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    Vida sin Dios

    Juan 15:5: "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que


    permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
    separados de mí nada podéis hacer."

    La vida sin Dios es como un barco sin timón, a la deriva en un mar de


    incertidumbres. Sin la guía divina, nuestra existencia se vuelve caótica y vacía.
    Veamos cómo esto se manifiesta en diversos aspectos de nuestra vida.

    1. Perdemos nuestra norma


    La Biblia nos ofrece un estándar de vida, una guía moral que nos orienta en
    nuestras decisiones diarias. Sin Dios, perdemos esta brújula moral.

    Ilustración: Imaginemos un juez que debe dictar sentencias sin una ley que lo
    guíe. Cada veredicto sería arbitrario y errático, lo que resultaría en una sociedad
    caótica e injusta. De igual manera, sin la norma de Dios, nuestras decisiones
    pueden volverse subjetivas y perjudiciales.

    Cita bíblica: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmos


    119:105). Sin la luz de la Palabra de Dios, caminamos en la oscuridad moral.

    2. Perdemos nuestro propósito


    Dios nos ha creado con un propósito divino, un llamado a cumplir Su voluntad y
    glorificar Su nombre. Sin Dios, nuestra vida pierde sentido y dirección.

    Ilustración: Consideremos un reloj sofisticado que ha perdido su mecanismo


    interno. Aunque externamente parece funcional, ya no cumple su propósito original
    de medir el tiempo. Similarmente, sin Dios, perdemos el propósito para el cual
    fuimos creados.

    Cita bíblica: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
    obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas"
    (Efesios 2:10). Sin reconocer a Dios, ignoramos estas buenas obras para las
    cuales fuimos diseñados.

    3. Perdemos nuestra salvación


    La mayor pérdida de una vida sin Dios es la pérdida de la salvación eterna. Sin
    reconocer a Jesucristo como nuestro Salvador, quedamos separados de Dios para
    siempre.
    Ilustración: Es como un paciente que rechaza el único tratamiento disponible
    para una enfermedad mortal. Por más tratamientos alternativos que busque, su
    única esperanza de vida es el que ha rechazado. Así es con la salvación: Jesús es
    el único camino.

    Cita bíblica: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
    Padre, sino por mí" (Juan 14:6). Sin aceptar a Cristo, nos cerramos la puerta a la
    vida eterna.

    Conclusión
    Vivir sin Dios es una vida sin dirección, sin propósito, sin verdadera adoración y, lo
    más grave, sin salvación.

    1. **"Yo soy el pan de vida" (Juan 6:35)**


    - "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y
    el que en mí cree, no tendrá sed jamás."

    2. **"Yo soy la luz del mundo" (Juan 8:12)**


    - "Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no
    andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."

    3. **"Yo soy la puerta" (Juan 10:9)**


    - "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará
    pastos."

    4. **"Yo soy el buen pastor" (Juan 10:11)**


    - "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas."

    5. **"Yo soy la resurrección y la vida" (Juan 11:25)**


    - "Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
    muerto, vivirá."

    6. **"Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6)**


    - "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
    por mí."

    7. **"Yo soy la vid verdadera" (Juan 15:1)**


    - "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador."

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