Apiguaiki Tumpa
Apiguaiki Tumpa
Apiguaiki Tumpa
Escena 1
Relato: existen hombres señalados por Tupa, cuyo destino está atado a la grandeza de su
nombre. Apiguaiki Tumpa susurran los ríos y el viento que recorre por las casas de nuestro
pueblo. Su madre fue esclava en la hacienda de un karai llamado Manuel Sanchéz, ella le
enseño nuestros cantos y leyendas, también le enseñó que su destino era ser libre. Nadie
sabe con exactitud quien fue su padre, aunque bien podría ser el hijo de Tupa. Vio morir a
su madre y juró pelear contra el caray hasta ver a su pueblo libre. Fue criado con los sabios
de su pueblo aprendiendo a sanar con las plantas que la tierra regala a sus hijos.
Esta historia empieza cerca de Cuevo con el mburuvicha ofreciendo una velada a su pueblo
para anunciar a Güaracota en compromiso de unión matrimonial. En medio de la guerra
entre el pueblo y los guaraníes se escucha la música que desafía a la muerte.
Escena 2
mburuvicha: mi hija, la primera luz de la mañana, Aranderay, hoy te entrego a este noble
guerrero, valiente cazador Güaracota. Que Tupa bendiga su unión, que seas fructífera
Aranderay y tus hijos llenen las tierras sin mal en la Loma Santa.
(Apartados de todos)
Melchor: gracias
Apiguaiki: gracias a usted coronel, me alegra haber firmado la paz entre nuestros pueblos
Melchor: ha sido un gran paso para la unión entre la República de Bolivia y el pueblo
Guaraní
Ayemoti: Apiguaiki vas a tener que darle una poción especial a Güaracota por si no
puede…
Ayemoti: coronel
Güaracota: Coronel
Aranderay: ahora me puedo llevar a mi esposo, porque supongo que nuestro gran líder ya
no lo necesita después de haber firmado la paz con los karai
Ayemoti: ni el Teniente Simón Sanz pudo llevarse al gran cazador Güaracota y Aranderay
sí
Apiguaiki: la mburuvicha me pregunta si ahora ya me casaré. Ahora que estamos en paz tal
vez encuentre alguna mujer, mburuvicha
Mburuvicha: Coronel
Melchor: Mburuvicha, un placer saludarle
Mburubicha: tal vez algunos soldados hablan mucho…cree de verdad Apiguaiki que la
guerra con el hombre blanco ha terminado? (mirando fijamente al coronel Melchor)
Mburubicha: cree que el hombre blanco tiene fe en su corazón? Si hay algo en el corazón
del hombre blanco es la ambición de poseerlo todo. Pasado mañana mi hija vuelve a
trabajar donde el corregidor y le ha escuchado hablar de extender las tierras para su ganado
por todo Ñumbite. Todo el mundo no es tan grande para llenar ese vacío que tienen
Apiguaiki.
Apiaguaiki: mburuvicha no está del todo convencido de la palabra del caray coronel,
comprenderá que razones tiene.
Melchor: le entiendo, mi gente en los pueblos tampoco cree que la paz sea duradera, pero
prefiero apostar por la nobleza de los que nos estrechamos la mano Apiaguaiki
Apiguaiki: jamás hui de la guerra mburuvicha pero la paz es necesaria para nuestros dos
pueblos. Estoy seguro que honraran su palabra y podremos vivir en paz
Mburubicha: si algo pasa ahí estaremos los pueblos al lado de nuestro capitán grande
apiguaiki. Si algo pasará nuestros pueblos estarán al lado del capitán grande, Apiaguaiki
Apiguaiki: lo sé mburuvicha
Ayemoti: (al coronel,) Guatinguay no es muy amigo de los caray, ahora le dice a
Apiaguaiki lo mucho que le admira
Guatinguay: tenemos tropas listas ya que todos los días entrenamos, líder
Ayemoti: ahora le dice que es tiempo de guardar las tropas, estoy seguro que Guatinguay
obedecerá a Apiaguaiki
Ayemoti: brindemos porque sea un nuevo tiempo de paz entre nosotros y los hombres
blancos
Todos: salud
(Salen todos)
Escena 3
(Ingresa doña Marta con Leonora Sanchez la hija de don Manuel Sanchez junto con la
criada Yateiresa)
Yateiresa: el camino es seguro señoras, hace mucho que mi pueblo y su pueblo ya no están
en guerra
Marta: gracias Yateiresa…no sé cómo tu padre le gustaba vivir aquí en la jungla lejos de la
ciudad
Leonora: podrías disfrutarlo un poco mamá, todo es tan verde y puro aquí
Marta: y lo peor es que estos indios han plagado todas estas tierras y no sabemos si son
confiables
Leonora: mamá! Qué vergüenza! La gente de Yateiresa son personas muy interesantes,
tienen conocimientos de muchas artes y tienen cuentos acerca de la vida que ayudan a
entender su mundo
Marta: perdón pero si tu compromiso arreglado con don José Martinez no fuera tan
importante, no habría dejado que vengas a estos lugares.
Marta: eso no impide que seas una buena esposa, no es necesario conocer al hombre todos
son iguales, pero este hombre tiene la segunda hacienda más grande de estas tierras y los
hijos de ustedes tendrán las tierras más grandes de toda la región. Eso querida hija no te lo
da cualquier hombre. La amistad con este hombre es la mejor herencia que nos dejó tu
padre
Marta: esa es la parte fácil Leonora, dale hijos y conviértete en alguien muy complaciente
Leonora: mamá!
Marta: además no te preocupes que tu padre ya le envío una foto tuya y al parecer don José
quedó impresionado.
Don José: señoras sean bienvenidas a la hacienda de la familia Martinez, doña Marta, un
placer y usted debe ser Leonora
Don José: veo que los rumores de su belleza quedan cortos Leonora…un mujer que es
hermosa y no habla…parece, Melchor que me he sacado la lotería
Marta: don José estoy segura que harán una hermosa pareja, mi hija está decidida a cumplir
con el convenio que hizo su padre
Don José: y yo a no defraudarle…sé que puede parecer un poco intimidante venir a estar
con un hombre como yo Leonora, pero no se preocupe, verá que soy fácil de complacer, el
capitán y yo nos retiramos, siéntanse en casa por favor. Yo debo arreglar unos asuntos con
el corregidor
Corregidor: cosas de hombres, lo bueno es que esta noche celebramos su llegada con fiesta
(Salen los 3)
Marta: espero que entiendas lo mucho que tu madre necesita esta unión Leonora
Leonora: lo sé mamá
Marta: entonces podrías mostrar un poco más de compromiso con don José, mira que
después de la sequía necesitamos los fondos que mueve ese hombre
Marta: amor? Si piensas en esas tonterías de novelas no podrás estar casada nunca.
(sale Marta)
Leonora: no es tan fácil deshonrar a mi familia de esta manera. En tu pueblo se casan por
amor?
Yateiresa: en mi pueblo somos libres de amar, tal vez en el fondo no somos tan diferentes,
solo que nosotros le hacemos caso al corazón y ustedes a la cabeza.
Yateiresa: Ayemoti es un guerrero de Apiguaiki Tumpa, me gusta ver como maneja el arco
y la flecha aunque él sabe que me gusta, hasta ahora no se anima a decirme nada. A veces
sueño con cocinarle algo rico con carne que él traiga y curar las heridas que a veces se hace
cuando sale a cazar o pelear. Creo que el amor debe ser algo parecido señora
(Llega Aranderay)
José: creo que te va a costar limpiar Aranderay, el corregidor está ebrio hasta los pies
Melchor: nosotros vamos al regimiento a visitar a los soldados que han llegado del ejército
boliviano, ustedes por favor esperen dentro de la casa, ahora que hemos firmado la paz con
los guaraníes podemos estar seguros don José
José: su madre viene con nosotros, quiere conocer al fraile del pueblo, perdón el desorden
Leonora: gracias don José
Melchor: vamos ya don José, no se ha casado y ya pide perdón, es un mal ejemplo para los
hombres
Yateiresa: no pierda la fe señorita Leonora, si usted le pide a Tupa que nos ve desde el cielo
con mucha fe un puede llegar a conocer el verdadero amor.
Leonora: funciona?
Yateiresa: no sé, pero todas las noches le pido por el despistado de Ayemoti, que me vea de
una vez y me haga su esposa
(Mientras ríen se escucha de adentro de la casa los gritos de Arenderay y luego un fuerte
golpe…sale el corregidor con las manos manchadas de sangre)
Corregidor: y qué me van a hacer señorita? Usted cree que alguien le importan de verdad
estos indios, Melchor ha venido desde La Paz a entregarnos más tierras y sacarlos de una
vez de esta región
Yateiresa: no se ofenda señorita pero su gente es la peor, el corregidor tiene razón, esas
tierras se la van a dar a su novio. Debo avisarle a Apiguaiki lo que le hicieron a la hija del
Mburuvicha, usted quédese aquí
Acto II
Escena 1
Mburuvucha: silencio!
Apiaguaiki: no vamos a matarla, no somos como ellos, no voy a romper la paz hasta no
saber lo que pasó Mburuvicha
Corregidor: Apiguaiki firmaste una tregua, no vas a violar nuestro pacto, sabes la sangre
que costará
(entra Güaracota)
Apiguaiki: qué todos los pueblos sepan que no hemos derramado sangre inocente, sino que
el hombre blanco ha entrado a nuestra tierra para matar y violar. Si quieren guerra entonces
van a conocer el poder de la unión de nuestra gente.
Guatinguay: nuestra gente está lista, ahora mismo debemos mandarle un mensaje a los karai
con el cuerpo sin vida de esta mujer
Apiguaiki: no! No somos como ellos, la sangre que derramamos no es por odio al blanco,
sino por amor a nuestra tierra, Guatinguay
Mburuvicha: llamen a todos los capitanes de todas las tierras, Güaracota no es necesario
que tú pelees
Güaracota: todo lo que tenía para vivir me lo han quitado, voy a pelear al lado de Apiguaiki
Relator: sus rostros están llenos de ira, el corazón del pueblo arde y todos miran a su líder
para avanzar al frente.
Relator: su sangre será la ofrenda para la tierra que les vio nacer, para ver un mañana con
un pueblo libre
Relator: mientras duerme el caray han salido de caza los hijos de Tumpa. Se mimetizan en
la noche y atacan
Escena 2
Apiguaiki: usted es la prometida de don José, amigo del corregidor, si en algún momento
necesito intercambiar vidas, la suya será importante
Leonora: por favor esto no es de todos los blancos fue solo ese terrible hombre, si usted no
me suelta las cosas pueden empeorar
Apiguaiki: las cosas van a empeorar señorita, estas no son sus tierras, y por más que finjan
que pueden vivir con nosotros, al final solo quieren tomar los bosques y convertirlos en
cenizas, no somos iguales, no podemos vivir juntos.
Apiguaiki: se va a quedar conmigo, y estos hombres solo van a respetar su vida si la ven
aquí
Escena 3
Relator: esos días el pueblo guaraní tomó haciendas que estaban cerca de Ivo mientras
alistaban dar un golpe al tomar la misión de Santa Rosa de Cuevo. Los tambores de guerra
sonaron una vez más en el chaco pero esta vez el pueblo guaraní tenía al elegido de Tupa
para pelear por ellos, un líder que se levanta para salvar a su pueblo. Todos creían en él,
todos y mucho más Guatinguay cuyos padres esperaron por siempre la llegada de un
elegido que daría libertad a su nación y los guiaría a la tierra sin mal. Peleaba con ferocidad
destruyendo las haciendas del hombre blanco por amor a su pueblo.
(guatinguay ingresa con bolsas donde tiene cabezas de los hombres blancos que ha matado)
Apiaguaiki: no! No somos así, sus muertos deben permanecer en su suelo. Defendieron con
sus vidas lo que creen merecen respeto, Guatinguay
Ayemoti: y Apiguaiki pelea por ella también, pero no así. He visto como el hombre blanco
ha sido cruel, pero creo que somos diferentes
Apiaguaiki: nuestro siguiente paso será tomar la misión de santa Rosa. Guatinguay te vas a
quedar a cubrir las bases
Guerrero 1: qué vamos a hacer capitán Guatinguay, nos vamos a quedar aquí?
Guatinguay: si es el elegido ganará esta guerra, pero si no, nuestros padres creyeron en un
mentira
Guatinguay: lo único que sé es que alguien que respeta tanto la cultura de esa gente asesina
no puede ser el elegido por Tupa
Escena 4
Leonora: me contó Yateiresa que no le gustó lo que hizo Guatinguay, por qué?
Apiaguaiki: porque actuó como el hombre blanco, con crueldad y sin justicia
Leonora: entonces los hombres blancos quizás no sean el problema, si no los hombres. Tu
gente te admira y te sigue, porque no eres como Guatinguay, mi gente hace las cosas mal,
pero no todos son malos, hay gente como Guatinguay y hay gente como tú
Apiaguaiki: cuando era niño mi madre trató de huir de la hacienda de Manuel Sanchez y
cuando él nos capturó la azotaron tanto que murió, delante de mí. Me críe con ancianos de
mi pueblo que eran curanderos pero siempre supe que mi destino estaba ligado a traer la
paz entre blancos y guaraníes. Odio lo que le hicieron a mi madre y no quiero que mi
pueblo sufra más, pero aún Guatinguay solo actúa con crueldad porque es débil, no lo
justifico pero lo entiendo, si hubiera aprendido que la justicia viene de Tupa, yo mismo con
mi espada cortaría la cabeza de cada blanco que viera en mi camino.
Leonora: cómo dijiste que se llamaba el dueño de la hacienda donde trabajaba tu madre?
Leonora: por favor Capitán no se agite para que su brazo se mantenga fuerte.
Leonora: no dije eso, pero me cuesta un poco entender el matrimonio, siempre creí en las
historias de amor
Apiaguaiki: no lo ama
Leonora: es importante?
Apiaguaiki: amo mi tierra, ella me da el sustento de cada día, en ella encuentro medicina y
agua, daría mi vida por ella. Me parece difícil creer que amar no sería algo importante en
una pareja.
Leonora: no creo que me amen así
Leonora: por qué, usted cree que soy digna de ser amada así?
Apiaguaiki: eres como la lluvia que cae en la tierra para dar refrescar el día, es lo que yo
diría, en mi tierra sería Amaru
(entra Yateiresa)
(Apiaguaiki sale)
Yateiresa: de todos los hombres guaraníes que pudiera usted fijarse él es su peor opción, no
puede casarse
Yateiresa: tranquila, no conozco mujer que no quisiera estar con él, pero dudo que deje la
guerra para formar una familia
Yateiresa: Amaru? Quiere decir lluvia, parece que nuestro capitán está enamorado
Leonora: de todas las cosas malas que pudieron pasar a mí pasan de la peor forma, le pedí a
Tupa que me mostrara qué es el amor y me hizo enamorarme de un hombre doblemente
prohibido, prohibido por su vocación y prohibido por mi pasado
Leonora: soy la hija de Manuel Sanchez, Yateiresa, el hombre que mató a su madre
(Salen todos)
Escena 5
Relator: los escudos del pueblo se rompieron, las flechas no pudieron contra el hombre
blanco en la Misión de Santa Rosa. Apiaguaki y su gente han ido a refugiarse en Kuruyuki
y el ejército de los karai está cercando a todos. Los héroes han caído en esta batalla, pero la
convicción de ser libres no se agota, en cada uno nace el fuego que no puede apagarse
jamás, es el Jenecherú, el fuego vivo que nace en el corazón guaraní, que anhela su libertad
y su tierra, una tierra sin mal
José: estamos haciendo lo que está en nuestras manos para rescatar a Leonora
Melchor: me temo que si está con Apiaguaiki su hija está muerta señora, el jefe de los
guaraníes es el hijo de la empleada que don Manuel Sanchez mató hace años cuando
escapaba
José: esos indios son como animales, no disciernen entre la rabia y la justicia, mire lo que le
hicieron al corregidor
Guatinguay: ustedes quieren a Apiaguaiki, su novia está con él, les voy a decir dónde están
pero déjenme, ni yo ni mi gente seguirá en esta guerra. Ya no seguiremos a Apiaguaiki
Soldado 1: que Apiaguaiki tiene a su novia don José, que si quieren tenerlo a él, él les
ayudará
Guatinguay: todos se fueron a Kuruyuki, cerca de Ivo, si Apiaguaiki escapa de ahí se irá a
mi tierra y yo los entregaré
Soldado 1: se fueron a Kuruyuki, ahí está surefugio, solo que hay que ir a tomar kuruyuki y
cuando escapen este guaraní los entregará
Acto III
Escena 1
Escena 2
Mburuvicha: no! Ya no tienes fuerza Apiaguaiki, es tiempo de buscar aliados por todo
nuestro territorio, debes ir y juntar a todas las familias y los pueblos y levantar al guaraní
como si fuera un solo hombre
Ayemoti: nosotros daremos la vida por esta tierra así tendrás tiempo de armar el ejército
Apiaguaiki: mburuvicha, quiero que lleves el mensaje del pueblo guaraní a todas las
naciones de nuestra familia. No habrá paz con el hombre blanco, somos una familia, somos
una nación y donde quiera que el sol se ponga somos la sangre derramada por amor a
nuestra tierra. Aquí nace el jenecheru, el fuego de libertad que nunca ha de apagarse, y sus
llamas consumirán a todo aquel que intente ir en contra de nuestro pueblo. Siempre
hombres libres
Leonora: mi gente se ha equivocado mucho, si de algo sirve mi vida que sea para proteger
esta tierra que tanto aman
Apiaguaiki: te equivocas Amaru, amas el viento que no puedes controlar, no puedo darte lo
que don José puede darte, no puedo amarte de esa manera.
Amaru: a veces la lluvia cae sobre la roca y a veces sobre la tierra con semilla, no te amo a
ti y a tu tierra por lo que me puedas dar, sino por lo que ahora veo al estar con ustedes
Apiaguaiki: si tuviera otra vida, si fuera otro tiempo te amaría como te mereces
Amaru: si hubiera otra vida, si fuera otro tiempo, sé que te volvería a amar
Melchor: bajo la autoridad del territorio Boliviano arrestamos a todos los líderes de esta
insurrección, ya han combatido mucho Apiaguaiki, es tiempo de rendirse
José: estos indios no se van a rendir jamás, si usted, los suelta, la insurrección seguirá
Mburuvicha: don José tiene razón coronel, mi pueblo jamás servirá a su pueblo
José: Leonora ven, no eres una de ellos Leonora, cuando sepan que tu padre es Manuel
Sanchez te van a matar igual
Apiaguaiki: sabías lo que le hizo a mi madre, me mentiste, eres exactamente como él, no
quiero verte más!
Relator: el dolor llena el corazón de Apiaguaiki, ahora el amor de su vida es hija del
hombre que más a odiado, el asesino de su madre, Manuel Sanchez. Lo sujetan los soldados
bolivianos todo parece haber acabado, el camino del héroe termina aquí.
Escena 3
(Están todos sentados a espera de su juicio, amarrados, entra Leonora a hablar con
Apiaguaiki)
Leonora: perdón! sé que debí decirte, pero yo no vivía con mi padre, no sabía lo que hacían
aquí. Solo quiero ayudarles he conseguido que el fraile del pueblo interceda por ustedes, si
se convierten y firman la paz solo serán arrestados, no serán fusilados, por favor solo
acepten lo que les piden
Apiguaiki: tampoco me ibas a ver después de esto, aunque te perdonara, aunque todos
aceptaran esto, estamos lejos como las nubes de la tierra
Leonora: las nubes tocan la tierra a veces apiaguaiki, lo hacen con la lluvia
Apiaguaiki: si de verdad me amas y amas a mi pueblo, busca la paz entre el hombre blanco
y los guaraníes
(sale Leonora)
Escena 4
Melchor: han intercedido por ustedes, dejamos libre al mburuvicha, y a las mujeres, pero
los guerreros deben bautizarse y dejar las armas por la paz. Así solo serán arrestados
mientras que de lo contrario morirán ahora mismo
Melchor: testigos han sido que hemos dado una oportunidad para que sean salvados, ahora
expongan sus cuerpos para que todos aprendan
José: Leonora!
Marta: hija!