Clase 1 PSG
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Clase 1
Estudiar los procesos genocidas del siglo pasado no supone simplemente una clase de
historia. Los genocidios, entendidos como casos extremos de negación de la identidad,
constituyen una amenaza siempre latente. Si bien la Convención se proponía prevenir futuros
casos a partir de la experiencia del Holocausto, las siguientes décadas han demostrado que
ello no fue posible. Como afirma Yehuda Bauer, “lo que sucedió puede volver a suceder.
Todos somos víctimas posibles, criminales posibles o espectadores posibles. Con respecto a
Ruanda, Camboya, la ex Yugoslavia y Darfur, la mayoría de nosotros somos espectadores
que, hasta el momento, hemos aprendido muy poco del pasado”.
El análisis de las prácticas sociales genocidas, siguiendo a Feierstein, supone
asimismo mirarnos al espejo, ya que no necesitamos salir de nuestro país para conocer tan
nefasta experiencia. Incluso en nuestra propia provincia de Buenos Aires existieron
numerosos centros clandestinos de detención, como parte del plan sistemático de exterminio
llevado adelante durante la última dictadura. Ahora bien, como afirma Pilar Calveiro, no
todas las sociedades generan campos de concentración. ¿Qué hizo posible que en nuestra
sociedad en un momento particular se montaran alrededor de seiscientos centros clandestinos
de detención? ¿Cómo pudo la vida social seguir transcurriendo “normalmente” sabiendo de
esa existencia?
La pregunta inquietante no es, entonces, cómo fue posible sino cómo fuimos capaces.
Zygmunt Bauman explica, para el caso del nazismo, que quienes llevaron adelante el
Holocausto eran hombres de uniforme, obedientes y disciplinados. Cuidaban a sus esposas y
a sus niños/as y, a la vez, no dudaban a la hora de enviar a la cámara de gas a mujeres y
niños/as. “La noticia más aterradora que produjo el Holocausto, y lo que sabemos de los que
lo llevaron a cabo, no fue la probabilidad de que nos pudieran hacer esto, sino la idea de que
también nosotros podíamos hacerlo”, dice el autor.
Desde nuestro país, Pilar Calveiro cuestiona la idea de lo monstruoso como clave
explicativa para entender los crímenes de lesa humanidad que tuvieron lugar en el período
1976-1983. Afirma, citando a Primo Levi, “los monstruos existen, pero son demasiado pocos.
Los más peligrosos son los hombres comunes, los funcionarios listos para creer y obedecer
sin discutir”. ¿Obedecer qué? Órdenes criminales emanadas desde el Estado. Si queremos una
ciudadanía crítica y comprometida en el ejercicio de los derechos, que trabaje en pos de
eliminar toda forma de discriminación y negación de la identidad del/a otro/a, debemos
conocer las peores experiencias del siglo XX y tratar de comprender cuáles fueron sus
condiciones de posibilidad.
Bibliografía
Bauer, Yehuda (2016). “El Holocausto y las comparaciones con otros genocidios”, en Revista Mexicana
de Ciencias Políticas y Sociales, Vol. 61, Septiembre-diciembre.
Feierstein, Daniel (2008). El genocidio como práctica social. Entre el nazismo y la experiencia
argentina. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Programa Educación y Memoria (2019). Clase 1. La categoría de genocidio: del derecho internacional al
análisis histórico-social. Oferta académica. Holocausto y genocidios del siglo XX: reflexiones para su
enseñanza. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación.