Leyenda 6 – El rayo de luna

El rayo de luna es una historia que está enfocada en un joven noble y amante de las noches frías y la
poesía. Esta ilustre historia comienza una noche mientras este joven caminaba cerca de un monasterio
abandonado. Entre las ruinas le apareció una mujer bella y de imagen blanca y resplandeciente, que
desapareció inmediatamente enfrente de él. Esto generó una impotencia e inseguridad en Manrique el
joven apasionado. En ese mismo momento de haber ocurrido este suceso Manrique trató de alcanzarla
para verla y conocerla mejor porque tuvo una conclusión que ella podría ser el amor de su vida. El
joven después de largos minutos de búsqueda, lastimosamente no pudo observarla, por lo tanto,
comenzó a imaginarse su imagen una y otra vez. Manrique, atormentado por la mujer que conoció esa
noche fría y hermosa, comenzó a soñar todas las noches con su figura esplendorosa y radiante. Una
noche oscura Manrique rio de felicidad, sus sentimientos y pensamientos se unían entre sí porque por
fin era la noche que podía ver y tener en sus brazos el amor de su vida. Lamentablemente, al darse
cuenta que solamente era un resplandor de la luna que se introducía entre el bosque, este joven se
sintió decepcionado porque el amor es un producto de las ilusiones e imaginaciones que él quería ver
y hacer.

Leyenda 3 – Los ojos verdes

Esta leyenda se basa en los espíritus femeninos demoniacos que habitaban en el moncayo. Cuenta que
de Fernando, un noble, en una cacería acierta a un ciervo y este se va a la parte del bosque que se dice
que está maldita. Cuando él se mete a buscar al ciervo ve en el reflejo del agua unos ojos verdes que
provocan que él pierda la razón. Fernando se enamora de la dueña de esos ojos y se lo cuenta a Íñigo,
él le advierte que se ha enamorado de un demonio pero Fernando no le hace caso y vuelve a la fuente
en ese momento. Se encuentra con la dueña de los ojos verdes y le confiesa que él la ama, ella le dice
que ellos pueden estar juntos por siempre, mientras él se adentra más a la fuente cae y se hunde en el
agua.

Leyenda 2 – Maese Pérez, el organista

El Maese tocaba en las misas todos los días, pero el día de noche buena en la misa de Gallo no
apareció. Cuando apareció, él estaba enfermo y alegando que no le quedaba mucho tiempo y que
quería tocar el órgano. La misa se desarrolló con normalidad y él tocó el órgano como siempre, pero
poco tiempo después él muere sobre el órgano. Al siguiente año otro organista tocó, pero al terminar
juro no volverlo a hacer. Al llamar a la hija del maese para que tocara el órgano ella no quiere porque
había visto sombras, en el momento de la consagración ella grita que era su padre el que estaba
tocando el órgano, las personas le creen porque el órgano estaba sonando solo.
Leyenda 18 – El miserere

El inicio de la historia del Miserere comienza con el descubrimiento de un libro en una iglesia. Este
era un diario que llenó a un hombre de mucha intriga. Por lo tanto, este al conseguirlo, comenzó a
buscar y analizar todo lo referente al libro y a un misterioso símbolo que se encontraba en varias
partes del libro que había encontrado. En lo largo de su búsqueda encontró un señor de mayor edad, el
cual le dio la respuesta que estaba buscando. Este anciano le respondió todas sus preguntas con una
breve historia del libro y el símbolo que había encontrado en él. Según la historia del anciano,
consistía en un hombre que había llegado en busca de comida y un lugar donde dormir en la abadía.
Los monjes que estaban viviendo en esa iglesia le brindaron y ayudaron con todas las necesidades que
tenía este hombre. En una de las cenas, los monjes del monasterio le preguntaron a este hombre a qué
se dedicaba y él les respondió ¡Soy músico y me encuentro en la búsqueda del Miserere y del perdón
de Dios por todos los pecados que he cometido! Justamente en ese momento, los monjes le dicen que
todas las noches en los pasillos de la iglesia se escuchaba a los monjes que habían fallecido muchos
años atrás entonar el Miserere. Por lo tanto, él se prometió visitar ese lugar en la noche. En el
momento que él estaba allí, escuchó el canto de los monjes. Después, al día siguiente intentó escribir
el Miserere pero antes de terminar por completo este canto, no pudo culminarlo por un resplandor que
lo cegó y lo dejó tumbado en el suelo. Tan grande fue su decepción de no poder terminarla y murió en
medio de su locura acostado en uno de los pisos del monasterio.

Leyenda 14 – El beso

Esta fabulosa historia comienza cuando los soldados iban rumbo a la guerra para poder conquistar la
gran ciudad de Toledo. Ya se estaba haciendo de noche y los soldados necesitaban encontrar un lugar
donde dormir. Mientras que seguían caminando, ellos se fijaban bien en qué lugar podían descansar
esa noche. Cuando seguían caminando, a lo lejos vieron una iglesia muy abandonada, fueron hasta
allá y hay deciden quedarse. En el día siguiente, el capitán que dirigía al grupo, se para a hablar con
unos soldados que se habían quedado en la ciudad de Toledo. El capitán les cuenta que habían pasado
la noche en una iglesia abandonada y también que estaba conversando con una mujer muy hermosa
que se encontraba en esa iglesia. Pero él quedó muy sorprendido porque la mujer que estaba hablando
con él era la que estaba en la estatua que se encontraba en la tumba que está detrás de la iglesia.
Cuando el capitán dejó de hablar, los soldados no le creyeron y comenzaron a decirle que estaba loco
y se burlaron de él. Como los soldados no le creyeron, el capitán les dijo a los soldados que él los iba
a esperar en la iglesia y que le mostraría que era verdad. Cuando llegaron los soldados, ellos
comenzaron a beber hasta quedar muy embriagados. Cuando terminaron de beber, el capitán llevó a
sus soldados al cementerio que se encontraba atrás de la iglesia y los llevó para el panteón donde se
encontraba la estatua. Cuando se fijó bien, ahí también estaba la estatua del esposo de la mujer Elvira.
El capitán de tanto beber comenzó a decir cosas a la estatua del esposo de Elvira, él dijo que besaría a
su esposa Elvira, luego le escupió la cara al esposo de Elvira. Finalmente, cuando el capitán estaba a
punto de besar la estatua de Elvira, el capitán cayó hacia atrás, cuando cayó tenía el rostro muy
destrozado, la boca sangraba y los ojos también. Cuando ocurrió esto, los soldados que andaban con el
capitán comenzaron a comentar que eso sucedió porque el capitán estaba tratando de besar la estatua
de Elvira y cuando el esposo de Elvira cobró vida, defendió a su querida esposa.
Leyenda 10 – La corza blanca

Toda la leyenda gira en torno a Don Dionís, un soldado que se ha retirado del oficio y al cual le ha
tocado vivir con su hija Constanza. Se trata de una joven tan bella que podía reflejar en sí misma la
magnificencia de una flor como la Azucena del Moncayo. Un día, mientras descansaban se
encontraron con un pastor que les contó que los ciervos estaban desapareciendo día tras día y cada vez
eran menos. Para saber qué ocurría, el pastor decidió hacer una guardia durante la noche y descubrió
que una corza blanca que repetía su nombre era la que se estaba llevando a cada uno de los ciervos
poco a poco. Al oír tal historia, Don Dionís y Constanza se empezaron a reír y no le creyeron ni una
sola palabra al pobre hombre. Pasado un tiempo, el mismo pastor llegó corriendo al pueblo y en
medio de todo el jolgorio declaró que había visto a una corza blanca que hablaba y que se estaba
llevando a los demás ciervos. Igualmente, ni una sola persona le creyó, pero él juró que la cazaría para
dar fe de lo que estaba diciendo y así fue como ocurrieron muchas cosas inesperadas…

Leyenda 7 – La cruz del diablo

Todo comienza con un señor llamado feudal, el cual era una persona malvada que dominaba unas
extensas tierras. El señor feudal se incorporó un día en un grupo de religiosos para visitar la tumba de
Jesucristo, antes de retirarse a su viaje, este señor vendió todas sus propiedades. Este se marchó por 3
años del pueblo, en todo ese tiempo los pueblerinos vivieron en calma y tranquilidad hasta el día que
regresó el señor de Segre o mejor conocido como feudal. Este individuo pedía las tierras que él mismo
había vendido por motivos desconocidos, los campesinos ya cansados de sus irrespetuosas acciones
no se resistieron y así comenzó una guerra entre ellos. Una noche todo el pueblo se acercó donde se
encontraba establecido el feudal y quemaron la habitación junto con él y sus compinches. Al cabo de
un periodo de tiempo, unos bandidos se ubicaron en este pueblo, los cuales eran dirigidos por el
mismísimo diablo para robar, matar, secuestrar etc. Por lo tanto, el pueblo acudió a pedirle consejos a
un ermitaño que les hizo memorizar una oración de San Bartolomé y recitarla en las puertas del
castillo donde eran vistos estos espíritus. Aquella noche apareció la armadura montada en una mula y
atada. Le hicieron un juicio, pero cuando le descubrieron la cara vieron que no había nada. Luego, esa
misma noche escapó por la curiosidad del alcaide. El ermitaño les hizo quemar la armadura junto con
unos sillones del castillo y luego hacer una cruz con todo eso para poder romper la maldición del
feudal.

Leyenda 15 – El monte de las ánimas

Alonso iba en un viaje de cacería, cuando comenzó a contar la leyenda sobre el monte de las ánimas.
Cuenta que cuando el rey atacó a la ciudad de Soria, los templarios comenzaron la guerra con el rey.
Terminaron la batalla en el monte de las ánimas, los cuerpos de los que fallecieron en esa guerra se
encuentran enterrados en ese lugar. Por eso, dicen que la fecha de la noche de los santos, nadie tiene
que estar allí, ya que los espíritus de los hombres que fallecieron salen a deambular por la zona.