Introducción Lógicas Paraconsistentes
Introducción Lógicas Paraconsistentes
Introducción Lógicas Paraconsistentes
Director
ANDRÉS SICARD RAMÍREZ
Profesor Departamento de Ciencias Básicas
Jurado
Jurado
A Sara Ramı́rez,
Jorge Restrepo,
Leonor Gutiérrez,
y Aristides Montes
nuestros padres,
con todo amor.
Agradecimientos
Camilo Ernesto agradece a Oreida Ruı́z Molina por su constante apoyo, compañia y
amor.
José Luis agradece a Andrés Felipe Montes, Juan Pablo Montes y Diego Fernando
Montes, sus hermanos, por su constante apoyo y confianza.
A La universidad EAFIT y a todos sus profesores, por los conocimientos que quisieron
compartirnos.
Por último, a Aristides Montes y Leonor Gutiérrez, padres de José Luis Montes. Jorge
Restrepo y Sara Ramı́rez, padres de Camilo Ernesto Restrepo. Un agradecimiento muy
especial, por su cariño y amor desinteresado.
Introducción
Esta monografı́a pretende brindar una visión general sobre el amplio panorama que
abre la posibilidad de articular sistemas que contengan inconsistencias, sin que por ello
se desvirtúen.
v
y tendrá esta controvertida propuesta intelectual.
Y que mejor punto de partida, que emprender un estudio de una propuesta lógica,
si se considera la lógica como el pilar teórico de las herramientas computacionales de-
sarrolladas en la actualidad.
Los autores
Universidad EAFIT, Medelln
7 de Abril de 2000
vi
Índice general
Introducción V
vii
ÍNDICE GENERAL
2. Lógica de enunciados 14
2.1. Lenguaje de la lógica de enunciados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
2.1.1. Alfabeto de la lógica de enunciados . . . . . . . . . . . . . . . . 14
2.1.2. Reglas de formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.1.3. Reglas de transformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.2. Eliminación de paréntesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.3. Definiciones en L . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.4. Un sistema axiomático para L . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.5. Otros sistemas axiomáticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.5.1. Sistema axiomático desarrollado por Hilbert-Ackermann . . . . 17
2.5.2. Sistema axiomático desarrollado por Meredith . . . . . . . . . . 17
2.6. La lógica de enunciados como teorı́a axiomática . . . . . . . . . . . . . 18
2.7. Algunas consecuencias sintácticas en L . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
2.8. Principios lógicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2.9. Tautologı́as . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.10. Modelo en la lógica de enunciados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.10.1. Interpretación de los sı́mbolos de enunciado . . . . . . . . . . . 23
2.11. Noción semántica de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.12. Validez en la lógica de enunciados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.12.1. Validez semántica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.12.2. Validez sintáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
viii
ÍNDICE GENERAL
4. Principios lógicos 35
4.1. Principio de no contradicción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
4.1.1. Cuestionamiento al principio de no contradicción . . . . . . . . 39
4.2. Principio del tercero excluido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
4.3. Principio de identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
ix
ÍNDICE GENERAL
6. Lógicas paraconsistentes 54
6.1. Definiciones en C1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
6.2. Sistema axiomático para C1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
6.3. Algunas consecuencias sintácticas en C1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
6.4. Semántica de valoraciones para C1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
6.4.1. Consecuencias de la definición de valoraciones paraconsistentes . 63
6.4.2. Clasificación de la negación paraconsistente . . . . . . . . . . . 64
6.4.3. Un procedimiento de decisión para C1 . . . . . . . . . . . . . . 64
6.4.4. Construcción paso a paso de una quasi-matriz . . . . . . . . . . 66
6.4.5. Algunos ejemplos de quasi-matrices . . . . . . . . . . . . . . . . 67
6.5. Correctitud y completitud de C1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
6.5.1. Correctitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
6.5.2. Completitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
6.6. Otros sistemas de cálculos paraconsistentes . . . . . . . . . . . . . . . . 75
6.6.1. Definiciones para Cn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
6.6.2. Un sistema axiomático para los cálculos Cn . . . . . . . . . . . . 75
6.6.3. Algunas consecuencias en Cn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
6.6.4. Relación entre los cálculos Cn , 1 ≤ n < ω . . . . . . . . . . . . . 76
6.7. Lógica paraconsistente de predicados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
6.8. Resultados metateóricos en la lógica paraconsistente . . . . . . . . . . . 78
x
ÍNDICE GENERAL
9. Conclusiones 113
9.1. La lógica paraconsistente desde varias perspectivas . . . . . . . . . . . 113
9.1.1. La lógica paraconsistente desde la negación débil (¬) . . . . . . 114
9.1.2. La lógica paraconsistente desde la negación fuerte (∼) . . . . . . 116
9.2. Posibles aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
9.2.1. Un Data Warehouse Paraconsistente . . . . . . . . . . . . . . . 118
9.2.2. Métodos formales paraconsistentes . . . . . . . . . . . . . . . . 120
9.2.3. Máquinas paraconsistentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
9.3. Perspectivas de la lógica paraconsistente . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
xi
Índice de cuadros
xii
ÍNDICE DE CUADROS
xiii
Índice de figuras
xiv
Capı́tulo 1
1.1. Preliminares
Se puede pensar la lógica como el estudio del razonamiento deductivo correcto. Este
proceso consiste en obtener conclusiones a partir de suposiciones; estas conclusiones se
conocen como consecuencias lógicas. El razonamiento deductivo correcto es el razon-
amiento deductivo en el que las conclusiones se siguen necesaria e inevitablemente de
las suposiciones o hechos.
1
1.1 Preliminares
Para estructurar un lenguaje formal es necesario contar con los siguientes elementos:
1.1.3. Proposiciones
Se habla de proposiciones atómicas, las cuales se expresan mediante una letra, o sea
una variable, como aquellas que no se pueden descomponer en partes, que sean a su
vez, proposiciones. La lógica de enunciados se ocupa solamente de las proposiciones
atómicas y de las que puedan surgir de éstas mediante la aplicación de los conectivos
lógicos. Ası́, el valor de verdad de las proposiciones está dado en función de verdad de
las proposiciones atómicas que la componen.
Por sı́ solos, los conectivos lógicos no reciben un valor de verdad sino que sirven para
1 Expresiones bien formadas son cadenas de sı́mbolos del lenguaje formal construı́das correctamente.
2 Lostérminos son en general las partes constitutivas de todo discurso. Estos pueden ser de dos tipo: categoremáticos,
que pueden ser sustantivos, adjetivos, entre otros; y sincategoremáticos, que son expresiones como “y”, “o” , “no”, entre
otros [Aga86]
2
1.1 Preliminares
Para cada conector lógico se define una función llamada “función de verdad” que tiene
su dominio en el campo de los valores de verdad de sus variables y el rango, en el con-
junto de los valores de verdad, con lo cual se puede clasificar a éstas con respecto a la
verdad o a la falsedad.
Los valores de verdad, sin importar cuántos sean, se pueden clasificar como designados,
antidesignados y neutros (ni designados, ni antidesignados). Por valor designado se en-
tiende un valor tal que, si él es el valor de verdad de una oración dada ‘p’, entonces ‘p’
es afirmable.
En caso contrario, por valor de verdad antidesignado se entiende un valor tal que, si él
es el valor de verdad de una oración ‘p’, entonces ‘p’ es negable.
De manera intuitiva, un valor de verdad es designado si y solo sı́ es verdadero; es an-
tidesignado si es falso.
En el caso de la lógica clásica los valores de verdad son {V erdadero, F also}, los cuales
son designado y antidesignado respectivamente. Por convención se usa la cifra “1” para
el valor de verdad “V erdadero” y la cifra “0” para el valor de verdad “F also”. En
ciertas lógicas multivalentes hay valores que son a la vez designados y antidesignados;
y hay también, lógicas en las que hay valores que no son ni designados ni antidesignados.
Cabe notar, que para cada functor existe una definición más profunda3 , sin embar-
3
1.1 Preliminares
1.1.4.1. Negación
ρ ∼ρ
1 0
0 1
5. /p/ = 0 ssi /∼ p/ = 1.
6. Si /p/ = 1, entonces /∼ p/ = 0.
4
1.1 Preliminares
En la figura 1.1 se puede observar la relación entre las distintas negaciones definidas,
según las condiciones que cumplan. Ejemplos de estos tipos de negación son los sigu-
ientes:
4
Ejemplo 1.1. En el sistema lógico Lw
3 (Weak Variant of Lukasiewicz) , los valores de
verdad se encuentran en el conjunto {1, 1/2, 0}, donde 1 y 1/2 son designados y 0 es
antidesignado. Este sistema tiene la siguiente negación:
ρ ∼ρ
1 0
1/2 0
0 1
4 Sistema presentado por Nicholas Rescher en [Res69].
5
1.1 Preliminares
ρ ∼ρ
1 0
1/2 0
0 1
ρ ∼ρ
1 0
1/2 1/2
0 1
1.1.4.2. Disyunción
La disyunción lógica une dos proposiciones o fórmulas con el conectivo lógico “o”,
esta operación se simboliza como ρ1 ∨ ρ2 .
6
1.1 Preliminares
La disyunción de dos proposiciones es falsa sólo si lo son las dos proposiciones que
la integran y, verdadera, en cualquier otro caso.
ρ1 ρ2 ρ1 ∨ ρ2
1 1 1
0 1 1
1 0 1
0 0 0
1.1.4.3. Conjunción
La conjunción lógica une dos proposiciones o fórmulas con el conectivo lógico “y”,
esta operación se simboliza como ρ1 ∧ ρ2 .
ρ1 ρ2 ρ1 ∧ ρ2
1 1 1
0 1 0
1 0 0
0 0 0
1.1.4.4. Condicional
El condicional lógico une dos proposiciones o fórmulas con el conectivo lógico “en-
tonces”, ésta operación se simboliza como ρ1 → ρ2 ; donde ρ1 es denominado antecedente
y ρ2 es denominado consecuente.
7
1.2 Teorı́a formal
ρ1 ρ2 ρ1 → ρ2
1 1 1
0 1 1
1 0 0
0 0 1
Afirmar “si p, entonces q”, significa que no se puede al mismo tiempo afirmar la verdad
de p y negar la verdad de q. Esto quiere decir que el conector condicional puede definirse
para el sentido común mediante los de la negación y la conjunción, de la siguiente forma:
[Aga86]
def
ρ1 → ρ2 ≡ ∼ (ρ1 ∧ (∼ ρ2 )).
1.1.4.5. Bicondicional
El bicondicional lógico une dos proposiciones con el conectivo lógico “si y sólo si”,
el cual se simboliza como ρ1 ↔ ρ2 .
ρ1 ρ2 ρ1 ↔ ρ2
1 1 1
0 1 0
1 0 0
0 0 1
Una teorı́a intuitiva permite formular ciertos enunciados. Entre estos enunciados,
unos son verdaderos y otros falsos. Los enunciados verdaderos son los axiomas y los
teoremas. Un teorema es un enunciado que puede deducirse de los axiomas o teoremas
ya demostrados por medio de la concatenación de enunciados intermedios que consti-
tuye una demostración.
8
1.3 Metamatemáticas
1. αn ≡ β.
1.3. Metamatemáticas
9
1.3 Metamatemáticas
Los enunciados demostrados a este nivel son denominados metateoremas, los cuales
proporcionan resultados válidos para clases enteras de proposiciones e incluso para la
totalidad del sistema.
1.3.1. Consistencia
10
1.3 Metamatemáticas
La consistencia puede ser vista desde el aspecto tanto sintáctico como semántico, como
se presenta a continuación.
11
1.3 Metamatemáticas
1.3.2. Completitud
La completitud, o saturación, también puede ser vista desde los aspectos sintáctico
y semántico.
12
1.3 Metamatemáticas
1.3.3. Decidibilidad
En el caso de los sistemas lógicos, el problema de la decisión puede ser visto tanto
desde el punto de vista sintáctico como semántico, al preguntarse por la derivabilidad
o la validez de una expresión en el sistema.
13
Capı́tulo 2
Lógica de enunciados
L = {ρi /i ∈ ω} ,
ω = {0, 1, 2, . . .}.
14
2.1 Lenguaje de la lógica de enunciados
Adicionalmente, con el conjunto elegido debe ser posible expresar todas las fun-
2
ciones de verdad; hay 16 (22 ) funciones de verdad bivalentes de dos argumentos2 .
Se elige el conjunto de operadores {∼, →}, acorde al utilizado por Elliot Mendelson
[Men64].
Toda sucesión finita de sı́mbolos del alfabeto L es una fórmula o expresión bien
formada si puede obtenerse de la aplicación de las siguientes reglas:
4. Una sucesión finita de sı́mbolos de L es una fórmula si y sólo si puede ser obtenida
aplicando un número finito de veces las reglas 1, 2 y 3.
α
(α) → (β)
β
2A saber:[Haa78]
A B 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
v v v v v v v v v v f f f f f f f f
v f v v v v f f f f v v v v f f f f
f v v v f f v v f f v v f f v v f f
f f v f v f v f v f v f v f v f v f
15
2.2 Eliminación de paréntesis
Los paréntesis son sı́mbolos auxiliares que ayudan a agrupar expresiones permitiendo
una escritura más precisa de las fórmulas, y que éstas puedan ser leı́das más fácilmente
y de un modo natural. Sin embargo, para evitar un uso excesivo de los paréntesis y
facilitar la escritura de fórmulas, se hará una convención para la eliminación de los
mismos.
Regla 2: Suprimir los paréntesis que encierran una negación: ∼ (ρ) 99K∼ ρ.
2.3. Definiciones en L
Las definiciones son reglas de formación que tienen por función introducir sı́mbo-
los auxiliares abreviadores. Con esto se introducirán sı́mbolos que no pertenecen al
lenguaje, pero le aportan una economı́a importante al mismo.
def
Definición 2.1. (α ∧ β) ≡ ∼ (α →∼ β).
def
Definición 2.2. (α ∨ β) ≡ ∼ α → β.
def
Definición 2.3. (α ↔ β) ≡ (α → β) ∧ (β → α).
Se procede a definir un sistema axiomático que permita deducir todos los teoremas
de la lógica de enunciados mediante procedimientos adecuados, es decir, se necesita un
sistema que sea completo y cuyos axiomas sean independientes y coherentes.
16
2.5 Otros sistemas axiomáticos
Además del sistema axiomático definido, existen otros sistemas axiomáticos que per-
miten obtener el mismo conjunto de teoremas e inferencias válidas para la lógica de
enunciados.
17
2.6 La lógica de enunciados como teorı́a axiomática
Se presenta, la lógica de enunciados como una teorı́a axiomática L, con las siguientes
caracterı́sticas:
1. Un alfabeto para L, con las mismas caracterı́sticas al definido en las sección 2.1.1.
Demostración.
18
2.7 Algunas consecuencias sintácticas en L
Demostración.
(α → β), (β → γ) ⊢ ((α → γ)
1. (α → β), (β → γ) ⊢ α→β Hip.
2. (α → β), (β → γ) ⊢ β→γ Hip.
3. (α → β), (β → γ) ⊢ (β → γ) → (α → (β → γ)) Ax. 2.1
4. (α → β), (β → γ) ⊢ (α → (β → γ)) M.P 2 y 3
5. (α → β), (β → γ) ⊢ (α → (β → γ)) → ((α → β) → (α → γ)) Ax. 2.2
6. (α → β), (β → γ) ⊢ (α → β) → (α → γ) M.P 4 y 5
6. (α → β), (β → γ) ⊢ α→γ M.P 1 y 6
Demostración.
α → (β → γ), β ⊢ (α → γ)
1. α → (β → γ), β ⊢ α → (β → γ) Hip.
2. α → (β → γ), β, α ⊢ β→γ Recı́p. T.D
3. α → (β → γ), β, α ⊢ β Hip.
4. α → (β → γ), β, α ⊢ γ M.P 2 y 3
5. α → (β → γ), β ⊢ α→γ T.D.
19
2.8 Principios lógicos
Demostración.
⊢ α ↔∼∼ α
(⇐)
1. ⊢ (∼ α →∼∼ α) → ((∼ α →∼ α) → α) Ax. 2.3
2. ⊢ ∼ α →∼ α Teorema 2.5
3. ⊢ (∼ α →∼∼ α) → α Teorema 2.3
en 1 y 2
4. ⊢ ∼∼ α → (∼ α →∼∼ α) Ax. 2.1
4. ⊢ ∼∼ α → α Teorema 2.2
en 3 y 4
(⇒)
1. ⊢ (∼∼∼ α →∼ α) → ((∼∼∼ α → Ax. 2.3
α) →∼∼ α)
2. ⊢ ∼∼∼ α →∼ α Por (⇐)
3. ⊢ (∼∼∼ α → α) →∼∼ α M.P 1 y 2
4. ⊢ α → (∼∼∼ α → α) Ax. 2.1
5. ⊢ α →∼∼ α Teorema 2.2
en 3 y 4
20
2.8 Principios lógicos
sección 2.4.
Demostración.
⊢ α→α
1. ⊢ α → ((α → α) → α) → (α → (α → α)) → Ax. 2.2
(α → α)
2. ⊢ α → ((α → α) → α) Ax. 2.1
3. ⊢ (α → (α → α)) → (α → α) M.P 1 y 2
4. ⊢ α → (α → α) Ax. 2.1
5. ⊢ α→α M.P 3 y 4
Demostración.
⊢ ∼ (α ∧ ∼ α)
1. ⊢ α →∼∼ α Teorema 2.4
2. ⊢ (α →∼∼ α) →∼∼ (α →∼∼ α) Teorema 2.4
3. ⊢ ∼∼ (α →∼∼ α) M.P 1 y 2
4. ⊢ ∼ (α ∧ ∼ α) Def. 2.1
Teorema 2.7. (Principio del tercer excluı́do) (α∨(∼ α)). “O se afirma una proposición
o se afirma su negación”.
Demostración.
21
2.9 Tautologı́as
⊢ (α ∨ (∼ α))
1. ⊢ ∼ α →∼ α Teorema 2.5
2. ⊢ (α∨ ∼ α) Def. 2.2
2.9. Tautologı́as
Una tautologı́a es un enunciado que siempre es verdadero, sin importar cuáles sean
los valores de verdad de las letras de enunciado.
Son ejemplos de tautologı́as los principios lógicos y los axiomas, entre otros.
α ∼α α∧∼α ∼ (α ∧ ∼ α)
1 0 0 1
1 0 0 1
0 1 0 1
0 1 0 1
Ası́, se puede pensar en una interpretación como una asignación de valores de ver-
dad a las variables proposicionales que figuran en una fórmula φ.
22
2.11 Noción semántica de verdad
ρi es Verdadero sii ρi ∈ M.
ρi es Falso sii ρi ∈
/ M.
1. Si α ≡ ρi ; M α sii ρi ∈ M.
2. Si α ≡∼ θ; M α sii M 2 θ.
3. Si α ≡ θ → β; M α sii M 2 θ o M β.
Una fórmula α es válida semánticamente en el caso de que sea válida para todas las
interpretaciones; es decir, α, sii M α, para todo modelo M de la lógica de enunciados.
23
2.12 Validez en la lógica de enunciados
Esta noción, construı́da en términos de modelos, para verificar la validez de una fórmula
exige examinar un número infinito de modelos.
De esta forma se asocia la noción de tautologı́a con la noción de validez; lo cual brinda
la posibilidad de verificar la validez de una fórmula con un procedimiento mecánico y
finitario. A continuación se presenta dicho procedimiento.
f : L → {0, 1}.
Definición 2.6. (Extensión de una realización). Sea f : L → {0, 1} una realización del
−
cálculo proposicional, se puede extender f a una realización f : F → {0, 1}, donde F
es el conjunto de fórmulas del cálculo proposicional, definida para toda fórmula θ de la
siguiente forma:
− −
f (θ) =f (ρ) = f (ρ).
3 Una proposición es derivable si existe una derivación o sucesión de proposiciones, cada una de las cuales es un axioma
24
2.13 Metateorema de completitud de Gödel
2. Si θ ≡∼ α, entonces
− − −
f (θ) =f (∼ α) =f ∗ (α).
− −
donde f ∗ (α) es el valor contrario de f (α), es decir,
−
− − 0 sii f (α) = 1,
f (θ) =f (∼ α)
1 sii f− (α) = 0.
− − − − −
3. Si θ ≡ α → β; entonces f (θ) = M ax(f (∼ α), f (β)), donde: M ax(f (∼ α), f
− −
(β)) = 0 sii f (α) = 1 y f (β) = 0.
−
Definición 2.7. (Satisfacción). Sea f una realización del cálculo proposicional L y f
− −
la extensión de la realización f , se dice que f satisface una fórmula θ sii f (θ) = 1 este
− −
hecho se denota simbólicamente por f |= θ. Si existe una realización f tal que f |= θ,
entonces se dice que la fórmula θ es satisfacible.
Definición 2.8. (Valuación). Sea θ una fórmula con V L(θ) = ρ1 , ρ2 , . . . , ρn , tal que
V L(θ) es conjunto de todos los sı́mbolos de enunciado que figuran en θ, sea 2n el con-
junto de posibles asignaciones a1 , a2 , . . . , an para θ en el espacio de verdad 2 = {0, 1}.
Existe una función:
Vθ : 2n → 2.
−
donde para cada asignación a1 , a2 , . . . , an , Vθ está dada por Vθ (a1 , a2 , . . . , an ) =f (θ).
−
El valor Vθ (a1 , a2 , . . . , an ) =f (θ) es llamado Valuación de θ para la asignación a1 , a2 , . . . , an .
Definición 2.9. (Tautologı́a). Sea θ una fórmula cuyo conjunto de sı́mbolos de proposi-
ción es V L(θ) = ρ1 , ρ2 , . . . , ρn . Se dice que θ es una tautologı́a y se denota por ⊢ θ, si
y sólo si la valuación de θ para cada asignación de las variables es 1.
25
2.14 Resultados metateóricos
α sii ⊢ α.
26
Capı́tulo 3
Un lenguaje de primer de primer orden está constituido por los siguientes sı́mbo-
los propios: sı́mbolos de predicado o de relación, denotados por P1 , P2 , . . . , Pk ; sı́mbo-
los de función, denotados por F1 , F2 , . . . , Fk ; sı́mbolos de constante, denotados por
C1 , C2 , . . . , Ck , los sı́mbolos propios es un conjunto L tal que:
27
3.1 Lenguaje de la lógica de predicados de primer orden
Aridez
A cada sı́mbolo de función y de relación se le asocia un número n denominado aridez
del sı́mbolo (tal que n ≥ 1 para los sı́mbolos de relación y n ≥ 0 para los sı́mbolos de
función) que indica el número de argumentos disponibles en el sı́mbolo. Se utiliza la
notación Ani y fjm , donde los exponentes n y m denotarán la aridez de los sı́mbolos Ai
y fj respectivamente.
Término de L
Los sı́mbolos de función junto con las variables y constantes individuales gen-
eran términos, los términos de L son entonces sucesiones finitas de sı́mbolos de L
y están definidos de la siguiente forma:
28
3.1 Lenguaje de la lógica de predicados de primer orden
Fórmula atómica de L
A partir de los sı́mbolos de predicado junto con los términos se generan las fórmu-
las atómicas, las cuales son sucesiones finitas de sı́mbolos de L y están construidas
de la siguiente forma:
Fórmula de L
29
3.2 Eliminación de paréntesis
α
α→β
β
Regla de universalización
Sea α una fórmula de L y x una variable individual. ∀x(α) es una consecuencia inmedi-
ata de α.
α
∀x(α)
3.3. Definiciones en L
30
3.5 Enunciado o fórmula cerrada
Se presenta, la lógica de predicados como una teorı́a axiomática L, con las siguientes
caracterı́sticas:
1 α(x
i) simboliza que la expresión bien formada α tiene a la variable xi como una de sus variables individuales.
31
3.8 Interpretación
3.8. Interpretación
En términos más formales, se puede decir, que una interpretación o estructura para
L es una pareja < A, ℑ >, tal que:
ℑ(Pin ) = R ⇐⇒ R ⊆ An .
ℑ(Fim ) = f y f: Am → A.
ℑ(C) = t y t ∈ A.
32
3.9 Satisfacción y verdad
Definición 3.2. Como paso preliminar se define una función s∗ de un argumento, con
términos como argumentos y valores en D.
1. Si t es xi , s∗ (t) es bi .
Definición Inductiva
Definición 3.3. Una fórmula α es verdadera (para una interpretación dada) si y sólo
si toda secuencia en Σ satisface α.
33
3.10 Modelos en la lógica de predicados de primer orden
34
Capı́tulo 4
Principios lógicos
Por mucho tiempo los tres principios determinaron la concepción de lo que era la lógica
y la “realidad” misma, siendo vitales en la formalización de ésta y por lo tanto en la
construcción de cualquier sistema deductivo que tratara de explicar en alguna medida
la realidad. En este sentido afirma Edgar Morin en su libro “El método” [Mor92]: “Los
tres axiomas armaron la visión de un mundo coherente, enteramente accesible al pen-
samiento, y todo lo que excedı́a a esta coherencia quedaba a la vez fuera de la lógica,
fuera del mundo y fuera de la realidad”.
35
4.1 Principio de no contradicción
36
4.1 Principio de no contradicción
Ferrater Mora en el diccionario de filosofı́a [Mor83] afirma que todas las formulaciones
del principio de no contradicción pueden reducirse a las tres siguientes: ontológica, lógi-
ca y metalógica. Si se considera dicho principio como un principio ontológico este se
refiere a la realidad y entonces se puede enunciar del siguiente modo: “Es imposible que
una misma cosa sea y no sea al mismo tiempo y bajo el mismo respecto ” [Ari73]. Si
se considera el principio como un principio lógico se enuncia del siguiente modo: “No
a la vez p y no p”, donde ‘p’ es un sı́mbolo de un enunciado declarativo, en este caso
el principio de no contradicciión se convierte en una fórmula lógica o en una tautologı́a
de la lógica sentencial, el cual se presenta ası́ : ∼ (p∧ ∼ p). La presentación metalógica
del principio se realiza en los siguientes términos: “El principio de no contradicción es
una regla que permite ejecutar inferencias válidas ”.
Algunos autores tales como Ferrater Mora [Mor83] y Lukasiewicz [BM96] consider-
an que la formulación psicológica del principio de no contradicción debe ser eliminada,
debido a que la imposibilidad de pensar “algo” es un hecho, no un principio.
37
4.1 Principio de no contradicción
“p” una variable para una oración asertórica cualquiera, entonces, toda contradicción
tiene la forma de la siguiente aserción compuesta: “p y no-p”. Es importante resaltar
que no siempre es claro que: si en una oración determinada, en la que aparezca un signo
de negación (sea la negación de “p”), el valor que tiene la palabra “no” alcance a estar
claro. Es por lo tanto necesario contar con un criterio concreto por medio del cual se
pueda reconocer una oración dada como la negación de otra oración. Para esto se define
el nexo entre la negación y la falsedad. Cuando se niega una oración se afirma que dicha
oración es falsa. Una oración “q” es por tanto la negación de una oración “p” (q se rep-
resenta como no-p), precisamente cuando es verdadera si “p ” es falsa. A la oración que
es verdadera justamente cuando “p” es falsa, se le llama el opuesto contradictorio de p
[TW97]. Esto aclara un poco el porque de la formulación lógica del principio de no con-
tradicción presentada anteriormente en los siguientes términos:“dos oraciones opuestas
contradictoriamente entre sı́ no pueden ser verdaderas al mismo tiempo”.
38
4.1 Principio de no contradicción
nación más exacta es por lo tanto algo que no se da de antemano sino que precisamente
se va dando progresivamente gracias al principio de no contradicción. Esta es también
la razón por la que no se pueden enumerar de antemano todos los puntos de vista
limitantes que serı́an necesario exponer en una formulación formal del principio de no
contradicción [TW97].
Para Ursula Wolf y Ernest Tugendhat [TW97] decir que el principio de no contradicción
vale, significa únicamente que de lo contrario no podrı́amos decir nada, que de lo con-
trario nuestro hablar se suspenderı́a por si mismo. Afirman también que el principio no
es una ley sobre la realidad; la necesidad que expresa se funda más bien en el significado
de nuestras expresiones linguı́sticas, especialmente el de las expresiones “y” y “no” y
en significado de la forma de predicación.
39
4.1 Principio de no contradicción
Aristóteles plantea que si bien no se pueden dar demostraciones directas genuinas, sı́ se
pueden dar demostraciones de la imposibilidad de que proposiciones contradictorias
sean ciertas al mismo tiempo. Lukasiewicz analiza en detalle las distintas argumenta-
ciones aportadas por Aristóteles en este sentido y muestra que caen en alguno de los
siguientes casos: prueban algo distinto, como el principio de la doble negación; o son
una petición de principio, en la medida en que presuponen el principio de no contradic-
ción, o finalmente, prueban que no puede ser cierta la afirmación de que “todo” es
contradictorio, lo cual no tiene que ser necesariamente afirmado por quienes rechazan
este principio o piden una prueba de él.
40
4.1 Principio de no contradicción
tiona el principio de no contradicción los defensores de este principio suelen pedirle que
muestre alguna contradicción en la realidad, y esto es, según Lukasiewicz, pedir algo
imposible debido a que no existe un objeto que sea la negación de algo: solo a partir
de lo dado inferimos su negación, y es en el evento en que infiramos algo, y también su
opuesto, que hallamos contradicciones. Al invertir la carga de la prueba ya no habrı́a
que mostrar un objeto contradictorio, sino exigirles a quienes alegan la universalidad
del principio de no contradicción que muestren que ningún objeto puede llevar a infer-
encias contradictorias.
Lukasiewicz hace una afirmación de gran importancia alrededor de la cual giró en gran
medida la problemática de la construcción de sistemas formales inconsistentes: “quien
rechaza el principio de contradicción o quien demanda una prueba de él, seguramente
no tiene que aceptar que todo es contradictorio, especialmente en aquellos procesos y
hechos que determinan los asuntos prácticos”. Este es un cambio radical en la concep-
ción de las implicaciones que se derivan de rechazar el principio de no contradicción.
Este cambio se percibe con mayor claridad al retomar el enfoque clásico de rechazar
dicho principio. Aristóteles habı́a afirmado al respecto que los filósofos que rechazan
dicho principio deberı́an incluso admitir que se puede afirmar y negar todo de todas
las cosas [Ari73]. Se comienza por lo tanto a gestar en el artı́culo de Lukasiewicz un
cambio profundo y trascendental en la concepción de aceptar contradicciones y las im-
plicaciones que de esto se deriva. Esta nueva concepción serı́a determinante para la
construcción de sistemas de lógica paraconsistente.
41
4.2 Principio del tercero excluido
Bobenrieth afirma (producto del análisis presentado por Lukasiewicz) que frente el
principio de no contradicción estarı́amos más ante un criterio o idea regulativa que se
necesitarı́a por las caracterı́sticas propias de la actividad humana que ante una deter-
minación lógica u ontológica.
Bobenrieth concluye que lo fundamental del texto de Lukasiewicz radica en que allı́ se
plantea por primera vez la necesidad de hacer una revisión crı́tica del rechazo radi-
cal de cualquier contradicción, con lo cual Lukasiewicz abrió otra perspectiva frente al
problema de las contradicciones.
El principio del tercero excluido o del tercio excluido afirma que cuando dos proposi-
ciones están opuestas contradictoriamente no pueden ser ambas falsas. En la formu-
lación tradicional se dice que si S es P es verdadero, S no es P es falso, y viceversa.
La formulación correspondiente en la lógica de enunciados del principio constitituye la
tautologı́a con la siguiente forma: p ∨ ∼ p.
“Algunos autores consideran que el principio de tercero excluido es una forma espe-
cial del de no contradicción, otros sostienen su mutua autonomı́a” [Mor83]. El principio
de no contradicción enuncia en la lógica tradicional que dos juicios opuestos contradic-
toriamente no pueden ser ambos verdaderos; el del tercero excluido sostiene la verdad
de uno y la falsedad del otro, sin indicar a cual corresponde ser verdadero o falso.
El principio del tercero excluido ha estado sometido a diversas discusiones, las cuales
han originado en gran medida la construcción de lógicas no aristótelicas. Existen ar-
gumentos que sostienen que es imposible prescindir de dicho principio y en dirección
opuesta se argumenta que en ciertas condiciones el principio puede eliminarse. Entre
los argumentos en favor de la exclusión del principio se plantea que ciertas proposi-
42
4.3 Principio de identidad
ciones son más o menos verdaderas o más o menos falsas, o más verdaderas que falsas;
igualmente se plantea que ciertas proposiciones no pueden probarse ni como verdaderas
ni como falsas. Por ello, siendo estas proposiciones indeterminadas resulta inadmisible
atribuı́rles algún valor de verdad o falsedad, por lo tanto no resulta aplicable el princi-
pio del tercero excluido. Uno de los argumentos en contra de la exclusión del principio
señala que las proposiciones indeterminadas carecen de significación, por lo tanto si bien
no es aplicable el principio no tiene ningún sentido la existencia de dichas proposiciones.
El principio de identidad puede ser analizado básicamente desde los puntos de vista
ontológico y lógico. En el primer sentido se denomina principio ontológico de identidad
(A=A) aquel que afirme que toda cosa es igual a ella misma. En el segundo sentido, se
denomina principio lógico de identidad, por algunos autores, al reflejo lógico del prin-
cipio ontológico de identidad, y por otros, se conoce como el principio: “si p (donde p
simboliza un enunciado declarativo), entonces p” -en la lógica de proposiciones,- y como
el principio: “b pertenece a todo b”, en la lógica de los términos. La separación entre el
principio ontológico y lógico de identidad no resulta fácil. Según Ferrater Mora [Mor83]
en el curso de la historia de la filosofı́a ambos sentidos se han entremezclado (inclu-
so confundido) con frecuencia. Ha sido, además, común en gran parte de la tradición
filosófica considerar que el fundamento del principio lógico de identidad se encuentra
en el principio ontológico, o bien que ambos son aspectos de una misma concepción,
a saber, aquella según la cual siempre que se habla de lo real se habla de lo idéntico
[Mor83]. Algunos autores se han inclinado a pensar que la noción ontológica de identi-
dad tiene una forma lógica y que el principio lógico de identidad tiene alcance ontológico.
43
4.3 Principio de identidad
Algunos autores [Mor83] han hablado también del principio psicológico de identidad,
entendiendo por él, la imposibilidad de pensar la no identidad de un ente consigo mis-
mo, pero de modo similar que ocurrió con el principio de no contradicción este sentido
puede ser excluido, argumentando las misma razones.
44
Capı́tulo 5
Introducción a la lógica
paraconsistente
La lógica paraconsistente surgió como tal alrededor de los años cincuenta, cuando
Newton Carneiro Affonso da Costa y Stanislaw Jaśkowski, en Brasil y en Polonia re-
spectivamente, inician sus trabajos de manera independiente sobre este tema.
Sin embargo, para establecer los precursores del tema es necesario remontarse a los tra-
bajos del lógico polaco Jan Lukasiewicz y del lógico ruso Nicolaj Aliexándrovic Vasiliev,
quienes de manera independiente en 1910/11, contemplaron la importancia de dar una
revisión a algunos principios de la lógica aristotélica, abriendo ası́ la posibilidad de
construir lógicas no aristotélicas, en analogı́a a las geometrı́as no euclidianas; principal-
mente aquellas en las cuales se restringe, en cierto modo, el principio de no contradicción.
45
5.1 Aspectos históricos
Por otro lado, en el mismo año en la universidad de Kasán, Vasiliev altamente in-
fluenciado por los trabajos de Lobachevsky sobre la geometrı́a no euclidiana, inició sus
trabajos de construcción de lógicas no aristotélicas. Para ésto, Vasiliev modificó la lógi-
ca en su presentación aristotélica, construyendo lo que se llamó la lógica imaginaria.
La lógica imaginaria, aunque no fue desarrollada dentro de los esquemas de rigor y
amplitud de la lógica contemporánea, establece unos patrones básicos encaminados a
elaborar una nueva lógica no aristotélica.
46
5.1 Aspectos históricos
Por muchos años da Costa denominó a sus sistemas como “Sistemas formales inconsis-
tentes”, y fue sólo en 1976 cuando el lógico peruano Francisco Miró Quesada a petición
del mismo da Costa bautizara a estos sistemas con el nombre de lógicas paraconsis-
tentes, durante el Tercer Simposio Latino Americano de Lógica Matemática.
47
5.2 Aspectos generales de la lógica paraconsistente
Definición 5.1. (Teorı́a Trivial). Una teorı́a Σ es trivial si todos sus enunciados (ex-
presiones bien formadas) son teoremas.
Un sistema trivial pierde toda utilidad debido a que en el se puede deducir cualquier
expresión bien formada, sin que sea posible excluir ninguna de ellas. De este modo el
conjunto de enunciados deducibles en él resulta equivalente al conjunto de las expre-
siones bien formadas en dicho sistema. El sistema por lo tanto no aporta ningún tipo
de información. Igualmente las reglas de inferencia pierden completamente el sentido,
ya que por medio de ellas se busca garantizar que por medio de inferencias válidas sólo
sean deducibles ciertas proposiciones, y sólo en la medida en que sean verdaderas.
Si una teorı́a a partir de la cual se pueda derivar una contradición (una proposición y
su negación) está basada en la lógica clásica, entonces se dice que la teorı́a es trivial,
esto es, en ella se puede demostrar cualquier cosa. Evitar la trivialización del sistema se
convierte entonces en un argumento prioritario para evitar la contradicción al interior
de un sistema deductivo, por ello las contradicciones son rechazadas debido a los efectos
que éstas tendrı́an en éste.
48
5.2 Aspectos generales de la lógica paraconsistente
49
5.2 Aspectos generales de la lógica paraconsistente
Newton da Costa plantea que las principales razones por las que se rechazan las con-
tradicciones son de “orden técnico” y de“naturaleza filosófica” [BM96]. Las primeras,
obedecen al problema de la trivialización, presentado anteriormente, y las segundas ra-
zones las enuncia ası́: “En cuanto a los argumentos de ı́ndole filosófica, ellos se apoyan
en motivos de carácter lógico, de un modo general. En virtud del clásico principio de
no contradicción, una proposición y su negación no pueden ser verdaderas al mismo
tiempo; debido a ésto, no es posible que una teorı́a válida desde el punto de vista fi-
losófico (o lógico) incluya contradicciones internas. Suponer lo contrario, constituirı́a
aparentemente un error filosófico” [BM96]. Estas consideraciones son estudiadas en los
capı́tulos 4 y 7.
50
5.3 Aspectos generales de las teorı́as paraconsistentes
[dCL95].
Definición 5.4. (Fórmulas reemplazables) Si una teorı́a Σ es tal que hay una regla de
inferencia de Σ que permite reemplazar siempre, en cualquier fórmla r, una ocurrencia
de p en r por una ocurrencia respecto de q, entonces se dirá que p y q son reemplazables
en Σ
1. Si p ∧ q es un teorema de Σ, también lo es p;
3. (p ∨ q) ∨ r y (q ∨ r) ∨ p son reemplazables;
4. p, p ∧ p y p ∨ p son reemplazables;
5. (p ∨ q) ∧ r y (p ∧ r) ∨ (q ∧ r) son reemplazables;
a) p ∨ N p es un teorema de Σ;
b) N (p ∧ N p) es un teorema de Σ;
51
5.3 Aspectos generales de las teorı́as paraconsistentes
d) N (p ∧ q) y N p ∨ N q son reemplazables;
e) N (p ∨ q) y N p ∧ N q son reemplazables;
Por lo tanto una teorı́a Σ es inconsistente sii es inconsistente con respecto a algún
functor de negación de Σ. Sin embargo, hay teorı́as que también se llaman inconsistentes
en un sentido más amplio de la palabra, aunque no cumplan algunas condiciones entre
6a y 6e.
Definición 5.6. (Extensión de una teorı́a) Una teorı́a Σ′ es una extensión de otra
teorı́a Σ sii todo teorema de Σ es también un teorema de Σ′ .
Nótese que una teorı́a Σ′ puede ser una extensión de otra Σ sin que cada regla de
inferencia de Σ sea una regla de inferencia de Σ′ .
Definición 5.7. (Extensión recia de una teorı́a) Una teorı́a Σ′ es una extensión recia
de una teorı́a Σ sii Σ′ es una extensión de Σ y cada regla de inferencia de Σ es también
una regla de inferencia de Σ′ .
Una lógica superconsistente es aquella tal que, si se le añade una inconsistencia simple
(o sea un par de fórmulas una de las cuales sea una negación de la otra), el resultado
es un sistema trivial [Peñ93].
52
5.3 Aspectos generales de las teorı́as paraconsistentes
p, ∼ p ⊢ q
53
Capı́tulo 6
Lógicas paraconsistentes
54
6.1 Definiciones en C1
6.1. Definiciones en C1
Se considera el siguiente conjunto de axiomas, los cuales son independientes entre si:
55
6.3 Algunas consecuencias sintácticas en C1
Axioma 6.4. (α ∧ β) → α.
Axioma 6.5. (α ∧ β) → β.
Demostración.
56
6.3 Algunas consecuencias sintácticas en C1
Demostración.
⊢ ((α → β) → α) → α
(α → β) → α) ⊢ α Recip. T.D
1. (α → β) → α ⊢ (α → β) → α Hip.
2. (α → β) → α ⊢ ((α → β) → α) → (∼ α →∼ (α → β)) Esquema
Ejemplo 6.4.
3. (α → β) → α ⊢ ∼ α →∼ (α → β) M.P 1 y 2.
4. (α → β) → α ⊢ ∼ (α → β) → α Esquema
Ejemplo 6.5.
5. (α → β) → α ⊢ (∼ (α → β) → α) → (∼ α → (α → β)) Esquema
Ejemplo 6.4.
1 Este principio puede ser demostrado a partir de los axiomas 6.1 y 6.2, de forma similar a como se hizo en la sección
57
6.3 Algunas consecuencias sintácticas en C1
6. (α → β) → α ⊢ ∼ α → (α → β) M.P 4 y 5.
7. (α → β) → α ⊢ (∼ α → (α → β)) → ((∼ α →∼ (α → Esquema
β)) → α) ejemplo 6.6.
8. (α → β) → α ⊢ (∼ α →∼ (α → β)) → α M.P 6 y 7.
9. (α → β) → α ⊢ α M.P 3 y 8.
10. ⊢ ((α → β) → α) → α T.D en 7.
Demostración.
⊢ (α → β) → ((¬α → β) → β)
(α → β), (¬α → β) ⊢ β Recip. T.D
Demostración.
⊢ ¬α ∨ α◦
58
6.3 Algunas consecuencias sintácticas en C1
Demostración.
⊢ ¬(α ∧ β) → (¬α ∨ ¬β)
59
6.3 Algunas consecuencias sintácticas en C1
10. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β ⊢ (α → (α ∧ β)) → ((α → ¬(α ∧ β)) → ¬α) M.P 1 y 9
11. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β ⊢ (α → ¬(α ∧ β)) → ¬α M.P 8 y 10
12. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β, α ⊢ ¬(α ∧ β) Hip.
13. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β ⊢ α → ¬(α ∧ β) T.D en 12.
14. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β ⊢ ¬α M.P 11 y 13
15. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β ⊢ ¬α → (¬α ∨ ¬β) Ax. 6.6
16. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), β ⊢ ¬α ∨ ¬β M.P 14 y 15
17. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), ¬β ⊢ ¬β Hip.
18. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), ¬β ⊢ ¬β → (¬α ∨ ¬β) Ax. 6.7
19. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β), ¬β ⊢ ¬α ∨ ¬β M.P 17 y 18
20. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β) ⊢ β → (¬α ∨ ¬β) T.D en 16
21. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β) ⊢ ¬β → (¬α ∨ ¬β) T.D en 19
22. (α ∧ β)◦ , ¬(α ∧ β) ⊢ ¬α ∨ ¬β Teorema 6.3
en 20 y 21
23. (α ∧ β)◦ ⊢ ¬(α ∧ β) → (¬α ∨ ¬β) T.D en 22
24. α◦ , β ◦ ⊢ α◦ → (β ◦ → (α◦ ∧ β ◦ )) Ax. 6.3
25. α◦ , β ◦ ⊢ α◦ Hip.
26. α◦ , β ◦ ⊢ β ◦ → (α◦ ∧ β ◦ ) M.P 24 y 25
27. α◦ , β ◦ ⊢ β◦ Hip.
28. α◦ , β ◦ ⊢ α◦ ∧ β ◦ M.P 26 y 27
29. α◦ , β ◦ ⊢ (α◦ ∧β ◦ ) → ((α∧β)◦ ∧(α∨β)◦ ∧(α → β)◦ ) Ax. 6.10
30. α◦ , β ◦ ⊢ (α ∧ β)◦ ∧ (α ∨ β)◦ ∧ (α → β)◦ M.P 28 y 29
31. α◦ , β ◦ ⊢ ((α ∧ β)◦ ∧ (α ∨ β)◦ ∧ (α → β)◦ ) → (α ∧ Ax. 6.4
β)◦ ∧ (α ∨ β)◦
32. α◦ , β ◦ ⊢ (α ∧ β)◦ ∧ (α ∨ β)◦ M.P 30 y 31
33. α◦ , β ◦ ⊢ ((α ∧ β)◦ ∧ (α ∨ β)◦ ) → (α ∧ β)◦ Ax. 6.4
60
6.3 Algunas consecuencias sintácticas en C1
61
6.4 Semántica de valoraciones para C1
υ7. υ(α◦ ) = υ(β ◦ ) = 1, entonces υ((α → β)◦ ) = υ((α ∧ β)◦ ) = υ((α ∨ β)◦ ) = 1.
62
6.4 Semántica de valoraciones para C1
Demostración.
(⇐) Si υ(α) 6= υ(¬α), por υ5 se tiene que υ(α ∧ ¬α) = 0, y por υ1 se tiene que
υ(¬(α ∧ ¬α)) = 1, de lo cual, por la definicón 6.1 se tiene que υ(α◦ ) = 1.
(⇒) Por la definición 6.1 anteriormente citada se tiene que α◦ ≡ ¬(α ∧ ¬α), luego
si υ(¬(α ∧ ¬α)) = 1; se puede dar que υ(α ∧ ¬α) = 0 o υ(α ∧ ¬α) = 1.
63
6.4 Semántica de valoraciones para C1
Si se analiza esta negación con respecto a las condiciones definidas en la sección 1.1.4.1,
se llega a un conflicto que no fue posible resolver a lo largo de esta monografı́a, pués las
condiciones que debe cumplir una negación definidas por Lorenzo Peña, no se cumplen
para la negación débil paraconsistente.
Es posible justificar este conflicto, debido a que no existe una corriente paraconsistente
única, sino que existen múltiples enfoques para los cuales cada autor sigue criterios
diferentes para lograr evitar la trivialización de un sistema ante la presencia de incon-
sistencias.
Es por esto que la negación definida por Newton da Costa en su sistema C1 , es una
negación que cumple las condiciones: 1, 7, 8 y 10 de las condiciones definidas por Loren-
zo Peña. En la figura 6.1 se puede observar la relación entre las distintas negaciones
presentadas por Lorenzo Peña, incluyendo entre estas a la negación débil de C1 .
64
6.4 Semántica de valoraciones para C1
2. Disponga bajo la lı́nea anterior lı́neas sucesivas conteniendo todas las combina-
ciones posibles de 0 y 1 que puedan ser atribuı́das a las variables.
3. Escriba en una nueva columna, la lista de todas las negaciones de las variables
proposicionales; y para cada negación y para cada lı́nea:
2) Si θ ≡ δ ∧ ¬δ, escriba 0.
65
6.4 Semántica de valoraciones para C1
Cuadro 6.1: Paso 1 y 2 en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
2. En la tabla 6.2 se puede observar la lista de todas las negaciones de las variables
proposicionales, siguiendo los pasos 3, 3a y 3b.
3. En la tabla 6.3 se puede observar la lista de las subfórmulas que no son negadas,
y con las cuales se procede de igual forma que en el cálculo proposicional clásico
(CPC), según los pasos 4 y 4a.
4. En la tabla 6.4 se puede observar como se procede con las subfórmulas que son
negadas (β ≡ ¬α), y que en un caso en particular son negadas también (α ≡ ¬γ).
En este caso se siguen las indicaciones de los pasos 4b y 4b1.
66
6.4 Semántica de valoraciones para C1
α β ¬α ¬β
0 0 1 1
0 1 1 0
1
1 0 0 1
1 1
1 1 0 0
1
1 0
1
Cuadro 6.2: Paso 3a y 3b en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
α β ¬α ¬β α→β β ∧ ¬β
0 0 1 1 1 0
0 1 1 0 1 0
1 1 1
1 0 0 1 0 0
1 1 0 0
1 1 0 0 1 0
1 1 1
1 0 1 0
1 1 1
Cuadro 6.3: Paso 4 y 4a en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
5. En la tabla 6.5 se puede observar como se procede con las subfórmulas que son del
tipo ¬(α ∧ ¬α), caso que es tenido en consideración en el paso 4b2 del algoritmo.
6. En la tabla 6.6 se puede observar como se procede con las subfórmulas que son del
tipo ¬(α → β), caso que es tenido en consideración en el paso 4b3 del algoritmo.
7. En la tabla 6.7 se puede observar como se procede con las subfórmulas mayores
que agrupan a las demás subfórmulas para ası́ completar la quasi-matriz para la
fórmula completa. Para esto se sigue el paso 4a, pues estas subfórmulas no son
negadas.
67
6.4 Semántica de valoraciones para C1
α β ¬α ¬β α→β β ∧ ¬β ¬¬α
0 0 1 1 1 0 0
0 1 1 0 1 0 0
1 1 1 0
1 0 0 1 0 0 1
1 1 0 0 0
1
1 1 0 0 1 0 1
1 1 1 1
1 0 1 0 0
1
1 1 1 0
1
Cuadro 6.4: Paso 4b y 4b1 en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
Cuadro 6.5: Paso 4b2 en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
68
6.4 Semántica de valoraciones para C1
Cuadro 6.6: Paso 4b3 en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
69
6.5 Correctitud y completitud de C1
Cuadro 6.7: Paso final en la construcción de la quasi-matriz para (¬(α → β) ∧ ¬(β ∧ ¬β)) → ¬¬α
6.5.1. Correctitud
Γ ⊢ α ⇒ Γ |= α.
Demostración.
70
6.5 Correctitud y completitud de C1
La demostración se hará por inducción, probando que los axiomas son válidos y que la
regla de inferencia (modus ponens) preserva la verdad (en el sentido de que es imposible
que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa).
71
6.5 Correctitud y completitud de C1
6.5.2. Completitud
Γ |= α ⇒ Γ ⊢ α.
Demostración.
α
α→β
β
72
6.5 Correctitud y completitud de C1
73
6.5 Correctitud y completitud de C1
α β ¬α ¬β β→α α → (β → α)
0 0 1 1 1 1
0 1 1 0 0 1
1 0 1
1 0 0 1 1 1
1 1 1 1
1 1 0 0 1 1
1 1 1
1 0 1 1
1 1 1
α β ¬α ¬β α∨β α → (α ∨ β)
0 0 1 1 0 1
0 1 1 0 1 1
1 1 1
1 0 0 1 1 1
1 1 1 1
1 1 0 0 1 1
1 1 1
1 0 1 1
1 1 1
74
6.6 Otros sistemas de cálculos paraconsistentes
α ¬α ¬¬α ¬¬α → α
0 1 0 1
1 0 1 1
1 0 1
1 1
Para los cálculos Cn se adoptan las definiciones hechas para C1 en la sección 6.1 y
adicionalmente se hacen las siguientes:
def
Definición 6.3. αn+1 ≡ (αn )◦ , 1 ≤ n < ω.
def
Definición 6.4. α(n+1) ≡ α(n) ∧ αn+1 , 1 ≤ n < ω.
def
Definición 6.5. ∼(n) α ≡ ¬α ∧ α(n) .
Para la construcción de estos cálculos se siguen las mismas condiciones que para C1 ,
y sus axiomas sólo difieren de éste en la forma paraconsistente de reducción al absurdo
(Axioma 6.9 de la seccion 6.2), y en el axioma de propagación del buen comportamiento
75
6.6 Otros sistemas de cálculos paraconsistentes
(Axioma 6.10 de la seccion 6.2). Los otros axiomas son iguales a los de C1 , e incluso se
conserva la regla de inferencia modus ponens, como se puede ver a continuación:
Axioma 6.16. (α ∧ β) → α.
Axioma 6.17. (α ∧ β) → β.
Todas las principales propiedades sintácticas de C1 son también válidas para cada
cálculo Cn , siempre y cuando se sustituya apropiadamente α◦ por α(n) , y ∼ α por
∼(n) α. De esta forma, las consecuencias dadas en la sección 6.3 para C1 , son válidas
para los cálculos Cn , si se sigue la recomendación previamente dada.
76
6.7 Lógica paraconsistente de predicados
Lo anterior se debe a que al menos una fórmula que es válida en el cálculo proposicional
clásico no lo es en C1 , como es el caso de la fórmula ¬(α ∧ ¬α). Igualmente, existe una
fórmula que es válida en C1 , y que no es válida en C2 , como es el caso de la fórmula
¬(α◦ ∧ (α ∧ ¬α)). Y ası́ sucesivamente cada cálculo Cn es más débil que el cálculo Cm ,
siempre y cuando m < n.
Newton da Costa, en éste sentido, concluye: “...podrı́amos afirmar que la razón hu-
mana parece alcanzar la cima de su potencia en la medida en que más se acerca al
peligro de la trivialización” [BM96].
77
6.8 Resultados metateóricos en la lógica paraconsistente
tulados para el cálculo de predicados de Kleene3 , más otros tres axiomas: dos que
permiten utilizar el “buen comportamiento” en el cálculo de predicados.
En 1975 Ayda I. Arruda demostró que los sistemas Cn∗ no son decidibles por matri-
ces finitas. Sin embargo, la misma Ayda I. Arruda en colaboración con Newton da
Costa [AdCC77] extiende el método de valuaciones para éstos sistemas.
El cálculo C1∗ en particular, y los cálculos Cn∗ en general, son consistentes (no triv-
3 Estos son:
C → α(x)
Axioma 6.25.
C → ∀xα(x)
α(x) → C
Axioma 6.28.
∃xα(x) → C
Donde: x es una variable, α(x) es una fórmula, C es una fórmula que no contiene libre a x, t es un término que está libre
con respecto a x en α(x) [Kle74].
4 “...dos fórmulas con congruentes si difieren solamente en sus variables ligadas, y las variables ligadas correspondientes
78
6.8 Resultados metateóricos en la lógica paraconsistente
Estos sistemas son consistentes, debido a que son un subconjunto de la lógica clásica, la
cual es consistente; adicionalmente son completos sintácticamente en sentido débil ya
que los cálculos Cn y Cn∗ son finitamente trivializables. Por último, los cálculos Cn son
decidibles en sentido semántico ya que existe un método de decisión, las quasi-matrices,
para verificar la validez de las fórmulas.
79
Capı́tulo 7
80
7.1 Racionalidad y lógica
Edgar Morin [Mor92] define las teorı́as racionales como sistemas de ideas que son
coherentes, es decir, sus diferentes elementos están estrechamente unidos entre sı́ según
los procedimientos lógicos de deducción o/e inducción, además sus enunciados obede-
cen al principio de no contradicción. Ası́ los sistemas de ideas establecen una relación
verificable y no arbitraria con el mundo objetivo al que se aplican. Se percibe entonces
una fuerte conexión entre la racionalidad y la obediencia a principios, axiomas u opera-
ciones lógicas. De allı́ que Morin afirme que la certeza racional está indispensablemente
unida a la deducción y a la no contradicción, la cual aparece como un requisito para la
racionalidad.
81
7.1 Racionalidad y lógica
puede existir, eso sı́, una interacción profunda entre las diferentes nociones de racionali-
dad que fundamentan la paraconsistencia. Además, el centro de la investigaciones sobre
paraconsistencia ha radicado en evitar la trivialización de un sistema deductivo a partir
de una contradicción, y esto pertenece básicamente al ámbito de la ciencias deductivo-
formales, mientras que la noción de racionalidad es mucho más amplia. Es de resaltar
que lo que se pueda decir alrededor de la racionalidad no pertenece a la lógica para-
consistente, ni ésta tiene que tomar una posición al respecto; esta es una problemática
que la toca, pero que se le escapa. La lógica paraconsistente aporta, eso sı́, elementos
que deben ser considerados en la reflexión de lo que realmente es la racionalidad.
82
7.1 Racionalidad y lógica
Se puede sostener que siempre que se aborde el tema de las inconsistencias en los con-
textos racionales, la lógica paraconsistente tiene algo que aportar en dicha discusión.
Debe ser claro que antes que una noción de racionalidad, lo que hay detrás de la lógica
paraconsistente es la oposición a todas las concepciones según las cuales las contradic-
ciones y las inconsistencias son inarticulables racionalmente. La lógica paraconsistente
ha hecho posible plantear la idea de una concepción sobre racionalidad que incluya la
posibilidad de manejar racionalmente situaciones inconsistentes (entendiendo la expre-
sión “manejo racional” en el sentido particular de ser al menos articulable de acuerdo
con los criterios propios de las ciencias deductivo-formales). La lógica paraconsistente
ha sentado las bases para una perspectiva que no busque a toda costa excluir las incon-
sistencias de los procesos racionales, está abierta la posibilidad de estructurar nuevas
nociones de racionalidad (a partir de las herramientas de análisis que ella ha aporta-
do). Bobenrieth afirma que parece viable estructurar una teorı́a paraconsistente de la
racionalidad, la cual parecerı́a tener mucho sentido. Autores como Graham Priest y
Richard Routley afirman que la teorı́a de la razón tiene que ser paraconsistente, pero
aclaran ellos también que no se debe olvidar que lo que han aportado los desarrollos
lógicos estudiados sólo toca el aspecto deductivo y que hablar de racionalidad implica
referirse a un cúmulo de factores no deductivos, como los inductivos, analógicos y di-
alécticos.[BM96]
83
7.1 Racionalidad y lógica
Es importante anotar que una caraterı́stica común en las diferentes nociones de racional-
idad planteadas o sugeridas por los autores de lógica paraconsistente presentados por
Bobenriteh, en el libro “Inconsistencias ¿por qué no?” [BM96] es, justamente, la refer-
ente a los principios lógicos. En las diferentes propuestas paraconsistentes el principio
claśico de no contradicción, a pesar de ver su rango restringido, de ninguna manera se
elimina totalmente. Ası́ que dicho principio en vez de ser un principio constitutivo de
la racionalidad, pasa a ser un criterio regulativo de los procesos racionales, o sea, que a
pesar de su importancia, no determina qué es lo que se puede entender como racional.
Sobre este mismo tema Bobentieth continua afirmando que los principios lógicos, que
antes se consideraban como la base mı́nima de todos los otros postulados racionales,
ahora se mantienen, pero después de haber sido relativizados, cumpliendo en su nueva
situación un papel fundamental, aunque diferente al que antes tenı́an.
Sobre este mismo tema Miró Quesada afirma[BM96] que el desarrollo de las lógicas no
clásicas, al cuestionar los principios lógicos fundamentales, habrı́a permitido mostrar
que no es en ellos donde radica lo determinante de los procesos racionales sino en estruc-
turas más profundas. Da Costa afirma que las nuevas lógicas muestran que la logicidad
y racionalidad no se identifican, esto se basa en el hecho de que se pueden desarrollar
distintos sistemas lógicos en los cuales pueden valer o no ciertos principios lógicos, pero
siempre manteniendo el carácter de sistemas racionales. Da Costa afirma además que la
racionalidad no se identifica con un sistema de lógica, y si bien se puede plantear que ex-
isten principios básicos de la razón, estos no coinciden con las leyes lógicas tradicionales.
Según Bobenrieth [BM96] el propósito racional de la ciencia serı́a buscar que todas
las teorı́as sean consistentes entre sı́, buscando articular ası́ una presentación consis-
tente del mundo. Si se toman diferentes teorı́as formalizadas utilizando herramientas
lógicas (incluso si en cada teorı́a la lógica subyacente es la lógica clásica) es una real-
idad cotidiana del quehacer cientı́fico el que estas teorı́as resulten inconsistentes entre
sı́. Bajo este enfoque la consistencia sigue siendo un ideal. Ideal que se manifiesta en los
84
7.2 Sistemas deductivos
procesos racionales: se presenta de este modo una contradicción ya que en los procesos
racionales se actúa buscando la consistencia como ideal de racionalidad y el hecho es
que esto no se cumple totalmente. Por esta razón si se quiere caracterizar la lógica que
subyace a los sistemas teóricos deductivos, tomados en su conjunto, ésta tendrá que
tener elementos paraconsistentes, ello debido a que a ese nivel surgen inevitablemente
inconsistencias (ası́ ha sido hasta ahora), y además, parece claro que ese conjunto de
conocimientos no es trivial.
Nosotros consideramos que lo que hasta ahora se ha logrado es muy importante para el
manejo de las contradicciones en los sistemas deductivos, y esto tiene grandes implica-
ciones ya que, ante la insinuación de sistemas racionales que manejen inconsistencias,
el principal argumento que se esgrimı́a para evitarlas era la supuesta imposibilidad de
articularlas en un sistema deductivo, argumento que ya no es válido.
Miró Quesada [BM96] considera que los esquemas tradicionales del concepto de razón
han sido rebasados por el desarrollo de la más racional de las disciplinas: la lógica.
Afirma, igualmente, que si queremos comprender lo que está sucediendo en el campo
de la lógica tenemos, inevitablemente, que elaborar un nuevo concepto de razón que
permita dar cuenta de los sorprendentes resultados a los que se está llegando, en los
últimos tiempos, la teorı́a deductiva. Pero elaborar un nuevo concepto de razón significa
nada menos que la renovación de la filosofı́a del conocimiento. Podemos concluir con
Miró Quesada quien cree que el camino ya está comenzando a seguirse y que es el único
que habrá de permitir recuperar la visión de conjunto hacia la que apunta toda filosofı́a
auténtica.
Los argumentos para afirmar que es imposible aceptar contradicciones en los sis-
temas conceptuales que tratan de explicar el mundo son de orden ontológico y lógico.
Los primeros, básicamente consisten en afirmar que el mundo no es contradictorio, por
85
7.2 Sistemas deductivos
lo cual siempre que se quiera explicar el mundo la explicación debe evitar cualquier
tipo de contradicción, de otro modo estarı́a equivocada. Los argumentos de tipo lógico,
afirman, principalmente, que no es posible razonar lógicamente manteniendo contradic-
ciones, por lo tanto es necesario evitar que surjan o resolverlas cuando se presentan. La
lógica paraconsistente toca directamente esta problemática, afecta, y en gran medida
desvirtúa las razones que hasta ahora se esgrimen para la supuesta imposibilidad de
razonar lógicamente manteniendo contradicciones (en la sección 7.1.2 se hace notable
además que la lógica paraconsistente tiene profundas implicaciones en las nociones de
racionalidad). En el sentido ontológico, por ejemplo, es válido preguntarse que referente
tienen en la realidad las contradicciones que se manejan en la lógica paraconsistente.
De este modo, a partir de ésta, se obtienen diferentes visiones que aportan elementos
de análisis para la discusión ontológica de las contradicciones.
Frente al argumento ontológico de que el mundo es consistente, y con él las formu-
laciones y justificaciones ontológicas del principio de no contradicción, es importante
aclarar que ninguno de los autores de lógica paraconsistente presentados en este tra-
86
7.2 Sistemas deductivos
bajo plantea que dicho principio no vale en ningún caso; lo que discuten es la válidez
universal de dicho principio, únicamente plantean que pueden haber ciertos casos o
situaciones concretas en que dicho principio no valga.
No existe un consenso entre los diferentes autores de lógica paraconsistente acerca del
referente existencial de las contradicciones que son manejadas por esta, y es de aclarar
que las diferencias no son sólo de matices sino de fondo. A grandes rasgos, hay dos corri-
entes extremas en este sentido. La primera de ellas implica la aceptación de teorı́as que
son inconsistentes pero no triviales; en este enfoque las contradicciones se presentan no
sólo porque se asuma que en el “mundo” hay contradicciones (según Bobenrieth una de
las mejores exposiciones en este sentido se puede encontrar en un autor que sostiene una
de las posiciones paraconsistentes más “débiles”, se trata de Diderik Batens). La segun-
da posición es presentada principalmente por el lógico australiano, Graham Priest; esta
posición denominada dialética, (traducción del término en inglés “dialetheia”, el cual se
obtiene de las raı́eces griegas “dia”: para dos y “aletheia”: para verdad, busca significar
“verdad en dos vı́as”). Esta noción expresa que ciertas teorı́as paraconsistentes son ver-
daderas, en el sentido en que realmente existen contradicciones verdaderas. Según esta
visión, la paraconsistencia se encarga de estudiar y estructurar teorı́as inconsistentes
pero no triviales, y en su interior estarı́a la posición dialética que postula que esto se
justifica porque hay contradicciones verdaderas. Priest va aún más allá, y plantea lo
que él denomina: “paraconsistencia global”. Según esto el requisito de la consistencia,
ası́ como su búsqueda es un profundo error filosófico, ya que lo “correcto” serı́a acep-
tar en general la existencia general de inconsistencias; por lo tanto, se hace necesario
manejar una lógica substituta de la clásica, de tipo paraconsistente1 .
Batens plantea que incluso si se asume que el mundo es consistente y que las teorı́as
tarde o temprano tienen que convertirse en teorı́as consistentes la paraconsistencia ten-
drı́a sentido, debido a que en este proceso se pueden descubrir inconsistencias en ciertas
1 Otro autor que esta de acuerdo con esta posición radical es Lorenzo Peña [Peñ93].
87
7.2 Sistemas deductivos
teorı́as, inconsistencias que serı́an superadas posteriormente, pero esto puede tomar mu-
cho tiempo; por lo tanto, si se exige la consistencia a toda costa, entonces esto llevarı́a
a carecer de una teorı́a que presenta cierta utilidad. En estas situaciones las teorı́as
tendrı́an un carácter defectivo en la medida en que no reflejan la consistencia del mun-
do, y esto, asumiendo que se ha aceptado este supuesto. Pero este carácter defectivo
no es suficiente para privarse del mejor instrumento interpretativo (la teorı́a) que hasta
ahora se ha logrado articular, se continúa trabajando entonces en evitar las inconsis-
tencias, pero mientras esto se logra, el instrumental de la lógica paraconsistente serı́a
muy útil, e incluso necesario, si se quiere enfrentar las situaciones en las que se tienen
inconsistencias aunque estas sean “temporales”. La posición de Batens no es aceptar
irrestrictamente el planteamiento de la necesaria consistencia, pero es tal vez el autor
que más se acerca a esto entre los que aceptan y promueven la lógica paraconsistente.
Batens se opone por lo tanto radicalmente a la idea de la “paraconsistencia global”
defendida por Priest [BM96].
88
7.2 Sistemas deductivos
Es obvio que todos los argumentos planteados anteriormente se ven directamente afec-
tados por la lógica paraconsistente. Ası́: hemos visto que, desde la lógica paraconsistente
se sabe que un sistema puede aceptar contradicciones como válidas y seguir diferen-
ciando lo verdadero de lo falso. De hecho el sistema no pierde la condición de ser un
sistema de inferencia válida que preserva la verdad. El desarrollo semántico de los sis-
temas paraconsistentes ha demostrado que se puede estructurar una semántica en la
cual, en casos particulares, tanto una aseveración como su negación sean verdaderas,
sin que por esto se pierda la cadena de inferencias válidas y sin que esto conlleve a que
89
7.3 Lo contradictorio en la lógica paraconsistente
De este modo, la lógica paraconsistente desvirtúa en gran medida los argumentos que
soportaban la imposibilidad de manejar lógicamente contradicciones abriendo ası́ la
posibilidad al menos en el sentido lógico de elaborar sistemas deductivos contradicto-
rios que expliquen el mundo o algún ámbito de la realidad.
90
7.3 Lo contradictorio en la lógica paraconsistente
91
7.3 Lo contradictorio en la lógica paraconsistente
De este modo además de la innovación sintáctica que evita la trivialización del sistema
a partir de ciertas inconsistencias, los sistemas paraconsistentes tienen una innovación
semántica que permite la coexistencia en determinado modelo de las fórmulas inconsis-
tentes.
92
7.3 Lo contradictorio en la lógica paraconsistente
93
Capı́tulo 8
Aplicaciones de la lógica
paraconsistente a la informática
Todo sistema que de una u otra forma pretenda tener un comportamiento “inteligente”
e interactuar con el “mundo” a través de su conocimiento se ve sometido a razonar
(inferir y deducir) en medio de información contradictoria, bien sea porque las fuentes
que aportan la información suelen ser diversas, por lo cual es muy probable que se
incorporen datos o criterios que resulten inconsistentes con otros ya contenidos por el
sistema; o bien porque el sistema no disponga de los medios para discernir y optar por
alguna de las aseveraciones contradictorias; o porque no cuente con un único mecan-
ismo óptimo y preciso para adquirir información de un hecho especı́fico, por lo cual
se ve obligado a tener diferentes medios para la percepción de un mismo hecho, estos
diferentes medios pueden generar contradicciones.
Es por lo tanto de gran importancia que un sistema informático que pretenda ser
“inteligente” en algún sentido cuente con sistemas lógicos que le permitan articular y
94
manejar contradicciones. La lógica paraconsistente aporta todo este instrumental lógico.
Es vital que un sistema inteligente no se vea obligado a rechazar a priori entre dos
sentencias contradictorias, impidiendo de este modo el ingreso de nueva información o
sustituyendo la que ya se posee, por lo tanto resulta enormemente beneficioso para el
sistema poder manejar ambas sentencias contradictorias (siempre y cuando el sistema
no se desarticule), en la medida en que cada una de ellas tiene su valor y éste se perderı́a
si se elimina una de las dos, en virtud de procedimientos preestablecidos. Se limitarı́a
entonces enormemente la cantidad y calidad de la información que el sistema maneja
y la concordancia con el “mundo” real y las necesidades de éste, como también su ca-
pacidad para adquirir nueva información.
Las investigaciones sobre las aplicaciones informáticas han sido abundantes y prom-
etedoras en los últimos años, en este sentido afirma Bobenrieth [BM96] que en general,
se puede decir, que desde 1985, en lo que ha progresado substancialmente la investi-
gación en lógica paraconsistente ha sido en relación con las aplicaciones, pues en este
campo se han producido mayores innovaciones que en la parte teórica. Entre las in-
vestigaciones, se tiene, el desarrollo por parte de un grupo de investigadores en Brasil
de aplicaciones en robótica y sistemas de producción, en la sección 8.1.3 se presentan
esbozos de los trabajos realizados en este sentido. Ası́ mismo en São Paulo algunos
investigadores del Instituto de Estudios Avanzados de la USP han logrado desarrol-
lar un lenguaje de programación que han denominado “Paralog”, este lenguaje debe
su nombre al hecho que abarca el lenguaje Prolog estándar, pero también está basa-
do en una lógica anotada1 , por lo que se constituye en un “Prolog paraconsistente”.
Afirman sus creadores que este lenguaje además de englobar el Prolog patrón extiende
su alcance, permitiendo manipular los conceptos de inconsistencia y/o paracompletud,
intratables en el Prolog patrón. Se tiene además, el desarrollo de lo que se llama lógica
1 La lógica anotada es una lógica paraconsistente desarrollada por un grupo de investigadores en inteligencia artificial
en Estados Unidos, mediante la cual se da la posibilidad de albergar ciertas inconsistencias en sistemas de información,
sobre todo en sistemas expertos.
95
8.1 Bases de datos paraconsistentes
Estas aplicaciones demuestran que la lógica paraconsistente es mucho más que un sim-
ple formalismo lógico-matemático y que su alcance va cada vez más allá de las inves-
tigaciones en matemáticas puras. Las aplicaciones en este sentido tienen un enorme
horizonte que apenas comienza a explorarse, es un hecho que los conceptos de lógica
paraconsistente ya tienen un lugar ganado en muchos campos, entre ellos la inteligencia
artificial.
Una generalización del modelo relacional de datos ha sido desarrollada por Rajiv
Bagai y Rajshekhar Sunderraman [BR95], dicho modelo esta basado en la lógica para-
consistente tetravalente de Belnap [Hun96] y es capaz de manipular información con-
tradictoria e incompleta. Rajiv Bagai redefine la sentencia SELECT del SQL [Bag98],
permitiendo definir consultas sobre el modelo relacional de datos paraconsistente. A
continuación se presentan brevemente algunos elementos esenciales del modelo rela-
cional de datos paraconsistente y posteriormente la forma como se redefine la sentencia
SELECT del SQL para este modelo.
Los fundamentos teóricos del modelo relacional de datos son aportados por la lógica
clásica de enunciados de primer orden [BR95], dicho modelo cuenta entonces con una
96
8.1 Bases de datos paraconsistentes
plataforma teórica respetable, sin embargo una de sus limitaciones es la débil aplicabil-
idad a situaciones “no clásicas” que involucren información incompleta o contradictoria.
97
8.1 Bases de datos paraconsistentes
medio de Γ(Σ) se denota el conjunto de todas las tuplas para el esquema de relación Σ.
Intuitivamente, R+ puede ser considerado como el conjunto de todas las tuplas para
las cuales la propiedad R es considerada verdadera, y R− el conjunto de todas las
tuplas para las cuales la propiedad R es considerada falsa. Notese que R+ y R− no
son necesariamente excluyentes entre sı́, además que es posible que R+ y R− juntos no
cubran todas las tuplas en Γ(Σ), dando ası́ lugar a la incompletitud.
Supongase entonces que a dos pacientes P1 y P2 se les realizan pruebas para el chequeo
de los sı́ntomas s1 , s2 y s3 . Los resultados de las pruebas son presentados en la siguiente
relación paraconsistente denominada TEST para el esquema {P,S}:
TEST
P1 s1
P1 s2 P1 s3
+ −
P2 s1 P2 s1
P2 s3
98
8.1 Bases de datos paraconsistentes
99
8.1 Bases de datos paraconsistentes
definiciones en este sentido, que aportan los elementos necesarios para poder ilustrar de
una manera representativa por medio de un ejemplo la construcción de consultas sobre
el modelo de datos relacional paraconsistente.
La forma básica de una sentencia SELECT de SQL contiene tres partes esenciales :
select, from y where, con el siguiente formato:
select A1 , A2 , . . . , Am
from R1 , R2 , . . . , Rn
where C
100
8.1 Bases de datos paraconsistentes
π A1 ,A2 ,...,Am (σ C (R1 × R2 × . . . × Rn )),
donde π, σ y × son respectivamente las operaciones algebraicas de proyección, selección
y producto que actúan sobre relaciones paraconsistentes (estas serán definidas en la
subsección 8.1.2.2), el resultado de la generalización de la sentencia SELECT es también
una relación paraconsistente.
La definición para el operador algebraico producto(×) es omitida en este trabajo, de-
bido a que no es relevante para el ejemplo que se propone presentar. Una definición
detallada de dicho operador es desarrollada en [Bag98].
Definición 8.3. Si Σ y ∆ son esquemas de relación tal que ∆ ⊆ Σ, entonces para toda
tupla t, tal que t ∈ Γ(∆), se define tΣ de la siguiente forma:
8.1.2.3. Proyección (π)
Definición 8.4. (Proyección (π)) Sea R una relación paraconsistente en el esquema
Σ, y ∆ ⊆ Σ. La proyección π ∆ (R) está dada por:
101
8.1 Bases de datos paraconsistentes
π ∆ (R)+ = π∆ (R+ ),
π ∆ (R)− = {t ∈ Γ(Σ)/tΣ ⊆ R− },
(select...from...where)
1. La condición
exists µ
se evalua ası́:
f Si R− = Γ(Σ) y R+ = ∅,
⊤ Si R− = Γ(Σ) y R+ 6= ∅ ,
⊥ Si R− 6= Γ(Σ) y R+ ⊆ R− ,
t De otro modo.
t in µ
102
8.1 Bases de datos paraconsistentes
Rajiv Bagai en [Bag98] define además de la evaluación de las condiciones que tengan
las formas anteriores, como evaluar la condición en caso de que esta tenga las siguientes
formas: t > any µ y t > all µ.
Las condiciones que involucran los operadores lógicos not, and y or son evaluadas
según sus respectivas tablas de verdad en la lógica paraconsistente de Belnap, si C y D
son condiciones entonces:
C not C
⊤ ⊤
t f
f t
⊥ ⊥
and ⊤ t f ⊥
⊤ ⊤ ⊤ f f
t ⊤ t f ⊥
f f f f f
⊥ f ⊥ f ⊥
El valor de la condición C or D está dado por:
or ⊤ t f ⊥
⊤ ⊤ t ⊤ t
t t t t t
f ⊤ t f ⊥
⊥ t t ⊥ ⊥
103
8.1 Bases de datos paraconsistentes
8.1.2.5. Selección (σ)
Definición 8.5. (Selección (σ)) Sea R una relación paraconsistente en el esquema Σ
y C una condición tetravalente en las tuplas de Σ. Entonces la selección sobre R según
la condición C, denotada por σ C (R), es una relación paraconsistente en el esquema Σ,
dada por:
8.1.2.6. Union
µ1 union µ2
R+ = R1 + ∪ R2 + ,
R− = R1 − ∩ R2 − .
select P
from TEST
where not((P,S) in TEST))
104
8.1 Bases de datos paraconsistentes
La consulta considerada desde el SQL habitual pretende obtener los valores del atributo
P para aquellas filas de TEST que satisfacen la condición de la clausula where, sin
embargo debido a que la condición en la clausula where es exactamente las filas que no
pertenecen a TEST el resultado de la consulta serı́a vació.
Por lo tanto, para cada una de las seis filas de Γ(Σ) primero se evalúa la condición
C de la clausula where, se obtiene:
Ahora, se obtiene σ C (T EST ), según la definición 8.5.
De
se obtiene:
2 Por medio de 4Γ(Σ) se detona el conjunto de todas las funciones de Γ(Σ) en 4.
105
8.1 Bases de datos paraconsistentes
De
se obtiene:
Se tiene entonces:
σ C (T EST )
P1 s1
P1 s2
+ P2 s1 − P1 s3
P2 s1
P2 s3
Para obtener π P de la anterior relación paraconsistente, se recurre a la definición 8.4
de π.
De
π ∆ (R)+ = π∆ (R),
se obtiene:
De
π ∆ (R)− = {t ∈ Γ(∆)/tΣ ⊆ R− },
106
8.1 Bases de datos paraconsistentes
donde:
∆ = {P } y Σ = {P, S}.
P1 Tupla1
Γ(∆) =
P2 Tupla2
Según la definición 8.3, se tiene para toda tupla t, tal que t ∈ Γ(∆):
T upla1Σ ⊆ (σ C (T EST )− ),
T upla2Σ * (σ C (T EST )− ),
finalmente
πP (σ C (T EST ))
+ P2 − P1
107
8.1 Bases de datos paraconsistentes
En [AdSR] Jair M. Abe and Flávio, S. Correa da Silva y Marcillo Rillo presentan
algunas áreas de aplicación de la lógica paraconsistente en la inteligencia artificial, éstas
son: percepción, planeación, aprendizaje, comunicación y razonamiento.
Se exploran entonces algunas de las posibles aplicaciones que pueden tener las lógicas
paraconsistentes y paracompletas3 en sistemas de inteligencia artificial para representar
el conocimiento y razonar a partir de éste. Los sistemas que integran varios sistemas
de computación como planeadores, bases de datos, sistemas de visión, entre otros serán
denominados agentes.
A continuación se presentan las cinco áreas en las que se considera que las lógicas no
clásicas pueden ser de gran importancia para resolver problemas comunes y la posible
influencia de las lógicas paraconsistentes y paracompletas. Son entonces:
3 Una lógica es llamada paracompleta si puede servir de lógica subyacente a teorı́as en las cuales tanto una fórmula
(α) como su negación (∼ α) sean falsas, las teorı́as paracompletas no satisfacen el principio del tercero excluido.
108
8.1 Bases de datos paraconsistentes
109
8.1 Bases de datos paraconsistentes
Es muy común el caso que los ambientes donde los robots trabajan esten solo
parcialmente estructurados y que los objetivos y las “intenciones” de los robots no
cambien con gran velocidad. Un robot puede necesitar aprender como ensamblar
un dispositivo basado en “situaciones” pasadas. Dos o más situaciones pueden con-
tener información contradictoria a algún nivel de detalle, sin embargo todas estas
en su conjunto aportan gran cantidad información que puede resultar útil en estas
condiciones.
110
8.1 Bases de datos paraconsistentes
Afirman los autores que los resultados obtenidos en este sentido son pioneros en el
uso de conceptos de paraconsistencia en la teorı́a de circuitos y que las aplicaciones
tienen un gran horizonte debido a que por medio de los conceptos de la lógica para-
consistente en la teorı́a de circuı́tos, se amplia el alcance de las aplicaciones donde los
conflictos de señales son comunes, tales como circuitos de sensores en robótica, industria
de la automatización de circuitos, control de señales en circuitos electrónicos, etc.
τ = {0, 21 , 41 , 34 , 1, ⊥}
∼: τ → τ
Tal que:
111
8.1 Bases de datos paraconsistentes
α ∼α
1 0
0 1
1 3
4 4
3 1
4 4
1 1
2 2
⊤ ⊤
112
Capı́tulo 9
Conclusiones
La relación entre la lógica paraconsistente y la lógica clásica puede ser concebida desde
dos puntos de vista. El primero de ellos, “desde” la negación débil, en el cual se puede
ver la lógica paraconsistente como un subsistema de la lógica clásica y el segundo, “des-
de” la negación fuerte, en el cual se puede ver la lógica clásica como un subsistema
de la lógica paraconsistente. En el primer caso, los sistemas paraconsistentes, como lo
afirma Andrés Bobenrieth, “son sistemas más <<débiles>> que los clásicos, en el sen-
tido de que todos sus postulados son también postulados clásicos, y no al contrario”
[BM96]. Si a los axiomas de C1 , se le adiciona como otro esquema axiomátio el prin-
cipio de no contradicción ¬(α ∧ ¬α), éste serı́a equivalente a la lógica clásica. En el
segundo caso, afirma da Costa “...hay sistemas paraconsistentes, que aunque difieren
del clásico lo contienen como una parte que se aplica en ciertos casos” [dCL95]. Esto
puede ser entendido, según el propio da Costa, como “. . . la lógica clásica está contenida
113
9.1 La lógica paraconsistente desde varias perspectivas
Ahora, si se analizan los distintos sistemas lógicos desde un nivel “metasistémico” como
lo llama Andrés Bobenrieth [BM96] se ve que entre ellos hay incompatibilidades, en el
sentido de que en unos es derivable lo que en otros no. Ésto puede ser entendido de dos
maneras: lo que es derivable a partir de la lógica, o lo derivable a partir de una teorı́a
que tiene por lógica subyacente esta lógica.
Observando cada sistema desde la negación débil, se pueden considerar algunos casos
especiales, que se presentan a continuación:
EBF
Γcpc¬
ΓC 1
Como se observa en la figura 9.1 ΓC1 está contenido dentro de Γcpc¬ , pues existe al
114
9.1 La lógica paraconsistente desde varias perspectivas
2. Si se considera a ΓC1 y Γcpc¬ más una inconsistencia del tipo {α, ¬α}, se tiene una
relación que puede ser observada en la figura 9.2.
ΓC 1
Se observa en la figura 9.2 que al incluir una inconsistencia en Γcpc¬ , éste se triv-
ializa; lo cual conlleva a que el conjunto de sus teoremas sea igual al conjunto de
expresiones bien formadas (EBF). Por esta razón ΓC1 está contenido dentro de
Γcpc¬ ∪ {α, ¬α}.
3. Si se considera a ΓC1 más una inconsistencia del tipo {α, ¬α}, y a Γcpc¬ , se tiene
una relación que puede ser observada en la figura 9.3.
#
EBF
ΓCP C¬
#
" !
" !
ΓC1 ∪ {α, ¬α}
Se observa en la figura 9.3 que al incluir una inconsistencia del tipo {α, ¬α} en
ΓC1 ¬ , el conjunto de teoremas es un poco más amplio, sin embargo, en Γcpc¬ existe
al menos un teorema que no forma parte de ΓC1 . También cabe notar, que ΓC1 no
se trivializa al incorporar una inconsistencia del tipo anteriormente dicho.
115
9.1 La lógica paraconsistente desde varias perspectivas
Observando cada sistema desde la negación fuerte se pueden considerar algunos casos
especiales que se presentan a continuación:
EBF
ΓC 1
ΓCP C∼
Se observa en la figura 9.4 que Γcpc∼ está contenido dentro de ΓC1 debido a que
ΓC1 no sólo permite deducir las fórmulas positivas del CPC y las fórmulas que
involucran la negación fuerte (∼); sino que también permite deducir fórmulas que
involucren la negación débil (¬).
2. Si se considera a Γcpc∼ adicionándole una inconsistencia del tipo {α, ¬α}, y a ΓC1 ,
se tiene una relación que puede ser observada en la figura 9.5
EBF
ΓC 1
ΓCP C∼ α, ¬α
Se observa la figura 9.5, que Γcpc∼ no se trivializa, pues Γcpc∼ sólo se pueden
116
9.1 La lógica paraconsistente desde varias perspectivas
3. Si se considera a ΓC1 con las condiciones anteriores y a Γcpc∼ de igual forma pero
adicionándole a ΓC1 una inconsistencia del tipo {α, ¬α}, se tiene una relación que
puede ser vista en la figura 9.6
EBF
ΓC1 ∪ {α, ¬α}
ΓCP C∼
Se puede observar en la figura 9.6 que al incluir una inconsistencia del tipo {α, ¬α}
a ΓC1 , el conjunto de teoremas de ésta se amplı́a pues ΓC1 cuenta con axiomas que
le permiten manipular la inconsistencia.
4. En la figura 9.7 y 9.8 se puede observar el caso en el cual se incluye una inconsis-
tencia del tipo {α, ∼ α}, a ΓC1 y a Γcpc∼ respectivamente. En éste caso se puede
ver que a la teorı́a a la cual se le adiciona una inconsistencia del tipo {α, ∼ α},
se trivializa pués con los axiomas con los cuales se cuenta en ambos casos no es
posible manipular inconsistencias de ese tipo.
ΓCP C∼
117
9.2 Posibles aplicaciones
ΓC 1
Es importante resaltar que al término de esta monografı́a los autores desconocen infor-
mación acerca de la aplicaciones aquı́ propuestas y pretenden plantear la posibilidad de
desarrollar futuros estudios sobre estos temas.
118
9.2 Posibles aplicaciones
2. Calidad de información.
4. Sincronización de fuentes.
5. Aspectos de desempeño.
6. Administración de metadatos.
Se considera que la lógica paraconsistente puede ayudar en el manejo de las dos primeros
problemas. Al utilizar como lógica subyacente de un data warehouse una lógica para-
consistente, se estarı́a permitiendo la subsistencia de inconsistencias o de información
incompleta en el sistema, hecho éste que resulta muy frecuente, si se considera que un
data warehouse recibe información de distintas fuentes, algunas de ellas incluso exter-
nas a la compañia; de esta forma se estarı́a ampliando el panorama de la información
que se tiene.
119
9.2 Posibles aplicaciones
Es ası́, como en distintas áreas resultarı́a práctico tener un data warehouse paraconsis-
tente. Algunas de estas áreas pueden ser: comerciales, para identificar el comportamien-
to de clientes, con el fin de identificar segmentos de micromercado; análisis financiero,
para detectar fraudes, administración de riesgos de créditos, identificación de riesgos de
siniestros, entre otros.
Sin embargo, el desarrollo de software se puede ver afectado por la aparición de in-
consistencias en algunas etapas de desarrollo como se considera a continuación:
1. Gestión de requerimientos: es muy probable que durante esta etapa surjan incon-
sistencias, ya sea porque se recolectaron requerimientos de distintos usuarios, o
porque se hizo una gestión “pobre”, en el sentido de que no se reflejan completa-
mente los requerimientos del usuario.
2. Diseño: en esta etapa es factible que aparezcan inconsistencias debido a que las
soluciones alternativas de diseño entre los analistas pueden ser distintas e incluso
120
9.2 Posibles aplicaciones
contradictorias e inconsistentes.
Por esta razón, como complemento a las tareas de ingenierı́a del software, se utilizan los
métodos formales. Los métodos formales intentan aplicar la lógica y las matemáticas
para diseñar, desarrollar y analizar sistemáticamente distintas clases de sistemas (tanto
hardware como software). Esto tiene el potencial de:
Es importante aclarar que con ésto no se está sugiriendo el desarrollo de software con
inconsistencias, sino que lo que se propone es hacer un manejo adecuado de éstas en
algunas etapas del desarrollo de software.
121
9.2 Posibles aplicaciones
Con una visión un poco futurista, y acompañados por la visión similar de Ray
Kurzweil1 [Kur99], los avances de la tecnologı́a van encaminados a creación de “máquinas”
o sistemas, que de una u otra forma puedan interactuar con la raza humana, que puedan
reemplazarlos en ciertas labores, y por qué no, que le sirvan de compañia.
Los avances en inteligencia artificial, hoy en dı́a, permiten que las “máquinas” o sistemas
puedan desarrollar actividades o razonamientos ligeramente parecidos a los del hombre,
tanto en la rápidez de éstos, como en lo correcto de los mismos. Incluso, hay tareas en
las cuales los sistemas tiene una mayor capacidad de respuesta que la media del hombre.
Los grandes avances de la actualidad, no sólo a nivel de software, sino también a niv-
el de hardware, dan un panorama bastante amplio y prometedor. En poco tiempo,
consideramos, se tendrán sistemas de tamaño muy reducido y grandes capacidades de
procesamiento, con lo cual, la cantidad de transacciones por segundo será de tal mag-
nitud, que estos sistemas tendrán la capacidad de realizar “razonamientos” de buena
“calidad” y cantidad de tiempo sorprendentes. Los razocinios de estos sistemas serán
muy similares al de un humano promedio, y en algunas ocasiones superior.
Ante estas grandes posibilidades, la necesidad de que estos sistemas se puedan rela-
cionar de una forma más directa con el hombre se ve más cerca.
Considerando que un sistema de estas caracterı́sticas tenga que interactuar con dis-
tintas personas, se ve la necesidad de que este pueda soportar inconsistencias. Por lo
cual, tal como lo afirma el propio Newton da Costa [dCL95], “...quizás no sea una ex-
ageración afirmar que las máquinas del futuro serán, básicamente, paraconsistentes”.
La relación hombre-máquina, tendrá que ser en cierta medida, paraconsistente. Esto,
1 Ray Kurzweil ha realizado numerosos inventos, entre los cuales se incluyen máquinas para ciegos y sistemas con
122
9.3 Perspectivas de la lógica paraconsistente
123
9.3 Perspectivas de la lógica paraconsistente
la inteligencia artificial.
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Bibliografı́a
[Amo] José Alfredo Amor. Lógica clásica de primer orden con igualdad. En:
http://www.hp.fciencias.unam.mx.
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BIBLIOGRAFÍA
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BIBLIOGRAFÍA
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BIBLIOGRAFÍA
[Kur99] Ray Kurzwiel. “When computers exceed human intelligence: The age
of spiritual machines”. Viking Penguin, 1 edición (1999).
[Mor92] Edgar Morin. “El Método IV. Las Ideas”. Ediciones Cátedra, 1 edición
(1992). Traducido por: Ana Sánchez.
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BIBLIOGRAFÍA
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