Derechos Humanos Juan Ciencia
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Derechos Humanos Juan Ciencia
FACULTAD DE DERECHO
CARNÉ: 202331727
SECCIÓN: D
Son independientes de factores particulares como el estatus, sexo, orientación sexual, etnia o
nacionalidad; y son independientes o no dependen exclusivamente de un ordenamiento jurídico
vigente.
Desde un punto de vista más racional, los Derechos Humanos se han definido como las
condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, que permita
a los individuos ser personas, identificándose consigo mismos y con los otros.
El concepto de derechos humanos es universal (para todos los seres humanos) e igualitario, así
como incompatible con los sistemas basados en la superioridad de una de una casta, raza, pueblo,
grupo clase social determinados.
Se reflejan en principios y valores supuestamente compartidos por los estados signatarios, asi
como normas y obligaciones para los mismos y derechos individuales para las personas y
colectivos para los grupos y pueblos.
Respeto: Significa que el Estado se debe abstener de adoptar medidas que obstaculicen o
impidan, directa o indirectamente, el ejercicio o disfrute de los derechos.
Protección: Implica que el Estado debe adoptar medidas de vigilancia, regulación e incluso
sanción para impedir que terceros (o sea actores no estatales como las empresas, los
particulares) menoscaben el disfrute de los derechos.
Garantía o realización: Requiere que los Estados adopten todas las medidas apropiadas
encaminadas a lograr los derechos humanos, los cuales pueden ser de carácter legislativo,
administrativo, presupuestario, educativo, judicial o de otra índole. La obligación de realizar
entraña a su vez las obligaciones de: facilitar, promover y hacer efectivos los derechos.
Promoción: Es deber de los Estados fomentar el conocimiento de los derechos para los
ciudadanos y las obligaciones para el Estado, que se adquieren con la ratificación de los
diferentes instrumentos. De igual forma que impulsar la conquista progresiva de nuevos
derechos.
Inherentes: Son inseparables del ser humano y esenciales para la realización de la vida.
Se asume que los portamos desde la concepción y sin distinción alguna. Por tanto, todo
Estado debe reconocerlos o aceptarlos, respetarlos o acatarlos, protegerlos o defenderlos,
garantizarlos o asegurar su realización y promoverlos o impulsarlos.
Universales: Se extienden a todo el género humano en todo tiempo y lugar, por tanto, no
pueden invocarse diferencias culturales, sociales o políticas como excusa para su
desconocimiento o aplicación parcial.
Absolutos: Deben respetarse en cualquier condición y ese respeto puede y debe
reclamarse siempre ante el Estado, en toda su legalidad, institucionalidad y actuación.
Inalienables e Intransferibles: Son irrenunciables, al pertenecer en forma indisoluble a la
esencia misma del ser humano; no pueden ni deben separarse de la persona y, en tal
virtud, no pueden transmitirse o renunciar a los mismos bajo ningún título.
Inviolables: No pueden ser violados, no es legítima ninguna actuación contra ellos y
porque el conjunto de derechos deben corresponderse con los principios del bien común
de la sociedad y de la humanidad entera.
Interdependientes: Porque todos se relacionan. Por ejemplo: el derecho a vivir tiene
relación con el derecho a trabajar. El derecho a trabajar se relaciona con el derecho a la
salud. El derecho a la salud se relaciona con el derecho a la alimentación.
Integrales: Todos son fundamentales, no existe jerarquía entre ellos y no existen unos
más importantes que otros. Violar cualquiera de ellos es atentar contra la vida y la
dignidad humana.
Irrenunciables: No se puede renunciar a ellos, ni regalarlos, ni quitárselos a otros.
Imprescriptibles: No pierden vigencia jamás.
Irreversibles: Todo derecho formalmente reconocido como inherente a la persona
humana queda irrevocablemente integrado a la categoría de derecho humano, categoría
que en el futuro no puede perderse.
Progresivos: Dado el carácter evolutivo de los derechos, en la historia de la humanidad,
es posible que en el futuro se extienda la categoría de derecho humano a otros derechos
que en el pasado no se reconocían como tales o aparezcan otros que en su momento se
vean como necesarios a la dignidad humana y, por tanto, inherentes a toda persona.
Instrumentos que recogen un conjunto de valores y principios que los Estados comparten y
consideran fundamentales.
No crean obligaciones jurídicas para los Estados que las comparten ni derechos para los
individuos.
De los tratados surgen obligaciones para los Estados y derechos para los individuos.
En general, los Protocolos Facultativos son tratados que añaden nuevos procedimientos o
mecanismos jurídicos relacionados a los derechos fundamentales incluidos en los pactos o
tratados existentes. Por este motivo, sólo los Estados que han aceptado acatar las obligaciones
impuestas por el tratado principal, pueden elegir ser parte de los Protocolos Facultativos. En
el sistema de derechos humanos de la ONU, los Protocolos Facultativos no enmiendan el
texto del tratado original, sino, más bien, especifican algunas obligaciones (protocolo
sustantivo) o crean mecanismos adicionales para monitorear el cumplimiento con el
instrumento original (protocolo de procedimiento). Un ejemplo de protocolo sustantivo, es el
protocolo que ha abolido la pena de muerte y que complementa el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
Los Acuerdos
Convenio entre dos o más partes que puede contener compromisos políticos de distinta
índole.
Pueden poseer categoría de Acuerdos de Estado, como es el caso de los Acuerdos de Paz en
Guatemala.
Las Cumbres
Antecedentes Históricos
En 1492 (siglo XV), llegaron los conquistadores españoles a América. Sus campañas para
quedarse con las tierras y la riqueza les llevaron a cometer grandes abusos y explotaciones contra
los Indígenas. Lo acontecido a lo largo de todos esos años de luchas y conquistas, motivó la
reflexión en aspectos relacionados con los derechos humanos.
El debate tuvo lugar entre los propios españoles, entre los conquistadores y los religiosos. Unos y
otros perseguían intereses diferentes en el proceso de colonización.
Los religiosos, sobre todo los dominicos y los jesuitas, tomaron, ante las crueldades de los
conquistadores, posiciones humanitarias y de protesta. América era, para la Iglesia Católica, una
oportunidad para fortalecer su influencia y su poder.
En cualquier caso, ni unos ni otros dudaron de su derecho a gobernar sobre las poblaciones
Indígenas ni de su derecho a evangelizarlas.
Tras liberarse Guatemala del Imperio Mexicano (en 1823), entró en vigor para toda
Centroamérica (en 1824), la Constitución Federal. Posteriormente, cada Estado miembro de la
Federación Centroamericana aprobó su propia Constitución y nació así la primera Constitución
del Estado de Guatemala, la Constitución de 1825.
Entre 1825 y 1956, todas las Constituciones que se sucedieron en Guatemala reconocieron
derechos individuales y sociales a las personas (derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad ante
la ley, a la propiedad, a la seguridad social, a la libre asociación y sindicalización, al voto, a la
cultura, a un medio ambiente sano, al desarrollo y a la paz).
Sin embargo, las Constituciones de 1956 y 1965 significaron un paso atrás en materia de
derechos humanos. Sólo con la Constitución de 1985, los derechos fundamentales de la persona
vuelven a recuperar en Guatemala la Importancia y el lugar que merecen.
Ese histórico documento, inspirado en las declaraciones de derechos del siglo XVIII, reconoce
que todos los seres humanos somos iguales en derechos, que los derechos son inherentes a
nuestra condición humana y que nos pertenecen a todos y todas, sin limitaciones de fronteras.
Este documento no conlleva obligaciones jurídicas, pero se le atribuye fuerza moral para guiar la
acción de los Estados. Representa, de igual forma, la base del derecho internacional de los
derechos humanos, orientado a promover compromisos estatales en relación con las personas
bajo su jurisdicción. Desde su proclamación, se han acordado en la ONU numerosos pactos y
tratados que reconocen y amplían los derechos de la declaración y establecen obligaciones
estatales, así como mecanismos orientados a supervisar su cumplimiento.
Aunque desde un punto más global, los antecedentes históricos de los derechos humanos se
plantean de otra manera:
La versión oficial de los derechos humanos más frecuentemente citada en textos y discursos
identifica sus antecedentes en los primeros acuerdos europeos que establecieron regulaciones de
la autoridad, entre los que se suelen destacar la Carta Magna inglesa
(1215) y la Carta de Derechos británica (1688) –que limitaban el poder del monarca, para
repartirlo con la nobleza. A su vez, el
Acta de Habeas Corpus (1679), también acordado en Inglaterra, obligó a las autoridades a dar
cuenta de las personas privadas de libertad.
Entre los siglos XVII y XVIII se consolidaron las diversas corrientes del pensamiento liberal que
promueven los derechos naturales del “hombre” y el gobierno de las leyes como resultado del
acuerdo o contrato entre “ciudadanos”. A finales del siglo XVIII, las burguesías emergentes de
Francia y las colonias británicas en América se alzaron contra el poder absoluto de los monarcas,
dando lugar a las primeras declaraciones de “derechos del hombre”:
Estos acuerdos marcaron una ruptura radical con el orden previo al poner fin a la “soberanía” del
monarca sobre sus súbditos y al establecer la igualdad de derechos considerados consustanciales
a la naturaleza del “hombre”. Tanto Francia como EEUU se constituyen en repúblicas y acuerdan
las primeras Constituciones modernas, que establecen el modelo de democracia parlamentaria
representativa, el gobierno de las leyes, la alternancia en el poder y la administración de justicia
en base a principios establecidos legalmente en el parlamento. Se inició así una nueva era de la
civilización occidental que tendría profundas implicaciones para el mundo entero.
Modernamente, las manifestaciones originales de las garantías a los derechos humanos se han
centrado en lo que hoy se califica como derechos civiles y políticos; por esa razón son conocidos
como la primera generación de los derechos humanos. Su objeto es la tutela de la libertad, la
seguridad y la integridad física y moral de la persona, así como de su derecho a participar en la
vida pública.
Ha sido constante la preocupación de los pueblos latinoamericanos por consagrar el respeto a los
derechos humanos, en instrumentos internacionales, regionales, y nacionales, y formular
mecanismos para su protección. Fue en 1941 cuando se postuló la necesidad de esa protección
sobre la base de cuatro principios esenciales: libertad de expresión, de religión, la liberación de
las necesidades básicas y la liberación del miedo.
Con el objeto de que sean identificados y definidos a nivel mundial los derechos humanos
fundamentales, y con el propósito de desarrollar mecanismos de supervisión internacional para su
protección, se creó una verdadera Carta Internacional de Derechos Humanos (1945), la cual fue
completada posteriormente con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de fecha 10
diciembre de 1948. Se trata del primer documento promulgado por una organización
internacional universal, en el que se enuncia
y reconoce que todo ser humano por el hecho de serlo, es titular de derechos fundamentales que
la sociedad no puede arrebatarle lícitamente; son derechos universales, que corresponden a todo
habitante de la tierra, de conformidad con el Art. 1 de dicha Declaración Universal, en el cual se
expresa que:
"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".
En efecto, si dichos derechos limitan el ejercicio del poder, no podría invocarse la actuación
soberana del gobierno para violarlos o impedir su protección internacional, una vez que un
determinado derecho ha sido reconocido como inherente a la persona humana, queda integrado a
la categoría de aquellos derechos cuya inviolabilidad debe ser respetada y garantizada.
Sin embargo, es posible afirmar que, a pesar de que en el debate previo a la aprobación del
documento, se expresara una polarización entre el bloque soviético y los países occidentales, el
factor clave para su aprobación fue una determinada correlación internacional de fuerzas,
manifiesta tanto en la presencia política y militar en la escena internacional como en una
afirmación ideológica contra el fascismo.
Sin compartir la tesis de Cassese, según la cual "la declaración constituyó en un largo plazo una
victoria para occidente", señalamos como bien lo expresa Chipoco "que más bien constituyó, una
victoria para la humanidad" (Op. cit.:12). En efecto, tanto la postura occidental, que impulsaba
los derechos individuales, como la defendida por el bloque soviético, que acentuaba los derechos
económicos y sociales, están expresadas en la Declaración. Ella no sería la misma si uno sólo de
los bloques la hubiese diseñado.
El presente siglo trajo consigo importantes desarrollos sobre el contenido y la concepción de
derechos humanos, al aparecer la noción de los derechos económicos, sociales y culturales, los
cuales se refieren a la existencia de condiciones de vida y de acceso a los bienes materiales en
términos adecuados a la dignidad inherente a la familia humana, llamados derechos humanos de
segunda Generación".
Unidas.
Se ha señalado con razón que tanto las Declaraciones como los Convenios, en su ámbito
respectivo, han sido instrumentos técnicos de amplificación y especificación de la Declaración
Universal, consagrando determinados derechos comprendidos en ésta o recogidos posteriormente
en los Pactos. En muchos casos, las Declaraciones han constituido el primer paso hacia
posteriores Convenios, y éstos cuando entran en vigor, protegen ya derechos incluidos en los
Pactos, no vigentes todavía.
Existen diversas maneras de clasificar los Derechos Humanos, tomando diferentes puntos de
enfoque. Por ejemplo: · Un enfoque historicista: Tomará en cuenta la protección progresiva de
los Derechos Humanos · Un enfoque basado en la jerarquía: Distinguirá entre los Derechos
esenciales y los Derechos complementarios Ahora bien, la clasificación más conocida de los
Derechos Humanos es aquella que distingue las llamadas Tres Generaciones de los mismos, y el
criterio en que se fundamenta es un enfoque periódico, basado en la progresiva cobertura de los
Derechos Humanos. A esta clasificación nos referimos.
Primera Generación
Surgen con la Revolución Francesa como rebelión contra el absolutismo del monarca. Se
encuentra integrada por los denominados derechos civiles y políticos. Imponen al Estado
respetar siempre los Derechos Fundamentales del ser humano (a la vida, la libertad, la
igualdad, etc.)
Son los más antiguos en su desarrollo normativo. Son los derechos que corresponden al
individuo frente al Estado o frente a cualquier autoridad.
A continuación se enuncian los Derechos de la Primera Generación, distinguiendo entre
Derechos y Libertades Fundamentales y Derechos Civiles y Políticos.
Segunda Generación:
La constituyen los Derechos de tipo colectivo, los Derechos Sociales, Económicos y
Culturales. Surgen como resultado de la Revolución Industrial, en México, la Constitución de
1917 incluyó los Derechos Sociales por primera vez en el mundo. Constituyen una obligación
de hacer del Estado y son de satisfacción progresiva de acuerdo a las posibilidades
económicas del mismo.
Son derechos de contenido social para procurar las mejores condiciones de vida.
Se forma por los llamados Derechos de los Pueblos o de Solidaridad. Surgen en nuestro
tiempo como respuesta a la necesidad de cooperación entre las naciones, así como de los
distintos grupos que las integran.
Surgen como respuesta a la necesidad de colaboración entre las naciones. Se forman con los
llamados Derechos de Solidaridad o de nación.
Este grupo fue promovido a partir de la década de los setenta para incentivar el progreso
social y elevar el nivel de vida de todos los pueblos, en un marco de respeto y colaboración
mutua entre las distintas naciones de la comunidad internacional. Entre otros, destacan los
relacionados con:
La autodeterminación.
La independencia económica y política.
La identidad nacional y cultural.
La paz.
La coexistencia pacífica.
El entendimiento y confianza.
La cooperación internacional y regional.
La justicia internacional.
El uso de los avances de las ciencias y la tecnología.
La solución de los problemas alimenticios, demográficos, educativos y ecológicos.
El medio ambiente.
El patrimonio común de la humanidad.
El desarrollo que permita una vida digna.
Las mujeres son víctimas de la violencia en sus hogares debido a un sistema que reproduce una
cultura machista y patriarcal cimentando en las relaciones sociales prevalecientes en el país. La
violencia contra la mujer y la discriminación por razones de género sigue siendo un reto
pendiente para garantizar el respeto y libertades de todas las personas. La existencia de políticas
públicas enfocadas en mujeres no ha sido suficiente para garantizar la ejecución de programas
que busquen su participación política, oportunidades laborales y ayudas para salir de la pobreza.
Es por ello que es necesario fortalecer las instituciones rectoras en el tema y aumentar la
inversión pública para garantizar que las mujeres y niñas vivan en una Guatemala libre de
violencia, así como el promover acciones en la sociedad para erradicar todas las formas de
violencia en todos los ámbitos: familiar, laboral, educativo y en el espacio público.
La vigencia de derechos para la niñez y juventud sigue representando grandes desafíos para
Guatemala. Destaca en ello la necesidad de erradicación del trabajo infantil y el acceso a la
educación y salud. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI), para el año
2018 se estimó que 396 mil 479 menores de edad entre 7 y 14 años trabajan en Guatemala16. Los
grandes desafíos se encuentran en garantizar el pleno desenvolvimiento de la niñez y juventud y
evitar el trabajo infantil, trabajo forzoso e incluso trata de personas por parte de redes criminales.
La observancia de los derechos debe enfocarse en aquellas zonas principalmente agrícolas en las
que niños, niñas y adolescentes son utilizados para el desenvolvimiento de trabajos forzosos y en
condiciones que pueden considerarse crueles y degradantes.
Por su parte, los pueblos indígenas continúan demandando el respeto de sus derechos y sus
formas de vida. El acceso a los servicios básicos sumado a la defensa de sus territorios ha
marcado la agenda de sus reivindicaciones en los últimos años. Ante la avanzada extractivista y
el despojo de territorios mayormente rurales y ocupados por pueblos indígenas, se han llevado a
cabo estrategias que promueven un enfoque de criminalización y judicialización a líderes y
lideresas que se ven obligados a enfrentarse al sistema de justicia. La defensa del territorio ha
implicado la persecución y prisión política e incluso la muerte de varios líderes y lideresas,
campesinos e indígenas.
El respeto y garantía de los derechos humanos debe ser un compromiso y obligación del Estado
con el objetivo de compensar las deudas históricas generadas y reparar los daños causados por un
marco de relaciones estructurales excluyentes que han profundizado condiciones de
vulnerabilidad en la actualidad. La falta de una visión estratégica de las élites políticas y
económicas del país en acordar un modelo de Estado que tenga mayor capacidad institucional
para enfrentar tanto crisis coyunturales como el abordaje de las problemáticas estructurales que
ponen en riesgo los derechos humanos, siguen siendo hasta el día de hoy falencias y desafíos
fundamentales urgentes de atender. Los sistemas de salud y educación deben contar con las
capacidades instaladas para garantizar la mayor cobertura. El equipamiento, personal y calidad
educativa debe fortalecerse en todas las áreas del país, principalmente en zonas rurales para
fomentar la educación en niños, niñas y adolescentes. Por su parte, el sistema de salud debe dejar
su función únicamente de asistencia y enmarcarse en la salud y atención integral de las personas.
La prevención, programas de salud sexual y reproductiva así como reforzar los programas de
alimentación y combate a la desnutrición, deben ser prioridad en un país donde el 49.8% de los
niños y niñas sufren desnutrición crónica, ocupando el primer lugar en América Latina y el sexto
en el mundo17. La implementación de programas sociales, políticas públicas focalizadas y
orientadas con pertinencia cultural, deben ser una prioridad para la plena garantía de derechos.
Fomentar criterios de aplicación y compromiso para atender las mayores amenazas y protección
de aquellos más necesitados requiere la responsabilidad del Estado como titular de obligación y
de voluntad política para establecer mecanismos de atención y protección. El aumento de la
desnutrición en el país y la crisis actual han dejado al descubierto la falta de protección de niños y
niñas quienes no tienen acceso a la alimentación y a una calidad de vida apropiada. Al mes de
julio del 2020 se contabilizaron 19,516 casos de desnutrición aguda, mientras que en
comparación con el 2019 al mismo mes hubo 10,913 casos, teniendo un incremento exponencial
con años anteriores.
La generación de esfuerzos para acabar con todas las formas de violencia, racismo y
discriminación, debe estar acompañada de políticas que busquen la consolidación de mecanismos
integrales y orientados a las poblaciones en condiciones de mayor vulnerabilidad. Es necesario
establecer mecanismos de diálogo sobre las alternativas a modelos incluyentes y democráticos
que cuenten con la participación de todos los sectores y la construcción de consensos hacia metas
a largo plazo que se encaminen al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030
(ODS). Los Acuerdos de Paz representaron la oportunidad para realizar los cambios al sistema
político y una reestructuración del Estado. Si bien su cumplimiento ha sido limitado, sigue siendo
un marco de referencia para el fortalecimiento de las instituciones y garantía de los derechos
humanos. La construcción de una agenda política, social y económica debe responder a las
necesidades que actualmente se viven en el país. Ello implica garantizar una salud integral, la
cobertura de una educación de calidad, combatir la pobreza y la desnutrición, garantizar el pleno
empleo y el fortalecimiento de las instituciones públicas. Las reformas pendientes al sistema
político no deben circunscribirse únicamente a la gestión sino al diseño institucional que
fortalezca y consolide las instituciones rectoras en cada ámbito para la gobernanza y estabilidad
democrática. Los esfuerzos por atender diversas problemáticas como seguridad, migración,
desplazamiento forzado y cambio climático, requieren de estrategias regionales que busquen
alternativas y constituyan políticas orientadas a su atención. El modelo económico actual
beneficia a unos pocos y profundiza las desigualdades existentes. Es por ello que es importante
construir planes de desarrollo tanto a nivel local y nacional que garanticen el desenvolvimiento
de las personas a través de oportunidades y estándares de empleo, salarios dignos y servicios
básicos para la población. Existen esfuerzos para la inclusión laboral de personas con
discapacidad y LGBTIQ+, sin embargo, no son suficientes y requieren de políticas orientadas a
fortalecer y garantizar sus derechos.
Las estrategias, programas y planes de acción deben estar orientadas con un enfoque de derechos
humanos y basadas en estándares internacionales. Es fundamental que existan reglamentos
específicos e instituciones fortalecidas que respondan a las necesidades de la población.
Garantizar la transparencia en la administración pública, la necesidad de revisión de un nuevo
pacto fiscal, mejorar el gasto público y combatir la corrupción e impunidad, implica reconocer
que se requieren esfuerzos para enfrentar las debilidades de un Estado cooptado por redes
criminales incrustadas en el aparato estatal. La crisis que actualmente vive Guatemala causada
por el COVID-19 puede convertirse en una oportunidad para fortalecer al Estado que no ha
priorizado garantizar en principio la salud de las personas, pero también en general los derechos
humanos. La coyuntura actual desnuda la realidad del Estado guatemalteco, pero brinda
oportunidades para establecer niveles de coherencia con las políticas públicas que se deben
implementar. La gestión de los derechos humanos en Guatemala requiere del fortalecimiento del
Estado y es necesario establecer un nuevo pacto social que garantice la participación de todos los
sectores y que promueva una sociedad incluyente y más democrática. La exacerbación de
vulnerabilidades demanda la implementación urgente de acciones y planes coordinados,
eficientes y enfocados en la atención de las poblaciones más necesitadas para la garantía de una
mejor calidad de vida.
Internacionales
1. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(ACNUDH): Esta organización es la principal encargada de promover y proteger los
derechos humanos a nivel mundial.
2. Organización Internacional para las Migraciones (OIM): La OIM se dedica a
gestionar la migración de manera ordenada y humana. Trabaja en más de 100 países y
ayuda a los migrantes y desplazados internos necesitados.
3. ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA):
ONUSIDA reúne a 10 organizaciones copatrocinadoras de las Naciones Unidas para
prevenir nuevas infecciones por VIH, atender a personas con VIH y mitigar el impacto de
la epidemia del SIDA.
4. Federación Mundial de Derechos Humanos, Human Rights Watch, Transparencia
Internacional y Amnistía Internacional son otras organizaciones que también defienden
los derechos humanos a nivel global.
Regionales
1. Consejo de Europa: Este organismo se centra en Europa y es responsable del Convenio
Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales.
Adoptado en 1950, este convenio establece normas para la protección de los derechos
humanos en la región.
2. Unión Europea (UE): Aunque no es exclusivamente un sistema de derechos humanos, la
UE también desempeña un papel importante en la promoción y protección de los derechos
en Europa. Sus políticas y legislación abordan cuestiones como la igualdad, la no
discriminación y la justicia.
3. Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE): La OSCE se
enfoca en la seguridad y la cooperación en Europa, pero también trabaja en la protección
de los derechos humanos. Monitorea la situación en los estados miembros y promueve el
respeto por los derechos fundamentales.
4. Convención Americana sobre Derechos Humanos (Convención Americana):
Adoptada en 1969, esta convención es parte del sistema interamericano y establece los
derechos y libertades fundamentales en las Américas. La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) supervisa su implementación.
5. Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Carta Africana): Adoptada
en 1981, esta carta se enfoca en los derechos humanos en África. Es supervisada por la
Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
Locales
1. Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH): La PDH es una institución
independiente encargada de defender los derechos humanos garantizados por la
Constitución. Su mandato incluye la atención integral, educación, promoción, procuración
y supervisión de la administración pública para lograr la vigencia de los derechos.
2. Procuraduría General de la Nación (PGN): Aunque no se dedica exclusivamente a
derechos humanos, la PGN también desempeña un papel importante en la protección legal
y la justicia en Guatemala.
3. Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET): Esta
secretaría se enfoca en prevenir y combatir la violencia sexual, la explotación y la trata de
personas en el país.
4. Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS): Aunque su enfoque es más
amplio, la SBS también trabaja en temas relacionados con derechos humanos,
especialmente en el ámbito social.
https://incedes.org.gt/wp/wp-content/uploads/2020/12/PIADH-LOS-DERECHOS-
HUMANOS-EN-GUATEMALA.pdf
https://www.ohchr.org/sites/default/files/Documents/Publications/PTS-4Rev1-NHRI_sp.pdf
http://aularedim.net/diplomado/docs/M1/M14.pdf
https://www.rindhca.org/actualidad/indh/guatemala.
https://help.unhcr.org/guatemala/acnur-en-guatemala-2/instituciones-nacionales-con-las-
que-trabajamos/.
https://www.ohchr.org/es/documents/country-reports/ahrs4920-situation-human-rights-
guatemala-report-united-nations-high.
https://dhpedia.wikis.cc/wiki/Sistemas_regionales_de_protecci
%C3%B3n_de_los_derechos_humanos.
https://www.lifeder.com/instituciones-derechos-humanos-mexico/.
https://media.gettyimages.com/id/1245561784/photo/international-organization-for-
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q=Instituciones+internacionales+de+los+derechos+humanos.