Lección 06 - Acercándose Al Dios Santo
Lección 06 - Acercándose Al Dios Santo
Lección 06 - Acercándose Al Dios Santo
Lección 6
ACERCÁNDOSE AL DIOS SANTO
Contenido
I. El libro de Levítico
II. Dios es santo
III. Los holocaustos
IV. Las ofrendas
V. Los sacrificios
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I. EL LIBRO DE LEVÍTICO
A. NOMBRE
El nombre de Levítico nos llega de la Septuaginta (LXX) a través de la
Vulgata. Durante las primeras centurias de la era cristiana, los cristianos
empleaban la Biblia griega. En la cuarta centuria, Jerónimo la tradujo al
latín, completándola hacia el año 405 d. C
Esta versión llamada la Vulgata llegó a ser la Biblia de la iglesia occidental,
hasta la época de la Reforma. Leveitikon era el nombre del tercer libro del
Pentateuco en la Septuaginta. En latín, llegó a ser Leviticus. Esta
denominación fue dada al libro porque trata con el sistema levítico de
adoración en el Antiguo Testamento.
B. TEMA
Se llamó a este libro Levítico en la versión griega porque trata de las leyes
relacionadas con los ritos, sacrificios y servicio del sacerdocio levítico.
C. PROPÓSITO
Levítico presenta las leyes por las cuales Israel habría de mantener esa
comunión. Jehová quería enseñar a su pueblo, los hebreos, a santificarse.
La palabra santificación significa apartarse del mal y dedicarse al servicio de
Dios.
D. CONTENIDO
Levítico es el manual de adoración de los antiguos hebreos. Comienza con
un tratado sobre los sacrificios.
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Levítico es el libro de la santidad “separación”. Aunque se hace mucho
hincapié en la santidad ceremonial, en la que personas, animales u objetos
eran apartados de su uso profano o impureza cúltica para el servicio a Dios,
tal santidad es, al fin y al cabo, símbolo y fundamento de la santidad ética.
Dios mismo está separado de todo lo pecaminoso y profano (es
moralmente santo), y trasciende a toda su creación (es majestuosamente
santo).
La estructura del libro corresponde bien a su tema. Los caps. 1–16 tratan
básicamente del culto que debía ofrecerse a un Dios santo, mientras que
los caps. 17–27 se relacionan principalmente con el andar cotidiano en
santidad ante Dios y los demás.
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IV. LAS OFRENDAS
A. TIPOS DE OFRENDAS
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B. OFRENDAS VOLUNTARIAS
1. La ofrenda del holocausto (Quemada) Lev. 1:1–17; 6:8–13
La palabra holocausto quiere decir “todo quemado”. En todos los sacrificios
lo que era para Dios debía de ser quemado en el altar del holocausto. La
idea principal del holocausto es consagración a Dios.
2. La ofrenda de oblación o de cereales Lev. 2:1–16; 6:14–23.
La oblación era la única ofrenda o sacrificio que no tenía sangre, consistía
en una ofrenda de flor de harina con sal, aceite, e incienso. Podían ofrecerlo
en forma de tortas cocidas en el horno o en el sartén o en cazuela.
3. La ofrenda de paz o reconciliación Lev. 3:1–17; 7:11–38.
Este sacrificio era el más ofrecido mientras vivían en el desierto, porque
tenían que presentar así todos los animales que mataban para comida de
entre sus ganados, cabras u ovejas. Representa la comunión con Dios. El
altar era la mesa de Dios (Ez. 44:16; 41:22; Mal. 1:7, 12).
C. TRES DIFERENTES TIPOS DE SACRIFICIOS DE PAZ
1. Acción de Gracias
Es cuando uno había recibido alguna bendición de Dios y quería expresar su
gratitud, en 7:1–12.
2. Los Votos
Es cuando uno había hecho un voto al Señor de dar algo porque Dios había
cumplido con su parte entonces le tocaba a uno ahora dar Dios.
3. Ofrenda Voluntaria
Es cuando espontáneamente le nace a uno el deseo de hacerlo.
D. LAS QUE NO TIENEN OLOR SUAVE, POR CULPA: ERAN OBLIGATORIAS
La ofrenda por el pecado: Lv. 4:1–5:1–13; 6:24–30.
Este sacrificio era por pecados de ignorancia y debilidad. Esta ofrenda era
para expiar transgresiones específicas donde no era posible hacer ninguna
restitución y debían de ser pecados cometidos por yerro no a propósito,
estos pecados son pecados de ignorancia, Lv. 5:4, 5. Ignorancia significa
actitud, que resulta de las debilidades humanas.
E. TRES TIPOS DE SACRIFICIOS SEGÚN LA PERSONA QUE HABÍA PECADO
● Para el sacerdote o todo el pueblo: se requería un becerro.
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● Para un príncipe: se requería un macho cabrío en sacrificio.
● Para cualquiera persona: se exigía una hembra de las cabras o
corderas en sacrificio.
F. LA OFRENDA POR LA CULPA Lev. 5:14–6:1–7; 7:1–10.
Era para expiar transgresiones específicas donde la restitución era posible.
Era por pecados cometidos a propósito; no eran pecados de ignorancia.
Este sacrificio simbolizaba la restitución o satisfacción. En todo caso el
sacrificio requerido era un carnero, y se sacrificaba según el rito del
sacrificio por el pecado ya indicado.
V. LOS SACRIFICIOS
A. NORMAS ADICIONALES PARA LOS SACERDOTES ACERCA DE LOS
SACRIFICIOS (6:8–7:38)
El interés principal de la sección es identificar qué personas, lugares y
porciones eran aceptables a Dios como comidas sacrificiales.
1. El orden didáctico (ofrendas de holocausto, oblación, de paz, por el
pecado y por la culpa) que se siguió en 1:1–6:7.
2. El orden administrativo (i.e., orden de inventario: ofrendas de
holocausto, de oblación, por el pecado, por la culpa y de paz) que se
sigue en 6:8–7:38 (cf. Nm. 7:87–88).
3. El orden de procedimiento, que es en el que en realidad se presentaban
los sacrificios (ofrendas por el pecado y/o la culpa, holocausto, oblación
y de paz) es evidente en numerosos pasajes como Levítico 8:14–32 (cf.
Éx. 29:10–34); Levítico 14:12–20; 15:14–15, 29–30; Números 6:16–17
(nótese el contraste con el orden administrativo en Nm. 6:14–15) y 2
Crónicas 29:20–35.
B. NORMAS SACERDOTALES DEL HOLOCAUSTO (6:8–13)
Trata solo acerca de la responsabilidad de los sacerdotes de tener el
cuidado apropiado al manejar las cenizas y el fuego del altar.
Las brasas del holocausto de la tarde debían permanecer toda la noche
sobre el altar, y el fuego debía mantenerse ardiendo. En la mañana,
vistiendo las ropas apropiadas para cada tarea, el sacerdote debía quitar
las cenizas del altar y luego llevarlas fuera del campamento, a un lugar
ceremonialmente limpio.
Los sacerdotes eran responsables de mantener continuamente el fuego
ardiendo en el altar.
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C. NORMAS SACERDOTALES DE LA OBLACIÓN (6:14–23)
6:14–18. Estos vv. añaden poca información al procedimiento descrito en
el cap. 2. Las palabras “cosa santísima” (6:17) señalan la carne del sacrificio
que podían comer solo los sacerdotes (todos los varones de los hijos de
Aarón, v. 18). (Al holocausto, que no podía comerse, nunca se le llama
“santo” o “cosa santísima”.)
6:19–23. La oblación ordinaria (i.e., diaria; cf. He. 7:27) no se mencionó en
Levítico 2. Debía ser preparada por el heredero del sacerdote ungido (sumo,
6:22) y la mitad se ofrecía a la mañana y la mitad a la tarde (v. 20). Debido
a que el sacerdote no podía comer su propia ofrenda, ésta debía ser
enteramente quemada sobre el altar (v. 23).
D. NORMAS SACERDOTALES DE LA OFRENDA POR EL PECADO (6:24–30)
6:24–30. Este párrafo delinea:
a) el procedimiento por el que debía ser consumida la carne de la
ofrenda por el pecado por el sacerdote (v. 26) y sus familiares varones
(v. 29);
b) el ritual para reconsagrar las vestiduras que accidentalmente
hubieran tenido contacto con la sangre del sacrificio o los utensilios
tocados por la carne del sacrificio (vv. 27–28); y
c) la restricción de comer la carne de la ofrenda por el pecado del
sacerdote o de la comunidad (que se identifica por el ritual de meter
la sangre en el tabernáculo de reunión, v. 30).
E. NORMAS SACERDOTALES DE LA OFRENDA POR LA CULPA (7:1–6)
7:1–6. Aquí se da una explicación más amplia del procedimiento para el
sacrificio que la que aparece en 5:14–6:7. El lugar (7:2) donde se degollaba
a las víctimas es igual al del holocausto (en el lado norte del altar, 1:11). El
procedimiento para el manejo de la sangre (7:2) y la incineración sobre el
altar (vv. 3–5) es igual al de la ofrenda de paz (cap. 3). Comer la carne del
sacrificio (7:6) se asemeja al ritual de la ofrenda por el pecado (cf. 6:26, 29).
F. RESUMEN DE LAS OFRENDAS EXPIATORIAS Y DEDICATORIAS PARA LOS
SACERDOTES (7:7–10)
7:7–10. Este párrafo menciona las primeras cuatro ofrendas (por el
pecado… por la culpa… holocausto y oblación) y resume lo que el sacerdote
recibía de cada una. Las oblaciones cocidas se destinaban al sacerdote que
oficiaba (v. 9) mientras que las que no eran cocidas, eran compartidas por
todos los sacerdotes (v. 10).
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G. NORMAS SACERDOTALES DE LA OFRENDA DE PAZ (7:11–21)
7:11–15. En el caso de una ofrenda de gratitud —la más común de las
ofrendas de paz (cf. 22:29–30)— el sacrificio de acción de gracias (7:12; cf.
el comentario del cap. 3) debía acompañarse por una parte de cada una
(7:14) de tres oblaciones sin levadura (descritas en el v. 12). Puesto que las
ofrendas debían ser sin levadura, el sacerdote aparentemente presentaba
“una parte para memorial” sobre el altar, para acompañar la grasa del
animal de la ofrenda de paz (cf. 2:9, 11–12). Luego, el sacerdote oficiante
retenía el resto para sí (7:14). Sin embargo, las tortas de pan leudo (v. 13)
aparentemente eran para la comida de comunión y no para el sacerdote
que oficiaba. Las porciones del sacerdote de la ofrenda.
7:16–18. Sin embargo, en el caso de una ofrenda de paz por un voto o
sacrificio voluntario… y lo que de él quedare, la podían comer al día
siguiente. Pero lo que sobrare después de dos días debía ser quemado en
el fuego. Comer de la carne al tercer día anulaba toda la ofrenda y hacía
que el infractor quedara sujeto al castigo divino. (Para el ritual especial del
sacrificio de paz en la terminación de un voto nazareo, V. Nm. 6:13–20.)
7:19–21. (Cf. 19:5–8.) La regla general para comer carne, era que tanto esta
como quien la comiera, debían estar ceremonialmente limpios. La persona
ceremonialmente inmunda (cf. caps. 11–15; 22) que comiera la carne del
sacrificio de paz debía ser cortada de entre su pueblo (i.e., por medio de la
muerte; cf. 7:21, 25, 27; 17:4, 9; 18:29; 19:8; 20:8, 17–18; 22:3; etc.).
H. NORMAS ADICIONALES DIRIGIDAS A LOS ISRAELITAS (7:22–36)
1. La prohibición de comer grosura o sangre. 7:22–27. El principio
presentado en 3:17 se desarrolla aquí con más detalle. Comer
grosura de un animal limpio, ya sea que hubiere muerto por causa
natural o que hubiera sido muerto por un animal salvaje (7:24), o
que hubiera sido inmolado en sacrificio (v. 25), estaba prohibido bajo
pena de un juicio divino directo (ser cortado de su pueblo). Los restos
de los animales que no se ofrendaban como sacrificio podían
comerse, pero debido a que esto producía una inmundicia temporal
(11:39–40; 17:15), preferiblemente se daba a un no israelita (Dt.
14:21). A la grosura de tal animal podría dársele cualquier otro uso
aparte del de comida, ya fuera para alumbrarse, dar lustre a objetos
o para cualquier otro propósito doméstico. La segunda prohibición
tiene que ver con comer carne de la que la sangre no había sido
drenada (cf. 1 S. 14:33). La amenazante pena era de nuevo el juicio
divino.
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2. La parte de los sacerdotes del sacrificio de paz. 7:28–34. Este
párrafo complementa los vv. 11–21 en relación con la comida
comunal que era compartida por el adorador y su familia. Como con
otras ofrendas (excepto el holocausto), el sacerdote recibía
porciones escogidas para alimentarse. El pecho del sacrificio de paz
debía mecerse como sacrificio mecido delante de Jehová. Los
eruditos judíos interpretan esta acción como una acción de lado a
lado, que dedicaba la ofrenda al Señor. Por otra parte, ellos
consideraban la “ofrenda elevada” de la espaldilla derecha (v. 32)
como un movimiento de arriba hacia abajo. La espaldilla derecha era
dada al sacerdote oficiante (vv. 32–33) mientras que el pecho era
dado a todo el cuerpo de sacerdotes (v. 34) y sus familias —a tus
hijos y a tus hijas (Nm. 18:11–12).
3. Resumen de la porción de las ofrendas para los sacerdotes. 7:35–
36. Estos versículos aparecen para resumir toda la sección de 6:8–
7:34. Inmediatamente después de su investidura al servicio
sacerdotal, los sacerdotes empezaban a recibir la porción de las
ofrendas como estatuto perpetuo en sus generaciones.
I. CONCLUSIÓN DE LAS LEYES ACERCA DE LOS SACRIFICIOS (7:37–38)
Aquí se sigue el orden administrativo de listar los sacrificios debido a que
este fue el orden que se acababa de seguir en las normas sacerdotales. La
adición de la ofrenda de las consagraciones (que probablemente se refiere
a un sacrificio de paz especial de un carnero, que registra la ordenación de
Aarón y sus hijos. El recordatorio de que estas normas eran las que mandó
Jehová a Moisés en el monte de Sinaí indica que el sistema sacrificial era
parte de la responsabilidad pactal conferida en ese monte.
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