Lectura Amparo

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Apuntes procesales para la defensa de

derechos humanos: Juicio de Amparo


La reforma constitucional de 2011 representó un cambio paradigmático en la
protección de los derechos humanos en nuestro país, así como en la transformación
del amparo en un mecanismo fundamental para garantizar el acceso a la justicia y
proteger a las personas y los colectivos contra las posibles violaciones a sus
derechos fundamentales. Este importante cambio estuvo motivado, en gran medida, por el
impulso del litigio estratégico promovido por organizaciones de derechos humanos y por la
sociedad civil que, desde hace algunas décadas, han empleado el juicio de amparo como
una herramienta fundamental para exigir sus derechos, transformar las políticas públicas e
impactar de manera estructural en el ordenamiento jurídico. Los Apuntes procesales para la
defensa de los derechos humanos: juicio de amparo surgen con la idea de brindar
herramientas, fortalecer las habilidades y conocimientos en materia de litigio, así como
apoyar y acompañar a las organizaciones de la sociedad civil, personas defensoras de
derechos humanos, estudiantes de educación superior y público en general que tengan
interés en conocer las nociones básicas que conforman a este mecanismo de control
constitucional. El documento se divide en tres grandes apartados, divididos en 8 capítulos:

1. Conceptos básicos para conocer el juicio de amparo. Este apartado contempla los
capítulos 1 y 2, donde se presentan los conceptos básicos sobre los derechos humanos
y su marco de protección. También se analiza la estructura del modelo constitucional
mexicano en la materia y se presentan los medios de control constitucional para la
adecuada garantía de estos derechos.

2. Fases del proceso de amparo. En esta sección se describen las reglas procesales del
juicio de amparo, los tipos y los elementos que caracterizan al amparo directo y el
indirecto, desde la presentación de la demanda hasta que se dicta la sentencia. La
descripción incluye las principales etapas en los juicios de amparo, así como los incidentes
y recursos que pueden interponer las partes durante el procedimiento. Por la
naturaleza propia del contenido de este apartado, contempla el mayor número de capítulos,
abordando desde el capítulo 3 hasta el 7.

3. El amparo para la defensa de los derechos humanos. Este apartado que contempla el
último capítulo aborda el juicio de amparo desde distintos contextos para tener una
noción general de cómo y de qué manera proteger los derechos humanos. Estos contextos
involucran el uso del amparo en defensa del territorio, para búsqueda de personas
desaparecidas, en casos de detenciones arbitrarias, frente a omisiones legislativas y el
amparo administrativo en materia migratoria.

Conceptos básicos para entender el juicio de amparo


Los derechos humanos en México, su protección y respaldo constitucional
La noción general de derechos humanos se basa en la afirmación de que las
personas tenemos derechos por el hecho de ser seres humanos. Estos derechos
surgen con el objetivo de limitar las actuaciones del poder público, y con ello impedir
la incidencia arbitraria del Estado en la vida de las personas, pero también con el
objetivo de asegurar el mejoramiento de sus condiciones de vida. De este modo, a
partir de las acciones desplegadas por distintos movimientos sociales a lo largo de la
historia contemporánea, así como por el desarrollo de las ideas jurídicas y políticas en las
distintas sociedades, los derechos humanos han ganado espacios importantes en los textos
constitucionales y se han convertido en un elemento sustancial de todo Estado Democrático
de Derecho, como el nuestro.2

La constitución y los dh
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) establece los
principios y las reglas de todo el sistema jurídico y político de nuestro país; reconoce la
articulación y autonomía de los tres Poderes del Estado, esto es del Ejecutivo, del
Legislativo y del Judicial; delimita las actuaciones de las autoridades y les impone
obligaciones específicas, pero, sobre todo, reconoce y protege los derechos humanos
de las personas. La Constitución es también la ley más importante de nuestro país,
por lo que los derechos humanos reconocidos en ella deben ser respetados,
protegidos y garantizados por todas las autoridades. En la medida en que los derechos
humanos constituyen principios tan relevantes para la vida de todas las personas, una vez
que éstos ingresan y son reconocidos por la Constitución, las autoridades no pueden
borrarlos o quitarlos, aunque siempre pueden agregar más derechos al texto
constitucional.

¿Los dh solo están en la constitución?


Los derechos humanos no sólo están en la Constitución. También hay derechos
reconocidos en los tratados internacionales que México ha firmado. Estos tratados son
documentos que nuestro país celebra con otros Estados, como Francia, Argentina o Brasil,
entre otros, para generar obligaciones entre las naciones que, a su vez, pueden beneficiar a
las personas. Algunos ejemplos de este tipo de tratados son la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la
Convención contra la Tortura o la Convención para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer.

Durante muchos años, en nuestro país, se pensó que únicamente los derechos escritos en
el texto constitucional eran derechos humanos. De hecho, hace no muchos años, la
Constitución mexicana no reconocía el concepto de derechos humanos, sino que
reconocía ciertas libertades que denominaba “garantías individuales”. A pesar de que
algunas de estas “garantías” podían ser consideradas como derechos humanos, lo cierto
es que no todos los derechos humanos pueden ser entendidos o agrupados bajo el
concepto de “garantías individuales”. Por tanto, esta visión era bastante problemática
porque las autoridades se negaban a reconocer o aplicar derechos humanos reconocidos
en algunos tratados internacionales, lo que limitaba de manera importante las posibilidades
de garantizar condiciones óptimas y más amplias de justicia. Afortunadamente, esta
situación cambió en el año 2011 cuando la Constitución se reformó para dar paso al
reconocimiento material de los derechos humanos. Entre otras cosas, la reforma
constitucional en derechos humanos del año 2011 incorporó a nuestra Constitución
los derechos humanos reconocidos en tratados internacionales que México hubiere
celebrado en el plano internacional. También detalló algunas de las obligaciones que
corresponden a las autoridades en materia de derechos humanos y, por último,
modificó de manera importante el diseño y los alcances del juicio de amparo para
convertirlo en un mecanismo eficaz que permitiera, precisamente, proteger a estos
derechos ante posibles vulneraciones por parte de las autoridades o de ciertos
actores particulares.

¿Qué es el bloque de constitucionalidad o el parámetro de control de la regularidad


constitucional?
El reconocimiento articulado de los derechos humanos contenidos en el texto constitucional,
así como de aquellos derechos humanos incorporados en tratados internacionales
celebrados por nuestro país, da paso al concepto de bloque de constitucionalidad. Este
concepto parte del reconocimiento de que existen normas constitucionales que no
están necesariamente escritas en el documento que comúnmente entendemos como
“Constitución”, pero que, por su especial relevancia e importancia para la vida de las
personas y de nuestra sociedad, requieren de una especial protección y
consideración por parte de las autoridades.

De esta manera, el bloque de constitucionalidad implica la posibilidad de entender a la


Constitución como una clase de binomio que se conforma tanto por el contenido
expreso de los artículos previstos en el texto constitucional, pero también de
aquellos derechos humanos contenidos en tratados internacionales. Así, puede
decirse que hoy por hoy, la Constitución no se agota en los ciento treinta y seis artículos
previstos en su texto, sino por un número mucho más amplio de normas que
reconocen derechos humanos y que pueden estar en cualquier tratado internacional,
siempre que México lo hubiere ratificado.

El bloque de constitucionalidad ha sido reconocido por la Suprema Corte de Justicia de la


Nación a partir de la noción de parámetro de control de la regularidad constitucional. De
acuerdo con este concepto, en el sistema jurídico mexicano, las normas de derechos
humanos no se relacionan en términos jerárquicos sino en términos de su contenido
material o sustancia. De este modo, no importa si un derecho humano se encuentra
contenido en el texto constitucional o en algún tratado internacional para que las
autoridades tengan la obligación de respetarlo, protegerlo y garantizarlo. Aunado a
ello, la Suprema Corte también ha referido, con base en este concepto, que los derechos
humanos constituyen el parámetro de control de regularidad constitucional porque tales
derechos son los que orientan los fines y objetivos de nuestro sistema constitucional. Así,
los derechos humanos son, en palabras más sencillas, la columna vertebral de
nuestro modelo de justicia constitucional.

¿Qué obligaciones tienen las autoridades frente a los derechos humanos?


Tanto la Constitución, diversos tratados internacionales y la doctrina coinciden en señalar
que las autoridades tienen, al menos, cuatro obligaciones genéricas frente a los derechos
humanos: respetar, proteger, garantizar y promover.
¿Qué pasa si las autoridades no cumplen con sus obligaciones en materia de derechos
humanos?
Para identificar si alguna norma, acto u omisión cometida por las autoridades del
Estado es contraria a algún derecho humano existe una herramienta llamada control
de constitucionalidad-convencionalidad. Con esta herramienta, las autoridades judiciales
pueden analizar si la conducta de la autoridad resultó o no contraria a los derechos
humanos. Se denomina control de constitucionalidad-convencionalidad, precisamente,
porque todos los actos u omisiones de las autoridades pueden ser contrastadas y
supervisadas a la luz de lo que señalan los derechos humanos que, como ya vimos, pueden
estar contenidos tanto en el texto constitucional como en los tratados internacionales. En
nuestro país, el control de constitucionalidad-convencionalidad se divide en dos tipos:
control concentrado y control difuso.

EL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EN MÉXICO


El control de convencionalidad llegó a México por medio de la sentencia condenatoria
emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Radilla
Pacheco. Entre otras cosas, el Tribunal Interamericano determinó que las juezas y los
jueces mexicanos deben realizar un control ‘automático’ de los actos y las normas internas
–dentro del marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales
correspondientes– a fin de determinar si dichas normas y actos cumplen con lo
señalado por la Convención Americana sobre Derechos Humanos. De acuerdo con la
Corte Interamericana, como parte de este control, las personas juzgadoras deben tomar
en consideración no solamente el tratado, sino también la interpretación que de éste
ha hecho la Corte IDH.4

¿Cómo se organiza la estructura y el sistema judicial en México?


En México el sistema judicial se organiza a partir de un modelo federal. Esto quiere
decir que cada una de las entidades federativas posee un sistema judicial propio que
se encarga de resolver las controversias que se susciten entre personas que habitan
en el territorio de dichas entidades. A las juezas y los jueces en cada una de las
entidades federativas se les conoce como ‘jueces locales’ o ‘jueces ordinarios’ y, en
general, resuelven casos que tienen que ver con cuestiones familiares, penales, laborales,
mercantiles y civiles que suponen la aplicación de una norma local o que comprenden la
participación de alguna autoridad de dichas entidades. Esto quiere decir que, a pesar de
que cada entidad federativa cuente con un sistema judicial local, las juezas y los
jueces de cada uno de los estados sólo pueden aplicar y resolver sobre normas
locales, por lo que no están facultados para tramitar y resolver juicios de amparo.5
Sin embargo, los actos y resoluciones que emiten las personas juzgadoras locales sí
pueden ser objeto de análisis y revisión por parte de los tribunales federales a través
del juicio de amparo, como veremos más adelante. Además de los juzgados locales, en
nuestro país existen juezas y jueces federales que forman parte del Poder Judicial de la
Federación. En la cúspide de este sistema de justicia federal se encuentra la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que es el Máximo Tribunal de nuestro país y quien
adopta las decisiones finales respecto de cualquier cuestión jurídica planteada. Por
debajo de la Suprema Corte de Justicia se encuentran los Tribunales Colegiados de
Circuito, los Tribunales Colegiados de Apelación y los Juzgados de Distrito. El Poder
Judicial Federal puede operar a través de dos mecanismos principales: el primero
asociado con la resolución de procesos ordinarios federales; y, el segundo, asociado
con la resolución de juicios de amparo

¿Qué y cuáles son los medios de control constitucional de los derechos humanos en
México?
Un medio de control constitucional es un mecanismo de protección por el cual se
busca salvaguardar el contenido constitucional y con ello preservar los derechos
humanos reconocidos en ella. En México, el conocimiento, tramitación y resolución de los
medios de control constitucional en vía judicial corresponde en exclusiva al Poder
Judicial Federal, es decir, a los Juzgados de Distrito, a los Tribunales Colegiados de
Apelación (sólo en casos específicos), a los Tribunales Colegiados de Circuito, a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación en asuntos exclusivamente de naturaleza electoral. En nuestro país
existen tres medios de control constitucional de naturaleza judicial relacionados con
la observancia y garantía de los derechos humanos: la controversia constitucional, la
acción de inconstitucionalidad y el juicio de amparo. En los siguientes cuadros se
muestra un resumen de los primeros dos medios de control señalados. El resto del
documento se centra en el análisis del juicio de amparo como medio de control
constitucional para la garantía de los derechos humanos.
EL JUICIO DE AMPARO COMO MEDIO DE CONTROL CONSTITUCIONAL
Y DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
El juicio de amparo es un medio de control constitucional de carácter judicial que
tiene como principal objetivo asegurar la protección y garantía de los derechos
humanos de todas las personas frente a actos, omisiones o normas emitidas y
aplicadas por cualquier autoridad en nuestro país, sin importar si se trata de
autoridades locales o federales. Hoy en día, el juicio de amparo también procede en
contra de actos u omisiones cometidos por personas o empresas particulares cuando
éstas llevan a cabo actos que se asemejan a los de una autoridad, y que pueden
generar afectaciones a los derechos humanos de las personas

¿Cuándo procede un amparo contra particulares?


Las personas podrán presentar una demanda de amparo en contra de actos u omisiones de
particulares, siempre que éstos realicen actos equiparables a los de la autoridad, que
dicha función esté determinada en una ley y que la emisión de esos actos u omisiones
tenga como resultado la afectación a un derecho humano. Algunos ejemplos de cuando
particulares actúan como autoridades para efectos de juicio de amparo son:
● Las universidades y escuelas privadas cuando retienen evaluaciones, certificados de
estudios, por falta de pagos o colegiaturas, y por reservarse el derecho de admisión
escolar.
● Las aseguradoras por la negativa de expedir una póliza en favor de una persona con
discapacidad.
● Las compañías de telefonías cuando omiten de manera injustificada y unilateral el
pago de la pensión jubilatoria.

El juicio de amparo responde a la obligación que tiene el Estado mexicano de garantizar a


las personas que vivimos y transitamos por este país la posibilidad de contar con un recurso
judicial sencillo, rápido y efectivo. Este recurso debe ser capaz de sancionar las violaciones
a derechos humanos cometidas, reparar tales violaciones, así como de evitar que nuevas
conductas de la autoridad afecten derechos humanos. Por esta razón, el juicio de amparo
es el principal medio de control constitucional de normas, actos y omisiones que
afecten o puedan afectar los derechos humanos en el sistema jurídico mexicano. A lo
largo de la historia, el juicio de amparo ha presentado una evolución importante que ha ido
ensanchando su alcance protector. En un inicio, el juicio de amparo únicamente
protegía lo que la Constitución llamaba “garantías individuales”; en cambio, hoy en
día, el juicio de amparo también permite proteger derechos humanos contenidos en
tratados internacionales porque, como lo señalamos en la sección anterior, estos
derechos humanos también forman parte de la Constitución. Por ejemplo, en etapas
previas de la historia, el juicio de amparo sólo protegía a aquellas personas que, de manera
directa, hubieren resentido una vulneración a sus derechos humanos y siempre que dicha
violación se hubiere consumado. Hoy, en cambio, el amparo puede proteger a personas
que, de manera indirecta, resienten una vulneración a sus derechos e, incluso, es
capaz de protegerlas de manera previa para evitar que se consume tal afectación.

¿Qué es una vulneración indirecta a los dh?


Una vulneración indirecta surge cuando una medida o acto de autoridad puede
impactar en el goce y ejercicio de los derechos humanos de una persona, aun cuando
dicha medida no se encuentre dirigida específicamente a ella. Por ejemplo, cuando se
aprueba un proyecto de desarrollo que impacta de manera negativa el territorio que habita,
así como el medio ambiente que le rodea.

Contradicción de criterios 412/2022


La Primera Sala de la Corte deliberó que las normas que penalizan el aborto potencialmente
pueden comprometer o limitar el acceso de las mujeres y personas con capacidad de gestar
a una debida protección de sus derechos humanos a la autonomía reproductiva, a la vida, a
la no discriminación, a la salud y a la integridad personal; sin que sea exigible un acto de
aplicación, pues la penalización del aborto les impacta colateralmente en un grado
suficiente para afirmar que se genera en su contra una afectación relevante, cualificada,
actual y real, en tanto que contienen disposiciones que les vinculan a su cumplimiento
desde el inicio de su vigencia. Así, dichas normas se pueden impugnar como
autoaplicativas. Sin que sea necesario requerir que la persona se encuentre embarazada y
que además no tenga la voluntad de continuar con el embarazo, le asiste el derecho a
cuestionar por la vía constitucional la forma en la que el legislador decidió criminalizar la
conducta de la mujer para proteger el derecho a la vida del producto en gestación. La sola
calidad de mujer o persona con capacidad de gestar es suficiente para reclamar mediante
juicio de amparo la inconstitucionalidad de artículos que penalicen el aborto en normas que
territorialmente sean aplicables a las personas quejosas.

¿Cuántos tipos de amparo hay y por qué?


Nuestro modelo constitucional prevé la existencia de dos tipos de juicio de amparo. El
amparo indirecto y el amparo directo. Las diferencias principales entre ambos juicios
radican en el tipo de actos que pueden ser reclamados, así como la cantidad de autoridades
que intervienen en su tramitación y resolución.

Amparo indirecto
Mediante el juicio de amparo indirecto las personas podemos reclamar que un acto,
una omisión de la autoridad, así como la expedición de una ley o su aplicación en un
caso concreto, viola los derechos humanos reconocidos y protegidos por la
Constitución. Se conoce como indirecto por dos razones principales. La primera porque, al
momento de su configuración, este amparo se pensó como un recurso orientado a proteger
de manera rápida las “garantías individuales” previstas en la Constitución, por lo que su
conocimiento debía corresponder a las juezas y los jueces más cercanos al lugar donde
habitara la persona. Y la segunda razón –muy relacionada con la primera– es porque, antes
de que el juicio pueda llegar a las últimas instancias de la estructura judicial, por ejemplo, la
Suprema Corte de Justicia, es necesario primero que una jueza o un juez federal conozcan
del asunto.
El amparo indirecto suele ser conocido como un amparo biinstancial, porque en su
tramitación y resolución conocen dos autoridades distintas. En un primer momento, las
Juezas y los Jueces de Distrito son las autoridades judiciales encargadas de recibir,
tramitar y decidir sobre la demanda de amparo. Mientras que, en un segundo
momento, los Tribunales Colegiados de Circuito tienen la facultad para revisar esa
primera sentencia y, entonces, confirmarla u ordenar algo distinto a lo señalado por la
Jueza o el Juez de Distrito.
Amparo directo
El juicio de amparo directo sirve para combatir todas aquellas sentencias o decisiones
judiciales y administrativas que ponen fin a un juicio, es decir, que ya no pueden ser
conocidas por alguna instancia o autoridad superior de carácter local u ordinario. A
este juicio de amparo se le conoce como directo porque, en sus orígenes, la resolución
correspondía de manera exclusiva y directa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
última instancia en el sistema de justicia de nuestro país. Hoy en día, y en virtud de la
evolución que ha experimentado nuestro sistema judicial; de la alta demanda de servicios
de justicia en nuestro país, así como del papel que hoy tiene la Suprema Corte como
tribunal constitucional, los juicios de amparo directo son conocidos en primera y única
instancia por los Tribunales Colegiados de Circuito, razón por la cual a este juicio también
se le denomina como uniinstancial. Sin embargo, y de manera extraordinaria, estos juicios
de amparo directo pueden llegar a ser del conocimiento de la Suprema Corte de Justicia en
casos excepcionales, como lo veremos en secciones posteriores.
¿Quiénes intervienen en un juicio de amparo?
La Ley de Amparo prevé que en el marco de la tramitación del juicio de amparo participen
cuatro personas o entidades, además de la jueza o el juez encargado de resolver el juicio.
Cada una de las partes en el juicio tiene derechos y obligaciones distintas.

1. Parte quejosa. Es toda persona o grupo de personas que consideran que la


conducta de alguna autoridad, alguna norma o alguna sentencia vulnera sus
derechos humanos. La parte quejosa es la encargada de iniciar el juicio a través de
la elaboración y presentación de la demanda de amparo. Como parte de sus
obligaciones en juicio, tiene el deber de atender a los requerimientos que le realice la
autoridad judicial, de presentar y argumentar las pruebas que justifiquen su reclamo,
así como de dirigirse con respeto en el marco del juicio. Entre sus derechos se
encuentran la posibilidad de contradecir lo señalado por las autoridades
responsables, de presentar los recursos y medios de defensa que considere
pertinentes, así como de que se le imparta justicia de manera sencilla, rápida y
efectiva.
2. Autoridades responsables. Son todos aquellos órganos o representantes del
Estado que dictan, ordenan, ejecutan o llevan a cabo actos que generan, o pueden
generar, afectaciones a los derechos humanos de las personas. Este criterio
incluye a autoridades pertenecientes a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial
tanto federales, estatales y municipales. Al igual que sucede con la parte quejosa,
las autoridades responsables deben atender a los requerimientos que le realice la
autoridad judicial, presentar y argumentar las pruebas que justifiquen su defensa, así
como de dirigirse con respeto en el marco del juicio. Las autoridades también
pueden presentar los recursos y medios de defensa que consideren pertinentes.

Como ya vimos en párrafos anteriores, las personas y empresas particulares pueden ser
consideradas autoridades en el juicio de amparo cuando realizan actos equivalentes a los
de una autoridad, que generen o puedan generar afectaciones a derechos humanos, y
siempre que dicha función esté determinada por una norma general.

3. Persona tercera interesada. Es toda persona que, de manera indirecta, tiene un


interés en que los efectos del acto reclamado se mantengan vigentes. Es decir,
busca que prevalezca, el acto, la omisión o la norma que la parte quejosa reclamó a
través del juicio de amparo. Como parte en el juicio, la persona tercera interesada
tiene algunos derechos, tales como adherirse a la demanda de amparo, plantear
argumentos para que el juicio se detenga, ofrecer y argumentar pruebas, así como
interponer recursos y medios de defensa.
4. Ministerio Público. Tiene la función de representar a la sociedad en los
procesos penales. En el juicio de amparo actúa en todos los procesos y tiene el
objeto de garantizar la legalidad y el debido proceso, proteger el interés público y el
orden social, y que se respeten los derechos humanos.

La participación del Ministerio Público en un juicio de amparo puede ser tanto en


carácter de autoridad responsable, es decir, como autoridad a la que se le demanda
algún acto u omisión, o bien como una parte dentro del juicio que, aunque no
participa directamente en la controversia, sí puede intervenir en cualquier momento
en tanto que le corresponde velar por el mantenimiento del orden público. En este
último supuesto, el Ministerio Público interviene a través de la figura del pedimento.

¿En qué supuestos no es procedente un juicio de amparo?


La improcedencia es una figura procesal que puede surgir en cualquier procedimiento
judicial y se entiende como la imposibilidad de que una demanda sea conocida por las
autoridades porque el acto que se combate no es susceptible de ser analizado por las
juezas y los jueces. El artículo 63 de la Ley de Amparo contiene una lista de
supuestos respecto de los cuales el amparo resulta improcedente. Cuando una
persona promueve un amparo respecto de uno de esos supuestos, las autoridades
judiciales tienen la obligación de ‘desechar’ la demanda, es decir, rechazarla y notificar a la
persona las razones de esa decisión.

Cuando la autoridad judicial desecha la demanda de amparo es como si el juicio


nunca hubiera comenzado, porque la jueza o el juez no pudo analizar si quiera el
contenido sustantivo de la demanda ni determinar si las autoridades actuaron de manera
correcta o no, sino que únicamente identificó que el tipo de acto que reclamó la persona
quejosa no es susceptible de ser revisado a través del juicio de amparo, tal como lo dispone
la ley. Esto no quiere decir que la autoridad judicial se haya negado a tramitar el juicio, sino
que en realidad cumplió con lo que ordena la Ley de Amparo. Ahora bien, el que una
demanda de amparo se haya desechado, no significa que la persona haya quedado en
estado de indefensión porque, como veremos más adelante, esa persona puede promover
un recurso y solicitar a un Tribunal Colegiado que revise esa decisión, o bien, puede llevar
su caso a través de un procedimiento o autoridad distinta, cuando ello sea posible. En la
práctica del amparo, se dice que una causal de improcedencia puede sobrevenir en
cualquier momento. Esto quiere decir que el desechamiento de la demanda no
necesariamente tiene que darse al momento de su presentación, sino que puede surgir en
el momento en que la autoridad judicial tome conciencia de esta situación, ya sea porque
alguna de las partes lo manifestó, porque algo ocurrió con el acto reclamado que lo modificó
e hizo que el amparo fuera improcedente, o porque la autoridad judicial identificó la
situación como parte del análisis del caso.
CUESTIONES RELEVANTES QUE CONSIDERAR PREVIO A LA
INTERPOSICIÓN DE UN JUICIO DE AMPARO
La figura del interés jurídico en el juicio de amparo
Como hemos visto, todas las personas tenemos el derecho de presentar una demanda de
amparo siempre que creamos que alguna autoridad puede vulnerar o ya ha vulnerado
nuestros derechos humanos. Sin embargo, y a pesar de que todas las personas
tenemos este derecho, no todas nos encontramos en los mismos supuestos ni
experimentamos de la misma manera tales vulneraciones. Además, las violaciones a
derechos humanos presentan muchas caras y, en algunos casos resulta sumamente
complicado identificar la relación entre la conducta de las autoridades y las vulneraciones a
derechos humanos. Por ello, tanto la Constitución como la Ley de Amparo consideran
distintas formas de legitimación por medio de las cuales la justicia puede reconocer y
valorar nuestras experiencias y, con ello, proteger nuestros derechos a través del juicio de
amparo.
¿Qué significa tener interés jurídico en el juicio de amparo?
El interés es una institución procesal que sirve para demostrar a un tribunal que las
personas que acuden a un juicio guardan una conexión suficiente con la controversia
planteada, de modo que su participación en el juicio resulta justificada. Se trata, en
otras palabras, de la posibilidad legal que el sistema jurídico nos ofrece a las personas para
activar el entramado institucional del Estado e iniciar acciones concretas de las que pueden
derivar consecuencias relevantes para nuestra vida y nuestros derechos.

¿Cuántos tipos de interés jurídico reconoce la ley para promover un juicio de amparo?
Tanto la ley como la literatura especializada identifican tres tipos de interés: el jurídico, el
legítimo y el simple.

A pesar de que existen estos tres tipos de interés, tanto la Constitución como la Ley
de Amparo únicamente reconocen la posibilidad de que las personas acudamos al
juicio de amparo a través del interés jurídico y el interés legítimo.

¿Sólo las personas individuales tienen interés para acudir al juicio de amparo?
La ley reconoce la posibilidad de que ciertos grupos y organizaciones puedan
promover juicio de amparo para proteger los intereses colectivos de todas las
personas que forman parte de ellos. De este modo, no sólo las personas humanas
podemos promover juicios de amparo, sino que también las comunidades indígenas, los
sindicatos, las asociaciones de padres y madres de familia, los núcleos agrarios,
organizaciones de la sociedad civil, entre otros. Tomando como base lo anterior, puede
decirse que el interés en el juicio de amparo también se clasifica con base en la cantidad de
intereses que entran en juego. De este modo, el interés será individual cuando afecte o
pueda afectar a una persona en concreto y, será colectivo, cuando la norma, acto u omisión
que se reclama pueda afectar o afecte los derechos de varias personas que forman parte de
una misma comunidad o grupo.

¿CÓMO SABER SI TENGO INTERÉS PARA PROMOVER UN JUICIO DE AMPARO?


Saber si una persona cuenta con interés jurídico para promover un juicio de amparo podría
resultar sencillo, no sucede lo mismo con el interés legítimo. Respecto de este tipo de
interés, no existe una fórmula única e infalible para determinar a ciencia cierta cuándo las
personas podemos encontrarnos en una situación de suficiente proximidad con la norma o
el acto de autoridad que pueda afectar nuestros derechos humanos. Sin embargo, esta lista
de criterios mínimos puede ayudarte a identificar si tienes o no interés para promover juicio
de amparo:

¿Qué pasa si la autoridad judicial dice que no tengo interés?


Si la autoridad judicial señala que no tienes interés para promover el juicio de
amparo, lo más probable es que deseche la demanda de amparo. Puedes promover
un recurso de queja en contra de esa determinación que tendrá que ser resuelto por
un Tribunal Colegiado de Circuito.

LA FIGURA DE LA SUSPENSIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO


La suspensión del acto reclamado es una medida cautelar a través de la cual la
persona juzgadora que conoce del amparo ordena a las autoridades responsables
que detengan la conducta reclamada en la demanda. Se trata de una orden dictada
por las autoridades judiciales para evitar que la conducta reclamada continúe
ejecutándose y, con ello, se genere una afectación irreparable a los derechos de las
personas. La suspensión permite que la cuestión principal en el juicio se mantenga tal
cual ocurrió al momento de promover la demanda de amparo, y permitir a las
autoridades judiciales pronunciarse sobre la validez y constitucionalidad del acto reclamado
hasta en tanto el juicio se resuelve y se dicta una sentencia definitiva.

¿Cómo opera la suspensión?


Revisión de incidente de suspensión 1/2022
En la ciudad de Durango, una autoridad autorizó la construcción de un puente elevado que
supondría la tala de una cantidad importante de árboles, así como la destrucción de un
parque que era utilizado por las personas que habitaban dicha localidad. Además, la
autoridad no realizó ningún tipo de consultas, ni tomó en consideración la opinión de las
personas que habitaban alrededor del lugar. Al respecto, un grupo de vecinos promovió un
juicio de amparo con el objetivo de evitar la construcción del puente elevado hasta en tanto
las autoridades no garantizaran la participación de la comunidad, presentaran los
documentos y las autorizaciones ambientales que demostraran que la construcción del
puente no generaría daños al medio ambiente y que se hubieren adoptado medidas para
compensar aquellas afectaciones ambientales que pudieran derivar de la construcción del
puente elevado. Al conocer de esta solicitud, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación resolvió que la figura de la suspensión en el juicio de amparo tiene como
objetivo no sólo preservar la materia del juicio, sino también evitar la consumación de
daños relevantes al medio ambiente sano, por tanto, ordenó a las autoridades detener
la construcción del puente elevado hasta en tanto no demostraran de manera
fehaciente la cantidad de árboles que serían afectados, el tratamiento que se daría a
dichos árboles, el lugar en el que serían reubicados y el trato que se les daría, así como un
plan de mitigación y compensación de posibles afectaciones ambientales.

¿Cuándo puede solicitarse la suspensión en el juicio de amparo?


La suspensión del acto reclamado puede solicitarse y otorgarse tanto en el amparo
indirecto como en el amparo directo. Puede solicitarse en cualquier momento del
juicio, es decir, desde la demanda de amparo y hasta antes de que se emita una
sentencia definitiva.

¿Ante quien se solicita?


La suspensión del acto reclamado debe solicitarse ante la autoridad judicial que esté
conociendo del juicio. Así, si se trata de un juicio de amparo indirecto, la suspensión
debe solicitarse a la Jueza o el Juez de Distrito; mientras que, si se trata de un
amparo directo, la suspensión debe solicitarse ante el Tribunal Colegiado de Circuito.

¿Cuántos tipos de suspensión hay en el juicio de amparo?


La suspensión en el juicio de amparo puede clasificarse a través de dos categorías.
La primera en función de quien la solicita y, la segunda, en función de la etapa del
juicio en la que se otorga.

¿La suspensión procede en contra de cualquier acto u omisión?


Los artículos 128 y 129 de la Ley de Amparo disponen que hay ciertos actos que no se
pueden suspender en un juicio de amparo.
¿Qué es la garantía en la suspensión en un juicio de amparo?
En ciertos casos, cuando se conceda la suspensión en un juicio de amparo, y cuando
ésta pueda afectar los derechos de la persona tercera interesada, las juezas y los
jueces de amparo pueden solicitar a la parte quejosa que otorgue una cantidad de
dinero con el objetivo de garantizar o cubrir las afectaciones que se puedan generar
en caso de que no se conceda el amparo a la persona quejosa. En respuesta, la
persona tercera interesada puede ofrecer una contragarantía para cancelar la suspensión
del acto reclamado ordenada y, con ello, devolver las cosas a la situación en la que se
encontraban antes de que se generara la violación a derechos humanos.
¿Cómo se tramita la suspensión en el juicio de amparo?
La suspensión en el juicio de amparo, cuando no procede de plano, se tramita a
través de lo que se conoce como un incidente. Un incidente es un procedimiento más
breve que se tramita y resuelve de manera paralela al juicio principal. Se trata de una
clase de juicio accesorio al principal, pero que guarda una relación estrecha con éste. En el
marco de la tramitación de un incidente de suspensión, la jueza o el juez de amparo
ordenará abrir un cuaderno incidental y podrá llamar a las partes en el juicio de amparo a la
celebración de una audiencia incidental para decidir sobre el otorgamiento o la negativa de
la suspensión.

¿Qué pasa si la jueza o el juez de amparo me niega la suspensión?


Si la autoridad judicial niega la suspensión provisional, procede el recurso de queja.
En cambio, si la autoridad judicial niega la suspensión definitiva, entonces, procede
el recurso de revisión. Ambos recursos son conocidos por los Tribunales Colegiados
de Circuito, tanto en amparo directo como en amparo indirecto.
LA SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN EL JUICIO DE AMPARO
Como hemos analizado hasta ahora, el juicio de amparo tiene como principal objetivo ser un
medio sencillo y rápido de defensa y garantía de los derechos humanos. Esto quiere decir
que la tramitación del juicio de amparo debe resultar sencilla y accesible para
cualquier persona, con independencia de su nacionalidad, condición social,
económica, religiosa, migratoria, de discapacidad, género, o de cualquier otra. En
tanto medio para la protección de los derechos humanos, el juicio de amparo es consciente
de las disparidades y desigualdades sociales que existen entre los grupos y las personas,
así como lo complicado e inaccesible que, a veces, puede ser el derecho. Frente a ello, la
fracción II del artículo 107 constitucional, así como el artículo 79 de la Ley de Amparo,
regulan algunos supuestos que brindan una especial protección a ciertos grupos y
personas que, por su situación particular de vulnerabilidad, no se encuentran en las
mismas condiciones que otros sectores de la población para iniciar y desarrollar un
juicio de amparo.

Esta protección reforzada que brinda la Ley de Amparo se conoce como la suplencia de la
deficiencia de la queja. Esta figura permite que los juicios de amparo promovidos por o para
proteger a ciertos grupos y personas adquieran un carácter mucho más flexible e, incluso,
permite que las juezas y los jueces puedan corregir o enmendar aquellos errores y
formalidades asociadas a la argumentación y fundamentación del caso que puedan afectar
el desarrollo del juicio en perjuicio de sus derechos e intereses.

¿Respecto de qué personas y grupos procede la suplencia de la deficiencia de la queja?


De acuerdo con el artículo 79 de la Ley de Amparo, la suplencia de la deficiencia de la queja
procede respecto de los siguientes grupos, temas y materias:
¿Existe una clasificación sobre la suplencia de la deficiencia de la queja?
La Corte ha estimado que la suplencia de la queja puede ser total o relativa. Será total
ante la ausencia de conceptos de violación o de agravios, y relativa cuando haya sólo
una deficiente argumentación jurídica. Lo común a ambos supuestos es que mediante la
suplencia se reduce el carácter técnico del juicio de amparo para dar relevancia a la
protección y garantía de los derechos que se consideran violados. Este principio da lugar
a que las personas juzgadoras enmienden las omisiones o deficiencias en la
demanda o recurso, extendiendo su protección durante todo el proceso y hasta la
ejecución de la sentencia

ELABORACIÓN DE UNA DEMANDA DE AMPARO


Una vez que hemos analizado los elementos básicos del juicio de amparo es momento de
abordar la manera en que se elabora y tramita una demanda de amparo. Como ya lo hemos
señalado, la demanda de amparo es el documento por medio del cual se pone al
conocimiento de la autoridad judicial una posible vulneración a derechos humanos
que debe ser analizada y, en su caso, sancionada. Es decir, se trata de la llave que abre
la posibilidad de acceder a la justicia a través de un juicio de amparo. No existe un formato
específico para elaborar una demanda de amparo. Por lo general, se presenta en
forma de un documento escrito, aunque la ley también reconoce la posibilidad de
promover un juicio de amparo a través de comparecencia o, incluso, de telégrafos.
Además, la ley tampoco exige que la demanda de amparo tenga que presentarse en
español. En tal medida, los pueblos, comunidades y personas indígenas tienen la
posibilidad de presentar demandas de amparo en sus propios idiomas. A pesar de que la
ley no exige un formato único de demanda, sí establece elementos indispensables
que toda demanda debe contener para poder tramitar el juicio. En la práctica del juicio
de amparo es común que las personas defensoras y litigantes presenten tales datos de la
siguiente manera.
¿Qué pasa si presento una demanda y se me olvidó mencionar alguno de estos
datos?
En caso de que falte alguno de los requisitos de la demanda, la jueza o el juez de
amparo podrá prevenirte sobre la falta de estos requisitos. Esto quiere decir que te
dará aviso de esta situación y te otorgará un plazo que va de entre los tres y cinco
días para que corrijas el error y añadas la información que falte. Una vez que hayas
desahogado la prevención, el órgano jurisdiccional podrá decidir si admite o no la
demanda. En caso de que no subsanes el error, la persona juzgadora puede
determinar que la demanda de amparo se tuvo por no presentada.

TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO


Una vez que hemos analizado los elementos que debe contener una demanda de amparo,
es importante identificar y comprender el trámite que debe seguir este juicio, así
como las etapas que lo conforman, tanto en la vertiente de amparo indirecto como de
amparo directo.

¿Cuánto tiempo tengo para presentar una demanda de amparo?


Por regla general, el plazo para presentar una demanda de amparo es de 15 días hábiles,
contados a partir de:
LAS NOTIFICACIONES EN EL JUICIO DE AMPARO
Una notificación es un acto procesal mediante el cual el órgano jurisdiccional hace
del conocimiento de las partes en el juicio algún acontecimiento relevante que
requiere de su atención. De acuerdo con la Ley de Amparo, las notificaciones en este
tipo de juicios pueden realizarse de cuatro maneras distintas, y producen sus efectos
en momentos distintos.

La Ley de Amparo dispone que todos los plazos dentro del juicio se cuentan a partir
del día siguiente hábil en que surte efectos la notificación a la persona quejosa del
acto o resolución que se reclama. Recuerda que, tratándose de autoridades, las
notificaciones surten efectos el mismo día en que se hayan realizado. Por tanto, si eres
parte quejosa en un juicio de amparo recuerda considerar que las notificaciones
personales y por lista surten efectos al día siguiente hábil al que se hubieran
realizado, por lo que el plazo comienza a contarse a partir del día siguiente en que
surten efectos, y no del día en que se haya realizado la notificación. Por ejemplo, Juan
es quejoso en un juicio de amparo. La persona juzgadora que conoce del juicio previno a
Juan para que aclarara algunos aspectos de su demanda, y le concedió un plazo de tres
días para desahogar tal prevención. Juan fue notificado de dicha prevención de manera
personal en su domicilio el lunes 4 de agosto. Esto quiere decir que, con base en lo
establecido por la ley, la notificación surtió efectos un día después, es decir, el martes 5 de
agosto. Por tanto, el plazo de tres días comienza a correr a partir del miércoles 6 de agosto,
por lo que la fecha límite que tiene Juan para desahogar la prevención es el viernes 8 de
agosto.

¿Ante qué autoridad se presenta la demanda de amparo?


Como ya hemos señalado, los juicios de amparo indirecto son conocidos y tramitados por
los Juzgados de Distrito, y sólo en algunos casos por los Tribunales Colegiados de
Apelación, pero sólo respecto de actos emitidos por otro Tribunal Colegiado de Apelación.
Al momento de presentar tu demanda de amparo indirecto, ten presente la materia de la
que se trata porque existen Juzgados de Distrito en distintas materias como administrativa,
civil, penal y laboral, o Juzgados de Distrito Mixtos que conocen de varias materias. La
demanda en este tipo de juicio se presenta directamente en los Juzgados de Distrito. En
cambio, tratándose de juicios de amparo directo, recuerda que éstos son conocidos y
tramitados por los Tribunales Colegiados de Circuito. Además, a diferencia de lo que
sucede en el amparo indirecto, en los juicios de amparo directo la demanda se
presenta ante la autoridad que emitió la sentencia, resolución o laudo que se
combate.

¿Tengo que presentar copias de mi demanda de amparo?


Sí. La Ley de Amparo señala que, junto con el escrito inicial de demanda, la parte
quejosa debe presentar copias para cada una de las partes que intervienen en el
juicio, así como para integrar el cuaderno incidental en caso de que hayas solicitado
la suspensión.

La regla sobre la presentación de copias de la demanda de amparo no aplica cuando


el juicio se tramite de manera electrónica, y tampoco cuando se trate de asuntos de
naturaleza penal; de asuntos laborales en los que el quejoso sea trabajador; cuando
se puedan afectar los derechos e intereses de infancias, adolescencias y personas
consideradas legalmente incapaces9 ; cuando se encuentren en riesgo derechos
agrarios o ejidales, o cuando por condiciones de pobreza o marginación la persona
quejosa se encuentre en una situación de desventaja social para tramitar el juicio.

¿Cuál es el procedimiento que sigue una demanda de amparo indirecto?


Una vez que se presenta la demanda de amparo indirecto ante el Juzgado de Distrito
correspondiente, la autoridad judicial tiene 24 horas para pronunciarse al respecto.
En este punto, la Jueza o el Juez de Distrito puede decidir tres cosas.
En caso de que la demanda se admita de inicio, o después de haber desahogado la
prevención correspondiente, la autoridad judicial debe notificar a las partes sobre la
admisión, y en los casos que resulte aplicable, sobre la suspensión de plano del acto
reclamado. A partir de ese momento, la autoridad judicial corre traslado con la
demanda de amparo a las autoridades señaladas como responsables; fija hora y
fecha para la celebración de la audiencia constitucional, y les solicita que rindan su
informe justificado. Este informe justificado no es otra cosa más que la respuesta que las
autoridades responsables dan a la demanda de amparo, y en donde señalan si el acto
reclamado es cierto o no, así como las razones que justificaron su actuar. De acuerdo con la
Ley de Amparo, las autoridades responsables cuentan con 15 días hábiles para
presentar su informe justificado

De manera paralela, una vez admitida la demanda, y en caso de que se haya


solicitado la suspensión del acto reclamado, la autoridad judicial debe pronunciarse
sobre la negativa o concesión de la suspensión provisional a través del incidente de
suspensión. Si la autoridad judicial niega la suspensión provisional, la persona
quejosa puede promover un recurso de queja. En cambio, si la jueza o el juez
concede la suspensión provisional, lo hará del conocimiento de las partes y al mismo
tiempo solicitará a las autoridades señaladas como responsables que rindan su
informe previo. Además, la autoridad judicial deberá fijar fecha y hora para la
celebración de la audiencia incidental en la que se adoptará una decisión respecto del
otorgamiento o no de la suspensión definitiva y, por tanto, de la vigencia de la
suspensión provisional concedida. En caso de que la autoridad judicial niegue el
otorgamiento de la suspensión definitiva, la persona quejosa puede promover un
recurso de revisión. Una vez que las autoridades señaladas como responsables rinden su
informe justificado, la autoridad judicial debe notificar a la parte quejosa para que tenga
posibilidad de conocer su contenido, plantear contraargumentos, o bien, ampliar su
demanda de amparo. Debes tomar en consideración que la Ley de Amparo señala que, al
menos, deben mediar ocho días entre la presentación del informe justificado por parte de la
autoridad y la celebración de la audiencia constitucional. Si por alguna razón la autoridad
señalada como responsable rinde su informe justificado tres días antes de la audiencia, la
autoridad judicial debe diferir la celebración de la audiencia constitucional con el objetivo de
salvaguardar el derecho de defensa de la parte quejosa.

Posteriormente, la autoridad judicial debe celebrar la audiencia constitucional. A


pesar de que la Ley de Amparo señala que en esta audiencia participan tanto la Jueza o el
Juez de Distrito, la persona Secretaria del Juzgado, así como las partes, lo cierto es que, en
la práctica habitual del juicio de amparo, no resulta indispensable que las partes acudan
a esta audiencia, pues se enterarán de su desarrollo y contenido a través de un
acuerdo o de la propia sentencia. En la audiencia constitucional la autoridad judicial
analiza la demanda de amparo y desahoga las pruebas ofrecidas por las partes. Como
ya vimos, en el juicio de amparo se pueden ofrecer pruebas documentales,
testimoniales, inspecciones judiciales y pruebas periciales. Las únicas pruebas que
no se admiten en el juicio de amparo son la confesional por posiciones y aquellas
que resulten ilícitas o contrarias a los derechos humanos. Dentro de la audiencia
constitucional también se abre el periodo de alegatos. Éstos consisten en una serie
de argumentos finales o de conclusión que las partes pueden plantear de manera
escrita o verbal antes de que la autoridad judicial adopte una decisión sobre el juicio.
A pesar de que la Ley de Amparo señala que los alegatos deben hacerse en la audiencia
constitucional, en la práctica, las partes pueden plantear alegatos en cualquier
momento del juicio siempre que la Jueza o el Juez de Distrito no hayan adoptado una
decisión sobre el caso. Una vez concluida la audiencia constitucional, la autoridad
judicial debe emitir una sentencia. Aunque la Ley de Amparo señala que la sentencia
debe emitirse inmediatamente después de celebrada la audiencia constitucional, lo cierto es
que en la práctica la sentencia se emite y notifica algunos días después de acuerdo
con la carga laboral del juzgado respectivo.
¿Cuál es el procedimiento que sigue una demanda de amparo directo?
Una vez que se presenta la demanda de amparo directo ante la autoridad responsable que
emitió la sentencia, laudo o resolución que se impugna, dicha autoridad tiene a su cargo
las siguientes obligaciones, las cuales deberá cumplir en un plazo de cinco días.
Una vez enviada la demanda y el informe justificado al Tribunal Colegiado de Circuito
correspondiente, este Tribunal cuenta con un plazo de tres días para pronunciarse
sobre la admisión de la demanda. En este supuesto, el Tribunal Colegiado de Circuito
puede decidir admitir, prevenir o desechar la demanda de amparo.

Una vez que el Tribunal Colegiado de Circuito admitió la demanda de amparo directo,
debe notificar a las partes para que, en el plazo de 15 días, presenten sus alegatos, o
bien, para que la persona tercera interesada promueva amparo adhesivo. Dentro de
este periodo de tiempo, el Ministerio Público también puede formular pedimento. En
caso de que la persona tercera interesada promueva amparo adhesivo, el Tribunal
Colegiado de Circuito debe pronunciarse sobre su admisión, prevención o
desechamiento, y en caso de que la admita, debe notificar a las partes para que, en el
plazo de tres días, expresen los argumentos que deseen plantear al respecto. Una vez
que se admitieron las demandas de amparo directo, de amparo adhesivo y que se
cuenta con el informe justificado a cargo de la autoridad responsable, la presidencia
del Tribunal Colegiado de Circuito debe turnar el expediente a la Magistrada o el
Magistrado del Tribunal a quien, por turno, le corresponda conocer del asunto y
formular el proyecto de sentencia. La Magistrada o el Magistrado ponente cuenta con
un plazo de 90 días para elaborar el proyecto de sentencia. Una vez que se cuenta con
un proyecto de sentencia, la Magistrada o el Magistrado Ponente debe anunciar su
presentación y colocarlo en la lista de asuntos que corresponda discutir al Tribunal cuando
menos con tres días de anticipación a la sesión respectiva. Además, en aquellos casos en
los que el asunto a resolver comprenda la interpretación de una norma constitucional o de
un derecho humano, entonces, la persona ponente debe publicar el proyecto de
sentencia tres días antes de que se enliste para su discusión. El proyecto de sentencia
deberá ser discutido en el día y hora anunciada. La decisión final puede adoptarse por
unanimidad o por mayoría de votos de las tres Magistradas o Magistrados que
integren al Tribunal. En caso de que el proyecto sea aprobado por las personas
integrantes del Tribunal, deberá ser firmado por cada una de ellas y, entonces, causará
ejecutoria ese mismo día. En cambio, si el proyecto no se aprueba, la persona ponente
podrá aceptar las adiciones o propuestas realizadas por los demás integrantes, y podrá
redactar una nueva sentencia. También puede suceder que el proyecto sea returnado a
otra persona Magistrada del mismo Tribunal para que elabore un nuevo proyecto
dentro del plazo de diez días.

EL AMPARO ADHESIVO EN EL JUICIO DE AMPARO


Cuando en el marco de un juicio ordinario, por ejemplo, un juicio familiar, una Sala de
Apelación emite una sentencia para resolver un determinado conflicto existirá, en
consecuencia, una persona que resulte beneficiada con esa decisión y otra que
resulte afectada. La persona que haya perdido en ese juicio puede promover una
demanda de amparo directo para solicitar que un Tribunal Colegiado de Circuito
revise la sentencia. Frente a esa demanda, la persona que haya resultado ganadora
en el juicio familiar puede también adherirse al juicio de amparo, y plantear
argumentos tendientes a robustecer las consideraciones de la sentencia que le
favorecieron o por medio de los cuales la Sala de Apelación le dio la razón. Así,
cuando la parte que haya ganado el juicio de origen presente una demanda de
amparo adhesivo, esta demanda deberá tramitarse como parte del mismo expediente
de amparo directo y debe ser resuelto en la misma sentencia.
LOS RECURSOS EN EL JUICIO DE AMPARO
Un recurso es un elemento que dentro del proceso permite a las partes plantear
argumentos de defensa en contra de las decisiones y actos que la autoridad judicial
vaya adoptando a lo largo del juicio. Mediante estos recursos, una autoridad distinta a la
que conoce del juicio puede revisar tales determinaciones y, por tanto, modificarlas,
revocarlas o anularlas. En el marco de la tramitación del juicio de amparo, únicamente
se admiten los recursos de revisión, queja y reclamación. Sin embargo, tratándose del
cumplimiento de una sentencia de amparo, procede el recurso de inconformidad.

EL RECURSO DE REVISIÓN
¿Cómo opera el recurso de revisión en el juicio de amparo?
El recurso de revisión es un medio de defensa aplicable tanto en el amparo indirecto
como en el amparo directo que tiene como objetivo principal impugnar las sentencias
y algunas resoluciones que las autoridades judiciales que conocen del juicio de
amparo adoptan a lo largo de la tramitación del juicio. Aunque este recurso es aplicable
para ambos juicios de amparo, la Ley de Amparo señala que la procedencia de este recurso
difiere dependiendo del tipo de juicio de que se trate.

Ahora bien, tratándose de amparo directo, el recurso de revisión posee una naturaleza
extraordinaria. Recordemos que el juicio de amparo directo es uniinstancial y, por tanto,
únicamente lo conocen los Tribunales Colegiados de Circuito. Al ser uniinstancial, las
decisiones que adopten los Tribunales Colegiados de Circuito suelen ser definitivas e
inatacables, esto es, que no existe una autoridad superior que pueda revisar, modificar o
revocar tales decisiones. Sin embargo, y sólo en casos excepcionales, las sentencias que
emitan los Tribunales Colegiados de Circuito en juicios de amparo directo pueden ser
revisadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante un recurso excepcional
que se conoce como amparo directo en revisión.
¿Qué es la revisión adhesiva?
La revisión adhesiva es un medio de defensa que permite a la persona que obtuvo
una sentencia favorable expresar argumentos orientados a mejorar y reforzar las
razones en las que se sustentó la decisión favorable a sus intereses. En otras
palabras, cuando una autoridad de amparo emite una decisión que después podrá ser
revisada por una autoridad superior a través del recurso de revisión, la persona que
haya obtenido la razón en esa sentencia recurrida puede ‘adherirse’ al recurso para
plantear argumentos que mejoren, amplíen o refuercen las motivaciones o
consideraciones de dicha sentencia y, con ello, demostrar que la sentencia no debe
ser modificada.

¿Ante quién debe promoverse el recurso de revisión y quién lo resuelve?


Tratándose de amparo indirecto, el recurso de revisión debe presentarse ante la
autoridad que emitió la resolución o sentencia reclamada, es decir, a través del
Juzgado de Distrito. Dicha autoridad tiene la obligación de recibir el recurso y
enviarlo directamente al Tribunal Colegiado de Circuito en turno quien deberá
estudiarlo y resolverlo, en definitiva. En cambio, tratándose de amparo directo, el
recurso de revisión debe presentarse ante la autoridad que emitió la sentencia
reclamada, es decir, el propio Tribunal Colegiado de Circuito. Dicha autoridad deberá
recibir y registrar el recurso, y enviarlo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
para que decida si cumple o no con los requisitos de procedencia. En este tipo de
casos, el recurrente, es decir, la parte que promueve el recurso de revisión debe transcribir
textualmente la parte de la sentencia que contenga un pronunciamiento sobre
constitucionalidad de normas generales; que establezca la interpretación directa de un
precepto de la Constitución, o la parte del concepto de violación respectivo cuyo análisis se
hubiese omitido estudiar en la sentencia.

¿Cuánto tiempo tengo para presentar un recurso de revisión?


El plazo para presentar un recurso de revisión, tanto en amparo indirecto como directo, es
de diez días hábiles

. ¿Qué pasa si la autoridad competente sí me da la razón en el recurso de revisión?


Si la revisión es fundada, la autoridad judicial debe dejar sin efectos la resolución o la
sentencia combatida y, por tanto, la autoridad que conoce del juicio en primera
instancia deberá dictar una nueva.
¿Qué pasa si la autoridad competente no me da la razón en el recurso de revisión?
Las decisiones que se adopten en el recurso de revisión son definitivas e inatacables. Esto
quiere decir que, si el Tribunal Colegiado de Circuito o la Suprema Corte de Justicia de la
Nación adoptan una decisión en este recurso, no hay nada más que en términos legales se
pueda hacer para atacar tal decisión.

RECURSO DE QUEJA
¿Cómo opera el recurso de queja en el juicio de amparo?
El recurso de queja es otro medio de defensa que existe en el marco del juicio de
amparo y que se utiliza para atacar actos y resoluciones emitidas por las autoridades
judiciales que no son susceptibles de ser analizadas y resueltas por el recurso de
revisión, o por algún otro recurso legalmente establecido.
}

¿Ante quién debe promoverse el recurso de revisión y quién lo resuelve?


En ambos tipos de amparo, el recurso de queja debe ser presentado ante la autoridad
judicial que conoce del juicio de amparo y que haya emitido la resolución o acto que
se pretende combatir. Es decir, tratándose del juicio de amparo indirecto, el recurso de
queja debe presentarse directamente ante el Juzgado de Distrito, mientras que, en amparo
directo, debe presentarse directamente ante el Tribunal Colegiado de Circuito. En ambos
juicios, el recurso de queja es conocido y resuelto por los Tribunales Colegiados de Circuito.
Sin embargo, tratándose de amparos directos, el recurso de queja debe ser conocido por un
Tribunal Colegiado de Circuito distinto a aquel que conoce del juicio de amparo principal.
Una vez presentado el recurso de queja, la autoridad judicial que lo recibe cuenta con un
plazo de tres días para notificar a las partes sobre su presentación y enviarlo al Tribunal
Colegiado de Circuito en turno. El Tribunal Colegiado de Circuito que reciba el recurso tiene
un plazo de 40 días para dictar la resolución correspondiente en la que deberá confirmar,
revocar o modificar la resolución impugnada.

¿Cuánto tiempo tengo para presentar un recurso de revisión?


El plazo para presentar un recurso de queja varía dependiendo de la naturaleza de la
resolución o acto que se combata:

¿Qué pasa si la autoridad competente sí me da la razón en el recurso de queja?


Si la queja es fundada, la autoridad judicial debe dejar sin efectos la resolución
impugnada y, por tanto, la autoridad que conoce del juicio en primera instancia
deberá dictar una nueva.

¿Qué pasa si la autoridad competente no me da la razón en el recurso de queja?


Las decisiones que se adopten en el recurso de queja son definitivas e inatacables. Esto
quiere decir que, si el Tribunal Colegiado de Circuito o la Suprema Corte de Justicia de la
Nación adoptan una decisión en este recurso, no hay nada más que en términos legales
se pueda hacer para atacar tal decisión

RECURSO DE RECLAMACIÓN
¿Cómo opera el recurso de reclamación en el juicio de amparo?
El recurso de reclamación es un medio de defensa que procede en contra de los
acuerdos de trámite dictados por la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por las Presidencias de las Salas de la Suprema Corte, así como por las
Presidencias de los Tribunales Colegiados de Circuito.

¿Ante quién debe promoverse el recurso de reclamación y quién lo resuelve?


El recurso de reclamación debe presentarse directamente ante la autoridad que
emitió la resolución que se combate. En este recurso, y a diferencia de los otros que
ya hemos analizado, es la misma autoridad quien debe tramitar, estudiar y resolver en
definitiva el recurso de reclamación en un plazo que no exceda los diez días
posteriores a su admisión.

¿Cuánto tiempo tengo para presentar un recurso de revisión?


El plazo para presentar un recurso de reclamación es de tres días a partir de que
surte efectos la notificación de la resolución que se combate.

¿Qué pasa si la autoridad competente sí me da la razón en el recurso de reclamación?


Si la reclamación es fundada, la autoridad judicial debe dejar sin efectos el acuerdo
impugnado y, por tanto, la presidencia del órgano respectivo deberá dictar uno
nuevo.

¿Qué pasa si la autoridad competente no me da la razón en el recurso de reclamación?


Las decisiones que se adopten en el recurso de reclamación son definitivas e
inatacables. Esto quiere decir que, si el Tribunal Colegiado de Circuito o la Suprema
Corte de Justicia de la Nación adoptan una decisión en este recurso, no hay nada
más que en términos legales se pueda hacer para atacar tal decisión.

LA FACULTAD DE ATRACCIÓN
De manera estricta, la facultad de atracción no es un medio de impugnación dentro
del juicio de amparo, sin embargo, constituye una posibilidad alternativa para que, en
ciertos casos excepcionales, la Suprema Corte de Justicia de la Nación conozca de
juicios de amparo o recursos que son competencia de los Tribunales Colegiados de
Circuito.

¿Qué características debe contener un caso para que sea atraído por la Corte?
Para que la Suprema Corte pueda atraer un caso, el juicio o recurso de que se trate
debe cumplir con los criterios de interés y trascendencia. Se entiende por
trascendente aquel tema que es excepcional o novedoso, es decir, que la resolución por
parte de la Corte permite fijar un nuevo criterio jurídico para la solución de los casos
que se puedan presentar en un futuro. Por otro lado, el interés hace referencia a la
dificultad o complejidad que puede llegar a tener un tema, es decir, la posible
afectación o alteración de los valores sociales, políticos o, en general, de
convivencia, bienestar o estabilidad del país relacionados con la impartición de
justicia.10

¿Quién puede solicitar a la Corte que atraiga un juicio de amparo o algún recurso
relacionado?
La Suprema Corte, a través de las Ministras y los Ministros que la integran, puede
ejercer su facultad de atracción para conocer de la revisión de juicios de amparo
indirecto que son de su competencia originaria, de juicios de amparo directo, de
recursos de apelación en ciertos casos, así como de cualquier recurso o medio de
defensa en el marco de la tramitación de un juicio de amparo que resulte de interés o
trascendencia. Además, los Tribunales Colegiados de Circuito, la Fiscalía General de
la República, y la Presidencia de la República –a través de su Consejería Jurídica–
puede solicitar a la Suprema Corte que ejerza su facultad de atracción para conocer
de la revisión de juicios de amparo indirecto que son de su competencia originaria,
de juicios de amparo directo, de recursos de apelación en ciertos casos, así como de
cualquier recurso o medio de defensa en el marco de la tramitación de un juicio de
amparo que resulte de interés o trascendencia. Por último, y si bien la persona quejosa,
la persona tercera interesada y las autoridades responsables carecen de competencia para
solicitar a la Suprema Corte que ejerza su facultad de atracción, lo cierto es que cualquiera
de ellas puede presentar un escrito ante la Suprema Corte en el que detalle y explique las
razones por las cuales considera que el asunto reviste los criterios de interés y
trascendencia. Si algún Ministro o alguna de las Ministras de la Corte considera que, en
efecto, el caso cumple con los requisitos y que su resolución podría derivar en la adopción
de un criterio relevante, entonces, puede hacer suya la petición y ejercer la facultad de
atracción para conocer de dicho asunto.

LAS SENTENCIAS EN EL JUICIO DE AMPARO


Una sentencia es una resolución emitida por una autoridad judicial por medio de la
cual resuelve un problema jurídico planteado por las partes en un juicio. A través de
una sentencia, las autoridades judiciales reconocen o niegan la existencia de algún derecho
u obligación, y absuelven o condenan a alguna de las partes involucradas en la
controversia. En el caso de un juicio de amparo, la sentencia es el documento que
determina si alguna autoridad vulneró los derechos humanos de alguna persona, y
establece las acciones y medidas que las autoridades responsables deben adoptar para
remediar dicha violación.

¿Qué debe contener una sentencia de amparo?


En términos generales, toda sentencia se estructura a partir de tres elementos:
¿Qué pasa si las autoridades no quieren cumplir con una sentencia de amparo?
Es importante recordar que las sentencias emitidas por las autoridades judiciales en un
juicio de amparo son obligatorias, por lo que las autoridades del país están obligadas a
darles cabal cumplimiento. Sin embargo, puede pasar que las autoridades responsables no
den cumplimiento a la sentencia de amparo, por lo que la Ley en la materia señala lo que
debe suceder en este tipo de casos. Así, cuando una autoridad no da cumplimiento a la
sentencia de amparo, la persona quejosa o la persona tercera interesada en el juicio
pueden promover un incidente de inejecución de sentencia. Es importante recordar
que un incidente es un procedimiento paralelo al juicio principal que tiene por
objetivo atender o resolver una cuestión procesal concreta de manera más rápida. De
este modo, el incidente de inejecución tiene por objeto dar cumplimiento a la sentencia de
amparo y, al mismo tiempo, imponer alguna sanción a las autoridades responsables
derivada del incumplimiento a la decisión. Al respecto, se entiende por incumplimiento el
retraso injustificado por medio de evasivas o cualquier procedimiento ilegal que realicen las
autoridades señaladas como responsables que tenga como consecuencia que las órdenes
dictadas en la sentencia no se lleven a cabo. De esta manera, una vez que se emite la
sentencia, la autoridad judicial debe requerir a la autoridad responsable que cumpla
con la sentencia en un plazo de tres días y deberá notificarle que, en caso de no
hacerlo, se le impondrá una multa consistente en una sanción económica. Si pese a
este aviso la autoridad responsable todavía no cumple con la sentencia de amparo,
entonces, la autoridad judicial deberá notificar al superior jerárquico de la autoridad
responsable para que también le ordene dar cumplimiento a la sentencia. La
autoridad judicial también puede imponer una multa a la persona que ocupe una
posición jerárquica superior. Si pese estas notificaciones las autoridades
responsables siguen sin cumplir la sentencia de amparo, entonces la autoridad
judicial debe documentar la situación y enviar el expediente al Tribunal Colegiado de
Circuito quien deberá notificar a las partes y, de nueva cuenta, exigir el cumplimiento
de la sentencia.

Si aun con ello las autoridades siguen sin cumplir con la sentencia, entonces, el
Tribunal Colegiado de Circuito debe enviar el expediente a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación quien, después de analizar el caso y de acreditar el
incumplimiento reiterado de la sentencia, puede ordenar la destitución de la autoridad
responsable que se negó a cumplir con la sentencia.

¿Qué pasa si las autoridades no pueden cumplir con una sentencia de amparo?
Si por alguna razón la autoridad responsable no puede cumplir la sentencia de
amparo por existir una situación ajena a su control o voluntad que impida materializar
las órdenes y medidas dictadas en la sentencia, entonces, las partes pueden promover
un incidente de cumplimiento sustituto. El cumplimiento sustituto tiene por objeto
asegurar el cumplimiento de la sentencia mediante el pago de una suma económica
que resulte proporcional a las afectaciones sancionadas en la sentencia. El incidente
de cumplimiento sustituto debe tramitarse directamente ante la autoridad judicial que
conoció del juicio de amparo, quien tendrá que determinar si, efectivamente, la sentencia
es imposible de cumplir. En caso de que la autoridad judicial determine que el
cumplimiento resulta imposible, entonces, deberá abrir un nuevo incidente única y
exclusivamente para cuantificar el monto económico que la autoridad deberá cubrir.
Las decisiones adoptadas en estos dos incidentes, es decir, tanto en el incidente de
cumplimiento sustituto como en el incidente de cuantificación de daños y perjuicios, son
recurribles a través del recurso de queja del que conocen y resuelven los Tribunales
Colegiados de Circuito.

EL JUICIO DE AMPARO FRENTE A PROBLEMÁTICAS CONCRETAS


Como hemos señalado, el juicio de amparo representa una garantía institucional de acceso
a la justicia que permite proteger distintos derechos humanos. Sin embargo, y dada la
multiplicidad de fenómenos en los que pueden surgir violaciones a estos derechos, el juicio
de amparo también debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a distintos
fenómenos y ser capaz de ofrecer soluciones y esquemas adecuados de protección. En
esta sección, se exponen algunas de las adaptaciones que experimenta el juicio de amparo
frente a problemáticas comunes en la vida social y política de nuestro país.
COMUNIDAD INDÍGENA DE CHORÉACHI
Amparo directo 33/2020
Históricamente la comunidad indígena Choréachi ha ocupado un territorio ubicado en el
estado de Chihuahua. Esta comunidad demandó la nulidad absoluta de la autorización de
modificación al aprovechamiento de recursos y manejo forestal, otorgado a la comunidad de
las Coloradas de los Chávez y al Ejido de Pino Gordo; así como las resoluciones
presidenciales sobre la detonación y ampliación, reconocimiento y titulación de bienes
comunales. En primera instancia, el Tribunal Agrario declaró la improcedencia de actos
reclamados, ante lo cual la comunidad interpuso un recurso de revisión. Este fue conocido
por el Tribunal Superior Agrario, el cual acreditó una violación al derecho al acceso a la
justicia, la protección y garantía del derecho a la propiedad comunal, en perjuicio de la
comunidad. Frente a esta determinación, el Ejido Pino Gordo promovió un juicio de amparo
en el que argumentó la violación a los artículos 1, 2, apartado A, fracción VI, 14, 16, 17 y 27
de la Constitución. El Tribunal Colegiado solicitó a la Corte ejercer la facultad de atracción
del asunto.18 Ante esto, la Corte resolvió que ambos grupos se encuentran protegidos por
la Constitución y otros instrumentos, y ordenó la realización de un estudio que determinara
la ocupación y el uso de las tierras. Esta disputa territorial generó conflictos entre las
comunidades afectadas, agresiones, hostigamientos y amenazas, debido a la presencia de
grupos criminales con intereses en la zona disputada. La sentencia de la Suprema Corte
forma parte de la estrategia de la comunidad para salvaguardar la seguridad de las
comunidades y garantizar sus derechos.19
EL ESTÁNDAR DE PRUEBA Y LA REPARACIÓN INTEGRAL EN CASOS DE
DESAPARICIÓN FORZADA
Amparo en revisión 51/2020
En mayo del 2017, elementos del Ejército Mexicano, agentes de la Secretaría de Seguridad
Pública y de la Policía Ministerial de Oaxaca realizaron un operativo en el que fueron
detenidas dos personas, después trasladadas a instalaciones de la Procuraduría local y
posteriormente conducidas a un Campo Militar. Hasta el momento en que se dictó la
sentencia se desconocía el paradero de ambas personas. La hija y hermana, en su calidad
de víctimas indirectas, promovieron un juicio de amparo en el que reclamaron la
desaparición de sus familiares y la falta de investigación de los hechos. Las autoridades
señaladas como responsables promovieron un recurso de revisión contra la sentencia. El
Tribunal Colegiado de Circuito que conoció de la revisión solicitó a la Suprema Corte que
conociera del caso dada su relevancia, y porque su resolución permitiría fijar lineamientos
sobre el estándar probatorio y la reparación del daño en casos de desaparición forzada. La
Suprema Corte determinó que la desaparición forzada de personas es una de las más
graves violaciones de derechos humanos, pues implica la vulneración de diversos derechos
como la libertad e integridad jurídica, la identidad, el acceso a la justicia, la verdad e
integridad personal de los familiares, entre otros. Además, precisó que el Estado mexicano
tiene la obligación de investigar de manera exhaustiva e imparcial la desaparición forzada
de una persona, asignar consecuencias jurídicas a los responsables y asumir la búsqueda
de la persona desaparecida de manera exhaustiva y con toda la coordinación institucional
disponible. Sobre el estándar probatorio, consideró que en este tipo de casos dicho
estándar debe atenuarse, por lo que los indicios, así como las pruebas indirectas y
circunstanciales pueden ser empleadas para acreditar la vulneración de derechos humanos.
Además, la Corte reconoció el derecho de las víctimas de desaparición forzada a ser
reparadas en forma integral a través de medidas de restitución, rehabilitación,
compensación y no repetición, y enfatizó que las autoridades de amparo sí tienen facultades
para imponer las medidas de reparación integral, ya que el amparo es un recurso efectivo
para reparar las violaciones de derechos humanos. La Sala confirmó las medidas de
reparación ordenadas por la Jueza de Distrito, así como la conformación y creación de una
Comisión Especial de Búsqueda.

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