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INTRODUCCIÓN A LOS SISTEMAS DE ALARMAS

La denominación «sistema de alarma» se aplica usualmente a la detección de intrusos en determinadas áreas protegidas, especialmente
cuando forma parte de sistemas antirrobo o antiasalto.
Sin embargo, un sistema de alarma es algo mucho más amplio, y puede definirse como aquél que avisa de alguna circunstancia
anormal. Precisando más: detecta la variación de unas circunstancias o parámetros establecidos inicialmente.
Esta definición abarca gran variedad de sistemas, los cuales pueden dividirse en dos grandes grupos: alarmas de funcionamiento de
equipos y alarmas de protección humana.

Alarmas de funcionamiento de equipos

Es corriente la utilización de sistemas de alarma que detecten fallos en transmisiones de radio y televisión, y que conecten de forma
rápida y automática los equipos de reserva en caso de que sea necesario. A su vez la señal de alarma suele ser transmitida hasta un centro de
control. Estos sistemas son bastante sofisticados debido a la cantidad de parámetros que deben controlar y a las operaciones que han de realizar
de manera automática.
Otros sistemas pueden construirse de manera más simple. Pensemos en otro ejemplo: Un almacén de pescado congelado. Este
producto se estropea si la temperatura supera un cierto valor, por tanto será necesario disponer de un sistema que avise en caso de que se diese
esta circunstancia. Deben tenerse en cuenta muchos factores. El primero de ellos es un fallo de energía eléctrica, en cuyo caso los motores que
accionan los compresores del refrigerador no funcionarán. El sistema de alarma debe, por tanto, tener una batería de reserva. En segundo lugar,
la alarma puede ser un simple timbre que avise al encargado de la instalación, para que éste repare la posible avería eléctrica, o bien ponga en
marcha un equipo de reserva, que puede consistir en un grupo electrógeno que alimente los motores eléctricos de los compresores, o bien en un
compresor movido por un motor de combustión interna, normalmente de gasoil. Un sistema más elaborado podría utilizarse para la puesta en
servicio automática de los equipos de reserva.
De estos ejemplos se deduce que un sistema de alarmas ha de considerarse necesario en la práctica totalidad de las instalaciones, sobre
todo en las que prestan un servicio permanente, en los que un fallo de funcionamiento puede causar graves pérdidas económicas, o incluso poner
en peligro la integridad física de las personas.
Lógicamente la característica más importante de un sistema de este tipo es su alta fiabilidad, o sea, que su tasa de fallo sea baja, por
tanto debe de estar permanentemente conectado, y es conveniente utilizar un sistema duplicado con chequeo mutuo, es decir, que además de
cumplir las funciones para las que fue diseñado como detector de alarmas, verifique a su vez el funcionamiento correcto del otro equipo de
alarma, de esta forma puede aumentarse en gran medida la fiabilidad del sistema.

Alarmas de protección humana

Mencionarlas una por una es imposible, pues sería como enumerar cada una de las circunstancias que puedan perturbar física o
psíquicamente a un ser humano.
Como ejemplo podemos citar las alarmas contra incendios, que son de diferentes tipos, pues no es lo mismo detectar un incendio en
una vivienda, en un petrolero, o en un bosque; cada uno de estos casos tiene un tratamiento peculiar; también existen las alarmas preventivas,
como las que advierten del peligro de hacer fuego en zonas cercanas a bosques o campos de cultivo cuando las circunstancias climatológicas de
humedad, temperatura y viento son favorables para la propagación del fuego.
También es posible alertar a la población contra temporales, tormentas, inundaciones e incluso terremotos.
En las naves industriales debe controlarse la acumulación de gases tóxicos e inflamables, e incluso en determinados casos la dosis de
radiación que puedan recibir los individuos.
Los sistemas de más corriente utilización son los que se emplean para dar protección a los locales donde se almacenan objetos valiosos
o se manejan grandes sumas de dinero, y hoy día en prácticamente todos los comercios o industrias, aún en las de tipo más modesto. Los
sistemas de protección son de dos tipos, refuerzo de estructuras y cierres, e instalaciones de sistemas de aviso, estos últimos suelen ser de tipo
electrónico, y el estudio de ellos es el objeto de este curso.
EL SISTEMA DE ALARMA

La fiabilidad de un sistema de alarma depende de la de cada equipo que lo compone y de la instalación.


La fiabilidad de los equipos depende de todos y cada uno de los componentes de que consta, sobre todo de los electrónicos, y se determina
mediante laboriosos estudios estadísticos.
Para obtener una alta fiabilidad es necesario utilizar componentes fiables, normalmente de alta calidad, y deben hacerse trabajar dentro de
las condiciones de trabajo que recomiendan los fabricantes de los mismos, para evitar fatigas en los materiales, hecho que deriva en un notable
acortamiento de la vida de los mismos, y que puede dar lugar a fallos del equipo.
Muchos equipos de alarma se fabrican siguiendo normas nacionales e internacionales de fiabilidad y calidad, y el fabricante garantiza su
aplicación. Otros fabricantes con medios más modestos ofrecen equipos que no están homologados, sin embargo muchos en ellos poseen una
calidad suficiente como para ser empleados en instalaciones de alarma.

El sistema básico

Un sistema de alarma consiste en: equipos de detección, equipos avisadores, unidad de control y equipo de alimentación. Existen
numerosas variantes para cada uno de ellos, que dependen de las necesidades del usuario, de las dimensiones de la instalación y del presupuesto
económico del que se disponga. A continuación se describen brevemente algunos de estos equipos.

Equipos de detección

Como su propio nombre indica son los encargados de detectar la variación del parámetro que están vigilando, son de tipos muy diversos.

Interruptores y pulsadores

Constituyen la familia de detectores más sencillos, la detección se realiza por la apertura o cierre de unos contactos metálicos.
La forma definitiva varía según la aplicación, pueden ser pulsadores miniatura de accionamiento manual, interruptores de bola miniatura
cuyos contactos se abren y se cierran según se abran puertas o ventanas. También existen modelos de interruptores, en los que uno de sus contactos
se mantiene en una posición fija mediante un imán. La parte correspondiente a los contactos está encerrada en una ampolla de vidrio, con lo cual
éstos no son afectados por el polvo o la humedad, lográndose un funcionamiento muy seguro, son muy utilizados para el control de apertura de
puertas y ventanas.
También se emplean sensores, consistentes en un péndulo, los hay de dos tipos, uno de ellos es sensible a las vibraciones y el otro a
aceleraciones e inclinaciones, este último se utilizaba habitualmente en vehículos. En ambos equipos la señal de alarma se obtiene cua ndo el
péndulo, en su desplazamiento, alcanza al otro contacto, cerrando el circuito.
Los termostatos bimetálicos se componen de un contacto fijo y otro móvil, éste está formado por dos láminas de metales diferentes unidas
por sus extremos, estos metales tienen coeficientes de dilatación muy diferentes, y por tanto las variaciones de temperatura hacen que se curven
hacia un lado u otro, cerrando o abriendo el contacto. Se utilizan para el control de temperatura en aparatos calefactores, planchas eléctricas, y
como detectores de exceso o defecto de temperatura en algunas instalaciones de alarma.
Algunos sistemas de detección de nivel en líquidos usan interruptores accionados por flotadores o boyas que acompañan con su
desplazamiento al nivel del líquido.
Era común colocar cintas adhesivas conductoras sobre superficies de vidrio, para avisar de la rotura de éstos, existen vidrios con un hilo
conductor incluido, de una sección tan reducida que no afecta a la visión.
Los sensores de inercia consisten en una esfera de material conductor que, cuando el equipo está en reposo cierra dos o más contactos,
abriéndose uno de ellos cuando hay una vibración o movimiento, genera una señal de alarma; suele utilizarse para vigilancia de vallas y puertas.

Detectores acústicos

En locales alejados del ruido o en sótanos aislados acústicamente, es posible emplear micrófonos del tipo convencional. Como es lógico
este sistema no es aplicable en ambientes ruidosos.
Estos equipos consisten en un micrófono, amplificadores y filtros. La señal procedente del micrófono se filtra dé tal forma que sólo pasen
señales fuertes, en la banda de 5 a 9 Khz. Los sonidos producidos por la rotura de cristales son ricos en componentes de estas frecuencias.
La rotura de vidrios suele detectarse hasta 10 ó 12 metros. El tránsito rodado y peatonal no puede activar el sistema, por ser frecuencias
inferiores.

Detectores infrarrojos

Proporcionan una eficaz protección en interiores. Existen modelos que forman una barrera y otros que "ven" en forma de abanico.

Otros detectores

Los sistemas basados en la detección por radar y ultrasonidos, también se usan en interiores para detectar movimientos.

Equipos avisadores

Estos tienen como misión avisar a los propietarios de los locales, personal de seguridad, fuerzas de orden público y también la de alejar a
los posibles intrusos.
Pueden agruparse en tres tipos: acústicos, luminosos, y transmisión de alarmas a distancia.

Avisadores acústicos

Proporcionan un sonido estridente, fácilmente audible a muchos metros de distancia, su potencia debe ser elevada, y por tanto también lo
es su consumo, circunstancia que ha de ser tenida muy en cuenta cuando se calcule el equipo de alimentación del sistema.
Las sirenas electrónicas suelen emitir dos o más tonos, cuyas frecuencias están comprendidas entre 800 y 4.000 Hz., en algunos modelos
pueden programarse diferentes sonidos para diferenciar distintas alarmas: incendio, robo, etc.
En los automóviles suele utilizarse, en algunos casos, la bocina del vehículo, ésta tiene un consumo elevado, y además no está preparado
para su empleo continuado, por ambos motivos, en el caso de usarla, deberá hacerse intermitentemente.

Avisadores luminosos

Consisten básicamente en una lámpara, provista de una cubierta protectora de color rojo o naranja, el funcionamiento suele ser
intermitente o a base de un reflector giratorio accionado por un pequeño motor eléctrico.
También se utilizan sistemas de flash con los que se consiguen potentes destellos de luz, visibles a gran distancia, con éste puede
conseguirse un notable ahorro de energía.

Transmisión de alarmas a distancia.

Hoy día es corriente instalar centros de control de alarmas en determinadas zonas de la ciudad, atendidas por personal especializado de
las empresas de seguridad, para de esta forma proteger más eficazmente a sus abonados.
El enlace entre abonado y central se realiza normalmente a través de la línea telefónica o bien vía radio, en ambos casos se utiliza un
sistema de llamada automática, y además se envía un indicativo de abonado para que el vigilante sepa el origen de la alarma. Este vigilante dará,
si procede, aviso a los cuerpos de seguridad, bomberos, etc., por el medio más adecuado.
La policía, en muchos países, tiene centros de control y proceso para proteger los puntos más críticos, a estos centros están conectadas las
alarmas de bancos, cajas de ahorros, órganos oficiales, algunas joyerías, etc.
Los sistemas más complejos, sofisticados, y por tanto más eficientes son los utilizados en bancos, entidades financieras y empresas de
transporte de dinero y metales preciosos.
Cuando existe peligro para la vida de las personas, como es el caso de un asalto, si se presiona uno de los pulsadores de alarmas, o bien si
el sistema detecta el asalto por otro medio, no sonarán los dispositivos acústicos, ni se activarán los luminosos, sino que avisará directamente a la
policía, que decidirá la manera más correcta de actuar, según evolucionen las circunstancias.

Unidad de control (central)

Su misión es recibir la información de los diferentes sensores, determinar si se da el estado de alarma en alguno de ellos, y activar en
consecuencia los sistemas avisadores adecuados.
Las unidades de control pueden consistir simplemente en uno o varios relés, en un pequeño circuito con compuertas electrónicas y
temporizador, en un sistema basado en algún tipo de microprocesador, o ser un ordenador completo con su unidad de entradas y salidas adecuada
al sistema de alarma. Todo depende de las dimensiones del sistema de alarma y de las funciones que tiene que desempeñar.

Unidad de alimentación

El sistema de alarma debe tener un funcionamiento continuo, por tanto no puede depender de fallos de la red. Debe disponer de una
fuente de energía propia que le proporcione suficientes horas de autonomía.
El procedimiento más usual es utilizar baterías recargables, y un sistema automático de alimentación a través de la red.
SISTEMAS DE ALARMAS DE INTRUSIÓN: SENSORES (AMPLIACIÓN)

Detección perimetral
Se materializa por medio de la protección de los cerramientos de la propiedad que resulten vulnerables. Si se cuenta con cortinas o
postigones, su protección permite ventilar los locales aún con el sistema operando, y si además se protegen las hojas, el nivel de seguridad es aún
mayor. La protección puede alcanzar la detección de la rotura de los cristales.
En el caso de contar con gran cantidad de aberturas, el sistema permite el control centralizado del estado de las mismas, anunciando en
los teclados de control la abertura que está libre por su ubicación.
El método "Perimetral" constituye un complemento ideal de la detección exterior en la función de proteger a los moradores.

Ventajas:
Se detecta al intruso antes de ingresar.
Si se cuenta con aberturas adecuadas, la detección puede ser confiable.
Interfieren poco en la vida de los usuarios.

Limitaciones:
En caso de no preverse durante la construcción, su aplicación se ve complicada por la necesidad de llegar con cables hasta
cada abertura, si bien existen sistemas inalámbricos, llegar al mismo nivel de protección que brindan los cableados, implica un mayor costo.
Presentan cierto nivel de vulnerabilidad, especialmente si se sabe de la disposición de los sensores, debe instalarse como
complemento de otras formas de detección y no son suficientes en instalación donde se prevea la posibilidad de sabotaje.

Sensores magnéticos de apertura

Fueron ideados para detectar la apertura de hojas y cortinas. Consisten de dos partes, una cableada con una ampolleta con láminas
metálicas que permanecen cerradas mientras se encuentre cerca un imán y otra que es una pieza de ese tipo, que mantiene durante mucho tiempo
sus cualidades magnéticas. De esta manera se cuenta con un tipo de contacto que tiene una distancia de activación suficiente como para absorber
el juego que tienen las aberturas entre el marco y las hojas, por lo que evitan los falsos disparos y solamente detectan la abertura de las hojas.

Ventajas:
Se fabrican en gran cantidad de formatos, que permiten resolver la protección de casi todos los tipos de aberturas que se
utilizan en la construcción.
Si se prevé su instalación durante la obra, se logra una vida útil suficiente, con bajo mantenimiento, lo que es muy
importante, ya que el nivel de seguridad depende del tiempo que se encuentre en servicio el sistema.
En caso de tener muchas aberturas y, contando con suficiente cantidad de zonas en la central, puede conocerse el estado de
todas, sin necesidad de recorrerlas; simplemente observando el teclado de comando podemos saber cuál quedó abierta. Parece una función
menor, pero en gran cantidad de casos, es razón suficiente como para decidir su instalación.
El costo de instalación es bajo.

Limitaciones:
Debe cablearse hasta el lugar de emplazamiento del sensor, preferentemente de manera tal de no exponer el cable al deterioro
que produce la limpieza normal de las aberturas. Hay sistemas inalámbricos que ofrecen una solución a este tema, pero con costos
sensiblemente mayores y, según el tipo de enlace que tengan con la central, disminuyen el nivel de seguridad de la instalación.
Tienen un grado de vulnerabilidad mayor que los sistemas de detección volumétricos, si se sabe su exacta ubicación, en
algunos casos pueden burlarse.

Sensores exteriores con borneras


Son bastante comunes, aunque está limitado su uso en regiones o zonas donde puede haber un clima húmedo y salitroso (cerca del mar).
Tienen una distancia de activación de 10 mm. a 70 mm, existen los de atornillar y autoadhesivos, también de distintos tamaños, desde los
pequeños, de 15 mm de largo, que se utilizan para cajones o aberturas con hojas reducidas, los medianos de 35/40 mm, hasta los utilizados en
puertas y portones de garaje, de hasta 150 mm de largo, correspondiendo a distancias de activación de 10/15 mm, 20/25 mm y 50/70 mm
respectivamente.
Los de atornillar, generalmente tienen una tapa que oculta los tornillos de sujeción y los sujetacables.

Sensores exteriores precableados


Simplifican el montaje a la vez que disminuyen su volumen y requieren de una caja o alojamiento para realizar los empalmes, a unos
15/35 cm. de distancia desde la ampolleta. Pueden ser del tipo autoadhesivo, debido a que no están expuestos a la solicitación que genera la
fijación del cable a la bornera. También se pueden atornillar, siendo esto muy recomendable, para no depender de la calidad del pegamento.

Sensores embutidos en madera para carpintería


Son del tipo precableado y funcionan enfrentados por lo que requieren de un buen ajuste que, por otra parte, es posible de lograr.
El montaje es relativamente sencillo, ya que debe realizarse previamente una perforación con una mecha de 8 a 10 mm de diámetro para
ambas piezas. Son casi invisibles, por lo tanto difíciles de detectar y de romper.
Sensores embutidos para carpintería metálica
Son similares a los de madera, pero fabricados de tal manera de separar ambos componentes (imán y ampolleta) de la chapa, lo que
atenúa la pérdida de atracción que genera todo cuerpo ferroso.
Deben utilizarse en cerramientos de buena calidad y con poco juego. De no contarse con estas características, es recomendable recurrir
a los sensores magnéticos exteriores, que permiten un mejor ajuste de sus partes.

Sensores de rotura de vidrio


Son los indicados para proteger aberturas vidriadas que no tengan postigones o cortinas y pueden anticipar el intento de intrusión lo
suficiente como para complementar los otros tipos de detección, exterior e interior.
Su aplicación está muy difundida en locales comerciales para la protección de las vidrieras.
Son dos los tipos, están los de vibración y los ambientales. Además existen los de continuidad, compuestos por una cinta conductora con
adhesivo. Es recomendable saber que su uso es poco frecuente (casi en desuso) debido a lo complicado del mantenimiento.

Sensores por vibración

Pueden ser del tipo mecánico o electrónico. Los primeros consisten en una pesa que desconecta el contacto de la alarma cuando vibra por
efecto de un golpe o por la rotura del vidrio. Tampoco se los utiliza mucho debido a que provocan falsos disparos debido a su forma de
funcionamiento.
Los del tipo electrónico son más selectivos y seguros, generalmente se alimentan de la tensión del lazo de la central de alarma y
reaccionan a las vibraciones repentinas y ante una frecuencia determinada, característica producida por la rotura de un cristal.

Ventajas:
Permiten la protección mientras el local se encuentra ocupado, se aumenta el tiempo durante el que se encuentra activado el
sistema por lo que se eleva el nivel de seguridad.

Limitaciones:

En caso de aberturas con vidrio repartido requiere la colocación de un detector en cada paño, por lo que se encarece mucho su
aplicación y atenta contra la estética.

Sensores ambientales

Son del tipo microfónico, tienen un alcance de entre 8 y 15 metros y un ángulo de cobertura de unos 25 a 30 grados.
Existe un tipo fabricado con electrónica similar a la utilizada en sistemas convencionales de audio, reacciona a los sonidos repentinos y
filtra las frecuencias características producidas por el vidrio al romperse. Además, responden a un amplio espectro de sonidos de ese tipo.
Los del tipo microprocesado discriminan los patrones que producen los cristales contenidos en diferentes tipos de carpinterías, esto se
logra por medio de microprocesadores que almacenan esta información.
Ambos tipos requieren de alimentación separada del par de alarma, su instalación es similar a la de un detector volumétrico infrarrojo
pasivo, se los disponen de acuerdo a sus características de alcance y son útiles en la protección de vidrieras de locales.

Ventajas:
Los de tecnología convencional son confiables en la mayor parte de los casos, generalmente pueden regularse produciendo un
sonido similar con llaves agitándose.
Los de tipo microprocesado son muy selectivos y "duros" y producen muy pocos falsos disparos.

Limitaciones:

Los de tecnología convencional tienen la característica de que algunos sonidos, como los producidos por un vaso o un
cubierto contra una pileta de acero inoxidable, pueden engañar al detector produciendo un falso disparo.
Los del tipo microprocesado no siempre reaccionan en todos los casos. En los primeros que se fabricaron no estaban
memorizados los patrones producidos por roturas de vidrios contenidos por el tipo de carpintería que se utilizan aquí, esto se transforma en
una merma del alcance de su cobertura.
Detección interior volumétrica

Se materializa mediante detectores de movimiento infrarrojos pasivos y son indicados para proteger la propiedad cuando se encuentra
desocupada.
Presentan un buen nivel de seguridad y es muy recomendable su uso como complemento de los otros tipos de detección mencionados,
activándolos cuando se retiran todos los moradores. Cuentan con la característica de resetearse automáticamente, lo que los deja activos luego del
tiempo de alarma en caso de disparo, esto es de gran utilidad ya que confiere gran confiabilidad al sistema, aún cuando se ha producido una
intrusión.
Los más difundidos son los detectores infrarrojos pasivos y los de doble tecnología, infrarroja y microondas.
Los hay de diferentes tipos con ángulos de cobertura desde 5 a 360 grados y alcance de 15 a más de 40 metros.

Ventajas:

Son muy difíciles de violar por tratarse del tipo volumétrico, pueden emplearse en casos de alto nivel de seguridad como en
bancos.
Su instalación es sencilla, ya que pueden disponerse en un lugar de fácil acceso por cableado y proteger todo un recinto.

Limitaciones:
Los del tipo infrarrojo pasivo pueden dispararse por corrientes de aire en movimiento y con diferente temperatura que la del
ambiente.
Deben ser empleados con sumo cuidado ya que si detectan una intrusión en un recinto cercano a los habitantes de la
propiedad a proteger, pueden poner en riesgo a los mismos en el momento que el intruso puede sentirse acorralado. Es muy común ver este
tipo de detectores instalados para proteger a los moradores, cuando su verdadera función es la protección de las propiedades estando
desocupadas.

Sensores infrarrojos pasivos


Sensibles a la radiación infrarroja que genera el cuerpo humano, por medio de una lente tipo Fresnel, detectan la variación de la misma
entre los campos en que se divide el área que toman.
Se definen como pasivos ya que dependen de la energía que irradia un elemento externo al detector. Los activos son las barreras
infrarrojas que cuentan con dos elementos, un emisor y un detector.
Los modelos más comunes tienen un área de cobertura de 90 a 110 grados y un alcance de 12 a 15 metros, hay otros del tipo cortina con
un ángulo de 5 a 10 grados y un alcance de 30 a 45 metros y otros para colocar en cielo raso con 360 grados de amplitud y unos 12 metros.
Generalmente tienen un sistema de antidesarme que puede conectarse a una zona activa las 24 horas, esto cuando se requiera una
instalación antisabotaje.
En estos casos son útiles los del tipo "para cielo raso", ya que si se desea anularlos tapándolos con cajas o bultos, es más difícil hacerlo si
se los instala en el techo.
Para usos en aplicaciones con altos niveles de seguridad, se encuentran los detectores con "antimasking". Se trata de otro sistema de
detección independiente al principal que avisa de la presencia de un obstáculo que impide el trabajo del sensor, debiendo contarse con otra zona
que diferencia este aviso del de alarma.
En la búsqueda de mayor confiabilidad en la detección, surgieron los detectores con sensor tipo "Quad". Se trata de que la detección se
realice por redundancia, para eso se emplea un detector doble o cuádruple a los efectos de disminuir los falsos disparos.
Hay otros modelos que discriminan los pequeños animales, evitando que éstos disparen el sistema, en forma permanente se desarrollan
equipos con mejores prestaciones.
Desde hace tiempo se utiliza este tipo de detectores en exteriores, aprovechando su condición de volumétricos. Para su aplicación debe
tenerse en cuenta que la naturaleza de la detección es sensible a las corrientes de aire y su comportamiento varía con las variaciones de
temperatura, por lo tanto, siempre es conveniente considerar sólo el encendido de luces y de avisos sonoros de baja intensidad cuando se utilizan
detectores infrarrojos pasivos en exterior.
Dentro de este tipo se encuentran los equipos autónomos que se alimentan con 220 VCA, encienden luces y, en algunos modelos, se
incluyen las luminarias de diferentes potencias. Su aplicación está dirigida a iluminación de cortesía o a disuasión.

Ventajas:
Tienen un buen rendimiento con respecto al costo del equipo instalado.
Por eso la gran difusión de su uso, ya que están presentes en casi todas las instalaciones de alarma.
Por su condición de volumétricos confieren un muy buen nivel de protección siempre que se los instale según las
recomendaciones del fabricante.
Limitaciones:
Por su versatilidad, precio y difusión a veces se los utiliza por fuera de sus posibilidades, comprometiendo la integridad de
los habitantes o, por lo menos, su tranquilidad.
Debe tenerse en cuenta en su instalación: la ausencia de corrientes de aire, el encandilamiento directo del elemento sensor, los
insectos que pasen directamente sobre el detector y que no se accione la calefacción o refrigeración mientras los equipos estén activados.
Su aplicación en grandes locales o galpones debe ser analizada dado que las altas temperaturas y corrientes de aire generan
comportamientos imprevisibles.

Sensores de doble tecnología

Podría incluirlo como uno de los del grupo anterior, pero se diferencian fundamentalmente por contar con un detector infrarrojo pasivo y
otro por microondas, la señal de alarma se genera cuando ambas detecciones coinciden durante un lapso mínimo.
Ideados para aprovechar las ventajas de ambos tipos de detección y evitar así los falsos disparos que cada uno de ellos genera.
La detección por microondas se basa en un emisor de muy alta frecuencia y una antena receptora en la entrada de un circuito sensible a
esta parte del espectro que analiza el nivel de la señal que rebota en los elementos que se encuentran en el área de detección. Al modificarse la
posición de alguno de ellos se modifica el rebote hasta que el receptor genera una señal de alarma.
Como sabemos el infrarrojo pasivo es susceptible de falsos disparos por corrientes de aire y los detectores por microondas, por su
tecnología, detectan movimiento a través de vidrios y paredes, pero son inmunes a las corrientes de aire.
Con la combinación de ambas tecnologías con una lógica del tipo "Y", o sea que deben estar presentes ambas para generar la alarma, se
logran muy buenos resultados.
El ángulo de cobertura es más estrecho que el de tipo infrarrojo, la tecnología del tipo de microondas tiene una propagación de unos 20 a
30 grados con forma de lóbulo que llega a un ancho máximo y luego se estrecha a medida que se aleja del sensor, están ofreciendo detectores de
doble tecnología que compensan este efecto logrando coberturas cercanas a las de los infrarrojos, unos 90 grados y un alcance de 25 metros.

Ventajas:
Permite aplicar la detección volumétrica en recintos donde los del tipo infrarrojo de simple tecnología generan gran cantidad
de falsos disparos, sobre todo cuando es necesario proteger los recintos internos de una casa en la que conviven diversas mascotas.
Comparten las facilidades para su instalación que tienen los volumétricos infrarrojos pasivos.

Limitaciones:

Su precio es más del doble de los de simple tecnología, lo que limita su aplicación a lugares donde las exigencias son
grandes.
El área de cobertura es menor que los de simple tecnología, por lo que deben instalarse mayor cantidad para cubrir iguales
distancias, justamente cuando se los utiliza mucho en grandes galpones esta característica en notable.

Detección exterior

Se utilizan, habitualmente, detectores de movimiento de doble tecnología, similares a los descriptos anteriormente. La diferencia
fundamental con aquellos está dada por la calidad de construcción de la electrónica y del tipo de gabinete utilizado, ya que debe soportar las
inclemencias del tiempo, como lluvia, humedad, radiación U.V. etc.
Existen modelos llamados de triple tecnología. Lo que vemos en ellos es un sensor de doble tecnología a la cual se le suma un software
que analiza el comportamiento de los diferentes escenarios donde es instalado. Hasta disponen de la posibilidad de analizar oscilaciones de ramas
de árboles o arbustos que se encuentren en una determinada distancia.
También son utilizadas las barreras infrarrojas; las cuales emiten un haz invisible de luz que al ser interrumpido por el paso de un intruso,
generan una señal de alerta que es recibido por la central de alarma. Están formadas por dos elementos: un emisor y un receptor de luz infrarroja.
Vienen en diversos alcances, que parten desde los 30 Mt. en adelante, hasta los 150 Mt. o más.
Encontramos también, sensores de proximidad, compuesto por un solo elemento emisor y receptor en un único gabinete. El principio de
funcionamiento está dado por la emisión de ese haz infrarrojo, que se pierde en la distancia. Al cruzarse una persona, la luz rebota en ella y es
recibida por el receptor. El alcance es muy reducido, del orden de los 3 Mt. m;aximo.

Ventajas:

Si están instalados correctamente, ofrecen una protección temprana, aumentando la seguridad del sistema.
Las barreras y los sensores de proximidad, tienen una tasa de falsos disparos casi nula.

Limitaciones:
Los del tipo de movimiento pueden producir falsos disparos debido a las variaciones de todo tipo que encontramos en el
exterior de una instalación.
Otra limitación, no de carácter técnico, es el costo elevado que pueden tener los sensores para exterior; ya sea desde el valor
mismo del sensor, hasta por la complejidad en la mano de obra de instalación.
EL CONCEPTO DE ZONA EN UN PANEL MICROPROCESADO

La transición entre los paneles (centrales de alarma) de dos o cuatro zonas en los que había una zona fija como demorada y el resto
instantáneas a los paneles actuales se hizo muy rápido en el mercado, de modo que muchos instaladores no le sacaban provecho a una gran
variedad de posibilidades para configurar zonas en un sistema de alarma. Describiremos aquí todo el potencial de los equipos microprocesados.
Como introducción, cabe aclarar que la característica de una zona ya no depende de la conexión física en la placa del panel sino que ésta
se configura por programa, tal como se hace con los periféricos en una computadora. Esto permite tener por ejemplo varias zonas demoradas
(antes una sola), zonas de 24 horas silenciosas o con zumbador de teclado (antiguamente llamada pánico), o zonas de incendio en el mismo panel
de robo.
Las zonas que son instantáneas (o rápidas) provocan una condición de alarma inmediatamente. Se usan para proteger perímetros como en
persianas, puertas exteriores y ventanas. Por lo general, conectamos magnéticos o barreras infrarrojas. Es el tipo de zona básico que existió desde
la primera alarma a relés.
La zona programada como demorada (temporizada, con retardo) permite regular el tiempo de entrada de manera de permitir al usuario
entrar a la propiedad protegida y desactivar el sistema con el teclado instalado en su interior. Se puede regular este tiempo desde pocos segundos
a varios minutos, dependiendo de si se trata de un teclado al lado de la puerta de entrada o si el ingreso es por un portón automático de garage.
Según el panel, la regulación del tiempo es en intervalos de a 10 segundos o continua, y los hay que permiten regular desde 1 hasta 999
segundos.
También el tiempo de salida es regulable; a veces sumando automáticamente 40 segundos al tiempo de entrada y otras con una variación
continua. Si dos o más zonas son demoradas, tendrán los mismos tiempos, aunque existe también la posibilidad de regular un tiempo distinto en
otra zona en algunas marcas. Un uso inteligente es si se tiene un solo teclado en la propiedad y dos accesos (puerta principal y garage): para
entrar con el vehículo al garage se necesita mayor tiempo que si se entra por la puerta principal. De este modo, puede programarse un tiempo
cómodo para la entrada por el garage sin perjudicar la seguridad dando más tiempo para la entrada principal.
Hasta aquí, casi como antes. Pero cuando agregamos detectores de movimiento en una casa, queremos que estos no funcionen para activar

funcionamiento depende de cómo se active el sistema: si salimos de la propiedad, usaremos la activación total. Los sensores conectados a esa zona
funcionarán, como si se tratara de una zona instantánea. En el caso de querer activar estando en la casa usaremos la activación parcial o interior.
Los infrarrojos detectan siempre, pero el panel ignora la señal enviada. Se entiende que en este caso la propiedad queda protegida en forma
perimetral por detectores magnéticos en puertas y ventanas o barreras infrarrojas en el exterior.
También se desprende de este tipo de z
de la propiedad, y tiene dos comportamientos: si se abre una zona demorada primero funciona como zona demorada, con igual retardo que el de la
zona que se abrió. De este modo, si hay un infrarrojo pasivo en el ámbito de la entrada, da tiempo para desactivar el sistema desde el teclado.
En cambio si un intruso ingresa por una ventana o rompiendo una pared el panel no detecta una apertura de una zona demorada con
anterioridad y la zona se comporta como instantánea, es decir que da alarma inmediatamente por considerar que no se hizo un ingreso normal.
transformó en la
de asalto y otros
dispositivos que requieran una respuesta permanente de una estación de monitoreo, por citar un ejemplo. Se le puede asignar como atributo que
sea zona silenciosa (sin hacer sonar sirenas).

Se entiende por ello que una protección contra sabotajes debe estar siempre activa.
Atributos adicionales van personalizando esta zona para poder conectar detectores de inundación, de gases o hacer un control de frío de
una cámara frigorífica.
Una zona de incendio es una zona 24 horas con atributos particulares: no puede excluirse, hace sonar las sirenas en forma intermitente y
permite conectar dispositivos normal abierto, tales como son los detectores de incendio.
En casos en que es necesario filtrar la señal que envía un dispositivo demasiado sensible o si se necesita una confirmación de un evento, la
central marca Paradox (y otras) permite la configuración de zona inteligente que hace que el panel considere una alarma en esa zona sólo si recibe
dos disparos en un intervalo de tiempo determinado. Puede utilizarse en pulsadores de aviso de asalto para mayor seguridad. Hay configuraciones
de zona especiales que la transforman en un control, como la de activación/desactivación o permiten conectar un interruptor o control remoto para
comandar una salida PGM (programable).
Los paneles evitan que un disparo provocado por un mal contacto o un "transitorio" se transforme en una falsa alarma haciendo que un
tiempo de respuesta suficientemente largo ignore a los mismos. No obstante, si se trabaja con detectores de vibración o detectores sísmicos será
necesario disminuir considerablemente ese parámetro.
Podemos también decidir si la zona será supervisada, es decir si llevará resistencia (resistor) de fin de línea (RFL), normal abierta o normal
cerrada. Otros atributos de zona hacen que una zona no reporte o que no encienda su correspondiente indicador en el teclado, que demore la
transmisión del reporte de monitoreo o que genere un tono en el teclado cuando se abre una puerta de calle.

Zonas fuera del panel


Así como la característica de una zona no depende de la conexión física en la placa del panel, la conexión de una zona no está limitada a
la bornera del mismo; las zonas de teclado (por ejemplo en DSC) son terminales en el teclado para conectar una zona. Generalmente es útil para
conectar el detector magnético de la puerta de entrada donde está el teclado. Según el modelo, por cada teclado instalado obtendremos una zona
extra. La conexión entre el panel y el teclado sigue siendo de cuatro hilos. Los expanso
del teclado en un lugar alejado del panel y entregan ocho, dieciséis, o más zonas extra. Sus características y atributos se programan del modo
general descrito.

Zonas que se multiplican


Y claro, antes una zona era una sola zona. Ahora ciertos paneles permiten, mediante un juego de resistores, duplicar las zonas de un
panel. Estos resistores se colocan de a pares respectivamente en paralelo y en serie con el detector. Su ventaja es relativa, dependiendo de la
distancia entre los dos sensores involucrados en la duplicación. Estas características de zonas no se encuentran en todos los modelos de paneles y
se hará necesario decidir cuál es el que más se ajusta a cada instalación. También, es un buen criterio pensar en posibles ampliaciones y elegir un
modelo que permita "crecer" con la necesidad del usuario

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