Lectura Amparo
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Lectura Amparo
1. Conceptos básicos para conocer el juicio de amparo. Este apartado contempla los
capítulos 1 y 2, donde se presentan los conceptos básicos sobre los derechos humanos
y su marco de protección. También se analiza la estructura del modelo constitucional
mexicano en la materia y se presentan los medios de control constitucional para la
adecuada garantía de estos derechos.
2. Fases del proceso de amparo. En esta sección se describen las reglas procesales del
juicio de amparo, los tipos y los elementos que caracterizan al amparo directo y el
indirecto, desde la presentación de la demanda hasta que se dicta la sentencia. La
descripción incluye las principales etapas en los juicios de amparo, así como los incidentes
y recursos que pueden interponer las partes durante el procedimiento. Por la
naturaleza propia del contenido de este apartado, contempla el mayor número de capítulos,
abordando desde el capítulo 3 hasta el 7.
3. El amparo para la defensa de los derechos humanos. Este apartado que contempla el
último capítulo aborda el juicio de amparo desde distintos contextos para tener una
noción general de cómo y de qué manera proteger los derechos humanos. Estos contextos
involucran el uso del amparo en defensa del territorio, para búsqueda de personas
desaparecidas, en casos de detenciones arbitrarias, frente a omisiones legislativas y el
amparo administrativo en materia migratoria.
La constitución y los dh
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) establece los
principios y las reglas de todo el sistema jurídico y político de nuestro país; reconoce la
articulación y autonomía de los tres Poderes del Estado, esto es del Ejecutivo, del
Legislativo y del Judicial; delimita las actuaciones de las autoridades y les impone
obligaciones específicas, pero, sobre todo, reconoce y protege los derechos humanos
de las personas. La Constitución es también la ley más importante de nuestro país,
por lo que los derechos humanos reconocidos en ella deben ser respetados,
protegidos y garantizados por todas las autoridades. En la medida en que los derechos
humanos constituyen principios tan relevantes para la vida de todas las personas, una vez
que éstos ingresan y son reconocidos por la Constitución, las autoridades no pueden
borrarlos o quitarlos, aunque siempre pueden agregar más derechos al texto
constitucional.
Durante muchos años, en nuestro país, se pensó que únicamente los derechos escritos en
el texto constitucional eran derechos humanos. De hecho, hace no muchos años, la
Constitución mexicana no reconocía el concepto de derechos humanos, sino que
reconocía ciertas libertades que denominaba “garantías individuales”. A pesar de que
algunas de estas “garantías” podían ser consideradas como derechos humanos, lo cierto
es que no todos los derechos humanos pueden ser entendidos o agrupados bajo el
concepto de “garantías individuales”. Por tanto, esta visión era bastante problemática
porque las autoridades se negaban a reconocer o aplicar derechos humanos reconocidos
en algunos tratados internacionales, lo que limitaba de manera importante las posibilidades
de garantizar condiciones óptimas y más amplias de justicia. Afortunadamente, esta
situación cambió en el año 2011 cuando la Constitución se reformó para dar paso al
reconocimiento material de los derechos humanos. Entre otras cosas, la reforma
constitucional en derechos humanos del año 2011 incorporó a nuestra Constitución
los derechos humanos reconocidos en tratados internacionales que México hubiere
celebrado en el plano internacional. También detalló algunas de las obligaciones que
corresponden a las autoridades en materia de derechos humanos y, por último,
modificó de manera importante el diseño y los alcances del juicio de amparo para
convertirlo en un mecanismo eficaz que permitiera, precisamente, proteger a estos
derechos ante posibles vulneraciones por parte de las autoridades o de ciertos
actores particulares.
¿Qué y cuáles son los medios de control constitucional de los derechos humanos en
México?
Un medio de control constitucional es un mecanismo de protección por el cual se
busca salvaguardar el contenido constitucional y con ello preservar los derechos
humanos reconocidos en ella. En México, el conocimiento, tramitación y resolución de los
medios de control constitucional en vía judicial corresponde en exclusiva al Poder
Judicial Federal, es decir, a los Juzgados de Distrito, a los Tribunales Colegiados de
Apelación (sólo en casos específicos), a los Tribunales Colegiados de Circuito, a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación en asuntos exclusivamente de naturaleza electoral. En nuestro país
existen tres medios de control constitucional de naturaleza judicial relacionados con
la observancia y garantía de los derechos humanos: la controversia constitucional, la
acción de inconstitucionalidad y el juicio de amparo. En los siguientes cuadros se
muestra un resumen de los primeros dos medios de control señalados. El resto del
documento se centra en el análisis del juicio de amparo como medio de control
constitucional para la garantía de los derechos humanos.
EL JUICIO DE AMPARO COMO MEDIO DE CONTROL CONSTITUCIONAL
Y DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
El juicio de amparo es un medio de control constitucional de carácter judicial que
tiene como principal objetivo asegurar la protección y garantía de los derechos
humanos de todas las personas frente a actos, omisiones o normas emitidas y
aplicadas por cualquier autoridad en nuestro país, sin importar si se trata de
autoridades locales o federales. Hoy en día, el juicio de amparo también procede en
contra de actos u omisiones cometidos por personas o empresas particulares cuando
éstas llevan a cabo actos que se asemejan a los de una autoridad, y que pueden
generar afectaciones a los derechos humanos de las personas
Amparo indirecto
Mediante el juicio de amparo indirecto las personas podemos reclamar que un acto,
una omisión de la autoridad, así como la expedición de una ley o su aplicación en un
caso concreto, viola los derechos humanos reconocidos y protegidos por la
Constitución. Se conoce como indirecto por dos razones principales. La primera porque, al
momento de su configuración, este amparo se pensó como un recurso orientado a proteger
de manera rápida las “garantías individuales” previstas en la Constitución, por lo que su
conocimiento debía corresponder a las juezas y los jueces más cercanos al lugar donde
habitara la persona. Y la segunda razón –muy relacionada con la primera– es porque, antes
de que el juicio pueda llegar a las últimas instancias de la estructura judicial, por ejemplo, la
Suprema Corte de Justicia, es necesario primero que una jueza o un juez federal conozcan
del asunto.
El amparo indirecto suele ser conocido como un amparo biinstancial, porque en su
tramitación y resolución conocen dos autoridades distintas. En un primer momento, las
Juezas y los Jueces de Distrito son las autoridades judiciales encargadas de recibir,
tramitar y decidir sobre la demanda de amparo. Mientras que, en un segundo
momento, los Tribunales Colegiados de Circuito tienen la facultad para revisar esa
primera sentencia y, entonces, confirmarla u ordenar algo distinto a lo señalado por la
Jueza o el Juez de Distrito.
Amparo directo
El juicio de amparo directo sirve para combatir todas aquellas sentencias o decisiones
judiciales y administrativas que ponen fin a un juicio, es decir, que ya no pueden ser
conocidas por alguna instancia o autoridad superior de carácter local u ordinario. A
este juicio de amparo se le conoce como directo porque, en sus orígenes, la resolución
correspondía de manera exclusiva y directa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
última instancia en el sistema de justicia de nuestro país. Hoy en día, y en virtud de la
evolución que ha experimentado nuestro sistema judicial; de la alta demanda de servicios
de justicia en nuestro país, así como del papel que hoy tiene la Suprema Corte como
tribunal constitucional, los juicios de amparo directo son conocidos en primera y única
instancia por los Tribunales Colegiados de Circuito, razón por la cual a este juicio también
se le denomina como uniinstancial. Sin embargo, y de manera extraordinaria, estos juicios
de amparo directo pueden llegar a ser del conocimiento de la Suprema Corte de Justicia en
casos excepcionales, como lo veremos en secciones posteriores.
¿Quiénes intervienen en un juicio de amparo?
La Ley de Amparo prevé que en el marco de la tramitación del juicio de amparo participen
cuatro personas o entidades, además de la jueza o el juez encargado de resolver el juicio.
Cada una de las partes en el juicio tiene derechos y obligaciones distintas.
Como ya vimos en párrafos anteriores, las personas y empresas particulares pueden ser
consideradas autoridades en el juicio de amparo cuando realizan actos equivalentes a los
de una autoridad, que generen o puedan generar afectaciones a derechos humanos, y
siempre que dicha función esté determinada por una norma general.
¿Cuántos tipos de interés jurídico reconoce la ley para promover un juicio de amparo?
Tanto la ley como la literatura especializada identifican tres tipos de interés: el jurídico, el
legítimo y el simple.
A pesar de que existen estos tres tipos de interés, tanto la Constitución como la Ley
de Amparo únicamente reconocen la posibilidad de que las personas acudamos al
juicio de amparo a través del interés jurídico y el interés legítimo.
¿Sólo las personas individuales tienen interés para acudir al juicio de amparo?
La ley reconoce la posibilidad de que ciertos grupos y organizaciones puedan
promover juicio de amparo para proteger los intereses colectivos de todas las
personas que forman parte de ellos. De este modo, no sólo las personas humanas
podemos promover juicios de amparo, sino que también las comunidades indígenas, los
sindicatos, las asociaciones de padres y madres de familia, los núcleos agrarios,
organizaciones de la sociedad civil, entre otros. Tomando como base lo anterior, puede
decirse que el interés en el juicio de amparo también se clasifica con base en la cantidad de
intereses que entran en juego. De este modo, el interés será individual cuando afecte o
pueda afectar a una persona en concreto y, será colectivo, cuando la norma, acto u omisión
que se reclama pueda afectar o afecte los derechos de varias personas que forman parte de
una misma comunidad o grupo.
Esta protección reforzada que brinda la Ley de Amparo se conoce como la suplencia de la
deficiencia de la queja. Esta figura permite que los juicios de amparo promovidos por o para
proteger a ciertos grupos y personas adquieran un carácter mucho más flexible e, incluso,
permite que las juezas y los jueces puedan corregir o enmendar aquellos errores y
formalidades asociadas a la argumentación y fundamentación del caso que puedan afectar
el desarrollo del juicio en perjuicio de sus derechos e intereses.
La Ley de Amparo dispone que todos los plazos dentro del juicio se cuentan a partir
del día siguiente hábil en que surte efectos la notificación a la persona quejosa del
acto o resolución que se reclama. Recuerda que, tratándose de autoridades, las
notificaciones surten efectos el mismo día en que se hayan realizado. Por tanto, si eres
parte quejosa en un juicio de amparo recuerda considerar que las notificaciones
personales y por lista surten efectos al día siguiente hábil al que se hubieran
realizado, por lo que el plazo comienza a contarse a partir del día siguiente en que
surten efectos, y no del día en que se haya realizado la notificación. Por ejemplo, Juan
es quejoso en un juicio de amparo. La persona juzgadora que conoce del juicio previno a
Juan para que aclarara algunos aspectos de su demanda, y le concedió un plazo de tres
días para desahogar tal prevención. Juan fue notificado de dicha prevención de manera
personal en su domicilio el lunes 4 de agosto. Esto quiere decir que, con base en lo
establecido por la ley, la notificación surtió efectos un día después, es decir, el martes 5 de
agosto. Por tanto, el plazo de tres días comienza a correr a partir del miércoles 6 de agosto,
por lo que la fecha límite que tiene Juan para desahogar la prevención es el viernes 8 de
agosto.
Una vez que el Tribunal Colegiado de Circuito admitió la demanda de amparo directo,
debe notificar a las partes para que, en el plazo de 15 días, presenten sus alegatos, o
bien, para que la persona tercera interesada promueva amparo adhesivo. Dentro de
este periodo de tiempo, el Ministerio Público también puede formular pedimento. En
caso de que la persona tercera interesada promueva amparo adhesivo, el Tribunal
Colegiado de Circuito debe pronunciarse sobre su admisión, prevención o
desechamiento, y en caso de que la admita, debe notificar a las partes para que, en el
plazo de tres días, expresen los argumentos que deseen plantear al respecto. Una vez
que se admitieron las demandas de amparo directo, de amparo adhesivo y que se
cuenta con el informe justificado a cargo de la autoridad responsable, la presidencia
del Tribunal Colegiado de Circuito debe turnar el expediente a la Magistrada o el
Magistrado del Tribunal a quien, por turno, le corresponda conocer del asunto y
formular el proyecto de sentencia. La Magistrada o el Magistrado ponente cuenta con
un plazo de 90 días para elaborar el proyecto de sentencia. Una vez que se cuenta con
un proyecto de sentencia, la Magistrada o el Magistrado Ponente debe anunciar su
presentación y colocarlo en la lista de asuntos que corresponda discutir al Tribunal cuando
menos con tres días de anticipación a la sesión respectiva. Además, en aquellos casos en
los que el asunto a resolver comprenda la interpretación de una norma constitucional o de
un derecho humano, entonces, la persona ponente debe publicar el proyecto de
sentencia tres días antes de que se enliste para su discusión. El proyecto de sentencia
deberá ser discutido en el día y hora anunciada. La decisión final puede adoptarse por
unanimidad o por mayoría de votos de las tres Magistradas o Magistrados que
integren al Tribunal. En caso de que el proyecto sea aprobado por las personas
integrantes del Tribunal, deberá ser firmado por cada una de ellas y, entonces, causará
ejecutoria ese mismo día. En cambio, si el proyecto no se aprueba, la persona ponente
podrá aceptar las adiciones o propuestas realizadas por los demás integrantes, y podrá
redactar una nueva sentencia. También puede suceder que el proyecto sea returnado a
otra persona Magistrada del mismo Tribunal para que elabore un nuevo proyecto
dentro del plazo de diez días.
EL RECURSO DE REVISIÓN
¿Cómo opera el recurso de revisión en el juicio de amparo?
El recurso de revisión es un medio de defensa aplicable tanto en el amparo indirecto
como en el amparo directo que tiene como objetivo principal impugnar las sentencias
y algunas resoluciones que las autoridades judiciales que conocen del juicio de
amparo adoptan a lo largo de la tramitación del juicio. Aunque este recurso es aplicable
para ambos juicios de amparo, la Ley de Amparo señala que la procedencia de este recurso
difiere dependiendo del tipo de juicio de que se trate.
Ahora bien, tratándose de amparo directo, el recurso de revisión posee una naturaleza
extraordinaria. Recordemos que el juicio de amparo directo es uniinstancial y, por tanto,
únicamente lo conocen los Tribunales Colegiados de Circuito. Al ser uniinstancial, las
decisiones que adopten los Tribunales Colegiados de Circuito suelen ser definitivas e
inatacables, esto es, que no existe una autoridad superior que pueda revisar, modificar o
revocar tales decisiones. Sin embargo, y sólo en casos excepcionales, las sentencias que
emitan los Tribunales Colegiados de Circuito en juicios de amparo directo pueden ser
revisadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante un recurso excepcional
que se conoce como amparo directo en revisión.
¿Qué es la revisión adhesiva?
La revisión adhesiva es un medio de defensa que permite a la persona que obtuvo
una sentencia favorable expresar argumentos orientados a mejorar y reforzar las
razones en las que se sustentó la decisión favorable a sus intereses. En otras
palabras, cuando una autoridad de amparo emite una decisión que después podrá ser
revisada por una autoridad superior a través del recurso de revisión, la persona que
haya obtenido la razón en esa sentencia recurrida puede ‘adherirse’ al recurso para
plantear argumentos que mejoren, amplíen o refuercen las motivaciones o
consideraciones de dicha sentencia y, con ello, demostrar que la sentencia no debe
ser modificada.
RECURSO DE QUEJA
¿Cómo opera el recurso de queja en el juicio de amparo?
El recurso de queja es otro medio de defensa que existe en el marco del juicio de
amparo y que se utiliza para atacar actos y resoluciones emitidas por las autoridades
judiciales que no son susceptibles de ser analizadas y resueltas por el recurso de
revisión, o por algún otro recurso legalmente establecido.
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RECURSO DE RECLAMACIÓN
¿Cómo opera el recurso de reclamación en el juicio de amparo?
El recurso de reclamación es un medio de defensa que procede en contra de los
acuerdos de trámite dictados por la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por las Presidencias de las Salas de la Suprema Corte, así como por las
Presidencias de los Tribunales Colegiados de Circuito.
LA FACULTAD DE ATRACCIÓN
De manera estricta, la facultad de atracción no es un medio de impugnación dentro
del juicio de amparo, sin embargo, constituye una posibilidad alternativa para que, en
ciertos casos excepcionales, la Suprema Corte de Justicia de la Nación conozca de
juicios de amparo o recursos que son competencia de los Tribunales Colegiados de
Circuito.
¿Qué características debe contener un caso para que sea atraído por la Corte?
Para que la Suprema Corte pueda atraer un caso, el juicio o recurso de que se trate
debe cumplir con los criterios de interés y trascendencia. Se entiende por
trascendente aquel tema que es excepcional o novedoso, es decir, que la resolución por
parte de la Corte permite fijar un nuevo criterio jurídico para la solución de los casos
que se puedan presentar en un futuro. Por otro lado, el interés hace referencia a la
dificultad o complejidad que puede llegar a tener un tema, es decir, la posible
afectación o alteración de los valores sociales, políticos o, en general, de
convivencia, bienestar o estabilidad del país relacionados con la impartición de
justicia.10
¿Quién puede solicitar a la Corte que atraiga un juicio de amparo o algún recurso
relacionado?
La Suprema Corte, a través de las Ministras y los Ministros que la integran, puede
ejercer su facultad de atracción para conocer de la revisión de juicios de amparo
indirecto que son de su competencia originaria, de juicios de amparo directo, de
recursos de apelación en ciertos casos, así como de cualquier recurso o medio de
defensa en el marco de la tramitación de un juicio de amparo que resulte de interés o
trascendencia. Además, los Tribunales Colegiados de Circuito, la Fiscalía General de
la República, y la Presidencia de la República –a través de su Consejería Jurídica–
puede solicitar a la Suprema Corte que ejerza su facultad de atracción para conocer
de la revisión de juicios de amparo indirecto que son de su competencia originaria,
de juicios de amparo directo, de recursos de apelación en ciertos casos, así como de
cualquier recurso o medio de defensa en el marco de la tramitación de un juicio de
amparo que resulte de interés o trascendencia. Por último, y si bien la persona quejosa,
la persona tercera interesada y las autoridades responsables carecen de competencia para
solicitar a la Suprema Corte que ejerza su facultad de atracción, lo cierto es que cualquiera
de ellas puede presentar un escrito ante la Suprema Corte en el que detalle y explique las
razones por las cuales considera que el asunto reviste los criterios de interés y
trascendencia. Si algún Ministro o alguna de las Ministras de la Corte considera que, en
efecto, el caso cumple con los requisitos y que su resolución podría derivar en la adopción
de un criterio relevante, entonces, puede hacer suya la petición y ejercer la facultad de
atracción para conocer de dicho asunto.
Si aun con ello las autoridades siguen sin cumplir con la sentencia, entonces, el
Tribunal Colegiado de Circuito debe enviar el expediente a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación quien, después de analizar el caso y de acreditar el
incumplimiento reiterado de la sentencia, puede ordenar la destitución de la autoridad
responsable que se negó a cumplir con la sentencia.
¿Qué pasa si las autoridades no pueden cumplir con una sentencia de amparo?
Si por alguna razón la autoridad responsable no puede cumplir la sentencia de
amparo por existir una situación ajena a su control o voluntad que impida materializar
las órdenes y medidas dictadas en la sentencia, entonces, las partes pueden promover
un incidente de cumplimiento sustituto. El cumplimiento sustituto tiene por objeto
asegurar el cumplimiento de la sentencia mediante el pago de una suma económica
que resulte proporcional a las afectaciones sancionadas en la sentencia. El incidente
de cumplimiento sustituto debe tramitarse directamente ante la autoridad judicial que
conoció del juicio de amparo, quien tendrá que determinar si, efectivamente, la sentencia
es imposible de cumplir. En caso de que la autoridad judicial determine que el
cumplimiento resulta imposible, entonces, deberá abrir un nuevo incidente única y
exclusivamente para cuantificar el monto económico que la autoridad deberá cubrir.
Las decisiones adoptadas en estos dos incidentes, es decir, tanto en el incidente de
cumplimiento sustituto como en el incidente de cuantificación de daños y perjuicios, son
recurribles a través del recurso de queja del que conocen y resuelven los Tribunales
Colegiados de Circuito.