Novena A Nuestro Padre Jesús Nazareno de La Sangre

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NOVENA A NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO DE LA SANGRE

Se da principio con el Acto de Contrición, y se sigue con la oración siguiente, que servirá para todos los
días.

Señor mío Jesucristo, Maestro, soberano, que cuando nos mandantes orar nos enseñaste las palabras
con las cuales habíamos de mover la clemencia de vuestro Padre Celestial y manifestarse todas nuestra
necesidades, y con las obras sudando arroyos de sangre por todos los poros de tu santísimo cuerpo, nos
enseñaste la angustia, dolor y pena con que habíamos de acompañar en la meditación de los misterios
de tu Pasión santísima; concédenos piadosísimo, Señor, que con lágrimas de sangre lloremos nuestras
culpas, que fueron la causa de tanto padecer, para que así te acompañemos compasivos en aquella
agonía, y no nos olvidemos de tu Pasión; y asimismo te rogamos nos concedas lo que en esta novena, te
pedimos, si es de tu agrado, y si no, que siguiendo vuestros pasos, hagamos en todo tu santísima
voluntad y nos conformemos con ella. Amén.

ORACIÓN CON QUE SE FINALIZA LA NOVENA TODOS LOS DÍAS.

O divino Nazareno de la Sangre, que estas con tu belleza y hermosura convidado a que te amen, yo te
doy mi corazón limpio de todo afecto terreno. Yo te ofrezco mi memoria, entendimiento y voluntad,
pues no quiero ya amar del mundo las hermosuras, por ser caducas y perecederas, pues Vos sois la
divina fuente de donde se dimana y nace todo lo hermoso y agradable. O dulce Jesús mío, consuelo de
mi alma, yo te amo, venero y adoro con todo mi corazón, y con humildad te suplico que por tu purísima
sangre con la cual nos redimiste, y por los méritos de María Santísima mi Señora y tu purísima madre, no
permitas que viva ya en mí más la vanidad, ni la culpa, ni que se condene mi alma, pues fue criada a
imagen y semejanza; y pues nos pusiste debajo del amparo de vuestra sangre, llagas y dolores como
hijos tuyos, nacidos entre tus penas, compadécete de nosotros, principalmente Señor, de los que
estamos juntos haciendo esta novena en agradecido recuerdo de tus dolores y fatigas, y publicando a
pesar del infierno ser hijos y esclavos tuyos, señalados con tus lágrimas, y marcados con tu sangre, para
que en la hora de nuestra muerte nos conozcas como hijos tuyos.

ORACIÓN PARTICULAR PARA EL PRIMER DÍA

Señor mío Jesucristo, que desde la cruz clamaste a tu eterno Padre para conseguir perdón a los que te
crucificaban, y en ellos para todos los pecadores, y ahora estás sentado a la diestra del Padre, para ser
nuestro abogado e interpelar por nosotros en todas nuestras necesidades; rendidos en tu presencia con
profundo abatimiento, te suplicamos nos des gracia para derramar nuestro corazón deshecho en
lágrimas de contrición, por los ojos, y hacer una buena confesión de todas nuestra culpas, para que así te
desagraviemos de las veces que por hacernos sordos a las voces y clamores de tu sangre derramada,
hemos vuelto a renovar la pena y dolores de tu Pasión; por la cual te suplicamos, que oigas nuestros
clamores y nos des auxilios para enmendar nuestra vida.
Amén.

Ahora se rezan tres Padres Nuestros y tres Aves Marías gloriados todos los días.

ORACIÓN A NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO DE LA SANGRE

Oh Divino Nazareno de la Sangre, que estás con tu belleza y hermosura convidado a que te amen, yo te
doy mi corazón limpio de todo afecto terreno. Yo te ofrezco mi memoria, entendimiento y voluntad,
pues no quiero ya amar del mundo las hermosuras, por ser caducas y perecederas, pues vos sois la divina
fuente de donde se dimana y nace todo lo hermoso y agradable. Oh dulce Jesús mío, consuelo de mi
alma, yo te amo, venero y adoro con todo mi corazón, y con humildad te suplico que por tu purísima
sangre con la cual nos redimiste y por los méritos de María Santísima mi Señora y tu purísima Madre, no
permitas que viva ya en mí más la vanidad, ni la culpa, ni que se condene mi alma, pues fue criada a tu
imagen y semejanza; y pues nos pusiste debajo del amparo de vuestra sangre, llagas y dolores como
hijos tuyos, nacidos entre tus penas, compadécete de nosotros, principalmente Señor, de los que
estamos orando en agradecido recuerdo de tus dolores, fatigas, y publicando a pesar del infierno ser
hijos y esclavos tuyos, señalados con tus lágrimas, y marcados con tu Sangre, para que en la hora de
nuestra muerte nos conozcas como hijos tuyos. Amén O

Novena a la preciosa sangre de Cristo

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Jesús mío, varón de Dolores!, acepta el homenaje que quiero tributar


vuestra Preciosísima Sangre durante esta novena, como señal de mi más sincero agradecimiento por los
dolores y sufrimientos que voluntariamente padeciste en reparación de mis innumerables pecados y
como una prueba de vuestro inmenso amor hacia mí.

Os adoro como a mi único Dios que quiso hacerse hombre para salvarme de la muerte eterna

Os doy gracias como a mi mejor amigo, porque entregaste tu vida como una prueba del mayor amor
posible.Os pido perdón por las pocas veces que me he acordado de ti, Varón de Dolores, y por haber sido
la causa de tus dolores y sufrimientos con los muchos pecados que he cometido.

Os ruego, Jesús mío, me concedas todas las Gracias que necesito para conocerte, amarte y servirte
fielmente hasta la muerte y salvar mi alma.

Alcánzame una devoción ferviente a tu Sagrada Pasión por la que me has redimido y a tu Preciosísima
Sangre. Enséñame a saber unir las penas y sufrimientos de mi vida con los tuyos.Por los méritos de tu
PRECIOSÍSIMA SANGRE y la intercesión de tu Madre, la Virgen de los Dolores te pido me conceda la
Gracia especial que deseo en esta novena. (Petición)

Con la filial confianza me abandono a tu Santa Voluntad. Y si no es tu Voluntad concederme lo que te


pido. Te suplico me concedas lo que consideres más beneficioso para mi alma.

Concédeme la gracia de conocerte, amarte y sentir arrepentimiento de haberte ofendido. Te pido esta
Gracia por tu Preciosa Sangre. Por aquella Sangre preciosa que bañó tu Cuerpo Sagrado y cayo gota a
gota hasta el suelo en el huerto de los Olivos.

Por aquella Sangre preciosa que fluía de tu cuerpo Sagrado durante los azotes.

Por aquella Sangre Preciosa que cubrió tu Rostro Sagrado en la coronación de espinas.

Por aquella Sangre Preciosa que broto de tus Manos y pies en el Calvario.

Por aquella Sangre Preciosa que manó de tu Sagrado Corazón después de tu Muerte.Por la Sangre
Preciosa que todavía se ofrece cada día sobre nuestros altares en la santa Misa.Por la Sangre Preciosa
que debemos en la Sagrada Comunión, de la que dijiste: " el que come mí carne y bebe mí Sangre
tiene Vida Eterna".

ORACIÓN DEL PERDÓN

Me apropio de la palabra que dice que hay redención en su Sangre. Señor quiero que tú en esta hora me
redimas, perdóname por alejarme de ti con mis actitudes; quiero abandonar esta vida que he llevado
hasta hoy; me acojo a la promesa que dice "pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz,
entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado" (1 Juan
1,7).

La Sangre de tu Hijo Jesucristo me limpia de todo pecado por eso reconozco que soy pecador y me
arrepiento de todas las faltas cometidas hasta hoy, séllame con tu Sangre, retira de tu presencia toda
maldad que haya cometido ante ti haciendo lo que no te agrada, gracias por tu Sangre liberadora. Amén.

OFRECIMIENTO

¡Padre Eterno! Os ofrezco la preciosísima Sangre de Jesucristo en reparación de mis pecados, por las
benditas almas del Purgatorio y por las necesidades de la Santa Iglesia.

¡Padre Eterno! Os ofrezco la preciosísima Sangre de Jesús con todos sus merecimientos: Para expiar
todos los pecados que he cometido durante toda mi vida. Para purificar el bien que pude haber hecho
con mezquindad durante toda mi vida. Para suplir por todo el bien que debí hacer y no hice en toda mi
vida

ALABANZAS A LA SANGRE DE CRISTO

Jesús, autor de nuestra salvación.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que diste tú Sangre en precio de nuestro rescate.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, cuya Sangre nos reconcilia con Dios.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que con tú Sangre nos purificas a todos.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que con tú Sangre limpias nuestras culpas.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, por cuya Sangre tenemos acceso a Dios.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que nos das tú espíritu cuando bebemos tu Sangre.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, con cuya Sangre pregustamos las delicias del cielo.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que con tu Sangre fortaleces nuestra debilidad.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que nos das tú Sangre en la Eucaristía.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, cuya Sangre es prenda del banquete eterno.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, que nos vistes con tu Sangre como traje del reino.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

Jesús, cuya Sangre proclama nuestro valor ante Dios.

· ¡Bendita Sea tu Preciosísima Sangre!

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


Virgen María, tú que viste fluir del cuerpo de Jesús la Sangre bendita con que Jesús tu hijo me compró y
ofreció para el perdón de mis pecados. Tú, Bendita Virgen María que sentiste un dolor muy grande por la
Sangre que vertió toda su cara, por la Sangre que brotaba en todo su cuerpo, por los latigazos recibidos,
esa Sangre que brotó de sus manos y sus pies cuando traspasaron los clavos, esa Sangre que brotó de su
costado, cuando le atravesaron la lanza. Por esa Sangre te entrego todas mis preocupaciones para que
unidas al dolor tuyo y de Jesús alcance la gracia que espero de ti por tu intercesión (entréguele sus
peticiones).

ORACIÓN PARA SELLARSE Y PROTEJERSE CON LA SANGRE DE CRISTO

Señor Jesús, en tu nombre y con el Poder de tu Sangre Preciosa sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño. Con el Poder de la Sangre de
Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de
la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno y en el mundo en el cual
nos moveremos hoy. Con el poder de la Sangre de Cristo sellamos los volcanes, los cráteres, las
montañas, los lagos y lagunas, los ríos, los océanos y los mares y los límites de ellos con la tierra,
sellamos el universo entero con la Preciosísima Sangre de Cristo. Te suplico Señor que selles mi
vida personal con todas mis pertenencias. Sello mi salvación con tu Preciosa Sangre, sello mis
sentimientos, para que todos mis afectos sean cubiertos. Sello con tu Sangre mis inquietudes para
estar seguro de alcanzar la respuesta a mis necesidades. Sello mi corazón para que no entre ningún
espíritu de rencor, amargura, odio, depresión, soberbia, orgullo, vanidad, jactancia, tristeza, duda o
miedo.Sello con tu Sangre mi voluntad para que esté presta siempre a hacer el bien, sello mi mente para
que entren solo pensamientos que me permitan alcanzar el gozo, la paz y así cambiar mi manera de vivir.
Sello con tu Sangre, Señor, mi cuerpo para que reciba la salud, sea protegido del pecado y de
las enfermedades, adulterios y accidentes.Sello mi pasado para que toda herida que aún me haga daño
sea sanada con tu Sangre bendita. Sello mi presente para que todas mis actividades sean cubiertas con
tu Sangre protectora. Sello mi futuro para que mis planes, proyectos sean preservados de todo ataque y
toda influencia del maligno. Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa y a todos los que
habitan en ella (nombrarlos a todos con nombre y apellido), sellamos con el Poder de la Sangre de Jesús
a todas las personas que él Señor enviará a nuestra casa, así como los alimentos y los bienes que él Señor
generosamente nos envíe para nuestro sustento. Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra,
puertas, ventanas, objetos, ropa, paredes, techos y pisos, el aire que respiramos y en fe colocamos un
círculo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia. Sello a mis seres queridos, a mis amigos, vecinos,
a mis compañeros de trabajo (mencionar a quienes más)… para que todos sean protegidos.Con el poder
de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día y las
personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar (nombrar cada una de ellas). Con el poder
de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia,
los vehículos de todos ellos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que
habremos de utilizar, Con tu Sangre Preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los
habitantes y dirigentes de nuestra patria a fin de que tu Paz y tú Corazón reinen en ella.Sello
mi economía, para que se derrame abundantemente tu Providencia en mi vida, para que tu Prosperidad
llegue en abundancia. Sello mis deudas para que el devorador huya y desaparezcan. Invoco tu Sangre
preciosa sobre mi boca y sello mis palabras para que sean sólo de bendición.Tu Sangre preciosa me haga
invisible, cuando se nos acerque el enemigo nos permita reconocerlo y vencerlo por la invocación de tu
Nombre. Sello todo mi ser y me coloco bajo tu protección para que me libres de toda acechanza del mal.
Con el poder de la Sangre de Jesucristo rompo y destruyo toda potestad de interferencia,
la interacción del maligno y prohíbo toda comunicación entre espíritus.Pido Jesús, que envíes a tu
Santísima Madre del Perpetuo Socorro, para que se haga presente en mi hogar y en mi trabajo y me
acompañe con San Miguel Arcángel, y sus nueve coros angélicos, San Gabriel, San Rafael y mi Ángel de la
Guarda. Gracias Señor porque tú eres el guardián que nunca duermes. Gracias Señor, por tu Sangre
preciosa, porque gracias a ella somos preservados de todo mal. Tu Sangre nos hace invisibles, bendito y
alabado seas por siempre Señor.

ORACIÓN DE SELLAMIENTO

Yo (su nombre y apellido) me coloco a los pies de Jesucristo y me rindo a su Señorío, me ato a su Santa
voluntad, me amarro con los lazos infinitos de su misericordia, abro mi corazón de par en par para que
penetre e invada todo mi ser.

En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo muerto y resucitado yo clamo y reclamo su Preciosa Sangre
sobre mí, sobre mi familia, sobre mis bienes espirituales y materiales. Yo sello mi corazón para que con
tu Sangre Preciosa sea limpiado de odios, resentimientos, temores, angustias, soledades, tristezas,
dolores, y todo sentimiento negativo.

Yo (su nombre y apellido) sello mi espíritu en la Sangre Preciosa de Jesús. Yo (su nombre y apellido) sello
mi alma en la Sangre Preciosa de Jesús. Yo (su nombre y apellido) sello mi mente y voluntad en la Sangre
Preciosa de Jesús. Yo (su nombre y apellido) sello mi pasado y mi presente en la Sangre Preciosa de
Jesús. Sello con la Sangre Preciosa de Jesús a mis hijos (nombrarlos) para que ante el sello poderoso de la
Sangre de Jesús huya toda fuerza del mal. Aplico la Sangre de Jesús sobre mi casa, los que habitamos en
ella. Derramo la Sangre de Jesús en mi trabajo, negocios, y estudios para que queden sellados y
ninguna potencia del maligno pueda hacerme daño.

Amén

ORACIÓN DE BAÑO DE SANGRE

Jesús, salvador nuestro, presenta al Padre ésa Sangre tuya que, en virtud del Espíritu Santo derramaste
por nuestro amor. Purifícanos de nuestros pecados en el baño de esta Sangre sagrada, esperamos
alcanzar por ella la gracia que estoy pidiendo a través de esta novena (presenta tus peticiones)

Amén

ORACIÓN AL SEÑOR JESÚS

Señor Jesús, dame de beber del torrente de tus delicias.

Tu Sangre Preciosa apagará mi sed.

Tu Sangre Preciosa me lavará de toda mancha.

Tu sangre preciosa me robustecerá en mi debilidad.

Tu Sangre Preciosa me asegura la vida eterna.

¡Señor, bendito seas por esa Sangre que derramaste por mi!

En la eucaristía me das tu Sangre sagrada para que me embriague de gozo celestial.

GOZOS (PARA CADA DÍA DE LA NOVENA)


CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Hoy me cubro con tu Sangre y sello todo mi ser, líbrame del hambre y de cualquier escasez.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Tu Sangre tiene poder, tu Sangre sana mi ser, tu Sangre limpia mi alma y protege todo mi ser.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Ven Sangre redentora, transforma hoy mi hogar quiero ser liberada de toda influencia del mal.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Rocíame Jesús con tu Sangre redentora. Te entrego todas mis deudas para alcanzar así la victoria sobre
cualquier atadura queme aflige y me destruye trayendo sobre mi vida toda clase de amarguras.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Fluye Sangre redentora, fluye sobre mi vida, apartando de mí (negocio, trabajo, casa, salud, hijos,
estudios…) toda fuerza opresora que no me deja dormir ni tampoco ser feliz.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Tu Sangre redentora destruye toda maldad hoy te pido que me ayudes en esta necesidad.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Hoy te pido que construyas las áreas afectadas en mi vida pasada, sanando en mí las heridas que dejaron
como cascadas una fuerza de amargura de tristeza y de dolor.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Tu Sangre es fuente de poder y liberación por ella fuimos limpiados para obtener bendición.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Sangre de Cristo precio de rescate, sello que nos marca, la garantía que tú nos entregaste. Con esa
Sangre Preciosa hoy quiero que en esta angustia que tengo, vengas a ayudarme.

CORO: Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón. Rompe cualquier atadura que impida
mi bendición.

Día primero

El primer paso para obtener la victoria en tu vida es aceptar la obra redentora de Jesús.
Efesios 1,7: "En su gran amor, Dios nos ha liberado por la Sangre que Jesús derramo y ha perdonado
nuestros pecados"

Testimonio: Cuenta Libardo que él nunca se imaginaba que la Sangre tuviera tanto poder y un día que
estaba muy deprimido con deseos de morir invocó la Sangre de Jesús para que viniera sobre él. Fue algo
sorprendente por que sintió como si algo se arrancara de su pecho y su corazón se llenó de gozo, desde
ese día su vida cambió (continuar con los gozos)

Día Segundo

Debemos relacionarnos con todo lo que nos rodea con la creación, con nosotros mismos, con los que
están alrededor, con nuestros familiares, etc.

Colosenses 1,20: "Y por medio de Cristo quiso poner en paz consigo al universo eterno, tanto lo que está
en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la Sangre que Cristo derramó en la
cruz".

Testimonio: Cuenta Maritza que ella era una persona muy resentida, peleaba con todo, tenia muchos
odios en su corazón, no se amaba ni a ella misma, un día en una oración invocó la Sangre de Cristo para
que limpiara su corazón, descubrió el poder de la Sangre por que pudo perdonar a una persona que le
había hecho mucho daño y su interior se llenó de paz desde ese día. (Continuar con los gozos).

Día Tercero

Aceptar el perdón de nuestros pecados.

1 Juan 1,7: "Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la
Sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado".

Testimonio: Rocío cuenta que su vida era amargada por que se consideraba sucia, creía que Dios le
juzgaba y no se acercaba al Sacramento de la Reconciliación porque se consideraba indigna, pero un día
que leyó este versículo de la Biblia y comprendió el gran amor de dios y el poder que tiene la Sangre de
Jesús para sentirse perdonada y merecedora de las bendiciones de Dios. Después de llevar 25 años sin
confesarse, encontró descanso en su interior y fue liberada de muchas ataduras que impedían su
progreso.

(Continuar con los gozos).

Día Cuarto

Descubrir el poder de la Sangre de Cristo

Hebreos 9, 13-14: "Es verdad que la Sangre de toros y chivos, y las cenizas de la becerra que se quema
en el altar, las cuales son rociadas sobre los que están impuros, tienen poder para consagrarlos y
purificarlos por fuera. Pero si esto es así, ¡Cuánto más poder tendrá la Sangre de Cristo! Pues por medio
del Espíritu Eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha, y su Sangre limpia
nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para que podamos servir al Dios Viviente".

Testimonio: Eloísa cuenta que una vez ella descubrió como la Sangre de Cristo tenía poder. Su esposo era
un borracho, todos los días llegaba a maltratarla ella quería superarse y un predicador le aconsejó que
cada vez que levantara la mano para pegarle invocara la Sangre de Cristo, y sucedió esa noche que vino
a pegarle ella decía "Sangre de Cristo protégeme" y la mano de su esposo se devolvía hacia él pegándose
a si mismo, fue sorprendente y desde ese día nunca mas volvió Efraín a pegarle. Desde ese día siempre
ante un peligro digo: "Sangre de Cristo cúbreme" y he sentido la protección divina. . (Continuar con los
gozos).

Día Quinto

Apocalipsis 5,9: "Porque fuiste sacrificado; y derramando tú Sangre compraste para Dios

gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación".

Apocalipsis 1,5: "Y también de parte de Jesucristo, testigo fiel, que fue el primero en resucitar y
tiene autoridad sobre los reyes de la tierra. Cristo nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados
derramando su Sangre".

Testimonio: Claudia cuenta que no creía en el poder de la Sangre de Jesús, un día se encontró en un gran
problema, su esposo se fue con otra mujer y al comienzo se reveló con Dios, odiaba a su esposo y a la
persona con quien vivía. Empezó a sellar con la Sangre de Cristo a la muchacha y a su esposo todos los
días, al levantarse los cubría con la Sangre de Cristo y pocos meses después esa relación quedó destruida
por el poder de la Sangre de Cristo y su esposo regresó a su hogar. (Continuar con los gozos).

Día Sexto

Aceptar entrar en la bendición.

Hebreos 10,19: "Por tanto, hermanos, ahora podemos entrar sin ningún temor en el santuario por medio
de la Sangre de Jesucristo".

Testimonio: Alicia creía que solo las personas santas podían disfrutar de las bendiciones de Dios, pero un
día escucho una de las predicaciones sobre la Sangre de Cristo y descubrió que por la Sangre de Jesús
derramada en el calvario podía acercarse con confianza a Dios para conseguir bendiciones para su vida.
En oración comenzó a dar gracias por la Sangre de Jesús y toda su vida cambió, ya no sintió más miedo
por la situación, aprendió a confiar en Dios y hoy testifica que aquellos problemas fueron solucionados a
medida que repetía "gracias Jesús por la Sangre que derramaste por mi salvación y liberación, Tú Sangre
tiene poder". (Continuar con los gozos).

Día Séptimo

Aceptar que la Sangre del Cordero expulsa a Satanás de su vida, su negocio, su hogar,

su trabajo, sus estudios, su familia, etc.

Apocalipsis 12, 9-11: "Así que fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama
Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo. Él y sus ángeles fueron lanzados a la tierra. Entonces oí
una fuerte voz en el cielo que decía: ya llegó la salvación; el poder y el reino de nuestro Dios y
la autoridad de sus Mesías; porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y
noche los acusaba delante de nuestro Dios. Nuestros hermanos lo han bendecido con la Sangre
Derramada del Cordero y con el mensaje que ellos proclamaron: no tuvieron miedo de perder la vida,
sino que estuvieron dispuestos a morir".

Testimonio: Cuenta Rodolfo que en su casa había llegado la ruina, cada día las cosas iban de mal en peor.
Empezó a hacer todos los días la oración de sellamiento que aparece en esta novena, cada día se paraba
a rezar esta oración en los distintos lugares de su casa y desapareció la ruina. Se acabaron en su hogar
las peleas, llegó la paz, todos los que no tenían trabajo consiguieron trabajo, los electrodomésticos que
se dañaban con frecuencia nunca más volvieron a molestar gracias al poder de la Sangre de Cristo toda
influencia del mal fue expulsada de mi hogar. Ahora asistimos a la parroquia y estamos comprometidos
con la iglesia. (Continuar con los gozos).

Día Octavo

Protegidos por la Sangre.

Hebreos 11, 28: "Por fe, Moisés celebro la Pascua y mandó rociar las puertas con Sangre para que el
ángel de la muerte no tocara el hijo mayor de ningún israelita".

Éxodo 12,13: "La Sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren, y así,
cuando Yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la Sangre y pasaré de
largo".

Nosotros tenemos la Sangre de Jesús pero solo unos pocos comprenden su valor. Son pocos los que
saben utilizarla para protegerse a sí mismos y a todas sus pertenencias, es como la persona que tiene un
carro, pero si no lo sabe conducir nunca puede llegar a donde necesita ir, es igual que tener
un sistema de alarma, pero sino sabe como usarla ésta no le proporciona protección contra ladrones.

Testimonio: Cuenta Rosmary que ella no sabía que la Sangre de Cristo protegía las cosas de las personas
que sellaban con su Sangre, un día se puso a pensar en este pasaje y reflexionó que si solo con la sangre
de un animal Dios protegió de la calamidad en Egipto a las personas que por fe sellaron su casa con la
Sangre del Cordero y el Espíritu del mal no se acercó a esas casas, cuanto más poder tiene la verdadera
Sangre de Jesús para protegernos de cualquier influencia del mal. Empezó todos los días a sellar con la
Sangre de Cristo su negocio y las personas que trabajaban allí, para sorpresa las ventas aumentaron
gradualmente y en la cuadra es el único negocio que permanece lleno. (Continuar con los gozos).

Día Noveno

Recibir la Eucaristía

Mateo 26, 27-28: "Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos,
diciendo: Beban todos ustedes de esta copa, porque esta es mi Sangre, con la que se confirma el pacto,
la cual es derramada a favor de muchos para perdón de sus pecados".

Testimonio: Nunca me imaginé el poder de la Sangre de Jesús, él mismo en la última cena, declaró que su
Sangre es derramada para bien de la humanidad. El mismo Jesús instituye el Sacramento de la
Eucarística y cada vez que comulgamos estamos bebiendo la Sangre de Jesús.

Muchas personas piden consejo de cómo evitar ser contaminados por influencia de brujerías, mi consejo
es protéjanse con la Eucaristía, si es posible todos los días y así ninguna fuerza del maligno podrá
hacerles daño puesto que en la Eucaristía hay poder de sanación y liberación, es el mismo Jesús que se
nos ofrece. Desde el antiguo testamento la Sangre siempre ha sido un signo de protección.
En Egipto Dios le dio instrucciones a Moisés cómo proteger a su pueblo le ordenó aplicar Sangre de un
cordero sobre las puertas de la casa.

Cuentan que en una ciudad de Italia en el momento de la consagración un sacerdote dudó y ocurrió el
gran milagro eucarístico, la hostia que tenía en sus manos se le convirtió en un pedazo de carne y el vino
en Sangre. Unos científicos le pidieron al Papa permiso hace poco tiempo para analizar la Sangre y
encontraron que no existe persona alguna que tenga la Sangre tan pura como esa.
Éxodo 12, 7: "Tomarán luego la Sangre del Animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa
donde comen el animal".

Y ellos pusieron físicamente la Sangre sobre sus casas, pero vemos una vez más que el nuevo pacto es
mejor que el antiguo. ¿Cómo aplicamos la Sangre en nuestros hogares? Lo hacemos mediante la fe.

Sencillamente mediante una oración decimos: aplico la Sangre de Cristo en mi vida, mi hogar, mi
negocio, mi trabajo, mis estudios, mi familia, etc. Si deseas vivir bajo la protección de la Sangre de
Cristo aplícala donde consideres que debe ser protegido. Cristo pagó un alto precio para que nosotros
seamos liberados y protegidos de todo mal y peligro.

1 Pedro,1- 18-19: "Pues Dios los ha salvado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus
antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de ésa salvación no se pagó con cosas corruptibles,
con el oro o la plata, sino con la Sangre Preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como Cordero
sin defecto ni mancha".

ORACIÓN Y BENDICIÓN

Dios Padre nos ampare. Dios Hijo nos guarde. Dios Espíritu Santo nos defienda. Con el velo de la
Santísima Virgen María seamos cubiertos. Ni heridos, ni muertos, ni presos, ni cautivos. Ni de nuestros
enemigos vencidos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. El poder de Dios nos valga y la fuerza de la Fe. La pureza
de la Virgen y la castidad del señor San José. Amén.

NOVENA A JESÚS NAZARENO- PARROQUIA DE SAN FRANCISCO

https://psanfranciscovigo.blogspot.com/2015/02/novena-jesus-nazareno.html?m=1

NOVENA A JESÚS NAZARENO

DÍA PRIMERO: ¡Llegad con fe!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Tú que eres nuestro Creador y nuestra meta. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Tu que pasaste haciendo bien y curando enfermos. Cristo, ten piedad.

- Cristo, ten piedad.

- Tu que entregaste a la iglesia tu misma misión. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:
Padre nuestro Jesús Nazareno, míranos postrados ante tus plantas para rendirte el homenaje de nuestra
devoción y suplicarte la ayuda de tu gracia en todas nuestras necesidades.

Creemos en Ti porque eres la eterna verdad. Esperamos en Ti porque eres la bondad suma. Te amamos
porque eres nuestro Dios y Señor.

Te proclamamos rey de nuestras almas.

Míranos con ojos compasivos y amorosos, y con esa tu mirada purifícanos, aliéntanos, santifícanos.

Somos pecadores y necesitamos tu perdón. Somos débiles y en Ti buscamos nuestro apoyo y fortaleza.
Somos nada, pero Tú lo eres todo y contigo lo podemos todo.

Aumenta nuestra fe y concédenos tu ayuda. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

REFLEXIÓN:

Jesús ponía una misma condición a cuantos se acercaban a El: fiarse de su persona, entregársele en
profundidad. Exigía la fe.

Recuerda a la cananea, a la hemorroísa, a los ciegos, a los leprosos, a las multitudes. "Todo es posible
para el que cree". Cuando contempla la miseria y la desgracia humanas, pide el acto de fe como
condición provia para realizar el milagro.

También hoy nos exige esa fe.

La fe se entiende desde una experiencia de amistad y entrega. Es oír, escuchar, aceptar. Es elegir entre
distintas voces que atraen. Es fiarnos, entregarno, seguirle. Es la respuesta viva de un ser consciente. Es
colocar a Cristo como tu todo: amigo, salvador, guía, camino, verdad, vida y meta.

Esa fe debe dejar sellada toda tu vida. La fe verdadera tiene que marcar a las personas. Una fe que no
trascienda a la vida es falsa. La vida de las personas siempre será la proyección de sus convicciones.

Una fe viva y firme tiene que producir una vida limpia y santa.

¿Cómo es mi fe? ¿Cómo vivo mi fe?

¿Mi vida es conforme con lo que creo?

La mejor manera de cuidar mi fe es llevar una vida santa.

También debo actualizar mi fe, ponerla al día... y pedirle a Jesús que me la aumente.

¿Mi fe me da una seguridad tranquila ante la vida y ante la muerte?

Examina brevemente tu fe a la luz de estas verdades y pide a Jesús la gracia que deseas alcanzar.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro).

- Padres nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro).

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro).

ORACIÓN FINAL:
Padre nuestro Jesús Nazareno, hemos venido ante Ti para pedirte remedies nuestras necesidades.
Considerando tu bondad y amor para con nosotros no podemos menos que acudir a Ti con la misma
confianza que un hijo pide a su padre cuanto ha de menester. Tú dijiste en el Evangelio que cuanto
pidiésemos al padre en tu nombre nos sería concedido.

En tu vida pública sobre la tierra ibas por todas partes haciendo el bien a todos, y las gentes te seguían
ansiando oír tus palabras y participar de tus favores. Hoy, como entonces, se acercan a Ti las multitudes
y se postran ante esta milagrosa imagen, esperando los tesoros de tu amos y de tu misericordia.

Jesús Nazareno, divino cautivo, escucha nuestras súplicas y concédenos cuanto necesitamos para
permanecer unidos contigo en todos los instantes de nuestra vida, a fin de que, sirviéndote y amándote
en la tierra, logremos reinar contigo en la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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DÍA SEGUNDO ¡Llegad con humildad!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Porque he pecado contra el cielo y contra Ti. Señor, ten piedad

- Señor, ten piedad.

- Porque no merezco ser llamado hijo tuyo. Cristo, ten piedad.

- Cristo, ten piedad.

- Porque eres mi padre y mi Dueño. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, mi rey y mi Dios, animados por tu infinita bondad y por los continuos favores que
otorgas a cuantos imploran misericordia y perdón delante de esta venerada imagen, acudimos ante Ti
para ofrecerte los obsequios y presentarte las necesidades de nuestra alma. Confesamos que te hemos
ofendido, pero arrepentidos, detestamos los pecados y, ayudados de tu gracia, esperamos enmendarnos
en lo sucesivo.

Te rogamos que por los dolores de tu Pasión atiendas las súplicas que te dirigimos en esta Novena, si son
de tu agrado y de provecho para nuestra alma. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

REFLEXIÓN:

Para creer de verdad, para ver a Cristo y optar por Él es preciso vaciarnos de nuestro orgullo, de nuestra
autosuficiencia.

Vivimos en un mundo saturado de vanidades. Damos una gran importancia al parecer, al escaparate. Los
hombres se apoyan en sí mismos, los sabios en su ciencia, los ricos en su dinero, pero Jesús nos dejó otra
categoría de valores: bienaventurados lo pobres, los libres, los despegados, los que se apoyan en Dios,
los humildes... Es que éstos son los que están dispuestos a aceptar y seguir a Jesús. El se manifiesta a los
humildes y nos invita a aprender especialmente esa virtud: "aprended de Mí que soy mano y humilde de
corazón".

Realmente la humildad es lo que mejor cuadra a nuestra condición de creaturas. Somos una sumisión
que ha tomado cuerpo. Somos una obediencia andando. Santa Teresa decía que "humildad es andar en
verdad". La humildad no nos exige que nos juzguemos en menos de lo que somos y tenemos, pero sí que
pensemos con sinceridad qué fuimos, qué somos y qué vamos a ser.

Es humilde quien sabe el puesto que Dios le asignó, lo acepta incondicionalmente y sabe que vive de
prestado.

¿Cómo valoras tu vida?

¿Reconoces que todo cuanto eres y tienes es un don gratuito de Dios?

Piensa con detención estas frases de San Pablo: "Si alguno cree que es algo, se engaña... ¿qué tienes que
no hayas recibido? y si lo has recibido, ¿cómo te glorías como si no lo hubieras recibido?"

La humildad gana al corazón de Dios y el de los hombres...

Reflexiona brevemente y pídele a Jesús la gracia que deseas alcanzar en esta Novena.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro).

- Padres nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro).

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro).

ORACIÓN FINAL:

Jesús Nazareno, mi Padre y mi Salvador, al considerar tu amor y la bondad con que nos has acogido en
este día, un grito de gratitud se escapa de los labios, y el recuerdo de tus misericordias embarga nuestra
alma. Por ganar nuestra alma bajaste a la tierra y sufriste toda clase de penas y trabajos, y hasta moriste
en una cruz. Por nuestro amor que quedaste en el sacramento del altar, queriendo ser nuestro manjar,
consuelo y compañero. Por nuestro amor te presentas en esta imagen coronado de espinas, con las
manos atadas, vestido con ese hábito de humildad y paciencia.

Te pedimos hoy la virtud de la humildad.

Gracias, Señor, por todo, y concédenos qeu cumplamos siempre tu ley, imitemos tur virtudes y vivamos y
muramos en tu amor. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

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DÍA TERCERO: ¡Dispuestos a cambiar!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Tú que nos has bendecido en la persona de Cristo. Señor, ten piedad

- Señor, ten piedad.


- Tu que nos has elegido para que fuésemos santos.

- Cristo, ten piedad.

- Tu que nos has destinado a ser tus hijos. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, paz y reconciliación nuestra. A tus plantas reconocemos nuestras ingratitudes, y,
arrepentidos de los pecados, proponemos con tu ayuda cambiar nuestras vidas y no volver a ofenderte.
Animados por tu infinita bondad y por los muchos favores que otorgas a los que acuden a tu venerada
imagen e imploran misericordia y perdón, te pedimos atiendas nuestras súplicas en esta Novena si son
de tu agrado y para el bien de nuestras almas. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

REFLEXIÓN:

La fe es un encuentro con Jesús y su aceptación.

Pero es un encuentro que debe producir cambios, conversión.

Una fe que no transforma la vida es falsa.

En el Evangelio hallamos una constante: "todo lo tocado por Cristo es transformado si lo tocado no
opone resistencia". Eran transformadas las cosas: el agua, el pan, el vino, el polvo... También eran
transformadas las personas: Zaqueo, Pablo, los apóstoles...

Todos necesitamos convertirnos.

A lo largo de la Biblia hallamos un avance progresivo en el significado de la palabra conversión: recibir a


Dios, abandonar el mal camino y volver a Dios, romper los ídolos que esclavizan, cambiar nuestra manera
de pensar, de valorar y de juzgar, huir del pecado, entregarse a la voluntad de Dios y a sus planes...

Solamente con hombres mejores se puede hacer un mundo mejor.

¿Dios está contento de mí, de mi actitud ante la vida?

¿Hay en mí muchas cosas que no son del agrado de Dios?

¿Es mucho lo que tengo que cambiar?

¿Mi fe, mi encuentro con Jesús me lleva a transformar mi vivir, a una mayor fidelidad?

Reflexiona brevemente y pídele a Jesús la gracia que deseas alcanzar en esta Novena.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa Pasión tened misericordia de nosotros
(Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro)

ORACIÓN FINAL:
Jesús Nazareno, estampa viviente de amor y sufrimiento, queremos ratificarte nuestra consagración
bautismal y vivir fieles a la misma. Concédenos abundancia de gracias para cambiar nuestras vidas. Te
consagramos el cuero y el alma, la memoria, el entendimiento, la voluntad y todos los sentidos.
Quisiéramos esforzarnos para que todos te sirvan, glorifiquen y amen. Todo lo esperamos de tu bondad.
Que pongamos nuestra gloria en vivir y en morir a tu servicio.

Es mucho lo que tenemos que cambiar.

Esperamos de tu misericordia toda clase de gracias, especialmente la firmeza en la fe, la inocencia de la


vida y la fidelidad a tus mandatos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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DIA CUARTO: ¡Llegad con esperanza!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDON A DIOS:

- Porque perdí mi esperanza ante el dolor. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Porque me avergoncé de Ti y disimulé mi fe. Cristo ten piedad.

- Cristo, ten piedad. - Porque olvidé que siempre vas conmigo. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, herido por nuestros pecados y en quien el Padre tienes puestas sus complacencias,
acepta las alabanzas y oraciones que te presentamos en esta Novena y ayúdanos a llevar una vida en
conformidad con tus deseos. Te damos gracias por los beneficios que has derramado en nuestra vidas.
Hoy te pedimos la virtud de la esperanza. Danos luz para conocer nuestras faltas. te pedimos perdón por
nuestros pecados y por los pecados de todo el mundo. Acepta nuestra voluntad de nunca más pecar. Tu
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

REFLEXIÓN:

La esperanza es virtud de caminantes.

El hombre es un ser abierto al futuro. Un hombre sin esperanza es tan absurdo como un hombre sin
inteligencia, porque la vida humana es sed, ansia, afán, deseo de un mañana...

Santo Tomás nos habló maravillosamente de la esperanza:

- "Es la aspiración del hombre hacia un bien futuro, arduo y posible.

- La esperanza teologal es la expectación cierta de la bienaventuranza eterna, proveniente de la gracia y


de los medios.

- En el centro del hombre está la esperanza, manteniéndole tenso, en vilo...".


Todo cristiano debe ser hombre de jubilosa esperanza. Alegría de vivir, de hacer esfuerzos, de tender a
un fin, de participar en la aventura de hacer un mundo mejor. Todo como consecuencia de no ir solo, de
saber que Dios va con él.

Los males que nos rodean no deben llevarnos a un constante lamento, sino a un esfuerzo por superarlos.
En medio de los infortunios de la vida hemos de tener siempre las ventanas abiertas a la luz.

La esperanza es la victoria sobre el miedo y el pesimismo. "Si Él va conmigo, ¿qué voy a temer? Todo lo
puedo en Aquél que me conforta".

¿Cómo vives tu esperanza?

¿Sabes que la tristeza y el derrotismo no caben en un alma auténticamente cristiana?

Examina tu esperanza brevemente y pide a Jesús la gracia que deseas alcanzar.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro)

ORACIÓN FINAL

Jesús Nazareno, nuestro Señor y nuestro Rey. Mira compasivo el corazón de tus hijos. Confiamos en ese
corazón que tanto nos ha amado y que nunca falla. Danos entusiasmo para buscar la verdad. Danos
resignación para aceptar nuestras propias limitaciones. Danos coraje para seguir luchando cuando todo
parece que nos sale mal. Danos fuerza para preferir lo difícil a lo fácil. Danos valora para rechazar lo
vulgar y rastrero. Danos valentía para luchar contra nuestra apatía y desgana, para que donde haya odio
pongamos amor, donde haya ofensa pongamos perdón, donde haya tristeza pongamos alegría.

Tú eres luz y vida, camino y verdad.

Convierte nuestras tinieblas en luz para que seamos testigos de una alegre y firme esperanza. Tú que
vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.

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DIA QUINTO: ¡Venid a la luz, al maestro!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Por no haberte puesto en el primer lugar de nuestra vidas. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Por no haber sido testigos de la luz. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Por haber querido contar sólo con nuestras fuerzas. Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, camino, verdad y vida, que has venido a buscar cuanto estaba perdido y a salvar cuanto
estaba sumido en la culpa y el temor, ilumínanos con tu verdad, acéptanos, con los pecados de todo el
mundo, pero con nuestro propósito de seguirte en fidelidad. Tú eres mayor que nuestro corazón y que
todos nuestros pecados. Tú eres el creador de un futuro nuevo. Tu eres la luz, el maestro. Acéptanos
como somos y haznos como tú quieres que seamos. Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos.
Amén.

REFLEXIÓN:

Desde los orígenes del mundo la luz aparece asociada a Dios y a sus seguidores.

La luz es la primera creatura de Dios. Dios se muestra en la zarza ardiendo. Una nube luminosa sobre el
arca es el signo de la presencia divina. Dios aparece como la gran claridad, la luz, la verdad...

Jesús vino al mundo como "luz para iluminar a las gentes", y se presenta diciendo: "yo soy la luz del
mundo". Los Evangelios son una proclamación de esa realidad:

"Jesús comenzó a obrar y a enseñar... todos los días estaba en el Templo enseñando... Vosotros me
llamáis maestro, y decís bien, pues lo soy... Uno es vuestro maestro..."

Ser luz y ser maestro dice una referencia a nosotros: debemos dejarnos iluminar y debemos dejarnos
enseñar para seguirle... Es muy triste la frase de que "la luz brilló en medio de los hombres y los hombres
no la recibieron".

El cristiano es un hombre que ha sido llamado de las tinieblas a la luz. Es un iluminado que debe irradiar
el poder iluminador del mensaje de Cristo. Con esa misión nos ha dejado Jesús: que vean vuestras
buenas obras y el mundo crea.

A través de nosotros, de nuestro testimonio, los hombres juzgan a Dios.

Cristo nos dijo: "yo soy la luz. El que me sigue no anda en tinieblas". ¿Me dejo yo iluminar por Él?
¿Estudio su persona y su mensaje?

Cristo nos repite: "Vosotros sois la luz del mundo. No se enciende una lámpara para ocultarla, sino para
ponerla en medio y que alumbre a los demás". ¿Soy luz de Cristo para los otros? ¿No disimulo mi
cristianismo proyectando sombras?

Reflexiona brevemente y pide la gracia que deseas alcanzar.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa Pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro)

ORACIÓN FINAL:
Jesús Nazareno, que eres nuestra luz y nuestro maestro, y quieres contar con nosotros. Tú no tienes
manos, pero tienes nuestras manos para construir un mundo donde reine la justicia. Tú no tienes pies,
pero tienes nuestros pies para poner en marcha a los oprimidos. Tú no tienes labios, pero tienes
nuestros labios para proclamar a los hombres la Buena Nueva de la libertad. Tu no tienes medios, pero
tienes nuestra acción para lograr que todos los hombres sean hermanos. Que nosotros no te fallemos y
seamos tu luz, una Biblia abierta en la que los hombres puedan leer tu mensaje de amor y libertad. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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DÍA SEXTO: ¡Llevad a Dios a la vida!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Jesús, hijo de David, que buscas al pecados. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Jesús, manantial de compasión y perdón. Cristo ten piedad.

- Cristo, ten piedad.

- Jesús salvador de cuantos a Ti acuden. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACION:

Dulcísimo Jesús Nazareno , fuente de amor, Padre de misericordia y Dios de toda consolación, que tanto
amor tienes a quien tan poco te ama, haz que te ame como te aman los ángeles y que de todo corazón te
diga: ¡Jesús mío te amo!

Cuantas veces abra mis labios, cuantas mueva mis pies y manos, cuantas lata mi corazón , quisiera
decirte en verdad que te amo. Y desearía repetir ese deseo de amarte más veces que estrellas hay en el
cielo, más que hojas tienen los árboles, mas que gotas tiene el océano, más que arenas se encuentran en
las playas.

¡Quién me diera, Jesús mío, amaros por todos los que no te aman, amarte más que te aborrecen y
ofenden todos los pecadores! Abrásanos, Jesús mío, a todos en tu santo amor, y abrasa éste mi frío
corazón para que amándote viva y amándote muera. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

REFLEXIÓN:

El mundo se ha vuelto profano. Dios suena en él cada vez menos y parece influi8r cada día menos en las
vidas de los hombres. Como si hubiese pasado de moda.

Los viejos profetas repetían una gran lamentación: "los hombres han abandonado a su Dios, le han dado
la espalda". ¿Es el retrato de nuestra sociedad?

Si aceptas a Dios, Él debe ser el centro de tu vida, y te verás forzado a proclamarlo, a darle a conocer, a
celebrarlo. Estará en tu mente, en tus labios, en tu corazón.
Los grandes santos vivían esa presencia confesión de Dios. Francisco de Asís se figuraba todas las cosas
colgando de la mano divina. Santa Teresa veía a su Dios hasta "entre los pucheros". Juan de la Cruz
contemplaba la hermosura del Creador en todas las obras: "mil gracias derramando pasó por estos sotos
con premura, y, yéndolos mirando, son sola su figura, vestidos los dejó de su hermosura..."

Nuestros mayores repetía constantemente el nombre de Dios: en el saludo, en la despedida, en la


mañana, en el atardecer.

¿Y nosotros? Si lleváramos a Dios en nuestras mentes y en nuestro corazón, luego lo llevaríamos a la


vida, seríamos testigos suyos en una sociedad que quiere olvidarlo.

Para ello tendremos que actualizar nuestra idea de Dios, pues el Concilio nos acusa de haber "velado,
más que revelado, el genuino rostro de Dios".

Llevemos Dios a la vida, pero un Dios verdadero: creador, providente, Padre, juez justo y misericordioso,
redentor, fiel, lleno de amor y justicia...

¿Qué valor tiene Dios en tu vida? ¿Cómo te preocupa?

¿Cuál es tu imagen de Dios? ¿Qué representa para ti?

¿Te avergüenzas de confesar tu amor y tu fe en Él?

Reflexiona brevemente y pide la gracia que deseas alcanzar.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa Pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro)

ORACIÓN FINAL:

¡Padre y Redentor mío, Jesús Nazareno! A tus plantas he venido a postrarme. Considerando tu bondad y
amor para conmigo, no puedo menos que acudir a Ti con la misma confianza con que un hijo pide al
padre cuanto ha de menester. Tú dijiste en el Evangelio que todo lo que pidiéramos al padre en tu
nombre nos será concedido. Yo creo en tu palabra y espero que me alcanzarás cuanto te suplico en esta
Novena, si es conveniente para tu gloria y salvación de mi alma.

Tú eres el mismo que durante la vida pública sobre la tierra ibas haciendo el bien a todos, y por eso las
turbas te seguían. Hoy, como entonces, se acercan a Ti las multitudes y vienen a postrarse ante esta tu
milagrosa imagen.

Que tu palabra sea luz para nuestros pasos y que, iluminados por ella, no nos desviemos de tus senderos.

Consuela a tu pueblo con tu presencia y con la dulzura de tu amor, y que nuestros trabajos consigan un
mundo donde reinen la paz y el amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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DÍA SEPTIMO: ¡Acoged al hermano!


POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Tú que nos has amado hasta el extremo. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Tu que has aceptado la muerte para reunirnos en la unidad. Cristo, ten piedad.

- Cristo, ten piedad.

- Tú que nos mandas amarnos como tú nos has amado. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, estampa viviente de sufrimiento y amor. Tú dijiste que "donde estén dos o mas reunidos
en tu amor allí estoy yo en medio de ellos". Mira aquí a estos tus hijos reunidos bajo la gran consigna del
amor. Queremos aprender a vivir en caridad según tu mandamiento. Tuyos somos y tuyos queremos ser.
Que te veamos en el prójimo, y especialmente en el más necesitado. Atráenos hacia tu corazón y haz que
vivamos unidos en familia, como hermanos e hijos de un mismo Padre. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.

REFLEXIÓN:

Desde niños aprendimos que toda la ley se resumía en el amor.

Sobre el amor y la caridad todos sabemos cosas bonitas:

- Que nuestro destino en la tierra es amar.

- Que Jesús vino al mundo para enseñarnos el amor.

- Que ése fue su mandamiento más tajante, el suyo.

- Que los cristianos debemos ser especialistas del amor.

- Que la perfección cristiana consiste fundamentalmente en el amor.

- Que en la tarde de la vida se nos examinará sobre el amor...

Pero ¿cómo estamos en la práctica del amor?

Amar es una postura de donación, de entrega, de servicio. Amar no es dar, es darse. Es exigir que el
punto de mira no sea siempre el yo, sino que también piense en el Ti, en él, en ellos. Que los otros
tengan un puesto en tu corazón, en tu mente y hasta en la cartera de tu bolsillo.

Jesús nos dejó el amor como señal de los suyos: "En esto conocerán que sois mis discípulos: en que os
amáis los unos a los otros...", y nos dejó el mandamiento de su amor en la despedida como "un
mandamiento nuevo".

Han pasado veinte siglos de cristianismo... y nos podría decir Jesús hoy: "os doy un mandamiento nuevo:
que os améis".

¿Qué importancia das en tu vida a la caridad?


¿Te preguntas alguna vez qué podrías hacer tú por tu prójimo?

El vivir de los primeros cristianos hacía que las gentes dijeran de ellos "¡Ved como se aman!" ¿Podrían
decir eso de los cristianos de hoy?

Reflexiona brevemente y pide la gracia que deseas alcanzar.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa Pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro)

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro)

ORACIÓN FINAL:

Jesús Nazareno, nuestro guía y nuestro maestro, enséñanos a amar. Que no amemos solamente a
nosotros mismos o aquellos que nos aman. Enséñanos a pensar en los otros, sobre todo en aquellos a
quienes nadie ama. Concédenos la gracia de comprender que, mientras nosotros llevamos una vida más
o menos feliz, hay millones de seres humanos que son tus hijos y hermanos nuestros que mueren de
hambre, que mueren de frío, que mueren de desamor... Señor, ten piedad de todos los hombres del
mundo. No permitas que nosotros vivamos felices en solitario. Haznos sentir angustia ante la miseria,
líbranos de nuestros egoísmos y enséñanos a amar. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen.

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DIA OCTAVO ¡Vivid en libertad!

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Porque no hemos sabido tenerte a Ti como único Dios. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

- Porque no te hemos amado con todo el corazón. Cristo, ten piedad.

- Cristo, ten piedad. - Porque eres nuestro padre y amigo. Señor, ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, fuente de toda vida y principio de todo bien, que nos has llamado del abismo del pecado
al abismo de tu misericordia. Nonos abandones. Nuestra alma tiene sed de Ti como tierra reseca,
agotada, sin agua. Te ofrecemos nuestros pensamientos, palabras y acciones. Queremos ser sólo tuyos.
Ilumina nuestro entendimiento, inflama nuestro corazón y santifica nuestras almas. Haznos atentos en la
oración, constantes en el trabajo, solícitos en la caridad, firmes en los propósitos. Que te sirvamos
solamente a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

REFLEXIÓN:
El hombre es esencialmente libre y así debe vivir.

Dios quiso lo mejor para el hombre y le hizo libre para que libremente le ofrezca cada día el canto de su
sumisión.

Pero en el interior de cada hombre hay fuentes de esclavitud y ésa es la batalla de cada día.

Los enemigos de nuestra libertad son los siete pecados capitales: ira, envidia, lujuria, soberbia, avaricia,
gula, pereza.

Ser libres es ser capaces de dominarnos en lugar de decir sí a todo lo que nos apetece. Nos lo recordaba
el Concilio Vaticano II: "La dignidad de la persona humana requiere que el hombre actúe según su
conciencia y libre elección, es decir, movido por convicción interna personal y no bajo presión de un
ciego impulso interior o de la mera coacción externa".

Abusar de la libertad es perderla. "El que comete pecado es esclavo del pecado", y hay una larga lista de
esclavitudes: del miedo, del dinero, del respeto humano, de la carne, de la moda, del tabaco, del alcohol,
de la droga...

La grandeza del hombre está en ser dueño de sí mismo y vivir en libertad.

Si solamente hacer lo que te gusta o porque lo hacen los demás, no eres libre.

Si claudicas ante la lucha y tienes miedo al esfuerzo, no eres libre.

Si crees en Jesús y le sigues fielmente, entonces sí eres libre.

Reflexiona brevemente y pídele a Jesús la gracia que deseas alcanzar en esta Novena.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro).

- Padres nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro).

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro).

ORACIÓN FINAL:

Jesús Nazareno que dijiste "venia a Mí todos los que estáis cansados y agobiados y Yo os aliviaré". A Ti
hemos venido confiados durante esta Novena. Creemos en Ti, pero haz que esperemos con mayor
confianza. Te amamos a Ti, pero haz que te amemos cada día más. Que no nos dejemos esclavizar por
nada ni por nadie. Te adoramos como nuestro principio, te deseamos como nuestro último fin, te
alabamos como nuestro bienhechor, te invocamos como nuestro defensor. Dirígenos con tu sabiduría,
consuélanos con tu clemencia y protégenos con tu poder.

Nuestros ojos están vueltos hacia Ti.

Líbranos de los lazos que nos tienden los enemigos y de todo pecado para que vivamos en la auténtica
libertad de los hijos de Dios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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DIA NOVENO ¡Sed apóstoles!


POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...

PIDAMOS PERDÓN A DIOS:

- Porque hemos escondido nuestra fe ante los hombres. Señor, ten piedad.

- Señor, tan piedad.

- Porque no hemos sabido confesarte como nuestro Rey. Cristo, ten piedad.

- Cristo, ten piedad.

- Porque nuestras vidas no han sido testimonio de fe. Señor ten piedad.

- Señor, ten piedad.

ORACIÓN:

Jesús Nazareno, rey y centro de nuestras vidas. Míranos humildemente postrados ante tu imagen. Tuyos
somos y tuyos queremos ser.

Reina no solamente sobre los hijos que jamás se apartaron de Ti, sino también sobre aquellos a quienes
traen engañados falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y vuélvelos al puerto de la verdad
y de la fe.

Concede a tu Iglesia verdadera y completa libertad, y haz que en toda la tierra resuene una misma voz
que diga ¡alabado sea Jesucristo!, por quien vino la salvación; a Él la gloria y el honor por los siglos de los
siglos. Amén.

REFLEXIÓN:

Ser cristiano es ser testigo de Cristo.

La fe es esencialmente dinámica. El bautismo y la confirmación no lo hemos recibido en balde. Nos han


metido en un compromiso de testimonio. "Vosotros sois luz, sois sal, debéis ser fermento..."

El cristianismo parte de la fe o adhesión total a Jesús, pasa al corazón, pues exige amor a Cristo y a los
hermanos, y se radica en la voluntad para pedir un esfuerzo constante a fin de vivir en cristiano y pasar
por el mundo en función de testigos de fe. "Ser testigo es vivir de tal forma que nuestra vida no tenga
sentido sin Dios".

Cristo en su despedida nos encargó ser testigos. "Cuando venga el Espíritu Santo, Él dará testimonio de
Mí y vosotros seréis mis testigos".

Desde entonces vivimos entre dos extremos: aquel que afirmaba Tertuliano: "donde está un cristiano,
allí hay un predicador" y el que denunciaba Pío XII "el mundo se hunde por el cansancio de los buenos.

Como Juan Bautista no somos la luz, pero sí debemos ser testigos de la luz.

Nos lo recordaba San Pablo: "Sed irreprensibles en medio de esta generación, entre la cual debéis
aparecer como antorchas llevando en alto la palabra de Dios".

El mundo está cansado de palabras y quiere testigos que no se doblen.

El mayor antitestimonio es precisamente la discrepancia entre la fe y la vida.


Nuestro deber es atraer, santificar, consagrar el mundo y sus realidades.

¿Mi fe es viva, convencida, eficaz?

¿Me siento en la vida como testigo de Cristo?

¿No me avergüenzo de defender mi fe y confesarla?

Reflexiona brevemente y pídele a Jesús la gracia que deseas alcanzar en esta Novena.

INVOCACIONES:

- Padre nuestro Jesús Nazareno, por vuestra dolorosa pasión tened misericordia de nosotros.
(Padrenuestro).

- Padres nuestro Jesús Nazareno, en vuestro amor divino encended nuestros corazones. (Padrenuestro).

- Padre nuestro Jesús Nazareno, salvad nuestras almas con vuestra sangre redimidas. (Padrenuestro).

ORACIÓN FINAL:

Jesús Nazareno, rey universal. ¡Cuánto falta para que llegue al mundo tu reino de justicia, de amor y de
paz, cuánto falta para que todos hagamos lo que Tú quieres!

Tú deseas contar con nosotros.

Has que seamos luz y fermento según tu voluntad.

Te presentamos nuestra súplica para que concedas a tus fieles fidelidad y constancia, para que nos
enseñes a compartir nuestras cosas con quienes viven a nuestro lado, para que guardes a todas las
familias en el verdadero amor, para que los hijos sean recibidos como don tuyo, para que los que creen
vean robustecida su fe, para que los que vacilan y dudan hallen seguridad en tu palabra.

Así serás nuestro rey y señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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