3.1 18 Melodía - Contenido Rítmico

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18 Elementos de la melodía – Contenido Rítmico

La definición de melodía ya la conoces desde el capítulo 11 del curso básico


para componer canciones pero no está de más repasarla para tenerla bien
presente en la memoria.

 Una melodía es un conjunto de sonidos consecutivos a diferentes alturas


de entonación y diferentes valores rítmicos que, combinados con
silencios, crean una entidad propia dentro de un contexto sonoro
adquiriendo un significado que podemos comprender.
Podemos usar otros términos para referirnos a una melodía como: Línea
melódica, bloque melódico, tema o canción, aunque este último es más
correcto cuando nos referimos a letra y melodía juntas.
Toda melodía contiene tres elementos básicos ritmo, entonación y contorno
melódico. Así que en los próximos capítulos vas a aprender cada uno de estos
elementos individualmente y ahora empezaremos con el contenido rítmico.

CONTENIDO RÍTMICO
El ritmo nos define el movimiento musical. La combinación de los distintos
valores rítmicos de las notas interpretados dentro de una métrica y siempre a
una velocidad constante nos hará sentir que la melodía fluye, que camina y
avanza nota a nota.
Dentro de la frase te he citado los dos elementos fundamentales para que una
melodía funcione correctamente:

 La velocidad de ejecución o TEMPO que nos vinculará directamente a


las sensaciones y emociones. Los tempos o velocidades lentas nos
evocan calma, quizá tristeza o relajación y bienestar. Por otro lado, los
tempos rápidos nos evocan energía, felicidad, excitación o nerviosismo.

Cualquier variación que se realice en la velocidad de la melodía afectará


a su carácter y le hará cambiar. Un ejemplo muy claro lo puedes ver en
ciertos finales de canción donde se produce un Ritardando o freno que
hace reducir la velocidad de ejecución hasta finalizar. Esto, que puede
durar unos compases provocará en el espectador una sensación de
relajación en el movimiento y le invitará a esperar el final de la canción.

 La MÉTRICA o compás es el que nos dividirá los pulsos de una pieza


musical en partes iguales con sus diferentes intensidades, fuertes y
débiles. A su vez, la métrica nos proyectará el movimiento hacia
adelante si el compás es binario y cuaternario, o nos creará un
movimiento circular si es ternario, más ligero en su proyección.
El ritmo es la forma más básica del movimiento musical, no requiere de
entonación para que funcione y lo podamos percibir. Tan solo tienes que
realizar una figura rítmica palmeando tus manos o tocando un tambor, por
ejemplo, para sentirlo y seguirlo. Así pues, el Contenido Rítmico es la suma
de todos los valores rítmicos que tiene una frase musical
Contenidos rítmicos hay de dos tipos: SIMPLES donde se juega con valores de
media y larga duración tanto en notas como en silencios o combinaciones
sencillas con valores más breves, pero que siempre marcan el peso del tiempo.
Fíjate en este ejemplo.

Y COMPLEJOS donde la el uso de figuras rítmicas de menor valor se combina


con síncopas y contratiempos que hace mucho más activa la melodía. Observa
este ejemplo.

Este podría ser el contenido rítmico de una melodía en estilo Funk, por
ejemplo.

TIPOS DE INICIOS Y FINALES


Como ya sabes, una frase melódica se divide en partes más pequeñas hasta
llegar al motivo. Un motivo es un grupo melódico que contiene un dibujo rítmico
particular el cual nos lo da el conjunto de los valores rítmicos que poseen sus
notas y silencios.
Repasando conceptos del curso anterior podemos ver que un motivo puede
iniciarse de tres modos distintos:

 Tético – Se inicia en el primer tiempo del compás


 Anacrúsico – Se inicia antes del primer tiempo del compás
 Acéfalo – Se inicia después del primer tiempo del compás
Del mismo modo los finales pueden ser do dos tipos

 Masculino o Fuerte – Cuando la última nota ataca en el primer tiempo


del compás.
 Femenino o Débil – Cuando la última nota ataca en cualquier otro
momento del compás.
Aquí tienes un esquema con las cinco opciones.

PROYECCIÓN O FRENO
Un grupo de notas cortas seguida de una nota larga nos ofrece dos
sensaciones según su colocación.
Si las notas cortas están situadas antes del final de un compás verás que estas
tienen una clara tendencia a resolver sobre la nota larga del compás siguiente.
Se proyectan hacia su objetivo. Mira este ejemplo.

Por otro lado si las notas cortas se sitúan al inicio del compás seguidas de la
nota larga, se obtiene una sensación de freno puesto que no hay proyección
hacia el siguiente compás y más si en este hay cambio de acorde. Observa
este ejemplo con las mismas notas pero colocadas de forma distinta.
Ninguna es mejor que la otra, simplemente te doy a conocer las dos opciones
para que las uses conscientemente cuando lo consideres oportuno.
MOTIVOS REGULARES E IRREGULARES
Un motivo melódico es regular o irregular en función de si el valor total de sus
notas y silencios ocupan completamente o no un bloque de cuatro tiempos. O
bien los ocho tiempos de un motivo estándar de dos compases. Se calcula
desde que suena la primera nota del motivo A hasta que oyes la primera nota
del motivo B. Fíjate en este ejemplo de motivos regulares.

En este caso ambos motivos suman los ocho tiempos correspondientes. Es


indiferente si empiezan en anacrusa, a tempo o son acéfalos. Lo esencial es la
suma.
Un motivo es irregular cuando la suma de sus notas es inferior o superior a los
ocho tiempos de un motivo estándar. Cuando el segundo motivo empieza antes
de concluirse los 8 tiempos del primer motivo, nos dará acústicamente una
sensación de prisa, de anticipación; vamos, que quiere entrar lo antes posible.
Observa este ejemplo donde el segundo motivo se anticipa un tiempo y medio.

Al contener el primer motivo menos de los ocho tiempos que le corresponden la


sensación, a la entrada del segundo motivo, es de anticipación, de prisa por
entrar.
Por otro lado, cuando el segundo motivo entra más tarde se percibe una
sensación de relajación, como si entre un motivo y otro hubiera tiempo para
respirar. Observa ahora este otro ejemplo donde el segundo motivo entra en el
tiempo once.

Se puede percibir perfectamente la respiración y relajación que hay entre el


primer motivo y el segundo.
REPETICIÓN O NO DE PATRONES RÍTMICOS
Se entiende por repetición de un bloque rítmico cuando una unidad,
independientemente de los tiempos que sume, se reitera de forma exacta o
ligeramente modificada. Hay dos formas de repetir patrón, de modo
consecutivo o alternado. Por ejemplo, fíjate en la estrofa de Sk8er Boy de Avril
Lavigne el primer, segundo y tercer compases son idénticos rítmicamente y van
consecutivos. El último es el que contiene la variación.

En el tercer compás se produce una síncopa que también está implícita, por la
pausa a la derecha, en los compases 1 y 2, así que se considera repetición.
Una muestra de repetición alternada la podrías encontrar, por ejemplo, en la
estrofa de la canción Jive Talkjin´de Bee Gees.

El optar por la repetición de un patrón o unos patrones rítmicos en la melodía,


ya sea de forma consecutiva o alternada, darán una mayor sensación de
unidad melódica. Resultará más sencilla de entender para el oyente y ayudará
a que la retenga en su memoria.
La no repetición de patrones rítmicos en la melodía hace que los constantes
cambios que contenga la convierta en ligeramente más compleja y difícil de
memorizar, con lo que requerirá que el oyente la escuche diversas veces antes
de asimilarla y aprenderla. A pesar de ello siempre encontraremos alguna
similitud entre bloques por pequeña que sea.
Aquí tienes un fragmento de la estrofa de September Grass. Canción de
James Taylor donde, como puedes ver, los patrones rítmicos de la línea
melódica son bien distintos

A pesar de no repetirse los patrones rítmicos siempre encontrarás algún


elemento que ayudará a buscar una relación entre ellos. En este caso puedes
ver que los tres primeros patrones se inician en anacrusa.
En el siguiente capítulo aprenderás el segundo elemento de una melodía, el
contenido interválico.

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