Educacion Cristiana 3
Educacion Cristiana 3
Educacion Cristiana 3
Principio # 1
La filosofía cristiana se basa en la autoridad, autenticidad y confiabilidad de la Biblia como
revelación completa y final de Dios en todo lo relacionado a las cuestiones de la fe, la verdad y la
práctica.
En orden de importancia este principio debe prevalecer sobre los demás. Si este principio se derrumba, el
resto inevitablemente caerá. Considere cuidadosamente la posición cristiana tal como se presenta en la
Biblia: Juan 17:17; 16:13; 2Timoteo 3:16,17; 2Pedro 1:20,21; Judas 3; Apocalipsis 22:18,19; Mateo 5:17,18.
Estas escrituras y muchas más declaran que la Biblia es confiable en todo sentido y conlleva la
autoridad de Dios. Muchas veces leemos en el AT: “Jehová el Señor ha dicho…” La expresión “la palabra
de Jehová vino a mí”, aparece numerosas veces. Por cuanto la Biblia afirma que ella es la verdadera
palabra de Dios, el cristiano tiene que formular su filosofía de la educación sobre las palabras y
enseñanzas reales de la Biblia.
Principio # 2
La filosofía cristiana está basada en la centralidad y autoridad de Jesucristo en todo lo que uno cree,
dice o hace.
Jesús enseñó claramente que “la verdad” moraba en Él; en Juan 14:6 leemos: “Jesús le dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Leer Col 2:3, 9, 10.
En la Biblia se considera a Jesucristo con toda claridad como la fuente de sabiduría y conocimiento.
La Biblia habla de los peligros de un sistema de educación que omite a Jesucristo (Col 2:8). Sin Jesucristo
como el centro de todo lo que se hace, se dice y cree, la filosofía de la educación cristiana se derrumba (Ef
1:22).
Principio # 3
La filosofía cristiana de la educación está basada en metas y objetivos claramente definidos en la
Biblia.
¿Por qué tener una escuela cristiana? ¿Cuáles son los verdaderos motivos detrás del sistema de un centro
escolar privado que sea llamado cristiano? ¿En realidad qué tratamos de lograr? ¿Sobre qué autoridad
basamos nuestro sistema educativo? Estos objetivos sirven como guía general para hacer aplicaciones
específicas.
3. La madurez de los creyentes en la doctrina y la práctica.- Efesios 6:4, Colosenses 1:28-29, Efesios
4:11-16; 1 Pedro 2:2. La madurez en Cristo es la meta. La filosofía cristiana de la educación no se satisface
con enseñarle al estudiante cómo ganarse la vida. Tiene que esforzarse por enseñarle al alumno cómo vivir.
Principio # 4
La filosofía cristiana de la educación se basa en la convicción que, tanto el conocimiento de la Biblia
como el conocimiento de Jesucristo, es esencial en el desarrollo y crecimiento físico mental, social y
espiritual del individuo.
En muchos sistemas educativos cristianos existe una dicotomía entre lo secular y lo sagrado. Cuando tal
dicotomía ocurre, puede afirmarse que se ha sembrado la semilla de la decadencia. El punto de vista
cristiano tiene que considerar toda verdad, como la verdad de Dios. Para el cristiano no hay diferencia entre
lo secular y lo sagrado, todas las cosas son sagradas (2 Pedro 3:18; Lucas 2:52).
Principio # 5
La filosofía cristiana de la educación se basa en un compromiso personal con Jesucristo por parte
de todos los involucrados en el proceso educativo.
Si los que están involucrados en el proceso educativo no tienen un compromiso profundo con Jesucristo,
entonces la filosofía de la educación es débil e insuficiente para conseguir sus objetivos.
2. Nada puede controlar los deseos naturales de un maestro que no haya asumido un compromiso con
Jesucristo
Es el “amor de Cristo” lo que nos motiva (2Co 5:14), y el amor de Dios es el “fruto del Espíritu” (Gá 5:22)
que ha sido “derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (Ro 5:5). Con gran urgencia
necesitamos creyentes llenos del Espíritu Santo que sirvan de maestros y obreros en el proceso educativo
cristiano.
3. Sin Cristo el instructor es impotente y débil en su habilidad para enseñar, debido a la ausencia del
Espíritu Santo en su vida.- Jn 14:26; 16:13.
4. Un compromiso con Cristo es fundamental para estar comprometido en el logro de las metas
establecidas
Principio # 6
La filosofía cristiana de la educación se basa en el ministerio del Espíritu Santo.
Este punto involucra cuatro aspectos básicos que debemos entender para que pueda ser aplicada la
filosofía cristiana de la educación.
El liderazgo pastoral debe ser fomentado en la filosofía cristiana de la educación. Todos los ‘pastores’ deben
tener la habilidad de enseñar la Palabra de Dios, pero puede ser que no todos tengan el don de la
enseñanza. Esta es una distinción muy importante. Además del “don especial” de “pastor/maestro”, hay
también dones individuales de enseñanza (Ro 12:7).
La filosofía cristiana de la educación tiene que reconocer el ministerio del Espíritu Santo en la distribución de
los dones espirituales; y para el ministerio en las aulas debería buscar los que tienen el don de “enseñanza”.
El proceso de enseñanza se facilitará bastante cuando el individuo ha sido equipado por el Espíritu
Santo con el don de la enseñanza. El término para “enseñanza” se refiere al contenido de la enseñanza,
que es la Palabra de Dios. El simple hecho que una persona pueda enseñar matemática, ciencia,
historia, etc. no significa necesariamente que tenga el don de enseñar la Palabra de Dios.
4. La incapacidad de las personas apartadas del Espíritu Santo para entender las “cosas profundas” de
Dios.- 1 Corintios 2:9-15.
Para una persona apartada del ministerio del Espíritu Santo es imposible entender los pensamientos de
Dios. La filosofía cristiana de la educación depende absolutamente del ministerio del Espíritu Santo.
Principio # 7
La filosofía cristiana de la educación está basada en una relación apropiada entre la familia, la iglesia
y el proceso educativo.
La familia es la unida básica de la educación cristiana. Por cierto, la Biblia es bastante clara en este asunto
(Pr 22:6) y continuamente remarca la responsabilidad de los padres (especialmente del padre) de enseñar y
entrenar a sus hijos. Cuando nuestra filosofía educativa nos conduce a tomar este papel y su
responsabilidad despojando de ella a los padres de familia, estamos violando esta enseñanza tan clara en la
Palabra de Dios.
La iglesia es simplemente una extensión del proceso educativo del hogar y provee la base que sostiene y
fomenta esta responsabilidad básica en la familia. La Palabra de Dios enfatiza la enseñanza y
adiestramiento de los creyentes hasta llegar al punto en que ellos mismos puedan ministrar efectivamente.
El proceso educativo debe ser controlado por la familia y la iglesia. La educación cristiana se construye
fundamentalmente sobre la premisa que el incrédulo realmente es incapaz de enseñar la verdad de la
Palabra de Dios en cuanto se aplica a cada asunto y principio de la vida. El punto de vista cristiano, por lo
tanto, insiste en el derecho y la responsabilidad de la familia apoyada por la iglesia; la cual se compone de
la reunión de familias como la “familia de Dios”.
Principio # 8
La filosofía cristiana de la educación se basa en el establecimiento de prioridades justas en la vida
del individuo.
El punto de vista cristiano cree que el proceso educativo tiene que motivar y retar continuamente al alumno
hacia estas prioridades. ¿Cuáles son?
1. Un compromiso con Cristo.
2. Un compromiso con la familia
3. Un compromiso con otros creyentes
4. Un compromiso con los inconversos
5. Un compromiso con el trabajo
Principio # 9
La filosofía cristiana de la educación se basa en la soberanía de Dios a través de toda la historia y en
todos los asuntos humanos.
En contraste con el punto de vista no cristiano, los cristianos creen que Dios supervisa las cuestiones de los
hombres y que la historia es realmente “su historia”. Dos porciones de la Escritura lo enseñan claramente:
Daniel 2:20-23 y Hechos 17:22-29. La duración del tiempo en que las naciones permanecen en el poder y la
cantidad de territorio que conquisten está predeterminada de acuerdo con Hechos 17:26. La autoridad
divina eleva reyes y también los destrona. Dios está en control.
Principio # 10
La filosofía cristiana de la educación está basada en la creación del hombre a imagen de Dios y
apartada de cualquiera de los así llamados procesos evolutivos.
Principio # 11
La filosofía cristiana de la educación se basa en los principios morales de la Biblia.
Las distinciones entre el bien y el mal se establecen en las Sagradas Escrituras (1 Juan 3:4).
El hombre posee una naturaleza pecaminosa que constituye la raíz de todas las acciones y
pensamientos pecaminosos (Santiago 1:13-15).
El ambiente no es el culpable por el pecado del hombre (Marcos 7:14-23).
El hombre no es moralmente bueno (justo) (Jeremías 17:9).
Los preceptos éticos que gobiernan las acciones humanas no cubiertas específicamente por la
enseñanza bíblica, descansan sobre la ley del amor y el principio de la libertad cristiana (Romanos
14; 1 Corintios 8-10).
Principio # 12
La filosofía cristiana de la educación se basa en suplir las necesidades humanas del desarrollo
cronológico, físico y mental, así como el crecimiento espiritual de los creyentes.
A la educación cristiana le interesa comunicarse con cada niño de acuerdo a su edad y desde su propio
nivel, también entiende los niveles de la madurez espiritual. Además, busca proveer el tipo de educación
cristiana que sea necesaria según el nivel de crecimiento que el individuo está experimentando.
Principio # 13
La filosofía cristiana de la educación se basa en maestros cristianos que entienden estos principios
básicos, que están personalmente comprometidos con ellos y demuestran su habilidad para
comunicarlos efectivamente.
Leer 2 Timoteo 2:2. ¿De qué manera lo podemos expresar mejor? La excelencia del proceso educativo está
atada inexorablemente a la excelencia del maestro. Por el contrario, la educación verdaderamente cristiana
resultará destruida si la enseñanza se caracteriza por lo siguiente:
1. Un maestro(a) que no sea cristiano(a).
2. Un docente que no entiende la filosofía cristiana de la educación.
3. Un docente que no está personalmente comprometido con estos principios.
4. Un maestro(a) que no manifiesta competencia espiritual en la “enseñanza”.
5. Un maestro (a) que cumple con su tarea sólo porque le pagan.
6. Un maestro(a) que no está bajo el control del Espíritu Santo.
7. Un docente que simplemente imparte información.
El maestro es vital en todo proceso. Desde una perspectiva bíblica y teológica, el maestro es “el corazón y
el alma” de la filosofía cristiana de la educación.