Boad 2191-15 Es
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139/22
Doc. 142
27 junio 2022 PETICIÓN 2191-15
Original: español INFORME DE ADMISIBILIDAD
www.cidh.org
I. DATOS DE LA PETICIÓN
III. COMPETENCIA
Duplicación de procedimientos y
No
cosa juzgada internacional:
Artículos 5 (integridad personal), 7 (libertad personal), 8
(garantías judiciales), 11 (protección de la honra y de la
Derechos declarados admisibles: dignidad), 24 (igualdad ante la ley), 25 (protección judicial) y 26
(derechos económicos, sociales y culturales) de la Convención
Americana
Agotamiento de recursos internos o
Sí, en los términos de la sección VI
procedencia de una excepción:
Presentación dentro de plazo: Sí, en los términos de la sección VI
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Acontecimientos en el hotel Las Américas
Inclusión del señor Matkovic Ribera en la investigación penal e imposición de prisión preventiva
4. Agrega que el 19 de marzo de 2010, a solicitud de la Fiscalía, la jueza cautelar del Juzgado
Cuarto de Instrucción en lo Penal dispuso la detención preventiva del señor Matkovic Ribera en el penal de San
Pedro, de la ciudad de La Paz, argumentando que podía influir en las personas coacusadas y, en consecuencia,
obstaculizar el proceso penal principal. Posteriormente, el 10 de diciembre de 2010 el fiscal de la causa incluyó
a la presunta víctima en una acusación contra treinta y nueve ciudadanos, entre extranjeros y bolivianos,
atribuyéndole la comisión de los delitos de terrorismo y alzamientos armados contra la seguridad y soberanía
del Estado.
5. La parte peticionaria indica que el 19 de marzo de 2013 la presunta víctima cumplió tres años
privado de libertad sin sentencia, por lo que correspondía la sustitución de tal medida cautelar por otras menos
gravosas, de conformidad con el artículo 239 del Código de Procedimientos Penales entonces vigente 3 . No
obstante, las autoridades judiciales no habrían adoptado ninguna acción, manteniendo al señor Matkovic
Ribera privado de su libertad.
3 Artículo 239º.- (Cesación de la Detención Preventiva). La detención preventiva cesará: 1. Cuando nuevos elementos de juicio
demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida; 2. Cuando su duración
exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se juzga; y 3. Cuando su duración exceda de dieciocho (18) meses
sin que se haya dictado acusación o de treinta y seis (36) meses sin que se hubiera dictado sentencia. Vencidos los plazos previstos en los
numerales 2) y 3), el juez o tribunal aplicará las medidas cautelares que correspondan previstas en el Artículo 240 de este Código, siempre
que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado.
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7. Agrega que pese a que también se utilizó la vía constitucional para cuestionar las referidas
decisiones, dicha vía tampoco resultó eficaz. Resalta que si bien el Tribunal Constitucional Plurinacional emitió
varias decisiones en favor del señor Matkovic Ribera, tales resoluciones nunca atendieron el asunto de fondo,
referido a la razonabilidad de la prisión preventiva, limitándose únicamente a ordenar que las instancias
ordinarias vuelvan a emitir una decisión al respecto.
10. Ante ello, la presunta interpuso una acción de libertad, pero el 19 de abril de 2013 Juez Sexto
de Sentencia Penal del departamento de La Paz, mediante resolución 026/2012, denegó la demanda.
Posteriormente, el 2 de agosto de 2013 el Tribunal Constitucional Plurinacional como instancia de revisión
confirmó, mediante sentencia 1273/2013, el rechazó de la acción de libertad, al considerar la solicitud de cese
de la prisión preventiva se realizó conforme al debido proceso.
11. En 2013 la presunta víctima presentó una nueva solicitud de cesación de la prisión preventiva
en su contra. No obstante, el 10 de junio de 2013 el Tribunal Primero de Sentencia Penal de la Paz, mediante
Resolución 34/2013, declaró improcedente el pedido, argumentando que el acusado no presentó un certificado
de detención expedido por el gobernador del Penal de San Pedro que establezca de forma actualizada el tiempo
de detención. Asimismo, dicho órgano también alegó que no se habían presentado pruebas que desvirtúen los
motivos que fundamentaron la imposición de un régimen de prisión preventiva. Ante ello, la parte peticionaria
indica que el 13 de junio de 2013 la representación del señor Matkovic Ribera interpuso un recurso de
apelación, pero resalta que no recibió una respuesta en el tiempo previsto por la legislación procesal.
12. Ante ello, la representación del señor Matkovic Ribera presentó una acción de libertad,
argumentando que a pesar de que conforme al artículo 251 del Código de Procedimiento Penal las autoridades
tenían diez días para resolver el caso, recién el 26 de junio de 2013 la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de la Paz recibió el expediente. A pesar de ello, el 26 de junio de 2013 la Jueza Cuarta
de Sentencia Penal del departamento de la Paz denegó la tutela solicitada mediante resolución 07/2013,
argumentado que el accionante no demostró encontrarse indebidamente privado de su libertad.
13. Tras ello, el 3 de julio de 2013 el Tribunal Segundo de Sentencia Penal de la Paz, en vía
ordinaria, confirmó la decisión de no levantar la medida de prisión preventiva, bajo los mismos argumentos. La
parte peticionaria destaca que pese a este fallo adverso el 29 de octubre de 2013, el Tribunal Constitucional
Plurinacional, mediante resolución 1860/2013, terminó avalando esta situación. Al respecto, detalla que si bien
el referido órgano, como instancia de revisión, declaró fundada la acción de libertad, únicamente se limitó a
ordenar a las autoridades judiciales que resuelvas el caso de la presunta víctima conforme a lo dispuesto por
la Constitución, sin dictar una medida específica de cese de la violación.
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excusa de que el cuaderno principal había sido trasladado a Santa Cruz, en donde se estaba tramitando el
proceso penal principal.
15. Producto de esta situación, la presunta víctima presentó una acción de libertad, y el 28 de
agosto de 2013 el Juez Primero de Sentencia Penal de la Paz declaró fundada la demanda y exigió a los jueces a
cargo de analizar la prisión preventiva que resuelvan de manera pronta el pedido planteado. Ante el
incumplimiento de dicha decisión la presunta víctima pidió la revisión de la decisión y el 5 de febrero de 2014
el Tribunal Constitucional Plurinacional, mediante resolución 0215-2014, confirmó el fallo de primera
instancia y reiteró a las autoridades que resuelvan con prontitud el problema planteado. A pesar de estas
acciones, la parte peticionaria afirma que, posteriormente, las autoridades ordinarias confirmaron el rechazo
de la solicitud de cese de prisión preventiva.
16. En 2013 la presunta víctima pidió nuevamente el cese de la medida cautelar en su contra, pero
el 16 de agosto de 2013 el Tribunal Primero de Sentencia Penal de la Paz, mediante Resolución 41/2013,
rechazó dicho pedido. Ante ello, la representación del señor Matkovic Ribera presentó un recurso de apelación
y el 16 de septiembre de 2013 La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de la Paz, mediante resolución
258/2013, revocó la citada decisión y ordenó que se vuelva a emitir un nuevo fallo.
17. A juicio de la parte peticionaria, la citada Sala debió reparar directamente los errores de la
resolución de primera instancia y no disponer la emisión de una nueva decisión. Por ello, la presunta víctima
presentó una acción de libertad contra los vocales de la referida instancia, alegando que violaron sus derechos
al no emitir un pronunciamiento de fondo. A pesar de ello, el 11 de octubre de 2013 la Sala Penal del Tribunal
Departamental de Justicia de la Paz, mediante Resolución 112/2013, denegó la tutela solicitada, argumentando
que las autoridades demandadas realizaron un adecuado análisis del acervo probatorio y no violaron ningún
derecho con su decisión.
18. Posteriormente, el 14 de octubre de 2013 el Tribunal Primero de Sentencia Penal del Tribunal
de Justicia de la Paz, mediante la Resolución 054/2013, volvió a rechazar el pedido de cese de la prisión
preventiva, alegando que no bastaba el tiempo transcurrido, sino que se debía probar que la dilación procesal
no era responsabilidad del acusado; y que no se habían presentado pruebas de que los riesgos procesales no
existiesen más. Ante ello, el 23 de octubre de 2013 la presunta víctima interpuso recurso de apelación, pero el
11 de noviembre de 2013 la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La paz, mediante
Resolución 221/2013, confirmó dicha resolución.
20. En 2014 la presunta víctima presentó un nuevo pedido de cesación de su prisión preventiva,
pero el 30 de mayo de 2014 el Tribunal Primero de Sentencia Penal del departamento de la Paz, mediante
Resolución 29/2014, rechazó tal solicitud. Ante ello, la presunta víctima presentó un recurso de apelación y el
7 de julio de 2014 la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz declaró fundada la
acción, argumentando que no se había realizado una adecuada valoración del acervo probatorio y ordenó al
tribunal de primera instancia que vuelva a emitir una decisión.
21. A juicio de la parte peticionaria, la citada Sala volvió a incumplir el ordenamiento boliviano,
toda vez que en lugar de emitir un pronunciamiento de fondo, se limitó a ordenar que las autoridades de
primera instancia emitan un nuevo fallo. En consecuencia, la presunta víctima presentó una acción de libertad
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y el 1 de agosto de 2014, el Juez Tercero de Sentencia Penal, mediante Resolución 29/2014, concedió la tutela,
al considerar que, efectivamente, las autoridades judiciales de segunda instancia debieron emitir una decisión
definitiva. Posteriormente, el 25 de febrero de 2015, el Tribunal Constitucional Plurinacional, como instancia
de revisión, confirmó esta decisión, mediante resolución 0201/2015. A pesar de estas decisiones favorables, la
parte peticionaria sostiene que, nuevamente, ninguna de estas dos decisiones en sede constitucional habría
dispuesto alguna medida de reparación concreta, provocando que, posteriormente, la solicitud de cesación de
prisión preventiva fuera nuevamente rechazada.
22. En 2017 la presunta víctima volvió a presentar una solicitud de cese de prisión preventiva. No
obstante, el 28 de julio de 2017 el Tribunal de Sentencia Penal Primero del departamento de La Paz rechazó tal
pedido, mediante resolución 78/2017, al considerar que el señor Matkovic Ribera no había adjuntado prueba
idónea y pertinente que desvirtúe los riesgos procesales que determinaron su detención. Ante ello, el 4 de
agosto de 2017 la presunta víctima presentó un recurso de apelación, pero las autoridades no habrían resuelto
su pedido en el tiempo previsto por el ordenamiento jurídico interno, bajo la justificación de que la remisión
de los antecedentes ante el Tribunal de Alzada estaba tomando más tiempo debido a la falta de personal.
24. Posteriormente, el 31 de agosto de 2017, la Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de
Justicia de la Paz declaró inadmisible el recurso de apelación, alegando que no se había observado el artículo
251 del Código de Procedimientos Penales.
25. Frente a esta a situación, la presunta víctima volvió a presentar una acción de libertad. Sin
embargo, el 24 de noviembre de 2017 el Tribunal de Sentencia Penal Tercero del departamento de La Paz
denegó la tutela solicitada, argumentando que efectivamente no se habían cumplido con las formalidades
previstas en la ley en la presentación del recurso de apelación. Posteriormente, el Tribunal Constitucional
Plurinacional confirmó esta decisión.
26. En diciembre de 2017 el señor Matkovic Ribera volvió a solicitar la variación de la prisión
preventiva en su contra. Detalla que a pesar de que el órgano de primera instancia volvió a rechazar su pedido,
el 28 de febrero de 2018, el Tribunal Tercero de Alzada de la Paz, en sede de apelación, declaró fundada su
solicitud y dispuso que la presunta víctima tenga un régimen de prisión domiciliaria. En consecuencia, tras esta
decisión el señor Matkovic Ribera habría permanecido en prisión preventiva cerca de ocho años.
27. Afirma que la salud de la presunta víctima se agravó mientras estaba privado de su libertad,
ya que comenzó a padecer una malformación congénita, ocasionándole un bloqueo lumbar e imposibilidad de
movilización. Agrega, que conforme al diagnóstico del médico cirujano de 25 de enero de 2017, el señor
Matkovic Ribera sufría “lumbalgia aguda, hernia de disco L5-S1, enfermedad degenerativa articular progresiva
L4-L5, L5-S1, inestabilidad de la columna lumbar y espondilolistesis L5/S1 grado II”. En esa línea, afirma que la
presunta víctima requería “una hora diaria por veinte sesiones de terapia al mes hasta la recuperación completa”.
28. Producto de ello, el 15 de febrero de 2017 la representación del señor Matkovic Ribera solicitó
al Presidente del Tribunal de Sentencia Penal Primero solicitó que los citados informes sean analizados y
validados por un médico forense, a efectos que se pueda disponer de un adecuado plan de rehabilitación. A
pesar de ello, afirma que tal autoridad judicial habría atendido adecuadamente su pedido, toda vez que no
habría provisto al personal médico toda la documentación presentada. En consecuencia, la representación de
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la presunta víctima presentó una acción de libertad, pero el 31 de mayo de 2017, el Tribunal de Sentencia Penal
Quinto del Departamento de Santa Cruz denegó la tutela solicitada, al considerar que tal actuación no
representó una violación de derechos. Posteriormente, el 12 de julio de 2017, el Tribunal Constitucional
Plurinacional confirmó esta decisión, agregando que mediante la vía de hábeas corpus no se podían litigar
aspectos referidos al derecho de petición.
29. En virtud de las citadas consideraciones, la parte peticionaria afirma que existió una
desviación de poder en el uso del derecho penal y el régimen de prisión preventiva en perjuicio de la presunta
víctima, toda vez que el Estado habría utilizado lo ocurrido en el domicilio del Cardenal Julio Terrazas como
pretexto para perseguir a políticos y líderes de la oposición en Santa Cruz. En esa línea, afirma que distintas
pruebas demostrarían que, a efectos de cumplir con su objetivo, las autoridades habrían extorsionado y usado
pruebas indebidas en los procesos penales contra las personas acusadas. En el caso de la presunta víctima,
resalta que las autoridades lo calificaron como integrantes una cédula terrorista, afectando su derecho al honor,
y que distintos funcionarios le propusieron de forma reiterada que declare contra sí mismo, condicionando su
libertad a que realice tal reconocimiento ilegal de responsabilidad.
30. Señala que, debido a su negativa de declarar en su contra, el señor Matkovic Ribera estuvo los
primeros cuatro años de su detención en el penal de San Pedro, en La Paz, a 1000 km de distancia de su
domicilio habitual en Santa Cruz, en condiciones climatológicas a las que no estaba acostumbrado y alejado de
su núcleo familiar. Durante esa etapa la presunta víctima habría estado en una sola celda con diecinueve
reclusos más, catalogados como delincuentes de alta peligrosidad, que consumían alcohol y drogas. Asimismo,
detalla que las autoridades penitencias no han atendido las necesidades de salud del señor Matkovic Ribera a
pesar de sus pedidos de atención médica.
31. Con relación al régimen de prisión preventiva, afirma que la detención de la presunta víctima
no cumplió con los requisitos de legalidad, necesidad y proporcionalidad, toda vez que estuvo cerca de 8 años
privado de su libertad, sin ningún sustento legal razonable. Detalla que a pesar de que el señor Matkovic Ribera
utilizó diversos recursos judiciales ordinarios y extraordinarios para lograr su libertad, todas las vías
resultaron ineficaces, dejándolo en completo estado de indefensión. En particular, resalta que ninguna de las
acciones de libertad interpuestas logró que el Tribunal Constitucional Plurinacional, en su condición de máximo
órgano de justicia del país, se pronuncie sobre la compatibilidad de la citada medida cautelar con los estándares
constitucionales e internacionales, provocando que dicha vía resulte completamente inefectiva.
32. Finalmente, aduce que existe una demora indebida en el proceso penal contra la presunta
víctima por el delito de terrorismo, y que las autoridades no han respetado su derecho a las garantías judiciales
y protección judicial. A pesar de que los hechos que se le atribuyen habrían ocurrido en Santa Cruz, gran parte
de las actuaciones judiciales fueron realizadas en la ciudad de La Paz, provocando dilaciones injustificadas por
el traslado del expediente y otras diligencias. A juicio de la parte peticionaria, tal situación viola los derechos
de la presunta víctima al juez natural e imparcial, así como el principio de presunción de inocencia.
33. El Estado, por su parte, indica que el 4 de febrero de 2020 el Tribunal de Sentencia Primero
de la Capital del Distrito de la Paz emitió la sentencia absolutoria Nº 01/2020, resolviendo en favor del señor
Matkovic Ribera y otras personas que se encontraban acusadas en el proceso penal. Afirma que el 16 de junio
de 2020 se emitió auto interlocutorio de ejecutoria, por lo cual la citada decisión tiene calidad de cosa juzgada.
Debido a ello, afirma que, a la fecha, la presunta víctima se encuentra en libertad y sin ninguna condena en su
contra.
34. En base a dichas consideraciones de hecho, aduce que la petición es inadmisible por falta de
agotamiento de los recursos internos. Destaca que la sentencia absolutoria Nº 01/2020 abre la posibilidad de
que se puedan interponer acciones penales contra quienes resulten responsables por la persecución penal
sufrida por el señor Matkovic Ribera, lo cual eventualmente puede repercutir en una reparación económica. En
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tal sentido, afirma que existen medios adecuados y efectivos, mediante la posibilidad de activar la vía penal
para realizar una investigación efectiva, así como la respectiva acción civil para la reparación de los daños y
perjuicios. A pesar de ello, indica que la presunta víctima no ha utilizado ninguno de dichos medios judiciales.
En consecuencia, considera que no se cumple el requisito previsto en el artículo 46.1.a) de la Convención
Americana.
35. Adicionalmente, sostiene que los hechos denunciados no caracterizan violaciones de derechos
humanos que le sean atribuibles en el plano internacional. Destaca que los motivos que dieron lugar al presente
reclamo ya no subsisten en el orden interno en virtud de la emisión de la sentencia absolutoria Nº 01/2020,
toda vez que con esta decisión judicial quedaron satisfechas las pretensiones de la presunta víctima,
constituyéndose como una forma de reparación. En consecuencia, solicita a la CIDH que archive el presente
asunto, por insubsistencia de la materia.
36. Sin perjuicio de lo anteriormente expuesto, afirma que todas las actuaciones de las
autoridades judiciales respetaron y garantizaron los derechos de la presunta víctima. Destaca que la detención
del señor Matkovic Ribera se realizó al amparo de lo establecido por el artículo 226 del Código de
Procedimiento Penal, tras evidenciarse suficientes indicios de la presunta comisión del delito de terrorismo y
alzamientos armados. En consecuencia, el Fiscal dispuso su aprehensión e inmediata disposición en el plazo de
veinticuatro horas ante el Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal. Posteriormente, dicha autoridad, en aplicación
del artículo 235, numeral 2, del Código de Procedimiento Penal impuso a la presunta víctima la medida cautelar
de prisión preventiva, a efectos de evitar que impida el desarrollo de la investigación y del proceso.
37. Afirma que la referida medida cautelar contó con un adecuado control judicial, dado que las
autoridades judiciales competentes respondieron mediante resoluciones motivadas los reiterados pedidos de
cesación de la prisión preventiva y recursos de hábeas corpus presentados por la presunta víctima. Resalta que
recién el 9 de enero de 2018 el señor Matkovic Ribera logró sustentar la modificación de la medida cautelar
por una menos restrictiva, por lo que mediante la Resolución Nº 03/2018 se le cambió a un régimen de
detención domiciliaria. En base a tales actuaciones procesales, agrega que el tiempo de duración de la detención
preventiva de Matkovic Ribera se sujetó a los estándares de razonabilidad, toda vez que “no duró más de la
persistencia de la causal que se invocó para justificarla”.
38. En relación con la tramitación del proceso penal, afirma que se respetó el principio del juez
natural, toda vez que la competencia y jurisdicción del Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Penal del Distrito
Judicial de la Paz estuvo determinada por la Ley de Organización Judicial, así como por la normativa adjetiva
penal. Destaca que el Juez Octavo de Instrucción en lo Penal de la ciudad de Santa Cruz confirmó tal situación,
tras definir un conflicto de competencia, mediante Sentencia Constitucional Nº 125/2009.
39. Finalmente, argumenta que tampoco se violó el derecho a la presunción de inocencia, toda vez
que ninguna autoridad del Estado se refirió a la presunta víctima como culpable de los delitos que se le
imputaron. Además, destaca que, contrario a lo señalado por el peticionario, el señor Matkovic Ribera pudo
presentar pruebas de descargo, interrogar testigos y solicitar exclusiones probatorias en igualdad de
condiciones con las otras partes del proceso. Igualmente, sostiene que las autoridades judiciales, desde el
primer acto procesal, expusieron de forma clara y precisa al señor Matkovic Ribera los hechos, motivos y delitos
por los que estaba siendo procesado. En consecuencia, al no existir elementos que demuestren que se haya
violado algún derecho, el Estado solicita a la CIDH el archivo de la presente petición.
40. La parte peticionaria considera que agotó, tanto en la vía ordinaria como constitucional, los
recursos adecuados para cuestionar el régimen de prisión preventiva impuesto a la presunta víctima.
Asimismo, sostiene que al momento de presentar su petición, el proceso penal ordinario aún no había sido
resuelto, toda vez que existía una demora injustificada. Finalmente, afirma que los pedidos de la presunta
víctima para obtener un adecuado tratamiento médico tampoco fueron atendidos por las instancias judiciales.
Por su parte, el Estado considera que no se agotaron adecuadamente los recursos de la jurisdicción interna
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respecto a este último punto, toda vez que la presunta víctima tuvo la posibilidad de interponer una acción de
reparación en la vía civil o una denuncia penal, a efectos de cuestionar la persecución penal que vivió.
41. En relación con el primer alegato de la presunta víctima, la CIDH recuerda que las peticiones
referidas a la mala aplicación o la prolongación excesiva de un régimen de prisión preventiva pueden tener, en
relación con el artículo 46.1.a) de la Convención Americana, su propia dinámica de agotamiento de los recursos
internos, independiente de aquella propia del proceso penal como un todo4. En consecuencia, en este tipo de
situaciones resulta suficiente que la parte peticionaria haya acreditado que presentó una solicitud de
excarcelación y que esta fue denegada. En el presente caso, ambas partes coinciden en que la presunta víctima,
durante el 2013 y 2017, utilizó distintos mecanismos para cuestionar su prisión preventiva y que dichas
acciones fueron rechazadas por los órganos judiciales. De este modo, tomando en consideración que las últimas
decisiones que rechazaron las solicitudes del señor Matkovic Ribera se emitieron en el 2017, y que el Estado
no presenta ninguna excepción sobre este asunto, la Comisión considera que se cumple el requisito previsto en
el artículo 46.1.a) de la Convención Americana. Asimismo, dado que los recursos internos se agotaron mientras
la petición se encontraba bajo estudio, la CIDH concluye que se cumple el requisito de plazo de presentación
establecido en el artículo 46.1.b) de la Convención.
42. Respecto al segundo argumento, la Comisión recuerda que, como regla general, la parte
peticionaria solo tiene en principio la obligación de agotar las vías judiciales ordinarias a nivel interno. Por ello,
la CIDH considera que cuando se alegan irregularidades a lo largo de distintas etapas del proceso penal, no es
necesario, en principio, un recurso extraordinario o una vía procesal adicional para cumplir con el requisito
establecido en el artículo 46.1.a) de la Convención. A juicio de la Comisión, el hecho de que el asunto
controvertido ya haya estado bajo conocimiento de una autoridad judicial, con la obligación y capacidad
remediar cualquier posible violación de derechos que pudieran sufrir las personas involucradas en el trámite
del proceso, acredita que el Estado tuvo la oportunidad de solucionar el asunto a nivel doméstico.
43. En base a ello, en el presente caso la Comisión observa que, tras diez años de proceso, el 4 de
febrero de 2020 el Tribunal de Sentencia Primero de la Capital del Distrito de la Paz absolvió a la presunta
víctima, mediante una resolución que adquirió calidad de cosa juzgada. En consecuencia, la CIDH considera que
en el presente extremo de la petición también se cumple con el requisito del artículo 46.1.a) de la Convención
Americana. De modo similar, dado que la citada sentencia se emitió mientras la petición se encontraba bajo
estudio de admisibilidad, la Comisión concluye que se cumple de igual forma el requisito de plazo previsto en
el artículo 46.1.b) de la Convención.
44. Finalmente, la Comisión observa que la presunta víctima también cuestionó la falta de un
adecuado tratamiento médico, pero el 12 de julio de 2017, el Tribunal Constitucional Plurinacional confirmó el
rechazo de su demanda sobre este aspecto. En consecuencia, ante la falta de excepciones del Estado sobre este
asunto, la Comisión también considera que se cumple el requisito previsto en el artículo 46.1.a) de la
Convención sobre este extremo de la petición. De forma similar, tomando en cuenta la fecha de la última
decisión judicial, también estima que se cumple con lo requerido por el artículo 46.1.b) de la Convención
Americana.
45. La parte peticionaria denuncia, principalmente, que las autoridades judiciales le impusieron a
la presunta víctima una media de prisión preventiva ilegal e irrazonable, dejándolo en condiciones carcelarias
que afectaron su salud. Asimismo, sostiene que a pesar de que la legislación interna establece que tal medida
cautelar solo puede tener, como máximo, una vigencia de tres años y medio, esta se mantuvo durante ocho
años. Afirma que, si bien el señor Matkovic Ribera cuestionó esta situación en vía judicial, todos sus pedidos
fueron rechazados, dejándolo en completa indefensión. Finalmente, afirma que el proceso penal llevado en su
contra careció de garantías judiciales y que se prolongó de manera indebida, por responsabilidad de los agentes
estatales. Por su parte, el Estado replica que tanto la prisión preventiva como el proceso penal principal
cumplieron con los parámetros constitucionales y convencionales. Además, afirma que todas las acciones
4 CIDH, Informe No. 49/18, Petición 1542-07. Admisibilidad. Juan Espinosa Romero. Ecuador. 5 de mayo de 2018, párr. 13.
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judiciales de la presunta víctima recibieron un pronunciamiento de las autoridades judiciales, mediante
resoluciones debidamente motivadas. Por ende, a su juicio, la parte peticionaria acude a la CIDH para que ejerza
un rol de cuarta instancia, contraviniendo su naturaleza complementaria.
47. Siguiendo el criterio establecido en tales decisiones, la Comisión considera que en el presente
caso los alegatos presentados por la parte peticionaria no resultan manifiestamente infundados, por lo que
requieren un examen más profundo en etapa de fondo, toda vez que declararse probados los hechos, estos
podrían constituir violaciones a los artículos 5 (integridad personal), 7 (libertad personal), 8 (garantías
judiciales), 11 (protección de la honra y de la dignidad), 24 (igualdad ante la ley), 25 (protección judicial) y 26
(derechos económicos, sociales y culturales) de la Convención Americana, en relación con su artículo 1.1, en
perjuicio del Sr. Zvonko Matkovic Ribera.
VIII. DECISIÓN
2. Notificar a las partes la presente decisión; continuar con el análisis del fondo de la cuestión; y
publicar esta decisión e incluirla en su Informe Anual a la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos.
Aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a los 27 días del mes de junio de
2022. (Firmado): Julissa Mantilla Falcón, Presidenta; Stuardo Ralón Orellana, Primer Vicepresidente;
Esmeralda E. Arosemena Bernal de Troitiño y Joel Hernández, miembros de la Comisión.