Manual - Unidad 3

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UNIDAD III

EL PODER Y LA SEPARACIÓN DE PODERES

Para estar en condiciones de cumplir sus fines el Estado necesita contar no solo con un sistema
robusto de normas jurídicas, sino también con una estructura de instituciones que respondan a un
sistema coherente de frenos y contrapesos. En esta unidad vamos a analizar el significado y
fundamento del principio de separación de poderes y las principales instituciones del sistema de
frenos y contrapesos de la República Dominicana.

1. EL PRINCIPIO DE SEPARACIÓN DE PODERES

Es verdad que diversos autores describieron y defendieron ya en la Antigüedad algunas formas de


distribución de las funciones estatales. Sin embargo, fue Montesquieu quien, perfeccionando los
planteamientos avanzados por John Locke, propuso la doctrina de la separación de poderes y la
concepción de las tres funciones (poderes) fundamentales del Estado que hoy consideramos clásica.
Se trata de un método o guía para alcanzar un gobierno eficaz, pero, sobre todo, de una forma de
organizar el poder político que busca garantizar la libertad, la seguridad personal, los derechos
individuales y el imperio del derecho.

Cabe aclarar que, aunque tenga diversidad de funciones, el poder del Estado es uno solo. De ahí
que, cuando se acude a los términos ‘división’ y ‘separación’ de los poderes del Estado, de lo que
se trata propiamente no es de dividir el poder del Estado, sino de repartir sus funciones entre
órganos o instituciones del mismo. Por ‘poderes del Estado’ se entiende tanto sus funciones como
los órganos responsables de ponerlas en práctica.

Montesquieu1 advirtió que toda persona que tiene poder se ve impulsado a abusar de él y llega
hasta donde encuentra límites, añadiendo que ese abuso solo se ve impedido si el poder detiene al

1
MONTESQUIEU, El Espíritu de las leyes, tomo I, Librería General de Victoriano Suárez, Madrid, España, 1906,
pp. 227 y ss.
2

poder. Madison decía en ese mismo sentido: «No se puede negar la naturaleza expansiva del poder,
y por ello debería ser frenado para evitar que exceda los límites que se le han asignado»2.

Cuando el poder del Estado está concentrado en un único punto es muy difícil limitarlo. En cambio,
cuando se encuentra repartido es un poder que va a limitarse a sí mismo de manera mecánica. En
consecuencia, según Montesquieu y otros autores de la tradición liberal, la clave para el buen
gobierno radica en que ninguna persona, institución o clase social monopolice el poder.

Esta doctrina surgió porque la historia había demostrado que la concentración del poder político en
un solo sujeto, el rey, conducía a numerosas arbitrariedades por parte de gobiernos tiránicos,
incapaces de reconocer ni siquiera los derechos más elementales de las personas. De ahí que se
considerara necesario encontrar un mecanismo efectivo para contener dicho poder.

Así, Montesquieu propuso la división del mismo en tres: el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo
y el Poder Judicial. Sostuvo, además, que el poder político correspondía al pueblo, quien lo
ejercería por medio de sus representantes, debido a la imposibilidad de que los ciudadanos lo
ejercieran ellos mismos en los Estados extensos y a los inconvenientes que surgirían en los
pequeños.

En la concepción de Montesquieu, la función legislativa quedaría a cargo de dos cámaras, que


deberían ejercer mutuamente funciones de fiscalización y refrenamiento, tanto en la aprobación de
las leyes como en el desempeño de otras tareas a su cargo. Aun así, para evitar leyes o decisiones
arbitrarias y opresivas por parte de las cámaras, estimó necesario que el Poder Ejecutivo
interviniera en esto con la facultad de vetar la ley.

Al Poder Ejecutivo le atribuyó, además de las funciones de disponer de la guerra y la paz, prevenir
las invasiones, garantizar la seguridad, recibir y enviar embajadores etcétera, así como otras
relacionadas con la legislación, como la facultad de convocar las cámaras legislativas y de
introducir proyectos de leyes para su discusión y aprobación (iniciativa legislativa).

2
MADISON (James), «Sobre los medios de dar eficacia en la práctica al principio de la separación de poderes», en
HAMILTON (Alexander), MADISON (James) y JAY (John), El federalista, Ediciones Akal, Madrid, España,
2015, p. 384.
3

Al órgano legislativo, por su parte, también le correspondería una responsabilidad de control, en


este caso sobre el órgano ejecutivo. Más exactamente, tendría la función de examinar la puesta en
práctica de las leyes por él aprobadas, así como los derechos, entre otros, de juzgar a los ministros
y de aprobar el presupuesto del Estado presentado por el órgano ejecutivo.

En lo tocante al órgano judicial, a él le correspondería, todavía según Montesquieu, la


responsabilidad de castigar los delitos y de juzgar los conflictos entre particulares, siempre con el
más estricto apego a las leyes, hasta el punto de que llegó a afirmar que los jueces debían ser «la
boca por donde habla la ley»3.

De este modo, el conjunto de voluntades resultaría condicionado, limitado, equilibrado y diverso.


Por lo tanto, el fundamento de la doctrina de Montesquieu no reside en la independencia absoluta
de cada uno de los tres órganos estatales superiores, provistos cada uno de ellos de exclusividad en
sus respectivas funciones. Reside en el reparto nivelado de las tres funciones del Estado, a fin de
impedir su monopolio por cualquiera de las autoridades estatales, y eso bajo un sistema de frenos
y contrapesos mutuos. Esto es lo que, para él, constituye la base del Estado de Derecho.

Concomitantemente, en este sistema también los ciudadanos ven limitada su voluntad. Para ese
autor, la libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten, pues, si un ciudadano pudiera
hacer lo que prohíben, ya no tendría libertad dado que los demás ciudadanos tendrían igualmente
ese poder.

Tenemos, a fin de cuentas, que el poder limitado, tanto para las autoridades como para los
ciudadanos, permite garantizar a través de la ley la libertad de las personas, su seguridad y el goce
de los derechos individuales.

Comprobamos así lo dicho más arriba: la separación de los poderes constituye un método o una
guía de buen gobierno. Es un principio que puede ser implementado mediante diferentes fórmulas
o esquemas.

3
MONTESQUIEU, El Espíritu de las leyes, obra citada, tomo I, p. 237.
4

En Europa Central y muchos países de América se plasmó en la división de los tres poderes clásicos
(ejecutivo, legislativo y judicial). En cambio, en Estados Unidos y otros países se adoptaron dos
divisiones distintas de poderes: una de tipo horizontal (ejecutivo, legislativo y judicial) y otra de
tipo vertical (federación y Estados miembros).

La Constitución de la República Dominicana, al igual que las de muchos otros Estados


contemporáneos, recoge la fórmula de Montesquieu. En primer lugar, indica en su artículo 2 que
la soberanía o poder político supremo reside exclusivamente en el pueblo y que de este emanan
todos los poderes del Estado. A seguidas y en ese mismo artículo, establece que el pueblo ejerce
dichos poderes por medio de sus representantes o de forma directa (en la unidad VI analizaremos
los principales mecanismos que permiten la participación directa del pueblo en algunos asuntos
políticos concretos pertenecientes al gobierno local).

En segundo lugar, el artículo 4 de la Constitución reitera que nuestro gobierno es democrático y


representativo. Asume la clásica división tripartita de poderes propuesta por Montesquieu y,
además, advierte que, por más que sus encargados sean responsables de sus atribuciones, estas se
encuentran limitadas a los mandatos establecidos por la Constitución y las leyes.

Vale la pena reproducir literalmente ese texto constitucional: «El gobierno de la Nación es
esencialmente civil, republicano, democrático y representativo. Se divide en Poder Legislativo,
Poder Ejecutivo y Poder Judicial. Estos tres poderes son independientes en el ejercicio de sus
respectivas funciones. Sus encargados son responsables y no pueden delegar sus atribuciones, las
cuales son únicamente las determinadas por esta Constitución y las leyes».

Cada poder del Estado debe respetar y no puede invadir las atribuciones de otro ni interferir en
ellas. Tampoco puede delegarlas sus propias atribuciones, promoviendo con ello que otro poder
asuma funciones que no le corresponden. La relación entre los poderes del Estado se basa en el
deber de trabajar en coordinación y colaboración, con la finalidad de complementarse y controlarse
recíprocamente, nunca con pretensiones de subordinación o imposición.

Dicho principio de separación e independencia de los poderes públicos es de una importancia tan
elevada para el sistema democrático de nuestro país que así lo precisa nuevamente la Constitución
5

en su artículo 7 al referir que se trata de uno de los principios que fundamentan la República
Dominicana.

A continuación, analizaremos el funcionamiento de estos tres poderes en nuestro país y el sistema


diseñado por el constituyente dominicano para que el poder político se autolimite y los poderes
puedan limitarse unos con otros en sus respectivas funciones (los frenos y contrapesos) con el
propósito de garantizar un buen gobierno. Asimismo, examinaremos el funcionamiento de otras
instituciones que han sido creadas para estos fines por el constituyente y que también desempeñan
un papel importante a la hora de garantizar nuestros derechos fundamentales.

2. LOS PODERES DEL ESTADO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

2.1. El Poder Legislativo

El Poder Legislativo, del que se ocupa la Constitución dominicana en sus artículos 76 a 121, es
ejercido por el Congreso Nacional, que está compuesto por dos cámaras: el Senado y la Cámara de
Diputados.

El Congreso debe organizar la convivencia de la Nación, proteger los derechos fundamentales y


asegurar el desarrollo sostenible del Estado. Para ello, no solo legisla o elabora leyes en una gran
diversidad de temas, sino que, además, supervisa el cumplimiento de las políticas públicas,
fiscalizando y controlando las actividades del Poder Ejecutivo y de otras instituciones esenciales
para el Estado.

Senado Cámara de Diputados

Modo de
Sufragio universal directo cada 4 años, estando permitida la reelección.
elección

Composición 32 senadores: 190 diputados:

‒ 1 por cada provincia. ‒ 178 por circunscripción territorial en


representación del Distrito Nacional y
‒ 1 por el Distrito Nacional. de las provincias, distribuidos en
proporción a la densidad poblacional.
6

‒ 5 elegidos a nivel nacional por


acumulación de votos, preferentemente
de partidos, alianzas o coaliciones que
no hayan obtenido escaños y hayan
alcanzado no menos de 1% de los votos
válidos emitidos.

‒ 7 elegidos en representación de la
comunidad dominicana en el exterior.

Requisitos ‒ Ser dominicano.


para ejercer
el cargo ‒ Estar en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos.

‒ Tener 25 años de edad.

‒ Ser nativo de la demarcación territorial que lo elija o haber residido en ella


por lo menos durante 5 años consecutivos.

Atribuciones 1) Conocer de las acusaciones 1) Acusar ante el Senado a los


exclusivas formuladas por la Cámara de funcionarios públicos elegidos por voto
Diputados contra los funcionarios popular, por el Senado y por el Consejo
públicos elegidos por voto popular, Nacional de la Magistratura, por la
por el Senado y por el Consejo comisión de faltas graves en el ejercicio
Nacional de la Magistratura. de sus funciones. La persona acusada
quedará suspendida en sus funciones
2) Aprobar o desaprobar los desde el momento en que la Cámara
nombramientos de embajadores y declare que ha lugar la acusación.
jefes de misiones permanentes
acreditados en el exterior que le 2) Someter al Senado las ternas para la
someta el presidente de la República. elección de los miembros de la Cámara
de Cuentas.
3) Elegir a los miembros de la Cámara
de Cuentas de las ternas (conjuntos de 3) Someter al Senado las ternas del
tres personas) presentadas por la Defensor del Pueblo y sus suplentes,
Cámara de Diputados. que no podrán ser más de dos, y los
adjuntos, que no podrán ser más de
4) Elegir los miembros de la Junta cinco.
Central Electoral y sus suplentes.

5) Elegir al Defensor del Pueblo, sus


suplentes y sus adjuntos a partir de las
7

ternas que le presente la Cámara de


Diputados.

6) Autorizar, previa solicitud del


presidente de la República, en
ausencia de convenio que lo permita,
la presencia de tropas extranjeras en
ejercicios militares en el territorio de
la República, así como determinar el
tiempo y las condiciones de su
estadía.

7) Aprobar o desaprobar el envío al


extranjero de tropas en misiones de
paz, autorizadas por organismos
internacionales, fijando las
condiciones y duración de dichas
misiones.

El Poder Legislativo siempre ha sido entendido como el órgano más representativo de la voluntad
popular. Si observamos la cantidad de legisladores que integran esa institución en la República
Dominicana y los requisitos exigidos para poder ejercer los cargos, podemos comprender que con
este diseño nuestro Estado se propone garantizar el mayor nivel posible de pluralismo político.

El pluralismo constituye un principio fundamental para el ejercicio democrático de todo Estado,


porque obliga, como en este caso, a que las cuestiones más sensibles y trascendentales para la vida
de un pueblo tengan que ser discutidas, analizadas y, sobre todo, consensuadas con la mayor
cantidad y diversidad de sectores y personas pertenecientes a dicho pueblo.

Para poder deliberar, se necesita la presencia de más de la mitad de sus miembros en cada una de
las cámaras. Las decisiones se adoptan por mayoría absoluta de votos, salvo los asuntos declarados
previamente de urgencia o disposición en contrario.

La reunión del quorum necesario para la deliberación y la presencia de la diversidad de sectores a


la hora de tomar las decisiones se encuentran protegidas por la garantía parlamentaria de
prohibición de privación de libertad de los legisladores durante el período de la legislatura. Para
8

poder privarles de libertad se requiere la autorización de la cámara a la que pertenezcan, excepto


en aquellos casos en que sean aprehendidos en el momento de la comisión de un crimen.

Por otro lado, la exigencia de que los legisladores procedan de la demarcación territorial de quienes
los eligen o hayan residido en ella, aún más en el caso de los diputados, obedece a la necesidad de
que dichos servidores sean cercanos a su pueblo y directamente conocedores de las necesidades de
las personas que van a representar.

Es importante que el trabajo de los legisladores dé respuesta oportuna y eficaz a los problemas que
enfrenta la sociedad. Es la razón por la que las dos legislaturas anuales (períodos del trabajo
legislativo) tienen una duración de ciento cincuenta días, iniciando ordinariamente el 27 de febrero
y el 16 de agosto de cada año. El Poder Ejecutivo puede extender dicho período al convocar a una
legislatura extraordinaria.

Cada cámara cuenta con un presidente, un vicepresidente y dos secretarios, elegidos por los
legisladores de sus respectivas cámaras el 16 de agosto de cada año. El presidente cuenta con
poderes disciplinarios durante las sesiones y representa a su cámara en todos los actos legales. Debe
rendir un informe anual sobre las actividades legislativas, administrativas y financieras realizadas
durante dicho período. También los legisladores tienen que rendir un informe anual de su gestión
a los electores que representan.

Principales atribuciones generales del Congreso Nacional en materia legislativa

‒ Establecer los impuestos, tributos o contribuciones generales y determinar cómo serán


recaudados y en qué será invertido lo recaudado.

‒ Conocer de las observaciones que el Poder Ejecutivo haga a las leyes.

‒ Disponer todo lo concerniente a la conservación de monumentos y al patrimonio histórico,


cultural y artístico.

‒ Crear, modificar o suprimir regiones, provincias, municipios, distritos municipales, secciones


y parajes y determinar todo lo concerniente a sus límites y organización, previo estudio que
demuestre la conveniencia política, social y económica justificativa de la modificación.

‒ Autorizar al presidente de la República a declarar los estados de excepción.


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‒ En caso de que la soberanía nacional se encuentre expuesta a un peligro grave e inminente, el


Congreso podrá declarar que existe un estado de defensa nacional, suspendiendo el ejercicio
de algunos derechos individuales.

‒ Establecer las normas relativas a la migración y el régimen de extranjería.

‒ Aumentar o reducir el número de las cortes de apelación y crear o suprimir tribunales y


disponer todo lo relativo a su organización y competencia, previa consulta a la Suprema Corte
de Justicia.

‒ Votar anualmente la Ley de Presupuesto General del Estado, así como aprobar o rechazar los
gastos extraordinarios para los cuales solicite un crédito el Poder Ejecutivo.

‒ Legislar cuanto concierne a la deuda pública y aprobar o desaprobar los créditos y préstamos
firmados por el Poder Ejecutivo.

‒ Aprobar o desaprobar los contratos que le someta el presidente de la República, así como las
enmiendas o modificaciones posteriores.

‒ Aprobar o desaprobar los tratados y convenciones internacionales que suscriba el Poder


Ejecutivo.

‒ Declarar por ley la necesidad de la reforma constitucional.

‒ Conceder amnistía por causas políticas.

‒ Pronunciarse a través de resoluciones acerca de los problemas o las situaciones de orden


nacional o internacional que sean de interés para la República.

Atribuciones del Congreso Nacional en materia de fiscalización y control

‒ Aprobar o rechazar el estado de recaudación e inversión de las rentas que debe presentarle el
Poder Ejecutivo.

‒ Velar por la conservación y fructificación de los bienes nacionales en beneficio de la sociedad


y aprobar o rechazar la venta de los bienes de dominio privado de la Nación.

‒ Citar a ministros, viceministros, directores o administradores de organismos autónomos y


descentralizados del Estado ante las comisiones permanentes del Congreso, para edificarlas
sobre la ejecución presupuestaria y los actos de su administración.
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‒ Examinar anualmente todos los actos del Poder Ejecutivo y aprobarlos si son ajustados a la
Constitución y a las leyes.

‒ Nombrar comisiones permanentes y especiales, a instancia de sus miembros, para que


investiguen cualquier asunto que resulte de interés público y rindan el informe correspondiente.

‒ Supervisar todas las políticas públicas que implemente el gobierno y sus instituciones
autónomas y descentralizadas, sin importar su naturaleza y alcance.

Nótese la gran cantidad de actividades del Congreso Nacional que se relacionan con el Poder
Ejecutivo. Como dijimos anteriormente, se trata de un sistema de colaboración y de frenos y
contrapesos para que el poder no sea arbitrario y se garantice el buen gobierno.

En ese mismo orden, también corresponden al Poder Legislativo, entre otras, las atribuciones de
supervisar todas las políticas públicas que implemente el Ejecutivo y aprobarle los préstamos y
contratos cuyo valor ascienda a los doscientos salarios mínimos del sector público. Puede también
citar e invitar a miembros del Gobierno, pedirles informes y nombrar comisiones especiales de
investigación para asuntos específicos, de modo que pueda prevenir violaciones a la Constitución
y las leyes por parte de los funcionarios.

El Congreso Nacional también se relaciona con el Poder Judicial, por ejemplo cuando le
corresponde la creación de tribunales. Igualmente con las instancias de gobierno local o municipal,
como es el caso, entre otros, de la creación, modificación o supresión de regiones, provincias,
municipios, etcétera o de la conservación de monumentos y del patrimonio histórico, cultural y
artístico.

Además, a través del juicio político, el Poder Legislativo puede sancionar disciplinariamente la
comisión de faltas graves de los legisladores, del presidente y vicepresidente de la República, de
los alcaldes, de los regidores y de los jueces, tanto los de la Suprema Corte de Justicia como los
del Tribunal Constitucional y los del Tribunal Superior Electoral. Tras acusación de los diputados,
los senadores pueden incluso determinar la destitución de dichos funcionarios por la gravedad de
la falta cometida.
11

Las cámaras también pueden interpelar (exigir explicaciones) a los ministros y viceministros, al
Gobernador del Banco Central y a los directores o administradores de organismos autónomos y
descentralizados del Estado, así como a los de entidades que administren fondos públicos sobre
asuntos de su competencia.

El Senado y la Cámara de Diputados celebran sus sesiones de forma separada, excepto cuando se
reúnen en Asamblea Nacional. Para esto último deben estar presentes más de la mitad de los
miembros de cada cámara y las decisiones se toman por mayoría absoluta de votos, excepto cuando
la Asamblea se ha sido convocada para reformar la Constitución.

Corresponden a la Asamblea Nacional, entre otras, las funciones de 1) conocer y decidir sobre las
reformas constitucionales, actuando en este caso como Asamblea Nacional Revisora, 2) examinar
las actas de elección del presidente y del vicepresidente de la República y 3) proclamarles,
recibirles su juramento y aceptar o rechazar sus renuncias en caso de presentarlas.

En cambio, a la Reunión Conjunta de las Cámaras corresponde recibir el mensaje y la rendición de


cuentas del presidente de la República y las memorias de los ministerios, así como celebrar actos
conmemorativos o de naturaleza protocolar.

2.2. El Poder Ejecutivo

Como es propio de los regímenes presidenciales, nuestro Poder Ejecutivo es ejercido en nombre
del pueblo por el presidente de la República en su doble condición de Jefe de Estado y de gobierno.
A él corresponde dirigir la política interior y exterior del país y la administración civil y militar,
siendo la autoridad suprema de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional y de los demás cuerpos
de seguridad del Estado. El Poder Ejecutivo se encuentra descrito en los artículos 122 a 137 de la
Constitución dominicana.

Según el artículo 17 de la Ley Orgánica de la Administración Pública (núm. 247-12), el presidente


ejerce la dirección superior del aparato administrativo en su conjunto, con el propósito de garantizar
una gestión administrativa armónica y eficiente. También dirige las políticas públicas, los planes,
los programas y los proyectos nacionales, regionales y sectoriales con el fin de orientarlos hacia 1)
el logro de los objetivos y metas de desarrollo humano sostenible, 2) el respeto a la libertad de las
12

personas, 3) la erradicación de las desigualdades y de la discriminación y 4) el mejoramiento de la


calidad de vida de la ciudadanía.

El presidente de la República es elegido cada cuatro años por voto directo. La Constitución le
permite optar por un segundo período constitucional consecutivo, pero le prohíbe volver a
postularse nunca más tanto para ese cargo como para el de la Vicepresidencia de la República.

Para ser presidente de nuestro país se requiere: 1) ser dominicano de nacimiento u origen, 2) haber
cumplido treinta años de edad, 3) estar en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos y 4)
no haber estado en el servicio militar o policial activo por lo menos durante los tres años previos a
las elecciones presidenciales.

Principales atribuciones del presidente como Jefe de Estado

- Promulgar y publicar las leyes y resoluciones del Congreso Nacional y cuidar de su fiel
ejecución.

- Expedir decretos, reglamentos e instrucciones cuando sea necesario.

- Nombrar o destituir a los integrantes de las jurisdicciones militar y policial.

- Celebrar y firmar tratados o convenciones internacionales.

- Disponer cuanto concierna a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, mandarlas por sí
mismo o a través del ministerio correspondiente, conservando siempre su mando supremo.

- Tomar las medidas necesarias para proveer y garantizar la legítima defensa de la Nación en
caso de ataque armado actual o inminente por parte de una nación extranjera o poderes
externos.

- Declarar, si no se encuentra reunido el Congreso Nacional, los estados de excepción.

- Adoptar las medidas provisionales de policía y seguridad necesarias.

- Disponer todo lo relativo a las zonas aéreas, marítimas, fluviales, terrestres, militares y
policiales en materia de seguridad nacional.

- Conceder indultos los días 27 de febrero, 16 de agosto y 23 de diciembre de cada año.


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- Hacer arrestar o expulsar a los extranjeros cuyas actividades sean o puedan ser perjudiciales al
orden público o la seguridad nacional.

- Prohibir, cuando resulte conveniente al interés público, la entrada de extranjeros al territorio


nacional.

Principales atribuciones del presidente como Jefe de Gobierno

- Nombrar a los ministros, viceministros y demás funcionarios públicos que ocupen cargos de
libre nombramiento, así como aceptarles su renuncia y removerlos.

- Designar a los titulares de los órganos y organismos autónomos y descentralizados del Estado,
así como aceptarles su renuncia y removerlos.

- Celebrar contratos, sometiéndolos a la aprobación del Congreso Nacional cuando contengan


disposiciones relativas a la afectación de las rentas nacionales, a la enajenación de bienes del
Estado, al levantamiento de empréstitos o cuando estipulen exenciones de impuestos en
general.

- Velar por la buena recaudación y fiel inversión de las rentas nacionales.

- Depositar ante el Congreso Nacional las memorias de los ministerios y rendir cuenta de su
administración presupuestaria, financiera y de gestión ocurrida en el año anterior.

- Someter al Congreso Nacional el proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado para el
año siguiente.

Principales atribuciones del presidente como Jefe de Estado y de gobierno

- Designar, con la aprobación del Senado de la República, a los embajadores acreditados en el


exterior y a los jefes de misiones permanentes ante organismos internacionales, así como
nombrar a los demás miembros del cuerpo diplomático, aceptarles su renuncia y removerlos.

- Dirigir las negociaciones diplomáticas y recibir a los Jefes de Estado extranjeros y a sus
representantes.

- Autorizar o no a los ayuntamientos a enajenar (vender, donar, ceder) inmuebles y aprobar o no


los contratos que hagan, cuando constituyan en garantía inmuebles o rentas municipales.
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Como puede observarse, también en las atribuciones del presidente de la República Dominicana
identificamos herramientas del sistema de frenos y contrapesos características del principio de
separación de poderes.

En ese mismo orden, el Poder Ejecutivo se relaciona con el Legislativo en el proceso de formación
de las leyes, puesto que el presidente, además de tener iniciativa legislativa y la facultad de poder
observar la ley, desempeña la función de promulgarla y publicarla.

Al mismo tiempo, con el Poder Judicial, se relaciona, por ejemplo, a través de la atribución
presidencial de conceder indultos. El indulto no es más que una gracia otorgada por el presidente
de la República para perdonar y liberar a una persona que está cumpliendo una pena privativa de
libertad que ha sido impuesta en virtud de una sentencia dada por el Poder Judicial.

Con los gobiernos locales o municipales se relaciona cuando corresponde a la Presidencia autorizar
la enajenación (venta o donación) de inmuebles municipales.

Por otra parte, para el despacho de los asuntos de gobierno el presidente cuenta con la colaboración
inmediata del vicepresidente y de los ministros.

El vicepresidente de la República es elegido conjuntamente con el presidente, en la misma forma,


por igual período y con la exigencia de los mismos requisitos. De acuerdo con el artículo 19 de la
Ley Orgánica de la Administración Pública (núm. 247-12), tiene como funciones, entre otras, 1)
colaborar con el presidente en la dirección de la acción gubernamental, 2) presidir determinadas
reuniones del Consejo de Ministros en representación del presidente y de los órganos colegiados,
3) coordinar la ejecución de las políticas, planes, programas y actividades que le atribuya el
presidente, 4) suplir las faltas temporales y definitivas del mismo y 5) ejercer las atribuciones
legales que este le delegue.

Los ministerios son los órganos esenciales del Poder Ejecutivo para la planificación, dirección,
coordinación y ejecución de la función administrativa del Estado. El artículo 24 de la Ley Orgánica
de la Administración Pública (núm. 247-12) les encarga, en especial, la formulación, adopción,
seguimiento, evaluación y control de las políticas, estrategias, planes generales, programas,
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proyectos y servicios en las materias de su competencia o campo específico de su actuación (puede


ser salud, educación, trabajo, hacienda, etcétera) y sobre las cuales ejercen su rectoría.

Cada ministerio se encuentra a cargo de un ministro y cuenta con los viceministros necesarios para
el despacho de sus asuntos. Todos ellos, como hemos indicado, son nombrados por el presidente.

El Consejo de Ministros es el órgano de coordinación de los asuntos generales de gobierno y tiene


como finalidad organizar y agilizar el despacho de los aspectos de la Administración Pública en
beneficio de los intereses generales de la Nación y al servicio de la ciudadanía. Está integrado por
el presidente de la República, quien lo preside; el vicepresidente de la República y los ministros.

El presidente de la República designa también libremente en cada provincia un gobernador civil


para que lo represente en dicha demarcación y para que actúe de conformidad con sus instrucciones.

Dada la importancia de la figura del presidente para la gestión administrativa diaria que requiere el
Estado, la Constitución prevé en su artículo 129 cómo proceder para su sucesión si se produce su
falta.

También es importante resaltar que el presidente y el vicepresidente de la República, tanto si son


electos como si se encuentran en funciones, están protegidos por la prohibición de privación de su
libertad. Esta garantía se establece como mecanismo de defensa contra las injerencias que pudieran
buscar obstaculizar el desempeño de sus importantes funciones.

2.3. El Poder Judicial

El Poder Judicial de nuestro país está conformado por la Suprema Corte de Justicia, que es su más
alto tribunal, y por los demás tribunales y juzgados creados por la Constitución y las leyes. La
Constitución atiende a este poder en sus artículos 149 a 168.

Se trata del poder considerado por Hamilton como el menos peligroso de todos, puesto que no
influye ni sobre las armas o la fuerza ni sobre el tesoro, siendo un cuerpo intermedio entre el pueblo
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y los legisladores, capaz de mantener a las autoridades dentro de sus límites asignados y de
garantizar los derechos de la ciudadanía4.

El Poder Judicial se encarga gratuitamente de la justicia en nombre de la República Dominicana.


Administra justicia al decidir y hacer ejecutar lo decidido respecto de los conflictos jurídicos que
les presenten las personas o las instituciones públicas o privadas en cualquier tipo de proceso, ya
sea laboral, civil, administrativo, municipal, ambiental, comercial, penal, etcétera.

Esta institución es de suma importancia porque satisface la necesidad que tienen las personas de
recibir por parte del Estado una respuesta judicial efectiva cuando acuden a él para reclamar sus
derechos e intereses legítimos en el entendido de que han sido afectados o de que pudieran verse
afectados.

Ahora bien, todo Estado democrático y de derecho que se proponga ofrecer a sus habitantes una
respuesta judicial efectiva debe garantizar, entre otras cosas, que los jueces que conozcan de los
casos o reclamos sean competentes en la materia y, además, que actúen con independencia e
imparcialidad.

En el caso dominicano, la Constitución otorga un alto valor a dichos principios de independencia


e imparcialidad de los jueces, posicionándolos como pilares del derecho de toda persona a la tutela
judicial efectiva y al debido proceso.

En ese sentido, digamos, en primer lugar, que el constituyente dominicano concedió al Poder
Judicial autonomía, tanto funcional como administrativa y presupuestaria.

En segundo lugar, la Constitución estipula que la persona aspirante a ser juez del Poder Judicial
debe someterse a un concurso público de méritos mediante el sistema de ingreso a la Escuela
Nacional de la Judicatura establecido por la ley y, además, aprobar satisfactoriamente el programa
de formación de dicha escuela.

4
HAMILTON (Alexander), «El poder judicial y su permanencia con la condición de buena conducta», en
HAMILTON (A.), MADISON (J.) y JAY (J.), El federalista, obra citada, pp. 549 y 551.
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Ambas medidas buscan asegurar que los jueces puedan administrar justicia libres de influencias y
presiones y que sean profesionales idóneos para hacerlo.

En tercer lugar, se establece a nivel constitucional que, una vez un juez ingresa al Poder Judicial,
se somete al régimen legal de carrera judicial para su ascenso, promoción, desvinculación y retiro.
De ahí que los jueces no pueden ser removidos, separados, suspendidos, trasladados o jubilados
sino conforme a lo establecido en la ley. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando se demuestra una
falta cometida por el juez mediante un cuidadoso procedimiento disciplinario.

Ahora bien, esta garantía de estabilidad en el cargo (inamovilidad) de la que gozan los jueces exige,
a su vez, 1) que solo puedan dedicarse a sus funciones y a la docencia, 2) que no se les permita
participar en actividades políticas partidistas y 3) que deban capacitarse y actualizarse
permanentemente.

Con todo ello el Estado se propone que, en sus decisiones, los jueces se encuentren libres de
influencias o presiones tanto por parte de los demás poderes públicos como de otras personas y
que, siendo ajenos o sin interés o relación con el caso y las partes en él implicadas, puedan ser
neutrales.

En el Poder Judicial existe una estructura jerárquica de tribunales. En su cúspide se halla la


Suprema Corte de Justicia y, debajo de ella, las cortes de apelación o tribunales superiores, los
juzgados de primera instancia y, en el nivel inferior, los juzgados de paz.

La Suprema Corte de Justicia está integrada por no menos de 16 jueces divididos por salas. Tiene
las siguientes atribuciones:

– Conocer en única instancia de las causas penales seguidas a: 1) el presidente y el vicepresidente


de la República, 2) senadores y diputados, 3) jueces de la Suprema Corte de Justicia y del
Tribunal Constitucional, 4) ministros y viceministros, 5) el Procurador General de la
República, 6) jueces y procuradores generales de las cortes de apelación o equivalentes, 7)
jueces de los tribunales superiores de tierras, de los tribunales superiores administrativos y del
Tribunal Superior Electoral, 8) el Defensor del Pueblo, 9) miembros del Cuerpo Diplomático
18

y jefes de misiones acreditados en el exterior y 10) miembros de la Junta Central Electoral, de


la Cámara de Cuentas y de la Junta Monetaria.

– Conocer de los recursos de casación. Dichos recursos persiguen anular sentencias dictadas por
los jueces del Poder Judicial cuando entiende que fueron dictadas en función de una incorrecta
interpretación o aplicación de la ley o sin cumplir con las garantías del debido proceso.

– Conocer en último recurso de las causas cuyo conocimiento en primera instancia sea
competencia de las cortes de apelación y sus equivalentes.

– Designar, de conformidad con la Ley de Carrera Judicial (núm. 327-98), a los demás jueces
del Poder Judicial.

La Suprema Corte de Justicia, como vemos, es el tribunal encargado de dictaminar el resultado de


las acusaciones penales contra los más altos funcionarios de nuestro país. De este modo, se
relaciona con varios de los poderes públicos, pudiendo incluso sancionar a sus representantes por
los delitos que cometan durante sus funciones. Se trata de una herramienta más para garantizar la
buena marcha del sistema dominicano de frenos y contrapesos.

Las cortes de apelación o tribunales superiores, por su parte, son responsables, entre otras, de las
siguientes atribuciones: 1) conocer de las apelaciones a las sentencias y 2) conocer en primera
instancia de las causas penales seguidas a jueces de primera instancia o sus equivalentes,
procuradores fiscales, titulares de órganos y organismos autónomos y descentralizados del Estado,
gobernadores provinciales y alcaldes del Distrito Nacional y de los municipios.

Las atribuciones de los demás tribunales del Poder Judicial se encuentran determinadas por las
leyes.

Un órgano muy importante para el Poder Judicial es el Consejo del Poder Judicial, encargado de
las labores administrativas y disciplinarias de la institución.

El Consejo del Poder Judicial está integrado por: 1) el presidente de la Suprema Corte de Justicia,
que es quien lo preside, 2) un juez de la Suprema Corte de Justicia elegido por el pleno de la misma,
19

3) un juez de corte de apelación o su equivalente, 4) un juez de primera instancia o su equivalente


y 5) un juez de paz o su equivalente, elegidos estos tres últimos por sus pares.

2.4. El gobierno local

El Distrito Nacional, los municipios y los distritos municipales constituyen la base del sistema
político administrativo local. Gozan de autonomía política y administrativa. La finalidad de estos
entes públicos es procurar el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de sus
respectivos territorios. Lo expuesto en este apartado relativo al régimen de los municipios se
encuentra señalado en los artículos 199 a 202 de nuestra Constitución.

El gobierno del Distrito Nacional y los de los municipios se encuentran cada uno de ellos a cargo
de los respectivos ayuntamientos. Estos están constituidos por dos órganos complementarios: 1) el
Concejo de Regidores, que es un órgano exclusivamente normativo, reglamentario y de
fiscalización integrado por regidores con sus respectivos suplentes, y 2) la Alcaldía, órgano
ejecutivo encabezado por un alcalde, cuyo suplente se denomina vicealcalde. Los alcaldes y los
regidores son elegidos cada cuatro años por el pueblo de su jurisdicción.

En el caso de los distritos municipales, el gobierno se encuentra a cargo de una Junta de Distrito.
Está integrada por: 1) un director que actúa como órgano ejecutivo y que también tiene suplente y
2) una Junta de Vocales con funciones normativas, reglamentarias y de fiscalización.

Según el artículo 19 de la Ley del Distrito Nacional y los municipios (núm. 176-07), los
ayuntamientos tienen las siguientes atribuciones: 1) ordenar el tránsito de vehículos y personas en
las vías urbanas y rurales, 2) normar y gestionar el espacio público, 3) prevenir, extinguir incendios
y financiar las estaciones de bomberos, 4) ordenar el territorio, realizar el planeamiento urbano, la
gestión del suelo, la ejecución y disciplina urbanística, 5) normar y gestionar el mantenimiento y
uso de las áreas verdes, parques y jardines, 6) normar y gestionar la protección de la higiene y
salubridad públicas para garantizar el saneamiento ambiental, 7) construir infraestructuras y
equipamientos urbanos, pavimentar las vías públicas urbanas, construir y mantener caminos
rurales, construir y conservar aceras, contenes y caminos vecinales, 8) preservar el patrimonio
histórico y cultural del municipio, 9) construir y gestionar mataderos, mercados y ferias, 10)
construir y gestionar cementerios y servicios funerarios, 11) instalar el alumbrado público, 12)
20

realizar la limpieza vial, 13) brindar servicios de limpieza y ornato público, recolección,
tratamiento y disposición final de residuos sólidos, 14) ordenar y reglamentar el transporte público
urbano y 15) promover, fomentar y desarrollar la economía local.

Los ayuntamientos pueden, además, colaborar con el Poder Ejecutivo y trabajar conjuntamente con
él en las siguientes tareas: 1) coordinación en la gestión de la prestación y financiación de los
servicios sociales y la lucha contra la pobreza, dirigido a los grupos socialmente vulnerables y,
principalmente, a la infancia, la adolescencia, la juventud, la mujer, las personas con discapacidad
y los adultos mayores, 2) coordinación, gestión y financiación de la seguridad ciudadana y
mantenimiento del orden público, 3) coordinación y gestión de la prestación de los servicios de
atención primaria de salud, 4) promoción y fomento de la educación inicial, básica y capacitación
técnico vocacional, así como el mantenimiento de los locales escolares públicos, 5) coordinación
de la provisión de los servicios de abastecimiento de agua potable, alcantarillado y tratamiento de
aguas residuales, 6) promoción de la cultura, el deporte y la recreación, 7) defensa civil,
emergencias y previsión de desastres, 8) promoción de la prevención de la violencia intrafamiliar
y de género, así como apoyo y protección de derechos humanos, 9) desarrollo de políticas públicas
focalizadas a mujeres jefas de hogar y madres solteras y 10) promoción y fomento del turismo.

Se trata, como puede notarse, de un conjunto de instituciones locales que el Estado ha creado para
poder cumplir sus fines y brindar de manera más eficaz los servicios públicos.

Por último, debemos resaltar que la Liga Municipal Dominicana promueve la interrelación entre
todos los municipios del país, alentando su adecuada organización y el espíritu de cooperación
entre ellos a fin de que establezcan mejores niveles de servicios. Sus funciones están descritas en
el artículo 106 de la Ley del Distrito Nacional y los municipios (núm. 176-07).

3. ENTES Y ÓRGANOS DE RANGO CONSTITUCIONAL EN LA REPÚBLICA


DOMINICANA

Con el propósito de satisfacer el interés general y las necesidades del pueblo, el Estado también
cuenta con diversos entes y órganos distintos de los poderes mencionados. Algunos de estos
organismos tienen rango constitucional, es decir, se encuentran reconocidos en la Constitución
21

dominicana, la cual describe la misión y principales competencias de los mismos al servicio de la


sociedad.

Algunos de estos organismos (como, por ejemplo, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional)
tienen como autoridad suprema al presidente de la República. Otros, como el Tribunal
Constitucional, la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral o la Cámara de Cuentas,
no se subordinan jerárquicamente a ninguno de los poderes clásicos, sino que tienen funciones
independientes y la Constitución les dota de autonomía para cumplir sus objetivos acordes a su
naturaleza y la misión que ella misma les encomienda.

Como expuso el Tribunal Constitucional, «los órganos autónomos son creados directamente por la
Constitución para actualizar y perfeccionar el principio de la separación de los poderes. Surgen de
la necesidad de separar determinadas funciones públicas de los procesos normales de gobierno.
Así, la autonomía constituye una garantía institucional asociada a la independencia con que han de
ejercer las funciones encomendadas por la Constitución»5.

La autonomía de estos órganos les permite: 1) planificar sin injerencias de otras autoridades las
políticas, estrategias, metas y objetivos que resulten necesarios para el ejercicio de sus funciones y
2) disponer de sus recursos humanos, materiales y financieros de la forma que resulte más
conveniente para los cometidos y fines que les han sido asignados.

En la unidad II ya hemos presentado el Tribunal Constitucional de la República Dominicana. A


continuación explicaremos tres entes autónomos que se encuentran en nuestra Constitución y que
son de suma importancia para el país, a saber, la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior
Electoral y la Cámara de Cuentas.

Posteriormente, procederemos a describir tres órganos presentes en la Constitución que, a pesar de


no ser autónomos ni descentralizados, también resultan imprescindibles para nuestro Estado. Se
trata de la Contraloría General de la República, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Por

5
TC/0001/15 de 28 de enero de 2015, 9.1.2.
22

último, nos referiremos al Consejo Nacional de la Magistratura, un órgano constitucional de gran


importancia para la institucionalidad democrática6.

3.1. La Junta Central Electoral

La Junta Central Electoral es la encargada de organizar y dirigir las asambleas electorales para la
celebración de elecciones y de otros mecanismos de participación popular. Constituye la máxima
autoridad en materia de administración y organización de los procesos electorales. Es responsable
también de los procesos que llevan internamente los partidos, agrupaciones y movimientos
políticos para la escogencia de candidatos a cargos de elección popular y de conocer respecto del
reconocimiento o extinción de las organizaciones políticas, sus alianzas, coaliciones o fusiones,
entre otras.

Dicha institución, descrita en los artículos 212 y 213 de la Constitución y en la Ley Orgánica del
Régimen Electoral (núm. 20-23), está integrada por un presidente, cuatro miembros y sus suplentes,
elegidos para un período de cuatro años por el Senado de la República con el voto de las dos
terceras partes de los senadores presentes.

La Junta Central Electoral es responsable de la custodia, el mantenimiento y la conservación del


Registro Civil y de la Cédula de Identidad, así como de todo lo relativo a la inscripción de los
ciudadanos en el Registro Electoral.

El Registro Civil es el lugar donde se asientan las informaciones personales de los ciudadanos,
como el nombre, el domicilio y la fecha de nacimiento, entre otros datos que permiten
individualizar a las personas. El Registro Electoral, por su parte, es el lugar donde se asienta la
inscripción personal, obligatoria y gratuita de todo individuo y ciudadano dominicano que se
encuentre en aptitud de ejercer el sufragio.

6
En el capítulo relativo a las garantías nos referiremos a otras instituciones de rango constitucional y a sus principales
objetivos.
23

Ambos órganos pertenecen a la Junta Central Electoral por la importancia que tiene para esta el
manejo y control absoluto de estos datos de cara a prevenir cualquier injerencia de externos que
pudiera alterar la voluntad del pueblo a la hora de votar y de elegir a sus representantes.

En el Distrito Nacional y en cada municipio se cuenta, además, con una Junta Electoral subordinada
a la Junta Central Electoral. Estas juntas electorales son las encargadas, entre otras cosas, de: 1)
designar a los funcionarios de los colegios electorales, 2) velar por la distribución del equipo y de
los materiales electorales, 3) verificar el cómputo de la votación, 4) expedir los certificados de
elección a los candidatos y 4) anular las elecciones en uno o varios colegios electorales por razones
indicadas en la ley.

Las asambleas electorales funcionan en colegios electorales, que se abren cada cuatro años para
elegir al presidente y al vicepresidente de la República, a los senadores y diputados, a las
autoridades municipales y a los demás funcionarios o representantes electivos. Estas elecciones se
celebran de modo separado e independiente. Las de presidente, vicepresidente y representantes
legislativos y parlamentarios de organismos internacionales, el tercer domingo del mes de mayo y
las de las autoridades municipales, el tercer domingo del mes de febrero.

La Junta Central Electoral desempeña un papel fundamental en el sistema político dominicano.


Debe velar para que los procesos electorales se realicen con sujeción a los principios de libertad y
equidad en el desarrollo de las campañas y de transparencia en la utilización del financiamiento.
En consecuencia, puede reglamentar los tiempos y límites en los gastos de campaña, así como el
acceso equitativo a los medios de comunicación.

Tanto la Junta Central Electoral como las juntas electorales deben organizar, dirigir y supervisar
las elecciones y garantizar la libertad, transparencia, equidad y objetividad de las mismas. Para
garantizar la integridad de los procesos, la Junta Central Electoral asume incluso la dirección y el
mando de la fuerza pública durante las elecciones. Esto es así porque es imprescindible que la
ciudadanía pueda confiar en los procesos de elección de sus representantes, en quienes se delega
la toma de las decisiones que marcarán el futuro de nuestro país. Esa confianza, a su vez, sirve de
motivación para que los ciudadanos participen con entusiasmo en los espacios democráticos.
24

3.2. El Tribunal Superior Electoral

El Tribunal Superior Electoral es la institución responsable de juzgar y decidir con carácter


definitivo sobre los asuntos contenciosos electorales y de estatuir sobre los diferendos que surjan
a lo interno de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos o entre estos. Entre sus
funciones: 1) conoce de los recursos de apelación de las decisiones adoptadas por las juntas
electorales y de las impugnaciones y recusaciones de sus miembros, 2) puede ordenar la
celebración de nuevas elecciones en los casos en que hayan sido anuladas y 3) conoce de las
rectificaciones de las actas del Estado Civil y de los conflictos que surjan a raíz de la celebración
de plebiscitos y referendos.

Dicho Tribunal se encuentra descrito en los artículos 214 y 215 de la Constitución y en la Ley
Orgánica del Tribunal Superior Electoral (núm. 29-11). Está integrado por no menos de tres y no
más de cinco jueces electorales y sus suplentes, designados por un período de cuatro años por el
Consejo Nacional de la Magistratura, quien indica cuál de ellos ocupa la presidencia.

El hecho de que haya sido creada una instancia exclusivamente para estos fines nos indica la
importancia para nuestro sistema político que el constituyente ha otorgado al respeto de la voluntad
popular y al cumplimiento de las normas en materia de participación y elección de nuestros
representantes.

También esta institución goza de la autonomía e independencia respecto de los poderes del Estado,
elementos imprescindibles para poder ejercer su importante función dentro del sistema de frenos y
contrapesos de que disponemos.

3.3. La Cámara de Cuentas

La Cámara de Cuentas es la institución superior externa (independiente del Poder Ejecutivo)


responsable de velar tanto por la administración eficiente y transparente de los recursos públicos
como por el control fiscal de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado. Se encuentra
descrita en los artículos 248 a 250 de nuestra Constitución y en el artículo 10 de la Ley de la Cámara
de Cuentas de la República Dominicana (núm. 10-04).
25

Está integrada por cinco miembros, elegidos por un período de cuatro años por el Senado de la
República de las ternas que le presenta la Cámara de Diputados. Entre sus funciones se encuentran:
1) examinar las cuentas generales y particulares de la República, 2) presentar al Congreso Nacional
los informes sobre la fiscalización del patrimonio del Estado, 3) auditar y analizar la ejecución del
Presupuesto General del Estado que cada año aprueba el Congreso Nacional, 4) realizar
investigaciones especiales a requerimiento de una o de ambas cámaras legislativas, 5) practicar
auditoría externa financiera, de gestión, estudios e investigaciones especiales a los organismos,
entidades, personas físicas y jurídicas, públicos o privados, sujetos a la ley, 6) identificar y señalar
en los informes los hechos relativos a la violación de normas establecidas que originan
responsabilidad administrativa, civil o indicios de responsabilidad penal, 7) requerir a las
autoridades nominadoras la aplicación de sanciones a quien o quienes corresponda en base a los
resultados de sus actividades de control externo, 8) investigar las denuncias o sospechas
fundamentadas de hechos ilícitos contra el patrimonio público o apoyar, si es el caso, las labores
de los organismos especializados en la materia y 9) participar por iniciativa propia o apoyando a
otros organismos en actividades que prevengan o combatan la corrupción.

Para que el Estado pueda cumplir con sus fines, brindar los servicios públicos que la población
necesita y combatir los problemas estructurales que nos afectan, es primordial que los escasos
recursos de que disponemos sean efectivamente distribuidos e invertidos. La Cámara de Cuentas,
como vemos, tiene la importante misión de garantizar que así sea. Para ello, debe ser minuciosa a
la hora de revisar el cumplimiento de las normas jurídicas sobre la contratación pública, el uso y
cuidado de los bienes y el manejo del presupuesto y de los recursos.

3.4. La Contraloría General de la República

La Contraloría General de la República está definida en el artículo 247 de la Constitución y en la


Ley que instituye el Sistema Nacional de Control Interno y de la Contraloría General de la
República (núm. 10-07). Es el órgano del Poder Ejecutivo que ejerce la fiscalización interna de
todos los órganos subordinados al Poder Ejecutivo y la evaluación del debido recaudo, manejo, uso
e inversión de los recursos públicos. Además, previa comprobación del cumplimiento de los
trámites legales y administrativos, autoriza las órdenes de pago de las instituciones bajo su ámbito.
Esta institución facilita así una transparente rendición de cuentas de los servidores públicos.
26

Debemos también mencionar que la Contraloría, entre otras funciones, asesora a las entidades y
organismos bajo el ámbito de la ley para mejorar y fortalecer el control interno y realiza
investigaciones administrativas e inspecciones.

Se entiende, pues, que, junto con el Congreso Nacional, la Cámara de Cuentas y la ciudadanía, sea
el soporte fundamental del sistema de frenos y contrapesos para garantizar la buena administración
de los fondos públicos.

3.5. Las Fuerzas Armadas

Las Fuerzas Armadas es la institución que, de conformidad con los artículos 252 a 254 de la
Constitución y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana (núm. 139-
13), tiene a su cargo la importante misión de defender la independencia y soberanía de la Nación,
la integridad de sus espacios geográficos, la Constitución y las instituciones de la República.

Igualmente, puede intervenir en programas destinados a 1) promover el desarrollo social y


económico del país, 2) mitigar situaciones de desastres y calamidad pública, 3) auxiliar a la Policía
Nacional para mantener o restablecer el orden público en casos excepcionales y 4) combatir
actividades criminales transnacionales que pongan en peligro los intereses de la República y de sus
habitantes.

Corresponde, además, a las Fuerzas Armadas la custodia, supervisión y control de todas las armas,
municiones y demás pertrechos militares, material y equipos de guerra que ingresen en el país o
que sean producidos por la industria nacional, con las restricciones establecidas en la ley.

Las Fuerzas Armadas están conformadas por la Fuerza Terrestre, constituida por el Ejército de
República Dominicana, la Fuerza Naval, constituida por la Armada de República Dominicana, y
la Fuerza Aérea, constituida por la Fuerza Aérea de República Dominicana, valga la redundancia.

La institución es obediente al poder civil. Sus miembros no pueden pertenecer a los partidos
políticos. En el desarrollo de su misión, sus miembros tienen un carácter esencialmente defensivo
y no tienen facultad, en ningún caso, para deliberar o apartarse de las instrucciones recibidas por
el presidente de la República, quien es su autoridad suprema.
27

Ese estricto régimen obedece a la necesidad de que las Fuerzas Armadas respondan solo a la
autoridad correspondiente y ejecuten lo que se les ordene. Eso se debe a que, al tener el control de
las armas y seguridad de todo el territorio, las injerencias externas o de los partidos podrían resultar
peligrosas para la estabilidad de nuestro sistema político.

Los miembros de las Fuerzas Armadas ingresan, son nombrados, ascienden y se retiran conforme
al régimen de carrera militar establecido en la ley. El reintegro de sus miembros está prohibido,
salvo en los casos en que la separación o retiro haya sido realizada en violación a la ley.

Los tribunales militares solo pueden conocer de las infracciones y faltas disciplinarias relativas a
las funciones militares. Las faltas penales que constituyan una infracción al régimen penal militar
deben ser instruidas y conocidas por los tribunales penales ordinarios del Poder Judicial7.

3.6. La Policía Nacional

La Policía Nacional es otra institución armada, técnica, profesional y obediente al poder civil.
Tampoco sus miembros pueden pertenecer a los partidos políticos ni deliberar o apartarse de las
instrucciones recibidas del presidente de la República.

Esta institución, explicada en los artículos 255 a 257 de la Constitución y en la Ley Orgánica de la
Policía Nacional (núm. 590-16), es fundamental para la protección de la vida, de la integridad y de
la seguridad física de las personas. Más concretamente, tiene como misión 1) salvaguardar la
seguridad ciudadana, 2) prevenir y controlar los delitos, 3) perseguir e investigar las infracciones
penales bajo la dirección del ministerio público, 4) mantener el orden público para proteger el libre
ejercicio de los derechos de las personas y la convivencia pacífica, 5) velar por el respeto de la
propiedad pública y privada y 6) prestar auxilio al Poder Judicial, al Ministerio Público y a otras
autoridades.

Al igual que sucede en las Fuerzas Armadas, el ingreso, nombramiento, ascenso y retiro de sus
miembros se realiza conforme al régimen de carrera policial establecido en la ley y el reintegro de

7
TC/0350/19 de 16 de septiembre de 2019, 11.w.
28

sus miembros está prohibido, excepto en los casos en que la separación o retiro haya tenido lugar
en violación a la ley.

Igualmente, los tribunales policiales solo pueden conocer de las infracciones relativas a las
funciones policiales. Las faltas penales que constituyan una infracción al régimen penal policial
deben ser instruidas y conocidas por los tribunales penales ordinarios del Poder Judicial.

Además de la Policía y las Fuerzas Armadas, existe el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional.
Es un órgano consultivo que asesora al presidente de la República en la formulación de las políticas
y estrategias en esta materia y en cualquier asunto que el Poder Ejecutivo necesite.

3.7. El Consejo Nacional de la Magistratura

El Consejo Nacional de la Magistratura está integrado por ocho miembros: 1) el presidente de la


República, que lo preside, y, en su ausencia, el vicepresidente de la República, 2) el presidente del
Senado, 3) un senador escogido por el Senado que pertenezca al partido o bloque de partidos
diferente al del presidente del Senado y que ostente la representación de la segunda mayoría, 4) el
presidente de la Cámara de Diputados, 5) un diputado escogido por la Cámara de Diputados que
pertenezca al partido o bloque de partidos diferente al del presidente de la Cámara de Diputados y
que ostente la representación de la segunda mayoría, 6) el presidente de la Suprema Corte de
Justicia, 7) un magistrado de la Suprema Corte de Justicia escogido por ella misma, quien funge
de secretario y 8) el Procurador General de la República.

El Consejo Nacional de la Magistratura es el responsable de designar a los jueces de la Suprema


Corte de Justicia, del Tribunal Constitucional, del Tribunal Superior Electoral y sus suplentes.

También le corresponde evaluar el desempeño de los jueces de la Suprema Corte de Justicia una
vez que han transcurrido siete años desde su elección. La decisión de separar de su cargo a un juez
de la Suprema Corte de Justicia debe estar sustentada. En los artículos 178 a 183 de nuestra
Constitución se encuentran establecidos los principales aspectos relativos a este importante órgano.

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