas y las haciendas capitalistas, se
incrementó la actividad financiera y comercial, se produce al mismo
tiempo, un desarrollo relativo de la industria manufacturera. Entre 1920 a
1931 la población ocupada en la metalurgia, el mueblaje y la industria
de la construcción aumentó en 45%, 62% y 45%, respectivamente. 208 Se
produce igualmente una ampliación de la actividad manufacturera
destinada a productos de consumo popular. Todo ello determinó la
ampliación de los sectores asalariados y las capas medias en el marco
de una mayor división del trabajo y la consecuente diferenciación social.
La política implementada por el gobierno de Leguía aceleró y profundizó
el desarrollo de estas tendencias en íntima relación con la penetración
del capital norteamericano que pasó a ocupar un lugar altamente
prominente sobre el resto del capital extranjero. 209 En el Perú el capital
norteamericano desplaza al inglés.
175
Paralelamente, y como consecuencia de estos cambios, se desarrolló
un importante proceso de urbanización. La ciudad de Lima crece
vertiginosamente a partir de la construcción de importantes avenidas
que ponen en comunicación al centro de Lima con Miraflores, el Puerto
del Callao y otras áreas aledañas creándose así nuevas urbanizaciones.
Este proceso trae como consecuencia un importante aumento en el
valor de los lotes en las zonas urbanizadas, así como el florecimiento de la
industria de la construcción. Basándose en la especulación con la
compra-venta de terrenos y casas, así como al desarrollo de la actividad
inmobiliaria, se amasaron importantes fortunas y se constituyó un sólido
sector rentista-urbano en íntima relación con los sectores financieros y
comerciales.
176
modernización capitalista profundizó el sometimiento de la economía del
país al capital monopólico norteamericano, de igual modo no transformó
el orden rural tradicional. 211 A pesar de las contradicciones del régimen
de Leguía con algunos sectores terratenientes, durante su gobierno la
gran propiedad semifeudal 212 no sólo se mantiene sino que se refuerza.
Basadre anota al respecto:
211 Salvo algunas excepciones muy localizadas, como el caso de las haciendas de la Cerro de Pasco Corp., en
el Centro, y los intentos de capitalización de las haciendas puneñas, bajo el impulso de la Peruvian.
212 Esta categoría conceptual es de José Carlos Mariátegui. Podrá haber autores que consideran que la
utilización de esta categoría conceptual no es adecuada en una sociedad que no conoció el feudo y que al
estar orientada la economía a la exportación, es una economía de capitalismo incipiente y no semifeudal,
aunque pisotee al peón como semiesclavo, porque es hombre libre y asalariado.
213 BASADRE, op. cit., tomo 13.
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extensión de las funciones del Estado. La administración pública creció
vertiginosamente en este período, los aparatos militares, en particular la
Aviación y la Marina de Guerra, recibieron un importante impulso de
modernización. Se creó la Escuela Superior de Aviación de las Palmas, la
Escuela Superior de Guerra de la Marina, dirigidas y orientadas por
oficiales norteamericanos. Asimismo, se crea la Comandancia General
de la Escuadra y la Dirección de la Escuela Naval, instituciones cedidas a
estos oficiales. 214
214 Véase VILLANUEVA, Víctor. El militarismo en el Perú. Lima, Editorial Juan Mejía Baca, 1973.
178
contra del régimen del Oncenio. A pesar de ello, la política de Leguía no
llegó a afectar las bases sociales y económicas de las clases dirigentes.
Siendo parte de ellas, difiere en las modalidades particulares de defensa
de sus intereses comunes. Halperin dirá al respecto:
articulados”. 215
179
La inviabilidad de la solución leguísta se puso rápidamente de
manifiesto al enfrentarse a aquellos sectores sociales que le procuraron
un consenso inicial, 216 básicamente, sectores medios. Hacia el final del
período (1930) Leguía 217 se encuentraba en un profundo aislamiento
político lo cual determinó su derrocamiento, hecho inicial de un período
de profunda crisis política en el país: la primera crisis de dominación
oligárquica. Los movimientos sociales que emergen al escenario político
en la década del 20 son, indudablemente, elementos nuevos en la
situación. Cabe resaltar los movimientos campesinos de la sierra sur, las
movilizaciones populares urbanas y la radicalización de la pequeña
burguesía, así como los elementos más significativos en esa dirección.
216 Ibíd.
217 Sobre la revolución y caída del Régimen del Oncenio véase CARAVEDO, Baltazar. Clases, lucha política y
gobierno en el Perú: 1919-1933. Lima, Editorial Retama, 1977. VILLANUEVA, Víctor. Así cayó Leguía. Lima,
Editorial Retama, 1977.
218 Sobre el desarrollo de las ideas en el período consultar SALAZAR BONDY, Augusto. Historia de las ideas en el
180
indígena, 219 así nace la corriente de pensamiento conocida como
indigenismo. Podría decirse que esta corriente de pensamiento
constituyó una respuesta frente al pensamiento aristocratizante y extran-
jerizante el cual dominaba en las clases dirigentes. El indigenismo surge
como la reivindicación de lo autóctono y la revaluación de lo indígena
como patrimonio nacional.
219 Recuérdese que en la Constitución de 1920 se incorpora, por primera vez en la historia del Perú, el
181
el diagnóstico, sino en la proposición de un programa político que oriente
la acción de las clases oprimidas de la sociedad. Este programa señala
como indesligable la lucha contra el imperialismo y la semifeudalidad, la
lucha por la democracia política y la conquista de la identidad nacional
donde la clase obrera será la única llamada a dirigir al conjunto de
capas y clases oprimidas, dadas las características de la burguesía en el
Perú.
“… son los aliados del imperialismo que día a día devienen sus
agentes y sus súbditos, no es posible separar, pues la lucha contra el
imperialismo extranjero de la lucha contra el feudalismo colonial en
Indoamérica”.
220 MARIÁTEGUI, José Carlos. Ideología Política. Lima, Editorial Amauta, p. 162, 1969.
182
Más adelante añade:
221 HAYA DE LA TORRE, Víctor Raúl. El Antiimperialismo y el APRA. Lima, Editorial Amauta, p. 35, 1972.
222 HAYA DE LA TORRE, op. cit., pp. 33-34.
183
La caída del régimen de Leguía (1930) y los efectos de la crisis
económica mundial serán los factores desencadenantes de la profunda
crisis política que amenazó seriamente la estabilidad del orden
oligárquico. La enorme inestabilidad política y las intensas pugnas al
interior de las clases dominantes, demuestran con claridad la existencia
de una profunda crisis de hegemonía en su interior. La aguda crisis
económica, que amenazó las bases de reproducción del sistema, mostró
la endeblez del aparato productivo interno y su estrecha subordinación
al sistema económico mundial bajo la égida del capital monopólico
extranjero. Las contradicciones gestadas y acumuladas en el período
inmediatamente anterior adquirieron madurez en la coyuntura del 30 y
salen a la luz de la escena política, generando situaciones que
presentaban características de guerra civil. Basadre caracteriza este
período como “una de las etapas más llenas de incertidumbre y de
inestabilidad en la historia del Perú Republicano. Desde el 22 de agosto
de 1930 cuando se dió el pronunciamiento del comandante Sánchez
Cerro contra Leguía hasta que el comandante Jiménez entró en Palacio
de Gobierno el 5 de marzo de 1931 hubo en Lima, en menos de 7 meses,
6 movimientos militares de carácter político y la insignia del poder
presidencial cambió 5 veces de poseedor…. En el período de un mes (al
cerrarse el ciclo) se produjeron 6 insurrecciones militares y durante varios
días funcionó un gobierno en Lima y otro en el sur, este último, dividido en
una Junta Castrense y una Junta Civil. La amenaza de un
desquiciamiento nacional era evidente”. 223
184
fuerzas antioligárquicas —fundamentalmente sectores populares urbanos
y sectores medios— intentan la derrota de la dictadura del Oncenio. El
contenido de las principales jornadas de lucha del período ataca los ejes
centrales del sistema de dominación y se orientan a la transformación del
ordenamiento social y político. Las luchas por el salario y el empleo se
encuentran íntimamente entrelazadas con las luchas contra el control
monopólico de las principales empresas por el capital extranjero, la lucha
por la igualdad jurídica y política y las libertades ciudadanas. En un clima
de creciente e intensa politización las masas populares ganan las calles.
Estas masas populares estaban lideradas y conducidas por
organizaciones políticas las cuales tenían ideologías y programas políticos
claramente antioligárquicas y antiimperialistas. El APRA y el Partido
Comunista. 224 Las condiciones de la lucha política en la coyuntura, los
errores de interpretación y dirección en los que incurren los dirigentes
comunistas, luego de la muerte de Mariátegui y la habilidad de los
dirigentes apristas determinarán que sea el Partido Aprista el que asuma
mayor fuerza coyuntural y se convierta en la principal fuerza que lidera la
oposición al bloque oligárquico en la lucha por el poder político. 225
185
de las fuerzas antioligárquicas intentando una salida institucional. Luego
de ser expulsados los dirigentes apristas del Congreso y del país, e
ilegalizado el partido, éstos ensayaron entonces la vía insurreccional con
el movimiento de la ciudad de Trujillo en julio de 1932. La expulsión de los
representantes apristas del Congreso Constituyente y la derrota de
Trujillo, 227 son los hechos más importantes que definen la derrota de las
fuerzas populares y antioligárquicas en la coyuntura. Una Ley de
Emergencia, la instalación de Cortes Marciales y la represión violenta y
sistemática son los instrumentos básicos mediante los cuales las fuerzas
oligárquicas consiguen mantenerse en el poder.
227 La derrota de Trujillo está precedida del aplastamiento de importantes movimientos de corte militar y
paramilitar. Destacan los levantamientos populares del norte del país en contra del resultado electoral en
diciembre 1931 y enero 1932, y la sublevación de la marinería del Callao.
228 Con gran influencia de la norteamericana. Estados Unidos aplicó de manera más decisiva su Doctrina
186
mantiene la opresión política semifeudal que priva al campesinado de
los elementales derechos jurídicos, incluyendo la libertad individual.
229 El Art. 47º de la Constitución del 33 señalaba que: “El Estado favorecerá la conservación y difusión de la
mediana y pequeña propiedad rural; y podrá, mediante una ley, y previa indemnización, expropiar tierras de
dominio privado, especialmente las no explotadas, para subdividirlas o para enajenarlas en las condiciones
que fije la Ley”. Este artículo no afectó un centímetro de tierra en manos del gamonalismo. En adelante los
artículos que se mencionan son los de esta constitución.
230 Con una gran influencia de la Constitución Federal de los Estados Unidos.
187
“partidos internacionales” (Art. 53º); estos partidos tenían nombre propio:
el APRA y el Partido Comunista. Al mismo tiempo que se consagran
nominalmente un conjunto de libertades y derechos consignados como
Garantías constitucionales (Cap. IV), se daba plenos poderes al Ejecutivo
para poder suspenderlas con amplia libertad y actuar del mismo modo
durante su suspensión (Art. 70). El principio de división de poderes y la
delimitación de funciones quedan en el papel, para dar cabida al
arbitrario uso de la fuerza. La independencia del poder judicial fue
igualmente una fórmula vacía de contenido al quedar definitivamente
dependiente en cuanto a recursos, nombramientos y funciones del
Ejecutivo-Legislativo y al mantenerse intacta su estructura, estrechamente
funcional a los intereses particulares de la fracción dominante en Lima y
de los poderes locales en las provincias. La administración de justicia
constituyó, y aún constituye, uno de los pilares fundamentales del sistema
de dominación. En ese período, a través de los juicios de linderos y otros
mecanismos procesales, se consolidó y legitimó la usurpación de tierras a
las comunidades indígenas de parte de los gamonales o señores locales.
El juez, por regla general, es (era) parte integrante de la red de los
poderes locales al servicio de los señores de la tierra.
188
sistema y la naturaleza de los sectores dominantes. La vocación
antidemocrática es, también aquí, eje central de inspiración. Se
sancionó el sistema bicameral reforzando el poder del Ejecutivo; pero se
dieron amplias atribuciones al parlamento con el fin de otorgar
importantes espacios de acción a los terratenientes serranos, al mismo
tiempo que se limitaba la capacidad de acción de los sectores
marginados históricamente. Se estableció un sistema híbrido
parlamentarista-presidencialista que obedeció a los intereses inmediatos
del bloque dominante, imposibilitándose el funcionamiento real de las
instituciones de la democracia liberal. 231 Como lo muestra la experiencia
posterior, los conflictos entre Ejecutivo y Legislativo no encuentran
solución en el marco constitucional, facilitándose de este modo las
soluciones de fuerza y reforzando la preeminencia de los aparatos
represivos por sobre las instituciones liberales.
231 Véase BERNALES, Enrique. «La Constitución del 33 y la organización constitucional del Estado peruano». En
189
tipo de Estado que emerge de la situación social y económica imperante
en el país y que se consagra legalmente en la Carta Constitucional.
capitalista”. 234
Téngase presente que este autor hace una generalización para las
sociedades de América Latina. En el caso del Perú, nosotros hemos
sostenido que se trata de relaciones semifeudales y, por tanto, sería el
intento de un proceso de acumulación originaria del capitalismo en esta
parte del mundo. Las crisis por la que atraviesan en la década de los 90-
2000, se encargará de demostrar que no fue un proceso como tal, sino
que fue un intento si se quiere de sentar las bases de un capitalismo
incipiente.
190
independiente sancionando así, formalmente, el principio general de la
soberanía. Sin embargo, las empresas extranjeras, y el capital extranjero
en general, tienen —tenían— plena libertad para operar en el país. La
constitución establecía las mismas amplias garantías para la propiedad
sin diferenciar la nacional de la extranjera (Arts. 29°, 31° y 32°). La
realidad peruana nos muestra reiteradamente que la subordinación al
capital extranjero trajo violaciones evidentes de la soberanía jurídico-
política. La dominación del capital imperialista trasciende los límites
económicos e incluso los políticos generales para manifestarse también
en el terreno jurídico-formal. Con la apariencia liberal el Estado
oligárquico no fue sino la negación de sus principios esenciales ya que la
soberanía y los derechos fundamentales de toda sociedad democrática
se encontraban limitados y restringidos. El liberalismo, en cuanto supone
soberanía nacional, es incompatible con la dominación semicolonial
señalada y, en cuanto supone ciudadanía y sufragio, es incompatible
con la existencia del gamonalismo y la explotación servil. De tal modo,
que el “modelo” formal de la constitución se contrapuso bruscamente
con la realidad de dominación y control oligárquico. Con la derrota de
las fuerzas populares, en la coyuntura de 1930-33, se restaura la
dominación oligárquica consiguiendo una relativa estabilidad hasta
1944-45 y permanencia hasta la década del 60.
191
las fuerzas reaccionarias en la coyuntura 30-33 definió el inicio de un
período que restauró y consolidó la dominación oligárquica y el orden
tradicional mediante el ejercicio de la violencia institucional y el
aplastamiento de toda alternativa democrática. Se asentó y consolidó
el modelo exportador bajo el dominio del capital extranjero lo cual limitó
el desarrollo del mercado interno y la actividad industrial. Se perpetuó la
dominación oligárquica sobre la base de la sobreexplotación del trabajo
asalariado y la explotación de la gran masa campesina bajo formas de
tipo servil.
235 Los partidos se improvisaban en los períodos preelectorales, generalmente en torno a caudillos y
CARAVEDO, Baltazar. Crecimiento industrial y conflictos interburgueses. Lima, Departamento de CC. SS. PUC,
mimeo, 1975.
192
lo fundamental, por su naturaleza autoritaria y represiva. El ejército se
convertirá en el pilar central de la defensa del orden oligárquico, en “el
gran elector”, y en el elemento central de la vida política del país, incluso
más allá de la sobrevivencia del orden oligárquico. 237
237 A partir de entonces se dirá, en el ámbito político, que las Fuerzas Armadas (sinónimo del Ejército) son
193
función de la presencia de las nuevas fuerza que amenazaban su
estabilidad. La violencia institucional y la coerción física asumen un
nuevo carácter más sistemático y formalizado en el ejercicio del poder.
Sin embargo, no todas estas disposiciones se aplicaron. Muy pocos sindicatos fueron reconocidos. Para
239
194
interior del bloque dominante. Esta situación se produjo al término del
período de Benavides debido a la confrontación electoral. En 1936,
frente a la crisis de las representaciones políticas de las facciones
dominantes, resulta triunfador en las elecciones Luis A. Eguiguren, del
Frente Democrático. Este frente agrupó a un conjunto de fuerzas
democráticas; además, recibió el apoyo aprista. El general Benavides
anuló las elecciones y se autoproclamó presidente por tres años más. El
ejército dirime las pugnas al interior de las clases dominantes y sale en
defensa del orden oligárquico. “Quedó así evidente —dice Julio Cotler—
el papel de las Fuerzas Armadas como garantes del orden en vista de las
fisuras políticas de la clase dominante derivadas de su heterogeneidad
originadas en el desarrollo desigual y dependiente del capitalismo en el
Perú”. 240 Garante del orden oligárquico y protector de los intereses
imperialistas, el régimen de Benavides no se caracterizó, sin embargo, por
tener relaciones muy amistosas con el gobierno norteamericano en
función de sus simpatías hacia los regímenes fascistas de Italia y España.
195
popular disminuyó y se otorgaron ciertos márgenes de actuación a las
fuerzas democráticas y populares en el terreno sindical y político.
241 FERNER, Anthony. La evolución de la burguesía industrial en el Perú: intereses y fracciones. Lima, Programa
196
derrota del fascismo y el ascenso de las democracias liberales en el
plano internacional obligaron a las clases dominantes peruanas a ceder
temporalmente el gobierno ante el resurgimiento y empuje de las fuerzas
democráticas.
243 Véase al respecto VILLANUEVA, Víctor. El APRA en busca de poder. Lima, Editorial Horizonte, 1975. Además,
del mismo autor ver La sublevación Aprista de 1948. Lima, Editorial Milla Batres, 1973.
197
peruano— y la orientación de sus principales dirigentes crean situaciones
de impases políticos para el movimiento popular. A decir de Cotler:
imperialista”. 244
El auge de las luchas del movimiento popular, así como las medidas
que intentó e inició el gobierno de Bustamante —control de cambios y
proceso de democratización básicamente— provocaron la reacción de
las fracciones oligárquicas que, sintiendo amenazado el sistema de
dominación política, inician las contraofensivas impidiendo el
funcionamiento del Poder Legislativo. Por primera vez las fuerzas
democráticas se “expresan” mediante el Poder Ejecutivo. En el
parlamento, sin embargo, la correlación de fuerzas es favorable a las
fuerzas oligárquicas. Ello determinó un hecho nuevo en las relaciones
Ejecutivo-Legislativo: ambos poderes representan fuerzas sociales
contradictorias. Las fuerzas oligár-quicas utilizan el parlamento como
trinchera para obstruir y boicotear la acción del Ejecutivo; esto generó
serios impases imposibles de solucionar por la vía constitucional.
198
pragmáticos iniciales. Se desarrollan las contradicciones al interior de las
fuerzas democráticas y el Partido Aprista produce un segundo intento
insurreccional. Las fuerzas oligárquicas recurren nuevamente al ejército y
a la violencia institucional. Bustamante es derrocado por un golpe de
Estado (1948) que lleva al general Odría al gobierno. El ejército gran
dirimente de los conflictos, sale nuevamente en defensa de las fuerzas
oligárquicas amenazadas. Otra vez, el ejercicio sistemático de la
violencia desarticula por varios años la capacidad de respuesta de las
fuerzas democráticas y el movimiento popular.
245 Recuérdese que el Gobierno de Odría cede antes las exigencias de la Sociedad Nacional Agraria la
liberalización del comercio y la abolición del control de precios establecido por el Gobierno de Bustamante.
246 CARAVEDO, op. cit.
199
inversiones extranjeras especialmente con relación a las actividades de
exportación.
Sobre el contrato Marcona y el Código de Minería consultar GARCÍA SAYÁN, Diego. El caso Marcona.
247
200
(INDECO), billas (pequeñas bolas) de acero (MEPSA), explosivos (EXSA),
entre otras.
201
La política de obras públicas, implementada por Odría, alentó estos
procesos de urbanización. Al mismo tiempo la bonanza económica,
consecuencia del incremento de las exportaciones, permitió la extensión
del aparato estatal. A partir de la ampliación del sector servicios, el
Gobierno de Odría consigue satisfacer, en lo inmediato, algunas
demandas concretas de la población. Se llevan a cabo acciones de
asistencia de salud y de vivienda para los pobladores de las barriadas
apoyando, además, su reconocimiento legal. En 1951 se crea el Centro
de Asistencia Social, encargado de estas acciones. Estas medidas
permiten al gobierno conseguir una base social de apoyo importante en
estos sectores de la po-blación; había inaugurado la política del
clientelismo político paternalista de manera institucionalizada. La
recurrencia al asistencialismo y a una política de tipo paternalista hacia
los sectores marginales se combinó con la represión violenta y sistemática
a los sectores más avanzados y organizados del movimiento obrero y
popular. 251
251 Ésta será una modalidad que se practicará hasta los últimos días del Gobierno de Fujimori (noviembre del
2000). Al decir de su asesor —procesado por delito de narcotráfico, lavado de dinero, soborno, etc.— esta
población será una clientela política cautiva que garantizaba la victoria en cualquier proceso eleccionario
posterior (vídeo de soborno a un parlamentario electo en el 2000 que ha producido la crisis para que Fujimori
convoque a elecciones el año del 2001).
252 En Estados Unidos se había iniciado la política de la Guerra Fría. Al interior de esa sociedad fue la lucha sin
cuartel contra los comunistas y sus ideas, véase McCARTHY, Joseph. America’s Retreat from Victory. Nueva
York, Devin-Adaid, 1951. Además, LIPSET, S. M. y E. Raab. La política de la sin razón. México, Fondo de Cultura
Económica, 1981.
202
movimiento obrero y popular que irrumpe contra él. Esta situación
introduce modificaciones en la organización misma del aparato estatal y
sus instituciones. Cobran importancia aquellos aparatos del Estado cuyas
funciones estaban en relación con los llamados “servicios”: Salud,
Vivienda, Educación, Transporte. Esto implicó, indudablemente, la
ampliación de las funciones del Estado, así como de la burocracia a su
servicio, situación que por otra parte fue utilizada para la neutralización y
cooptación de sectores medios y de la pequeña burguesía.
1978.
203
naturaleza altamente represiva y la vez “concesiva” del Estado, en el
período, es una respuesta regresiva, de contención y neutralización de
las nuevas tendencias y los nuevos conflictos sociales, que la estructura
política fue incapaz de absorber por la vía democrático-liberal. De allí
que la violencia institucional haya sido un componente esencial de su
propia naturaleza. Conviene referirnos a lo expuesto por Weber respecto
a la institucio-nalidad del Estado, él dijo:
255 WEBER, Max. El político y el científico. 15.ª reimpresión, Madrid, Alianza Editorial, colección libro de bolsillo,
204
población total, entre 1940 y 1961. La población de la sierra disminuye
del 60% al 55%, entre los mismos años. 256
256 MONGE, Carlos. Distribución vertical de la población. Lima, Centro de Estudios y Desarrollo, 1969.
257 ESPINOZA, Humberto y J. Osorio. El poder económico y la industria. Lima, Universidad Nacional Federico
Villarreal, p. 91, 1972.
205
capitalismo sobre el comunismo”), no ha aparecido el neoliberalismo o el
capitalismo salvaje, propio de la era de la globalización de la economía
de mercado, que es la de nuestros días. La industria creció totalmente
ligada a los intereses y dinámica de la acumulación imperialista de
capital a escala mundial. Característica básica del proceso de
industrialización en el Perú fue que no solamente no se transformó el
aparato productivo exportador, sino que convivió con la gran propiedad
agraria terrateniente. Buscaron, en ese sentido, la ampliación del
mercado interno. Sinecio López señalará al respecto: “La industria se
desarrolla entonces más sobre la base de la expansión del mercado
interno. Ésta es la base material de la relación entre agrarios e
industriales y de la convivencia y de la superconvivencia”. 258 El segundo
gobierno de Prado (56-62) expresó el reforzamiento de la facción
financiera, nativa, ligada al capital financiero-monopólico internacional;
fue el período de la actividad industrial en ascenso, y el progresivo
debilitamiento de los terratenientes serranos.
La década de los 60
258 LÓPEZ, Sinesio. “De la sociedad andina al campesinado pobre actual. Situación y derechos políticos del
analfabeto en el Perú”. En Situación y derechos políticos del analfabeto en el Perú. Seminario sobre la
situación y derechos del analfabeto en el Perú (se llevó a cabo del 13-16 de noviembre de 1978, Lima). Lima-
Perú, p. 54, 1978.
259 “Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines (idealista o
egoístas) o al poder ‘por el poder’ para gozar del sentimiento del prestigio que él confiere”, ésta es la forma
206
sometimiento definitivo al status quó. El poder político “absorbió” al
partido aprista con su participación en la “convivencia política” de los
líderes del Partido. Esta situación generó contradicciones y problemas al
interior del APRA produciéndose esci- siones en sus niveles intermedios y
de base. Las banderas del antiimperialismo, de defensa de las riquezas
nacionales, de la lucha contra el gamonalismo son reformuladas o
dejadas de lado por el partido aprista. Son nuevas fuerzas políticas las
que se encargan de retomarlas. Surgen así, Acción Popular, la
Democracia Cristiana y el Social Progresismo como expresión política de
sectores de pequeña y mediana burguesía, intelectuales y otras capas
medias.
en que Max Weber entiende el poder, en op. cit., p. 84. Los marxistas entienden poder como expresión de
clase dominante, que controla, dirige y que necesita de la institución Estado para ejercer ese poder de
dominación de una clase sobre otra. Este poder será de una naturaleza en un Estado-Nación determinado; y,
distinto cuando ese poder es imperial cuando el poder de dominación va más allá de las fronteras. La
naturaleza del poder —hegemonía y dominación— de una clase al expandirse imperialmente lo hará en
“alianza” —dominio— con otras de los Estados coloniales, semicoloniales o neocoloniales.
260 En los 90 han sufrido una mutación, son ahora defensores del neoliberalismo.
207
progresismo. Los sectores populares, en tanto fuerzas sociales, se hicieron
presentes en la escena irrumpiendo contra las instituciones del Estado
oligárquico. La envoltura jurídico-política no pudo contener ni absorber
las contradicciones que se generaban en la sociedad. Las antiguas
facciones dominantes se mostraron incapaces de lograr un consenso
mínimo para mantenerse en el gobierno. Sus propuestas carecían de
legitimidad 261 aún en el propio campo dominante.
preceptos legales y en la ‘competencia’ objetiva fundada sobre normas racionalmente creadas, es decir, en
la orientación hacia la obediencia a las obligaciones legalmente establecidas; una dominación como la que
ejerce el moderno ‘servidor del Estado’ y todos aquellos titulares del poder que se asemejan a él”. WEBER, op.
cit., p. 85.
208
contrarrevolucionaria”, 262 este general describió el triunfo que había
tenido sobre Hugo Blanco, líder campesino, gracias a una combinación
de represión contra los líderes y de distribución de las tierras entre los
campesinos, juntamente con la apertura de carreteras, postas médicas,
escuelas, es decir, la acción cívico-militar”. 263
262 GALLEGOS, Enrique. “Un combate en la guerra contrarrevolucionaria”. Revista de la Escuela Superior de
Guerra. Volumen X, julio-setiembre, pp. 7-26, Lima, 1973. Citado por Julio Cotler, ibíd.
263 COTLER, op. cit., p. 330.
264 Un pariente del Presidente Belaunde había dicho: “La tragedia de la humanidad ha consistido en que
cuando se iban integrando al calor de la concepción cristiana de la vida los elementos: familia, comuna,
gremio, provincia y despuntaba el reino como esbozo de los estados nacionales, se rompió la unidad religiosa
y en esta crisis, nacieron los estados nacionales sin el ambiente y el orden que suponía la idea de
209
partidarizado en la Democracia Cristiana (DC). Se trataba de una
alianza que representaba a un sector de clase de la pequeña burguesía
acomodada, culta. Su programa de gobierno contenía reformas claves
para una transformación necesaria para el país con el fin de aliviar la
crisis estructural del país. En el contexto socio-político señalado la victoria
electoral de la alianza reformista no fue sino la expresión de la crisis por la
que atravesaba la dominación oligárquica.
Cristianidad.” BELAÚNDE, Víctor Andrés. “La fundación del Estado según la doctrina de la Iglesia”. En Revista
de la Universidad Católica. Tomo IX, Lima, números 8-9, noviembre-diciembre, pp. 438-457, 1941. Citado por
Julio Cotler, op. cit., p. 311. ¡Asombroso, que en pleno siglo XX, se soñara con el Estado Feudal, ya caduco en
Europa y en América del Norte desde los siglos XVIII y XIX!
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politicólogos y sociólogos del Perú llamaron superconvivencia. El fracaso
del intento reformista de la alianza AP-DC, 265 mostró la incapacidad de la
pequeña burguesía para dar respuesta, desde su propia perspectiva, a
los problemas centrales que planteaba la dinámica de la sociedad
peruana. Históricamente se rompen sus relaciones con el movimiento
popular, en el cual se apoyaron 266 inicialmente; se ven obligados a
redefinir su proyecto político. El viraje de Fernando Belaúnde de los
primeros 100 días de gobierno, al Belaúnde del Acta de Talara (1968), 267
es una expresión clara de este desencanto como representante político
de los sectores que emergen a sustituir a las fracciones oligárquicas en el
ejercicio de la dominación política. La crisis política que vive el país entre
1967 y 1968 es más que la crisis de un gobierno o de un régimen, es la
crisis del Estado, de sus instituciones políticas y de una clase. 268
reivindicaciones. Las masas los va a aglutinar en un programa populista usando el colectivismo ancestral de
los sectores quechuas y aymaras, principalmente, basado en el trabajo colectivo, se les incorpora en la
construcción de obras de infraestructura vial pequeñas, construcción de escuela, campos deportivos, obras
comunales, etc. Cuando el programa se agota hace crisis el modelo populista el cual es esencialmente
auspiciado por el gobierno americano mediante el Programa de la Alianza para el Progreso.
267 Una seudonacionalización de la IPC o norteamericana, con lo que se pretendía engañar a la población del
Perú.
268 Véase PEASE GARCÍA, El ocaso del…
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Las nuevas tendencias, que se expresan en la crisis política, atraviesan
los aparatos de Estado y se manifiestan también al interior mismo de las
FF. AA., la base fundamental de sustento del Estado. Nuevas corrientes
sociales y políticas se desarrollan así al interior del ejército, que de
“guardián de la oligarquía” se transforma en el actor central de un
proceso de reformas que terminan por “liquidar” las bases sociales y
políticas de las fracciones oligárquicas 269 que en buena medida
impedían la modernización de la economía. La incapacidad de los
partidos de la burguesía industrialista para hacer frente a las tareas de
transformación social y democratización política, la ausencia de una
alternativa política nacional-popular en la coyuntura, y los cambios
producidos al interior de las FF. AA. y del Ejército en particular, van a ser
los factores centrales que explicarán los acontecimientos posteriores. Las
principales banderas antioligárquicas fueron asumidas por sectores del
Ejército iniciándose un proceso cuya significación se resume en “El Ocaso
del Poder Oligárquico”. 270 Este proceso redefinirá el cuadro social y
político del país.
269 Sobre los cambios al interior de las FF. AA., ver VILLANUEVA, Víctor. El militarismo en…. Además, del mismo
autor ver El CAEM y la revolución de las Fuerzas Armada. Lima, Instituto de Estudios Peruanos (IEP), 1972.
270 VEASE GARCÍA, op. cit.
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