Protección de Los Circuitos Eléctricos
Protección de Los Circuitos Eléctricos
Protección de Los Circuitos Eléctricos
En este trabajo se trata de explicar en general los tipos de fallas que pueden presentarse en
una instalación eléctrica y se describe los diferentes elementos protectores que aseguran la
integridad de las personas y de los equipos.
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Características Operativas de una Instalación Eléctrica
Durante su funcionamiento, toda instalación eléctrica puede presentar dos estados operativos:
normal y anormal.
Perturbaciones
Corresponden a las anormalidades de breve duración que no constituyen riesgo para la
operación de una instalación eléctrica. Por ejemplo, son perturbaciones de este tipo las
variaciones momentáneas de voltaje o frecuencia, o las sobrecargas de corriente de
corta duración, que si bien pueden tener un efecto pasajero en la instalación y los
artefactos conectados a ella, luego de pasada la perturbación todo vuelve a la
normalidad.
Fallas
Estas son anormalidades en las cuales se pon en peligro la integridad de la instalación
eléctrica, de los bienes materiales y la vida de las personas. Debido a la gravedad
extrema de la situación anormal, el sistema eléctrico no puede continuar operando. Los
tipos de fallas más comunes son las sobrecargas permanentes, los cortocircuitos, las
fallas de instalación, el corte de conductores, etc.
Tipos de Fallas
Sobrecarga:
Se produce cuando la magnitud del voltaje o corriente supera el valor previsto como normal
para la instalación (llamado valor nominal).
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Cortocircuito:
Es la falla de mayor gravedad para una instalación eléctrica. En los cortocircuitos el nivel de
corriente alcanza valores tan altos, que los conductores eléctricos se funden en los puntos de
falla, produciendo calor, chispas e incluso flamas generando un alto riesgo de incendio del
inmueble.
Los cortocircuitos se originan por la unión fortuita de dos líneas eléctricas que han perdido su
aislación, entre las cuales existe una diferencia de potencial (fase y neutro, 220 volts).
Fallas de aislación:
Las fallas de aislación no siempre dan origen a un cortocircuito. En muchos casos una falla de
aislación en algún equipo eléctrico (el tablero, un electrodoméstico, etc.) provoca que la
carcaza metálica de dicho equipo se energice, con el consiguiente peligro para la vida de las
personas al sufrir un shock eléctrico.
El origen de las fallas de aislación está en el envejecimiento de las aislaciones, los cortes de
algún conductor, uniones mal aisladas, mala ejecución de las reparaciones, uso de artefactos en
mal estado, etc.
Las instalaciones eléctricas están diseñadas para que en situaciones de mal funcionamiento,
ante una perturbación, sea capaz de soportar esta anormalidad pasajera y volver a operar
correctamente, sin arriesgar la integridad de las personas, lo bienes o la propia instalación.
Sin embrago, ya que es posible que ocurran anormalidades más extremas, es decir fallas, es
necesario incorporar medidas que protejan a las personas y a los bienes frente a los
cortocircuitos y sobrecargas, dotando a las instalaciones de un sistema de protecciones
destinadas a minimizar los efectos de las fallas, de tal manera que al presentarse alguna, la
instalación dañada pueda ser aislada para su posterior reparación.
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PROTECCIONES ELÉCTRICAS
Toda instalación eléctrica tiene que estar dotada de una serie de protecciones que la hagan
segura, tanto desde el punto de vista de los conductores y los aparatos a ellos conectados,
como de las personas que han de trabajar con ella.
Existen muchos tipos de protecciones, que pueden hacer a una instalación eléctrica
completamente segura ante cualquier contingencia, pero hay tres que deben usarse en todo
tipo de instalación: de alumbrado, domesticas, de fuerza, redes de distribución, circuitos
auxiliares, etc., ya sea de baja o alta tensión. Estas tres protecciones eléctricas, que
describiremos con detalle a continuación son:
Este efecto, según la Ley de Ohm, al ser la impedancia cero, hace que la intensidad tienda a
infinito, con lo cual peligra la integridad de conductores y máquinas debido al calor generado
por dicha intensidad, debido al efecto Joule. En la práctica, la intensidad producida por un
cortocircuito, siempre queda amortiguada por la resistencia de los propios conductores que,
aunque muy pequeña, nunca es cero.
Según los reglamentos electrotécnicos, "en el origen de todo circuito deberá colocarse un
dispositivo de protección, de acuerdo con la intensidad de cortocircuito que pueda presentarse
en la instalación". No obstante se admite una protección general contra cortocircuitos para
varios circuitos derivados.
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Fusibles o cortacircuitos
Los fusibles o cortacircuitos, según se ve en la figura 1, no son más que una sección de hilo más
fino que los conductores normales, colocado en la entrada del circuito a proteger, para que al
aumentar la corriente, debido a un cortocircuito, sea la parte que más se caliente, y por tanto
la primera en fundirse. Una vez interrumpida la corriente, el resto del circuito ya no sufre
daño alguno.
Antiguamente los fusibles eran finos hilos de cobre o plomo, colocados al aire, lo cual tenía el
inconveniente de que al fundirse saltaban pequeñas partículas incandescentes, dando lugar a
otras averías en el circuito.
Actualmente la parte o elemento fusible suele ser un fino hilo de cobre o aleación de plata, o
bien una lámina del mismo metal para fusibles de gran intensidad, colocados dentro de unos
cartuchos cerámicos llenos de arena de cuarzo, con lo cual se evita la dispersión del material
fundido; por tal motivo también se denominan cartuchos fusibles. Los cartuchos fusibles son
protecciones desechables, cuando uno se funde se sustituye por otro en buen estado.
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TIPOS DE CARTUCHOS FUSIBLES
- FUSIBLES DE
ACOMPAÑAMIENTO aM A, FA, Contanfus
Cada cartucho fusible tiene en realidad unas curvas de fusión, que pueden diferir algo de las
definiciones anteriores, dadas por los fabricantes. En la figura 2, vemos algunos tipos de
cartuchos fusibles, así como unas curvas de fusión orientativas, de los tres tipos existentes.
Los fusibles lentos (gT) son los menos utilizados, empleándose para la protección de redes
aéreas de distribución generalmente, debido a los cortocircuitos momentáneos que los árboles
o el viento pueden hacer entre los conductores.
Los fusibles rápidos (gF) se emplean para la protección de redes de distribución con cables
aislados y para los circuitos de alumbrado generalmente.
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Fig. 2.-Tipos de cartuchos y curvas orientadas de fusión
Los fusibles de acompañamiento (aM), como ya se ha dicho dicho, son un tipo especial de
cortocircuitos, diseñado para la protección de motores eléctricos.
Los cartuchos fusibles de los tipos gF y gT bien elegidos, en cuanto a intensidad de fusión, se
emplean también como protección contra sobrecargas, principalmente en instalaciones de
alumbrado y de distribución, pero nunca debe de emplearse el tipo aM, ya que éstos, como ya
se dijo, están diseñados especialmente para la protección contra cortocircuitos de los motores
eléctricos.
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Fig. 3.-Interruptor magnetotérmico (PIA)
Estos aparatos constan de un disparador o desconectador magnético, formado por una bobina,
que actúa sobre un contacto móvil, cuando la intensidad que la atraviesa su valor nominal (In).
Éste es el elemento que protege la instalación contra cortocircuitos, por ser muy rápido su
funcionamiento, y cada vez que desconecta por este motivo debe de rearmarse (cerrar de
nuevo el contacto superior), bien sea manual o eléctricamente.
También poseen un desconectador térmico, formado por una lámina bimetálica, que se dobla al
ser calentada por un exceso de intensidad, y aunque mas lentamente que el dispositivo
anterior, desconecta el contacto inferior del dibujo. Esta es la protección contra sobrecargas
y su velocidad de desconexión es inversamente proporcional a la sobrecarga. Cuando la
desconexión es por efecto de una sobrecarga, debe de esperarse a que enfríe la bilámina y
cierre su contacto, para que la corriente pase de nuevo a los circuitos protegidos.
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Características de desconexión: Existen varios tipos de estos interruptores automáticos
magnetotérmicos o PIA, definidos por sus características de desconexión tiempo-intensidad,
en cuanto a la desconexión contra cortocircuitos se refiere (desconexión magnética), para una
mejor protección de los distintos tipos de circuitos a proteger. Los tipos que hay actualmente
en el mercado son muchos, atendiendo a diversas y variadas normas (EN, UNE, CEI, etc.), por
lo cual los vamos a clasificar en dos columnas, en una ponemos los mas antiguos, pero aun muy
utilizados, y en la otra los mas actuales, normalizados como EN (norma europea), y siendo In su
intensidad nominal y para que desconecten en un tiempo máximo de 0,1 segundos son los
referidos en la tabla.
Las sobrecargas deben de protegerse, ya que pueden dar lugar a la destrucción total de los
aislamientos, de una red o de un motor conectado a ella. Una sobrecarga no protegida degenera
siempre en un cortocircuito.
Según los reglamentos electrotécnicos "Si el conductor neutro tiene la misma sección que las
fases, la protección contra sobrecargas se hará con un dispositivo que proteja solamente las
fases, por el contrario si la sección del conductor neutro es inferior a la de las fases, el
dispositivo de protección habrá de controlar también la corriente del neutro". Además debe de
colocarse una protección para cada circuito derivado de otro principal.
Para los circuitos domésticos, de alumbrado y para pequeños motores, se suelen emplear los
dos primeros, al igual que para los cortocircuitos, siempre y cuando se utilice el tipo y la
calibración apropiada al circuito a proteger. Por el contrario para los motores trifásicos se
suelen emplear los llamados relés térmicos.
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c) PROTECCIÓN CONTRA ELECTROCUCIÓN
Bajo los efectos de una corriente eléctrica, puede sobrevenir la muerte de una persona, por las
causas siguientes:
Aunque los cuerpos humanos reaccionan de diferente manera unos de otros y dependiendo de
las condiciones del momento, se puede decir que la corriente eléctrica empieza a ser peligrosa,
cuando atraviesan el cuerpo humano más de 25 mA, durante más de 0,2 segundos.
Se ha comprobado que la resistencia del cuerpo humano, con piel sana y seca, depende de la
tensión que se le aplique, pudiendo variar entre 2.500 y 100.000 ohms. Esta resistencia
también disminuye debido a la humedad, la transpiración, las heridas superficiales, al aumentar
la masa muscular de las personas, si el contacto es inesperado, etc. También y por causas aun
desconocidas se sabe que en las altas frecuencias la corriente eléctrica deja de ser peligrosa
para el cuerpo humano (a partir de unos 7.000 Hz aproximadamente), y por tal motivo se
emplea mucho en electromedicina.
Debido a todo lo anteriormente expuesto, cuando se hacen cálculos sobre la seguridad contra
electrocución, y con el fin de trabajar con un buen margen de seguridad, se considera que la
resistencia del cuerpo humano es de 1.000 ohms.
Por eso los voltajes de seguridad (Vs), establecidos por el reglamento chileno son:
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CORRIENTE QUE ATRAVIESA
EFECTOS
EL CUERPO HUMANO (mA)
Hasta 1 Imperceptible para el hombre
2a3 Sensación de hormigueo
El sujeto consigue, generalmente,
3 a 10 desprenderse del contacto (liberación). De
todas formas, la corriente no es mortal.
La corriente no es mortal si se aplica durante
intervalos decrecientes a medida que
aumenta su intensidad. De lo contrario los
10 a 50
músculos de la respiración se ven afectados
por calambres que pueden provocar la muerte
por asfixia.
Corriente decididamente peligrosa en función
creciente con la duración del contacto que da
lugar a la fibrilación cardiaca (funcionamiento
50 a 500
irregular con contracciones muy frecuentes e
ineficaces). Posible defunción del
infortunado.
Decrece la posibilidad de fibrilación, pero
aumenta el riesgo de muerte por parálisis de
más de 500
los centros nerviosos a causa de fenómenos
secundarios.
La reglamentación actual clasifica las protecciones contra contactos indirectos, que pueden
dar lugar a electrocución en dos clases:
Clase A: Esta clase consiste en tomar medidas que eviten el riesgo en todo momento, de tocar
partes en tensión, o susceptibles de estarlo, y las medidas a tomar son:
Separación de circuitos
Empleo de pequeñas tensiones de seguridad (50, 24 o 15 V)
Separación entre partes con tensión y masas metálicas, por medio de aislamientos
Inaccesibilidad simultanea entre conductores y masas
Recubrimiento de las masas con elementos aislantes
Conexiones equipotenciales
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Clase B: Este sistema que es el más empleado, tanto en instalaciones domésticas como
industriales, consiste en la puesta a tierra de las masas, asociada a un dispositivo de corte
automático (relé o controlador de aislamiento), que desconecte la instalación defectuosa.
A continuación pasamos a describir las dos protecciones más empleadas, tanto doméstica como
industrialmente, que son: El interruptor diferencial y la puesta a tierra de las masas,
puesto que casi siempre se emplean redes de distribución con el neutro accesible y puesto a
tierra, bien sea directamente o a través de una pequeña impedancia.
Las normas proporcionan los límites de diseño que se deben satisfacer y explican cómo los
sistemas de puesta a tierra se pueden diseñar para ajustarse a ellos. Incluyen formulaciones
para realizar los cálculos necesarios o una guía detallada sobre aspectos prácticos.
Los sistemas de puesta a tierra deben ser diseñados para asegurarse que, durante una falla a
tierra, los potenciales tanto en el terreno como en los conductores conectados al electrodo de
tierra o en los conductores expuestos en la cercanía, estén dentro de los límites apropiados.
En nuestro país, dentro de las normas técnicas eléctricas vigentes, aquellas que se refieren
específicamente al tema son:
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La Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) fiscaliza el cumplimiento de las
disposiciones contenidas en la reglamentación citada.
ANSI / IEEE Std. 81: 1983, Guide for measuring Earth Resistivity, Ground Impedance
and Earth Surface Potentials of a Ground System.
Mallas a Tierra
Se denomina puesta a tierra a la unión eléctrica, entre todas las masas metálicas de una
instalación y un electrodo, que suele ser generalmente una placa o una pica de cobre o hierro
galvanizado (o un conjunto de ellos), enterrados en el suelo, con el fin de conseguir una
perfecta unión eléctrica entre masas y tierra, con la menor resistencia eléctrica posible, como
se ve en la figura 4. Con esto se consigue que en el conjunto de la instalación no puedan existir
tensiones peligrosas entre masas y tierra.
Con la puesta a tierra se trata que las corrientes de defecto a tierra (Id), tengan un camino
más fácil, que el que tendría el cuerpo de una persona que tocara la carcasa metálica bajo
tensión. Por tanto como la red de tierras ha de tener una resistencia mucho menor que la del
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cuerpo humano, la corriente de defecto circulará por la red de tierra, en vez de hacerlo por el
cuerpo de la persona, tal como se aprecia en la figura siguiente.
En las instalaciones industriales deben de realizarse tomas de tierras independientes para: las
masas metálicas de los aparatos eléctricos, para la conexión de los neutros de los
transformadores de potencia y para la conexión de los descargadores o pararrayos.
“Toda pieza conductora que pertenezca a la instalación eléctrica, o forme parte de un campo
eléctrico y que no sea parte integrante del circuito, debe conectarse a una puesta de tierra de
protección para evitar tensiones de contacto peligrosa”:
El tipo de toma de tierra (con placas, picas, cables, etc.) dependerá generalmente, de la
resistencia del terreno y de las dificultades de instalación de uno u otro tipo, para conseguir
una baja resistencia de contacto a tierra. El tipo más empleado tanto doméstica como
industrialmente es el que se hace con picas hincadas verticalmente en el terreno, de 1,5 ó 2
metros de longitud generalmente.
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Existen muchas tablas y fórmulas para calcular las tomas de tierra, según sea el tipo de
terreno o el tipo de electrodo empleado, pero son métodos laboriosos y poco exactos, por lo
cual lo que se suele hacer en la práctica es medir la resistencia de la toma de tierra una vez
realizada, y si aun es grande se coloca una pica o varias más y se mide de nuevo. Estas es mejor
colocarlas separadas unas de otras, al menos 2 metros, para conseguir menor resistencia de
contacto.
La medida que se debe de efectuar es la resistencia eléctrica existente entre los electrodos
de toma de tierra y el terreno propiamente dicho. Esta medida se efectúa con unos aparatos
especiales denominados Telurómetros o Medidores de toma de tierra.
Estos aparatos constan de un ohmímetro, preparado para medir bajas resistencias, así como
unos circuitos de tensión e intensidad, que se conectan por separado en el circuito a medir, por
medio de tres conexiones (la toma de tierra a medir y dos electrodos auxiliares), tal como se
ve en la figura 16.6. Las picas o electrodos auxiliares se conectan a una distancia determinada,
según el tipo de aparato empleado, para evitar los errores que puedan producir las corrientes
erráticas, y el indicador nos dará la medida directa o bien deberemos de ajustarla con un
potenciómetro graduado.
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Si se denomina Is a la sensibilidad del dispositivo de corte (relé diferencial generalmente),
expresada en amperios de corriente de defecto a tierra o de fuga, según el tipo de local, la
resistencia máxima de la puesta a tierra Rt ha de ser:
O sea cuanto más sensible sea el dispositivo de corte, tanto mayor puede ser la resistencia de
la toma de tierra.
La protección diferencial está basada en la 1ª Ley de Kirchoff, que como ya sabemos dice: "En
todo nudo de conductores, la suma de las intensidades que a él llegan, es igual a la suma de las
intensidades que de él salen". Esto hace que cuando se produce la derivación a tierra de una
fase, exista un desequilibrio entre la suma geométrica de las intensidades de la red; este
desequilibrio, que es precisamente la corriente de defecto Id, es lo que detecta el interruptor
diferencial, provocando a continuación la desconexión de la red defectuosa.
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Los interruptores diferenciales, según vemos en la figura 7, constan de un transformador, cuyo
primario esta formado por todas las fases de la red, incluido el neutro, que atraviesan un
núcleo toroidal (T), y el arrollamiento secundario está formado por una pequeña bobina (S).
El arrollamiento secundario (S) se conecta luego a un relé que actúa sobre el mecanismo de
desconexión del interruptor (B). Todo ello se halla contenido en una caja aislante, con bornes
de entrada y salida de red, y pueden ser: Monopolares, Bipolares, Tripolares y Tetrapolares,
estos últimos para redes trifásicas con neutro distribuido.
Así a la vista del dibujo, en el cual la primera figura representa la red en buen estado y la
segunda con la fase S a tierra, se tiene:
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Ensayo de funcionamiento
Los interruptores diferenciales se fabrican para muchos valores de sensibilidad (Is), según sea
la longitud de las líneas a proteger y el tipo y condiciones de la instalación, incluso se fabrican
con sensibilidad ajustable, para que el utilizador la adapte a su instalación.
Los primeros, que son los mas utilizados, y se deben de emplear en las instalaciones con puesta
a tierra; mientras que los segundos, se podrían emplear incluso en instalaciones sin puesta a
tierra, debido a la pequeña corriente de fuga que necesitan para su desconexión.
Los interruptores diferenciales de gran potencia, de 150 a más de 1.000 A, que se emplean
para la protección de las instalaciones industriales de gran potencia y baja tensión, suelen
tener sensibilidad ajustable en escalones, siendo los valores más normales: 0,03; 0,1; 0,3; 0,5,
0,8; 1 y 2 A.
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COCLUSIONES
Con este trabajo se describió las características de una instalación eléctrica, los elementos de
protección que se utilizan en este tipo de instalaciones. Ahora se espera que se entienda que
las protecciones eléctricas sirven para proteger los aparatos eléctricos y electrónicos, pero el
objetivo principal de estas protecciones es salvaguardar la vida de los seres vivos que se
encuentren en un edificio, oficina, casa, etc. ya que la corriente eléctrica puede tener efectos
parciales o totales, e incluso la muerte.
Se señaló que durante su funcionamiento, toda instalación eléctrica puede presentar dos
estados operativos: normal y anormal.
Las anormalidades se presentan cuando uno o más parámetros se encuentran sobre o bajo los
valores preestablecidos, y según su gravedad se clasifican en perturbaciones y fallas. Las
fallas a su vez se subclasifican en sobrecargas, cortocircuitos y fallas de aislación.
Un sistema de puesta a tierra consta de varios elementos como son: electrodos, conductor,
tabillas de conexión, conectores, registros, compuestos químicos, etc.
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BIBLIOGRAFÍA
www.alejandria.cl/teleduc/instalaciones_electricas.htm
www.ing.unlp.edu.ar/sispot/pr-index.htm
www.monografias.com
www.procobreperu.org
http://members.tripod.com/JaimeVp/Electricidad/electric1.HTM
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