El Nombre Sagrado de 4 Letras
El Nombre Sagrado de 4 Letras
El Nombre Sagrado de 4 Letras
*La punta superior de la Primera Letra de este Nombre Sagrado de Dios, YUD, se
corresponde con la primera de las 10 dimensiones llamada KETER, mientras que el
resto del cuerpo de la Yud se corresponde con la Segunda Dimensión, JOJMÁ.
*La Segunda Letra, HEI, corresponde a la Sefirá conocida como BINÁ.
*La Tercera Letra VAV, contiene 6 dimensiones, colectivamente conocidas como ZEÍR
ANPÍN e individualmente llamada Jeséd, Guevurá, Tiféret, Nétzaj, Hod y Yesod.
*Y la Cuarta Letra, HEI, se refiere a nuestra Realidad Física: MALJUT. (Ver. Imágen en
Comentarios)
Tal como hemos visto, la Ley de Atracción estimula que lo similar se atrae, nuestro
Mundo de Maljut/Tierra se rige por la conciencia colectiva de la humanidad,
gobernada por el interés propio y el Ego y el Deseo de Recibir, de ahí que la
naturaleza de Maljut/Tierra sea opuesta a la de Zeír Anpín (el 99%), cuya única
esencia es compartir positivamente.
Por lo tanto, al ser de naturaleza opuesta (recibir versus compartir), estas
dimensiones se repelen.
Éste mutuo rechazo causa desconexión dentro del Nombre de Dios, creando
repulsión entre el 1% y el 99%. La Tierra se desconecta de la fuente de toda la Luz
del Creador. Entonces se crea un espacio entre el Mundo de la Luz y el Mundo de la
Oscuridad. (Ver. Imágen en comentarios).
Los Kabbalístas dicen que el Nombre de Dios no está unificado, pero el significado
secreto de este concepto es que el Nombre de Dios se refiere a la estructura
completa de las 10 Sefirot, la realidad verdadera que incluye nuestro Mundo. Unificar
el Nombre de Dios significa conectar con la Hei Final (Maljut) con la Vav (Zeír Anpín).
Esta asaña se logra eliminando en primer lugar la causa que creó la separación. Ésta
causa es el Ego Humano - un rasgo de carácter egoísta que nos motivó a reaccionar
y comportarnos desde el interés propio -, conducta opuesta a la que hay en la
Realidad del 99% , que solo comparte Luz.
¿Cómo eliminamos ese rasgo egoísta? - mediante el Arrepentimiento. Recuerda, en
hebreo la palabra Arrepentimiento significa "Regresar". Para arrepentirnos del ego
debemos regresar al momento de nuestro acto negativo. Debemos recordarlo y
volver a vivirlo en nuestra conciencia. En términos más sencillos, regresar implica
reconocer que el comportamiento que tuvimos causó espacio y oscuridad en nuestra
vida. Al hacerlo, nos volvemos responsables de nuestro caos; admitimos que somos
la única Causa de todo lo que está mal en nuestra vida.
Reconocer que somos la Causa de nuestros propios problemas y realizar el esfuerzo
de regresar a la escena del crimen—un crimen del que nosotros somos culpables—es
la hazaña más difícil de todas. Siempre resulta mucho más fácil decir simplemente
“lo lamento” y continuar con nuestras vidas.
Pero eso no es ser espiritual ni inteligente, es ser religioso.
Decir “lo lamento” es fácil porque no implica ningún dolor por nuestra parte; ningún
pago; sólo son palabras vacías.
El propósito de regresar a la escena del crimen es experimentar el dolor real que le
causamos a la víctima de nuestra fechoría. Si le pedimos sinceramente a la Luz que
nos permita sentir ese dolor, realmente lo sentiremos. Y ese dolor que sentiremos
será el dolor que se le está quitando a la persona que hemos lastimado, aun cuando
lo hayamos hecho hace décadas. Este traspaso del dolor de la víctima al culpable
restaurará el equilibrio en el universo.
Existe un segundo aspecto, pero no menos importante, en el concepto de regresar.
Al regresar a la transgresión original, podemos hacer uso del Zóhar o el Shabat o
Rosh Hashaná, ocualquiera de las numerosas herramientas que el Camino del
Kabbalísta nos brinda, para eliminar el rasgo egocéntrico que nos hizo actuar de esa
forma.
¿Cómo sucede algo así?
Si somos sinceros—genuina y absolutamente sinceros—en nuestro deseo de eliminar
para siempre ese rasgo molesto, las herramientasde la Kabbalah activarán la Luz,
que a su vez iniciará un cambio en nuestra conciencia. Cuando experimentes este
cambio por ti mismo, sentirás y conocerás el poder y la magia de la Kabbalah.
Y he aquí lo asombroso: una vez que este rasgo negativo se erradica, dejamos de ser
opuestos a Zeír Anpín o al Reino del 99%. Ese rasgo que causa la repulsión entre la
Luz y nosotros deja de existir. ¿Y sabés qué? Ahora la Ley de Atracción funciona a
favor nuestro y nos acercamos más a la Luz.
Ésto nos lleva hacia otro sendero profundo sobre la palabra Arrepentimiento y el
verdadero significado de regresar. La Letra Final del Tetragrámaton, HEI
(Maljut/Tierra/1%) regresa súbitamente a la Vav (Zeír Anpín/99%) y se reconecta con
ella puesto que han dejado de ser diferentes. Entonces la energía espiritual se libera
y fluye hacia nosotros de nuevo, y el Nombre de Dios (la realidad verdadera) queda
unificado respecto a esa área particular de nuestras vidas. (Ver imágen en
Comentarios).
*El Camino del Kabbalísta. Yehudá Berg.*