Libro Negro Del Periodismo
Libro Negro Del Periodismo
Libro Negro Del Periodismo
Bernardo Daz Nosty De la presente edicin (Madrid, septiembre de 2011): Ctedra UNESCO de Comunicacin-Universidad de Mlaga Asociacin de la Prensa de Madrid
Supervisin editorial: Ferran Fernndez Ilustraciones de El Roto, aparecidas en el diario El Pas, cedidas para su reproduccin por el autor de las mismas. Fotografa de portada: imagen tomada de CNN+ el ltimo da de emisin. ISBN 978-84-87641-47-3 Depsito legal: M-35439-2011 Printed in Spain. Impreso en Espaa por AFANIAS Industrias Grficas (Madrid).
Se prohbe la reproduccin total o parcial de esta obra incluido el diseo grfico y de portada, sea cual fuere el medio, electrnico o mecnico, sin el consentimiento de los editores.
CONTENIDO
Prlogo [Fernando Gonzlez Urbaneja] Por qu un libro negro? Crisis en tiempo de bonanza La burbuja meditica Polarizacin poltica Intervenciones sobre los contenidos Presiones y extorsiones en la cultura de la corrupcin Realidad bipolar, credibilidad y sensacionalismo Asimetra y dependencia Ausencia normativa y crisis de la autorregulacin Sin preguntas ni debate no hay democracia La transparencia como objetivo Para entender otros aspectos de la crisis La burbuja acadmica Precarizacin y paro Hacia la destruccin de 5.000 puestos de trabajo Experimentacin social y nuevo paradigma Propuestas para el rescate Anexos 1:Valoracin crtica del periodismo entre los estudiantes universitarios 2: Presiones externas a la redaccin en la agenda de los medios Textos complementarios: Periodismo: formacin desorientada [Miquel de Moragas] El futuro del periodismo [Fernando Gonzlez Urbaneja] 11 13 16 20 22 24 26 34 36 42 46 50 52 54 62 72 82 86 97 105 59 91
ltimamente, entre los periodistas-periodistas abunda la indignacin, muchas veces sorda, con muy distintas y sobradas causas y con pretensiones confusas. El denominador comn es un estado de irritacin, de hartazgo por lo que ocurre y por cmo se percibe el futuro. Muchos periodistas, la mayora, quieren hacer periodismo, pero no el periodismo que les proponen y al que les empujan sus medios. Estos son tiempos de desasosiego, de decepcin, de un cierto fatalismo. Tiempos de muy poco debate y demasiado silencio en las redacciones. Qu hemos hecho para merecer, para conseguir, lo que tenemos? El profesor Daz Nosty se ha preocupado por el periodismo y los periodistas desde hace muchos aos; recuerdo algn trabajo suyo, a mediados de los setenta, cuando era un periodista recin titulado, en alguna revista ya desaparecida en la que indagaba la vida de los medios, cuando todava no se dedicaba a la Universidad. Luego ha sido un pionero y un artesano de los estudios sobre el sector, tanto en su dimensin empresarial como en la profesional. El texto que sigue, con ttulo provocador, libro negro, pero bastante ajustado a una realidad oscura, tiene carcter de alegato, como el autor sostiene en los primeros prrafos. Estamos ante un texto tenso, seguramente escrito de corrido, aunque con reflexin previa, documentacin y discusin. El alegato resume casi telegrficamente el estado de la cuestin y pincha unos cuantos globos, algunas falacias que se han ido montando como excusas para evadir los problemas. Utilizar la imagen de CNN+ como portada de este texto tiene mucho de alegrico, la liquidacin de ese proyecto informativo fallido fue como un mazazo profesional, el reconocimiento de un fracaso maysculo. El azar, o la necesidad, quiso que por razones de oportunidad o de urgencia el dial que ocupaba CNN+ se llenara como telerrealidad, con esas banalidades que escandalizan tanto como captan a una multitud de curiosos de la intimidad ajena.
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Unos aos antes, la reestructuracin de RTVE fue tambin un acontecimiento decepcionante que descapitaliz esa casa, y que puso de manifiesto la debilidad de la resistencia profesional. Nos pasaron por encima como una apisonadora y ni siquiera protestamos. Es cierto que la situacin era insostenible por un dficit crnico y una deuda insoportable, pero haba otras opciones y, sobre todo, caba una defensa profesional ms contundente. No fuimos capaces de materializarla y perdimos todos. Quiz los males venan muy de atrs. El alegato del profesor Daz Nosty hurga en las tumultuosas y concupiscentes relaciones entre poltica y periodismo, entre los aparatos de los partidos y del gobierno y los medios de comunicacin. Un desastre, una catstrofe para la credibilidad. Forma parte decisiva del problema, mucho ms que la crisis econmica o el desafo tecnolgico. La poltica, la mala poltica, clientelar y manipuladora ha ocupado la agenda, domina la agenda de los medios y los aleja de sus verdaderos clientes, los ciudadanos. Este libro negro debe servir para la movilizacin, ms all de la toma de conciencia, porque los periodistas saben lo que les pasa, aunque no el camino para salir del negro laberinto.
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Por qu un libro negro? Un libro negro es una denuncia. Un alegato con vocacin constructiva, regeneradora, propositiva. ste, en concreto, busca ordenar argumentos para el rescate del periodismo en Espaa, objetivo que no debe ser confundido con la intencin de una mirada nostlgica de perodos que han sido superados por los nuevos usos sociales y el desarrollo tecnolgico. La idea de rescate encierra una provocacin, directamente asociada al empleo reiterado del trmino durante la actual crisis econmica. El rescate de la Banca, por ejemplo, ha sido un objetivo prioritario de los Gobiernos, mediante una transfusin de recursos al sistema financiero. La crisis econmica ha afectado seriamente a la industria de los medios, a su explotacin comercial, pero tambin a aspectos relacionados con la esfera pblica, que no son planteados como objeto de rescate por quienes limitan el alcance de la recesin sectorial a las cuentas de resultados. El periodismo, que constituye uno de los principales nutrientes de la opinin pblica y est relacionado con la salud democrtica, vive en Espaa un momento especialmente delicado. Por ello, la reflexin que aqu se plantea no busca tanto soluciones para la recuperacin del negocio, porque el negocio no es el objeto determinante de la actividad profesional, como el rescate de una funcin social estrechamente relacionada con la transparencia y la atencin al derecho a la informacin de la sociedad. Lo que no significa, lgicamente, ignorar o minimizar los problemas que ataen a la gestin industrial de los medios, por cuanto han provocado, desde mucho antes de la actual crisis, la precarizacin laboral y la merma en la calidad del trabajo periodstico. La recesin econmica no ha sido la causa primera de la crisis del periodismo, sino que ha venido a agravar la situacin que, con anterioridad, exista en el negocio de los medios. La crisis es previa y est relacionada con la gobernanza del sistema en un nuevo escenario tecnolgico y cultural.
A lo largo del libro, se incluyen 16 vietas de Andrs Rbago, El Roto, aparecidas en el diario El Pas entre 2006 y 2011. Los editores agradecen al autor la autorizacin para su reproduccin.
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| Libro negro del periodismo en Espaa Desde hace tiempo se advierte, de modo especial entre las nuevas generaciones, insatisfaccin con las soluciones informativas que ofrece la industria. Los jvenes estn mejor y ms extensamente formados, y sus planteamientos vitales y culturales apuntan a una ruptura generacional. La formacin adquirida los lleva a demandar otros contenidos de los medios, o incluso a buscar alternativas a estos, al tiempo que se muestran ms refractarios a la manipulacin, la propaganda y la desinformacin. La competencia de amplios sectores de la poblacin en el manejo de las nuevas extensiones tecnolgicas y el hecho de que una literatura posibilista haya argumentado un paradigma social basado en la comunicacin, la interaccin y la transparencia reducen el inters de aquellos por las expresiones tradicionales de la industria. Y, cuando esta atiende las nuevas demandas, las instrumentaliza en trminos que no son plenamente aceptados por una poblacin con ms recursos y vas de acceso a la informacin. La crisis de los productos periodsticos es anterior a la recesin econmica, pero esta ha servido para evidenciar sus carencias. Se ha descubierto un periodismo erosionado en su credibilidad por la cercana con el poder, que lo aleja de la realidad social y el abandono de su funcin de control democrtico. Episodios como Wikileaks ponen de relieve debilidades graves en la prctica periodstica, pero, al mismo tiempo, verifican la capacidad liberadora de transparencia que pueden aportar los medios. Antes del estallido de la recesin econmica, los problemas del periodismo estaban presentes en la literatura profesional y acadmica, que haca hincapi en su degradacin. La orientacin de los grandes medios, marcada por el predominio de valores mercantiles y las servidumbres que su exceso conlleva, haba afectado a la agenda y a la calidad de los contenidos, progresivamente inclinados hacia el sensacionalismo y el espectculo. Estrategias comerciales que, con frecuencia, integran los contenidos informativos en soluciones y formatos inadecuados, con el consiguiente manejo especulativo de las audiencias.
El Roto (30-11-2007)
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| Libro negro del periodismo en Espaa Crisis en tiempo de bonanza Una de las facetas de la crisis del periodismo, acentuada en Espaa durante los aos de bonanza econmica, fue la ampliacin excesiva del sistema de medios y la aparicin de otras expresiones mediticas que eran calificadas, sin serlo, de periodsticas e informativas. La ambigedad provoc una extensin confusa del concepto genrico de periodismo. Confusin mitigada en otras naciones europeas, donde no todos los comunicadores tienen la consideracin de periodistas y se mantiene una distincin clara del periodismo con el entretenimiento, la publicidad, la accin mediadora institucional y las relaciones pblicas... En la televisin generalista de Francia, Alemania o Reino Unido, el trabajo del periodista se cie bsicamente a los espacios informativos y de debate de la actualidad, y no invade artificialmente otros programas propios del espectculo. A la confusin y la incertidumbre, que ya se adverta a finales del pasado siglo, tambin ha contribuido el optimismo tecnolgico y la complacencia de los propagandistas del llamado periodismo digital. Vincularon la crisis del periodismo a la decadencia del soporte papel, y no tanto a la necesidad de regenerar las prcticas profesionales, la tica y la calidad narrativa. Tampoco se rebelaron frente a la que se fue configurando como una subdivisin industrial del periodismo la prensa online, con una precarizacin acusada en las condiciones del empleo y un incremento en la exigencia de competencias multimedia. Se trazaron escenarios de futuro vinculados a modelos ficticios de negocio y se desarroll una literatura acadmica admirativa del resplandor tecnolgico, con escasa reflexin sobre el papel social del periodismo y las estrategias especulativas de la industria. Estas visiones, escasamente crticas, marcaron un antes y un despus, una lnea divisoria entre dos soportes de la prensa que participaban de una misma premisa constructiva. Se asignaron rbricas profesionales diferenciadoras, con el empleo de trminos en los que la tecnologa y el soporte se apoderan del concepto matriz. Es el caso del ciberperiodismo, en cuyos enunciados y prcticas no destaca la lectura crtica, a pesar de que, durante los primeros aos de su implantacin, ya se observaron sntomas de subordinacin de los valores ticos del periodismo. El discurso admirativo de las tecnologas ha limitado la reflexin relativa a su indudable potencial transformador y su contribucin al desarrollo del periodismo. Se asoci el xito de las nuevas soluciones a modelos de negocio en recesin y a estrategias conservadoras. Solo en los ltimos aos se advier-
Libro negro del periodismo en Espaa | 17 te una reorientacin hacia los aspectos culturales y sociales, pero, con frecuencia, se ignora el papel central del periodismo. Si bien las transformaciones tienen, cada vez ms, un carcter global, que reduce la singularidad de las respuestas locales, la naturaleza del periodismo en Espaa muestra particularidades que acentan la gravedad de su crisis. Los textos acadmicos distinguen claramente entre las dietas mediticas de las poblaciones del norte y del sur de Europa. Las septentrionales incorporan un mayor porcentaje de los nutrientes periodsticos, muy complementados por el uso simultneo de los distintos medios y soportes, mientras que en el sur las prcticas de consumo estn ms vinculadas al entretenimiento y el ocio, con un peso an dominante del audiovisual generalista. En las naciones del norte, donde se da una mayor distincin entre informacin y opinin, los medios suelen distanciarse del poder y basan su xito en las relaciones de credibilidad y confianza con sus pblicos. Los cdigos y las instancias garantistas difieren, en su prctica cotidiana, de los que se conocen en Espaa. Esto no significa idealizar las bondades externas, ya que la naturaleza comercial de los medios los lleva a intentar desprenderse de las obligaciones que los vinculan a la esfera de las libertades pblicas. As se ha puesto de relieve en el Reino Unido con los manejos de opinin, el abuso de posicin dominante y la injerencia en la vida de las instituciones del conglomerado meditico-cultural de Rupert Murdoch. Las distintas circunstancias nacionales fueron tenidas en cuenta en la resolucin del Parlamento Europeo de 24 de abril de 2004, relativa a la libertad de prensa, donde se sugiere la existencia anmala de dos velocidades en el desarrollo democrtico de los medios en la UE. En el marco comunitario, que seala como objetivos de convergencia la pluralidad y la transparencia, Espaa no destaca por estas virtudes.1 Todos los Gobiernos de la democracia espaola han coincidido en afirmar que la mejor poltica de comunicacin es la que no
u 1 La
ltima en la Unin Europea en regular una alta autoridad del audiovisual que, no obstante, no ha sido constituda, a pesar de que las soluciones comerciales del sector estn, en su gran mayora, en manos de capital forneo. Asimismo, se mantiene como la nica en Europa sin una normativa de transparencia de la informacin pblica, de la que el Gobierno haba redactado un anteproyecto de ley, que queda congelado como consecuencia del adelanto electoral anunciado en julio de 2011.
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| Libro negro del periodismo en Espaa existe, pero han desplegado una real poltica de relaciones de poder al margen del marco normativo. La vecindad entre el poder y los medios, con ausencia de mecanismos de regulacin y control, ha permitido dar alas a las estrategias expansivas del sistema, mediante concesiones y apoyos a los intereses de las corporaciones afines a los Gobiernos y el blindaje de los altavoces mediticos. Los Gobiernos no solo han operado sobre los medios de titularidad pblica, dando, en muchos casos, un sesgo gubernamental y propagandstico a sus contenidos informativos, sino que, al igual que la oposicin, se han apoyado en los privados para sus tcticas de polarizacin poltica. Una accin que ha restado credibilidad al periodismo y reducido su espacio de intervencin crtica. La crispacin y la representacin bipolarizada de la realidad no se corresponden con la percepcin ms matizada que tiene la opinin pblica. La disonancia entre el discurso de los medios informativos y las audiencias ha acentuado la prdida de confianza en los primeros, porque su discurso refleja de algn modo el abandono de su funcin crtica cercana a la sociedad. Todas las naciones de Europa sufren la crisis, pero hay singularidades en Espaa que la hacen ms intensa. Antes de la recesin econmica, el modelo meditico espaol apareca definido por valores que no convergan con los europeos: difusin relativa de la prensa tres y cuatro veces inferior a la de naciones como Alemania, Reino Unido, Pases Bajos...; consumo muy orientado hacia el espectculo audiovisual generalista; menor desarrollo de la independencia profesional del periodista, debida a sus debilidades organizativas; ausencia de compromisos ticos verificables; fuerte dependencia poltica de las empresas; precarizacin laboral; contaminacin de la escena informativa por falsos periodistas en un marco de competencias profesionales abierto y ambiguo1 La posicin de los grupos empresariales de comunicacin, como actores prcticamente nicos en la interlocucin con el Gobierno, ha reducido el eco de las propuestas sobre la necesidad de regeneracin de los medios. Aquellos se han convertido en los orientadores privilegiados de la accin sectorial del Ejecutivo, aunque operen sobre un campo ms extenso que afecta a la opinin pblica, el derecho a la informacin y la salud de la democracia. Se ha desviado el asunto de los medios
u 2
Las alianzas mediticas han variado con los distintos mandatos presidenciales, creando inestabilidad y ampliando artificialmente la dimensin del sector.
Daz Nosty, B., El dficit meditico. Donde Espaa no converge con Europa. Bosch, Barcelona, 2005.
El Roto (02-05-2009)
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| Libro negro del periodismo en Espaa hacia una simple cuestin de mercado. La exclusin del discurso crtico y el debate ha provocado una prdida de autoestima entre los periodistas, relegados a un plano de severidad laboral, donde los derechos y los atributos que amparan el ejercicio profesional en otras naciones europeas aparecen aqu limitados y amenazados. El crecimiento del negocio de los medios y su apelacin a los pblicos masivos, especialmente en el mbito de la televisin, orientan los contenidos hacia soluciones de bajo perfil esttico y cultural, lo que, en el plano de los espacios informativos, se traduce en una generalizacin de los formatos ligeros, cuando no sensacionalistas. El problema es ms preocupante en un pas de poca lectura, donde el empobrecimiento de los informativos alcanza tambin a las televisiones pblicas. Todo ello genera, en trminos de cultura ciudadana y compromiso con la realidad del pas, un dficit del que no habla la clase poltica, cuyas crticas sobre los medios suelen limitarse a los conflictos derivados de la polarizacin. La burbuja meditica Se van conociendo las circunstancias que crearon un marco expansivo del negocio de los medios en Espaa. Con la llegada de la democracia se produjo una progresiva fascinacin meditica de la clase poltica, que no solo se reflejara en el carcter gubernamental de las televisiones pblicas, sino que movi a los Gobiernos a buscar alianzas con los grupos mediticos y a promover estructuras de aprovechamiento mutuo. Una interlocucin opaca entre poder y medios, refractaria a los mecanismos de control democrtico. Los cambios en La Moncloa fueron superponiendo soluciones y alternativas, pero tambin ampliando la talla del sistema, con ms medios y un volumen creciente de empleo. Se pueden distinguir etapas definidas por el color del Ejecutivo, en las que el cambio de las alianzas y de las expectativas de negocio crearon relaciones distintas de las que definen la libre concurrencia en los mercados. Relaciones descritas en trminos de cercana poltica entre el poder y los grupos mediticos. En los quince aos previos a la crisis econmica, se asisti a una expansin del sistema de medios, en parte artificial, vinculada a las tensiones de la vida poltica y a la permisividad ante soluciones carentes, muchas veces, de lgica comunicativa y profesional. En el plano de los medios nacionales, la cercana con el poder o la oposicin ha marcado el desarrollo de los grandes grupos de comunicacin, sus fases de pujanza
Libro negro del periodismo en Espaa | 21 y sus crisis. Pero la fascinacin por los medios y el uso de estos como instrumentos de interlocucin especulativa tuvieron otros desarrollos. Es conocida la proliferacin de proyectos locales desprovistos de objetivos sociales y culturales, ajenos a la tica de la cultura periodstica; esto es, soluciones especulativas o, como han sido calificados, chiringuitos mediticos, en algunas ocasiones relacionados con los excedentes de la actividad inmobiliaria. Contagiados por la experiencia central, las administraciones locales promovieron en ciudades y poblaciones medianas radios y televisiones en condiciones y nmero desconocidos en el resto de Europa. La expansin no supuso un reforzamiento de la conciencia crtica y de la estima social de los periodistas o la simple mejora en las condiciones laborales de los trabajadores de los medios. La solvencia moral de los emprendedores se plasm en la pobreza de los valores que acompaaron la formacin de una burbuja meditica, cuya mxima dimensin se alcanz a mediados del primer lustro del presente siglo. El crecimiento del sistema no contribuy a reforzar su pluralidad. La mediocridad de muchos de los proyectos demostr que en las concesiones predominaba, cuando la hubo, la solvencia econmica. En general, por ms que los textos legales que convocaron las licitaciones hiciesen alguna referencia retrica a las libertades pblicas, se resolvieron de acuerdo con criterios de afinidad poltica y capacidad econmica, con independencia de la solvencia moral, profesional y democrtica. Visto el perodo que va de 2000 a 2007 desde la experiencia de la actual crisis econmica, hay razones para afirmar, como hecho diferencial en Espaa, la existencia de una burbuja meditica que, como la inmobiliaria, no tiene equivalencia en Europa. Si las licencias de construccin en nuestro pas llegaron a superar en nmero a la suma de las del Reino Unido, Francia y Alemania, en el mbito meditico se dieron situaciones desconocidas en las naciones centrales de la Unin Europea. En las comunidades autnomas, las administraciones alentaron la expansin del audiovisual y fomentaron la TDT como la panacea comunicativa local, al tiempo que la publicidad institucional autonmica y municipal ayud a que apareciesen cabeceras impresas que, sin ese aporte econmico, habran sido ruinosas. Segn un comentario de una alta autoridad francesa de los medios, solo en Andaluca, en 2007, se prevean ms televisiones digital-terrestres que en toda Francia. La burbuja meditica se gener sin criterios de sostenibilidad, y la expansin de los proyectos de alcance informativo se
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| Libro negro del periodismo en Espaa hizo al margen de la lgica periodstica y del alcance tico de la actividad iniciada, con consecuencias que son evidentes en todas las zonas del pas.3 La burbuja se aliment con una precarizacin generalizada en las contrataciones laborales y el recurso amplio, que se contagi al conjunto del sistema, al empleo de jvenes becarios y recin licenciados. Los excedentes universitarios, fruto de otra burbuja, la acadmica, han marcado un grave desajuste laboral. El mercado se beneficia de una mano de obra cualificada y barata, pero es tal el volumen de la oferta que, incluso en los aos de bonanza econmica, la demanda de empleo solo pudo absorber una pequea parte. Polarizacin poltica La polarizacin poltica ha trasladado al seno de los medios tensiones y prcticas partidistas que alteran su funcin social, les restan credibilidad y desatienden el derecho a una informacin verificada. Esa dinmica, infrecuente en otras naciones europeas, con excepcin de Italia, ha alentado la discrecionalidad gubernamental en la concesin de licencias, el manejo de la publicidad institucional4 y otros intercambios que describen una peculiar interaccin de intereses cruzados. Circunstancia que, por su continuidad en el tiempo y su adscripcin a los ciclos legislativos, ha minado la credibilidad de los medios informativos. En la percepcin social, estos aparecen ligados, en gran medida, a la pobre valoracin que se tiene de los polticos.
Durante la Transicin y los primeros aos de la democracia, el periodismo jug un papel fundamental en la socializacin de los nuevos valores polticos.
La burbuja audiovisual pincha, titula El Pas una informacin de Rosario G. Gmez, en la que se pone de manifiesto la crisis que acerca al abismo al modelo audiovisual un ao despus del apagn analgico, en abril de 2010 (28-08-2011). Se cierran emisoras locales, incluida la municipal de Madrid, se ponen a la venta frecuencias, al tiempo que la recesin publicitaria complica el futuro de los canales autonmicos, cuya gestin en los aos de bonanza se revela desafortunada y carente de objetivos de servicio pblico. Solo los grandes operadores Telecinco y Antena 3, rescatados de la crisis con la retirada de la publicidad en TVE, cerraron 2010 con beneficios extraordinarios y concentran el 75% de la tarta publicitaria.
u 3
Pese a las legislaciones relativas a la publicidad institucional en las autonomas, que emanan de la Ley 29/2005 de 25 de diciembre de Publicidad y Comunicacin Institucional, la transparencias y el rigor en la aplicacin de las partidas publicitarias siguen suscitando dudas, como las expresadas por el Tribunal de Cuentas en su informe de fiscalizacin 904/2011 sobre las inversiones de los seis mayores municipios del pas.
u 4
El Roto (17-02-2007)
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| Libro negro del periodismo en Espaa Un anlisis de la accin legislativa descubre que la pretendida ausencia de polticas de comunicacin, independientemente del color de Gobiernos y Parlamentos, ha sido una real poltica relacionada con el control de los vectores mediticos de la polarizacin. No es fcil encontrar rastros normativos que describan los medios en una sociedad democrtica, amparen el trabajo de los periodistas, protejan a los menores y a los sectores ms vulnerables de los efectos de determinadas expresiones, favorezcan la alfabetizacin meditica o prescriban orientaciones de convergencia con las polticas de la Unin Europea y las resoluciones de su Parlamento. La estrecha relacin entre la industria y las estructuras de poder anula la virtud de control social atribuida a los medios informativos. A la vez, se agiganta el protagonismo de las corporaciones mediticas, en detrimento de los periodistas y de las audiencias. Este conjunto de circunstancias ha creado un sistema muy orientado, polarizado e intervenido, escasamente independiente. La propia estructura territorial del Estado ha permitido reproducir, a escala autonmica, formas indirectas de intervencin, ms all del control gubernamental de las televisiones pblicas. Las prcticas seguidas en las concesiones de licencias y habilitaciones, as como en el manejo de la publicidad institucional, han trasladado a la periferia del Estado las relaciones de conveniencia entre los grupos mediticos y los poderes pblicos. La cercana medios-poder poltico ha debilitado, cuando no anulado, la independencia periodstica, aprovechada, aunque en menor medida, por los anunciantes. La inversin publicitaria deja de objetivarse nicamente en los beneficios de la expresin comunicativa, que da a conocer las bondades de un bien o de un servicio, y se convierte con frecuencia en una forma de intervencin del anunciante en la agenda del medio. Intervencin en los contenidos Un estudio realizado a comienzos de 2008,5 cuando los efectos ms dramticos de la crisis an no haban repercutido en la economa de los medios, permiti conocer en qu medida anunciantes y otros actores externos a la prensa diaria estaban intervenidos o pretendan intervenir en sus contenidos, as como el tipo de mtodos que empleaban en el empeo. Debe tenerse en cuenta que el anlisis se hizo un mes despus de las elecciones generales del 9 de marzo. Se trata de una encuesta entre los directores de la prensa diaria espaola, que daba continuidad a otras tres anteriores, de 1995, 1999 y 2004. El 86,5% de los entrevistados afirm haber recibido presiones externas,
Libro negro del periodismo en Espaa | 25 siendo las instituciones pblicas, en la percepcin de los responsables de los diarios, las que mayor intervencin haban ejercido sobre los contenidos. El porcentaje ms elevado de las injerencias el 76,5% de los directores las haba sufrido est relacionado con el intento de evitar la publicacin de una noticia, mientras que un 71,2% haba recibido presiones relacionadas con amenazas de retirada de la publicidad. La encuesta revela el estado de la cuestin y la cultura empresarial que impregna los peridicos, que, no obstante, son los que mantienen los mejores estndares informativos. El 54,7% de los entrevistados asume como valor convenido el respeto a los intereses de los anunciantes. Son los propios departamentos comerciales los primeros en trasladar los intereses de los anunciantes ante la direccin. Por ello, no extraa que el 39,2% opine que se ha evolucionado hacia una integracin, en un concepto nico de gestin, de las direcciones comercial y periodstica. Incluso, un 25,5% estima que aumentan los criterios de la gestin comercial en la toma de decisiones de todo tipo. Preguntados por cules son los grados de influencia externa a la redaccin en la agenda informativa, los directores de los diarios situaban, por vez primera en los ltimos quince aos, al entramado institucional por encima de sus propios lectores, seguidos estos, en la tercera posicin, por el entramado poltico, directamente relacionado con el institucional.6 El 86,5% de los encuestados declara haber recibido presiones de los anunciantes relativas a los contenidos del diario. Presiones destinadas, sobre todo, a impedir la publicacin de una noticia (76,4%), aunque tambin para modificar un contenido (66,7%) e incluir una noticia o comentario (58,8%). La
Las guerras mediticas, provocadas por los cambios en las relaciones de poder entre poltica y medios, trascendi a la profesin periodstica, especialmente en los diarios nacionales editados en Madrid, con trincheras muy polarizadas por las opciones en juego. En la imagen, portada del libro de Jos A. Martnez Soler Jaque a Polanco.
u 5 Encuesta
de la Ctedra Unesco de Comunicacin de la Universidad de Mlaga, en colaboracin con la Asociacin de Periodistas Europeos (APE), que dan continuidad a encuestas anteriores, realizadas en 1995, 1999 y 2004. Dirigida a los directores de prensa de informacin general, se hizo entre los das 1 y 20 de abril de 2008, con 52 respuestas, el 44% de las 117 cabeceras consideradas. El objetivo del anlisis giraba en torno a la hiptesis de la pre-agenda, esto es, a determinadas circunstancias, ajenas a los principios profesionales, que podran influir, presionar e, incluso, condicionar, los contenidos del medio. Al realizarla entre directores de peridicos se tom en consideracin la literatura acadmica que los sita en una posicin de alta confianza por parte de las empresas editoras, por lo que se evitaron las preguntas acerca de esa relacin, as como si en su remuneracin se integraban complementos relacionados con objetivos comerciales.
u 6
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| Libro negro del periodismo en Espaa persuasin sobre la direccin periodstica se incentiv, en el 67,3% de los casos, con promesas de inversin comercial, mientras que, en el 71,2%, fue empleada la amenaza de la retirada de la publicidad. Preguntados acerca de qu inversores ejercen mayor presin sobre los contenidos, los directores sealan a las administraciones pblicas, describiendo una tendencia que coincide, como se ver, con la pujanza inversora de la publicidad institucional. Las diferentes formas de presin sobre la agenda y los periodistas, as como la aparente pasividad de la industria ante el fenmeno, aparece en el fondo de las diferentes expresiones de protesta profesional que tuvieron lugar en primer semestre de 2011. Estamos indignados ante los reiterados intentos de manipulacin de la informacin y de presin sobre el trabajo profesional de los periodistas, protagonizado desde distintos estamentos, especialmente desde los partidos polticos, sealaba el manifiesto de las organizaciones profesionales en la campaa Sin preguntas no hay cobertura [#sinpreguntasnocobertura). Presiones y extorsiones, en la cultura de la corrupcin Al trasladar a los responsables institucionales y polticos los resultados de la encuesta, en los que se da la circunstancia de ser ellos quienes ms presionan a la prensa, se descubre la otra cara de la realidad, que revela cmo ciertas prcticas corruptas polticas y econmicas se han ido instalando en la dependencia mutua del poder y los medios. La prensa, desde la mirada de los polticos, acosa y ofrece, a cambio de patrocinios y publicidad, el acompaamiento informativo en su lnea editorial. En las instituciones y los partidos hay, pues, otra lectura de las relaciones, que refieren prcticas comerciales que rayan en la extorsin. Segn los supuestos que se tipifican, estaramos ante expresiones al lmite de la legalidad, que supeditan la credibilidad a ingresos econmicos extras obtenidos mediante la accin directa sobre las instituciones. La crisis econmica ha acentuado el ofrecimiento, por parte de los medios, de condiciones especiales para las instituciones, que, a diferencia de los anunciantes comerciales, no buscan tanto publicitar bienes y servicios como controlar e influir en los contenidos. Esta publicidad compra espacio de buen trato informativo o, incluso, de silencio ante determinadas circunstancias.
El Roto (25-04-2008)
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Se ha pervertido tanto la informacin seala Fabin Nevado,7 que en muchos casos cuesta separar lo que es informacin de lo que es publicidad. Y no slo eso: hay bastantes medios que cobran, de manera solapada, la informacin que publican. Si el consistorio paga, hay entrevista con el alcalde e informacin de la localidad. Si no pagan, solo una informacin escueta de las fiestas locales. A travs de algunas de estas prcticas comerciales se produce un doble fraude a las audiencias. Cuando un medio inicia una campaa de acoso informativo, planteada con argumentos de investigacin periodstica, aunque destinada a sugerir vas de arreglo mediante contrapartidas comerciales, se ofrece una cara de la realidad que, una vez alcanzado el acuerdo, cambiar de la narracin crtica al tono favorable. En ambos casos accin y rectificacin se falta interesadamente a la veracidad que ampara el derecho a la informacin de las audiencias. Tanto las presiones sobre los medios, que se desprenden de la encuesta a directores, como las de los gerentes y los comerciales sobre las instituciones, constituyen fenmenos cercanos. Estn relacionados con la complicidad poltico-comercial que afecta a la independencia y la capacidad crtica del periodismo, al tiempo que reduce su nivel de confianza y defrauda a la opinin pblica. La cada de la inversin publicitaria se ha manifestado con extrema dureza. Entre 2007 y 2011, super el 30%, con especial incidencia en los medios impresos (tabla 1). En los diarios, el descenso ha sido del 47,8%, y del 46,3% en la revistas. La televisin perdi menos, con un descenso del 34%, pero el res-
Tabla 1
Dif. 2007-11
Concepto de evaluacin utilizado por Infoadex a partir de la huella publicitaria y las tarifas comerciales. Incluye dominicales. 3 Proyeccin de datos de mantenerse la tendencia del primer semestre.
Intervencin en la III Asamblea de Periodistas de Catalunya (Barcelona, 4 de junio de 2011). Nevado analiz el cambio operado en las relaciones de los medios con los anunciantes: Si antes las centrales de medios distribuan las campaas en funcin de la difusin y el mbito territorial nacional, autonmico provincial y local, ahora son los medios los que se ofrecen a las agencias. Y estas, conocedoras de cmo est el mercado, les comunican que ahora la publicidad se contrata mediante el proceso de subasta, en suma, al mejor postor. Quien ofrece ms inserciones por el mismo precio es el que se lleva la cuenta, la campaa publicitaria.
u 7
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| Libro negro del periodismo en Espaa cate indirecto del Gobierno, mediante la retirada de la publicidad en TVE, ha permitido a las grandes cadenas cerrar el ao 2010 con fuertes beneficios.8 Es en los medios impresos donde los recortes de la publicidad resienten la economa de soportes que tenan el indiscutible valor de ser pantallas de la poltica institucional. La prensa escrita ha perdido ms, en muchos casos, por la cada de la inversin de las instituciones que por el descenso en otras cuentas comerciales publicitarias.8 La crisis ha aumentado la dependencia de los medios impresos, con cabeceras cuyos ingresos publicitarios procedan, en un porcentaje prximo al 50, de las instituciones pblicas y de las empresas relacionadas con las distintas administraciones. La reduccin, por parte de la Administracin central, de la inversin en medios (grfico 2) ha sido progresiva en los ltimos cuatro aos, con una cada del 70,2% entre 2007 y 2010.10 Ha pasado de 269,5 millones de euros a 80,8 millones.11
u 8 La retirada de la publicidad en Televisin Espaola ha supuesto que Mediaset (Berlusconi) en Espaa, con una cuota de pantalla de sus canales generalistas del 20%, consiga el 43,3% del negocio publicitario (Infoadex, primer semestre 2011). En 2010, segn datos de la Comisin Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Telecinco gan 70,5 millones de euros, un 45,6% ms que el ao anterior, debido a la mejora de los ingresos publicitarios (834,9 millones, un 34,8% ms que en 2009). El grupo Antena 3 logr en 2010 un beneficio neto de 109,1 millones de euros, un 79,6% ms que el ao anterior (El Mundo, 24-02-2011). u 9 Las ediciones digitales de los medios impresos han sido los principales beneficiarios del incremento de la publicidad en internet. En 2010 ingresaron por este concepto ms de 100 millones de euros, con una previsin para 2011 en torno a los 120 millones. (Estimacin hecha a partir de los datos de Arce Media/Media Hotline (i2p) para el primer semestre de 2011). u 10 Ministerio de la Presidencia, Informe de Publicidad y Comunicacin Institucional 2010, Madrid, 2011. Alfredo Prez Rubalcaba, siendo vicepresidente del Gobierno, anunci un plan de ayudas a los medios de comunicacin de prensa escrita, que inclua aumentar la publicidad institucional y fomentar la compra de ejemplares en colegios y en la propia Administracin. Hay voluntad del Gobierno de retomar esas discusiones [con los editores], tratando de buscar un conjunto de medidas que alivien a la prensa escrita y le permitan salir al paso de la recesin (El Mundo, 12-11-2010). u 11 Segn los datos del Ministerio de la Presidencia, desde el ao 2008 las campaas de Turespaa y Renfe Operadora son consideradas comerciales. En 2010, la campaa del INAEM pas, igualmente, a ser considerada comercial.
Comunidad de Madrid Generalitat de Catalunya Junta de Andaluca Xunta de Galicia Generalitat Valenciana Gobierno Vasco Junta de Castilla-La Mancha Junta de Extremadura Regin de Murcia Gobierno de Canarias Junta de Castilla y Len Gobierno de Navarra Gobierno de Aragn Principado de Asturias Gobierno de Cantabria Gobierno de Balear Gobierno de La Rioja Total
38,9 28,2 22,2 12,4 10,4 9,5 6,3 4,9 4,3 4,1 3,9 2,9 2,6 2,4 1,7 1,4 1,0 157,5
6,11 3,78 2,68 4,43 1,40 4,38 3,02 4,47 2,96 1,97 1,52 4,58 1,96 2,48 2,86 1,30 3,26 3,21
Tabla 3
Muchas cabeceras, nacidas al calor de la bonanza, estn prximas a desaparecer como consecuencia de los recortes en la publicidad institucional. Entre 2007, ao de mxima aplicacin presupuestaria en materia de publicidad institucional, con 461,2 millones de euros, y 2010, con 235,6 millones, se advierte una brusca cada prxima al 50%, que tiene una incidencia real sobre la supervivencia de la prensa. Reducciones que, en otras partidas de gastos no todo pasa por las cuentas
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| Libro negro del periodismo en Espaa de la publicidad institucional, donde se incluyen los medios audiovisuales de titularidad local, han ocasionado recortes de plantillas y el cierre de instalaciones. El problema, especialmente para los diarios y las emisoras locales, est relacionado con la posicin que las administraciones venan jugando, en algunas autonomas y ayuntamientos, como primer inversor. En 2007, ltimo ao de bonanza, en la mayora de las comunidades autnomas el Gobierno regional fue el mximo contribuyente publicitario (tabla 2), pero tambin figuraban entre los primeros inversores ayuntamientos, cajas de ahorro, empresas pblicas, universidades, etctera, cuyos ajustes presupuestarios han repercutido en un sistema que haba crecido con rapidez. Pero no de acuerdo con las demandas sociales o para la creacin de nuevas formas de expresin de la pluralidad, sino como expansin de estructuras mercantiles cons-truidas, por regla general, sobre criterios mediticos y bases profesionales muy endebles. Asimismo, ha cado el componente municipal de la inversin, otra de las fuentes de ingresos de los minifundios mediticos. Su volumen econmico, especialmente en los grandes municipios, aliment opciones insostenibles en otras circunstancias (tabla 3). En las seis mayores ciudades del pas, la inversin en tres aos (2005-2007) super los 215 millones de euros. Su relacin con la agenda de los medios describe una de las hiptesis ms slidas acerca de las complicidades en la escena local. En su ltimo informe de fiscalizacin de contratos publicitarios de las principales entidades locales, el Tribunal de Cuentas seala que en todos los municipios, con excepcin del de Zaragoza, se ha constatado la presencia de una cierta centralizacin de la gestin relativa a la actividad publicitaria, a travs de servicios o gabinetes de prensa.12 En el informe se sugiere que esta publicidad, sujeta a normativas especficas, no siempre cumple las finalidades que la tipifican, y se convierte en una inversin de carcter propagandstico.13 Re-
Informe 904/julio 2011, relativo a contrataciones durante los aos 2005, 2006 y 2007 de los ayuntamientos de las seis mayores ciudades del pas.
u 12
Segn la consultora Medio Pblico, la inversin destinada a proyectar imagen institucional, de apenas un 0,3% en la publicidad de la administracin central, crece a un 24,6% la autonmica y se eleva en la local al 34,2% en ayuntamientos y al 60,8 en las diputaciones (Informe anual 2009).
u 13
El Roto (22-11-2009)
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| Libro negro del periodismo en Espaa cuerda, asimismo, que se deben circunscribir, exclusivamente, las actividades de publicidad institucional a su utilizacin como medio de informacin/educacin a los ciudadanos sobre sus derechos y deberes. La administracin seala en sus conclusiones el alto tribunal no puede valerse de la publicidad institucional como instrumento para dar a conocer que presta servicios o los logros que consigue. Y afirma que la propaganda instrumentada, de forma encubierta, en la publicidad institucional acta de forma continuada en virtud de planes estratgicos de persuasin poltica trazados a medio o largo plazo. Otro factor de indudable repercusin sobre los medios regionales y locales est relacionado con la crisis y la reestructuracin de las cajas de ahorro, otra de las fuentes ms slidas de inversin publicitaria institucional y de servicios que pudo suponer, antes de la crisis, en 2007, entre 100 y 150 millones de euros,14 muy repartidos por la geografa nacional, y una fuente de ingresos que, en algunos casos, competa con la inversin publicitaria de las instituciones autonmicas y locales. Es conveniente sealar que la publicidad institucional es solo una parte, y no la ms elevada, de las aplicaciones presupuestarias de las administraciones en el espacio de los medios. Entre estas figuran las asignaciones autonmicas y locales a las radios y las televisiones pblicas, que, con frecuencia, segn denuncias que estn en sintona con la percepcin de la opinin pblica, son agentes de propaganda ajenos a la cultura de independencia profesional y de servicio pblico a la ciudadana. Realidad bipolar, credibilidad y sensacionalismo La credibilidad aparece en el centro de la crisis de los medios informativos. Se trata de un concepto complejo, frecuentemente asociado a la objetividad y a la veracidad, pero que es ms bien una construccin subjetiva. La credibilidad, como las creencias, est relacionada con distintas formas de entender la realidad. Por ello, la eleccin de un medio frente al resto de la oferta supone ya un gesto previo de confianza. La credibilidad nace, pues, de esa confianza directa en un medio, pero no es uniforme, ni permanente. Est basada en la gratificacin que, ante situaciones cambiantes, mantiene el medio en su pblico. Esta relacin de confianza, necesaria en el proceso de creacin de redes y audiencias, tiene un carcter autorreferente. La naturaleza subjetiva de la confianza est sujeta a una interaccin cambiante, que acenta o debilita el vnculo. Es ms exigente cuando la formacin del receptor le permite una lectura crtica y lo capacita para detectar las carencias del discurso perio-
Libro negro del periodismo en Espaa | 35 dstico y, ms all de las orientaciones legtimas de opinin e interpretacin del medio, la manipulacin, la desinformacin o la parcialidad. La orientacin define la pluralidad de los medios con mayor tradicin democrtica, y marca posiciones que, aun pudiendo coincidir con una direccin poltica concreta, antepone el inters de los lectores a las estrategias de los partidos. La orientacin es compatible con la independencia, la tica y el derecho a la informacin de las audiencias, pero tambin con la credibilidad. Aspectos muy distintos son los de la manipulacin, la opacidad y la intoxicacin, que no son expresin privativa de los regmenes autoritarios, sino que, con otros objetivos e intereses, pueden darse en escenarios democrticos. El periodismo espaol, que tuvo un papel relevante en la socializacin de los valores plurales de la democracia tras el final del franquismo, deriv su fuerte componente poltico de un perodo de cambio y acceso a la libertad a una politizacin intensiva. Y esta se fue transformando, por degradacin y clientelismo, en polarizacin, en visin bipolar de la realidad. Durante el proceso, se acenta el carcter subjetivo de la confianza, pero ms por el sustrato ideolgico del discurso periodstico que por la veracidad de los contenidos. Los medios informativos, de modo especial la prensa y la radio, se fueron apalancando en unas claves de tensin poltica que no son necesariamente trasladables al conjunto de la opinin pblica, y menos a las generaciones que desconocen las races del problema y construyen un imaginario distinto. La credibilidad, desde la percepcin del conjunto de la opinin pblica, se debilita en la medida en que la clase poltica va reduciendo su discurso a los 70 caracteres del titular de la noticia, con la banalizacin del debate y la apropiacin de la cancha meditica afn como frente de combate. La mediatizacin de la poltica, que sigue a la politizacin de los medios, vincula la credibilidad de medios y polticos ante la opinin pblica. El descrdito de la poltica va unido al de los medios. La utilizacin permanente del escaparate meditico para una reyerta poltica de bajo perfil, con un escaso distanciamiento crtico, hace que la confianza se reduzca y la relacin entre el medio y
Estimacin a partir del estudio Infoadex de Agencias de publicidad y agencias de medios en Espaa 2008.
u 14
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| Libro negro del periodismo en Espaa su pblico radique ms en el mbito de las creencias, las convicciones y las militancias.15 Este reduccionismo del debate y su plasmacin en un discurso meditico bipolar, marcado por la mediocridad argumental, reduce lgicamente la pluralidad del sistema y lo sume en una afona plural. Es ah donde se observa una prdida creciente de la confianza de viejos pblicos de la prensa que huyen de la degradacin del medio, y tambin, de forma an ms acusada, una ruptura generacional, aunque, en este caso, su desconfianza es ms compleja. La polarizacin es solo un aspecto del perfil de los medios informativos, y una de las causas de las audiencias menguantes. Pero ms all de la polarizacin domina la inclinacin al sensacionalismo, esto es, a la tabloidizacin. En abril de 2011, el Consell de lAudiovisual de Catalunya (CAC) hizo pblico su primer informe sobre pluralismo en la informacin deportiva, en el que, adems de ponerse de manifiesto el desequilibrio entre el ftbol y el resto de los deportes, se afirma que las televisiones pblicas dedican ms tiempo al bloque deportivo que al poltico.16 Asimetra y dependencia Las consecuencias de la polarizacin no han sido convenientemente analizadas, ms all de conocerse las erosiones que provocan sobre la credibilidad general de los medios informativos. Se plantean varias hiptesis acerca de los efectos de esa tensin bipolar, como la que advierte de una reduccin acusada de la pluralidad o la que sostiene que produce resultados asimtricos respecto del centro poltico. El profesor Vicen Navarro cree que uno de los mayores problemas de nuestra democracia
u 15 Es frecuente, en los comentarios de los periodistas, la referencia a las crticas de los polticos de todo signo cuando mantienen en sus comentarios posiciones de distanciamiento en el anlisis de la realidad, entendiendo en ello la renuncia del periodista a su lnea ideolgica, que se confunde con la disciplina respecto de los argumentos cambiantes de los partidos. Los polticos cree Fernando Juregui desprecian al periodista independiente, al que jams se le concede este atributo: o se le acusa de estar con unos o con otros. No hay trmino medio.
Con ocasin de la huelga de futbolistas de lite, convocada das antes del comienzo de la Liga 2011-2012, Televisin Espaola dedic ms tiempo en sus informativos a un colectivo privilegiado de estrellas que a cualquiera de los numerosos conflictos laborales de un pas azotado por la destruccin de empleo ms alta de Europa.
u 16
El Roto (14-10-2010)
38
incompleta tiene su origen en la escasa cultura democrtica que existe en los rotativos de mayor tiraje del pas, y aade: Un anlisis ms detallado de los contenidos de estos rotativos muestra que esta diversidad es muy limitada, en realidad, mucho ms limitada que en la mayora de pases de la UE.17 La asimetra en la representacin dual, que reproduce las tensiones contradictorias del bipartidismo, se observa de forma clara en los medios autonmicos y locales, donde los sesgos polticos en las concesiones de licencias marcan territorios narrativos de la realidad muy contrastados. En general, las orientaciones ms radicales se advierten en expresiones audiovisuales sesgadas hacia la ultraderecha, con apelaciones y propuestas carentes de reflejo simtrico al otro lado del eje ideolgico. La polarizacin aparece con la cercana entre el poder poltico y los medios, pero tambin es una expresin de la falta de independencia de estos, que se acenta en perodos de crisis econmica, cuando las dependencias crecen an ms si cabe. Un anlisis que busque trazar un escenario probable de los medios despus de la actual recesin observara, en primer lugar, una significativa reconfiguracin en su propiedad. Adems, a la prdida progresiva del potencial audiovisual pblico, sobre el que se ha instalado una crtica interesada contraria a su existencia, se unir la seleccin natural que ya est sacando de escena a las iniciativas especulativas de los aos de bonanza econmica, con un reforzamiento de los ncleos centrales de propiedad subsistentes. En el apartado de la es-
Libro negro del periodismo en Espaa | 39 tructura industrial es donde se advierte una fuerte transformacin, con el predominio de intereses econmicos forneos en el control accionarial de los principales grupos y los grandes medios de comunicacin. Paradjicamente, es el resultado al que ha conducido el endmico acoso recproco entre el poder poltico y las corporaciones mediticas, con la progresiva salida del capital nacional, que marca una tendencia an no completamente cerrada.18 El grfico 3 recoge la evolucin, entre 2007 y 2011, de cuatro grandes grupos, propietarios de un ncleo central de los medios informativos en Espaa, de los que dependen buena parte de los contenidos que nutren a la opinin pblica. La primera lectura descubre el incremento del capital externo, que ha afectado de manera muy sensible al primer grupo espaol, Prisa. El desplazamiento tan acusado del capital nacional, en un sector estratgico, es difcil imaginar que pudiera producirse en naciones como Alemania, Reino Unido o Francia. La expansin del sistema espaol, en buena medida impulsada por el juego poltico, no solo ha derivado en la creacin de una burbuja meditica, sino que lo ha hecho insostenible y ha facilitado su progresiva adquisicin, a buen precio, por parte de intereses forneos, con un reforzamiento significativo de la presencia italiana. Bajo el paraguas comercial de los cuatro grupos Prisa, Unidad Editorial, Mediaset y Planeta circula ms del 70% de la difusin de la prensa de referencia nacional El Pas, El Mundo y La Razn, el 70% de la prensa deportiva Marca y As, ms del 80% de la econmica Expansin y Cinco Das, el 80% de la audiencia de la televisin comercial Antena 3,19 Telecinco, Cuatro, numerosos canales de TDT, Digital+, etctera, y sobrepasa el 70% de la radio comercial generalista Cadena SER y Onda Cero.
Es ms prosigue el profesor Navarro, soy tambin plenamente consciente de que el autor que se atreve a publicar este tipo de artculos pasa a estar en la lista negra de tales rotativos, lo cual explica la falta de denuncias sobre este tipo de comportamiento en los medios.
u 17
Los intereses mediticos del primer ministro italiano en Espaa, Silvio Berlusconi, han mejorado significativamente durante el segundo mandato del presidente Rodrguez Zapatero, con la reforma legal que autoriz la fusin de las cadenas de televisin y la retirada de la publicidad de TVE.
News International, cuyas operaciones en el mundo de habla hispana supervisa el ex presidente Jos Mara Aznar, tanteaba, antes del escndalo de las escuchas ilegales de News of the World, la compra de medios en Espaa, citndose el diario Abc como uno de los objetivos. Asimismo, la absorbente presencia de Berlusconi en Espaa no se ha cerrado. En 2011 se dio a conocer su inters de adquirir la Cadena SER o de participar de modo amplio en su capital.
u 18
Despus de una larga negociacin, La Sexta, con un 40% de su capital en manos de Televisa (Mxico), se hallaba prxima (septiembre 2011) a su integracin en Antena 3.
u 19
40
| Libro negro del periodismo en Espaa Esta circunstancia hace ms difcil entender, por ejemplo, que las iniciativas reguladoras o de contencin de la degradacin en los contenidos audiovisuales sean entendidas como injerencias del Estado o mecanismos de censura, especialmente cuando esas prcticas de salud democrtica son habituales, con excepcin de Italia,20 en las naciones europeas. El ministro de la Presidencia, Ramn Juregui, ha sido valedor, en el ltimo Gobierno de Rodrguez Zapatero, de un nuevo modelo de medios, responsables de su condicin de portadores de informacin y configuradores del debate pblico, contrario a la banalizacin de la vida social y la entronizacin de falsos valores que atentan contra los verdaderos principios de la democracia, as como de la agresividad, la descalificacin y el enfrentamiento como parte del espectculo.21 A la vista de la evolucin del sistema de medios desde los albores de la crisis y considerando el escenario previsible cuando esta concluya, cabe plantear, como objeto de estudio, en qu medida la poltica del Gobierno ha contribuido, por accin u omisin, al diseo de un panorama muy marcado por los intereses del los grandes grupos.22 Tambin, en qu medida es posible garantizar la pluralidad que enriquece el sistema con una estructura de propiedad tan orientada, a la vez que mutante. La anomala italiana,23 como ha sido calificada la estampa meditica en la nacin mediterrnea, est ms cerca de constituirse en la anomala espaola.
La televisin pblica ha acentuado con la crisis econmica las incertidumbres sobre su futuro, con un sistema de financiacin discutido y el acoso de los intereses mercantiles que concurren en el escenario audiovisual.
El Parlamento Europeo, en su resolucin de 24 de abril de 2004, ya denunciaba el alejamiento del sistema italiano de medios de las buenas prcticas democrticas y cuestionaba el alcance de la libertad de expresin cuando se produca una colisin de intereses en la figura de su primer ministro, Silvio Berlusconi.
u 20 u 21
22
La Razn, 17-01-2011.
u Juan Luis Cebrin, en una entrevista de con Manuel Prez en La Vanguardia, hace referencia a la interferencia gubernamental: Esto ha sido con los gobiernos de izquierdas y derechas Cualquiera que pueda leer lo que est sucediendo, o que lea lo que sucedi con Aznar, que fue de una interferencia abominable, terrible, sacar conclusiones. Y aade: En poltica de comunicacin, que no ha sido definida por l personalmente, sino por su entorno, Zapatero ha cometido errores... Algunos de los problemas que tiene el sector son fruto de la intervencin poltica, que ha sido precipitada y arbitraria. Cuando uno ve la estructura de los medios en general, el poder poltico y el econmico hacen que la racionalidad econmica de los medios no est siempre sustentada como parecera razonable (06-02-2011). u 23
En 2003, Reporteros sin Fronteras, hizo pblico un informe bajo el ttulo Conflicto de intereses en los medios: la anomala italiana.
El Roto (04-11-2010)
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| Libro negro del periodismo en Espaa Ausencia normativa y crisis de la autorregulacin Muchas de esas anomalas democrticas as deben ser consideradas estn relacionadas con la ausencia de regulaciones que den amparo a la prevalencia de los intereses generales. Ausencia de anclaje normativo que tambin alcanza al estatuto de la profesin periodstica, a sus competencias y mbito de actuacin, as como a sus vinculaciones con la esfera de las libertades pblicas y, ms concretamente, con los objetivos de transparencia y atencin al derecho a la informacin. Otra anomala especfica se advierte en el audiovisual, con un prolongado aplazamiento en la creacin de una alta autoridad reguladora, exigida por las polticas comunitarias y existente en todas las naciones de Europa.24 Carencia que tampoco ha sido paliada por mecanismos eficaces de autorregulacin, compromisos ticos y otras soluciones alternativas. La cercana entre el poder poltico y los medios aparece como una de las causas que limitan el inters de estos ltimos en converger con la cultura periodstica europea. La celebracin, en junio de 2010, coincidiendo con la presidencia espaola de la UE, del Encuentro Europeo de Medios fue la expresin de una visin reduccionista del problema, centrada en los intereses de la industria. Ni siquiera la presencia de algunos ministros contrapes el tono de la declaracin final, en una reunin patrocinada por el Gobierno espaol. La Declaracin de Madrid: los nuevos desafos, hecha pblica al final del encuentro, comienza con referencias ampulosas al papel de los medios Los medios periodsticos de comunicacin profesionales constituimos uno de los pilares centrales de las democracias europeas y de nuestro sistema de derechos y libertades, al tiempo que admite la soberana del poder poltico para regular su ejercicio: Los medios de comunicacin ejercemos estos derechos y libertades dentro de los lmites establecidos legalmente, contando con las autoridades pblicas para regular las condiciones necesarias para garantizar el ejercicio real y efectivo de estos derechos y libertades. Pero, tras esta introduccin, el texto se convierte en un manifiesto de la industria que elude el debate sobre la salud democrtica de los medios, los derechos de las audiencias, la defensa de la pluralidad, la regulacin en la aplicacin y la garanta de las libertades pblicas, etctera. La declaracin apuesta por un nuevo modelo industrial de los medios, tratando con ello de influir en las polticas comunitarias. En uno de sus tres apartados Libertad y publicidad, se seala: Los medios de comunicacin promovern
Libro negro del periodismo en Espaa | 43 altos estndares ticos en la autorregulacin de la publicidad, conciliando la libertad de expresin de los anunciantes y la libertad de publicidad de las empresas. El concepto de libertad de expresin comercial, acuado en Estados Unidos para hacer frente a las regulaciones en materia de publicidad sobre sustancias nocivas, como el tabaco y el alcohol, ha sido rescatado en Espaa, por ejemplo, para tratar de frenar las iniciativas del Gobierno que abogan por la supresin de la publicidad de los llamados servicios de relax. En este caso, los editores parecen asumir la defensa de los intereses de los propietarios de los prostbulos, a diferencia de lo ocurrido en otros sectores afectados por las regulaciones, donde ha sido la propia actividad mercantil la que ha defendido su libertad de expresin comercial.25 Posicin de la que se ha desmarcado la profesin periodstica que, a travs de la Federacin de Asociaciones de Periodistas de Espaa (FAPE), se ha declarado partidaria de la supresin de esta actividad comercial.26 Las corporaciones del sector de los medios se han opuesto sistemticamente a las sugerencias de regulacin o autorregulacin, que consideran una injerencia sobre la libertad de los medios o, incluso, a la vuelta a los mecanismos de censura franquista. Una lgica que no se compadece con la prctica de las naciones con mayor recorrido democrtico, donde no se con-
La Ley General de la Comunicacin Audiovisual, de mayo de 2010, prev un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA), pero su creacin ha sido postergada en un ambiente de crticas de las grandes corporaciones del sector. En el foro Los retos del sector audiovisual (junio de 2011), promovido por la Asociacin de Periodistas Europesos (APE), representantes de las cadenas privadas manifestaron su deseo de que el CEMA fuese guardado en un cajn. La creacin del Consejo estuvo presente en los Gobiernos de Jos Mara Aznar, con aplazamientos que trasladaban a siguientes legislaturas su aprobacin, circunstancia que se reprodujo al final del primer mandato de Rodrguez Zapatero.
u 23
Un informe del Consejo de Estado sobre la limitacin de la libertad de expresin que podra suponer la prohibicin de los anuncios, hecho pblico en marzo de 2011, afirmaba que era posible establecer prohibiciones siempre que la publicidad lesione o ponga en peligro bienes jurdicos protegidos por el ordenamiento, y aada que los anuncios de contactos pueden superar los lmites de la libertad de expresin fijados en la proteccin de la juventud y de la infancia (artculo 20.4 de la Constitucin), as como no compadecerse adecuadamente con el artculo 39.4, segn el cual los menores gozarn de la proteccin prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos.
u 24
Segn los editores, la prohibicin de los anuncios de contactos erticos supondr unas prdidas de 40 millones de euros al ao.
u 25
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Reportaje en la revista estadounidense More-The Media Magazine (febrero de 1977, pp. 13 y ss.) sobre Murdoch. Tomado de The Wayward Press Critic, 05-08-2011 [http://presscriticism.com].
funde la accin normativa de una dictadura, que conduce a la propaganda y la censura, con la de los Estados de derecho, que permite garantizar el ejercicio efectivo de las libertades pblicas.27 Las consecuencias del ltimo affaire de Rupert Murdoch podran debilitar los argumentos de los editores espaoles. El escndalo de los escuchas telefnicas del dominical britnico News of the World ha suscitado en el Reino Unido la necesidad de establecer definitivamente una regulacin que restituya a la prensa, y a los medios en general, la independencia y la credibilidad perdidas. En la ltima crisis de Murdoch se puso de relieve la ineficacia de la Press Complaints Commision (PCC), integrada, a diferencia de otras instancias de autorregulacin europeas Alemania, Pases Bajos, Suecia, etctera, nicamente por representantes de la industria, con el predominio efectivo de News Corp. El primer ministro conservador, David Cameron, ha sentenciado de muerte a la PCC ausente, ineficaz, carente de rigor y promueve una instancia de control realmente independiente. Independiente de los propios medios, para que no sean estos los que se vigilen a s mismos, y del poder poltico, para que las audiencias sepan que los polticos no estn tratando de controlarlos.28 Cameron cre, en julio de 2011, una comisin de investigacin sobre la tica de los medios britnicos, encabezada por el magistrado Brian Leveson, que se declar dispuesto a conocer quin vigila a los
Libro negro del periodismo en Espaa | 45 perros guardianes [de la democracia] y orientar un rgimen regulador que apoye la integridad y la libertad de prensa, la pluralidad de los medios de comunicacin y su independencia del Gobierno, fomentando, al mismo tiempo, los ms altos estndares ticos y profesionales.29 En los mbitos acadmico, periodstico y poltico, y en la opinin pblica del Reino Unido, el escndalo ha generado un consenso amplio en torno a la idea de rescatar la credibilidad del periodismo y la necesidad de reforzar su independencia. De lo contrario, la sombra de la duda sobrepasara el escenario de los medios y minara la confianza en las instituciones democrticas. Alguien cree de verdad que News of the World es el nico peridico que hace eso?, se preguntaba el alcalde de Londres, Boris Johnson. La espontaneidad en el debate sobre la necesidad de un periodismo independiente y acreditado en el Reino Unido, que se sustenta en una larga tradicin, debera estimular la reflexin en otras naciones con carencias muy acusadas en las prcticas cotidianas de sus medios.
El inters por los debates polticos es muy elevado. En 2008, el cara a cara entre Zapatero y Rajoy alcanz una audiencia de 13 millones de espectadores.
El diputado Miguel ngel Corts estimaba, en junio de 2011, en relacin al Consejo Estatal de Medios Audiovisuales previsto en la Ley General de la Comunicacin Audiovisual, que sus competencias buenas podan ser asumidas por la Comisin del Mercado de las Telecomunicaciones, ya que el resto son de carcter censor (El Mundo, 06-06-2011). Segn el catedrtico Marc Carrillo, de la Universitat Pompeu Fabra, a pesar del tiempo transcurrido y de la ominosa excepcin que su carencia supone, esta autoridad sigue sin constituirse. Y, por si ello fuera poco, la prensa se ha hecho eco de que la oposicin mayoritaria sostiene que el CEMA es innecesario, incrementa el gasto pblico, se perfila como un rgano censor y que, en realidad, el mejor Consejo es el que no existe (El Pas, 09-07-2011).
u 27
The Independent, Londres, 8-07-2011. En diferentes notas de la National Union of Journalists se advierte que el escndalo de News of the World fue posible gracias, entre otros factores, a la ausencia del sindicato nacional de periodistas en News Corp., donde Murdoch haba creado su propia organizacin, la News International Staff Association (NISA), negndose a cumplir el cdigo de los propios editores [PCC].
u 28 u 29
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| Libro negro del periodismo en Espaa Sin preguntas ni debate no hay democracia Poco antes del proceso crtico a los medios que se produjo con ocasin del movimiento 15-M Democracia real ya!, en el seno de la profesin comenzaron a manifestarse tensiones sobre ciertas formas de abuso de los representantes polticos con los periodistas, que no eran objeto de denuncia por parte de las empresas, ni estaban consideradas como intervenciones contrarias a la libertad de prensa y el derecho a la informacin. Observamos con inquietud que los polticos repiten una y otra vez que la prensa es uno de los pilares de la democracia, al tiempo que no dudan en limitar caprichosamente el ejercicio del periodismo, declar Elsa Gonzlez, presidenta de la FAPE, que, en junio de 2011,30 traslad a la asamblea general de la Federacin Europea de Periodistas (FEJ) una propuesta de resolucin en demanda de apoyo de los colegas europeos:
Los periodistas espaoles estn especialmente indignados por los repetidos intentos de diferentes instituciones, especialmente los partidos polticos, de manipular la informacin y presionar sobre nuestra profesin. Una de las pruebas ms flagrantes y claras de esta estrategia es la degradacin abusiva en la utilizacin de la conferencia de prensa. En los ltimos aos, numerosos polticos espaoles rehyen este procedimiento, para refugiarse en las declaraciones unilaterales, sin el contraste del periodista. Se las denomina presentaciones, con las que evitan ser preguntados. Esta actitud pretende que seamos simples copistas de lo que dicen. Es un retorno al pasado, al periodismo declarativo sin preguntas, hechos, contradicciones y, especialmente, sin la menor crtica.
Icono, obra de Fernando Prez, distintivo de las informaciones en las que sus protagonistas no han permitido a los periodistas la realizacin de preguntas.
Tres meses antes, a finales de abril, el profesor de Ciencia Poltica de la Universidad de Santiago Antn Losada publicaba un comentario que iba a encender un movimiento de reivindicacin, basado en algo tan elemental como la exigencia a los polticos de atender a las preguntas de los periodistas:
u 30
Belgrado, 4-15 de junio de 2011. La clase poltica afila sus armas y salta de los vetos y las presiones sobre los profesionales y sus empresas a la promulgacin de trabas legales al ejercicio del periodismo. Desde empecinarse en los bloques electorales, prohibir la entrada a mtines y otros actos, filtrar argumentarios polticos enviados como deferencia a determinados periodistas considerados afines y obligar a conectar con el canal del partido hasta tomar decisiones propias de otro siglo (Marta Molina, Quin vigila a quin?, Periodistas, nm. 25, 2011).
El Roto (27-01-2011)
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El profesor Losada abundaba en otro de los problemas que aquejan las prcticas de una democracia degradada: la ausencia de debate poltico.31 Deberamos exigir la obligatoriedad mnima de debates con formato clsico y seal libre para todos. Los medios deberamos ofrecer la posibilidad de debates con sillas vacas, dejar de supeditar nuestros formatos a las estrategias de los partidos y regular frmulas para hacer pagar con menos presencia a quien evite debatir. Como consecuencia de este comentario, se suscit una movilizacin en Twitter, bajo la etiqueta #sinpreguntasnocobertura. La APM, la FAPE, los Consejos informativos de RTVE y TV3 y el Col.legi de Periodistes de Catalunya promovieron la firma de
u 31 El inters en la opinin pblica por los debates polticos es muy elevado y est en la lgica de la madurez cvica de una sociedad. En la campaa electoral de 2008, con dos debates entre Rodrguez Zapatero y Rajoy, la audiencia fue de 13 y 12 millones de espectadores, slo comparable ha sealado Carmen del Riego a los 14 millones de que tuvo la final del Mundial de ftbol que gan Espaa a Holanda (Volver al periodismo, Cuadernos de Periodistas, mayo de 2011).
Suscribieron el manifiesto 172 medios y organizaciones profesionales y acadmicas, as como 7.000 periodistas y ms de 3.000 ciudadanos. Entre los diarios, El Mundo, La Vanguardia, La Razn, El Peridico y Pblico; entre las televisiones, Antena 3 y La Sexta; y la SER, COPE y Onda Cero, entre las cadenas de radiodifusin. Algunos polticos han quedado en evidencia, pero tambin algunos medios que no se han sumado, afirm semanas despus Elsa Gonzlez, presidenta de la FAPE.
u 32
un manifiesto Contra las ruedas de prensa sin preguntas y otras anomalas informativas, que consigui la adhesin de miles de periodistas, medios de comunicacin32 y organizaciones profesionales.
Estamos indignados deca en su primer prrafo ante los reiterados intentos de manipulacin de la informacin y de presin sobre el trabajo profesional de los periodistas, protagonizado desde distintos estamentos, especialmente desde los partidos polticos. Ms adelante, haca hincapi en las malas prcticas frente a los medios: Son muchos los polticos que rehyen este procedimiento [las conferencias de prensa] para refugiarse en declaraciones unilaterales que no admiten contraste. Una actitud con la que pretenden que los periodistas seamos meros copistas de lo que dicen. El nefasto periodismo declarativo con el que quieren sustituir al periodismo de hechos.
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| Libro negro del periodismo en Espaa La transparencia como objetivo La transparencia, la luz y taqugrafos del viejo debate poltico, aparece como objetivo de un tiempo que, ya mucho antes de iniciarse la crisis, se defina como el de la sociedad de la informacin.34 La ruptura de la opacidad de amplios espacios de informacin, negada o dosificada interesadamente, se ha convertido en un objetivo de las nuevas demandas sociales, pero tambin en una oportunidad para el periodismo.Demandas refractarias a la propaganda, nacidas del criterio de generaciones mejor formadas, que poseen nuevas habilidades en el manejo de herramientas de comunicacin e interaccin. La propaganda ha esterilizado las virtudes del debate poltico en Espaa, y est en la base constructiva de un ambiente de polarizacin asimtrica. La sociedad busca, aqu y en Tnez, en Egipto y en China, mayor transparencia, mayor responsabilidad en el uso libre de la expresin y menor ocultamiento y cinismo Las nuevas redes sociales de base tecnolgica pueden entenderse como una expresin emergente de experimentacin social que gira en torno a la informacin y al conocimiento. Un manifiesto promovido por periodistas indignados, firmado en el escenario reivindicativo del movimiento 15-M, orienta soluciones claras en su enunciado. No se trata de una descalificacin airada sin propuestas alternativas, sino que, por el contrario, constituye un declogo para el rescate del periodismo. Nos negamos dice el punto segundo a difundir informaciones propagandsticas: publicidad encubierta, publirreportajes, o aceptar dinero, regalos, privilegios o beneficios de cualquier tipo. Los anunciantes o la publicidad no pueden influir sobre las informaciones periodsticas que se publiquen. El manifiesto abunda en la idea de la transparencia en su punto cuarto: Exigimos el acceso a la informacin pblica. Es un derecho fundamental de toda persona y est reconocido por la legislacin y la jurisprudencia internacionales. Espaa es uno de los pocos pases europeos que no tiene una ley especfica que regule esta materia. Entendemos que el acceso a una informacin pblica es inherente al derecho de libertad de expresin. Defiende los medios pblicos, independientes, objetivos y plurales, y rechaza la precarizacin laboral de los profesionales de la comunicacin No queremos eternos becarios ni tener que prescindir de periodistas veteranos, entre otros ejemplos de abusos laborales, al tiempo que promueve un estatuto profesional, un rearme tico, as como la independencia y la participacin de los periodistas en la lnea editorial de los medios. Y concluye: Exigimos que los organismos y
Libro negro del periodismo en Espaa | 51 asociaciones de profesionales de la informacin defiendan una informacin de calidad, y no solo las condiciones laborales de los trabajadores.35 Fue precisamente el movimiento 15-M el que, en sus orgenes, cuestionaba no tanto el papel de los medios, sino la desviacin de sus agendas hacia soluciones desvinculadas de las necesidades reales de informacin o trazadas por estrategias interesadas. Manipuladores! Eso es lo que muchos periodistas que cubran las protestas del Movimiento 15-M han tenido que escuchar de manifestantes indignados, escriba la defensora del lector del diario El Pas, Milagros Prez Oliva.36 Y aada: En los ltimos aos hemos podido observar cmo la imagen de los periodistas se deterioraba en las encuestas de valoracin ciudadana, pero nunca hasta ahora las crticas se haban expresado de forma tan clara. A raz de su artculo, Prez Oliva pudo comprobar la amplitud del malestar hacia la prensa. En los correos de sus lectores se decantaron dos posturas. Una, minoritaria, hace una descalificacin global, radical, del actual sistema de medios y seala que el perioKiosco de peridicos en la Puerta del Sol de Madrid, durante la acampada del movimiento 15-M (Foto: Pablo Vzquez, APM).
El Gobierno de Rodrguez Zapatero se comprometi en su programa electoral a aprobar una Ley de Transparencia y Acceso a la Informacin Pblica. El texto legal, sin embargo, no ha sido an aprobado, mantenindose Espaa en la cola de Europa en materia de transparencia. Los poderes pblicos [en Espaa] suelen reaccionar con incomodidad ante la demanda de informacin. En el peor de los casos, la ven como una intromisin y, en el mejor, como un engorro. Cualquier pretexto sirve para dar largas al ciudadano, cuando no la callada por respuesta (Miguel Gonzlez, El Pas, 16-08-2011). El mismo da que se conoci el adelanto de las elecciones legislativas, el Ministerio de la Presidencia hizo pblico el anteproyecto de Ley de Transparencia, sin que su aprobacin sea posible dentro del ciclo legislativo que concluye en 2011.
u 34
Manifiesto de la Plataforma Periodismo tico Ya, aprobado en la Plaza de la pera de Madrid el 30 de mayo de 2011.
u 35
El comentario de Prez Oliva (El Pas, 26-06-2011) inclua una reflexin de Llus Bassets: Sera extrao que quienes impugnan la representacin poltica no discutieran la mediacin periodstica. Elecciones sin urnas, democracia sin representantes, huelgas sin sindicatos o periodismo sin periodistas, son paradojas del siglo XXI que estn ya entre nosotros, en forma de unas utopas que denuncian todo lo que hay de intil y nocivo en el sistema vigente y exigen eliminar las enormes cantidades de grasa sobrante. Joaqun Estefana, en la misma tribuna de la defensora del lector, puntualizaba: Todava no han cado [los indignados] en que muchos de los que trabajan en los medios de comunicacin podran formar parte de ese movimiento por sus condiciones econmicas, su desafeccin poltica o su crtica a los procedimientos con los que se elaboran los programas informativos y de entretenimiento.
u 36
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| Libro negro del periodismo en Espaa dismo que ahora se ejerce en los medios tradicionales est condenado a morir, pues las redes contienen el germen de un nuevo sistema de comunicacin que ya no precisar de este tipo de intermediacin. La segunda considera que el periodismo sigue siendo necesario, pero para cumplir su funcin debe cambiar profundamente.37 Manuel Castells, en una intervencin ante los acampados del movimiento 15-M en Barcelona, sobre comunicacin, poder y democracia, destac el camino abierto por las redes sociales hacia la transparencia. El control de la comunicacin y de la informacin siempre ha sido la forma fundamental del ejercicio del poder. El control de los gobiernos, el control de las grandes empresas mediticas es esencial. Y por eso la poltica hoy da es fundamentalmente una poltica meditica. Lo que no existe en los medios no llega a los ciudadanos y, como no llega a los ciudadanos, no existe. Lo importante no es tanto lo que se dice en los medios como lo que no se dice.38 Para entender otros aspectos de la crisis Se han enunciado aspectos de la crisis que hacen referencia a singularidades propias de un proceso econmico expansivo, que extendi los terminales mediticos a travs de una estructura en ocasiones artificial, ajena a la cultura del periodismo y muchas veces vinculada a fenmenos especulativos. Tambin, otros aspectos han devaluado la credibilidad y debilitado la industria de los medios, entre los que destaca la fuerte cada de los ingresos publicitarios y la disminucin del pago por los productos informativos. Se trata de aspectos centrales para una visin de las causas que han conducido a la actual situacin, que no se limita exclusivamente a la vertiente del empleo, con la destruccin de puestos de trabajo y la precarizacin profesional. Singularidades como las que describen una burbuja acadmica que presiona sobre el mercado laboral, en trminos de una lgica de expansin universitaria incompatible con los criterios de austeridad general del sistema pblico. El grado de ocupacin laboral de los licenciados en Periodismo, en trabajos relacionados con su especializacin, se sita ya por debajo del 20% en las estadsticas de empleo. Como seala en este
u 37 u
38
El Pas, 10-07-2011.
El Roto (28-03-2009)
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| Libro negro del periodismo en Espaa mismo libro el catedrtico Miquel de Moragas, la reforma universitaria europea el Plan Bolonia, en lugar de representar una oportunidad para revisar los estudios de Periodismo, ha resultado ser una huida hacia adelante, acrtica, caracterizada por una multiplicacin de la oferta de estudios, orientada a resolver problemas de la clientela de las facultades, pblicas y sobre todo privadas, que a responder a la necesidad de realizacin personal y profesional de los alumnos, a las expectativas de empleo y a su adaptacin a la nueva realidad del sistema de medios en transformacin. En los apartados que siguen se analiza tambin la prdida de puestos de trabajo en los cuatro ltimos aos, intentando en el clculo distinguir entre el desempleo de los periodistas, esto es, de aquellos que han perdido su ocupacin, y el de los titulados en Periodismo, cuyas circunstancias estn ms relacionadas con las disfunciones del sistema educativo. Asimismo, se abordan los efectos del relevo generacional en las redacciones de los medios y los factores que inciden en la precarizacin profesional. La burbuja acadmica Un factor distintivo de la crisis de los medios en Espaa es el de la presin sobre el empleo de un sistema formativo excesivamente amplio, cuyos efectos han acentuado, en los ltimos aos, la precarizacin laboral. Establecer una relacin entre el nmero de egresados de las facultades de Periodismo y el grado de ocupacin laboral de estos para medir el desempleo de los periodistas es un error. Supone considerar que el sistema debera absorber al conjunto de licenciados, independientemente del nmero de titulados salidos de las aulas. La apertura de nuevos centros universitarios, que no ha cesado en los aos de crisis, hace insostenible, en trminos de rentabilidad social, el desfase entre titulados y ocupacin laboral afn a la formacin, que agrava un problema estructural surgido hace ms de 20 aos. En el curso 2010-2011, para entender la cuestin, 41 centros pblicos y privados ofrecieron, segn datos de la ANECA, grados en Periodismo, a unos 19.000 alumnos. En nmero de titulados en Periodismo generado por el sistema educativo desde mediados de los aos setenta del siglo pasado se acercaba, en julio de 2011, a los 75.000. Si a ello se suman los licenciados en Comunicacin Audiovisual, que compiten en el mercado de trabajo del sector, la cifra se dispara a ms de 3.000 egresados anuales, cuando la demanda natural sustituciones por
Libro negro del periodismo en Espaa | 55 jubilacin no alcanza los 600 puestos de trabajo al ao. La renovacin generacional, activada para abaratar los costes laborales, acenta el problema del empleo de los futuros titulados, ya que ha cambiado las expectativas de cobertura de los puestos vacantes por jubilacin. Parece ms realista, para medir el alcance de la crisis, evaluar el empleo destruido. Esto es, analizar la situacin de aquellos periodistas que. habiendo tenido un puesto de trabajo, lo han perdido. Desde este ngulo, las cifras son mucho ms moderadas, ya que es necesario matizar que, en la destruccin de puestos de trabajo en los medios, el componente especfico de los periodistas no ha sido el ms castigado. Queda an por evaluar el alcance de la precarizacin y los efectos de la burbuja acadmica en el despliegue de la burbuja meditica y la degradacin del sector. Si la reduccin de puestos de trabajo periodstico afecta al producto informativo, la mayor incidencia sobre su calidad hay que buscarla en la sustitucin de profesionales experimentados por becarios y jvenes licenciados, con una incidencia en la aplicacin salarial que llega a suponer el ahorro de hasta un 75% por puesto de trabajo. Los nuevos licenciados se integran en las redacciones con remuneraciones que suelen ser entre dos y tres veces inferiores a las que se dan, a igual trabajo y dedicacin, en los pases centrales de Europa. La preocupacin por el desajuste entre los titulados universitarios y la demanda de la industria es anterior a la crisis y, ya en plena poca expansiva del sistema, fue presentada como la primera causa de la precarizacin laboral. Desde los sindicatos y las organizaciones profesionales se ha denunciado, durante las dos ltimas dcadas, el perjuicio que sobre la estabilidad laboral y el sistema de retribuciones provocaba el irregular empleo de becarios. Los estudiantes, en un periodo considerado de complementariedad formativa, han visto transformada la naturaleza de sus prcticas por una actividad laboral plena. Como ha denunciado el Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC), desde las propias universidades se autorizan y reconocen las prcticas no remuneradas que tienen por finalidad, desde el punto de vista de las empresas que las acogen, la sustitucin de puestos de trabajo regulares. Las facultades que lo estn haciendo deben dejar de suministrar mano de obra gratuita, sealaba el presidente del SPC, Dardo Gmez, en enero de 2009. El sindicato cataln presentaba, en 2010, las bondades del convenio laboral de TV3, en el que se incluye la regulacin de las prcticas segn la lgica acadmica y profesional. El acuerdo establece un lmite en el nmero de becarios, fija su dedicacin en un mximo de cuatro horas diarias, por un perodo no supe-
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| Libro negro del periodismo en Espaa rior a cuatro meses; establece una tutora del alumno colegiada con la Universidad y, por ltimo, prohbe que un becario asuma las responsabilidades propias de un profesional.39 En los foros de internet son abundantes las denuncias sobre la precarizacin y el sistema de prcticas. La experiencia de los estudiantes revela un cmulo de irregularidades que, por s solas, permiten suponer el deterioro en la calidad de la informacin que llega a las audiencias. Una de estas quejas, tomada de la Red, es representativa del sentir habitual de los universitarios: Por lo que tengo hablado con compaeros y lo que he visto y vivido en mis propias carnes, salvo contadas excepciones, a los becarios se los deja a la buena de Dios y en muchas ocasiones dndoles muchsimas ms responsabilidades de las que les corresponden. Conozco a multitud de becarios (y ex becarios, entre los que me incluyo) que han tenido que hacer las veces de directores de informativos, directores de programa, realizadores e incluso jefes de prensa. En algunas comunidades autnomas se ha dado el caso de convocatorias de becas, subvencionadas por las administraciones pblicas, disfrutables durante el perodo lectivo, que han impedido a los alumnos, por el incumplimiento de lo estipulado en las bases firmadas por las empresas, la asistencia a las clases del curso acadmico. De este modo, un beneficio para el universitario de 360 euros mensuales, en un 50% abonado con dinero pblico, conduca a limitar el aprovechamiento de un puesto escolar en el que la misma administracin haba realizado una inversin de 7.000 euros ese mismo ao. El salario medio de los periodistas bajo convenio laboral en Espaa, que lleg a cifrarse en torno a los 35.000 euros anuales,40 se estima que se ha reducido en ms de 10.000 euros en pocos aos, como consecuencia de los procesos de sustitucin de los profesionales cualificados por opciones de empleo ms baratas. Hoy es frecuente, en las nuevas contrataciones temporales, una retribucin neta de 10.000/12.000 euros anuales. Los problemas de precarizacin tambin han sido denunciados por sindicatos de otras naciones europeas, pero las referencias concretas no advierten, salvo en los casos de Italia y Blgica, de una degradacin tan acusada. En Alemania, por ejemplo, las prcticas estn reguladas por la DVJ,41 y se fijan en una cuanta de 1.550 euros mensuales, que se eleva a 2.929 euros para los dos primeros aos de empleo regular. En Francia, los puestos de prcticas no aparecen directamente relacionados con los centros universitarios existen diversas escuelas profesionales de periodismo, y se retribuyen, segn el medio y el mbito territorial, entre 1.765 y 1.400 euros, que se reducen
Libro negro del periodismo en Espaa | 57 a 1.200/1.000 euros para los estudiantes en los ltimos aos de carrera.42 En el Reino Unido, las retribuciones varan en funcin de las ciudades, pero el mnimo para un periodista en prcticas, que ha sufrido un descenso de entre el 30 y el 40% en los ltimos aos, se sita en torno a 1.100 libras mensuales,43 y a 1.400 para los primeros empleos en la redaccin. En Italia,44 las remuneraciones de los practicantes parten de un mnimo de 723 euros a un mximo de 1.174, que se convierten en 1.472 euros para el primer contrato como redactor. No obstante, en este ltimo pas, al margen de los aspectos relativos a la libertad de expresin, son graves otros problemas
El Foro de Organizaciones de Periodistas solicitaba, a comienzos de 2010, medidas de vigilancia e inspeccin al Ministerio de Trabajo. Muchas empresas denunciaba, amparadas en el descenso de ventas e ingresos por publicidad, han optado por sanear su cuenta de resultados empobreciendo las condiciones laborales de sus trabajadores, sustituyendo profesionales curtidos por jvenes becarios y poniendo en marcha expedientes de regulacin de empleo no siempre suficientemente justificados.
u 39 u 40 M.C.R,
Los periodistas ganan 35.000 euros de media en Espaa, Cuadernos de Periodistas, marzo, 2010, pp. 7 a 37. El artculo se refiere a las retribuciones de periodistas con convenios. En una nota de la APM, la autora del artculo sostiene que los ajustes retributivos llevados a cabo en las redacciones tradicionales, con unas tablas salariales cada vez ms insostenibles en la crisis, estn desarrollando una doble escala salarial, cuyo objetivo es generalizar los sueldos de las reas web. La consolidacin de la doble escala salarial acercara, de este modo, las remuneraciones de los medios tradicionales a las ms reducidas de los digitales (12-12-2010). Gewerkschaft der Journalistinnen und Journalisten. Gehaltstarifvertrag fr Redakteurinnen / Redakteure und Volontrinnen/Volontre der dpa GmbH, Deutscher Journalisten-Verband e.V., Berln, 2011. Convenio vigente hasta 2012. (Vase en www.djv.de/fileadmin/ DJV/tarife/GTV%20dpa%202011.pdf).
u 41
SNJ, Grilles de salaries des journalistes, 2011. (Disponible en www.snj.fr/spip.php?rubrique96). En la asamblea anual de la Federacin Europea de Periodistas (FEJ), celebrada en Belgrado en junio de 2011, el sindicato galo SNJ-CGT propuso, para acabar con la precariedad, la aplicacin en toda Europa del modelo francs, segn el cual se unifican los derechos de todos los periodistas, incluidos los colaboradores y los jvenes en prcticas.
u 42 u 43 u 44
Contratto Nazionale di Laboro Giornalistico, suscrito por la Federazione Italiana Editori Giornali y Federazione Nazionale Stampa Italiana, vigente entre el 1 de abril de 2011 y el 31 de marzo de 2013. Las cantidades no incluyen la indennita di contingenza, que eleva a 1.255 euros el mnimo del practicante, con un mximo de 1.718, y a 2.027 euros al primer empleo como redactor.
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| Libro negro del periodismo en Espaa que aquejan el ejercicio profesional, como la precarizacin laboral mediante la sustitucin de profesionales cualificados por jvenes estudiantes y recin licenciados, en trminos no muy distintos a los que ilustran la burbuja acadmica espaola.43 En la Blgica francfona, la situacin de los precarios estall en 2006, con manifestaciones de los colaboradores de prensa Piegistes, pas pigeons y la oposicin al empleo de alumnos en prcticas como mano de obra barata o gratuita. Cada ao, en la comunidad francesa, ms de 400 estudiantes se diploman en Periodismo, aunque haya diez veces menos puestos disponibles en las redacciones, sealaba la Association des Journalistes Professionnels (AJP), que peda al Gobierno limitar el nmero de plazas escolares y regular las prcticas de los estudiantes en las redacciones. Es irresponsable, aada, formar diez veces ms periodistas de los que el mercado de trabajo puede absorber y enviarlos a engrosar las filas del desempleo o a reorientarse hacia otras actividades.45
(sigue en la pgina 622)
u 42 La Coordinadora de Giornalisti Precari, integrada por colaboradores externos a las redacciones y periodistas que permanecen en paro fuera de los convenios FNSI-FIEG ms de 3.000, seala directamente a las ms de 20 universidades y centros de formacin como activadores del problema, que operan de acuerdo con los interessi del sistema universitario, fuera de la lgica de las actividades de la comunicacin y los medios. Las prcticas gratuitas de seis meses, fijadas en la programacin escolar, seala esta misma fuente, colapsan las salas de redaccin y se convierten en la cantera de la contratacin 00 barata o precaria. La situacin es especialmente crtica en el sur de Italia. En 2011, en Campania, donde se estimaba que la precariedad superaba el 70% de los puestos de trabajo, se inici una accin reivindicativa bajo el lema senza precari il tuo giornale sarebbe vuoto, en la que se afirmaba que el ingreso medio de los colaboradores-precarios (freelance), no integrados en el rgimen laboral de las redacciones, se situaba en torno a los 300 euros mensuales. Los precarios se oponen a la apertura de nuevos centros universitarios que incluyan prcticas obligatorias y gratuitas.
La denuncia hace referencia al inquietante alargamiento de los perodos de prcticas de los estudiantes en las redacciones. Estas prcticas no remuneradas por las empresas, con una duracin de varios meses para centenares de alumnos, conduce a privar de trabajo a los periodistas. Y advierte de que ciertas redacciones mantienen turnos de alumnos en prcticas a lo largo de todo el ao ]www.pigistepaspigeon.be/manifeste.php].
u 43
Libro negro del periodismo en Espaa | 59 Miquel de Moragas Catedrtico de Comunicacin. Presidente de la Asociacin Espaola de Investigacin de la Comunicacin
Los centros de formacin de periodistas en Espaa, despus de la excepcionalidad de las escuelas de periodismo en el periodo franquista (19421976), han vivido un proceso de crecimiento acelerado (1976-2011) que bien mereca un alto en el camino para valorar la situacin y corregir errores. Sin embargo, la reciente aplicacin de la reforma universitaria europea (Espacio Europeo de Educacin Superior, Plan Bolonia), en lugar de representar una oportunidad para realizar esta revisin, ha resultado ser una huida hacia adelante, acrtica, caracterizada por una multiplicacin de la oferta de estudios, ms orientada a resolver problemas de la clientela de las facultades, pblicas y sobre todo privadas, que a responder a las necesidad de reali-zacin personal y profesional de los alumnos, a las expectativas de empleo y a su adaptacin a la nueva realidad del sistema de medios en transformacin. Segn informaciones recogidas en fuentes de la agencia de evaluacin ANECA, en Espaa llegaron a ser 47 las universidades que ofrecieron estudios de comunicacin en el curso 2010-2011: 41 grados en Periodismo, 36 en Comunicacin Audiovisual, 30 en Publicidad y Relaciones Pblicas y 12 ms en otras especialidades; en total, 119 grados. Aparte de esto, destaca una oferta variopinta de hasta 82 msteres oficiales. Las autoridades acadmicas, los organismos evaluadores, han repartido microscopios de anlisis para medir crditos, detallar habilidades y competencias. Pero nadie ha tenido la perspicacia de distribuir periscopios para ver hacia dnde se encaminaba la oferta universitaria de estudios de Comunicacin. Cuntos ttulos, cuntas facultades y dnde?, qu tipo de Facultades? Integracin o aislamiento de los estudios de Comunicacin, disciplina o transdisciplina?, ms prcticas o ms formacin intelectual?, qu oportunidades de empleo?, etctera. En el sector acadmico, an preocupado por la legitimidad, por el reconocimiento de nuestros estudios en el conjunto de las humanidades y de las ciencias sociales, no hemos tenido la lucidez, o la capacidad, de evitar una defensa acrtica, gremialista, de nuestros estudios, apoyando de facto un crecimiento por multiplicacin sin reformas de fondo. Todo ello, en un momento caracterizado por dos grandes condicionantes: en primer lugar, por la crisis econmica que se analiza en este libro y que afecta a los medios, con importantes descensos en los ingresos publicitarios, precarizacin del trabajo periodstico y paro en el sector. Pero, al mismo tiempo tambin, y no es poco, con la transformacin del sistema de comunicaciones, que incrementa la oferta de comunicacin, con patrones y actores distintos de los que tradicionalmente haban configurado los planes de estudio de Periodismo.
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Pensando en una hipottica correccin de estas disfunciones, debera evitarse, ante todo, continuar levantando falsas expectativas de proyeccin personal y de empleo entre quienes se matriculan en las facultades de Comunicacin, especialmente en las especialidades de Periodismo. Contra toda evidencia, estas expectativas se han visto estimuladas por campaas promocionales de algunas facultades destinadas a la captacin de alumnos, incluso por medio de cuas publicitarias radiofnicas, que prometen futuro periodstico a sus alumnos, gracias a su oferta de prcticas. El incremento de la demanda de estudios de Comunicacin entre las nuevas generaciones que acceden a la Universidad es indiscutible, pero esto no justifica que la Universidad siga dando ms de lo mismo, sino que esta demanda debe analizarse con rigor y de forma crtica. La centralidad de la comunicacin en la era global inclina a muchos jvenes hacia una carrera que, de alguna manera, es la sntesis moderna de los antiguos estudios de letras, de humanidades y ciencias sociales combinadas. Por la misma razn que apenas pueden encontrarse ensayos sobre la sociedad actual, de socilogos, antroplogos, politiclogos, que no centren su atencin en el papel de la comunicacin, de los medios y de las redes (Bauman, Beck, Castells, Morin, etctera). Pero esto obliga a un cambio de enfoque radical de los tradicionales estudios de Periodismo heredados de las antiguas escuelas y que, aunque parezca mentira, siguen pegados a nuestras rutinas universitarias. La apelacin al incremento de mediaciones comunicativas derivadas de la digitalizacin y de la globalizacin debera resolverse en otros parmetros formativos, ms abiertos, menos mediocntricos, en una reinvencin de los estudios de Comunicacin que quedara muy lejos de la actual reiteracin de rutinas y ms cerca de la comunicacin entendida como una posdisciplina, ejemplo paradigmtico de las nuevas tendencias sin fronteras de la investigacin social. Una segunda disfuncin de nuestros estudios se produce por ausencia de una poltica universitaria de coordinacin. Los estudios de Comunicacin en las universidades no responden a un plan coordinado, sino a las estrategias de liderazgo de cada universidad. Todas contra todas, incluso
dentro de una misma comunidad autnoma. El crecimiento acelerado de estos centros se ha producido sin la necesaria poltica de coordinacin, lo que, adems de suponer mayores gastos, repercute en el empobrecimiento de la oferta. El caso ms lamentable y paradigmtico lo encontramos en la multiplicacin de msteres y doctorados, compitiendo entre s a la baja, incluso entre centros situados a escasos kilmetros de distancia. La investigacin sobre el periodismo tambin se resiente de estas disfunciones. La gran masa crtica de docentes de Comunicacin en Espaa, superior a la de cualquier otro pas europeo, no genera una produccin cientfica proporcional a los recursos disponibles. Este no es un problema de voluntades, ni de capacidades personales, es un problema de modelo universitario, donde la proliferacin no ha hecho ms que fracturar equipos e iniciativas, impidiendo el crecimiento de grupos y centros estables, capaces de competir a escala internacional en los estudios de comunicacin y cultura. Un ejemplo de esta disfuncin es la inexistencia de centros de investigacin especializados y estables, no solo en las universidades, sino tambin en el CSIC. Otros pases europeos, Francia, Italia, Gran Bretaa y Alemania, que disponen de una masa crtica muchsimo menor de docentes de Comunicacin, promueven, sin embargo, sus propios centros de excelencia, con financiacin ms estable que la que se ofrece en Espaa con los proyectos de I+D. Los estudios de Periodismo y de Comunicacin piden una reforma a fondo, dejando el microscopio y la jerga de la reforma de los planes Bolonia, para mirar a largo plazo. Hay que sealar, finalmente, que el mbito acadmico tiene repercusiones incuestionables, aunque indirectas, sobre los mbitos empresarial y profesional de los medios, no solo por lo que respecta a la formacin de profesionales, sino tambin por lo que respecta a la planificacin y a la perspectiva de los cambios. Empezar por un libro negro, crtico, es un paso necesario para poder elaborar ms tarde un nuevo libro blanco, no gremialista, sino creativo, que adapte la contribucin acadmica a las necesidades de las nuevas polticas culturales y de comunicacin que reclama nuestra democracia.
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Tabla 4
Total demandantes Demanda periodista en primera opcin Demandantes jvenes (%/total) Demandantes > 45 aos (%/total) Total parados Parados universitarios Contratos3 Personas contratadas Contratos tmporales sobre total (%) Contratos a jvenes (%/total) Contratos a > 45 aos (%/total)
2
1
26.805 9.974 6,3 6,3 7.869 6.103 1.278 1.109 86,8 14,4 9,5
25.645 10.263 28,7 5,1 7.613 6.129 1.048 875 91,1 55,9 7,6
- 4,3 2,9 22,4 - 19,1 - 3,3 0,4 - 18,0 - 21,1 5,0 288,2 - 20,0
Grupo primario de ocupacin Periodistas [Escritores, periodistas y asimilados], segn la Clasificacin Nacional Ocupacional (CON), que sufri ligeras modificaciones en 2011 (CON-11). 2 Cada demandante de empleo puede marcar seis opciones de trabajo posible. 3 El nmero de contratos es superior al de personas contratadas, lo que indica que en el mes figuran trabajadores con ms de una contratacin temporal.
Precarizacin y paro Un anlisis de los datos de la crisis permite trazar dos hiptesis bsicas. Una, el desempleo no ha alcanzado cifras tan elevadas como las que se han dado frecuentemente, ya que en ellas se hace referencia a los puestos de trabajo en los medios, y no exactamente a los de los periodistas. Dos, el aspecto ms grave de la crisis, en el mbito especfico profesional, ha sido la precarizacin, mediante la sustitucin de contratos de periodistas experimentados por otros de carcter temporal y baratos suscritos con jvenes. Ms que una lgica de relevo generacional, se asiste a un empobrecimiento del capital humano. Paso a paso seala Rodrguez Suanzes46, los viejos, con contrato indefinido, estn siendo despedidos y reemplazados por trabajadores ms jvenes, con contratos temporales.
u 46 En el Seminario sobre Empleo y Nuevas Habilidades, organizado por la Comisin Europea y el Centro Europeo de Periodismo (Bruselas, 10/11-03-2011). Rodrguez Suanzes afirm que se est produciendo una sustitucin de profesionales veteranos, bien pagados, con ms de 35.000 euros anuales, por jvenes menores de 30 aos, con vinculacin temporal a los medios y salarios inferiores a los 15.000 euros.
El Roto (25-11-2010)
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Las estadsticas del Servicio Pblico de Empleo Estatal (SEPE) permiten aproximarse al alcance de la actividad profesional de los periodistas. No obstante, una inadecuada lectura de los datos puede arrojar resultados errneos, especialmente comprometidos cuando la realidad laboral del sector est sujeta a las fuertes tensiones psicolgicas de la crisis. El grupo primario Periodistas, como aparece en la Clasificacin Nacional Ocupacional, se corresponde con el mbito del empleo especfico de los profesionales de los medios, con independencia de su titulacin.47 En la tabla 4 no se advierte una variacin significativa en los valores generales de ocupacin durante los ltimos doce meses considerados.48 La demanda de trabajo como periodista en primera opcin crece ligeramente (2,9%), pero desciende el nmero de parados totales (-3,3%) y aumenta levemente el de los titulados universitarios en Periodismo o en otras titulaciones (0,4%). Sin embargo, dos aspectos cambian radicalmente: los demandantes jvenes pasan del 6,3% del total al 28,7%, mientras que de los contratos suscritos por estos crecen del 14,4 al 55,9% en slo un ao. Adems, se incrementa uno de los indicativos de la precarizacin: los contratos temporales. Del 86,8% pasan al 91,1%.49 La estadstica no revela la duracin media de los contratos, pero el hecho de que en mayo de 2011 aparezcan 173 ms que el nmero de contratados es un indicador de precariedad externa, por cuanto se generan, en algunos casos, ms de un contrato en el mes con un mismo trabajador.
Libro negro del periodismo en Espaa | 65 A partir de las actividades dominantes en los grupos ocupacionales relacionados con los medios, bsicamente los apartados 58 y 60 de la CNAE,50 que integran las actividades de prensa incluidas las ediciones digitales, revistas,51 radio y televisin, se puede tener una visin macro del sector industrial, que incluye el mundo editorial del libro. La talla del conjunto se eleva a 96.811 trabajadores, 70.332 en el mbito editorial impreso y 26.479 en el de la produccin de programas de radio y televisin. Como el sector del libro estima un volumen de empleo cercano a los 15.000 trabajadores, una cifra ms ajustada a la industria de los medios gira en torno a los 82.000 empleos.52 De este total se puede estimar que entre un 25 y un 30% son puestos ocupados por periodistas, esto es, entre 20.500 y 24.600.53 La tabla 5 refiere la importancia laboral del sector y su fuerte concentracin en torno a Madrid (36.140 trabajadores) y Barcelona (19.605), que renen el 57,6% nacional, a gran distancia del resto de las provincias con ms actividad: Valencia (4.515
El grupo enmarca, en las estadsticas del SEPE, a asesores y crticos literarios; crticos de arte, medios de comunicacin y espectculos; montadores de programas; periodistas; redactores-correctores de editorial; redactores de prensa, radio y televisin; secretarios de redaccin.
u 47
Las estadsticas de acceso pblico no permiten reconstruir una serie histrica ms amplia.
u 48
Bajo el epgrafe periodistas, segn los datos de contrataciones del SEPE, adems de los trabajos especficos en los medios, aparecen los siguientes: empleo en actividades de edicin y emisin de radio y televisin; cine, vdeo y programas de televisin; publicidad y estudios de mercado.
u 49
Clasificacin Nacional de Actividades Econmicas, revisada en 2009, destinada a establecer un conjunto jerarquizado de actividades internacionalmente homologadas en las estadsticas.
u 50
Incluye un apartado muy disperso de publicaciones sectoriales industriales, por regla general difciles de ubicar en la actividad de los medios convencionales.
u 51
Entre las actividades del los grupos editoriales se incluyen, en ocasiones, publicaciones peridicas, sobre las que no se tienen cifras de aplicacin laboral.
u 52
La cifra difiere de la que se estima para el conjunto de la profesin, en la que se incluye un ncleo no discriminado del periodismo, que lo integran los gabinetes de comunicacin, con una actividad institucional y empresarial que ocupara, segn las estimaciones, a ms de 8.000 periodistas. En 2007, la Asociacin Nacional de Periodistas de las Administraciones Pblicas (ANPAP) se integr en la FAPE.
u 53
66
Tabla 5
AndAlucA Almera Cdiz Crdoba Granada Huelva Jan Mlaga Sevilla Total ArAgn Huesca Teruel Zaragoza Total AsturiAs Total BAleAres Total cAnAriAs Las Palmas Tenerife Total cAntABriA Total cAstillA-lA MAnchA Albacete Ciudad Real Cuenca Guadalajara Toledo Total cAstillA y len vila Burgos Len Palencia Segovia
293 608 395 479 122 166 1.465 1.686 5.214 61 50 1.395 1.506 938 1.129 530 610 1.140 680 253 251 157 195 305 1.161 69 264 421 212 82
52 161 122 95 26 19 252 273 1.000 10 2 99 111 143 106 103 145 248 66 33 37 27 44 82 223 7 29 52 40 23
63 255 254 145 38 72 702 2.730 4.259 11 19 441 471 447 267 99 165 264 116 140 53 596 128 174 1.091 179 112 151 123 33
140 270 178 146 114 105 561 711 2.225 96 22 266 384 359 585 362 403 765 212 113 193 40 56 639 1.041 28 80 96 26 40
58 99 48 472 63 25 334 560 1.659 32 5 131 168 138 117 88 126 214 43 50 75 16 21 207 369 6 25 29 3 6
433 878 573 625 236 271 2.026 2.397 7.439 157 72 1.421 1.650 1.297 1.714 892 1.013 1.905 892 366 444 197 251 944 2.202 97 344 517 238 122
80 219 147 123 46 41 439 430 1.525 18 8 125 151 181 182 185 203 388 90 45 60 33 56 118 312 10 42 64 45 29
121 354 302 617 101 97 1.036 3.290 5.918 43 24 572 639 585 384 187 291 478 159 190 128 612 149 381 1.460 185 137 180 126 39
18,5 24,9 25,7 19,7 19,5 15,1 21,7 17,9 20,5 11,5 11,1 8,8 9,2 14,0 10,6 20,7 20,0 20,4 10,1 12,3 13,5 16,8 22,3 12,5 14,2 10,3 12,2 12,4 18,9 23,8
69 706 84 1.907
10 118 23 474
15 261 46 748
25 349 51 695
2 13 1 55
7 124 5 205
12 131 24 357
22 385 52 1.126
Desempleo % 2010
cAtAluA Barcelona Girona Lleida Tarragona Total coMunidAd VAlenciAnA Alicante Castelln Valencia Total extreMAdurA Badajoz Cceres Total gAliciA A Corua Lugo Ourense Pontevedra* Total MAdrid Total MurciA Total nAVArrA Total PAs VAsco lava Guipzcoa Vizcaya Total riojA, lA Total ceutA y MelillA Total totAl nAcionAl
15.153 725 370 567 16.815 885 265 2.568 3.718 286 135 421 1.614 258 204 -2.076 27.798 1.061 910 377 1.166 2.008 3.551 153 154 70.332
1.350 90 40 69 1.549 220 51 440 711 48 21 69 192 29 38 -259 2.276 179 86 27 71 191 289 24 10 7.823
4.667 229 146 137 5.179 382 100 799 1281 252 91 343 401 59 59 -519 8.957 872 225 98 321 615 1.034 69 83 26.225
4.452 194 95 156 4.897 657 140 1.947 2.744 399 78 477 1.315 83 79 -1.477 8.344 769 150 112 494 542 1.148 126 81 26.479
6.702 378 38 59 7.177 189 46 765 1.000 121 28 149 1.827 12 12 -1.851 3.827 170 71 32 3.076 373 3.481 48 66 20.753
19.605 919 465 723 21.712 1.542 405 4.515 6.462 685 213 898 2.929 341 283 -3.553 36.142 1.830 1.060 489 1.660 2.550 4.699 279 235 96.811
1.647 112 51 91 1.901 310 77 635 1.022 86 33 119 251 32 50 -333 2.663 310 99 39 95 219 353 47 14 10.219
11.369 607 611 196 12.783 571 146 1.564 2.281 373 119 492 2.228 71 71 -2.370 12.784 1.042 296 130 3.397 988 4.515 117 149 46.978
8,4 12,2 11,0 12,6 8,8 20,1 19,0 14,1 15,8 12,6 15,5 13,3 8,6 9,4 17,7 9,4 7,4 16,9 9,3 8,0 5,7 8,6 7,5 16,9 6,0 10,6
*En la informacin en lnea de la SEPE no aparecen actualizados los datos de la provincia de Pontevedra.
68
lic. perioDis.
en paro2
conTraTos
mensuales
2009 Septiembre Octubre Noviembre Diciembre 2010 Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre 2011 Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio
1
7.198 7.284 7.414 7.332 7.529 7.610 7.582 7.461 7.387 7.429 7.538 7.680 7.795 7.833 7.813 7.690 7.988 8.090 8.268 8.070 8.008 8.317
5.540 5.541 5.666 5.667 5.936 5.954 5.975 5.853 5.845 5.792 5.959 6.161 6.167 6.119 6.059 5.958 6.223 6.230 6.192 6.040 6.005 6.233
855 886 798 700 612 700 824 761 788 743 791 501 972 1.072 984 799 787 765 887 773 865 830
234 195 159 139 142 173 189 160 155 178 189 120 251 233 182 189 179 140 147 135 134 120
27,4 22,0 19,9 20,0 23,2 24,7 22,9 21,0 19,7 24,0 23,9 24,0 25,8 21,7 18,5 23,7 22,7 18,3 16,6 17,5 15,5 14,5
72 51 41 44 32 45 50 47 42 35 46 44 56 38 33 43 40 25 32 25 23 40
8,4 5,8 5,1 6,3 5,2 6,4 6,1 6,2 5,3 4,7 5,8 8,8 5,8 3,5 3,4 5,4 5,1 3,3 3,6 3,2 2,7 4,8
Solicitud de un puesto de trabajo que realiza un licenciado en Periodismo, con empleo anterior o no. 2 Licenciados en Periodismo que han perdido el empleo. 3 Licenciados en Periodismo contratados y porcentaje de los que han conseguido hacerlo en su especializacin profesional. 4 Licenciados en Comunicacin Audiovisual que han obtenido contrato como periodistas.
trabajadores y un 4,7% del sector), A Corua (2.929 y 3,0%), Vizcaya (2.550 y 2,6%), Sevilla (2.397 y 2,5%) y Mlaga (2.026 y 2,1%). Los trabajadores en paro son 10.219, el 10,6% del sector considerado. En Madrid, con el 37,3% del empleo nacional, se concentra el 26,1% del paro total; en Barcelona, con el 20,3% de la actividad, el 16,1%. En el resto del pas, que rene el 42,4% de los trabajadores, estn el 57,8% de los desempleados de toda Espaa. En trminos relativos, las comunidades con menor desempleo, por debajo del 10%, son: Madrid (7,4), Pas Vasco (7,5), Catalua (8,8), Aragn (9,2), Navarra (9,3) y Galicia (9,4). En el otro extremo de la tabla, por encima del 15%: Andaluca (20,5), Canarias (20,4), Murcia (16,5) y Comunidad Valenciana (15,8).
70
Fernando Gonzlez Urbajena, presidente de la APM, durante la primera concentracin por la dignificacin del periodismo, el 14 de febrero de 2009 en Madrid, convocada por la asociacin profesional madrilea (Foto: Pablo Vzquez, APM).
Otro aspecto del problema, relacionado con la burbuja acadmica, es el que mide la desocupacin de los universitarios. Por ello, no se debe confundir el paro de los periodistas con el desempleo de los licenciados. Las estadsticas que constatan la situacin de los titulados revelan que la mayora de los que estudiaron Periodismo trabaja fuera del sector de los medios, y que titulados en otras especialidades lo hacen como periodistas. Un matiz necesario para entender en toda su dimensin el alcance de las disfunciones entre la oferta acadmica y la de la industria de los medios. En la tabla 6 se analiza el mercado de trabajo de los licenciados en Periodismo, que se mantienen, con ligeras oscilaciones, en torno a los 6.200 parados en 2011, con un crecimiento anual prximo al 5%. Se observa que los licenciados obtienen empleo, cada vez con ms frecuencia, fuera del periodismo, de modo que, en mayo de 2011, solo el 14,5% de los que consiguieron contrataciones lo hizo dentro de su campo natural de actividad, correspondiendo el 85,5% de los contratos restantes a otras actividades laborales. El grado de correspondencia titulacin-empleo ha cado significativamente en los ltimos dos aos, reducindose prcticamente a la mitad (grfico 4). Otros titulados, como los de Comunicacin Audiovisual, tienen entrada en el mercado de trabajo del periodismo, poniendo de manifiesto las debilidades de las fronteras, en parte artificiales, que separan hoy los procesos convergentes de la produccin mediticocultural. Tambin hay rastros estadsticos de la contratacin como periodistas de licenciados de otras reas de las ciencias sociales, con porcentajes que oscilan entre el 1 y el 3% de los
contratos, segn las oscilaciones en los meses considerados. A partir de los datos disponibles, con 6.233 licenciados en paro, y del bajo empleo de estos en el sector de los medios en torno al 22% en 2009 y 2011, hay que suponer que el ncleo de parados que con anterioridad haba sido contratado como periodistas es inferior a 1.400. En ningn caso, como se deduce, la gran mayora de los licenciados en situacin de paro trabajaban previamente en el sector de los medios de comunicacin.
72
| Libro negro del periodismo en Espaa Hacia la destruccin de 5.000 puestos de trabajo Los datos expuestos describen la huella del empleo en los medios y los puestos de periodistas en los registros estadsticos del Ministerio de Trabajo e Inmigracin. Los indicadores no advierten, sin embargo, de que las cifras medias de paro sectorial se aproximen a los valores generales de desempleo en Espaa. En la visin macro del sector (tabla 5), el paro entre los afiliados a la Seguridad Social, esto es, con un contrato anterior, alcanza el 10,6%, muy por debajo del total nacional. Para descender al detalle, en lo que se refiere a la destruccin de empleo, como consecuencia de la crisis, son muy tiles los datos de los observatorios de la APM y de la FAPE, siempre y cuando, como indican estas fuentes, se hagan algunas salvedades. Sus cifras hacen referencia a los trabajadores de los grupos mediticos y las empresas del sector, y no siempre detallan la incidencia real sobre el subgrupo de los periodistas. En muchos casos, las reducciones de plantillas se han hecho mediante acuerdos bajas incentivadas y prejubilaciones, que no se contabilizan en los registros oficiales del paro. Tampoco se tiene constancia, salvo cuando hay notas sindicales que advierten de ello, de cuntos puestos fijos de periodistas veteranos han sido sustituidos por contratados precarios, y cul es la diferencia salarial entre el trabajador cesante y el que lo sustituye. Los datos que contabilizan la prdida de puestos de trabajo sitan a la profesin periodstica ante un perodo de recesin, que ya se haba iniciado, al menos en la precarizacin, antes del comienzo de la crisis econmica. A la desaparicin de empleo se une, por consiguiente, un segundo nivel de degradacin de las condiciones laborales mediante la sustitucin de los periodistas experimentados, el empleo de becarios en tareas profesionales e, incluso, la incorporacin de estudiantes en prcticas no retribuidas. Segn la FAPE, en apenas tres aos, entre junio de 2008 y julio de 2011, se destruyeron 4.135 puestos en el sector de los medios. Un recuento detallado del Observatorio para el Seguimiento de la Crisis, de la APM (tabla 7), refiere la incidencia en los medios de Madrid, as como de aquellos grupos y empresas de alcance nacional con sede aqu, tambin para el mismo perodo 2008-2011. Segn este cmputo, que contempla el conjunto de los trabajadores en medios de comunicacin, sean o no periodistas, se habran perdido 3.227 empleos, de ellos 2.451 en Madrid. Una proyeccin conservadora de estos datos sobre el resto del pas, basado en la demografa territo-
El Roto (30-09-2006)
74
| Libro negro del periodismo en Espaa rial de la profesin, las notas de los sindicatos y otras fuentes complementarias, permite hacer una estimacin que eleva la destruccin de empleo sectorial a unos 4.800 trabajadores en el perodo 2008-2011, de los que en torno al 35% unos 1.700 correspondera a periodistas. En estas cifras no estn incluidas las salidas anunciadas por el grupo Prisa, cuyo Plan de Eficiencia Operativa prev 2.514: 1.240 en el rea audiovisual, 244 en educacin, 649 en radio, 309 en prensa y 72 en el resto del grupo, estimndose entre 300 y 400 el nmero de periodistas afectados por el recorte.54 Establecer cul es el grado de desempleo relativo del periodismo en Espaa est relacionado, lgicamente, con la cifra global de periodistas en activo, muy imprecisa, que en el mbito especfico de los medios seguramente quede bastante por debajo de los 25.000.55 Incide aqu una cuestin estatutaria, relativa a quines se consideran periodistas y qu trabajos pueden ser entendidos como periodsticos. En la tabla 7 se detalla la informacin del Observatorio para el Seguimiento de la Crisis, coordinado por Sergio J. Valera, de la APM, que se corresponde con la memoria reciente del sector, en la que se han producido momentos de fuerte tensin, como el vivido tras el cierre de CNN+, uno de los dos canales de especializacin periodstica en informacin continua exisAl conocerse el plan del grupo Prisa, coincidente con el anuncio de otro recorte de plantilla en la BBC, Arne Knig, presidente de la Federacin Europea de Periodistas (FEP), declar: Es devastador para el periodismo de calidad, porque muestra que tanto el sector pblico como el privado eliminan empleos en el periodismo, sin tener en cuenta adems las consecuencias que eso tiene para el pluralismo, la libertad de prensa y la democracia. Por ello, el periodista sueco estimaba que debemos cambiar la direccin que llevamos mediante acciones a todos los niveles, incluyendo la defensa del periodismo como bien pblico.
u 54
Por comparacin con otras naciones de mayor talla demogrfica y econmica, como Francia y Reino Unido, la cifra es algo optimista. En Francia (CCIJP, 2010), aparecen inscritos 37.390 profesionales, mientras que en el Reino Unido se estiman en torno a 45.000.
u 55 u 56
Con ocasin de la Junta General de Accionistas de Prisa, el Comit de Empresa de El Pas explic que, entre los das 24 y 30 de junio de 2011, muchas de las informaciones publicadas en el peridico no llevaran la firma de sus autores. Los trabajadores de El Pas no retiran la firma porque quieran cobrar ms, sino porque quieren defender sus derechos, los mismos que garantizan que nuestro trabajo tenga la calidad que merecen (y demandan) nuestros lectores. El escrito del Comit conclua con una apelacin a los accionistas de la empresa: No malgasten el dinero en abogados que les cuenten lo que quieren or. Les va a resultar ms rentable entenderse con sus trabajadores.
tentes en Espaa. Tras la adquisicin por parte de las sociedades mercantiles de Silvio Berlusconi de diversas actividades audiovisuales al grupo Prisa, la cadena que emita noticias las 24 horas cambi su seal por la de 24 horas GH (Gran Hermano). El cierre de CNN+ provoc una de las movilizaciones de mayor alcance en los ltimos aos, junto a otras como las de la agencia Efe, TVE, Grupo Zeta, etctera. Asimismo, en los diarios de referencia La Vanguardia y El Pas, los anuncios de regulaciones de empleo fueron contestadas con sendas huelgas de firmas de los periodistas.56 No hay constancia fidedigna de la incidencia de la crisis entre los colaboradores, figura muy extendida en los medios es-
76
Tabla 7
afecTaDos
moTivo
N N N N N N N N N N N M M M M N M M M M M N M M M M M M M M N M M M M M M M M M
Metro [diario gratuito] Qu! [diario gratuito] ADN [diario gratuito] ADN [digital] 20 Minutos [diario gratuito] 20 Minutos [digital] La Vanguardia
Localia [TV local] Prisa TV Grupo ed. Zeta Reed Business Information Abc [diario] Abc [ed. Digital] Unidad Editorial
Metro News SL Vocento Planeta Planeta Multiprensa | Schibsted Multiprensa | Schibsted God Prisa Prisa Zeta Reed Elsevier PLC Vocento Vocento Unedisa Prisa Prisa Negocios Mediapro Planeta La Voz de la Calle Ecoprensa Prisa Gol Espaa Prensa Joven Planeta Vocento G+J | Vocento G+J G+J G+J Hachette F. Bonnier Zeta Zeta Zeta Pub. Mahe Focus Eds. RBA RBA Intermedios
300 u 44 2.424 u2.000 205 u 150 456 u 204 50 u 40 2.200 u2.007 440 u 345 126 u 59 181 u165 260 u 250 45 u 0 152 u140 100 u 74 1u0 34 u 0 91 u 80 20 u 0 148 u 119 249 u155 288 u200 490 u 400 133 u 85 56 u 52 54 u 52 8u3 12 u 0 9u0 6u0 3u0
El Pas [diario] As [diario] Gaceta de los Negocios [diario] Pblico [diario] La Razn [diario] La Voz de la Calle [diario] El Economista [diario] Cinco Das [diario] Gol [diario gratuito Barcelona] Menos 25 y Menos 20 [gratuitos] Grupo Jbilo Revistas Taller de Editores Gala [revista semanal] G+J Motorpress Ibrica GPS Hachette Filipacchi Globus Comunicacin Intervi [revista semanal] Tiempo [revista semanal] Man [revista mensual] Super Pop [revista quincenal] Citizen K [revista trimestral] Sorpresa! [revista] nica [revista mensual] Intermedios [revista mensual]
83 [42 Madrid] 117 [21 Madrid] 15 [5 Madrid] 44 [39 Madrid] 53 [20 Mad.] u10 perio. 9 [Madrid] 125 prejubilaciones y 3 despidos 256 [50 Madrid] 190 [179 Madrid]2 424 [107 Madrid] 55 [26 Mad.] u8 perio. 252 [247 Madrid] 10 u7 periodistas 193 95 prejubilaciones incentivadas 6 [3 Mad.] u2 periodis. 67 16 u11 periodistas 10 u6 periodistas 45 12 u9 periodistas 26 [23 Madrid]3 1 4 34 u11 periodistas 11 20 29 94 u14 periodistas 88 90 [78 Madrid]4 48 4 u1 fotoperiodista 2 u2 periodistas 5 11 12 9 6 3
C ERE R C R R R y ERE C1 ERE ERE (2) R ERE y R R R y ERE PRE R ERE R R C R R C R C R C R R, C y ERE ERE RyC RyC R5 R5 R C6 C C C C
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38 u 10 16 u 0 36 u 0 16 u 0 16 u 0 7u0 20 u 0 29 u 0 6u3 8u0 11 u 0 13 u 5 998 u 987 13 u 0 188 u 180 59 u 44 112 u 100 21 u 0 6.473u6.450 1.362u1.236 810 u 800 160 u 56 204 u 111
28 [24 Madrid] 16 36 u17 periodistas 16 16 u4 periodistas 7 u7 periodistas 20 29 3 2 12 8 11 8 11 7 u5 periodistas 13 u12 periodistas 8 u2 periodistas 15 u2 periodistas 12 2 [1 Mad.] u8 periodis. 21 23 u11 periodistas 126 10 104 93 6 8 u8 periodistas 37 170 29 8 u8 periodistas 5 u5 periodistas 23 4 18 u7 periodistas 23 u13 periodistas 22 1 1 1 5 u4 periodistas 7 u7 periodistas 12 u11 periodistas
Salvo emisoras que no eran propiedad de Prisa. 2 Previsin de externalizacin de entre 600 y 700 puestos de trabajo. 3 Se contabilizan 12 bajas voluntarias. Incluye 11 bajas incentivadas y 4 prejubilaciones. 5 Plan de bajas voluntarias. 6 Se mantiene la edicin digital. 7 Se incorporan a la plantilla de La Gaceta de los Negocios. 8 Tras la fusin de Telecinco y Cuatro (plan de bajas voluntarias y posterior ERE). 9 Previsin de 53 bajas ms antes de finales de 2011. 10 Reubicados 14 trabajadores en otras reas del Ayuntamiento. LTIMAS INCIDENCIAS mento entregado por la direccin del grupo a los sindicatos. Este plan se est desarrollando mediante expedientes de regulacin y otros tipos de recortes de personal. Ya se ha aprobado el ERE en Prisa TV contabilizado en esta tabla, empresa en la que, adems, se acometern numerosas externalizaciones. Tambin se ha acordado un ERE en Soluciones Contact Center (Catsa), la que fuera la empresa de servicios
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de telemarketing del grupo, con un mximo de hasta 516 salidas. Ambos casos no estn contabilizados por tratarse de actividades ajenas al periodismo. Adems, Prisa y los distintos comits de empresa tienen que acordar an el resto de los despidos en otras reas hasta llegar a las ms de 2.500 salidas acordadas. u La Direccin General de Trabajo aprob un ERE en Prisa TV (antes Sogecable), holding audiovisual del grupo Prisa, el 27 de junio, que supone la salida de 121 trabajadores (110 de la sede en Madrid) ms los 69 despidos que ya se haban producido en esta empresa desde enero hasta la aprobacin de dicho ERE . Estos 121 empleados salen de Prisa indemnizados con 45 das por ao trabajado, dos mensualidades y dos meses de vacaciones pagadas. En la segunda fase de salidas, ya puesta en marcha y que est previsto que finalice el 31 de diciembre de 2011, se vern afectados entre 600 y 700 profesionales por la va de las externalizaciones, que afectarn a todas las reas. Entre ellas, especialmente, al departamento de Comunicacin, que pasar a ser dirigido por la empresa Pelonio Comunicacin. Otra de las reas externalizadas sern la tcnica, deportes, programacin y recursos humanos. Paralelamente, se irn produciendo ms despidos y bajas voluntarias. u La direccin de Cinco Das comunic al comit de empresa el 16 de febrero que no habra ms de las 12 bajas voluntarias efectuadas hasta ese momento, pese a que eran 20 las salidas estipuladas (25 en un principio). Cabe recordar que el grupo Prisa ejecutar el plan anteriormente citado. u En el diario deportivo As, del grupo Prisa, se han producido este ao seis salidas: tres despidos en la delegacin de Galicia como parte del Plan de Eficiencia Operativa de Prisa y tres bajas en la redaccin de Madrid. De estas ltimas, un despido fue disciplinario y ha terminado siendo improcedente y las otras dos han sido bajas voluntarias (ambos puestos ya han sido cubiertos). u Pese a los despidos en Veo 7 y en Marca TV, Unidad Editorial comunic el 9 de junio a los trabajadores que los resultados del grupo en el primer trimestre de este ao y los correspondientes a los meses de abril y mayo estaban por debajo de lo previsto y son an peores que los del mismo periodo de 2010. Como consecuencia, la empresa, propiedad de la italiana RCS MediaGroup, que pide ms ajustes para no tener que realizar despidos, plante ampliar las condiciones del ERE, en vigor desde junio de 2009 hasta el 31 de diciembre de 2011 y que supuso el despido de 164 trabajadores. u Adems de los cinco despidos, el departamento Multimedia (web) de La Sexta al completo ha sido externalizado, pasando a ser gestionado por la empresa Liquid Media, de Mediapro. Estas salidas se unen a las tres bajas en el departamento de Comunicacin producidas anteriormente. u El Consejo de RTVE no renov el contrato con Overon, filial de Mediapro, para el programa La Maana de La 1, por lo que se vieron afectadas 53 personas. Asimismo, RTVE no renov el contrato con Mediapro por el espacio Espaa Directo, lo que supuso la prdida del empleo de alrededor de 200 trabajadores. Algunos de ellos han pasado a integrar el equipo de Verano Directo, de La Sexta, la nueva versin del
desaparecido magacn de las tardes de La 1. Estas salidas no estn contabilizadas en el Observatorio puesto que no son despidos o bajas incentivadas, sino que se trata de contratos por obra y servicio. u Con el cierre de Popular TV, el personal con contrato indefinido de esta cadena de TDT se une a la plantilla fija del canal 13 TV. De entre los empleados con contrato temporal de ambas televisiones se seleccionarn ms profesionales para completar la plantilla de 13TV. u La 10, canal TDT de Vocento, ha externalizado los departamentos de emi-siones y mantenimiento, vindose afectados ocho trabajadores, cuya continuidad laboral est en manos ahora de la empresa que gestionar los servicios externalizados, Telefnica Servicios Audiovisuales (TSA). u Para 2011, el plan de Abc, comunicado a la plantilla a principios de ao, incluye el recorte de 25 puestos de trabajo netos, que se deben traducir en unos 40 despidos (ya se han producido 29 bajas) y en la contratacin de 15 redactores con perfil multimedia. El diario pretende liquidar sus corresponsalas y quedarse solo con las de Washington y Londres. La direccin negocia con los distintos corresponsales para decidir si se quedan en las ciudades donde estn destinados como colaboradores o si vuelven a la redaccin en Madrid. u Colpisa culmin su plan de bajas voluntarias con la salida de seis trabajadores, quedndose la agencia con 18 trabajadores inicialmente. La direccin de Vocento decidi integrar la antigua redaccin de la agencia con la denominada redaccin central digital de los diarios del grupo, por lo que la plantilla de la agencia pas a estar formada por 44 personas, en su gran mayora perio-distas. Desde el 1 de enero, Colpisa se rige por un nuevo convenio colectivo, de 2 aos de duracin, que ha supuesto la prdida de una serie de derechos adquiridos y otras ventajas o condiciones laborales de la plantilla. u La direccin de la Agencia Efe y su comit de empresa cerraron un acuerdo, ya incorporado al convenio y con vigencia hasta diciembre de 2011, que establece una reduccin en las retribuciones de los trabajadores de entre un 1,75% para los salarios ms bajos y un 8% para los ms altos. Dicho acuerdo dej sin efecto las cartas de despido entregadas a 23 empleados de la agencia. u En abril, la Comisin Nacional de la Competencia autoriz en primera fase la compra de la editora de revistas Hachette Filipacchi por parte del grupo editor Hearst Communications. Esta operacin se inscribe en el acuerdo alcanzado a comienzos de 2011 entre el grupo estadounidense Hearst y el francs Lagardere, segn el cual el primero se haca con el control del negocio internacional de revistas del segundo. En Espaa, Hearst ya es socio con G+J en la editora G+J Publicaciones Internacionales, que publica la revista Cosmopolitan y cuenta con el canal Cosmolopitan TV. u El Economista, de Editorial Ecoprensa SA, suprimi la edicin en papel los lunes desde el 6 de junio. La edicin en papel fue sustituida ese da de la semana por la digital Los Superlunes.
El 7 de septiembre de 2011, Mediapubli, sociedad editora del diario Pblico, anunci un ERE que afectar al 20% de la plantilla (39 trabajadores), que incluye asimismo la reduccin de los salarios.
u 57
u 58 Los sindicatos alemanes han cifrado en unos 2.000 los puestos de trabajo destruidos en los medios en tres aos (2008-2010), si bien han optado por la defensa de la calidad como respuesta a la crisis y alcanzar un pacto con los empresarios para evitar los despidos hasta 2013. En general, segn un estudio del IFOK Institut, Journalisten 2020, los profesionales alemanes son optimistas sobre su futuro y creen que los medios deben mejorar su calidad para hacerse imprescindibles. En este sentido, en 2010 se firm la Declaracin de Essen sobre la Crisis de los Medios (Essener Erklrung zur Krise der Medien), en la que los periodistas pedan a las autoridades alemanas y europeas una distincin muy clara entre el periodismo y la libertad de prensa, estrechamente relacionados con la esfera pblica y la democracia, y los problemas econmicos de la industria.
Arriba, manifestacin de los trabajadores de La Gaceta de Canarias. En la fotografa inferior, manifestacin de los trabajadores de TVE en la Puerta del Sol de Madrid (Fotos: Cristobal Garca/Agencia Efe y Archivo APM).
critos, que ha sido probablemente la ms castigada en toda Europa. Gonzlez Urbaneja, presidente de la APM, ha sealado que 2011 ser el peor ao para los periodistas, especialmente para los colaboradores, el eslabn dbil de la cadena.57 Aunque los problemas alcanzan al conjunto de las naciones europeas, solo algunas se han visto seriamente castigadas por el desempleo profesional. As, la incidencia es mucho ms baja en Alemania,58 y en otros pases incluso se comienza a remontar la crisis, donde la recesin laboral del sector ya se haba iniciado a comienzos de la pasada dcada. Es el caso de los nrdicos. En Dinamarca, por ejemplo, el paro profesional, que lleg a ser del 11% en 2009, segn el Sindicato Dans de
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| Libro negro del periodismo en Espaa Periodistas (Dansk Journalisforbund), representaba, en julio de 2011, solo el 4,4%.59 No es esta la situacin del Reino Unido, donde la amplia prdida de puestos de trabajo, en trminos relativos a la demografa laboral del sector, no es muy inferior a la de Espaa.60 Entre 2007 y 2010, la NUJ estimaba que los recortes en las plantillas afectaban a unos 9.000 empleos. A mediados de 2011, la cifra creca por encima de los 11.000, con el anuncio de la BBC, sujeto a negociacin sindical en septiembre de 2011, de una reduccin del 20% en su plantilla de 17.000 trabajadores. Como en el caso de Espaa, los datos britnicos hacen referencia al conjunto de trabajadores de los medios, que incluye administrativos, tcnicos y comerciales, por lo que algunas estimaciones coinciden en sealar que la incidencia real estara por debajo del 40% del total. En la BBC, de mantenerse la misma proporcin de despidos inicialmente anunciada el 20%, el recorte no alcanzara el millar de puestos entre los 4.900 periodistas de la radio y la televisin pblicas. La crisis ha afectado a una industria con un fuerte ncleo de actividad en Londres, pero con una diversificacin compleja que incluye una red muy tupida de peridicos regionales y locales 89 diarios, 490 semanarios de pago y 500 gratuitos y 1.400 webs asociadas, integrados en la Newspaper Society, que da empleo a 30.000 trabajadores, un tercio de ellos periodistas.61 El aparente minifundismo de los medios regionales y locales 47,9 millones de copias semanales en julio de 2011 se halla estructurado en torno a slidos grupos industriales, como Trinity Mirror, Johnston Press, Newsquest y Northcliffe, donde se han producido los mayores recortes de plantillas. Tambin la prensa especializada y la muy diversificada prensa gratuita han sufrido las consecuencias con la desaparicin de cabeceras y reducciones drsticas de empleo, en un tiempo marcado por la migracin de los lectores hacia los soportes digitales. Asimismo, ha sido muy notable, en el cmputo general de la prdida de puestos de trabajo, la incidencia del sector audiovisual. Slo entre 2008 y 2009, ITV, Channel 4 y Five redujeron sus plantillas en unos 2.000 trabajadores, de los que aproximadamente un 23% eran periodistas.62 Una estimacin conservadora sita en torno a 4.000 periodistas los afectados por la crisis en los ltimos cuatro aos. Los analistas recuerdan que fue mayor la recesin laboral de los aos ochenta, que segua a una crisis econmica y a una reconversin tecnolgica que amortiz ms de 14.000 puestos de trabajo, en su mayora tipgrafos.
Libro negro del periodismo en Espaa | 81 Aunque el Reino Unido ha vivido un incremento de los centros universitarios en los que se cursan estudios de Periodismo y medios, no se ha producido la burbuja acadmica que se conoce en Espaa, Italia y Blgica. El nmero de alumnos matriculados ha pasado en diez aos de 3.500 a 9.000,61 lo que supone, para 2011, en trminos relativos a la poblacin, una tercera parte de la matrcula en los centros espaoles, independientemente de la distinta talla industrial del sector de los medios en Espaa y el Reino Unido.
u 59 u 60
Imagen alegrica de la destruccin de empleo en la prensa local britnica (Foto: Anne-Marie Sanderson).
El sector britnico de los medios emplea a unos 45.000 periodistas, de ellos ms de 11.000 en la prensa regional y local. Un estudio de la revista Journalism (journalism.co.uk), hecho a partir de los datos sobre desempleo de Press Gazette y The Guardian, entre enero de 2007 y junio de 2010, califica la crisis como la great recession del periodismo britnico. Segn datos de la Newspaper Society (julio de 2011), cuyos socios renen unos 30.000 puestos de trabajo, el empleo habra cado, desde 2007, en 4.000 trabajadores, de ellos 1.400 periodistas. Esta destruccin de empleo se haba iniciado mucho antes, ya que, entre 2002 y 2007, la cifra de periodistas en activo en la prensa regional y local pas de 13.020 a 11.210, con un descenso del 13,9%.
u 61
Es de especial inters el estudio de la University of Central Lancashire, Laid Off. What do UK journalist do next (Preston, 2010), en el que se revela que la destruccin de empleo era previa a la crisis econmica y est relacionada con un cambio en las estructuras de produccin. Entre 2001 y 2010, se cifra entre 15.000 y 20.000 la prdida de puestos de trabajo de periodistas en los medios convencionales, equivalente al 30% de la profesin.
u 62
Higher Education Statistics Agency (HESA), 2011. Los media studies fueron, en 2010, los que menor ndice de empleo registraron, con un 14,6% de los graduados sin trabajo seis meses despus de concluir los estudios. Solo en torno a un 10% de los egresados encontr empleo relacionado con sus estudios, mientras que el 29,9% lo hizo en el sector de ventas, hostelera y restauracin (What do Graduates do? 2010, HECSU, Londres, 2010).
u 63
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| Libro negro del periodismo en Espaa Experimentacin social y nuevo paradigma La crisis de los medios se debe en parte a una ruptura generacional en proceso de eclosin. En la lgica de los modelos de negocio mediticos, las nuevas generaciones conforman, como pblico objetivo, un conjunto mucho ms evolucionado y rico que los de la segunda mitad del pasado siglo. Es mayor el nmero de los que acceden a la formacin superior y tambin ms amplio su nivel medio de instruccin, aspectos asociados a los perfiles de la demanda en los consumos culturales y la informacin periodstica de referencia. Los estudios sobre las prcticas mediticas de los jvenes buscan, entre otros objetivos, conocer el grado de adhesin a las soluciones convencionales y a las emergentes, pero no ofrecen una respuesta sobre el sentido que la comunicacin tendr en el futuro de su proyecto vital. Destinado a este libro negro, se realiz una encuesta entre estudiantes universitarios, excluidos los de Periodismo y conocimientos afines, para analizar la percepcin de los medios entre estos jvenes. Tambin, para conocer el grado de conformidad con los valores dominantes en sus experiencias cotidianas de consumo. El estudio se hizo das antes del inicio del movimiento 15-M, por lo que cabe suponer que refleja el estado de opinin de los universitarios en un momento de crisis generacional frente a un determinado modelo de vida y valores. Entre los argumentos de rechazo, destacan la desconfianza en los medios, su falta de credibilidad; el desinters por formas de narracin poltica desacreditadas; la limitacin de los valores de agenda a las preferencias de los pblicos adultos; el escaso desarrollo de mecanismos de interaccin real con las audiencias; el mercantilismo interventor y las formas de induccin subyacentes En definitiva, se agudizan las contradicciones entre usos tecnolgicos que han alcanzado un alto grado de comunicacin global y estructuras opacas, trazadas por intereses no siempre visibles, cuyos resortes persuasivos de seduccin-integracin fracasan con frecuencia. Wikileaks y las redes sociales, entre otros fenmenos, descubren las carencias que empaan la agenda de los medios en detrimento del derecho a la informacin de sus pblicos. Expresiones casuales de transparencia producen, en la lgica de la cultura democrtica, el desenmascaramiento de realidades sostenidas por la desinformacin y la censura. La relacin entre la publicacin de los documentos filtrados por Wikileaks y las redes sociales es, sin duda, una forma de experimentacin social de las nuevas generaciones.
Protegerse con la prensa. Asamblea del movimiento 15-M en la Puerta del Sol de Madrid, el 22 de mayo de 2011 (Foto: archivo APM).
Libro negro del periodismo en Espaa | 83 A raz de las filtraciones de Wikileaks, las visiones ms optimistas llegaron a hablar del rescate del periodismo, en declive por la crisis de los editores, y el retorno a los mitos fundacionales del periodismo propios de la cultura democrtica. Se supuso que Wikileaks podra contrarrestar la opacidad de las relaciones internacionales y denunciar la degradacin del discurso poltico, pero son reflexiones efmeras que la maquinaria de la actualidad reduce a pasado. Aunque Wikileaks ha provocado reforzamientos en la seguridad de las fuentes ms opacas, no cabe restar importancia a las consecuencias culturales del fenmeno. La movilizacin de las opiniones pblicas emergentes en distintas naciones rabes no es ajena al desembalse de informacin sensible, gracias a la apropiacin social de los usos tecnolgicos ms avanzados. Y es as no por constituir un nuevo paradigma periodstico, sino porque ha puesto de relieve la distancia que separa a los medios de aspectos centrales de la realidad, cuya ocultacin favorece formas corruptas, donde el discurso del poder carece de contraste y crtica. Cabe hacer notar que han sido las nuevas generaciones las que buscan una ruptura con los viejos paradigmas, las ms cercanas a la mitificacin de unas filtraciones cuyo mayor valor, sin embargo, apenas tiene un carcter simblico. Soluciones como Wikileaks no debieran ser presentadas como una forma de periodismo. Las filtraciones de cientos de miles de documentos son como una inmensa tromba de agua que desborda e inunda. El periodismo embalsa, potabiliza y encauza el caudal a travs de la red para un consumo menos expuesto al riesgo. Las competencias en el uso de las nuevas tecnologas estn desarrollando una demanda inapelable de mayor transparencia. Pero tambin suscitan repliegues defensivos en zonas oscuras de las relaciones de poder y de la gestin pblica, con una tendencia a la opacidad que recuerda, lejanamente, el florecimiento de los mecanismos censores tras la aparicin de la imprenta. En 1995, Paul Virilio escribi un pequeo ensayo titulado Velocidad e informacin. Alarma en el ciberespacio!, en el que recordaba que Einstein hablaba ya, en la dcada de los cincuenta, de una segunda bomba que seguira a la atmica. Una bomba en la que el tiempo real el de la informtica y las telecomunicaciones sera a la informacin lo que la radioactividad a la energa. En definitiva, Einstein hizo un vaticinio acerca de lo que parece ser el explosivo de la ruptura generacional: la liberacin de la energa informativa retenida para es-
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| Libro negro del periodismo en Espaa tablecer un mundo de compartimentos enfrentados, induccin de conductas, propaganda, etctera. Nunca como ahora se haba planteado el derecho a la informacin como exigencia de un paradigma social. La crisis sistmica pone de relieve la desviacin de los medios de sus objetivos fundacionales y la necesidad de distinguir, en el futuro, el espectculo, como ingrediente del ocio, de la informacin como nutriente de la esfera pblica. Esto es, el rescate del periodismo. Un periodismo que vincule la informacin de actualidad a los anclajes que dan sentido histrico, cultural y social al acontecer cotidiano. Ah es donde las redes sociales estn llamadas a desempear un papel relevante. El rescate del periodismo, como institucin de la cultura democrtica, est en la base de una estrategia social y poltica que no siempre se corresponde con el determinismo de los modelos de negocio. La lgica que alimenta la ruptura generacional se asienta en una tendencia global hacia la transparencia y la disolucin de los diques de desinformacin, censura y propaganda que an levantan los viejos muros de la Historia. Se advierte que est surgiendo, entre las grietas de la crisis, un periodismo basado en las nuevas extensiones tecnolgicas, que cubre vacos, engarza estructuras y da sentido a paradigmas como los de la globalizacin, la superacin de las barreras polticas y lingsticas, la reduccin psicolgica de conceptos espacio-temporales en los que se asientan principios como la seguridad, la identidad o la cultura. Una cuestin relevante en la encrucijada de estructuras y valores que fenecen y soluciones que emergen consiste en saber qu aspectos del pasado estn vigentes y cules deben ser rescatados del acervo fundacional del periodismo. Del mismo modo, distinguir, de entre las que nacen, los que argumentan un cambio de paradigma de aquellas manifestaciones transitorias que cubren temporalmente zonas de vaco.
El Roto (31-03-2010)
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| Libro negro del periodismo en Espaa Propuestas para el rescate De todo lo expuesto, donde se ha intentado resumir algunas caractersticas del periodismo en Espaa, se advierten anomalas y disfunciones que singularizan su ejercicio a travs de las expresiones comerciales de la industria de los medios. Este libro negro se mueve en la idea del rescate de los grandes argumentos del periodismo como servicio pblico, asociado al sistema de libertades, independientemente de la naturaleza y la titularidad de su explotacin comercial. Rescatar el periodismo como nutriente necesario de la democracia y, por ello, sujeto a pautas constructivas y ticas que lo potabilicen y hagan saludable su consumo. Se pregunta Carmen del Riego,64 preocupada por la intoxicacin poltica de los medios y la presentacin de la propaganda como informacin, cmo salir del enredo Qu hacer?. Su respuesta: Volver al periodismo. Es esta una corriente que impregna el pensamiento de los periodistas veteranos, espoleados por su progresiva expulsin del sistema, pero que recupera la memoria de la profesin, descontaminada de aditamentos tecnolgicos, llamados, no obsrtante, a reforzar las potencialidades del periodismo. Nuestra profesin deca Kapuciski necesita nuevas fuerzas, nuevos puntos de vista, nuevas imaginaciones, porque en los ltimos tiempos ha cambiado de una forma espectacular. Las nuevas tecnologas facilitan nuestro trabajo, pero no ocupan su lugar. Marshall McLuhan sintetiz su visin determinista de la tecnologa en su mxima el medio es el mensaje, que sigue siendo una slida hiptesis terica para el anlisis de las expresiones mediticas. Hay tambin otros determinismos que permitiran describir las derivas aparentes del periodismo bajo la hiptesis de el mercado es el mensaje. He ah un problema. El futuro del periodismo en ello hay amplia coincidenciase juega en el mbito de los valores, de la tica, esto es, en la esfera pblica. Tambin en los medios pblicos. La crisis, anterior a la recesin econmica, no est tan relacionada con la competencia entre los soportes como con el solapamiento de soluciones im-
Nuestra profesin necesita nuevas fuerzas, nuevos puntos de vista, nuevas imaginaciones, porque en los ltimos tiempos ha cambiado de una forma espectacular. Las nuevas tecnologas facilitan nuestro trabajo, pero no ocupan su lugar. (Ryszard Kapuciski).
u 64 u
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Frente a los nuevos pecados capitales del periodismo escriba Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique, los ciudadanos se sienten vulnerados en sus derechos. Saben que disponer de informacin fiable y de calidad es ms importante que nunca. Para ellos y para la democracia (Octubre de 2009).
Libro negro del periodismo en Espaa | 87 pulsadas por una burbuja meditica que ha aportado producto, riqueza cuantitativa, en detrimento del rigor y la diversidad cualitativa, de la pluralidad. Frente al discurso nico o al polticamente correcto, la pluralidad est en la base dialctica de la democracia.65 Son razones para superar una etapa de crisis, que alcanza al periodismo por los excesos de las estrategias comerciales y la colonizacin poltica de los medios, y hace mella en la autoestima del profesional, en su independencia negada, constreida en la tarea de no poder atender debidamente los derechos de sus audiencias. Desde distintas instancias se insiste en separar la esfera pblica del periodismo, vinculada a la pluralidad, la libertad de expresin y el derecho a la informacin, del plano de su explotacin mercantil, de modo que la crisis de la industria no arrastre consigo un debilitamiento de la democracia, ni que las exigencias de esta queden supeditadas a las estrategias comerciales. Una cuestin de enorme complejidad. En esta direccin regeneradora, de rescate tico, corre la ruptura generacional que denuncia la degradacin del discurso meditico y busca alternativas que, de arrinconar la mediacin responsable, abriran muchas incgnitas acerca de cmo construir un nuevo paradigma ms cercano a la transparencia y a la interaccin social. Desde las instancias polticas, acadmicas y profesionales que ofrecen distintos argumentos para la regeneracin del periodismo. Se esboza una idea de liberacin de la informacin periodstica de las excesivas tensiones del mercado; esto es, se habla de la excepcin democrtica de la informacin, segn la cual ninguna modalidad de explotacin industrial debera manipular, hacer propaganda encubierta o desplegar prcticas de desinformacin. Excepcin democrtica, basada en una clara distincin entre la informacin y opinin, vinculada al objetivo general de transparencia y a las libetades pblicas. Como sealaba Gonzlez Urbaneja en un foro europeo, en 2010, la pregunta no es si el papel se acaba, si la red lo ocupa todo. La pregunta es otra: Hacemos el periodismo que reclaman los ciudadanos? Y aada: Sin contenidos no hay futuro... Y los contenidos necesitan artesanos, profesionales preparados, experimentados, independientes y libres, es decir: periodistas. Consumimos mucho tiempo en las excusas, en buscar culpables de la decadencia, evitando las preguntas centrales. Tal vez este libro negro deje abiertas muchas preguntas, pero forma parte de la lgica reflexiva y de las incertidumbres de una etapa de transicin, de crisis de los modelos que se han
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| Libro negro del periodismo en Espaa alejado del dilogo real con la sociedad. Volver al periodismo: Al periodismo que busca activamente la verdad aade Urbaneja, que practica la verificacin ms que la aseveracin, la precisin antes que la velocidad; que hace un relato interesante, apasionante, de hechos relevantes; que rectifica diligentemente cuando se equivoca; que practica la transparencia y muestra su trabajo; que evita los agujeros negros del partidismo poltico o ideolgico; que se comporta con imparcialidad y huye de la equidistancia; que cuida la independencia respecto a las fuentes y evita la tentacin de las modas y de sus propios intereses o preferencias para no enturbiar el buen juicio. Los ciudadanos no dan la espalda al buen periodismo. Rechazan sucedneos o falsificaciones.66 Volver al periodismo es, en definitiva, volver a la sociedad. De la lectura de este libro negro se podra sacar la conclusin errnea de una idealizacin del periodismo. Esto es, atribuir todas las miserias profesionales a actores externos: a los empresarios, a los polticos... No debiera ser esa la impresin final, porque supondra contradecir una percepcin muy amplia en la opinin pblica que sita a los periodistas en los rangos inferiores de la credibilidad y el prestigio sociales. El periodismo est envuelto en un aura mtica que le aporta independencia y credibilidad un periodista sin independencia y sin credibilidad no existe, aunque la realidad se encargue, con demasiada frecuencia, en demostrar lo contrario. Apelar, como se hace, a la libertad de prensa como algo ms que la libertad de empresa, a su engarce con el sistema de libertades pblicas es, visto el actual estado de cosas, refugiarse en la utopa, pero esta es necesaria para argumentar la regene-racin de una actividad relacionada con la riqueza democrtica y cultural de una nacin. Las referencias constantes a la profesin periodstica, como un colectivo homogneo, supone tambin una cierta idealizacin, porque son muchas las familias, las visiones, las dependencias, las trincheras que se traducen en expresiones de insolidaridad frente a las reivindicaciones de dignificacin, independencia y tica. Sin embargo, la mejora en la percepcin social del periodismo pasa, necesariamente, por un cambio en la imagen que se tiene de sus profesionales.
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Libro negro del periodismo en Espaa | 89 La mirada a los medios de este libro negro se ha limitado, por la lgica de su enunciado, a las facetas relacionadas con el periodismo, la informacin y la construccin de la realidad. Por ello solo aborda, muy superficialmente, la degradacin del escenario audiovisual, que es donde se alcanzan las anomalas ms destacables respecto a la cultura europea, sin que la voluntad expresa de las polticas pblicas hayan logrado ningn avance en este terreno. En los ltimos meses de su mandato, Jos Mara Aznar mostr su incomodidad con el tipo de televisin que se estaba haciendo en Espaa. En trminos parecidos inici su primera presidencia Jos Luis Rodrguez Zapatero, que lleg a convocar una comisin de sabios y mostr su desacuerdo con el abuso de emisiones que perjudicaban la fachada cvica del pas, con el cultivo de formas empobrecedoras de las relaciones humanas y el grave perjuicio para los pblicos ms vulnerables, como los menores y los jvenes. Desacuerdo retomado, aos despus, por el ministro de la Presidencia, Ramn Juregui, que sintoniza con el clamor de amplios sectores de poblacin que marcan la pauta de la cultura, el pensamiento, la academia, el arte... El desacuerdo es unnime, especialmente por la colonizacin extensiva de un sistema audiovisual empobrecedor. Pero las soluciones no llegan y se blindan las prcticas ms degradadas. Aun cuando se ha hecho esa clara distincin entre medios y periodismo, la envolvente de las televisiones incide en la orientacin, talante y lenguaje del conjunto del sistema de medios. Su pobreza discursiva alcanza a la narracin periodstica, la contamina de sus valores, dominados por el espectculo y el sensacionalismo. Degrada el espacio pblico, en ocasiones con el embrutecimiento colectivo, y el periodismo termina por orientarse hacia el simple espectculo de la realidad. De ah la importancia de un audiovisual pblico, independiente y de calidad, en sintona con los mejores modelos europeos, que sirva de referente para el conjunto.
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Libro negro del periodismo en Espaa | 91 Fernando Gonzlez Urbaneja Presidente Asociacin de la Prensa de Madrid
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tacin de las modas y de sus propios intereses o preferencias para no enturbiar el buen juicio. Los ciudadanos no dan la espalda al buen periodismo. Rechazan sucedneos o falsificaciones. El problema del periodismo actual no viene de los espacios basura, del amarillismo, que siempre existi, sino que radica en la prdida de carcter de los medios de referencia, los que elaboran la agenda y tienen el deber de ser crebles para durar. Los retos de las nuevas tecnologas son evidentes, no elegibles. Los periodistas hemos perdido el monopolio de la mediacin, ya no somos imprescindibles. Pero, sin periodismo profesional, los ciudadanos se quedan sin explicaciones decisivas y el debate poltico se convierte en inane, tramposo. Y ese periodismo se basa en la credibilidad. No puedo imaginar democracias avanzadas, maduras, 3.0, sin el ejercicio profesional de periodistas bien preparados y experimentados. Como no puedo imaginarlo, sospecho que, si los medios actuales no ocupan ese espacio, lo ocuparn otros. Es urgente la renovacin radical de las redacciones, y de la comercializacin de la publicidad, la gestin de la marca y la aproximacin a los clientes, especialmente a los suscriptores Sin esas renovaciones radicales vamos al punto final por mritos propios. El debate sobre la versatilidad de los redactores es estril. Claro que tienen que ser verstiles, para mejorar sus competencias y capacidades, para hacer un buen trabajo que aporte el valor aadido que justifica su sueldo. La integracin de redacciones clsicas y digitales no es opcional. La clave est en hacerlo con eficacia. Esto no va solo de reducir costes, sino de aprovechar oportunidades. Algunos tendrn que renunciar a privilegios insostenibles, revisar los convenios colectivos, incluso con prdida de algunas ventajas aparentes y egostas. Los editores tienen que reconocer los derechos de autor de los periodistas, aunque sean compartidos. Nos interesa a todos. Lo ha hecho La Vanguardia. No es posible que los periodistas tengan responsabilidad penal y civil, pero no derecho a la autora intelectual. Necesitamos nuevos acuerdos, nuevos compromisos que aporten garantas de futuro, que abran oportunidades y ensanchen el potencial de crecimiento. Acuerdos que incluyan y no excluyan, que den esperanza a los
jvenes que creen en esta profesin y no expulsen a los experimentados, que tienen mucho que aportar. Es lamentable la prdida del talento y de la experiencia de muchos periodistas por buscar ahorros aparentes de costes. Hay que replantear las condiciones de trabajo, para no perder talento y para abrir la puerta a tantos jvenes bien formados a los que ahora se ofrecen contratos basura, trabajo basura y pocas esperanzas. Es irritante el despilfarro de tanta promocin de sartenes para conseguir una circulacin falseada, que enturbia las estadsticas y resta credibilidad; la excusa de que los dems lo hacen es insuficiente. Sospecho que algunos de los que toman decisiones no piensan ms all del trimestre o del plazo de unos bonus autootorgados. Necesitamos editores visionarios, que crean en el periodismo, que defiendan el buen periodismo, que recuerden que el periodismo merece la pena, que estn en un negocio tan bueno como el del acero inoxidable, con potencial de crecimiento por s mismo. Para reclamar a las redacciones, a los periodistas, compromiso, renuncia a ventajas que no pueden durar, creatividad, dedicacin hace falta que quienes propongan esos objetivos sean crebles, que acrediten el compromiso que reclaman. Que crean en ello y se comprometan a compartir los resultados. El periodismo tiene futuro si los periodistas y los editores creen en ello. En el negocio de los medios se ha ganado mucho dinero y se ha reinvertido poco. Ganaron aqu para perder all. Ahora la rentabilidad es ms problemtica, algunos pierden, el negocio est difcil, pero hay oportunidades, y hay que experimentar para ganar el futuro. Asumir errores y volver a intentarlo. Volvamos al buen periodismo, que es como el acero inoxidable, un producto noble que mejora con buenas tcnicas de investigacin, de produccin y de comercializacin. La receta: lealtad a los elementos permanentes del periodismo profesional.
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El Roto (01-06-2009)
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ms autnomas y crticas respecto del periodismo convencional. Todas estas premisas justifican el presente acercamiento a la realidad de los jvenes universitarios, realizado en unas fechas entre el 15 y el 25 de mayo de 2011 en las que los movimientos reivindicativos de corte generacional, iniciados en la Puerta del Sol de Madrid, an no haban formulado una crtica directa y estructurada a los medios de comunicacin, como sucedi ms tarde. Debe suponerse que el tono de las respuestas, de haberse realizado la consulta semanas despus, participara de algunos de los valores de la reflexin colectiva de los indignados. No obstante, manifiestan un grado de distancia crtica elevado respecto a los medios informativos. Los resultados, como se haba previsto en la hiptesis de partida, vienen a mostrar que el periodismo no ha desaparecido de las necesidades culturales y sociales de los jvenes est slidamente valorado, pero se descubre un rechazo generalizado, en sus respuestas y comentarios, a algunas de las soluciones que hoy aportan los medios. La mayora opta por un sistema menos contaminado por la politizacin, la manipulacin, el sensacionalismo, la telebasura y el ocultamiento en la agenda informativa de los aspectos que se acercan a sus intereses y a su visin de la realidad. Aun partiendo del alcance limitado de la encuesta, su pertinencia est relacionada con el carcter prospectivo que supone preguntar a los jvenes. Sus hbitos y anhelos marcan las tendencias de futuro, especialmente cuando en sus habilitaciones tecnolgicas y prcticas mediticas se advierte una clara ruptura generacional. Ruptura que alcanzar a las formas de acceso a los medios y la interaccin con estos, y tambin, probablemente, al conjunto de valores que han constituido la fachada simblica de paradigmas sociales hoy en crisis. En torno a cinco cuestiones La encuesta se realiz en la segunda quincena del mes de mayo de 2011, en siete ciudades espaolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Mlaga, Bilbao, Oviedo y Santiago), entre 486 estudiantes universitarios, excluidos los matriculados en las carreras de Comunicacin y Periodismo, con objeto de mitigar la proyeccin de sesgos e intereses relacionados con el objeto del anlisis.* Los cuestionarios fueron facilitados a los alumnos por sus
107 379
22,0 78,0
* Han contribuido a la realizacin de la encuesta los profesores e investigadores universitarios Xos Lpez, Elvira Calvo Gutirrez, Benito Alez Corral, Carolina Moreno Castro, Begoa Zalbidea, Marta Daz Estvez y Ruth Ahinoa de Frutos, a quienes se hace pblico reconocimiento de su valiosa y desinteresada colaboracin.
Pregunta 2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Media
Las carencias del periodismo: politizacin, manipulacin, sensacionalismo La importancia del periodismo La segunda pregunta hace referencia a la importancia que los jvenes universitarios confieren al periodismo. En una escala de 1 a 10, las respuestas arrojan un valor medio elevado, 8,1 sobre 10. El 68,6% punta por encima de 8, mientras que un 9,2% lo hace por debajo de 7. Solo una respuesta de 486 otorga una calificacin baja (4 puntos) y 25, el 5,1%, la sita en un rango medio (5); por el contrario, 108 respuestas (22,2%) dan al periodismo la mxima importancia (10 puntos). En 124 respuestas a la segunda pregunta, el 25,5% del total, se incluy un breve comentario explicativo. Estas anotaciones aparecen polarizadas entre las que argumentan una alta puntuacin con una afirmacin directa y sencilla sobre el valor del periodismo en una sociedad democrtica, y la de aquellos que justifican su valoracin ms baja porque responden no tanto a la idea genrica del periodismo como a la realidad del periodismo que conocen en su experiencia personal. La tercera pregunta indaga sobre los defectos percibidos en el periodismo que se ejerce en Espaa, dejando al encuestado libertad para fijar y calificar los defectos percibidos. Se pretenda as no orientar ni condicionar la respuesta, al tiempo que favorecer una espontaneidad constructiva que pudiera sintetizarse posteriormente en escalas valorativas. Las respuestas de las que solo se ha tomado el valor ms destacado, cuando aparecen ms de uno se han agrupado en torno a diez apartados genricos, que pueden resumirse en tres grandes categoras relacionadas con el sistema poltico, la industria de los medios y la profesin periodstica. El primer ncleo crtico se define muy claramente en torno a la politizacin de los medios informativos (19,1%) y a una de sus consecuencias: la polarizacin ideolgica. Se trata de un aspecto relativo a las relaciones que en Espaa, de manera especfica y diferencial, establecen la industria de los medios y los poderes polticos, que la literatura acadmica internacional ha definido como sistema democrtico-polarizado o de cultura democrtica de perfil bajo. El segundo ncleo se centra en los aspectos relativos a la manipulacin de los contenidos y a la falta de ob-
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Pregunta 3
Cules son a tu juicio los defectos que encuentras en el periodismo espaol? (Describe y/o comenta de forma
breve)
N. respuestas %
1| Politizacin de los medios / polarizacin poltica 2| Manipulacin de los contenidos, falta objetividad 3| Predominio de valores sensacionalistas 4| Falta de inters de los contenidos 5| Exceso de telebasura 6| Malas prcticas profesionales del periodista 7| Falta de credibilidad de los medios 8| Mala imagen profesional del periodista 9| Falta de tica en el trabajo de los medios 10| Falta de independencia de los periodistas | Otras Total respuestas
93 92 73 67 51 36 22 19 12 12 9 486
jetividad, que se relaciona en las respuestas, de forma explcita, por regla general, con otros valores recogidos en la tabla (malas prcticas profesionales, falta de independencia, falta de credibilidad, etctera). El tercer apartado hace hincapi en los contenidos, y destaca el predominio del sesgo sensacionalista, especialmente en la televisin, con referencia expresa a la informacin sobre los famosos, a los aspectos relativos a la esfera privada de las personas, etctera. Valoraciones que, en muchas casos, cabra unir al apartado cuarto, que habla de la falta de inters de los contenidos (hay en las res-puestas indicaciones propositivas de valores de agenda ausentes y de rechazo a los que la describen), as como al quinto, en el que se define explcitamente el exceso de telebasura. En estos ltimos casos se atribuye al perio-dismo la responsabilidad de formas expresivas de los medios que no son exactamente periodsticas. Aunque la falta de credibilidad aparece citada de forma explcita, solo en el 4,5% de las respuestas, en la posicin sptima de los defectos observados, de forma implcita est presente en las relaciones de causalidad con los tres
La importancia futura del periodismo La cuarta pregunta pretende conocer qu importancia atribuyen los jvenes universitarios al periodismo como va de acceso al conocimiento de la actualidad en su futuro personal. Con ser importante la valoracin media, esta es inferior en tres dcimas respecto de la segunda pregunta, que meda la importancia del periodismo como institucin. Se cree ms en la necesidad o en el papel de la institucin que en la importancia personal que pueda representar en el futuro de los encuestados. Mientras que la valoracin del periodismo es de 8,1 sobre 10, la de su importancia en el futuro personal se reduce a 7,8. Si en el primer caso las respuestas con una puntuacin superior a 8 suponan el 68,6% del total, en este caso descienden al 59,9%, pasando las que se sitan por debajo de 7 puntos del 9,2 al 17,5%. El nmero de comentarios abiertos, complementarios a esta pregunta, eleva la participacin respecto de las restantes y alcanza al 40,7% de los encuestados. La poAlgunos comentarios a la pregunta 4
Crees que el conocimiento de la actualidad a travs del periodismo ser importante en tu futuro?
uImportante, no fundamental, porque el periodismo no siempre favorece el desarrollo del sentido cvico, ni la cultura, ni los grandes valores como la verdad; cultiva un gran circo. uCmo puedo mejorar como persona a travs del sensacionalismo a todas las horas y la telebasura? Esto va a ser as el resto de mis das? Espero que no. u Ser fundamental para que un mundo global gane confianza y desarrolle la cultura de la paz. u Un periodismo correcto y tico nos otorgara ms capacidad democrtica y visin crtica del mundo. uMientras los medios estn dominados por el mercado, slo nos harn buenos consumidores. uEs un mundo irreal, ajeno a mi vida. No los necesito. uLos medios intentan maquillarnos, hacernos que seamos los ciudadanos que quieren sus amos. Deberan cambiar bastante o perdern a gente como yo. uSi fuesen veraces e independientes, seran imprescindibles. uInfluyen mucho, por eso deberan ser ms ticos y objetivos. uCuando la informacin est dominada, hay una democracia reducida. uSi los medios no me dan lo que necesito, lo busco en otra parte.
Crees que el conocimiento de la actualidad a travs del periodismo ser importante en tu futuro?
(Punta de 1 a 10 y escribe un breve comentario si lo deseas)
Escala Nm. respuestas %/total
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Media
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larizacin se acenta aqu entre los que expresan una confianza alta en el papel del periodismo en su futuro personal y aquellos que dudan de los beneficios que les puedan reportar soluciones aquejadas de serios problemas de credibilidad. Periodismo y democracia La quinta y ltima pregunta busca conocer cmo perciben los entrevistados la relacin entre el periodismo y la democracia. Aunque la mayora cree que existe una relacin directa entre medios y democracia (67,1%), y reitera que sin democracia no hay libertades y que la libertad de prensa es una de las caractersticas distintivas de la democracia, se cuestiona en un porcentaje elevado de respuestas con comentario (35,2%) la calidad de la democracia y de los medios. El 24,9% estima que no hay relacin entre el periodismo y la democracia, respondiendo con ello, cuando se apoya en comentarios, a la constatacin de su experiencia personal. Un porcentaje relativamente elevado, al tratarse de estudiantes universitarios, no sabe o no contesta a la pregunta (6%). Como resumen general, cabe sealar que no existe un alejamiento significativo entre los universitarios espaoles y el periodismo, en su calidad de nutriente de la opinin pblica y del conocimiento social de la realidad, y, por el contrario, valoran positivamente su importancia social y cultural. No obstante, el pensamiento mayoritario destaca la necesidad de adecuar las propuestas periodsticas a los valores de independencia profesional, calidad de la informacin y transparencia, por cuanto se relaciona la actividad del periodismo con los valores de la democracia. Asimismo, muestran alejamiento y rechazo de una agenda informativa ajena a sus preocupaciones y escasamente transparente con las causas determinantes del acontecer.
Pregunta 5
Crees que el conocimiento de la actualidad a travs del periodismo ser importante en tu futuro?
u No hay periodismo sin democracia, pero el periodismo no siempre respeta la democracia u La relacin existe, pero esa relacin ni favorece la democracia ni a los medios, porque estos deberan ser independientes de los polticos. u Gracias a la democracia hay libertad de expresin u En esta democracia, s, porque es una democracia de poltica meditica. u S, porque en pases como China o Cuba no se puede establecer esa relacin. u Si el periodismo est viciado, la democracia se convierte en cualquier cosa menos en democracia. El nuestro es vicioso y est viciado. u No todos los medios tienen esa relacin con la democracia. Hay medios y medios u Sin libertad [de prensa] estaramos todos los ciudadanos conociendo una nica versin sobre cada hecho que acontece y no conoceramos la realidad de los asuntos, que muchas veces son descubiertos por el contraste entre diferentes medios de comunicacin. u Lo que parece democracia est muy relacionado con lo que parece periodismo. Hay mucho que hacer a los dos lados, porque un mundo mejor es posible. u El periodismo ha renunciado a formar parte de las buenas prcticas de la democracia. u Se tiende a confundir la propaganda con el periodismo. u Un buen periodista debe ser un buen demcrata y una buena persona. Lo de buena persona lo dijo Kapuciski, no? Yo tambin lo digo. u El periodismo debe regenerarse para acometer su funcin y no desaparecer u Por favor, estas preguntas deben dirigirse a la Facultad de Derecho, ya que poseen mayor conocimiento [Respuesta de una alumna de Biologa].
S No n/c Total
El Roto (06-02-2007)
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La pregunta 1 trata de conocer, en una primera aproximacin poco matizada, si los intereses de los anunciantes tienen cierto amparo en la narracin del diario o si el hecho de ser anunciante permite creer que aporta algunas ventajas aadidas al hecho de la difusin de un bien o un servicio, objetivo natural de la insercin publicitaria. El 54,7% asume ese valor, porcentaje 7,7 puntos superior al de 2004 (vase tabla), pero notablemente inferior a los registrados en las encuestas de los aos noventa.
Evolucin 1995-2008 1995 1999 2004 2008
67,7 33,3 0 42
54,7 45,3 0 52
Mediante qu cauce se manifiestan los intereses de los anunciantes ante la direccin del peridico? (Ordene las opciones de respuesta segn su importancia,
siendo 1 el primer valor y 5 el ltimo)
Total Media Orden
A travs de responsables de la gestin publicitaria del medio A travs de la estructura de propiedad del medio Directamente ante el propio director A travs de las agencias publicitarias Mediante otros cauces
Evolucin 1995-2008 1995
1 2 3 4 5
1999
2004
2008
En la construccin de la agenda informativa de su diario, se asume como valor convenido el respeto a los intereses de los anunciantes?
S No Total 29 23 52 54,7 45,3 100,0
A travs de responsables de la gestin publicitaria A travs de la estructura de propiedad del medio Directamente ante el propio director A travs de las agencias publicitarias Mediante otros cauces
1 4 3 2 5
1 4 2 3 5
1 4 2 3 5
1 2 3 4 5
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De la pregunta 2 se deduce que el departamento de publicidad del medio es el interlocutor ms definido ante la direccin del diario para la expresin de los intereses de los anunciantes en relacin con el medio. La posicin se mantiene invariable en las cuatro encuestas realizadas desde 1995, mientras que tambin los propietarios del medio cobran mucho ms protagonismo en 2008.
Pregunta 3
Pregunta 4
Durante los cinco ltimos aos, ha sufrido algn tipo de presin por parte de los anunciantes sobre el contenido de la informacin en su diario?
S No Total
Evolucin 1995-2008 1995 1999 2004 2008
45 7 52
En trminos generales, cules son los grados de influencia externa a la redaccin en la construccin de la agenda informativa de su diario?
(Ordene las opciones de respuesta segn su importancia, siendo 1 el primer valor y 6 el ltimo)
Total Media Orden
Si No 1 2 3 4 5 6
86,1 13,9
80,4 19,6
89,9 10,2
86,5 13,46
Entramado institucional Lectores Entramado poltico Entidades financieras Propietarios del medio Anunciantes
Las respuestas a la pregunta 4 son centrales en el anlisis. Revelan que el 86,5% de los directores ha recibido presiones por parte de los anunciantes, a pesar de que estos figuran (vase pregunta 3) como los menos influyentes en la construccin de la agenda. El porcentaje de 2008 es similar al de 1995, dentro de una secuencia que describe como prctica habitual la presin de los anunciantes sobre los contenidos del medio.
Pregunta 5
Segn se desprende de las respuestas a la pregunta 3, el entramado institucional, entendido como el conjunto de las administraciones pblicas, se proyecta en 2008 como la primera influencia externa en la construccin de la agenda del medio, desplazando al lector, que figuraba, en las tres encuestas anteriores, a la cabeza de la influencia en la definicin de los contenidos. Tambin crece la posicin del entramado poltico, centrado en la actividad de los partidos, en un ao en el que se haban celebrado elecciones generales. Por el contrario, desciende la presin percibida procedente de la propiedad del medio y de los anunciantes, al tiempo que aumenta el de las entidades financieras (relacionadas con el medio).
Evolucin 1995-2008
Inclusin de una noticia o un comentario Evitar la publicacin de una noticia Modificar el contenido de la informacin
1995
1999
2004
2008
Entramado institucional Lectores Entramado poltico Entidades financieras Propiedad del medio Anunciantes
4 1 6 2 5 3
2 1 3 6 4 5
2 1 6 5 4 3
1 2 3 4 5 6
Las modalidades de la intervencin de los anunciantes (pregunta 5) se tipifican en tres apartados relacionados con la produccin de contenidos. El 44,2% de los directores han sufrido las tres formas de injerencia externa, y un 67,3%, al menos dos. La modalidad ms acentuada (76,4%) busca evitar que aparezca publicada una informacin, por delante de aquellas que tratan de modificar un contenido (66,7%) o incluir una informacin nueva (58,8%).
Pregunta 6
Encuesta realizada a directores de prensa diaria de informacin general, entre el 1 y el 20 de abril de 2008. Se consideraron 117 cabeceras, con 52 respuestas recibidas (44% del universo). Salvo en las preguntas 10 y 11, el cuestionario se corresponde con los de 1995, 1999 y 2004.
En su relacin con los anunciantes, ha recibido indicaciones tcitas o expresas que vinculasen la lnea del diario o el tratamiento informativo de los intereses de aquellos con:* S No
a) Con inversin publicitaria b) Con la retirada de la publicidad del medio
*Respuesta mltiple.
67,3 71,2
32,7 28,8
50,0 75,0
47,5 77,5
55,3 68,4
67,3 71,2
Admns. Pblicas Grandes almacenes Constructoras Bancos Otros locales Automocin Telecomunicaciones Espectculos Alimentacin Otros nacionales
3 1 4 2 6 5 9 8 7
2 1 6 4 3 7 7 10 7 5
1 2 2 4 6 5 9 7 8 9
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Entre los anunciantes del medio, qu sectores de actividad mercantil o de los servicios ejercen mayor influencia o presin sobre los contenidos del diario?
(Respuesta mltiple. Punte las respuestas por orden de importancia, siendo 1 el ms alto y 5 el ms bajo de la escala)
Total Media
Pregunta 8
En trminos generales, de recibir algn tipo de influencia o presin de los anunciantes, estima que es:
Muy significativa Significativa Poco significativa Total respuestas 4 26 22 52 7,7 50,0 42,3 100,0
Puesto
Administraciones pblicas Alimentacin Automocin Banca y finanzas Espectculos Construccin/inmobiliaria Grandes almacenes/superficies Telecomunicaciones Otros anunciantes nacionales Otros anunciantes locales
3,5 1,8 2,3 3,0 2,0 3,1 3,4 2,0 1,8 2,5
1 9 6 4 8 3 2 7 5 10
Como se desprende de las respuestas a la pregunta 7, las administraciones pblicas se consolidan ya lo haban sido en 2004 como los anunciantes que ms presionan sobre la direccin de los diarios para intervenir en sus contenidos, circunstancia que, unida al papel del entramado institucional en la definicin de la agenda, sita en el campo de los poderes pblicos las principales amenazas a la libertad de la prensa. Le siguen, en segunda posicin, los grandes almacenes/grandes superficies, y aumenta el del sector construccin/inmobiliarias.
La intensidad de la presin se define en tres niveles (pregunta 8). Muy significativa, que viene a suponer una intervencin real y eficaz sobre el contenido del diario, que afecta al 7,7%. Significativa, esto es, relevante y con cierto grado de eficacia, que alcanza a la mitad medios (50%); y poco significativa, de menor realce y resultados, como as la entiende el 42,3% de los directores. En diez aos (19992008), perodo en el que tiene lugar un fuerte crecimiento econmico, se observa un fuerte incremento en la naturaleza de la presin sobre los contenidos de la prensa. Segn la percepcin de sus directores, los niveles significativa y muy significativa, que suponan el 46% en 1999, pasaron al 57,7% en 2008.
Evolucin 1995-2008 1995 1999 2004 2008
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Pregunta 9
Considera que las presiones ejercidas durante los ltimos cinco aos han sido, respecto a etapas precedentes:
Superiores Similares Inferiores Total respuestas
Evolucin 1995-2008 1995 1999 2004 2008
14 33 4 51
De acuerdo con su experiencia, cmo han evolucionado las relaciones entre la direccin comercial del medio y la estructura periodstica?
Se integran cada vez ms en un concepto nico de gestin Aumentan los criterios de la gestin comercial en la toma de decisiones de todo tipo Prevalecen los criterios periodsticos en la gestin de los contenidos Total respuestas 20 13 18 51 39,2 25,5 35,3 100,0
Aunque la mayora (64,7%) estima que se mantienen los mismos niveles de presin en los ltimos cinco aos, un 27,5% cree que se han incrementado, frente a un 7,8% que declara han disminuido, segn las respuestas a la pregunta 9.
Pregunta 10
Cree que existe una tendencia definida en la evolucin a corto y medio plazo de las presiones publicitarias sobre el medio?
Aumentarn Se mantendrn estables Disminuirn Total respuestas 15 33 3 51 29,4 64,7 5,9 100,0
Las respuestas a la pregunta 11 estn relacionadas con la hiptesis de que la direccin comercial del medio adquiere, cada vez ms, un papel preponderante en la gestin integral del mismo, afectando con ello a la independencia y autonoma profesional de los periodistas. Para el 39,2% de los encuestados, ambas gestiones, comercial y periodstica, se integran en un concepto nico. No obstante, un 35,3% opina que se mantienen los principios periodsticos, por encima del 25,5% que cree que la gestin comercial adquiere una posicin amplia en la toma de decisiones de todo tipo.
El Roto (28-02-2006)
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