Divisas de Venezuela Economia Abril 2017

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 14

Divisas de Venezuela

Para empezar a explicar el tema de las divisas de Venezuela, tendremos que conocer a que se
refiere el término divisas. Las divisas son las unidades monetarias que son propias de cada país, es
decir las monedas de curso legal. También se aplica este término de divisas al tipo de sistema
monetario de un país, para vender, comprar e invertir, y a la designación de las monedas
extranjeras que participan de los pagos internacionales. En cuanto al mercado de divisas, podemos
decir que se trata del precio de la moneda de curso legal, expresado en otra, y cuando una
moneda está en manos extranjeras, también recibe la denominación de divisas. Se necesitan
divisas cuando vamos a un país en viaje de negocios, o de placer, o porque estamos importando
mercaderías o compramos mercaderías provenientes de otros países.

El peso fue la primera divisa de Venezuela, utilizada desde el año 1821 hasta 1871, un peso fuerte
que se dividía en diez reales, cinco pesetas o cien centavos. La historia en cuanto a las divisas de
Venezuela comienza entre 1802 y 1821, cuando Venezuela es declarada independiente, el
gobierno comienza a emitir papel moneda llamados reales, en el año 1843 Venezuela, presenta su
propia moneda el peso, pero en 1871, fue sustituido por el venezolano, aunque éste entra en
vigencia en 1874. Para el año 1879, se introduce el bolívar venezolano, y para el año 2007, tras las
sucesivas devaluaciones, entra en vigencia el bolívar fuerte.

divisas-venezuelaEl bolívar fuerte es la actual divisa de Venezuela, esta moneda de los Estados
Unidos de Venezuela, es un término transitorio que representa la nueva escala monetaria de curso
legal en Venezuela desde el 1 de enero de 2008, durante la etapa de transición de reconvención
monetaria denomina al bolívar por un plazo de seis meses, hasta lograr adecuar a la población en
general a su uso y realizar el canje del bolívar al bolívar fuerte.

Su emisión es controlada por el banco Central de Venezuela, que establece a la fecha de


reconversión, un cambio de 4.30 bolívares fuertes por dólares estadounidenses, lo que supone
dividir entre mil el bolívar que circula desde 1879. Si lo que estamos necesitando es saber acerca
de las divisas de Venezuela, porque estamos por viajar y queremos llevar efectivo y tarjetas de
crédito, tendremos que saber que los bolívares fuertes se encuentran en varios cortes sea en
moneda o en billete. El cambio de los euros o dólares en bolívares fuertes varía según en donde
los cambiamos. Cambiando el dinero en los bancos, se llega a la cifra de dos mil doscientos
bolívares por un euro, mientras que el cambio en el mercado negro, que no es legal, pero es que
es muy fácil de encontrar, se llega a tres mil novecientos bolívares por un euro. Cuando en un país
nos conviene por el mercado de divisas más bajo, resulta más atractivo y por ende hay mucha más
cantidad de viajes que se hacen a ese país, pero si sucede lo contrario y no nos vemos beneficiados
en absoluto, podemos cambiar de destino de viajes de placer. Desde luego que no pasa lo mismo
si debemos comercializar cierta mercadería y en esos casos las ganancias no son tan grandes.
Durante un tiempo que duró el período de tasas fijas de cambio Venezuela resultaba muy barata
para los extranjeros, desde que se liberaron las tasas, los precios de los bienes y servicios han
aumentado considerablemente, pero de todas maneras la afluencia de extranjeros, es enorme.

DIVISAS-VENEZUELA-MONEDA

Para el mercado cambiario de las divisas de Venezuela, se pueden hacer en los bancos, en los
hoteles, o en las casas de cambio, y dentro de las divisas extranjeras más populares son los dólares
estadounidenses. En Venezuela se pueden utilizar todas las tarjetas de crédito conocidas, pero
para el caso puntual de salir del circuito turístico, nos conviene cambiar a la divisa de Venezuela,
(los bolívares fuertes).

Para el tema de las propinas que se deben dejar en los restaurantes o en los hoteles, o a los
maleteros, son mucho más elevadas en Caracas que en ninguna parte del país, y en la mayoría de
ellos se agregan un diez por ciento a la factura y es costumbre dejar otro 10% en la mesa, para el
mozo o la moza que nos ha atendido. También se suele dejar la propina para los botones,
camareros de los hoteles, y a los empleados de las gasolineras. Cabe destacar que los indicadores
económicos de hoy en día en este país, más del 80% de las divisas de Venezuela, son provenientes
de los Estados Unidos por la compra de barriles petroleros, al haber disminución en las
exportaciones del crudo, los dólares que logra adquirir Venezuela, por las alzas de los precios del
petróleo irán decreciendo, por lo tanto puede haber una crisis financiera a mediano plazo.

El mercado paralelo o el mercado negro de divisas nace como consecuencia de un régimen de


control cambiario que establece el gobierno nacional para el control de las divisas que en
Venezuela lleva el nombre de CADIVI que es la única autorizada por el gobierno para vender
monedas extranjeras a un precio establecido a 4.30 Bs por cada divisas, con la característica que
existe un máximo anual, por lugar de destino y tiempo del viaje, teniendo en cuenta que para
poder solicitar las divisas se tiene que contar con tarjetas de crédito con más de 6 meses de usos
para luego acceder a el cupo de viajero mediante un agente cambiario (cualquier banco de
preferencia personal) para que este le autorice el monto correspondiente a su viaje. Todo este
proceso suele ser muy largo, engorroso y limitativo para las personas obligándolas tener que
acudir al mercado negro para sí poder tener un poco mas de dólares o euros para cubrir sus gastos
mientras se encuentren fuera del país o si también existe el interés de preservar sus ahorros en
moneda extranjera; y no solo las personas naturales se ven afectadas, las empresas pueden que
sean una de las más afectadas por el control cambiario ya que ante la imposibilidad de los agentes
de tener acceso a las divisas para realizar operaciones de importación de bienes y servicios, que no
se encuentran en los listados de las importaciones autorizadas.

Cuando hablamos de divisas, se hace referencia al grupo de monedas extranjeras que se utilizan
en un país para llevar a cabo, generalmente, actividades o transacciones a nivel internacional.
Actualmente se puede definir un mercado como el espacio, la situación o el contexto donde se
lleva a cabo el intercambio, la venta y la compra de bienes, servicios o mercancías por parte de
unos compradores que demandan esas mercancías y tienen la posibilidad de comprarlas, y unos
vendedores que ofrecen éstas mismas. Si juntamos estas dos definiciones podemos definir
mercado de divisas como el espacio, la situación o el contexto donde se lleva a cabo el
intercambio, la venta y la compra de monedas extranjeras llamadas divisas. Al ser un mercado, el
precio de las divisas está determinado por la oferta y la demanda que existan sobre ellas. Los
intercambios de divisas generalmente se hacen en grandes centros financieros del mundo
Londres, Nueva York y Singapur son unos de los más importantes. Los principales participantes en
el mercado de divisas son los bancos, las multinacionales, las instituciones financieras no bancarias
y los bancos centrales. Para el caso de los bancos, éstos efectúan transacciones entre cuentas de
clientes a nivel internacional. Generalmente, los bancos especifican el tipo de divisas utilizadas en
sus operaciones y transacciones. Además de realizar transacciones para clientes, los bancos
realizan operaciones con divisas como negocio, pues los clientes de los bancos pagan por ellas un
precio de menudeo que es mayor al precio al cual los bancos las compran (pues los bancos las
compran “al por mayor”). La diferencia en los precios es la compensación que reciben los bancos
por desarrollar esta actividad. Las empresas multinacionales, al hacer presencia en varios países,
negocian con monedas diferentes. Las instituciones financieras no bancarias, como los fondos de
pensiones, al manejar grandes sumas de dinero, también negocian con monedas diferentes. Los
bancos centrales también participan activamente en el mercado de divisas. Las reservas
internacionales de los países están invertidas, en su mayoría, en divisas.

Dependiendo de las economías, el dinero en circulación en éstas y las políticas económicas, los
bancos centrales deciden entrar o no en el mercado de divisas para comprar o vender. El mercado
de divisas se caracteriza por su constante variación y por la constante demanda de información
por parte de los participantes. Los centros de negocios, por lo general, están integrados, lo que
permite que se puedan hacer transacciones entre ellos en cualquier momento y de forma rápida y
fácil. El dólar es una moneda fundamental en este mercado. Muchas transacciones entre monedas
se hacen con la intervención del dólar. Por ejemplo: si se desea vender pesos colombianos y
comprar reales (moneda del Brasil), la transacción se haría de la cambiando los pesos por dólares y
luego esos dólares por reales. Debido a esto, al dólar se le llama, a veces, la “moneda conductora”.
Las divisas también se negocian en el llamado mercado negro. Un mercado negro aparece cuando
las autoridades ponen barreras al libre mercado. El mercado negro no se considera legal, por lo
tanto, no se encuentra controlado o regulado, y negociar en éste es ir contra la ley.
Importancia del mercado de divisas El comportamiento que han tenido en las últimas semanas las
tasas representativas de la cantidad de bolívares que se deben dar por un dólar en Venezuela,
acrecienta la incertidumbre acerca de la solución de los actuales problemas económicos que tiene
el país (inflación, escasez, desabastecimiento, recesión), incrementa la preocupación sobre el
comportamiento futuro de la economía venezolana, y evidencia la incapacidad de las últimas
decisiones del sector público para solucionar las distorsiones existentes en el mercado de divisas.

Acerca de dicho mercado, se puede señalar que corresponde al lugar donde confluyen oferentes y
demandantes de monedas con el fin de intercambiar poder adquisitivo, dado que, al cambiar una
moneda por otra se renuncia al poder de compra de la primera para disponer del poder
adquisitivo de la segunda. Se caracteriza por ser:

a) global, reúne la oferta y la demanda de divisas de todo el mundo;

b) descentralizado, físicamente las transacciones se llevan a cabo en diferentes lugares y no en un


ente centralizado;

c) continuo, nunca cierra y su evolución refleja los acontecimientos que describen la evolución de
la economía;

d) interconectado, los agentes económicos están conectados mediante una sofisticada red de
comunicaciones (que incluye medios tradicionales y redes sociales), que demuestra la necesidad
de acceso a información actualizada que se tiene en el sector.

Planteado de esta manera, es el mayor y más importante de los mercados financieros


internacionales, al representar el marco organizacional dentro del cual bancos, empresas e
individuos negocian divisas. Tiene un papel fundamental para facilitar las operaciones de
importación y exportación, proporcionando medios de pago adecuados, recursos financieros e
impulsando niveles de demanda adicionales de bienes y servicios.

En un país donde el gobierno subestime el funcionamiento de este mercado, se impide que


cumpla sus funciones en la economía: 1) transferir poder adquisitivo entre monedas, sin lo cual
sería imposible el comercio internacional tal como lo conocemos y exigiría retornar al trueque
para el intercambio comercial entre países; 2) proporcionar instrumentos y mecanismos para
financiar el comercio y las inversiones internacionales, facilitando que los contratos entre
exportadores e importadores se cumplan y al mismo tiempo otorgando el crédito necesario para
que las operaciones se realicen; y 3) ofrecer el entorno necesario para la eficiente administración
del riesgo, el arbitraje y la especulación, asignando los recursos a los agentes económicos que
puedan hacer el uso más productivo de los mismos y reflejando toda la información disponible en
los mercados.

Venezuela: Análisis económico de un país en crisis

Ernesto Selman y Rafael Fornet afirman que en Venezuela "El poder se ejerce sin tomar en
consideración los principios económicos más básicos, como el respeto a los derechos de
propiedad. Se estima que bajo el régimen de planificación centralizada se han expropiado o
estatizado más de 50.000 propiedades entre fincas (pequeñas, medianas y grandes), industrias y
comercios, entre otros, sin compensación por valor de mercado".

Durante los últimos quince años en Venezuela se adoptó un sistema político con alto
intervencionismo estatal en todos los ámbitos de la vida en sociedad, que sus promotores
denominaron “Socialismo del Siglo XXI”. El orden institucional se tornó altamente discrecional para
aplicar políticas populistas clientelares, ejerciendo un poder casi hegemónico por el uso de la
fuerza o la amenaza del uso de la fuerza. Las libertades política, económica y civiles se han visto
cada vez más restringidas, dado que el régimen ha interpretado, cambiado y acomodado la
constitución y las leyes a los intereses del grupo gobernante. Esto ha provocado abuso de poder
político, corrupción rampante, altos niveles de inseguridad ciudadana, escasez, inflación,
restricción a los derechos de asociación y expresión, entre otros.

Violación a la propiedad privada

El poder se ejerce sin tomar en consideración los principios económicos más básicos, como el
respeto a los derechos de propiedad. Se estima que bajo el régimen de planificación centralizada
se han expropiado o estatizado más de 50.000 propiedades entre fincas (pequeñas, medianas y
grandes), industrias y comercios, entre otros, sin compensación por valor de mercado. Durante los
últimos 15 años se han expropiado empresas o sectores completos: electricidad,
telecomunicaciones, banca y finanzas, petróleo y tecnología, entre otros. En noviembre de 2013 se
estatizaron dos plataformas petroleras, alegando razones de utilidad pública y de interés “social”.
Bajo el régimen chavista, el Estado venezolano se convirtió en empresario, importador,
comercializador y fijador de precios de los más diversos bienes y servicios. Sin embargo, la escasez
de productos básicos está a la orden del día. La historia registra el desastre económico que
significa una sociedad que fundamenta su economía en las directrices y manejo de los medios de
producción desde el Estado.

Con la justificación de que los emprendedores son malandros que sólo obtienen beneficios
explotando al prójimo, el régimen chavista ha controlado gran parte de la economía; ha
distorsionando el consumo, el ahorro, el crédito, la inversión y la producción. En febrero de este
año, el Presidente de Venezuela se expresó de esta forma: “No me subestimen, sectores de la
burguesía. Vamos a expropiar a quienes tengamos que hacerlo”. Esto se hace para combatir una
“guerra económica” imaginaria que ha enarbolado el régimen chavista desde sus inicios para
justificar sus acciones.

Ambiente de negocios

Desde los inicios del régimen chavista ha habido un ataque frontal a la economía de mercado,
imponiendo trabas, barreras y altos costos ocultos que promueven cada vez menor inversión,
producción, generación de empleos y de riquezas. El ambiente de negocios en Venezuela se ha
deteriorado e introduce incertidumbre por las expropiaciones, censuras a la libertad de asociación
y despilfarro de recursos que utiliza el régimen chavista para concentrar el poder a través del
populismo y el clientelismo.

En publicaciones como Haciendo Negocios del Banco Mundial y el Informe de Competitividad


Global del Foro Económico Mundial, Venezuela se sitúa como uno de los países con mayores
trabas para hacer negocios. La embestida al funcionamiento de la economía de mercado es una de
las principales razones de la crisis económica, social y política que vive Venezuela. Esto sucede
porque los incentivos a incursionar en actividades económicas se desvanecen y se producen
menor cantidad de bienes y servicios; se genera escasez que resulta en necesidades humanas
insatisfechas. El desempleo de factores de producción implican menores salarios, alquileres e
ingresos para diversos segmentos de la sociedad.

Como observamos Venezuela se encuentra en posiciones muy desventajosas con respecto a la


gran mayoría de países en el planeta con respecto al ambiente de negocios. En lugar de generar
más riquezas, en Venezuela se han derrochado recursos limitados para la producción y han salido
recursos financieros que podían traducirse en inversión de capital en ese país.
Informe de Competitividad Global 2013.

El ataque a la economía de mercado sólo se ha utilizado para centralizar el poder y tratan de


ejercerlo de manera hegemónica. Pero, debe reconocerse que hay mucha ignorancia con respecto
a cómo funciona un sistema económico donde sólo se obtienen ganancias si se satisface a los
consumidores (las masas) y en el cual, si los emprendedores no sirven a “las masas”, sufren
pérdidas. El capital, el trabajo y los recursos de la naturaleza son factores de producción
complementarios, donde uno depende del otro para lograr bienes y servicios que satisfacen
necesidades humanas.

La historia demuestra que es imposible tratar de dirigir una economía a partir de una persona o un
grupo de personas, dado que la información de los factores productivos disponibles, demandas y
valoraciones de consumidores, entre otros, está dispersa entre miles y millones de personas.2

En un sistema económico que no se garantizan los derechos de propiedad no surge el sistema de


precios que resuelve problemas de coordinación en la sociedad.3 Este sistema: (1) Promueve la
producción de bienes que realmente valoran las masas; (2) coordina el mejor uso de factores
limitados de la producción; y (3) permite coordinar la remuneración a los dueños de factores de la
producción, incluyendo el factor trabajo (salarios). Si no funciona el sistema de precios, la
coordinación de las actividades económicas se hace imposible; se sustituye el intercambio
voluntario y pacífico por relaciones económicas conflictivas.

Un sistema de precios distorsionado, como el que existe en Venezuela, implica el despilfarro de


recursos escasos y valiosos que pueden ser utilizados de mejor forma para satisfacer demandas y
necesidades humanas. La mejor política social de cualquier gobierno es crear un ambiente de
negocios que promueva la inversión, la producción, y la generación de más y mejores empleos
productivos, redundando todo ello en más riquezas disponibles y una mejor calidad de vida.

Industria petrolera

Venezuela cuenta con las mayores reservas verificadas de petróleo en el mundo y los ingresos por
venta de este producto representan la principal fuente de ingresos del Estado venezolano. En
efecto, los ingresos petroleros representan un 65,7% de los ingresos fiscales; por esto, se señala
que el Estado venezolano es un “Petro-Estado”. Por otro lado, las exportaciones petroleras
representan 96,6% de las exportaciones totales de bienes, según datos del Banco Mundial. Estas
variables evidencian la importancia que significa la industria petrolera para la economía
venezolana y lo vulnerable que puede ser una sociedad cuando los que ostentan el poder se
subrogan el derecho de disponer de esos recursos. Con instituciones débiles, la discrecionalidad,
los privilegios y la corrupción forman parte de la ecuación en la industria petrolera que, dada su
importancia, afecta a toda la sociedad.

La empresa que maneja la industria petrolera es la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA),
que surgió en 1976 a partir de la nacionalización de esta industria en 1975. PDVSA ha sido la “vaca
lechera” del régimen chavista para aplicar su política populista y clientelista. A pesar de
representar un pilar de las finanzas públicas, se han dejado de realizar inversiones y
mantenimiento a la infraestructura, trayendo como consecuencia una reducción de la producción
diaria de crudo.4

La producción actual de PDVSA fue de unos 2,3 millones de barriles por día en abril del año en
curso. Esto representa casi una tercera parte menos de la alcanzada en 1997, cuando se producía
en torno a los 3,3 millones de barriles diarios.5 De los 2,3 millones de barriles por día, alrededor de
200.000 se exportaron a los países que suscriben el acuerdo de Petrocaribe y 800 mil barriles
fueron consumidos localmente; los casi 1,3 millones de barriles diarios restantes se exportaron al
resto del mundo. Las ventas de PDVSA a EE.UU. se han reducido al nivel más bajo en 28 años y
buena parte de la producción se exporta a China para servir una deuda estimada en US$40.000
millones.

Con los altos precios del petróleo desde 20005 hacia acá, el régimen chavista no pudo acumular
recursos en el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM) debido a sus políticas populistas
clientelares. La gasolina se vende al público a unos cinco centavos de dólar por galón, lo que
representa un subsidio generalizado que aporta al déficit fiscal (en Venezuela, la gasolina es más
barata que el agua embotellada). Este precio por debajo de los costos de producción representa
un subsidio de más de $25.000 millones anuales.6

El déficit de PDVSA que ha generado una política populista y clientelar ha pesado sobre el
desarrollo de la industria petrolera y aporta la mayor parte del déficit fiscal venezolano. Esta
empresa ha sido una de las más afectada por la burocratización del Estado venezolano, ya que su
nómina se ha incrementado de 34.000 trabajadores en 2003 a 104.000 en 2012.7 De hecho, la
deuda de PDVSA con el Banco Central de Venezuela (BCV) hasta abril del presente año ha crecido
un 399% con respecto a diciembre del 2011, situándose en $76.000 millones al tipo de cambio
oficial.
Ingresos, gasto y deuda públicos

Uno de los factores claves para centralizar el poder en Venezuela es que el Estado obtiene casi dos
terceras parte de sus ingresos de la renta petrolera (tributarios y no tributarios) y los ingresos
fiscales por concepto de impuestos no-petroleros a ciudadanos representan sólo un 34,3% de los
ingresos fiscales. Al no tener que cargar constantemente a los ciudadanos con mayores impuestos
para financiar más gasto público, el despilfarro de recursos limitados se hace más fácil. El régimen
chavista ha mantenido una política fiscal irresponsable en la medida que mayor gasto público
deficitario se traduce en mayor deuda con acreedores en el exterior (principalmente China) y a lo
interno (principalmente con el BCV).

Los déficit fiscales se han presentado a pesar del incremento del precio del petróleo, que resultó
en mayores ingresos para el Estado. El problema se concentra en un gasto público improductivo,
acompañado de transferencia de rentas a grupos particulares con mecanismos poco
transparentes. También, subsidios generalizados como el del combustible y la electricidad, entre
otros bienes y servicios básicos, implican un mayor gasto público. El resultado del alto gasto
público deficitario se muestra en la Gráfica No. 1; para 2012 el déficit fiscal alcanzó 16,6% del PIB y
se situó en 15,1% el año pasado.

La última información detallada que ofrece el Ministerio de Finanzas de Venezuela (2012) indica
que el gobierno central tenia un déficit de 4,9% del PIB, explicando el 30% del total; los restantes
11,7 puntos porcentuales se explican por las instituciones autónomas y, principalmente, PDVSA.
Altos déficit fiscales que implican cada vez mayor deuda pública en un país donde existe consumo
de capital y no generación de riquezas se traduce en una senda de insostenibilidad económica;
cuando ello se financia por emisión de dinero sin respaldo, la situación es más crítica porque
genera una alta inflación de precios.

Fondo Monetario Internacional.

Controles cambiarios

Los controles cambiarios han distorsionado las distintas actividades económicas en Venezuela
desde hace más de 10 años. Los controles han promovido una mala asignación de recursos escasos
en la economía hacia sectores, industrias y grupos preferidos del régimen chavista; el gobierno ha
elegido ganadores y perdedores al asignar las divisas en el mercado.8 En Venezuela existe un
complicado sistema cambiario que actualmente se compone de cuatro tipos de cambio:

CADIVI (Bs. 6,3 por US$): En 2003 se creó la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) como
mecanismo centralizado de oferta de dólares para controlar el tipo de cambio. Con las políticas
monetarias y fiscal adoptadas, el tipo de cambio se sobrevaluó y fue obvio que los controles
habían fracasado. Este tipo de cambio se utilizaba para ciertas importaciones de productos de
primera necesidad, divisas para viajeros y estudiantes en el exterior.

SICAD (Bs. 11,3 por US$): Debido a las distorsiones que crearon los controles cambiarios y la
centralización del mercado de divisas, a finales del 2013 se creó el Sistema Cambiario de Divisas
(SICAD). La idea era crear un sistema alternativo para introducir un mecanismo de subasta con
mesas de negociación de divisas donde participarían ciertos ofertantes y demandantes del
mercado. Lo más importante es que el mecanismo anterior se mantuvo para la importación de
ciertos bienes y servicios, creando mayores distorsiones.

SICAD II (Bs. 50 por US$): A principios del 2014, se implantó el Sistema Cambiario de Divisas II
(SICAD II). Similar al SICAD (I), este mecanismo opera como subastas entre ofertantes y
demandantes de dólares con el fin de ampliar aún más la oferta de dólares. Sin embargo, los
generadores de dólares privados no han confiado en declarar al Estado las divisas que obtienen
por temor a expropiaciones y ataque a sus negocios. En diferentes fuentes periodísticas se ha
indicado que el SICAD II ha podido satisfacer sólo un 30% de las demandas de divisas.

Mercado paralelo o mercado “negro” (Bs. 70 por US$): La mayor parte de las transacciones de
divisas se realizan en el mercado paralelo o mercado negro. No se puede denominar mercado libre
porque está restringido por regulación estatal y penalizado por las autoridades. Las restricciones
de hacer transacciones en este mercado implica un costo oculto muy alto para hacer negocios y
planificar la producción en Venezuela; la incertidumbre implica menores inversión, producción,
generación de empleos y de riquezas.

Llama la atención la dispersión que existe entre el mecanismo inicial de controles cambiarios
(CADIVI) al Bs. 6,3 por US$, versus el mercado paralelo al Bs. 70 por US$. Esto introduce incentivos
de obtener rentas fuera de mecanismos de mercado al tratar de comprar divisas en un mercado
estatizado para vender en otro mercado de divisas. La parte del mercado que controla el Estado se
presta a corrupción y clientelismo político.

Para tratar de mantener un tipo de cambio artificial, se han usado Reservas Internacionales del
Banco Central de Venezuela (BCV). Al mismo tiempo, diversos productos importados como leche,
harina, aceite, papel higiénico, medicinas y equipos médicos escasean debido a las restricciones
existentes para acceder a divisas. Varias aerolíneas han suspendido sus operaciones y otras tantas
amenazan con hacerlo; el CADIVI ha mantenido una deuda con éstas superior a los US$3.700
millones. En conclusión, los controles cambiarios y múltiples tipos de cambio distorsionan todas
las actividades económicas en Venezuela.

Dinero, inflación y controles de precios

Las reservas internacionales de Venezuela que respaldan la emisión de dinero han disminuido en
los últimos años. En diciembre de 2011 las reservas internacionales netas (RIN) eran de US$29.889
millones, a lo que se añaden los recursos del FEM de US$3 millones. Al 28 de mayo del año en
curso, las RIN eran de US$21.014 millones más los US$3 millones del FEM. A diferencia de otros
países de la región, la mayor parte de las reservas monetarias en Venezuela se denominan en oro
para respaldar su emisión. En efecto, el 72% de las reservas internacionales venezolanas están
constituidas de oro para fines monetario. Lamentablemente, el pasivo que ha ido acumulando el
BCV en títulos de PDVSA y del gobierno para financiar el déficit fiscal anulan los activos de reservas
internacionales.

Durante los últimos años las emisión de dinero se ha incrementado en la medida que las reservas
internacionales se han reducido, como se muestra en la gráfica. Según el BCV, la liquidez
monetaria o medio circulante (M2) se incrementó en 205% desde diciembre de 2011 a abril de
2014. El medio circulante o M2 pasó de unos Bs. 446.617 millones en diciembre de 2011 a Bs.
1.362.000 millones en abril de 2014; es decir, se multiplicó por más de tres veces en estos pocos
años.

Banco Central de Venezuela.

El factor principal que ha inducido a este crecimiento de la liquidez monetaria son los créditos que
ha otorgado el BCV a PDVSA: éstos pasaron de Bs. 96.263 millones a Bs. 480.671,3 millones. Así, la
deuda de PDVSA con el BCV se multiplicó por 5 veces durante ese período y la adquisición de esa
deuda implicó inyección de nueva liquidez en la economía. Los indicadores monetarios muestran
que los venezolanos son propensos a mantener su dinero en efectivo y cuando lo colocan en los
intermediarios financieros, la mayor parte se colocan a corto plazo; las colocaciones a largo plazo
en bolívares y en dólares son muy bajas.
Con una política monetaria que emite dinero reduciendo reservas internacionales es claro que se
presentan presiones inflacionarias en los precios. En efecto, la inflación en Venezuela alcanzó
56,1% durante el 2013, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), la mayor tasa
de inflación en el mundo para ese año. El régimen indicó que la inflación de precios es el resultado
de la “guerra económica” de la oposición y el sector privado contra el gobierno. Preocupa mucho
expresiones como esas porque evidencia que las autoridades no reconocen la realidad que vive el
país como consecuencia de ideologías utópicas y políticas públicas erradas.

El principal factor que genera alta inflación de precios en Venezuela en la actualidad es la emisión
de dinero para financiar déficit financieros de PDVSA y del gobierno; también, los créditos al
gobierno y otras entidades públicas provocan emisión de nuevo dinero. La reducción de las
reservas internacionales implica que esa emisión de dinero nuevo se hace sin respaldo; la nueva
liquidez entra a la economía provocando incrementos de saldos monetarios que buscan la los
mismos bienes y servicios. Los controles cambiarios, el desincentivo a la producción y la escasez
resultantes acentúan el efecto inflacionario de la emisión monetaria.

Como se evidencia , Venezuela ha experimentado alta inflación de precios en la historia reciente.


La inflación anualizada (marzo 2013-marzo 2014) fue de 59,3%. Aunque el FMI pronostica una
inflación de 75% para 2014, esta cifra puede estar subestimada por dos razones principales:

(1) La escasez de productos implica que no se tiene información de los precios que podrían surgir
en el mercado

(2) los precios que surgen de transacciones en mercados paralelos a los regulados no se registran
en los cálculos.

Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ante la creciente inflación de precios, el régimen decretó una Ley de Ganancias, Costos y Precios
Justos, donde se regulan los costos de producción y se establece un tope de 30% a los márgenes
de ganancia y declara de utilidad pública todos los bienes y servicios que se requieran para
producir. Este tipo de políticas son contraproducentes porque desincentivan la inversión y la
producción. La ley hace aún más difícil el acceso a divisas, ya que las empresas necesitarán
presentar una certificación de solvencia de precios justos para acceder a éstas.

La implementación de la ley de precios justo que pretende regular las ganancias, costos y precios
de diversos productos ha exacerbado aún más la inflación de precios que se vive en Venezuela. Un
Estado que gasta 16% del PIB por encima de sus ingresos, cada vez mayor deuda, múltiples tipos
de cambio oficiales sobrevaluados y una política monetaria expansiva para financiar los déficit
financieros del gobierno y PDVSA auguran un proceso hiperinflacionario casi inevitable en los
próximos años, siempre que no se adopten políticas conducentes a la libertad económica en el
muy corto plazo.

Crisis eléctrica

Desde hace varios años Venezuela enfrenta una severa crisis en el sistema eléctrico, ocasionando
apagones de varias horas; éstos se concentran mayormente fuera del área metropolitana de
Caracas. Esta crisis se fundamenta en problemas técnicos ocasionados por la falta de inversión en
mantenimiento y mejora de las redes de transmisión y distribución, principalmente. Dado que
Venezuela es un país petrolero, se esperaría que no haya crisis energética. Sin embargo, el orden
institucional imperante donde el Estado es propietario del sistema eléctrico luego de estatizarlo,
no induce a un manejo eficiente del sistema eléctrico dado que no existen incentivos a que se
minimicen las pérdidas. La energía eléctrica es transversal a todos los sectores de la economía, un
servicio que se requiere en las distintas actividades económicas: consumo, inversión y producción.

Se estima que más de una tercera parte de la energía eléctrica se pierde entre las empresas de
transmisión y, principalmente, de distribución; éstas se producen por redes obsoletas e
ineficientes, y por robos de electricidad a nivel de la distribución. Otro problema que presentan las
empresas distribuidoras es el cobro de la energía eléctrica, cuando no toda la energía facturada se
termina cobrando. Las pérdidas de energía y la falta de pago de usuarios imponen una alta carga a
las finanzas públicas, dado que el gobierno otorga cuantiosos subsidios; esos recursos provienen
de los ingresos petroleros, impuestos y préstamos al gobierno.

Según informaciones oficiales, la capacidad de generación instalada asciende a unos 24.000 MW;9
la generación hidroeléctrica representa el 62%, termoeléctrica 35% y el restante 3% a otras
fuentes de generación. Con alta dependencia de generación hidroeléctrica, durante épocas de
sequía la situación eléctrica empeora. Al perderse una tercera parte de la energía en ineficiencias y
robos, la disponibilidad para la distribución queda en unos 16.000 MW (cuando no hay sequías).
Con una demanda habitual estimada en 17.500 MW, queda en evidencia el grave problema que
enfrenta el sector eléctrico. Definitivamente, la estatización del sector eléctrico ha representado
un alto costo para los venezolanos cuando se agregan el costo de la factura a consumidores
finales, autogeneración, subsidios generalizados y costo de oportunidad de no contar con un
servicio básico confiable.

También podría gustarte