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Año liv urtea

N.º 96. zk. CUADERNOS


de Etnología
2022

y Etnografía
de Navarra

separata

El ritual del juicio,


muerte y quema de Judas
en Navarra y Álava
José Ángel Chasco Oyón
Sumario / Aurkibidea
Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra
Año liv urtea - N.º 96. zk. - 2022

ARTÍCULOS/ARTIKULUAK
«La batalla de los muertos» de Juan Iturralde y Suit:
en torno al mito nacionalista euskaro
Javier Yániz 9
Roberos y peseros: artífices de las mesuras del reino
Ricardo Gurbindo Gil 29
Nuevas estelas discoideas en Sos del Rey Católico y Navardún (Aragón)
Sara González Bravo 59
Propiedad, pastos y amojonamiento de Biurrun
a través de las Ordenanzas de 1544
Naiara Uria Blanco 83
Una tiorba en Iruña en 1606
Ricardo Urrizola Hualde 107
Un Verrus del año 1869 en euskera salacenco
Ekaitz Santazilia 121
El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava
José Ángel Chasco Oyón 149

NOTICIAS/BERRIAK
Piedra, tierra y memoria. Exposición permanente de estelas discoideas en la
Casa de Cultura de Tafalla
Alicia Irurzun Santa Quiteria 199

Ugaltarriak. Proyecto cultural sobre los suelos de cantos rodados


del valle de Roncal
María del Mar Larraza Micheltorena 211

RESEÑAS / ERRESEINAK 215


El ritual del juicio,
muerte y quema de Judas
en Navarra y Álava
Judasen epaiketa, heriotza eta erreketaren errituala Nafarroan eta Araban

The ritual of Judas’ trial, death and burning in Navarre and Alava

José Ángel Chasco Oyón


Seminario Alavés de Etnografía
[email protected]

DOI: https://doi.org/10.35462/CEEN96.7

Recepción del original: 06/02/2023. Aceptación provisional: 17/02/2023. Aceptación definitiva: 7/03/2023.

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ISSN: 0590-1871 ISSN-e: 2530-5840 ISSN-L: 0590-1871
José Ángel Chasco Oyón /2

RESUMEN

Rito mágico ancestral de la purificación del mal mediante la quema de Judas celebrado
en Navarra y Álava por Pascua de Resurrección. Esta fiesta social llena de encanto trata
de señalar y criticar los males acaecidos en los pueblos durante el año. La tradición de
la cultura inmaterial es recogida visitando los lugares en donde se desarrolla y hablando
con las personas mayores, únicos testigos de cómo se hacía en el pasado ante la falta de
documentación histórica. El mal personificado en un pelele de paja, llamado Judas, es
destruido mediante el fuego, quedando los pueblos liberados y purificados. El invierno
queda atrás y renace la primavera.

Palabras clave: fiesta; ajusticiamiento de Judas; crítica social; purificación del mal; Na-
varra; Álava

LABURPENA

Judas erretzearen bidez, gaizkia garbitzeko antzinako erritu magiko da, Nafarroan eta
Araban Pazko Egunez ospatua. Xarmaz beteriko gizarte-ospakizun horrek urtean zehar
herrietan izandako gertaera txarrak azpimarratu eta kritikatzeko helburua du. Ekimena
burutzen den herriak bisitatuz, eta bertako adinekoekin hitz eginez jasotzen dira ma-
teriagabeko kulturaren tradizioari buruzko argibideak. Pertsona horiek bait dira agiri
historikorik ez zegoen garaietan egiten zenaren lekuko bakarrak. Judas izeneko lastozko
panpin batean pertsonifikatutako gaitza suak suntsitzen duelarik, herriak askatuta eta
garbituta geratzen dira. Udaberriaren berpiztearekin negua atzean geratzen da.

Gako hitzak: festa; Judasen exekuzioa; gizarte-kritika; gaizkiaren arazketa; Nafarroa;


Araba.

ABSTRACT

Ancestral magical rite of the purification of evil by burning Judas held in Navarre and
Álava for Easter. Enchanting social festival which aims to highlight and criticise the
evils that have occurred in the villages during the year. Intangible cultural tradition
documented by visiting the places where it is held and talking with the older residents,
the only witnesses, in the absence of historical documentation, of how it was done in
the past. Evil, personified in the form of a straw effigy called Judas, is destroyed by fire,
leaving the villages liberated and purified. Winter is left behind and spring is in full
swing.

Keywords: Festival; Judas’ trial; social criticism; purification of evil; Navarre; Alava.

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3/ El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava

1. INTRODUCCIÓN. 2. GENERALIDADES DE ESTE RITUAL: LOCALIZACIÓN


EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO. 3. GEOGRAFÍA NAVARRA-RIOJANA-ALA-
VESA DE LOS JUDAS. 4. JUDAS ISCARIOTE, PERSONAJE CRISTIANO VS. MO-
NIGOTE DE PAJA, REPRESENTACIÓN PAGANA. 5. CRÓNICA ETNOGRÁFICA
DEL FESTEJO Y RITOS DE JUDAS EN NAVARRA. 5.1. Pasacalle y quema de Judas
en Estella-Lizarra. 5.2. El Judas-Mayo de Murieta. 5.3. Captura y muerte de Judas en
Cabanillas. 5.4. Explosión y volteo del Volatín de Tudela. 5.5. Procesión y quema de
Judas en Los Arcos. 5.6. Quema de Judas en Allo. 5.7. El judas en otras poblaciones
navarras. 6. CRÓNICA ETNOGRÁFICA DEL FESTEJO Y RITOS DE JUDAS EN
ÁLAVA. 6.1. Quema mediante volteo del Judas y de la Judesa en Moreda de Álava.
6.2. Procesión del Huerto, juicio y quema de Judas en Samaniego. 6.3. Quema y venia
de Judas colgado de un saúco en Salinas de Añana. 6.4. Las Meriendillas y la quema
de un muñeco en Elvillar de Álava. 6.5. El Judas en otras poblaciones alavesas. 7. EL
PORQUÉ DEL NOMBRE DE JUDAS. 8. ORÍGENES Y SIGNIFICADOS DE ESTA
TRADICIÓN. 9. LISTA DE REFERENCIAS.

1. INTRODUCCIÓN

La información sobre algunas fiestas y tradiciones en ocasiones no se conserva en la


documentación histórica de los archivos, sino que permanece guardada exclusivamente
en la memoria de las personas más longevas. Estas la transmiten generacionalmente a
través de relatos orales a los más jóvenes, siendo preciso recopilarla entrevistando a las
personas mayores y asistiendo a las representaciones que de estas costumbres se hacen
en cada lugar si queremos conocer cómo eran en el pasado, describir su actual puesta
en escena y desentrañar el significado que tienen. Son tradiciones que forman parte del
patrimonio y cultura inmaterial de los pueblos.

Después de una larga y austera Cuaresma y Semana Santa llega la Pascua de Re-
surrección. La víspera de la quema de Judas la juventud se reúne para confeccionar
un muñeco vestido con ropas viejas y relleno de paja. Esta costumbre del calendario
religioso se lleva a cabo al final de la Semana Santa. En unos pueblos tiene lugar
el Domingo de Resurrección y en otros el Lunes de Pascua. Judas es sometido a un
sumarísimo juicio, leyéndole una sentencia acusatoria de ser el culpable de todos los
males y desgracias acaecidas en el pueblo durante el año. Acto seguido, le prenden
fuego para destruir el mal personificado en el pelele. Es una forma de vengarse y
de manifestar el pueblo el rencor que tiene contra este personaje malévolo y contra
todos los que son como él. De esta manera se logra erradicar el mal y purificar el
lugar.

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2. GENERALIDADES DE ESTE RITUAL: LOCALIZACIÓN EN EL TIEMPO Y EN


EL ESPACIO

La figura del pelele Judas es seguramente la imagen del personaje festivo más insulta-
do, maltratado y quemado en los pueblos de Navarra y Álava. Acabada la Cuaresma,
ya lejos de las duras restricciones de otros tiempos, es celebrado en la Pascua de Resu-
rrección el festejo de la captura, juicio, muerte y quema de Judas, singular y pintoresca
tradición popular realizada con la finalidad de que los pueblos hagan justicia contra los
personajes merecedores de repulsa y execración popular, contra aquellos personajes que
suscitan odio y rechazo entre la gente por su maldad.

El tiempo en que tiene lugar la celebración de la quema de Judas es al final de la Se-


mana Santa. En Álava (Lagrán, Lapuebla de Labarca, Moreda, Samaniego y Salinas de
Añana) se realiza el Domingo de Resurrección, pero en Navarra suele ser un día des-
pués, el Lunes de Pascua de Resurrección, casos de Allo, Estella-Lizarra y Los Arcos.
Las únicas poblaciones navarras que realizan el Judas el Domingo de Resurrección son
San Adrián y Cabanillas.

Algunos lugares también lo han hecho el Sábado de Gloria o al final del mes de
mayo con el derribo del árbol mayo e incluso en la celebración de las fiestas patro-
nales en cualquier época del año. Son jornadas de catarsis, de limpieza individual y
colectiva, de desprendimiento de lo negativo para iniciar una nueva etapa sin cargas
pasadas.

La víspera de la quema los quintos o la juventud de cada lugar confeccionan los mu-
ñecos. Para ello piden por las casas a los vecinos que les entreguen las ropas más viejas
que guarden en los armarios, pero que estén en buenas condiciones. Del pajar o cuadra
de los animales cogen un fardo de paja, que les sirve para rellenar el interior de los
muñecos dándoles forma. Fabrican los Judas en pajares, cuadras, almacenes públicos,
bodegas, eras o en las calles si el tiempo acompaña.

Los muñecos son confeccionados vistiendo un esqueleto-armazón de madera o de


hierro con buzo, ropas viejas y relleno de paja, helechos, sarmientos, papeles de periódi-
cos o de cualquier otro material de fácil combustión. Visten zapatos, pantalón, camisa
y chaqueta si el personaje es masculino o Judas. Si es femenino o Judesa viste falda o
vestido de mujer. Por manos llevan guantes y de cabeza un globo, balón o bolsa rellenos
de paja. Cubren los rostros con máscaras o cartones pintados y en las cabezas portan
sombreros, gorras, pañuelos o boinas.

En Tudela organiza el festejo la Orden del Volatín. En Los Arcos, la asociación de


mujeres Atalaya. En Estella-Lizarra hoy lo hace una cuadrilla veterana de amigos,
pero antes lo hacían las mujeres. En Moreda realiza el juicio y quema del Judas y la
Judesa la Asociación Cultural de la Quema de Judas. En Samaniego lo hace la Aso-
ciación Cultural Murriarte (nombre de un antiguo despoblado). En la mayoría de los
lugares suele ser la juventud, el propio Ayuntamiento o asociaciones relacionadas con
los Judas.

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5/ El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava

En Cabanillas Judas es un mozo de carne y hueso que corre y salta. En Los Arcos
pasean a Judas sentado en una silla sobre andas. En Allo va montado en un carro con
llantas de hierro. En otros lugares lo llevan en una sencilla carretilla como en Mirafuen-
tes. En Estella-Lizarra va montado en un burro de cartón con ruedas. En Samaniego los
niños lo llevan «en volandas» (corriendo en brazos). En Salinas de Añana no se pasea y
aparece colgado de un saúco en la plaza pública. En Moreda de Álava llevaban antes a
los Judas montados en burros, pero hoy se realiza a brazos.

El sentido crítico hacia la vida social, religiosa, económica y política de la sociedad


en la que vive la juventud y las asociaciones culturales, verdaderas protagonistas en
sacar adelante anualmente esta tradición, queda plasmado en la escritura y lectura de
unas coplas o versos llamados sentencia. En Estella-Lizarra es un bando, en Cabanillas
versos romanos, en Moreda sentencia, en Samaniego juicio y en otros lugares sermones.
En todos estos escritos se acusa a este personaje de ser el culpable de todos los males y
fechorías acontecidos en el pueblo durante el último año.

Es costumbre quemar los Judas en calles y plazas públicas cercanas a las parroquias.
En Cabanillas dan muerte a Judas en el balcón de una casa cercana al ayuntamiento;
En Estella-Lizarra en la plaza. En Los Arcos en un parque. En Murieta en el frontón
junto a la iglesia. En Samaniego en un rincón de las paredes de la iglesia, en donde son
visibles los sillares ennegrecidos desde hace décadas. En Moreda de Álava en la plaza
de la Concepción con una larga soga, que va desde una casa señorial al cementerio de
la iglesia de Santa María de Moreda. En otros lugares en una calle con una cuerda, que
va del balcón de una casa al de la de enfrente.

Figura 1. Judas es el mal personificado en un pelele de paja que es destruido mediante el fuego.

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3. GEOGRAFÍA NAVARRA-RIOJANA-ALAVESA DE LOS JUDAS

El área geográfica en donde está vigente la fiesta ritual del juicio, muerte y quema de
Judas es en la más occidental y sureña de Navarra, así como la más meridional de Álava
limitando con La Rioja. En Navarra destacan hoy las poblaciones de Allo, Cabanillas,
Estella-Lizarra, Los Arcos, Murieta, San Adrián y Tudela.

En palabras de David Mariezkurrena, el etnógrafo que mejor conoce esta tradición


en los valles occidentales de Tierra Estella, la costumbre de la quema del Judas no se
encuentra extendida por todo el territorio de la Comunidad Foral. Los límites en los que
se enmarca se localizan en la mitad sur de la provincia, por un lado, la zona de Tierra
Estella desde su frontera con Álava y La Rioja hasta su capital Estella-Lizarra. Ese lí-
mite septentrional lo marcarán también Tafalla y San Martín de Unx. En la Ribera de
Navarra destaca la localidad de Cabanillas (Mariezkurrena, 2003).

Las localidades de Arizala y Tudela también quemaban a Judas. Hoy Tudela quema
al Volatín. En el valle de la Berrueza, ubicado en la parte occidental de la merindad de
Estella, lo hacían en casi todos los pueblos, conservándose la tradición en localidades
como en Mirafuentes y Nazar. También en Arróniz en la comarca de Estella oriental.
Murieta en el valle de Valdega quema a Judas dentro de la celebración de la fiesta del
árbol mayo.

Asimismo, lo hacían en el valle de Lana, en el pueblo de Galbarra el Lunes de Pascua


después de comer. Judas era paseado en un carro. Le atribuían la autoría de todos los
males y era quemado. Un año incluso participó una judesa de carne y hueso (Mariezku-
rrena, 2003).

En la Valdorba lo hacían el Domingo de Resurrección. Aquí, los mozos confeccio-


naban el pelele el Sábado Santo por la noche y el domingo lo quemaban, después de la
primera misa y antes de la procesión del Encuentro de la Dolorosa (acompañada por
mujeres) con el Santísimo (acompañado por hombres y alabarderos) en el atrio de la
iglesia. También, han hecho Judas en Sesma (durante el carnaval). Tafalla suprimió la
quema de Judas en 1883.

En diversas poblaciones de La Rioja como Albelda, Alfaro, Anguiano, Arnedo, Ca-


lahorra, Cenicero, Clavijo, Corera, Cornago, Grávalos, Huércanos, El Redal, Murillo
de Río Leza, Sotés, Uruñuela, Viguera, etc., se ha realizado la quema de Judas, en la
actualidad destaca la ciudad de Alfaro en cuyas calles y plazas (particularmente en la
calle Tudela) queman todos los años el Domingo de Resurrección hasta un centenar
de judas que simbolizan las figuras de políticos, banqueros, periodistas, gobernantes,
personas corruptas, etc., que más destacan por su maldad.

En Álava poblaciones como Moreda de Álava y Samaniego en Rioja Alavesa, Lagrán


en la Montaña y Salinas de Añana en el valle salado de Añana sobresalen en la realiza-
ción de esta costumbre. Antaño, hay datos y testimonios de que esta costumbre se hacía
en casi todos los pueblos de la Rioja Alavesa: Barriobusto, Baños de Ebro, Elciego,

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7/ El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava

Elvillar, Kripan, Labraza, Lanciego, Lapuebla de Labarca, Moreda, Oyón, Samaniego,


Viñaspre, Yécora… (Chasco, 1997, pp. 11-12).

La tradición de la quema de Judas en la Rioja Alavesa está considerada de especial


relevancia y protección por formar parte del patrimonio y de la cultura inmaterial de la
comarca. El Gobierno Vasco incluyó la quema de Judas como elemento cultural inma-
terial dentro del Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo de la Rioja Alavesa. En 2014 fue
declarado Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental1.

4. JUDAS ISCARIOTE, PERSONAJE CRISTIANO VS. MONIGOTE DE PAJA,


REPRESENTACIÓN PAGANA

El principal protagonista es Judas Iscariote, personaje considerado como el mayor


traidor de la historia, el apóstol encargado de la tesorería, que vendió a Jesucristo por
treinta monedas. La gente lo identifica con el mal, lo cual provoca animadversión y
desprecio ante semejante individuo perverso y pecador. El Evangelio lo pinta como el
apóstol traidor, de ahí que la gente conciba su imagen como símbolo del mal. A los trai-
dores se les llama Judas, al igual que sucede con los falsos besos de Judas como señal
de traición y de falsedad.

En la actualidad el muñeco de Judas ha dejado de representar al personaje bíblico de


Judas Iscariote y se ha convertido en representación simbólica del mal, de problemas,
catástrofes, personas perversas, malos gobernantes, autoridades corruptas y ladronas,
etc., que los pueblos identifican de forma muy negativa.

Es una fiesta popular nacida del propio pueblo. La juventud y las asociaciones cultu-
rales son las verdaderas protagonistas de la realización de esta fiesta, ya que son los jó-
venes quienes confeccionan el pelele, lo pasean, redactan la sentencia o sermón burlesco
y le prenden fuego volteándole. En ningún momento la Iglesia, ni los curas, se hacen
cargo del desarrollo de la fiesta. Resulta una fiesta oficiosa, que no oficial, nacida de la
espontaneidad del pueblo.

Con la religiosidad cristiana tiene varias connotaciones: el nombre del personaje Ju-
das y el día del juicio y quema que por regla general tiene lugar el Domingo de Resu-
rrección o el Lunes de Pascua. Son coincidencias accidentales, que nada tienen que ver
con el significado y sentido de la fiesta.

La Iglesia oficial siempre ha sido contraria a perturbar los actos religiosos con la
celebración de festejos y tradiciones, tales como danzas, comedias, corridas de toros,
entretenimientos burlescos, personaje del Cachi o Bobo, juicio y quema de los Judas y
demás tradiciones «ridículas» que se hiciesen con la finalidad de entretener y divertir a
la gente. Incluso hubo momentos en que llegó a prohibirlas.

1 Decreto 89/2014, de 3 de junio. Gobierno Vasco.

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Las constituciones del obispado de Calahorra, dadas por el obispo don Pedro Lepe
en el sínodo diocesano de Logroño en el año 1698, prohibían que «en los sermones de
la Pasión y Resurrección se predicasen cosas jocosas y desedificativas, cuales son mu-
chas de las que acostumbran a decir en ellos con nombre de gracia haciendo ridículo el
sermón»2. Mandato que desliga a la tradición del juicio y quema de Judas de la organi-
zación y del apoyo eclesiástico, estando más en consonancia con el origen popular, con
la creatividad y con la forma de pensar de la juventud, que con la postura oficial de la
Iglesia.

Una de las noticias documentales más antigua que habla de la tradición de los Judas
en Navarra la hallamos en el Archivo Municipal de Viana. Se trata de un bando de al-
caldía del año 1834 durante la primera guerra carlista. El alcalde liberal Juan de Ychaso:

Hace saber al publico, que teniendo justos motivos para no permitir, que ni en estos
proximos dias de Pascua, ni en otro alguno, se cuelguen, quemen, ni bajo prestesto
alguno se presenten figuras, que otros años han acostumbrado colgar, y quemar con
titulo de Judas, ó bajo cualquiera otra denominación que sea: Queda prohibido desde
ahora el colgar, quemar, ni presentar al publico dichas figuras; y se manda que el que
las tenga las desaga hoy mismo dentro de su propia casa bajo la pena a unos y otros
de ocho ducados de plata y quince dias de carcel de irremisible exacción3.

La información obtenida de esta auténtica joya etnográfica es que no solo a la Iglesia


le molestaba esta tradición, sino que también le incomodaba al poder civil de los ayun-
tamientos. Todo lo que fuese caricaturizar y ridiculizar al poder, a ciertos políticos y
personajes o a ciertas costumbres sociales no era bien visto por los gobernantes. Señala
que la confección de Judas en la primera mitad siglo XIX los vianeses la hacían en sus
casas por Pascua para ser colgadas y quemadas dichas figuras.

Durante los años de la guerra civil española (1936-1939) en Oyón se prohibió por
bando de alcaldía (1937) la celebración de carnavales, disfraces y quema de fantoches,
judas, etc.4. En Moreda de Álava tampoco se realizó esta tradición por la falta de jóve-
nes, ya que se encontraban combatiendo en la guerra (Chasco, 1998).

Sin embargo, durante los años 2020-2021, pese al confinamiento de toda la población
en sus casas por motivo de salud a causa de la pandemia del coronavirus (covid-19), fue
realizado el juicio y la quema de Judas en algunas localidades como Moreda y Samanie-
go en Álava de forma virtual. Fue difundida por las redes sociales con el fin de que no
se perdiera esta bonita tradición (Chasco, 2000).

2 Constituciones Sinodales Antiguas, y Modernas del obispado de Calahorra y La Calzada. Año de 1700.
Archivo Parroquial de Santa María de Moreda de Álava.
3 Archivo Municipal de la ciudad de Viana, caja 112, carp. 104, doc. 6. Agradecer al historiador y etnógrafo
vianés Félix Cariñanos San Millán la localización de esta joya etnográfica.
4 Bando de alcaldía de Laureano Iribarria Pérez, 7 de febrero de 1937. Caja 128-5. Archivo Municipal de la villa
de Oyón-Oion. Agradecer al historiador local Manuel González Pastor la localización de este significativo
documento etnográfico.

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9/ El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava

Figura 2. Bando del año 1834 para que no se cuelguen ni quemen Judas en Viana (Archivo Municipal de Viana).

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5. CRÓNICA ETNOGRÁFICA DEL FESTEJO Y RITOS DE JUDAS EN NAVARRA

5.1. Pasacalle y quema de Judas en Estella-Lizarra

En donde mayor desarrollo y tipismo ha tenido esta costumbre es en los valles occi-
dentales de la merindad de Estella. Acostumbraban a realizarla el Domingo de Resu-
rrección o Lunes de Pascua. Paseaban a Judas en burro. Era insultado y tras un juicio
popular lo quemaban en la hoguera.

Antiguamente en Estella hacían Judas en los distintos barrios que componen la ciudad
como son los de San Pedro, San Miguel, Navarrería y plaza de Santiago. Todos con-
feccionaban grotescos personajes con caretas de carnaval. Mientras los bailaban sobre
la calle desde los balcones, los pequeños los insultaban, llamándoles «traidor, canalla,
marrano, falso», y otras lindezas, antes de quemarlos (Jimeno, 1973, p. 2).

Una cuadrilla de amigos veteranos organiza el juicio y quema de Judas en Estella.


Consiguió rescatar esta costumbre del olvido en el año 2009, tras más de medio si-
glo de inactividad debido a la muerte del hijo de una de las organizadoras en el año
1957. En esta época eran las mujeres quienes organizaban el Judas de Estella en la
plaza de San Martín del barrio de San Pedro. Judas encarnaba a personajes avaros y
maliciosos.

Figura 3. Paseo del Judas por las calles de Estella.

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Figura 4. Lectura del bando que en Estella sentencia a Judas a la hoguera.

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Figura 5. Bando leído en Estella en 2019.

Hoy Judas camina montado en un caballo de cartón con ruedas y el lugar donde se
quema es la plaza de Santiago. Antes lo llevaban en un caballo de carne y hueso. El
pasacalle de Judas suele acompañarse con la música de los gaiteros de Estella.

La comitiva carnavalesca estellesa pasea a Judas montado en un caballito de cartón


con ruedas y lee un bando en cuantos puntos callejeros acostumbra a parar. Los orga-
nizadores van todos disfrazados a la antigua usanza como personajes del siglo XX de la
ciudad: alguaciles, guardias civiles, maestros, curas, abogados, banqueros, artesanos,
etc. Recorren todo el perímetro de la ciudad, yendo desde la plaza de Santiago, pasando
por la plaza de los Fueros hasta dar la vuelta por la Rúa Vieja, tras atravesar el río Ega,
para regresar de nuevo al punto de partida.

En cada punto de parada un componente distinto de la comparsa de carnaval lee


el mismo bando. La lectura en numerosas ocasiones es interrumpida con comenta-
rios e increpaciones realizadas por los demás componentes de la comitiva festiva. Un
defensor de Judas grita: «no hay pruebas, que lo indulten». Otro detractor contesta
al defensor: «cállate, que lo condenen a la hoguera». El vocero del bando emplea un
enorme embudo para hacer resonar su voz. El escrito leído a Judas en el año 2019
decía así:

En Estella Lizarra a 22 de abril del año 2019. Bando: Se hace saber… Que la Asamblea
de Participación Ciudadana (una vez más), ha tomado la decisión de condenar a la

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Figura 6. Quema del Judas en Estella.

hoguera, al vago y fandangón Judas Iscariote (personaje desvencijado y desaliñado)


por traidor. No trajo nada, solo la desgracia. Un chirgo. Por todo ello, se ordena, que
después de alrodiar la ciudad, zarandeado, vituperado y mofado, sea pasto de las
llamas, es decir, chuscarrado y chamuscado. Que así sea. (Amén) 5.

En Estella-Lizarra lo cuelgan de una soga en la plaza de Santiago, en donde al fi-


nal del otoño hacen la tradicional feria ganadera de San Andrés. Suspenden a Judas
desde una casa a otra. Lo cuelgan con un alambre por el cogote y lo alzan en me-
dio de la plaza con una soga a modo de polea. Luego le prenden fuego y arde en lo
alto, mientras la cuadrilla de veteranos, disfrazados con trajes carnavalescos, bailan
dando vueltas alrededor del muñeco transformado en una bola de fuego del cual se
desprenden trozos de paja ardiendo que caen de lo alto al suelo. Uno de los compo-
nentes del grupo festivo tirando de una cuerda a modo de polea sube y baja al Judas
en llamas. Al final una traca de petardos dentro de las tripas de Judas y una traca de
bombas depositadas en el suelo explotan poniendo colofón final a esta emocionante
tradición.

5 Recogida presencialmente esta costumbre en Estella-Lizarra el día 22 de abril de 2019.

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5.2. El Judas-Mayo de Murieta

El municipio navarro de Murieta, atravesado por la carretera Estella-Vitoria, celebra


en plena primavera dos fiestas conjuntamente, el levantamiento y derribo del mayo, más
la quema del Judas en la plaza de los Fueros de esta localidad6.

Buscan el mayo dentro una frondosa chopera existente junto al río Ega en dirección
Abáigar. Un buen ejemplar largo y recto es cortado y descortezado la víspera dejando
la arboleda más aclarada de árboles. El pelele del Judas lo confeccionan de forma muy
animada los niños introduciendo puñados de paja dentro de un enorme buzo azul de-
positado en el suelo del frontón municipal junto al templo parroquial de San Esteban.
Las extremidades, manos y pies, son atadas con cuerdas para que no se salga la paja.
De cabeza le colocan un balón forrado con una tela blanca, que es hábilmente pintada
con el rostro humano por una niña.

Confeccionado el muñeco, Judas queda solo y en silencio tumbado en el suelo del


frontón. La chiquillería y gente adulta acude hasta una cercana chopera sita en la mar-
gen derecha del río Ega para transportar el mayo hasta el frontón municipal. La forma
de llevar el árbol al pueblo es cargárselo entre todos a hombros. Para ello se necesita

Figura 7. Llevando al frontón el chopo-mayo en el que se colocará al Judas de Murieta.

6 Recogida presencialmente esta costumbre en Murieta los días 1 de mayo y 3 de junio de 2019.

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Figura 8. Los chicos y chicas de Murieta ayudan en la preparación del Judas.

una gran multitud de personas. Encabezan el traslado del árbol los niños que lo sujetan
por la zona más delgada, seguidos de las personas mayores que lo sostienen por la zona
más ancha, que es la de mayor peso. Los primeros llevan en volandas al tronco del árbol
con los brazos levantados hacia arriba, mientras los segundos apoyan en sus hombros
el pesado tronco.

Durante el trayecto hay momentos en que el mayo pesa algo más cuando algún niño
travieso en vez de sujetarlo se cuelga de forma simpática como si fuese un mono. En-
seguida le reprenden y se descuelga. Para entrar en el casco de la población, antes de
pasar el puente sobre el río Ega, el mayo gira y cambia de posición. Los niños que lo
encabezan seguidos por los adultos tornan la trayectoria.

Llegan al frontón las personas mayores que depositan el culo del árbol en el suelo para
introducirlo por un agujero que hay expresamente hecho en el rincón del frontis con
su pared izquierda. En la punta más delgada del árbol clavan una madera en forma de
cruz y sobre esta al monigote del Judas, hecho con un simple buzo relleno de paja y la
cabeza pintada.

Es momento para comenzar a levantar el mayo. En Murieta no necesitan horcas ni


diversas sogas como en otros lugares. Lo hacen de forma más ingeniosa. La zona del-
gada en donde está clavado Judas es levantada del suelo por tres personas mientras una
cuarta subida en lo alto de una escalera junto a la parte superior del frontis dirige el

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Figura 9. El Judas es quemado en Murieta a finales del mes de mayo.

alzamiento del mayo dando las órdenes precisas a los vecinos tiradores de la soga. El
árbol a cierta altura lleva enganchada una larga soga que es tensada y tirada por nume-
rosos vecinos que se encuentran al otro lado del frontón, en la calle San Esteban. Luego,
para que quede sujeto con seguridad, es amarrado el tronco al paredón del frontón con
una abrazadera.

Sobrepasando Judas casi el doble de altura que el frontón queda suspendido en


el aire durante todo el mes de mayo. Finalizado este proceden a derribar el mayo.
Lo hacen simplemente soltando la abrazadera que lo sujeta al frontis o paredón del
frontón y el árbol con Judas se desploma contra el suelo del frontón. Luego proceden
a desclavar a Judas de la punta del mayo. Lo colocan sobre una plancha de hierro y
le prenden fuego ante la expectación y las risas del numeroso público congregado en
el entorno.

Hasta hace unos años, al muñeco la juventud le ponía el nombre de un personaje


conocido y odiado, como si fuese un judas. Dicen que tal tradición de bautizarlo con
nombre se acabó en 2001. El nombre que dieron al Judas no gustó nada al Ayuntamien-
to de Murieta, a quien le supo a cuerno quemado, y desde entonces no le dan nombre.
Tras quemar el muñeco, todos los asistentes participan en un aperitivo ofrecido por el
Ayuntamiento, conocido con el nombre de escudilla. Como vemos en el pueblo navarro
de Murieta se produce una simbiosis de costumbres: la del árbol mayo y la de la quema
de Judas.

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17 / El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava

Figura 10. El Judas de Murieta en lo alto del mayo.

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El mayo representa el espíritu de la vegetación. Según creencias desde tiempos an-


cestrales, que se remontan a la época de la cultura celta, los árboles poseían espíritu o
alma. Estaban considerados como seres vivos y eran objeto de culto, particularmente
adoraban al roble. Los árboles o sus espíritus propiciaban la lluvia y el buen tiempo. La
finalidad del árbol mayo es llevar al pueblo y campos las bendiciones y protecciones que
el espíritu del árbol pueda otorgar.

Con la plantación de un árbol en el pueblo junto a la iglesia, lugar sagrado, se pre-


tende proteger las casas, cosechas y dar fertilidad a los campos, animales y personas.
Se quiere conseguir buen tiempo, lluvias y sol, que la climatología sea más propicia y
benigna en la época que va desde la primavera al verano, tiempo en que los sembrados
crecen, granan y se recolectan al final del verano. El mayo pretende conseguir buen
tiempo contra las tormentas con granizo; deshace los malos temporales; propicia las
buenas cosechas de pan y vino; promueve el crecimiento de la mies cuando el campo
está florido.

La costumbre del mayo es una tradición pagana, de culto al árbol y a la naturaleza,


que la religión católica ha conseguido cristianizar con su propia simbología. Hoy es un
rito mixto entre la simbología pagana y cristiana, una muestra de religiosidad popular
primitiva y cristiana. La Iglesia ha conservado estas costumbres paganas cristianizán-
dolas. Les ha puesto fechas y santos cristianos.

En el mes de mayo es cuando tradicionalmente se ha procedido a la bendición de los


campos con agua bendita traída del santuario de San Gregorio de Sorlada en Navarra.
Los días de bendición son por San Isidro, 15 de mayo, y antiguamente hace algo más
de un siglo por San Gregorio Ostiense, el día 9 de mayo. Es cuando los campos están
en su apogeo y son más vulnerables a los nublados, tormentas e incluso en ciertos años
a sequías. La función protectora del árbol mayo tiene su razón de ser en la época de
la primavera y el verano. Estas tradiciones vienen desde tiempos ancestrales, cuando
no existían los seguros agrarios como en la actualidad, tiempos en que las pólizas del
seguro eran las oraciones y ofrendas de los feligreses, Por tanto, una manera barata de
proteger las cosechas, aunque no segura. Todo quedaba en manos del tiempo, de sus
inclemencias y de los santos.

5.3. Captura y muerte de Judas en Cabanillas

La fiesta de Judas presenciada en Cabanillas es diferente a cuantas se puedan ver al


estilo usual en otras localidades de la geografía hispana e iberoamericana mediante la
quema de muñecos de paja. Aquí es distinta, se busca y persigue a Judas hasta capturar-
lo para darle muerte. No le dan fuego, sino que lo ajustician7.

7 Recogida presencialmente esta costumbre en Cabanillas el día 17 de abril de 2022.

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Figura 11. Cabanillas. Carroza con las vestales romanas custodiadas por la guardia pretoriana.

El Domingo de Resurrección la misa mayor y la procesión tienen lugar en la iglesia


parroquial nueva de Nuestra Señora de la Asunción. Procesión de Pascua de Resurrec-
ción en donde se escenifica el encuentro de Jesús con su madre María, descubriéndole
una niña la cara a la Virgen al retirarle el velo de luto. Estos actos tienen lugar a las once
y media de la mañana.

Una hora después de la misa y la procesión, pero en otro escenario distinto, sito en la
calle San Roque que alberga al Ayuntamiento de Cabanillas y a varios establecimientos
hosteleros en los que se congrega numeroso público, tiene lugar la captura y muerte de
Judas. La comitiva festiva la abren los componentes de la banda de cornetas y tambores
de Murchante, que portan el estandarte de Nuestra Señora de la Asunción y visten de
riguroso traje negro con banda morada a la cintura. Su música y el redoble de tambores
animan el desfile.

Seguidamente va una carroza en forma de templo, decorada con esbeltas co-


lumnas blancas y bellamente engalanada con plantas, arrastrada por un potente
tractor. En el remolque del tractor van sentadas mozas del pueblo disfrazadas de
vestales romanas con vestidos blancos y capas azules. Un capitán romano, que pos-
teriormente hará las veces de lector de los «Versos romanos» o escrito en donde se
recogen todas las acusaciones que se hacen contra Judas, preside la carroza-templo
de las vestales.

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Figura 12. Judas fugándose en Cabanillas de una casa en la que se encontraba escondido.

A ambas orillas de la calle San Roque se agolpa el numeroso público que acompaña
a la comitiva festiva hasta llegar a la casa consistorial. Durante el trayecto una docena
de mozos vestidos de romanos (guardia pretoriana) calzan vistosas alpargatas de dan-
zantes adornadas con hiladillos rojos, cruces rojas y flores con pétalos azules y rojos.
Portan pantalón blanco, vestido tipo faldón verde, chaqueta verde y capa roja con ribe-
tes dorados. Acompañan y protegen a las vestales. Estas arrojan al público caramelos.

Llegados al ayuntamiento las vestales suben al balcón presidencial de la casa consis-


torial y los jóvenes romanos machete en mano aguardan entre el público la aparición
del Judas personificado en carne y hueso en un correoso y ágil mozo de Cabanillas. El
público en la plaza permanece murmurando y haciendo cábalas de por dónde puede
salir o aparecer Judas, mientras los inquietos y nerviosos jóvenes soldados romanos
andan al acecho de su captura.

De repente se ve correr entre la gente a Judas vestido de arlequín, bufón medieval,


cachi, bobo o botarga. Oculta su rostro tras una media transparente y viste un traje de
colores blancos y rojos contrapuestos, mitad rojo y mitad blanco alternados, contrapo-
niéndose el color de la blusa con el del pantalón.

Judas, perseguido por los jóvenes romanos, sortea velozmente al numeroso público
asistente. El espectáculo resulta muy vistoso y entretenido debido a las improvisaciones

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Figura 13. Captura y muerte de Judas en Cabanillas.

y ocurrencias de los mozos del pueblo que escenifican los distintos papeles del persegui-
do Judas y de los perseguidores soldados romanos.

Se oculta, antes de su definitiva captura, en cuatro casas del entorno del ayuntamiento.
Anda por todas las habitaciones, se asoma por ventanas y balcones al igual que también
hacen sus perseguidores arrojándose unos y otros hasta los peluches de los dormitorios.
Judas escapa con agilidad y destreza saltando de un balcón a la calle o descolgándose
por una soga, mientras sus perseguidores pierden el tiempo bajando por las escaleras.

En estas escabrosas e intrépidas huidas Judas comete muchas fechorías, desde secues-
trar al joven romano lector de los versos y embestir al público con un toro de carretilla
hasta raptar a un niño llevándoselo a hombros. Finalmente, en el balcón de la última
casa Judas es atrapado por los jóvenes romanos y muerto a puñaladas y machetazos. Su
cuerpo inerte es bajado de la casa a hombros por los romanos y llevado hasta la casa
consistorial. Sentado encima de Judas va un niño jactándose de la victoria.

Así como en otros lugares se acostumbra en la fiesta de Judas a leer un sermón, sen-
tencia o bando acusatorio contra este personaje de ser el autor de todos los males y
calamidades acontecidas en la localidad durante el último año, en Cabanillas recibe el
nombre de Versos romanos. En ellos los mozos del pueblo se ríen de sí mismos contando
historias y anécdotas frívolas que les han ocurrido durante el año. Además de tener los

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Versos romanos un matiz claramente erótico picante juvenil, también poseen un carác-
ter reivindicativo como es la petición que realizan al Ayuntamiento de Cabanillas para
que les compren trajes nuevos como hicieron con los de los paloteados.

El comienzo de los Versos Romanos de Cabanillas pospandemia dice:

Tras dos años sin actuar./ Los romanos nos hemos podido volver a juntar./ Que alegría
nos da veros/ y en el balcón unos versos pregonar.
No nos queremos olvidar,/ que el año pasado tres romanos caímos en el altar./ La con-
quista de Arguedas se nos hizo larga/ y en misa nos tuvimos que desmayar.
No queremos desaprovechar/ para recordar el día del paloteau./ Ellos hablaron de los
desmayos/ y nosotros también nos hemos acordado/ tras más de cincuenta años repre-
sentando en el pueblo,/ parece que no somos nadie para el Ayuntamiento./ Los trajes y
cascos hubiésemos renovado/ si tuviésemos las mismas subvenciones que el paloteado.

He aquí también una pequeña muestra de algunos de los versos graciosos y picantes
que echaron los mozos romanos de Cabanillas en el año 2022:

Javier el de Santicos/ tractor con GPS se ha tenido que comprar/ para cuando le toque
labrar/ de campo no volverse a equivocar.
Cristian el pequeño de Román/ de fiesta se va con cualquiera/. No nos sorprende
apenas/ pues hasta con la Foral se ha ido de pesca.
Pablo el del tubo de escape/ con su moza quiso quedar/ pero no se acordó que está-
bamos en cuarentena/ y la Foral le fue a visitar.
Simón el de Pedro Tomás/ con su cuñada se levantó en la cama/. Poco susto se pegó
la Laura/ cuando le metió la mano por el pijama.
Joan el de la Maite/ a los gaiteros se ha apuntado/ ya que tiene a la Irati la de García/
tocándole la gaita todo el día.
Luis Carlos el de Luis Carlos/ del fútbol le han tenido que echar./ Y es que en el campo
duraba menos/ que los domingos en el altar.

El final de los Versos romanos es rematado con el saludo «Ave Roma» y estas letrillas:

Tenéis que comprender/ que algunos errores podemos cometer./ Llevamos dos años
parados/ y estamos un poco oxidados.
No os preocupéis/ que el año que viene volveremos./ Espero que con unos nuevos
trajes/ y con unos versos que sorprenderos.

5.4. Explosión y volteo del Volatín de Tudela

Judas en Tudela se encuentra corporizado en un pequeño muñeco de madera. La


capital navarra del Ebro conoce a la tradición de la quema de Judas como la «Función
del Volatín» (1732). Tiene lugar el Sábado de Gloria en la plaza de los Fueros. Antes de
1851 se hacía en la plaza Vieja, al poniente de la catedral, patrocinado por la cofradía
del Sacramento, bailándolo mientras duraban los bandeos de gloria de la misa sabatina
y durante la bajada del Ángel dominical (Jimeno, 1973, p. 29).

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Judas recibe el nombre de Volatín por las incontables volteretas que da el muñeco ata-
do a un torno. Es accionado desde el interior de la casa consistorial con una manivela.
Judas en este entorno urbano ha tomado forma de muñeco de madera articulado. Viste
ridículamente de botarga, gorro de judío y un enorme puro petardo en la boca (Marín,
1977).

La escenificación popular de la Función del Volatín la realiza la Orden del Vo-


latín, organizadora de actividades culturales desde 1970 (Pérez, 1990). Esta cos-
tumbre tan peculiar de ajusticiar a Judas está declarada Fiesta de Interés Turístico
Nacional.

El origen de esta tradición se sitúa en el siglo XVI, como una escenificación del suici-
dio de Judas tras vender a su maestro. En los inicios estuvo organizada por la Cofradía
del Sacramento y era quemado un árbol de fuego con cohetes en los balcones de la casa
consistorial, mientras que en la noche del Sábado Santo se hacía una hoguera en la plaza
de Santa María, permaneciendo colgada la simbólica figura de Judas hasta el mediodía
del día siguiente, día de Pascua (Sainz, 1969, p. 1422).

Tudela conserva un dibujo con su correspondiente texto explicativo del año 1787
donde aparecen pintadas simbólicamente las ceremonias del Ángel retirando el velo
a la Virgen y del Volatín de Tudela colgado con los brazos estirados de un largo palo
que va unido a un torno en el balcón de la casa consistorial. Es obra de Juan Antonio
Fernández, historiador del siglo XVIII y se conserva en el Archivo de la Catedral de
Tudela dentro del Libro Nuevo con memorias, actas, noticias, dibujos de la procesión
llamada del Ángel y otros datos escritos por Juan Antonio Fernández, 1787 a 1910,
perteneciente a la Cofradía del Santísimo Sacramento de Tudela. Son las imágenes más
antiguas que se conservan del Volatín-Judas y del Ángel retirando el velo a la Virgen
(Iribarren, 1944).

Los organizadores acostumbran a leer un discurso en el que califican a la fiesta como


un intento del ser humano de despojarse de los malos hábitos para que pueda aflorar
todo lo bueno que llevan las personas dentro. La destrucción del mal es lo que simboliza
el ajusticiamiento de Judas.

Primero sobre las diez horas de la mañana se prende el puro-petardo del Volatín, pro-
duciéndose una fuerte explosión de la pólvora. El muñeco de madera, que cuelga sujeto
a un torno, baila a mil por hora una danza simiesca, haciendo contusiones grotescas,
cabriolas y volteretas que le hacen perder toda la ropa que acaba hecha jirones. Abajo
en la plaza los niños recogen los trozos del estrafalario traje del Volatín, las zapatillas y
el gorro partidos en mil pedazos.

Acaba la fiesta del Volatín de Tudela arrojando desde los balcones del ayuntamiento
globos, balones y caramelos para todos los niños concentrados en la plaza. Al día
siguiente, Domingo de Resurrección, celebran la Bajada del Ángel, en la que una niña
vestida de ángel descenderá del cielo e irá al encuentro de la Virgen para quitarle el
velo.

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5.5. Procesión y quema de Judas en Los Arcos

Tras el invierno y con el inicio de la primavera llega la fiesta de la quema de Judas al


final de la Semana Santa. Tiene lugar el Lunes de Pascua al atardecer sobre las 19:00
horas. De la sede de la sociedad cultural Atalaya sacan a Judas sentado en una silla
sobre unas andas. Esta es una de las singularidades del paseo de Judas por las calles de
Los Arcos. Va bien sujeto y atado a la silla por la cintura. La silla, a su vez bien segura,
va clavada a las andas porteadoras, así como los pies de Judas atados a las mismas8.

La encargada de la realización de esta costumbre es la Sociedad Cultural, Recreativa


y Deportiva Atalaya, cuyo fin es el de revitalizar la vida cultural y recuperar y mantener
las tradiciones de Los Arcos. El pelele va perfectamente vestido con botas de monte
acordonadas, buzo de cremallera de color gris azulado, pañuelo verde claro al cuello,
chaqueta azul oscura, guantes negros en las manos, careta pintada y poblada con unas
negras barbas y sombrero de paja a la cabeza.

El enorme muñeco, confrontándolo con la pequeña estatura de los niños, da la impre-


sión de ser un gigantón. Por dentro su armazón, compuesto de dos listones de madera
cruzados en la parte superior del cuerpo, ha sido holgadamente relleno de sarmientos
retorcidos de la vid y abundante paja. Ingeniosamente los sarmientos viejos de las cepas
hacen que el muñeco sea flexible y pueda sentarse perfectamente en la silla porteadora,
al permitir doblar la cintura y las piernas.

Multitud de niños y niñas rebosantes de alegría acompañan a la comitiva festiva.


Cuatro pequeños portan a hombros las parihuelas que soportan el peso de la silla con
Judas sentado. Lo portan tal y como se acostumbra a llevar al aire a los santos en las
procesiones durante la celebración de las mecetas patronales.

La comitiva festiva parte de la plaza de la Atalaya y atravesando el río Odrón cir-


cunda a la bella torre renacentista del templo parroquial de Santa María de Los Arcos,
levantada en la segunda mitad del siglo XVI por los canteros Martín y Juan Lande-
rrain. De ahí se dirige al frontón municipal en la calle Sancho el Sabio, a la plaza vieja
del Coso con su balcón de toros, a calle del Peso y a la plaza de la iglesia Santa María,
atraviesan después la muralla de la villa por el artístico portal de Castilla, para a conti-
nuación regresar al sitio de partida.

La fiesta de Judas en Los Arcos se ha infantilizado completamente. Muchísimos ni-


ños y niñas forman parte de la comitiva procesional de Judas. Durante el recorrido los
cuatro niños portadores se intercambian las andas con otras cuatro chicas para que
las lleven un rato. Judas es ridiculizado, increpado e insultado constantemente por los
gritos de la chiquillería: «Judas, traidor, te vamos a quemar. Judas, traidor, te llevamos
al fogón. Judas, traidor te vamos a tirar al fogón» o «Judas traidor te vamos a quemar
en el fogón».

8 Recogida presencialmente esta costumbre en Los Arcos el día 18 de abril de 2022.

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Figura 14. La chavalería de Los Arcos pasea a Judas por las calles de la localidad.

La mocería lo pasea subido en unas andas, atado a una silla vieja, como si llevasen
en procesión a un santo encima de una peana. Los jóvenes gritan al muñeco: «Judas
Iscarioooté, no comerás calboootés. Judas traidooór no cómeras calboootés. Judas trai-
dooór irás al paredooón» (calbotes son judías negras o pintas) (Hermoso de Mendoza,
2004).

Los Arcos antes quemaba a Judas en la plaza de la iglesia. Ahora, lo hace pasando el
río Odrón junto a la casa de cultura y la biblioteca municipal, en la calle Ruta Jacobea,
junto al parque Atalaya. Al parecer, antes, introducían dentro del cuerpo del muñeco
de Judas animales tales como gatos, ratones o conejos en la actualidad sustituidos por
petardos (Hermoso de Mendoza, 2004).

En la zona del parque de juegos infantiles de la plaza Atalaya, donde se encuentran


ubicados diversos centros sociales y culturales de Los Arcos como el albergue mu-
nicipal de peregrinos y la casa de cultura, Judas es colgado de una silga de alambre
por donde arde el pelele y continúa en el aire a través de una soga. Luego le prenden
fuego por los pies y poco a poco va ardiendo todo el cuerpo. Resulta una delicia
ver como arden las estructuras internas del muñeco confeccionadas con sarmientos
retorcidos y rellenas de paja. El efecto que producen los sarmientos al arder da la im-
presión de que están consumiéndose las musculaturas de las extremidades y cuerpo
del muñeco.

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Figura 15. Quema del Judas en presencia de los vecinos y vecinas de Los Arcos.

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La plaza Atalaya es muy bonita y está bien cuidada. La escena de ver a Judas arder,
teniendo como telón de fondo a la más esbelta y artística torre plateresca de toda Na-
varra, dibuja una composición de la vida costumbrista de Los Arcos entrañable y digna
de admirar. Con la quema del monigote se producen las vibrantes explosiones de los
petardos que lleva dentro del cuerpo, circunstancia que aviva la atención y la curiosidad
de los niños para exclamar sus verdades, juicios sencillos e inquietudes creativas: «esto
le pasa por haber sido muy malo».

5.6. Quema de Judas en Allo

Para redactar la crónica sobre la quema de Judas en la localidad de Allo me ha pare-


cido más oportuno incorporar íntegramente el trabajo de investigación que hizo José
Ramón Macua Azcona, vecino de Allo y miembro del grupo Etniker de Navarra. El tra-
bajo es inédito y está sacado de la encuesta etnográfica que confeccionó sobre el calen-
dario tradicional festivo para el Atlas etnográfico de Vasconia en 2016. Quién mejor que
él para describir esta fiesta de su localidad. Sirva de recuerdo y homenaje a su persona.

Lunes de Pascua. La quema de los Judas


Una de las costumbres profanas más arraigadas en nuestra tierra, de todo el folklore
de Cuaresma, Semana Santa y Pascua, es sin duda alguna la quema de fantoches y
muñecos de trapo, llevada a cabo en muchos de nuestros pueblos este segundo día de
Pascua. En algunos de los lugares de la Navarra meridional se quemaban también el
sábado Santo o domingo de Resurrección.

Y es que la devoción popular, que durante varios días venía sintiendo el dolor de la
traición de Judas y el posterior prendimiento, pasión y muerte de Cristo, concentraban
en su alma el deseo de venganza y el rencor hacia la figura de este apóstol. Venganza y
rencor que solo se verían mitigados creando por su cuenta un personaje de ficción con
el que poder desahogarse a gusto.

De esta suerte, «los Judas» en Allo eran expuestos públicamente durante varias horas,
para mayor mofa y diversión popular.

En casi todos los barrios hacían su fantoche. Los fabricaban con ropas viejas, rellenas
de paja mezclada con sal. Les ponían sombrero o boina, les pintaban un bigote y en
cada barrio los artífices se encargaban de que quedara lo más ridículo posible. Les aña-
dían luego letreros alusivos como el de «Judas Traidor», o «Judas Canalla». Tampoco
faltaban quiénes le colgaban del brazo una bolsa de trapo, en donde hipotéticamente se
guardaban las treinta monedas que recibiera por entregar a Cristo.

Para el punto de la mañana los colgaban de una cuerda y los ataban entre dos balco-
nes opuestos de una misma calle. La gente al pasar se mofaba de ellos y les insultaba.

Al caer de la tarde les prendían fuego, mientras que entre dos hombres eran zarandea-
dos y obligados a dar piruetas en el aire. Con el calor de las llamas los granos de sal pro-
ducían tiros, que contribuían a hacer más espectacular y entretenido el acontecimiento.

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Desde abajo, los asistentes gritaban e insultaban al fantoche, y cuando intuían que iba
a desprenderse algún trozo, gritaban: «¡Que va un brazo!», «¡que cae la cabeza!»… Al
mismo tiempo que era celebrado y aplaudido por todos.

El último Judas se quemó en el barrio nuevo de «Katanga», en el año 1968. Precisa-


mente en esta ocasión se prepararon un Judas y una Judesa y por la tarde fueron pasea-
dos por todo el pueblo en un remolque de mano.

De esta suerte, si al principio fue la ceniza del Miércoles la que abría el largo camino
penitencial de la Cuaresma y Semana Santa, seguida de la Pascua, de nuevo ahora es
el fuego, la ceniza y el intenso olor a paja quemada quienes se encargaban de cerrarlo.

He recogido en Allo el dicho: «que le den pajahumo, como a los Judas», pero los in-
formantes no tienen muy claro su significado.

En Allo Judas arde en el paseo de la Fuente y luego los niños meriendan.

5.7. El judas en otras poblaciones navarras

San Adrián, localidad situada en la Merindad de Estella en la Ribera del Alto Ebro,
ejecuta el ritual de la quema de Judas en la plaza del Rebote después de presenciar el
encuentro de la Virgen con el paso del palio del Santísimo. La imagen de María es
desvestida del manto negro y se le pone otro de color blanco. Los cofrades de la Vera
Cruz reparten claveles rojos y prenden fuego al muñeco de paja que simboliza al apóstol
traidor (Esparza, 2018).

En Mirafuentes el Lunes de Pascua, al terminar el oficio religioso, la mocina paseaba


por todo el pueblo un monigote relleno de paja, que representaba al apóstol traidor.
Judas era paseado a lomos de una mula. Hoy lo llevan tumbado en una carretilla. Fina-
lizado el paseo de Judas, este personaje era juzgado y sentenciado a muerte. Era acusado
de todas las fechorías acontecidas en el año: de la rotura de la pata de una yegua, del
robo de unas patatas o de cualquier otro suceso o acontecimiento. Sacaban a la luz
pública y crítica social cuantos asuntos hubiesen afectado a la comunidad. El juicio y
la lectura de la sentencia se han perdido recientemente en Mirafuentes. Hoy le prenden
fuego debajo del frontón. Antes, lo arrastraban ardiendo por las calles de Mirafuentes
al grito de «Judas traidor» (Mariezkurrena, 2004).

Los de Nazar en el valle de la Berrueza paseaban a Judas en un burro. Le leían una


sentencia acusándole de robar hortalizas en las huertas y corderos en los corrales. Luego
daban fuego al muñeco. Hoy no hay quema de fantoche, un joven se viste de Judas y
junto a otros amigos hacen ronda y cuestación por las calles del pueblo. Con las vian-
das recogidas –huevos, chorizos y dinero– organizaban una merienda (Mariezkurrena,
2003).

En el valle de Aguilar los niños de Aguilar de Codés sacaban a Judas montado a


lomos de un borrico durante la postulación de alimentos que hacían por las casas el

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Jueves de Lardero. Con lo recogido merendaban. En Desojo echaban en cara a Judas


todas las fechorías que había cometido (Mariezkurrena, 2003).

El pueblo de Cabredo, sito en el Alto Ega, tenía la costumbre de pasear a Judas por
las calles para luego acabar colgándolo de un nogal existente detrás de la iglesia. La
juventud leía en una sentencia graciosa todos los chascarrillos acontecidos en el lugar
(Mariezkurrena, 2003).

Muy notoria ha sido la quema de Judas en Espronceda. Le echaban en cara todas las
travesuras que habían hecho los mozos durante el año (Jimeno, 1990a). El Domingo
de Resurrección en medio de la plaza de los Fueros montaban un espantajo vestido con
sayas de mujer. Por la tarde los niños antes de quemar a Judas lo apaleaban durante el
juicio al que era sometido. A la vez que le imputaban los cargos lo sentenciaban de esta
manera: «Tú, que l´ has robáu a fulanico una gallina, palooo!». «Tú, que l´ has quitáu a
menganito tal cosa, palooo!». Le acusaban de ladrón y bandido, no de traidor como a
Judas, al igual que otras poblaciones navarras lo hacen por carnaval u otras festividades
del año (Jimeno, 1973). La somanta de palos que le caían encima era descomunal. Tras
ser magullado a estacazos era quemado.

El «Judas de las fiestas», muñeco de paja, se confeccionaba en San Martín de Unx


con dos sacos cosidos, polainas, bigote y corbata, el último día de las fiestas del mes de
septiembre (antes en noviembre). Era paseado el muñeco en burro hasta el baile con el
canto de jotas, pero no se quemaba, sino que era zarandeado y destrozado a trompazos.
Hacían la costumbre para asustar con el espantajo a los niños y por diversión. Era un
reclamo para que todos los jóvenes fuesen al baile (Zubiaur, 1980, p. 304).

En Arizala, junto a Estella, confeccionaban el Judas vistiendo con ropa usada rellena
de paja el armazón del muñeco, que fabricaban con dos palos cruciformes. Entre la
paja introducían sal para que chisporrotease mientras ardía y huevos batuecos para
que explotasen con el fuego. Lo solían quemar el martes de carnaval gritándole «Judas
Iscarioooté, con barbas y bigoooté». Lo quemaban colgado de un varal, a la vez que
apedreaban los pucheros de barro que habían recogido por las casas. Destruían lo viejo,
el invierno, para dar paso a lo nuevo, la primavera (Hermoso de Mendoza, 2004).

Abárzuza antes quemaba al Judas y a la Judesa. Les recitaban: «Piensa Judas que va a
bodas/ porque le llevan majo,/ y lo llevan a la plaza/ a darle fuego por bajo» (Usunáriz,
1996).

Dos muñecos, hombre y mujer, ponían en Fitero en la calle San Juan la noche víspera
de San Juan Bautista, día en que los corellanos colgaban sus «juanberingas» (Jimeno,
1973).

El pelele de Judas estuvo presente en la calle San Juan o «la Caparra» de Artajona
hasta el año 1935. Los niños le insultaban y le apedreaban durante el baile precursor
del incendio. A finales del siglo XIX cada barrio quemaba su propio muñeco (Usunáriz,
1996).

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En Tafalla celebraban la quema de Judas el segundo día de Pascua de Pentecostés. Ter-


minó prohibiéndose en 1883 por razones de limpieza de las calles (Usunáriz, 1996). Tanto
en Tafalla como en la Ribera del Ega colgaban a Judas con sogas en las calles, de balcón a
balcón, haciéndole bailar con ademanes grotescos. Siempre, al final, acababan quemándo-
lo. Los vecinos de Larraga colocaban a Judas sobre las puertas de sus casas (Jimeno, 2010).

Fuera del tiempo de la Semana Santa y del mes de mayo la villa de Torralba del Río,
sita en las faldas de la sierra de Codés, festeja por San Juan en junio la captura, muerte y
quema del bandolero Juan Lobo, personaje malvado que al igual que Judas es condena-
do a muerte tras leerle una sentencia condenatoria acusándole de haber cometido todos
los males y desgracias ocurridos en el pueblo.

Juan Lobo también es conocido como el Moro, personaje que representa, al igual que
Judas, el mal acontecido durante el año. Se trata de una persona de carne y hueso que
lleva la cara tiznada y el cuerpo camuflado con vegetación de hiedra y ramajes. La fiesta
rememora la captura de este temido bandolero y consumado ladrón que durante el siglo
XVI perturbó la tranquilidad de toda la comarca hasta que ballesteros de la cofradía
cívico-militar de San Juan de Torralba del Río le dieron captura y muerte junto a la
Balsa en 1525 (Bujanda & Korres, 2019).

Conmemorando estos sucesos del pasado, los torralbeses representan por las fiestas de
San Juan la captura de Juan Lobo, el Baile de la Balsa, el traslado del bandido hasta el
pueblo montado en un caballo, la lectura de la sentencia condenatoria acusándole de todo
tipo de crímenes y desmanes y la ejecución mediante varios tiros de escopeta. El verso
final de la sentencia del año 2002 decía a Juan Lobo: «Proceda el ejecutor/ a cumplir esta
sentencia/ y dé muerte al malhechor/ con dos tiros de escopeta» (Mariezkurrena, 2003).

6. CRÓNICA ETNOGRÁFICA DEL FESTEJO Y RITOS DE JUDAS EN ÁLAVA

La Rioja Alavesa, ubicada junto a la muga más occidental de Navarra, ocupa una
fértil franja de tierra de viñedos, olivares y campos de cereal comprendidos entre el río
Ebro y las sierras de Toloño-Codés. En sus pueblos, que históricamente formaron parte
del Reino de Navarra hasta la segunda mitad del siglo XV, también se celebra la fiesta
del juicio y quema de Judas, al igual que en otros pueblos de la Montaña Alavesa y del
Valle Salado de Añana.

6.1. Quema mediante volteo del Judas y de la Judesa en Moreda de Álava

Moreda de Álava es el pueblo en donde con mayor originalidad y atención se realiza


la quema de estos muñecos. La juventud, el Ayuntamiento y la Asociación Cultural de
la Quema de Judas de Moreda confeccionan dos muñecos utilizando dos armazones de
hierro, ropa vieja y paja. Ha sido tradición pasear estos personajes montados en burros.
Hoy, al no haber estos animales en el pueblo, los jóvenes se las ingenian para pasearlos
de muy diversas formas. Ahora se hace llevándolos «a aupas» (en brazos) o «a ricotes»
(a hombros) por los jóvenes de la cuadrilla protagonista de realizar la costumbre.

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Tras pasear al Judas y la Judesa por las calles de la localidad, al son de la música de los
gaiteros de Elciego, se suelen dejar los peleles depositados en la plaza de la iglesia para
que los vecinos, que acuden a misa del mediodía, puedan ver lo bien que están hechos
estos personajes. Los niños se suelen meter más con la confección de los muñecos pro-
pinándoles golpes, manotazos y patadas. En Moreda permanecen apoyados en la torre
de la iglesia hasta que finaliza la misa del Domingo de Resurrección.

La lectura de la sentencia es consustancial a la fiesta. Todos los años la juventud con-


fecciona unas letrillas acusatorias a ambos personajes, al Judas y a la Judesa. Estos per-
sonajes reciben nombres diferentes, colocándoselos por escrito en un cartón pegado al
pecho. Los nombres aluden a personajes malvados que hayan destacado negativamente
durante el año. Primero se acusa a Judas y luego a la Judesa. Se les atribuyen robos,
peleas, calamidades naturales como sequía, granizo, ventoleras o fuertes aguaceros que
hacen daño en los campos, viñedos y olivares, accidentes, incendios y otros sucesos
graciosos y divertidos para que la gente se ría y divierta.

La sentencia de la quema de los Judas de Moreda del año 1984 comenzaba así:

En la villa de Moreda una fiesta vamos a celebrar./ Es la fiesta de los Judas, fiesta muy
tradicional./ Estos Judas tan graciosos y cada año diferentes/ han sido siempre pensa-
dos para hacer reír a la gente./ Con ellos pretendemos los hechos injustos criticar/ y
de esta forma los males del pueblo poder erradicar9.

La sentencia se lee después de misa en la plaza de la Concepción, que se encuentra a


los pies de la torre e iglesia. El predicador –un joven del pueblo– lee la sentencia desde el
pretil de piedra del cementerio. El público, abajo en la plaza y en las escalerillas de su-
bida a la iglesia, la escucha expectante.

Los moredanos queman dos muñe-


cos, el Judas y la Judesa, mediante vol-
teo. Para ello atan los cuerpos de los
Judas con una cadena y ésta por ambos
extremos va empalmada a unas sogas.
La soga en un extremo va enganchada
a un hierro, que se encuentra anclado
en la pared de una casa señorial del
siglo XVIII. Por la otra parte, la soga
llega hasta el cementerio de la iglesia
parroquial, en donde al final de las
escalerillas de subida al templo se en-
cuentran los jóvenes de la localidad. Figura 16. Paseo de los Judesos en Moreda de Álava.

9 Recogida presencialmente esta tradición en Moreda durante cuatro décadas 1980-2022.

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Figura 17. Quema mediante volteo de los Judas en Moreda de Álava.

Los jóvenes, una vez que están ardiendo los muñecos tras ser rociadas sus vestimentas
con gasolina, tensan la cuerda y comienzan a bambolearla de un lado para otro dán-
dole de vez en cuando vueltas completas. Judas convertido en una bola de fuego vuela
ardiendo por el aire entre las casas. Los muñecos en su movimiento y volteo con el aire
se consumen hasta quedar tan solamente el armazón o esqueleto de hierro de estos per-
sonajes. Esta forma de quemarlos tan original es espectacular y emocionante. A veces
puede resultar peligrosa, ya que en alguna ocasión algún trozo de ropa o paja ardiendo
ha caído sobre el público allí concentrado para ver el festejo.

Antaño en Moreda acostumbraban a introducir en la tripa de la Judesa un gato en-


cerrado en un puchero de barro, que al golpearse con el suelo en una de las volteretas

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33 / El ritual del juicio, muerte y quema de Judas en Navarra y Álava

aéreas quedaba liberado y huía entre las llamas y el público como alma que se la
lleva el diablo. Explican que esto lo hacían para manifestar que el espíritu maligno
es indestructible y que el alma de Judas se corporizaba en forma de gato escapando
de su destrucción, ya que creían que las brujas y otros seres malévolos se encarna-
ban en gatos.

Antiguamente, las cenizas de los Judas en Moreda las echaban en las cuadras de los
animales en las casas con la finalidad de desinfectarlas y purificarlas.

6.2. Procesión del Huerto, juicio y quema de Judas en Samaniego

Hay villas como Samaniego en donde el acto de la lectura de las acusaciones a que es
sometido Judas convierte a esta costumbre en una representación teatral con todo un
tribunal de justicia actuante. Intervienen un juez togado, fiscal acusador, abogado de-
fensor y vecinos del pueblo como testigos, que confirman a viva voz la autoría de Judas
en cada una de las acusaciones con que es inculpado.

Judas, en forma de muñeco trajeado con corbata y sombrero, relleno de paja, escucha
impasible la sentencia mientras permanece empalado en la punta de un árbol seco, plan-
tado en las inmediaciones del antiguo palacio de la familia Samaniego. Los textos que
los diferentes actores leen durante el juicio a Judas están muy bien trabados y poseen
calidad literaria.

Figura 18. Paseo del Judas por los niños en Samaniego.

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Figura 19. Niños de Samaniego arrojando petardos al Judas en llamas.

Judas es acusado de haber cometido todo lo negativo que haya ocurrido en el pue-
blo, como accidentes de circulación, tormentas y pedriscos dañadores del viñedo, bajos
precios pagados de la uva por parte de las bodegas, incendio de pabellones agrícolas,
jóvenes sin trabajo, carestía de la vida, robos, gamberradas, etc. A cada una de las
acusaciones el fiscal pregunta a los presentes: «¿A quién se lo achacaremos?». El pueblo
responde: «¡A Judas!»10. De Samaniego se conserva una sentencia del año 1921. Dicho
escrito la califica como sermón burlesco.

Este pueblo alavés tiene la peculiaridad de que en este mismo escenario del juicio a Ju-
das se junta también la tradición de la procesión del Huerto. Se confecciona sobre unas
andas un monumento o templete en forma de arcos al que llaman el Huerto. Está rea-
lizado con ramas de tejo (árbol de la inmortalidad) y adornado con naranjas, limones,
cintas de colores y cinco bonitos pañuelos antiguos. Dentro ponen la imagen de pie de
Jesucristo Resucitado sobre la bola del mundo, a la cual cada familia de Samaniego le
cuelga una ristra de rosquillas, que acaban tapando por completo la imagen. El párroco
bendice el Huerto y es llevado en procesión hasta la iglesia.

10 Recogida presencialmente esta tradición en Samaniego el 20 de abril de 1992 y el 16 de abril de 2017.

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Figura 20. El huerto de Cristo resucitado en la quema de Judas en Samaniego.

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Al mismo tiempo, Judas es derribado de lo alto del poste cayendo al suelo. Antes, un
cazador lo abatía disparándole con una escopeta. El muñeco es recogido por la chiqui-
llería y llevado en volandas y a rastras hasta la iglesia. En un rincón exterior del templo
le prenden fuego, ante la llegada de la procesión con el Huerto de Cristo Resucitado.

Solo los niños con sus travesuras permanecen en el exterior del templo pendientes de
cómo arde el muñeco. El resto de la población penetra dentro de la iglesia portando a
hombros el Huerto con la imagen de Jesucristo Resucitado completamente tapada por
ristras de rosquillas. Finalizada la misa, los vecinos degustan en colación las rosquillas
bendecidas. Judas en Samaniego encarna el mal y la traición.

6.3. Quema y venia de Judas colgado de un saúco en Salinas de Añana

Salinas de Añana es la principal localidad del municipio de Añana, sita en el valle Sa-
lado en la parte más occidental de Álava. Al norte de las salinas se encuentra el monas-
terio de San Juan de Acre y al sur el templo parroquial de Nuestra Señora de Villacones.

Judas en Salinas de Añana es colgado de un saúco verde cortado en el monte y tras-


ladado a la plaza Mayor del Ayuntamiento. Un letrero que dice: «Así mueren los trai-
dores» es colocado junto al pelele. El fantoche contempla el encuentro de las dos pro-
cesiones con las cruces parroquiales de Santa María de Villacones (actual parroquia)
y de San Pedro (desaparecida), insignias, estandartes, pendones e imágenes de las dos
iglesias que hubo en la villa en tiempos pasados. De este encuentro se tiene constancia

Figura 21. Quema de Judas en Salinas de Añana.

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Figura 22. Los vecinos y vecinas de Salinas de Añana cumpliendo un año más con la tradición.

por escrito desde el año 1579. Organizaba el encuentro la cofradía de la Santa Vera
Cruz e iban hasta el monasterio de San Juan de Acre, en donde celebraban la misa
(Dantzariak, 1980).

Se retira el velo de luto a la Virgen y se produce el saludo con su hijo Jesús Resucita-
do. Prenden fuego a Judas, que arde conjuntamente con el saúco. A medida que se va
quemando el muñeco, Judas hace varias genuflexiones o venias pidiendo perdón. Una
persona va explicando la costumbre, los personajes y los ritos que se realizan a medida
que se desarrolla el evento. Cuando comienza a arder un salinero grita:

Muera Judas en las llamas abrasado,/ condenado por el pueblo reunido,/ y que pren-
da el pecador atolondrado/ a volver al buen camino arrepentido. Y que sirva este cas-
tigo de escarmiento/ para todos los que viven sin conciencia/ pues la vida se compara
con el viento/ y al fin, muy pronto, tendremos la sentencia11.

Conservan una melodía llamada «la Marcha de Judas». La procesión regresa a la


actual parroquia, sita a los pies de las salinas, bailando con las imágenes de los santos.

11 Recogida presencialmente esta tradición en Salinas de Añana el día 1 de abril de 2018.

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6.4. Las Meriendillas y la quema de un muñeco en Elvillar de Álava

Acostumbran a realizar esta fiesta en este rincón de Álava los niños en edad es-
colar, el segundo sábado de marzo, la fecha más próxima a la festividad de Santo
Tomás de Aquino (día 8 de este mes). También se le conoce con el nombre de «las
Meriendillas».

De mañana realizan una ronda y cuestación por las calles de la villa. Pasean a hom-
bros un muñeco relleno de papeles, vestido con un pantalón azul de mil rayas anchas y
una camisa a cuadros azules y rojos. De cabeza y extremidades el monigote lleva globos
de colores, que hacen que el pelele resulte más atractivo para los chiquillos.

En cada casa de la villa cantan una canción petitoria. Las amas de casa les echan
desde las ventanas y balcones o bajando a la puerta de entrada unas monedas, que son
recogidas por los niños en un balde de plástico de color verde oscuro.

Los chiquillos y chiquillas cantan, bailan y saltan entonando las siguientes letrillas:

La patrona de esta casa es una buena mujer,/ si nos da chorizo y huevos y el porrón
para beber./ Ángeles somos, del cielo bajamos, pidiendo limosna para Jesucristo./ Si
no nos la dan cataplín, cataplán, la cebolla con el pan./ Si nos da chorizo, no se corte
usted los dedos./ Corte un poco más arriba, somos muchos compañeros.

Los chavales, en ocasiones, mantean el muñeco lanzándolo a lo alto. Al mediodía,


se concentran a la entrada de Elvillar junto al rollo, símbolo jurisdiccional de villazgo.
Depositan al muñeco, que no tiene nombre propio, junto al pretil y una valla. Acto
seguido le prenden fuego, tras haber sido rociado el monigote con alcohol. Enfrente, al
otro lado de la carretera, se colocan los niños para ver arder a tan curioso personaje.
Tras la quema del muñeco, los chavales parten de excursión para la localidad de Lan-
ciego.

El dinero recaudado, junto a las galletas y chocolates que les han donado en las casas
y tiendas del pueblo, lo llevan a una determinada casa para que a la tarde-noche les
hagan una merienda.

Al anochecer hacen el chocolate en la casa de alguno de los niños y lo llevan a degus-


tar a los soportales de la plaza del Ayuntamiento, en donde se toma con bizcochos. La
mayor parte de los chicos y chicas se disfrazan de carnaval: trajes de payasos, de saco,
fraile, vaqueros del oeste americano, piratas, etc. Entrada la noche, padres y niños dan
por finalizada la fiesta de las Meriendillas de Elvillar.

De esta fiesta infantil de Elvillar hay que destacar dos aspectos: la ronda petitoria y
la quema del muñeco. La ronda y cuestación con la canción peticionaria nos pone en
época del comienzo del carnaval. Equivale a lo que otros niños y mozos realizan en los
pueblos de Rioja Alavesa los días de Santa Águeda y Jueves de Lardero, Jueves de To-
dos o Jueves Gordo. La quema del muñeco guarda relación con la quema de monigotes

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carnavalescos y con la quema de Judas el Domingo de Resurrección. Representación de


la quema del año viejo, del mal y de todos los sucesos y acontecimientos negativos que
han acontecido durante los últimos doce meses, es un renacimiento primaveral al año
nuevo, una vez destruido el mal y purificado el pueblo.

La localidad de Elvillar quemaba a Judas en cualquier fecha del año. Cuando llegaba
de visita algún personaje o autoridad importante. En este caso, aunque resulte paradó-
jico, la quema de Judas se hacía para ensalzar al ilustre visitante. Incluso le recitaban
unos versos dándole la bienvenida, pero exponiéndole a la vez cuáles eran los problemas
y necesidades que tenía Elvillar. Es el único caso conocido en donde la quema de Judas
poseía un sentido positivo a la vez que reivindicativo12.

6.5. El Judas en otras poblaciones alavesas

La villa amurallada de Labraza, a mitad del siglo XX, quemaba al Judas o a la Judesa
(cada año quemaban a uno u otro personaje alternativamente) en las mecetas patronales
de San Miguel en el mes de septiembre. Le leían una sentencia hecha por el cura y le
prendían fuego colgándole de un trípode de madera13.

Las siguientes estrofas de la quema de Judas en Labraza reflejan muy bien el sentido
que daban los lugareños a esta tradición en el año 1962:

Vean señoras y señores/ a este Judas de Labraza/ que es demonio del infierno/ y
bruja en todas las falazas/ que hoy con todos los honores/ va a ejecutar la sentencia/
quemándose en la fogata.
Aquí está el ladrón de los ladrones/ el que sabe saltar por la ventana,/ cogerle los
chorizos a Perico/ y comerlos asados en la plaza.
Aquí está el más grande granujilla/ que en la siesta del domingo por la tarde/ y en el
huerto de don Juan García/ robaba alcachofas el muy tunante/ pa guisarlas con carne
y guindillas (Jiménez, 1962).

En Viñaspre, en la actualidad barrio de Lanciego, hacían el Judas con ropa vieja,


paja de centeno y un orinal como cabeza pintando el rostro con un corcho quemado.
Era paseado en un burro adornado con campanillas. El patíbulo lo colocaban en la
calle La Fuente. Un vecino, apodado «el Fraile» y vestido con capa, echaba el sermón
acusatorio contra Judas conminándole a que se confesara: «Mira que el que se confiesa
y deja un medio de profundis y se pone las alpargatas del revés, no puede con él ni el
mismo Lucifer». «Judas era una maravilla, robaba las gallinas en los pueblos y se las
llevaba a comer al monte de Genevilla». «Uno de abril, doscientos chotos montan al
alguacil». Llamaban a Judas «el braguetoso» porque les salían las pajas por la bragueta

12 Testimonios recogidos a los vecinos de Elvillar: Tomás Miguel Fernández Villa de ochenta y siete años
(1907), Casimira Pérez García de ochenta y cinco años (1909) y Engracia López Gil Ocio de setenta años
(1924) en el año 1994.
13 Testimonio recogido en 1987 a María Dolores Chasco López, vecina de Labraza, de ochenta y cuatro años
(nacida en 1903).

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del pantalón. Lo quemaban dándole vueltas de balcón a balcón colgado de una soga.
Judas representaba el mal y la traición. Su quema suponía la purificación de Viñaspre14.

Las chicas de Kripan eran las que confeccionaban los Judas. Los chicos cantaban:
«Judas Iscariote/ que mató a la mujer/ con un serrote». Quemaban tanto a Judas como
a la Judesa (Medrano, 1961). En el sermón que le echaban decían: «Este hombre que ro-
baba las olivas en Reicilla las llevaba a vender a Genevilla y siempre le echaba las culpas
a Castilla». «De este hombre el pueblo tiene muchas quejas, pero siempre se disculpa
con Calleja».

Dejó de realizarse esta tradición en Elciego en la segunda década del siglo XX. Hacían
la fiesta del juicio y quema de Judas de forma muy teatralizada con todo un tribunal de
justicia. Judas representado por un mozo vestido grotescamente huía hasta ser captura-
do por otros jóvenes vestidos de soldados. En la plaza Mayor de Elciego colocaban tres
catafalcos, uno con mesa y sillas para los abogados y jueces, otro a modo de púlpito
para el predicador del sermón burlesco y el tercero en forma de patíbulo para colgar
y quemar a Judas. Elciego conserva dos sermones burlescos antiguos sobre la quema
de Judas, leídos en los años 1908 y 1917. Están estructurados en tres partes: bando de
búsqueda y captura de Judas, acusándolo de los males acaecidos en la villa; acusación
del fiscal de los hechos y defensa desmintiendo las acusaciones (Fernández, 2009).

En esta pantomima burlesca de Elciego intervenían muchos personajes: el Judas, el


predicador, los jurados o audiencia compuesta por jueces, fiscal y abogado defensor
vestidos con hábitos negros, la llorona que sollozando exclamaba entre lágrimas «por
juntarse con las malas compañías», el correo, los pistolos (más jóvenes), maceros (ma-
yores) y caballería (montados en mulas y caballos). Judas era perseguido, capturado,
enjuiciado en la plaza pública, sentenciado («Reus est mortis»), ahorcado en un patíbu-
lo y finalmente quemado un muñeco. Tenía el sentido de eliminar el mal de la localidad
(Pérez, 1986, pp. 78-82).

Los mozos de Baños de Ebro formaban dos ejércitos, cristianos y judíos, que se en-
frentaban dialécticamente y bélicamente con el fin de capturar a Judas. Preso Judas era
juzgado en la plaza con la lectura de un sermón que le condenaba a la hoguera. Finali-
zaba la ceremonia con la aparición de los padres de Judas que entre sollozos y lamentos
recogían sus cenizas (Jiménez, 1983).

La Comarca de Bernedo hacía los Judas el lunes de Pascua. Poblaciones como Bajauri,
Obecuri, Quintana, Urturi y Villafría conocieron hace unas décadas la quema de Judas
tras ser paseado en un ganado o carro. Confeccionaban el fantoche con helechos en
vez de con paja. Le daban golpes con palos, echando la culpa a Judas de todos los ma-
les y desgracias que les había sucedido. Colgado entre dos casas le prendían fuego
(González, 1984, pp. 81-107).

14 Testimonios recogidos a los vecinos de Viñaspre Amancio Mauleón López de setenta y nueve años (1916) y
Julián Mauleón López de setenta y un años (1924) en 1995.

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La sentencia a Judas, que antaño era leída en Lagrán en cada esquina del pueblo en
donde paraba la comitiva festiva, en la actualidad ya no se hace. Llevaban al muñeco
grotesco encima de un pollino. Hoy, simplemente hacen el monigote y le prenden fuego
sin más en la calle frente a la iglesia. Sin embargo, hace tiempo tras la misa le leían un
decreto de pena de muerte por ser un apóstol traidor.

El contenido de la sentencia versaba sobre la traición de la venta que hizo Judas a


Cristo por treinta monedas de plata y un beso delator. Judas era encarcelado en la
prisión municipal durante unos días, por si hubiese algún vecino que lo defendiera, y
el martes después de misa era colgado de un árbol y quemado. El monigote al arder
hacía varias contorsiones, produciendo la algarabía entre los niños y la alegría en los
mayores.

Este Judas de Lagrán llevaba a la espalda un letrero que decía: «Por falso y traidor».
El final de la sentencia siempre era el mismo: «Es condenáu a ser colgáu, apaleáu, arras-
tráu y quemáu» (Viana, 1984, pp. 9-51).

7. EL PORQUÉ DEL NOMBRE DE JUDAS

Estos muñecos son conocidos con el nombre de Judas porque históricamente el nom-
bre de este personaje ha sido símbolo de la maldad, de la perversión y de la traición.
Mencionar el nombre de Judas e identificarlo con una persona en concreto crea ani-
madversión, enojo y antipatía hacia la persona causante de un mal o desgracia. Judas
es uno de los personajes más odiados de la historia de la humanidad desde hace casi
dos mil años. El público lo identifica enseguida como el apóstol traidor, que vendió a
Jesucristo por treinta monedas, dando una connotación religiosa a la costumbre de la
quema del Judas.

Los fueros medievales concedidos por la Cancillería Real Navarra en tiempos de


los monarcas Sancho VI el Sabio y de su hijo Sancho VII el Fuerte llevan redactada
al final de los pergaminos una maldición hecha contra todos aquellos que rompan
y quebranten los fueros de Laguardia (1164), Labraza (1196) y Viana (2019): «sean
condenados con Judas, el traidor, en el infierno más lleno de llamas. Y perezcan así,
como perecieron Sodoma y Gomorra». La mala prensa histórica de Judas ha hecho que
estos muñecos hayan sido bautizados con su nombre y que hoy sean conocidos bajo
esta denominación.

Judas Mercator está representado en la tercera figura-columna de la parte derecha


de la portada románica de la iglesia de Santa María la Real de Sangüesa. El escultor
maestro Leodegarius supo esculpir en la segunda mitad del siglo XII a Judas medio
desnudo con las manos juntas sobre el regazo y colgado de una soga que lleva alrededor
del cuello (García Gainza, 1992, p. 372). El mensaje que transmitía en la Edad Media a
todo el que veía esta figura era de escarmiento y castigo para los mercaderes usureros,
que engañaban a los peregrinos cuando transitaban por Sangüesa camino de Santiago
de Compostela.

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Esta concepción del personaje como individuo avaricioso y malvado se ve reforzada


con el testimonio del que fuera sacerdote y organista de la parroquia en la segunda mi-
tad del siglo XX, Juan Cruz Labeaga Mendiola. Este investigador recogió que los niños
sangüesinos tenían por costumbre, el día de miércoles Santo, el arrojar piedras contra
esta figura-columna de Judas. Precisamente, su acusado deterioro y desgaste se debe al
impacto de las piedras arrojadas por los niños contra él.

Los peleles de los Judas eran hechos por los jóvenes en los pueblos al margen de la
oficialidad municipal y eclesial. Fue costumbre colgar y quemar figuras malignas en
distintas épocas del año y con diferentes titulaciones.

Ante las prohibiciones municipales mediante bandos de alcaldía, como el de la ciudad


de Viana de 183415, que sancionaba el colgar y quemar Judas, y la mala aceptación de
esta tradición por parte de la Iglesia, pese a su mensaje positivo, ético y moral, la juven-
tud camufló y enmascaró a estos personajes bajo el nombre de Judas, quemándolos en los
días de Pascua. De esta manera trataban de pasar desapercibidos y evitar las sanciones.

En Moreda al muñeco-hombre se le llama Judas y a la muñeca-mujer se le denomina


Judesa. Ambos son conocidos como Judesos. En la localidad riojano-alavesa de Kripan
también existió la representación de un Judas masculino y una Judesa femenina. Julio
Caro Baroja también recoge el nombre de «los judeses» para llamar a la pareja en algu-
nos pueblos de La Rioja y Navarra.

Además del nombre genérico de Judas, en Moreda de Álava cada año le dan nombres
ficticios de personas a ambos muñecos. Los nombres con los apellidos alusivos a los
personajes malévolos, que se pretende criticar y culpar por haber cometido todos los
males y fechorías en el pueblo, son escritos en unos carteles que cuelgan de sus pechos.
Posteriormente, durante la lectura de la sentencia, también son leídos sus nombres.

Letreros de «Judas traidor» o «Judas canalla», portando una bolsa con monedas, ha
sido tradición que se los coloquen al Judas y Judesa en Allo y en Salinas de Añana.

A estos fantoches colgados por las calles, a modo de espantapájaros de ropa vieja y
paja, les llamaban en Navarra Judas, Judés y Judesa. Eran zarandeados, insultados,
apedreados y quemados (Jimeno, 1990a).

8. ORÍGENES Y SIGNIFICADOS DE ESTA TRADICIÓN

Conocer el origen de esta fiesta es asunto complicado y harto difícil de discernir, ya


que no existen documentos antiguos que hablen de ella. Los informantes de los pueblos
cuentan que esta costumbre de la quema de Judas se ha hecho desde siempre, desde
tiempos inmemoriales, sin precisar ninguna fecha en concreto.

15 Bando de 1834 (fig. 2), Archivo Municipal de Viana.

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No está nada claro si quemar a Judas obedece a una costumbre cristiana del final de la
Semana Santa o, quizás, pueda tener antecedentes más antiguos en la tradición pagana
como personaje del carnaval, ya que en este tiempo también se acostumbra a confeccio-
nar muñecos de paja para ser quemado, posteriormente, esta costumbre es cristianizada
y transformado el personaje en Judas, el apóstol traidor, debido a los valores éticos y
fondo moralizante que posee la tradición. La fecha de celebración ha podido ser trasla-
dada de la época de carnaval a la Pascua de Resurrección.

Esta tradición estaba muy arraigada para el siglo XVIII. En Moreda de Álava, en
el año 1705, se dieron doce reales al gaitero por un festejo que se hizo por Pascua de
Resurrección16. Otra de las noticias más antiguas que tenemos sobre la realización de
la quema de los Judas nos la da el Diccionario de Autoridades en el año 1734, al expli-
carnos la voz Judas: «El que falta traidoramente al amigo, que se confió del. Dicese por
alusión al Apostol traidor que vendió a Christo. Llaman tambien la figura o represen-
tación del traidor Judas, que cuelgan y queman en las calles el Sabado Santo, o otro día
de Quaresma» (RAE, 1726-1739). Según nos cuenta Caro Baroja al Judas de Madrid
en el año 1796 lo vestían muy ridículamente de «golilla», es decir, con el traje del siglo
anterior, para colgarlo el Jueves Santo (Caro, 2006, p. 149).

Las opiniones de los expertos sobre esta costumbre difieren en ambos sentidos, tanto
a favor como en contra de una u otra hipótesis. Para James George Frazer, que estudió
los festivales ígnicos en Europa y entre ellos los fuegos pascuales, atribuye un carácter
esencialmente pagano al festival de fuego de Pascua en donde encuadra la quema de
Judas junto a otras hogueras en las que se quemaba a brujas, a «la vieja» o al «hombre
de Pascua». Frazer dice que es preciso buscar su origen en una época muy anterior a
la difusión del cristianismo (Frazer, 2003, pp. 355, 690-693). Se trata de destruir al
enemigo hasta que perezca aniquilando su imagen. Acabar con el mal, representado en
Judas, quemando su efigie es la mejor forma de eliminar a los seres nocivos y peligrosos
para la sociedad.

Los Judas han sido relacionados con los peleles que se confeccionan por toda Europa
entre el final del Carnaval y la fiesta de San Juan o lo que es lo mismo entre la primavera
y el verano. Al comienzo de la primavera eran quemados como símbolo del año acabado
ante el inicio del nuevo. Frazer cree que con esta práctica se buscaba el fin regenerativo
de la vegetación siguiendo los ritos de fertilidad de antiguas culturas agrarias al esparcir
las cenizas del Judas para fertilizar los campos (González, Ormazábal & Hualde, 2004,
p. 175).

Para el profesor Demetrio Brisset la quema de Judas marca el tránsito entre dos ciclos:
la Semana Santa con la Pascua de Resurrección, es decir, entre el ciclo cuaresmal y el
ciclo primaveral del amor. Cambio de año. Culto a la vegetación y la fertilidad (Brisset,
2000).

16 Archivo Municipal de Moreda de Álava. Libro de cuentas de la villa de Moreda, años 1677-1712.

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Algunos expertos intuyen que el origen de la quema de Judas se encuentra en los


rituales populares y carnavalescos de la Europa medieval. El ritual de Judas debió de
surgir del sincretismo entre elementos paganos y el catolicismo durante la Edad Media
(Bajtin, 1987).

Julio Caro Baroja vio en la figura del Judas la personificación del mal, de todo lo
negativo de la sociedad, de las brujas y espíritus malignos, del apóstol traidor, de los
personajes que causaban animadversión a la gente, etc. Consideró que estos rituales
se hacían para acabar con todos estos personajes negativos personificados en el pelele
de Judas. En tiempos anteriores recibieron otros nombres a los que se tenía aversión y
que fueron identificados por su maldad con Judas el apóstol traidor. Se trataría de una
interpretación cristiana posterior (González, 2004).

Otros autores ven en la quema de Judas un origen cristiano, fiesta celebrada al final
de la austera Cuaresma y Semana Santa. El día de la celebración, Domingo de Resu-
rrección, así como el nombre del personaje y sentencias-sermones de juicio y quema de
Judas, en memoria del apóstol traidor, así lo confirmarían.

El historiador Domingo Hergueta atribuye un carácter cristiano a esta costumbre. Para


ello describe cómo era la función de Judas en la ciudad de Burgos según un folleto de la
imprenta Cariñena del año 1878 titulado «Célebre función crítico-burlesca de Judas Is-
cariote, su prendimiento, presentación al Tribunal, pregón de azotamiento, sermón, acu-
sación, defensa, sentencia y ejecución, capaz de hacer reír a un muerto, por personas de
genio alegre, amigas del Dr. Berritos, y dado a la prensa con algún retoque por otro que
no les va en zaga» (Hergueta, 1934, pp. 166-170). Esta fiesta gozaba de gran popularidad
y acudía numeroso gentío de todos los lugares para divertirse, gracias a la representación
teatral crítica jocoso-burlesca que realizaban el Domingo de Resurrección.

En la provincia de Burgos esta tradición fue conocida como la función de Judas,


escarnio de Judas o destrucción de Judas celebrada, en Belorado, Burgos, Castrillo del
Val, Castrillo de Murcia, Guadilla de Villamar, Lerma, Quintanar de la Sierra, Villa-
diego y Villanueva de Odra (Valdivieso, 1993, pp. 75-80).

Representaban la función para criticar la vil traición de Judas Iscariote, amado del
Redentor, que lo vendió a los judíos, escribanos y fariseos por treinta dineros. Inter-
venía un tribunal de justicia y distintos mozos disfrazados de soldados de infantería,
caballería y de miñones. Judas era la representación del mal simbolizado en el apóstol
traidor durante la Semana Santa.

Probablemente todos tengan algo de razón y esta tradición del juicio, muerte y quema de
Judas reúna elementos tanto paganos como cristianos. Es posible que se haya producido
en la figura de Judas y de su ritual una mezcla de elementos profanos, tales como la figura
del muñeco, la sentencia condenatoria y el fuego catártico o purificador para enfrentarse
al mal que posee origen arcaico, con otros elementos cristianos, como el propio nombre
del personaje evangélico de Judas, el sentido moralizante que posee y el tiempo de su
celebración durante la Pascua al final de la Semana Santa en que Cristo muere y resucita.

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Independientemente del origen de la fiesta, del juicio, muerte y quema de Judas, el he-
cho es que se intenta destruir al mal personificado en el apóstol traidor para que impere
el nuevo orden del bien.

Las poblaciones de la Ribera de Navarra como Fustiñana y Murchante, al finalizar la


dura y triste Cuaresma, tenían la tradición pagana de «matar a la vieja», figura de una
anciana que tenía siete piernas. Cada semana concluida de la Cuaresma le cortaban una
pierna y así durante las siete semanas. El Domingo de Resurrección le cortaban el cue-
llo. Esta tradición fue sustituida por la tradición cristiana de la quema de Judas, muñe-
co de paja sinónimo de judío. La Vieja, Judas, Caín, Juan Lobo, Putin o el Demonio son
consideradas figuras en las que se personifica el mal y que hay destruir dándoles fuego.

El pelele-judas representa el mal personificado en un muñeco de paja. Con su quema


se pretende destruir el mal que durante el año ha existido en el pueblo. Es un rito de
purificación y de destrucción del mal mediante el fuego. Judas es el causante de todas
las desgracias y calamidades acontecidas en la población a sus vecinos, animales y cose-
chas. Constituye un elemento ritual mágico en donde el mal corporizado en un muñeco
es destruido quemando su efigie.

La tradición de enjuiciar y quemar monigotes de trapo, vestidos estrafalariamente con


ropas viejas y rellenos de paja o de papeles posee también una función de crítica social
en los lugares en donde se representa. La colectividad de la población se reúne en torno
a esta fiesta para disfrutar y divertirse. La gente admite la crítica en el caso de que lean
algo que les inculpe a ellos. Los aludidos sienten vergüenza pública por los actos inco-
rrectos que hayan cometido y hacen propósito de enmienda.

El ritual de la quema de Judas comprende desde elementos de arte, plasmados en


la hechura de los muñecos, hasta una sátira y crítica política y social reflejada en las
sentencias, sermones y bandos acusatorios, pasando por la religiosidad, el teatro, la
risa, los recuerdos del carnaval, la caricatura y la catarsis final que posee esta tradición
(Domínguez, 2017).

Ayuda a liberar tensiones humanas. La mocería insulta, pega, arrastra, cuelga y que-
ma a Judas. La lectura de la sentencia acusatoria alecciona a los vecinos para que con-
trolen los comportamientos indeseables y poco éticos. Produce en el pueblo una especie
de catarsis y de aprendizaje, de: «Ojo no hagas eso que al siguiente año puedes salir
en los Judas». Se produce una renovación de la conciencia comunitaria del vecindario.

En definitiva, el juicio y quema de Judas, Juan Lobo, la bruja o el nombre con que se
le quiera llamar a la personificación del mal, pretende destruir mediante el fuego purifi-
cador todos los males que acechan a la sociedad, al trabajo, a la salud de los vecinos y a
la vida económica de los agricultores, ganaderos y demás habitantes. Mueren los actos
malos del último año y se produce el nacimiento de un nuevo año limpio. El invierno
con el año viejo queda atrás enterrado. Comienza un nuevo año y ciclo de la naturaleza.
Despierta y renace la primavera. Los campos florecen y nace el amor. Se busca el por-
venir, la prosperidad de los campos, cosechas, animales y gentes.

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Además, del sentido purificatorio y de crítica social de la comunidad, posee la cere-


monia del juicio y quema de Judas un sentido lúdico y de diversión. Quemar a Judas
no es un acto anacrónico, sino que tiene plena vigencia en la actualidad. Las sentencias
son escritos graciosos e irónicos en donde se inculpa a Judas como autor de todos los
males acaecidos: robos, enfermedades, calamidades, pedriscos de las cosechas, heladas,
sequías, etc. Hacen crítica social y política del municipio y de sus vecinos.

Algunos pueblos conservan esta tradición como enseña de identidad y la tienen como
algo propio, privativo e identificador del lugar. Se sienten identificados con la costumbre
del juicio y la quema de Judas. En realidad, se mantiene este ritual porque esta tradición
sigue apasionando y divirtiendo a los jóvenes que teatralizan la vida de este personaje
manteniendo una puesta en acción muy atractiva. En el fondo se trata de una tradición
prácticamente universal. Hoy la quema de Judas se realiza en cientos de pueblos y ciu-
dades de España y Latinoamérica.

9. LISTA DE REFERENCIAS

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