Benedicto Xvi - 5
Benedicto Xvi - 5
Benedicto Xvi - 5
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 27 de abril de 2005
Saludos
Saludo ahora a los peregrinos españoles y a la Estudiantina del Instituto católico "La Paz"
de Querétaro (México), así como a los demás fieles venidos de España y América Latina, y
a cuantos están unidos a través de la radio o la televisión. Queridos amigos: gracias por
vuestro afecto; os bendigo a todos, a vuestras familias y seres queridos.
(En italiano)
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana; saludo a los fieles de la
archidiócesis de Espoleto-Nursia, acompañados por su pastor, mons. Riccardo Fontana; a
los seminaristas de Bérgamo y a los estudiantes del liceo "Cairoli" de Vigevano. A todos
invito a continuar en el compromiso de adhesión a Cristo, testimoniando el Evangelio en
todos los ámbitos de la sociedad.
Mi pensamiento se dirige, por último, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién
casados. Que el Señor resucitado llene de su amor el corazón de cada uno de vosotros,
queridos jóvenes, para que estéis dispuestos a seguirle con entusiasmo; a vosotros,
queridos enfermos, os sostenga para que aceptéis con serenidad el peso del sufrimiento; y a
vosotros, queridos esposos, os guíe para que hagáis que vuestra familia crezca en santidad.
Concluyamos nuestro encuentro cantando la oración del padrenuestro.
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 4 de mayo de 2005
El guardián de Israel
Amadísimos hermanos y hermanas:
1. Como ya anuncié el miércoles pasado, he decidido reanudar en las catequesis el
comentario a los salmos y cánticos que componen las Vísperas, utilizando los textos
preparados por mi querido predecesor el Papa Juan Pablo II.
Iniciamos hoy con el salmo 120. Este salmo forma parte de la colección de "cánticos de las
ascensiones", o sea, de la peregrinación hacia el encuentro con el Señor en el templo de
Sión. Es un salmo de confianza, pues en él resuena seis veces el verbo hebreo shamar,
"guardar, proteger". Dios, cuyo nombre se invoca repetidamente, se presenta como el
"guardián" que nunca duerme, atento y solícito, el "centinela" que vela por su pueblo para
defenderlo de todo riesgo y peligro.
El canto comienza con una mirada del orante dirigida hacia las alturas, "a los montes", es
decir, a las colinas sobre las que se alza Jerusalén: desde allá arriba le vendrá la ayuda,
porque allá arriba mora el Señor en su templo (cf. vv. 1-2). Con todo, los "montes" pueden
evocar también los lugares donde surgen santuarios dedicados a los ídolos, que suelen
llamarse "los altos", a menudo condenados por el Antiguo Testamento (cf. 1 R 3, 2; 2 R 18,
4). En este caso se produciría un contraste: mientras el peregrino avanza hacia Sión, sus
ojos se vuelven hacia los templos paganos, que constituyen una gran tentación para él. Pero
su fe es inquebrantable y su certeza es una sola: "El auxilio me viene del Señor, que hizo el
cielo y la tierra" (Sal 120, 2). También en la peregrinación de nuestra vida suceden cosas
parecidas. Vemos alturas que se abren y se presentan como una promesa de vida: la
riqueza, el poder, el prestigio, la vida cómoda. Alturas que son tentaciones, porque se
presentan como la promesa de la vida. Pero, gracias a nuestra fe, vemos que no es verdad y
que esas alturas no son la vida. La verdadera vida, la verdadera ayuda viene del Señor. Y
nuestra mirada, por consiguiente, se vuelve hacia la verdadera altura, hacia el verdadero
monte: Cristo.
2. Esta confianza está ilustrada en el Salmo mediante la imagen del guardián y del
centinela, que vigilan y protegen. Se alude también al pie que no resbala (cf. v. 3) en el
camino de la vida y tal vez al pastor que en la pausa nocturna vela por su rebaño sin dormir
ni reposar (cf. v. 4). El pastor divino no descansa en su obra de defensa de su pueblo, de
todos nosotros.
Luego, en el Salmo, se introduce otro símbolo, el de la "sombra", que supone la
reanudación del viaje durante el día soleado (cf. v. 5). El pensamiento se remonta a la
histórica marcha por el desierto del Sinaí, donde el Señor camina al frente de Israel "de día
en columna de nube para guiarlos por el camino" (Ex 13, 21). En el Salterio a menudo se
ora así: "A la sombra de tus alas escóndeme..." (Sal 16, 8; cf. Sal 90, 1). Aquí también hay
un aspecto muy real de nuestra vida. A menudo nuestra vida se desarrolla bajo un sol
despiadado. El Señor es la sombra que nos protege, nos ayuda.
3. Después de la vela y la sombra, viene el tercer símbolo: el del Señor que "está a la
derecha" de sus fieles (cf. Sal 120, 5). Se trata de la posición del defensor, tanto en el
ámbito militar como en el procesal: es la certeza de que el Señor no abandona en el tiempo
de la prueba, del asalto del mal y de la persecución. En este punto, el salmista vuelve a la
idea del viaje durante un día caluroso, en el que Dios nos protege del sol incandescente.
Pero al día sucede la noche. En la antigüedad se creía que incluso los rayos de la luna eran
nocivos, causa de fiebre, de ceguera o incluso de locura; por eso, el Señor nos protege
también durante la noche (cf. v. 6), en las noches de nuestra vida.
El Salmo concluye con una declaración sintética de confianza. Dios nos guardará con amor
en cada instante, protegiendo nuestra vida de todo mal (cf. v. 7). Todas nuestras
actividades, resumidas en dos términos extremos: "entradas" y "salidas", están siempre
bajo la vigilante mirada del Señor. Asimismo, lo están todos nuestros actos y todo nuestro
tiempo, "ahora y por siempre" (v. 8).
4. Ahora, al final, queremos comentar esta última declaración de confianza con un
testimonio espiritual de la antigua tradición cristiana. En efecto, en el Epistolario de
Barsanufio de Gaza (murió hacia mediados del siglo VI), un asceta de gran fama, al que
consultaban monjes, eclesiásticos y laicos por su clarividente discernimiento, encontramos
que cita con frecuencia el versículo del Salmo: "El Señor te guarda de todo mal; él guarda
tu alma". Con este Salmo, con este versículo, Barsanufio quería confortar a los que le
manifestaban sus aflicciones, las pruebas de la vida, los peligros y las desgracias.
En cierta ocasión, Barsanufio, cuando un monje le pidió que orara por él y por sus
compañeros, respondió así, incluyendo en sus deseos la cita de ese versículo: "Hijos míos
queridos, os abrazo en el Señor, y le suplico que os guarde de todo mal y os dé paciencia
como a Job, gracia como a José, mansedumbre como a Moisés y el valor en el combate
como a Josué, hijo de Nun, dominio de los pensamientos como a los jueces, victoria sobre
los enemigos como a los reyes David y Salomón, la fertilidad de la tierra como a los
israelitas... Os conceda el perdón de vuestros pecados con la curación de vuestro cuerpo
como al paralítico. Os salve de las olas como a Pedro y os libere de la tribulación como a
Pablo y a los demás apóstoles. Os guarde de todo mal como a sus hijos verdaderos, y os
conceda todos los anhelos de vuestro corazón, para bien de vuestra alma y de vuestro
cuerpo, en su nombre. Amén" (Barnasufio y Juan de Gaza, Epistolario, 194: Collana di
Testi Patristici, XCIII, Roma 1991, pp. 235-236).
Saludos
Saludo cordialmente a los peregrinos de España y América Latina, especialmente a los del
seminario menor de Santiago de Compostela, a los del colegio San Juan Bosco de Alcalá, a
los de la parroquia de la Divina Misericordia de Panamá y a los llegados de México. El
Señor os proteja de todo mal y os conceda todo lo que pide vuestro corazón, para bien del
alma y del cuerpo.
(En lengua checa)
Saludo cordialmente a los peregrinos checos procedentes de Bohemia meridional. Sobre
todos invoco la protección de la Virgen María.
Tras saludar en otros idiomas, dijo:
Al final volvemos al italiano, porque soy Obispo de Roma.
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. Saludo en particular a los
Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram y a las Pequeñas Hermanas
Misioneras de la Caridad de San Luis Orione, que están celebrando sus respectivos
capítulos generales. Queridos hermanos y hermanas, sed siempre fieles al espíritu de
vuestros fundadores, para ser testigos valientes del Evangelio en nuestro tiempo.
Saludo asimismo a los seminaristas del seminario regional pullés "Pío XI": queridos
amigos, a la vez que os aseguro mi cercanía espiritual, ruego al Espíritu del Resucitado a
fin de que os ayude a discernir la llamada de Dios.
Deseo también dirigirme, como es habitual, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién
casados.
En este mes de mayo dedicado de modo especial a la Madre del Señor, os invito,
queridos jóvenes, a entrar en la escuela de María para aprender a amar y seguir a Cristo por
encima de todo. Que la Virgen os ayude, queridos enfermos, a ver con fe el misterio del
dolor y a captar el valor salvífico de toda cruz. Os encomiendo, queridos recién casados, a
la protección materna de la Virgen santísima, para que viváis en vuestra familia el clima de
oración y de amor de la casa de Nazaret.
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 11 de mayo de 2005
Saludos
Saludo al grupo del "Hogar de los niños que quieren sonreír", de Puerto Rico, a las
quinceañeras de México, así como a los demás grupos de peregrinos de España y
Latinoamérica. Invito a todos a vivir como enviados por Cristo al mundo con la fuerza del
Espíritu Santo.
(En portugués)
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua portuguesa, especialmente a algunos visitantes
de Brasil. A todos invito a que se preparen a la festividad de Pentecostés, invocando la luz
del Espíritu Santo a fin de caminar con optimismo y fe en las luchas de la vida, hasta el
encuentro con el Señor en su reino. Con mi bendición apostólica.
(A los peregrinos polacos)
Saludo a todos los polacos aquí presentes. En estos días invoco con vosotros a san
Estanislao y encomiendo a su protección a la Iglesia en Polonia. Os bendigo de corazón.
¡Alabado sea Jesucristo!
(En esloveno)
Me alegra saludar a los peregrinos de Eslovenia. Que la peregrinación a las tumbas de los
Apóstoles san Pedro y san Pablo fortifique vuestra fe.
(En italiano)
Dirijo una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. En particular saludo a los
padres Josefinos de Murialdo y a los participantes en el encuentro organizado por el
Movimiento de los Focolares. Saludo asimismo a los fieles de Ischia, acompañados por su
pastor, mons. Filippo Strofaldi, a los seminaristas del Estudio teológico interdiocesano de
las diócesis de Cúneo, Fossano, Mondovì y Saluzzo, así como a los representantes de la
Guardia de Finanza, procedentes de L'Aquila, y a la delegación del Cuerpo nacional del
Socorro Alpino del Trentino. A todos animo a trabajar, en los respectivos ámbitos de
compromiso eclesial y civil, para la construcción de una civilización inspirada en los
valores cristianos.
Me dirijo, finalmente, a vosotros, jóvenes; a vosotros, enfermos; y a vosotros, recién
casados. Pasado mañana se celebra la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen
María de Fátima. Queridos hermanos, os exhorto a dirigiros incesantemente y con
confianza a la Virgen, encomendándole todas vuestras necesidades.
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 18 de mayo de 2005
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 25 de mayo de 2005