Tema II Tejido Muscular
Tema II Tejido Muscular
Tema II Tejido Muscular
• Existen tres tipos principales de tejido muscular: el tejido muscular esquelético, el tejido
muscular cardíaco y el tejido muscular liso.
- Tejido muscular esquelético: Este tipo de tejido muscular se encuentra unido a los huesos y es
responsable de los movimientos voluntarios del cuerpo. Está formado por fibras musculares
largas y estriadas que se contraen y relajan en respuesta a las señales del sistema nervioso. El
tejido muscular esquelético permite el movimiento de las extremidades, el tronco y también está
involucrado en la mmica facial y el movimiento de la lengua y los ojos.
- Tejido muscular cardíaco: El tejido muscular cardíaco se encuentra en las paredes del corazón
y es responsable de los latidos cardíacos. Tiene una apariencia estriada similar al tejido muscular
esquelético, pero es involuntario, lo que significa que no podemos controlar conscientemente su
contracción. Las células musculares cardíacas están interconectadas y forman una red que
permite la contracción coordinada del corazón.
- Tejido muscular liso: El tejido muscular liso se encuentra en las paredes de los órganos
internos, como el estómago, los intestinos y los vasos sanguíneos. A diferencia del tejido
muscular esquelético y cardíaco, el tejido muscular liso no tiene una apariencia estriada y su
contracción es involuntaria. El tejido muscular liso es responsable de los movimientos
peristálticos del sistema digestivo y de la regulación del flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos.
El tejido muscular es un tipo de tejido que se encuentra en el cuerpo humano y tiene la capacidad
de contraerse, lo que permite el movimiento y la generación de fuerza. A continuación, se
explicará la estructura macro y microscópica del tejido muscular. El tejido muscular se clasifica
en tres tipos principales: tejido muscular esquelético, tejido muscular cardíaco y tejido muscular
liso. Cada uno de estos tipos tiene características estructurales y funcionales distintas.
El tejido muscular esquelético está compuesto por células llamadas fibras musculares o miocitos.
Estas fibras musculares son células alargadas y multinucleadas que presentan bandas
transversales visibles al microscopio. Estas bandas se deben a la organización de las miofibrillas,
que son estructuras cilíndricas presentes en el citoplasma de las fibras musculares. Las
miofibrillas están formadas por filamentos de miosina y actina, que son las proteínas
responsables de la contracción muscular. Las fibras musculares esqueléticas se agrupan en
fascículos, que a su vez forman los músculos completos. El tejido muscular esquelético se
encuentra unido a los huesos y su contracción es voluntaria, es decir, está bajo el control
consciente de la mente.
El tejido muscular liso se encuentra en las paredes de los órganos internos, como el tubo
digestivo, los vasos sanguíneos y el útero. Las células musculares lisas son células alargadas y
uninucleadas que carecen de las bandas transversales visibles en el tejido muscular esquelético.
Estas células musculares lisas se organizan en haces y su contracción es involuntaria. A diferencia
del tejido muscular esquelético y cardíaco, el tejido muscular liso no presenta una organización
regular de las miofibrillas en el citoplasma.
Proteínas contráctiles:
Las proteínas contráctiles de los músculos son la Miosina y la Actina las cuales se encuentran
unidas por unos filamentos denominados Tintín.
La miosina: Se encuentra conformada por mas de 200 moléculas de miosina individuales. Estás
poseen una especie de cabezas que cuelgan a sus lados para hacer posible el enganche con la
actina, estos son una especie de brazos. La característica principal de esta proteína se encuentra
en sus brazos contractiles debido a que estos funcionan con una proteína llamada (ATPasa). Esto
permite a la cabeza escindir ATP y utilizar la energía derivada del enlace fosfato de alta energía
del ATP para energizar el proceso de contracción.
Cada músculo esquelético está formado por miles de sarcómeros dispuestos en serie a lo largo de
las fibras musculares. Cuando el músculo se contrae, los sarcómeros se acortan simultáneamente,
lo que produce una contracción global del músculo. Los sarcómeros son fundamentales para el
funcionamiento del sistema musculoesquelético y juegan un papel crucial en la generación de
movimiento y fuerza en el cuerpo humano.
Cuando el calcio ingresa al citoplasma, se une a las proteínas de troponina en los filamentos de
actina, lo que provoca un cambio conformacional en la tropomiosina y permite que las cabezas de
miosina se unan a los filamentos de actina. Esto da lugar a la contracción muscular, ya que las
cabezas de miosina se deslizan a lo largo de los filamentos de actina, acortando así la longitud de
las miofibrillas y generando la fuerza necesaria para la contracción muscular. Después de la
contracción muscular, el calcio debe ser eliminado del citoplasma para permitir la relajación
muscular. Esto se logra mediante la acción de las bombas de calcio del RS, que transportan el
calcio desde el citosol hacia el RS, restableciendo así la baja concentración de calcio en el
citoplasma y permitiendo que las proteínas de troponina vuelvan a su estado original, lo que
resulta en la relajación muscular.
La contracción muscular está regulada por el calcio, el ATP (adenosín trifosfato) y el magnesio.
El calcio juega un papel clave en la contracción muscular al permitir que los filamentos de actina
y miosina interactúen entre sí. El ATP proporciona la energía necesaria para que los filamentos se
deslicen y el músculo se contraiga. El magnesio también desempeña un papel en la contracción
muscular, aunque aún se desconoce por qué causa contracción en los músculos después de la
muerte.
El mecanismo de contracción muscular implica una serie de eventos que ocurren desde la
generación del potencial de acción en la fibra muscular hasta que se inicia la generación de
tensión. Durante la contracción muscular, los potenciales de acción viajan a lo largo de los
túbulos transversos (túbulos T) en la fibra muscular. Estos potenciales de acción activan los
receptores de dihidropiridina en los túbulos T, que a su vez interactúan con los receptores de
rianodina en el retículo sarcoplasmático. Esta interacción desencadena la liberación de calcio
desde el retículo sarcoplasmático hacia el espacio adyacente a los filamentos de actina y miosina.
El calcio se une a la troponina, lo que permite que los filamentos de actina y miosina se deslicen
entre sí y se produzca la contracción muscular.
• La Ley del Todo o Nada es un principio que establece que cuando una neurona motora se activa
y envía una señal eléctrica, todas las fibras musculares que está inervando se contraen al máximo.
Esto significa que no hay grados de contracción en una unidad motora individual, sino que la
contracción es total o nula. En otras palabras, o todas las fibras musculares se contraen al máximo
o ninguna se contrae en absoluto.
• Por otro lado, la Ley de Sumación se refiere a la capacidad del sistema neuromuscular para
sumar los estímulos y generar una respuesta más fuerte. En este contexto, se refiere a la suma de
las señales eléctricas enviadas por varias neuronas motoras a una fibra muscular. Si estas señales
se suman y alcanzan un umbral determinado, la fibra muscular se contrae. Si no se alcanza el
umbral, la fibra muscular no se contrae. Esto permite una mayor precisión y control en la
contracción muscular, ya que se pueden activar diferentes unidades motoras en diferentes
momentos y en diferentes grados de contracción.