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Poder Judicial de la Nación

SALA CIVIL Y COMERCIAL FEDERAL II

Causa n° 11796/2008

OBRA SOC DE LAS ASOCIACIONES DE EMPLEADOS DE FARMACIA C/OBRA


SOCIAL DEL PERSONAL DE FARMACIA S/NULIDAD DE ACTO JURIDICO

En Buenos Aires, a los 30 días del mes de mayo de 2013, se reúnen en Acuerdo los
señores jueces de la Sala II de esta Cámara para dictar sentencia en los autos del epígrafe.
Conforme con el orden de sorteo efectuado, la doctora GRACIELA MEDINA dice:
I. La OBRA SOCIAL DE LAS ASOCIACIONES DE EMPLEADOS DE
FARMACIA inició la presente acción contra la OBRA SOCIAL DEL PERSONAL DE
FARMACIA, a fin de obtener la nulidad del acto jurídico mediante el cual se posibilitó que
los afiliados Martín JUAREZ y Ángela Beatriz NIETO sean transferidos a esta última, con
el agravante de que en función de ello se dejaron de percibir los aportes u otras sumas de
dinero cuya restitución también pretende, con más sus intereses y costas. Expone que los
aportes y contribuciones ingresaron en arcas de la obra social demandada, cuando deberían
haber accedido a las de la accionante, mediante la comisión de un acto ilícito y nulo de
nulidad absoluta.
Al progreso de esta acción se opuso la Obra Social del Personal de Farmacia,
articulando excepciones previas de inhabilitación de la instancia judicial y solicitando que se
declare abstracta la cuestión. A fs. 184/185vta. se rechazó la excepción de inhabilitación de
la instancia y la declaración de la cuestión abstracta, siendo dicho pronunciamiento
confirmado por el Tribunal a fs. 242/vta.
II. En la sentencia de fs. 371/374, el señor Magistrado de primera instancia en
virtud de la Resolución de la Superintendencia de Servicios de Salud N° 122/11 del 14/02/11
y por la jurisprudencia emanada de la Cámara del fuero en casos similares, hizo lugar a la
demanda condenando a pagarle a la actora la suma que resulte de la liquidación a practicar
conforme a lo expuesto en los considerandos 2 y 3 del decisorio en crisis y las costas del
proceso (art. 68 del Código Procesal).
Asimismo, dispuso que la condena llevara intereses a la tasa activa,
comenzando su cómputo a partir del día en que se celebró la audiencia de mediación hasta
su efectivo pago.
III. El fallo fue apelado por ambas partes. La accionante interpuso su recurso
a fs. 376 y, no habiendo hecho uso de lo dispuesto en el art. 259 del CPCC, el Tribunal lo
declaró desierto -confr. providencia de fs. 395-. Asimismo, la parte vencida a fs. 380
recurrió la sentencia y fundó mediante el memorial que luce a fs. 391/393vta., el que no
mereció la replica de su contraria.
IV. Adelanto, desde ya, que los agravios de la recurrente no pueden
prosperar. Ello, por las razones que seguidamente expondré.
Cabe en primer término señalar que el escrito de fs. 391/393vta. no contiene
una crítica concreta y razonada de los argumentos tenidos en cuenta por el magistrado de
grado (art. 265 del Código Procesal). En efecto, aun apreciado con el criterio benévolo que
el Tribunal observa en la materia, el memorial no alcanza a satisfacer -ni siquiera
mínimamente- las exigencias de la ley de rito, de modo que no cabe sino declararlo desierto
(art. 266 del Código Procesal). En efecto, la recurrente esgrime una serie de consideraciones
respecto del formulario de traspaso, sin hacerse cargo de la cuestión central, esto es, la
falsificación de las firmas contenidas en aquél. Cita de manera incorrecta jurisprudencia del
fuero, y confunde el plazo de entrada en vigencia de la Resolución de SSSalud n° 122/2011

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con la fecha en la que está obligada a restituir los aportes y contribuciones disputados en este
litigio.
Por lo demás, y aun cuando se pretenda soslayar la falencia procesal
apuntada, en autos se encuentra debidamente acreditado que los afiliados Martín JUÁREZ y
Ángela Beatriz NIETO fueron transferidos en el año 2007 de la Obra Social de las
Asociaciones de Farmacia, mediante la utilización de formularios que contenían firmas
falsificadas (confr. fs. 314/317).
De esta manera, ya sea que se entienda que nos encontramos frente a un acto
nulo, anulable o inexistente, lo cierto es que -según ya la Cámara ha sostenido en
oportunidades anteriores- la firma constituye un requisito esencial para la existencia del
acto, por lo que su ausencia impide que aquél pueda producir efecto jurídico alguno (arts.
988 y 1102 del Código Civil; confr. Sala III, causa 11.780/08 del 16/06/11, y causa n°
11.765/08 del 11/12/12).
En esta línea de pensamiento, debo señalar que las tres Salas de esta Cámara
han sostenido que el acto jurídico -público o privado- celebrado sin la participación del
verdadero titular es un acto inexistente y, en consecuencia, el adquirente en realidad nada
adquirió y está obligado a restituir lo recibido (conf. LLambías, Tratado de Derecho Civil,
tomo II, pág. 162; Belluscio, Código Civil, tomo IV, pág. 522; Sala III, causa 10.709/00 del
16/05/06; esta Sala, causa n° 4934/92 del 30/03/99; Sala I, causa n° 50.779/95 del 30/11/95).
En idéntico sentido se ha expedido la Sala III -en sentido favorable a la parte actora- in re
“Obra Social de las Asociaciones de Empleados de Farmacia c/ Obra Social del Personal de
Farmacia s/ nulidad de acto jurídico” (causa n° 11780/08), fallada el 16 de junio de 2011, a
cuyos fundamentos me remito -en lo pertinente- por razones de brevedad.
V. Quiero destacar que la resolución n° 122/11 de la Superintendencia de
Servicios de Salud está estrechamente vinculada con algunas de las cuestiones que se
discuten en el sub-lite, por cuanto se trata del acto administrativo que dejó sin efecto las
opciones de cambio de diversos afiliados enumerados en un anexo -entre quienes está el Sr.
Juárez y la Sra. Nieto-, que fueron impugnadas por nulidad en el escrito de demanda (fs.
44/50vta.). Preciso destacar, que dicho organismo tiene como una de sus funciones velar por
el estricto cumplimiento de la normativa aplicable en materia de opción de cambio,
conforme con el decreto 1615/96 P.E.N. Ahora bien: el artículo 1° de la resolución n°
122/11 dispuso la baja de los afiliados -comprendidos en el anexo- del padrón de la Obra
Social del Personal de Farmacia y el alta correlativa en la Obra Social de las Asociaciones
de Empleados de Farmacia, sin perjuicio de reconocer a los beneficiarios el derecho a
ejercer la opción de cambio de obra social en los términos del decreto P.E.N. 504/98 y
1400/01, y desde la publicación de la resolución n° 122/11.
VI. Es por ello, que la decisión administrativa que dejó sin efecto las
“opciones de cambio” efectuadas en formularios que no contienen la expresión de la
voluntad de los beneficiarios -esto es, los actos administrativos de aprobación o validación
de estas opciones, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 6° del decreto 504/98-, da
certeza hacia el futuro -a partir de la publicación de la resolución n° 122/11, en los términos
de la propia resolución- a actos que sólo tuvieron la apariencia de tales, pues no comportaron
ninguna manifestación de voluntad de los sujetos.
Considero que el acto nulo es un acto jurídico viciado, defecto que provoca
la privación de sus efectos normales, en tanto que el acto jurídicamente inexistente no llega a
configurar un acto jurídico, aunque aparente serlo, por ausencia de algún elemento esencial,
por ejemplo, ausencia de voluntad del sujeto como sucede en el caso de firma falsificada
-ver, entre muchos, Llambías J.J., Tratado de Derecho Civil, Parte General Tomo II, 2da.
edición, pág. 558/560; Belluscio, "La teoría de la inexistencia" en Estudios de derecho
privado, homenaje al doctor Pedro León", pág. 73; Belluscio (Coordinador) Código

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SALA CIVIL Y COMERCIAL FEDERAL II

Causa n° 11796/2008

Civil y Leyes Complementarias, tomo 4, editorial Astrea, 1982, pág. 680/681-. En síntesis,
coincido con el señor juez de la primera instancia en que estamos ante este último supuesto
y que ello determina el rechazo de la pretensión de la demandada, puesto que el objeto de
este litigio no ha devenido abstracto. En efecto, este litigio se ha planteado entre la obra
social beneficiada con la maniobra de fraguar el consentimiento de afiliados que no
expresaron su voluntad de ser traspasados, y la obra social que se ha visto damnificada.
Los actos han sido dejados sin efecto en el ámbito administrativo y los
derechos de las obras sociales involucradas han adquirido certeza hacia el futuro. Sin
embargo, sin perjuicio de las derivaciones que las conductas verificadas pudieran tener en la
sede penal, en este juicio de naturaleza civil se persigue el reintegro de importes derivados
por el sistema de salud al patrimonio de la Obra Social de Personal de Farmacia, en
desmedro del patrimonio de la Obra Social de las Asociaciones de Empleados de Farmacia,
y ello sobre la base de actos inexistentes que los jueces estamos en condiciones de verificar.
VII. La actora pretende el reembolso o restitución de las sumas provenientes
del sistema de derivación de aportes y contribuciones que, sin causa justificada -pues en el
origen se encuentran actos inexistentes-, ocasionaron un desmedro en el patrimonio de la
Obra Social de las Asociaciones de Empleados de Farmacia, donde debieron ingresar para
satisfacer los fines de solidaridad y previsión del sistema.
A mi modo de ver y en atención a las particulares circunstancias de este
conflicto, entiendo que el reintegro es procedente bajo ciertas condiciones y se sustenta en la
prohibición de enriquecimiento sin causa, instituto de vasta inserción en doctrina y
jurisprudencia y que es contemplado por nuestro ordenamiento jurídico en muchas
manifestaciones (por ejemplo, artículos 794 y 499 del Código Civil, nota al artículo 499 de
dicho cuerpo legal).
Todas las exigencias de la restitución con sustento en este fundamento se
encuentran presentes en el caso de marras, a saber: a) empobrecimiento de una parte (Obra
Social de las Asociaciones de Empleados de Farmacia); b) enriquecimiento de otra parte
(Obra Social del Personal de Farmacia); c) falta de justificación legítima de ese resultado
(derivado de un traspaso inexistente de afiliados); d) vinculación o correlación entre el
empobrecimiento de uno y el enriquecimiento de otro; y, además, falta de culpa en el
empobrecido (confr. Moisset de Espanés Luis, Notas sobre enriquecimiento sin causa,
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, www.acader.unc.edu.ar, y
causas citadas).
Por ello, si mi voto es compartido, se deberá confirmar la decisión del
magistrado “a quo” que condenó a la parte demandada a reintegrar a la parte actora las
sumas percibidas por la Obra Social de Personal de Farmacia sin causa de justificada, con el
alcance de lo dispuesto en los considerandos 2 y 3 de la resolución apelada (fs. 371/374).
Sin costas de Alzada toda vez que no hubo sustanciación de la contraria.
Así voto.
Los doctores Alfredo Silverio Gusman y Ricardo Víctor Guarinoni por
razones análogas a las expuestas por la doctora Graciela Medina adhieren al voto que
antecede.

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En virtud del resultado que instruye el Acuerdo que antecede, esta sala
RESUELVE: Confirmar la sentencia de primera instancia. Sin costas de Alzada toda vez que
no hubo sustanciación de la contraria.
Se difiere la regulación de honorarios para el momento en que se encuentren
determinados los correspondientes a la instancia anterior.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

GRACIELA MEDINA
ALFREDO SILVERIO GUSMAN
RICARDO VÍCTOR GUARINONI

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