Extracto Plan Nacional de Desarrollo

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Extracto del Plan Nacional de Desarrollo 2018- 2024

Lejos de superar o atenuar los aspectos políticos y sociales más inaceptables del desarrollo
estabilizador, el neoliberalismo los acentuó y los llevó a niveles generalizados: la corrupción,
el carácter antidemocrático de las instituciones y la desigualdad, entendida ésta no sólo como
una diferenciación creciente entre segmentos de la población sino también entre regiones del
país y entre el campo y la ciudad.

Las instituciones forjadas con el modelo de democracia representativa deben ser ampliadas
y complementadas con mecanismos de democracia participativa que permitan hacer efectivos
los principios contenidos en el Artículo 39 constitucional: "la soberanía nacional reside esencial
y originariamente en el pueblo" y "todo poder público dimana del pueblo y se instituye para
beneficio de éste. "El gobierno federal debe recuperar su función de árbitro auspicioso y
constructivo de los conflictos, empezar a cumplir sus mandatos constitucionales como guardián
de los derechos individuales y colectivos y asumir plenamente sus facultades como impulsor y
conductor de la economía.
El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 debe plasmar tales propósitos de manera llana y
clara y ser accesible a la población en general, la de hoy y la de las décadas venideras, porque
será uno de los documentos fundamentales de la transformación histórica que estamos
viviendo.
PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2019-2024

I. POLÍTICA Y GOBIERNO
Erradicar la corrupción, el dispendio y la frivolidad
La corrupción es la forma más extrema de la privatización, es decir, la transferencia de
bienes y recursos públicos a particulares. Las prácticas corruptas, agudizadas en el periodo
neoliberal, dañaron severamente la capacidad de las instituciones para desempeñar sus tareas
legales, para atender las necesidades de la población, para garantizar los derechos de los
ciudadanos y para incidir en forma positiva en el desarrollo del país.
Por ello, erradicar la corrupción del sector público es uno de los objetivos centrales del
sexenio en curso. Con este propósito, el Poder Ejecutivo Federal pondrá en juego todas sus
facultades legales a fin de asegurar que ningún servidor público pueda beneficiarse del cargo
que ostente, sea del nivel que sea, salvo en lo que se refiere a la retribución legítima y
razonable por su trabajo.
Lo anterior significa un combate total y frontal a las prácticas del desvío de recursos, la
concesión de beneficios a terceros a cambio de gratificaciones, la extorsión a personas físicas
o morales, el tráfico de influencias, el amiguismo, el compadrazgo, la exención de obligaciones
y de trámites y el aprovechamiento del cargo o función para lograr cualquier beneficio personal
o de grupo.
...
El aparato gubernamental, tal y como se recibió el 1 de diciembre de 2018, estaba plagado
de instituciones redundantes, de duplicidad de funciones y de oficinas y partidas
presupuestales sin propósito o resultados. En apego al marco legal, el gobierno federal
eliminará los despachos inútiles, concentrará las funciones y tareas en las dependencias
centralizadas y reorientará los presupuestos dispersos a los programas significativos y de alto
impacto social y económico.
Los lujos, los dispendios y la opulencia que caracterizaban el ejercicio del poder han llegado
a su fin. El gobierno actual está decidido a eliminar los privilegios y prebendas de que han
disfrutado los funcionarios de nivel alto y medio y pondrá fin a la contratación generalizada e
indiscriminada de personal de confianza, a la asignación abusiva de oficinas, vehículos,
mobiliario, equipos de comunicación y viáticos; al pago con cargo al erario de seguros de
gastos médicos; a los presupuestos para fiestas y banquetes y a los viajes sin sentido.
Únicamente los titulares de las secretarías de Estado podrán disponer de vehículo y chofer, y
sólo se asignarán escoltas a aquellos funcionarios que, por la naturaleza de su trabajo,
requieran de medidas de seguridad.

Separar el poder político del poder económico
Durante décadas, el poder político en México ha sido distorsionado y pervertido por la
connivencia entre equipos de gobierno y grupos empresariales, hasta el punto en que se hizo
imposible distinguir entre unos y otros. De esa manera, las instituciones gubernamentales
fueron puestas al servicio de los intereses corporativos y usadas para la creación,
consolidación y expansión de fortunas, en tanto que diversos consorcios han disfrutado en los
hechos de una perversa proyección política, legislativa, judicial y administrativa.
El gobierno federal actual se ha planteado el objetivo de separar esos dos ámbitos y
restaurar el principio constitucional de que "todo poder público dimana del pueblo y se instituye
para beneficio de éste". En lo sucesivo, la capacidad económica y financiera de personas
físicas o morales no debe orientar el nombramiento de funcionarios, la adopción de políticas
públicas, las decisiones administrativas, la realización de reformas legales, la elaboración de
fallos legales y mucho menos la distorsión de la voluntad popular en procesos electorales,
como ha ocurrido en el pasado. Las instituciones de gobierno deben velar por las necesidades
del país y de toda la población y no sólo por los intereses de grupos de presión empresariales
y mediáticos.
...

II. POLÍTICA SOCIAL


Construir un país con bienestar
El objetivo más importante del gobierno de la Cuarta Transformación es que en 2024 la
población de México esté viviendo en un entorno de bienestar. En última instancia, la lucha
contra la corrupción y la frivolidad, la construcción de la paz y la seguridad, los proyectos
regionales y los programas sectoriales que opera el Ejecutivo Federal están orientados a ese
propósito sexenal.
...
Para edificar el bienestar de las mayorías se requería de una fuerte presencia del sector
público en la economía, de enérgicas políticas recaudatorias y de una intervención estatal que
moderara las enormes desigualdades sociales en las que desemboca de manera inevitable
una economía de mercado sin control alguno. Así pues, hasta hace unas décadas era normal
y aceptado que en los países capitalistas industrializados el Estado detentara el monopolio de
sectores estratégicos como las telecomunicaciones y los ferrocarriles, la operación de puertos
y aeropuertos, los sistemas de pensiones y, por supuesto, los sistemas de educación y salud.
En esta nueva etapa de la vida nacional el Estado no será gestor de oportunidades, que es
como se presentó de manera explícita la política social del régimen neoliberal. Será, en cambio,
garante de derechos. La diferencia entre unas y otros es clara: las oportunidades son
circunstancias azarosas y temporales o concesiones discrecionales sujetas a término que se
le presentan a un afortunado entre muchos y que pueden ser aprovechadas o no. Los derechos
son inmanentes a la persona, irrenunciables, universales y de cumplimiento obligatorio.
El derecho a la vida, a la integridad física y a la propiedad serán garantizados por medio de
la ya descrita Estrategia Nacional de Paz y Seguridad. El gobierno federal hará realidad el
lema "Primero los pobres", que significa empezar el combate a la pobreza y la marginación por
los sectores más indefensos de la población.
Desarrollo sostenible
El gobierno de México está comprometido a impulsar el desarrollo sostenible, que en la
época presente se ha evidenciado como un factor indispensable del bienestar. Se le define
como la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la
capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Esta fórmula
resume insoslayables mandatos éticos, sociales, ambientales y económicos que deben ser
aplicados en el presente para garantizar un futuro mínimamente habitable y armónico. El hacer
caso omiso de este paradigma no sólo conduce a la gestación de desequilibrios de toda suerte
en el corto plazo, sino que conlleva una severa violación a los derechos de quienes no han
nacido. Por ello, el Ejecutivo Federal considerará en toda circunstancia los impactos que
tendrán sus políticas y programas en el tejido social, en la ecología y en los horizontes políticos
y económicos del país. Además, se guiará por una idea de desarrollo que subsane las
injusticias sociales e impulse el crecimiento económico sin provocar afectaciones a la
convivencia pacífica, a los lazos de solidaridad, a la diversidad cultural ni al entorno.

Salud para toda la población


La administración que inició el 1 de diciembre de 2018 encontró un sistema de salud pública
insuficiente, ineficiente, depauperado y corroído por la corrupción. Millones de personas no
tienen acceso a ninguna de las instituciones o modalidades de ese sistema o bien enfrentan
padecimientos para los cuales no hay cobertura. Como en otros terrenos, el desastre del
sistema de salud pública es resultado de los afanes privatizadores y de los lineamientos
emitidos por organismos internacionales copados por la ideología neoliberal.

El gobierno federal realizará las acciones necesarias para garantizar que hacia 2024 todas
y todos los habitantes de México puedan recibir atención médica y hospitalaria gratuita,
incluidos el suministro de medicamentos y materiales de curación y los exámenes clínicos.
...
Cultura para la paz, para el bienestar y para todos
Todos los individuos son poseedores y generadores de cultura. En rigor, el adjetivo "inculto",
particularmente cuando se le utiliza en término peyorativo, denota una condición imposible: los
humanos viven en sistemas culturales que van desde el lenguaje hasta las celebraciones y
conmemoraciones, desde los patrones de comportamiento hasta la alimentación, desde el
universo simbólico que cada persona construye hasta el disfrute y consumo de productos
tradicionalmente denominados culturales, como la música, las artes plásticas, las letras y las
artes escénicas.
Desde esta perspectiva, nadie debe ser excluido a las actividades y los circuitos de la cultura,
los cuales representan, en la actual circunstancia, factores de paz, cohesión social,
convivencia y espiritualidad.
Al igual que en otros rubros, el gobierno federal priorizará en éste las necesidades de los
sectores más marginados, indefensos y depauperados, e impulsará una vigorosa acción
cultural en las zonas más pobres del país.
...
Los recintos tradicionalmente consagrados a la difusión del arte no deben centralizar y
menos monopolizar la actividad cultural. Ésta debe poblar los barrios y las comunidades y
hacerse presente allí en donde es más necesaria, que son los entornos sociales más afectados
por la pobreza, la desintegración social y familiar, las adicciones y la violencia delictiva.

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