Apiguaiki Tumpa

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Acto I

Escena 1

Relato: existen hombres señalados por Tupa, cuyo destino está atado a la grandeza de su
nombre. Apiguaiki Tumpa susurran los ríos y el viento que recorre por las casas de nuestro
pueblo. Su madre fue esclava en la hacienda de un karai llamado Manuel Sanchéz, ella le
enseño nuestros cantos y leyendas, también le enseñó que su destino era ser libre. Nadie
sabe con exactitud quien fue su padre, aunque bien podría ser el hijo de Tupa. Vio morir a
su madre y juró pelear contra el caray hasta ver a su pueblo libre. Fue criado con los sabios
de su pueblo aprendiendo a sanar con las plantas que la tierra regala a sus hijos.

Esta historia empieza cerca de Cuevo con el mburuvicha ofreciendo una velada a su pueblo
para anunciar a Güaracota en compromiso de unión matrimonial. En medio de la guerra
entre el pueblo y los guaraníes se escucha la música que desafía a la muerte.

(Suena una canción y entran los guaraníes bailando)

Escena 2

mburuvicha: mi hija, la primera luz de la mañana, Aranderay, hoy te entrego a este noble
guerrero, valiente cazador Güaracota. Que Tupa bendiga su unión, que seas fructífera
Aranderay y tus hijos llenen las tierras sin mal en la Loma Santa.

Aranderay: gracias papá

Güaracota: gracias mburuvicha

(Apartados de todos)

Melchor: puede explicarme?

Apiguaiki: el mburuvicha está dando los votos de unión de Aranderay y Güaracota

Melchor: gracias

Apiguaiki: gracias a usted coronel, me alegra haber firmado la paz entre nuestros pueblos

Melchor: ha sido un gran paso para la unión entre la República de Bolivia y el pueblo
Guaraní

(se acercan Ayemoti y Güaracota)

Ayemoti: Apiguaiki vas a tener que darle una poción especial a Güaracota por si no
puede…

Güaracota: silencio! Un guerrero como yo jamás se queda sin flechas


Apiguaiki Tumpa: pero con el tamaño de esas flechas yo aceptaría este regalo, estás yerbas
han hecho crecer nuestro pueblo como no te imaginas.

Güaracota: nunca está demás

Apiaguaiki: lo que le dijo Ayemoti

Melchor: gracias, creo que entendí

Ayemoti: coronel

Güaracota: Coronel

Melchor: soldados! Felicidades Güaracota

Güaracota: gracias Coronel

(se acerca Aranderay)

Aranderay: de qué hablan estos guerreros?

Ayemoti: aconsejamos a Güaracota a ser buen marido

Aranderay: Ayemoti, un joven que hasta hoy no se anima a declarársele a Yateiresa y


Apiguaiki, nuestro noble líder que no ha conocido mujer que pueda enamorarlo. Qué
pueden enseñarle a mi esposo?

Apiguaiki: sin duda a obedecer a su mujer

Aranderay: ahora me puedo llevar a mi esposo, porque supongo que nuestro gran líder ya
no lo necesita después de haber firmado la paz con los karai

Ayemoti: ni el Teniente Simón Sanz pudo llevarse al gran cazador Güaracota y Aranderay

Apiguaiki: supongo que así caen los guerreros, Ayemoti

Güaracota: me declaro felizmente prisionero de guerra

(salen los dos novios y se acerca el mburuvicha Mburubicha )

Mburubicha: será que al final el amor le llegará a nuestro Capitan Grande?

Apiguaiki: la mburuvicha me pregunta si ahora ya me casaré. Ahora que estamos en paz tal
vez encuentre alguna mujer, mburuvicha

Mburuvicha: Coronel
Melchor: Mburuvicha, un placer saludarle

Ayemoti: tal vez quiera casarse con otra hija suya

Mburubicha: tal vez algunos soldados hablan mucho…cree de verdad Apiguaiki que la
guerra con el hombre blanco ha terminado? (mirando fijamente al coronel Melchor)

Apiguaiki: se comprometieron delante del Fraile Romualdo d’Ambroggi. Si creen en Dios


honrarán su palabra

Mburubicha: cree que el hombre blanco tiene fe en su corazón? Si hay algo en el corazón
del hombre blanco es la ambición de poseerlo todo. Pasado mañana mi hija vuelve a
trabajar donde el corregidor y le ha escuchado hablar de extender las tierras para su ganado
por todo Ñumbite. Todo el mundo no es tan grande para llenar ese vacío que tienen
Apiguaiki.

Apiaguaiki: mburuvicha no está del todo convencido de la palabra del caray coronel,
comprenderá que razones tiene.

Melchor: le entiendo, mi gente en los pueblos tampoco cree que la paz sea duradera, pero
prefiero apostar por la nobleza de los que nos estrechamos la mano Apiaguaiki

Apiguaiki: jamás hui de la guerra mburuvicha pero la paz es necesaria para nuestros dos
pueblos. Estoy seguro que honraran su palabra y podremos vivir en paz

Ayemoti: el hombre blanco ya ha visto el poder de Apiguaiki

Mburubicha: si algo pasa ahí estaremos los pueblos al lado de nuestro capitán grande
apiguaiki. Si algo pasará nuestros pueblos estarán al lado del capitán grande, Apiaguaiki

Apiguaiki: lo sé mburuvicha

Mburubicha: ahora quiero presentarte al capitán de Caruruti, Guatinguay. Ha relevado a su


padre en el cargo y ahora dirige las tropas, él quería conocerte

(se acerca Guatinguay)

Guatinguay: es un honor conocer al hombre que ha despertado a todos los pueblos mi


capitán, mi padre que ya no puede pelear ha contado muchas historias de usted en combate
y de lo grande que es su sabiduría

Apiguaiki: el honor es mío Guatinguay, tu padre fue un gran guerrero.

Ayemoti: (al coronel,) Guatinguay no es muy amigo de los caray, ahora le dice a
Apiaguaiki lo mucho que le admira
Guatinguay: tenemos tropas listas ya que todos los días entrenamos, líder

Apiguaiki: tu gente ha peleado bien y ahora es tiempo de sembrar y cosechar en nuestras


tierras Guatinguay

Ayemoti: ahora le dice que es tiempo de guardar las tropas, estoy seguro que Guatinguay
obedecerá a Apiaguaiki

Mburubicha: Apiguaiki cree en la palabra del hombre blanco Guantinguay

Guatinguay: mi padre siempre creyó en usted Apiguaiki, no tengo porque dudar yo


(mirando a todos y al coronel)

Ayemoti: brindemos porque sea un nuevo tiempo de paz entre nosotros y los hombres
blancos

Todos: salud

(Salen todos)

Escena 3

(Ingresa doña Marta con Leonora Sanchez la hija de don Manuel Sanchez junto con la
criada Yateiresa)

Yateiresa: el camino es seguro señoras, hace mucho que mi pueblo y su pueblo ya no están
en guerra

Marta: gracias Yateiresa…no sé cómo tu padre le gustaba vivir aquí en la jungla lejos de la
ciudad

Leonora: podrías disfrutarlo un poco mamá, todo es tan verde y puro aquí

Marta: y lo peor es que estos indios han plagado todas estas tierras y no sabemos si son
confiables

Leonora: mamá! Qué vergüenza! La gente de Yateiresa son personas muy interesantes,
tienen conocimientos de muchas artes y tienen cuentos acerca de la vida que ayudan a
entender su mundo

Marta: perdón pero si tu compromiso arreglado con don José Martinez no fuera tan
importante, no habría dejado que vengas a estos lugares.

Leonora: pero mamá yo ni siquiera lo conozco!

Marta: eso no impide que seas una buena esposa, no es necesario conocer al hombre todos
son iguales, pero este hombre tiene la segunda hacienda más grande de estas tierras y los
hijos de ustedes tendrán las tierras más grandes de toda la región. Eso querida hija no te lo
da cualquier hombre. La amistad con este hombre es la mejor herencia que nos dejó tu
padre

Leonora: pero ni siquiera sabré como hacerle feliz

Marta: esa es la parte fácil Leonora, dale hijos y conviértete en alguien muy complaciente

Leonora: mamá!

Marta: además no te preocupes que tu padre ya le envío una foto tuya y al parecer don José
quedó impresionado.

Yateiresa: Señora! Llegó don José

(don José ingresa y el corregidor de Ñembuti)

Melchor: buen día señoras

Corregidor: buenos días señoras

Don José: señoras sean bienvenidas a la hacienda de la familia Martinez, doña Marta, un
placer y usted debe ser Leonora

Leonora: mucho gusto

Marta: es un poco tímida

Don José: veo que los rumores de su belleza quedan cortos Leonora…un mujer que es
hermosa y no habla…parece, Melchor que me he sacado la lotería

Marta: don José estoy segura que harán una hermosa pareja, mi hija está decidida a cumplir
con el convenio que hizo su padre

Don José: y yo a no defraudarle…sé que puede parecer un poco intimidante venir a estar
con un hombre como yo Leonora, pero no se preocupe, verá que soy fácil de complacer, el
capitán y yo nos retiramos, siéntanse en casa por favor. Yo debo arreglar unos asuntos con
el corregidor

Corregidor: cosas de hombres, lo bueno es que esta noche celebramos su llegada con fiesta

(Salen los 3)

Marta: espero que entiendas lo mucho que tu madre necesita esta unión Leonora

Leonora: lo sé mamá
Marta: entonces podrías mostrar un poco más de compromiso con don José, mira que
después de la sequía necesitamos los fondos que mueve ese hombre

Leonora: no creo que el amor pueda fingirse mamá

Marta: amor? Si piensas en esas tonterías de novelas no podrás estar casada nunca.

(sale Marta)

Yateiresa: se siente bien señora?

Leonora: Yateiresa, no sé si debo casarme

Yateiresa: entonces no lo haga

Leonora: no es tan fácil deshonrar a mi familia de esta manera. En tu pueblo se casan por
amor?

Yateiresa: en mi pueblo somos libres de amar, tal vez en el fondo no somos tan diferentes,
solo que nosotros le hacemos caso al corazón y ustedes a la cabeza.

Leonora: ambas cosas me traicionan, ni siquiera sé que es el amor, Yateiresa

Yateiresa: Ayemoti es un guerrero de Apiguaiki Tumpa, me gusta ver como maneja el arco
y la flecha aunque él sabe que me gusta, hasta ahora no se anima a decirme nada. A veces
sueño con cocinarle algo rico con carne que él traiga y curar las heridas que a veces se hace
cuando sale a cazar o pelear. Creo que el amor debe ser algo parecido señora

Leonora: suena bonito, ojalá llegue a sentir eso de don José

(Llega Aranderay)

Aranderay: Yateiresa, señora

Yateiresa: llegas tarde Aranderay, ya han comenzado a tomar los señores

Aranderay: paso entonces?

(sale don José y se encuentra con Melchor)

José: creo que te va a costar limpiar Aranderay, el corregidor está ebrio hasta los pies

Melchor: nosotros vamos al regimiento a visitar a los soldados que han llegado del ejército
boliviano, ustedes por favor esperen dentro de la casa, ahora que hemos firmado la paz con
los guaraníes podemos estar seguros don José

José: su madre viene con nosotros, quiere conocer al fraile del pueblo, perdón el desorden
Leonora: gracias don José

Melchor: vamos ya don José, no se ha casado y ya pide perdón, es un mal ejemplo para los
hombres

Marta: ya vuelvo hija, por favor no salgas a ninguna parte

(Se van todos)

Yateiresa: Aranderay se casó recientemente con Güaracota, un guerrero de mi pueblo. Ella


espero mucho tiempo a que él vuelva de la guerra junto con Apiguaiki. Él le prometió que
de volver se casarían y así lo hizo. Ha sido la primera boda del pueblo nuestro desde que
estamos en paz.

Leonora: se la ve feliz Yateiresa… mi madre se casó con mi padre, Manuel Sánchez,


porque así su familia saldría de la pobreza que había golpeado al país durante tantos años.
Nunca le escuché decir nada bueno de mi padre, aunque sé que mi padre haría lo que sea
por mí, no sé si haría lo mismo por mamá. Yo quisiera una historia de amor como la de tu
pueblo, pero parece que tendré una historia como la de mis papás

Yateiresa: no pierda la fe señorita Leonora, si usted le pide a Tupa que nos ve desde el cielo
con mucha fe un puede llegar a conocer el verdadero amor.

Leonora: funciona?

Yateiresa: no sé, pero todas las noches le pido por el despistado de Ayemoti, que me vea de
una vez y me haga su esposa

(Mientras ríen se escucha de adentro de la casa los gritos de Arenderay y luego un fuerte
golpe…sale el corregidor con las manos manchadas de sangre)

Yateiresa: qué le hizo

Corregidor: escúchame bien india, le di a tu amiga la oportunidad de estar conmigo y me


rechazó y ahora está muerta por tonta. Voy a darme una ducha y cuando vuelva ese cuerpo
no debe estar aquí

(yateiresa entra llorando)

Leonora: usted es un animal! El capitán Melchor lo sabrá

Corregidor: y qué me van a hacer señorita? Usted cree que alguien le importan de verdad
estos indios, Melchor ha venido desde La Paz a entregarnos más tierras y sacarlos de una
vez de esta región

(el corregidor se va y sale Yateiresa)


Yateiresa: él la mató!

Leonora: tranquila vamos a ver qué hacer, si le decimos a don José…

Yateiresa: no se ofenda señorita pero su gente es la peor, el corregidor tiene razón, esas
tierras se la van a dar a su novio. Debo avisarle a Apiguaiki lo que le hicieron a la hija del
Mburuvicha, usted quédese aquí

Leonora: no soy novia de ese señor y no te voy a dejar sola.

Relator: se rompió la paz por la vileza de un hombre blanco y mientras el cuerpo de


Aranderay yacía en las tierras de los karai los guaraníes miraban de frente su inevitable
destino. Sonaban tambores de guerra pero ahora ellos tenían a su hombre escogido, su
mesías, Apiaguaiki Tumpa

Acto II

Escena 1

(Están Leonora, Yateiresa, Mburuvicha y Apiguaiki)

Yateiresa: lo siento Mburuvicha, no pude defenderla

Mburuvicha: no es tu culpa hija, es culpa del hombre blanco

Apiguaiki: quién es ella

Leonora: mi nombre es…

Mburuvicha: te atreves a hablar en mi tierra, karai? La pregunta fue a Yateiresa

Yateiresa: es Leonora, la prometida de don José

Mburuvicha: no deberíamos devolver el favor a tu gente y matarte como lo hicieron con mi


hija?

Leonora: perdón por favor

Mburuvucha: silencio!

Apiaguaiki: no vamos a matarla, no somos como ellos, no voy a romper la paz hasta no
saber lo que pasó Mburuvicha

Mburuvicha: paz? No hay paz entre el hombre y la bestia Apiguaiki

(Ayemoti y Guatinguay ingresan con el corregidor arrestado ante el Mburuvicha y


Apiguaiki)
Mburubicha: dónde está mi hija corregidor

Corregidor: si me tocan la paz se acaba

Mburubicha: dónde está mi hija!

Corregidor: Apiguaiki firmaste una tregua, no vas a violar nuestro pacto, sabes la sangre
que costará

Guatinguay: te atreves a hablar de paz con tus manos manchadas de sangre?

Ayemoti: yo mismo te clavaría mi cuchillo pero prefiero que el Mburuvicha lo haga

(entra Güaracota)

Güaracota: maldito Karai

Corregidor: si me tocan Apiaguaiki ya no habrá paz para tu gente

Apiguaiki: violaste y mataste a una de las nuestras, y vienes a mi tierra a ofrecerme la


sangre de mis hermanos? No corregidor, no violé la paz, porque no puede haber paz entre el
hombre y las bestias

(Güaracota se avalanzó sobre el corregidor y lo mató, los soldados sacaron el cuerpo


inmediatamente)

Apiguaiki: qué todos los pueblos sepan que no hemos derramado sangre inocente, sino que
el hombre blanco ha entrado a nuestra tierra para matar y violar. Si quieren guerra entonces
van a conocer el poder de la unión de nuestra gente.

Guatinguay: nuestra gente está lista, ahora mismo debemos mandarle un mensaje a los karai
con el cuerpo sin vida de esta mujer

Apiguaiki: no! No somos como ellos, la sangre que derramamos no es por odio al blanco,
sino por amor a nuestra tierra, Guatinguay

Mburuvicha: llamen a todos los capitanes de todas las tierras, Güaracota no es necesario
que tú pelees

Güaracota: todo lo que tenía para vivir me lo han quitado, voy a pelear al lado de Apiguaiki

Guatinguay: mi gente estará con ustedes

Ayemoti: mi gente peleará con Apiguaiki como siempre


Apiguaiki: guatinguay vas a acompañarnos a tomar Ñembeti y los demás a atacar las
haciendas que están cerca. Esta señora se quedará con nosotros hasta que pase el conflicto,
nadie va a tocar su vida

Relator: la rabia, el honor y el valor se mezclan y los guerreros guaraníes se levantan de la


tierra para gritar por su libertad, por su dignidad

Güaracota: mi lanza es tuya Apiaguaiki

Relator: sus rostros están llenos de ira, el corazón del pueblo arde y todos miran a su líder
para avanzar al frente.

Ayemoti: mi arco y flecha son tuyos Apiaguaiki

Relator: su sangre será la ofrenda para la tierra que les vio nacer, para ver un mañana con
un pueblo libre

Guatinguay: mi lanza es tuya Apiaguaiki

Relator: mientras duerme el caray han salido de caza los hijos de Tumpa. Se mimetizan en
la noche y atacan

(todos empiezan a alistarse para la guerra y Leonora se acerca a Apiaguaiki)

Escena 2

Leonora: por favor tiene que dejarme ir, mi madre me espera

Apiguaiki: usted es la prometida de don José, amigo del corregidor, si en algún momento
necesito intercambiar vidas, la suya será importante

Leonora: por favor esto no es de todos los blancos fue solo ese terrible hombre, si usted no
me suelta las cosas pueden empeorar

Apiguaiki: las cosas van a empeorar señorita, estas no son sus tierras, y por más que finjan
que pueden vivir con nosotros, al final solo quieren tomar los bosques y convertirlos en
cenizas, no somos iguales, no podemos vivir juntos.

Leonora: y yo qué voy a hacer

Apiguaiki: se va a quedar conmigo, y estos hombres solo van a respetar su vida si la ven
aquí

Escena 3

Relator: esos días el pueblo guaraní tomó haciendas que estaban cerca de Ivo mientras
alistaban dar un golpe al tomar la misión de Santa Rosa de Cuevo. Los tambores de guerra
sonaron una vez más en el chaco pero esta vez el pueblo guaraní tenía al elegido de Tupa
para pelear por ellos, un líder que se levanta para salvar a su pueblo. Todos creían en él,
todos y mucho más Guatinguay cuyos padres esperaron por siempre la llegada de un
elegido que daría libertad a su nación y los guiaría a la tierra sin mal. Peleaba con ferocidad
destruyendo las haciendas del hombre blanco por amor a su pueblo.

(guatinguay ingresa con bolsas donde tiene cabezas de los hombres blancos que ha matado)

Guatinguay: por apiaguaiki y nuestro pueblo!!

Apiaguaiki: no! No somos así, sus muertos deben permanecer en su suelo. Defendieron con
sus vidas lo que creen merecen respeto, Guatinguay

Güaracota: mataron a arenderay como un animal!

Ayemoti: y Apiguaiki pelea por ella también, pero no así. He visto como el hombre blanco
ha sido cruel, pero creo que somos diferentes

Apiaguaiki: nuestro siguiente paso será tomar la misión de santa Rosa. Guatinguay te vas a
quedar a cubrir las bases

Guatinguay: está bien Apiaguaiki

(se retiran apiaguaiki y los demás)

Guerrero 1: qué vamos a hacer capitán Guatinguay, nos vamos a quedar aquí?

Guatinguay: si Apiguaiki fracasa estaremos atentos para ir a atacar

Guerrero 1: pero dijo que no nos metamos

Guatinguay: si es el elegido ganará esta guerra, pero si no, nuestros padres creyeron en un
mentira

Guerrero 1: cree usted que Apiguaiki no es el elegido?

Guatinguay: lo único que sé es que alguien que respeta tanto la cultura de esa gente asesina
no puede ser el elegido por Tupa

(Salen los dos)

Escena 4

(está Apiaguaiki vendándose e ingresa Leonora)

Leonora: debería apretar más en la parte de arriba de la herida


Apiaguaiki: usted sabe de medicina?

Leonora: mi tía era enfermera y me enseñó a hacer un buen vendaje

Apiaguaiki: va a cubrir las heridas que hace su pueblo?

Leonora: me contó Yateiresa que no le gustó lo que hizo Guatinguay, por qué?

Apiaguaiki: porque actuó como el hombre blanco, con crueldad y sin justicia

Leonora: entonces los hombres blancos quizás no sean el problema, si no los hombres. Tu
gente te admira y te sigue, porque no eres como Guatinguay, mi gente hace las cosas mal,
pero no todos son malos, hay gente como Guatinguay y hay gente como tú

Apiaguaiki: cuando era niño mi madre trató de huir de la hacienda de Manuel Sanchez y
cuando él nos capturó la azotaron tanto que murió, delante de mí. Me críe con ancianos de
mi pueblo que eran curanderos pero siempre supe que mi destino estaba ligado a traer la
paz entre blancos y guaraníes. Odio lo que le hicieron a mi madre y no quiero que mi
pueblo sufra más, pero aún Guatinguay solo actúa con crueldad porque es débil, no lo
justifico pero lo entiendo, si hubiera aprendido que la justicia viene de Tupa, yo mismo con
mi espada cortaría la cabeza de cada blanco que viera en mi camino.

Leonora: cómo dijiste que se llamaba el dueño de la hacienda donde trabajaba tu madre?

Apiaguaiki: Manuel Sanchez, por qué, lo concoes?

Leonora: por favor Capitán no se agite para que su brazo se mantenga fuerte.

(Apiaguaiki se queda mirándola)

Apiaguaiki: usted se va a casar con don José?

Leonora: es la voluntad de mis padres

Apiaguaiki: y la suya no?

Leonora: no dije eso, pero me cuesta un poco entender el matrimonio, siempre creí en las
historias de amor

Apiaguaiki: no lo ama

Leonora: es importante?

Apiaguaiki: amo mi tierra, ella me da el sustento de cada día, en ella encuentro medicina y
agua, daría mi vida por ella. Me parece difícil creer que amar no sería algo importante en
una pareja.
Leonora: no creo que me amen así

Apiaguaiki: don José debería amarla así

Leonora: por qué, usted cree que soy digna de ser amada así?

Apiaguaiki: eres como la lluvia que cae en la tierra para dar refrescar el día, es lo que yo
diría, en mi tierra sería Amaru

(entra Yateiresa)

Yateiresa: capitán están todos listos para ir a la misión de Santa Rosa

Apiaguaiki: permiso Leonora

(Apiaguaiki sale)

Yateiresa: el capitán es un hombre especial

Leonora: lo sé, habla de su tierra con mucha pasión

Yateiresa: de todos los hombres guaraníes que pudiera usted fijarse él es su peor opción, no
puede casarse

Leonora: no, yo…

Yateiresa: tranquila, no conozco mujer que no quisiera estar con él, pero dudo que deje la
guerra para formar una familia

Leonora: habla tan bonito, me dijo Amaru

Yateiresa: Amaru? Quiere decir lluvia, parece que nuestro capitán está enamorado

Leonora: de todas las cosas malas que pudieron pasar a mí pasan de la peor forma, le pedí a
Tupa que me mostrara qué es el amor y me hizo enamorarme de un hombre doblemente
prohibido, prohibido por su vocación y prohibido por mi pasado

Yateiresa: qué dice?

Leonora: soy la hija de Manuel Sanchez, Yateiresa, el hombre que mató a su madre

Yateiresa: por Tumpa. pero él sabe eso?

Leonora: no lo sabe, pero no tardará en enterarse

Yateiresa: esperemos que tarde, señorita

(Salen todos)
Escena 5

Relator: los escudos del pueblo se rompieron, las flechas no pudieron contra el hombre
blanco en la Misión de Santa Rosa. Apiaguaki y su gente han ido a refugiarse en Kuruyuki
y el ejército de los karai está cercando a todos. Los héroes han caído en esta batalla, pero la
convicción de ser libres no se agota, en cada uno nace el fuego que no puede apagarse
jamás, es el Jenecherú, el fuego vivo que nace en el corazón guaraní, que anhela su libertad
y su tierra, una tierra sin mal

(ingresa don José con doña Marta y Melchor)

José: estamos haciendo lo que está en nuestras manos para rescatar a Leonora

Marta: mi hija, qué le habrán hecho

Melchor: me temo que si está con Apiaguaiki su hija está muerta señora, el jefe de los
guaraníes es el hijo de la empleada que don Manuel Sanchez mató hace años cuando
escapaba

Marta: pero ella no tiene la culpa

José: esos indios son como animales, no disciernen entre la rabia y la justicia, mire lo que le
hicieron al corregidor

(Los soldados ingresan con Guatinguay)

Soldado 1: capturamos a este capitán Coronel Melchor

Melchor: bien hecho soldado, los demás dónde huyeron

Soldado 1: no ha querido hablar señor

José: ustedes tienen a Leonora, dónde está

Guatinguay: ustedes quieren a Apiaguaiki, su novia está con él, les voy a decir dónde están
pero déjenme, ni yo ni mi gente seguirá en esta guerra. Ya no seguiremos a Apiaguaiki

Melchor: qué dice?

Soldado 1: que Apiaguaiki tiene a su novia don José, que si quieren tenerlo a él, él les
ayudará

Guatinguay: apiaguaiki, nos engañó, él no busca la libertad de nuestro pueblo

Soldado 1: dice que se siente engañado por apiaguaiki


José: si cumples tu palabra te vamos a dejar en paz, pero si nos engañas vas a sufrir como
no te imaginas

Melchor: dónde se han refugiado todos

Guatinguay: todos se fueron a Kuruyuki, cerca de Ivo, si Apiaguaiki escapa de ahí se irá a
mi tierra y yo los entregaré

Soldado 1: se fueron a Kuruyuki, ahí está surefugio, solo que hay que ir a tomar kuruyuki y
cuando escapen este guaraní los entregará

Melchor: junten a todos, vamos a ir a Kuruyuki, quiero todos los soldados

Marta: por favor traigan a mi hija

Melchor no se preocupe señora, vamos a traer a su hija

Acto III

Escena 1

Relator: kuruyuki, su nombre tiene manchas de sangre inocente, su historia es sobre


valentía y honor, pero también dolor. Desde que el hombre blanco piso estas tierras, todo
gime para ser librado de su codicia y avaricia. Sus ojos vacíos de amor solo piensan en el
oro y darían su alma para conseguir más. Los ejércitos de Bolivia cercaron Kuruyuki al
mando del coronel Melchor y atacaron la fortaleza de hombres libres. Las muertes se
cuentan por centenas, las familias lloran y alguno que han sobrevivido huyen de aquel
lugar. Apiaguaiki junto a sus amigos están a salvo, pero la sombra del karai cubre toda la
tierra.

Escena 2

(Están los jefes guaraníes reunidos en Caruruti)

Apiaguaiki: hay muchos muertos, debemos rearmarnos aquí y atacar mañana

Mburuvicha: no! Ya no tienes fuerza Apiaguaiki, es tiempo de buscar aliados por todo
nuestro territorio, debes ir y juntar a todas las familias y los pueblos y levantar al guaraní
como si fuera un solo hombre

Apiaguaiki: no los voy a dejar solos

Güaracota: ellos te quieren a ti amigo, debes irte

Ayemoti: nosotros daremos la vida por esta tierra así tendrás tiempo de armar el ejército
Apiaguaiki: mburuvicha, quiero que lleves el mensaje del pueblo guaraní a todas las
naciones de nuestra familia. No habrá paz con el hombre blanco, somos una familia, somos
una nación y donde quiera que el sol se ponga somos la sangre derramada por amor a
nuestra tierra. Aquí nace el jenecheru, el fuego de libertad que nunca ha de apagarse, y sus
llamas consumirán a todo aquel que intente ir en contra de nuestro pueblo. Siempre
hombres libres

Mburuvicha: los arcos de los hombres están contigo

(aparecen Yateiresa y Leonora vestidas como hombres)

Yateiresa: y los arcos de las mujeres también

Apiaguaiki: usteden no pueden pelear

Yateiresa: si no peleamos, todo lo que amamos va a morir

Leonora: mi gente se ha equivocado mucho, si de algo sirve mi vida que sea para proteger
esta tierra que tanto aman

Apiaguaiki: está bien Leonora

Leonora: no Leonora, Amaru

(salen todos menos apiaguaiki y Amaru)

Amaru: debo ver tu vendaje

Apiaguaiki: te equivocas Amaru, amas el viento que no puedes controlar, no puedo darte lo
que don José puede darte, no puedo amarte de esa manera.

Amaru: a veces la lluvia cae sobre la roca y a veces sobre la tierra con semilla, no te amo a
ti y a tu tierra por lo que me puedas dar, sino por lo que ahora veo al estar con ustedes

Apiaguaiki: si tuviera otra vida, si fuera otro tiempo te amaría como te mereces

Amaru: si hubiera otra vida, si fuera otro tiempo, sé que te volvería a amar

(entran todos con el ejército de Bolivia)

Melchor: no intenten nada, los tenemos rodeados

José: Leonora, ven aquí

Melchor: bajo la autoridad del territorio Boliviano arrestamos a todos los líderes de esta
insurrección, ya han combatido mucho Apiaguaiki, es tiempo de rendirse

José: mátelo coronel


Melchor: don José, ya han muerto muchos, no quiero más sangre

José: estos indios no se van a rendir jamás, si usted, los suelta, la insurrección seguirá

Mburuvicha: don José tiene razón coronel, mi pueblo jamás servirá a su pueblo

Apiaguaiki: cómo llegaron aquí

Guatinguay: lo siento capitán, era tu vida o la de todos nosotros

José: Leonora ven, no eres una de ellos Leonora, cuando sepan que tu padre es Manuel
Sanchez te van a matar igual

Apiaguaiki: qué! Tu padre es Manuel Sanchez?

José: no le contaste entonces?

Leonora: yo no soy mi padre, no soy como él

Apiaguaiki: sabías lo que le hizo a mi madre, me mentiste, eres exactamente como él, no
quiero verte más!

Melchor: llévenlos a todos y que sean juzgados

Relator: el dolor llena el corazón de Apiaguaiki, ahora el amor de su vida es hija del
hombre que más a odiado, el asesino de su madre, Manuel Sanchez. Lo sujetan los soldados
bolivianos todo parece haber acabado, el camino del héroe termina aquí.

Escena 3

(Están todos sentados a espera de su juicio, amarrados, entra Leonora a hablar con
Apiaguaiki)

Leonora: perdón! sé que debí decirte, pero yo no vivía con mi padre, no sabía lo que hacían
aquí. Solo quiero ayudarles he conseguido que el fraile del pueblo interceda por ustedes, si
se convierten y firman la paz solo serán arrestados, no serán fusilados, por favor solo
acepten lo que les piden

Apiaguaiki: me pides que deje mi pueblo?

Leonora: te pido que hagas lo posible para que tu pueblo viva

Apiguaiki: pensé que era nuestro pueblo

Leonora: solo quiero que vivas


Apiguaiki: te perdono Leonora, a ti y a tu familia, yo me voy a la tierra sin mal, ustedes se
quedarán en esta tierra, no es de mí de quien deberías tener pena

Leonora: pero no te veré más

Apiguaiki: tampoco me ibas a ver después de esto, aunque te perdonara, aunque todos
aceptaran esto, estamos lejos como las nubes de la tierra

Leonora: las nubes tocan la tierra a veces apiaguaiki, lo hacen con la lluvia

Apiaguaiki: si de verdad me amas y amas a mi pueblo, busca la paz entre el hombre blanco
y los guaraníes

(sale Leonora)

Escena 4

Melchor: han intercedido por ustedes, dejamos libre al mburuvicha, y a las mujeres, pero
los guerreros deben bautizarse y dejar las armas por la paz. Así solo serán arrestados
mientras que de lo contrario morirán ahora mismo

Güaracota: mi nombre es Güaracota, hijo de Tupa, jenecheru

Ayemoti: mi nombre es ayemoti, hijo de Tupa, jenecheru

Apiaguaiki: mi nombre es Apiaguaiki, hijo de Tupa, jenecheru

(los soldados apuntaron y dispararon)

Melchor: testigos han sido que hemos dado una oportunidad para que sean salvados, ahora
expongan sus cuerpos para que todos aprendan

Yateiresa: yo soy Yateiresa, hija de Tupa, jenecheru

Mburuvicha: soy mburuvicha de mi pueblo, hijo de Tupa, jenecheru

Guatinguay: soy Guatinguay, hijo de Tupa, Jenecheru

Leonora: soy Amaru, hija de Tupa, jenecheru

José: Leonora!

Marta: hija!

Soldado: señor, les disparamos?


Melchor: Apiaguaqui murió con la altivez de un gran caudillo. En cumplimiento de lo
dispuesto en la orden general, el cadáver debe permanecer expuesto en el patíbulo hasta el
día siguiente. Los disidentes pueden irse, pero no deben volver a estar tierras nunca

Relator: jenecheru, un fuego que nunca se ha apagado, un sueño de Iyambae, hombres


libres que viaja con el tiempo en cada guaraní que nace. La leyenda de Apiaguaiki se hizo
gigante como su nombre, Apiaguaiki Tumpa, y las canciones que se cantaron a su nombre y
el sueño de libertad que ayudó a forjar se hizo eterno. Ahora descansa en la tierra sin mal,
la tierra prometida para aquellos que Tupa escogió.

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