Novena Virgen Del Rosario 2024

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

Oraciones para todos los días

Oración inicial

¡Oh Madre Santísima, Virgen del Rosario!


Vos que introdujisteis en la Iglesia, por medio
de vuestro privilegiado hijo Santo
Domingo de Guzmán, la pode-
rosa oración del Santo Rosa-
rio, haced que abracemos esta
santa devoción y gocemos de su
protección y auxilio; de suerte
que aquellas místicas rosas de
cada “Ave María”, sean en nues-
tros labios y corazón, medicina
para nosotros pecadores.
Amén.

Pedir aquí con confianza


las gracias que se desean
obtener con esta novena.
Oración final

¡Oh Santísima Virgen del Rosario, Madre


de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso
de todos los afligidos! Por aquella con-
fianza y autoridad de Madre con que
podéis presentar nuestros ruegos al que
es Juez Soberano de nuestro bien, inter-
ceded en favor nuestro. Conseguidnos el
reformar con el rezo diario del Santo Rosa-
rio nuestras vidas, adquiriendo en tan
dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo
Jesús, hasta que podamos adorarlo y amar-
lo en el Cielo por los siglos de los siglos.
Amén.
Primer Día

“Dios te salve”

¡Cuánto mi alma se alegra, Santísima


Madre, con los dulces recuerdos que en
mí despierta esta salutación! Se llena de
gozo mi corazón al decir el “Ave María”,
para acompañar el gozo que llenó Vuestro
espíritu al escuchar de boca del Arcángel
Gabriel, alegrándome de la elección que
de Vos hizo el Omnipotente para darnos el
Señor.

Amén.
Segundo Día

“María”

¡Nombre santo! Dignaos, amabilísima


Madre, sellar con vuestro nombre el memo-
rial de nuestras súplicas, dándonos el
consuelo de que lo atienda benignamente
vuestro Hijo Jesús, para que alcancemos
fastidio grande a todas las vanidades del
mundo, firme afición a la virtud, y ansias
continuas de nuestra salvación eterna.

Amén.
Tercer Día

“Llena eres de gracia”

¡Oh Santísima Virgen! Aquel inmenso


Señor, que por su esencia se halla con todas
las cosas, está en Vos y con Vos por modo muy
superior. Madre mía, dame vuestro amor.
Pero, ¿Cómo ha de venir a nuestro cora-
zón de tan poca limpieza, aquel Amor que
inundó vuestro Inmaculado y Sapiencia
Corazón? ¡Oh! muera en nosotros toda
impureza para que habite en nuestra alma
el Señor.

Amén.
Cuarto Día

“El Señor es contigo”

¡Dulce Madre! Sagrario riquísimo en que


descansó corporalmente la plenitud de
la Divinidad: a vuestros pies se presenta
despojada mi pobre alma, pidiendo la gracia
y amor de Dios, con el que fuisteis enrique-
cida, haciéndote llena de virtud, llena de
santidad, y llena de gracia.

Amén.
Quinto Día

“Bendita Tú eres entre todas las mujeres”

Vos sois la gloria de Jerusalén: la alegría


de Israel: el honor del pueblo santo de Dios.
Obtenga por vuestra intercesión nues-
tro espíritu la más viva fe, para considerar
y adorar con vuestro santo Rosario las
misericordias que en Vos y por Vos hizo el
Hijo de Dios.

Amén.
Sexto Día

“Bendito es el fruto de tu vientre Jesús”

Lloro, oh Madre mía, pues he cometido


tantos pecados, sabiendo que ellos hi-
cieron morir en la Cruz a vuestro Hijo. Sea
el fruto de mi oración, que no termine nunca
de llorarlos para reparación de nuestras
faltas, hasta poder bendecir eternamente
aquel purísimo fruto de vuestro vientre en
el Cielo.

Amén.
Séptimo Día

“Santa María, Madre de Dios”

No permitáis que se pierda mi alma com-


prada con el inestimable precio de la sangre
de Jesús. Dadme un corazón digno de Vos,
para que amando el recogimiento, sea mi
delicia rezaros el santo Rosario, adorando
con él a vuestro Hijo, por lo mucho que hizo
para nuestra redención, y por lo que os
ensalzó, haciéndoos Madre suya.

Amén.
Octavo Día

“Ruega por nosotros pecadores”

¡Madre de piedad! A Vos solo dijo aquel


Rey soberano de la gloria: Vos sois mi
Madre. Alcanzadme humildad y plena con-
fianza, dispuesto de este modo, con el auxi-
lio de Dios, a recibir los favores de la Divina
misericordia, por los méritos de vuestro
Hijo y Redentor nuestro.

Amén.
Noveno Día

“Ahora, y en la hora de nuestra muerte”

Estamos siempre expuestos a perder la


gracia de Dios. Haced que no me separe de
Dios y de Vos, Madre Santísima, en el último
momento de la vida, que habrá de ser deci-
sivo de mi eterna suerte. ¡Oh Madre de
piedad! concededme el consuelo de morir
bajo vuestra protección y en el amor de mi
Señor Jesús.

Amén.
@caballerosdelavirgenecuador @heraldos_ecuador @caballerosdelavirgen_ec @CaballerosdelaVirgenEc @Cab_Ecuador fe.heraldos.ec/

También podría gustarte