Reyes Catolicos
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Reyes Catolicos
Facultad de Derecho
Historia de las Instituciones Jurídicas, Políticas y Sociales Chilenas
1Mientras el rey Enrique IV era apodado “El Impotente” y acusado por detractores y súbditos de comportamiento
sodomita y graves faltas a sus deberes conyugales, la reina Juana recibía frecuentes visitas de cortesanos y nobles
ante la desatención y permisiva impasividad de su marido -según detractores, incluso con su beneplácito-. Uno de
sus “favoritos” era el valido Beltrán de la Cueva, quien, se rumora, habría engendrado a la infanta Juana de Castilla.
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señores y eclesiásticos, así como por el Reino de Aragón, gracias al enlace matrimonial
celebrado entre Isabel y Fernando.
Isabel I de Castilla y sus adherentes triunfarían sobre los juanistas, dando por zanjada la
discusión sobre la sucesión real y consolidándose ella como reina. A la sazón, el marido de
la monarca se había convertido, en el mismo año 1479, en el rey FERNANDO II DE ARAGÓN.
La guerra concluyó, justamente, con el
TRATADO DE ALCÁÇOVAS-TOLEDO,
mediante el cual el bando perdedor los
reconocería como los legítimos
gobernantes de Castilla. La pareja real,
cada uno rey en su propio reino,
comenzaría desde entonces a ejercer
un estilo de gobierno que cambiaría
para siempre la historia de lo que hoy Moneda de cuatro ducados de oro conmemorativa a
conocemos como España. Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, a quienes se
representa frente a frente en el anverso, y con los escudos
tanto castellano como aragonés en el reverso
2 En Castilla, si bien Isabel era la reina de iure, Fernando asumió una gran cantidad de funciones de gobierno, llegando
a dirigir, por ejemplo, su política exterior en muchos asuntos. Sin embargo, no se dio la misma situación viceversa,
toda vez que Isabel no tuvo injerencia alguna sobre el Reino de Aragón, cuya legislación no admitía a las mujeres
como monarcas. No obstante aquello, los esfuerzos políticos y diplomáticos de Fernando resultaron sumamente
beneficiosos para Castilla, siendo acusado, en ocasiones, de desatender su propio reino por favorecer al de Isabel.
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francófilos que sería necesario incorporar para asegurar la paz y estabilidad en la Península y
crear, a la larga, a la actual España. Los principales hitos en torno a la unificación territorial
son los que siguen.
a. El matrimonio de Isabel y Fernando (1469): Como se dijo, la unión matrimonial
entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, aún siendo ambos herederos o
pretendientes a sus respectivos tronos, marcó el inicio de una política común entre
Castilla y Aragón, aun cuando no uniesen de modo formal o legal a sus reinos en uno
solo. Isabel fue capaz de desafiar la autoridad de su hermano, entonces rey, con tal
de casarse con Fernando, a quien profesó amor y devoción desde pequeña. Además,
su matrimonio resultó sumamente estratégico, no sólo por aunar con él a los dos
reinos más relevantes de la Península, sino también por las conocidas dotes políticas
y diplomáticas de Fernando, que serían puestas al servicio de Castilla, granjeándole
importantes victorias e incorporaciones territoriales.
c. La anexión del Reino de Navarra (1512): Haciendo gala de sus habilidades tanto
diplomáticas como bélicas, el rey Fernando de Aragón se involucró activamente en
la guerra civil de Navarra, incorporando, finalmente, el territorio de dicho reino a
3Cuenta la historia que Boabdil, luego de salir ceremoniosamente del Palacio de La Alhambra y entregar las llaves
de la ciudad a los Reyes Católicos, se veía notoriamente afectado, al borde del llanto. Su madre, la sultana AIXA, lo
espetó con una frase que pasaría a la historia: “No llores como mujer lo que no supiste defender como un hombre”. Este dicho,
entendido en su contexto histórico y cultural, resulta doblemente deshonroso para Boabdil, considerando no sólo
su calidad de rey, sino de musulmán.
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Castilla. Llama la atención, así, que el monarca decidiese emplear sus recursos
políticos y militares para anexar un nuevo territorio al reino de su cónyuge en vez de
al propio. De paso, Fernando apagó, con esta anexión, el principal foco de influencia
francesa en toda la Península.
2. La reorganización de la hacienda.
La hacienda es, en resumidas cuentas, la economía del reino. Su reestructuración en
Castilla es otra más de las muestras de que los Reyes Católicos convertían, poco a poco, a la
futura España en un Estado moderno, alejándola de las estructuras y categorías típicas de la
Edad Media. En tiempos medievales, la gran cantidad de señores locales implicaba que
fueran éstos quienes recibiesen los tributos o impuestos; de aquellas cifras, una fracción
arribaba finalmente a las arcas reales, quedando los monarcas sujetos a los vaivenes
económicos de nobles y señores, sin contar con un patrimonio considerable. En ese estado
recibió Isabel el Reino de Castilla de manos de su hermano. No obstante, la hacienda fue
completamente reorganizada por la reina, creando un sistema tributario unificado por el
que el dinero recaudado pasaba directamente al erario público, sin intermediario alguno.
Del mismo modo, Isabel ideó la creación de un Consejo de Hacienda, organismo
de su plena confianza que se encargaría de la administración del dinero del Reino de Castilla.
Con este hecho se marcó un nuevo hito histórico, toda vez que, a partir de este momento,
4 Juana I de Castilla, apodada “La Loca”, recibió este apelativo por la inestabilidad mental en que quedó luego de la
muerte de su marido, FELIPE “EL HERMOSO”, en 1506. Tras su fallecimiento, Juana cayó en una profunda depresión
que la llevó a desfilar durante días junto al cadáver de su marido en estado de putrefacción, además de vivir continuos
episodios de arrebatos de ira y decisiones erráticas. Si bien hoy en día, con los avances de la psiquiatría, su caso sería
considerado producto de alguna afección a su salud mental, en la época esta clase de situaciones eran
invariablemente sindicadas como “locura” o “demencia”. Así, Juana fue recluida en un torreón en Tordesillas donde
pasaría el resto de su vida, hasta su muerte en 1555. De su unión con Felipe “El Hermoso”, de la Casa de Austria
o Habsburgo, nacería, en 1500, su hijo Carlos, futuro rey de la España unificada y emperador del Sacro Imperio.
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el patrimonio del reino y el patrimonio de los reyes pasaban a estar separados y ser
completamente distinguibles, cosa que no sucedía en los demás Estados europeos, donde
normalmente el dinero del rey y el del país se identificaban.
3. La centralización del poder y la sujeción de la nobleza.
Otra de las problemáticas que solían aquejar a los reyes medievales era el excesivo
poder de la nobleza en desmedro de los monarcas, lo que se manifestaba en todo un abanico
de aspectos: los nobles de cada localidad controlaban la economía, recaudaban impuestos,
acuñaban moneda propia, tenían ejércitos, declaraban la guerra a otros señores, imponían
leyes y administraban justicia. Del mismo modo, las localidades, en general, poseían amplias
libertades a través de sus ayuntamientos, municipios o cabildos, en los cuales el pueblo se
autorrepresentaba para salvaguardar sus intereses.
En la transición que vivió Castilla durante el gobierno de los Reyes Católicos, del
Estado medieval al Estado moderno, el poder político comenzó a desplazarse desde la
nobleza hacia el monarca, dejando de encontrarse diseminado o atomizado como en tiempos
feudales. La reina buscó la supresión del poder político de la nobleza y su reemplazo
por un poder único y personal encarnado en la figura del monarca, aun cuando hubiera
llegado al trono, en gran parte, gracias a su apoyo.
El principal medio de control que tenían los
nobles sobre los reyes, además del económico y
militar, eran las cortes, en las que la nobleza y los
estamentos representados se reunían para tomar
ciertas decisiones concernientes a todo el reino y, en
ocasiones, imponer términos a los monarcas. Isabel
“La Católica” tomó la determinación de dificultar la
convocatoria a cortes e impedirlas a como diese
lugar, propiciando que las decisiones y peticiones se
hiciesen en su propia corte y ante su presencia.
Por otra parte, para controlar los
ayuntamientos o municipios en todos los rincones de
Retrato de los Reyes Católicos, Isabel I Castilla tomó la decisión de intervenirlos mediante la
de Castilla y Fernando II de Aragón
creación de un funcionario, el corregidor, único
miembro del cabildo que era nombrado por el monarca, con funciones de fiscalización, ya
que todos los demás eran electos por y de entre los vecinos del pueblo o ciudad respectivo.
Finalmente, Isabel terminó de centralizar el Estado a través de la creación del sistema
polisinodal, a través del cual se basaba toda la administración pública en consejos, cuyos
miembros no eran nobles, sino profesionales pagados, designados y de exclusiva confianza
de la reina, que la asesoraban y acompañaban por el país de modo itinerante junto a su corte.
Estos consejos dieron pie a una administración más eficiente y eficaz, además de
especializada, funcionando de una manera similar a los ministerios modernos.
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4. La reforma de la Iglesia y la defensa de la fe.
Uno de los aspectos capitales de la administración de los Reyes Católicos dijo relación
con la fe católica y la Iglesia. Isabel, cristiana muy devota, era una convencida de que la
unificación política y jurídica de su reino sólo podía ser efectiva si iba aparejada a una
unificación religiosa, cuestión sumamente complicada en una Castilla de tres religiones: una
amplia mayoría de sus súbditos era católica, por supuesto, pero también quedaban
poblaciones no despreciables de musulmanes -llamados mudéjares, es decir, musulmanes
que habitan en un reino cristiano-, así como importantes comunidades de judíos -llamados
sefardíes, según la denominación de la época-. Del mismo modo, la nueva reina avizoró un
problema estructural y de aun más gravedad: la Iglesia castellana, en general, se encontraba
en pésimas condiciones tanto morales como intelectuales; su clero, salvo excepciones, no
contaba con la preparación, instrucción ni observaba el comportamiento que se esperaba de
él; sus escuelas de teología estaban atrasadas y despobladas; en general, la situación religiosa
era paupérrima, y la reina católica estaba decidida a revertir aquel deplorable estado.
a. La reforma de la Iglesia de Castilla: Primero
que todo, la reina encargó a su confesor y
sacerdote de confianza, FRAY FRANCISCO
JIMÉNEZ DE CISNEROS, una reforma completa
y absoluta de la Iglesia del Reino de Castilla, así
como de la enseñanza de la teología. Se dificultó
notoriamente el ingreso a los hábitos
sacerdotales, aumentando la exigencia y la
preparación intelectual de los clérigos, quienes
debían ser doctos en las artes liberales, así como
en teología, filosofía y otros saberes.
Pronto las principales universidades de Castilla,
como Valladolid, Alcalá de Henares o Retrato de fray Francisco Jiménez
de Cisneros, confesor de la reina y
Salamanca, comenzaron a producir camada tras gestor de la reforma a la Iglesia
camada de teólogos de renombre, al tiempo que castellana
las más importantes dignidades eclesiásticas del reino eran ocupadas por
sacerdotes bien instruidos y educados. Asimismo, se propició y enforzó el buen
comportamiento moral, público y privado de los clérigos, dando nueva cara a la
Iglesia del reino en su totalidad.
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la antesala de otros exilios masivos -sobre todo de judíos- que se darían más
adelante. Por ejemplo, los sefardíes serían más tarde también expulsados de
Portugal (1497) y de Navarra (1498) 5.
5 La expulsión de los judíos de la Península Ibérica se enmarca en una tónica sumamente frecuente en Europa en
los siglos circundantes al de los Reyes Católicos. A modo de ejemplo, previo al Edicto de Granada (1492) los judíos
también habían sido expulsados de Inglaterra (1290), Francia (1394), Austria (1421), Parma (1488) y Milán (1490).
Asimismo, de modo posterior, también fueron forzosamente expulsados de Lituania (1495), Portugal (1496),
Navarra (1498), Provenza (1500), Brandeburgo (1510), Túnez (1535), Nápoles (1541), Génova (1550), Baviera
(1554), de los Estados Pontificios (1593), Orán (1669) y Viena y Baja Austria (1670). Estas expulsiones tuvieron
distintas motivaciones, desde la religiosa a la económica, y contribuyeron a generar la denominada “diáspora judía”.
6 “Morisco” era la denominación dada al converso del islam al cristianismo. Por su parte, “marrano” era un apelativo
sumamente despectivo contra los judíos que eran, en realidad, falsos conversos.
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de teología. El siglo XVI fue sumamente difícil para la Iglesia Católica, toda vez
que los embates de la Reforma Protestante remecían su base de fieles en Europa
Central. Para contener la oleada protestante, la Iglesia convocó al CONCILIO DE
TRENTO, celebrado entre 1545 y 1563, el que es considerado el primer gran
concilio ecuménico moderno, y que sentó las bases de la respuesta de la Iglesia
Católica a la Reforma Protestante. En Trento se aclaró una serie de puntos
doctrinales, disciplinarios y dogmáticos 7. En este concilio fue especialmente
destacada la participación de los teólogos castellanos formados al alero de la
reforma y depuración de Isabel “La Católica” y fray Francisco Jiménez de
Cisneros.
7 Si bien el Concilio de Trento nació como una instancia para dar respuesta a la amenazante expansión de la Reforma
Protestante de Martín Lutero, terminó sentando las bases de la doctrina católica moderna, gracias a la cantidad de
asuntos debatidos y a la calidad de teólogos que en él participaron. Así, parte de su importancia histórica se debe
también a haber definido la doctrina de la Iglesia sobre las Sagradas Escrituras, la Tradición, los sacramentos y el
celibato (quedando prohibido el matrimonio de los sacerdotes), la reafirmación de la supremacía de la autoridad
papal y la delimitación de los campos de aplicación de los teólogos. El Concilio definió, a su vez, las nuevas normas
dogmáticas, litúrgicas y éticas de la Iglesia, en especial las prácticas rechazadas por los protestantes: presencia real
de Cristo en la Eucaristía, justificación por la fe y por las obras, conservación de los siete sacramentos, las
indulgencias y la veneración de la Virgen María y los santos.
8 Una de las características más usuales del colonialismo es la fundación de ciudades portuarias estrictamente
dedicadas a la extracción de materias primas hacia la Metrópoli. Tomando el ejemplo portugués, todas sus capitales
fundadas en América (Salvador de Bahía, Río de Janeiro), África (como Praia, Luanda o Maputo) o Asía (como
Goa, Macao o Timor) se emplazaban en las costas, a diferencia de capitales hispanas fundadas en América, como
Ciudad de México, Bogotá o Santiago de Chile, fundadas en el interior y demostrativas del ánimo de permanencia.
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Del mismo modo, a partir del descubrimiento la Corona comenzó a hacerse cargo de
situaciones tales como la justificación jurídica del proceso de conquista y de la posesión
de las Indias, la regulación de las instituciones jurídicas indianas, la creación de un
sistema administrativo para el nuevo continente, y, finalmente, el hecho que resulta más
singular -toda vez que en ninguna otra posesión de ultramar europea se verificó algo ni
remotamente similar-, la creación y estructuración de un Derecho indiano, propio, pensado
y adaptado especialmente para la vida en el nuevo continente.
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Cristóbal Colón los títulos de almirante, virrey y gobernador general de todos los
territorios que descubriese, así como una décima parte de todas las riquezas que
obtuviese. Así, las Capitulaciones de Santa Fe significaron un reparto anticipado entre Colón
y los Reyes Católicos de los beneficios que reportaría la conquista de lo que después se
llamaría América.
“Primeramente, que Vuestras Altezas, como Señores que son de las dichas mares océanas, hacen desde
ahora al dicho don Cristóbal Colón su almirante en todas aquellas islas y tierras
firmes que por su mano o industria se descubrirán o ganarán en las dichas mares océanas
para durante su vida y, después de él muerto, a sus herederos y sucesores de uno en otro perpetuamente (…)”.
“Otrosí, que Vuestras Altezas hacen al dicho don Cristóbal su virrey y gobernador
general en todas las dichas tierras firmes e islas que, como dicho es, él descubriere o
ganare en las dichas mares ; y que, para el regimiento de cada una y cualquiera de ellas, haga él
elección de tres personas para cada oficio y que Vuestras Altezas tomen y escojan uno, el que más fuere su
servicio; y así serán mejor regidas las tierras que Nuestro Señor le dejará hallar y ganar a servicio de Vuestras
Altezas”.
“Ítem, que de todas y cualesquiera mercaderías, siquiera sean perlas, piedras preciosas, oro, plata, especiería
y otras cualesquiera cosas y mercaderías de cualquier especie, nombre y manera que sean que se compraren,
trocaren, hallaren, ganaren y hubieren dentro en los límites del dicho almirantazgo, que desde ahora Vuestras
Altezas hacen merced al dicho don Cristóbal y quieren que haya y lleve para sí la décima parte
de todo ello, quitadas las costas todas que se hicieren en ello, por manera que de lo que
quedare limpio y libre haya y tome la dicha décima parte para sí mismo y haga de ella a su voluntad,
quedando las otras nueve partes para Vuestras Altezas ”.
Capitulaciones de Santa Fe, 17 de abril de 1492 (fragmentos).
Para muchos, las Capitulaciones de Santa Fe, de modo indirecto y no buscado,
representan el nacimiento del Derecho indiano, que a posteriori sería la mayor creación jurídica
de la América hispana. Tras este acuerdo, la Pinta, la Niña y la Santa María zarparían desde
el puerto de Palos de la Frontera hacia las Islas Canarias, y desde allí hacia el continente
asiático por la ruta de Occidente. Sin saberlo, en su primer viaje Colón visitaría varias islas
del Mar Caribe, como Bahamas, Cuba y La Española (actuales República Dominicana y
Haití), fundando los primeros efímeros asentamientos castellanos en el Nuevo Mundo y
entrando en contacto por primera vez con los nativos del continente americano.
Cristóbal Colón realizaría un total de cuatro viajes a América, en 1492, 1493, 1498 y 1502.
En su segundo viaje visitó las islas de las Antillas -actualmente Martinica, Guadalupe,
Antigua, entre otras-, así como Puerto Rico y Jamaica; en el tercer viaje arribó por primera
vez -todavía sin saberlo- a Sudamérica, en lo que hoy es Venezuela y Guyana; finalmente, en
su cuarto viaje llegó a Centroamérica, paseando por las costas de las actuales Panamá, Costa
Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Belice. Por parte de la Corona, los términos de las
Capitulaciones de Santa Fe serían respetados, aun cuando Isabel desarrollara una cierta
animadversión a Colón, obligándolo a observar un buen trato hacia los nativos. El almirante
moriría en 1506, sin enterarse que había arribado no a Asia, sino a un nuevo continente.
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V. Anexo documental: Mapas.
Expulsiones de
judíos en Europa
entre los siglos XII
y XVI
Viajes de
descubrimiento y
exploración
portugueses en los
siglos XV y XVI
Rutas de los
cuatro viajes de
Cristóbal Colón al
Nuevo Mundo
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