El Sistema Político Del Absolutismo

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I.E.

15371 “Maray de Matalacas”

El sistema político del absolutismo


En el sistema absolutista, todo el poder político de un Estado se concentraba en la figura del rey
Doc. 3. Por ello, las atribuciones que habían tenido desde la Edad Media las asambleas de
representantes (Cortes en España, Parlamento en Inglaterra, Estados Generales en Francia) eran
limitadas. Las decisiones de gobierno las tomaba directamente el monarca con la asesoría de sus
consejeros. Algunos soberanos encargaban las decisiones a un primer ministro, función que era
asumida por una persona de su entera confianza.

Para afianzar su autoridad, las monarquías absolutas contaban con un gran aparato administrativo
constituido por funcionarios pagados por el poder central. Ellos se hacían cargo del cobro de
impuestos, con los que se financiaban los gastos de la burocracia, la corte y las guerras externas.

Los fundamentos teóricos

El absolutismo fue justificado por pensadores de la época como los siguientes:

• Jacques Bossuet (1627-1704). Este obispo francés, en su obra La política extraída de las Sagradas
Escrituras, defendió que el rey era el representante de Dios en la Tierra; por ello, todo el poder que
poseía provenía directamente de él. Así, el monarca no tenía que rendir cuentas de su gestión a
nadie, pues al ser intermediario entre la divinidad y los hombres en la Tierra, era la encarnación de
la ley.

• Thomas Hobbes (1588-1679). Este filósofo inglés creía que el absolutismo era el único sistema
político capaz de garantizar la paz social. En su obra Leviatán afirmó que todos los hombres son
iguales y tienen los mismos fines, pero que al buscarlos simultáneamente se convierten en enemigos
implacables. En consecuencia, para poder llevar una vida en sociedad, debían ceder parte de sus
derechos al Estado a través de un contrato social. Por esa razón, era necesario tener un poder fuerte
que mantuviera la paz evitando las luchas entre las personas.

Según los defensores del absolutismo, el poder del monarca se debía caracterizar por controlar los
poderes ajenos a la Corona (Iglesia y gremios), centralizar la administración del reino y someter bajo
su voluntad a la nobleza, instaurar un ejército permanente bajo su mando y reprimir la disidencia
política Doc. 4.

Durante el siglo XVII se desarrollaría en casi todos los países de Europa una lucha entre el
absolutismo y su principal opositor, el parlamentarismo. Este último criticaba las tesis que
justificaban la concentración de todo el poder en manos del rey sin rendir cuentas a alguien. Los
parlamentaristas postulaban que el poder debía ser compartido entre el rey y el Parlamento para
evitar que los reyes se convirtieran en tiranos.

Francia: el Estado absolutista modelo

Después del fin de las guerras religiosas del siglo XVI, Francia se recuperó bajo el gobierno de
Enrique IV, quien puso las bases de la futura hegemonía francesa. En 1610 lo sucedió su hijo Luis
XIII.

La época de Richelieu

En los primeros años de su gobierno, Luis XIII tuvo que enfrentar un periodo de inestabilidad
política. Esta situación fue aprovechada por la nobleza, que exigió la convocatoria de los Estados
Generales en 1614. Ante ello, Luis XIII recurrió a la asesoría del cardenal Armand-Jean du Plessis,
cardenal-duque de Richelieu, un hábil político a quien hizo nombrar primer ministro, cargo que
mantuvo hasta su muerte. Richelieu tuvo como objetivos fundamentales afianzar la autoridad real y
consolidar el poder de Francia en Europa. Para ello, sometió a la nobleza, neutralizó a los
protestantes y fortaleció el poderío militar del país.

En 1642 murió Richelieu y fue sucedido por el cardenal Mazarino. Al año siguiente también murió
Luis XIII y lo sucedió su hijo Luis XIV. Mazarino mantuvo la política de Richelieu y bajo su mando
culminó la guerra de los Treinta Años.

El gobierno de Luis XIV

Cuando murió Mazarino, en 1661, Luis XIV asumió directamente el poder y decidió no elegir primer
ministro. Bajo su gobierno, el Estado francés se convirtió en el modelo que seguirían los monarcas
absolutos posteriores. Asimismo, Luis XIV ejerció el gobierno más largo de Francia, con el apoyo de
ministros muy eficaces, pero sin mucho poder. Sus principales políticas de gobierno se desarrollaron
en tres áreas:

• Economía.

Estuvo dirigida por Jean-Baptiste Colbert. Como partidario del mercantilismo, Colbert estimuló las
exportaciones, redujo las importaciones, fomentó la industria nacional y mejoró el régimen
tributario.

• Política interna.

Luis XIV centralizó totalmente la administración del reino. La nobleza, que aún mantenía rasgos
feudales, se convirtió en cortesana, totalmente dependiente del monarca. En la corte de Versalles,
los nobles vivían solamente para realzar la majestad del rey. En lo religioso, se revocó el Edicto de
Nantes.

• Política internacional.

El rey basó su política externa en el principio de fronteras naturales de Francia: los Pirineos en el sur
y el Rin en el este. Esto lo llevó a iniciar varias guerras. La última se realizó a inicios del siglo XVIII y
se denominó guerra de Sucesión española, que culminó con el Tratado de Utrecht (1713). A través de
este acuerdo, la casa real francesa de los Borbones renunció a la unificación de las coronas de
Francia y España, y Felipe V fue reconocido solo como rey español.

Entre los legados de Luis XIV se encuentra el Palacio de Versalles,


que mandó construir en 1668 para que fuese el símbolo de la
monarquía más poderosa de Europa. Además, estimuló el desarrollo
de la investigación científica al fundar en 1666 la Academia de
Ciencias de Francia. El monarca francés murió en 1715 dejando un
país con un territorio engrandecido y respetado internacionalmente,
aunque con una economía debilitada luego de tantos años de guerra.

Luis XIV

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