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De Hormigas a Tiburones®

Una guía a la autonomía financiera personal.

Por Gonzalo J. Suárez Prado

*** Edición para Evaluación ***

© Y D.R., 2005-2011
Gonzalo J. Suárez Prado
[email protected]
De Hormigas a Tiburones®
Una guía a la autonomía financiera personal.

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Tabla de Contenido.

1 ¿Por qué “de Hormigas a Tiburones®”?


2 La vida de las hormigas
2.1 Hablemos de las hormigas.
2.2 Pero, ¿Tiene sentido su vida?
2.3 Nosotros, las hormigas mexicanas.
2.4 El futuro del hormiguero.
2.5 La riqueza también puede ser aprendida
3 Historia de un tiburón
3.1 ¿Porqué el tiburón?
3.2 Alfredo Harp
3.3 Él no es el único
4 Esa fallida educación
4.1 ¿Por qué educar?
4.2 Educación en pobreza.
4.3 Ideas, fuente de riqueza.
5 El dinero, una gran idea

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5.1 ¿Qué es el dinero?
5.2 Pagar por el trabajo sin dinero.
5.3 Cualidades del dinero.
5.4 Los defectos del dinero.
5.5 Dinero fiduciario o dinero ‘ideado’
6 La información es poder
6.1 La información es poder.
6.2 Periódicos y Noticieros
6.3 Tu banco como agente de información
6.4 Nadie debiera tener mejor información personal sobre ti.
6.5 Mejorar tu información es mejorar tu riqueza.
7 La economía en México
7.1 ¿Qué es la economía?
7.2 Breve historia económica de México
7.2.1 México prehispánico
7.2.2 La Colonia Española
7.2.3 México Independiente
7.2.4 El México del Porfiriato
7.2.5 México Revolucionario
7.2.6 México Contemporáneo
7.3 México hoy: diagnostico y perspectivas.
8 El flujo de efectivo
8.1 Definiciones básicas
8.2 El flujo de efectivo
8.3 Analizando el flujo de efectivo
8.4 Usando el flujo de efectivo

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9 Los ingresos en tu flujo de efectivo.
9.1 A detalle: ¿Qué son los ingresos?
9.2 Dos tipos de ingresos.
9.3 Dos frecuencias de ingresos.
9.4 Las fuentes de los ingresos.
10 Múltiples flujos de ingreso.
10.1 “Rico no es tener más dinero del que puedes gastar”.
10.2 Bienes Raíces.
10.3 Negocios Propios.
10.4 Negocios Franquiciados.
10.5 Las Acciones.
10.6 Los Valores.
10.7 Patentes y marcas
10.8 Productos Intelectuales
10.9 Asociaciones.
10.10 Las Herencias.
10.11 Las Participaciones.
10.12 Amplía tus ingresos.
10.13 Muy acertada…
11 Acciones y Valores
11.1 Lucrativos mercados de miedo.
11.2 Acciones
11.3 La Bolsa de Valores
11.4 Valores
11.5 AFORES
11.6 Fallas en los mercados

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11.7 Considéralos…
12 Inversión en bienes raíces
12.1 Qué son los bienes raíces
12.2 Tener una adecuada administración
12.3 Instituciones que participan en este Mercado.
12.4 Los impuestos
12.5 La herencia
12.6 Consideraciones Finales.
13 Negocios propios o franquicias
13.1 El gran sueño
13.2 TU negocio
13.3 Algunos trucos de administración
13.4 La franquicia
13.5 Negocios pequeños
13.6 Negocios medianos
13.7 Los socios
13.8 Ventajas extras
13.9 A tu alcance...
14 Los gastos en tu flujo de efectivo
14.1 La segunda mitad del flujo
14.2 Registrando los Gastos
14.3 Gastos regulares
14.4 Gastos extraordinarios
14.5 Importancia del gasto
14.6 Cómo determinar los gastos
14.7 Cuantificar el gasto

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14.8 Los impuestos como flujo de gasto
14.9 Gastos no efectuados
15 ¡Va de compras!
15.1 Salir de compras
15.2 Algunos tipos de tiendas
15.2.1 El ‘tianguis’
15.2.2 El mercado
15.2.3 El supermercado
15.2.4 La Boutique
15.2.5 El Centro Comercial o Mall
15.2.6 La bodega u outlet
15.2.7 Otros formatos
15.3 ¿Cómo comprar?
15.4 La información es la clave
16 Cada centavo cuenta
16.1 Útiles hábitos de hormigas.
16.2 Hábitos de formación de riqueza
16.3 Comprar con ideales.
17 El manejo de tu crédito
17.1 Qué es el crédito.
17.2 Tipos de crédito a tu alcance.
17.3 Uso adecuado del crédito
18 Tu Balance General
18.1 Cuánto tienes, cuánto vales…
18.2 El Balance General
18.3 El formato del Balance General

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18.4 Un nuevo enfoque
18.5 La reexpresión del balance general
18.6 Consejos para realizarlo
18.7 Evaluación frecuente
18.8 Evolución frecuente
19 La dimensión espiritual de la riqueza
19.1 ¿Por qué quieres ser rico?
19.2 Ricos en la historia.
19.3 Maneras de compartir.
19.4 Religión y riqueza.
19.5 ¿Por qué dar?
20 Visualizar, condición importante
20.1 ¿Cómo funciona tu mente?
20.2 Ver, condición para hacer.
20.3 Visualización en la PNL
20.4 Como te ves, me vi…
21 El país del tiburón
21.1 De hormigas a tiburones… como país.
21.2 Valores de un país de tiburones
21.3 Valores de un ciudadano en el país del tiburón.
21.4 Promesa de despedida.

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4 Esa fallida educación

4.1 ¿Por qué educar?

Nacemos con la mente en blanco, o casi en blanco; es cierto que nuestro


cuerpo es capaz de hacer muchas actividades sin intervención de nuestra mente
consciente. Podemos lo mismo respirar que digerir, hacer latir el corazón o sentir
hambre. Pero ninguna de estas actividades requiere de la intervención de nuestra
mente consciente. Imagina a un bebé recién nacido intentando recordar el proceso
químico para digerir la leche de su mamá, es impensable; Simplemente, lo hace.
Pero más allá de estas funciones básicas, el resto de nuestro conocimiento es
aprendido, a través de la observación y de la imitación detenemos la información y
la hacemos nuestra, la “aprehendemos”. Instintivamente somos buenos
observadores e imitadores.

Nuestro cerebro es un gran banco de datos. Está equipado también con un


procesador preconsciente, capaz de llevar el registro de muchos datos a la vez. Tu
cerebro puede escuchar, oler y ver muchas más cosas de aquellas que tienes
capacidad de percibir de manera consciente. Tony Buzan, un experto en temas de
funcionamiento cerebral, comenta que nuestro procesador preconsciente tiene la
capacidad de manejar ocho millones de datos por segundo, de manera inmediata,
en tanto que la mente consciente trabaja a un ritmo de ocho datos por segundo,
con tan solo medio segundo de desfase. Pero si tuviéramos que funcionar siempre
únicamente con la mente consciente, estaríamos muertos pues no podríamos
reaccionar con rapidez suficiente ante el peligro.

Nuestro cerebro aprende por observación e imitación, pero si lo que observa


nuestro cerebro no es adecuado, éste adquirirá un conocimiento erróneo.
Conocemos el refrán: “Tus hechos hablan más fuerte que tu discurso”, y esto es

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particularmente cierto en temas educativos. Eso implica que no debiera haber
rivalidad entre los instintos y el conocimiento. Siempre y cuando el conocimiento
fortaleciera los instintos, pues estos tendrían más posibilidad de ser atendidos
conscientemente por nosotros. Existe una carga genética, una herencia individual
que puede invitarnos a ir en cierta dirección en nuestra vida. Hay genes para la
calvicie y para la obesidad, incluso para el alcoholismo y para la ira. Sin embargo,
nuestro ambiente podrá ayudar a frenar o acelerar dichas tendencias. También
las ideas que recibimos y aprendemos de nuestra familia nos refuerzan algunas
conductas tanto positivas como dañinas.

Si nuestros conocimientos refuerzan a nuestros instintos estos


conocimientos serán convenientes. Pero supón que yo tengo una tendencia a
comer de más y un metabolismo lento. Eso implica que tendré más probabilidad
de ser obeso que de no serlo. Ahora, agrega que mi mamá cocina muy sabroso
pues tiene una buen sazón; ella viene de una familia muy grande, por lo que sus
recetas no son estimadas para cuatro personas, sino para cuarenta. Y además
tiene la idea de que la sazón se ve deteriorada si reduce el número de porciones.
Para una persona con tendencia a comer de más observas que el ambiente propio
de la casa contribuye a que eso suceda.

Ahora, si por el contrario, mi hermano tiene un metabolismo rápido y


prefiere la comida gourmet que la abundante. Él tendrá menor tendencia que yo a
engordar, particularmente si consideras que al salir de casa aprendió a cocinar
porciones más pequeñas y de aún mejor sazón. Aquí el ambiente refuerza las
tendencias naturales, aunque también pueden ser modificadas al lado opuesto.

Creemos lo que nos dicen. Somos educados de una determinada manera, lo


que nos compromete con una determinada percepción de la realidad. Esto ayuda
a construir nuestra propia visión del mundo, distinta a la de los demás pero
compartida con miembros de nuestro entorno, primero la familia y luego la
comunidad en la que vivimos.

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En Santa Clara del Cobre, Michoacán, hay un gran número de artesanos
que se dedican a hacer cobre martillado. Son buenos en ello. Tienen cerca minas
de cobre, por lo que la materia prima está presente en abundancia. Muchas
familias tienen parientes que, de una u otra forma, están vinculados a esta labor.
Cuando un joven busca trabajo, lo más probable es que le ofrezcan algún tipo de
labor de este tipo y ahí. Hay tantos talleres y tiendas, con productos de tan buena
calidad, que no es de extrañar que Santa Clara del Cobre goce de tanta fama a
nivel mundial en esta artesanía. Por supuesto que no todos los habitantes del
pueblo viven del cobre martillado; pero, ciertamente, es más fácil desarrollarse en
esa actividad que en ninguna otra. El medio refuerza la tendencia.

Por supuesto que en Santa Clara hay personas que les gustaría más hacer
guitarras de madera que cazos de cobre. Pero es en Paracho, otro pueblo
michoacano, donde las guitarras tienen mayor fama. Si un joven clarense quiere
hacer guitarras, le convendrá más mudarse a Paracho. Sin embargo y por otro
lado, ser el único fabricante de guitarras de Santa Clara puede dejarle mucho
mercado para si, pero no le ayudará la fama ni el ambiente para tener mayor
éxito.

Aprendizaje por imitación facilita el aprendizaje. Es más fácil ver hacer e


imitar que aprender teóricamente. Esto provoca que nos parezcamos a quienes
nos educan. Y, a la vez, que copiemos sus errores. Es cierto que puede haber
conductas de nuestros padres o maestros que no nos gusten y que tengamos que
sufrir, pero de ninguna manera estamos obligados a padecer. Sufrir un padre
alcohólico no nos vuelve, necesariamente, alcoholicos. Incluso, por rechazo a lo
visto se puede facilitar que nosotros seamos abstemios. Pero definitivamente es
más fácil aprender a hacer viendo y haciendo que escuchando lecciones de cómo
hacer.

A través de este texto pretendo guiarte en el manejo de la información


financiera básica que generas en tu vida personal y en tu trabajo; podrás hacerlo,
porque dicha información será expuesta en términos claros y sencillos. Sería
mucho más fácil que me veas hacerlo y luego lo hagas con tu propia información y

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con un apoyo personal, que pretende que después lo hagas tu solo y que
eventualmente le enseñes a otros a hacerlo.

Esa es la manera tradicional de enseñar en las artes y los oficios: un joven


es aceptado como aprendiz en un taller. Al principio desempeña labores simples,
tediosas y laboriosas, pero recibe la oportunidad de ver trabajar al maestro. Con
el tiempo y la práctica, dejaba de ser aprendiz para ser oficial, esto es, puede
ahora realizar labores más complejas, aunque siempre bajo las indicaciones y
supervisión de su maestro, pero por si solo. Cuando acumule muchos trabajos
supervisados, podría lograr el grado de maestro, esto es, hacer las cosas sin
supervisión, originales y a su modo, en tanto que tendrá aprendices y oficiales a
su cargo. Y el sistema funciona bien. Volveré a ello más adelante.

4.2 Educación en pobreza.

El ambiente refuerza la educación y colabora a la transmisión del


conocimiento y a la formación de hábitos. Pero de ninguna manera nos condena a
repetir el patrón observado. A fin de cuentas, somos libres de escoger nuestro
destino. Aunque esa libertad esté encausada en nuestras vivencias.

Asumir que el medio ambiente en el que crecemos nos limitará, es decir que
todo lo que somos y podemos llegar a ser se logra únicamente por herencia. Que
seremos desdichados, gordos, violentos y alcohólicos si venimos de una familia
que presenta esas características. O que seremos pobres porque nuestro ambiente
es de pobreza, es erróneo.

Es cierto que quien nace en ‘cuna de oro’ puede tener un ambiente que
facilite su desarrollo. Pero tampoco está ‘condenado al éxito’. Supongo que tú
como yo conocemos a alguien que dice que su familia era de abolengo, clase,
dinero y riquezas y que con el tiempo las ha perdido. En el caso mexicano,
muchos habrán de decir que “lo perdieron con la Revolución”. Lo curioso es que
ese movimiento armado fue hace demasiado tiempo como para que tenga
influencia decisiva en la vida de hoy. Es cierto que fortunas enteras se perdieron

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con esa guerra, pero también ya ha pasado el tiempo suficiente como para que se
hubiera regenerado esa riqueza. Y también es cierto que muchos de los grandes
ricos de hoy empezaron en condiciones limitadas. El ambiente pudo no ser
favorable, pero nada detuvo su crecimiento. Nacer en pobreza no condena a la
pobreza. Se puede aprender a vivir y a ser de otro modo, a lograr las metas y a
desarrollar el potencial. No hay límites irrompibles, solo rutas más difíciles que
otras.

“Sufro porque es mi destino”. “No merezco nada bueno”. Tal parece que
mucha gente ha escuchado e interiorizado estas dos frases a lo largo de su vida.
Se está convencido de ello. Se puede tener la felicidad al alcance, y se le rehuye y
abandona porque “la felicidad no es merecida”. En realidad, rehuye la felicidad no
sabe que hacer con ella. Se despilfarra y se destruye, lo mismo el bienestar, la
salud y la riqueza. Pero esto corresponde o es un patrón aprendido. Lo que se
aprender puede ser desaprendido, cambiado y mudado, porque esto no es parte
de ti. Es algo externo que tú has hecho tuyo.

Debes saber que estos límites no te pertenecen. Los has adquirido, tal vez
en la familia, en la escuela o en el trabajo. Te sientes cómodo con ellos porque
evitan que luches más, además justifican tus resultados. De acuerdo, no lees más
porque en tu familia nadie lee. No obtienes un mejor trabajo, porque nadie te
valora. Ya lo decía mamá, eres un bueno para nada, un loco, un inútil, un
problema. Y le has creído, ya esa visión que te dio mamá de ti mismo como un
inútil y un fracasado ya es parte de ti. Tú no vas a hacer de tu mamá una
mentirosa, cambiando esa imagen. Debes ser lo que ella quería que fueras. Al fin
y al cabo y de cualquier manera, al ser así ella te quiere. La necesitas. Pero… ¿Y el
día que se muera? ¿Quién velará por el pobrecito inútil? Entonces, hay que
buscar una esposa que haga de ti el perfecto fracasado que mamá prometió…
¡MENTIRA! Tu puedes cambiar tu imagen y tu actuación, y con ello tus
resultados.

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“Los pobres llegarán al cielo, los ricos no”. “Si el trabajo es tan malo que
hasta pagan por hacerlo”. “Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos”. “Y
Dios castigó a Adán con el trabajo al expulsarlo del Paraíso”. Estas frases y tantas
otras parecidas se repiten frecuentemente en el ambiente tradicional de nuestros
pueblos latinoamericanos. Es cierto que parte de la diferencia entre la pobreza
latinoamericana y la riqueza de naciones sajonas y nórdicas se explica por
visiones sobre estos temas. Y también por leyes, métodos y maneras de ser y de
actuar. Y parecen ser válidas hasta cierto punto, pero yo tengo mis reservas.

Hernando de Soto, economista peruano, ha probado fehacientemente que


parte de las causas de la pobreza en el continente radica en que tenemos un
pobre sistema de registro y control de la propiedad. Es decir que, afirmar que algo
te pertenece no es tan fácil de comprobar ni tan firme como en muchas otras
naciones del mundo. Agrega a eso un sistema de leyes codificado y rígido, en que
por 500 años se ha pensado que emitir una ley resuelve todo un problema, tan
sólo por haber sido escrita. En las colonias españolas en América estaba
prohibida la esclavitud. Pero los peones “libres” vivían en peores condiciones que
los esclavos ingleses al norte del continente. Incluso cuando se acabó la colonia.

El trabajo no es un castigo divino. Si lees el Génesis con atención, la


sanción a Adán no es el trabajo, sino la fatiga. Adán trabajaba en el paraíso y era
feliz. El trabajo te realiza. La fatiga cansa y es la verdadera sanción a la falta del
primer hombre. Los pobres tienen mayores posibilidad de llegar al cielo, pero no
tienen un boleto seguro. Es el desapego a los bienes, no la falta de ellos, es lo que
abrirá las puertas celestiales. Si confiamos en la Divina Comedia de Dante
Alighieri, un avaro rico y un avaro pobre estarán en el mismo círculo del infierno,
porque se castiga la avaricia, no la riqueza. Lázaro, uno de los mejores amigos de
Jesús, era rico. Probablemente, dueño de la Casa del Cenáculo y del Huerto de los
Olivos. El desarrollo de la Iglesia Cristiana debió haber sido, en buena medida,
estimulado con la riqueza de Lázaro. En el Antiguo Testamento los patriarcas son
ricos porque Dios les ama. Son ricos porque son justos. Y porque son justos, dan
limosna al pobre y pagan sus diezmos y respetan el descanso sabático, lo cual

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hace que su riqueza aumente. Es así que la riqueza no es su cualidad más
importante, aunque también cuenta. Pero, entonces, no estamos forzados a ser
pobres para poder acceder al cielo, pues la riqueza no es más que una gracia
divina.

Trabajar no es malo, permite disfrutar de nuestras cualidades. Trabajar es


una forma de auto expresarnos, de darnos a conocer al mundo, de decir quienes
somos. El trabajo puede ser una gran fuente de disfrute. El trabajo es bueno.

La clave para hacer del trabajo algo mejor, es darle a este un sentido de
trascendencia. No se trata de vivir para trabajar, sino trabajar por el gusto de
hacerlo. Y puede ayudar hacer la labor que nos gusta. Proyectarnos en ella.
Esforzarnos en hacerlo lo mejor posible. Cada labor de nuestras manos y de
nuestra mente es única. Nadie puede hacerla de manera idéntica a como la harías
tú. Si eres un individuo, tu trabajo será un reflejo personal tuyo. Este puede ser
reconocido o no por los demás, puede haber ganado halagos, dinero,
reconocimiento o fama. O puede pasar casi desapercibido. Lo cierto es que tú lo
percibirás. Y es parte de ti. Es tu obra. Es tu logro.

Has sido agraciado: has recibido tiempo en este mundo. Un cuerpo, una
mente y un espíritu. Haz que tu espíritu se refleje en las acciones de tu mente y
de tu cuerpo. En un tornillo bien ajustado, en una comida bien hecha, en un
mueble bien realizado, en un libro bien escrito, en un juicio bien llevado, en
procurar la salud… Has de tu labor algo trascendente; algo que permita a los
demás reconocerte y recordarte cuando no estés presente.

Mira este hecho de la riqueza: un trabajo bien hecho, tarde o temprano, se


valora más que uno mal realizado. Y eso, querido amigo, es la base de la riqueza
que está a tu alcance. Tu actitud hacia el trabajo será seguida por la riqueza. Se
perezoso y mal hecho… pero no te quejes de los resultados. Has un buen trabajo,
independientemente de la calidad del pago, y serás retribuido más pronto que
tarde.

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Si los resultados de nuestra labor están parcialmente condicionados por el
ambiente, quienes más contribuyen a nuestro ambiente y a la visión que de él
tenemos son sin duda nuestros padres. Y son ellos quienes, queriéndolo o no,
pueden contribuir a nuestro fracaso. Ellos tienen la delicada labor de programar
nuestro cerebro en sus primeros y más importantes años formativos. Decirnos lo
que está bien y de lo que somos capaces es importante. Pero no están concientes
que también pueden introducir en nosotros el desaliento, la envidia, las trabas, en
suma, el fracaso.

Dos “herrores” –sí, así con hache, que aunque es muda refuerza la
sensación de que algo está mal– que comenten nuestros padres son: limitarnos de
más y compararnos con otros.

El niño a quien toda su vida se le ha dicho: “No toques, no agarres; eres


torpe, lo vas a romper; no sabes cómo hacerlo” interioriza dentro de si una
sensación que provoca falta de iniciativa. Una sensación de no saber hacer nada
que no se le permita realizar de manera expresa, a menos que le sea ordenado
fuerte y claro. O bien, cae en el extremo contrario: se vuelve rebelde ante la
autoridad, incapaz de aceptar instrucciones o límites. Y cualquiera de los dos
caminos es una manera casi segura de fracasar en la vida.

La comparación con otras personas puede generar en los individuos envidas


y rencores marcados. Sin embargo, la regla típica de evaluación familiar es la
comparativa: “¿Por qué no puedes ser como tu hermano?” es un reproche que
puede dejar una marca de por vida. No puedo ser como mi hermano… porque yo
soy otro individuo, diferente y distinto. Mejor compárame conmigo mismo, es
decir: ¿Soy hoy un mejor individuo que ayer? ¿He crecido? ¿He mejorado? Una
sensación de mejora continua, medida contra nosotros mismos, es más
productiva y generará mayores logros al paso del tiempo que una comparativa con
otro individuo.

Pero la responsabilidad no queda limitada a la familia. El segundo ambiente


de aprendizaje del individuo es la escuela. La responsabilidad es extendida a

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nuestros maestros, de sus errores podemos aprender el desgano, la
desinformación y métodos inconvenientes para funcionar en la vida práctica,
particularmente en la de los negocios.

No quiero que me malinterpretes: aprecio mucho a los maestros. A aquellos


que he tenido a lo largo de mi vida. A aquellos que me han llevado a ser lo que
soy. Además, en mi familia ha habido generaciones de docentes, a todos los
niveles. Yo mismo soy catedrático universitario, y lo disfruto enormemente. Pero
la cercanía con la docencia, a ambos lados de la cátedra, me hace percibir los
errores que cometemos con frecuencia.

Por un lado, la educación básica nos enseña a memorizar antes que a


pensar: baste recordar aquellos textos de primaria que decían cosas como “la
Revolución Industrial cambió al mundo” y que derivaban en preguntas de examen
como “¿Qué cambió al mundo?” (Respuesta obvia: La Revolución Industrial).
Absurdas todas ellas, porque la respuesta correcta era mucho más amplia y
significativa que memorizar una frase y su reflejo en forma de pregunta.

¿A quién le interesa aprenderse un texto de memoria, que después será


inútil? Creo que a nadie. Pero además, para puntuar más alto a quien más
memorice y no a quien piense más es algo absurdo. No me extrañó nada cuando
una de las compañeras con uno de los promedios más altos en la carrera fue
incapaz de conseguir empleo, porque no podía hacer nada bien, excepto
memorizar. Creo que se encuentra por terminar su segundo curso
postdoctorado… pero no ha hecho nada más en su vida.

Inútiles profesionistas, desanimados y tristes es lo que está generando una


educación erronea, una educación que está siendo mal impartida. Se hace creer a
la gente en falsas esperanzas, que un título universitario será la llave para la
ascensión social y monetaria. Pero esto no es así. De entrada, el no reprobar a
quien no sepa desde los niveles más básicos, permite tener analfabetas
funcionales –gente capaz de leer y escribir, pero no de entender lo que se dice-.
Poca capacidad de analizar la información y de sintentizarla para tomar

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decisiones con base en ella. Pero cómo podría suceder esto cuando ni siquiera se
ha enseñado como reunir información, sino que toda esta debe ser previamente
procesada por alguien más. Si, es cierto que hay pocas oportunidades laborales
en México en estos tiempos, la pregunta es ¿Y por qué no nos hemos creado las
nuestras? Centro la crítica en los profesionistas porque se supone que son
quienes más preparados están y quienes deberían ser más capaces de generar
riqueza. Pero hoy día, el desempleo es proporcionalmente más alto entre quien
tiene una formación académica de nivel profesional que entre quienes no la
tienen.

Un dato clarificador es que en 1970 el país contaba con, aproximadamente,


52 millones de habitantes, de los cuales casi 1.2 millones tenían algún título
técnico o universitario. Para el año 2000, el censo de población revelaba a casi
cien millones de pobladores, con poco más de once millones de profesionistas y
técnicos. Es decir: mientras que en 30 años la población se multiplicó por 2, los
profesionistas se multiplicaron por 10. Cinco veces más rápido que la población
total. Sin embargo, en el mismo periodo la economía creció apenas en 300%, en
tanto que la inflación, el aumento de los precios, creció en casi 18,000% ¿Dónde
está la riqueza que los profesionistas debían generar? Prácticamente, es
inexistente. Y eso implica que, de alguna manera, los profesionistas educados en
este periodo somos inútiles como generadores de riqueza.

4.3 Ideas, fuente de riqueza.

Las ideas son la mejor fuente de riqueza. De hecho, toda obra humana que
existe hoy día fue primero tuvo que haber sido idea de alguien: aviones volando y
coches rodando. Pero también el cosechar un fruto, pescar un marisco, cultivar
maíz; fabricar azúcar o cigarros; independizar un país o crear una iglesia; generar
electricidad o escribir un libro. Todo ha sido primero idea de alguna persona o de
algún grupo de personas, tal vez disperso en el tiempo y el espacio. Hay hombres
geniales que son recordados por sus ideas, y mentes brillantes como Leonardo Da
Vinci o Tomás Alba Edison. Pero las ideas están al alcance de cualquiera: son

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gratuitas, potentes… y tu tienes sobre los hombros, en tu cabeza, todo lo
necesario para generarlas.

Leonardo Da Vinci decía que él no era un genio, que él estaba parado sore
los hombros de gigantes y que a pesar de ser él un enano, lograba así alturas
nunca antes imaginadas. Muchos de sus contemporáneos lo consideraban una
figura menor, porque no era capaz de hablar fluídamente griego y latín, su trato
social era más bien tosco, incumplía sus compromisos y tenía un carácter difícil.
Además, sus estudios sobre la natrualeza se basaban más en la observación
directa que en la lectura de los escritos clásicos sobre tales temas. Lo
consideraban, pues, un hombre inculto y poco sociable.

Las ideas son fuente de riqueza. Parte del problema histórico de nuestras
universidades es que estas han creado muy pocas ideas originales. NO quiero
decir que no existan en su historia investigadores creativos y notables; trabajos
importantes o libros novedosos. Pero lo cierto es que estos no han repercutido en
un significativo cambio del país, en la creación de riqueza o de poder. No en balde
tenemos un único premio Nóbel en Química, el Doctor Mario Molina; uno en
letras, Octavio Paz y uno Nóbel de la Paz, Alfonso García Robles. La Universidad
de Chicago, por si sola, tiene más de 78 premios Nóbel, muchos de ellos vivos y
laborando en la actualidad. Eso quiere decir que NO hemos generado suficientes
ideas de impacto global, en la ciencia o la sociedad. Por algo será.

Los profesionistas mexicanos hemos sido inútiles porque hemos generado


pocas ideas propias. Sabemos memorizar y seguir órdenes, pero nos es difícil
pensar o decidir cualquier cosa por nosotros mismos. Por eso rogamos que
alguien nos dé trabajo en lugar de tener una idea original o nueva, para hacer de
ella un negocio que genere riqueza y trabajos para quien no tiene la fuerza de
seguir sus propias ideas.

Por esta razón afirmo que nuestra educación es fallida. Porque NO ha


servido para enseñarnos a observar y pensar sobre lo que observamos. Porque NO
ha logrado inculcar en nosotros el hábito de la lectura, mucho menos el del

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pensamiento crítico. ¿Cómo podremos generar conocimiento de frontera, si ni
siquiera sabemos qué es eso? Por otra parte, ¿a quién le gustará leer, si las
primeras experiencias serán con los grandes clásicos de la literatura universal, en
un plazo fijo y para realizar un resumen? No digo que no deba leerse, pero pueden
resultar demasiado complicados, inconvenientes y distantes como para
entusiasmar a alguien neófito en la lectura.

Repito, no pido que se deje de leer; pido que se haga de otra manera. De
entrada, sería conveniente que, cada vez que puedas –lo que es muy frecuente-,
observes la realidad. Eso de que “los viajes ilustran” es cierto, porque como
muchas cosas a las que estás habituado pueden variar, te hace reflexionar sobre
ello. Y puedes hacerlo sin necesidad de viajar. Puedes hacer experimentos
mentales: “¿Qué pasaría si todos los conductores respetan la línea de los
peatones? ¿o si todos aceleran con la luz preventiva? ¿Y si se dejara de avanzar si
la calle estuviera llena, aunque se tuviere la luz verde?” No requieres un gran
laboratorio o muchos conocimientos para empezar a pensar por ti mismo, desde
la esquina de tu propia casa es posible, es como gimnasia mental que debe ser
realizada a la menor provocación. Este puede ser el inicio de un nuevo hábito.

Analiza tu mundo: ¿por qué haces lo que haces? ¿Qué formó tus hábitos?
¿Por qué haces lo que haces de la manera en que lo haces? Es posible reaprender,
es posible escribir de nuevo la programación que te ha sido implantada en casa y
en la escuela. Puedes generar nuevos hábitos a fuerza de repetir conductas
deseadas de manera consciente, como modificar malos hábitos aprendidos. ¿Eres
impuntual? Nada te impide tratar conscientemente de cumplir con tus citas a
tiempo. ¿No te gusta leer? Créate el hábito de la lectura, lee un poco cada noche,
al principio unas páginas, luego será un capítulo –y si es de este libro, mejor-.
Puedes seguir con literatura o materiales que desarrollen tu desempeño personal
o laboral. ¿Fumar es algo que te desagrada? Intenta dejarlo, un cigarro a la vez.
En ese sentido, me gusta la filosofía de Alcohólicos Anónimos para dejar de beber:
un día a la vez, o en sus propios términos: “Sólo por hoy”. Conozco mucha gente
que en el sólo por hoy ha mantenido la sobriedad por un cuarto de siglo ya. Los

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hábitos son una cuestión de sólo por hoy, un día a la vez… cada día y cada hoy.
Se puede hacer y está a tu alcance.

Rescribir los propios hábitos no es algo fácil, pero sí es posible. Y esta es la


primera gran idea que puede llevarte a la riqueza: la riqueza es posible y esta es
fruto de tus hábitos. Del hábito de pensar. Del hábito de reunir tu información
financiera. Del hábito de entenderla y de analizar que historia cuenta de ti. Del
hábito de cuidar lo que gastas y en qué lo gastas. Del hábito de trabajar bien. Del
hábito de generar ideas originales. Del hábito de pensar como rico. “El hábito no
hace al rico, pero lo manifiesta”.

Tú puedes cambiar tu vida, reeducándote. Enseñándote a ti mismo lo que


tu familia o tu escuela no te enseñaron. La mejor manera será recuperar en tu
vida el antiguo sistema educativo: reconoce tu rol como aprendiz, alguien que está
observando lo que hace un maestro y siguiendo su guía y sus consejos;
eventualmente, empezarás a hacer cosas por ti mismo. El ejemplo y consejo de tu
maestro, el paso del tiempo y la experiencia adquirida, podrán hacer de ti un
maestro para los demás.

Así pues, el primer paso debe ser escoger un maestro del cual aprender,
alguien que haga bien lo que tú deseas aprender a hacer. Luego, reconoce tu rol
como aprendiz: un aprendiz debe, primero, ser humilde para reconocer que no
sabe pero que puede aprender; seguidamente, aprender mediante la observación y
la repetición. Hay que seguir las órdenes recibidas, preguntándote siempre los
porqués, pero sin llegar a rechazar la instrucción. Observar, pensar y practicar.
Esa es tu tarea como aprendiz. A ‘oficial’ llegarás con la práctica y el
conocimiento. La maestría la alcazarás como cualidad de tu trabajo original y bien
hecho. Está a tu alcance antes de lo que crees.

Cambiar tus hábitos hacia la riqueza es conveniente para ti y para los


tuyos, es deseable y es posible. Está a tu alcance. Puedes empezar ya, hoy, ahora
mismo: sólo requiere de ganas y un pensamiento consciente de por qué haces lo
que haces; de que definas claramente que es lo que quieres llegar a lograr. El

19
hábito de la riqueza puede ser una meta. Y luego, debes ser tu nuevo hábito…
Sólo por hoy, todos los días de tu vida, por el resto de tu vida.

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5 El dinero, una gran idea

5.2 ¿Qué es el dinero?

El dinero nos permite satisfacer nuestros deseos. Representa la


acumulación de trabajo y de ideas. Podemos encontrarlo en forma de monedas,
esas pequeñas piezas de metal grabados con imágenes y símbolos varios. Los
elementos gráficos que estas presentan nos señalan quién hizo ese dinero, en qué
momento del tiempo, y cual es su valor comparado con otras piezas del mismo
lugar y fecha, y tal vez respecto a otras piezas de otros lugares o de otras fechas.
El dinero también puede presentarse en forma de pequeñas hojas de papel a los
que comúnmente denominamos billetes. En ellos se dibujan los elementos más
característicos de una cultura, territorio o nación, sus riquezas artísticas,
naturales, o algún otro símbolo o rostro, como el de reyes u otros gobernantes. Y
aunque en tiempos más recientes, el dinero es ha vuelto meramente un dato
guardado en una computadora –o en miles, como las de las redes bancarias
globales-, es un dinero sin existencia física real. El dinero es, ante todo, una idea.
Pero una gran idea.

Si analizamos la existencia del dinero en distintos momentos y lugares de la


humanidad, encontraremos que es simplemente una idea. Poderosa idea. El
dinero es un mecanismo que hemos creado para simplificar nuestra vida, los
intercambios y que nos permite hacer realidad grandes cosas. Sin embargo el
dinero también puede generar pasiones, malas consecuencias e incluso la muerte.
La acumulación de dinero puede generar avaricia y miedo; puede inducir a un
individuo alejarse de su familia y a renegar de ella, e incluso a que una persona
sea capaz de matar a otros individuos.

21
Paradójicamente, el dinero puede hacernos mejores seres humanos y
mejorar nuestra vida. Pero a la vez, este puede destruir nuestra vida y
envilecernos al extremo. No obstante, el dinerono deja de ser más que un poco de
metal, papel... o de información. En cualquier caso, este es, únicamente, una
idea.

Piensa en el trueque: en algunas sociedades humanas previas a la


existencia del dinero, incluso en algunas comunidades distantes o pobres hoy día,
se ofrece un intercambio directo de objetos de una persona a otra. Eso se ha
denominado históricamente ‘trueque’. Este intercambio si bien ha probado ser
una solución temporal al problema humano de la satisfacción de necesidades
básicas, también ha demostrado ser fallida y limitada respuesta para hacer crecer
las economías.

Por ejemplo, para efectuar el trueque entre un pescador y un zapatero, debe


ocurrir que el pescador necesite zapatos y que el zapatero necesite pescado. Pero
además, estas personas deben estar de acuerdo en la cantidad, calidad y variedad
de pescado equivalente a un par de zapatos. El acuerdo preferentemente debe
completarse rápidamente, porque el pescado se deteriora mucho más rápido que
los zapatos. Total, hay que hacer coincidir demasiados elementos para poder
realizar un simple intercambio.

Ahora, compliquemos aún más las cosas: supongamos que yo recolecto


fruta, y quiero intercambiarla contigo, fabricante de zapatos. Pero tú, zapatero, no
quieres fruta sino pescado. Pero el pescador no quiere zapatos, sino fruta. Ahora,
debemos hacer coincidir deseos y productos de tres personas, en cantidades,
calidades y variedades aceptables para todos. Aunque suene complicado, es
posible lograrlo aunque esto, indudablemente, habrá de tomar más tiempo.

Piensa ahora en un supermercado moderno, de los medianos, no muy


grande. Con apenas 15,000 artículos distintos en existencia. Eso nos dejaría con
una serie de combinaciones muy extensa para lograr: 224’985,000 combinaciones
posibles entre los 15,000 artículos (hay 15,000 opciones para la primera

22
selección, y 14,999 para la segunda, dado que cada objeto puede intercambiarse
por cualquier otra cosa presente en la tienda. Multiplica ambos valores). Ahora
que encontrar a quien quiera intercambiar su trabajo por los zapatos que tú
fabricas o por una lata de frijoles es sencillo y sencillo será también encontrar la
única combinación posible aceptable para ambas partes entre dos artículos en
esa lista de casi 225 millones de combinaciones posibles. Por supuesto, si en
lugar de dos artículos tenemos tres, el problema se limita sencillamente a
encontrar una combinación agradable de entre 3’374,325’030,000 (Tres billones
trescientos setenta y cuatro mil trescientos veinte cinco millones treinta mil)
combinaciones posibles (es decir, 15,000 multiplicado por 14,999, y el resultado
multiplicado por 14,998). No es difícil, aunque sí será muy laborioso. De hecho,
estúpidamente laborioso. Claro que es más fácil encontrar precios bajos en una
sola tienda que tratar de encontrar la mejor oferta en las múltiples opciones de
tiendas existentes hoy, por lo que deberías multiplicar esa cantidad por cada una
de las cadenas comerciales en las que te gustaría ver si compras algo. Tras
considerar esto, no me extraña por qué se abandonó el trueque a lo largo de la
historia. ¿A ti si? El trueque es, pues, la respuesta fallida al intento de otrogar un
valor específico a algo por medio únicamente del intercambio directo. (…)

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Apéndice

Como hemos comentado en el texto, la riqueza es algo alcanzable para


todos, pero desafortunadamente ha quedado relegada –al menos en apariencia- a
círculos cada vez más pequeños de la sociedad. Errores en creencias
generalizadas y la falta de entendimiento claro de los conceptos más básicos de
economía, contabilidad y finanzas muchas veces condenan a empresas que
carecen de un cuerpo administrativo profesional a problemas financieros, falta de
crecimiento, el fracaso o la quiebra. También las familias que no diseñan y
aplican un presupuesto enfrentan problemas más severos que aquellas que si lo
hacen. Las personas que viven toda su vida con mentalidad de empleados
encontrarán más temprano que tarde que eso no basta para sobrevivir en la
situación económica actual.

Para quienes quieren aprender más o ver aplicaciones concretas de los


temas discutidos en el libro, ofrecemos El Curso Taller Teórico-Práctico Lúdico
“De Hormigas a Tiburones®”, el cual está orientado a empresarios
independientes, a directivos y miembros de equipos administrativos de micro,
pequeñas y medianas empresas, funcionarios del sector público enfocados a
programas de fomento y desarrollo económico, a jóvenes que cursen preparatoria
o universidad y a toda persona que requiera comprender, calcular y aplicar la
elaboración y manejo de flujos de efectivo y balances de resultados, sus efectos
sobre la vida diaria y su gestión propia. Aunque el material que se toca se cubre
con rigor y alto nivel, basta con conocer las operaciones aritméticas básicas y un
gran interés para poder participar en él.

Así, el curso ofrece las herramientas básicas para diseñar, evaluar y aplicar
flujos de efectivo y balances de resultados de una manera práctica, sencilla y con
un enfoque útil. Asimismo, el participante podrá ser capaz de identificar y evaluar
opciones de negocio a su alcance en negocios propios o franquiciados, bienes
raíces o en los mercados de acciones y valores.

24
TEMARIO

A lo largo del curso se proporcionan herramientas prácticas para entender y


calcular flujos de efectivo y balance de resultados. El desarrollo del curso básico
se divide en las siguientes partes:

I. El Flujo de Efectivo y el Balance de Resultados.

II. Evaluación de proyectos.

III. Manejo adecuado del crédito personal y empresarial.

IV. Diseño, ejecución y administración de sociedades y asociaciones.

Las prácticas que se desarrollan durante el entrenamiento se hacen a través


del juego de mesa “De Hormigas a Tiburones®” y permiten a los participantes
analizar casos concretos de éxito y casos de fracaso, para ver cómo se aplican
adecuada o fallidamente los principios expuestos, de manera que puedan aplicar
los conceptos a un caso de su interés o a su vida diaria. Como la asignación de
los mismos es aleatoria, pero se trabaja en equipo, es posible involucrarse más
profundamente con el material que en un curso dictado de manera tradicional.

También ofrecemos el juego de mesa “De Hormigas a Tiburones®” de


manera independiente, sin necesidad de tomar el curso. Visita nuestra
página de Internet.

http://dehormigasatiburones.com/dhat.html

CARACTERÍSTICAS DEL CURSO BÁSICO.

N° recomendado de participantes: Mínimo 6,


(En grupos de 6 o múltiplos, preferentemente) Máximo 24.
Duración: 12 horas.
Distribución aproximada del tiempo: 18% teoría,
64% práctica,
18% debate.

25
Sesiones: 2 de 6 horas cada una, o
4 de 3 horas cada una (Recomendado).
Horario: El que determine el contratante o según grupos abiertos.

Para conocer las condiciones de contratación para grupos especiales y los


horarios y disponibilidad en grupos abiertos, te pedimos atentamente que visites
con regularidad la página http://dehormigasatiburones.com/dhat.html

En todos los cursos pagados se otorga diploma de asistencia a los


participantes que cubran al menos el 90% de tiempo del curso en aula. Ese
tiempo se acumula para alcanzar el nivel de moderador del Sistema.

Para los participantes que han terminado el nivel básico, se ofrecen talleres
de práctica libre para alcanzar el nivel de moderador. Para los participantes que
han terminado el nivel avanzado, se ofrecen talleres de práctica libre para
alcanzar el nivel de capacitador. En nuestro sitio de Internet están las condiciones
vigentes de certificación para niveles de moderador y capacitador del Sistema.

Es posible que una institución, empresa, organización o gobierno contrate


los cursos para ofrecerlos al público en general o para sus colaboradores. Si es de
su interés, contacte a nuestros representantes para acordar una propuesta
conforme a sus intereses, posibilidades y necesidades.

Periódicamente se abrirán lugares y cursos sin costo para atender y ayudar


a personas desempleadas o con condiciones especiales. Si Usted conoce a alguien
que pueda estar interesado en participar, refiéralo al programa “El Gran Reto de
Hormigas a Tiburones®” en nuestra página de Internet.

De conformidad a la filosofía enseñada en el curso, una parte de las


ganancias generadas será donada a organizaciones de la sociedad civil vinculadas
con aplicación de tecnología en la educación y para la atención a personas con
discapacidad visual y auditiva.

26
REFERENCIAS DEL CONDUCTOR TITULAR DE LOS CURSOS.

Gonzalo Javier Suárez Prado es licenciado en Economía por el Instituto


Tecnológico Autónomo de México, I.T.A.M., y Maestro en Políticas Públicas por la
misma institución, en dónde se graduó con Mención Especial.

Actualmente es Director General de Nuevos Paradigmas Consultores S. C.,


despacho especializado en Economía Aplicada y Políticas Públicas; y en la relación
entre gobiernos (particularmente estatales y municipales) e instituciones del
Tercer Sector.

Ha colaborado en el sector público, privado y social en funciones directivas


y de asesoría. Es profesor de licenciatura, diplomado y maestría en el I.T.A.M. y
colabora regularmente con otras instituciones educativas, incluyendo pero no
limitando al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y el
Centro de Estudios del Ejército y la Fuerza Aérea, entre otros. Es instructor
certificado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Ha recibido
invitaciones para participar como comentarista en diversos programas de radio,
revistas y periódicos. Además, ha colaborado en proyectos de: Banco Mundial,
Senado de la República, Asamblea Legislativa del D.F. y con gobiernos estatales y
municipales.

Ha impartido cursos sobre Introducción a la Economía, Políticas Públicas,


Problemas de la Realidad Mexicana Contemporánea, Periodismo Económico,
Administración Pública, Marco Legal del Tercer Sector, Evaluación de Proyectos
de Inversión e Ingeniería Financiera en Ambientes de Volatilidad, entre otros.

Actualmente, realiza traducciones especializadas en temas económicos de


artículos y libros, es colaborador regular de las Revistas ESTUDIOS y Vórtice, es
asesor de tesis de postgrado, coordina dos proyectos de libros de texto, y está en
proceso de escritura de dos novelas. Durante 2005 fue Presidente de la Mesa
Directiva de la Asociación de Exalumnos del I.T.A.M., Asociación Civil.

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Bibliografía y Fuentes Consultadas

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Wesley Longman, primera reimpresion, México, 1998, 548 páginas.

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páginas.

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segunda edición, John Wiley & Sons, EE.UU., 1999, 644 páginas.

Biblia del diario vivir, Editorial Caribe, EE.UU., 1997, 1950 Páginas.

Buzan, Tony. El libro de los mapas mentales, Editorial Urano, España, 1996, 350
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Fahey, Liam; Randall, Robert M. The Portable MBA in Strategy, John Wiley &
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Goleman, Daniel. Emociones Destructivas, Javier Vergara Editor, primera


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Salinas de Gortari, Carlos. México, Un paso difícil a la modernidad, Ed. Plaza y


Janés Editores, México, 2000, 1393 páginas.

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Stiglitz, Joseph E. El malestar en la globalización, Ed. Taurus, México, 2002,


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---. Los felices 90. La semilla de la Destrucción, Ed. Taurus, México, 2003, 409
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Century, 5a. Edicion, Irwin Mc Graw Hill, EE.UU., 1998, 612 páginas.

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Iberoamérica, México, 1999, 150 páginas.

Zaid, Gabriel. El progreso improductivo, Ed. Océano, México, 1999, 249 páginas.

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Zelinski, Ernie J. El éxito de los perezosos, Como ser mas creativo y exitoso
trabajando menos. Vergara Business, España, 2002, 284 páginas.

Publicaciones periódicas

Revistas:
Expansión
Harvard Business Review
Poder Y Negocios

Periódicos:
Reforma
El Universal.

Sitios de Internet

Buscador Google www.google.com

Centro Santa Fe www.centrosantafe.com.mx

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I. N. de Estadística, Geografía e Informática www.inegi.org.mx

INFONAVIT www.infonavit.gob.mx

Instituto Tecnológico Autónomo de México www.itam.mx

Mall Of America www.mallofamerica.com

Nuevos Paradigmas Consultores, S.C.


www.nuevosparadigmas.com

Presidencia de la República www.presidencia.gob.mx

Secretaría de Economía. www.economia.gob.mx

Secretaría de Educación Pública. www.sep.gob.mx

33
Secretaría de Hacienda y Crédito Público. www.hacienda.gob.mx

Universidad de Chicago www.uchicago.edu

Universidad de Harvard www.harvard.edu

West Edmonton Mall www.westedmall.com

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