Sentencias1212 2010-R
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Expediente: 2007-16614-34-RAC
Distrito: La Paz
Magistrado Relator: Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés
Señala que, la mencionada decisión no se ajusta a derecho, por cuanto desconoce y transgrede lo
dispuesto por los arts. 31.II, 27, 32 y 34.I de la Ley de Municipalidades (LM), por cuanto su accionar
no se encuadra en ninguna de las causales de cesación, suspensión temporal o definitiva; sin
embargo, las autoridades recurridas, avalando y allanándose a intereses personales de supuestos
dirigentes de organizaciones sociales, dictaron la indicada e “ilegal” Resolución Municipal, sin tener
en cuenta el entendimiento asumido por el Tribunal Constitucional en la SC 1255/2006-R de 11
diciembre, señala que, en ningún caso el pueblo puede intervenir directamente obligando o
forzando la renuncia de autoridades municipales, sean ejecutivas o concejales. Jurisprudencia
constitucional vinculante y obligatoria que fue reiterada en la SC 0748/2002-R de 25 de junio.
Finalmente aclara que, la Resolución Municipal denunciada de ilegal, no podía ser objeto de una
solicitud de reconsideración, prevista en el art. 22 de la LM, en razón a que la profusa jurisprudencia
emitida por el Tribunal Constitucional ha señalado que la reconsideración no es propiamente un
recurso; en este sentido están las SSCC 0420/2007-R y 1026/2006-R, entre otras.
Las autoridades recurridas, a través de sus abogados, en su informe escrito (fs. 63 a 64), ratificado en
la audiencia pública de amparo, sostuvieron que, como era de conocimiento de la opinión pública, el
9 de agosto de 2007, en la sesión ordinaria 060/07, a horas 10:00, dirigentes acompañados de sus
bases ingresaron a la sesión pública del Honorable Concejo Municipal de la ciudad de El Alto, donde
una vez concluida la sesión ordinaria, se instaló la audiencia Pública 031/2007, para recibir los
reclamos de los vecinos, donde los dirigentes Braulio Rocha, Nazario Ramírez, Zacarías Maquera y
otros ciudadanos, percatándose de la ausencia de los concejales Sara Arnez y Mario Oscar Marcelo
Vásquez Villamor -ahora recurrente-, les obligaron a todos los Concejales a suscribir la Resolución
321/2007, impugnada de ilegal; no obstante que el art. 39.6 de la LM, prescribe que sólo deben
hacerlo el presidente y secretario del Concejo Municipal. Señalaron que, el alejamiento del
recurrente fue decisión suya, toda vez que la Concejal, Sara Arnez -también mencionada en la
cuestionada Resolución Municipal-, a la fecha de la audiencia de amparo continúa ejerciendo sus
funciones de Concejal del Municipio alteño; es más, sigue en planillas del Gobierno Municipal,
percibiendo su salario.
I.2.3. Resolución
c) No se advierte la existencia de sumario alguno en contra del recurrente, por el contrario, las
autoridades recurridas refieren en su informe que la Resolución Municipal de “reemplazo”, se debió
a petición expresa de las organizaciones sociales de la ciudad de El Alto, sin tener en cuenta lo
dispuesto por los arts. 27, 32 y 34 de la LM, referidos a las causales de cesación, suspensión
temporal o definitiva de un concejal municipal democráticamente electo, vulnerando con ello el
derecho al debido proceso, consagrado en la Constitución Política del Estado abrogada y en el art. 10
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Con la designación de las nuevas autoridades y el reinicio de las labores jurisdiccionales, por Acuerdo
Jurisdiccional 001/2010 de 8 de marzo, se produjo el sorteo de la presente causa el 13 de julio del
año en curso, encontrándose esta Resolución pronunciada dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Según acta de audiencia pública de toma de juramento de posesión, el 13 de enero de 2005,
el recurrente fue posesionado como Concejal titular de la Cuarta Sección de la provincia Murillo del
departamento de La Paz, de la ciudad de El Alto (fs. 6).
II.2. Por Resoluciones Municipales 001/2005, 003/2006 y 002/2007, el recurrente demostró que
fue elegido por el Concejo Municipal de El Alto, como Presidente de distintas Comisiones (fs. 1 a 3).
II.3. El 31 de julio de 2007, la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE EL ALTO), solicitó al
Presidente del Concejo Municipal de esa ciudad, audiencia pública para el 2 de agosto del mismo
año, a objeto de aclarar las sindicaciones de algunos concejales en contra de las organizaciones
sociales (fs. 59).
II.4. Por Resolución Municipal 321/2007 (fs. 4), el Concejo Municipal de El Alto decidió en forma
unánime, designar en reemplazo del recurrente al Concejal suplente, PEDRO HUANACO. La
Resolución Municipal se sustenta en los siguientes argumentos:
a) El art. 31.II de la LM, señala que los suplentes asumirán la titularidad cuando los concejales dejen
sus funciones en forma temporal o definitiva;
II.5. De la certificación de 27 de agosto de 2007, emitida por Roberto Pari Luna, Responsable de la
Unidad de Actas y Archivos del Concejo Municipal de El Alto, se evidencia que no existe acta de la
audiencia pública 031/2007, por cuanto -a decir del responsable dicha audiencia-, en su desarrollo
y circunstancias se presentaron varios inconvenientes sobre todo inseguridad y una fuerte presión
social (fs. 58).
II.6. Según acta de sesión ordinaria 060/07, se advierte que el ahora recurrente se encontraba
con licencia por razones de fuerza mayor. (fs. 7 a 12).
II.7. Del cuaderno procesal, se advierten varios recortes de periódicos, como son: El Alteño, con
el título de “Organizaciones obligan a posesionar a concejales suplentes en lugar de “faltones”; El
Diario, con los títulos “Organizaciones lograron apoyo para cambio de dos concejales”, “Dirigentes
de organizaciones expulsan a concejales alteños”, “Organizaciones lograron apoyo para cambio de
dos concejales”; la Prensa, con el título “Vásquez presenta amparo contra concejales suplentes” (fs.
17 a 21).
El recurrente, ahora accionante, considera que se han vulnerado sus derechos a la seguridad, al
debido proceso, a la defensa, al trabajo y al ejercicio a la función pública, por cuanto el Concejo
Municipal de El Alto decidió mediante Resolución Municipal 321/2007 de 9 de agosto, reemplazarlo
por su suplente ante la presión de las organizaciones sociales que solicitaron su renuncia y
alejamiento del Gobierno Municipal, aduciendo falsamente que hubiera difamado y acusado a los
dirigentes de dichas organizaciones; transgrediendo lo dispuesto por los arts. 31.II, 27, 32 y 34 de la
LM, por cuanto su accionar no se encuadra en ninguna de las causales de cesación, suspensión
temporal o definitiva. Corresponde analizar, en revisión, si tales aseveraciones son ciertas, y si dan
lugar o no a otorgar la tutela invocada.
El presente amparo constitucional fue presentado y resuelto por el Juez de garantías en vigencia de
la Ley Fundamental abrogada, es pertinente determinar, antes de analizar la Resolución venida en
revisión, qué norma constitucional se aplicará: La Constitución Política del Estado abrogada o la
vigente.
En ese sentido, conforme a los fundamentos desarrollados en la SC 0006/2010-R de 6
abril, partiendo del principio pro hómine, contenido en los arts. 5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 13.IV
y 256 de la Constitución Política del Estado vigente (CPE), el juzgador debe aplicar aquellas normas
que resulten más favorables para la persona, para su libertad y sus derechos, así como interpretar
esas normas en sentido más amplio.
Conforme a dichos principios, este Tribunal, para la efectivización de las normas constitucionales, da
preferencia en su aplicación a aquella que resulte más favorable, por lo que, de acuerdo al caso
revisado, se invoca la retroactividad de la Constitución vigente o la ultractividad de la Constitución
abrogada, buscando la concreción del principio pro hómine.
La Constitución Política del Estado vigente dentro de las acciones de defensa de derechos
fundamentales, en el art. 128, prevé la acción de amparo constitucional, en cuyo procedimiento en
el art. 129.III, establece que: “La autoridad o persona demandada, será citada en la forma prevista
para la acción de libertad…”, luego en el parágrafo IV añade que: “…La resolución final se
pronunciará en audiencia pública inmediatamente recibida la información de la autoridad o persona
demandada y, a falta de ésta, lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca la persona accionante.
La autoridad judicial examinará la competencia de la servidora pública o del servidor público o de la
persona demandada, y en caso de encontrar cierta y efectiva la demanda, concederá el amparo
solicitado…”.
Por su parte, la Ley del Tribunal Constitucional si bien en el art. 97.I y II refiriéndose a la personería
de quien interpone esta acción tutelar lo señala como “recurrente”, y contra quien se dirige lo
denomina parte “recurrida”; empero, es coincidente en lo referente a la forma de resolución,
cuando en el art. 102.I establece que: “…La resolución concederá o denegará el amparo…”.
En consecuencia, la terminología a utilizarse para referirse a la persona que interpone esta acción
tutelar será “accionante”, y con relación a la autoridad o persona contra quien se dirige esta acción
corresponderá el término “demandado (a)”. De igual manera, en cuanto a la terminología con
referencia a la parte dispositiva, en caso de otorgar la tutela se utilizará el término “conceder” y en
caso contrario “denegar” la tutela.
En los casos en que no se ingresa al análisis de fondo, cabe señalar que si bien de conformidad a lo
establecido por la SC 0505/2005-R de 10 de mayo y AC 107/2006-RCA de 7 de abril, la
Comisión de Admisión revisa las acciones de amparo que hubiesen sido declaradas “improcedentes”
o “rechazadas” por los tribunales de garantías, existen casos en los que pese a ser admitida la acción
tutelar, haberse llevado a cabo la audiencia y emitido resolución, una vez elevada la causa, en
revisión ante este Tribunal, en forma posterior al sorteo, el Pleno advierte que no es posible ingresar
al análisis de fondo, sea por una de las causales previstas por el art. 96 de la Ley del Tribunal
Constitucional (LTC), incumplimiento evidente al principio de subsidiariedad, extemporaneidad de la
acción, u otro motivo, como el incumplimiento de los requisitos de admisión previstos por el art. 97
de la LTC. Al respecto, este Tribunal en las SSCC 0494/2001-R y 0652/2004-R, entre otras, hasta la
SC 0820/2007-R 6 de diciembre inclusive; indicó que en estos casos corresponde declarar
“improcedente” el recurso.
No obstante, en resguardo de la previsión constitucional y a objeto de guardar armonía y no generar
confusión con el uso de la terminología propia de la fase de admisión, corresponde en estos casos,
“denegar” la tutela solicitada con la aclaración de que: “no se ingresó al análisis de fondo de la
problemática planteada”, dado que en estos casos el accionante puede nuevamente interponer la
acción tutelar, siempre y cuando, cumpla con los requisitos de admisibilidad.
III.3. Sobre las causas de cesación, suspensión temporal o definitiva de un Concejal titular
democráticamente electo, según la Ley de Municipalidades y la jurisprudencia vinculante
Precedente constitucional que fue reiterado por la SC 1411/2004-R de 3 de septiembre, entre otras,
señalando que: “…la norma prevista en el art. 12.4) de la LM, indica que el Concejo Municipal como
máxima autoridad del Gobierno Municipal tiene entre sus atribuciones la de dictar y aprobar
ordenanzas como normas generales del Municipio y resoluciones de orden interno y administrativo
del propio Concejo, por ejemplo, disponer la suspensión definitiva de un concejal cuando se
encuentre dentro de las previsiones contenidas en la norma del art. 34.II de la LM, que determina
que esta suspensión procede cuando un Concejal ha sido condenado con sentencia ejecutoriada a
pena privativa de libertad, tener pliego de cargo ejecutoriado o sentencia judicial ejecutoriada por
responsabilidad civil contra el Estado, o en los casos contemplados en la LSAFCO y sus reglamentos
cuando corresponda.
En concordancia con la normativa citada, el art. 36.I. numeral 6 de la LM, reconoce como
sanción respecto a una denuncia, la suspensión definitiva en los supuestos ya señalados,
disponiendo en su parágrafo II, que en los casos contemplados en los numerales 5 y 6, la suspensión
procederá en forma automática a la sola comprobación de los hechos que la origine y la Resolución
sólo será de carácter formal. Asimismo, la norma establecida en la parte in fine del parágrafo III del
mismo artículo, señala que la restitución en el cargo de Concejal procederá en caso de sentencia
absolutoria o declaratoria de inocencia.
También es preciso señalar que, conforme a la norma prevista por el art. 34.I de la LM, “La
suspensión temporal del concejal procede por existir en su contra auto de procesamiento
ejecutoriado en estrados judiciales, con el objeto de que pueda asumir su defensa o en los casos
establecidos en la Ley 1178 de 20 de julio de 1990 y sus Reglamentos, cuando corresponda”; con
relación al auto de procesamiento al que refiere la norma citada, este Tribunal Constitucional ha
establecido que la acusación formal planteada por el Ministerio Público, en su requerimiento
conclusivo de la etapa preparatoria, dentro del nuevo sistema procesal penal equivale al auto de
procesamiento ejecutoriado” (las negrillas son nuestras).
De otro lado, la SC 0274/2010-R de 7 de junio, ha señalado que es: “…competencia del Concejo
Municipal, el procesamiento interno del Alcalde Municipal, Concejal o Agente Cantonal, una vez
establecido el hecho de oficio o a denuncia de parte, conforme se establece en los arts. 35 y 36 de la
LM, debiendo contemplarse para tal efecto, el cumplimiento de los arts. 32, 33, 34 y 37 de la misma
ley, según lo determina el art. 29. 1 de la LM, concordante con el art. 8 inc a) de la CPEabrg, art.
108.1 CPE; siendo que la cesación de las funciones de un concejal se establece en el art. 27 de la
LM”. (las negrillas nos corresponden). Así el art. 27 LM, establecía que: “Los Concejales cesan en sus
funciones por (…) 1. Fallecimiento; 2. Cumplimiento de su mandato; 3. Renuncia; 4. Incapacidad
física o mental declarada judicialmente; 5. Incompatibilidad sobreviviente; 6. Sentencia condenatoria
ejecutoriada a pena privativa de libertad; 7. Pliego de cargo ejecutoriado o sentencia judicial
ejecutoriada por responsabilidad civil contra el Estado y por las demás causales establecidas por
Ley”.
III.4. El canon de constitucionalidad del control social ejercido por organizaciones de la sociedad civil
organizada
La Norma Fundamental del Estado constitucionaliza el control social, señalando que éste será
ejercido según el art. 241.II, por organizaciones de la sociedad civil organizada y que esta labor
deberá ser funcional y transversal con relación a todas las entidades públicas, pues su objeto es
ejercer el control social a la gestión pública en todos los niveles del Estado y el gobierno, esto es a
nivel central y de las entidades territoriales autónomas, autárquicas, descentralizas y
desconcentradas y a las empresas e instituciones públicas, mixtas y privadas que administren
recursos fiscales, en lo que se refiere, entre otros, a participar en la formulación de las políticas
públicas del Estado, construcción colectiva de leyes, manejo transparente de los recursos fiscales y
otras que determine la ley marco general para el ejercicio del control social que promulgue en un
futuro el órgano legislativo, en desarrollo de lo dispuesto por el art. 241.IV de la CPE.
En ese orden, si bien los motivos que justifican la creación de esta instancia tienen que ver con la
necesidad de que la gestión de los asuntos públicos sea transparente, con una participación
creciente de la ciudadanía, esa función no puede ser ejercida discrecional y arbitrariamente. En
efecto, la propia Constitución, delimitando el ámbito de acción del control social, señala que esta
participación ciudadana, en principio, debe estar institucionalizada (art. 241.V de la CPE), para que
en correspondencia con esa institucionalización, se observen las normas que reglamenten el proceso
de control social, entre los cuales, por ejemplo existe la exigencia constitucional de realizar informes
fundamentados o motivados (art. 242.5), para solicitar la revocatoria de mandado de un servidor
público democráticamente electo. Lo que significa que, de conformidad con lo dispuesto por los arts.
241.IV y 242.5 de la CPE, existe un procedimiento establecido en la Constitución vigente que debe
ser respetado, a efectos de que la intervención de las organizaciones sociales que formen parte del
control social, se desarrolle sin excesos. En ese sentido también está lo dispuesto por la Constitución
Política del Ecuador vigente que en sus arts. 204 concordante con el 208, señala que en su función
de control y transparencia social, la ciudadanía organizada como primera fiscalizadora del poder
público debe emitir informes que determinen la existencia de indicios de responsabilidad, formular
las recomendaciones necesarias e impulsar las acciones legales que correspondan.
Respecto a esos excesos cometidos por las organizaciones sociales, en diferentes supuestos, el
Tribunal Constitucional, en su profusa jurisprudencia, ha señalado que, la facultad de fiscalización y
control que ostentan los comités de vigilancia o los comités cívicos en los municipios, no implica que
éstos, distorsionando sus atribuciones, incurran en medidas de hecho como el cierre y tapiado de
oficinas del concejo municipal, presión pública o privada para que un concejal o alcalde renuncie de
su cargo electo, aún cuando se advierta la presunta comisión de delitos penales ordinarios o en el
ejercicio de sus funciones.
Esta jurisprudencia constitucional, se sustenta en razón a que está proscrito por el orden
constitucional que un particular o una autoridad pública, invocando un supuesto ejercicio legítimo
de sus derechos, o distorsionando las atribuciones y facultades que le otorga la Constitución adopte
medidas de hecho, desconociendo que existen procedimientos, mecanismos y autoridades
competentes para la solución de conflictos.
Tampoco cabe el argumento de que fue cesado en sus funciones por haber inasistido a la audiencia
pública de 9 de agosto, por cuanto de según el acta de sesión ordinaria 060/07, se advierte que el
accionante se encontraba con licencia por razones de fuerza mayor (fs. 7 a 12), y además en cuanto
a la inconcurrencia a tres sesiones ordinarias continuas, cabe precisar que no constituye una falta
sujeta a suspensión y menos a cesación del cargo, puesto que el art. 34 LM, establece en qué casos
procede la suspensión temporal o definitiva; sin que la inasistencia injustificada por más de tres
sesiones ordinarias continuas o seis discontinuas en el mes, puedan determinar la sanción de
suspensión temporal o definitiva en ninguna de las formas aludidas.
En suma, el único argumento que sustentó la ilegal Resolución Municipal 321/2007, fue que existió
presión de parte de las organizaciones sociales que solicitaron el alejamiento del accionante del
Concejo Municipal de El Alto, sin tener en cuenta que, como se señaló en el Fundamento Jurídico
III.4, las solicitudes de las organizaciones sociales encargadas del control social, que luego establecen
la revocatoria de mandato de una autoridad electa, deben ser realizadas dentro de un proceso de
control social y estar debidamente fundamentadas o motivadas, con el objetivo de que su
intervención se desarrolle sin excesos.
Por consiguiente, la decisión de cesar del cargo de Concejal titular al actual accionante, es
totalmente ilegal y viola la normativa constitucional y legal citada, además de desconocer la
jurisprudencia constitucional vinculante y obligatoria, infringiendo con ello, sus derechos
fundamentales al debido proceso, a la defensa y a ejercer un cargo público, situación que hace
viable la protección inmediata y eficaz que otorga el amparo a fin de reparar los actos ilegales
demandados.
En consecuencia, el Juez Segundo de Partido y de Sentencia de El Alto del Distrito Judicial de La Paz,
al haber concedido el recurso de amparo constitucional, ahora acción de amparo, ha evaluado en
forma correcta los datos del proceso y las normas aplicables al presente caso.
POR TANTO
No intervienen los Magistrados el Presidente Dr. Juan Lanchipa Ponce, por encontrarse de viaje en
misión oficial y el Dr. Ernesto Félix Mur por ser de voto disidente.