CNCCC SALA 2 Reg. 1491.22 Publicada en El CIJ
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Reg. nº 1491/22
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realización de una audiencia a través de un sistema de
videoconferencia.
De acuerdo con lo que surge del sistema informático Lex100,
la defensa de Acuña presentó un memorial en formato digital, en el
cual postuló el rechazo del recurso de casación interpuesto.
Sin perjuicio de ello, el día 20 de mayo de 2022 se dispuso la
realización de una audiencia, la que finalmente se materializó por
medios digitales el pasado 26 de mayo del corriente año.
VI. Efectuada la deliberación, a través de medios virtuales, el
tribunal arribó al siguiente acuerdo.
Y CONSIDERANDO:
El juez Horacio L. Días dijo:
1. Para una mejor comprensión del caso, es menester repasar
brevemente sus antecedentes más relevantes.
a. En las presentes actuaciones se investigan los posibles
hechos de abuso sexual que habrían sido cometidos por Rubén Darío
Acuña en perjuicio de L.M.G. (nacida el día 2 de enero de 2008) y de
M.M.P. (nacida el día 22 de octubre de 2004) mientras era pareja
conviviente de la madre de las niñas menores de edad.
Los hechos habrían tenido lugar en el domicilio ubicado en la
calle Condarco N° 3511 piso 3° de esta Ciudad, donde residía el
agresor con el grupo familiar.
La Defensoría Pública de Menores e Incapaces N° 3 instó la
acción penal respecto de L.M.G. y M.M.P.
b. Oportunamente, a fs. 170/173, el fiscal interinamente a cargo
de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 17 solicitó el
archivo de las presentes actuaciones.
c. A fs. 174/177 el Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional n° 44 resolvió sobreseer a Rubén Darío Acuña y contra
esa decisión interpuso un recurso de apelación Cinthia Oberlander,
titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 17. Al
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cambiando los, el pañal... me empezó a poner los pantalones y
después [S.] me empezó a decir que me estaba mostrando algo que no
sé qué es” (sic).
En relación a M.M.P., recordaron que, tal como se informó, “la
menor tiene conciencia de situación y de la denuncia, e insiste en
reiteradas oportunidades con que ella ‘no habló’, y a ella ‘no le pasó
nada’ y que no surgen elementos que den cuenta de improntas
traumáticas con inscripción a nivel psíquico que puedan ser puestos
en relación directa con los hechos que se investigan (ver fs.
149/156)”.
Por lo demás, los jueces destacaron que la abuela de las
menores, Evelina Iacattuni, refirió que “nunca escuchó ningún relato
por parte de sus nietas S., L. ni M. sobre algún hecho disvalioso que
hayan sufrido por parte de Rubén Acuña” (ver fs. 165/vta.).
A continuación, expusieron que, tras la intervención previa de
esa Sala, se incorporó la constancia de fs. 196, en la que la Defensora
de Menores informó que no había vuelto a entrevistar a las menores y
que se había dado intervención al Programa de Fortalecimiento de
Vínculos del GCBA. También se dejó constancia de que Lelis
Adriana Paladino, directora de la escuela a la que asisten las
nombradas, informó que L. no comentó nada más ni hizo referencia al
suceso investigado (ver fs. 199). Por otra parte, se incorporaron al
legajo las constancias de las intervenciones de la Gerencia Operativa
de Fortalecimiento de Vínculos Familiares y Comunitarios del GCBA.
Destacaron que, del informe de fecha 9 de noviembre de 2018,
surge que la madre de las pequeñas mostró “malestar ante la
situación en relación a la denuncia [...], refiriendo que siempre fue
muy cuidadosa respecto de sus hijas, y que dicha situación fue
producto de una alarma errónea por parte de las instituciones. Las
niñas [S.] y [M.] refieren el mismo relato” (ver fs. 211/220).
A la vez, los jueces indicaron que “[e]l asunto ha sido
abordado también en su faz civil, conforme se desprende de las
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presentado a derecho con su respectiva defensa técnica (fs. 89), que
ha abandonado el hogar donde convivía junto con la madre de las
menores e inclusive ha solicitado su exención de prisión en la causa
(ver fs. 117/120), frente a un cuadro probatorio insuficiente que fuera
expuesto expresamente por la Sra. Fiscal con un pedido de archivo
(ver fs. 170/173), no pueda contar con el derecho a obtener un
pronunciamiento que defina su situación procesal y se vea sometido a
un estado de incertidumbre por el lapso de varios años, a la espera
de que pudiera provocarse algún tipo de variación en el testimonio de
las menores, lo cual aparece, de momento, como una circunstancia
meramente hipotética”.
Sentado ello, sostuvieron que la invocación de la fiscalía de
normas supranacionales que tutelan los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, en casos como el que nos ocupa, plantea una tensión con
las garantías constitucionales que contemplan el derecho de un
imputado que se ha visto sometido a un proceso penal (en este caso de
más de dos años de duración) a obtener un pronunciamiento judicial
que ponga fin a su estado de incertidumbre (CSJN “Mattei”, Fallos
272:188).
Los jueces destacaron que, pese a lo normado por el art. 67
cuarto párrafo del Código Penal, que contempla un plazo de
ampliación de la prescripción de la acción penal para delitos contra la
integridad sexual en perjuicio de los menores de edad, en este sumario
los hechos que habrían damnificado a las menores, oportunamente
denunciados, fueron ampliamente investigados, intervinieron en la
causa los órganos de tutela de los derechos de niñas, niños y
adolescentes correspondientes, además de profesionales médicos,
psicólogos y especialistas que han brindado debida contención a las
niñas.
En esa dirección, señalaron que los testimonios de las menores
no permitieron confirmar la imputación inicial contra Rubén Darío
Acuña, la que también negaron la madre y la abuela y, por otra parte,
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Por lo demás, hicieron hincapié en que el concepto “ratifique
la formulada por sus representantes legales durante su minoría de
edad”, sólo puede ser interpretado como plausible de ser admitido en
supuestos en los cuales no se formuló imputación concreta contra una
persona y no se ha comenzado una investigación.
Finalmente, mencionaron que “la situación excepcional podría
darse en el Código Procesal Penal Federal, en tanto prevé que el
fiscal puede archivar las actuaciones sin la formulación de cargos, en
los casos en los que no se puede proceder, sin perjuicio de que con
posterioridad aparezcan datos que hagan desaparecer los
impedimentos que motivaron el archivo (art. 217 CPPF).
Esta interpretación permite conciliar el derecho a una tutela
judicial efectiva y el derecho a ser oído, con el derecho del imputado
a obtener una decisión jurisdiccional en un plazo razonable (arts. 12°
de la Convención sobre los Derechos del Niño y 2° de la ley 26.061 y
8.1 de la CADH)”.
Sobre esa base, confirmaron el auto de fs. 322/329 mediante el
cual se dispuso el sobreseimiento de Rubén Darío Acuña.
3. En el recurso de casación interpuesto, el representante del
Ministerio Público Fiscal sostuvo que la decisión cuestionada vulneró
el derecho al respeto de la dignidad humana (art. 1 de la DUDH, y art.
11.1 de la CADH); la igualdad ante la ley (art. 16 CN, art. 2 de la
DADDH, art. 7 de la DUDH, art. 24 de la CADH, y arts. 3 y 26 del
PIDCyP); y la tutela judicial efectiva (art. 18 de la DADDH, arts. 8 y
10 de la DUDH, arts. 8.1 y 25.1 de la CADH, y art. 14.1 del
PIDCYP), en especial de niños (art. 19 de la CADH, art. 10.3 del
PIDESYC, art. 24.1 del PIDCyP, y arts. 4, 12.2, 19.1 y 34 de la
CDN), y mujeres (art. 7 incisos b, c y f de la Convención de Belém
Do Pará); se desatendió el interés superior del niño (art. 3.1 de la
CDN) y el principio de correlación entre deberes y derechos (art. 32.2
de la CADH).
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arruinarían la vida”, entre otras cosas (v. fs.
86/88).
● Por último, destacó la declaración testimonial de
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Sostuvo que, por el contrario, una adecuada ponderación de los
derechos que aquí colisionaron debería llevar al intérprete a disponer
el archivo de las actuaciones hasta tanto las niñas cumplan la mayoría
de edad y de así desearlo ratifiquen la denuncia radicada en autos
(cfr. artículo 67, cuarto párrafo, del Código Penal), pues sostener lo
contrario implicaría desproteger un bien jurídico fundamental y, en
efecto, atentar contra el principio de correlación entre deberes y
derechos, ya citado.
De este modo, entendió que el derecho de Acuña a ser juzgado
en un plazo razonable se encuentra limitado por el derecho de las
niñas víctimas a que se les respete su dignidad humana y se les
garantice igualdad ante la ley y una tutela judicial efectiva. En
resumidas cuentas, esa garantía se encuentra aquí restringida por la
primordial protección que el Estado debe otorgar a un bien jurídico
fundamental, como lo es la integridad sexual de las niñas.
En definitiva, por las consideraciones expuestas, solicitó que se
revoque la decisión cuestionada y se ordene el archivo de la causa.
4. Sentado lo anterior, corresponde efectuar una serie de
precisiones, a fin de lograr una adecuada resolución del caso.
Como surge del resumen efectuado en los puntos que
anteceden, en la presente causa se investiga a Rubén Darío Acuña por
la posible comisión de delitos sexuales contra dos niñas, hijas de su
pareja, con las que convivía.
La denuncia fue realizada por las autoridades de la escuela a la
que asistían las niñas y luego la defensoría de menores e incapaces
instó la acción penal.
El proceso avanzó y se llevaron a cabo distintas diligencias y
medidas probatorias, entre ellas, las declaraciones de las menores en
cámara gesell, de conformidad con lo establecido en el art. 250 bis,
CPPN.
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Siguiendo este enfoque, no puede pasarse por alto que el art. 67,
4° párrafo, CP reformado por la Ley 27.206 establece que “En los
delitos previstos en los artículos 119, 120, 125, 125 bis, 128, 129 in
fine, 130 párrafos segundo y tercero, 145 bis y 145 ter del Código
Penal, se suspende la prescripción mientras la víctima sea menor de
edad y hasta que habiendo cumplido la mayoría de edad formule por
sí la denuncia o ratifique la formulada por sus representantes legales
durante su minoría de edad”.
Tal como lo afirma la parte recurrente, el legislador decidió
que, en casos como el presente, la acción penal permanezca “viva”
hasta que la víctima habiendo alcanzado la mayoría de edad “tome
una posición”, sea formulando o ratificando la denuncia formulada
por sus representantes legales durante su minoría de edad; lo que no
impide que la cuestión relativa al plazo razonable pueda ser
reevaluada en este momento en la instancia, en caso de estimarse
pertinente.
Sentado ello, la argumentación de los jueces de la cámara de
apelaciones, relativa a que los hechos que habrían damnificado a las
menores ya fueron ampliamente investigados y nada se pudo
comprobar sobre la veracidad de la denuncia, resulta inconducente
para resolver el caso en esta instancia.
Ello así, en tanto el planteo efectuado por el recurrente radica
en que, en la actualidad, no están dadas las condiciones para que las
niñas presuntamente damnificadas en autos puedan “hablar” sobre los
hechos, justamente por su condición de niñas, lo que las torna
especialmente vulnerables, circunstancia ésta, precisamente, que la
ley procura resguardar con la actual redacción. Y ello, con sustento en
la presión que, según entiende la fiscalía pudo haberse ejercido
sobre ellas, lo que además encuentra apoyo en las conclusiones del
informe emitido por el Cuerpo Médico Forense, (cfr. entrevista en
cámara gesell, en el que se observó “cierta ambivalencia y conflictos
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además no refleja adecuadamente la problemática planteada en el
caso.
Dicho de otro modo, la parte recurrente no solicitó el archivo de
las actuaciones debido a la falta de prueba, sino en virtud de que las
niñas, al día de hoy, son menores de edad y aún no están en
condiciones de hablar, ni han podido decidir si quieren o no ratificar
la denuncia realizada por las autoridades de la escuela y cuya acción
fue instada por la Defensoría de Menores e Incapaces; situación
legalmente contemplada en el art. 67, inc. 4°, CP. Para lo cual,
además y como ya se puntualizó, se apoyó en constancias de la causa,
para alegar que en el caso existen elementos objetivos que permiten
dudar de la negación realizada por las niñas en la cámara Gesell, dado
su silencio manifestado ante las preguntas.
En razón de todo lo expuesto, y en aras de armonizar en una
decisión judicial que integre a todos los intereses que en este caso se
encuentran en juego, corresponde hacer lugar al recurso de casación
interpuesto por el representante del Ministerio Público Fiscal, casar la
resolución impugnada y, en consecuencia, disponer el archivo de las
presentes actuaciones (art. 195, CPPN).
Así voto.
El juez Eugenio C. Sarrabayrouse dijo:
1. Del resumen efectuado por el juez Días surge que son dos las
cuestiones centrales a resolver. Una, vinculada con la valoración de la
prueba, esto es, si ha sido posible acreditar algún tipo de abuso sexual
de parte de Acuña en perjuicio de las niñas L.M.G. (nacida el día 2 de
enero de 2008) y de M.M.P. (nacida el día 22 de octubre de 2004), de
acuerdo con los estándares exigidos para la etapa de instrucción; y la
otra, relacionada con la consecuencia normativa derivada de la
respuesta al primer problema, en concreto, cuál es el alcance del art.
67, CP, (texto según ley 27.206) en tanto establece una causa de
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Asimismo, la madre de las niñas no quiso instar la acción penal y
señaló que esta causa era una confusión. Agrego que las entrevistas en
Cámara Gesell efectuadas y las declaraciones citadas de la madre de
las niñas son temporalmente anteriores a la presentación realizada
por las autoridades educativas.
4. Del resumen efectuado surge con claridad la existencia de
indicios acerca del contexto familiar en que se encuentran las niñas
L.M.G. y M.M.P. En este sentido, no puede dejarse de lado sin más lo
informado y narrado por las autoridades educativas mencionadas en el
párrafo anterior.
Frente a este tipo de casos, concuerdo con el juez Días en que el
legislador decidió que la acción penal permanezca vigente hasta que,
quien sería la víctima de estos hechos ratifique la denuncia formulada
por sus representantes legales a partir de que cumpla la mayoría de
edad. En este aspecto, la reforma introducida por la ley 27.206 de los
arts. 63 y 67, CP, es la culminación de un proceso legislativo iniciado
con la denominada “Ley Piazza”, cuya característica principal es la
ampliación de los plazos para contar la prescripción de la acción penal
en esta clase de delitos. De algún modo, se trata de un presupuesto
procesal (pero establecido a favor de quien se presenta como víctima)
cuya ausencia (en el caso, la ratificación o denuncia una vez cumplida
la mayoría de edad) determina la constitución de un obstáculo
procesal, el cual hasta que no sea removido impide la continuación
válida del proceso.
Asimismo, de la interpretación de la regla en cuestión y del
debate parlamentario surge que el legislador claramente quiso que el
plazo de la prescripción comenzara a correr desde el momento de la
ratificación por parte de la persona menor de edad al momento de los
hechos1. Si bien esta regulación torna a esta clase de delitos
1 Al respecto, cfr. versiones taquigráficas de la sesión ordinaria de la Cámara de
Diputados del día 07.10.15, disponible en
https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentaria/dip/debates/leyes_27000.html y de la
sesión ordinaria del 28.10.15 de la Cámara de Senadores, disponible en
https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentaria/dip/debates/leyes_27000.html; con las
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2 Sentencia del 24.02.21, Sala II, jueces Sarrabayrouse, Morin y Días, registro nº 209/21.
3 Sentencia del 24.8.22, Sala II, jueces Sarrabayrouse, Días y Morin, registro n° 1280/22.
4 Cfr. WAISBERG, Guido, La prescripción de la acción penal y el abuso sexual de
menores por hechos anteriores a la sanción de las leyes 26.705 y 27.206, en revista “Temas de
Derecho penal y procesal penal”, Ed. Errejus, Buenos Aires, 2019, ps. 434/435.
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intrafamiliar en el abuso sexual infantil, en ellas desempeñan un
papel muy relevante las personas del entorno más próximo a la
víctima…”5.
Entre otras dificultades, destaca tres que impiden realizar las
denuncias de abuso sexual cuando las víctimas son personas menores
de edad: a) la represión u olvido de los recuerdos; b) la desconexión
entre el abuso sufrido y el malestar que causa; c) el estado de
confusión que impide poner nombre a los hechos.
En esta inteligencia, señala que “…el trauma que trae
aparejado el abuso dificulta el recuerdo hasta tarde en la adultez
(recuerdos reprimidos)…”6. Al respecto, habla de la “amnesia
traumática” corroborada en aquellos casos en que las víctimas
recuerdan el abuso por primera vez en la adultez. Incluso cita un
estudio realizado por Judith Herman, psiquiatra de la Universidad de
Harvard, en el que “… [d]e 53 mujeres que asistieron a grupos de
apoyo para quienes sufrieron situaciones de incesto, casi dos tercios
reportaron intervalos de olvidos parciales o completos, desde que
ocurrió el abuso…”7. En sentido similar, “…Linda Meyer Williams –
socióloga de la Universidad de New Hampshire– determinó que de
127 mujeres que fueron tratadas por abuso sexual infantil, más de un
tercio no tenía recuerdo alguno, o decidió no denunciar el hecho. Por
su parte, John Briere –psiquiatra de la Facultad de Medicina de la
Universidad del Sur de California y Lenore Terr psiquiatra de la
Universidad de California en San Francisco demostraron que cuanto
más violento o persistente fue el abuso, más probable es que la
víctima bloquee su memoria por largos períodos de tiempo…”8.
Por lo demás, destaca los distintos factores que se combinan
para mantener la relación abusiva intacta. En esta dirección, sostiene
5 Las víctimas de abuso sexual infantil ante el sistema de justicia penal: estudio sobre
sus actitudes, necesidades y experiencia”, publicado en la Revista de Victimología DOI 10.
12827/RVJV.2.02N° 2/2015; pags. 27/54.
6 Waisberg, Guido; op. cit., ps. 435.
7 Op. cit., ps. 436.
8 Ibídem.
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sentido, destaco que en el caso particular no pesa sobre Rubén Acuña
ninguna restricción ni ambulatoria ni patrimonial, en tanto no se ha
tomado ninguna medida de esa clase ni ha sido llamado a prestar
declaración. Y si bien es cierto que se encuentra imputado (a raíz de
su notificación de derechos y garantías) entiendo que es prematuro
hablar de una violación de la garantía del plazo razonable, en los
términos analizados en los precedentes “Melián Massera”10,
“Pérez”11, “Amaya”12, “Zurita”13, “Zapata”14, “Spagnuolo”15, y
“González Etchegaray”16, entre otros.
6. Con estas consideraciones y argumentos, adhiero al voto del
juez Días.
En virtud del acuerdo que antecede, la Sala II de la Cámara
Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital
Federal RESUELVE:
HACER LUGAR al recurso de casación interpuesto por el
representante del Ministerio Público Fiscal, CASAR la resolución
impugnada y, en consecuencia, DISPONER EL ARCHIVO de las
presentes actuaciones (art. 195, CPPN).
Se deja constancia de que conforme surgió de la deliberación y
en razón del voto coincidente de los jueces Horacio L. Días y Eugenio
C. Sarrabayrouse, el juez Daniel Morin no emite el suyo, por
aplicación de lo que establece el art. 23, último párrafo, CPPN (texto
según ley 27.384, B.O. 02 octubre de 2017).
10 Sentencia del 3.09.15, registro n° 415/15, Sala II, jueces Bruzzone, Sarrabayrouse y
Morin.
11 Sentencia del 12.02.2016, Sala I, jueces García, Garrigós de Rébori y Sarrabayrouse,
registro nº 76/2016.
12 Sentencia del 26.02.16, Sala II, jueces Morin, Niño y Sarrabayrouse.
13 Sentencia del 7.12.17, Sala II, jueces Morin, Sarrabayrouse y Días, registro n°
1286/17.
14 Sentencia del 15.12.17, Sala II, jueces Morin, Sarrabayrouse y Días, registro n°
1363/17.
15 Sentencia del 23.03.18, Sala II, jueces, Sarrabayrouse, Días y Morin, registro n°
293/18.
16 Sentencia del 8.06.18, Sala II, jueces, Sarrabayrouse, Días y Morin, registro n°
653/18.
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JOAQUIN OCTAVIO
MARCET
PROSECRETARIO DE
CAMARA
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