ROMA-crisis Del Siglo III
ROMA-crisis Del Siglo III
ROMA-crisis Del Siglo III
ESTUDIANTES
CÁTEDRA
Historia Antigua
DOCENTE
Lima
2021
INTRODUCCIÓN
Es sapiencia nuestra, los historiadores, que hay quienes relatan el origen de Roma, desde una
perspectiva divina, contando la leyenda de Rómulo y Remo. Sin embargo, la etnología ha
demostrado que los romanos son producto de la síntesis de diversos pueblos de la península
itálica. Tanto el origen divino como científico-social, son cautivadores, puesto que explican,
bajo nuestra perspectiva, de manera maravillosa el origen de Roma. Sin duda alguna, hablar y
discutir sobre el origen y lo que sucedía dentro de Roma es apasionante, por eso hay mucha
información sobre aquello. No obstante, a los amantes del estudio de la civilización romana
también les agrada discutir sobre el ocaso del Imperio, pues les interesa saber cómo un
Imperio de gran magnitud desapareció; por esto, hay distintas propuestas del cómo fue que
este gran Imperio se “derrumbó”. Por ejemplo, algunos proponen que la caída del Imperio
romano tuvo que ver con el cristianismo, otros creen que es porque los Bárbaros atacaban
constantemente y otros creen que fue por una causa interna, sin duda, propuestas muy buenas.
Así pues, a nosotros nos ha interesado mucho la caída del Imperio romano, por eso hemos
revisado distintas fuentes bibliográficas que hablan sobre el tema. En ese sentido, pasaremos
a explicar cómo fue la caída del Imperio romano desde la perspectiva de autores como:
Gibbon, Ward-Perkins, Bryam y M Rostovtzeff. Luego de esto, pasaremos a dar nuestra
propia opinión sobre el tema a través de nuestras conclusiones.
ÍNDICE
Introducción
I. Aspectos generales
II. Marco Teórico
2.1.3 Lo que sucedía con el ejército y la prosperidad económica del Imperio romano
2.3.3 Lo que sucedía con el ejército y la prosperidad económica del Imperio romano
III. Conclusiones
IV. Referencias bibliográficas
I. ASPECTOS GENERALES
En el presente capítulo tenemos la iniciativa de tratar de dar una explicación general de lo que
fue Roma, realizaremos esto para ayudar al lector a comprender mejor cómo se desarrollaba
una sociedad tan grande como Roma. Para esto, el Instituto de Ciencias y Humanidades
(2011) menciona que los romanos se desarrollaron en la península itálica y su capital se
encontraba a orillas del río Tíber; además, acotan que su cronología abarca desde la
fundación legendaria de Roma, en el año 753 a.n.e., hasta la caída del Imperio romano de
Occidente, en el año 476 d.n.e. Por otro lado, en cuanto a la economía, alude que los
romanos, en sus inicios, fueron agricultores y ganaderos, puesto que aún no habían
desarrollado la actividad comercial y artesanal; ante la asimilación de los avances culturales
de los pueblos vecinos e invasores, lograron desarrollar el comercio y la producción
artesanal, lo cual los habría llevada a tener enfrentamientos. Para finalizar, en cuanto a su
desarrollo histórico, menciona que se subdivide en tres fases: la Monarquía, la República y el
Imperio. (pág. 242-255).
El reinado del emperador Cómodo, hijo de Marco Aurelio, comienza una nueva era de
matanzas y miseria. Una de las principales características que tenía este nuevo reinado era el
poder que poseía el ejército; por ejemplo, el ejército podía decidir a su antojo el destino del
Estado, este ejército que antes servía al imperio, se convierte en el “dueño” y actúa por medio
de gobernantes a los que entroniza o derroca a su capricho y sin justificación alguna. Luego
de todo esto, Cómodo había descuidado los asuntos administrativos y militares, por lo que en
consecuencia surgió una fuerte oposición que concluyó en un tratado de paz con los
germanos. Esto sería mal visto por las clases superiores del imperio romano, calificando este
tratado de paz como una traición y una vergüenza; es decir, fue un tratado totalmente
indecoroso para ellos. Al pasar por todo esto, el emperador respondió con medidas violentas
ante ellos; toda esa violencia terminaría por acabar con la vida del Emperador. (Rostovtzeff,
M. 1977).
Como es de saber, cuando un Emperador muere, en cualquier parte del mundo surgen
revueltas que terminaron llevando a guerras civiles, y suelen suceder distintos sucesos dentro
del imperio. En ese sentido, Rostovtzeff, M. 1977 menciona que,
Entonces, tenemos que, el siglo III se inicia al término de una guerra civil (193-197) que
Septimio Severo mantuvo contra sus rivales políticos, ante todo Didio Juliano en Roma,
Pescenio Niger en Siria y Clodio Albino en Britania.
Por otro lado, tenemos que tener en cuenta la importancia que tienen las zonas fronterizas de
cada Estado, Imperio, Cultura, Reinado, etc. pues en tiempos de guerra tienen que tener una
seguridad mucho mayor a las que tienen cuando son defendidas para detener el tráfico de
dinero, armas o de contrabandos. Entonces, si nos adentramos a curiosear sobre cómo estaban
las fronteras romanas durante todo este tiempo de crisis, nos daremos cuenta que estaban en
su mayoría mal defendidas, pues la frontera fue invadida en casi todos sus puntos, se había
formado una gran alianza entre las tribus germanas para apoderarse de las provincias romanas
de Europa; por otros lados, los Sajones saqueaban las costas de Britania y de Galia; Galia
estaba amenazada por los francos, en el centro, y por los alemanes en el sur; los marcomanos
alarmaron a las provincias del Danubio. Un poderoso reino de godos y sármatas que había
surgido en el sur de Rusia avanzaba hacia el curso inferior del Danubio y llegaba por mar
desde Panticapio, hasta las provincias orientales (Rostovtzeff, M. 1977. Pág. 147).
Entonces, podemos darnos cuenta de que casi todas las fronteras del imperio romano estaban
totalmente en crisis y totalmente descuidadas durante el siglo III.
Otro punto importante, respecto a este siglo, es la presión que estaban metiendo los Persas al
imperio romano, por eso Rostovtzeff (1977) menciona que, la dinastía sasánida se estaba
transformando en un terrible adversario para Roma, así pues, durante el reino de Valeriano y
de su hijo Galieno, entre el 253 y el 268, el Imperio llegó a su nivel más bajo. Valeriano fue
derrotado y hecho prisionero por los persas. En tiempo de Galieno, el instinto de
conservación condujo a la provincia de Galia y a la rica ciudad comercial de Palmira, en
Siria, a tomar en sus propias manos la misión de defender y organizar sus territorios como
reinos independientes. En el año 258, Marco Casio Latinio Póstumo gobernaba Galia; en
Palmira, Odenato luchó en defensa de Oriente contra los persas; su viuda Zenobia, siguió,
más tarde, su ejemplo. (Pág. 147).
En esta época, ocurrían cambios dentro del ejército; desde el reinado de Augusto el ejército se
componía de nativos de Italia y ciudadanos romanos residentes en las provincias. Es más, los
sujetos de las provincias que no poseían la ciudadanía romana, tenían cada vez menos
dificultad para entrar al ejército. Por otro lado, la población urbana esquivaba el servicio
militar, de aquí que el ejército se estuviera llenando de trabajadores de agrícola de las
provincias. Cabe acotar que, al pasar del tiempo la profesión de soldado llegó a ser
hereditaria. En otras líneas, cabe mencionar que, en estos tiempos el sistema tributario no era
tan malo, pero los gastos del Estado aumentaban; por ejemplo, la paga de los saldados se
aumentó y el número de funcionarios aumentaban. El Estado no tuvo otra solución que elevar
los impuestos, lo que en gran parte molestaría a los habitantes (Rostovtzeff, M. 1977, pág.
148).
Como se puede observar, los impuestos se elevaron constantemente en el siglo III, haciendo,
bajo nuestro punto de vista, que la relación Estado-Pueblo no sea la más favorable en estos
tiempos.
Para finalizar, con lo concerniente a lo sucedido en el siglo III, Bravo Gonzalo (1998)
menciona que, en la historiografía moderna se prefiere el término de «transformación» al de
«crisis» para describir este largo proceso histórico, aunque resulta difícil negar este último
carácter a los hechos históricos más significativos del período, tales como la progresiva
devaluación monetaria, la acusada inestabilidad política, la situación religiosa, la
disgregación de la unidad política imperial o los gobiernos de algunos emperadores. Pero
quizás se trate también de un problema de enfoque, de perspectiva, puesto que signos que
parecen claros a nivel imperial, no lo son tanto a nivel provincial o regional. Crisis o
transformación, resulta difícil sin embargo asumir la continuidad de un sistema que, por
primera vez en tres siglos, perdió la unidad política durante más de un decenio (entre 260 y
273) y, en consecuencia, su integridad territorial, su unidad monetaria, administrativa y
probablemente también la legislativa y fiscal. (Pág. 95)
De esta manera, creemos que el decaimiento del imperio Romano fue por una innegable
descomposición progresiva.
CRISTIANISMO
muchos años los fieles monoteístas cristianos fueron expulsados, perseguidos y asesinados
paciente y acertada la creencia en un solo Dios creador, y con el tiempo la lucha dio frutos.
La instauración del cristianismo tanto como religión oficial como intuición marcó un antes y
Sin embargo, la presente investigación nos lleva a cuestionarnos si fue o no el ascenso del
cristianismo favorecedor para el Imperio romano, si la influencia a la que logró acceder sobre
la política y sociedad romana fueron factores sustanciales para la caía de uno de los más
grandes Imperios del mundo Antiguo. Varios son los autores que se enfocan en esta
problemática, cuestionando si realmente fue factor cristianismo uno de los puntos de quiebre
del Imperio.
Edward Gibbon
Gibbon, es uno de los historiadores más reconocidos hasta la fecha, por su magnífica
obra ‘Historia de la decadencia y caída del Imperio romano’ con la que logró trascender y
descriptivo sobre el Imperio romano, para ser más específicos, las crisis, invasiones y grandes
cambios que llevaron a Roma a su destrucción. Entre sus diferentes ideas que propone como
factores de la caída de Roma, encontramos al cristianismo, como uno de los más relevantes,
debido a la gran expansión, aceptación, crecimiento institucional e intervencionismo
El autor reconoce, el largo y dificultoso camino que atravesó la iglesia cristiana para
lograr instaurarse como una de las instituciones más importantes de la época. Como
menciona Gibbon, ´´la oleada del cristianismo fue creciendo con suave, aunque acelerado,
movimiento; sin embargo, su dirección general a veces fue frenada y, otras veces, desviada
[…] por la prudencia o, quizá, por el capricho del monarca. […]´´ (Gibbon, 1776). Por lo que
sabemos, esta se vio enfrentada directamente a la religión politeísta romana, a la que hoy
conocemos como la religión pagana de los romanos, en la que veneraban a varios dioses de
diferentes jerarquías al mismo tiempo, prácticas totalmente diferentes a las del cristianismo
que se caracteriza por ser monoteísta. Debido a estas grandes diferencias estas religiones se
verán enfrentadas en una constante lucha en la que una pretendía lograr imperar a través de
posición oficial y privilegiada dentro del Imperio. No será hasta el gobierno de Constantino
lealtad.
favores y exageraba las evidencias de su fe; los otros, hasta que sus
(Vol. I)
Sin embargo, solo eran eso, especulaciones hasta el momento en que realmente
recién cuando Constantino, a través del Edicto de Milán en el año 313, proclama la
intención de perseguir a muerte a los cristianos, es así que a través de este hecho
significativo, la iglesia cristiana logra uno de sus primeros cometidos que será la
nueva iglesia iba aprovechando cada espacio otorgado bajo la ley de tolerancia
económico y que según Gibbon esta seria de una de las causas que pondrían en
eclesiástica afirma que sus esperanzas fueron justificadas por el milagro visible de la
también las medidas tomas por el mismo para la protección y seguridad de la iglesia
como la abolición de la pena de muerte por crucifixión tal y como murió el líder
espiritual de la iglesia católica, Cristo; esta medida se dio debido al significado de la
cruz en ese entonces, para el pueblo romano la cruz era significado de muerte pero
Por otro lado, para comprender el grado de impacto que tuvo el crecimiento de
la iglesia católica, debemos saber que en poco tiempo esta logró consolidarse y
organizarse a tal punto que poco tiempo después de la aceptación por parte del
Imperio romano la iglesia ya estaba constituida por más de 1800 Obispos, quienes
estaban distribuidos en las provincias griegas y latinas del Imperio. ´´ […] Las sillas
episcopales abundaban por las orillas del Nilo, la costa de África, Asia proconsular y
las provincias meridionales de Italia. […]´´ (Gibbon, 1776, Vol. I). Es realmente
Evangelio cristiano a cada rincón del Imperio y este fue aceptado por la población.
¿Fue un cambio repentino? Sí, pero que no hubiese sido posible sin la ablación del
emperador, pieza clave del triunfo del cristianismo por sobre el paganismo que regía
en Roma desde tiempos inmemorables. Por lo tanto, gracias a tal posición privilegiada
y aldeas pero bajo el argumento que estos solo tomaban decisiones a nivel espiritual
mas no estatal, sin embargo para desgracia del Imperio, esta posición limitada se vio
un contacto más directo con el pueblo a diferencia que el estado, esta tenía la
la persona dentro de la sociedad, sin embargo con el ascenso de la iglesia, los roles se
invirtieron y era ahora la institución que otorgaba prestigio la misma iglesia, siendo
así un modo indirecto pero subversivo de influir en la decadencia del Imperio romano.
Las invasiones bárbaras fueron los acontecimientos más famosos de aquella época. El
expansionismo bárbaro era inminente. De todas partes de Europa y Asia, los bárbaros
acechaban desde las más pequeñas aldeas hasta los más grandes Imperios, y claro está Roma
no fue la excepción. A pesar que Roma dio batalla, las circunstancias en las que se
encontraba no fueron favorables, la crisis social, política y económica logró desestabilizar las
bases del Imperio, permitiendo de distintas formas que estos lograran introducirse en el
territorio.
Y entonces ahora ¿qué va a pasar con nosotros sin los bárbaros? Al menos esa
gente eran una cierta solución. (Citado en Pitillas, 2006, p.309)
Después de los sucesos en Roma, y la grave crisis a la que se enfrentaba las invasiones
bárbaras, según algunos autores fueron otro de los puntos de quiebres que llevaron a Roma a
su ruina.
Eduardo Pitillas S.
El autor en mención, nos presenta a las invasiones bárbaras como uno de los
factores principales para la caída de Roma occidental. Pitillas hace un recuento
historiográfico de diferentes autores como Gibbon, J.B. Bury, que alegan al igual que
él, que fueron justamente esta serie de invasiones y guerras sostenidas de los bárbaros
contra los romanos que pusieron en jaque el sistema de uno de los más grandes
Imperios de la época.
Otra de las ideas de decadencia, que se sustenta entre los historiadores, es la ineficiencia
que existió en el poderío militar del Imperio romano para defenderse de los invasores.
Siglos atrás en Roma se habría mostrado netamente ante los demás como un Imperio
con una gran base militar. Este sería uno de los símbolos romanos, así como un gran pilar que
mantendría a todos los territorios conquistados bajo control. Pero, lamentablemente con la
crisis de los siglos III y IV fue poco a poco causando estragos en la estructura interna del
mismo Imperio. Entre diversos historiadores sustentan varios factores que afectarían
directamente al poderío militar. Pero según Ward-Perkins ( 2007 ), un arqueólogo e
historiador del Imperio romano tardío , menciona que : ”En mi opinión, el elemento clave
para el éxito o fracaso de Roma era el bienestar económico de sus contribuyentes”.
En lo que respecta a la estructura interna del estado moderno del Imperio romano es
completamente certero decir que la base económica misma estaba sustentada por el sistema
de cobro de impuestos. La mayor tasa de impuestos era para contribuir con las provisiones de
armamentos y alimentos del ejército romano. En otras palabras, se podría decir que casi el
70% de todos los impuestos iban al sector bélico demostrando así la gran importancia de este.
Aunque, más adelante el depender netamente de este factor sería el punto decisivo para la
decadencia del Imperio.
El ejército romano del siglo IV contaba quizá con hasta 600.000 soldados,
todos los cuales debían recibir un sueldo, un equipo y unos víveres. (…) la
calidad de la instrucción militar y el equipo que era posible otorgarles venía
determinado por la suma de dinero disponible para ello. Como en un estado
moderno, los impuestos que pagaban decenas de millones de individuos
civiles financiaban un cuerpo defensivo de elite, compuesto por combatientes
con dedicación exclusiva. (Ward-Perkins, 2007 , p.35 )
Con el comentario anterior se puede afirmar que, los mismos ciudadanos y sus
impuestos, formarían parte de la estructura del estado moderno siendo invaluables al
momento de contribuir de manera directa en el sustento del poder militar.
La economía del imperio sufrió una dura decadencia global durante los siglos
III y IV, con un descenso de la población y el abandono de muchas tierras de
cultivo, dos factores que, sin duda, habrían debilitado la base de impuestos de
Roma, y con ello su capacidad militar, mucho antes de la época de las
invasiones. (…) la labor arqueológica llevada a cabo en las décadas que
siguieron a la Segunda Guerra Mundial fue arrojando una sombra creciente de
duda sobre esta interpretación. (Ward-Perkins, 2007, p.35 )
Según Ward-Perkins (2007) postularía que la decadencia económica podría haber sido
influenciada por la crisis de los siglos III y IV en algunas partes del Imperio romano, pero no
en su totalidad. Haciendo que, en su opinión, se vieran grandes consecuencias a finales del
siglo IV y a comienzos del siglo V.
De esta manera vemos que la decadencia del factor económico romano vino de
manera paulatina y no abrupta. Pero, aun así, la crisis de los siglos anteriores en algunas
partes tuvo un gran impacto.
Esto generó en cierta manera un duro golpe en la estructura del imperio, ya que no sabía
cómo resolver las faltas que aún precedían en algunas de sus ciudades. Recordemos que el
Imperio romano no tenía unidades económicas o reguladoras que pudieran tener una
estrategia ante esta crisis. Es así que ellos poco a poco fueron cayendo ante la desesperación
por cómo mantener a flote la base militar que, sin los recursos necesarios, perderían
inevitablemente ante los enemigos e igualmente se perdería a otra provincia que debería
contribuir en la tasa de impuestos.
Ante esta desesperación el estado no tuvo más opción en el que debería subir los impuestos o
de promocionar a la población en enlistarse en el ejército para combatir a los invasores.
Con esto vemos los diversos decretos que se promulgaron con la finalidad de
sustentar al ejército romano, ya sea con más financiación con el aumento en la tasa de
impuestos en los territorios aún bajo el mandato Romano o con el reclutamiento a cambio de
un “préstamo” o “garantía” en su urgencia.
Para finalizar, el resurgir imperial aun con el caos interno y externo en el Imperio no
tuvo mucho éxito en tratar de solventar el factor económico con sus diversas medidas. Es
más, con su caída completamente en el siglo V se pudo establecer un fin tanto en el Imperio
romano como en su economía estratificada.
III. CONCLUSIONES
De manera innegable se puede colegir que la caída del imperio romano no tuvo que ver con
una sola cosa, es decir, no fue solamente el factor religioso o el económico; sino, tuvo que ver
con varios factores que venían pasando a lo largo de los siglos en el que existió. La
historiografía ha venido dando razones para llegar a concluir que la caída romana solo tenía
que ver con un acontecimiento; sin embargo, a través de nuestra investigación hemos llegado
a la certeza de que la caída del Imperio romana tuvo que ver con la crisis empezada desde
inicios del siglo III. Las guerras civiles, la situación financiera, la situación monetaria, la
situación sobre los impuestos contra el pueblo y la situación crítica del ejército son las
evidencias necesarias para demostrar el porque cayó Roma. Nosotros no queremos seguir la
línea de la historiografía antigua que proponía una falaz respuesta respecto a la caída;
nosotros tenemos una visión holística respecto a esto. En ese sentido, mencionamos que la
caída romana tiene que ver con la mala administración estatal, con el descuido en las
fronteras, con la religión, con la causa social, política y económica, y con el factor externo.
Es decir, la caída del Imperio romano tiene que ver con la propia crisis que tuvieron ellos.
Por otro lado, tenemos que mencionar que nos impresiona el tremendo descuido que tuvieron
las fronteras durante el siglo III, tanto así que fueron las mismas provincias las que tuvieron
que defenderse ante los bárbaros por su propia cuenta. Esto refuerza nuestra idea de que el
Estado, es decir, el mismo Imperio tuvo que ver con su propia caída. Entonces, crisis imperial
y Estado ineficiente es lo que venimos proponiendo. Al parecer la sabiduría no era parte de
los emperadores de ese entonces.
De igual forma podemos decir de las invasiones bárbaras, creemos que estas fueron el
resultado de la ineficacia estatal demostrada a los finales del Imperio. Consideramos que la
desesperación por rellenar espacio en el ejército romano, y el no haber sido lo
suficientemente celosos con su espacio de protección, fue un aspecto relevante, dejar pasar al
enemigo aun así sea bajo condición de prisionero no fue nada favorable para la salvación de
Roma, por el contrario, fue la entrada a ciegas otorgada a los bárbaros a uno de los espacios
romanos principales.
Finalmente, la caída del Imperio Romano de Occidente no solo se derivó ante la decadencia
de su poderío militar, sino también al factor económico. Vemos que el Imperio, como un
estado moderno, tenía una estructura interna donde uno de los pilares más importantes era el
poderío militar y las tasas de impuestos cumplían el rol de solventarlo. Es así que ante los
diversos sucesos que se surgieron durante los diversos siglos para que las personas no
trabajaran en los campos y no contribuyen con los impuestos fue crucial y a la vez, inevitable
que poderío militar sea poco a poco debilitado y que no pudiera detener a las diversas olas de
bárbaros que surgían durante el siglo V.
Rostovtzeff, M. (1968). Roma : De los orígenes a la última crisis. pp. 145-150. Buenos Aires.
Editorial: EUDEBA.