10515-2023, Corte Suprema

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Santiago, a veintidós de febrero de dos mil veintitrés.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de

sus fundamentos cuarto a octavo, que se eliminan.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

Primero: Que en estos autos compareció don Francisco

Leppes López, abogado, actuando por y en representación

de Clínica Reñaca S.A., quien dedujo la reclamación

prevista en los artículos 113 y 121 Nº 11 del D.F.L. Nº 1

del año 2005 del Ministerio de Salud, en contra de la

Superintendencia de Salud por haber dictado la Resolución

Exenta SS/N°840 de 9 de noviembre de 2021, que desestimó

el recurso jerárquico deducido en subsidio de la

reposición interpuesta en contra de la Resolución Exenta

IP/Nº 597 de 11 de febrero de 2021 de la Intendencia de

Prestadores de Salud que le sancionó con una multa de 350

UTM, por vulnerar el artículo 141 bis del DFL N°1/2005.

Segundo: Que la reclamante al fundar su acción

sostuvo, en primer lugar y, en lo pertinente para

resolver, el denominado “decaimiento del acto

administrativo”, el cual sustenta en que desde la

formulación de cargo, mediante la Resolución Exenta IP/N°

292, de 23 de enero de 2019 y la Resolución Exenta IP /N°

597 de 11 de febrero de 2021, que la sancionó,

transcurrieron mas de dos años de inactividad por parte

de la Intendencia de Prestadores de Salud, sin resolver

el asunto controvertido puesto en su conocimiento,

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excediendo injustificadamente los plazos previstos en los

artículos 27 y 53 de la Ley N° 19.880.

Tercero: Que, en lo que importa al recurso, se debe

consignar que la Corte de Apelaciones de Santiago

desestimó la referida alegación, declarando que “el hecho

que la autoridad reclamada se haya demorado más de 2 años

en formularle cargos a la reclamante no implica,

necesariamente, que se habría producido un decaimiento

del acto de la administración, ya que la misma, al

presentarse una denuncia, tiene que proceder a investigar

si se dan los supuestos contemplados en la Ley para la

formulación de cargos. Lo contrario importaría un actuar

arbitrario e ilegal que darían derechos a las partes a

recurrir ante la judicatura”.

Cuarto: Que, en este contexto, resulta

pertinente realizar las siguientes consideraciones:

El Derecho Procesal Administrativo sancionador

reposa en diversas bases, entre las cuales se cuenta la

tramitación, en un plazo razonable, de los procedimientos

que inicia para determinar las posibles responsabilidades

de los administrados o de los agentes públicos.

De esta forma, la garantía que implica el concepto

de “plazo razonable” en los procedimientos, entre los que

se encuentran los derivados del Derecho Administrativo,

es parte integrante del derecho al “debido proceso de

ley”, al cual nuestra Constitución alude en el artículo

19 Nº 3, inciso 5º, cuando ordena: “Toda sentencia de un

órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un

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proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al

legislador establecer siempre las garantías de un

procedimiento y una investigación racionales y justos”.

Desde esa perspectiva, debe considerarse que

constituye una carga ilegítima mantener la situación de

indefinición por un período prolongado, que si bien, en

general, salvo que se determinen medidas cautelares, no

se llega a limitar los derechos de la persona natural o

jurídica investigada, sí le afecta el estado de

incertidumbre en que se encuentra y que igualmente puede

estimarse incide en una pérdida substancial de la

garantía del debido proceso de ley, por exceder la

tramitación del procedimiento de todo plazo razonable.

Así, la Administración está vinculada a concluir su

función investigadora dentro de un plazo legal, que de

ser transgredido en exceso, como se ha indicado, además

de las responsabilidades individuales de los funcionarios

a cargo de ella, es posible deducir consecuencias en el

procedimiento.

La pérdida de presupuestos jurídicos o materiales

por parte del procedimiento, derivado de circunstancias

sobrevinientes, ha permitido fundar la teoría de su

inutilidad, puesto que afecta las bases de su existencia,

esto es, las circunstancias mismas que lo motivaron y se

tuvieron presente al iniciarlo, como es restaurar el

ordenamiento jurídico quebrantado, pero que pierde

eficacia al transgredir el mismo procedimiento el

referido ordenamiento que pretende restaurar. De esta

forma, cuando se pierde el sustento o contenido jurídico,

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se está en presencia de una ilegitimidad sobreviniente.

La valoración de los intereses presentes en el

procedimiento son los que entran en colisión y

corresponde optar por el de mayor relevancia. En efecto,

la transgresión del administrado no guarda relación con

la efectuada por la Administración y, por eso mismo, la

mayor relevancia de aquella en la que incurre esta

última, hace prevalecer los efectos que se asocian a ella

por sobre la del particular.

Quinto: Que, sobre el particular, reiteradamente,

esta Corte ha declarado, (SCS entre otros, Rol N°s 7.554-

15, 2.639-2020, 39.689-2020), que en el ámbito del

procedimiento administrativo sancionador, para que se

esté frente a un procedimiento racional y justo, la

resolución que lo concluye debe ser oportuna.

Para asentar tales decisiones, se ha considerado

especialmente los principios de eficacia y eficiencia

administrativa, consagrados en diversas disposiciones de

la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la

Administración del Estado.

En efecto, el artículo 3º, inciso segundo, dispone:

“La Administración del Estado deberá observar los

principios de responsabilidad, eficiencia, eficacia,

coordinación, impulsión de oficio del procedimiento,

impugnabilidad de los actos administrativos, control,

probidad, transparencia y publicidad administrativas y

participación ciudadana en la gestión pública, y

garantizará la debida autonomía de los grupos intermedios

de la sociedad para cumplir sus propios fines

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específicos, respetando el derecho de las personas para

realizar cualquier actividad económica en conformidad con

la Constitución Política y las leyes”.

Por su parte el artículo 5º, inciso primero, señala:

“Las autoridades y funcionarios deberán velar por la

eficiente e idónea administración de los medios públicos

y por el debido cumplimiento de la función pública”.

En tanto, el artículo 11 de la misma ley regula el

llamado control jerárquico, y relaciona la eficiencia y

eficacia con la oportunidad en que se realiza la

actuación administrativa. En efecto, dispone: “Las

autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de su

competencia y en los niveles que corresponda, ejercerán

un control jerárquico permanente del funcionamiento de

los organismos y de la actuación del personal de su

dependencia.

Este control se extenderá tanto a la eficiencia y

eficacia en el cumplimiento de los fines y objetivos

establecidos, como a la legalidad y oportunidad de las

actuaciones”.

A continuación, el inciso segundo del artículo 52

preceptúa que el principio de probidad administrativa,

consagrado actualmente en el artículo 8º de la Carta

Fundamental, “consiste en observar una conducta

funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de

la función o cargo, con preeminencia del interés general

sobre el particular”. Pues bien, el artículo 53 vincula

los principios de eficiencia y eficacia con la probidad

administrativa, al definir la expresión “interés general”

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señalando que “exige el empleo de medios idóneos de

diagnóstico, decisión y control, para concretar, dentro

del orden jurídico, una gestión eficiente y eficaz. Se

expresa en el recto y correcto ejercicio del poder

público por parte de las autoridades administrativas; en

lo razonable e imparcial de sus decisiones; en la

rectitud de ejecución de las normas, planes, programas y

acciones; en la integridad ética y profesional de la

administración de los recursos públicos que se gestionan;

en la expedición en el cumplimiento de sus funciones

legales, y en el acceso ciudadano a la información

administrativa, en conformidad a la ley”.

Finalmente, el Nº 8 del artículo 62 indica que es

una infracción al principio de la probidad

administrativa, “Contravenir los deberes de eficiencia,

eficacia y legalidad que rigen el desempeño de los cargos

públicos, con grave entorpecimiento del servicio o del

ejercicio de los derechos ciudadanos ante la

Administración”.

Sexto: Que la exposición de la normativa orgánica

constitucional resulta trascendente, pues a partir de

ella es posible verificar ciertos supuestos en los cuales

el procedimiento administrativo sancionatorio pierde su

eficacia – lo cual trae aparejada su extinción – por la

constatación del transcurso injustificado de un tiempo

excesivo por parte de la Administración, para la

declaración de responsabilidad y la consecuente decisión

terminal sobre la imposición de una sanción.

Lo anterior, también, encuentra sustento en el

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objeto jurídico del acto administrativo, cual es la

sanción impuesta, que producto del tiempo excesivo

transcurrido se torna inútil, puesto que el castigo

administrativo tiene principalmente una finalidad

preventivo-represora. En efecto, con él se persigue el

desaliento de futuras conductas ilícitas similares, se

busca reprimir la conducta contraria a derecho y

restablecer el orden jurídico previamente quebrantado por

la acción del transgresor.

En este mismo sentido, conviene puntualizar que no

cualquier dilación en la dictación del respectivo acto

administrativo conlleva la pérdida de eficacia del

procedimiento, sino sólo aquella que es excesiva e

injustificada.

Séptimo: Que, en esta línea argumental, el artículo

27 de la Ley N°19.880, dispone: “Salvo caso fortuito o

fuerza mayor, el procedimiento administrativo no podrá

exceder de 6 meses, desde su iniciación hasta la fecha en

que se emita la decisión final”.

Ante la claridad del artículo 27, en cuanto ordena

que la duración del procedimiento no podrá exceder de 6

meses contados desde su iniciación y hasta la decisión

final, y según fue indicado por el Ejecutivo en el

Mensaje de dicho cuerpo normativo, en el sentido que el

proyecto, precisamente, tiende a solucionar los problemas

derivados de considerar que a la Administración no le

afectan los plazos y que solamente generan

responsabilidades administrativas su incumplimiento,

entre otros aspectos, debe llevar a concluir que, en

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abstracto, la superación irracional e injustificada del

plazo antes indicado deriva en la imposibilidad material

para continuar el procedimiento, al concurrir una causal

sobreviniente consistente en, precisamente, la expiración

del plazo legal, unido a la superación de todo límite de

razonabilidad.

Por consiguiente, aun cuando el término del artículo

27 ya citado se aplica con matices a la Administración –

por cuanto no basta para la ineficacia del procedimiento

su solo transcurso, sino también un análisis adicional de

razonabilidad o justificación del exceso – ello no puede

significar que el administrado quede entregado al

arbitrio del órgano en cuanto a la duración del proceso.

Dicho de otro modo, el cumplimiento del señalado término

de seis meses, si bien no será suficiente por sí sólo

para determinar una pérdida de eficacia del

procedimiento, marca un hito a partir del cual podrá

examinarse la razonabilidad y justificación de su

extensión temporal, a la luz de los principios que deben

regir la actuación administrativa, obligatorios para la

Administración y que, además, tienen expresa consagración

legislativa, según ya se expuso.

Octavo: Que, asentado lo anterior, es posible

analizar en concreto el desarrollo del procedimiento

seguido contra la actora, ante la Intendencia de

Prestadores de Salud, del cual se desprenden los

siguientes hitos:

1º) Con fecha 20 de septiembre de 2016 don Julio

Robert Ramos ingresó a la Clínica Reñaca, bajo el

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diagnóstico de ser un paciente diabético, con cuadro de

compromiso de conciencia e hipoglicemia hasta 24 mg/dl,

siendo sometido a diversos procedimientos médicos, donde

se detectó que además cursaba una neumonía.

2°) Luego de lo cual, el día 23 de septiembre de

2016, a través de su cuidadora, dedujo un reclamo en

contra del prestador de salud, porque condicionó la

atención médica a la suscripción de un pagaré soslayando

el estado de urgencia o emergencia que a ese entonces le

aquejaba.

3º) El día 23 de enero de 2019, a través de la

Resolución Exenta IP/N° 292, la Intendencia de

Prestadores de Salud le formuló cargos, luego de tener

acreditada la infracción al artículo 141 bis, del DFL

Nº1, de 2005, de Salud y ordenó al prestador a corregir

la irregularidad cometida, mediante la devolución del

pagaré, otorgándose un plazo de 10 días hábiles para

evacuar sus descargos.

4º) El prestador de salud el 12 de febrero de 2019,

evacuó descargos, fundados en que el ingreso del paciente

no fue calificado como una atención de urgencia o

emergencia vital, en los términos contemplados en la

normativa legal y administrativa, razón por la que no era

posible conceder los beneficios contemplados en la

denominada Ley de Urgencia.

5º) Por Resolución Exenta IP/Nº 597 de fecha 11 de

febrero de 2021, desestimó la referida defensa y

sancionó al citado prestador al pago de una multa de 350

Unidades Tributarias Mensuales, por vulnerar el artículo

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141 bis del D.F.L N° 1, de 2005, de Salud.

6º) La Clínica con fecha 5 de marzo de 2021, dedujo

reposición en contra de la resolución sancionatoria y, en

subsidio, recurso jerárquico. El primero de los recursos

fue rechazado por Resolución Exenta IP/Nº 4.295 de 24 de

septiembre de 2021. En tanto, el segundo de los

mencionados fue desestimado por la Superintendencia de

Salud, mediante Resolución Exenta SS/Nº 840 de 9 de

noviembre de 2021.

Noveno: Que, en este orden de ideas, la tardanza

inexcusable de la Administración podría afectar, en

primer término, el principio del debido proceso, pues

resulta indudable que para que exista un procedimiento

racional y justo la decisión final debe ser oportuna.

Así entonces, en la especie es posible apreciar que

la autoridad administrativa dejó transcurrir más de seis

meses para emitir la decisión terminal, sin que haya

justificado la excesiva tardanza.

Por el contrario, del mérito de los antecedentes es

posible advertir que desde la formulación de cargos el 23

de enero de 2019 y su contestación por el administrado

el 12 de febrero de 2019, no aparecen diligencias o

trámites que, atendida la naturaleza de lo investigado –

exigencia de pagaré en una situación de urgencia-

requirieran una indagación que durara más de dos años,

más aun si se tiene presente que el informe médico

emitido por la Unidad Técnica de la Intendencia de

Prestadores de Salud se evacuó el 29 de marzo de 2018.

Tal plazo, conforme se ha expresado, excede no solo

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el determinado legalmente, sino que todo límite de

razonabilidad, contrariando los principios del Derecho

Administrativo obligatorios para la Administración, los

que, además, tienen expresa consagración legislativa, en

los términos anotados.

Décimo: Que, no cabe duda entonces, que la autoridad

administrativa ha vulnerado, abiertamente, los principios

señalados en los considerandos anteriores, transgresión

que debe tener efectos jurídicos respecto del

procedimiento administrativo, puesto que el efecto

fundamental que deriva de la declaración que nuestro país

es una República Democrática (art. 4° de la

Constitución), es el principio de responsabilidad de sus

autoridades por las decisiones que adopten y los

silencios en que incurran.

Es por ello que al encontrarse el procedimiento

sustanciado por un plazo mayor de seis meses y

materialmente paralizado por más de dos años, corresponde

declarar su imposibilidad material de continuarlo, de

conformidad a lo previsto en el artículo 40 inciso

segundo de la Ley N° 19.880.

En efecto, la consecuencia jurídica no puede ser

otra que el procedimiento pierda su eficacia y, por lo

mismo, la sanción consiguiente, puesto que queda vacía de

contenido y sin fundamento jurídico que la legitime. Y

es, abiertamente, ilegítima pues, como se expuso, son

manifiestas las vulneraciones a los principios de Derecho

Administrativo que se producen con la dilación indebida e

injustificada de su conclusión.

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Al haberse acogido la defensa en comento, hace

innecesario, que esta Corte se refiera al resto de las

alegaciones formuladas por la reclamante.

Y de conformidad con lo que disponen los artículos

113 y 121 Nº 11 del D.F.L. Nº 1 del año 2005 del

Ministerio de Salud, se revoca la sentencia apelada de

seis de enero de dos mil veintitrés, que rechazó la

reclamación deducida por la Clínica Reñaca S.A. y, en su

lugar, se declara que se acoge, sin costas, dejándose sin

efecto la Resolución Exenta SS/N° 840, de 9 de noviembre

de 2021, dictada por la Superintendencia de Salud y la

Resolución Exenta IP/Nº 597 de 11 de febrero de 2021, de

la Intendencia de Prestadores de Salud que le sancionó

con una multa de 350 UTM.

Regístrese, comuníquese y devuélvase.

Redacción a cargo del Ministro Suplente señor Gómez.

Rol N° 10.515-2023.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema


integrada por los Ministros (a) Sr. Sergio Muñoz G., Sra.
Ángela Vivanco M., Sr. Mario Carroza E., Sr. Mario Gómez
M. (s) y Sra. Dobra Lusic N. (s).

SERGIO MANUEL MUÑOZ GAJARDO ANGELA FRANCISCA VIVANCO


MINISTRO MARTINEZ
Fecha: 22/02/2023 11:25:18 MINISTRA
Fecha: 22/02/2023 11:25:20

MARIO ROLANDO CARROZA MARIO RENE GOMEZ MONTOYA


ESPINOSA MINISTRO(S)
MINISTRO Fecha: 22/02/2023 11:25:21
Fecha: 22/02/2023 11:25:20

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DOBRA FRANCISCA LUSIC NADAL
MINISTRO(S)
Fecha: 22/02/2023 11:25:22

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Pronunciado por la Tercera Sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros (as) Sergio Manuel Muñoz G., Angela Vivanco M., Mario Carroza
E. y los Ministros (as) Suplentes Mario René Gómez M., Dobra Francisca
Lusic N. Santiago, veintidós de febrero de dos mil veintitrés.

En Santiago, a veintidós de febrero de dos mil veintitrés, se incluyó en el


Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. EYQXDYCXWW

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