Alberto Williams La Vidalita
Alberto Williams La Vidalita
Alberto Williams La Vidalita
Es la canción de la tristeza, de la ausencia y del amor acongojado, allí donde la ternura no encuentra
confidencias, donde responde sólo el eco de la soledad a los anhelos, allí donde se siente el vacío de
los que se fueron, donde se recuerdan las dulces horas que ya no volverán, allí donde las penas
gotean horadando el corazón, donde la luna aquieta las punzadas del dolor, allí se canta la Vidalita.
La poesía de las montañas, la poesía de la Pampa, la poesía del silencio y la soledad, se transforman
en tierna melancolía, y ésta se vuelve a su vez canción, canción de las almas ingenueas que aspiran
a la dicha y sienten el llamado del amor.
- !Ave María¡
- ¿Quién es?
- Soy un payador.
- ¿Qué buscas en mi rancho?
- Voy buscando una guitarra.
- ¿Cómo te llamas?
- El dolor de la vida.
- Entra entonces y cántame una Vidalita, que yo hermana soy, pues me llamo melancolía.
Palomita blanca
- Vidalita -
Piquito de oro.
Llévale esta carta
- Vidalita -
Al bien que yo adoro.s c
Algunos eruditos creen que la vidalita es transformación del Yaraví incaico. Mi ilustre amigo
Joaquín V. González, en su bella conferencia titulada “Música y danzas nativas”, sustenta también
esta opinión, diciendo:
“En Apu Ollantay el padre Antonio Valdés, que lo tradujo en lengua quichua escrita en 1770 de
inmediato origen indígena, según las pruebas del señor Clemente R. Markham, incluye dos
canciones o yaravíes, y un kcashua o aire de género danzante, los primeros sentimentales,
amorosos, de intensa y delicada poesía. El último de ellos me interesa no sólo por su significado y
aplicación a los regocijos de la cosecha, celebrada en cantos y bailes simbólicos, en homenaje y loor
de la suprema deidad el Sol, como padre de la vida, sino por su forma rítmica y métrica, que
adelanta la vidalita y se asemeja a la combinación castellana de la seguidilla por la intercalación,
después de cada verso cantante, de una palabra imitativa y acompasada, cuya onomatopeya indica
que sigue el ritmo de un tamboril o de varios instrumentos en consonancia, que marcan un
movimiento o inflexión de la danza. El estribillo que sir Clemente R. Markham deja en quichua en
su traducción inglesa, y que Pacheco Zegarra en su versión castellana traduce tortolilla, designa una
pequeña paloma llamada tuya por los indios, dañina para los sembrados, y la ciencia clasifica
cocobururs crisogaster, y cuyo nombre puesto en diminutivo cariñoso con la partícula llay hace la
fuerte y rítmica expresión tuyallay, que sigue a cada verso de la canción.”
Taqui
Canción
No comas en la chacra,
Tortolilla!
De la princesa mía,
Tortolilla!
Que la mazorca es sacra,
Tortolilla!
Y es del sol alegría,
Tortolilla!
Y el doctor Joaquín V. González traduce así libremente, según las versiones de Mossi y Markham:
No vengas a comer,
Palomita,
La chacra de la Ñusta,
Palomita,
El maíz que ya madura,
Palomita.
Los yaravíes que se encuentran en el drama llamado “Ollantay”, son elegías de amor, en que la
paloma (urpi) simboliza a la amada.