Hugo Correa 3
Hugo Correa 3
Hugo Correa 3
/
(Nueva Dlmenrión. Número dedi- ción melancólica de Bradbury. Pero,
codo a Hugo Correa. Edicioner Dron- sobre todo, han subrayado su otigina-
te, Barcelona. 128 pdginar.) lidad. Especialmente por AJguien mo-
El extraño mérito de Hugo Correa ru en d virnto, cuento que le valió
-columnista de ERCILLA- es ser eel Premio Alerce en su oportunidad.
el más conocido autor de ciencia fic-
ción de nuestro continente. Con en- Clima de misido
tusiasmo, que éi mismo califica como A uí, más que otros relatos, se des-
“excesivo”, los editores de Nueva Di. tacayo que parece esencial en la obra
menridn, revista española de “ciencia de Correa: héroes en busca de sí
ficción y fantasía”, io acaban de cali- mismos. La autenticidad, la honesti-
ficar, “con Borges y Cortázar”, como dad, son premiadas en estos hombres
“uno de los escritores fantásticos su- que andan en busca de un mundo se-
damericanos más conocidos fuera del reno. Porque, como insinúa en La
marco de Latinoamérica, uno de los Bertiu Mdrciana, Is verdadera bestia
que han conseguido una mayor pro.
yección allende sus fronteras”. OTROS MUNDOS; OTROS SERES
Es -a primera vista- el típico cn- Melancoila de Bradbury
so del escritor que no es profeta en
su tierra. Porque Correa, estimulado
r el famoso Ray Bradbury, llegó a
E e Magazine of Fantruy & Scienre
Fiction, publicación consagratoria en los últimos años, sino un auténtico
esta especialidad que tiene adeptos y enviado del Demonio. O él mismo.
fanáticos en todo el mundo. Y ahora, Es tal vez por eso que en la presen-
nuevo galardón - e s t a vez en español- tación de este número especial de
Nueva Dimendón le ha dedicado un Nueua Dimenridn el editor acotó que
número entero, el de ’unio, a una am. “ciertamente, In ciencia ficción de
b
plia selección de su o ra,
Pero sería una injusticia creer que
Hugo Correa es distinta a la angiosa.
jona. Y es un mérito que io sea.
Hugo Correa es un desconocido en su ...Por ue, además, no le tiene nada
propio afs El ano asado estuvo a qui enviIiar”. A. s.m
punto 8, &bir s1, Ronores d u d o -
sos, se sabe ahora- de Is publicación MARIA LEFEBVRE
en la primera serie d e “La Coneja”.
Y en estos días las Ediciones Uniuer.
ritaMs de Valparairo tienen en pren.
sa otra parte de su producción. Lo
La muerte de mamá
que -rió es que en la última dka.
da casi no se le editó. Pero antes, en Habían transcurrido sólo & u n a s h P
1959 y 1960, hubo un verdadero ras del conocimiento de una conjun-
boom. Este em@ con Lor A4lri- CHILENOS E N OKBITA ción de muertes ilustres en el cam
mor, “que puede ser considerada N). imaginación con originalidad internacional de la literatura -Ju esp”
mo la primera novela de ciencia fic. Romains, Américo Castro, Max Aub-
ción eMrita en Chile”. Ese año obtu. cuando el recinto con artesonados nou-
YO, también, el Premio Alerce. AI si. está a cincuenta y cinco millones de ZieQU art de Almirante Simpson 7 (re-
guiente, el Premio del Concurso Na- kilómetros del laneta rojo, en la re cinto de la Sociedad de Escritores de
cional de Cuentos del diario El Sur y
en 1961 publicó El que merodea en
P
pia tierra. Es a maldición tecnofigi.
ca, el desarrollo sin alma.
Chile) se vio invadido por una concu-
rrencia contrita y crepuscularia. Una ur-
lo Lluvia. Hugo Correa ue en varios mo- na mortuoria fue instalada en una de
Lo importante de Correa es que, mentos inclina sU$alanza m6s hacia las salas del ala oriente de in cas8 y
aunque sus astronautas se llamen la ficción que a la ciencia, sin desme- decenas de visitantes cabizbajos trasla-
-ecumCnicamente- Joe, Ilya, Pierre r ello- está preocupado de daron coronas de flores ai lugar en
o Roberto, en sus cuentos -una doce. =Jag trascendentales. En sus re- que se erigía la capilla ardiente.
na en total trae el volumen de Nueva latos hay un clima misterioso perma- Volvía a la vieja casa, ahora yacen-
Dimenrión- el paisaje puede ser el nente. Aquí se habla pxo de Dios -a te, sin la peculiaridad de sus alegres
fantástico desierto rojo de Marte o un lo más se insinúa la existencia de un risotadas de antaño, Is escritora María
vallecito muy chileno, robablemente “orden“ superior-, peto asoma a me- Lefebvre. Fallecida a los 70 ahos, des.
sacado de su zona natayde Talca. Y nudo, el anti-Dios. En Arrerión, el ués de sufrir por cerca de una década
la insólita combinación -más allá del cuero de la la una, que a mece siem- L s suplicios de una parálisis progresi-
entusiasmo chauvinista ue pueda des. pre acompañato de un ,Por insopor- va, María Lefebvre fue en sus tiempos
pertar- funciona con $icacia. En ese table y que llegó una noche de tor- de mayor esplendor -hacia los años
marco, el relato cubre una am iia ga. menta en “algo” que brillaba con luz 4 0 - no tanto una escritora de orgu.
P
ma. Sus editores espatioles o han
comparado (Arterión) con H. P. Lo.
verde y quemó pastos árboles, no
‘parece un inofensivo 4latiiio vola-
llosa obra individual como una jocunda
animadora de la vida intelectual chilena,
vecraft, o (La Bestia Marciuna y El dor” de esos que han encendido la más allá de los círculos y capillas que
Regreso del Arcángel) con la imagina- imaginacion de miles de chilenos en suelen separar en irreconciliables cao-
-+a%:(\* n o 143-
s4.-%I-,-raA9c 4’
U > i l \ . 24-v-