Sistema Nervioso

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EL SISTEMA NERVIOSO: CENTRAL Y

PERIFÉRICO

Al igual que el resto de animales, el ser humano es capaz de percibir y asimilar


información tanto del espacio externo que le rodea como de su propio interior;
captando, de forma consciente o inconsciente, las señales que el mismo cuerpo
emite desde cualquier parte de este.

El sistema nervioso es el encargado de recibir y emitir dichas señales,


gestionando y organizando las diversas labores y actividades del cuerpo. Este
cometido ha hecho que se le considere la estructura más compleja de todas que
trabajan en el cuerpo humano. Pero que sea complicada de entender no significa
que no podamos comprender, al menos superficialmente, cómo es y cómo
funciona. A continuación, veremos cuáles son las partes del sistema nervioso
y cuáles son sus cometidos.

¿Qué es el Sistema Nervioso y qué partes tiene?

El sistema nervioso posee la función de organizar, coordinar y gobernar las


labores que el cuerpo humano lleva a cabo, constituyéndose como una
especie de red interna que abarca todo el cuerpo. Para ello se sirve de una
agrupación de órganos y estructuras cuya tarea fundamental es la de recoger y
procesar los estímulos y señales, procedentes tanto del interior como del
exterior, para así conseguir una adecuada interacción con todo lo que rodea a la
persona.

Todo este conjunto está originado a partir de tejido nervioso de origen


ectodérmico, esto significa que forma parte de todas aquellas partes del cuerpo
que se formaron en primer lugar en el embrión.

Asimismo, este tejido nervioso está formado por unas células llamadas
neuronas, las cuales son células especializadas en comunicarse mediante
señales químicas y eléctricas que recorren todo el cuerpo humano hasta llegar
al cerebro, el cual las procesa y envía una respuesta de vuela al resto del
organismo.

Se ha constatado que el número de neuronas que forman el cerebro es de


alrededor de 100.00 millones.

Existen varias formas de estudiar y dividir el sistema nervioso humano, este


artículo se centrará en el punto de vista anatómico. Desde esta perspectiva esta
compleja estructura se está formada por el sistema nervioso central (SNC), en
cual comprende el encéfalo y la médula espinal; y el sistema nervioso periférico
(SNP) el cual se compone de todos los nervios que parten del SNC y se
extienden a lo largo del cuerpo.

1. EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (SNC)

El sistema nervioso central posee una serie de particularidades propias. Algunas


de estas son:

 Sus órganos más importantes están sumamente protegidos del ambiente


externo, concretamente por tres membranas llamadas meninges.
 Las células funcionales del sistema nervioso central se agrupan formando dos
organizaciones diferentes: la materia blanca y la materia gris.
 El medio de transmisión de la información es a través de unos pequeños orificios
situados en el encéfalo y en la médula, dentro de los cuales se encuentra
el líquido cefalorraquídeo.

Como vimos anteriormente, el sistema nervioso central está formado por dos
estructuras diferentes: el encéfalo y la médula espinal.
1. Encéfalo

El encéfalo es la estructura del sistema nervioso central que se encuentra


dentro del cráneo. Este conjunto de órganos domina todos los aspectos
corporales, incluidas todas las funciones tanto voluntarias como involuntarias
que puede hacer una persona.

Desde el punto de vista anatómico el encéfalo incluye el cerebro, el cerebelo


y el tallo cerebral, estando estos también formados por otras estructuras que
se explican a continuación.

1.1. Cerebro

Es el órgano más conocido de todo este sistema y también el que posee un


tamaño más considerable.

El cerebro está fraccionado en dos grandes hemisferios, el hemisferio


izquierdo y el derecho, y en medio de los cuales se encuentra la cisura
interhemisférica. Asimismo, estos dos hemisferios se comunican mediante un
haz de fibras nerviosas llamadas cuerpo calloso.

El área exterior del cerebro es conocida como corteza cerebral, formada a


partir de materia y gris, la cual toma la forma de unos pliegues llamados
circunvoluciones. Bajo esta capa de materia gris se encuentra la materia blanca.
Además. la sustancia gris también forma parte de otras estructuras como
el tálamo, el núcleo caudado y el hipotálamo.

Entre muchas otras funciones, el cerebro es el encargado de procesar la


información proveniente de los diferentes sentidos, así como de controlar el
movimiento, la cognición, las emociones, la memoria y el aprendizaje.

1.2. Cerebelo

Situado en la parte inferior y posterior del encéfalo, el cerebelo es el encargado


de integrar los procesos sensoriales y motores del cuerpo humano.
Este está conectado a otras estructuras encefálicas y a la médula espinal
mediante una infinidad de haces nerviosos, de forma que este consigue
participar de todas las señales que la corteza envía al sistema locomotor.

Asimismo, estudios recientes han revelado que es posible que el cerebelo


participe en otras funciones, incluidas las relativas al procesamiento cognitivo y
del lenguaje, al aprendizaje, e incluso en el procesamiento de otros estímulos
sensoriales como la música.

1.3. Tallo cerebral

También conocido como tronco encefálico o tronco cerebral, este se constituye


como la mayor vía de comunicación entre el cerebro, la médula espinal y los
nervios periféricos. Igualmente, este sistema formado por materia gris y blanca
es capaz de controlar diversas tareas como la respiración o el ritmo cardíaco.

Las estructuras que forman parte del tronco encefálico son el mesencéfalo, la
protuberancia anular y el bulbo raquídeo, también conocida como médula
oblongada.

2. Médula espinal

La médula espinal tiene la fundamental misión de transportar los impulsos


nerviosos desde el encéfalo hasta los 31 pares de nervios del sistema
nervioso periférico.

Existen dos vías principales por las cuales transcurre la información:

 Vía aferente: en la que la información circula desde el tronco, el cuello y las


cuatro extremidades hasta el cerebro.
 Vía eferente: las señales viajan del cerebro al resto del cuerpo.

Asimismo, algunos de sus otros cometidos implican el mando de los movimientos


vegetativos e inmediatos.
2. SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

El sistema nervioso periférico es el responsable de transmitir las señales


mediante los nervios espinales y raquídeos, los cuales se encuentran fuera
del sistema nervioso central, pero tienen el fin de conectarlo con el resto de
estructuras y sistemas.

Si seguimos con la clasificación anatómica el SNP se compone de nervios


craneales y espinales.

El sistema nervioso periférico está compuesto por nervios y ganglios que


conectan el sistema nervioso central con el resto del cuerpo y controlan los
movimientos voluntarios, la digestión o la respuesta de lucha-huida.

En este artículo describiremos el sistema nervioso periférico y sus dos


subdivisiones: el sistema nervioso autónomo o vegetativo y el somático.

¿Qué es el sistema nervioso periférico?

El sistema nervioso de los animales, incluidos los seres humanos, se ocupa de


la transmisión de los impulsos electroquímicos que permiten el funcionamiento
de un gran número de procesos biológicos. Se divide en dos conjuntos de
conexiones: el sistema nervioso central, compuesto por el cerebro y la médula
espinal, y el sistema nervioso periférico.

El término “periférico” denota la localización de los componentes de esta red


neural en relación al sistema nervioso central. Las neuronas y las fibras que
componen el sistema nervioso periférico conectan el cerebro y la médula
espinal con el resto del organismo, haciendo posible el intercambio de señales
electroquímicas con todo el cuerpo.

A su vez el sistema nervioso periférico consta de dos subdivisiones: el sistema


nervioso autónomo, que controla los órganos internos, la musculatura lisa y
funciones fisiológicas como la digestión, y el somático, compuesto
principalmente por los nervios craneales y espinales.
A diferencia del sistema nervioso central, el periférico no se encuentra
protegido por el cráneo, la columna vertebral y la barrera hematoencefálica.
Esto hace que sea más vulnerable a distintos tipos de amenaza, como las
lesiones traumáticas o la exposición a toxinas.

El sistema nervioso vegetativo o autónomo

El sistema nervioso autónomo, vegetativo o involuntario está compuesto por


fibras sensitivas y motoras que conectan el sistema nervioso central con la
musculatura lisa y la cardiaca, así como con las glándulas exocrinas, que se
encuentran en todo el organismo y cumplen funciones idiosincráticas.

Los músculos lisos se localizan en los ojos, donde se asocian a la dilatación y la


contracción de la pupila y a la acomodación del cristalino, en los folículos pilosos
de la piel, en los vasos sanguíneos, en las paredes del sistema digestivo y en los
esfínteres de la vesícula urinaria y de la biliar.

A través de la acción del sistema nervioso autónomo se produce el control de


la digestión, de la frecuencia cardiaca y de la respiratoria, de la micción, de
la respuesta sexual y de la reacción de lucha-huida. Este proceso, también
conocido como “respuesta de estrés agudo”, consiste en una descarga de
neurotransmisores con función protectora ante amenazas.

También dependen del sistema vegetativo los reflejos autónomos o


viscerales, una serie de respuestas automáticas que aparecen como
consecuencia de determinados tipos de estimulación. Entre estos encontramos
los reflejos oculares, los cardiovasculares, los glandulares, los urogenitales y los
gastrointestinales, principalmente el peristaltismo.

Las ramas simpática, parasimpática y entérica

Es muy conocida la subdivisión del sistema nervioso autónomo en dos ramas: la


simpática y la parasimpática, responsables del mantenimiento de la homeostasis
o equilibrio del medio interno del organismo. Sin embargo, existe una tercera
rama que se deja de lado con frecuencia: el sistema nervioso entérico,
encargado del funcionamiento del tracto intestinal.

La activación del sistema nervioso simpático se relaciona con la respuesta de


lucha-huida: aumenta el consumo de energía por parte del organismo para
permitir funciones como la liberación de catecolaminas, la broncodilatación o la
midriasis (dilatación pupilar). El sistema parasimpático controla la relajación
de los esfínteres, la digestión o la miosis (contracción pupilar).

Estas dos ramas del sistema nervioso autónomo siempre actúan de forma
conjunta; sin embargo, distintos estímulos y señales fisiológicas pueden hacer
que se desequilibren por tal de que las funciones de una de ellas predominen
sobre las de la otra. Por ejemplo, las respuestas de excitación sexual se asocian
a la activación del sistema parasimpático.

Por su parte, el sistema nervioso entérico se ocupa de la inervación (tanto


sensitiva como motora) del tubo digestivo, del páncreas y de la vesícula biliar, y
por tanto del control de la musculatura lisa, de los vasos sanguíneos y de
las mucosas que se sitúan en estas regiones.

El sistema nervioso somático

El sistema nervioso somático está compuesto por nervios y ganglios con


funciones sensoriales y motoras que permiten la conexión entre el sistema
nervioso central y el resto del cuerpo.

Los nervios son conjuntos de fibras nerviosas, es decir, de axones neuronales,


por lo que se especializan en la transmisión de impulsos electroquímicos. Los
ganglios nerviosos están compuestos por los somas o cuerpos celulares de las
neuronas del sistema nervioso periférico; en ellos tiene lugar el relevo de señales
entre las distintas estructuras del sistema nervioso.
Esta subdivisión del sistema nervioso periférico se relaciona con el control
voluntario de la contracción de la musculatura esquelética, así como con el
de los arcos reflejos, que permiten la ejecución de respuestas automáticas por
parte de las propias motoneuronas, antes de que el sistema nervioso central
reciba las aferencias sensitivas correspondientes.

Las vías por donde viaja la información sensorial

Para entender los conceptos de lo aferente y lo eferente es muy útil imaginarse


el funcionamiento del sistema nervioso tal y como lo hacen los psicólogos
cognitivos, que utilizan la metáfora del ordenador como modelo descriptivo
de las redes neuronales. Según esta metáfora, tanto el cerebro como todo el
sistema nervioso funciona de manera similar a como lo hace un ordenador; tiene
una parte de su estructura dedicada a estar en contacto con el entorno que le
rodea y otro que se dedica a trabajar con datos que ha almacenado y procesado
para obtener nueva información. Así, las neuronas del encéfalo y la médula
espinal serían esta parte "interna" del ordenador, mientras que los nervios que
brotan de la columna vertebral y llegan a los rincones más recónditos del cuerpo
son la parte en contacto con lo exterior.

Esta última parte del sistema nervioso, llamado sistema nervioso periférico, es
donde se encuentran las vías aferentes y las eferentes, que son los canales de
entrada y de salida del sistema nervioso central, respectivamente.

Así pues, por las vías aferentes viaja toda la información que entra a través de
las neuronas sensoriales, es decir, las que transforman la información que
recogen los sentidos y las transforman en impulsos nerviosos. En cambio,
las vías eferentes son las encargadas de propagar los impulsos eléctricos que
están destinados a activar (o desactivar) ciertas glándulas y grupos musculares.

De este modo, si nos quisiéramos ceñir a un esquema explicativo simple sobre


lo que es una aferencia y una eferencia, diríamos que la primera informa al
sistema nervioso central sobre lo que ocurre en el resto del cuerpo y en los datos
acerca del entorno que este recibe, mientras que las neuronas eferentes se
ocupan de "transmitir las órdenes" e iniciar la acción.

Del mismo modo, la palabra aferencia sirve para designar a la información que
viaja por estas vías del sistema nervioso periférico, mientras que el término
eferencia se utiliza para referirse a la salida (o output) de datos que va desde el
sistema nervioso central hasta fibras musculares y glándulas encargadas de
liberar todo tipo de sustancias y hormonas.

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