Qinti Kuyay
Qinti Kuyay
Qinti Kuyay
(Amor de picaflor)
Bajos los rayos de la luz de la selva de Pampa Camona. Allí donde tu belleza se
confunde con la flora silvestre y resplandece con la flor que te vió llegar, mi urpi,
cruzando los cerros a este caluroso lugar, rodeado de ramilletes de vegetación.
¡Hay mi urpicha! eres como el algodón que brota de esas hermosas plantas de la
selva; tan suaves como tus plumas blancas.
¡Fuera de aquí picaflorcito! eres un ave muy pequeña para mí. A mí no me gustan
los chiquitos que andan chupando de flor en flor.
Todas las aves escucharon: el tucán, el gallito de las rocas, el pajarraco, el loro,
riéndose a grandes carcajadas.
El chihuaco riéndose junto a la urpicha se fueron a pasear alrededor del río junto
con las otras aves; así ver pasar la luna en la noche.
El picaflor quedó muy triste y sus lágrimas lo empaparon todo el cuerpo, pero se
da valor y agitando sus alas se subió a la punta del árbol de camona. Desde ahí,
miraba a su urpi como reía con ese chihuaco.
Cuando de pronto en su frente vió cantar a la chicua (ave que zapatea y canta
para anunciar los hechos, lo bueno, lo malo, lo feo y lo triste que llegará) tish, tish,
tish, chicua,chicua ,chicuaaaa….cuando escucharon a la chicua todas las aves
empezaron a cantar para opacar su canto.
Con la bulla salió el condor Froylan, dueño de toda la quebrada, a quien todos
obedecían. Al verlo todas las aves volvieron a su nido en cuestión de segundos,
sabían que el cóndor estaba molesto por haberlo despertado.
En ese momento sentí que por mi pico pasaba una saliva amarga y dolorosa que
llegaba a mi corazón, sentí que se partía y que mis plumas se caían, me lancé con
gran cólera al chihuaco, porque no le había defendido a la palomita.
Llegaba el día con sus verdes hojas que rodeaba todo el campo y de sus ojos del
picaflor brotaban lágrimas de tristeza. Pero así seguía enamorado de su urpicha.
En cambio, yo, el picaflor más pequeño del mundo, pero valiente, me quedé,
aunque sin el amor de mi urpi, lo hice solo para defenderla, escuchar su canto y
admirarla por la belleza de sus plumas suaves como el algodón. Teniendo en
cuenta que algún día urpi encontraría otra pareja y volaría a tierras lejanas.
Moraleja: “Nunca te fijes en su apariencia, porque esa persona puede ser mejor
que otro”.
Autor: El tamañito
5to de Primaria.