Los Siete Sacramentos en La Biblia
Los Siete Sacramentos en La Biblia
Los Siete Sacramentos en La Biblia
1. BAUTISMO
Mt. 28, 19
"Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo,"
Mc. 16, 16
"El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará."
Jn. 3, 5
"Respondió Jesús: "En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede
entrar en el Reino de Dios.""
Hch. 2, 38
"Pedro les contestó: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de
Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;""
Hch. 16, 15
"Cuando ella y los de su casa recibieron el bautismo, suplicó: "Si juzgáis que soy fiel al Señor,
venid y quedaos en mi casa." Y nos obligó a ir."
Hch. 16, 33
"En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas;
inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos."
Hch. 22, 16
"Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre."
Rom. 5, 3-4
"¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su
muerte?"
1 Cor. 1, 13-16
"¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en
el nombre de Pablo? ¡Doy gracias a Dios por no haber bautizado a ninguno de vosotros fuera de
Crispo y Gayo! Así, nadie puede decir que habéis sido bautizados en mi nombre. ¡Ah, sí!, también
bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no creo haber bautizado a ningún otro".
1 Cor. 6, 11
"Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios."
Col. 2, 12
"Sepultados con Él en el bautismo, con Él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios,
que resucitó de entre los muertos."
Tit. 3, 5
"Él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia,
por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,"
1 Pe 3, 21
"a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del
cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo,"
2. RECONCILIACIÓN
Mt. 16, 19
"A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la Tierra quedará atado en los
Cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los Cielos."
Mt. 18, 18
"Yo os aseguro: todo lo que atéis en la Tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desatéis en
la tierra quedará desatado en el Cielo."
Hch. 19, 18
"Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas."
1 Cor. 5, 3-5
"Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como
si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi
espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para
destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor."
2 Cor. 2, 6-11
"Bastante es para ese tal el castigo infligido por la comunidad, por lo que es mejor, por el contrario,
que le perdonéis y le animéis no sea que se vea ése hundido en una excesiva tristeza. Os suplico,
pues, que reavivéis la caridad para con él. Pues también os escribí con la intención de probaros y
ver si vuestra obediencia era perfecta.
Y a quien vosotros perdonéis, también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné -si algo he
perdonado- fue por vosotros en presencia de Cristo, para que no seamos engañados por Satanás,
pues no ignoramos sus propósitos."
2 Cor. 5, 18-20
"Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la
reconciliación.
Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las
transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos,
pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo
os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!"
Santiago. 5, 16
"Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis
curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder."
1 Jn. 1, 8-9
"Si decimos: "No tenemos pecado", nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si
reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de
toda injusticia."
Jn. 6, 30-35
"Ellos entonces le dijeron: "¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra
realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: "Pan del cielo les
dio a comer." Jesús les respondió: "En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el
pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que
baja del cielo y da la vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan." Les
dijo Jesús: "Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no
tendrá nunca sed.""
Jn. 6, 48-58
""Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el
pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si
uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del
mundo." Discutían entre sí los judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre
verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo
que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por
mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que
coma este pan vivirá para siempre.""
1 Cor. 10, 16
"La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan
que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y
un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan."
4. CONFIRMACIÓN
Sab. 9, 17
"Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la Sabiduría y no le hubieses
enviado de lo alto tu Espíritu Santo?"
Hch. 8, 14-17
"Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra
de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el
Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido
bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu
Santo."
2 Cor. 1, 21-22
"Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos
marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones."
Ef. 1, 13
"En Él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación,
y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,"
Heb. 6, 1-2
"Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémonos a lo perfecto, sin
reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; de la
instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos
y del juicio eterno."
Mc. 6, 5
"Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó
imponiéndoles las manos."
Mc. 6, 12-13
"Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con
aceite a muchos enfermos y los curaban."
Hch. 9, 17-18
"Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: "Saúl, hermano, me ha enviado a ti
el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y
seas lleno del Espíritu Santo." Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la
vista; se levantó y fue bautizado."
1 Cor. 12, 9
"a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu;"
1 Cor. 12, 30
"¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?"
Sgo. 5, 14-15
"¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le
unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará
que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados."
6. ORDEN SACERDOTAL
Mt. 18, 18
"Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la
tierra quedará desatado en el cielo."
Lc. 10, 16
"Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza;
y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado."
Lc. 22, 19
"Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Este es mi cuerpo que es
entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.""
Lc. 24, 47
"y se predicará en Su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones,
empezando desde Jerusalén."
Jn. 15, 5
"Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto;
porque separados de mí no podéis hacer nada."
Hch. 6, 6
"los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos."
Hch. 15, 2-6
"Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos; y
decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y
presbíteros, para tratar esta cuestión. Ellos, pues, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y
Samaria, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos.
Llegados a Jerusalén fueron recibidos por la Iglesia y por los apóstoles y presbíteros, y contaron
cuanto Dios había hecho juntamente con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que
habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y
mandarles guardar la Ley de Moisés. Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para tratar
este asunto."
Hch. 20, 17
"Desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso."
Hch. 20, 28
"Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo
como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que Él se adquirió con la sangre de su propio
Hijo."
Hch. 21, 18
"Al día siguiente Pablo, con todos nosotros, fue a casa de Santiago; se reunieron también todos los
presbíteros."
1 Tim. 3, 1
"Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de epíscopo, desea una noble función."
1 Tim. 4, 14
"No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la
imposición de las manos del colegio de presbíteros."
1 Tim. 5, 17
"Los presbíteros que ejercen bien su cargo merecen doble remuneración, principalmente los que
se afanan en la predicación y en la enseñanza."
2 Tim. 1, 6
"Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis
manos."
Tit. 1, 5
"El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y
establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené."
1 Pe. 5, 1
"A los ancianos que están entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los
sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse."
7. MATRIMONIO
Gén. 1, 26-28
"Y dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en
los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y
en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a
imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: "Sed fecundos
y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los
cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.""
Gén. 2, 18-25
"Dijo luego Yahveh Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda
adecuada." Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo
y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el
nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo
y a todos los animales del campo, más para el hombre no encontró una ayuda adecuada. Entonces
Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las
costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre
formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: "Esta vez sí que es hueso de
mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada." Por
eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro."
Mt. 5, 31-32
"También se dijo: "El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio." Pues yo os digo: Todo el
que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con
una repudiada, comete adulterio."
Lc. 16, 18
"Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una
repudiada por su marido, comete adulterio."
Rom. 7, 2-3
"Así, la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto el
marido, se ve libre de la ley del marido. Por eso, mientras vive el marido, será llamada adultera si
se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la ley, de forma que no es adultera si
se casa con otro."
1 Cor. 7, 1-15
"En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer. No obstante,
por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido. Que el marido dé
a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido. No dispone la mujer de su cuerpo,
sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno
al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar
juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia. Lo que os digo es una concesión,
no un mandato. Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de
Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra. No obstante, digo a los célibes y a las
viudas: Bien les está quedarse como yo. Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es
casarse que abrasarse. En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no
se separe del marido, mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie
con su marido, y que el marido no despida a su mujer. En cuanto a los demás, digo yo, no el
Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida. Y
si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida. Pues el
marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el
marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos. Pero si la
parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están
ligados: para vivir en paz os llamó el Señor."
1 Cor. 7, 39
"La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para
casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor."
Ef. 5, 3
"La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene
a los santos."
Ef. 5, 5
"Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra-
participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios."
Ef. 5, 21-33
"Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al
Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador
del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus
maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí
mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y
presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino
que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios
cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne;
antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos
miembros de su Cuerpo. "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,
y los dos se harán una sola carne." Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En
todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que
respete al marido."
Heb. 13, 4
"Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los
fornicarios y adúlteros los juzgará Dios."
1 Pe. 3, 1-7
"Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no
creen en la Palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus mujeres, al
considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Que vuestro adorno no esté en el exterior, en
peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y
serena: esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que
esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abraham, llamándole
"Señor". De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor. De igual manera
vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser más frágil,
tributándoles honor como coherederas que son también de la gracia de Vida, para que vuestras
oraciones no encuentren obstáculo."