Aberastury, A. (1972) - El Niño y Sus Juegos. Bs. As. Paidós

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ARMINDA ABERASTURY
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parte de

Los lectores cncuntra r:in de ir..Leré::; el libro c:-;crüo por .--\. :-\beras-
tury en colabora ción con :vi. K.nobe1: La adolesce ncia
nornta(. así
coino 1an1bién lo~ jiguient es: Tro:-/a ~) u.!cnica de! psicoaná
lisis de
1:,iiles: El jut:go de ccn.srn.1.ir c.-~sas; A jJurt.aciu nes
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niilos. !!.,f f1sie:Jar2diisis e! e 11lilos v sus e, -f:licacioru:s,

C.I.M.EgPs.
(entro de Impresiones
Mmericl de Estudios de Psicología

ED ITO RIA L PA IDO S


MIRTA LIDIA SANCHEZ
.i

PSICOLOl3A
MAT. 45252

INTRODUCCION

Uno de mis hijos, Marcelo Pichon Riviere, me preguntó un día ...


qué podría leer sobre actividad de juego y desarrollo. Necesitaba
.algo que no fuese muy técnico; debía preparar un programa de
televisión sobre el significado del juego en cada edad y le parecía
interesante transmitir a los padres experiencias cotidianas o algo
que les resultara útil para coµiprender a sus hijos. ¿Era normal
un determinado ju.ego a los cµatro años? ¿ Respondía .a su edad
cronológica? ¿ Qué era adecuado regalarle a un bebe de ocho me-
ses ? ¿Era posible, par a evitar celos, hacer el mismo regalo a un
hijo de d·os años que al de cuatro? ¿ Por qué no juegan_ algunos
niños? ¿,Por qué sólo pueden jugar con un juguete determinado y a •
un solo juego con una monotonía que entristece? ¿Por qué hay
otros niños cuya actividad es puramente motriz, que se mueven
durante todo el día pero cuyo movimiento no es un verdadero
juego?
¿ A qué edad aparece el primer ju.ego -me preguntó- y en
qué consiste? • •
Pensé entonces que era muy poco lo que se había escrito sobre
el tema, y que aun esas pocas obras .eran muy especializadas, y
decidí dialogar eón él y transmitirle mi experiencia. Pero com-
prendí que para explicarle por qué a una determinada edad, en
un niño normal, siempre apárecía el mismo juego --el de las
escondidas, por ejemplo-, que era idéntico_ .en todas partes del
mundo y que se iniciaba entre los cuatro y cinco meses, también
era necesario decirle algo más sobre el desarrollo del mismo.
Seguimos así hasta llegar aJos juegos en la pre.adolescencia. El
tomaba n~tas, hacía :reflexiones y a veces me planteaba interrogan-
tes. "Me parece escuchar mi autobiografía lúdica", me dijo al ter-
minar. Al día siguiente me trajo una guía de lo que habíamos ha-

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blado, en la que resumió lo más importante de nuestro diálogo. El Y se los captó allí, en el momento mismo de la creación. Creo
programa se realizó sobre esa base y él me sugirió la necesidad de que esto se advierte en las fotografías. •
escribir un libro sobre el tema. Hasta aquí la anécdota de cómo la idea de escribir este libro,
Los dos pensamos que debía ser corto, accesible y evitar todo pero ahora quisiera interesarlos en el significado del juego, en la
tecnicismo. Por eso traté de resumir en estas pocas páo-inas vein- teoría psicoanalítica del juego, en el por qué quiero transmitirla
tiséis años de experiencia sobre un tema al que he dedic~do la ma- en esta forma tan sencilla y hacia qué público me dirijo.
yor parte de mis horas de trabajo. Los textos son deliberadamente cortos, casi los compararía un
Me había preguntado muchas veces por qué aparece este juego poco con los sueños: al recordarlos su contenido •ma~ifiesto es
Y no otro a una edad determinada, por qué hay niños en los cuales breve, a veces imágenes y algunas palabras. Pero para que se
no aparece, y éstos siempre presentan trastornos. Por qué no ju- produzca un sueño es necesario una larga historia previa; tam-
gar en el momento adecuado al juego correspondiente al desarrollo bién es preciso que un hecho del día -"resto diurno"- ponga en
acarrea perturbaciones. Por qué puede ser un índice de mal des- movimiento toda esa historia del pasado y tenga así la fuerza
arrollo el solo hecho de que no aparezca un determinado juego. suficiente para 11-egar a la creación.
Recordé así, vertiginosamente, muchísimos casos. Padres que Así, en cierto modo, se hizo este libro. El resto diurno fue
me consultaban porque su bebe de ocho o nueve meses no dormía, nuestro diálogo; la historia, mis veintiséis años de trabajo con ni-
o había tenido una convulsión, o sufría de anginas de repetición, ños. Como en los sueños, trabajábamos con imágenes, pero era
Y cómo los cambios en la rutina diaria, la organización de su vida, necesario que éstas .se expresasen con palabras para que pudiesen
per~ sobre todo la orientación de la actividad de juego, habían llegar a la conciencia.
motivado no sólo la desaparición de los síntomas sino una modifi- No podría decir que aquí la imagen aclare el texto ni que el
cación profunda de la estructura del niño. texto se ilustre con la imagen: constituyen una unidad expresiva
. Por supuesto, esto sólo ocurría en niños en el primer año de cuyo mensaje debe llegar tanto al padr-e común como al investiga-
vida, pero también recordé muchos otros casos en los cuales el único dor del desarrollo .dd niño, que puede redescubrir hechos obser-
síntoma de neurosis grave era una inhibición de juego: niños vados, muchos de los cuales no se han explicado áún.
normales en apariencia, niños modelo, que no jugaban ni lo habían Freud sostuvo que un niño juega no sólo para repetir situacio-
hecho nunca. nes placenteras sino también para elaborar las que le resultaron
Mientras recordaba todo esto aparecían con frecuencia más dolorosas o traumáticas. Que las situaciones traumáticas aparecen
imágenes que palabras. Pensamos entonces que seria conveniente en el juego del niño, lo comprobaba en mi labor diaria, pero tam-
enriquecer el texto con fotografías, y Jaime Bernstein me puso en bién me interesaba ver qué relaciones entre la maduración y el
contacto con Andy Goldstein. La suger•encia resultó un éxito; creo desarrollo motivaban la aparición o desaparición de un juego a
que nadie podría haber interpretado mejor que él lo que yo nece- una edad determinada.
sitaba. No fue necesario explicarnos; él me mostró algunas fotos También me apasionaba la evolución de un niño al que se le im-
d-e niños y yo le dí mi texto. pulsaba a jugar un juego específico, o, más bien, al que se le creaban
Trabajamos juntos durante muchas horas y nos apasionamos las condiciones necesarias para que pudiese jugar libremente al
por los _mismos hallazgos. Lo vi esperar la aparición de un juego juego que l·e era necesario a su edad.
y emocionarse cuando éste se cumplía con exactitud casi mat·e- Mis primeras experiencias fueron empíricas: indicaba una acti-
mática. vidad lúdica y observaba los resultados. Luego trataba de profun-
Hubiera sido muy sencillo poner en las manos de un bebe de dizar en las relaciones de desarrollo y la maduración, y de este
cinco meses la .sabanita, luego descubrir el ojo y fotografiarlo. modo se fueron aclarando muchos misterios, sobre todo en un
·Pero no fue así; esperó muchas horas, el hehe hizo todo tipo de período temprano del desarrollo, la segunda mitad del primer año.
Juego menos ése, hasta que de pronto apareció la sábana y ;pare- Para mí, el descubrimiento fundamental en este aspecto fue
ció el ojo. comprobar que todo bebe pasaba, entre los siete y doce mes-es, por

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un P'eríodo en el que la genitalidad era muy importante y tenía sus máticas que s,e le crean en la relación con los objetos reales. Por
iormas de descarga adecuadas. Entre ellas, una de las más signifi- otra parte, es reemplazable y le permite repetir -a voluntad situa-
cativas era el juego, pero no un juego cualquiera, sino uno muy ciones que le resultaron placenteras o dolora,sas pero que no puede
específico: meter y sacar cosas, introducir en agujeros objetos pe- reproducir por sí solo en el mundo real. •
netrantes, llenar contenidos con pequeños objetos, explorar agujeros. Freud fue el primero en describir este mecanismo psicológico
De acuerdo con los hallazgos de Freud, pensábamos que du- del jugar cuando interpretó el juego de un niño de 18 meses. El
rante todo el primer año de vida los intereses de un niño se cen- pequeño hacía aparecer y d•esaparecer un carretel, tratando así de
traban en los alimentos y en los placeres y exigencias derivados dominar su angustia frente a la aparición y desaparición de su
de la zona oral: chupar, morder, besar, lamer, explorar los objetos madre, simbolizada por el carretel, y al mismo tiempo echarla sin pe-
con la boca. La experiencia me demostró que eso era así, intensa- ligro de perderla, puesto que el carretel volvía cuando él lo deseaba.
mente, hasta la aparición de los die.ntes, para dar paso luego a nue- Este juego le permitía descargar fantasías agresivas y de amor
vos intereses. Aparecía, por ejemplo, una necesidad imperiosa de frente a su madre sin riesgo alguno, ya que era dueño 3:bsoluto de
explorar el cuerpo, el propio y el de los· demás, y esto lo conducía 'la situación. Además, elaboraba así sus angustias ante· cada des-
a descubrir, en el suyo, los genitales. De esta zona genital surgían pedida de su madre.
exigencias que buscaban s•er satisfechas. Comprobé que el niño Al jugar, el niño desplaza al exterior sus miedos, angustias y
no sólo conocía la diferencia de s•exos sino que también tenía su problemas internos, dominándolos mediante la acción. Repite en el
modo de expresar formas de buscar satisfacerlo, lo que significaba juego todas las situaciones excesivas para su yo débil y esto le
conocer sus funciones. Estas excitaciones y exigencias necesitaban permite, por su dominio sobre objetos externos y .a su alcance,
descarga, la cual, de acuerdo con la maduración y el desarrollo, hacer activo lo que sufrió pasivamente, cambiar un final que le
era específica para esa edad. fue penoso, tolerar papeles y situaciones que en la vida real le se-
Una parte de las necesidades genitales ,se satisface en la mas- rian prohibidos desde dentro y desde fuera, y también repetir a
turbación, y en mostrar su propio cuerpo y curiosear el de los voluntad situaciones placenteras.
otros. Otras se satisfacen mediante Ia identificación proyectiva con La de Freud sigue siendo aún hoy un modelo de obs,ervación de
la pareja de los padres unidos y, por último, en la actividad lúdica juego, pero yo d,escubrí que lo que él había descrito para los dieci-
a través de la cual logra la unión simbólica de los sexos. ocho meses, el juego de las escondidas, surgía mucho más temprano
Al mismo tiempo, en es•e momento, surgía el aprendizaje del en el desarrollo. El juego de ,esconderse, aparecer y desaparecer, o el
movimiento y la necesidad de desplazarse en el espacio, lo que traía de hacer aparecer y desaparecer objetos, como el de la sabanita, que
también una nueva serie de exigencias: moverse, ejercitar la fuerza, s•e ilustra en el libro, aparece entre los 4 y 6 meses y responde a.
manipular objetos, a veces con violencia. motivos psicológicos profundos. En ,ese momento del desarrollo el
Al aparecer estas nuevas necesidades era necesario atenderlas bebe atraviesa por una etapa que .se denomina "posición depresiva",
para que el desarrollo siguies•e su curso normal, y si s•e las descui- en la cual trata de elaborar la necesidad de desprenderse de· la
daba el niño comenzaba a manifestar trastornos. rdación única con la madre para poder pasar luego hacia la re-
La experiencia me mostró que el juego ofrecía al bebe una lación con el padre; de este modo se establece la tríada madre-
larga serie de experiencias que r,espondían a estas necesidades es- padre-hi jo, que es la base d,e las futuras relaciones del individuo
pecíficas de la etapa del desarrollo a la que me he rderido, y en con el mundo.
todas las posteriores. Desprenderse de la relación única con la madre y orientarse
El j ugttete posee muchas de las características de los objetos hacia el padre abre al niño el camino de múltiples intereses en el
reales, pero por su tamaño, por su condición de juguete, por el mundo exterior y lo conecta con personas y objetos cada vez más
hecho de que el niño ejerce dominio sobre él porque el adulto se variados y numerosos. Estas nuevas relaciones y todas las situaciones
lo otorga como algo propio y permitido, se transforma en el ins- de cambio que mencionáramos le despiertan ansiedad, y el juego
trumento para el dominio de situaciones penosas, difíciles y trau- le ofrece por varios caminos la posibilidad de elaborarlas.

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Se ha producido una situación traumática. El la puede imagi- un nmo cualquiera pueden orientmse sobre la marcha de su
nar, la puede pensar, puede quitarle el sueño, provocarle pavores, desarrollo .
.aun t~s posible que desarrolle una fobia, pero no puede condicio- El primer paso en la aplicación de los conceptos que hemos ex-
nar esa nueva situación en el mundo externo. Puede, sí, repetir puesto sobre el significado del juego fue la aplicación de la ac-
muchas veces esa experiencia, puesto que el psiquismo dispone de tividad lúdica a la terapia. Freud proporcionó las bases de la
una capacidad denominada "compulsión de repetición" que im- técnica del juego, luego la desarrollaron Melani,e Klein y, en nuestro
pulsa al sujeto a reiterar las situaciones no elaboradas y tiende a medio, un grupo, numeroso de psicoanalistas de niños, que aplica-
que pueda llevarlas cada vez más a la conciencia. Por ejemplo, los ron, siguiendo mis directivas, la técnica de Melanie Klein con al-
celos que se despiertan por el nacimiento de un hermano pueden gunas modificaciones.
ser jugados con juguetes, porque éstos personifican los objetos A través de la actividad lúdica el niño manifiesta sus conflictos
reales y la acción sobre ellos puede realizarse sin la angustia y la y de este modo po<lemos reconstruir su pasado, así •como en el
culpa que sobrevendría si la descarga de sentimientos agresivos y adulto lo hacemos a través de las palabras. Esta es una prueba
celosos recayese sobre los objetos reales. No olvidemos que el niño convincente de cómo el juego es una de las formas de expresar los
no sólo rechaza .a su hermano, a su madre y a su padre sino que conflictos pasados y presentes.
también los ama, los necesita y quiere conservarlos. Un paso muy importante fue el utilizar la observación de horas
La derivación de afectos y conflictos en objetos que él domina de juego para el diagnóstico de las enfermedades, y así llegamos a
y que son reemplazables cumple la n•0cesidad de descaro-a y de ela- la conclusión de que en la primera hora de juego un niño nos
boración sin hacer peligrar la relación con .sus objetos ~riginarios. muestra no sólo la fantasía inconsciente de cuál es su enfermedad
En la medida en que va creciendo surgen nuevos intereses, sino, en muchos de los casos, cuál es la fantasía inconsciente de
nuevas situaciones de cambio, y los juegos se modifican. Esto es curación; esta es otra evidencia de las relaciones entre el des-
lo que he querido transmitir a través de este libro. arrollo emocional, la normalidad del desarrollo y la actividad lú-
La sustitución del objeto originario, cuya pérdida se teme y dica. .
lamenta, por otros más numerosos y reemplazables, la distribución Pero en este lib~o he querido, voluntariamente, referirme sólo
•de .sentimientos en múltiples objetos y la elaboración de senti- al ju ego del niño normal. Hasta ahora, todo lo que se ha escrito
mi~~tos de pérdida ª. través de la experiencia de pérdida y recupe- desde el punto de vista psicoanalítico acerca del juego .se relaciona
rac1on, tal como lo v10 Freud al analizar el juego del carretel, son con niños que padecen conflictos o tienen serias enfermedades. He
las bases de la actividad lúdica y de la capacidad de transferir tratado de mostrar a qué juega un niño en la medida en que se
afectos en el mundo externo. desarrolla. •
Frente a los objetos, por el mecanismo de identificación pro- Si he hecho hincapié sobre todo en la iniciación del juego, en
yectiva, los niños hacen transferencias positivas y negativas, según esos dos ju(~go.s básicos del primer año de vida, es porque creo
estos objetos exciten o alivien su ansiedad, y este mecanismo está que en ese primer año y en esos dos juegos fundamentales que
en la base de toda su relación con los objetos originarios. En las aparecen en ~a primera ·y segunda mitad de ese año están los fun-
personificaciones en el juego se observa cómo puede cambiar el damentos de todos los desarrollos posteriores de la actividad lúdica
objeto, con gran rapidez, de bueno a malo, de aliado a enemigo; y de toda .actividad sublimatoria.
por eso los juegos del niño, cuando es normal,. progresan cons- Dice Huizinga en su libro sobre el juego que éste se halla en
tantemente hacia identificaciones cada: vez más· aproximadas a la la base de la cultura. Y o agregaría que el juego del primer año de
realidad. vida da las bases del juego y las sublimaciones de la infancia, y no
Pienso que al leer este libro, un padre, un observador común, sólo eso, sino que conduce al juego de amor tal como lo esbozo
un profesional, podrán ir descubriendo las relaciones entre los en las última~ páginas de mi libro.
procesos de maduración y cr,ecimiento y la aparición de nuevos ob-
Jeto·s de juego, y también que al observar el juego de un hijo o de

12 13

5
i
'-'!,
El niño
trae al nacer

la expectativa de qué tipo de madre


le vendrá al encuentro. Si se combinan ese hijo
que necesita madre con una madre
dispuesta a entregarse, se da la gozosa experiencia
de una maternidad feliz.
Lo mismo ocurre· con la paternidad, porque con la misma
intensidad con que •e! niño necesita una madre al nacer,
precisará del padre, cuando, aproximadamente
en el cuarto mes de vida, se va separando
de la madre y en especial de la relación única con ella.
Encontrar al padre no sólo significará
poderse separar bien de la madre sino también hallar
una fuente de identificación masculina
imprescindible tanto para la niña como para el varón,
porque la condición bisexual del hombre
hace necesaria la pareja padre
y madre para que se logre un desarrollo armónico
de la personalidad.
Una maternidad y paternidad buenas permiten
al niño superar gran parte
de las dificultades inherentes al desarrollo.

15
A partir de Cuando el bebe nace
la concepción

del niño la situación de la pareja necesita adaptarse a un mundo nue110,


frente al hijo es diferente. La madre siente al cual deberá conocer y comprender. Sus capacidades
que se enriquece perceptivas van forjando una
con algo que está creciendo noción de ese mundo, pero su incapacidad motriz
dentro de su cuerpo y en cambio el padre se siente, limita su posibilidad de exploración.
de algún modo, excluido. Muchos de sus intentos de explorar se hallarán en la base
El hijo rompe la relación única de la pareja de su futura actividad de juego.
y a partir de ese dia es necesario aceptar
la inclusión del tercero,
lo que no siempre. resulta fácil.

16 17
Desde su nacim iento Es impr escin dible

hasta el segundo tercio de su primer año de vida, que la piel de la madre esté en contacto
el interés del niño se centra con la piel del bebe
casi de modo exclusivo en su madre. desde los primeros momentos; esto
A los pocos días de vida es capaz de reconocerla prepara al niño para un buen desarrollo.
por la voz y por el olfato. La pérdida de la e_xperiencia de estar dentro del vientre
Y a al nacer sabe mucho sobre ella: puede reconocer materno se mitiga con un buen contacto físico,
entre muchos otros el ritmo de su corazón, el cual, justamente,
al que se habituó durante le permite elaborar la pérdida. Esta
los nueve meses en que vivió dentro de ella. relación física es totalmente necesaria.
La vista se desarrolla desde el primer luego del nacimiento, y sólo de manera gradual podrá
momento; puede fijar los ojos en un objeto ser reemplazada por otras formas de contacto.
y distinguir la luz de la sombra. La carencia de esta relación
Su capacidad de gustar y reconocer los sabores es muy satisfactoria trae como resultado trastornos
notable ya desde las primeras horas en el contacto con la •realidad
de vida, y todas estas experiencias y lo predispone a enfermedades de la piel.
van configurando
en su mente la imagen de la madre.

18
19
B
Entre el tercero Alrededo r de los cuatro meses
y cuarto mes

se producen cambios fundamentales comienza su actividad lúdica. Ha ocurrido


en sn mente y en su cuerpo; algo fundamental en la vida mental
ya conoce a su madre, la ama y la rechaza, del niño: los objetos funcionan como simbolos
se siente amado y rechazado por ella, y al mismo tiempo se producen •
la toca y comienza a jugar con su cuerpo. en su cuerpo cambios que le facilitan su examen del mundo.
El objeto de su amor Empieza a ser capaz de controlar sus movimientos,
y de su odio es la misma persona. coordina el movimiento con la vista y ya puede,
Esa revelación de totalidad inicia un proceso con bastante certeza, acercar la mano al objeto que
de desprendimiento que lo conducirá . previamente ha focalizado con sus ojos,
a la búsqueda del padre y del mundo circundante. siempre qu,e éste se encuentre cerca.
Cuando, entre los cuatro y seis meses, un niño es capaz
de sentarse, cambia su relación
con los objetos que lo rodean. Con habilidad
cada vez mayor pwede apoderarse de lo
que necesita, siempre que esté cerca, tocarlo, llevarlo
a la boca y abandonarlo a voluntad.
Ese trozo de sábana que lleva a su boca y tras del cual
se esconde representa a la madre;
el sonajero que sacude, chupa y muerde, su dedo,
el barrotf{ de la cama, cada objeto cerca y lejos de él cobra
vida y lo estimula a nuevas experiencias.

20 21
Jugar a las escondidas es su primera actividad
lúdica y en ella elabora
la angustia del desprendimiento,
el duelo por un objeto
que debe perder. A los cuatro meses
el niño juega con su cuerpo
y con los objetos; desaparece tras
la sábana y vuelve a aparecer;
de este modo el mundo
se oculta momentáneamente y vuelve
a recuperarlo cuando sus ojos
se liberan del objeto tras del wal estaba
escondido. También juega
con sus ojos: al cerrarlos y abrirlos
tiene el mundo o lo pierde.

22
23
De su cuerpo
salen sonidos,
y ahora es_ capaz de repetirlos .
una y otra vez; los escucha y su
expresión cambia. Esos sonidos
llamados laleos son su primer
intento de expresión verbal.
Como la palabra, comienzan
por ser un objeto concreto
para su mente, y también con
él puede jugar. Su repetición
es un juego verbal, puede
hacer con los sonidos lo que ya
experimentó con los objetos:

El primer juguete que se ofrece


al niño, el sonajero,
es el heredero del primer
instrumento musical: la sonaja.
La sonaja de calabaza es hueca
como el sonajero y lleva dentro
pequeños guijarros o trozos
de madera casi siempre
con un valor mágico,
que al chocar contra las paredes
producen un sonido. Los niños
africanos, los japoneses,
los españoles, los finlandeses;u.,Y,
los niños ~ todos los tiempos,
han jugado con un sonajero.
También con él algo aparece
y desaparece: los sonidos.

24
El niño experimenta Entre los cuatro y seis 1neses

el niño entra en posesión de diversos modos


de elaborar la angustia de pérdida. A través de sus juegos
también mediante movimientos. intuye, experimenta y elabora que las personas o los objetos
Descubre que al golpear un objeto también puede tanto pueden aparecer como desaparecer.
producir sonidos. Sabe que un cuerpo Expresa esto en su mundo lúdico. Es capaz de pasar
que cae, una puerta que se cierra de golpe, bastante tiempo en reconocer objetos y apartarlos y atraerlos
producen sonidos; hacia sí. Emite sonidos y juega con ellos. De manera
todos le interesan y muchos de ellos paradójica, al encontrar la forma de elaborar sus angustias
lo sobresaltan. Trata de reproducirlos de pérdida, reclama con urgencia incontrolable la presencia
para vencer el miedo y el sonajero le sirve para de sus verdaderos objetos: los padres. Llora y se llena de rabia
repetir estas experiencias. Es algo si no lo consigue, si no se lo comprende; no es necesariamente
fuera de su cuerpo; que simboliza alimento lo que reclama: su madre •
a su madre y que él maneja con su mano. es ya para él algo más que lo que calma el hambre,
Como su padre y como él mismo, es una voz, un ;ontacto, una sonrisa,
el sonajero tiene algo el ritmo de sus pasos; la necesita simplemente
dentro que se mueve y produce sonidos. para saber que no ha desaparecido,
Lo chupa, lo explora, lo muerde, que puede tenerla y cuenta con ella; el temor a su pérdida
y va reproduciendo es la angustia más intensa a esa edad; toda su vida
experiencias que lo tranquilizan. emocional está marcada por ella:
Lo golpea contra los barrotes de su cuna, es el motor del juego y de todas las actividades
lo tira contra el suelo, que describimos. Ha empezado el doloroso proceso
lo muerde, lo abolla, lo manipula. de abandonar la relación única con su madre y aceptar
Cuando arroja los juguetes al suelo, espera y exige en for.ma definitiva la presencia del padre. En este
que se los devuelvan. período sufre verdaderas depresiones.
No actúa por maldad Sus tendencias destructivas
ni para controlar ni esclavizar al adulto. se incrementan cuando aparece el diente, instrumento
Este juego es molesto pero necesario; que puede usarse para morder y desgarrar.
el niño experimenta Con la aparición de los p.,ientes, el desprendimiento,
así que pu,ede, perder y recuperar lo que ama. hasta entonces fruto de la fantasía, se convierte en realidad.
26 27
\2.
La pérdida del vínculo El niño ha descubierto

único con la madre y la necesidad de un tercero


determinan una nueva primacía de necesidades en la vida que hay partes de su cuerpo que señalan
del niño: ya no le basta su madre la diferencia entre los sexos,
para el desarrollo, necesita un padre. Pero no y también la revelación de que esos órganos .
es suficiente la presencia del padre pueden llevarlo a la unión. . . .
para el niño, también es necesario que aquél encuentre La angustia de p¿rdida, que motivó sus pnmeros ¡uegos,
una forma de comunicación con él continúa elaborándose en este periodo,
que responda a las necesidades de paternidad en cuyo transcurso los objetos se juntan y se separan
del pequeño, que, si bien se en un continuo repetir de encuentros y desencuentros.
parecen a las de maternidad, tienen matices dij erentes. Así como los fundamentos de su vida. mental . ,
Un padre que puede bañar al hijo, se construyen en el primer año de vida, tambien su mundo
darle alimento, jugar con él, salir con él, es importante. Lo es lúdico se ;,-igina en esos primeros juegos de pérdida
más aún el rol que cumple reforzando y recuperación, de encuentro y separación.
su un~ón con la madre y ofreciendo
al hijo la pareja como fuente de identificación.
Si el hombre o la mujer no pueden superar
su rivalidad frente al hijo, y sienten que al dar afecto
al niño están impidiendo que el otro
lo exprese, pueden inhibirse en sus funciones.
Las consecuencias de la carencia paterna son tan graves
como las de la materna, pero
aún no fu,eron objeto de un estudio profundo.

28 29
En la segunda surge un nuevo amor: entrar en alguien, •
interés en sus juegos: recibir a alguien
mitad del ha descubierto que dentro de sí, unirse
algo hueco puede contener 1 y separarse. Pasa así
prfmer año f
objetos, que algo ¡- a explorar cuanto
pénetrante puede entrar en sea penetrable
un hueco. Juega y a usar todo lo que puede
incesantemente a eso. servir para penetrar;
Este gran descubrimiento los ojos, los oídos,
es el anuncio las bocas de las personas
de la forma adulta de expresar que están cerca,
le permiten hacer sus primeras
experiencias
de exploración. Sus objetos
pre/eridos son pequeños:
son herederos
de sus dedos exploradores.

30 31
Luego de realiza,r estos juegos la bañera, caños, . de sus iuegos.
••• •.• con su cuerpo desagües, la tacita Un palo, un lápiz, antevi JS,
y con los de las personas de iuguete, sus dedos, todo sirve
que lo rodean, una rotura en la pared, para poner y sacur,
pasa a jugar con cosas el aguiero de una unir y separar.
inanimadas: el aguiero de cerradura, todo es obieto.
32 33
Entre los ocho y doce meses

Entre los ocho y doce meses


las diferencias anatómicas el niño se desplaza· en el espacio
de los sexos se manifiestan circundante gateando. Su campo de acción
en los juegos. La niña prefiere depositar objetos en un hueco, ·se amplía y comienza una
y sus juegos repetirán esta experiencia; concienzuda y paciente exploración de los objetos.
en cambio el varón elige aquellos juguetes con los que pueda Ya al final del primer año,
penetrar. Sin embargo, este interés • ponerse de pie y caminar le permitirán alejarse
no es exclusivo: su condición bisexual les permite voluntariamente de los objetos y reencontrarlos.
disfrutar también del juego del otro sexo, En el aprendizaje de la marcha
pero, si el niño es normal, su elección se hace n~ hay andador que reemplace a los brazos
ya sumamente c~ara en este período. de la madre:

14 35
los sólidos, susceptibles sustitutos permitidos sustancia, la plastilina, con
Las heces de las heces y la orina. la que podrá
. de originar formas,
y orina se transforman en el símbolo De este modo, modelar objetos.
de su capacidad el agua, la tierra y la arena Su vientre fecundo y el de
creadora. El niño ama pasarán del estado la madre iráTJ, tomando el
y teme las sustancias puro de sustancias para primer plano.
que elabora su cuerpo que salen de su adquirir aspecto La fecundidad, consecuencia
le van dando modelos cuerpo, peto ya que éstas de objetos. Serán niños, • de la unión,
fantaseados de lo que es la están condenadas castillos, animales comienza a interesarle.
concepción. Entran a desaparecer salvajes, mangueras para Aparecen· los tambores,
alimentos por su boca, debido a las prohibiciones apagar incendios, los globos y las pelotas
pasan a través del adulto, el niño líquidos con poderes mágicos. como juguetes predilectos,
del cuerpo y salen busca en el agua, Más tarde, el adulto que simbolizan el vientre
transformados; la tierra y la arena los le ofrecerá una fecundo.

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El tambor, lo tocaban las mujeres y muy posteriormente
y se usaba en los rituales se utilizó para ceremonias
de ·fecundidad. de guerra y de muerte.
La mano era el instrumento Cada niño repite,
junto con el sonajero, de percusión, con su tambor,
fue uno de los primeros que luego se reemplazó este desarrollo histórico.
instrumentos musicales. por el palillo cuando Es uno de sus primeros
En épocas primitivas el hombre comenzó juguetes y le interesa sobre
era una cavidad hecha a participar en el ritual; todo a partir del final
en la tierra después fue un medio del primer año, porque para
que se cubría con un trozo de transmitir él simboliza el vientre
de corteza; sólo mensajes a larga distancia fecundo de la madre,
luego se hace un medio de
comunicación
y por último un objeto
para la descarga
de sus tendencias agresivas.
Una olla de aluminio
y una cuchara de madera
son para el niño
el mejor tambor. Entre
los once y dieciocho
meses sirve
a sus necesidades
de descarga motriz y el hecho
de ser irrompible
facilita esta descarga,
ya que al demostrarle
la realidad que
no se destruye disminuye
en el niño el temor
a sus tendencias destructivas
y, en consecuencia,
también la culpa.

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Al finalizar
el primer año, el globo y luego
la pelota constituirán
el centro de su interés.
Las fantasías de unión
van dando paso
al fuerte deseo de tener un
hijo. El cuerpo de su madre
y también el suyo propio
se simbolizan
" en las formas esféricas.
La niña y el varón
se identifican con la madre,
quieren un hijo dentro
de su cuerpo, lo fantasean
y juegan con ese deseo.
Ese hijo es el que después
se hará palabra,
ya que la palabra
es para el niño un objeto
concreto capaz
de reemplazar mágicamente
al objeto real externo.
Cuando dice "mamá"
posee a su madre;
cuando dice "nene" es
como si tuviera un hijo.
El globo y la pelota
"§.<i;ri et .vie'f}tre fecundo
• •de ;u madre,
y también el propio;
persistirán como juguete a
- través de los años.

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