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Publicaciones INIA Quilamapu

INFORMATIVO AGROPECUARIO
BIOLECHE - INIA QUILAMAPU
GOBIERNO DE CHILE
MINISTERIO DE AGRICULTURA

INIA QUILAMAPU

AGRICULTURA ORGÁNICA: PRINCIPIOS Y OPORTUNIDADES


Cecilia Céspedes L,
En Chile la producción orgánica ha aumentado en los últimos años y debido a la Ingeniero Agrónomo M.Sc.
demanda de los mercados se estima que cada vez más agricultores se inclinarán por Investigadora INIA Quilamapu.
ella, por esto es muy importante considerar todos los aspectos que involucra este
sistema productivo.

La agricultura orgánica o ecológica es un sistema productivo que ha sido definido por la Federación Internacional de Movimientos
de Agricultura Orgánica (IFOAM) como "todos los sistemas agrícolas que promueven la producción sana y segura de alimentos y
fibras textiles desde el punto de vista ambiental, social y económico. Estos sistemas parten de la fertilidad del suelo como base para
una buena producción. Así, respetando las exigencias y capacidades naturales de las plantas, los animales y el paisaje, busca optimizar
la calidad de la agricultura y el medio ambiente en todos sus aspectos”.

Como se señala en esta definición, estos sistemas parten de la fertilidad de suelos como base para una buena producción; por lo tanto,
para asegurar una producción sustentable se debe antes que todo, desarrollar suelos con niveles adecuados de materia orgánica.
Esto conlleva además, una amplia gama de beneficios: modifica el espacio poroso del suelo mejorando la estructura, favorece la
formación y estabilización de agregados, lo que incrementa la retención de humedad, el movimiento del agua, del aire, la penetración de
las raíces, el contenido total de nutrientes y la disponibilidad de ellos; protege de procesos erosivos; incrementa la actividad de
los organismos del suelo, lo que indirectamente reduce la incidencia de enfermedades.
Desarrollar suelos con niveles adecuados de materia orgánica es uno de los aspectos
fundamentales para este tipo de agricultura. En la foto: labores para la elaboración de compost o
abono orgánico.

Además, para lograr el éxito en estos sistemas productivos, es fundamental diseñar el manejo del predio integrando varias estrategias
que permitan optimizar la interacción entre todas las actividades del predio: producción animal, cultivos anuales, perennes y forrajeros,
entre otros. Así también, es importante la observación y entendimiento de los procesos biológicos ya que es necesario sustituir el uso
de altas cantidades de productos químicos y fertilizantes por sistemas de manejo que integren en una unidad el reciclaje, el aumento de
la biodiversidad y el incremento de la fertilidad del suelo en un sentido amplio, considerando las propiedades físicas, químicas y
biológicas del suelo, con el fin de obtener producciones sustentables sin el uso de productos de síntesis.

Como se puede notar, la ausencia de uso de productos sintéticos no es el único requisito de la agricultura orgánica. Así por
ejemplo, sistemas negligentes o ineficientes en sus prácticas de conservación de aguas y suelos, aun cuando no apliquen
productos químicos, no pueden calificar como producción orgánica. Lo mismo ocurre con aquellos de baja productividad, puesto que,
en estas condiciones, los agricultores incrementan la presión sobre los ecosistemas naturales, degradándolos cada vez más.

En Chile se producen gran variedades de cultivos orgánicos desde hortalizas (como lechugas que se aprecian en
la foto) hasta plantas aromáticas, frutales, forrajeras, gramineas y producción de semillas.

La agricultura orgánica, mediante el manejo cuidadoso de los componentes del sistema predial, además de mantener y/o elevar el
nivel productivo conserva el medio ambiente, sin ocasionar cambios importantes en las relaciones del ecosistema natural. Es decir, logra
un desarrollo sustentable al equilibrar permanentemente la producción obtenida con los insumos utilizados. Para lograrlo, es
necesario reemplazar los insumos externos por recursos que se obtienen dentro del mismo predio o de sus alrededores, estimulando
la rotación de cultivos que incluya leguminosas y abonos verdes, el reciclaje de rastrojos y abonos animales, la diversificación de
las prácticas de manejo de malezas, el control biológico de plagas y enfermedades, con el fin de incrementar la calidad del suelo y
la diversidad de los organismos.
Todo lo anterior incide de manera preventiva en la aparición de plagas y enfermedades, junto con incrementar la fertilidad natural de
los suelos, lo que reduce las necesidades de uso de insumos externos, permitiendo recuperar el equilibrio natural de los
ecosistemas agrícolas.

De esta forma, los sistemas de producción orgánica no pueden transferirse en forma rígida a diferentes condiciones agroclimáticas, como
un paquete tecnológico, sino que constituyen una pauta que pretende desarrollar formas de producción agropecuaria altamente
eficientes, que aprovechen las potencialidades naturales y culturales del lugar sin destruir el suelo, el agua, el aire, ni los organismos
que viven en y alrededor del predio. Esto significa que existe una clara diferenciación entre distintos sistemas productivos orgánicos,
puesto que las prácticas utilizadas en un lugar, se adaptan a las necesidades ambientales y económicas específicas sólo de ese
lugar, donde se combinan técnicas agrícolas conservacionistas tradicionales con tecnologías modernas.

SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA ORGÁNICA EN CHILE

En Chile existe una superficie destinada a la producción orgánica de 7.689,1 hectáreas, de las cuales el 76,6% se encuentra
certificada como orgánica y el resto está en período de transición (ODEPA ). Esta superficie está destinada a la producción de gran
variedad de cultivos, desde plantas aromáticas, hortalizas, frutales, forrajeros, gramíneas, hasta producción de semillas. La
distribución regional de esta superficie se presenta en la Figura 1.
Figura 1. Superficie orgánica y en transición por región. Temporada 2005/06 (7.689,1 ha). Fuente ODEPA1.

En países desarrollados existe una alta demanda de productos orgánicos debido a la preocupación por parte de los consumidores de
la calidad de los alimentos que consumen, como del efecto de los sistemas productivos sobre el medio ambiente y la salud de
los trabajadores agrícolas. Esto, sumado a los interesantes precios de venta, ha provocado que para los agricultores orgánicos chilenos
el principal destino sea justamente el mercado externo, lo que ha producido un crecimiento sostenido de las exportaciones (Figura 2).
Figura 2. Exportaciones de productos orgánicos chilenos. Temporada 2005/06. Fuente ProChile2.

Los mercados de destino y el porcentaje del valor exportado de productos orgánicos chilenos se presentan en el Cuadro 1, donde se
puede apreciar que el principal destino es Estados Unidos, seguido de la Comunidad Europea.

Cuadro 1. Mercados de destinado de productos orgánicos


chilenos y porcentaje de valor exportado.
Destino (%)
Europa 29,4
EEUU 58,4
Japón 5,7
Canadá 4,9
A. Latina 0,3
C. América 0,1
Oceanía 0,3
Oriente 0,5
Resto Asia 0,4
Fuente: ProChile2, Temporada 2005/2006

Estas exportaciones se distribuyen principalmente en productos frescos (en orden de importancia: manzana, kiwi, palta,
arándano, espárrago, frambuesa, uva, mora, ciruela); seguido de congelados (frambuesa, mora, espárrago, frutilla, cranberrie, mezclas
de frutas y arándano); procesados (vino tinto, aceite de oliva, aceite de rosa mosqueta, miel, té de hierbas, polen, té de manzanilla, jugo
de uva, jugo de murta, jugo de mora, mermelada de frambuesa, propóleo, yerba mate); y finalmente deshidratados (manzanas
secas, hierbas medicinales, cascarilla de rosa mosqueta, flores, cranberries secos, ramas de cranberries, quínoa, frutas secas,
hortalizas secas, clementinas) (Figura 3) (ProChile, 2006)2.
Figura 3. Exportaciones Chilenas de Productos Orgánicos en miles de dólares FOB/2004. Fuente ProChile2.

Basado en estos datos se puede concluir que esta actividad tiene grandes proyecciones que dan cuenta de un sistema alternativo
de producción que ya tiene su posicionamiento en la agricultura nacional.

Debido a la importancia que tiene para la región y el país el desarrollo de tecnologías que permitan solucionar los problemas
enfrentados por los agricultores orgánicos, INIA Quilamapu ha ejecutado varios proyectos de investigación, desarrollo y
transferencia tecnológica, buscando alternativas orgánicas en el manejo de plagas, enfermedades, malezas y fertilidad de suelos,
en diferentes rubros de frutales y cultivos anuales. De la misma forma, desarrolló un software de simulación de un predio orgánico
cuyo nombre es “Análisis integrado de sistemas de producción orgánica. AISO” que permite al usuario simular las prácticas necesarias
de realizar en un predio manejado orgánicamente, entregando resultados económicos tanto del predio como individuales por rubro,
y además simular la elaboración de abono orgánico compuesto en base a los residuos generados por los cultivos y la
ganadería, considerados en la simulación del sistema productivo. Este software está a disposición de los productores. Mayor
información [email protected].

1 Comunicación personal Pilar Eguillor. ODEPA.


2 Cumunicación personal María Valdebenito. ProChile.

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