Teoria Constitucional y Giro Decolonial

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doctrina

constitucional

Teoría constitucional y giro


decolonial: narrativas y
simbolismo de la Constitución
Reflexiones a propósito de la experiencia
de Bolivia y Ecuador

Alejandro MEDICI*

“La Constitución es un medio de autorrepresentación propia de todo un pue-


blo, espejo de su cultura y fundamento de sus esperanzas”.
Peter Häberle. Teoría de la constitución como ciencia de la cultura.

En el presente texto, el autor, a partir de los conceptos de persona, so-


ciedad y naturaleza, analiza la gravitante influencia que ha tenido el
colonialismo en el constitucionalismo contemporáneo, que parte de una
sociedad igualitaria, homogénea y monocultural. Considerando la com-
RESUMEN
plejidad de las sociedades poscoloniales, reflexiona sobre el último pro-
ceso de otorgamiento de nuevas constituciones en Bolivia y Ecuador,
señalando la necesidad de superar el constitucionalismo tradicional
mediante una Constitución horizontal.

Introducción que las acompañan y las simbolizan. En ese


El discurso constitucional, en tanto que dis- sentido, la imagen simbólica que el derecho
curso jurídico político, narra ciertas visiones y el constitucionalismo contemporáneos han
culturales acerca de la relación entre personas, propuesto es la de una pirámide jurídica en
sociedad y naturaleza, que se plasman en pro- cuyo vértice y de forma jerárquica se ubica la
yectos y visiones acerca de cómo, entre otras Constitución, de la que se derivan el resto de
cosas, obtener el progreso y el desarrollo. las normas del ordenamiento jurídico.
Estas narrativas del discurso constitucional, se Este simbolismo, ampliamente difundido y utili-
concretan en las imágenes de la Constitución zado como recurso pedagógico en la enseñanza

* Docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Miembro del Centro de Estudios y Actualización en
Pensamiento Político, Decolonialidad e Interculturalidad-Ceapedi.

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del Derecho para explicar las características origen norteamericano o europeo–, normati-
del sistema jurídico de ser un sistema jerár- vismo positivo –entendiendo por Derecho ex-
quico, lógicamente coherente y cerrado, así clusivamente el de creación y aplicación es-
como la función de la Constitución como fun- tatal–. De esta forma, la idea de Constitución
damento de la validez de las normas inferio- y de su supremacía importada en la organiza-
res, resulta adecuado si se parte de la idea de ción de los estados de nuestra América respon-
una sociedad culturalmente homogénea donde de más a una visión monocultural y jurídica-
existe monopolio estatal de la creación y apli- mente monista.
cación del derecho respaldado en última ins- La sospecha que este trabajo pretende apenas
tancia por la violencia pública. Se trata, en- empezar a considerar es si esa incorporación
tonces, de un simbolismo adecuado para las del constitucionalismo moderno en nuestra re-
sociedades estatales, monoculturales y jurídi- gión no fue un vehículo más de la coloniali-
camente monistas. dad del poder persistente en la construcción y
La función de la Constitución en ese marco, organización de las relaciones entre Estado y
se expresa en el principio del constituciona- sociedad. Los senderos que esta inquietud ilu-
lismo de la supremacía constitucional. A esa mina e invita a recorrer son intrincados, bifur-
característica funcional de las constituciones cados y extensos, nosotros en este trabajo ape-
contemporáneas en tanto que normas de ma- nas empezamos a alumbrar tal vez algunos de
yor importancia y generalidad de contenido se los caminos posibles.
la vincula simbólicamente con su posición en Para ello, nos interesa, y este es el objetivo
el vértice de la pirámide. central de esta pieza, comprender los procesos
Sin embargo, estas nociones del monismo, la constituyentes recientes de Bolivia y Ecuador
estatalidad, la sistematicidad y el cierre del que se plasmaron en dos nuevos textos cons-
Derecho moderno, parecen cada vez menos titucionales, reflexivamente, desde la teoría
adecuadas para explicar su funcionamiento en constitucional crítica producida en nuestra re-
sociedades atravesadas por diversas formas gión. Nos interesa explorar y empezar a tramar
de Derecho en un contexto de globalización relaciones entre los contenidos narrativos de
económico financiera, de crecientemente so- esas nuevas constituciones y el pensamiento
lapamiento y movilidad de las fronteras cul- social crítico latinoamericano, en todo lo que
turales, de movilidad de flujos de población, hace al tratamiento del ciclo naturaleza-socie-
y de emergencia de espacios supranaciona- dad-persona, de la complejidad y del pluralis-
les políticos y económicos integrados. Me- mo sociocultural y sus consecuencias en tér-
nos aún para sociedades poscoloniales, como minos de narrativas de desarrollo.
las de nuestra región, donde la complejidad de El giro decolonial, la filosofía de la liberación
las formaciones sociales muestra la coexisten- y la teoría constitucional crítica latinoameri-
cia de distintas formas de vida, cosmovisio- cana nos dan herramientas de comprensión
nes acerca de la relación entre persona-socie- para analizar estos procesos constituciona-
dad-naturaleza, y derechos consuetudinarios les en Bolivia y Ecuador, el conflicto que ins-
coexistiendo junto a la organización y el de- talan en las narrativas del desarrollo no solo
recho estatales. en esos dos Estados, sino en el conjunto del
subcontinente.
Las formas de constitucionalismo adoptadas
en nuestra región desde el siglo XIX impor- Finalmente, nos interesa valorar las potencia-
taron y superpusieron a esa abigarrada com- lidades comprensivas de un nuevo simbolis-
plejidad y pluralismo sociocultural unos mo o imagen de la Constitución y, con él, una
esquemas simples basados en la idea de cons- renovada forma de comprender el tradicional
titución racional –entendiendo esta en el sen- principio de supremacía constitucional que
tido del constitucionalismo demoliberal de surgen de los nuevos textos constitucionales y

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que parecen resultar más adecuados a la com- Dicho orden económico es entendido como un
plejidad y el pluralismo sociocultural de las marco natural que aparece “ya siempre dado”,
sociedades de nuestra región. implícito en el texto constitucional.
I. SUPUESTOS BÁSICOS: DISCURSO Al constitucionalismo social le corresponden,
CONSTITUCIONAL, NARRATIVIDAD Y en cambio, narrativas desarrollistas que bus-
SIMBOLISMO can, vía programas y directivas constituciona-
El contenido de las constituciones no es solo les, vincular al legislador y a los gobernantes a
normativo, en ellas encontramos principios, objetivos y, pese a que su contenido económi-
valores, normas, directivas políticas, económi- co se esparce por todo el texto constitucional,
cas, sociales y culturales. De ahí que puede de- suelen contener, las constituciones que se ubi-
cirse que el discurso constitucional tiene dis- can en esta modalidad, un capítulo acerca del
tintas dimensiones: prescriptiva, descriptiva e “orden económico-social”.
ideológica. Articula una cierta descripción del Detrás de las narrativas sociales inscriptas en
mundo y una ideología acerca de cómo con- las constituciones puede descubrirse una cier-
seguir el progreso y el bienestar general. Esas ta “partición de lo sensible”1.
narraciones constitucionales pueden ser enten-
didas sobre la base de algunos parámetros bási- Las funciones de la Constitución entonces no
cos que asumimos y explicamos muy sucinta- deben ser reducidas al funcionamiento del or-
mente dadas las limitaciones de espacio: den jurídico desde una perspectiva técnica.
Ellas, en el constitucionalismo contemporá-
Las constituciones subsumen analógicamente, neo y con una mirada más abarcadora y rela-
en formas variadas, en sus contenidos princi- cional, serían al menos las siguientes: la di-
pios lógicos y normativos, los principios siem- mensión democrática (formación de la unidad
pre presentes de forma, cuanto menos implíci- política), la dimensión liberal (coordinación y
ta en la política: de producción y reproducción limitación del poder estatal), la dimensión so-
de la vida, de legitimación democrática y de cial (configuración social de las condiciones
factibilidad (Dussel 2009:347). de vida), la dimensión simbólica (legitimación
político-cultural más allá de la eficacia o inefi-
Las narraciones constitucionales sobre el pro-
cacia de sus disposiciones).
greso y el bienestar general van de la mano con
ciertas geoculturas históricas dominantes o he- Por supuesto que el cumplimiento de estas fun-
gemónicas en el sistema mundial (Wallerstein ciones depende, entre otras cosas, del carácter
2004:249). Así, por ejemplo, al constituciona- histórico, político y cultural de los procesos
lismo liberal le corresponde el pensamiento constituyentes, y de las prácticas constitucio-
económico clásico acerca de los beneficios del nales que vinculan al Estado con la sociedad,
librecambio, la ventaja comparativa de las na- en especial las que hacen al control de consti-
ciones y la división internacional del trabajo. tucionalidad y a la supremacía constitucional.

1 Por partición de lo sensible, Jacques Rancière denomina el sistema de evidencia sensibles que revela, al mismo tiempo, la exis-
tencia de un común y de los recortes que en él definen posiciones y partes respectivas. Fija por lo tanto, a un tiempo, un común
compartido y partes exclusivas en base a espacios, tiempos y actividades. Por ejemplo, los artesanos, dice Platón, en La Repú-
blica, no pueden dedicarse a la política porque ellos no tienen tiempo de dedicarse a otra cosa que a su trabajo. Ellos no pueden
estar en otro lugar porque el trabajo no espera. La partición de lo sensible nos hace ver quién puede tomar parte en lo común en
función de lo que hace, del tiempo y del espacio en que esa actividad se ejerce. (Rancière 2005:15). En nuestra América, este
reparto se organizó a partir de 1492 sobre la base de la idea de raza como criterio de control y división del trabajo social, situa-
ción que pervivió luego de los procesos de independencia de los estados de la región de las coronas europeas. Así, raza y divi-
sión del trabajo en clases se reforzaron mutuamente como estructuras de desigualdad, marcando las relaciones entre estado y
sociedad a partir de la colonialidad del poder, del saber y del ser. (Quijano 2000: 218).

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II. CONSTITUCIONALISMO E IMÁGENES “Declaración de los Derechos del Hombre y


DE LA CONSTITUCIÓN del Ciudadano” de la Revolución Francesa,
1. El constitucionalismo liberal expresa esos dos ideales del constitucionalis-
mo liberal: derechos de los individuos y divi-
El constitucionalismo liberal disolvió la tra- sión de poderes, sin los cuales, en esta pers-
ma de arbitrariedad de la monarquía admi- pectiva, la sociedad carece de constitución.
nistrativa liberando el proceso de individua-
ción moderno de los constreñimientos que lo Importado este modelo de Constitución en el
oprimían. orden poscolonial de nuestra América, signi-
ficó el soporte de la narración jurídica de las
Pero este impulso emancipador del constitu- “repúblicas aéreas”, edificadas como la “pa-
cionalismo liberal tiene su resultado paradóji- tria del criollo” (Fernández Retamar. 2006:31)
co cuando, al calor de la consolidación de las donde, en el mejor de los casos, la igualdad
revoluciones burguesas y del capitalismo in- jurídica formal no visibilizó las desigualdades
dustrial de mercado, se termina sustituyendo fácticas de dicho orden: de clase, etnia, géne-
el Estado absoluto por el individuo absoluto. ro y culturas.
Absoluto en el sentido de libre de vínculos so- El monismo cultural y jurídico de las consti-
ciales. En efecto, el sujeto desvinculado de sus tuciones liberales de nuestra América ignoró
pertenencias culturales y sociales, es el sujeto la pluralidad y la diferencia de la “formación
racional, el sujeto de conocimiento, el sujeto social abigarrada”. Fue funcional a un orden
que busca maximizar su poder y su riqueza, el institucional sustentado en la “doble concien-
sujeto propietario, el sujeto conquistador y co- cia del criollo” (Mignolo, en Lander 2000:65)
lonizador que se postula como universal. que llevó a los nuevos grupos dominantes pos-
El circuito recursivo naturaleza-sociedad-indi- coloniales a diferenciarse tanto de la pretéri-
viduo-naturaleza, aparece cortado y el indivi- ta dominación metropolitana ibérica como de
duo propietario colonizador blanco, europeo, los grupos subalternos: pobres, afroamerica-
varón, es el señor de lo social y de la naturale- nos, mestizos, mulatos, zambos y comunida-
za, coincidiendo con la narración burguesa del des originarias.
orden liberal. La diferencia colonial persistió como un or-
La idea de Constitución en el constitucionalis- den de desigualdades fácticas en los estados
mo liberal se basa en la creencia de la posibi- latinoamericanos, donde la estructura de cla-
lidad de un diseño racional normativo de las ses se solapaba con la diferencia racial y cul-
instituciones. Su individualismo supone, por tural jerarquizada ideológicamente en el ima-
un lado, los derechos inherentes a la eminen- ginario de las élites e intelectuales criollos que
cia de los seres humanos pero, al mismo tiem- se veían a sí mismos como herederos de las
po que estos “en sí y para sí” son los átomos funciones de comando que antaño se cum-
y vectores que mueven la física social y que plían vía colonización y evangelización, aho-
al perseguir su propio interés generan orden y ra revestidas de un discurso de orden, progre-
bienes públicos. so y civilización contrapuesto a la barbarie
remanente identificada con las poblaciones
La arquitectura institucional de la división de originarias y campesinas subalternas y las in-
poderes del “sistema de frenos y contrapesos” mensidades naturales a usufructuar y vencer,
expresa esa creencia racionalista en la analo- arrancándoles la riqueza de sus entrañas.
gía entre la física y mecánica de la época y la
La influencia del discurso de la civilización
estructuración del orden y del sistema social
contra la barbarie, la convocatoria de la em-
posible y deseable.
presa a poblar “el desierto”, interpretadas
El concepto racional normativo de Consti- en términos de un discurso de guerra racial
tución, consagrado en el artículo 16 de la en sus versiones más agresivas o de proceso

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necesario e ineluctable para lograr el progreso ciudadano, quien, para ser tal, debe tener cu-
social (y el deseo de cambiar la configuración biertas dimensiones sociales básicas que son
de la población por medio del fomento de la condición de dignidad y de ejercicio de tal ciu-
inmigración europea) implican narrativas so- dadanía. La incorporación de los derechos la-
ciales que se encuentran en el constituciona- borales y sociales y la centralidad y dignidad
lismo liberal del siglo XIX2. del trabajo para el desarrollo nacional reinte-
gran el circuito individuo-sociedad; sin em-
De ahí que el constitucionalismo liberal die-
bargo, el desarrollismo del discurso consti-
ra el marco institucional en el que se mostra-
tucional sigue bloqueando la relación con la
ban los procesos de modernidad/colonialidad
naturaleza. La nacionalización de los recursos
por su lado oscuro: el genocidio de las comu-
naturales y de las fuentes de energía sigue con-
nidades originarias, en el mejor de los casos
siderando a la naturaleza como objeto de apro-
su desplazamiento y exclusión, la subordina-
piación, aunque ahora con fines de utilidad so-
ción de las economías regionales a los centros
cial e interés general mediados por la gestión
de acumulación de capital, la reestructuración
pública estatal.
de los procesos productivos a los requerimien-
tos de una inserción monoexportadora depen- En síntesis, en el constitucionalismo social
diente hacia el mercado mundial, aspectos to- latinoamericano, los puntos ciegos son el
dos presentes y justificados en las narrativas pluralismo cultural y social, y la continuidad
de progreso social hegemónicas en los proce- en la objetivación de la naturaleza como es-
sos de organización nacional. pacio de utilidad y apropiación, ahora social
o nacional.
2. El constitucionalismo social
Ambos constitucionalismos, demoliberal y
Las expresiones del constitucionalismo social social, comparten como características funda-
en la región, muchas de ellas surgidas durante mentales de la Constitución y del Derecho, la
el siglo XX al calor de movimientos nacional
idea de jerarquía, sistema, coherencia y cierre
populares que intentan un esquema de moder-
o completitud. La imagen subyacente ha sido
nización social inclusiva de las masas popula-
simbolizada por Merkl-Kelsen como la pirá-
res, se basan en la idea de nación e industria-
mide jurídica cuya grada superior o vértice
lismo, reconociendo las dimensiones sociales
es ocupado por las normas de rango constitu-
de la ciudadanía. Las narrativas de desarrollo
cional y hacia abajo se van derivando lógica-
cambian a una idea de nación integradora por
mente las normas infraconstitucionales en una
medio de la industrialización, la dignidad del
dinámica de mayor a menor abstracción-gene-
trabajo, la movilización e incorporación de los
ralidad hasta los actos jurídicos concretos de
sectores populares.
mera aplicación. Se trata sin duda de una ope-
Sin embargo, con todo lo alterativo que resul- ra prima de la racionalidad moderna propia de
tó la adopción en la construcción estatal de la la escuela positivista vienesa.
idea de justicia social, en general, estos pro-
Esta imagen de la constitución en el vértice de
cesos dejaron incólumes, como puntos ciegos
la pirámide, que podemos denominar “consti-
del diseño constitucional, las diferencias cul-
tución jerárquica” (Coelho, 2006), se confun-
turales, subsumidas tras una idea de nación
de en el discurso de los constitucionalistas con
que, pese a querer ser inclusiva, seguía siendo
el principio de “supremacía de la Constitu-
monocultural y homogénea.
ción”. Mientras este es un principio del cons-
El sujeto interpelado y, en alguna manera, titucionalismo, aquella no es más que un sím-
construido por el discurso constitucional es el bolo de la Constitución.

2 Por ejemplo, el vigente artículo 25 de nuestra Constitución Nacional, comienza así: “El gobierno federal fomentará la inmigración
europea (…)”.

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Por ahora dejamos este problema abierto, pues pierde su carácter de Ley Mayor, lógicamente,
para proponer una imagen alternativa de la encima de las leyes ordinarias, y pasa a ocu-
Constitución, primero debemos trazar un re- par el lugar donde siempre operó en la prácti-
corrido que nos lleve a comprender las prácti- ca, el de núcleo de referencia para la interpre-
cas constitucionales reales en el horizonte de tación, integración y aplicación de las leyes. La
la complejidad de las sociedades poscolonia- eficacia del Derecho, comprendiendo la efica-
les de nuestra región, y después analizar las cia de la Constitución, no es un problema de ló-
notas innovadoras salientes del nuevo cons- gica jurídica, mucho menos de pura y simple
titucionalismo latinoamericano que se expre- hermenéutica jurídica como lo sostiene la tra-
sa en las constituciones recientes de Bolivia y dición dogmática, sino una cuestión de política
Ecuador. Una vez ahí, corresponderá discutir jurídica, donde lo determinante en la interpre-
si esta imagen sigue siendo adecuada y, en su tación constitucional no es la coherencia analí-
caso, proponer y justificar una nueva imagen tica interna del ordenamiento, sino el juego de
constitucional que la sustituya. poder, el juego de los intereses prevalecientes,
los que se confunden con las parcelas de la po-
III. LA INEFICACIA RELATIVA DEL CONS-
TITUCIONALISMO POSCOLONIAL EN blación que tienen la mayor cantidad de poder
NUESTRA AMÉRICA social. Serían al decir del iusfilósofo brasileño,
los “grupos microsociales” que manipulan las
Luiz Fernando Coelho, en su obra Direi-
to constitucional e Filosofia da constituiçâo, leyes y la constitución al tenor de sus intereses.
propone una teoría critica del Derecho y las Desde esta perspectiva, en tanto crítica,
prácticas constitucionales. El objeto de su en- Coelho invierte la dirección de la mirada, en
sayo es la “metodonomología constitucional”, vez del enfoque tradicional de la dogmática
es decir, el estudio de los presupuestos meto- constitucional que mira a la sociedad desde el
dológicos que deben orientar la interpretación Derecho, propone considerar a la Constitución
constitucional. Enunciando su discurso desde y al derecho desde la óptica social; entonces
la sociedad brasileña, latinoamericana, y des- el problema central de la teoría constitucional
de todos los pueblos sometidos a los dictados cambia. Ya no se trata, solamente, de declarar
del modo capitalista de producción, se propo- y garantizar derechos, sino de hacer que estos
ne verificar hasta qué punto el modelo que ha no se transformen en privilegios albergados en
orientado la organización política y jurídica de la Carta Magna, para que puedan integrarse en
las naciones modernas deja de responder a las un proyecto político más audaz de transforma-
expectativas de la doctrina y hasta del sentido ción social. (Coelho, 2006: 23).
común. Asimismo, procura demostrar que el
modelo piramidal y vertical de ordenamiento El pensamiento crítico parte del presupuesto
jurídico, firmemente instalado en la “fortale- de que el principio positivista de separación
za académica”, no es más que una abstracción sujeto-objeto naufraga en una imposibilidad
mitológica fomentada para justificar un orden epistémica por el hecho de que el intérprete
jurídico fundamentalmente injusto en una so- de la sociedad es también partícipe de ella, y
ciedad desigual. En contraste, propone una en la medida en que la describe, también la
perspectiva crítica en la que la Constitución está modificando3. Se trata de una propuesta

3 Edgar Morin explica, como este paradigma de la separación sujeto-objeto, la ilusión del acceso directo al conocimiento del objeto
nos hacen perder de vista el contexto. Este paradigma científico fue importado por las ciencias sociales fungiendo como ideolo-
gía científica: “aislar los fenómenos, sus causas, sus efectos, arrancar a la naturaleza sus secretos, (…). Pero en su desarrollo,
se han operado deslizamientos y permutaciones de finalidad: el medio –la manipulación– ha llegado a ser también fin y, al ma-
nipular para experimentar, se ha experimentado para manipular; (…) Al arrancarle sus secretos a la naturaleza, la física ha des-
naturalizado al universo. La reducción y la simplificación, necesarias para los análisis, se han convertido en los motores de la in-
vestigación y de la explicación, ocultando todo lo que no era simplificable, es decir, todo lo que es desorden y organización. El
principio de simplificación ha reinado sobre el universo. Las cosas, totalmente y por principio, han sido aisladas de su entorno y
de su observador, privados el uno y el otro de toda existencia, que sería perturbadora. La concordancia de las observaciones eli-
minó al observador, y el aislamiento experimental eliminó al entorno perturbador” (Morin, 1999: 412).

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Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

de radical constructividad del tenemos que aprender las re-


proceso gnoseológico, funda- ferencias que nos permitan


mento de la propuesta metodo- [R]esulta más ade- encontrarnos.
lógica de una dialéctica de par- cuado en términos de
comprensión de la rela- El intento moderno de con-
ticipación, y del entendimiento
ción Derecho-sociedad, trolar y subsumir esa com-
de las categorías centrales de la el pluralismo jurídico, plejidad social en socieda-
teoría social, que de ser kantia- que es la afirmación de des separadas, cada una de
namente definidas como me- la coexistencia de diver- ellas organizada con un esta-
dios de acceso cognoscitivo al sas formas de juridici- do y un derecho, se ve cada
ser social, son erigidas como dad, de otras fuentes so-
ciales de producción de vez más desbordado en múl-
categorías críticas, instrumen-
Derecho ... más allá de tiples funciones, aspectos, es-
tos del pensar orientados hacia


las fuentes estatales. calas, tiempos. De ahí que,
la transformación social.
resulta más adecuado en tér-
La reconstrucción conceptual minos de comprensión de la
que propone Coelho no busca relación Derecho-sociedad, el
una descripción objetiva, sino que constitu- pluralismo jurídico, que es la afirmación de
ye un intento de llevar el constitucionalismo la coexistencia de diversas formas de juridici-
al discernimiento del “hilo de Ariadna” capaz dad, de otras fuentes sociales de producción de
de redirigir la hermenéutica constitucional ha- Derecho, con otros criterios para caracterizar-
cia una misión más noble que la mera defen- lo, más allá de las fuentes estatales.
sa de los privilegios de quienes de ella se sir-
La creación y aplicación de las normas diri-
ven para su propio beneficio, en perjuicio de
gidas a la conducta en interferencia intersub-
la gran masa de los excluidos de los derechos
jetiva respaldadas por alguna función diferen-
que ella misma declara como fundamentales.
ciada de sanción, dejan de ser monopolio del
Sin embargo, lo novedoso de la propuesta grupo político institucionalizado en el estado y
crítica de Coelho, al ser una perspectiva situa- junto a este aparecen otras fuentes de produc-
da y enunciada desde la sociedad contempo- ción jurídica.
ránea latinoamericana, es que asume el me-
Las manifestaciones del pluralismo jurídico
dio social en que dicha interpretación crítica
son múltiples, a título ejemplificativo: las for-
del Derecho Constitucional debe operar, como
mas del Derecho que acompañan la globaliza-
un escenario de creciente complejidad donde
ción económica financiera, o nueva lex mer-
se superponen distintas tensiones, o dialécti-
catoria, de las organizaciones supranacionales
cas, entre otras: la de complejidad/pluralidad
como la Unión Europea, las que regulan mer-
y unidad, y la de liberación/opresión.
cados ilegales como el tráfico de personas, ór-
La primera, parte de la constatación de la exis- ganos, drogas, armas, controlados por grupos
tencia, bajo el velo simplificador de un orde- transnacionales, las formas del Derecho con-
namiento jurídico único, racional, escalonado suetudinario en los Estados postcoloniales de
y pleno, de una compleja maraña de vínculos las comunidades originarias y campesinas, las
entre los individuos, relaciones de carácter so- que regulan la cotidianeidad de las poblacio-
cial, familiar, educacional, político, económi- nes que viven en la marginalidad urbana de
co, religioso, y otras concurrentes en todos los las grandes ciudades de América Latina donde
sectores de la sociedad, donde se forman sis- el Estado está presente de forma discontinua
temas sociales y microsociales en diversas es- o por medio de su función represiva, las que
calas espaciales y con temporalidades diver- producen los grupos oprimidos cuando se au-
sas que se solapan de múltiples formas. Esa torregulan buscando mejores condiciones de
complejidad podemos retratarla, siguiendo a vida o, simplemente, elegir autónomamente
Coelho, como un “laberinto social” en el que sus identidades y formas de vida.

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Los contenidos, y sobre todo, el poder regu- comercio metropolitano obtiene ganancias
lador de estas formas del Derecho son diver- evitando los riesgos y la mácula moral ilegal
sas, sus interacciones y solapamientos com- ‘al sur de la frontera’. La empresa poscolo-
plejos. Pero las asimetrías se decantan a favor nial puede ser más o menos turbia y salvaje,
de los actores con mayor poder (aunque siem- pero resulta esencial para el funcionamiento
pre relativo) de regulación, es decir, de impo- del plan global de las cosas” (Comaroff y Co-
nerse en un determinado espacio de relaciones maroff, 2009: 29).
con alguna eficacia. Esa jerarquía no es caóti-
Estos vectores de regulación y reducción de la
ca ni aleatoria sino que se decanta a favor de
complejidad social que suponen las formas de
los grupos, instituciones y Estados que mejor
pluralismo jurídico, producen efectos entrópi-
cumplen funciones de producción y reproduc-
cos para la biosociodiversidad al mismo tiem-
ción dentro del sistema capitalista mundial. En
po que empobrecimiento cultural. Los efectos
especial, la forma, funciones y en suma, la ra-
sobre la biosfera, la ampliación tendencial de
cionalidad empresarial es la unidad de prácti-
la desigualdad social en y entre las sociedades
ca social hegemónica que marca pautas, tan-
y la presión reduccionista sobre la diversidad
to a las políticos públicas en distintos niveles
cultural son sus efectos más corrosivos, que
(supranacionales, internacionales, regionales,
justifican hablar de una “crisis civilizatoria”,
estatales, locales, etc.), como a la expansión y
sus argumentos y prácticas expansivas e inten-
de los mercados ilegales.
sivas se basan en una mirada desde los bordes
De esta forma, la relación ontológica en- del sistema mundial que conforman el Sur glo-
tre “el” Estado y “el” Derecho queda al me- bal, en la colonialidad del poder y del saber ar-
nos severamente cuestionada. Sus funciones ticuladas en la búsqueda de la ganancia.
de reducción de la complejidad ambiental po-
La Constitución y el ordenamiento jurídico es-
limórfica y cambiante, han sido en parte reem-
tatal sufren la competencia, presión por influir-
plazadas por la forma empresa, su racionali-
la y adaptarla, de otras fuentes del Derecho. En
dad y sus formas de regulación orientadas a la
este marco, como abundaremos más adelante,
ganancia bajo el modo capitalista de produc-
el principio fundamental del constitucionalis-
ción y la ideología neoliberal.
mo acerca de la supremacía de la Constitución
La tendencia a apoderarse de fragmentos y no se juega en una supuesta jerarquía dentro
funciones de autoridad por pluralidad de gru- de una pirámide u orden de prelación y deri-
pos y redes sociales, constituye un síntoma ve- vación lógico-normativa, sino por la capacidad
rificado tanto en el Sur global como en el Nor- de la Constitución de dar sentido, de ser núcleo
te. Bajo el fundamentalismo del mercado se de significación de una pluralidad de prácticas,
difuminan las líneas que separan los negocios saberes y situaciones de relación social.
lícitos de los ilícitos. La presión por los bene-
En cuanto a la segunda dialéctica entre opre-
ficios ha generado complejísimas articulacio-
sión/liberación, lejos de haberse resuelto en
nes de producción “formal” e “informal”. En
el panorama de la complejidad y pluralidad
el oscuro mundo de la subcontratación, lo in-
social, ella se manifiesta de múltiples for-
formal se confunde con lo ilícito ya sea con-
mas, tanto nuevas como viejas. Se trata, en
tratando trabajadores sin papeles, pagando so-
un contexto de pluralismo, de redefinir el or-
borno o ejerciendo el contrabando. Pero la
denamiento jurídico y el Derecho positivo en
ineficacia de la legalidad pública es llenada
términos de teoría social, superando la ela-
por códigos de normas informales de los gru-
boración artificial del pensamiento dogmáti-
pos que operan en esas brechas.
co que ve al primero como pirámide normati-
En ese juego, una nueva forma de relación en- va cuya cima es la Constitución, y al segundo
tre el Norte y el Sur, teñida por la colonialidad como sistema de normas emanadas del estado
del poder, muestra “(...) cómo el respetable o cooptadas por este.

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Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

Una mirada social propone, para Coelho, con- legem. Son las empresas transnacionales y los
siderar el orden jurídico como yuxtaposición grupos empresarios, las ONG que actúan en
de conjuntos normativos inherentes a cada distintas escalas, los movimientos sociales, los
grupo o subgrupo social, los que echan mano agrupamientos religiosos no reconocidos, etc.
del Derecho estatal, aprovechando las reglas
que les son favorables y adaptando, por los Los grupos marginados por el Derecho son
medios puestos a su disposición por la doctri- aquellos cuyas acciones son consideradas con-
na jurídica, las que no lo son. “No es el De- trarias a la Constitución y leyes del Estado. Al-
recho estatal el que conforma la sociedad, es gunos son perseguidos por el aparato represi-
esta la que conforma el Derecho estatal. (…) vo del Estado por sus actividades delictivas,
Como existen intereses prevalecientes en cada mafias, redes de tráfico de drogas, personas,
grupo, estos se esfuerzan para imponer sus re- órganos, armas, contrabando, etc. Como vi-
glas de comportamiento, vale decir, su dere- mos, a veces se generan prácticas transnacio-
cho, a los demás. De ahí la caracterización de nales, nacionales o locales corruptas, que in-
un orden jurídico circular, donde las relacio- volucran flujos de dinero e influencia sobre
nes entre las normas no son lógicas, de subor- las fuerzas de seguridad y financiamiento po-
dinación analítica, sino sociológicas, de coor- lítico, formación de grupos paraestatales para
dinación. En ese contexto, la Constitución es distintos fines antijurídicos, etc.
apenas un núcleo de referencia, que se adapta También, con frecuencia, la protesta de mo-
a las normas elegidas por el grupo como más vimientos que tienen legitimidad al expresar
importantes” (Coelho, 2006: 311). un agravio moral o lucha por el reconocimien-
La configuración real y formal de cada gru- to a partir de necesidades o aspiraciones de
po social es permeada por el Derecho positi- justicia insatisfechas, es considerada ilegal y
vo. En función del modo como este es utiliza- criminalizada.
do por los segmentos dominantes en el interior La Constitución y el constitucionalismo siem-
de los grupos y en la macrosociedad, es posi- pre han intentado reducir esta complejidad a
ble distinguir tres categorías: grupos jurídica- través de una medida general, la igualdad ju-
mente reconocidos, grupos jurídicamente in- rídica que, además, en la etapa de Estado so-
diferentes y jurídicamente marginados. cial, puede ser especificada y adaptada para no
Los primeros son explícitamente interpelados transformase en un “lecho de Procusto”, a las
por el Derecho constitucional y titularizan de- diferencias y situaciones sociales que así lo re-
rechos y obligaciones, reconociéndose en es- quieran, y a las que resultaría injusto y/o con-
tos tanto a personas físicas como jurídicas, a trario al interés general, aplicarles la misma
título individual como en función de pertene- vara: los trabajadores, las mujeres, la discapa-
cer a una categoría colectiva. Habitantes, na- cidad, los consumidores y usuarios de servi-
cionales, extranjeros, ciudadanos, trabajado- cios públicos esenciales, la niñez-adolescen-
res, mujeres, niños, adolescentes, personas cia, etc.
con discapacidad, gremios, sindicatos, asocia- Sin embargo, en contextos poscoloniales, de
ciones, partidos políticos, comunidades origi-
pervivencia del poder y del saber colonial,
narias, personas privadas de su libertad, la fa-
de profundo arraigo de una trama abigarrada
milia, las agrupaciones religiosas, etc.
de desigualdades sociales de clase, etnia, gé-
Los grupos jurídicamente indiferentes, sin ser nero, cultura, que se solapan de formas com-
nombrados expresamente en la normativa jurí- plejas; la constitucionalización de distintas
dica, existen sin embargo en la sociedad, ejer- generaciones de derechos y la prescripción
cen actuación política y asociativa a partir de constitucional de políticas y medidas de ac-
derechos y obligaciones generales, a favor, en ción positiva para generar una igualdad real
contra, para influenciar, adaptar la normativa y de oportunidades, como es típicamente el
las políticas públicas, a veces lo hacen praeter caso del constitucionalismo latinoamericano

GACETA CONSTITUCIONAL N° 48 337


D octrina

reciente, (pensemos en las constituciones de a los estándares normativos constitucionales


Brasil de 1988, de Colombia de 1991, de Ar- de “igualdad jurídica” y de “igualdad/dife-
gentina de 1994, entre otras), ha tenido relati- rencia”, verificamos situaciones de sobreinte-
va ineficacia. gración o sobreciudadanía, y de subintegra-
ción o subciudadanía, donde, más allá de la
Este fenómeno ha sido denominado como
titularidad simbólica de derechos, la relati-
“Constitucionalización Simbólica” (Neves,
va ineficacia y disfuncionalidad hace que las
1994) ya que la insuficiente concreción nor-
personas y grupos estén por encima o por de-
mativa del texto constitucional se vincula a su bajo de los estándares de igualdad/diferencia
función predominantemente político-ideoló- constitucional.
gica, en cuanto expresión de una determina-
da imagen del estado legitimadora del “bloque Por el lado de la subciudadanía, se generalizan
en el poder”. La ineficacia normativo-jurídica situaciones en las que existen obstáculos eco-
de los dispositivos constitucionales referentes nómicos, sociales y culturales difíciles de sor-
a la “libertad”, “igualdad” y “participación”, tear para acceder a los bienes jurídicos, dere-
se conjuga con la función simbólica del dis- chos y garantías que a priori, el ordenamiento
curso constitucionalista, encubriendo la estre- jurídico les asigna. Sin embargo, los subciuda-
cha vinculación de la estructura estatal, cuan- danos no están excluidos, su vinculación se da
do es colonizada o influenciada por poderes a través de los deberes y las responsabilidades
e intereses económicos y culturales corpora- impuestas por el aparato coercitivo estatal, es-
tivos, con el sostenimiento y encubrimiento pecialmente su poder punitivo.
por omisión o por acción de las desigualda- Los derechos constitucionales no desempe-
des sociales. ñan un rol significativo en su horizonte de ex-
En un contexto complejo de pluralismo socio- periencia y de acción. Para la experiencia de
jurídico y asimetrías de todo tipo, la inefica- los subciudadanos, los dispositivos jurídicos
cia y disfuncionalidad de la normativa jurídi- tienen relevancia en sus aspectos constricti-
ca, puede eventualmente reforzar la eficacia y vos, son integrados al sistema normalmente
funcionalidad del campo económico, político, como sospechosos, deudores, ocupantes ile-
de la esfera religiosa, y de los grupos e inte- gales, imputados, delincuentes, clientes polí-
reses dominantes en estos. “Es en ese sentido ticos, etc., no como poseedores de derechos y
que la ineficacia generalizada de los dispositi- ciudadanía.
vos constitucionales referentes a la igualdad, La subintegración/subciudadanía es la otra
libertad, y participación, aunque suponga no cara de la sobreintegración/sobreciudadanía
funcionalidad normativa-jurídica de la Consti- de los grupos privilegiados, quienes tienen ca-
tución, se compatibiliza con la función políti- pacidad de acceder, influenciar e incluso en
co-ideológica del discurso constitucionalista. ocasiones colonizar los aparatos de estado y
En el caso de la constitución simbólica se ob- desplegar acciones bloqueadoras de la normal
serva que, cuanto mayor es la ineficacia de la reproducción del sistema jurídico, es decir,
Constitución en términos de su función nor- aquella que se despliega de acuerdo a la totali-
mativo-jurídica, tanto más intensa se hace su dad del programa constitucional.
función político-ideológica. De ahí, por qué,
Los sobreciudadanos utilizan regularmente el
en este caso se puede hablar de la “superex-
texto constitucional en los aspectos favorables
plotación” del derecho por la política” (Neves,
a sus intereses y/o para protección del “orden
1994: 132).
social”. Pero al mismo tiempo, la constitución
Ubicándonos en la dialéctica liberación/opre- es dejada de lado en la medida en que impone
sión, tomamos ahora la perspectiva de los gru- límites a su esfera de acción económica y po-
pos sociales en sus relaciones de desigual- lítica. “Aquella no actúa, pues, como horizon-
dad y asimetría que se producen con respecto te jurídico-político de acción y experiencia de

338
Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

los “dueños del poder”, sino más bien como constitucionales, que, para Coelho, pueden
una oferta que, conforme a la eventual cons- resumirse en cuatro procesos básicos: gol-
telación de intereses, será usada, desusada o pe de Estado, cooptación de los órganos ju-
abusada por ellos. Siendo así, la garantía de la diciales, la hermenéutica constitucional con-
impunidad es uno de los rasgos característicos servadora y la modificación del concepto de
de la sobreciudadanía”. (Neves, en García Vi- constitución.
llegas y Rodríguez, 2003:278).
IV. NUEVO CONSTITUCIONALISMO Y GIRO
Desde esta perspectiva, uno de los mayores DECOLONIAL
problemas del constitucionalismo poscolonial Retomando argumentos que habíamos visto en
latinoamericano en contextos de desigualda- la primera parte de este trabajo, aparecía en el
des fácticas y complejidades dadas por el plu- individualismo propietario del constituciona-
ralismo sociocultural, es que los principios del lismo liberal la escisión en relación a lo social
estado de derecho de indisponibilidad e im- y natural, mientras que en el constituciona-
parcialidad del derecho, están presentes de lismo social el individuo socialmente situado
forma segmentada y discontinua, o por utili- aparecía escindido de la naturaleza objetivada
zar analógicamente un término importado de como medio de producción.
la ciencia social crítica, podríamos decir de
forma “desigual y combinada”. En el contexto Como vimos en el acápite anterior, el consti-
de sobreciudadanía y subciudadanía, la consti- tucionalismo poscolonial se ha sustentado en
tución es aplicada solo en los aspectos que no una visión dominante simplificadora de cons-
comprometen seriamente a los intereses de los titución vertical, vértice de la pirámide de un
grupos privilegiados. sistema jurídico que es imaginado como lógi-
co, coherente y cerrado. Esta visión no se co-
Detrás de la no identificación de la constitu- rresponde con la complejidad y el pluralismo
ción, por parte de los grupos subciudadanos, social, ni con la trama de desigualdades so-
como núcleo de sentido de las prácticas so- ciales, relaciones de sobre y sub ciudadanías,
ciales, se encuentra la identidad de la realidad etc., de donde podemos entender un poco me-
constitucional con las clases y grupos privile- jor, como incluso avanzadas constituciones en
giados, de tal manera que la institucionaliza- el plano simbólico, tienen relativa ineficacia
ción de los derechos humanos es estructural- en nuestra región.
mente perturbada. “La acción y experiencias
normativas del sobreciudadano y del subciu- Las experiencias de los procesos constituyentes
dadano producen una implosión de la Consti- recientes en Bolivia y Ecuador, que derivaron
tución como orden básico de la comunicación en los nuevos textos constitucionales de esas
jurídica” (Neves en García Villegas y Rodrí- naciones, abren el camino a nuevos desarrollos
guez, 2003:279). de la teoría constitucional y la comprensión de
la idea de constitución tal vez más adecuados a
En ese marco, las condiciones de superación
la complejidad de nuestras sociedades.
de los límites constitucionales ocurren cuan-
do grupos hegemónicos o simplemente facto- El reconocimiento del pluralismo sociocul-
res de poder e intereses económicos con ca- tural, nacional, político y jurídico; del dere-
pacidad de influencia o veto, encuentran en el cho de las personas a identificación cultural
programa constitucional y los derechos huma- (Constitución de Bolivia), y especialmente la
nos, obstáculos a sus intereses de cierta mag- consagración de los derechos de la naturaleza
nitud, que frenen o amenacen dicha hegemo- (Constitución de Ecuador), entre otras inno-
nía o dichos intereses. De ahí la búsqueda de vaciones, parecen reintegrar el ciclo complejo
medios para la remoción de los obstáculos recursivo naturaleza-sociedad-individuo.

GACETA CONSTITUCIONAL N° 48 339


D octrina

El principio fundamental del los fines del estado en los nue-


sumak kawsay o suma qama- vos programas constitucio-


ña –buen vivir–, tomado de la Los sobreciudada- nales de Bolivia y Ecuador y
nos utilizan regularmen-
cultura ancestral de las comu- te el texto constitucio- tiene, en consecuencia, una se-
nidades andinas implica esta nal en los aspectos fa- rie de proyecciones en los tex-
visión holística y relacional de vorables a sus intereses tos constitucionales en lo que
la interacción entre sociedad y y/o para protección del hace a las respectivas formas
medio natural como marco ne- ‘orden social’. Pero al de estado, las formas de go-
cesario de la realización del mismo tiempo, la cons-
titución es dejada de bierno y las conformaciones
ser humano. De su centralidad de los órganos o poderes del
lado en la medida en
de sentido surge una visión no que impone límites a su Estado y sistemas de derechos
instrumental ni objetivada de esfera de acción econó- humanos. (Medici, 2010: 5)


la biósfera, siendo inescindi- mica y política.
ble los aspectos del bienestar La Constitución de Bolivia en
personal y social recorrida por su capítulo segundo (princi-
una solidaridad vinculante de pios, valores y fines del Esta-
las dimensiones persona-sociedad-naturaleza. do), proclama expresamente en su artículo 9
como fin o función esencial del Estado, el co-
Se trata de una concepción de la vida aleja-
metido descolonizador como cimiento de una
da de los parámetros de la modernidad: indivi-
sociedad justa y armoniosa, sin discriminación
dualismo, lucro, racionalidad costo-beneficio
ni explotación, basada en la justicia social ple-
como axiomática social, la instrumentaliza-
na y el pluralismo social el diálogo intercul-
ción y objetivación de la naturaleza, la rela-
tural. El artículo 8 en sus dos incisos combi-
ción estratégica entre los seres humanos, la
na las tópicas de dignidad humana propias de
mercantilización de todas las esferas de la vida
los valores andinos, amazónicos y chaqueños
humana. Incorpora una dimensión humana a
con los del constitucionalismo demoliberal,
la relación de las personas, tanto con su propia
tomando como eje articulador y armonizador
historia cuanto con su naturaleza. A diferencia
de todos ellos: el vivir bien5.
de la racionalidad instrumental cartesiana mo-
derna, Sumak Kawsay incorpora a la naturale- Como se ha destacado recientemente, los ti-
za en la historia4. Junto a los otros principios tulares de derechos en este discurso cons-
consagrados en sus preámbulos –entre los que titucional, son interpelados como personas
destacamos los de interculturalidad, pluralis- social y culturalmente situadas, e incluso por-
mo social– forma un ethos que da sentido a tadoras de un ethos con claras connotaciones

4 DÁVALOS, Pablo. “El sumak kawsay (buen vivir) y las cesuras del desarrollo”. En: América Latina en Movimiento. Disponible en:
<www.alainet.org>.
5 Constitución de Bolivia
Artículo 8.- I. El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa
(no seas flojo, no seas mentiroso, ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida bue-
na), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble). II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad,
inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad
de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y
redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien.
Artículo 9.- Son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que establece la Constitución y la ley: 1. Constituir una
sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin discriminación ni explotación, con plena justicia social, para
consolidar las identidades plurinacionales. 2. [F]omentar el respeto mutuo y el diálogo intracultural, intercultural y plurilingüe. 3.
Reafirmar y consolidar la unidad del país, y preservar como patrimonio histórico y humano la diversidad plurinacional.

340
Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

comunitarias, colectivas y más aún, ecocén- medida actuaba como parámetro para las sub-
tricas, que resultan novedosas para el consti- jetividades subalternas que poblaban nuestra
tucionalismo occidental moderno, pero com- América y la regaban con su sudor y su sangre.
prensibles desde la cosmovisión cultural que
La idea fuerza del buen vivir pretende volver
las formula. La propia naturaleza se presenta
a poner en ciclo a los seres humanos con lo
como novísimo y sui géneris sujeto de derecho
social y lo natural, formando una matriz ines-
en estrecha e íntima vinculación con el “buen
vivir”. Este despliegue de una visión ecocén- cindible de la que depende el sustento y pro-
trica, desmarca a estas nuevas constituciones liferación de la vida, como tardíamente lo ha
de las recetas individualistas y etnocéntricas venido a descubrir la ciencia occidental al me-
del constitucionalismo decimonónico (Bene- dir con alarma creciente los impactos sobre la
detti, En Saggese, 2009:35). De donde debe- biósfera de la desmesura del sujeto racional
ría colegirse que el principio del derecho inter- absoluto de la modernidad occidental (en sus
nacional de los derechos humanos pro homine distintas versiones: homo economicus, titular
deviene pro homine et natura y según las exi- de derechos subjetivos, usufructuario del or-
gencias de las situaciones pro natura, enten- den, sujeto del progreso, etc.,) al cual han esta-
diendo esta última como condición necesaria do prioritariamente dedicadas hasta ahora las
en la que se inserta y desarrolla el oikos de lo constituciones y los derechos como propieda-
humano social. des universales.

Desde el punto de vista de la teoría constitu- Pero, como sostienen Castro Gómez y Ramón
cional, estas innovaciones de las constitucio- Grosfoguel: “Si la razón universal y la ver-
nes de Ecuador y Bolivia suponen incorporar dad solamente pueden partir de un sujeto eu-
las ideas de complejidad, reflexividad y plura- ropeo (…), y si la única tradición de pensa-
lismo. Por eso, la reflexión acerca del sentido miento con dicha capacidad de universalidad
de estas, requiere volver a poner en ciclo el co- y de acceso a la verdad es la occidental, en-
nocimiento como lo vienen haciendo, las co- tonces no hay universalismo abstracto sin ra-
munidades originarias y campesinas de nues- cismo epistémico. El racismo epistemológico
tra región en la relación con la naturaleza, los es intrínseco al ‘universalismo abstracto’ oc-
individuos, la sociedad y las culturas, es decir, cidental, que encubre a quien habla y el lugar
aquel socio-metabolismo que había sido blo- desde donde habla”. (Castro Gómez y Grosfo-
queado por la concepción individualista y ato- guel, 2007:71).
mista receptada por el constitucionalismo no- Ciertamente, el sumak kawsay, lejos de ser
ratlántico en su despliegue inicial y adoptado una regresión cultural o un tradicionalis-
en la realidad poscolonial de nuestra América. mo, interpone, al ser incorporado al Derecho,
Ese constitucionalismo era y es, en sus conti- una petición de principio a favor de un pro-
nuidades activas, portador aún de una narra- grama constitucional y unos fines del Estado
ción subyacente que desgajaba al individuo que asumen la complejidad y la bio-socio-di-
humano de su medio social, cultural y natural. versidad. La complejidad, la pluralidad cultu-
Ese individuo que titularizaba los derechos ral, la relación social integrada en la naturale-
constitucionales fundamentales a la libertad, za surgen de las culturas andinas y en general
igualdad formal, propiedad privada, etc., es- de las comunidades originarias del Abya Yala
taba entonces cortado a la medida de las éli- porque estuvo siempre presente en su cosmo-
tes criollas que se miraban en el espejo y veían visión. Por el contrario, la exterioridad de lo
su ascendencia y su modelo de referencia en social, del individuo en relación con una na-
el europeo, blanco, propietario, varón. Y esa turaleza objetivada a manipular y explotar, el

GACETA CONSTITUCIONAL N° 48 341


D octrina

monoculturalismo y lo monorganizativo del disjuntos del saber en un ciclo activo (...). El


Estado y del mercado son componentes pro- enciclopedismo aquí requerido pretende arti-
pios de la modernidad/colonialidad y han esta- cular lo que está fundamentalmente disjunto y
do presentes en el constitucionalismo contem- que debería estar fundamentalmente junto. El
poráneo adoptado en nuestra América. esfuerzo llevará, pues, no a la totalidad de los
conocimientos en cada esfera, sino a los co-
Muchos pensadores críticos de la contempo-
nocimientos cruciales, los puntos estratégicos,
raneidad provenientes del mundo occiden-
los nudos de comunicación, las articulaciones
tal se han dado cuenta también que hace falta
organizacionales entre las esferas disjuntas”
un paradigma otro o una episteme otra, basa-
(Morin, 1999:33).
da en la complejidad, posición que está mucho
más próxima de una noción de ecodesarrollo, El sumak kawsay, también remite a la idea que
de genuina sustentabilidad, de solidaridad in- viene siendo sustentada desde la filosofía de
trageneracional e intergeneracional, de la plu- la liberación y constituye la condición onto-
ralidad de dimensiones de los derechos inter- lógica de todo proceso bio-socio diverso: la
dependientes e inescindibles (personalísimos, producción, reproducción y ampliación de la
políticos, sociales, de interés público, etc.) y vida, entendida no de forma reductora de su
del buen vivir; que de las simplificaciones del complejidad y poli-dimensión –como en el
constitucionalismo demoliberal trasplantado a Derecho Constitucional liberal decimonónico
nuestra región, de las narraciones legitimado- que la reduce a la integridad física y a la liber-
ras y de las políticas dominantes en la mayo- tad ambulatoria del individuo–, sino en todas
ría de los Estados, de las concepciones de las sus dimensiones, como lo explica, otra vez,
instituciones económico-financieras mundia- Morin: “Antes de ser concebida en términos
les y regionales, de los actores principales de biológicos, la vida debe ser concebida en tér-
los mercados. Eso porque la propia condición minos físicos y termodinámicos como polimá-
de constituir el “extremo occidente”, de diver- quina. La polimáquina compleja llamada vida
sidad, pluralidad cultural, y poscolonialidad de se presenta, bajo un ángulo, como ser máquina
las formaciones sociopolíticas de nuestra Amé- (individuo), bajo otro ángulo, como ciclo ma-
rica son complejas en sí mismas y no encajan quinal en el tiempo (reproducción), bajo otro
en el relato hegemónico que se nos propone ángulo como complejo polimaquinal en el es-
como única vía de ingreso a la modernidad, al pacio (sociedades, ecosistema, biosfera). La
progreso, a la modernización, al desarrollo y, organización de la vida es de carácter eco-de-
más recientemente, a la globalización. pendiente, de ahí la extrema fragilidad de sus
condiciones de existencia, la extrema calidad
Uno de esos pensadores que nos permite re-
de su organización, que le permite informarse
pensar la idea epistémica de complejidad ne-
y comunicar, y su extrema solidaridad con to-
cesaria para comprender el principio cons-
dos los fenómenos físicos de los cuales depen-
titucional del buen vivir en tanto que matriz
de” (Morin, 1999: 416).
bio-socio-antropológica es Edgar Morin, quien
propone reconstruir un saber en-ciclo-pédico: De ahí los nuevos derechos que hacen a la dig-
“El término enciclopedia no debe ya ser to- nidad de la vida en las constituciones de Bo-
mado en el sentido acumulativo y alfabeton- livia y Ecuador, incluyentes de las condicio-
to en el que se ha degradado. Debe ser toma- nes económicas, ecológicas y culturales que
do en su sentido originario agkuklios paidea, permiten el ejercicio de la ciudadanía políti-
aprendizaje que pone el saber en ciclo; efec- ca y procesos de democratización participati-
tivamente, se trata de en-ciclo-pediar, es de- va desde la diversidad o “principio demo-di-
cir, aprender a articular los puntos de vista versidad” (Souza Santos, 2007: 27).

342
Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

V. EL CARÁCTER CRÍTICO-PEDAGÓGICO Los procesos constituyentes de Bolivia y


DE LAS NUEVAS CONSTITUCIONES Ecuador y sus productos, las nuevas consti-
Hasta aquí, hemos mostrado la nueva arqui- tuciones replantean, a su manera, las tensio-
tectónica que surge del neoconstitucionalismo nes entre liberación/opresión y complejidad/
“ecuatoboliviano”, para contraponerlo analíti- pluralidad/unidad.
camente a la vieja arquitectónica del constitu- En cuanto a lo primero, el principio de produc-
cionalismo usual en nuestra región, enfatizan- ción, reproducción y aumento de la vida (prin-
do sus potenciales y novedades. cipio material de la ética y de la política de
Pero al momento arquitectónico hay que com- liberación) (Dussel 1998, 2006, 2009) es sub-
pletarlo con un momento crítico que nos servi- sumido analógicamente en el campo del de-
rá para mostrar como las prácticas constitucio- recho por múltiples disposiciones constitucio-
nales y las narrativas sobre el desarrollo que le nales en las nuevas constituciones de Bolivia
son inherentes son escenario de un antagonis- y Ecuador, desde una visión no reduccionista
mo social donde se juega ese potencial eman- de la misma, construyendo narraciones cons-
cipador de las nuevas constituciones. (Dussel, titucionales que muestran las relaciones entre
2006: 11). persona-sociedad-naturaleza y las ponen en
ciclo, derivando de allí unos sistemas de dere-
En ese sentido, el núcleo ético constitucional chos que enfatizan las condiciones materiales
que estamos analizando puede ser compren- y culturales de la ciudadanía y unas nociones
dido desde la opción decolonial, entendida de desarrollo eco-centradas.
como la perspectiva crítica que pretende lla-
mar la atención sobre las continuidades histó- El carácter crítico de este nuevo discurso
ricas entre tiempos coloniales y poscoloniales; constitucional esta dado por su antagonismo
y mostrar que las relaciones coloniales de po- con las narrativas neodesarrollistas extractivas
der van más allá del dominio económico-po- que pugnan por hacerse hegemónicas en la re-
lítico y jurídico-administrativo y se afincan gión motorizadas por gobiernos y actores eco-
también en una dimensión epistémica, cultu- nómicos poderosos vinculados a las ganancias
ral, a partir de la cual se asigna superioridad generadas por la mega-minería, la agroindus-
cognoscitiva a las enunciaciones de regiones tria, los biocombustibles, la gestión neolibe-
“centrales” del sistema/mundo, y todos los co- ral de los recursos energéticos y naturales no
nocimientos subalternos quedan excluidos, si- renovables.
lenciados u omitidos. Entonces, la idea de de-
El núcleo de sentido que supone el sumak kaw-
colonialidad se dirige a hacer manifiestas las
say surge de procesos constituyentes donde in-
complejas relaciones raciales, étnicas, episté-
fluyeron preponderantemente los enmarques
micas y de género que la primera descolonia-
culturales (Ibarra y Tejerina, 1998: 181) de
lización dejó intactas bajo la sombra de la mo-
movimientos sociales de las comunidades ori-
dernidad/colonialidad (Pescader, 2010: 10).
ginarias y que están activos en una pluralidad
La institucionalización en el plano constitu- de situaciones más allá de Bolivia y Ecuador.
cional de este proyecto decolonial, plurina- A título solamente ejemplificativo: las resis-
cional, pluricultural, comunitario, democráti- tencias de los pueblos de la amazonia perua-
co, participativo supone también una profunda na y ecuatoriana a los avances de las empre-
conmoción de los conceptos de Constitución sas transnacionales petroleras, las resistencias
y de las narrativas de desarrollo hegemónicas de las asambleas ciudadanas auto-convoca-
y operantes en nuestra región, que se transfor- das en diversas localidades pre-cordilleranas
man en un campo de conflicto. frente a los proyectos de megaminería, las de

GACETA CONSTITUCIONAL N° 48 343


D octrina

comunidades campesinas y originarias que re- una nueva y alternativa interpretación acerca
sisten el avance y la presión sobre la tierra y de la relación entre naturaleza y sociedad. En
los recursos naturales del agro-negocio, la de ese sentido, ambos, la práctica de los movi-
las comunidades mapuches a ambos lados de mientos sociales y las nuevas constituciones
los Andes. En todos estos conflictos existen que son, en gran parte, su producto, tienen un
narraciones en pugna acerca del sentido del te- carácter pedagógico crítico.
rritorio, y la relación entre personas, sociedad
y naturaleza (Svampa y Antonelli, 2009: 17). Es en los conflictos que produce la afectación
de los proyectos sociales neodesarrollistas
Estos procesos de enmarque cultural, sien- donde se verifican los límites de los discursos
do diversos, tienen una resonancia o parecido de las instituciones económicas internaciona-
de familia que los ubica más allá del dualis- les, de las élites económicas y políticas que se
mo modernidad-tradición, buscando aspectos apropian de temas como el multiculturalismo,
y avances de un proceso emancipador pero, al el empoderamiento, la participación de la so-
mismo tiempo, son enunciados en situación, ciedad civil y el desarrollo sustentable, al mis-
develando lo numinoso de los discursos de mo tiempo que inventan otros nuevos como
modernización, mostrando como en ellos ani- la “responsabilidad social empresaria” y la
da la pervivencia del rostro colonial encarna- “gobernanza” para legitimar sus emprendi-
do ahora en los procesos de modernización mientos de depredación de la naturaleza, ex-
neo-desarrollistas. plotación y control del trabajo e insolidaridad
Existe en estas luchas por el reconocimien- generacional.
to (Honneth, 1997), que se expresaron en los Esas apropiaciones discursivas encuentran su
procesos constituyentes de Bolivia y Ecuador límite en las resistencias concretas que impli-
y se expresan en las resistencias frente al giro can el reclamo de participación social y empo-
desarrollista extractivo del capitalismo perifé- deramiento genuino por parte de las comuni-
rico latinoamericano, una gramática moral que dades que, al rechazar los efectos ecológicos
se vincula con la reflexividad y el aprendiza- y sociales de dichos proyectos, cuestionan la
je social acerca de los procesos de desarrollo. mercantilización de los territorios y afectan las
Esta gramática es abierta por el pensamiento expectativas de ganancia.
fronterizo, ya que se asoma y enuncia desde
los límites del proyecto moderno-colonial en Estas resistencias cumplen, entonces, una fun-
su formato actual de colonial global (Migno- ción crítica y pedagógica porque compren-
lo, 2003: 23) abre el circuito cultural a otras derlas sirve también para disipar la confusión
formas de relación con nosotros, con los otros terminológica de esta “confluencia perver-
y con la naturaleza (Herrera Flores, 2005), y sa” (Dagnino, Olvera y Panfichi, en: Raven-
al hacerlo alumbra una conciencia decolonial. tos, 2008: 34) por la que organizaciones inter-
nacionales económico-financieras, empresas
En ese sentido, existe un carácter pedagógi- y gobiernos incorporan al vocabulario de sus
co de los movimientos sociales que incidieron proyectos neoliberales y/o neodesarrollistas
en las constituciones que estamos intentando los mismos significantes que usan los movi-
comprender. Sus prácticas pueden ser consi- mientos sociales para enmarcar sus luchas.
deradas constitucionales en términos del pro-
yecto de las nuevas constituciones de Bolivia Finalmente, los nuevos textos constituciona-
y Ecuador, pese a no estar encuadradas en el les son críticos también porque contienen unos
proceso civilizatorio hegemónico, ni en sus programas ecológicos, económicos y sociales
narrativas de desarrollo y, al mismo tiempo, que generan tensiones al interior de las propen-
alientan en otras sociedades de nuestra región siones y tendencias desarrollistas de los propios

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Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

gobiernos que impulsaron las nuevas cons- a menor generalidad y abstracción. A esta ima-
tituciones. (Svampa y Antonelli, 2009: 18). gen de la constitución podemos llamarla verti-
Abren problemáticamente la Constitución cal y jerárquica.
económica6 a un debate público que no deja
indiferente a casi nadie. Pero vistos el carácter complejo y pluralista
de las sociedades de nuestra región, el nuevo
VI. Una nueva imagen: la Constitu- constitucionalismo parece proponer, en Boli-
ción horizontal via y Ecuador, una idea de supremacía consti-
Para concluir, desde la dimensión de la dia- tucional, en parte, diversa. La supremacía es-
léctica entre complejidad/unidad, los procesos taría dada por ser la Constitución núcleo de
constitucionales en Bolivia y Ecuador, pare- sentido que coordina una pluralidad de sabe-
cen señalar potencialidades innovadoras en el res y prácticas jurídicas culturalmente enrai-
concepto de Constitución y en el principio de zadas, en ese entendimiento, la idea de validez
supremacía constitucional. sustancial del constitucionalismo tradicional
se mantiene, pero los significados constitucio-
Al reconocer explícitamente el carácter pluri-
nales exigen, para su aplicación en situacio-
nacional, pluricultural, demodiverso y, por lo
nes concretas, una hermenéutica “pluritópi-
tanto, el pluralismo jurídico, y transformarlos
en uno de los criterios organizadores de la for- ca”, por ejemplo, de parte del nuevo Tribunal
ma de Estado, de gobierno, de la representa- Constitucional Plurinacional boliviano al re-
ción política, de la demodiversidad, del poder solver casos judiciales difíciles que se dan en
judicial y del control de constitucionalidad; las litigios donde concurren el Derecho occiden-
constituciones de Bolivia y Ecuador, especial- tal y los valores y pretensiones de otras cul-
mente la primera, parecen resolver la tensión turas, debe interpretar el texto constitucional
entre unidad y pluralidad/complejidad en una aplicando los derechos humanos de acuerdo
forma que exige reinterpretar el principio de con tópicas y principios de dignidad humana
supremacía constitucional. diversas, partiendo no de la superioridad epis-
témica a priori de una de esas visiones de la
La imagen que nos propone el constituciona- dignidad humana en pugna, sino de lo incom-
lismo tradicional es la de una Constitución pleto de las culturas cerradas en sí mismas y
que es suprema porque establece normas su- de la posibilidad de refuerzo mutuo entre di-
premas de conducta (derechos-obligaciones) y chas tópicas para promover la dignidad hu-
de competencia y organización de los órganos mana. De la misma manera, la asamblea le-
del Estado de las que se derivan los conteni- gislativa plurinacional, deberá dictar leyes que
dos (validez jurídica sustancial) y las compe- surjan de ese proceso pluritópico tramado en
tencias y procedimientos (validez jurídica for- valores y principios plurales para constituir
mal) que deben respetar las normas jurídicas unas leyes formales que en realidad expresen
inferiores. De forma tal que esa Constitución un contenido de interlegalidad cultural.
es el vértice y la jerarquía normativa máxima
de un orden jurídico piramidal en el que las De esta forma, más que relaciones de deriva-
demás normas se derivan escalonadamente ción lógica, la supremacía constitucional esta-
unas de otras en una prelación lógica de mayor ría dada por establecer formas de coordinación

6 Por Constitución económica entendemos ni más menos que la Constitución política estatal aplicada a las relaciones económicas.
Al mismo tiempo, esa Constitución se caracteriza por la presencia de principios, directivas, competencias y derechos que mar-
can la presencia de lo económico (en este caso de lo ecológico, económico, social) en la Constitución. A partir de esta presencia
y de las ideologías acerca del desarrollo en la sociedad y el Estado, se adoptan las políticas económicas. Ver: Bercovici, Gilberto
en Bonavides, Marques de Lima, Silveyra Bede, 2006: 221).

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D octrina

y de reconocimiento de una pluralidad de de- está presente en la mente de cada individuo”.


rechos coexistentes, reconduciéndolas a una (Morin, 2003:334).
unidad compleja de actuación del Estado.
Si aplicamos analógicamente el principio “ho-
En ese sentido, más que estar en el vértice lográmico” a la Constitución, ella cumple una
de una pirámide, la constitución es horizon- función mediadora que complejiza la relación
tal, su núcleo de sentido, las soluciones que totalidad-situación. No es superior y externa a
propone para reconocer y coordinar derechos las prácticas, situaciones, normas o casos, ella
plurales impregnan cada una de las prácticas las habita dándoles sentido e integrándolas de
y situaciones constitucionales. Así, la ima- una forma u otra. Por supuesto que este habitar
gen alternativa que propone Luiz Fernan- es conflictivo, sujeto a interpretaciones y a in-
do Coelho nos viene resultando sumamente tentos de apropiación y manipulación.
sugerente:
Pero justamente el establecimiento expreso
“Coherentemente con el verdadero carác- como principio constitucional del pluralismo
ter de la sociedad, articulación pluralista en todas sus dimensiones –y las transferencias
de grupos microsociales (…), la Constitu- de poder jurídico político institucionalizado
ción deja de ser analítica, vertical y princi- que ese reconocimiento supone en la titulari-
piológica, y pasa a ser núcleo de referen- dad de derechos y en las competencias polí-
cia para la interpretación y aplicación de ticas de las comunidades originarias, pueblos
las otras normas del Derecho positivo. La y nacionalidades–, explicita y agrega publici-
crítica del Derecho dirigida hacia el cons- dad y reflexividad a ese funcionamiento “ho-
titucionalismo, demuestra así que la circu- lográmico” de la Constitución como núcleo de
laridad del orden jurídico y la horizontali- sentido en cada situación, problematizando la
dad de la Constitución corresponden a la apropiación de este.
realidad de la vida social. Si en la teoría la
Constitución permanece vertical y princi- Y es que entre los procesos de “constituciona-
piológica, en la práctica ella permanece en lización simbólica” que hemos explicado más
un plano horizontal como núcleo de refe- arriba y los nuevos textos constitucionales de
rencia para la acción política a través del Bolivia y Ecuador que están inspirando es-
Derecho” (Coelho, 2006: 330). tas provisorias, discutibles y abiertas conclu-
siones, la diferencia está dada por un proceso
Esta idea de constitución horizontal como nú- constituyente donde esos grupos y sus cosmo-
cleo de sentido que intenta dar significado, visiones hasta ahora excluidas, silenciadas e
coordinar y reconocer una pluralidad de prác- ignoradas, han cobrado un protagonismo que
ticas socioculturales, puede también ser com- abre sin duda un nuevo marco de discusión
prendida si echamos mano a la idea de Mo- en la teoría social y constitucional de nuestra
rin sobre el holograma: “Un holograma es región.
una imagen en la que cada punto contiene la
casi totalidad de la información sobre el obje- De esta forma, tal vez, y esto se verificará o se
to representado. El principio holográmico sig- falseará en las prácticas constitucionales que
nifica que no solo la parte está en un todo, sino están comenzando en Ecuador y Bolivia, la
que el todo está inscrito en cierta forma en la Constitución así entendida, pueda ser el hilo
parte. De esta forma, la célula contiene en sí la de Ariadna que nos permita encontrar y en-
totalidad de la información genética, lo que en contrarnos en sendas emancipadoras al inte-
principio permite la clonación; la sociedad en rior del laberinto de la complejidad social de
tanto que todo, por mediación de su cultura, nuestra región.

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Teoría constitucional y giro decolonial: narrativas y simbolismo ...

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