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© Aviva Nuestros Corazones 2017

Aviva Nuestros Corazones


Po. Box 2000, Niles, MI 49120
AvivaNuestrosCorazones.com

Compilado por: Laura González de Chávez.

Editado por: Martha Morales.

Diseñado por: Nicole Tejera de García.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida,
almacenada en un sistema de recuperación, o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio
(ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, o cualquier otro) sin el permiso previo del
editor, salvo lo dispuesto por las leyes de derecho de autor de Estados Unidos.

A menos que se indique lo contrario, el texto bíblico se tomó de la Biblia de las Américas Derechos
reservados 2000, 2001 por Crossway Biblias, una división de Good News Publishing. Utilizado con
permiso.

Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.


Querida Amiga,
Jesús sabía exactamente cómo debía responder a los desafíos, interrupciones,
y demandas de cada nuevo día. Yo creo que es así porque Él tenía el hábito de
pasar tiempo a solas con Su Padre celestial al comienzo de cada día.

Esta cita matutina no era algo que Él agregaba a un itinerario sobrecargado.


Era su línea de comunicación vital con el Padre. Era la mayor prioridad de Su
vida; más importante que estar con Sus discípulos, más importante que predicar
el evangelio, más importante que el tiempo con Su madre y Sus hermanos, más
importante que responder a las demandas y las necesidades de las multitudes,
más importante que cualquier otra cosa.

Si este tiempo con Su Padre era tan importante para Jesús, ¿cuánto más
necesario es para nosotras pasar tiempo a solas con Dios, diariamente?

Estoy muy contenta de que hayas decidido unirte a nosotras cada día durante
un tiempo, para reflexionar en la Palabra de Dios. Te animo a que uses este
devocional como un acompañante de tu propia lectura y meditación bíblica. Oro
que este recurso profundice tu caminar con el Señor este mes.

Desde mi corazón,
ENER O 1
Por qué es importante
«Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad
fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos» (Col 3:15).

Por muchos meses, he estado viendo cuidadosamente lo que la


Escritura tiene que decir sobre la gracia de la gratitud. He estado
meditando en lo que significa ser una persona agradecida, y por qué es
importante.

El Señor me ha encaminado en una jornada personal, una jornada en


la cual todavía me encuentro. Él me ha enseñado qué tan vital es entrenar
mi corazón para responder a todas las cosas de la vida con un espíritu
agradecido, aun en situaciones y temporadas que considero desagradables
o difíciles.

El viaje no siempre ha sido fácil a lo largo del camino. Él ha revelado


cosas en mi corazón que no son agradables. Su Espíritu me ha traído
convicción cuando mis respuestas se han quedado cortas frente al
estándar de Su Palabra.

Pero esto ha sido un proceso bueno y necesario en mi vida, y los


cambios que Él está trayendo a mi perspectiva y a mi carácter, junto con
la libertad que viene de decir: «¡Sí, Señor!», han compensado con creces
los momentos difíciles.

¿Respondo con agradecimiento hacia Dios, aun en temporadas


difíciles?

-
ENER O 2
El primer día que conociste a Cristo
«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas» (2 Co 5:17).

No es difícil darse cuenta de que un recién nacido está vivo; él respira, su


corazón late, le da hambre y sed, crece, se comunica, llora. Y así también nuestro
nacimiento espiritual estuvo acompañado de señales de vida espiritual, una
capacidad y un anhelo de conocer a Dios, un corazón que late y llora por Dios.

No podemos tomar ningún crédito por lo que sucedió el día que vinimos
a Cristo. En ese momento no teníamos ni idea de todo lo que Dios había
atravesado para atraernos hacia Él y hacer posible que entráramos en una
relación eterna con Él. Lo único que sabíamos era que lo necesitábamos, que
Él nos quería, y que Jesús fue quien hizo posible que nosotras tuviéramos esa
relación.

Ahora, al mirar hacia atrás, puedes ver que lo que tuvo lugar ese día fue el
punto inicial de una relación, un anhelo en tu corazón, correspondiendo al
anhelo en Su corazón, a conocerlo, a caminar con Él, a tener intimidad con
Él, a disfrutar de comunión con Él y a compartir tu vida juntos en una relación
de amor eterno.

¿Está creciendo mi deseo de caminar con Cristo a medida que pasa el tiempo?

-
ENER O 3
Una batalla entre el cielo y el infierno
«Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo,
el cual comenzó a gritar, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret?
¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo
reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él! Entonces el espíritu inmundo,
causándole c
onvulsiones, gritó a gran voz y salió de él» (Mr 1:23-26).

En todos los lugares que Jesús visitó durante Sus primeros años de
ministerio, los demonios del infierno se alborotaban porque Él vivía, hablaba y
ministraba en el poder y la autoridad de Dios. En Marcos capítulo 1 Jesús
confronta a un espíritu maligno en la sinagoga. Este no era un encuentro casual
con el enemigo. Esto era una guerra total.

En el curso de un día normal, no es probable que tengamos encuentros


audibles o visibles con demonios. Pero la Palabra de Dios enseña que estamos
en medio de una batalla contra «principados y poderes»; que en este mismo
momento hay una guerra cósmica llevándose a cabo entre el cielo y el
infierno.
A veces Dios nos manda a la batalla. Muchas de las personas con las que nos
encontramos diariamente están en medio de una batalla espiritual intensa por sus
almas, y a veces somos atrapadas en la batalla.

Ten por seguro que va a haber momentos en que te encontrarás en situaciones


agotadoras. Mantente alerta a las maquinaciones de Satanás y hazte experta en
usar la espada del Espíritu para pelear contra sus ataques.

Mantente alerta y preparada, la batalla está en marcha.

-
ENER O
Mi salvavidas
«Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas…con todo
yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación.
El Señor Dios es mi fortaleza; Él ha hecho mis pies como los de las ciervas,
y por las Alturas me hace caminar» (Hab 3:17-19).

A través de los años he procurado que la gratitud sea una manera de vivir
para mí. Sin embargo, si no vigilo incesantemente el rechazar la ingratitud y
escojo
la gratitud, muy fácilmente soy atrapada por la contracorriente de la vida de un
mundo caído. Mi vida comienza a sentirse difícil, cansada y abrumadora.

Pero en esos momentos cuando me he encontrado jadeando, sintiendo que me


estoy hundiendo, he descubierto que la gratitud verdaderamente es mi salvavidas.
Aun en las aguas más turbulentas, escoger la gratitud me rescata de cualquier
emoción desbocada. Me mantiene a flote en la gracia de Dios y no me deja
hundir en lo que de lo contrario sería mi inclinación natural hacia la duda, la
negatividad, el desánimo y la ansiedad.

Escoger la gratitud significa escoger el gozo. Pero esa decisión no viene sin
esfuerzo e intencionalidad. Es una decisión que requiere que constantemente
renueve mi mente con la verdad de la Palabra de Dios, determinando mi corazón
a disfrutar a Dios y Sus dones, y disciplinando mi lengua a decir palabras que
reflejen Su bondad y Su gracia, hasta que el espíritu agradecido se convierte en
mi respuesta automática a todas las cosas de la vida.

La gratitud es mi salvavidas.

-
ENER O
La batalla por tu tiempo devocional
«Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo,
anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar» (1 P 5:8).

La disciplina de un tiempo devocional con el Señor nunca ha sido fácil para


mí. Por mucho que valoro ese tiempo con el Señor, hasta este día me
encuentro peleando para hacerlo una realidad consistente. Lucho con mi carne
a la que
le encanta dormir, es fácilmente distraída y no le gusta estar quieta y callada.
Lucho con mi horario y la lista interminable de «cosas por hacer». Lucho con
interrupciones, muchas que yo misma he creado.

Pero a través de los años, he llegado a creer que esto es algo por lo cual vale la
pena luchar. Una de las razones por las que es una lucha, es que si el enemigo de
mi alma sabe que me puede vencer aquí, al final me vencerá en las otras áreas de
mi vida espiritual.

Satanás odia a Dios y trabaja sin descanso para convencer a los cristianos
de que pueden conducirse por su propia cuenta, independientemente de Dios.
Si le dejamos ganar la batalla, él sabe que terminaremos derrotadas, frustradas,
estériles, e inútiles para Dios. Y peor que eso, terminaremos dudando de Dios,
desalentadas de Su bondad, esclavas de nuestra carne, y resistiendo Su voluntad.

¿Soy consciente de la batalla espiritual que se está llevando a cabo a


mi alrededor hoy?

-
ENER O 6
El amor de Dios nos atrae
«Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más
los llamaban los profetas, tanto más se alejaba de ellos…Sin embargo yo enseñé a
andar a Efraín, yo lo llevé en mis brazos; pero ellos no comprendieron que yo los
sanaba. Con cuerdas humanas los conduje, con lazos de amor» (Os 11:1-4).

¿Por qué quiere Dios avivar nuestros corazones y restaurarnos a una


relación más cercana con Él? ¡Una de las principales razones es que Él nos
ama!

Debido a los numerosos relatos registrados del juicio de Dios en el Antiguo


Testamento, podríamos tener la impresión de que Dios estaba ansioso por
castigar o que Él es áspero, exigente e impaciente. Pero en realidad es todo lo
contrario. Los tiempos de juicio usualmente vienen años después de que Dios le
ha suplicado a Su pueblo que regrese a Él.

Mira el libro de Oseas. Fue el amor de Dios por el pueblo lo que los hizo
querer regresar a Él. No fue que ellos de repente «sintieron» amor por Él de
nuevo, ni que ellos de alguna manera se acordaron de cuán maravilloso era vivir
conscientes del amor de Dios. Fue que Dios hizo que desearan esa relación
de amor otra vez. Él capacitó a Su pueblo para ver, no solo cuán equivocados
habían estado y por qué Su disciplina era necesaria, sino que también les daría la
bienvenida a su regreso porque Él nunca dejó de amarlos.

Dios me ama.

-
ENER O 7
Arregla tu corazón
«Y ( Jesús) llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended:
no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que
sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre» (Mt 15:10-11).

Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les explicara por qué había
sido tan duro con los fariseos, Él señaló que eran meticulosos acerca de lavarse
las manos antes de comer para no estar ceremonialmente contaminados, pero
estaban inconscientes de la corrupción de sus corazones:

«Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios,


fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. Estas cosas son las que contaminan
al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre» (Mt 15:19-20).

Vez tras vez, Jesús regresaba a la cuestión del corazón. No importaba si


circuncidaban sus cuerpos y diezmaban todo lo que tenían, hasta sus especias; no
importaba si se lavaban las manos cada vez que comían y podían recitar la Ley
de principio a fin; no importaba si escrupulosamente observaban cada día
festivo, cada día de ayuno, y cada Día de Reposo; no importaba si todos los demás
los respetaban como creyentes devotos; si sus corazones no estaban bien, entonces
ellos no estaban bien.

La rectitud exterior no engaña a Dios.

-
ENER O 8
No es un precio demasiado alto
«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida,
la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará» (Mt 16:24-25).

Betty Scott creció en China, donde sus padres fueron misioneros. Durante sus
años de colegio, Betty escribió una oración de rendición incondicional a Jesús
como Señor:

Señor, te entrego mis planes y propósitos, todos mis deseos, esperanzas y


ambiciones, y acepto Tu voluntad para mi vida. Me entrego a mí misma, mi
vida, mi todo, completamente a Ti, para ser tuya por siempre. Entrego a Tu
cuidado todas mis amistades; todas las personas que amo tomarán el segundo
lugar en mi corazón. Lléname ahora y séllame con Tu Espíritu. Obra Tu
completa voluntad en mi vida cueste lo que cueste; para mí el vivir es Cristo.
Amén.

Betty regresó a China a servir con China Inland Mission (La Misión Interior
en China). Dos años después, en Octubre 1933, se casó con John Stam, él
también servía en CIM. A solo semanas después del nacimiento de su hija, John
y Betty fueron tomados como rehenes por soldados comunistas hostiles y a los
pocos días fueron decapitados. Cuando ella escribió, «obra Tu completa voluntad
en mi vida cueste lo que cueste», ella no tenía ninguna manera de saber lo que
rendición completa significaría. Aunque algunos pueden considerar el costo
exorbitante, estoy segura de que Betty, al entregar su vida a Cristo, no pensó que
el precio fuera demasiado alto.

¿Cuál es la oración de mi vida?

-
ENER O 9
¡Avivamiento!
«¿No volverás a darnos vida para que tu pueblo se regocije en ti?» (Sal 85:6).

Dependiendo de tu trasfondo, la palabra avivamiento puede llevar alguna


carga o escucharse como un concepto anticuado. Avivamiento es una etiqueta
que ha sido aplicada a diferentes acontecimientos, incluyendo series de reuniones
anuales religiosas, campañas evangelísticas, temporadas de aumento de fervor
religioso, y reforma moral y social.

Mientras que estos elementos pueden estar presentes en tiempos de


avivamiento, no llegan adecuadamente al corazón del verdadero avivamiento. El
avivamiento no es un evento que podemos planear. Ni tampoco es sinónimo de
evangelismo, aunque cuando llega el avivamiento los incrédulos se convertirán y
nacerán en la familia de Dios. Entonces, ¿qué es realmente el avivamiento? ¿Para
quién es?

La palabra avivar literalmente significa, «traer de vuelta a la vida.» El


avivamiento sucede cuando el pueblo de Dios es restaurado a una relación
correcta con Dios. El avivamiento es una obra sobrenatural de Dios, no es algo
que manufacturamos o empacamos. En tiempos de avivamiento, el pueblo de
Dios experimenta Su presencia y Su poder en formas que no estaban presentes
en sus vidas, y en grados nunca antes pensados posibles. Una iglesia avivada es el
medio más grande para hacer que el gran plan redentor de Dios sea conocido a
través del mundo.

Señor, necesito avivamiento en mi corazón.

-
ENER O 1 0
La disciplina de la gratitud
«Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica
con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús» (Fil 4:6-7).

Si encuentras desánimo, depresión, temor, o ansiedad entre tus compañías


frecuentes, tal vez podrías atribuirlos a circunstancias difíciles o dolorosas que
te rodean. Pero tan desafiante como pueda ser tu situación o tu temporada
de vida, tu estado de ánimo probablemente no tiene mucho que ver con esas
circunstancias angustiantes sino con tu necesidad de desarrollar un corazón
agradecido.

¿Cómo más puedes explicar que aquellos creyentes alrededor del mundo,
(abarcando desde la antigüedad hasta el día de hoy) que viven con menos de lo
que la mayoría de nosotras pudiera entender, y cuyos días están perpetuamente
asediados con pruebas y tragedia, aun así manifiestan paz y gozo incontenibles?

Estoy convencida de que debemos cultivar la gracia y la disciplina espiritual


de la gratitud, si no queremos perder nuestro equilibrio en estos días. Una clave
importante para no agobiarnos con lo que está pasando a nuestro alrededor es
buscar evidencias de la mano de Dios obrando en medio del alboroto, y estar
simplemente inundadas de agradecimiento hacia Él.

¿Qué me inunda hoy, ansiedad o gratitud?

-
E N E R O 11
Una invitación diaria
«Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba» ( Jn 7:37).

Pocos temas provocan tantos sentimientos de culpabilidad, fracaso, y


frustración entre los creyentes como el tema del «tiempo devocional». Pero he
venido a ver que «el tiempo devocional» no es tanto una obligación de la vida
cristiana, sino una
oportunidad increíble de conocer al Dios del universo. Él ha extendido una
invitación para ti y para mí de acercarnos a Él, para entrar directamente al «Lugar
Santísimo», entrar en una relación íntima de amor con Él.

Donde quiera que Dios te encuentre, si tú eres Su hija, yo creo que dentro
de ti hay algo que nunca será satisfecho con nada menos que el
compañerismo
íntimo con tu Creador, Redentor, y Padre celestial. Hasta que lo veas cara a
cara, nunca dejarás de tener hambre y sed por conocerlo más. Yo conozco ese
anhelo profundamente en mi alma.

Jesús dijo: «Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba» ( Jn. 7:37). Esta es una
invitación a venir a Él, no a otro programa u otra cosa que agregar a tu lista de
«tareas», otro requisito, sino a Jesús, la fuente de toda vida. Ven a Él y bebe. Bebe
profundamente, continúa bebiendo, deja que Él sacie tu sed. Y luego ve como los
ríos de agua viva fluyen a través de ti para saciar la sed de aquellos a tu
alrededor.

Tengo una cita que mantener con mi Padre hoy.

-
ENER O 1 2
Olvido
«Y sucederá que si alguna vez te olvidas del Señor tu Dios, y vas en pos
de otros dioses, y los sirves y los adoras, yo testifico contra vosotros
hoy, que ciertamente pereceréis» (Dt 8:19).

Dios les advirtió a los israelitas que tuvieran cuidado después de entrar a la
tierra prometida, de no olvidarse de Aquel que los rescató de la esclavitud brutal
de los capataces egipcios y los había traído a esta tierra buena. «Acuérdate», es la
palabra clave en el libro de Deuteronomio.

«Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios


te sacó de allí con mano fuerte» (Dt. 5:15).

Pero los hijos de Israel no se acordaron…al contrario, se olvidaron: «Se


olvidaron de Dios su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto» (Sal
106:21).

El olvido y la ingratitud van mano a mano. Se les olvidó darle gracias a Dios
por Su liberación, Su fidelidad, Su provisión, Su protección, y Sus milagros en su
favor.

El olvidarse no solo es invitar a la ingratitud (como Dios dijo a los


antiguos hebreos en Deuteronomio 8:19); es «perecer», es ver un poquito de
nosotras morir cada día cuando podríamos estar experimentando una vida
abundante.

Recordaré de dónde Dios me ha traído.

-
ENER O 1 3
Enfermedad del corazón
«Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras
inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Además, os daré un corazón
nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (Ez 36:25-26).

Los médicos enfatizan la importancia de hacerse un examen físico


regularmente. Cualquier persona con historia familiar de enfermedad del corazón
es animada a examinarse el colesterol. No asumimos que porque nos vemos bien
por fuera no tenemos nada de qué preocuparnos. Si nuestro corazón no está
funcionando correctamente o hay una obstrucción en nuestras arterias, queremos
saber que existe un problema para hacer lo que sea necesario y tratar con la
situación. Sabemos que ser negligentes con la condición de nuestro corazón físico
podría ser fatal.

¿Deberíamos estar menos preocupadas con la condición de nuestro corazón


espiritual? El hecho es que cuando se trata de asuntos espirituales, todos tenemos
antecedentes familiares con «enfermedad del corazón». Debemos estar dispuestas
a permitir que Él examine nuestros corazones y diagnostique eso que no somos
capaces de ver por nosotras mismas.

Las buenas nuevas del evangelio, son que el gran Médico vino a hacer una
cirugía radical del corazón, a limpiarnos y transformarnos de adentro para fuera,
por el poder de Su muerte y Su resurrección.

¿Necesito un examen?

-
ENER O 1 4
Gracia fundamental
«El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por
tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico» (Sal 28:7).

Es sorprendente para mí, cuántas veces en la Escritura, particularmente en el


libro de los salmos, somos exhortadas a dar gracias, a adorar al Señor, a cantarle
al Señor. Aún más, a darnos cuenta de cuántos de esos pasajes fueron escritos por
alguien en situaciones desesperadas.

Hay una razón para este constante llamado bíblico a ser personas
agradecidas. Señala un secreto poderoso, pero uno que muy pocos reconocen; que
es pasado por alto en la mayoría de las antologías que he visto acerca de las
virtudes cristianas.

La gratitud no es algo que puede ser pasado a un «segundo nivel», es vital. Y


es transformadora. Verdaderamente creo que un espíritu agradecido, arraigado
en la tierra de bondad y gracia de Dios, impactará radicalmente la forma en que
ves y respondes a todo en tu vida.

Ante todo escoge gratitud, porque es la única respuesta adecuada a un Dios


bueno y lleno de gracia que nos ha librado de nuestra culpa. La gratitud es
una cualidad simple pero profunda que ofrece mayor libertad y gozo mientras
caminamos más cerca del corazón de Dios.

La gratitud me ofrece libertad de .

-
ENER O 1 5
Análisis del corazón
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón» (Sal 139:23).

Las siguientes preguntas están diseñadas para revelar áreas específicas de


las cuales debes estar consciente en tu caminar con Cristo. No están diseñadas
para producir culpa, son solo una herramienta útil para revelar la condición
actual
de tu corazón. Responde a cada pregunta lo más honestamente posible. Lee los
pasajes bíblicos si el tiempo te lo permite. Ponte de acuerdo con Dios sobre cada
necesidad que Él te revele. Confiesa cada pecado que Él exponga. Adóralo por
Su impresionante amor y poder para perdonar. No te afanes, dale a Dios tiempo
de hablar, y date tiempo para responder.

¿Conozco al Señor Jesús como mi Señor y Salvador? (2 Co 5:17)

• ¿Hubo un momento en mi vida en que genuinamente me arrepentí


(fui consciente y me alejé) de mi pecado?
• ¿Cuándo fue que puse toda mi confianza en Jesús para salvación?
• ¿Cuándo me rendí completamente a Jesucristo como el Dueño y Señor
de mi vida?

¿Tiene la Palabra de Dios un lugar de prioridad en mi vida? (Sal 119:97, 140)

• ¿Amo leer y meditar en la Palabra de Dios?


• ¿Son mis tiempos devocionales personales, consistentes y
significativos?
• ¿Aplico la Palabra de Dios a mi vida cotidiana?

¿Cuál es la condición de mi corazón?

-
E N E R O 16
No más silencio
«Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto
y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta» (He 4:13).

Es para nuestro bien y por la misericordia de Dios, que Dios nos revela la
verdad acerca de nosotras, sin importar que tan vergonzosa sea esa verdad. La
razón por la que Dios desvela nuestros pensamientos, acciones y motivos es para
traernos paz.

Dios no es un abusador; Él es un Salvador. Él no puede ser suave con el pecado.


Su justicia requiere santidad que nosotras, en nuestra humanidad, no tenemos. Las
demandas por la justicia de Dios han sido satisfechas a través de la muerte
sacrificial, sustitutiva de Cristo en la cruz. Sin embargo, debemos confesar. El
silencio solo nos condena a mantenernos culpables. Confesar nuestros pecados,
romper el silencio, abre paso al perdón y a la purificación de Dios.

Entonces, ¿por qué escondernos? ¿Por qué mantenernos en silencio?


¿Hay algo en tu vida que sabes que no es agradable a Dios, alguna actitud o
comportamiento pasado? ¿Estás tratando de esconderlo de Dios, esperando que
lo pase por alto? ¿Te está llamando Dios a romper el silencio hoy?

Todo intento de esconder mi pecado fallará.

-
E N E R O 17
Él restaura mi alma
«El Señor es mi pastor, nada me faltará…Él restaura mi alma» (Sal 23:1,3).

La restauración de nuestras almas es un ministerio de nuestro Gran Pastor.


La palabra Hebrea «restaura», traducida en el Salmo 23, es una palabra que más
a menudo es traducida como «regreso» en el Antiguo Testamento. Es usada
para hablar del pueblo de Dios regresando a Él y de Dios regresando a Su
pueblo. La
palabra sugiere «movimiento de regreso al punto de partida». La implicación aquí
es que Él restaura nuestras almas de regreso a su lugar original de reposo, a Él.

«En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de


reposo me conduce» (Sal 23:2). Observa que las ovejas no son alimentadas,
ni son
refrescadas, ni restauradas a la carrera. Deben estar dispuestas a ralentizar, a veces
a parar, a estar quitas, a descansar.

A menudo me encuentro dando y dando, pero no tomando el tiempo para


regresar a las aguas quietas de reposo donde mi Pastor quiere restaurar mi alma.
Es en esos momentos devocionales diarios a solas con Él, que Él calma mi
espíritu, calma mi pulso acelerado, y me da perspectiva fresca y deseo renovado y
fuerza para servirle otro día más.

¿Necesita mi alma restauración?

-
ENER O 1 8
Una decisión que tomar
«En los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán
amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos irreverentes» (2 Ti 3:1-2).

Si tú tuvieras que escoger en dónde estás, ¿te considerarías agradecida


o desagradecida? Es la diferencia entre una vida de despilfarro y una
vida
compartida, entre ser ciega a la gloria y «a Dios sea la gloria», entre amargura
asegurada y «dulce consuelo».

Es una diferencia que puedes ver vivida en cada decisión diaria. Es una
decisión que tomas, casi con cada respiro.

Pagamos un precio incalculable por nuestra ingratitud. Después de décadas


de ministrar a personas heridas, he llegado a creer que la falta de gratitud está en
el corazón de muchos, sino es que en la mayoría, en los sentimientos de tristeza,
desesperación, y desaliento que son tan generalizados aun entre los creyentes
hoy. Creo que muchos de los pecados que están infestando y devastando nuestra
sociedad pueden ser rastreados de regreso a esa raíz persistente de ingratitud
que a menudo pasa desapercibida.

Esta «actitud de gratitud» es algo que desesperadamente necesita ser


cultivado en nuestros corazones y hogares. Su presencia trae muchas otras
bendiciones consigo, pero su ausencia tiene profundas repercusiones.

Respira profundo y mira profundamente. ¿Soy culpable de ingratitud?

-
ENER O 1 9
Dios es luz
«Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en
Él no hay tiniebla alguna. Si decimos que tenemos comunión con Él pero andamos en
tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad» (1 Jn 1:5-6).

El apóstol Juan conocía el gozo de la comunión profunda con Dios a través


de Cristo, y él quería que sus lectores la experimentaran también. Él nos recuerda
que «Dios es luz» y que cuando cubrimos o nos rehusamos a reconocer el
pecado en nuestras vidas, nos engañamos a nosotras mismas y no podemos
disfrutar de una comunión completa con Dios, ni de unos con otros. De hecho,
¡la persona que habitualmente cubre su pecado no tiene base para asegurar que
es hija de Dios! Por consiguiente, la disposición de ser honestas y confesar
nuestro pecado es una evidencia de salvación genuina, y es vital para experimentar
el perdón de Dios y restaurar la comunión cuando pecamos como creyentes.

Dios quiere experimentar comunión íntima con Sus hijos. Eso es posible
solamente si somos honestos con Él acerca de la verdadera condición de
nuestro corazón, como Él sabe que es. No importa lo que hayas hecho, tú
puedes experimentar el gran amor de Dios y Su sublime gracia.

Señor, muéstrame mi corazón.

-
E N E R O 20
Un curso sobre la vida
«Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas.
Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi
salvación; en ti espero todo el día» (Sal 25:4-5).

¿No sería grandioso si hubiera una clase que pudieras tomar que te
enseñara todo lo que necesitas saber, y proveyera respuestas para todos tus
problemas?
Quizás tienes un jefe que es imposible de agradar, una adicción a la comida que
no puedes dejar, una iglesia donde pareciera que nadie tiene hambre de Dios, un
hijo que comenzó a mentir, o facturas que parecen siempre ser más grandes que
el cheque de pago.

El hecho es que sí hay un «curso» que aborda cada cosa que pudiéramos
enfrentar. El Maestro ama conocer a Sus estudiantes cara a cara, para que Él
pueda adaptar el curso a sus necesidades. Él está dispuesto a tener clase cada
día que estemos dispuestas a reunirnos con Él. Ya tenemos el Libro de texto, el
cual fue escrito por el Maestro mismo. Hay partes que pueden ser difíciles de
entender. Pero el Maestro siempre está disponible – veinticuatro horas al día –
para ayudarnos a entender.

Establecer un tiempo devocional diario habitual nos inscribe en este curso.


Durante este tiempo, podemos sentarnos a los pies del Señor Jesús y pedirle a Él
que nos instruya, que nos enseñe cómo es Él y cómo vivir de una manera que le
agrade a Él.

Señor, ¿a qué hora es la clase hoy?

-
E N E R O 21
Lo principal en la lista
«Dad gracias al Señor, porque Él es bueno…» (1 Cr 16:34).

¿Qué lugar tiene la gratitud en tu lista de virtudes cristianas?

En un arsenal en que se supone que deben incluirse cosas como una fe que
mueve montañas, obediencia radical, longanimidad paciente y abnegación
extrema, para muchos la gratitud se siente como un complemento opcional.

En realidad, la gratitud es mucho más pesada, mucho más poderosa, y un


componente mucho más necesario en nuestra vida Cristiana que lo que su liviana
reputación sugeriría.

Intenta, por ejemplo, mantener una fe perseverante sin gratitud, y tu fe


eventualmente se olvidará del punto central de su fidelidad, endureciéndose en
una práctica de religión hueca e ineficaz.

Intenta ser una persona que destila y exhibe el amor cristiano sin gratitud,
y con el paso del tiempo tu amor se estrellará fuertemente contra las piedras
afiladas de la desilusión.

Intenta ser una persona que se da sacrificialmente a sí misma, y si la ofrenda


no va acompañada por la gratitud, encontrarás que cada onza de gozo será secada
por un complejo de mártir.

La verdadera gratitud no es un ingrediente de poca importancia. Es una de las


formas principales con las que Dios infunde gozo y resistencia a la lucha diaria
de la vida.

¿Veo la conexión entre la gratitud y todo lo demás?

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E N E R O 22
¡Perdón!
«¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo
pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no c
ulpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño!» (Sal 23:1-2).

Al leer los primeros versículos del Salmo 32, casi podemos oír que el gozo y
el alivio regresan al espíritu de David. Cuando finalmente soltó su orgullo, se
humilló a sí mismo, y fue honesto con Dios y los demás acerca de su pecado,
alivio del cielo fue derramado sobre él. El peso de su iniquidad fue levantado, y
su pecado fue quitado. Esa puede ser tu experiencia también. Como indica este
pasaje, Dios está dispuesto a «cubrir» (con la sangre de Cristo) cada pecado que
estemos dispuestas a «descubrir» ante Él. Si David pudo experimentar la libertad
y el gozo de una relación restaurada con Dios después de haber cometido tan
grande pecado, ¡tú puedes conocer esa «bienaventuranza,» también!

Simplemente comienza con el asunto en cuestión –cualquier pecado del cual


Dios te esté dando convicción, sea «grande» o «pequeño». Recuerda que ningún
pecado es tan grande que Dios no pueda perdonarlo; y no hay ningún pecado tan
pequeño que puedas darte el lujo de mantener escondido.

¿Necesitas hacer una pausa ahora mismo y ser honesta con Dios acerca de
algún pecado o fracaso en tu vida? ¡Sé libre! ¡Cuán bienaventurada es la
persona en cuyo espíritu no hay engaño!

Señor, por favor toma este pecado…

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E N E R O 23
Los caminos de Dios
«A Moisés dio a conocer sus caminos, y a los hijos de Israel sus obras» (Sal 103:7).

La Palabra de Dios no pretende solucionar todos nuestros problemas, pero sí


tiene todos los recursos que necesitamos para enfrentar esos problemas. Y nos
enseñará los caminos de Dios, algo que es absolutamente esencial para hacer
frente a la vida.

Dios «A Moisés dio a conocer sus caminos, y a los hijos de Israel sus obras».
Hay una gran diferencia entre conocer los hechos de Dios y conocer Sus
caminos. Los israelitas vieron los hechos de Dios, lo vieron mandar plagas
cuando Faraón endureció su corazón contra Dios; lo vieron partir el Mar
Rojo cuando no había otra escapatoria; vieron a Dios proveer maná por pan
y
codornices por carne. Cuando tuvieron sed, lo vieron hacer brotar agua de la roca,
ellos estaban bien familiarizados con los hechos de Dios.

Pero conocían poco de los caminos de Dios. Dios reveló sus caminos a
Moisés porque Moisés tenía un corazón atento, un oído atento, y una pasión por
conocerlo a Él.

¿Conozco yo los caminos de Dios?

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ENER O 2 4
Una cuestión de obediencia
«Sed agradecidos» (Col 3:15).

Oh, cuánto desearía que fuera suficiente para ti y para mí hacer algo solo
porque Dios nos lo dijo; no porque nos daría dientes más blancos y aliento
más fresco, o porque mejoraría nuestro índice deuda-ingreso, o porque
mejoraría nuestras relaciones disfuncionales. No. Simplemente porque Él lo
dice.

Algo, como ser agradecida, por ejemplo.

Pablo lo sella con un punto de exclamación amplio que incluye todo: «Y


todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre» (Col 3:17).

Si te estás sentando para cenar, sé agradecida.

Si te estás levantando para ir a la cama, sé agradecida.

Si estás saliendo de dos semanas de tos y gripe, si estás pagando facturas, si


estás limpiando después de tener visita, si estás manejando al trabajo, si estás
adorando en un servicio en la iglesia, si estás visitando una amistad en el hospital,
si estás recogiendo a los niños de la escuela o ensayo…

Sé agradecida. Dios lo ha mandado para nuestro propio bien y para Su gloria.

¿Cuántas veces puedo darle gracias a Dios hoy?

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E N E R O 25
Una cosa
«Una cosa he pedido al Señor, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del Señor
todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor,
y para meditar en su templo» (Sal 27:4).

A pesar de todo lo que él poseía, todo lo que él había hecho, toda la gente
que conocía, todos los lugares en los que había estado, y todos los privilegios
y oportunidades que había disfrutado, David tenía una pasión suprema que lo
impulsaba en su vida: caminar en unión y comunión íntima con Dios. Es como
si él estuviera diciendo: «Si solo puedo lograr una cosa en mi vida, si no hago
nada más, esto es lo único que realmente me importa a mí; esta es mi meta más
alta y mi prioridad número uno: vivir en la presencia del Señor y contemplar
Su belleza, y aprender de Él. Quiero conocerlo, amarlo, tener una relación
íntima con Él. Es lo único en mi vida que importa. Y es lo único que voy a
perseguir sobre todo lo demás».

Con un amor que confronta, convence, consume y limpia, Dios persiguió a Su


amado. Por momentos, uno podría preguntarse, ¿Por qué Dios se preocupaba por
él? La respuesta es la misma que la razón por la cual Él se preocupa por
nosotras, porque Él es un Amante en búsqueda de una relación, un Dios que
nunca para de amar y perseguir.

Si yo pudiera lograr solo una cosa en mi vida, sería…

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E N E R O 26
Apto para ser usado por Dios
«Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba» (Gn 32:24).

Dios usa cosas y personas que están quebrantadas. Esa es Su manera. El


momento decisivo de la vida de Jacob ocurrió en una pelea a media noche en
el río Jaboc. Años antes Dios había prometido bendecir a Jacob, pero él nunca
había podido disfrutar de esa bendición porque había estado tratando de
controlar y manejar la vida en sus propios términos.

Ahora, en Jaboc, Jacob llegó a una situación sobre la cual no tenía ningún
control y que no podía manejar. La siguiente mañana iba a encontrarse con
su hermano distanciado quien estaba acercándose con un ejército. Jacob el
astuto, fue acorralado, estaba aterrorizado. Dios tenía su atención. Al no
estar ya en control, vino bajo el control de Uno infinitamente más fuerte que
él. Al
conceder la derrota, Jacob ganó su victoria mayor. Con la fuerza natural de Jacob
quebrantada, Dios pudo vestirlo con poder espiritual. Una vez que él admitió
la verdad de quién era él, Dios le dio un nombre nuevo –Israel, que significa
«príncipe con Dios»– representando un nuevo carácter. Ahora él era útil en la
mano de Dios.

¿Está Dios peleando con mi voluntad en esta situación dolorosa?

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ENER O 2 7
Muéstrame Tus caminos
«Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas.
Guíame en tu verdad y enséñame» (Sal 24:4-5).

Uno de los deseos más grandes de mi corazón y una de mis oraciones más
frecuentes es que yo conozca los caminos de Dios. Yo quiero conocer Sus
pensamientos, Sus sentimientos, Su corazón, y aún Sus secretos. Quiero conocer
Su perspectiva de este mundo, de la historia, de temas actuales, del futuro,
del trabajo, del descanso, de las relaciones, de mi familia, de la iglesia, y del
ministerio; de todo. Quiero conocer qué le trae gozo y qué le causa dolor.
Quiero conocer Sus caminos.

No creo que Dios me deba una explicación sobre todo. Pero sí quiero saber
todo acerca de Él y de Su corazón, que Él esté dispuesto a revelarme. Por eso es
que virtualmente cada día, antes de abrir la Palabra de Dios, oro las palabras de
David en el Salmo 25:4-5:

«Señor muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas.


Guíame en tu verdad y enséñame.»

Ese salmo continúa diciéndonos el tipo de hombre o mujer al cual Dios le


enseñará:

«Dirige a los humildes en la justicia, y enseña a los humildes su camino» (Sal 25:9).

Tus pensamientos, Tu corazón, Tu perspectiva, Señor.

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E N E R O 28
Amigo de Dios
«Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia, y
fue llamado amigo de Dios» (Stg 2:23).

A menudo he tratado de imaginarme lo que Abraham debió haber sentido la


primera vez que oyó la voz de Dios. Abraham no estaba buscando a Dios, él ni
sabía que había un Dios. Él había sido criado en una cultura pagana e idólatra
donde no había creyentes, no había biblias, no había iglesias, solo un silencio
ensordecedor del cielo.

Luego un día Dios perforó el silencio. Se presentó a sí mismo a Abraham e


hizo unas promesas increíbles. Abraham oyó la voz de Dios. Y Abraham le creyó
a Dios.

Cuando nadie más creyó, a Abraham le fue dada la gracia para responder a la
iniciativa de Dios. La vida de Abraham es una historia de un hombre que oyó
la voz de Dios revelando Sus secretos y él respondió en adoración, fe, amor, y
obediencia. Se erigieron altares en Siquem, Betél, Hebrón y el Monte Moriah,
que trazan los pasos de este «amigo de Dios», un hombre que caminó con Dios
en comunión y compañerismo íntimo.

No es que Abraham nunca hubiera vacilado en su fe. En más de una ocasión


él actuó como si no conociera a Dios. Pero el amor de Dios no era basado en
su desempeño. Aún cuando Abraham actuó como un pagano, Dios lo buscó
implacablemente.

¿Soy amiga de Dios?

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E N E R O 29
Análisis del corazón
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón» (Sal 139:23).

Responde a cada pregunta lo más honestamente posible. No te apures; dale


tiempo a Dios para hablar y date tiempo para responder.

¿Cuáles son mis prioridades? (Mt 6:33)

• ¿Revela mi agenda que Dios es lo primero en mi vida?


• ¿Revela mi chequera que Dios es lo primero en mi vida?

¿Cuáles son mis valores? (Col 3:12)

• ¿Amo lo que Dios ama y odio lo que Dios odia?


• ¿Le doy alto valor a las cosas que agradan a Dios (por ejemplo:
dar, testificar a las almas perdidas, estudiar Su Palabra, orar)?
• ¿Están mis afectos y metas fijados en valores eternos?

¿Estoy dispuesta a sacrificarme por la causa de Cristo? (Fil 3:7-8)

• ¿Estoy dispuesta a sacrificar lo que sea necesario para ver a


Dios moverse en mi vida e iglesia (tiempo, conveniencia,
comodidad, reputación, placer, etc.)?
• ¿Se caracteriza mi vida por un sacrificio genuino por la causa
de Cristo?

¿Está el Espíritu de Dios en control de mi vida? (Gál. 5:22-25; Ef. 5:18-21)

• ¿Le estoy permitiendo a Jesús ser Señor de cada área en mi vida?


• ¿Le estoy permitiendo al Espíritu Santo «llenar» (controlar) mi
vida todos los días?
• ¿Hay evidencia consistente de que el «fruto del Espíritu» está
siendo producido en mi vida?

Escudriña completamente mi corazón, oh Dios.

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E N E R O 30
¿Adorar o quejarse?
«Tributad al Señor, oh familias de los pueblos, tributad al Señor gloria y poder.
Tributad al Señor la gloria debida a su nombre» (1 Cr 16:28-29).

Pocas cosas son más atractivas en una hija de Dios que un espíritu
agradecido. Lo contrario también es verdad; nada hace a una persona menos
atractiva que la ausencia de un espíritu agradecido.

En cada circunstancia que viene a mi camino, yo puedo escoger responder en


una de dos maneras: puedo quejarme o ¡puedo adorar! Y no puedo adorar sin
dar gracias. Simplemente no es posible.

Cuando escogemos el camino de la adoración y el agradecimiento,


especialmente en medio de circunstancias difíciles, hay una fragancia, un
resplandor que sale de nuestras vidas para bendecir al Señor y a otros.

Por otro lado, cuando cedemos a quejarnos y a murmurar, terminamos


en un deslizadero destructivo que al final nos lleva a la amargura y a
relaciones quebrantadas.

Un hombre o mujer que es agradecido es un respiro de aire fresco en un


mundo contaminado de amargura e insatisfacción. La persona cuya gratitud
viene como respuesta a la gracia redentora de Dios, demostrará el corazón del
evangelio de una manera que es hermosa y persuasiva.

¿Qué fragancia destila de mi vida?

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E N E R O 31
Llamado a algo más profundo
«Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de
gozo; en tu diestra, deleites para siempre» (Sal 16:11).

¿Estás cansada de tratar de ser una buena cristiana? ¿Estás sobrecargada


y agotada con actividades de la iglesia? ¿Sientes como que a veces caes en
una rutina en tu vida cristiana? ¿A menudo te encuentras espiritualmente
funcionando en vacío? ¿Experimentas pesadez o vergüenza más que gozo
y
libertad en tu vida cristiana? Si contestaste «sí» a cualquiera de estas
preguntas, entonces quizás Dios te está llamando a algo más profundo. ¡Tal vez
estás lista para experimentar un avivamiento personal!

Dios quiere revelarse a ti, Él quiere llenar tu corazón de Él, Él quiere


liberarte de cada pasión impía, Él quiere que tomes profundamente del gozo
que se encuentra en Su presencia, Él quiere que tu servicio para Él sea el
desbordamiento de un amor genuino y de una vida auténtica; Él quiere que
reflejes Su gloria en nuestro mundo oscuro. ¡Él quiere que tú y Su iglesia entera,
sean avivadas!

¿Estoy más que cansada físicamente?

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FEBRER O 1
Requisitos para el curso
«¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le instruirá en el camino que
debe escoger… Los secretos del Señor son para los que le temen,
y Él les dará a conocer su pacto» (Sal 25:12, 14).

¿Cuántas veces has orado, «Señor, por favor enséñame…muéstrame…»? El


Salmo 25 nos dice el tipo de hombre o mujer al cual Dios le enseñará.

El Señor instruye a aquellos cuyos corazones son humildes («mansos», RVR),


aquellos que tienen un espíritu dócil, aquellos que reconocen lo poco que saben y
lo mucho que necesitan aprender. Y Él enseña a aquellos que le temen, aquellos
que le dan reverencia y se asombran de Él. En ellos Él «confía». La versión Reina
Valera traduce el versículo 14 así: «El secreto de Jehová es para los que le temen,
y a ellos hará conocer su pacto». Qué pensamiento tan impresionante que el Dios
del universo confiaría en nosotras, que nos confiaría Sus secretos. Su disposición
para compartir los secretos de Su corazón con Sus criaturas es solo otra
evidencia de Su deseo de tener una relación y amistad íntima con nosotras.

¿Es mi corazón dócil?

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FEBRER O 2
A solas con su Creador
«Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre
y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles
del huerto. Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?» (Gn 3:8-9).

Adán y Eva fueron las primeras criaturas de Dios que experimentaron una
relación extraordinaria con Dios. Dios no conversaba con los árboles o los
pescados. En ningún lugar vemos que Dios busca relacionarse con Su creación,
con excepción del hombre.

Dios solamente se reveló a sí mismo a Adán y a Eva. La pareja respondió con


asombro, amor y obediencia a la iniciativa divina. No había temor o vergüenza;
el hombre y su esposa se deleitaban en conocer y hacer la voluntad de Dios. La
razón de su existencia era tener comunión con Él.

Quizás tú has experimentado ese tipo de relación con Dios. Tú has sido
recipiente de Su increíble amor y bendición; tú sabes lo que es caminar con
Él, escuchar Su Palabra, y responder con la adoración de un corazón satisfecho.

¿Sabes también lo que es perder esa intimidad? ¿Sabes lo que es tomar


una decisión que crea distancia donde una vez hubo unidad, temor donde una
vez hubo confianza, y vergüenza donde una vez hubo libertad? Eso es parte
de la historia de Adán y Eva…y también de la nuestra.

¿Alguna vez el Señor me ha llamado preguntando, «dónde estás?»

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FEBRER O 3
La gratitud da esperanza
«Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente» (Sal 105:4).

No tengo que decirte que la vida es dolorosa. Un hijo difícil, un trabajo


frustrante, un problema médico serio (o quizás sospechoso), un hábito
pecaminoso que no se desvanece, tal vez algo que cambia el curso de tu vida
como puede ser un divorcio. Grande. Pequeño. A largo plazo. Diario. Hay
muchas cosas acerca de las experiencias individuales de nuestra vida que
ocupan nuestros pensamientos, alimentan nuestros temores, y agregan a
nuestras preocupaciones.

Con la promesa de Dios todavía activa, aún en medio de dolor y la lucha,


con Su paz y presencia todavía disponible para aquellos que dependen de Él, a
menudo escogemos encontrar nuestro consuelo en estas palabras
quejumbrosas:
«¿Por qué yo?»

Si lo único que nuestra fe tuviera para ofrecer fueran esas palabras que
solo caben en un servicio en la iglesia o en un libro teológico, sería cruel de
mí extenderlas a alguien que está luchando para sobrevivir. Pero la gratitud
verdadera, centrada en Cristo, motivada por gracia cabe en todo lugar, aún en
los momentos más desesperantes y situaciones difíciles de la vida. Aún cuando
no hay «respuestas», da esperanza. Esto transforma a los abrumados luchadores
en conquistadores triunfantes.

¿Qué debo creer hoy?

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FEBRER O 4
¿Cómo lo hizo?
«A la caída de la tarde, después de la puesta del sol, le trajeron todos los
que estaban enfermos y los endemoniados. Y toda la ciudad se había
amontonado a la puerta» (Mr 1:32-33).

Te preguntas, ¿cómo se mantuvo en su sano juicio? ¿Cómo era que Jesús


continuaba satisfaciendo las necesidades de tanta gente sin que Él mismo
desfalleciera?

Sabemos que Jesús era Dios. Pero también era un hombre; se cansaba, le daba
hambre. Él sabía lo que era tener multitudes presionando alrededor de Él todo
el tiempo. Pero Él seguía permitiendo que las multitudes vinieran a Él. Él seguía
enseñando, sanando, confrontando los poderes del infierno, y nunca con una
palabra enojada o impaciente. ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo manejaba todo el estrés,
la tensión y la responsabilidad sin «perder el control»?

Marcos 1:35 nos da la clave, no solo para la vida de Jesús, sino también para
tu vida y la mía. «Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro,
salió, y se fue a un lugar solitario». Ahora bien, no hay nada malo con dormir
cuando nuestros cuerpos lo necesitan. Pero Jesús sabía que había algo que
necesitaba con más desesperación que lo que Su cuerpo necesitaba dormir. Él
«salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba» (v. 35). Para Jesús, el tiempo a
solas con Dios no era una opción.

¿Qué debo hacer para que mi tiempo con el Señor sea una prioridad?

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FEBRER O 5
Un gigante despierto
«Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel
que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 P 2:9).

Todos los males sociales y políticos que amenazan ser la ruina de nuestro
mundo hoy, todas las religiones falsas que luchan por la lealtad de los hombres,
no son competencia para nuestro Dios. Él está ansioso por manifestar Su gracia
salvadora a este pródigo y perdido mundo. Pero primero debemos tener una
iglesia avivada. Y una iglesia avivada está formada por individuos avivados.

El salmista dijo, «viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios» (Sal 69:32).
Si tú lo buscas con todo tu corazón, puedes estar segura de que Él te restaurará,
renovará, y avivará. Ese avivamiento afectará a otros rápidamente. Dios no es
espléndido con su bondad hacia nosotras para que simplemente lo disfrutemos
para nosotras mismas. Una persona, una familia, un pequeño grupo, no
importa cuán «insignificante» sea, que esté comprometido a buscar al Señor,
puede convertirse en parte del «gigante despierto» que Dios usará para esparcir
Su gloria y la fama de Su nombre a través del mundo.

Si tú lo buscas con todo tu corazón, puedes estar segura que Él te restaurará,


renovará, y avivará.

No se me extiende la gracia para mi beneficio solamente.

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FEBRER O 6
La gratitud nos acerca
«Sin embargo, tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel» (Sal 22:3).

El mandamiento de Dios de ser agradecido no es la amenaza demandante de


un tirano, más bien, es una invitación para toda la vida.

¿Has anhelado alguna vez, un sentido más grande de la cercanía de Dios?


¿Cuando las presiones se intensifican, cuando la vida simplemente se siente
aburrida y rutinaria, anhelas la certeza de Su presencia?

La Escritura dice que Dios es entronizado en las alabanzas de Su pueblo


(Sal 22:3). Si queremos estar donde Él está, necesitamos ir en Su dirección.
Comprueba si el expresar gratitud al Señor no lo «magnifica» ante tus ojos,
aumentando tu percepción de Uno que conoce tu nombre, que cuenta los
cabellos en tu cabeza, y manifiesta Su amor por ti con una bendición tras otra.
Comprueba si la práctica de la gratitud intencional no te transporta aún más
cerca de Él, no solo donde tu fe puede creerlo, sino donde tu corazón puede
sentirlo. El agradecimiento nos pone en la sala de Dios; prepara el camino a Su
presencia.

Quiero estar más cerca de Ti, Señor Jesús.

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FEBRER O 7
Moldeada a través de la presión
«Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia, y la paciencia, carácter
probado, y el carácter probado, esperanza» (Ro 5:3, 4).

Dios usa circunstancias y personas para revelar nuestra necesidad de Él y


llevarnos al final de nosotras mismas. Las circunstancias que Él usa pueden
ser, un trabajo estresante, un matrimonio difícil, una enfermedad crónica,
una crisis financiera, o algún otro problema que traiga presión a nuestras
vidas.
Frente a las presiones, podemos escoger responder con orgullo, al resistir y
resentir las circunstancias, o entregarnos a la desesperación. O podemos escoger
responder en humildad, someternos a la mano de Dios y permitirle moldearnos y
formarnos a través de la presión.

Dios también nos ha dado el cuerpo de Cristo. Mientras caminamos en la luz


con nuestros hermanos creyentes, ellos pueden ver áreas donde necesitamos ser
quebrantadas.

«Fieles son las heridas del amigo» (Pr 27:6), sea que ese amigo sea un pastor,
un padre, un compañero u otro creyente que nos ama lo suficientemente como
para señalar nuestros puntos espirituales ciegos.

¿Estoy escogiendo orgullo o humildad en esta prueba?

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FEBRER O 8
La gratitud refleja el corazón de Jesús
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a
sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre,
porque así fue de tu agrado» (Lc 10:21).

Uno de los atributos del Señor Jesús que es fácil de pasar por alto si no
estás atento, es Su espíritu de gratitud que se evidencia en varias ocasiones:

*Al regresar los setenta discípulos. Jesús había enviado a estos seguidores
a varios pueblos, instruyéndolos a proclamar el reino de Dios a donde quiera
que fueran. Cuando regresaron a reportar lo que había ocurrido, estaban tan
emocionados que casi no podían hablar. Su gozo por el ministerio causó que
Jesús diera un paso atrás y se maravillara de la manera en que el Padre trabaja
a través de Su pueblo.

*En la tumba de Lázaro. Aún antes de decirle a Lázaro «Ven fuera», Jesús se
volvió a Su Padre, antes de recibir respuesta, y dijo, «te doy gracias porque me has
oído» ( Juan 11:41). La prueba de la fe es la habilidad de expresar agradecimiento
antes de saber cómo va a responder Él.

*A la hora de comer. Muy a menudo nuestras oraciones antes de la comida


son un poco más que pausas inconscientes. Para Jesús no era así. En Marcos 6, la
oración que Jesús ofreció mientras «levantaba los ojos al cielo» y partía los
panes para dar de comer a los cinco mil, fue una de adoración profunda y
personal, y de acción de gracias.

El corazón de Jesús estaba lleno de gratitud.

Expresaré gratitud lo más que pueda hoy.

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FEBRER O 9
La ladrona ingratitud
«Porque los hombres serán…ingratos, irreverentes, sin amor, implacables,
calumniadores, desenfrenados…a los tales evita» (2 Ti 3:2,-3, 5).

La ingratitud lo roba todo: relaciones sanas, humildad, contentamiento,


placer, y el dulce caminar con Cristo que nos provee el único acceso a la vida
abundante.

Así que hay una buena razón por la cual, en su segunda carta a Timoteo,
Pablo listó la ingratitud exactamente en el medio de malos compañeros como
la blasfemia, el desamor, el salvajismo y la traición (2 Timoteo 3:1-5), porque
allí pertenece. La ingratitud no es un pecado menos atroz que estos otros rasgos
malos.

Por cierto, tan poderosa es la influencia ejercida por la ingratitud, que cuando
la reemplazamos con gratitud, es seguro que encontraremos muchos otros
pecados que salen de nuestras vidas. Fíjate cómo Pablo instruyó a los Efesios:
«ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de
gracias» (Ef. 5:4).

Abandonados a nuestra suerte, naturalmente no gravitamos hacia la gratitud.


Pero podemos dar muerte a nuestra inclinación natural hacia la ingratitud.
Podemos permitir al Espíritu que haga que la gratitud sea la nueva configuración
en nuestros corazones.

Pon un guardia en mis palabras hoy, más gratitud, menos necedad.

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FEBRER O 1 0
Patrón de vida
«( Jesús) se retiraba a lugares solitarios y oraba» (Lc 5:16).

El evangelio de Lucas nos dice que «Jesús se retiraba a lugares solitarios y


oraba». Este era el patrón de Su vida. Aquí era donde Él recibía Sus «órdenes
de marcha» para el día. Aquí era donde Él descubría la voluntad de Dios para
Su vida. Aquí era donde Él se renovaba y restauraba cuando había salido de
Él virtud, mientras ministraba a las multitudes. Aquí era donde Él obtenía los
recursos para luchar contra Satanás, ¡y ganar! Aquí era donde Él recibía gracia
para amar al que no era amable, y poder para hacer lo imposible.

Y aquí es precisamente donde tú y yo a menudo nos perdemos todo lo que


Dios tiene para nosotras. A diferencia de Jesús, nosotras intentamos vivir la
vida con nuestra propia energía. Pensamos que podemos seguir dando sin ser
reabastecidas. ¿Es realmente posible para nosotras manifestar el mismo espíritu
que Jesús manifestó, al enfrentar la presión? Todo eso depende de si estamos
dispuestas a tomar las mismas decisiones que Él tomó, a adoptar Su prioridad
número uno como la prioridad número uno de nuestras vidas.

¿Cuál es mi cantidad y calidad usual de tiempo a solas con Dios en la


Palabra, alabanza y oración?

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F E B R E R O 11
La herramienta de Dios
«¿No es mi palabra como fuego – declara el SEÑOR – y como
martillo que despedaza la roca?» ( Jer 23:29).

La Palabra de Dios tiene el poder para ablandar la tierra endurecida de


nuestros corazones y quebrantar nuestra terca vida egoísta. El salmista se paró
en asombro de Su poder: «La voz del SEÑOR es poderosa…la voz del SEÑOR
rompe los cedros» (Sal 29:4:5).

Cada vez que abrimos la Palabra de Dios, sea en privado o en lugares públicos,
debe ser con la intención de permitir que la Palabra nos quebrante. La misma
Palabra que sirve como martillo para rompernos entonces se convertirá en un
bálsamo para sanar nuestros corazones y una luz para guiar nuestros pasos en el
camino de la humildad.

La Palabra de Dios es Su herramienta para enseñarnos nuestras necesidades y


crear oportunidades para escoger el camino del quebrantamiento. Sin embargo,
debemos responder a Su iniciativa al cooperar con lo que Él nos está enseñando.

Crea oportunidades para que yo clame a Ti hoy, Señor.

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FEBRER O 1 2
Examen del corazón
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón» (Sal 139:23).

Las siguientes preguntas están diseñadas para revelar áreas específicas de


las cuales debes estar alerta en tu caminar con Cristo. No están diseñadas para
producir culpa, solo son herramientas útiles para revelar la condición actual de tu
corazón. Responde a cada pregunta lo más honestamente posible. Lee los pasajes
bíblicos si el tiempo te lo permite. Ponte de acuerdo con Dios acerca de cada
necesidad que Él te revele. Confiesa cada pecado que Él exponga. Alábalo por Su
asombroso amor y poder para perdonar. No te apures; dale tiempo a Dios para
hablar, y date tiempo para responder.

¿Refleja mi vida humildad? (Isa. 57:15)

• ¿Soy rápida en reconocer y estar de acuerdo con Dios en


confesión cuando he pecado?
• ¿Soy rápida en reconocer delante de otros cuando estoy mal?
• ¿Me regocijo cuando otros son elogiados y reconocidos y mis
logros no son notados por la gente?

¿Refleja mi vida obediencia a Dios? (1 Sam. 15:22; Heb. 13:17)

• ¿Constantemente obedezco lo que sé que Dios quiere que yo haga?


• ¿Constantemente obedezco a las autoridades humanas que Dios ha
puesto sobre mi vida

¿Cuál es la condición de mi vida?

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FEBRER O 1 3
La queja
«No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena
para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta
gracia a los que escuchan» (Ef 4:29).

Un consejero cristiano estaba visitando a un líder de una iglesia de India


que había venido a Estados Unidos a estudiar. En medio de su conversación,
él le preguntó al hombre qué pensaba de los americanos, a lo cual su invitado
respondió: «¿Quieres que sea honesto?»

«Sí, sí quiero,» contestó el consejero.

«No tienen idea de lo mucho que tienen»,


dijo el hombre, «y además siempre se quejan».

En muchos niveles, América bien puede ser justamente acusada de ingratitud


grave. ¿Pero, la iglesia y los cristianos en América, pueden ser acusados de la
misma cosa? ¿Tú? ¿Yo?

Ahora sería un buen momento para hablar con el Señor sobre eso. Si estas
palabras expresan tu corazón, únete conmigo para ofrecérselo a Él:

Perdóname por las muchas veces y maneras en que reflejo Tu carácter y Tu bondad
negativamente, al verbalizar insatisfacción y murmurar con otros.

Concédeme un espíritu de verdadero arrepentimiento y un corazón que siempre esté


abundando y rebozando de gratitud hacia Ti y los demás.

Seguro que a Él le encantaría escuchar eso de nosotras.

Imagínate que me están grabando, ¿qué estoy diciendo? ¿Cómo se refleja mi


corazón?

-
FEBRER O 1 4
Creada para la intimidad
«Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia» ( Jer 31:3).

A todas nos encantan las historias de amor. Eso es porque fuimos creadas para
dar y recibir amor. Fuimos creadas para la intimidad.

Sin embargo, la mayoría de nosotras conoce más de la ausencia de intimidad


que la realidad. Ese sentimiento de soledad y aislamiento que todas hemos
experimentado en alguna parte, en el centro de nuestro ser, es un vacío creado
por Dios que clama ser llenado; es un anhelo por intimidad con Dios.

Desde la más tierna infancia, hemos buscado llenar ese vacío, ansiamos
cercanía, calor, y cariño; anhelamos saber que le importamos a alguien, que
alguien se preocupa, que alguien que realmente nos conoce, todavía nos ama. Sin
embargo, aun en las mejores familias y relaciones humanas, lo más que podemos
hacer es opacar el sentimiento de anhelo; otros humanos nunca podrán llenar
completamente el vacío.

Eso es porque el Dios que creó ese vacío en nuestros corazones también es el
Único que puede llenarlo. En las Escrituras nos encontramos con un Dios que se
mueve hacia nosotras, que busca acercarnos a Sí mismo, que nos conoce íntima y
apasionadamente, y que nos invita a conocerlo de la misma manera.

Celebra hoy el amor del Salvador

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FEBRER O 1 5
Una parte en la obra
«Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job; y era aquel hombre
intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal» ( Job 1:1).

Job era un hombre justo, él temía a Dios y vivía una vida intachable. Por
razones solo conocidas por Dios, Job se convirtió en un actor secundario en el
drama cósmico, que se llevaba a cabo entre el cielo y el infierno. Cuando él no
podía sondear los propósitos de Dios por el dolor insoportable que fue forzado
a soportar, y cuando sus supuestos amigos incorrectamente asumieron que
estaba siendo castigado por alguna falta de su parte, Job comenzó a revelar un
corazón santurrón en un diálogo y debate extendido. Finalmente, Dios entra en
escena –como si hubiera estado esperando pacientemente a que alguien le
diera la oportunidad de hablar. A través de una serie de preguntas que ni Job ni
sus amigos pudieron responder, Dios reveló Su grandeza, poder infinito,
sabiduría superior, obras poderosas, y caminos insondables.

Job había sido un hombre bueno, su estilo de vida era irreprochable y su


sufrimiento no fue causado por su pecado. El sufrimiento, sin embargo, sirvió
para destapar su corazón y exponer un nivel más profundo de depravación que
de otra manera no hubiera visto. Como resultado de su encuentro con Dios, Job
no solo fue un hombre bueno y religioso, ahora era un hombre quebrantado.

Rinde las grandes preguntas sobre la vida al Señor.

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F E B R E R O 16
Bendiciones simples
«Pues de (la) plenitud (de Cristo) todos hemos recibido,
y gracia sobre gracia» ( Jn 1:16).

Un amigo mío en sus ochenta que fielmente ha caminado con el Señor y le


ha servido durante la mayoría de su vida, identificó uno de los problemas más
básicos asociados a la ingratitud:

«En mi propia vida, encuentro una posición predeterminada, escondida


bajo la superficie, es una actitud siempre presente de "derechos". Esto,
más que cualquier otra cosa que pueda identificar, es mi problema más grande».

Cuando damos por sentadas las bendiciones simples, como si nos las debieran,
o por el contrario, cuando comenzamos a pensar que nuestra casa, nuestro carro,
nuestra ropa, o nuestra situación general en la vida están por debajo de lo que
merecemos, la ingratitud encuentra todo el oxígeno que necesita para prosperar.

Uno de los efectos colaterales impropios de todo el esfuerzo y la energía


que nuestra sociedad ha invertido para edificar nuestra autoestima
individual y colectiva, es que nuestra cultura ahora abunda en este nivel súper
alto de merecimiento. Entre más prósperas seamos, más alto es nuestro
estándar de
vida, y pareciera que también más demandantes y disgustadas nos hacemos. Ten
cuidado de dónde pones tu nivel para medir las cosas con las que puedes vivir y
las cosas con las que no puedes vivir. La altura de ese estándar afectará casi todo.

¿Qué tengo que el Señor no me haya dado?

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F E B R E R O 17
Durante todo ese tiempo
«Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán
y su mujer, y los vistió» (Gn 3:21).

Ese momento en que Adán y Eva firmaron su proclamación de emancipación


fue decisivo. Escogieron creerle a la serpiente en lugar de a Dios. Cuando
escucharon el ruido de Dios caminando en el jardín en las horas tempranas de la
mañana, tuvieron temor y no pudieron soportar la idea de enfrentarlo. En lugar
de eso, cubrieron sus cuerpos desnudos y se escondieron.

Todas hemos experimentado ese sentimiento horrible de vergüenza que


nos hace querer escondernos de Dios, porque sabemos que hemos despreciado
el único verdadero amor que jamás hemos conocido. En ese instante oscuro,
podemos sentir que hemos desechado Su amor y que nunca lo experimentaremos
otra vez.

Pero aún en ese momento de separación vergonzosa en el jardín, había


esperanza. Dios el Amante eterno tomó la iniciativa para restaurar a la pareja
alejada a la comunión con Él. Por medio de un sacrificio, los vistió con pieles de
animales y puso en marcha los eventos por medio de los cuales el hombre
podría al final ser reunido con Él. Durante todo ese tiempo Dios nunca dejó de
amar, nunca dejó de comunicarse, nunca dejó de buscar, nunca dejó de tener
iniciativa. Así como nunca deja de amarnos y buscarnos a ti y a mí.

Cada camino de regreso a Dios ha sido pavimentado por Dios mismo.

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FEBRER O 1 8
¡Es tiempo!
«Sembrad para vosotros según la justicia, segad conforme a la
misericordia; romped el barbecho, porque es tiempo de buscar al Señor
hasta que venga a enseñarnos justicia» (Os 10:12).

El patrón de Dios a través de la Biblia es restaurar a Su pueblo rebelde.


Considera, por ejemplo, al profeta Oseas.

Dios mandó a Oseas a profetizar a la nación de Israel. Aunque era el pueblo


escogido por Dios, la nación estaba en un estado espiritual triste y en decadencia
moral. Por años disfrutaron de las bendiciones de Dios: abundancia material,
fuerza militar, relaciones pacíficas con las naciones vecinas; sin embargo, aún
así se apartaron de Él. Dejaron de ver a Dios como la fuente de sus bendiciones
y escogieron en su lugar acreditarse a sí mismos. Dejaron de adorar a Dios.
Dejaron de amarlo. Lo reemplazaron por ídolos, ocupaciones mundanas y
riqueza terrenal.

Fueron estos compatriotas confundidos a los que Oseas trajo repetidas


reprensiones y súplicas. Si ellos no regresaban al Señor, les advirtió, de seguro
vendría juicio. Mira la esencia del mensaje de Oseas, en Oseas 10:12-13. Si
queremos regresar a Dios, debemos estar preparadas para romper la tierra dura y
árida de nuestras vidas espirituales. ¿Cuándo? Ahora.

Es tiempo de buscar al Señor.

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FEBRER O 1 9
El primer encuentro
«Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham,
el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro,
porque tenía temor de mirar a Dios» (Ex 3:6).

Moisés y Dios vinieron a experimentar una relación extraordinaria. Pero no


comenzó de esa manera. De hecho, el primer encuentro de Moisés con Dios,
apenas se podría llamar íntimo. Cuando estaba parado al lado de esa zarza
ardiente a un lado de la montaña y escuchó la voz de Dios, Moisés se aterrorizó.
Escondió su rostro, porque tenía temor de ver a Dios.

Pero una vez que Dios tuvo la atención de Moisés, compartió con Moisés
cosas que ningún otro hombre de este tiempo ha conocido jamás. Él reveló Su
preocupación profunda por los hijos de Israel en Egipto. Él reveló su plan para
usar a Moisés como Su instrumento. Y Él reveló que tenía todo el poder y los
recursos para que sucediera.

Cuando Moisés pensó en su accidentado pasado y sus aptitudes promedio,


debió haberse preguntado cómo podría ser esto. Se sintió inseguro e inadecuado.
No obstante, él respondió a la iniciativa de Dios, y desde ese día su vida nunca
fue la misma; así como tu vida nunca será la misma una vez que te embarques
en la aventura de una relación creciente y vital con Dios.

¿Tiene Dios mi atención?

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F E B R E R O 20
Deshazte de estas
«Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus
bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!» (Lm 3:22-23).

¿Puedo exhortarte hoy a que busques y te deshagas de dos rasgos de carácter


insidiosos de tu vida? El primero es comparar. Esto es más que solo llevar la
cuenta de quién tiene qué. Es tan peligroso para nosotras enfocarnos en los
sacrificios que estamos haciendo, el arduo trabajo que estamos realizando,
comparando nuestro nivel de labor y compromiso con lo que otros están
invirtiendo. Cuando nuestro enfoque está en nosotras, aún cuando sea en lo
bueno que estamos haciendo, nos impide ser agradecidas por aquello con lo que
los demás están contribuyendo. Perdemos nuestra apreciación por los demás
cuando los vemos a través de nuestra propia sombra.

El segundo es la ceguera a la gracia de Dios. Nosotras somos las que le


debemos a Dios. Sus misericordias que son «nuevas cada mañana», no son
bendiciones que merecemos, sino gracia dada por la mano amorosa de Dios a
criaturas caídas, a aquellos a quienes Él ha redimido. El considerar Su gracia una
obligación de Dios para con nosotras es perder la visión de Su hermosura y su
gloria que nos sustentarán a través de las batallas de la vida y mantendrán el
gozo fluyendo dentro y fuera de nuestro corazón. Examina tu vida.

¡Deshazte de estos dos ladrones!

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F E B R E R O 21
Haz los cálculos
«Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la
fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios» (Ef 2:8).

Tres palabras cuentan la historia de toda la Biblia: «culpa», «gracia» y


«gratitud».

Nacemos en un estado de culpa ineludible, transgresoras, bajo la condenación


justa de un Dios santo, intentando (pero incapaces) a través del esfuerzo humano,
hacernos a nosotras mismas dignas y aceptables a Dios, lo suficientemente
buenas para ganar Su favor.

A esta situación sin esperanza viene la gracia inmerecida de Dios a


través de Jesucristo. Cristo, que a diferencia de nosotras, cumplió la ley de
Dios perfectamente, murió en nuestro lugar como nuestro sustituto
perfecto, recibiendo el juicio que nosotras justamente merecíamos.

La vida de Cristo se ha convertido en la nuestra. Su muerte ha pagado el


sacrificio suficiente por nuestro pecado. Su resurrección nos ha asegurado que
ni la tumba puede detener a Dios de cumplir Sus promesas. Estamos aun ahora
mismo en comunión eterna con nuestro Padre celestial.

Es el mayor milagro. La muerte segura ha sido reemplazada por la vida segura.


Nosotras, que nunca hubiéramos buscado a Dios por nosotras mismas hemos
sido redimidas por Él, que nos buscó en Su amor y misericordia. ¡Ese es el
evangelio, las buenas nuevas!

Lo único suficientemente grande y poderoso para vencer y remover


por siempre y completamente mi culpa es el regalo de la gracia de Dios.

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F E B R E R O 22
La gratitud es un camino seguro a la paz
«Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo mediante oración y súplica
con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús» (Ef 4:6-7).

Orar no es todo lo que podemos y debemos hacer en situaciones

difíciles. Filipenses 4:6-7, dibuja esta ecuación: En cada situación: oración

+
agradecimiento = paz.

Cuando la oración se suma a la gratitud, cuando vemos las misericordias de


Dios aún en nuestro dolor, y cuando le damos gracias aún cuando no podemos
ver esas misericordias, Él nos encuentra con paz indescriptible. Es una promesa.

La oración es vital, pero para realmente experimentar Su paz, debemos venir


a Él con gratitud. Gratitud difícil y costosa; del tipo que confía en que Él está
trabajando por nuestro bien aún en circunstancias desagradables; del tipo que
acuartela nuestros corazones y mentes atribulados con Su paz inexplicable.

¿Está tu alma cansada del estrés de una situación difícil? Hay paz, amiga, la
paz de Dios, esperándote más allá de las puertas de la gratitud intencional. Pero
la única manera de encontrarla es yendo ahí por ti misma. La paz de Dios es una
de las muchas bendiciones que viven en el otro lado de la gratitud.

Oración + agradecimiento = paz.

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F E B R E R O 23
Dios ha hecho tabernáculo con nosotras
«A la entrada de la tienda de reunión, delante del SEÑOR, donde yo me
encontraré con vosotros, para hablar allí contigo. Y me encontraré allí con los
hijos de Israel, y el lugar será santificado por mi gloria» (Ex 29:42-43).

Por cuarenta años Moisés comulgó a solas con Dios. Con la excepción de
Josué, pocos tenían un corazón con el anhelo de conocer a Dios. Quizás tú sabes
lo que es caminar a solas con Dios sin el compañerismo de una pareja piadosa
o amistades cercanas. Aliéntate, aunque no haya nadie cerca de ti que esté
comprometido a caminar con Dios, tú todavía puedes disfrutar de comunión
personal con Él.

Después de guiar a los hijos de Israel fuera de Egipto y al otro lado del Mar
Rojo, Moisés continuó buscando la comunión con Dios. En ocasiones eso
significaba responder a Su llamado a pasar días largos a solas con Él, en lugares
remotos en las montañas.

Durante uno de esos tiempos prolongados, Dios le dio a su siervo


instrucciones para construir un tabernáculo. El propósito del tabernáculo (y
después del templo) era edificar un lugar donde Dios pudiera reunirse con Su
pueblo. Por siglos si un israelita quería reunirse con Dios, él iba al lugar de
reunión que Dios había establecido para ese propósito.
Por Cristo, ya no necesitamos un tabernáculo porque Su Espíritu mora en
nosotras. Literalmente, Él ha hecho tabernáculo con nosotras.

Dios está conmigo.

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FEBRER O 2 4
Una cosa he deseado
«El Señor ha buscado para sí un hombre conforme a su corazón» (1 S 13:14).

Como estratega y guerrero militar, como músico y poeta, y como estadista y


rey, en prácticamente todos los sentidos, David estaba por encima de los hombres
de su tiempo. Este hombre lo tenía todo: fama, popularidad, fortuna, habilidad
natural, y amistades leales. Así que cuando David dice, «Una cosa he pedido
al SEÑOR, y esa buscaré» (Sal 27:4), nos preguntamos, ¿Cuál es el deseo más
profundo y el anhelo del corazón de este hombre? ¿Qué le importa a él más que
cualquier otra cosa? ¿Cuál es su prioridad más alta? ¿Si solo una cosa pudiera
ser dicha de él al final de su vida, que querría él que fuera?

En la respuesta a esa pregunta se encuentra la explicación de mucho de lo


que hacemos: nuestras decisiones, nuestras prioridades, el uso de nuestro tiempo, la
manera en que usamos el dinero, la forma en que respondemos a la presión, a
quién o qué amamos. La respuesta de David revela por qué Dios podía decir, «El
corazón de este hombre palpita como el Mío».

David ciertamente tenía sus fallas. Él falló en algunas de las relaciones más
cruciales de la vida. Pero su amante Dios no lo dejaba ir.

¿Qué me importa más a mí que cualquier otra cosa?

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FEBRER O 60
En la mesa del Señor
«Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y
dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo» (Mt 26:26).

Es uno de los momentos más santos que cualquiera de nosotras pudiera


experimentar en una semana o mes normal, cuando venimos a la mesa del Señor
y tomamos parte de los símbolos de Su cuerpo y de Su sangre.

Al recordar Su muerte y celebrar nuestra salvación, somos confrontadas


una vez más con el peso de nuestro pecado. Cuelga en el silencio sagrado que
envuelve nuestras mentes y emociones. Por unos cuantos minutos de silencio,
somos despojadas de todo lo que normalmente nos distrae de lo que más nos
importa.

Uno por uno, los elementos están en nuestra mano. Se nos recuerda que
nuestras vidas se sostienen en la realidad de lo que estos elementos
representan. Los pecados de la semana pasada desfilan en nuestros
pensamientos. Pecados que parecían tan justificados, tan válidos en ese momento,
ahora parecen absolutamente ridículos en este escenario santo.

Pero cuando el peso de nuestro pecado es más de lo que podemos soportar, la


esperanza se despierta en nuestra alma. ¡Estos pecados ya han sido perdonados!
¡La gran declaración de Jesús: «Consumado es», aplica a nosotras! Por virtud de
la muerte y resurrección de Cristo, somos libres del pecado, libres para finalmente
vivir, ahora y para siempre.

Toma… come… recuerda.

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FEBRER O 61
Análisis del corazón
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón» (Sal 139:23).

Contesta cada pregunta lo más honestamente posible. Dale a Dios tiempo de


hablar, y date tiempo para responder.

¿Está el Espíritu de Dios en control de mi vida? (Gál. 5:22-25; Ef. 5:18-21)

• ¿Estoy permitiendo a Jesús ser Señor de cada área de mi vida?


• ¿Estoy permitiendo al Espíritu Santo «llenar» (controlar) mi vida
cada día?
• ¿Hay evidencia consistente del «fruto del Espíritu» siendo
producido en mi vida?

¿Es Jesús todavía mi «primer amor»? (Fil 1:21-23)

• ¿Estoy tan enamorada de Jesús como lo he estado siempre?


• ¿Estoy tan dedicada a Jesús, llena de Su gozo y de Su paz, y continúo
haciéndolo el objeto de mi afecto?

¿Cuáles son mis motivos para hacer cosas piadosas? (Mt 10:28; Hch 5:29)

• ¿Estoy más preocupada por lo que Dios piensa de mi vida que por
lo que otros piensan?
• ¿Oraría, leería mi Biblia, daría, y serviría tanto, si solo Dios lo notara?
• ¿Estoy más preocupada por agradar a Dios que por ser aceptada
y apreciada por los demás

Revélame la condición de mi corazón, oh Dios.

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FEBRER O 2
Indicador del corazón
«Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre, y los
rectos morarán en tu presencia» (Sal 140:13).

Cuando invitas a algunas amistades a cenar, es una señal segura de que


disfrutas de su compañía y de que te sientes cómoda al pasar tiempo con ellas.
Cuando escoges ir a la iglesia en lugar de quedarte a dormir los domingos, quiere
decir que valoras la adoración y la comunión cristiana, más que las reuniones
políticas, almuerzos relajados, o el crucigrama del New York Times.

Y cuando te encuentras siendo agradecida con Dios por Sus formas obvias
y aún misteriosas (o difíciles de entender) de bendecir, es una indicación de que
tu corazón está siendo atraído al Suyo y que tú crees que Él es bueno, fiel, y
confiable.

Si tú comienzas a darte cuenta, en el transcurso del día, de que brota gratitud


piadosa de ti, no será porque estás trabajando arduamente para mantener una
resolución de Año Nuevo. No durará por mucho tiempo. Las únicas personas
que pueden sostener un flujo constante de agradecimiento entre ellas y Dios, son
aquellas que saben quién, qué, y dónde estarían si Él no hubiera intervenido y las
hubiera salvado de ellas mismas.

«Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre», escribió el salmista (Sal


140:13). El dar gracias es un indicador de la condición verdadera de nuestro
corazón. Aquellos que han sido hechos justos por la gracia de Dios, serán
personas agradecidas.

¿Qué mensaje están mandando mis acciones sobre la condición de mi


corazón?

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F E B R E R O 28
Amistad cara a cara
«Y acostumbraba hablar el SEÑOR con Moisés cara a cara,
como habla un hombre con su amigo» (Ex 33:11).

Como resultado de pasar tiempo extenso en la presencia de Dios, Moisés


disfrutaba de una amistad profunda e inusual con Él. Mientras que los demás en
el campamento no podían acercarse a Él o ver Su gloria, «acostumbraba hablar
el SEÑOR con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo» (Ex
33:11). No se le permitía a Moisés ver Su cara, pero Dios hablaba directamente
con Moisés, no a través de un intermediario.

«Cara a cara» es una imagen de intimidad. Es una imagen de amantes. Por


otro lado, cuando algo pasa entre dos amigos, puede ser difícil e incómodo estar
cara a cara. Si tú has caminado con Dios durante algún periodo de tiempo,
sabes lo que es tener una brecha en la relación, tener dificultad de mirarlo «a
los ojos». El propósito del tiempo devocional diario es regresar a Su presencia
para averiguar qué ha causado esa brecha, y restablecer la comunión. Entonces
podremos una vez más ver Su rostro sin vergüenza ni temor.

¿Puedo mirar al Señor «a los ojos»?

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MARZO 1
Conocer a Dios
«Si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer
tus caminos para que yo te conozca» (Ex 33:13).

Vemos en Moisés a un hombre que siempre anhelaba una comunión más


profunda e íntima con Dios. En una de sus más íntimas conversaciones con
Dios, Moisés suplicó: «si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas
conocer tus caminos para que yo te conozca» (Ex 33:13). Esta es la oración de un
hombre que no solo quería saber más de Dios. Él quería conocer a Dios.

Al reunirte con Dios en tu tiempo devocional diario, no se te olvide que el


propósito mayor no es simplemente obtener más conocimiento de Dios o de Su
Palabra, sino conocerlo a Él y disfrutar de comunión íntima con Él. Puedes ser
una estudiante experimentada de la Palabra. Puedes ser líder del estudio bíblico.
Pero si tu estudio de la Palabra no te guía a conocer a Dios, no has alcanzado el
propósito.

Enfrente de mi Biblia, he escrito estas palabras que expresan mi anhelo de


conocer a Dios a través de Su Palabra:

Más allá de la sagrada


página, Te busco a Ti, Señor.
Mi espíritu brama por Ti,
O Palabra viva.

- Mary A. Lathbury (1841-1913)

Yo te busco, Señor.

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MARZO 2
El problema del agradecimiento sin Cristo
«...que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y comprensión
espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto
en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios» (Col 1:9-10).

Ciertamente es bueno que mantengamos una perspectiva positiva en la vida:


ser agradecidas por nuestra salud, por ejemplo, o por la oportunidad de ver a
una amiga en el pasillo del supermercado, o por una flor floreciendo en el jardín.
¡Qué maravilloso cuando nuestros corazones se despiertan al hecho de
que tenemos tanto de que ser agradecidas!

Pero, ¿agradecidas a quién?

El problema de gratitud sin Cristo es este: por más agradable que sea, está
fuera de contexto. Es una gratitud que genéricamente tira su agradecimiento al
aire, sin estar segura de si se dirige hacia buena suerte, los buenos momentos, la
buena fortuna, o al buen Señor. Sintiendo la necesidad de agradecer a alguien o
algo porque la vida no es tan mala como podría ser, la gente sinceramente escribe
estos pensamientos en una libreta o los comparte con amistades, sintiéndose bien
de sentirse agradecida.

Estas personas tienen una vaga conciencia de que son parte de algo más
grande que mera existencia humana. Aún así, no están listos o dispuestos, a
declarar que el «algo más grande» es un Creador y Salvador personal. Se queda
uno corto al mirar simplemente el lado bueno de la vida.

Que sea Cristo el centro de mi agradecimiento.

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MARZO 3
Un modelo de gratitud
«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios
para vosotros en Cristo Jesús» (1 Tes 5:18).

Hace muchos años, tuve el privilegio de entrevistar a Joni Eareckson Tada,


mi querida amiga que ha vivido toda su vida adulta como cuadripléjica. Joni
ha inspirado a un sinnúmero de personas –incluyéndome a mí– con su alegre
resistencia de cara a extremas limitaciones físicas.

Mientras conversábamos, fui cautivada por el espíritu indomable y el gozo de


esta mujer que tiene numerosos desafíos y problemas que hacen los míos
parecer minúsculos. Le pregunté a Joni, «¿Cómo mantienes un espíritu gozoso
con todos los desafíos con los que estás forzada a tratar diariamente?»

Después de una pequeña pausa ella dijo, «¿Sabes qué Nancy? pienso que me
he disciplinado por tantos años a "dar gracias en todo", que se ha convertido en
mi reacción reflejo».

De todas las perspectivas que Joni compartió ese día, esa sola declaración
penetró mi corazón profundamente. Ese día el Señor me mostró mi necesidad de
desarrollar un nuevo patrón de responder, uno de «dar gracias en todo» desde el
principio. No puedo decir que ya estoy ahí, pero ahí es donde quiero vivir.

Señor, ayúdame a hacer que mi primera respuesta sea «gracias».

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MARZO 4
Lavar diariamente
«Pedro le contestó: ¡Jamás me lavarás los pies! Jesús le respondió:
Si no te lavo, no tienes parte conmigo» ( Jn 13:8).

Tú y yo vivimos en un mundo corrupto. Habitamos en una carne


contaminada. En la Última Cena, tomando el lugar de un esclavo, Jesús pasó
alrededor de la mesa lavando los pies de cada uno de los discípulos. Cuando llegó
a Pedro, Él enseñó una lección importante acerca de esta cuestión de lavarse.
Pedro no se sentía cómodo de que el Maestro le lavara los pies. En respuesta a la
protesta de Pedro, Jesús le dijo que si no se dejaba lavar, él no podría tener parte
con Cristo.

Cuando Pedro se dio cuenta del costo de rehusar ser lavado, él decidió que
quería más. «Simón Pedro le dijo: Señor, entonces no solo los pies, sino también
las manos y la cabeza» ( Juan 13:9).

Jesús continuó explicando que, «el que se ha bañado no necesita lavarse,


excepto los pies, pues está todo limpio; y vosotros estáis limpios» ( Juan 10:13).
En otras palabras, una vez que entremos en relación con Cristo a través de Su
sangre derramada, hemos sido eternamente lavados. Pero cuando permitimos
que nuestras vidas se ensucien por este mundo o por nuestras propias
decisiones naturales, necesitamos regresar para ser lavados una vez más.

Jesús, por favor lava mis pies.

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MARZO 5
Gratitud sobreabundante
«Donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia» (Rom 5:20).

Gracia…don…gratitud. ¡Estas palabras son inseparables! Y deben ser


inseparables en nuestros corazones. Donde quiera que encuentres una, deberás
encontrar las otras.

Nuestro Dios de gracia, generosamente y con mucho gusto otorga gracia sobre
nosotras que merecemos Su juicio e ira. Aquellos que han recibido tan generosa
gracia responden al Dador con alegre gratitud.

En respuesta a nuestra culpa abundante, Dios derramó gracia sobreabundante.


¿No deberá, entonces, esa gracia sobreabundante ser encontrada con gratitud
superabundante?

¿Pero, es así? ¿Es la gratitud que fluye de tu vida igual de abundante a la gracia
que ha sido derramada en tu vida?

Culpa innegable, más gracia inmerecida, deberá igualar a gratitud desmedida.

Para muchas de nosotras, gratitud profunda no es algo que aparece en nuestras


vidas todos los días. ¿Cómo tomamos lo que sabemos y lo hacemos aquello que
vivimos? Yo digo que comenzamos cuando hacemos nuestra meta, el tener un
corazón tan agradecido con Dios como la gracia abundante que Él ha derramado
en nuestra vida. Eso debería mantenernos agradecidas por mucho, mucho
tiempo.

Culpa innegable…gracia inmerecida…gratitud desmedida.

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MARZO 6
Reabasteciendo tu espíritu
«Oh Dios, tú eres mi Dios, te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua» (Sal 63:1).

Pregúntale a la mayoría de cristianos cómo están, y hay posibilidad de que la


respuesta sea: «¡agotado!» Estoy convencida de que una de las mayores razones
por las que no podemos manejar las demandas de la vida diaria, es que nuestros
espíritus están cansados. Nuestras almas necesitan ser restauradas. Una razón más
para estar a solas en la presencia de Dios cada día. Dios tiene una interminable
provisión de fortaleza disponible que Él quiere derramar sobre nosotras. Y
necesitamos seguir regresando a Su presencia para que nuestra provisión sea
reabastecida. Las demandas de un día típico pueden llevarnos a caer agotadas
en la cama por la noche. Pero cuando nos despertamos por la mañana, Sus
misericordias son nuevas y frescas (Lam. 3). Si fallamos en detenernos y sacar de
Su infinita provisión de misericordia y gracia, nos encontraremos operando en
nuestros propios recursos agotados.

El salmista sabía lo que era restaurar su alma en la presencia de Dios. Muchos


de los salmos comienzan con expresiones de temor, enojo, o frustración. Pero
mientras él derrama su corazón al Señor, toda su perspectiva es cambiada, y él
recibe una infusión fresca de paz y fortaleza sobrenatural.

Estoy sedienta, Señor.

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MARZO 7
Devocionales sin devoción
«Este pueblo se me acerca con sus palabras y me honra con sus labios,
pero aleja de mí su corazón» (Is 29:13).

Algunas de nosotras hemos tenido nuestro tiempo devocional, pero sin


devoción. Hay una gran diferencia. Es posible que hayamos pasado por las
formalidades de leer nuestras biblias y «decir nuestras oraciones», pero no hemos
estado cultivando una relación de amor con nuestro Dios amante. Sabemos
mucho de Él, pero realmente no le conocemos a Él. Estamos activas y ocupadas
en una multitud de quehaceres espirituales, pero hemos perdido la perspectiva de
por qué estamos sirviendo, y a quién.

El resultado de nuestra religión «sin devoción», es visto en la manera en


que respondemos a la presión. Muchas de nosotras como cristianas estamos
crónicamente estresadas. A donde quiera que voy, lo veo en los ojos de las
personas, lo escucho en sus voces, y muy a menudo lo veo cuando miro a mi
propio espejo. Yo sé lo que es responder por cansancio con un espíritu impaciente
y demandante. Yo sé lo que es contender con Dios mismo, aún cuando mis ojos
se llenan de lágrimas de frustración conmigo misma y por mis reacciones.

También sé que solo hay un lugar donde ese ser enojado, reaccionario,
agobiado, puede ser transformado –el mismo lugar que María escogió– a los pies
de Jesús.

Quiero conocerte, Señor, realmente conocerte.

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MARZO 8
Gratitud cristiana
«Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo» (1 Cor 15:57).

Mandar un «gracias» en dirección al cielo ante la repentina aparición de


un buen lugar para estacionarse, el perdón de una multa por alta velocidad, o una
llamada de la oficina del doctor que te dice que tu examen dio negativo, no es lo
que caracteriza la gratitud cristiana. Este tipo de gratitud de yo primero es del
tipo que solo se activa cuando las cosas van bien y cuando bendiciones positivas
están fluyendo en nuestra dirección. Es un poco más que un reflejo automático,
como decir: «discúlpame» después de accidentalmente topar a alguien o un, «tú
también», después de ser animado por una cajera a tener un buen día.

Gratitud cristiana, por otro lado, involucra:

• Reconocer los muchos beneficios que hemos recibido de Dios y de


los demás (incluyendo aquellas bendiciones que vienen disfrazadas
como problemas y dificultades)
• Reconocer a Dios como el más grande Dador de todo don perfecto y
• Expresar apreciación a Él (y a los demás) por esos dones.

Nota la diferencia entre este concepto de gratitud, y otros intentos bien


intencionados, vasos medio llenos, de mirar la vida.

La verdadera gratitud es profunda.

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MARZO 9
Expectativas poco realistas
«Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer
como el hacer, para su beneplácito» (Fil 2:13).

La ingratitud es una de las armas más letales del enemigo. De hecho, nuestra
sociedad entera está sintiendo las secuelas de las estrategias de Satanás. Mucho
de lo que está mal con nuestras vidas puede ser rastreado a esa raíz de
ingratitud. Así que debemos guardar nuestros corazones de ella a cada paso.

Ten mucho cuidado de entretener expectativas poco realistas que alimenten


la ingratitud. Podemos comenzar a esperar mucho de la vida, del trabajo, de los
demás en general, hasta que no importa lo que estemos recibiendo en términos
de bendiciones, nunca será tanto como lo que estamos esperando. Necesitando
a Dios pero no siempre deseando a Dios, esperamos que los demás tomen
el lugar de Dios en nuestras vidas, dependemos de ellos para tomar nuestras
decisiones; de que nos amen continua e incondicionalmente; de que provean
para nosotras emocionalmente, físicamente, socialmente, totalmente. Y
cuando nos decepcionan –lo cual inevitablemente pasa– en lugar de ser
agradecidas por el amor inmutable de Dios y Su fidelidad en llenar nuestras
necesidades, esas expectativas insatisfechas, fácilmente se convierten en
resentimiento que envenena nuestros corazones y relaciones.

Dios es quien llenará mi corazón. Nadie más lo hará.

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MARZO 1 0
Nuestro origen
«He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado» (Is 49:16).

¿Por qué raramente damos regalos anónimos?

¿Será porque somos tan vanos que necesitamos ser reconocidos como los
dadores? ¿O es simplemente porque queremos que ellos sepan que los
valoramos y apreciamos? «Quiero que sepas cuánto significas para mí».

Cuando la Biblia declara que «toda buena dádiva y todo don perfecto viene
de lo alto, desciende del Padre de las luces» (Stg 1:17), ¿cómo puede ser
apropiado agradecer a nuestras «estrellas de la suerte» por siquiera una
bendición que viene a nosotras, cuando en realidad ha venido del que desde un
principio las creó?
Él quiere que sepamos que Él nos ha grabado en las palmas de Sus manos (Is
49:16) y que Él nos ama «con amor eterno» ( Jer 31:3).

Es solamente al reconocer que nuestras bendiciones tienen un origen único,


un Dador real, personal, vivo y amante; que esa gratitud comienza a convertirse
en auténtica gratitud cristiana, reconociendo y expresando apreciación por los
beneficios que hemos recibido de Dios y de los demás.

Mi nombre está escrito en Sus manos.

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M A R Z O 11
Viviendo en prioridad
«Pero una sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena,
la cual no le será quitada» (Lc 10:42).

Cada día debo tomar una decisión consciente, deliberada, diaria, de sentarme
a los pies de Jesús. En mis primeros momentos, al despertar, debo escoger que
más que cualquier otra cosa, más que dormir o producir o mis ocupaciones, escojo
escuchar Su Palabra, recibir Su amor, permitir que me cambie, y derramar la
devoción de mi corazón en Él. Yo debo escogerlo a Él sobre cualquier otra cosa.

Cuando entro a Su presencia, todo el mundo se ve diferente. Cuando me


acerco a Su corazón, encuentro misericordia cuando yo sé que merezco juicio;
encuentro perdón por todas mis formas mezquinas y egoístas; encuentro
gracia por todas mis insuficiencias; encuentro paz para mi corazón
atribulado; encuentro perspectiva para mis puntos de vista distorsionados. En
Él,
encuentro el ojo en medio de la tormenta. Oh, la tormenta a mí alrededor no se
desaparecerá inmediatamente, pero la tormenta dentro de mí se calma.

¿Qué puede ser más importante que esto? ¿El dormir? ¿Una lista de
quehaceres? Toma una decisión deliberada hoy de vivir en la prioridad de
tu relación con Jesús.

¿Qué es más importante?

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MARZO 1 2
Análisis del corazón
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón» (Sal 139:23).
La siguiente pregunta está diseñada para revelar áreas específicas de las
cuales debes estar alerta en tu caminar con Cristo. No están diseñadas para
producir culpa, solo son una herramienta útil para revelar la condición actual de
tu corazón. Contesta cada pregunta lo más honestamente posible. Lee los
pasajes de la Biblia si el tiempo te lo permite. Ponte de acuerdo con Dios acerca
de cada necesidad que Él te revele. Confiesa cada pecado que Él exponga.
Alábalo por Su maravilloso amor y poder para perdonar. No tengas prisa; dale
tiempo a Dios para hablar, y date tiempo a ti para responder.

¿Es mi corazón puro? (1 Juan 1:9)

• ¿Confieso mi pecado por nombre?


• ¿Mantengo «cuentas cortas de pecado» con Dios (confieso y
abandono cuando Él da convicción)?
• ¿Estoy dispuesta a renunciar a todo pecado por Dios?
• ¿Son mis conversaciones y mi conducta puras e irreprochables?

¿Tengo una conciencia limpia? (Hch 24:16)

• ¿Busco consistentemente perdón de aquellos a quienes les he


hecho mal o he ofendido?
• ¿Está mi conciencia limpia con todos? (¿Puedo decir honestamente,
«no hay nadie a quien haya ofendido de alguna manera a quien no
haya ido a pedir perdón y aclarado las cosas?»)

Señor, muéstrame la condición de mi corazón y de mis relaciones.

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MARZO 1 3
A través de los ojos de la gratitud
«Pero por la gracia de Dios soy el que soy, y su gracia
para conmigo no resultó vana» (1 Co 15:10).

Matthew Henry, el predicador puritano del siglo 18, cuyo comentario bíblico
se ha mantenido como el más popular de todos los tiempos, fue una vez acosado
por ladrones. A pesar de eso, este hombre piadoso no pudo evitar encontrar algo
para dar gracias como resultado de su infortunio: «Permíteme ser agradecido,
primero, porque nunca antes me habían robado; segundo, porque aunque se
llevaron mi bolso, no tomaron mi vida; tercero, porque aunque se llevaron todas
mis cosas, no era mucho, y cuarto, porque fue a mí a quien le robaron, no fui yo el
que robé.»

¡Qué perspectiva! Como alguien que dijo, «Si no puedes ser agradecido por lo
que recibes, sé agradecido por aquello de lo que te libras».

Simplemente es cierto que la persona que escoge la gratitud en su forma de


pensar y estilo de vida, puede ver cualquier cosa –¡cualquier cosa!– a través de los
ojos del agradecimiento. El mundo entero se ve diferente cuando lo hacemos.
Y aquel cuya gratitud es la gratitud cristiana –no dirigida hacia buenos genes
o tiempo apropiado, sino hacia Dios mismo– encuentra que ella profundiza su
relación con Él en muchos niveles.

¿De qué he escapado por la gracia de Dios?

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MARZO 1 4
Ella escogió mejor
«Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada
y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha
escogido la parte buena, la cual no le será quitada» (Lc 10:41-42).

Las conocidas hermanas, Marta y María, eran amigas queridas del Señor
Jesús. Marta, la maravillosa, eficiente hermana mayor, tenía un instinto
extraordinario de hospitalidad; y María la hermana menor, disfrutaba de una
devoción íntima con el Señor y atesoraba el tiempo que pasaba en Su
presencia.
¿Recuerdas la historia de la fiesta cuando Marta perdió la paciencia?

Ahora consideremos a María. Jesús dijo que en el momento más intenso de


la preparación, María escogió mejor que Marta. La elección de María no fue
hecha por obligación sino por devoción. Ella no estaba sentada a Sus pies por un
sentimiento de deber, sino porque ella apreciaba su relación con el Señor Jesús.

En otra ocasión, poco antes de que Jesús fuera a la cruz, María asistió a otra
cena donde Jesús era el invitado, esta vez en la casa de Simón el leproso ( Juan
12:1-8). Una vez más encontramos a Marta sirviendo (¡aunque quisiera pensar
que ella servía esta comida con un corazón diferente!). Una vez más encontramos
a María a los pies de Jesús, esta vez ungiendo Sus pies con una libra de perfume
costoso. El hecho, aunque sufrió la indignación de algunos que observaban, fue
precioso para Jesús, porque Él sabía que Su amor había ganado el corazón de ella.

Escogeré a Jesús hoy.

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MARZO 1 5
Eclipses de gracia
«Andad como hijos de la luz (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad,
justicia y verdad), examinando qué es lo que agrada al Señor» (Ef 5:8-10).

Gracia, gratitud, y dar van de la mano.

Imagínate el impacto en un mundo caracterizado por aislamiento, egoísmo, y


relaciones fracturadas, si adornáramos el evangelio que profesamos vivir, con una
cultura de cuidado mutuo, generosidad, y sacrificio. La verdad que proclamamos
sería creíble. Y Dios sería glorificado.

Trata de poner este tipo de espíritu a lado de situaciones en tu propia vida,


alcanzando a personas que conoces y por las cuales te preocupas, enfrentando
momentos dolorosos dentro de tu propia iglesia o familia extendida. Solo piensa
en cuántas grietas y brechas pueden ser reparadas, cuántas relaciones restauradas
y fortalecidas, si nuestra gratitud por la gracia de Dios eclipsara nuestra amargura
y venciera aquellas barreras relacionales.

Eso es lo que puede pasar cada día de la semana cuando la gracia de


Dios se vuelve real en nuestras vidas, cuando nuestra primera respuesta
sincera es
decir «gracias», tanto a Dios como a los demás, de la forma que Él quiera en ese
momento.

Abundante. Desbordante. Gracia no solo recibida y depositada, sino retirada


y multiplicada diariamente. Eso es lo que la gratitud cristiana puede hacer.

Mi meta, lo que le agrade al Señor.

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M A R Z O 16
La gratitud es la voluntad de Dios
«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios
para vosotros en Cristo Jesús» (1 Ts 5:18).

Escucho de muchas personas que quieren saber cómo conocer la voluntad


de Dios para sus vidas, especialmente cuando se trata de decisiones mayores que
ordenarán la vida.

Pero de forma interesante, cuando vas a la Escritura por perspectiva en la


voluntad de Dios, no encuentras mucho acerca de cosas que hacer, lugares a
donde ir, o personas a quienes conocer. Eso es porque la voluntad de Dios no es
tanto un lugar, un trabajo, o una pareja específica, como lo es un corazón y un
estilo de vida. Lo que sí encuentras en la Palabra, sin embargo, son declaraciones
claras concernientes a lo que es la voluntad de Dios, no solo para ti, no solo para
mí, sino para todos nosotros.

Y una de ellas es la gratitud. «Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad


de Dios para vosotros en Cristo Jesús» (1Tes. 5:18).

En otras palabras, podrás encontrarte mucho más cerca de escuchar el corazón


de Dios en ciertos asuntos de corto tiempo, no al hacer una lista de pros y
contras o angustiándote entre múltiples opciones, sino simplemente haciendo lo
que tú ya sabes que es Su voluntad. Da gracias.

La voluntad de Dios para mi hoy es, dar gracias.

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M A R Z O 17
La Palabra purifica
«Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella» (Ef 5:25).

Efesios 5:25 nos enseña que la muerte de Cristo en la cruz nació de Su


compromiso con una relación de amor. El versículo siguiente revela Su más
alto propósito para la iglesia: «para santificarla, habiéndola purificado por el
lavamiento del agua con la palabra» (Ef. 5:26). ¿Cuál es el «agua» que Dios
usa para purificarnos? El Espíritu Santo toma la Palabra y la aplica a
nuestros corazones para purificarlos.

Frecuentemente, tanto antes como después de leer la Palabra, le pido a Dios


que la use para lavar las partes más profundas de mi corazón. Le pido a Él que
ve y sabe todo, que exponga cualquier cosa en mi corazón que no sea santa.
Habiendo visto lo que la luz revela, me pongo de acuerdo con Dios, lo confieso
como pecado, y le pido a Él que me limpie con la sangre y la Palabra de Cristo.

Habiéndonos purificado del pecado por el lavamiento de Su Palabra, Dios


entonces usa la Escritura para proteger nuestros corazones de pecar contra Él.
«¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? ¡Guardando tu palabra!
(Sal 119:9).

Señor, protégeme con Tu Palabra hoy.

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MARZO 1 8
Aquí, allá, y en todo lugar
«Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad en Él;
firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en vuestra fe,
tal como fuisteis instruidos, rebosando de gratitud» (Col 2:6-7).

«Rebosando de gratitud»; Pablo anima a los colosenses a ser como un río


cuyas orillas se desbordan durante la temporada de inundaciones, derramándose
con olas exageradas y aguas crecientes esparciéndose por todas partes. Excepto
que esta inundación de gratitud, fluye como una corriente constante de
bendición. Ayudando. Sanando. Dando vida.

¿Se escucha muy idealista?

No lo es. Lo veo ocurrir todo el tiempo entre mis compañeros de trabajo en el


ministerio, quienes sobresalen en la gracia de dar, aunque muchos «sobreviven»
de un ingreso que sería considerado inadecuado bajo la norma de hoy. Mientras
Dios provee (y Él siempre lo hace), ellos se deleitan dándose el uno al otro,
satisfaciendo mutuamente sus necesidades, las que sean, desde ropa hasta
vegetales frescos y asistencia práctica con reparaciones de auto y casa. Es algo
hermoso de ver y es hermoso ser parte de eso.

Pero aún más grande es el gozo de ver relaciones que se crean, corazones que
se unen, y ver a Dios, en el proceso, ser glorificado por Su pueblo – todo porque
hombres y mujeres que pudieron haber escogido muy fácilmente acaparar y
quejarse, en su lugar escogieron dar y ser agradecidos a Dios y a los demás.

Coopera con Dios en el proceso.

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MARZO 1 9
Agradecida por la oportunidad de obedecer
«Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22:42).

El ejemplo más notable que tenemos de Jesús dando gracias tuvo lugar en La
Última Cena. Horas antes de ser traicionado, de Su arresto, y juicio, seguidos
por Su crucifixión, Jesús observaba la fiesta de la Pascua con Sus discípulos.

En una noche en que, desde una perspectiva humana, Él tenía toda la


razón para estar concentrado en sí mismo y entregado a la autocompasión, al
resentimiento, o a la murmuración, Él dijo palabras de agradecimiento a Su
Padre celestial, palabras que fluyeron de un corazón agradecido.

Eso no es poca cosa. Esto no era solo una bendición obligatoria ofrecida
antes de comer. La comida entera era una imagen del enorme sacrificio que
Jesús estaba a punto de hacer. Al dar gracias por la copa y el pan, luego dando
los elementos simbólicos a Sus discípulos, Jesús estaba diciendo en efecto, «¡Sí,
Padre! Estoy dispuesto a rendirme a Tu llamado para Mi vida, cueste lo que
cueste». Él se entregó a sí mismo a Dios y al mundo, no bajo coerción sino con
abandono y

…con gratitud, agradecido por el privilegio de obedecer a Su Padre y de


cumplir la misión que se le había encomendado completar en la tierra.

Espíritu de Cristo, llena hasta desbordar mi corazón con gratitud.

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M A R Z O 20
Asombrado por la santidad
«Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos,
llena está toda la tierra de su gloria» (Is 6:5).

Isaías tuvo un encuentro con Dios en Isaías 6, como nunca antes lo había
experimentado. El profeta fue asombrado con una visión de la santidad de Dios,
santidad tan intensa que aún las columnas del templo tuvieron el buen sentido de
temblar.

Isaías ya no podía ver la diferencia entre él y todas las personas depravadas a


su alrededor. Ahora él se veía a sí mismo a la luz del santo, alto, supremo Dios del
universo. Las palabras que salieron de su boca ya no eran, «ay de aquellos»; ahora
eran «¡ay de mí!».

Después de esta experiencia, Isaías confesó no los pecados de la nación,


sino sus propios pecados. Antes de esto Isaías había sido un buen hombre; él
era talentoso y comprometido con Dios. Pero en el capítulo 6, Isaías tuvo un
quebrantamiento verdadero. De ahí en adelante él operaba no por su fuerza
natural sino por un sentimiento intenso de su propia necesidad.

Conocer a Dios, vivir en Su presencia, y estar ocupado con una visión de Su


santidad es saber cuán necios y frágiles somos apartados de Él y ser liberados
de la preocupación por nosotros mismos.

¿Veo a Dios en Su trono, alto y exaltado?

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M A R Z O 21
Nuestra primera respuesta
«Levántate y vete; tu fe te ha sanado» (Lc 17:19).

Se les hizo muy difícil ser agradecidos a los leprosos que Jesús sanó. Pero para
uno, la gratitud fue su primera reacción inmediata a la gracia. Antes de irse a
hacer cosas que no había podido hacer cuando era un marginado, él regresó a
darle gracias a su Redentor.

A él no le importó quién lo oía. A él no le importó qué tan polvorosa estaba


la tierra a los pies de Jesús. A él no le importó adónde se habían ido los demás
o que él estuviera ahí solo, o que su demostración exuberante lo hiciera parecer
tonto a los espectadores. Todo lo que él quería hacer era agradecerle. Antes que
cualquier otra cosa «¡Gracias, Señor!»

Las palabras de Jesús dirigidas al samaritano agradecido, eran aún más


preciosas que aquellas que originalmente trajeron sanidad física para todo el
grupo de marginados: «Levántate y vete, tu fe te ha sanado» (Lc 17:19). No solo
curado de su condición física crónica, sino seguro de su salvación espiritual.

Los otros nueve regresaron a las vidas que ellos pensaban que habían
perdido para siempre, pero con esta salvedad: pudieron haber llegado a tener casi
todo restaurado, pero no se habían acercado de Jesús.

Antes que cualquier otra cosa, «¡Gracias, Señor!»

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M A R Z O 22
Historia de amor
«Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día» (Gn 3:8).

En las primeras páginas de la Biblia se nos presenta a un Dios que inicia una
relación con el hombre. De toda la creación de Dios, solo al hombre se le da la
capacidad de responder a la iniciativa de Dios, y a cambio, amarlo, conocerlo y
disfrutar de Su compañía.

Sin embargo, poco después de que la historia comenzara el hombre rechaza


la iniciativa de Dios, y se rompe la intimidad. En respuesta, este Dios amante
inmediatamente activa un plan en el cual Sus amados distanciados podrán ser
restaurados a comunión con Él. ¿Y cuál es el resultado de ese plan?

Cuando llegamos a las páginas finales de la Biblia vemos el cumplimiento


final de los propósitos eternos de Dios, al llenarse el cielo de personas cuyos
corazones han sido ganados por Su amor y quienes pasarán la eternidad en una
relación íntima de amor con su Creador.

Así que puedes ver que de principio a fin, la Palabra de Dios es una historia
increíble de amor. Y, maravilla de maravillas, es una historia que tiene tu nombre
y el mío en ella.

Yo soy de Él, y Él es mío.

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M A R Z O 23
Cielo
«Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras,
porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar» (Ap 11:17).

Dar gracias, eso es lo que vamos a hacer por siempre. Oh, estoy segura de que
no es todo lo que vamos a estar haciendo, y sin embargo estoy segura de que cada
acción, pensamiento, palabra, o promesa que hagamos a través de toda nuestra
vida eterna con el Señor, será una expresión de (literalmente) gratitud eterna.

La gratitud es el himno interminable del cielo. Apocalipsis 11:17 dice que los
veinticuatro ancianos caen sobre sus rostros ante Él, diciendo, «Te damos gracias,
oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu
gran poder y has comenzado a reinar». Incluso ahora. En este mismo minuto.

Cada vez que hablamos y vivimos nuestra gratitud aquí en esta base temporal
de operaciones, unimos nuestras voces con el gran coro de gratitud que brota
ante el trono de Dios y nos prepara para lo que vamos a estar haciendo por toda
la eternidad, glorificando y dándole gracias por todo lo que Él es y todo lo que Él
ha hecho.

Así que piensa en hoy como un «ensayo general», y hazlo de la misma manera
en que lo vas a hacer cuando lo estés haciendo «en vivo» en la presentación
real.

¡Servid al Señor con alegría! ¡Venid ante Él con cánticos de júbilo!

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MARZO 2 4
Ingratitud
«No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea
buena para edificación, según la necesidad del momento, para que
imparta gracia a los que escuchan» (Ef 4:29).

Hay algo especialmente desagradable y repulsivo acerca de este pecado


cuando lo vemos en los demás, especialmente cuando a nosotras no se nos
reconoce nuestra generosidad o sacrificio. Jesús por ejemplo, tenía toda la razón
para estar molesto con aquellos que habían recibido todo lo que querían de Él y
aún así no se molestaron en decir «¡gracias!»

Pero, ¿con qué frecuencia nos olvidamos de dar gracias por un acto de bondad,
un deber realizado, o un paso ahorrado, mientras que al mismo tiempo estamos
inconscientes de nuestra ingratitud? Gradualmente, sutilmente, nos volvemos
insensibles mientras que capas de derechos y resentimiento se envuelven en
nuestros corazones, hasta que el agradecimiento se ha desaparecido de nuestras
vidas y labios.

No es difícil que eso ocurra…aún en las relaciones más preciosas.


Intenta esto: confronta la ingratitud y cultiva un espíritu agradecido en tu
relación más cercana.

Por los próximos treinta días:

• Proponte a ti misma no decir nada negativo acerca de tu ser querido, ¡ni


ha él ni a ninguna otra persona!
• Expresa por lo menos una cosa que admiras o aprecias de tu ser
querido. Díselo a él y a alguien más.

Señor, muéstrame el bien en los demás.

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M A R Z O 25
En comunión con Dios
«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre
la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3:20).

A diferencia de los israelitas que adoraban a Dios en el tabernáculo y


luego en el templo, hoy ya no necesitamos ir a un lugar físico de reunión
para tener comunión con Dios. Debido a que Cristo derramó Su sangre por
nuestros pecados, el camino ha sido abierto para que nos acerquemos al Padre
directamente, sin la necesidad de un mediador humano. Por Su Espíritu Santo
que mora en nosotras, tú y yo nos hemos convertido en el templo de Dios, el
mismo lugar donde Dios mora.

El propósito de este nuevo templo es el mismo que era en el templo antiguo:


un lugar donde podamos tener comunión con Dios. Este es el corazón de las
palabras de Jesús a la iglesia de Laodicea: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo»
(Ap 3:20). Comer juntos es un símbolo universal de amistad y comunión. El
propósito de nuestro tiempo devocional no es brincar por aros espirituales
o cumplir algún tipo de tarea celestial, sino sentarnos y tener una comida de
compañerismo con el Señor, tener comunión con Él.

Come con el Señor hoy. Solo Él y tú.

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M A R Z O 26
Análisis del corazón
«¡Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón!» (Sal 139:23).

Contesta cada pregunta lo más honestamente posible. Dale tiempo a Dios


para hablar, y date tiempo para responder.

¿Está mi vida caracterizada por el perdón? (Col 3:12-13)

• ¿Busco resolver conflictos en mis relaciones lo más pronto posible?


• ¿Soy rápida en perdonar a aquellos que me hacen mal o me hieren?

¿Está mi vida caracterizada por el evangelismo? (Lc 24:47-48; Rom 9:23)

• ¿Tengo una carga por las almas perdidas?


• ¿Testifico consistentemente de Cristo?

¿Está mi vida caracterizada por la práctica de la oración? (1 Ti 2:1)

• ¿Soy fiel en orar por las necesidades de los demás?


• ¿Oro específica, ferviente, y fielmente por avivamiento en mi vida, mi
iglesia y nuestra nación?

Señor, ayúdame a perdonar, a amar y a orar.

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MARZO 2 7
El primer paso de alejamiento
«Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le
dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos
y su necio corazón fue entenebrecido» (Rom 1:21).

La ingratitud es el primer paso para alejarse de Dios.

En el primer capítulo de Romanos, Pablo habla acerca de la «ira de Dios»


siendo revelada contra la «injusticia de los hombres» (Rom 1:18). Él escribe una
lista: «toda injusticia, maldad, avaricia y malicia» (Rom 1:29), y casi toda cosa
horrible que puedas imaginarte.

¿Pero qué hace que la gente (y las civilizaciones) bajen por este camino
de pecado cada vez más serio? La respuesta se encuentra en el versículo
21:
«Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron
gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón
fue entenebrecido». ¡La cuestión aparentemente insignificante, inofensiva de
la ingratitud, resulta ser la fuente de todos los otros males enumerados en este
capítulo!

¿Puedes ver qué tan serio es este pecado de ingratitud? Cuando nos
entregamos a la queja y a la murmuración no honrando a Dios ni dándole gracias
a Él (Rom 1:21), nos embarcamos en un deslizadero destructivo que nos puede
bajar a profundidades que nunca hubiéramos imaginado.

No te sigas alejando.

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M A R Z O 28
Una invitación a la intimidad
«Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en la casa
del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura
del SEÑOR, y para meditar en su templo» (Sal 27:4).

El corazón de Padre y amante de Dios, nos llama a tener una relación con
Él. Él está buscando amantes. Él siempre está pensando en nosotras, siempre
deseando nuestra compañía y comunión. Comenzaremos a cumplir el propósito
para el cual Él nos creó, cuando hagamos de buscarlo a Él, nuestra más alta
prioridad y meta en la vida. Absolutamente nada es más importante. Y la relación
para la que fuimos creadas no puede sostenerse sin pasar tiempo consistente a
solas con Él.

¿Dónde estás en tu relación con Él? ¿Está creciendo? ¿O se ha vuelto


distante y sin pasión? ¿Estás nutriendo esa relación al pasar tiempo cada día con
Él? ¿Te está dando Él un nuevo deseo de conocerle y de conocer Su amor y
ofrecerle devoción verdadera? Si es así, por qué no tomar la declaración de
objetivos de David y hacerla tu oración:

Señor Jesús, Tú me has demostrado que solamente una cosa es absolutamente


necesaria, y esa es la única cosa que quiero buscar con todo mi corazón: que
yo viva en Tu presencia cada día de mi vida. Quiero conocer Tu corazón, Tus
caminos, y Tu voluntad. A este propósito supremo me dedico. Amén.

¿Está mi relación con Dios creciendo?

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M A R Z O 29
La gratitud es una evidencia de la llenura del Espíritu
«Sed llenos del Espíritu» (Ef 5:18).

¿Qué significa ser «llenos del Espíritu Santo?» Esta pregunta siempre
generará discusión y debate. Sin embargo, hay un punto en que todos podemos
estar de acuerdo, y es que los creyentes, tanto individual como colectivamente,
deben ser llenos del Espíritu de Dios. Efesios 5:18 explícitamente nos manda a
«ser llenos del Espíritu» y describe cómo «se ve» eso, las evidencias visibles de
esta realidad invisible. Sabemos que la vida llena del Espíritu tiene ramificaciones
prácticas
en cada esfera en la que vivimos y operamos. Una evidencia que no es menos
importante que las demás se encuentra dos versículos después: «dando
siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo» (Ef. 5:20).
¡Ser agradecido es la evidencia primordial de la llenura del Espíritu!

El hecho es que no podemos quejarnos y ser llenas del Espíritu al mismo


tiempo. Cuando un espíritu agradecido reside en nuestros corazones y se expresa
en nuestros labios, es una evidencia de que el Espíritu Santo vive en nosotras;
que estamos cediendo a Su control, y que Él está produciendo Su fruto de gracia
dentro y a través de nuestras vidas.

¿En este momento, cederé control de mi vida al Espíritu?

-
M A R Z O 30
Toma la decisión
«Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas;
pero una sola cosa es necesaria» (Lc 10:41-42).

Las palabras de Jesús a Marta, hablan a la «Marta» en todas nosotras. Es


como si Él hubiera dicho, «Marta, no tiene nada de malo que quieras servirnos
la comida. El problema es que has permitido que tu lista de «tareas» te distraiga
de lo único en este mundo que verdaderamente importa: tener una relación
conmigo».

Jesús le recordó a Marta que ella tenía que tomar la decisión de cultivar
su relación con el Maestro, de pasar tiempo sentada a Sus pies y escuchar Su
Palabra, aún cuando haya otras cosas buenas que demanden atención.

Casi puedo escuchar a Jesús decir: «Está bien conmigo si solo comemos
sopa y galletas o si no cenamos. Lo que importa es Mi relación contigo. Por eso
vine a tu casa. Tu compañía es más para Mí que tu comida. Tú eres más
importante para Mí que cualquier cosa que puedas hacer para Mí».

La vida cristiana no se trata de todas las cosas que podemos hacer para
Dios, se trata de ser amadas por Él, amarlo a Él, y caminar en unión y
comunión íntima con Él.

No compliques las cosas. Ama al Señor primero.

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M A R Z O 31
¿Cuál eres tú?
«Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor,
así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda
y sacrificio a Dios, como fragante aroma» (Ef 5:1-2).

En nuestros intentos de conocernos mejor unos a otros y a nosotros mismos,


comúnmente agrupamos a las personas en una de dos categorías mutuamente
exclusivas; descripciones que casi requieren que la persona sea de la una o de la
otra.

Los que dan y los que toman. Los que aman y los que pelean. Tipo A y Tipo
B. Espíritus libres y los que hacen listas. Optimistas y pesimistas. Los que se
despiertan temprano y los que se desvelan. Fanáticos de los Yankees y fanáticos
de los Red Sox.

Algunos de estos rasgos parecen ser innatos; otros son más el resultado
de decisiones que tomamos en la vida. Pero dependiendo de qué lado nos
encontremos o nos pongamos, el resultado es un conjunto de perspectivas y
acciones totalmente diferentes de las de aquellos que operan del otro lado.

Dos tipos de personas. Personas agradecidas y personas malagradecidas.


Aquellos que se quejan, y aquellos que adoran.

Es difícil ser de ambas. A través del balance de tu vida, una u otra dominará
la manera en que ves y respondes a casi todo. Escogerás ser agradecida o
malagradecida al reconocer una bendición o pasarla por alto, al reconocer un acto
bondadoso o inconscientemente ignorarlo.

Debo decidir cual seré.

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ABRIL 1
Asunto pendiente
«Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios;
de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y
por ella muchos sean contaminados» (He 12:1).

He llegado a creer que, así se den cuenta o no, la falta de perdón es, de hecho,
algo muy real para la mayoría de las personas. Casi todos tienen a alguien (o a
algunos) que no han perdonado. Lo he visto confirmado una vez tras otra. Por
muchos años, cuando he hablado acerca de este tópico, después de definir y
describir el perdón desde una perspectiva bíblica, le he hecho esta pregunta a la
audiencia: «¿Cuántas de ustedes serían lo suficientemente honestas para admitir
que hay una raíz de amargura en su corazón; que hay una o más personas en su
vida –en el pasado o el presente– que nunca han perdonado?»

He pedido una respuesta a decenas de miles de personas, incluyendo a


creyentes de mucho tiempo, líderes de estudio bíblico, y trabajadores cristianos
vocacionales. En prácticamente todos los casos, entre el 80 y el 95 por ciento de
las manos del salón se levantan.

Todavía me afecta profundamente pensar que la vasta mayoría de las


personas sentadas en la iglesia domingo tras domingo (y muchas que están
sentadas en casa que ya no van a la iglesia, desilusionadas), tienen por lo menos
una semilla, si no es un bosque, de falta de perdón en su corazón.

Honestamente ante Dios, pregúntate a ti misma si hay alguien a quien le estás


reteniendo el perdón

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ABRIL 2
Bendiciones invisibles
«Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre,
son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Co 2:9).

El ministro escocés Alexander Whyte fue conocido por sus oraciones


edificantes en el púlpito. Él siempre encontraba algo por qué estar agradecido.
Pero un domingo por la mañana, el clima estaba tan húmedo y sombrío que
los miembros de la iglesia se dijeron entre sí, «ciertamente el predicador no
va a encontrar algo por lo cual agradecer al Señor en un día tan miserable».
Para su gran sorpresa, sin embargo, Whyte se paró ante el púlpito esa mañana
deprimente y comenzó a orar, «Te damos gracias, Señor, porque no siempre es
así».

Hay bendiciones en tu vida y en la mía que «ningún ojo ha visto, ni oído ha


escuchado», bendiciones que son evidentes cuando no aparecen. Haz el ejercicio
al revés. Por ejemplo, piensa en las millas que has manejado sin tener una llanta
pinchada. Piensa en un pecado destructivo o un hábito del cual el Señor te ha
librado de ser tentado. Quizás tú cojeas por uno o dos problemas médicos, pero
piensa en la docena que nunca has experimentado.

Mira todos los beneficios en tu lista creciente de inductores de


agradecimiento, y al ir de reversa, encontrarás tus bendiciones multiplicadas a
una velocidad sorprendente.

Haz una lista hoy, al revés, de las bendiciones en que puedas pensar; cosas que
no pasaron.

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ABRIL 3
Gratitud 101
«Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de
nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento» (2 Co 2:14).

«¿De qué estás agradecido?» es la pregunta que normalmente hacemos en


la mesa, el día de Acción de Gracias:

La diferencia entre la gratitud cristiana y la gratitud simple, es ser capaz de


asociar al regalo con su Dador. Mientras no hagamos nuestra lista del día de
Acción de Gracias en el contexto de la gracia de Dios, será como despertarnos
en la noche y solo poder ver parte del reloj. Saber que son las «algo y veinticinco»
realmente no nos ayuda mucho. Pero ser capaces de asociar la hora y el minuto,
nos puede evitar el «dormir» durante la experiencia de la gratitud.

No estoy tratando de quitarle el gozo o hacerla innecesariamente compleja.


No quiero construir una metodología elaborada o maquinación alrededor de
este concepto, como si solo la persona más sabia y espiritual supiera realmente
agradecer como debe ser.

Mi deseo es simplemente que podamos abrirnos a experimentar y a expresar


más de la bondad de Dios, y «reconocer y expresar aprecio por los beneficios que
hemos recibido de Él y de los demás». Esa es la verdadera gratitud cristiana.

Comparte con alguien tu gratitud por lo que has visto que Dios ha hecho
recientemente en tu vida.

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ABRIL 4
Privadamente y públicamente
«A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has dado
sabiduría y poder, y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido,
pues el asunto del rey nos has dado a conocer» (Dn 2:23).

Para que la gratitud sea una fábrica de alegría en nuestros corazones, debe ser
expresada en todo lugar, en toda oportunidad, tanto privadamente, ante Dios,
como públicamente ante los demás.

La gratitud llenaba la vida privada y la vida pública del profeta Daniel.

Después de pedirle a Dios que le mostrara la interpretación del sueño de


Nabucodonosor sobre la estatua de múltiples metales con pies de hierro y de
barro, Daniel reaccionó a la revelación sobrenatural de Dios: no salió corriendo
a decirle al rey, para así mostrarse como el hombre sabio número uno del reino,
sino que primero pausó y agradeció a Dios por la respuesta.

Una vez más, en el muy conocido caso del decreto de Darío de que por treinta
días, todas las oraciones o peticiones debían ser dirigidas únicamente al rey y
a ningún otro dios, la trampa que eventualmente llevó a Daniel al foso de los
leones, su respuesta a la amenaza reveló el patrón característico de su vida: Él
oró y dio gracias «como solía hacer» (Dn 6:10). Nada le podía impedir a Daniel
su práctica establecida de ofrecer oración y agradecimiento, aun frente a un gran
peligro.

¿Qué tan agradecida soy cuando nadie más me está viendo?

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ABRIL 5
La lista de tareas de Dios
«Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió
y llevar a cabo su obra» ( Jn 4:34).

He aprendido que nunca habrá suficiente tiempo en el día para que yo haga
todo lo que está en mi lista de «tareas». Ni tampoco va haber tiempo para que yo
haga todo lo que está en la lista de «tareas» que los demás tienen para mí. Pero
siempre habrá suficiente tiempo para hacer todo lo que esté en la lista de
«tareas» de Dios para mi vida.

Ese concepto me ha ayudado a liberar una gran cantidad de presión de


mi agenda. Regularmente, le pido al Señor que me libere de mis propias
expectativas, y de las de los demás, y que me ayude a discernir las que son Sus
prioridades para mi vida. Luego le pido que me dé la gracia y la disciplina para
decir sí solamente a lo que Él ha ordenado para mí.

Ese es el patrón que Jesús estableció mientras estaba en la tierra. Él solamente


hacia lo que el Padre le había dado para que Él hiciera. Él fijó su enfoque, firme
como un pedernal. cada día, a cumplir solamente lo que estaba en el plan de Su
Padre. Nada más, nada menos.

Busca al Señor para tu lista de tareas hoy y pídele que te inste a cumplir
Su voluntad.

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ABRIL 6
Agradecimiento público
«En la gran congregación te daré gracias; entre mucha gente te alabaré» (Sal 35:18).

¿Qué tan rápida eres para dar gracias a Dios cuando todos están viendo?
¿Cuánto espacio toma la gratitud en tus interacciones diarias con los demás? La
gratitud no es solo para consumo privado, también es para las conversaciones
públicas.

¿Alguna vez has estado en esos servicios en la iglesia o en grupos


pequeños, por ejemplo, en que el pastor o el líder pide testimonios de
adoración por
la bondad de Dios, y de repente el lugar se queda en silencio, como si todos
tuvieran mucha vergüenza de comenzar o (quizás) es la primera vez que ese
pensamiento les pasa por la mente en toda la semana? A menudo somos rápidas
para compartir nuestras preocupaciones con los demás, pero muy reservadas para
compartir nuestras expresiones de gratitud.

Sin embargo, David, en el Antiguo Testamento era irreprimible cuando


se trataba de dar gracias públicamente, «Te alabaré entre los pueblos, Señor;
te cantaré alabanzas entre las naciones» (Sal 57:9).

Da gracias al Señor en privado y también en público, donde los demás puedan


escuchar y ser recordados de la bondad de Dios.

Es verdaderamente maravilloso admirar la gracia de Dios. Que mi gratitud no


sea menos extraordinaria.

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ABRIL 7
No hay fórmula secreta
«Perdonándoos unos a otros… como Cristo os perdonó,
así también hacedlo vosotros» (Col 3:13).

En ninguna parte en la Escritura encontraremos una palabra mágica o


fórmula secreta para el perdón. No es un método para ser aprendido sino una
verdad que se debe vivir. El concepto del perdón no es ajeno para la mayoría de
nosotras. El problema es que no hemos reconocido la falta de perdón que está en
nuestros corazones; simplemente no hemos tomado la decisión de perdonar.

Al instarte a que escojas el camino del perdón, con todos los riesgos y
dificultades, no trato de insinuar que lo que tú has sufrido no es real. No
quiero menospreciar o empequeñecer las experiencias que han hecho una
marca dolorosa en tu alma. De hecho, aunque algunos insistan en que necesitas
«perdonar y olvidar», la verdad es que, el perdón requiere que enfrentes cuánto te
han herido.

Pero en el camino, mientras estudiamos la Palabra de Dios, descubrimos esta


verdad difícil y al mismo tiempo sanadora: ante cualquier pecado que se haya
cometido en tu contra, la decisión de no perdonar en sí misma es un pecado
serio. De hecho, el no perdonar a menudo puede traer problemas en tu vida
mucho peores y durar más tiempo que el dolor de la ofensa original.

¿Necesito perdonar a alguien? ¿Estoy dispuesta a que Dios me ayude


a hacerlo?

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ABRIL 8
Deja que tu alabanza se escuche
«El Señor, es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por
tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico» (Sal 28:7).

La gratitud es una melodía con la que puedes danzar.

Ciertamente lo era para la nación de Israel en el Antiguo Testamento.


Recuerdo esa ocasión festiva en que las murallas de la ciudad habían sido
reconstruidas bajo el liderazgo valiente de Nehemías, después de la hostilidad
y la oposición que soportaron para completar su trabajo. «En la dedicación de
la muralla de Jerusalén buscaron a los levitas en todos sus lugares para traerlos
a Jerusalén, a fin de celebrar la dedicación con alegría, con himnos de acción de
gracias y con cánticos, acompañados de címbalos, arpas, y liras» (Neh. 12:27). La
música y la acción de gracias van de la mano en la Biblia.

Puedes estar pensando, «oh, yo no es que cante muy bien». Yo tampoco. Pero
independientemente de nuestro talento musical natural o falta de él, la música es
un vehículo poderoso de nuestra gratitud, levanta nuestras cabezas. No tiene que
escucharse bien para ser buena.

En el servicio en la iglesia. En el carro.

Cortando el césped. Barriendo el patio.

De camino al buzón para recoger el periódico.

Cualquier momento es bueno para cantar en gratitud. Si sientes que


lentamente estás perdiendo tu apreciación por Dios y Su bondad, trata de decirlo
con música.

¿Qué canción o canciones vienen a tu mente que expresan tu alabanza


al Señor? ¡Canta!

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ABRIL 9
Una mujer conforme al corazón de Dios
«Que el SEÑOR recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte
del SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte» (Rt 2:12).

El relato bíblico de Rut es uno que encuentro particularmente conmovedor e


instructivo cada vez que lo leo. Rut era una mujer con un corazón humilde. Ella
no reclamó sus derechos. Ella no insistió en que Booz proveyera para su sustento
al permitirle recoger espigas en sus campos. Y porque ella cedió sus demandas,
ella fue capaz de genuinamente agradecer por su generosidad.

Muchas de nosotras vivimos como si el mundo nos debiera algo, «tú debes
suplir mis necesidades». Pero el corazón humilde dice, «es un acto maravilloso de
gracia que tú ministres mis necesidades».

Una vez escribí en mi diario la siguiente oración después de meditar en la


historia de Rut: «Oh Dios, por favor déjame ver donde estaría hoy si estuviera
lejos de Ti. Por favor despójame de mis caminos orgullosos y demandantes y
vísteme de mansedumbre, humildad, y gratitud. Vacíame de mí misma y lléname
de la naturaleza dulce y amable de Jesucristo».

Rut solo fue a servir con un corazón humilde y agradecido. Y como resultado,
Dios se aseguró de suplir sus necesidades. Él hará lo mismo por ti.

Escribe en tu diario tu propia oración en respuesta al ejemplo de Rut. Pídele a


Dios que te ayude a modelar el tipo de carácter de Rut.

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ABRIL 104
No se necesitan excusas
«Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre…
el que colma de bienes tus años» (Sal 103:1,5).

Aquellos que me conocen atestiguarán que no se toma mucho para que yo


encuentre una «excusa» para pedir una «celebración de acción de gracias»
¡en cualquier día del año!

Mi más memorables vísperas de Año Nuevo han sido aquellas pasadas


con amistades cercanas celebrando la bondad de Dios en el año que termina,
buscando Sus bendiciones para el año venidero, y observando la Santa Cena
juntos (la «eucaristía» significa «dando gracias»).

Poco después de mudarme a mi primera casa, invité amistades y vecinos a


unirse a mí en una tarde especial en la que todos le dimos gracias a Dios por
Su provisión de gracia en nuestras vidas y consagramos mi casa para ser usada
para los propósitos de Su Reino.

La vida está llena de ocasiones que pueden ser transformadas de simples


fiestas a momentos deliberados de gratitud unida. Estos no son solo eventos
casuales; son oportunidades para dar gracias al Dador de toda buena dádiva. La
apertura de un negocio. El comienzo de una iniciativa de un ministerio en la
iglesia. Cumpleaños y aniversarios de matrimonio. Aún los funerales pueden ser
«días santos» que llaman al pueblo de Dios a dar gracias por el impacto de la
vida de un ser querido.

Sí, la vida está llena de razones para dar gracias desde corazones llenos.

¿Qué debo celebrar y a quien invitaré para compartirlo conmigo?

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ABRIL
Él dirige nuestros pasos
«Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió,
y se fue a un lugar solitario, y allí oraba» (Mr 1:35).

¿Alguna vez te has preguntado cómo es que Jesús supo de la mujer en la


multitud o del leproso a lado del camino al cual Él se suponía que debía tocar
ese día? Ciertamente había más necesidades que las que Él había suplido en
cualquier otro día. ¿Cómo sabía cómo manejar cada situación individual? Él
reprendió a un grupo por su falta de fe pero animó a otro hombre que admitió
que luchaba con dudas.

Las respuestas se encuentran en Marcos 1:35 (leer arriba). Diariamente,


Jesús dejaba las multitudes por suficiente tiempo y regularmente para
preguntar,
«Padre, ¿qué quieres que haga?» Al final de este pasaje, los discípulos de Jesús
salen a buscarlo. «Señor», ellos dicen, «todos te buscan». Las actividades de Jesús
del día anterior están en la primera página de cada periódico mayor. Él es el
programa más popular en la ciudad. Pero Jesús dice, «a empacar; nos vamos a la
próxima ciudad».

«¿Pero, Jesús, por qué? Hay muchas personas


que te necesitan aquí. ¿Por qué movernos?»

«Porque es lo que Mi Padre quiere que Yo haga.»

¿Cómo sabía Él? Porque estuvo lo suficientemente callado como para


escuchar el corazón de Su Padre.

¿A quién quieres que yo le ministre hoy, Señor?

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ABRIL 1 2
Cómo es que Dios habla
«Pero desde allí buscarás al SEÑOR tu Dios, y lo hallarás
si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma» (Dt 4:29).

Algunas de nosotras no tenemos ni idea de lo que Dios quiere que hagamos


con nuestras vidas o con nuestros días. No sabemos cómo resolver los conflictos
en nuestros hogares, cómo suplir las necesidades de aquellos más cercanos a
nosotras, cómo tomar decisiones simples. La razón puede ser que no hemos
permanecido en quietud el tiempo suficiente para pedirle dirección o buscar Su
respuesta en Su Palabra.

Dios nos dirige a través de Su Palabra. Mientras leemos y meditamos en la


Escritura, el Espíritu que mora en nosotras ilumina nuestro entendimiento y nos
da la sabiduría para saber cómo aplicar esa Palabra en áreas específicas y
prácticas de nuestras vidas. Él usa su Palabra para revelarnos Sus prioridades.

Dios puede traernos a la mente varias Escrituras que tienen relación con la
situación: quizás algo sobre prioridades, valores, actitudes, o respuestas. Él puede
inquietarnos a buscar consejo de una persona piadosa o un líder espiritual. Puede
que nos recuerde alguna otra prioridad que Él ya nos ha dado. Dios no nos deja
desorientadas, pero debemos buscarlo para hallarlo.

Dios promete sabiduría cuando se la pedimos. Señor, ¡te estoy pidiendo!

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ABRIL 1 3
No es fácil
«Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer
como el hacer, para su beneplácito» (Fil 2:13).

Nada sobre el perdón es fácil. No hay duda de eso. Es difícil imaginarlo. Es


difícil hacerlo. Es difícil seguir haciéndolo. Pero, si pudiéramos de alguna manera
alejarnos de nuestra situación lo suficiente como para poder ver más claramente;
ir al lugar donde las heridas y las cicatrices no nos duelan cada vez que
volteamos de cierto modo o hacemos un movimiento de repente, veríamos algo
diferente.

Veríamos que las cosas empeoran al no perdonar. Alguien una vez me dijo
que el perdonar es como tomarnos veneno y esperar que la otra persona muera.
Esa es una imagen de palabra poderosa, de lo que la falta de perdón es para el
corazón humano. Aunque pueda sentirse bien, aunque pueda sentirse justificada,
aunque aparente ser la única opción disponible para nosotras, es destructiva y
fatal para la que la toma. La misma arma que usamos para causar dolor a nuestro
ofensor se convierte en una espada apuntando hacia nosotras, haciéndonos
mucho más daño a nosotras, y a los que nos aman, que a aquellos que nos han
herido.

¿He probado la falta de perdón como un veneno?

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ABRIL 1 4
Consulta con el Señor
«Encomienda tus obras al SEÑOR, y tus propósitos se afianzarán» (Pr 16:3).

Hay muchas actividades que simplemente no son prioridades para Dios en


esta temporada de nuestras vidas. Así que cuando alguien te pide que asumas un
nuevo ministerio o actividad, ¿qué debes hacer? Cuando yo soy confrontada con
esta decisión, yo digo, «déjame consultar con el Señor primero, y te dejo saber».

Pero, te preguntas, ¿cómo «consulto con el Señor»? ¿Me dirá en realidad si


debo o no enseñar esa clase o asumir el nuevo proyecto? Probablemente no. Pero
lo que sí hará es usar Su Palabra y Su Espíritu para dirigir tus pasos.

A menudo reclamo la promesa de Proverbios 16:3: «Encomienda tus obras


al SEÑOR, y tus propósitos se afianzarán». Mientras estoy orando concerniente
a una decisión o un asunto específico, a veces simbólicamente pongo esa
preocupación en mis manos, luego levanto mis manos unidas al Señor y le digo,
«Señor, estoy presentando este asunto ante Ti. Soy tu sierva; Quiero hacer lo
que Tú quieras que yo haga. Por favor establece mis pensamientos y usa Tu
Palabra para guiarme a una decisión sabia que te agrade».

¿Le he preguntado al Señor sobre esto?

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ABRIL 1 5
Paquete de beneficios
«Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios,
Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades;
el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión;
el que te colma de bienes tus años» (Sal 103:2-5).

Recientemente, para la transmisión de Aviva Nuestros Corazones, entrevisté a


una mujer que fielmente ha memorizado y ha meditado en la Escritura por más
de cincuenta años. Ella habló de los muchos beneficios que ha recibido como
resultado de guardar la Palabra de Dios en su corazón.

Me maravillé cuando ella mencionó que en realidad ella nunca había


estado deprimida. Explicó que cuando ella se encuentra un poco cabizbaja o
triste, comienza a citar el Salmo 103. En ese momento en la entrevista
procedió a recitar todo el salmo, de memoria, pensativamente, con una
expresión llena de sentimiento.

Fue una experiencia conmovedora para todas las que estábamos escuchando
en ese lugar. Cuando ella terminó, hubo un silencio santo. Mi primer
pensamiento fue, «¡Cómo puede alguien estar deprimido, y cómo puedo yo
alguna vez ceder al desánimo, si todas estas bendiciones son nuestras, y sí lo son!

Cuando reconocemos e identificamos las bendiciones específicas que hemos


recibido de Dios y de los demás, descubrimos razones innumerables para
expresar gratitud. El salmista tomó tiempo para bendecir al Señor por beneficios
específicos, ¡él no quiso que ni uno de ellos se le olvidara!

Pídele a Dios que te revele hoy cuán grande es tu «paquete de beneficios» en Él.

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A B R I L 16
Estorbo
«Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia» (Mt 5:7).

He conocido a muchos creyentes que encuentran difícil aceptar y


experimentar el amor y el perdón de Dios. Una de las principales razones, es
porque rehúsan perdonar a los demás. Las palabras de Jesús con respecto a la
falta de perdón son tan rígidas y directas, que nosotras que somos salvas por
gracia, pero no perdonamos en nuestros corazones, nos encontramos buscando
escapatorias, esquivando lo obvio, y tratando de convencernos a nosotras mismas
de que Él se refería a algo menos exigente. Ciertamente, ¡Él conoce lo profundo
que es nuestro dolor, no puede esperar perdón completo de nosotras!

Pero en realidad, no encontramos donde escondernos. «Bienaventurados los


misericordiosos», Él dijo, «porque ellos recibirán misericordia», implicando,
podemos suponer, que aquellas de nosotras que no somos misericordiosas hacia
los demás no debemos esperar ser receptoras de esa promesa.

Cuando rehusamos perdonar, algo está estorbando nuestra relación con el


Padre. La Escritura afirma que nuestra propia experiencia confirma una conexión
clara entre nuestra disposición de extender perdón a los demás, y nuestra
habilidad de apropiarnos de él y experimentar Su perdón por nuestros pecados.

Aquellas que rehúsan perdonar no pueden esperar disfrutar completamente lo


dulce de Su compasión y Su misericordia.

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A B R I L 17
Gratitud y humildad
«Por tanto dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.
Por tanto, someteos a Dios» (Stg. 4:6-7).

Los miembros de la tribu Masai en África Occidental entienden que la


gratitud y la humildad van de la mano. Cuando quieren decir «gracias», bajan su
cabeza hasta que su frente toca la tierra y literalmente dicen, «mi cabeza está en
la tierra».

Una de las cualidades fundamentales invariablemente encontradas en una


persona agradecida es la humildad. La gratitud es el desbordamiento de un
corazón humilde, así como un espíritu malagradecido y quejumbroso fluye de un
corazón orgulloso.

Las personas orgullosas están envueltas en sí mismas. Piensan mucho de sí


mismas y poco de los demás. Si las personas o circunstancias no les agradan o
no les convienen, se resienten. Santiago 4 dice que Dios se opone al orgulloso, el
concepto es que Él se aleja de ellos, los mantiene a distancia.

Pero cuando escogemos «humillarnos», Dios se acerca a nosotras y derrama


Su gracia en nuestras vidas. Su Espíritu hace una obra limpiadora y purificadora
en nuestros corazones, nos da la victoria sobre el ruidoso y demandante tirano
«yo», y nos permite ser personas agradecidas, aún en medio de circunstancias
desafiantes.

Las personas humildes están envueltas en Cristo. Son agradecidas aún por la
más pequeña amabilidad extendida hacia ellas, sabiendo que es más de lo que
merecen.

¿De qué me he quejado hoy? Pídele perdón al Señor ahora mismo.

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ABRIL 1 8
Pregúntale a Dios
«No sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti» (2 Crón 20:12).

Segunda de Crónicas 20 cuenta esta historia que nos es familiar, de un


gran ejército de Moabitas y Amonitas que se unieron para hacer guerra contra
Judá. Leímos que el rey Josafat se alarmó y «se dispuso a buscar al Señor» (v. 3).
Antes de llamar a una reunión del Consejo Nacional de Defensa, llamó a una
asamblea solemne para que el pueblo viniera y ayunara, y buscara al Señor. En
su oración, Josafat expuso los hechos ante el Señor. Cerró su oración al decir «no
sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti» (v.12). En respuesta
a esta oración, Dios dramática y decisivamente derrotó al enemigo, usando uno
de los planes más inusuales en la historia.

Años después, el rey Ezequías aprendió la oración de defensa de Josafat.


Cuando recibió un mensaje intimidante de un enemigo, mira su respuesta en 2
Reyes 19:14-15: «Entonces Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros
y la leyó, y subió a la casa del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR».

¿Cuál es la crisis, la dificultad, la decisión que estás enfrentando? Extiéndela


delante del Señor.

Mis ojos están en Ti, Señor.

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ABRIL 1 9
Innumerables extras
«Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para
bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito» (Ro 8:28).

¿Quién más puede dar gracias por una buena comida, un buen tiempo, o un
buen esfuerzo, sabiendo que esto no solo ha sido un regalo para nosotras de otra
persona sino que definitivamente viene del Dios viviente, sino un cristiano?

Me encanta saber que Él cuida y provee para mí, no solo el aire que respiro y
el alimento que como, sino innumerables extras que simplemente fluyen de Su
corazón generoso.

Y no quiero que se me escape ninguna oportunidad de agradecerle por cada


una de ellas.

Cuando mis ojos son abiertos por la gratitud, a estos ejemplos ilimitados de
gracia, es entonces cuando puedo ver con suficiente claridad para seguir adelante
en este mundo quebrantado.

Por otro lado, si volteamos nuestra gratitud por todas estas bendiciones, fuera
de Aquel que las provee, nos quedamos con un puño de hilos de colores, pero sin
ningún patrón, ninguna conexión entre ellos, nada que una estos retazos de tela y
los convierta en algo realmente útil o simplemente hermoso.

Nos quedamos con un montón de «signos de interrogación» pero… «¿Y qué?»

Dios es el que une las bendiciones.

Dirige los pensamientos de alguien al Señor hoy, al señalar tu agradecimiento


hacia Él.

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A B R I L 20
Atrévete a ser disciplinada
«¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado
para muerte, o de la obediencia para justicia?» (Ro 6:16).

Recibamos hoy una advertencia de la Escritura. Si escogemos el camino


de la falta de perdón por mucho tiempo, nos convertimos en alguien que no
pretendíamos ni queríamos ser. Nos convertimos en personas amargadas, lo
queramos admitir o no.

Como es el caso con cualquier pecado, cuanto más practiquemos la falta de


perdón, más se arraiga como un patrón normal de comportamiento. Cuanto
más nos arraigamos a nuestras heridas, enojo, y amargura, más nos convertimos
en esclavas de la falta de perdón. Y cuanto más tiempo nos quedamos en esa
condición, más difícil se hace para que esas cadenas sean rotas.

La amargura crece en nosotras cuando no vemos los problemas y el dolor en


nuestras vidas desde el punto de vista de Dios, y cuando nuestras expectativas de
lo que la vida debe ser se desvían de nuestra realidad.

La verdad es que, la vida en un mundo pecaminoso y caído es dolorosa. Como


el apóstol Pablo nos recuerda: «la creación entera a una gime y sufre dolores
de parto…también nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando
ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo» (Ro 8:22-
23).

¿Se ha convertido el patrón de la falta de perdón en una disciplina que


practico en mi vida?

-
A B R I L 21
Un ejemplo de gratitud
«Dad gracias al SEÑOR, invocad su nombre;
dad a conocer sus obras entre los pueblos» (1 Cr
16:8).

Como cualquier cosa que Dios hace crecer en nosotras, Su intención de


ayudarnos a parecernos más a Cristo no es meramente para beneficiarnos a
nosotras mismas, sino para ayudarnos a inspirar lo mismo en los demás, para que
puedan ver las bendiciones de confiar en el Señor.

El mejor maestro de todo (por supuesto) es nuestro ejemplo. ¿Te escuchan


los demás expresar tu gratitud al Señor y hacia los demás por las cosas
pequeñas y grandes durante el día? ¿Les dices a los demás lo agradecida que
estás por su amabilidad y consideración? ¿Escuchan los demás tu
agradecimiento a Dios por tu buena salud y por las bendiciones abundantes para
tu familia? O, al contrario,
¿escuchan que murmuras cuando tu esposo retrasa la cena porque tuvo que
quedarse con un cliente más tiempo, o cuando se te pincha una llanta, o cuando
el sol no sale por una semana?

La gratitud se une con otras virtudes importantes que son más efectivamente
entendidas que enseñadas. ¿Qué tan contagiosa eres, especialmente en
compañía de aquellos que te conocen bien?

Expresa tu gratitud por las bendiciones «pequeñas» en voz alta.

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A B R I L 22
Intercesión
«También les dijo: Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo,
y va a él a medianoche y le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque un
amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo nada que ofrecerle",
y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: "No me molestes…» (Lc 11:5-7).

¿Alguna vez te ha pasado que estás orando y viene a tu mente una amiga
que está en necesidad? A mí, sí. Con mucho gusto supliríamos su necesidad de
nuestros propios recursos si pudiéramos. Pero nuestros recursos escasos no son
suficientes para la gran necesidad de nuestra amiga. Luego recordamos que hay
Uno cuya provisión nunca se acaba, y quien se deleita en dar buenas dádivas a
Sus hijos. Así que nos llenamos de valor y nos acercamos a Él en nombre de
aquellos que amamos.

Vamos a Su puerta y tocamos. Cuando Él se tarda en venir a la puerta,


continuamos tocando, apelando fervientemente por la necesidad de nuestra
amiga, hasta que Él viene y concede nuestra petición. Esto es a lo que Andrés
Murray se refirió con, «la cuerda de tres dobleces que no puede ser cortada: la
amiga hambrienta necesitando ayuda, la amiga orando buscando ayuda, y el
Amigo Poderoso, amando dar cuanto es necesario».

En ese momento devocional a solas con el Señor, venimos con valentía y


humildad a Su trono de gracia para obtener misericordia, no solo para nosotras,
sino para aquellos que Él ha confiado a nuestro cuidado, y a rogar por gracia para
que sean ayudados en su tiempo de necesidad.

Señor, traigo la necesidad de ante Ti ahora mismo…


Comprométete a interceder en nombre de tu amiga cada día por los próximos
treinta días.

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A B R I L 23
Ahora y después
«Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo,
sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por
medio de ella, les da después fruto apacible de justicia» (He 12:11).

Hebreos 12 nos da una perspectiva de las dificultades que enfrentamos


como creyentes. Nos recuerda que Dios usa las experiencias de nuestras vidas,
especialmente las difíciles, para hacer algo especial en nosotras «para nuestro
bien» (v. 10). ¡Sí, para nuestro bien!

¡Esto es tan natural para nosotras como un niño que desea ser disciplinado o
corregido por sus padres! Como este pasaje declara, todos hemos experimentado
dolor en el proceso de entrenamiento.

Dios no está implicando que lo que ha ocurrido en nuestras vidas no es gran


cosa. Si has sido herida o maltratada de alguna manera, Él no te está diciendo
que te lo sacudas, que te controles, que madures y que sigas como si nada.

No, la enseñanza de Hebreos 12 debe animarnos, pues Dios considera


estos asuntos lo suficientemente importantes como para requerir Su cuidado
y atención especial. Él quiere usar estas experiencias dolorosas para nuestro
entrenamiento y madurez espiritual. Son parte de Su propósito eterno y Su
plan de darnos forma y moldearnos a la imagen de Jesús, para que Él pueda ser
glorificado a través de nuestras vidas.

¿Cómo es que la verdad de que Dios usa este momento doloroso para tu
entrenamiento, la hace redentora?

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ABRIL 2 4
¿Has orado por ello?
«Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción
de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios» (Fil 4:6).

La mayoría de nosotras nacimos para «arreglar». Nuestra tendencia natural


es tomar las cosas en nuestras propias manos, estar inquietas, preocuparnos,
y demandar soluciones. En el proceso, a menudo nos desviamos del único
medio verdaderamente efectivo que tenemos de impactar las vidas de
aquellos a nuestro alrededor. Una plaquita en mi escritorio dice, «¿Has orado
por ello?» Desafortunadamente, frecuentemente paso por alto esa simple
pregunta hasta que ya he agotado todas mis propias ideas y soluciones.

Estoy convencida que si tú y yo pasáramos parte de nuestro tiempo orando


por nuestras preocupaciones por los demás, en lugar de pasar el tiempo
preocupándonos por ellos, hablando de ellos a los demás, y tratando de arreglarlo
nosotras mismas, veríamos muchos más resultados. A veces me imagino a Dios
sentado en el cielo, viendo que nosotras estamos frenéticamente tratando de
manejar las vidas de los demás y resolver sus problemas. Luego lo escucho decir,
«¿Quieres encargarte tú de esto? Hazlo, o ¿tú quieres que Yo me encargue?
Bueno, ¡déjame mostrarte lo que puedo hacer!»

¿Vive el hombre desprovisto de paz, gozo, y santo amor? Esto es porque no


llevamos todo a Dios en oración.

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A B R I L 25
Evidencia de Su amor
«Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor» (He 12:14).

Si estás en una prueba ahora mismo, la Escritura nos da una gran esperanza
en la verdad de que Dios tiene un propósito en ello. Puedes confiar en Él.
De hecho, Su disposición de involucrarse en tu vida, aún como el Padre
que disciplina, da evidencia, no de su desaprobación sino de Su amor.

Cuando el castigo de Dios es recibido con un corazón tierno y sumiso, nos


asegura que tenemos una relación con Él; que le pertenecemos a Él. Eso da gran
aliento y resistencia para perseverar. En lugar de resentirnos con las personas que
Él usa como instrumentos en nuestra disciplina o respondiendo de una manera
pecaminosa a los problemas que enfrentamos, somos desafiadas a: «Buscar la paz
con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor». (Heb.12:14).

El autor de Hebreos nos recuerda de la provisión de Dios de lidiar con la


circunstancias dolorosas de la vida, y así mismo, lo que pasará si no recibimos
ni nos apropiamos esa provisión: «Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la
gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y
por ella muchos sean contaminados» (Heb. 12:15).

Dios tiene un propósito con la prueba que estás enfrentando ahora.

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A B R I L 26
Deja que Dios sea quien los cambie
«Acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos
misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna» (He 4:16).

Muchas de nosotras vivimos en el reino de lo natural. Solo hemos visto lo que


nuestra habilidad y esfuerzo natural pueden hacer. ¿Te has encontrado tratando
de cambiar a tu compañera de trabajo, a tu esposo, a tus hijos, a tu pastor, a tus
amistades? ¿Te ha funcionado? ¡Qué tal si dejas a Dios que obre en ellos!

¿Por qué somos tan lentas para creer lo que Dios puede hacer? ¿Has estado
tratando de «arreglar» una situación en la vida de alguien más? Trae a esa persona
necesitada al trono de la gracia. Entra a Su presencia y di, «oh, Señor, no puedo
suplir la necesidad de este hijo; no puedo resolver su problema. Pero yo sé que no
hay nada muy difícil para Ti. Por favor dame sabiduría; muéstrame como ser la
amiga, la esposa, la empleada que Tú quieres que yo sea. Por favor intervén en la
vida de esta persona; atráela hacia Ti».

Dios no promete eliminar todos nuestros problemas o cambiar a todas las


personas difíciles en nuestras vidas. Pero sí promete escuchar el llanto de Sus
hijos y actuar de acuerdo con Sus santos y eternos propósitos.

Nada es muy difícil para Ti, Señor. Por favor intervén en esta situación
.

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ABRIL 2 7
Borrado
«Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo
amado, en quien tenemos redención; el perdón de los pecados» (Co 1:13-14).

En un tiempo, el «registro» de nuestro pecado estaba al descubierto, allí,


acusándonos, exponiéndonos, y vindicando Su ira justa contra nosotras. Pero
con solo presionar la tecla de borrar, nuestro Dios santo y misericordioso borró
todo. Nada fue guardado en un respaldo. Ninguna copia impresa. Nada fue
archivado en un folder aparte o en un gabinete en caso de que pudiera ser útil
para ser sacado otra vez algún día.

Todo, borrado. Para siempre. Todo por la muerte de Cristo en la cruz


en nuestro lugar. Nuestra deuda fue cancelada.

Colosenses 2:13-14 lo pone de esta manera: como creyentes, se nos dice que
Dios ha perdonado «todos los delitos, habiendo cancelado el documento de
deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha
quitado de en medio, clavándolo en la cruz». Entonces, en primer lugar, somos
tratados como si el pecado nunca hubiera ocurrido. Está es la forma increíble en
que Dios nos ha perdonado.

¿No es así como también Él nos dice que perdonemos a los demás:
«perdonándoos unos a otros como el Señor os ha perdonado»?

¿Qué tan claro es esto?

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A B R I L 28
Celebra las bendiciones espirituales
«Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles» (Ro 8:26).

Una de las ocasiones en que celebro en gran manera cada año es mi


«cumpleaños espiritual», el día que conscientemente confié en el Señor Jesús
para salvación. En el 2002, cuando celebré treinta y nueve años espirituales,
hice una lista de treinta y nueve «regalos de cumpleaños espirituales», regalos
que de acuerdo a Su Palabra, Él me ha dado a mí, y a todas nosotras como Sus
hijas. A través de los años, he ido agregando a la lista. Como Su generosidad es
inagotable, ¡estoy segura de que el tiempo no agotará los regalos por los cuales
agradecerle!

Esa lista incluye cosas como paz con Dios, ser adoptada en Su familia, ser
librada de Su ira, y tener un propósito para vivir. Le doy gracias a Él por darme
un abogado que diariamente me defiende contra las acusaciones de Satanás. Le
doy gracias por restaurar mi alma, por darme una herencia con los santos, por Su
poder para guardarme de tropezar antes de llegar a la línea final. Y la lista sigue.

Solamente la gratitud cristiana, enmarcada y contextualizada dentro de la


gracia incomparable, puede esperar envolver en sus brazos tan gran regalo. Pero
tratemos de todas maneras, ¿de acuerdo?

¿Por cuáles bendiciones espirituales estás especialmente agradecida hoy?

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A B R I L 29
Luchando con Dios
«Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba» (Gn 32:24).

Jacob era un hombre con una herencia piadosa y un futuro brillante con las
promesas de Dios. Pero él también era un hombre que quería las cosas a su
manera. A pesar de los destellos momentáneos de Dios, siempre parecía estar
pateando contra los límites, nunca contento, siempre inquieto, contendiendo por
aquello que Dios quería darle, pero queriéndolo a su manera.

Un día llegó a una pared que no podía mover. En cuestión de horas, tendría
que enfrentarse con su hermano gemelo, al cual había engañado años antes,
y quien venía a encontrarse con él acompañado de un ejército. Por primera
vez en su vida, Jacob no pudo manipular su camino alrededor o fuera de un
problema, estaba exactamente donde Dios lo quería. A media noche, finalmente
estaba a solas con Aquel que había estado silenciosamente ingeniando todas las
circunstancias de su vida. Solo Jacob y Dios. Nadie más en los alrededores. En la
quietud de esa noche larga, Jacob luchó por todo lo que valía para él, hasta que
finalmente agotado, se dio cuenta que nunca iba a poder controlar a Dios. Su
voluntad fue quebrantada, su cadera descoyuntada (no esperes luchar con Dios
y salir ilesa), su nombre cambió, Jacob salió de ese encuentro divino siendo un
hombre nuevo.

¿Cuánta lucha debo soportar antes de rendirme a Dios?

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A B R I L 30
El perdón definido
«Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de
nosotros nuestras transgresiones» (Sal 103:12).

El perdón es la promesa de no volver a sacar a relucir ese pecado en contra de


esa persona nunca más: no a Dios, no a la persona que lo cometió, ni a nadie más.
Es una decisión deliberada de tratar con el pecado de otra persona y deshacerte
de él, oprimiendo el botón de borrar, borrándolo de nuestro pizarrón. Con la
promesa del perdón, renunciamos a nuestro «derecho» de castigar al ofensor o
hacerlo pagar. Su registro ha sido borrado.

A veces viene una mujer hacia mí y me dice, «he perdonado a mi esposo» o


«he perdonado a fulana de tal», y luego comienza a hacer una lista de todas las
cosas dolorosas que esa persona le ha hecho. Mientras puedo aplaudirle por
reconocer lo que necesita hacer, sus propias palabras revelan que ella verdadera y
completamente no ha perdonado, porque el perdón es una promesa.

Es una promesa que Dios nos ha hecho. Sí, lo que le hicimos a Él fue real. Lo
que continuamos haciendo contra Él es real. Pero por la sangre expiatoria de Su
Hijo, Dios ha escogido no acordarse de nuestras ofensas. Él las ha puesto a Sus
espaldas.

Esa es una promesa que podemos llevarnos hasta la eternidad.

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MAYO 1
Una cura segura para la queja
«Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría
enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales,
cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones» (Col 3:16).

Esta es una historia real. Un grupo de una iglesia en New Bern, Carolina
del Norte, viajó al Caribe en un viaje misionero. Su huésped los llevó a visitar
una colonia de leprosos en la isla de Tobago. Mientras estaban allí, tuvieron
un servicio de adoración. Como puedes imaginarte, cada visitante se llevó
profundamente grabada en su mente la imagen de los leprosos demacrados
colocados en sus asientos.

Pero ningún recuerdo dejó una marca tan profunda como este: Cuando el
pastor anunció, «¿Alguien tiene un himno favorito para cantar?» una mujer
solitaria sentada incómodamente en la fila de atrás volteó su cuerpo en
dirección al pastor.

«Cuerpo» sería tal vez una descripción generosa de lo que quedaba de ella.
No tenía nariz. No tenía labios. Solo dientes descubiertos, torcidos dentro de un
cráneo grietoso. Levantó su pedacito de hueso de brazo (no tenía mano), para ver
si le preguntaban a ella, «¿Podríamos cantar, «Cuenta tus muchas bendiciones?»

El pastor tropezando al bajarse del púlpito, salió por la puerta hacia el patio
contiguo, y lágrimas de convicción santa llovían de su cara.

Deja a una leprosa grotescamente deformada que nos recuerde que


las personas agradecidas se caracterizan por sus palabras de
agradecimiento.

¿Paso más tiempo contando y recontando mis bendiciones que mis problemas?

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MAYO 2
Encontrando libertad
«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» ( Jn 8:32).

Si eres seguidora de Cristo, es probable que estés tratando con un problema


que incluya la necesidad de perdonar o de ser perdonada.

Me doy cuenta de que en esta jornada hacia el perdón es posible que


necesites profundizar en áreas de tu vida que son sensitivas y que aún están
calientes al tacto. Pero también estoy consciente de que el resultado de tratar
esas heridas a nuestra manera natural solo nos lleva a mantenerlas doloridas e
inflamadas.

Es la manera de Dios, y solo Su manera, la que nos da esperanza de sanidad y


rescate de los problemas inevitables que enfrentamos.

No era ninguna promesa vana o ilusión cuando Jesús dijo, «Conoceréis la


verdad, y la verdad os hará libres». El camino prescrito por Dios para tu jornada
a la libertad es escoger el perdón y caminar en Su verdad. Y solo aquellos que
caminan en él lo descubrirán.

¿Puedes pensar en una situación en que hayas tomado represalias o te


hayas resentido, en lugar de perdonar a alguien que te hirió? ¿Cuáles fueron los
resultados? ¿Cómo fue afectada tu relación con esa persona? ¿Cómo afectó tu
relación con Dios?

¿Conozco la libertad que ofrece Jesús? ¿Estoy caminando en Su verdad y


estoy perdonando a los demás?

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MAYO 3
El regalo de la cercanía de Dios
«Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias,
pues cercano está tu nombre» (Sal 75:1).

Imagínate que después de que Dios nos alcanzó para salvarnos, nos dejara
para que solas nos ocupemos de nuestra salvación con «temor y temblor». Pero
no, «porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para
su beneplácito» (Fil 2:13). Es Su Espíritu en nosotras, más cerca que nuestro
próximo respirar, que nos equipa y nos alienta a proseguir con la lucha de la
vida diaria. Él está cerca cuando le llamamos, cerca cuando lo necesitamos, cerca
cuando tropezamos, cerca todo el tiempo.

Recibí un correo electrónico de una mujer que había asistido a un retiro un fin
de semana en que construyeron un modelo del tabernáculo de tamaño real para
que la gente entrara. Ella escribió tratando de describir cómo esa experiencia
de pararse en el simbólico «Lugar Santísimo» la había impactado. «Yo estaba
abrumada», dijo, «al darme cuenta tan claramente de que una vez más, no tengo
que arriesgarme a morir cuando vengo a la presencia de Dios como los
israelitas». La cortina gruesa de separación ha sido rota en dos, de arriba abajo.
Por medio de lo que Cristo hizo por nosotras en la cruz, ahora podemos
acércanos a Dios.

Dios está cerca. Seamos agradecidas.

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MAYO 4
Nunca habrá suficiente gratitud
«¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!» (Rom 11:33).

Robertson McQuilkin, el ex-presidente de la Universidad Columbia


International, cuenta de un tiempo en que, después del diagnóstico de Alzheimer
de su esposa y la muerte de su hijo mayor, se retiró a solas a un lugar escondido
en una montaña, tratando de reorientar su corazón y recapturar su amor por Dios
que lentamente se había evaporado, en medio de esta trágica pérdida personal.

Ciertamente no pasó en los primeros cinco minutos, sino después de un día


dedicado a oración y al ayuno, que comenzó a escribirle a Dios una carta de
amor, enumerando los dones que había recibido de la mano de Dios, adorándolo
con papel y lapicero. En esta temporada de avivamiento, identificó diez
bendiciones particulares de Dios que absolutamente excedieron su imaginación;
cosas que él apenas podía encontrar palabras para expresar cuán incalculables
eran y cuán imposible sería la vida sin ellas.

A mí me gusta eso. De hecho, te animo a que hagas una lista de tus


bendiciones y escoge las diez mejores o algo así, un rollo de las bendiciones
espirituales más destacadas que son tan grandes que tú nunca podrás generar
suficiente gratitud para expresar lo que significan para ti y lo que te dicen de
tu Salvador.

Comienza o continúa tu lista de bendiciones…

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MAYO 5
La gratitud siempre es suficiente
«Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando
va acompañada de contentamiento. Porque nada hemos traído
al mundo así que nada podemos sacar de él» (1 Ti 6:6-7).

Andrew Carnegie, el magnate industrial, le dejó un millón de dólares a uno


de sus familiares, quien en cambio se enojó con su generoso benefactor porque el
Sr. Carnegie también le había dejado $365 millones a causas caritativas. ¿Cómo
puede una persona tener un millón de razones para estar agradecida y aun así
encontrar cientos de millones de pequeñas razones para no serlo y querer más?

¿Pero, es que no poseemos todas algún sentido de derecho hacia Dios?


¿Qué tan frecuente nuestra expectativa o demanda por «más», se eleva sobre la
abundancia que ya poseemos?

Eso es porque olvidamos que Dios no nos debe nada. Nosotras somos las
deudoras. Nosotras somos las que debemos. Pensamos que merecemos más (o
diferente o mejor) que lo que tenemos, y por eso olvidamos o minimizamos las
bendiciones que Dios ya nos ha dado y que continúa dándonos.

El hecho es que a menudo no somos tan diferentes del beneficiario de


Carnegie. Es tiempo de que dejemos que la gratitud sea nuestro boleto a la
libertad y le permitamos guiarnos a un lugar de satisfacción sencilla.

¿Qué tipo de «deseos» defino como «necesidades»?

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MAYO 6
El precio del perdón
«En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según
las riquezas de su gracia que ha hecho abundar para con nosotros» (Ef 1:7-8).

En su libro devocional clásico En pos de lo supremo, Oswald Chambers nos


recuerda que el punto crucial del tema del perdón es la cruz de Cristo. No es
posible obtener perdón fuera de la cruz, y la cruz no es un asunto insignificante:

«Es una tontería superficial decir que Dios nos perdona porque Él es amor…
El amor de Dios significa el Calvario, nada menos que eso; el amor de Dios está
deletreado en la cruz, y en ningún otro lugar. La única base sobre la cual Dios me
puede perdonar es la cruz de mi Señor».

Tendemos a olvidar eso. De alguna manera tenemos la idea de que Dios nos
ha perdonado meramente por Su bondad, solo porque Él quería. El perdón es lo
que esperamos de un Dios al que no le molestaría ser súper bueno con nosotras.

Pero hace una gran diferencia cuando nos damos cuenta de la base sobre
la cual nuestro perdón fue adquirido. Si vamos a perdonar a los demás como
Dios nos ha perdonado, necesitamos entender cómo es que Él nos perdonó. El
Calvario requirió una agonía que no podemos comprender completamente.

Considera lo que ese pecado con el que tu juegas le costó al Salvador en


la Cruz.

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MAYO 7
Cediendo el control
«Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que Él os exalte a su debido tiempo, echando toda vuestra
ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros» (1 Pe 5:6-7).

A lo largo de los años, he visto mujeres caminar a través de casi cada prueba
concebible, algunas de las cuales han sido increíblemente trágicas o complejas.
He orado con amigas durante sus luchas al enfrentar enfermedades terminales,
hijos e hijas rebeldes, esposos abusivos, y recuerdos tortuosos de abuso sexual. He
llorado con mujeres junto a la tumba de un hijo pequeño, en el hospital después
de un accidente que dejó a su ser querido en soporte vital, y al lado de la cama de
un esposo muriendo de cáncer.

A través de esas experiencias he aprendido una verdad fundamental. Sea que


el problema sea estremecedor o una mera señal en el radar de la pantalla de
nuestras vidas, al final, el problema real es este: «¿Me rendiré a la mano de Dios
y a Sus propósitos para mi vida?» Aquellas que rehúsan ceder el control se van
a bancarrota emocional y espiritual, amargadas, demandantes e imposible de
vivir con ellas. Aquellas que dicen en simple rendición: «Sí, Señor,» salen de la
experiencia espiritualmente ricas, y sus vidas se convierten una fuente de gracia y
aliento para las demás que están sufriendo.

Señor, por favor pon en mis labios hoy: «Sí Señor».

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MAYO 8
Dios obrando
«No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre;
mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos,
no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama
te abrasará. Porque yo soy el Señor tu Dios» (Is 43:1-3).

¿Tienes una situación donde el perdón parece imposible? Tal vez estés
pensando, «simplemente no puedo perdonar a esta persona por lo que me hizo.
Me ha herido profundamente».

Pero debes preguntarte, «¿está mi habilidad o disposición a perdonar basada


en la magnitud de la ofensa?» En otras palabras, ¿hay un umbral de dolor más
allá, del que es imposible perdonar?

La Escritura nos recuerda que Dios ha «arrojado a las profundidades del mar
todos nuestros pecados» (Mi 7:19). No solamente algunos, sino todos. Este es
el mismo Dios que «no recordará tus pecados» (Isa 43:25), que nos encontró
«muertos en nuestros delitos» y nos «dio vida juntamente con Cristo» por Su
«gran amor» por nosotras (Ef 2:4-5).

Quizás no sientas ningún «gran amor» hacia aquel que trajo catástrofe a tu
vida, nadie espera eso de ti. Pero el poder, y la hermosura de la vida cristiana
es que «Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su
beneplácito» (Fil 2:13).

Feliz yo me siento al saber que Jesús, librome de yugo opresor; quitó mi


pecado, clavólo en la cruz: Gloria demos al buen Salvador. – Horatio Spafford

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MAYO 9
¿Perdonarte a ti misma?
«Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros,
¿quién estará contra nosotros?» (Ro 8:31).

¿Quién puede perdonar pecados además de Dios? Nadie.

Es muy importante que recordemos esto, especialmente cuando tu problema


no es un conflicto que no has resuelto con alguien más, sino que es algo que tú
misma has hecho; cuando todo el remordimiento, la vergüenza, la culpabilidad
te llevan a decir, como frecuentemente he escuchado, «simplemente no me puedo
perdonar a mí misma».

Tal vez estás teniendo dificultades para olvidarte de una decisión que tomaste
que te costó un buen trabajo y mucha de tu seguridad a largo plazo. Puede ser un
momento de negligencia donde fallaste en proteger a tus hijos del peligro. Puede
ser un aborto que tuviste hace diez años. Pueden ser un millón de cosas.

Una amiga con buenas intenciones o un consejero puede decirte que


perdonarte a ti misma es el primer paso hacia la sanidad y la recuperación. El
problema es que en ningún lugar en la Escritura encontramos que Dios nos da
instrucción para tratar con nuestras angustias de esta manera. Más bien, Él nos
insta a recibir Su perdón.

De hecho, Pablo escribe, «Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra
nosotros? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica»
(Ro 8:31, 33).

Lleva tu pecado al único lugar donde te puedes deshacer de él – llévaselo a Dios.

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MAYO 10
Gratitud sin límites
«Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado,
se volvió glorificando a Dios en alta voz» (Lc 17:15).

Oh, el tener el espíritu de gratitud que vemos en el hombre sanado de lepra


que regresó a decir su fuerte «gracias» a Jesús. Este hombre no podía contener su
gratitud. Esa ocasión requería una demostración de agradecimiento público, sin
límites y extremo.

Que el volumen de nuestra gratitud sea subido altamente no solo cuando le


estamos pidiendo ayuda (como los diez leprosos habían hecho), sino también
reconociendo a nuestro Ayudador. ¡Que cuando demos gracias sea tan obvio y
expresivo como cuando compartimos nuestras necesidades!

Mi querida amiga «Mamá Johnson», que ahora está en el cielo después de


una larga vida terrenal, a menudo decía, «tengo más bendiciones que problemas».
Pienso en las personas más optimistas y accesibles que conozco, con las que
me encanta pasar tiempo, que bendicen y enriquecen mi vida cuando estoy con
ellas. No es que ellas tengan menos problemas, o las historias más limpias, o las
razones más obvias para ser felices. Ellas saben que ya se les ha dado más de lo
que la vida jamás les pudiera costar. El Señor las mantiene llenas a pesar de los
mejores esfuerzos del mundo de agotarlas.

Yo quiero ser una de esas personas, ¿y tú?

¿En dónde está mi enfoque – en mis problemas o en mis bendiciones?

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M A Y O 11
Dios es bueno
«En ti me alegraré y me regocijaré;
cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo» (Sal 9:2).

He reconocido que mi «inclinación» natural, es de reaccionar a las personas


y a las circunstancias de la vida, de una manera negativa. Cuando me preguntan
cómo estoy, lo primero que viene a mi mente es, a menudo, una carga que estoy
llevando, un dolor que estoy encubriendo, o un plazo que tengo que cumplir.
Como resultado, temo que las personas que están conmigo por alguna cantidad
de tiempo puedan encontrarse pensando qué difícil y fastidioso es ser cristiano
y servirle al Señor.

Todas sabemos lo que es estar alrededor de personas que consistentemente


ven la vida a través de un lente negativo. Esas son las que hay que evitar y
mantener lejos. Tenemos suficiente de que preocuparnos con lo nuestro para tener
que ser todavía más oprimidas por la larga lista de quejas de alguien más, ¿no es
así?

No es que no haya momentos en que sea apropiado compartir nuestros


problemas con una buena amiga. No es que «bien» deba ser siempre la respuesta
predeterminada cuando se nos pregunta cómo van las cosas. Pero antes de que
comience a derramar mis problemas en el hombro de alguien más, primero
quiero compartir cuán bueno es Dios y qué bendecida soy de ser llamada una
de Sus hijas.

Hazlo un desafío personal hoy y responde positivamente a cada demanda.

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MAYO 12
Venciendo la amargura
«Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto
para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios» (1 Pe 2:16).

La mayoría de nosotras sabemos por experiencia que cuando al pecado, de


cualquier tipo, se le da la oportunidad de tomar residencia en nuestros corazones,
no se queda confinado a su pequeña esquinita. Si no lo confesamos y nos
arrepentimos de él, tarde o temprano afectará a nuestra persona entera, nuestro
bienestar físico y emocional, nuestro comportamiento, toda nuestra perspectiva.

La falta de perdón no es diferente. Cuando fallamos en tratar con heridas a


la manera de Dios, cuando albergamos resentimiento en nuestros corazones, esa
amargura empeora como una infección y se mete en nuestro sistema, hasta que al
final comenzamos a ver todo a través de los ojos del dolor.

Así que mientras trato de traer la Palabra de Dios a tocar este tema del perdón
y en las circunstancias dolorosas que puedes haber experimentado, mi deseo no
es agregar a tu carga sino evitarte más dolor. Anhelo que disfrutes la bendición,
la libertad, y el poder transformador de caminar en obediencia.

La amargura verdaderamente puede ser vencida por el poder y la gracia


de nuestro gran Dios.

Abre las ventanas – es tiempo de limpiar la casa.

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MAYO 13
Hágase Tu voluntad
«Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si ésta
no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad» (Mt 26:42).

Alguien que tiene una carga que es mayor de lo que puede cargar está
leyendo esto hoy. Quizás eres tú. La circunstancia que enfrentas se siente como
una gran piedra en tu pecho. ¿Cómo vives con una carga tan pesada?

Puedo instarte a entrar en la presencia de Dios con esta oración: «Oh Señor,
Te necesito tanto. Por favor, ¿podrías quitar esta copa de sufrimiento de mí?»
Luego mientras esperas ante Él, recuerda que al Hijo de Dios, se le pidió que
tomara una copa amarga llena del pecado más vil del mundo. Él también, pidió
que esta copa pudiera ser quitada de Él, que no tuviera que tomarla. Pero luego
Él sometió Su voluntad a la voluntad del Padre y escogió el camino de la cruz,
sabiendo que eso era lo que le agradaba al Padre.

En la presencia de tan costosa sumisión, que tu corazón sea ablandado, tu


voluntad doblada, y que abundes en gracia para orar, «oh, Padre mío; no sea mi
voluntad, sino la Tuya. Si te agrada a Ti, me agrada a mí». Que toda la fortaleza
que necesites te sea dada para soportar, hasta que el Padre diga, «terminado».

Iré a donde quieras que vaya, soportaré cualquier carga que Tú permitas –
sabiendo que Tú vas delante de mí, Señor, y me llevarás todo el camino.

-
MAYO 14
Las personas que han sido perdonadas, perdonan
«Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro
Padre celestial os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres,
tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones» (Mt 6:14-15).

La mayoría de nosotras hemos citado muchas veces esta petición del


Padre Nuestro: «Perdona nuestras deudas así como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores». Las palabras de esa petición deben
llevarnos a preguntar,
«¿Y si Dios solamente me perdona en la medida en que yo he estado dispuesta
a perdonar a aquellos que han pecado contra mí?» Es grave pensarlo.

Es algo que no podemos ignorar, porque en los versículos que siguen


directamente después del Padre Nuestro en Mateo 6, escuchamos a Jesús decir,
«si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os
perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre
perdonará vuestras transgresiones» (vv. 14-15).

Palabras fuertes. Nos desafían a examinar nuestros corazones para ver si


verdaderamente hemos sido perdonadas. Un espíritu perdonador no hace que
merezcamos el perdón de Dios, sino que simplemente las personas que han
sido perdonadas perdonan a los demás, y aquellas que persistentemente rehúsan
perdonar a los demás no tienen base para afirmar que han sido perdonadas por
Dios.

Cuando rehusamos perdonar, algo está obstruyendo nuestra relación con


nuestro Padre.

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MAYO 15
Mejor de lo que merezco
«A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su
esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da
abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos» (1 Ti 6:17).

La persona que consistentemente está agradecida, y es rápida para expresarlo,


en realidad está expresando algo más que agradecimiento. La gratitud es una
reveladora del corazón, no solo una reportera de detalles. La gratitud revela
nuestro nivel de humildad.

Todavía puedo escuchar a mi papá contestando esa pregunta diaria: «¿Cómo


estás?», con la consiguiente respuesta, «mejor que lo que merezco». Art DeMoss
nunca pudo entender el hecho de que Dios lo había salvado; sabía que si
realmente hubiera recibido lo que legítimamente merecía, habría estado hasta la
cabeza en angustia.

Mi papá comprendió dónde podría haber terminado si Dios no hubiera


intervenido en su vida. Ese es el tipo de persona que no tiene que hacer grandes
esfuerzos para explicar quién es él o exhibir sus logros. Su gratitud da toda la
explicación por él.

Pero cuando una persona se siente con derecho a sus bendiciones, como si
fuera el dueño de su trabajo y cheque de pago, de un hogar feliz y un cuerpo
saludable, de un carro deportivo, y una buena jubilación, no tienes que
preguntar muchas veces: «¿Cómo estás?» para ver su corazón orgulloso
revelado.

El orgullo es el padre de la falta de gratitud y el asesino silencioso de la gratitud.

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M A Y O 16
Una raíz de amargura
«Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos,
maledicencia, así como toda malicia» (Ef 4:31).

Una «raíz de amargura», puede que no parezca como gran cosa si has sido
herida. De hecho, dadas las circunstancias, puede parecer comprensible y
justificable. Pero puedes estar segura de que no es poca cosa. Si no se reconoce
y no se resuelve, su veneno te afectará e infectará a ti y a los demás, más allá de
cualquier cosa que jamás te imaginaste posible.

Cuando eres injustamente difamada o lastimada por las acciones de otros, la


amargura puede sentirse como una primogenitura. Puede convertirse en tu zona
segura. Podrás sentirte incapaz de cualquier otra reacción. Pero es una posición
de retroceso condenada al fracaso. No solamente es pecado; no tiene sentido.

La raíz de amargura invadirá cada pulgada en tu vida si se lo permites.


Pero Dios te invita, te urge. Extiende la mano y recibe Su gracia. Al hacerlo,
tu corazón será libre de todo clavo de falta de perdón; serás liberada para
amar y servirle a Él y a los demás. Ya no te molestará esa raíz de amargura ni
«profanarás» a los demás; en su lugar, Su gracia fluirá a través de ti a los demás,
bendiciendo todo lo que toques.

No puedes escapar a la pregunta – ¿Qué está creciendo en mi vida?


¿Amargura o bendición?

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M A Y O 17
¿Y yo?
«No buscando cada uno sus propios intereses, sino más
bien los intereses de los demás» (Fil 2:4).

Las personas agradecidas son personas amables que buscan bendecir a


otros, mientras que las personas desagradecidas se inclinan hacia la
gratificación
a sí mismas. Tienden a enfocarse en «mis necesidades,» «mis heridas,» «mis
sentimientos,» «mis deseos,» «cómo me han tratado, descuidado, fallado o
herido». Una persona no agradecida está llena de sí misma, pocas veces pausando
para considerar las necesidades y sentimientos de los demás.

Creo que por eso, un resultado final común de no ser agradecidas es el pecado
de la impureza moral. Una persona que está envuelta en sí misma, cuyo mundo
entero gira alrededor de satisfacer sus propias necesidades, es carnada principal
para el tentador quien se nutre de acusar a Dios de ser injusto y mezquino.
Un corazón no agradecido es rápido para darse cuenta de cuándo el Yo se está
sintiendo insatisfecho, y es vulnerable a recurrir a actos y comportamientos
pecaminosos, en un intento de eliminar el dolor y experimentar placer personal.

Mientras maduramos en Cristo y nos enfocamos más en agradarle a Él,


nuestra inclinación natural se moverá más hacia servir a Dios y satisfacer las
necesidades de los demás y eso saldrá de pura gratitud porque sabemos lo
que Dios ha hecho por nosotras.

¿Y yo? ¿Es esa mi primera reacción a las circunstancias? ¿Es tu


primera inclinación enfocarte en tus necesidades, tus sentimientos, tus
beneficios?

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MAYO 18
Tu propósito más alto
«Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos
conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos
hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos
también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó» (Ro 8:29-30).

A través de cada circunstancia dolorosa en la vida, tú tienes tanto el potencial


como la oportunidad de ser hecha más como Cristo. Este es el propósito más
alto del Padre en tu vida, que te transformes «conforme a la imagen de su Hijo».
Aún Jesús mismo, por el plan divino del Padre, fue perfeccionado «por medio de
los padecimientos» (He 2:10), no solo para obtener nuestra salvación eterna sino
también para saber cómo se siente ser tratado ásperamente, que tomen ventaja de
uno, ser malentendido, así como tú.

Con el riesgo de amargarte, confía en tanto en la mano de Dios como en


Su corazón y «(acércate)» con confianza al trono de la gracia, para que recibas
misericordia, y halles gracia para la ayuda oportuna (He 4:16). Sí, allí está la
gracia, porque Él está allí.

¿Cuál es una de las áreas de tu vida en la que necesitas recibir la gracia de


Dios para que la raíz de amargura ya no se levante en tu corazón? ¿Clamarás a
Él por gracia en esa área?

La gracia está allí, porque Él está allí.

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MAYO 19
Estoy llena, gracias
«Pero lo he recibido todo y tengo abundancia; estoy bien abastecido,
habiendo recibido de Epafrodito lo que habéis enviado: fragante aroma,
sacrificio aceptable, agradable a Dios» (Fil 4:18).

Chuck Colson dijo: «En cualquier medida de opulencia, el promedio de los


americanos disfrutan de una calidad de vida más allá de los sueños más
extremos de cualquiera, aún desde hace unas décadas». Aún durante las depresiones
más bajas de la reciente caída económica, los americanos todavía son bendecidos
más allá de lo que la mayoría del mundo puede imaginarse.

Y aún a pesar de tanta opulencia, el porcentaje de americanos que se describe


a sí mismo como «feliz» no es más alto hoy que en los 1950s. Y el número de
nosotras que sufrimos de ataques de depresión está catalogado
conservativamente en el rango del 25 por ciento.

En contraste con nuestra inclinación de estar tristes en medio de la


abundancia, piensa en el apóstol Pablo quien, desde las entrañas del calabozo
romano, privado de todo menos de las necesidades más básicas de la vida,
escribió una carta de agradecimiento. Sus amigos lo habían abandonado en
gran manera. Sus enemigos eran numerosos. Cualquier comodidad de que él
hubiera disfrutado en algún momento, estaba muy lejos y probablemente estaba
destruida. Fue despojado de todo excepto de su mera existencia, y aún… lleno.

¿Cómo se hubiera escuchado tu carta desde la prisión? ¿O la mía?

Escribe una carta de gratitud a Dios por algo común pero cómodo para ti.

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M A Y O 20
La tecla de borrar
«Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión
de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él, habiéndonos
perdonado todos los delitos» (Col 2:13).

Sé apenas lo suficiente sobre computadoras, como dicen, para ser peligrosa.


Aprendí de la manera difícil el significado de esa tecla pequeña, B-O-R-R-A-R.
Así es. El teclado de borrar.

Como tú, estaba trabajando en algo y accidentalmente oprimí la tecla de


borrar, solo para ver todo mi arduo trabajo desaparecer en el aire, dejando una
pantalla en blanco de palabras olvidadas.

Sí, vi el pequeño indicador preguntándome si estaba bien, bien segura de que


quería tirar el trabajo de medio día. Pero a veces no hago caso a sus amables
precauciones y sigo adelante, perdiendo todo lo que he hecho. Es fácil de hacer.

Desearía que el teclado de borrar fuera así de fácil de oprimir en la vida real.

De muchas maneras, lo que pasa cuando perdemos un documento de


computadora es una imagen viva de lo que sucede cuando verdaderamente
perdonamos a alguien por una ofensa que ha cometido contra nosotras. La
eliminamos. Limpiamos el récord. Lo tratamos como si el pecado nunca hubiera
ocurrido en primer lugar. ¿No es así como Dios nos ha perdonado? ¿Y no es así
como Él nos dice que perdonemos a los demás?

¡Guao! esa maravillosa gracia.

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M A Y O 21
Práctica consistente
«Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba» (Lc 5:16).

He tenido el gozo de caminar con Dios desde mi niñez. He sido bendecida de


haber crecido en un hogar piadoso, de haber recibido catorce años de educación
cristiana, de haber sido expuesta a la vida de muchos hombres y mujeres
piadosos, y de haberme sentado bajo los mejores maestros bíblicos de nuestra
generación.

Pero he llegado a creer que es absolutamente imposible para mí cultivar


una relación íntima con Dios o convertirme en la mujer que Él quiere que sea,
sin pasar tiempo a diario y a solas con Él. No puedo apartar tiempo para Dios
esporádicamente, cuando pueda adaptarlo a mi agenda, y esperar disfrutar de una
amistad vital y creciente con Él. Eso no es posible en las relaciones humanas, y
no hay mayores posibilidades en nuestra relación con Dios.

Jesús hizo del tiempo a solas con Su Padre una parte consistente de Su agenda
diaria, y también nosotras debemos hacerlo. Además, estas devociones diarias no
solo son una obligación para nosotras, sino un privilegio increíble, el mismo Dios
del universo quiere reunirse con nosotras.

¿Estás haciendo del privilegio de reunirte con Dios, una prioridad en tu día?

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M A Y O 22
¿Llena o vacía?
«Cuídate de no olvidar al Señor tu Dios» (Dt 8:11).

La diferencia entre estar llena o vacía no es la misma que existe entre ser rica
o pobre, estar en casa o fuera de ella, si la alacena está hasta los topes o finamente
forrada con latas de sopa o fideos instantáneos. La diferencia es la gratitud.

La gente ingrata es como un envase que tiene un hoyo, y se le escapa toda


bendición que ha sido derramada, siempre necesitando algo más, algo nuevo para
consumir para satisfacerse.

Son como los hijos de Israel de los siglos pasados, a quienes Moisés les
advirtió, «Cuídate…no sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, y
hayas construido buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus vacas y tus
ovejas se multipliquen, y tu plata y oro se multipliquen, y todo lo que tengas se
multiplique, entonces tu corazón se enorgullezca, y te olvides del Señor tu Dios»
(Dt 8:11-14).

Llena, pero nunca lo suficientemente llena.

Llevemos esto al corazón. Pregúntate, ¿estoy más propensa a enfocarme


en lo que deseo tener (o no tener) o en las bendiciones que sí tengo que son
mucho más grandes de lo que merezco? ¿Tengo un corazón lleno, o se le están
«escapando» las bendiciones que Dios derrama, siempre necesitando algo más
para estar satisfecha?

Un corazón agradecido es un corazón lleno, mientras que un corazón ingrato


es uno vacío.

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M A Y O 23
Clavado en la cruz
«(Todos los delitos) ha quitado de en medio, clavándolo(s) en la cruz» (Col 2:14).

Como creyentes, se nos dice que Dios ha perdonado «todos los delitos,
habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra
nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la
cruz» (Col 2:13-14).

En un tiempo, el «documento» estaba allí, acusándonos, exponiéndonos,


y vindicando Su ira justa contra nosotras. Pero con solo presionar la tecla de
borrar, nuestro Dios santo y misericordioso borró todo. Nada fue guardado en un
respaldo. Ninguna copia impresa. Nada fue archivado en un folder aparte o en un
gabinete en caso de que pudiera ser útil para sacarlo otra vez algún día.

Todo, borrado. Para siempre. Todo por la muerte de Cristo en la cruz,


en nuestro lugar. Nuestra deuda fue cancelada.

Esta fue la manera en que Dios trató con lo que nosotras le hicimos a Él.
Y eso es lo que Él nos pide que hagamos con los pecados de los demás contra
nosotras. Jesús dijo en Lucas 11:2-4, «Cuando oréis, decid: "Padre, santificado sea
tu nombre. Venga tu reino. Danos hoy el pan nuestro de cada día. Y perdónanos
nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos
deben. Y no nos metas en tentación"».

Todo mi pecado – borrado. Maravilloso perdón. Maravillosa misericordia.

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MAYO 24
Cura segura para la tristeza
«¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas
dentro de mí? Espera en Dios» (Sal 43:5).

He platicado con muchas personas que están crónicamente infelices, «tristes»,


o deprimidas. Los detalles y razones varían, por supuesto. Pero me convenzo cada
vez más, de que una de las mayores razones detrás de un sentimiento persistente
de tristeza es la falta de agradecimiento.

La gente que no es agradecida tiende a aferrarse fuertemente a sus derechos.


Y cuando los demás fallan en actuar de la manera que ellas quieren o esperan, se
sienten justificadas en hacer demandas y tomar represalias emocionales.

Es lo contrario de lo que vemos en la vida de Rut en el Antiguo Testamento;


quien, habiendo perdido su casa y su esposo y encontrándose sola con una suegra
arisca en los alrededores desconocidos de Belén, escogió aceptar lo que fuera que
Dios proveyera y expresar gratitud por la más simple amabilidad de Booz. Ella
nunca olvidó que era una extranjera, la que menos merecía el mínimo favor de
alguna persona.

Matthew Henry lo dijo tan bellamente: «Cuando no tenemos otra respuesta


a la sugerencia de la aflicción y el temor, tendremos que recurrir a esto: "Te doy
gracias, oh Padre"».

Qué diferencia hace la gratitud.

En una escala del 1 al 5, ¿qué tan contenta estoy con lo que Dios provee?

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M A Y O 25
No más máscaras
«Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, pues aun Satanás se
disfraza como ángel de luz. Por tanto, no es de sorprender que sus
servidores también se disfracen como servidores de justicia» (2 Cr 11:13-15).

Muchos creyentes se disfrazan de «buenos cristianos». Por dentro, no somos


como Cristo, somos egoístas, flojas, amargadas e irritables. Pero queremos que
todos piensen que somos como Jesús, así que nos ponemos nuestra máscara de
«buena cristiana», especialmente en la iglesia.

Pero Dios quiere transformarnos de adentro para afuera. La palabra traducida


«transformar» es de la misma raíz de «metamorfosis». Sugiere un cambio
completo, como la oruga se transforma en una mariposa. En contraste con ser
transformado, leemos en 2 Corintios 11:13-14 de, «obreros fraudulentos que se
disfrazan como apóstoles de Cristo», y de Satanás mismo que se disfraza como
un «ángel de luz». «Disfraz» habla de cambio de apariencia, como los niños en
Halloween pretendiendo ser payasos o piratas.

Dios odia la máscaras. Él quiere que suframos una metamorfosis, que seamos
transformadas de adentro para afuera a la semejanza del Señor Jesús. Podemos
disfrazarnos en nuestra propia carne pero estamos propensas a terminar agotadas
y frustradas. Solamente el Espíritu de Dios puede transformarnos a la imagen de
Jesús.

¡Rehúsa usar máscara – transfórmate mejor!

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M A Y O 26
Nosotras de entre toda la gente
«Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión
de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él, habiéndonos perdonado
todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía
en decretos contra nosotros» (Col 2:13-14).

El perdón verdaderamente está en el centro, en el corazón del evangelio.


Aún nuestras excusas por no perdonar nos siguen trayendo a la cruz, de regreso
a donde el perdón fue perfectamente aplicado, no a un grupo de personas que
habían pasado por todos los pasos correctos para ser perdonables, sino a nosotras,
a personas que no lo merecían, que no sabían que lo necesitaban y quizás ni lo
querían!

Nosotras, de entre toda la gente, deberíamos apreciar el gozo del perdón…


al saber el gran tesoro que es ser pura y perfectamente perdonadas.

Pero más allá de eso, cuando extendemos a los demás el perdón que Cristo nos
extendió en la cruz, reflejamos la misericordia y la gracia de Dios a un mundo
que desesperadamente necesita ser perdonado.

¿Cómo es que mi decisión de perdonar testifica de mi entendimiento de mi


propia salvación?

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MAYO 27
Una diferencia que se puede ver
«En el SEÑOR se gloriará mi alma; lo oirán los
humildes y se regocijarán» (Sal 34:2).

Ser agradecida, es una diferencia que puedes ver y sentir. La ingratitud


es tóxica. Envenena el ambiente en nuestros hogares y lugares de trabajo.
Contamina corazones y relaciones. Las mamás y los papás pueden romper los
espíritus de sus hijos con ella, y los esposos y las esposas pueden adormecer
cada emoción sensitiva en la pareja a la que una vez juraron en un altar en la
iglesia amar y cuidar desde ese día en adelante. Podemos ser obsesivas y rociar la
bacteria que acarrea enfermedades y causa olor en nuestras mesas y
mostradores; nada es más contagioso en nuestros hogares que un espíritu
ingrato.

Bueno, quizás una cosa sí lo es.

La gratitud. Yo diría que es tan contagiosa como su gemela malvada. Si estás


cansada de vivir en un hogar donde todo el gozo y la belleza han sido quitados
por actitudes negativas, y palabras desagradecidas, tú puedes hacer un cambio.
Puedes convertirte en el tipo de persona con la cual tú siempre has querido estar.
El tipo de persona que hace a Jesús y a Su evangelio atractivo para todos los que
vienen cerca de tu «espíritu feliz» y agradecido.

¿Qué impacto tiene tu espíritu en los que te rodean?

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M A Y O 28
Tratando con necios
«Ciertamente el malvado no quedará sin castigo, mas la
descendencia de los justos será librada» (Pr 11:21).

A veces tenemos que tratar con necios en nuestras vidas. En 1 Samuel 25,
leemos que Abigail se había casado con uno. El nombre de Nabal quería decir
«necio». Cuando Nabal desdeñó a los hombres de David (todavía no era rey),
David venía a «hablar» con Nabal.

Cuando Abigail se dio cuenta de lo que estaba pasando, salió rápido a


defender a su esposo necio, para obrar en su mejor interés aunque era más
probable que mereciera todo lo que David estaba planeando hacer. Ella no negó
el tipo de hombre que era Nabal, sino que buscó de David el tipo de bendición
y protección que Nabal habría buscado para sí mismo si hubiera estado bajo
control.

Dios obrará con los Nabales en nuestras vidas. De hecho, Él trató con este.
Cuando Abigail regresó con su esposo borracho y le dijo lo que ella había
hecho, el choque causó que su corazón fallara. Después de diez días murió.

Pero esta mujer sabia y perspicaz podía seguir viviendo sin remordimientos,
sabiendo que ella no era la que había traído la destrucción de su esposo. El hecho
de que viviera con un necio no la había forzado a actuar como una.

¿Confío en que Dios tratará con los Nabales en mi vida?

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M A Y O 29
Rostro descubierto
«Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un
espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma
imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu» (2 Co 3:18).

Éxodo 34:29 nos dice que Moisés bajó de recibir la Ley de Dios en el Monte
Sinaí, y «Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado
con Dios».

El apóstol Pablo hizo referencia a este relato y explicó su importancia


en nuestras vidas, en su segunda carta a los Corintios. Él comparó la gloria
del antiguo pacto, el cual se desvaneció y ministró condenación y muerte,
con la gloria mucho más superior del nuevo pacto, el cual da vida y nunca
desvanecerá. Luego explicó que así como Moisés contempló la gloria de Dios
con rostro descubierto y fue transformado, así «nosotros todos, con el rostro
descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo
transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor».

Para mí, este es uno de los versículos más maravillosos en toda la Palabra de
Dios. Pablo está diciendo que al venir a la presencia de Dios, sin máscaras ni
pretensiones, sino con nuestras vidas abiertas y expuestas ante Él, y mientras
firmemente lo contemplamos, gradualmente tomaremos Su semejanza, seremos
transformadas.

Para verme más como Tú, Señor, al final del día. Esa es mi oración hoy.

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M A Y O 30
¿Soy yo Dios?
«Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien» (Gn 50:20).

La historia de José en la última parte del Génesis es una de las ilustraciones


más conmovedoras acerca del perdón. Repetidamente fue agraviado a través
de su vida, fue juzgado mal, tratado injustamente, y falsamente acusado tanto
de niño como de hombre. José llegó a un lugar en su vida donde pudo haber
infligido toda su venganza sobre los que lo comenzaron todo, sus hermanos. Él
tenía el derecho, la autoridad, y todos los medios a su disposición para traerlos a
justicia. De hecho, estaban temblando a sus pies, lo esperaban completamente.
El espectáculo había terminado.

Pero escucha la respuesta de José a sus hermanos angustiados.

«No temáis, ¿acaso estoy yo en el lugar de Dios?» (Gn 50:19).

¡Que palabras más sabias y humildes! ¿Estoy yo en el lugar de Dios? ¿Es


mi trabajo hacerte pagar por lo que has hecho? ¿Realmente quiero más
carga
después de todo lo que he pasado ya? ¿No es necio pensar que la venganza
puede ser tan dulce como se dice – lo suficientemente dulce como para
compensar por el dolor de todos estos años?

José perdonó a sus hermanos y se encomendó a Dios.

¿Cómo fue liberado José por su propia teología?

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M A Y O 31
Cuestionario de gratitud
«No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza» (1 Ti 4:12).

¿Cómo te va con tu actitud de gratitud? Para ayudarte a medir tu cociente


de gratitud, toma este pequeño cuestionario hoy para ver dónde estás creciendo
y dónde todavía necesitas trabajar. Trata de responder a estas preguntas
sinceramente, no solo un sí o un no, sino con detalles complementarios que
vengan a tu mente:

1. ¿A menudo me quejo de mis circunstancias, sintiéndome que merezco


algo mejor?
2. ¿Los demás me escuchan expresar más quejas y comentarios
negativos que palabras de gratitud de los eventos típicos de la vida
diaria?
3. ¿Me describirían los demás como una persona agradecida?
4. ¿Qué evidencias hay de que tengo un espíritu agradecido o ingrato?
5. ¿Con qué frecuencia comienzo declaraciones con estas palabras: «Estoy
tan agradecida de que…»?
6. ¿Con qué frecuencia demuestro un punto de vista pesimista y negativo
o una perspectiva positiva y agradecida?
7. ¿Soy reservada o impaciente cuando se trata de expresar apreciación a
los demás?
8. Mi más reciente expresión de gratitud fue…

La gratitud cambia la manera en que comenzamos el día, pasamos el día, y


miramos hacia atrás en el día.

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JUNIO 1
Pidiendo y buscando
«Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones
y acciones de gracias por todos los hombres» (1 Ti 2:1).

No hay nada malo en ser totalmente honestas con Dios, viniendo ante Él con
nuestros dolores e intercesiones, implorándole que nos ayude y nos sane.

Pero la oración es más que pedir. Es un vehículo de adoración y gratitud.

Piensa en la composición general de tus oraciones. ¿Están fuera de balance


a favor de pedir y buscar? ¿Están llenas hasta el tope con quejas de tus
circunstancias actuales? ¿O incluyen tus oraciones expresiones de gratitud?

Estas son preguntas importantes para hacernos, no que no seamos honestas o


neguemos la realidad, sino para ayudar a entrenar nuestros corazones a ver todo
lo que nos preocupa dentro del contexto de la bondad y la bendición de Dios. No
debemos olvidar Sus beneficios mientras tratamos con nuestros problemas. Aún
antes de que Su respuesta sea visible, agradécele por estar allí, por escuchar, por
obrar todas las cosas de acuerdo a Su voluntad.

Así como nuestras «súplicas» e «intercesiones» son específicas, sinceras, y


toman mucho tiempo, así también deben ser nuestras «acciones de gracias».
Pavimenta el camino con gratitud, y ve si la oración «sin cesar» no se convierte en
tu experiencia, en lugar de tu excepción.

«Confiad en Él en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante


de Él; Dios es nuestro refugio» (Sal 62:8).

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JUNIO 2
Dios de mi agenda
«En tu mano están mis años» (Sal 31:15).

Caminar con el Señor significa que seguimos Su dirección cada día. Pensemos
en nuestras agendas y prioridades. Cuando trato de establecer mi propia agenda,
cuando acepto reuniones y obligaciones sin primero buscar la dirección del
Señor, termino con frustración por tener más cosas para hacer de las que puedo
manejar, así como también me irrito fácilmente por todas esas interrupciones que
me atrasan más.

Sin embargo, estoy aprendiendo a someter mi calendario y agenda diaria al


Señor, a preguntarle a Él antes de hacer un compromiso, a buscar Su voluntad
con respecto a mis prioridades, y a pedirle que ordene cada aspecto de mi día
(incluyendo las interrupciones), de acuerdo a Su perfecta voluntad. Luego,
cuando esas interrupciones vienen (y sí vendrán), puedo tener la sabiduría para
saber si vienen de Su mano (en cuyo caso deben ser aceptadas gozosamente) o
si debo evitarlas como distracciones innecesarias.

Ofrécele a Dios tu agenda como un asunto de oración.

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JUNIO 3
Nueva naturaleza
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas”.(2 Co 5:17)

Pienso que no he conocido a nadie aún que haya nacido «sumiso». Yo no


nací sumisa. Llegué a este mundo con una voluntad fuerte e independiente que
quería estar en control de todos y de todo a mí alrededor. Tu también. La idea
de someterse al control o voluntad de otro es totalmente contraria a nuestra vieja
naturaleza.

Cuando nos convertimos en hijas de Dios, recibimos una nueva naturaleza,


una naturaleza que reconoce el derecho de Dios para reinar sobre nosotras y
quiere agradarle a Él y someterse a Su voluntad. Sin embargo, aunque nuestro
espíritu quiere obedecer a Dios, nuestra «carne» (eso es, nuestra inclinación
natural), pelea contra nuestro espíritu y quiere hacer las cosas a su manera.

Como resultado, hay muchas veces en que nos resentimos, nos resistimos o
corremos de las circunstancias que Dios ha traído a nuestras vidas. Cuando una
circunstancia molesta o difícil surge, tendemos ver a la persona o circunstancia
problemática como nuestro problema y resistimos la presión que pone sobre
nosotras. Al hacer así, terminamos empujando contra Dios mismo y resistiendo
Su voluntad para nuestras vidas. Solamente en nuestra nueva naturaleza, y solo
con la ayuda de Dios podemos decir: «Hágase Tu voluntad, Señor».

Señor, en esta situación , cedo el control y rindo


el resultado a Ti.

-
JUNIO
Verdad y justicia
«Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí,
yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21:5).

Nos duelen nuestros corazones al pensar en la injusticia. Cuando la gente


nos cuenta historias trágicas de cómo han sido devastados por el pecado de
otro, queremos decir, «si yo estuviera en tus zapatos, querría justicia». Nuestra
inclinación natural es desear sobre esos ofensores por lo menos una medida de
lo que merecen.

Pero si vamos a ser verdaderos instrumentos de misericordia en la vida de


cada uno, debemos tratar con verdad, la verdad de Dios. No una negación feliz
y artificial, tratando de actuar como si la herida nunca hubiera pasado. No con
palabras y fórmulas rígidas y mecánicas, como siguiendo una receta legalista de
pasos, como si fuera lo único que se requiere.

Estoy hablando de la dulce, rica y pura Palabra y del camino de Dios,


establecido superficial o anormalmente por encima de nuestras experiencias de
la vida real, pero pulsando con vitalidad, sanidad, y gracia mientras Dios arranca
la reconciliación de las quijadas del quebrantamiento; mientras Él restaura,
redime, y (al final) hace todas las cosas nuevas.

Su verdad es aún lo suficientemente fuerte para enfrentar situaciones en


que nunca viene una disculpa, o cuando una disculpa es imposible debido a la
muerte o alguna otra restricción; lo suficientemente fuerte para dejarnos libres
y completas de corazón y alma, por el regalo del perdón.

Esa es la manera de Dios de hacer las cosas.

¿Creeré que Dios hará todas las cosas nuevas en esta situación
aparentemente injusta que enfrento hoy?

-
JUNIO
Dilo en voz alta
«Mi boca proclamará la alabanza del Señor; y toda carne
bendecirá su santo nombre eternamente y para siempre» (Sal 145:21).

¿Importa si verbalizamos nuestro agradecimiento, estando agradecidas en


nuestro corazón?

Yo creo que sí importa y que los pensamientos de agradecimiento necesitan


ser traducidos a palabras de agradecimiento. Mi mente se va a muchos salmos
que nos exhortan a hablar palabras de alabanza a Dios en la presencia de
otros. Mira a las palabras resaltadas en estos versículos seleccionados de
Salmo 145:

«Una generación alabará tus obras a otra generación, y anunciará tus hechos
poderosos…»

«Los hombres hablarán con entusiasmo la memoria de tu mucha bondad, y yo


contaré tu grandeza»

«Ellos proclamarán con entusiasmo la memoria de tu mucha bondad, y


cantarán con gozo de tu justicia»

¿Convencida? Las palabras de alabanza y agradecimiento dichas, tienen el


poder de disipar ese espíritu de pesadez que a veces nos tira para abajo y se
aferra a nosotras como una cobija mojada. Y tienen el poder de hacer lo mismo
por
los demás. Además, yo creo que adoración y agradecimiento dicho (y cantado)
pueden ser fundamentales para superar las mentiras y esquemas del enemigo.
En mi propia vida, duda, temor, confusión, y ansiedad a menudo han sido
desplazadas y mi espíritu es sobrenaturalmente levantado y fortalecido al
tener palabras dichas de gratitud y alabanza. Inténtalo.

Deja que la alabanza sea escuchada y también sea sentida hoy.

-
JUNIO 6
Transformadas por amor
«Mi amado habló, y me dijo: “Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven
conmigo. Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y se ha ido”» (Cnt
2:10-11).

En el Cantar de los Cantares, leemos de un rey rico que decide buscar una
esposa. Para sorpresa de todos, el rey no escoge una de las mujeres jóvenes y bien
educadas de la ciudad. Más bien, va al campo y escoge a una joven campesina
común para ser su esposa. Ella no es hermosa; de hecho, su piel es áspera y oscura
por trabajar a la intemperie. Cuando el rey la trae al palacio, «las hijas de Jerusalén»
están asombradas de su elección. Nadie está más asombrado que la joven.

No obstante, el rey derrama su amor en su nueva esposa. Al final de la historia,


esta joven campesina se ha convertido en una mujer encantadora y radiante
cuya belleza atrae la atención de todos los que la ven. ¿Qué ha pasado? Ella ha
pasado tiempo a solas con su esposo. Y ella ha tomado sus características. No es
su propia hermosura, es más bien la de él, que los demás ven en ella. Ella ha sido
transformada por su amor.

Profundamente en el corazón de cada hija verdadera de Dios hay un anhelo


de reflejar la belleza del Señor. Esa belleza se obtiene cuando pasamos tiempo a
solas con Jesús.

¡Oh, ser como Tú! Oh ser como Tú…Estampa Tu imagen profundamente en


mi corazón.

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JUNIO 7
Algo que solo Dios puede hacer
«Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más.
Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como
pérdida por amor de Cristo» (Fil 3:4, 7).

Pablo conocía la maravilla de la gracia redentora y transformadora de Dios


como ningún otro. En un tiempo era un gran blasfemo y perseguidor de Cristo
y Su iglesia; se le había perdonado una deuda infinitamente más allá de lo que
jamás podría pagar. Más que eso, se había convertido en un coheredero con
Cristo, un recipiente inmerecido de todas las riquezas de Dios en Cristo Jesús.

La vida terrenal del resto de los apóstoles se derramó en ayudar a los demás
para experimentar y extender esta maravillosa gracia que reconcilia a los
hombres con Dios y al uno con el otro, a gente como tú y como yo.

Debería hacernos temblar hasta nuestras entrañas el ver lo excesivamente


costoso que fue el perdón de nuestros pecados para Dios. Nuestra redención le
dolió a Él más profundamente que lo que cualquier otro ser humano jamás haya
sufrido. Derrramó sangre. Requirió el Calvario. Pero requirió aún más que eso.
Requirió un acto que solo Dios pudo realizar.

Si te parece imposible perdonar a esa persona que te ha herido


profundamente, y quien quizás continúa tratándote áspera e injustamente, ¿Qué
crees? ¡Sí, es posible para ti! Nada es muy difícil para Dios. Y Él es el que puede
perdonar, y reconciliar, a través de ti.

Piensa hoy: Nada es muy difícil para Dios.

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JUNIO 8
Las prioridades del día
«No las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre
que mora en mí es el que hace las obras» ( Jn 14:10).

En años recientes, he estado asombrada de lo conectado y sensible que estaba


Jesús a la voluntad de Su Padre. Esto se ve particularmente en el Evangelio de
Juan. Una y otra vez, Jesús habló de hacer la obra que Su Padre le había mandado
hacer. Él rehusó decir cualquier cosa que Su Padre no le hubiera dicho que dijera,
ir a cualquier lugar que Su Padre no le hubiera dicho que fuera, o hacer cualquier
cosa que Su Padre no le hubiera dicho que hiciera ( Juan 5:19, 30; 6:38; 7:16,
8:28; 12:49-50; 14:10).

Él estaba tan comprometido en agradar a Su Padre y a actuar de acuerdo con


Él, que no estaba dispuesto a salir por sí mismo ni a actuar independientemente.

¿Pero cómo sabía Jesús cuáles eran Sus prioridades de cualquier día, cuando
había todo un mundo entero que redimir? Cuando había una multitud de gente
necesitada parada a Sus pies, ¿Cómo sabía Él cuándo enseñarles y cuándo
dejarlos para poder pasar tiempo con Sus discípulos?

Es simple, Jesús sabía lo que Su Padre quería que Él hiciera ese día porque Él
le había preguntado.

Padre, ¿Cuáles son mis prioridades hoy?

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JUNIO 9
Un evento diario
«Te alabaré por siempre» (Sal 30:12).

No tiene que ser Día de Acción de Gracias para que la gratitud surja desde
lo más profundo de nuestro ser. La Escritura nos llama a una gratitud de todo el
día, de todos los días:

• Por la mañana y por la tarde. David dio instrucción a los Levitas de «estar
presentes cada mañana para dar gracias a Dios y para alabar al SEÑOR, y
asimismo por la noche» (1 Crón. 23:30).
• Tres veces al día. Daniel se presentaba ante el Señor por la mañana, al
mediodía, y por la noche, apartando tiempo específico durante el día para
dar gracias a Dios por Su bondad y fidelidad.
• A media noche. El salmista escribió: «A medianoche me levantaré para
darte gracias», (Sal 119:62). Las vigilias de la noche se convocan para
tener presente al Señor, agradeciéndole una vez más el poder regresar a
dormir en una cama suave.
• Continuamente. «Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; continuamente
estará su alabanza en mi boca» (Sal 34:1). En cada pensamiento
consciente de la bendición de Dios, nuestra reacción debe ser, y realmente
puede ser, de gratitud instantánea.

¿Y por qué no? Después de todo, como dijo David, «te alabaré por siempre»
(Sal 30:12). Por qué no comenzar a ser eficientes en expresar gratitud, no porque
se nos ordena, sino como un reflejo de corazones verdaderamente agradecidos.

¿Alguna vez nos faltarán cosas por las cuales estar agradecidas? No es posible…

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JUNIO 1 0
Manteniendo la cuenta
«Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su
padre lo había bendecido; Esaú se dijo: Los días de luto por mi padre
están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob» (Gn 27:41).

Una manera de responder a los dolores de la vida es convertirnos en


cobradores de deudas. Nos proponemos hacer que el ofensor pague por lo que
ha hecho. Podemos ser evidentes o sutiles, pero hasta que determinemos que una
penalidad adecuada ha sido pagada, nos reservamos el derecho de castigarlos.
En lugar de dejar a Dios, quien es suficientemente grande y fuerte para manejar
el problema a Su manera perfecta, justa, y redentora, nos aferramos al dolor y
rehusamos soltarlo. Mantenemos a nuestro ofensor como rehén (eso pensamos).

Piensa en Esaú y Jacob. Una primogenitura engañosamente robada. Una


expectativa de toda una vida de prosperidad finalmente al alcance de Esaú, pero
ahora, por un truco, un complot arreglado por una madre que tiene favoritismo,
el camino justo de Esaú a la bendición de un padre, es salvajemente descarrilado
en el último minuto. Esaú guardó la intención de vengarse.

Ser un «cobrador de deudas» hace más que mantener a nuestro ofensor en una
prisión de deudores; nos pone a nosotras en prisión. Invariablemente produce el
fruto amargo del dolor, el resentimiento y la esclavitud más profunda.

Pero hay otra manera. Una manera mejor. La manera de Dios.

¿Creo yo que Dios está consciente de las ofensas? ¿Del ofensor? ¿De
las que están heridas? ¿Creo yo que Dios es capaz de manejar el
problema correctamente?

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J U N I O 11
Celebra días santos
«Pues en Él se regocija nuestro corazón, porque en
su santo nombre hemos confiado» (Sal 33:21).

Como probablemente ya sabes, la palabra en inglés «holiday», día festivo,


viene de dos palabras, «día santo». Más que meras ocasiones para festejar,
estas son oportunidades para reflexionar y proclamar la bondad, la gracia, y las
misericordias de Dios. Días como la Navidad, el Día de Acción de Gracias, y
otros días señalados de celebración, están destinados para hacer Su alabanza
gloriosa.

Los judíos del Antiguo Testamento tenían sus propios días festivos. Tres
veces al año, cada varón judío se embarcaba en un peregrinaje a Jerusalén,
primeramente con el propósito de dar gracias al Señor. Al comenzar la cosecha,
ofrecían los primeros frutos de su producción anual, le daban gracias por lo que
Él ya había provisto… y por lo que era seguro que Él proveería durante el resto
del año.

Regresaban de nuevo durante la Pascua para conmemorar y agradecer a


Dios por liberar a sus antepasados de la esclavitud en Egipto. Luego finalmente
viajaban una tercera vez al final de del tiempo de la cosecha, ofreciendo gratitud
a Dios por las provisiones y por la abundancia.

De igual manera, hay momentos y marcas en cada una de nuestras vidas en


que es especialmente apropiada la gratitud. Estos son días de levantar en alto las
misericordias de la gracia de Dios por proveer y proteger a Sus hijos.

¿Qué días debo separar para un agradecimiento especial?

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JUNIO 1 2
Su voluntad es buena
«Mas para mí, estar cerca de Dios es mi bien; en DIOS el Señor
he puesto mi refugio, para contar todas tus obras» (Sal 73:28).

Oro por las que están en el salón de clases del sufrimiento hoy. ¿Ves la
mano de Dios en esta situación en tu vida? Él quiere usarla para entrenarte,
y moldearte a la imagen de Su Hijo, y para desarrollar un carácter piadoso en
ti. Es muy importante que veamos esto. Si no vemos más allá de nosotras, nos
irritamos bajo las circunstancias hasta que finalmente somos destruidas por
la amargura y el resentimiento.

Pero cuando tomamos tiempo para entrar a la presencia de Dios y esperamos


en silencio ante Él, cuando ponemos nuestras vidas bajo el ministerio y
microscopio de Su Palabra y nuestra resistencia es expuesta, vemos la mano
soberana de Dios que está actuando para nuestro propio bien, y nos damos
cuenta de la necedad que es de tratar de «pelear» con Dios.

En el momento que Su Espíritu obra dentro de nosotras, nuestros espíritus,


una vez más, se vuelven dóciles y se ponen bajo sumisión a la autoridad de Dios;
entonces estamos en condiciones de abrazar gozosamente Su voluntad. Una
evidencia de que nuestra voluntad se ha quebrado, es que comenzamos a darle
gracias a Dios por aquello que una vez parecía tan amargo, sabiendo que Su
voluntad es buena y que en Su tiempo y a Su manera, Él puede hacer dulces las
aguas más amargas.

Señor, no puedo imaginarme hoy el resultado de esta situación, pero confiaré


en que Tu mano está sobre mi vida.

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JUNIO 1 3
Él puede
«Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Ro 5:8)

¿Tienes una situación en la que el perdón parece imposible? El dolor es


muy grande para que tú lo puedas vencer. Tu amor por esa persona se acabó.

Aquí está lo que la Escritura nos asegura: Nunca será la profundidad de tu


amor la que causará que perdones aquellas actitudes y actos despiadados. Nunca
estará en tu poder el sobrepasar las mentiras malvadas y las justificaciones
salvajes de aquellos que te han hecho ser desconfiada con prácticamente todas
las personas. Será – solo puede ser – el amor de Cristo trasplantado en tu
corazón creyente, el que puede intercambiar tu debilidad por Su fuerza, y porque
Él nos ha perdonado y Su vida ilimitada ahora mora en nosotras. ¿Qué ofensa es
tan grande que no podamos perdonar?

«Ser cristiano» dijo C.S. Lewis, «significa perdonar lo inexcusable, porque


Dios ha perdonado lo inexcusable en nosotros». Cuando se trata del perdón,
nuestro Señor no nos mandaría a hacer algo que Él no nos haya capacitado para
hacer. O que Él mismo no haya hecho.

El perdón está más allá de mi habilidad. Necesito el poder de Dios.

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JUNIO 1 4
Gratitud 101
«Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos,
maledicencia, así como toda malicia». (Ef 4:31).

La gratitud es aprender a reconocer y expresar apreciación por los


beneficios que hemos recibido de Dios y de los demás. Analicemos estos
componentes un poco más:

Para «reconocer» lo que recibimos cada día, los ojos de nuestro corazón deben
estar abiertos y alertas. Esto significa estar constantemente a la expectativa de las
bendiciones, haciendo cada día una búsqueda de tesoros. Tengo un amigo que le
da gracias a Dios por diez cosas cada mañana. Comienza su día enfocándose en
la bondad de Dios, en lugar de enfocarse en los problemas o desafíos con los que
tendrá que lidiar ese día.

«Expresar apreciación» significa que lo que está en nuestros corazones


necesita salir! Significa ser intencional acerca de agradecerle a Dios y a los
demás por las bendiciones que vienen a nuestro camino. Representa también una
ventana de oportunidades para devolverles a aquellos que están involucrados en
nuestras vidas. Es nuestro regalo de regreso a ellos y al Señor.

Estar conscientes de «los beneficios que hemos recibido» ayuda a extinguir


la amargura de nuestros corazones, al reemplazar los pensamientos negativos y
deprimentes por el entendimiento de que nuestro Padre amoroso nos ha bañado
con cosas buenas, y que aun las «cosas malas» en nuestras vidas son «beneficios»
destinados a hacernos más como Jesús.

Cuéntale hoy a alguien una razón nueva que tienes para alabar y agradecer
al Señor.

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JUNIO 1 5
El sacrificio de la comunión
«Y a la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: ELOI, ELOI,
¿LEMA SABACTANI? Que traducido significa, DIOS MÍO,
DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?» (Mr 15:34).

El perdón de nuestros pecados en la cruz del calvario requirió una agonía que
no podemos comprender completamente. En la cruz, Jesús tomó nuestro pecado
sobre Él, soportando las consecuencias desgarradoras de Su comunión rota con
el Padre. El Padre a quien Él adoraba, del cual nunca había experimentado un
momento de separación. Eso nosotras no lo podemos entender completamente.

Podemos solo imaginarnos lo que el Padre y el Hijo debieron haber soportado


cuando, por primera vez, el costo de nuestro pecado interrumpió su comunión
eterna.

Pero es de esta «tremenda tragedia», escribe Oswald Chambers, que


ganamos nuestro perdón. «Poner el perdón en cualquier otra base es blasfemia
inconsciente». Esas son palabras fuertes.

El perdón no está destinado a ser gratis y fácil. Es duro. Es costoso. Es doloroso.

Pero esta es la única manera en que puede ser real; real como el
perdón de Dios para nosotros es real, lo suficientemente real para
verdaderamente cambiarnos.

¿Qué tan serio considero mi pecado a la luz del precio que Cristo pagó por él?

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J U N I O 16
Investigando más profundo
«Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto,
desciende del Padre de las luces» (Stg 1:17).

Mientras se cepillaba los dientes una mañana y meditando en Efesios 5:20-21,


un amigo mío fue asombrado por la palabra «todo». Lee el versículo despacio:

«Dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a


Dios, el Padre; sometiéndonos unos a otros en el temor de Cristo.»

Esto le recordó la importancia de agradecer a Dios por aún esas «cosas


pequeñas» que nosotras a menudo pasamos por alto. Lo hizo pausar y agradecer
por... bueno…su cepillo de dientes. Y, mientras estaba en eso, le dio gracias a
Dios por sus dientes, tal vez por primera vez en su vida.

Mi amigo me dijo que también se preguntó a sí mismo: «si la provisión de


mañana dependiera del agradecimiento de hoy, ¿cuánto tendría para mañana?»
¡Algo en qué pensar!

En este momento, dale gracias a Dios por las cosas pequeñas.

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J U N I O 17
Cuando el diablo gana
«Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
ni deis oportunidad al diablo» (Ef 4:26-27).

Cuando rehusamos perdonar a otros, le damos ventaja a Satanás en nuestras


vidas; tanto individualmente como en nuestra comunión corporativa.

Tratando de enseñarles a los Corintios qué estaba causando la desunión


en su comunión, el apóstol Pablo habló acerca de la importancia del perdón.
Había aparentemente alguien entre ellos cuyo pecado había sido expuesto,
alguien que había «causado tristeza» en su comunión (2 Co 2:5), pero se había,
supuestamente, arrepentido y buscado restauración. Sin embargo, de algunos el
perdón hacia él venía despacio, haciéndole aún más difícil entrar a la gracia de la
misericordia de su Padre y comenzar a vivir en libertad. Así que Pablo exhortó
a los Corintios a «perdonar y consolar» a su hermano arrepentido (v. 7), como
Pablo mismo había hecho, «por vosotros en presencia de Cristo, para que Satanás
no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus ardides» (vv. 10-11).

El diablo siempre gana cuando no perdonamos. Le damos la oportunidad


de ganar argumentos en nuestras mentes, dejamos que se salga con la suya en
nuestras relaciones, y permitimos que desensibilice nuestros corazones a la voz
del Espíritu.

Qué atemorizante es estar atrapada en la falta de perdón, lo cual le da la


victoria a Satanás. Necesito correr al Señor.

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JUNIO 1 8
Habla en voz alta
«Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a
Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre» (He 13:15).

Hay ocasiones a nuestro alrededor para estar agradecidas. Si las reconocemos


todas, nuestra reacción general será dejar que el pensamiento que escuchamos en
nuestras mentes sea suficiente para nuestra gratitud. Pero la Biblia nos dice que,
«ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir,
el fruto de labios que confiesan su nombre» (Heb. 13:15).

Mis responsabilidades a veces requieren que maneje sobre un puente que


cruza el río Arkansas, temprano en la mañana. Numerosas veces, he sido
cautivada por la vista del sol que sube del río, brillando en la ondulación del
agua, y no he podido contenerme y digo en voz alta, «Gracias Señor, por este
panorama, ¡es hermoso!»

A menudo, palabras de agradecimiento similares suben de mi corazón a mis


labios: después de escuchar un sermón que ha hablado a mi corazón de una
manera poderosa, cuando soy tocada por la amabilidad o la generosidad de una
amistad, cuando recibo una bendición inesperada, o cuando soy testigo de la
gracia asombrosa de Dios obrando en la vida de otra persona.

Es importante, no solo tener un corazón de gratitud, sino que tu corazón se


derrame en palabras de gratitud.

Practica el arte de verbalizar tu agradecimiento en todo tipo de situaciones hoy.

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JUNIO 1 9
Un lugar bueno
«Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien,
esto es, para los que son llamados conforme a su propósito» (Ro 8:28).

No podemos comprender las complejidades de cómo un Dios santo y


soberano interactúa con un mundo pecador, para cumplir Sus propósitos eternos.
Pero uno de los versículos que conocemos muy bien y repetimos frecuentemente
revela la esperanza que mora dentro de esta verdad; suficiente esperanza para
darnos buena razón para perseverar más allá de nuestro punto de entendimiento:
«Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien,
esto es, para los que son llamados conforme a su propósito» (Ro 8:28).

¿Pero cómo puede esto ser cierto? ¿Cómo podemos estar seguras? ¿Cómo
puede algo tan malvado ser redimido o resultar en algo de valor? Por lo menos
en parte, la respuesta se encuentra en el hecho de que «a los que de antemano
conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo»
(v. 29, énfasis añadido.)

Si eres una hija de Dios, las pruebas que estás pasando, por más incorrectas o
injustas o despiadadas que sean o fueron, serán usadas, en Su providencia y en
Sus manos hábiles, para llevarte a un buen lugar; a la profundidad de Su corazón,
a un lugar de mayor dependencia y confianza, y a ser más perfectamente refinada
a la imagen de Cristo.

¿Cómo te ha llevado tu prueba reciente a «un lugar bueno»?

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J U N I O 20
El perdón para Jesús
«Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con Él habiéndonos perdonado todos los delitos, habiendo
cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era
adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz» (Col 2:13-14).

Sé de un doctor que cayó bajo convicción intensa y le confesó a su esposa


un secreto devastador que tenía bien guardado: había estado manteniendo
una relación adúltera. Mientras ella luchaba para procesar la infidelidad de
su esposo, se encontró inexplicablemente abrumada con la conciencia de que
tenía que perdonarlo. «¿Cómo no perdonarlo, cuando Dios me ha perdonado
completamente?»

Increíblemente cargada por la gracia de Dios, ella aún se sentó después y le


escribió una carta a «la otra mujer», asegurándole que ella la había perdonado.
El próximo día la mujer llegó a su puerta y exclamó entre sus lágrimas, «por tu
perdón es que ahora he venido a conocer al Señor».

¿Cómo puede pasar eso en la vida real?

Quizás la mejor pregunta no es «¿cómo?» sino «¿por qué?»

La respuesta no es algún tipo de respuesta superficial y sentimental que


se supone que seamos capaces de fabricar hacia aquellos que nos han
herido.

La respuesta es central al mensaje de la cruz.

¿De cuánto te ha perdonado Dios?

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J U N I O 21
Gratitud expresada
«Dando siempre gracias por todo, en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre» (Ef 5:20).

La gratitud pide ser expresada, tanto a Dios como a los demás. «La gratitud
silenciosa», dijo Gladys Berthe Stern, «no es útil para nadie».

Si una cajera ha sido inusualmente agradable, detente y dile al gerente qué


placer fue tratar con esa empleada, y qué agradecida estás por su actitud. Él estará
contento de pasar el elogio, y ella se irá a casa alentada y frescamente motivada
en su trabajo.

Si las flores de una vecina te llaman la atención, ve y dile lo agradecida que


estás por su arduo trabajo en atender su jardín y cómo parece ponerse más
hermoso año tras año.

Si los mensajes de tu pastor alientan tu corazón y profundizan tu caminar con


Dios, no asumas que él automáticamente sabe esto. Míralo a los ojos y agradécele
por su fidelidad en traerte la Palabra, o escríbele una nota con algunas cosas
específicas de cómo algo que dijo, verdaderamente te ministró.

Y claro, cuando eres cautivada por un atardecer glorioso, confortada en dolor,


o elevada por algún recordatorio de la esperanza que Dios da en medio de los
retos de la vida, haz tu alabanza sonar, no solo en tu cabeza sino en tu lengua.

¡Agradece en voz alta!

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J U N I O 22
Liberación
«Pero a quien perdonéis algo, yo también lo perdono; porque en verdad,
lo que yo he perdonado, si algo he perdonado, lo hice por vosotros en presencia
de Cristo, para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no
ignoramos sus ardides» (2 Co 2:10-11).

La mentalidad que prevalece en nuestra cultura hoy (y con demasiada


frecuencia también en el mundo evangélico), nos da permiso para ser mimadas,
aún empoderadas, en nuestro resentimiento, nuestras relaciones rotas, y en
nuestros conflictos no resueltos. Amistades con buenas intenciones a veces
vienen a nuestro lado, apoyando nuestra determinación terca de exigir el
pago de aquellos que han pecado contra nosotras, simpatizando con nuestra
autocompasión.

Pero la Palabra de Dios es clara en que el costo de la falta de perdón es grande.


No podemos esperar vivir en paz con Dios o experimentar Sus bendiciones en
nuestras vidas, si rehusamos perdonar. El hacerlo es ahogar Su gracia y permitir
que Satanás «tome ventaja» de nosotras (2 Co 2:11).

Las heridas que han sido infligidas sobre ti no se harán una onza más
livianas al guardarlas y dejarlas podrir. De hecho, solo se harán más pesadas y
más gravosas.

La simpatía puede proveer alivio temporal, pero el perdonar puede procurar


liberación duradera.

¿Estoy estancada, en lugar de, en proceso de recibir la liberación de Dios?

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J U N I O 23
La justicia es de Dios
«El SEÑOR es justo en medio de ella; no cometerá injusticia. Cada mañana saca
a luz su juicio, nunca falta; pero el injusto no conoce la vergüenza» (Sof 3:5).

Cuando la Biblia nos enseña a perdonar a aquellos que pecan contra nosotras,
a soltarlos, no minimiza la seriedad de su pecado ni sugiere que lo que han hecho
está bien. Tampoco sugiere que a sabiendas los habilitemos a seguir pecando o
suavicemos las consecuencias de su maldad.

Por ejemplo, situaciones abusivas, actividades criminales, y cosas que tú puedes


saber que no son éticas, concernientes a personas en el trabajo. No es malo (y
puede ser necesario) reportar a alguien, para entregar a ofensores culpables a
las autoridades apropiadas quienes pueden hacerlos responsables, y ayudarlos a
enfrentar la realidad de lo que han hecho.

Pero si al hacerlo tu corazón está amargado o quiere venganza – si te estás


vengando, si estás obsesionada con vengarte, internamente esperando ver su
caída, entonces tú todavía estás aferrándote a los controles. Aún si traes al
ofensor a la justicia, no experimentas la libertad que Dios ofrece. En realidad, te
estás manteniendo encarcelada por tu ofensor.

La libertad llega cuando los sueltas en las manos de Dios.

Dios no es lento ni tampoco es injusto.

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JUNIO 2 4
Misericordias comunes
«Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto,
desciende del Padre de las luces» (Stgo 1:17).

Charles Spurgeon dijo: «Alabemos a Dios diariamente por las


misericordias comunes; comunes, como frecuentemente les llamamos, y aún tan
inestimables que cuando se nos priva de ellas estamos a punto de perecer».

Jabón de baño, pasta de dientes, agua caliente, plantas caseras, atardeceres,


lentes de sol, tarjetas de cumpleaños, cielos azules, linternas, cobijas, fotos
familiares, fruta fresca, ropa para el frío, libros, hermosa música, sábanas limpias.

Las personas a las que cuando se les pregunta de qué están agradecidas y su
mente se pone en blanco después de repasar la letanía bastante automática de fe,
familia, comida y salud, nunca podrán ser aquellas que tienen cercanía con Dios, no
cuando Él nos ha dado muchas maneras para responder a esta simple pregunta.

Estas misericordias comunes están incluidas en la apelación bíblica de


«dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a
Dios el Padre» (Ef. 5:20).

La gente que recuerda dar gracias a Dios por todo, desde pinzas y tijeras de
podar hasta platos desechables, son personas que saben de qué se trata «todo».

¿Y por qué no ser tú esa persona?

Haz tu propia lista de misericordias comunes por las cuales debes


estar agradecida.

-
J U N I O 25
Sabiduría diaria
«Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la
abundancia de consejeros está la victoria» (Pr 11:14).

Una de las cosas que valoro de mis amistades más cercanas, es la libertad de
levantar el teléfono o de reunirnos y pedirles que me orienten en aquellas áreas
en las que ellos tienen conocimientos o experiencia que yo no tengo. Pienso en
una conversación reciente en la que pedí dirección en asuntos prácticos tales
como cómo arreglar el suavizante de agua y cómo saber si mi seguro de auto
provee el tipo de cobertura que necesito. En otras conversaciones, he buscado el
consejo en asuntos como la contratación de un nuevo miembro del personal y
si debo aceptar el compromiso de una conferencia específica.

Dios desea tener ese tipo de relación con nosotras, donde seamos rápidas en
buscar Su consejo y dirección en relación a los asuntos que nos preocupan. Su
Palabra dice: «Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Stg 1:5).

Durante nuestro tiempo devocional, entramos a Su presencia y ponemos


nuestras vidas ante Él, nuestras agendas, nuestras preguntas, y las circunstancias
y decisiones que estamos enfrentando. Luego con Su Palabra abierta frente
a nosotras y nuestros corazones levantados hacia Él, escuchamos y buscamos
descubrir Su corazón en el asunto. Esperamos en silencio ante Él, hasta que
alumbre con Su luz nuestro camino.

Pon ante el Señor una cuestión práctica que estés enfrentando ahora mismo.
Pídele Su dirección.

-
J U N I O 26
Cerca por primera vez
«Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando
a Dios en alta voz. Y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias;
y éste era samaritano» (Lc 17:15-16).

Nunca nos acercamos más a Jesús que cuando venimos con humilde gratitud.
Los diez leprosos que conocieron a Jesús «se pararon a distancia» (Lc 17:12). Los
leprosos estaban ceremonialmente contaminados y no se les permitía acercarse
a aquellos que estaban «limpios». El leproso que había sido sanado que «cayó
sobre su rostro a los pies de Jesús dándole gracias» (v.16), fue el único de los
diez que se acercó a Jesús. La gratitud nos pone en proximidad a Cristo, donde
experimentamos la llenura de Su poder redentor y disfrutamos la bendición de
Su presencia.

El leproso agradecido era un samaritano. Al contrario de algunas de nosotras


que no podemos recordar un momento en que no estábamos por lo menos
conscientes de la presencia y el poder de Dios, este hombre nunca había
conocido al verdadero Dios hasta que Jesús entró a su mundo y transformó su
vida. Después de estar separado de Jesús por una brecha religiosa, cultural, y
física, amó lo que vio en Jesús – cerca y personalmente. ¿Amas lo que ves en
Jesús? La gratitud te ayudará a cruzar esa distancia y a acercarte a Jesús.

Acércate al Señor hoy y dale gracias por Su bendición tras bendición en tu vida.

-
JUNIO 2 7
Agradecida por la espina
«Por eso me complazco en las debilidades, en insultos,
en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo;
porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co. 12:10).

La escritora de himnos antiguos Fanny Crosby tenía una decisión que tomar.
Estoy segura de que cuando ella supo que su mundo sin vista había sido el
resultado del error de un doctor, tuvo que preguntarse «¿qué pudo haber sido?»

Pocas de nosotras sabemos lo que es no ver –no poder describir el color


amarillo, o distinguir el rostro de un ser querido, o cruzar una calle de la ciudad.
Se nos olvida ser agradecidas por la bendición de la vista.

Aún así, Fanny Crosby, escritora de más de 8,000 himnos, veía las cosas de
otra manera. Ella estaba agradecida por la bendición de la ceguera.

Imagínate poder decir, como Fanny Crosby lo hizo, «no hubiera podido haber
escrito miles de himnos si hubiera tenido la distracción de ver todos los objetos
interesantes y hermosos que se habrían presentado ante mi vista». Como ella
escribió en su autobiografía: «Parecía ser destinado por la bendita providencia
de Dios que yo fuera ciega toda mi vida, y le doy gracias a Él por su
dispensación».

«Le doy gracias a Él». Por la ceguera. ¡Guao!

¿Qué desafíos en mi vida pueden ser vistos mejor en gratitud? Una persona
agradecida es una persona humilde, mientras que la ingratitud revela un corazón
orgulloso.

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J U N I O 28
Lección de tres patas
«No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme cualquiera que sea mi situación» (Fil 4:11).

Steve Dale, un columnista sindicalizado quien responde a preguntas de la


gente acerca de sus mascotas, recibió un correo electrónico de alguien buscando
consejo de qué hacer con su perro boxeador de 12 años de edad que tenía un
tumor grande en su pata. Dos veterinarios diferentes habían estado de acuerdo
en que el tumor tenía que ser removido, pero admitieron que el hacerlo requeriría
cortarle la pata. «¿Algún consejo?» el escritor de la carta preguntó.

Dale respondió que los perros de tres patas en realidad parecen ajustarse
con bastante rapidez después de la cirugía, y poco después se mueven casi igual
que antes, corriendo tras pelotas y aterrorizando ardillas. «El trauma sicológico
de que se sientan tristes porque han perdido una pata no parece ocurrir. Al
contrario, actúan muy contentos de estar vivos».

Oh, si pudiéramos ser más como ese perro de tres patas. Poder tener un corazón
lleno, aunque seamos privadas de comodidades, en lugar de un corazón vacío
estando rodeadas de (pero inconscientes de) bendiciones abundantes. La gratitud a
menudo es la única diferencia entre tristeza dominante y satisfacción pura.

¡Oh, si pudiéramos tener un corazón lleno a pesar de las circunstancias!

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J U N I O 29
Notas de agradecimiento
«Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros» (Fil 1:3).

¿Te enseñó tu mamá a escribir notas de agradecimiento cuando eras niña?


Después de la Navidad y los cumpleaños, te dio ella un sistema de trabajo de:
«Querida (en blanco). Gracias por el (en blanco). ¡Me encantó! Firmado, (en
blanco)». El problema con esas notas es que nadie honestamente cree que las
gracias son genuinas; solo era una cuestión de «buena educación». Cuando
llegaste a la edad suficiente para decidir por ti misma si querías mantener esta
farsa, ¿viste algún propósito en continuar con algo que tenía tan poco significado?

Dado el nivel general de desinterés de hoy en día de escribir notas pasadas de


moda, no es de extrañarse que algunos ahora sientan que mandar un «gracias», en
cualquier forma, es ir más allá.

Pero la gratitud es más que revisar una lista o completar una transacción.
Hemos leído nuestras biblias lo suficiente para saber que Dios no se agradada
con intentos técnicos, ni muy básicos de obediencia. No podemos esperar
verdadera bendición por meramente cumplir con un sentido de obligación. El
deseo de Dios no es solo vernos haciendo cosas por agradecimiento sino
vernos haciendo cosas por agradecimiento que brota de un corazón
verdaderamente agradecido.

Escribe una nota personal hoy, escrita a mano si es posible, agradeciéndole a


alguien por algo que hizo.

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J U N I O 30
Gracias aún por esto
«Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones…y sed agradecidos» (Col 3:15).

David Brainered estuvo enfermo la mayoría de su vida joven, la cual fue


acortada por la tuberculosis. No es exactamente la condición para enfrentar
las tierras salvajes del invernal Noreste, las tormentas de nieve perdurables, el
hambre, y los días largos queriendo ministrar solo a los americanos nativos del
oeste de Massachusetts a mediados de los años 1700.

Una vez, estando en su pequeña choza después de caer enfermo una vez más,
escribió en lo que ahora son diarios famosos: «Bendito sea el Señor que no
estoy expuesto al aire libre. Tengo una casa y muchas de las comodidades de la
vida para sostenerme». En otra ocasión, habiendo enfrentado semanas largas de
soledad, él escribió: «Cuántas razones de agradecimiento tengo por este retiro»
(énfasis agregado).

El contacto con la gente era bonito, él dijo, pero estar a solas con Dios lo
atrajo a intimidad con su Salvador. Él pudo escoger ser agradecido por eso.

Las personas agradecidas se contentan fácilmente, mientras que las ingratas


fácilmente se convierten en prisioneras de la amargura.

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JULIO 1
Ve más profundo
«Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus
bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!» (Lm 3:22-23).

¿Quieres ir más profundo en tu relación con el Señor?

Primero, dile a Dios que vas a comenzar a dejar que tu salvación sea más que
un evento de una que otra vez, y se convierta en una razón diaria para celebrar y
maravillarte.

Dile que vas a hacer de cada día una oportunidad nueva para ver Sus
bendiciones en cosas grandes y chicas, desde el más grande y maravilloso regalo
de Su gracia salvadora, el privilegio de tener una familia sana, hasta el placer de
no tener una de esas dolorosas ampollitas que a veces salen en la boca. (¿Te ha
ocurrido a ti recientemente para que agradezcas por ello?)

Dile que vas a ofrecerle todas las situaciones y circunstancias en tu vida, aún
las que todavía están sensibles al tacto, las que no tienen ningún sentido en lo
absoluto, las que simplemente no puedes entender por qué tienes que soportarlas
ahora. Sin importar qué tan mala se ponga la situación, lo que te digan los
demás, el tiempo que tome o a dónde te lleve, descargarás el peso completo de
ello a Sus pies cada noche. Sé agradecida por Su fortaleza que te sostuvo a través
del día, y espera por Sus misericordias que serán nuevas cada mañana (¡así las
empieces a necesitar de nuevo a las 12:01!)

Si estos deseos se reflejan en tu corazón, detente ahora mismo y díselo al Señor.

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JULIO 2
Fuego del cielo
«No hay justo, ni aun uno» (Ro 3:10).

¿Alguna vez te has enojado por el mal servicio que recibiste mientras
viajabas? Algunos de los discípulos sí. Iban de camino a Jerusalén, y una aldea
samaritana rehusó dejarlos entrar y descansar. Respondiendo a esta ofensa,
Santiago y Juan le preguntaron a Jesús: «¿Quieres que mandemos que descienda
fuego del cielo y los consuma?» La Biblia dice que Jesús «volviéndose, los
reprendió» (Lc 9:51-55).

A este incidente le sigue una discusión entre los discípulos, sobre cuál de
ellos era el mayor. Eran culpables de orgullo y ambición egoísta, sin embargo se
apresuraron a pedir justicia cuando percibieron el pecado en los demás.

Tú y yo, al igual que los discípulos de Jesús, somos pecadores. Por eso es que
necesitamos participar de la oración por justicia con mucha humildad y cuidado.
Fácilmente podemos desviarnos hacia el tipo de reacciones vengativas y sin
amor de Santiago y Juan que causaron tanto problema.

Si Dios les diera a todos lo que merecen, los discípulos habrían sido
consumidos junto con la aldea samaritana. Tú y yo seríamos destruidas en la justa
ira de Dios. Este es el problema con pedir justicia.

Dios es el Único capacitado para juzgar, porque solo Dios es perfecto.

¿Me hago yo juez sobre los demás?

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JULIO 3
Dios el perdonador
«Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no
eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas? ¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica» (Ro 8:31-33).

En ningún lugar de las Escrituras encontramos que Dios nos instruye a que
nos perdonemos a nosotras mismas. De la única manera que Él nos instruye a
tratar con nuestras angustias es urgiéndonos a recibir Su perdón.

De hecho, Pablo escribe, «Dios es el que justifica» (Ro 8:33).

Si nos sentimos obligadas a perdonarnos a nosotras, ¿no sería esto una


indicación de que dudamos del perdón de Dios hacia nosotras o de que
simplemente no estamos dispuestas a recibirlo? Si el perdón de Dios no es
lo suficientemente bueno para nosotras, entonces qué es tan especial en el de
nosotras? Qué hace nuestro perdón que el de Él no pueda hacer? Si Él nos ha
perdonado, nuestra cuenta está en blanco. Qué más hay que perdonar?

El perdón es un milagro muy grande para esperarlo de nosotras. Poner nuestra


confianza en eso es desear algo que nunca podrá ser. Dios es tu perdonador, tu
único perdonador. Cuando Jesús dió Su vida en la cruz para pagar por tu pecado,
Él dijo: «¡Consumado es!» El precio ha sido pagado por completo. A través de la
fe en Su obra terminada, tú eres perdonada. Nada de lo que has hecho, ni nada
de lo que hagas, puede absolverte de una iota de tu culpa.

El perdón no es algo que puedes darte a ti misma. Es algo que Él ha


comprado para ti. Recíbelo con fe y sé libre.

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JULIO
La santidad implacable de Dios
«Porque yo proclamo el nombre del SEÑOR; atribuid grandeza a
nuestro Dios. ¡La Roca! Su obra es perfecta, porque todos sus caminos son
justos; Dios de fidelidad y sin injusticia, justo y recto es Él» (Dt 32:3-4).

Ciertamente hay momentos en que, como somos propensas deambular, la


implacable santidad de Dios se siente más como una carga que como una
bendición. Nos encontramos a nosotras mismas casi deseando que Su ejemplo
perfecto y requisitos justos no fueran siempre tan sólidos e inflexibles como una
piedra.

Y sin embargo, qué misericordia divina, que aún cuando nuestra naturaleza
humana pudiera, en nuestra falta de visión, desear algún espacio dentro de
Su norma absoluta de perfección, hay una cosa en la vida con la que siempre
podemos contar: Dios es santo y Él es fiel. Su santidad es más inquebrantable
que la Roca de Gibraltar. Mientras todos a nuestro alrededor están sujetos a
inestabilidad y cambio, Él siempre es el mismo.

Esta firmeza de Dios no es una razón para agitarse y temblar. Más bien, es
un regalo, la «grata certeza» de que no importa qué tan poco fiables puedan ser
aquellos a nuestro alrededor, no importa que tan inestable esté nuestro propio
pie, o que tan a menudo o lejos podamos caer, Dios siempre estará allí, siempre
fiel, siempre confiable. «Cantad alabanzas al SEÑOR, vosotros sus santos, y
alabad su santo nombre» (Sal 30:4).

Dios es fiel y santo. Seamos agradecidas.

Relata las circunstancias cambiantes en los meses recientes – alaba a Dios


por Su invariable fidelidad.

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JULIO
Memorización de la Escritura
«Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra» (Col 3:2).

Una de las ayudas más valiosas de meditar en la Escritura es la memorización.


De hecho, cuando encuentro a alguien que está luchando con el desánimo o la
depresión, con frecuencia le hago dos preguntas:

«¿Estás cantando al Señor?» y «¿Estás memorizando la Escritura?» Estos


dos ejercicios no son una fórmula mágica para hacer que nuestros problemas
se vayan, pero sí tienen el poder increíble de cambiar nuestra perspectiva y
actitud hacia los problemas que estamos enfrentando.

«Pero no puedo memorizar», algunas responden rápidamente. Don Whitney


señala que el problema no está tanto en nuestra habilidad de memorizar como
en nuestra motivación. «¿Qué si te ofreciera mil dólares por cada versículo
que pudieras memorizar en los próximos 7 días? ¿Crees que tu actitud
hacia la memorización de la Escritura y tu habilidad de memorizar
mejoraría?
Cualquier recompensa financiera sería mínima cuando se compara al valor de
la acumulación del tesoro de la Palabra de Dios depositada en tu mente».

Además, la memorización de la Escritura trae muchos beneficios a tu vida:


limpia y renueva tu mente, te mantiene lejos del pecado, provee dirección,
fortalece tu espíritu, combate los ataques del enemigo en tu mente y emociones,
estimula deseos espirituales, disminuye las demandas de tu carne, y fija tu mente
y afectos en el Señor.

¿Qué sección de la Escritura has querido memorizar? Comienza a


comprometerte a memorizar hoy.

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JULIO 6
Barro en Sus manos
«Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos» (Is 55:9).

Querida amiga, escucha, Dios te ama, Sus promesas son seguras, y tu destino
celestial está establecido para siempre si has confiado en Cristo Jesús como tu
Señor y Salvador. Pero parte de la obra santa que necesitamos que sea hecha en
nosotras solo puede venir a través del valle de sombras y del sufrimiento. ¿Vas
a resistirte? ¿O vas a ser barro en Sus manos, sabiendo que Él está empeñado
en moldearte a la imagen de Cristo y quiere usar tu vida para algo más grande
que tu propia comodidad, conveniencia, y placer? Él quiere que tu vida sea parte
de la gran imagen eternal y redentora que representa la maravilla de Su gracia
salvadora. Un día esa imagen será completada, y juntas magnificaremos a Dios
para siempre.

Mientras tanto, podemos ir rendidas y dispuestas, confiando en Dios y en Sus


caminos más altos, o podemos ir gritando y pataleando. La decisión es nuestra.

Quiero que todas avancemos de maneras que le agraden a Él, maneras que
nos ponen en el centro de Su gran voluntad y plan. Vayamos humildemente,
en fe, y de rodillas.

Examina tu corazón: ¿Está confiando en los caminos más altos de Dios o está
gritando y pataleando por su manera?

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JULIO 7
Semillas del evangelio
«Soportándoos unos a otros y perdonándonos unos a otros, si alguno tiene queja
contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros» (Col 3:13).

El Apóstol Pablo era bastante severo y directo con aquellos de su época que
no aceptaban las buenas nuevas como completas y enteramente adecuadas;
aquellos que insistieron en agregar sus propias condiciones y requisitos. Hemos
sido perdonados en Cristo, y eso es suficiente.

Pero si tratar de perdonarnos a nosotras mismas es un intento de agregar al


evangelio, no perdonar a los demás es una manera segura de disminuirlo. Míralo
de esta manera: somos pecadoras perdonadas que hemos recibido la gracia de
Dios. Y así vamos por el mundo diciéndoles a los pecadores perdidos que ellos
necesitan lo que nosotras tenemos. Pero estas personas nos conocen. Trabajan
junto a nosotras en la oficina. Viven en nuestra calle. Nos escuchan. Escuchan la
manera en que hablamos de un excompañero, de la suegra, de ese hombre que
dañó el piso de la cocina.

Entonces nuestro mensaje acerca del evangelio de Cristo suena un poco


vacío. Es difícil que la gracia y la misericordia de Dios sean creíbles, cuando
nosotras, las mismas que decimos que hemos sido perdonadas por Él, rehusamos
perdonar a los demás.

¿Haces que el evangelio sea creíble para los demás en la manera en


que respondes a aquellos que te han hecho mal?

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JULIO 8
Dios es misericordioso
«Oh SEÑOR, he oído lo que se dice de ti y temí. Aviva,
oh SEÑOR, tú obra en medio de los años, en medio de los años
dala a conocer; en la ira, acuérdate de tener compasión» (Hab 3:2).

Estoy contenta de que podamos depender de que Dios es el mismo ayer, hoy,
y por siempre. Estoy agradecida porque Él no baja sus normas para dar cabida
a nuestra desobediencia e inhabilidades. Y sin embargo, qué consuelo es que se
nos recuerde que, «Porque Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que
somos solo polvo» (Sal 103:14). Entendiendo Él completamente, aún mejor
que nosotras, que lo mejor de nosotras no está nada cerca de lo que se necesita
para ser lo suficientemente buenas, «Dios, es rico en misericordia» y (Ef 2:4) ha
extendido su mano para rescatarnos y redimirnos a través de la ofrenda
preciosa de Su Hijo, el sacrificio perfecto.

«Te doy gracias, oh SEÑOR, porque aunque estabas airado conmigo, se


ha apartado tu ira y me has consolado» (Is12:1). Siendo la ira Su respuesta
justa hacia nosotras, Él ha escogido mostrarnos misericordia.

No hay forma de pagarle a Él por tan maravillosa gracia. Solo hay una
respuesta que ni siquiera comienza a medir su valor, un corazón agradecido,
expresado tanto en palabras como en hechos.

Dios es misericordioso. Seamos agradecidas.

Lee los cuatro versículos mencionados arriba una vez más. Considéralos y sé
agradecida por la misericordia de Dios hacia ti hoy.

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JULIO 9
Contentas con lo que tenemos
«Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: Aleja de
mí la mentira y las palabras engañosas, no me des pobreza ni riqueza; dame a comer
mi porción de pan, no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el SEÑOR?,
o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios» (Pr 30:7-9).

La gratitud y el contentamiento no son la misma cosa, pero son primos lo


suficientemente cercanos como para ayudarnos a verlos trabajando juntos
en nuestros corazones.

Puedes haber oído a algunos predicadores y maestros que dan la impresión


de que Dios quiere que todos los cristianos sean materialmente ricos. Otros,
sin embargo, mecen el péndulo muy lejos al otro lado, vistiendo la pobreza
orgullosamente como un manto de santidad propia. El proverbio de hoy le da
una perspectiva apropiada a todo este asunto.

La Palabra nos está enseñando a enfocarnos menos en subir o bajar nuestra


escalera económica, y más en ser agradecidas por la situación en que estamos;
no solo porque el hacer lo contrario sería pecaminoso y orgulloso, sino también
porque no sabemos de lo que el Señor nos puede estar librando al no darnos todo
lo que queremos. Aún si tenemos mucho menos de lo que los demás tienen, si
nuestros corazones están llenos de gratitud, ni el dinero, ni la falta de él podrá
sacudir nuestra contenta dependencia de Dios.

Pídele al Señor que provea lo que Él sabe que necesitas – lo suficiente


para que no seas tentada a pecar para conseguir satisfacer tus necesidades, pero
no tanto que te olvides de depender de Él como tu Proveedor.

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JULIO 1 0
Busca las riquezas
«Porque si clamas a la inteligencia, y alzas tu voz al entendimiento, si la buscas
como a plata, y la procuras como a tesoros escondidos, entonces entenderás el
temor del SEÑOR, y descubrirás el conocimiento de Dios» (Pr 2:3-5).

A medida que lees la Palabra de Dios, pausa frecuentemente para meditar en


el significado de lo que estás leyendo. Absorbe la Palabra en tu sistema al poner
atención especial a ella, pensar en ella, repasarla en tu mente, considerarla desde
diferentes ángulos, hasta que se convierta en parte de ti.

El puritano Thomas Watson habló de la necesidad de la meditación:

«Sin meditación las verdades que conocemos nunca afectarán nuestros corazones…»

Como un martillo mete el clavo en la cabeza, así la meditación mete la verdad


en el corazón… Lee antes de meditar. «Ocúpate en la lectura de las Escrituras»
(1 Ti4:13). Continúa diciendo, «reflexiona sobre estas cosas» (v.15). La lectura
aportamaterial; es el aceite que alimenta la lámpara de la meditación. Asegúrate
de que tusmeditaciones están basadas en la Escritura. Leer sin meditar es
infructuoso; meditar sin leer es peligroso.

Aquellos que leen la Biblia de prisa o por casualidad nunca extraerán sus
riquezas ni penetrarán en sus profundidades por sí mismos. Aquellos que
desean sacar de sus tesoros deberán dedicar tiempo y esfuerzo significativo
para buscarlos y extraerlos por sí mismos.

Escoge un pasaje de las Escrituras, y léelo todos los días por una semana.
Cuéntale a alguien tus nuevas perspectivas.

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J U L I O 11
Dónde comenzaron nuestros problemas
«[La Serpiente] dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho:
No comeréis de ningún árbol del huerto?» (Gn 3:1).

Camina conmigo de regreso a donde comenzaron todos nuestros problemas:


al Jardín del Edén, el primer hogar de Adán y Eva, un ambiente ideal. Lo que
se llevó a cabo en ese escenario tiene una relevancia ineludible en cada una de
nuestras vidas hoy.

Con una mentira comenzaron todos los problemas en la historia del universo.
Eva escuchó esa mentira, creyó esa mentira, y actuó en esa mentira. Cada
problema, cada guerra, cada herida, cada relación rota, cada angustia, todo se
remonta a una simple mentira.

Así como las mentiras suelen ser, esa primera mentira creció y tejió más y
más mentiras. Eva creyó la mentira, y nosotras, las hijas de Eva, hemos seguido
sus pasos; escuchando, creyendo, y actuando sobre una mentira tras otra.
Hemos creído algunas mentiras por tanto tiempo que nos puede ser difícil
reconocerlas como mentiras. Las «mejores» mentiras son aquellas que se parecen
más a la verdad. Las mentiras «más nuevas» son las más antiguas.

¿Hay algunas áreas de tu vida en que estás creyendo una mentira?

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JULIO 197
Agradecida por la salvación de Dios
«Dando gracias al Padre que nos ha capacitado para
compartir la herencia de los santos en la luz» (Col 1:12).

Cuando consideramos el amor de Cristo, Su sacrificio incomparable, y


Su regalo de completa redención, selladas y aseguradas para siempre, ¡cómo
podemos pasar un solo día sin darle gracias!

Dale gracias a Él por Su salvación. «Pero Dios demuestra su amor para con
nosotros, en que aún siendo pecadores, Cristo murió por nosotros» (Ro 5:8).
«Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos
hechos justicia de Dios en Él» (2 Co 5:21).

Dale gracias a Él por Su llamado. «Doy gracias a Cristo Jesús nuestro


Señor,» dijo el apóstol Pablo, «que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel,
poniéndome en el ministerio» (1 Ti 1:12).

Dale gracias a Él por todo lo que hizo en la cruz:

• Victoria sobre la muerte y el sepulcro (1 Co 15:57).


• Liberación del pecado que mora en nosotras (Ro 7:25).
• El triunfo final del evangelio (Ap 11:17).

Sus regalos para nosotras son sin límites y sin fin como lo es Él. ¡De hecho,
espero pasar el resto de la eternidad desenvolviendo esas bendiciones!

¿Qué más ha hecho Cristo por ti por lo cual estás agradecida? Agrega esas
cosas a esta lista…y continúa agregando más a medida que vienen a tu
mente.

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JULIO 198
Unidos en misión
«Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en
verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos» (Col 3:15).

Uno de los ejercicios más significativos que se puede hacer como familia,
como grupo de estudio bíblico, como grupo de compañeros de trabajo, o quizás la
iglesia entera, es el de comprometerse a tener una temporada de agradecimiento
juntos.

Expresiones deliberadas, específicas de gratitud dirigidas por el Espíritu Santo.

Pídele a Dios que aumente en ti y en tu grupo un espíritu agradecido, más


agradecido por Su gracia, por Su dirección, y por Su salvación, así como también
por crecer en gratitud por las cosas pequeñas que pasamos por alto.

Una de las preocupaciones mayores del apóstol Pablo, como recordarás, fue
su carga por la unidad del cuerpo de Cristo. Él sabía que una iglesia unida en
misión, no solo en el liderazgo sino el cuerpo entero, podría verdaderamente
escuchar y moverse al compás del corazón de Dios.

Si tu familia, grupo, o iglesia desarrollaran un sentido corporativo de gratitud,


¿cuántos conflictos pequeños desaparecerían? ¿Cuántas personas que han estado
en desacuerdo entre sí encontrarían una razón para terminar con su egoísmo y
contención? ¿Cuántos ministerios serían avivados y verdaderamente
provechosos, simplemente al estar llenos de hombres y mujeres llenos de gracia
que crecen cada vez más en agradecimiento por el privilegio de servirle a Él,
juntos?

Ese sería un cambio bienvenido ahora, ¿no es cierto?

Llama a personas de tu iglesia a reunirse para una tarde de gratitud deliberada.

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JULIO 199
Preocupación y adoración
«Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y
molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha
escogido la parte buena, la cual no le será quitada» (Lc 10:41-42).

Hace unas décadas, una canción popular animó a la gente con las palabras:
«No te preocupes, sé feliz». Quizás el llamado a capela a una vida libre y
despreocupada hizo que algunos se relajaran, pero era poco probable que
esa canción tuviera mucho impacto duradero. La preocupación nubla los
pensamientos de todos.

El profeta Habacuc se preocupó por su pueblo y su falta de santidad. Él


se preocupó porque las naciones malvadas aterrorizaban a sus vecinos. Él se
preocupaba porque parecía que a Dios no le importaban estas cosas.

Tal vez tú ves el pecado en la iglesia y la violencia en las noticias y te


relacionas con las emociones de Habacuc.

Mientras que una canción tonta despreocupada no es la respuesta, cantar a


menudo puede combatir la preocupación. El salmista frecuentemente expresaba
preocupación, solo para verla desaparecer a la luz de la gloria de Dios. El Salmo
13 comienza con preocupación: «¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás
para siempre?» (v. 1). Pero al final del capítulo, el salmista ha sido transformado
por la adoración: «Cantaré al SEÑOR, porque me ha colmado de bienes» (v.
6).

El poder de la adoración para disipar la preocupación está basado en la


realidad de un Dios que es más grande que tus problemas. Aún cuando enfrentas
las dificultades del día, ¿responderás en fe al cantar al Señor?

La próxima vez que te encuentres preocupada, toma tiempo para adorar – ¡y


mira lo que pasa!

-
JULIO 200
La gratitud siempre es suficiente
«Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va
acompañada de contentamiento. Porque nada hemos traído al mundo,
así que nada podemos sacar de él» (1 Ti 6:6-7).

Andrew Carnegie, el industrial rico cuya fortuna superó a la de cualquier otro


contemporáneo, al tiempo de su muerte en el año 1919, dejó millones de dólares
a uno de sus familiares, quien se volvió iracundo y amargado hacia su generoso
benefactor porque había dejado $365 millones a causas caritativas.

A primera vista, casi no podemos creer esto. ¿Cómo puede una persona
tener un millón de razones para estar agradecida y aún así encontrar cientos de
millones de razones que no son suficientes para estarlo? Pero, ¿es cierto que todas
nosotras tenemos algún sentido de derecho hacia Dios? ¿Con qué frecuencia
nuestras expectativas o demandas por «más» se alzan sobre la abundancia que ya
tenemos?

Eso es porque se nos olvida que Dios no nos debe nada. Nosotras somos
deudoras. Nosotras somos las que debemos. Pensamos que merecemos más
(o diferente o mejor) de lo que tenemos, y por consiguiente, se nos olvida o
minimizamos las bendiciones que Dios ya nos ha dado y que continúa dándonos.

El hecho es que, a menudo, no somos tan diferentes al beneficiario


malagradecido de Carnegie. Es tiempo de que permitamos que la gratitud sea
nuestro boleto a la libertad. Es verdad, ser agradecidas puede llevarnos a un lugar
de simple satisfacción.

¿Qué tipo de «deseos» estás definiendo como «necesidades»?

-
J U L I O 16
Si Dios nunca hubiera hablado
«Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la
expansión anuncia la obra de sus manos» (Sal 19:1).

¿Cómo sería la vida si Dios nunca hubiera hablado? ¿Qué tal si Él nunca
se hubiera comunicado con el hombre? ¿Qué si Él nunca nos hubiera dado Su
Palabra escrita? Trata de imaginarte un mundo en el cual nadie jamás hubiera
escuchado la voz de Dios, un mundo en el cual no hubiera una Biblia.

Sabríamos que hay un Dios, porque «los cielos proclaman la gloria de Dios».
pero ¿cómo sabríamos cómo es Él? Fuimos creados para agradarle a Él, porque
Él lo quiso (Ap 4:11, NBD), pero, ¿cómo sabríamos qué le agrada a Él?

Si Dios no hubiera decidido hablar y revelarse a Sí mismo, no tendríamos


normas para el bien y el mal. Tal vez experimentaríamos un sentido vago de
culpa al pecar, pero no sabríamos por qué, tampoco sabríamos qué hacer acerca
de nuestro pecado. Nuestras vidas serían sin sentido y frustrantes.

Imagínate no conocer ninguna de las promesas de Dios, Sus mandamientos,


Su amor y misericordia, o los caminos de Dios.

Gracias a Dios no tenemos que existir en ese vacío espiritual. Dios ha


hablado. Él se ha revelado a Sí mismo al hombre. ¿Alguna vez te has detenido a
considerar lo que realmente significa eso?

¿Por qué el hecho de que Dios existe y de que ha hablado lo cambia todo?

-
JULIO
Perdón recibido – Perdón dado
«Y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo.
Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor y decía: Señor Jesús, recibe
mi espíritu. Y cayendo de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les tomes en
cuenta este pecado. Habiendo dicho esto, durmió» (Hch 7:58-60)

No hay evidencia más creíble para el mundo de que el evangelio


que proclamamos es real, que cuando extendemos Su perdón a los
demás.

Pregúntale a los recién convertidos de la tribu Santhal en Nepal rural. Cuando


una mujer en la tribu escogió seguir a Cristo, su familia y vecinos la golpearon
a muerte. La policía acusó a varias personas por su muerte. Sin embargo, los
cristianos viviendo al pueblo expresaron su perdón hacia los asesinos y
pidieron que los cargos fueran retirados.

Maravillados por tal gracia, los corazones de los habitantes del pueblo se
ablandaron, muchos se volvieron a Cristo, y una iglesia nueva comenzó en ese
pueblo.

Pregúntale al apóstol Pablo. Pídele que se acuerde de ese día cuando estaba
parado al lado de la multitud enfurecida, cuidando los mantos de aquellos que
estaban matando a uno de esos «blasfemos» llamado Esteban.

Pregúntale sobre algunas palabras poderosas que una tarde Esteban exclamó
por encima de la algarabía en un espectáculo de apedreamiento: «Señor no les
tomes en cuenta este pecado» (Hch 7:60). Aquí estaba un hombre, Esteban,
quien había juntado las dos partes. Lo que había recibido de Cristo, lo extendió a
sus asesinos a través de Cristo. La cruz había hecho la conexión. Perdón recibido.
Perdón dado.

Pídele al Señor que te ayude a hacer la conexión de perdón hoy en


una relación herida.

-
JULIO 203
Se fue la culpa
«Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos
con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 Jn 1:7).

William Cowper (1731-1800) fue un escritor y poeta británico dotado y


prolífico, contemporáneo y amigo cercano de John Newton. A través de su vida,
Cowper luchó con episodios recurrentes de severa depresión e inestabilidad
mental y emocional.

Él sentía un desprecio por sí mismo que no es posible expresar ni imaginar. Él


se sentía como que había ofendido a Dios tan profundamente que su culpa nunca
podía ser perdonada, y todo su corazón estaba lleno de turbulentas punzadas de
desesperación. En un ataque de ansiedad y cerca de locura, él hizo varios intentos
de tomar su propia vida.

Gracias a Dios, Cowper vino a darse cuenta de que ningún pecado puede
hacer una mancha tan grande que Dios no pueda borrar. Por encima de la
experiencia tortuosa, fue movido a escribir esas palabras que han dirigido a
millones de pecadores con sentimiento de culpa a la cruz, la única fuente de
verdadero alivio y liberación:

«Hay una fuente que brota de la sangre de Emanuel;


En donde el culpable lava las manchas que hay en él.
El ladrón agonizante se gozó al ver en su día esa fuente;
Y también yo, tan vil como él, todos mis pecados allí lavé;»

Completamente perdonado. ¿Es esa tu experiencia? El sacrificio de Cristo en


el calvario es suficiente para perdonar cada pecado, aún el tuyo.

-
JULIO 1 9
Una imagen más grande
«Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo» (Mt 6:10).

«Panorama general». La frase es usada en el mundo de negocios todo el


tiempo para describir la misión general de la compañía. Un empleado es animado
a mirar el panorama general cuando los detalles amenazan con abrumarlo.

No importa qué tan alto suba un ejecutivo en una organización, su «gran


imagen» nunca puede compararse con la de Dios. La misión más significativa
viene de poner a un lado nuestros propios planes y obtener la perspectiva
de Aquel que ve el tiempo eterno y el espacio infinito. Dios le dijo a profeta
Habacuc: «Mirad entre las naciones, observad, asombraos, admiraos» (Hab 1:5).

Una razón por la cual las oraciones de Habacuc parecían no ser escuchadas,
era que él estaba buscando en el lugar incorrecto la respuesta. Él se estaba
enfocando en su propia nación y en su propio pueblo, mientras que Dios estaba
orquestando eventos mundiales.

Siempre debemos orar conscientes de que Dios puede estar haciendo algo
mucho más grande de lo que podemos imaginar. Sin ver completamente el
panorama general por nosotras mismas, podemos confiar en Aquel que sí lo ve, y
podemos orar como nuestro Salvador.

Ora hoy con el panorama general en mente; «Hágase tu voluntad, Señor».

*Fuente:Worries, Woes, & Worship: Moving from Fear to Faith, página14

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J U L I O 20
¿A quién llamas?
«El nombre del SEÑOR es torre fuerte, a ella corre
el justo y está a salvo» (Pr 18:10).

Uno de los aspectos más desafiantes de ser padre de niños pequeños es


ese llamado constante a sus padres. Cuando un niño tiene una pregunta o
tiene miedo, su primera respuesta es, «¡mami!» El llamado, «¡mami!» es la
primera respuesta a casi cualquier situación.

Ahora ya somos mayores y ya no llamamos «¡mami!», pero todavía tenemos un


reflejo de llamar a alguien cuando la vida nos deja sintiéndonos sin esperanza.

Mientras lanza su primera queja, las primeras palabras de Habacuc son


significativas. El profeta pudo haber considerado las estructuras de poder de su
tiempo y pudo haber tratado de averiguar quién era aquel que podría satisfacer
sus necesidades. Pero como un niño llamando a su padre, Habacuc sabía quién
era la fuente de todo el amor, poder y protección. Él llamó, «Oh Señor».

¿Cuántas veces llamamos a los expertos, a la élite, o a los educados de nuestros


días, buscando ayuda, cuando sería mejor para nosotras llamar, «oh Señor»?

Al final, la paz, la perspectiva y las respuestas que necesitamos no se


encontrarán al ir a un consejero o un terapista, o al leer un libro, o al derramar
nuestros corazones a una amiga de confianza. Al final, lo único que necesitamos
se encuentra yendo al maravilloso Consejero.

Cuando la crisis llega, ¿a quién pides ayuda primero?

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J U L I O 21
Rompiendo la esclavitud
«Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado,
porque en ti me refugio» (Sal 25:20).

Generalmente, las personas no caen en la esclavitud de un día para otro. No


se despiertan una mañana y descubren que son adictas a la comida o que tienen
un temperamento que no pueden controlar. Hay una progresión que lleva a la
esclavitud, y siempre comienza cuando escuchamos una mentira.

Así es como comenzó todo en el Jardín del Edén. Eva escuchó las mentiras
que Satanás le dijo. Estoy segura de que ella no tenía idea de a dónde la llevarían
esas mentiras al final, a ella y a su familia. Tal vez no parecía particularmente
peligroso solo escuchar a la serpiente; escucharla, para ver que tenía que decir.
Escuchar en sí no era desobediencia. Pero, y aquí está la clave, escuchar un
punto de vista que era contrario a la Palabra de Dios puso a Eva en un terreno
resbaladizo que la llevó a la desobediencia, la cual la llevó a la muerte física y
espiritual.

Escuchar cosas que no son verdad, es el primer paso hacia esclavitud y


la muerte definitiva. Por eso creo que es tan importante que monitoreemos
cuidadosamente lo que permitimos que entre a nuestras mentes y corazones.

Pregúntate a ti misma con cada nuevo pensamiento, ¿a quién estoy

escuchando?

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J U L I O 22
Deleitándonos en Su Palabra
«¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los
escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley
medita de día y de noche!» (Sal 1:1-2).

A medida que envejezco y mientras más profundizo en las riquezas de la


Palabra de Dios, más me encuentro apreciándola, asombrándome de ella, y
deleitándome en ella. Mi padre tenía una gran reverencia y amor por la Palabra
de Dios. Como manera de mostrar ese respeto, era su hábito, nunca poner nada
encima de la Biblia, una práctica que yo he adoptado no porque el papel y la piel
tengan alguna propiedad mística o valor inherente, pero como un medio visible
de honrar lo que contienen esas páginas.

Pienso que eso es lo que el salmista debió haber sentido mientras contemplaba
la porción de la Palabra de Dios que existía en su día. En el Salmo 119, el rey
David, parece casi no tener palabras adecuadas para describir lo que él siente por
la Palabra de Dios:

«Tus testimonios son mi deleite; ellos son mis consejeros…


¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación…
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca…
Por tanto, amo tus mandamientos más que el oro, sí, más que oro fino…
Es muy pura tu palabra, y tu siervo la ama…
Mi corazón teme tus palabras»

Salmo 119:24, 97, 103, 127, 140, 161

Considera tu verso favorito de la Biblia. ¿Por qué lo amas?

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J U L I O 23
Mirando a través de la neblina
«Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces
veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré
plenamente, como he sido conocido» (1 Co 13:12).

Mientras estaba de vacaciones cerca del las montañas Gran Teton en


Wyoming occidental hace unos años, decidí ir a caminar. A pesar del hecho de
que la vista estaba cubierta de niebla, decidí seguir adelante.

Yo sabía que había una vista impresionante allá, pero no la podía ver. El
apóstol Pablo describe la vida cristiana de esa manera. Él nos recuerda que
«porque ahora vemos por un espejo, veladamente,… ahora conozco en parte».
En otras palabras, sabemos que hay un propósito allá afuera, pero está oscurecido
por la neblina del tiempo y del espacio. Pero Pablo continúa y nos da una razón
de gran esperanza y anticipación: «pero entonces veremos cara a cara; entonces
conoceré plenamente, como he sido conocido» (1 Co 13:12).

Sí, el camino de fe puede ser empinado. Pero para aquellos que siguen
adelante a conocerlo a Él, tenemos la promesa de Dios, de que un día saldremos
de la neblina hacia una luz de sol brillante, clara y deslumbrante. La vista en la
cima será espectacular, porque allí al final «lo contemplaremos a Él» – a Jesús
mismo – «cara a cara, en toda Su gloria». ¡Y esa será una vista por la que valdrá la
pena esperar!

¿Qué hay en tu vida que impide que veas «la vista desde la cima»?
¿Cómo puedes seguir presionando hacia adelante?

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JULIO 2 4
¿Por qué?
«¿Por qué me haces ver la iniquidad, y me haces mirar la opresión?» (Hab 1:3).

«¿Por qué, Dios?» Cada generación ha hecho esta pregunta de alguna forma,
acerca de cuestiones desde simples hasta complejas.

Habacuc tenía algunas preguntas para Dios también. Se preguntaba por qué
Dios permitió que el pecado floreciera entre Su pueblo y porque parecía que
Dios no estaba escuchando. Él se unió a otros en las páginas de las Escrituras
que cuestionaron a Dios.

Después de perder su propiedad, hijos, y salud, Job preguntó,


«¿Por qué no morí yo al nacer, o expiré al salir del vientre?» ( Job 3:11).

Cuando su misión no parecía estar yendo bien, Moisés preguntó,


«Oh Señor,… ¿Por qué me enviaste?» (Ex 5:22).

Después de que Dios rescató a los hijos de Israel de la esclavitud, ellos dijeron,
«¿Por qué salimos de Egipto?» (Nm 11:20).

Un salmista quiso saber, «¿Por qué, oh SEÑOR, te mantienes


alejado, y te escondes en tiempos de tribulación?» (Sal 10:1).

¿Es aceptable preguntarle a Dios «por qué»? Durante un tiempo de tragedia


personal cuando mi familia sufrió la pérdida de mi hermano menor, fuimos
consolados por un amigo de la familia quien hizo esta declaración en el
funeral:
«Está bien preguntarle a Dios por qué mientras no le estés preguntando con el
puño cerrado, sino con un corazón de búsqueda».

¿Le estás preguntando a Dios «por qué» hoy? Pídele que te ayude a tener
un corazón de búsqueda en lugar de uno con el puño cerrado.

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J U L I O 25
Trazando los temas de las Escrituras
«No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas;
no he venido para abolir, sino para cumplir» (Mt 5:17).

Periódicamente he encontrado de gran valor, leer las Escrituras a un ritmo


más rápido, para así obtener un mayor entendimiento de toda la Palabra de Dios.

Leer la Biblia de esta manera me ha dado una mayor apreciación por los
caminos de Dios. Por ejemplo, a medida que he caminado con los santos del
Antiguo y Nuevo Testamento, he visto la fe que le agrada a Dios. A través de esas
leyes del Antiguo Testamento que parecen nunca terminar y de las instrucciones
concernientes a las ofrendas de los sacrificios, he recordado que el pecado es
costoso y que puede ser expiado solamente por un sacrificio de sangre. En la
medida en que me he movido del pacto antiguo al nuevo, he escuchado la dulce
música del evangelio, el estribillo alegre de que la sangre de Jesús, el Cordero sin
mancha de Dios, satisface la ira de Dios contra el pecado y limpia la culpa de la
conciencia del pecador.

En virtualmente cada página de este Libro he visto la semejanza y la firma


del Señor Jesús. Me he maravillado y he llorado ante la gloria de Su presencia,
ante Su amor redentor, ante el espectáculo de la cruz, y ante la esperanza que es
nuestra a través de Él.

¿Cuál es tu «foto» favorita de Jesús de la Palabra de Dios?

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J U L I O 26
La familia importa
«Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una
casa con una mujer rencillosa» (Pr 21:9).

Si una de las bendiciones de la gratitud es que generalmente nos hace


personas más felices, por consiguiente la gratitud hace que aquellos que viven con
nosotros sean más felices también.

Permite que las primeras mitades de estos proverbios se conviertan en


deseables para ti como la segunda parte es detestable: «La mujer sabia edifica
su casa, pero la necia con sus manos la derriba» (Pr 14:1). «La lengua apacible es
árbol de vida, mas la perversidad en ella quebranta el espíritu» (15:4). «La mujer
virtuosa es corona de su marido, mas la que lo avergüenza es como podredumbre
en sus huesos» (Pr12:4).

El poder restaurador de un corazón y una lengua agradecidos es más potente


de lo que podemos imaginar, así como el potencial de ser amargadas y difíciles
para convivir es destructivo. «Panal de miel son las palabras agradables, dulces al
alma y salud para los huesos» (Pr 16:24). Asegurémonos de que nuestras palabras
tengan ese tipo de efecto.

Pídele a Dios que proteja tu corazón – y tu lengua – hoy. Cuando te escuches


a ti misma decir palabras que son contenciosas, quejumbrosas, o críticas en lugar
de llenas de gracia, gentiles y piadosas…détente. Pídele a Él que te perdone.

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JULIO 2 7
Y dijo Dios
«Pues cuando dicen esto, no se dan cuenta de que los cielos existían
desde hace mucho tiempo, y también la tierra, surgida del agua y
establecida entre las aguas por la palabra de Dios» (2 Pe 3:5).

Hay muchas maravillas naturales en nuestro planeta. Y el hombre ha


ingeniado, diseñado y producido muchas maravillas científicas y tecnológicas.
Pero ninguna puede igualarse a la maravilla de aquellas tres pequeñas
palabras encontradas en el primer capítulo del Génesis: «Y dijo Dios…»

¡Piénsalo! El Dios y Creador eterno del universo, Aquel que sostiene todos
los cuerpos de agua de la tierra en la palma de Su mano, Aquel que usa los
continentes como estrado de Sus pies, Aquel que mide el lapso del universo en la
palma de Su mano, ese Dios nos ha hablado a nosotras, Sus criaturas finitas pero
infinitamente amadas.

En el reino espiritual, Dios nos ha dado muchos regalos maravillosos;


maravillas divinas que nos hacen detenernos en asombro ante Su
grandeza, Su poder, y Su amor. La creación del mundo, la encarnación del
Señor Jesús, el milagro del nuevo nacimiento, cada una de estas maravillas
está inextricablemente ligada a la Palabra de Dios.

Cuando Dios dijo: «Sea la luz» hubo luz. La «mera» Palabra hablada de Dios
trajo a la existencia nuestro universo entero.

En cuanto tengas oportunidad de hacerlo, párate bajo las estrellas, y dale


gracias al Creador por Su demostración de gloria.

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J U L I O 28
No te desanimes
«Hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen, como
también tuercen el resto de las Escrituras, para su propia perdición» (2 Pe 3:16).

De la misma manera que las Escrituras han sido muy significativas para
mí, quiero apresurarme a decir que no todos los días o cada porción ha sido
una fiesta espiritual, así como no toda comida que como es un banquete para
chuparse los dedos. ¡Algunos pasajes me han sabido más a cartón que a miel!
Algunos días, he sentido como que voy caminando en lodo pegajoso, en lugar de
«caminar en la autopista del Rey.» (Aún el apóstol Pedro reconoció que
algunas de las escrituras de Pablo eran difíciles de entender, 2 Pe 3:16).

Sin embargo, no necesariamente se puede ver el valor y el impacto de la


Palabra en nuestras vidas en el consumo de un día o una semana. Cuando
un niño va creciendo, normalmente no ves evidencia de crecimiento físico
diariamente. Pero gradualmente, te das cuenta de que sus pantalones están más
cortos y sus brazos se salen de las mangas de sus camisas. Al fin del año, cuando
tu hijo se para frente a la misma pared donde mediste su estatura el año pasado,
te maravillas al darte cuenta de cuánto ha crecido.

Asimismo, el valor de una dieta balanceada y nutritiva no es generalmente


experimentado en un día o una semana. Más bien, el beneficio acumulativo de
comer bien será experimentado en un periodo de tiempo prolongado.

¿Estás más cerca del Señor de lo que estabas en este tiempo el año pasado?

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J U L I O 29
El panorama de la Escritura
«¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?
Guardando tu palabra» (Sal 119:9).

El año pasado, leí toda la Biblia tres veces, a un ritmo más rápido de lo
que normalmente prefiero, para poder obtener una vista por encima del plan
panorámico de Dios. La vista ha sido tan magnífica como la vista espectacular
desde la cima de una montaña a miles de pies por encima de la tierra. Hay temas
que corren como ríos desde Génesis hasta Apocalipsis que en ocasiones son solo
un chorrito, pero en otros lugares se convierten una fuerza poderosa.

Como hilos en un gran tapiz, esos temas están entretejidos para formar la
historia incomparable de la Redención. El plan de Dios de crear y redimir una
raza para Sí mismo; Su amor, Su misericordia, y Su gracia interminable; Su
longanimidad hacia los pecadores, y sin embargo Su justo juicio contra aquellos
que rehúsan arrepentirse; las artimañas y odio persistentes e implacables, y la
rebelión de Satanás contra Dios; los intentos de Satanás que nunca terminan,
de persuadir al hombre para que se una a él en su sedición; el triunfo decisivo
de Dios al fin sobre Satanás y Su eterno reinado sobre el cielo y la tierra y el
infierno, estas son algunas de las vistas generales que han llenado mi visión en la
medida en que he visto la Escritura en su totalidad.

Si nunca lo has hecho, comienza un programa de lectura bíblica que te lleve a


través de la Escritura en un año.

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JULIO 215
Una breve injusticia
«Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre,
y el SEÑOR se deleita en su camino» (Sal 37:23).

Habacuc pensó que Dios estaba actuando como un policía indiferente cuando
preguntó «¿Por qué me haces ver la iniquidad?» (Hab 1:3). ¿Por qué Dios
permite que el pecado permanezca sin castigo?

Pasa tiempo en este mundo en general, y verás cómo el Salmo 37 habla


directamente a esta situación: «No te irrites a causa de los malhechores» (v. 1).
Esta no es una sugerencia a ignorar el problema o desear que desaparezca. El
mandamiento: «No te irrites» está basado en el increíble corto tiempo que la
persona malvada tiene en este mundo.

Habiendo obtenido entendimiento de la brevedad de la vida, ¿cómo deben


responder los justos? El Salmo 37: 7 da la respuesta: «Confía callado en el
SEÑOR y espérale con paciencia». Habacuc no tuvo que esperar mucho tiempo.
Dios ya había puesto Su plan en marcha y trataría con la maldad de una manera
que sorprendería y abrumaría al profeta.

El Salmo 37 continúa y explica lo que les va a pasar a aquellos que


obedecen a Dios. En contraste con los malvados: «Los justos poseerán la tierra, y
para siempre morarán en ella» (v. 29). Aquellos que conocen a Cristo vivirán con
Él por la eternidad, y comparado con este tiempo, todas las injusticias parecerán
un
«pequeño punto en la pantalla».

¿Qué ves en el mundo a tu alrededor que te irrita? ¿Cómo puedes «esperar


con paciencia» ante el Señor con respecto a está situación?

-
JULIO
¡No se te olvide la meta!
«Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí. Pero no habéis
oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia. Y su palabra no la tenéis
morando en vosotros, porque no creéis en aquel que Él envió» ( Jn 5:37, 38).

Los fariseos de los días de Jesús eran famosos por su vasto y superior
conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento. Sin embargo, un día,
Jesús los vio directamente a los ojos y les dijo: «No habéis oído jamás la voz (del
Padre)…»

Ya me imagino a esos indignos y engalanados eruditos de la Biblia; sus caras


poniéndose rojas y balbuceando entre dientes: «¿Qué quiere decir él? ¿Quién se
cree que es? ¡Él solo es un simple obrero! ¡Ni si quiera ha ido a un seminario!
¿Y él nos está diciendo que nunca hemos escuchado a Dios hablar y que Su
Palabra no vive en nosotros? ¡Pero si hemos pasado toda nuestra vida
dominando la Biblia! ¿Si no hemos escuchado la voz de Dios, entonces quién lo
ha hecho?»

Pero Jesús no había terminado. Él continuó diciendo: «Examináis las


Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las
que dan testimonio de mí; y no quereis venir a mí para que tengáis vida» ( Juan
5:39-40).

El propósito de meterse en la Palabra de Dios es conocer a Jesús. Él es el


objeto de nuestra búsqueda; ¡Él es la Palabra! Todo se trata de Él. Si
dominamos la Biblia pero terminamos sin conocer, amar, adorar, servir y ser
como Jesús, en realidad no somos mejores que el mismo diablo.

Lee tu Biblia como una forma de conocer más de Cristo.

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A GOS T O 1
La carta de amor de Dios
«De noche me acordaré de mi canción; en mi corazón meditaré» (Sal 77:6).

Cuando éramos jóvenes, una habilidad que mi papá nos animó a adquirir fue
la de la lectura rápida. Sin embargo, él sugirió que había unas cosas que nunca
debíamos leer rápido: las cartas de amor y la Biblia. La mayoría de nosotras no
pensaría leer una carta de amor precipitadamente. Por el contrario, estudiamos
su contenido minuciosamente y leemos y volvemos a leer, buscando todos los
matices de significado que podamos extraer de entre las líneas.

La verdad es que la Biblia es una «carta de amor»; nos revela el corazón


de Dios, y mientras más cuidadosa, frecuente, y atentamente la leamos, más
captaremos Su corazón amoroso y sus intenciones hacia nosotras.

Aquellos que la leen precipitadamente o casualmente nunca minarán sus


riquezas ni sondearán sus profundidades por sí mismos. El Salmo 19 nos dice
que la Palabra de Dios es más preciosa que el oro, que «mucho oro fino» (v. 10).
Generalmente hablando, no caminas por la calle y te tropiezas con grandes
reservas de oro. El oro es precioso, tan escaso que está enterrado profundamente
en la tierra. Aquellos que desean poseer oro dedican tiempo y esfuerzo
significativo para buscarlo y extraerlo de la roca en la cual está incrustado.

Rehúsa a darte solo un «cotejo» por leer la Palabra de Dios; en lugar de


eso, invierte esfuerzo en entender lo que has leído.

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A GOS T O 2
Orando la Escritura
«Enséñame lo que no veo; si he obrado mal, no lo volveré a hacer» ( Job 34:32).

Una práctica que ha hecho una enorme diferencia en mi propia vida


devocional es esa de comenzar mi tiempo en la Palabra cada día
orando conscientemente estas palabras de la Escritura al Señor:

«Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley…


Dame entendimiento para que guarde tu ley
y la cumpla de todo corazón (Sal 119:18, 34)
«SEÑOR, muéstrame tus caminos,
y enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
a ti espero todo el día» (Sal 25:4-5)

Mientras oro está oración, me estoy comprometiendo con Dios, a que


cualquier cosa que Él me diga a través de Su Palabra, yo la obedeceré. «Me
apresuré y no me tardé en guardar tus mandamientos», declaró el salmista (Sal
119:60). «Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo
corazón» (Sal 119:34). Le estoy diciendo a Dios: «Por favor háblame; y lo que
Tú digas, me guste o no, esté de acuerdo o no, sea fácil o no, se ajuste a mis
nociones preconcebidas o no, por Tu gracia que nos capacita y por Tu poder, yo
obedeceré».

Toma tiempo hoy para encomendar al Señor que, lo que sea que Él te diga a
través de Su Palabra, obedecerás.

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A GOS T O 3
La espada en mi mano
«Y Jesús decía: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”» (Lc 23:34).

El clímax de la escena de la película clásica Ben-Hur, es cuando Judá Ben-


Hur termina en Jerusalén el mismo día que Jesús es llevado para ser
crucificado. Él sigue la procesión al Gólgota hasta que se encuentra a sí mismo
parado directamente debajo de la sombra de la cruz que está en el centro,
mirando la sangre correr por el cuerpo torturado de Jesús.

A medida que contempla al Salvador, el amor de Cristo finalmente penetra


el corazón endurecido de Judá. Silenciosamente, sin decir ni una palabra, él cree
y recibe ese amor. Su rostro es visiblemente transformado, mientras que años de
amargura y odio son lavados por el amor y la gracia de Jesús.

Judá le cuenta ese momento de cambio de vida a Ester, su amor de la infancia:


«Lo escuché decir, "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"… y sentí
que Su voz tomó la espada de mi mano».

¿Hay en tu mano todavía una espada? ¿Una espada de amargura, de


resentimiento, de venganza, de falta de perdón? Si es así, te invito al Calvario.
Párate debajo la cruz de Jesús, y mira la agonía que Él pasó para que tú pudieras
ser libre. Escúchalo extender perdón a Sus perseguidores. Y deja que Su voz quite
la espada de tu mano.

Toma tiempo para meditar en la cruz. ¿Qué significa la muerte de Cristo para
ti como pecador, como alguien contra quien han pecado?

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A GOS T O 4
El camino a la muerte
«Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero al final, es camino de muerte» (Pr 14:12).

Como el pastor puritano Thomas Brooks dice, «Satanás promete lo mejor,


pero paga con lo peor; promete honor, y paga con desgracia; promete placer, y
paga con dolor; promete ganancia, y paga con pérdida; promete vida, y paga con
muerte.»

Desde entonces, Satanás ha usado la decepción para ganar nuestro afecto,


influenciar nuestras decisiones, y destruir nuestras vidas. De una manera u
otra, cada problema que tenemos en este mundo es fruto de la decepción, es el
resultado de creer en algo que simplemente no es verdad.

Satanás hace la promesa brillante de «vida verdadera», sin embargo él sabe,


que aquellos que responden a su oferta ciertamente morirán (Pr 14:12).

En cualquier momento que recibimos algo que no es consistente con la


Palabra de Dios, podemos estar seguras de que Satanás está tratando de
engañarnos y destruirnos. Lo que leemos o escuchamos puede parecer correcto,
puede sentirse bien, puede parecer bueno, pero si es contrario a la Palabra de
Dios, no es bueno. Si tan solo pudiéramos ver que la fruta prohibida, la fruta
que se ve tan madura y sabe tan dulce en el primer momento, al final, siempre
lleva a la muerte y a la destrucción.

Si algo se escucha demasiado bueno para ser verdad, cuestiónalo. Busca lo que
la Palabra de Dios tiene que decir al respecto.

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A GOS T O 5
Lee en oración
«Llegue mi clamor ante ti, SEÑOR; conforme a tu
palabra dame entendimiento» (Sal 119:169).

A medida que lees la Palabra de Dios, pídele al Señor que te de


entendimiento. Pídele que te abra esas porciones que son difíciles de entender.
Pídele que haga frescos y vivos esos pasajes conocidos a tu corazón. Pídele
que se revele a Sí mismo, que te revele Su corazón, y Sus caminos.

William Gurnall fue un ministro devoto en Inglaterra durante el siglo


diecisiete. Él escribió de la necesidad de leer la Escritura orando: «Ve ante Dios
por medio de la oración para que te dé una llave para abrir los misterios de Su
Palabra. No es el trabajo lento, sino el alma en oración la que obtendrá este
tesoro del conocimiento de la Escritura. Dios con frecuencia trae la verdad a la
mano del cristiano como respuesta a la oración, aquello que él había buscado por
mucho tiempo en vano, con mucho trabajo y estudio: "Pero hay un Dios en el
cielo que revela los misterios" (Dan. 2:28); ¿y dónde revela Él los secretos de Su
palabra sino en el trono de gracia?»2

Ora antes y después de leer la Palabra de Dios.

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A GOS T O 6
Condiciones del corazón
«El corazón del sabio enseña a su boca y añade persuasión a sus labios» (Pr 16:23).

¿A veces trivializas tus palabras al decir cosas como: «No quise decir eso, se me
salió»? Desafortunadamente, la verdad es que realmente sí quisimos decir lo que
dijimos. Nuestras palabras revelan lo que realmente hay en nuestro corazón.

Pienso en palabras imprudentes o hirientes que he dicho a mis familiares,


compañeros de trabajo, y amistades, palabras que lamento y deseo poder retractar.
Pero no podemos retractar nuestras palabras.

De acuerdo a la Palabra de Dios, todos pecamos con nuestra lengua (Stg 3:2);
necesitamos confesar nuestro pecado y apartarnos de él. Necesitamos tomar
responsabilidad de nuestras palabras, estar de acuerdo con Dios acerca de lo
que nuestras palabras revelan de nuestro corazón, y pedirle al Señor que cambie
nuestros corazones para que podamos hablar palabras que sanen.

Que hoy le permitamos a Dios transformar nuestros corazones por el poder


de Su Espíritu Santo. Cuando nuestros corazones estén llenos de Él y de Su
sabiduría y de Su gracia, hablaremos palabras sabias y llenas de gracia que
bendecirán e instruirán a los demás.

Señor, transforma mi corazón…permite que mis palabras sean sabias y llenas


de gracia.

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A GOS T O 7
Más precioso que el oro
«La suma de tu palabra es verdad, y cada una
de tus justas ordenanzas es eterna» (Sal 119:160).

Lo que Dios dice de Su propia Palabra es más importante que lo que los
hombres piensen de la Palabra de Dios.

De acuerdo a la Biblia, la Palabra del Señor es verdad (Sal 33:4; 119:160); es


pura (Sal 12:6; 19:9; 119:140, RVR; Pr 30:5, RVR); es justa y completamente
digna de confianza (Sal 119:138); es eterna y se mantiene firme en los cielos
(Sal 119:89); es divinamente inspirada (2 Ti 3:16; 2 P 1:21); es útil para
nuestras vidas y nuestro caminar (2 Ti 3:16); es perfecta (Sal 19:7); es de mayor
valor que cualquier cantidad de oro o plata (Sal 119:720); es dulce al paladar
(Sal 19:10; 119:103).

El poder y la autoridad de la Palabra de Dios sobrepasan infinitamente


cualquier otro libro que jamás haya sido escrito. Martin Lutero mientras era
profesor del seminario, siendo perseguido por el «sabueso del cielo», experimentó
el poder sobrenatural y transformador de la Palabra que después lo llevó a
escribir: «La Biblia está viva, me habla; tiene pies, corre tras de mí; tiene manos,
me abraza».

¿Cuando levantamos una copia de la Biblia, nos damos cuenta de lo que


estamos tomando en nuestras manos? ¿Alguna vez nos detenemos y
pensamos que esto es en realidad la Palabra de Dios? Como Agustín nos
recuerda,
«¡Cuando la Biblia habla, Dios habla!»

¿Qué significa la Biblia para ti?

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A GOS T O 8
Gratitud que puedes sentir
«No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad» (3 Jn. 1:4)

Numerosos estudios seculares y proyectos de investigación testifican de


los beneficios saludables de la actitud de gratitud. El Proyecto de
Investigación de Gratitud y Agradecimiento, conducido por dos psicólogos,
dividió a varios
cientos de personas en tres grupos: A un grupo se le dio la tarea de mantener un
diario de gratitud, y a los otros dos simplemente se les dijo que se concentraran
en eventos rutinarios o experiencias negativas. El grupo de gratitud reportó
niveles mayores de atención y energía. Sus integrantes hacían ejercicio más
frecuentemente, y experimentaban menos depresión y estrés. 3 Desde mejor
dormir hasta menos síntomas médicos, la gratitud parece satisfacer.

El apóstol Juan le dice a sus hijos y hermanos amados en Cristo: «Amado,


ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas
buena salud» (3 Jn. 1:2). Él tiene razón; hay algo que fortalece y sostiene
físicamente cuando uno es gozoso en el Señor y agradecido por Sus
bendiciones. Mientras que vivir una vida piadosa no garantiza salud física, un
corazón (espiritual) saludable puede hacer mucho para mejorar nuestro bienestar
físico y emocional. ¿Cuáles crees que son las razones para que pase esto?

¿Cuál es la condición de tu corazón?

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A GOS T O 9
Una lengua protegida
«SEÑOR, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios» (Sal 141:3).

La presencia de un guardia indica la posibilidad de peligro. No protegemos


algo que no necesita protección.

Observa en qué lugar está el puesto de guardia en el Salmo 141:3. No en el


oído, para protegernos de ser heridas por palabras que podamos escuchar. No en
el corazón, para protegernos de heridas que a veces son causadas por lo que otros
hacen. Más bien, el salmista le pidió a Dios que pusiera un centinela a su propia
boca sabiendo que el peligro más grande que él enfrentaba no era lo que otros le
hicieran a él, más bien, lo que él podría decir que dañara a los demás.

Nuestras lenguas pueden ser armas peligrosas. Palabras imprudentes, duras


o inoportunas infligen dolor en aquellos que las escuchan. Muy a menudo
permitimos que nuestras palabras corran desenfrenadas. Aunque después
podamos arrepentirnos de nuestras palabras, nunca podremos retractarnos de
ellas. Es mejor poner guarda a nuestra boca previniendo el peligro, que tratar
furiosamente de «retractarnos» de palabras que nunca debimos haber dicho
en primer lugar.

¿Qué puedes hacer hoy para proteger tus palabras? Escribe el Salmo 141:3
en una tarjeta, y ponla donde la puedas ver durante el día.

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A GOS T O 1 0
Llamadas a servir
«Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido,
porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio» (1 Ti 1:12).

Cada una de nosotras tiene su propio trabajo que hacer. Puede ser administrar
el hogar y la familia, atender pacientes, cumplir las necesidades de los clientes,
enseñar a niños, o una docena de cosas diferentes. También tenemos el privilegio
de ministrar a otros a nivel personal, preparando comidas para familias en crisis,
visitando a los enfermos y ancianos, compartiendo la Palabra de Dios en un
estudio bíblico, y muchas otras expresiones de servicio práctico. Estas actividades
consumen tiempo. Y pueden ser agotadoras.

¿Pero pensaste en ser agradecida por lo que yo llamo «la bendición del
trabajo significativo»? Me doy cuenta de que parte de ese trabajo puede
parecer monótono, servil, o insignificante. Esas tareas pueden dejarte exhausta al
terminar el día (¡o antes!). Sin lugar a dudas, cada llamado tiene sus retos que nos
mantienen humildes y dependientes de Él.

En medio de plazos ministeriales implacables y tareas que parecen nunca


terminar, encuentro que la «carga» de mi volumen de trabajo se aligera cuando lo
veo como un llamado alto y santo, un regalo que debe ser recibido con gratitud.

¿Necesitas cambiar tu perspectiva del trabajo que haces para el Señor?

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A G O S T O 11
La alarma
«En cuanto a mí, en justicia contemplaré tu rostro; al despertar,
me saciaré cuando contemple tu imagen» (Sal 17:15).

¡Rrrrrriiiiinnnngggg! En cuanto suena esa alarma, nos enfrentamos a una


decisión importante. Lo que hacemos en esos primeros momentos al despertar
nos ayudará o impedirá que cultivemos la intimidad en nuestro tiempo a solas
con el Señor.

Puedes ser una de esas personas cuya primera respuesta al sonido de la


alarma sea de presionar el «retardador de la realidad» (también conocido como
el botón de repetición). De alguna manera, en ese momento, unos cuantos
minutos más durmiendo parecen más atractivos que meterte en la Palabra.

El pastor puritano Lewis Bayly animó a una decisión diferente y explicó


por qué es tan importante volver el corazón al Señor antes de hacer cualquier
otra cosa por la mañana:

«En cuanto te despiertes por la mañana, mantén la puerta de tu corazón


cerrada, que ningún pensamiento terrenal entre, antes de que Dios entre.
Y permítele a Él, antes que a todo lo demás, tener el primer lugar allí. Los
pensamientos malos o no se atreverán a entrar, o será más fácil mantenerlos
fuera, y el corazón se sumergirá más en piedad y santidad todo el día; pero no
será así para tu corazón, si al despertarte, no te llenas de algunas meditaciones de
Dios y Su Palabra.

Comienza tu día con tu más importante reunión.

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A GOS T O 1 2
Gratitud del valle
«¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios,
pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!» (Sal 43:5).

Los salmos son un buen lugar para acampar si el deseo de tu corazón es ser
agradecida, aunque no porque estén llenos de sentimientos felices y alentadores.
Le sorprende a muchos que se embarcan en una jornada por los salmos,
encontrar que vibran con cada emoción conocida para el hombre. Hablan de
presiones agotadoras, valles profundos de depresión, momentos en que la vida
apenas parece digna de ser vivida. Y sin embargo los salmos revelan que la
única respuesta máxima a los problemas, aflicción, dolor y pérdida es regresar
constantemente a Dios en adoración y gratitud. Cada otra semi solución resulta
ser vacía y de corta duración, incapaz de infundir verdadera esperanza en las
situaciones insoportables de la vida.

«¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en
Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!» (Sal
43:5). «El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de
alegría» (30:5).

Tu corazón puede estar clamando, «¡Oh Dios, que ya sea mañana!» Continúa
esperando en Él hasta que el día finalmente aclare. Aún en la noche más oscura,
todavía puedes experimentar Su paz y Su descanso, sabiendo que el gozo de la
mañana está adelante. Decide no dejar que el nivel de tu gozo sea determinado
por la presencia o ausencia de tormentas, sino por la presencia de Dios.

Escoge estar alegre en Él, hoy.

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A GOS T O 1 3
Derecho total
«Y les dijo: Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun
cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes» (Lc12:15).

Qué diferencia haría si comenzáramos cada mañana, no solo alabando al


Señor y encontrándonos con Él en oración y en Su Palabra, sino estableciendo
desde el comienzo del día que Él tiene derecho total sobre nuestras vidas.

Él se lo merece, querida. El modelo de: de la culpa a la gracia, de la gracia a la


gratitud, no es solo estar en armonía con la teología y el estilo de vida bíblico, es
crucial para nuestro gozo. Sobrevivir en la misericordia inmerecida de Dios pero
rara vez tirarnos al suelo ante la majestad de la transformación eterna que Él ha
realizado en nosotras es incompatible con la vida abundante. Si vamos a florecer
como hijas de Dios, en esta cultura dura y sofocante, brillando como «luminares
en el mundo» (Fil 2:15), debemos derramarnos como libación ante el Señor.
Solamente entonces podremos «echar mano de lo que en verdad es vida» (1
Ti 6:19).

No son nuestras cosas, son las de Él. No es nuestra casa, es la de Él.


No es nuestro lugar hacer demandas y tomar decisiones. Es el de Él.

Y cuando aprendemos a ser agradecidas por eso, nos liberamos para descansar
todo nuestro peso en lo único seguro que este mundo tiene para ofrecer.

Con agradecimiento, confíale todo a Él. Haz un cambio en tu actitud de

gratitud. Pon ese precioso «lo que sea» en las manos de Dios, y déjalo ahí.

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A GOS T O 1 4
El mejor regalo de todos
«Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Ro 5:1).

Si eres cristiana, lo mejor que te ha pasado es ser salvada de la destrucción


segura por tus pecados e introducida a la familia de Dios, comenzando ahora y
continuando por toda la eternidad. Siéntate y contempla la realidad por un rato.

Tristemente, el tiempo tiende a opacar nuestra apreciación de la obra


magnífica y sacrificial de Cristo a nuestro favor. La vida se vuelve tan ocupada y
complicada, podemos pasar semanas, o más, sin ser atraídas por la magnitud de
nuestra salvación.

Una de mis amigas parafrasea el muy conocido versículo para memorizar


de Romanos 5:8 de esta manera: «Dios demostró Su amor hacia nosotros en
esto: mientras estábamos en rebelión abierta y hostil hacia Él, sin tener ningún
interés en Él, no solamente eso sino despreciándolo activamente y a todo lo que
Él representa, Cristo murió por nosotros.» ¿Cómo podemos dejar de expresar
agradecimiento? Pero gloria a Dios que la gratitud puede reabrir esa maravilla
para nosotras, quitando las cortinas sucias de la complacencia hasta que la luz
completa de Su gracia y Su gloria se derrame.

Sé atraída por la salvación maravillosa que es tuya en Cristo.

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A GOS T O 1 5
A las profundidades con Dios
«¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!» (Ro 11:33).

Hace muchos años, vi a una amiga pasar por aguas muy profundas en esta
cuestión del perdón, no solo una vez, sino una y otra vez. Recuerdo claramente el
día en que su esposo de veintitrés años le confesó que había estado involucrado
en una aventura amorosa con otra mujer. Y él no quería parar.

Con el tiempo, Dios misericordiosamente trajo a su esposo a un


arrepentimiento genuino y con gracia restauró su matrimonio y su vida rota, algo,
que estoy convencida, que nunca hubiera pasado sin la disposición de esta esposa
herida a perdonar (y a continuar perdonando), mucho antes de que ella pudiera
ver el resultado o que tuviera alguna seguridad de que el corazón de su esposo en
algún momento cambiaría.

Ella dijo, «cuando escogemos perdonar a los demás, aún cuando ellos mismos
no han sido quebrantados, Dios derrama libertad, gracia, paz, gozo, amor, y aún
perdón en nuestros corazones. Te deja en asombro cuando lo experimentas por
ti misma, te lleva a profundidades con Dios que nunca habrías podido alcanzar
excepto a través de este camino misterioso.”

¿Te das cuenta lo que significa eso? Cualquier cosa que estés atravesando,
por muy grande o pequeño el mal que se te haya hecho, la decisión de perdonar
puede significar que tus días más preciosos con el Señor están en un futuro
muy cercano.

¿A quién necesitas escoger perdonar hoy?

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A G O S T O 16
No hay trabajo pequeño
«Servid al SEÑOR con alegría; venid ante Él con cánticos de júbilo» (Sal 100:2).

Primera de Crónicas 1-9, está, en su mayoría, compuesta de genealogías y


listas, ¡no es una de esas secciones de la Escritura donde típicamente nos gusta
permanecer! Pero recientemente me detuve a contemplar un párrafo que describe
algunas responsabilidades de algunos levitas. Algunos eran asignados a contar
los utensilios del templo cada vez que eran usados. Otros «preparaban la mezcla
de especias» usadas para el incienso (1 Cr. 9:30). Y luego está Matatías, quien
era «responsable de las cosas que se preparaban en sartenes» (v. 31). ¡No es
exactamente la descripción del trabajo que la mayoría soñaría tener! Pero estos
siervos fieles glorificaban a Dios abrazando y cumpliendo su llamado, día tras día.

Por insignificantes que algunas tareas parezcan, mientras más nos cansemos,
necesitamos recordar (¡yo necesito recordar!) que es un privilegio que el Dios
viviente nos confíe una responsabilidad en Su reino.

Aunque ciertamente Él no necesita que llevemos a cabo Sus propósitos, Dios


nos ha llamado a Su servicio. ¡Seamos agradecidas!

¿Qué tarea «servil» se te ha concedido el privilegio de hacer para el Señor?


¡Dale gracias por la oportunidad!

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A G O S T O 17
Toma responsabilidad
«¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la
viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Déjame sacarte la
mota del ojo”, cuando la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo,
y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano» (Mt 7:3-5).

En el Sermón del Monte, Jesús nos recuerda que es más fácil ver las faltas en
la vida de los demás que ver nuestras propias necesidades. ¡Tenemos la tendencia
a ver los pecados de los demás con un microscopio, mientras vemos nuestro
pecado con un telescopio!

Jesús enfatiza la importancia de tratar con nuestros propios pecados antes de


tratar de lidiar con las faltas de los demás.

Esto no es para minimizar lo que tu «hermano» haya podido hacer. Lo que


pasa es que es difícil ser objetivo acerca de su pecado, o efectivo en ayudarlo
a deshacerse de él, si tú no has confesado tu pecado. ¡Por no hablar de ser
hipócrita!

Así que sé honesta: ¿El pecado de otra persona ha engendrado pecado en tu


propia vida? Entonces confiésalo. Directamente a ella, si es posible y apropiado.
No de una forma que te excuses, ni culpándola por impulsarte a pecar, ni de
manera que te lleve a provocar tu ira contra ella y peques aún más.

Dios está diciendo, «toma responsabilidad por tu parte».

¿Has tomado responsabilidad por tu parte?

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A GOS T O 1 8
Un mediodía perfecto
«Porque yo, el SEÑOR, no cambio» (Mal 3:6).

Vivimos en un mundo que constantemente está cambiando. Tecnología


innovadora, estilos actualizados, noticias de último minuto, a veces parece que
nada se queda igual.

¡Sin embargo Hebreos 13:8 nos dice que el Señor nunca cambia! Él es
«el mismo ayer y hoy y por los siglos».

El Señor no es como arena movediza. Él es un mediodía perfecto. No hay


sombra de variedad en nuestro Señor. Él no fluctúa en cuestiones, dependiendo
de Su audiencia. Él siempre es verdadero.

No puedo decir que mis palabras siempre han sido verdaderas. Cuando estaba
en mis veinte, queriendo causar una buena impresión en los demás, a veces
exageraba la verdad. Dios me mostró que mi orgullo había producido una raíz
de engaño en mi corazón. Por Su gracia, Dios me concedió arrepentimiento.
Durante un periodo de tiempo, Él fue quitando esas raíces de engaño y las
reemplazó con verdad.

Las victorias espirituales se ganan cuando hablamos la verdad. En la vida real,


a menudo parece que la gente que miente tiene éxito. Pero Proverbios dice que al
final, el efecto de las palabras verdaderas perdurarán y aquellos que engañan no
durarán.

¿De la naturaleza inmutable de Dios qué te consuela hoy?

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A GOS T O 235
Una simple palabra de agradecimiento
«Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides
ninguno de sus beneficios» (Sal 103:2).

¿Alguna vez has hecho un inventario minucioso de las personas que


han tocado tu vida?

William Stidger era un pastor de mediana edad que luchó, como muchos
otros, durante los pesados días de la Gran Depresión. Un día William decidió
que escogería ser agradecido a Dios, por la fe, y por las personas en su vida.

Curiosamente, la primera persona que vino a su mente fue una maestra de


inglés. Esa tarde él escribió una simple carta de agradecimiento para ella, y la fue
a dejar al correo para que fuera enviada la mañana siguiente.

Después de unos cuantos días, recibió una nota débilmente garabateada de


esta misma maestra. «Mi querido Willy, no puedo decirte cuánto significó tu
carta para mí. Estoy en mis ochenta, viviendo sola, aislada, como la última hoja
de otoño dejada atrás. Di clases por más de cincuenta años, y la tuya es la primera
carta de aprecio que he recibido. Me alegró como nada lo ha hecho en años».

No hace falta decir que los sentimientos de la maestra trajeron una ligereza
a su pecho que no había estado ahí el día antes, el tipo de gozo que parecía casi
inexistente desde que la bolsa de valores había caído y se había llevado todo. O
así parecía.

¡Tal es el poder de la gratitud! ¡pruébalo por ti misma!

Toma tiempo hoy para darle gracias a alguien por su impacto en tu vida.

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A GOS T O 236
Una espada silenciosa
«Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios» (Mt 5:7-8).

En la película clásica Ben-Hur, Judá Ben-Hur es acusado de un crimen que


él no cometió. Como resultado, la casa de su familia es confiscada, su mamá y su
hermana son metidas a la cárcel donde las dos contraen lepra, y Judá es azotado
como galeote de un barco de guerra romano. El responsable de todo esto, es su
amigo de infancia, Mesala.

Con el paso de los años, Judá se obsesiona con un deseo ardiente de venganza
hacia Mesala. Cuando regresa a su tierra natal, el corazón de Judá ruge de nuevo
con coraje. Pero allí se reúne con el amor de su infancia, Ester. Resulta que, Ester
ha estado escuchando a un hombre llamado Jesús. «Si hubieras escuchado a este
hombre de Nazaret…», ella dice con nostalgia, recordando Sus palabras: «Ama a
tu enemigo. Haz bien a aquellos que te ultrajan».

Judá reacciona con coraje, él no tiene interés en la misericordia, ni ninguna


intención de amar a sus enemigos.

Entonces Ester responde entre lágrimas: «¡Era a Judá Ben-Hur a quien yo


amaba! ¿Qué ha sido de él? Tú pareces ser ahora lo que tú te habías
propuesto destruir, pagar mal por mal. El odio te está convirtiendo en piedra.»
Y luego las palabras que le pegaron más fuerte: «Es como si te hubieras
convertido en Mesala.»

Detente y piensa en esto. ¿Es posible que te estés volviendo igual a aquel que
te hirió?

¿Está el odio endureciendo y convirtiendo tu corazón en piedra?

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A G O S T O 21
Di, gracias
«Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre
con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros, por vuestra participación
en el evangelio desde el primer día hasta ahora» (Fil 1:3-5).

Toma tiempo para expresar tu gratitud lo más frecuentemente posible, por


cualquier medio posible, a cuantas personas sea posible. Cuando pienso en cuán
a menudo Dios ha usado tarjetas de gratitud de otros para animarme y fortalecer
mi corazón, me pregunto quién pudo haber necesitado una palabra de aliento
que yo fallé en mandar, en respuesta al impulso del Espíritu de Dios.

Pienso que el apóstol Pablo (un escritor prolífico de cartas de


agradecimiento), se regocijaría al ver que entendimos cuando él decía que
aquellos que siembran abundantemente, son también los que siegan
abundantemente, y «sobreabundan en acciones de gracias a Dios» a lo largo del
camino (2 Co 9:6-12).

Te desafío, si todavía no tienes el hábito, a buscar esta meta con entusiasmo.


Quizás puedas tener algunas tarjetas en tu cama, o en tu escritorio, o donde sea
más probable que le des uso. Si deseas ejecutar una de las tareas de gratitud más
agradables y alentadoras, mantén tus tarjetitas bien surtidas. Es una inversión en
los demás que no puedes perder.

¡Esta es ciertamente una actitud de gratitud!

Piensa en cinco personas ahora mismo a las cuales puedas agradecer por
su aliento en tu vida.

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A G O S T O 22
¿Cuántas?
«Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino» (Sal 119:105).

¿Cuántas Biblias tienes en tu casa? Recientemente conté en mi librería


personal y descubrí que tengo más de treinta copias: rojas, negras, verdes,
azules, y cafés, de cada tamaño, de cada forma, en por lo menos ocho diferentes
traducciones. Eso no incluye una serie de comentarios, concordancias, libros de
referencia, libros devocionales e himnarios.

Proverbios nos dice que: «El hombre saciado aborrece la miel, pero
para el hombre hambriento todo lo amargo es dulce» (27:7). Para las almas
hambrientas en partes del mundo en donde nunca se les ha permitido tener
una Biblia, la Palabra de Dios es excesivamente preciosa. Pero para aquellas de
nosotras que podemos prender la radio y escuchar la Palabra predicada a cada
hora del día, que podemos entrar a cualquier librería y encontrar la Biblia que
queramos, que tenemos biblias en cada banca de las iglesias, y cuyos anaqueles
están explotando con biblias, algunas de ellas nunca se han usado, podemos
encontrarnos en peligro de adoptar una actitud casual hacia la Palabra de Dios.

¿Conoces a alguien que necesite una Biblia? Ora acerca de eso, y luego dale
una de tus biblias extra en esta semana.

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A G O S T O 23
Una puerta secreta
«Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras,
la exhortación y la enseñanza» (1 Ti 4:13).

Los evangelios registran varios casos donde Jesús le dijo a sus críticos, «¿No
habéis leído en la ley…? (Mt 12:5; 21:42; compara con 12:3; 19:4; 21:26). En
otras palabras, Él esperaba que ellos ya hubieran leído y aplicado la Escritura, y
cuando necesitaban ser corregidos, los mandaba de regreso a la Palabra de Dios.

Fue mientras el oficial etíope estaba leyendo el libro de Isaías que sus ojos
fueron abiertos y Dios le dio arrepentimiento, fe, y salvación a su corazón
(Hch. 8:27-39).

Cuando el apóstol Pablo envió su carta divinamente inspirada a la iglesia


en Colosa, él quería asegurarse de que los creyentes leyeran no solo esa carta,
sino también la que había mandado a los creyentes en Laodicea (Col 4:16). Así
mismo, le dijo a los Tesalonicenses, «Os encargo solemnemente por el Señor que
se lea esta carta a todos los hermanos» (1 Ts 5:27).

Oswald Chambers enfatizó la importancia de leer la Escritura: «La mera


lectura de la Palabra de Dios tiene poder para comunicarnos mental, moral,
y espiritualmente, la vida de Dios». Dios hace las palabras de la Biblia un
sacramento, es decir el medio por el que participamos de Su vida; es una de Sus
puertas secretas para la comunicación de Su vida a nosotros».

¿Ha aumentado tu entendimiento de la Escritura de la misma manera que has


crecido en Cristo?

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A GOS T O 2 4
Gratitud en la carrera
«Ofrendas de acción de gracias te ofreceré. Pues tú has librado mi
alma de la muerte y mis pies de tropiezo, para que yo pueda andar
delante de Dios en la luz de la vida» (Sal 56:12-13).

El Salmo 56 es un himno de alabanza y confianza, de fuerza, de adoración y


de gratitud. Sin embargo fue escrito por un hombre desesperado en una situación
desesperada. David estaba huyendo del rey Saúl, y cuando fue descubierto y
capturado por los filisteos en la ciudad de Gat, se hizo pasar por loco para evitar
ser detenido.

Sin embargo en medio de dificultades aterradoras, él se sometió a sí mismo a


la protección de Dios, y encontró dentro de esta relación la habilidad para decir:
«El día en que temo, yo en ti confío… ¿Qué puede hacerme el hombre?» (v. 3-4).
Él no negó la realidad de lo que le estaba pasando, pero encontró una razón para
ser agradecido aún por sus dolores.

Quizás es difícil para ti encontrar mucho por qué estar agradecida hoy. Quizás
lo único que puedes ver es lo que está mal, lo que duele, o lo que los demás te
están haciendo. Pero mira por encima de tus circunstancias, más allá de tus
temores, y pídele a Dios que te muestre lo que Él está haciendo en medio de ello.

Señor, ayúdame a ver más allá de mis temores y a verte obrando en mis
circunstancias.

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A G O S T O 25
Información vital
«El que anda en chismes revela secretos, pero el de
espíritu leal oculta las cosas» (Pr 11:13).

Me reí al ver un viejo episodio de Yo Amo a Lucy, en el cual Lucy acababa de


colgar de hablar con Ethel por teléfono, y Ricky le pregunta a Lucy, «¿Estabas
chismeando?»

Lucy le respondió, «¿Quién, yo? ¿Chismeando? Prefiero pensarlo como un


“intercambio mutuo de información vital”. De todos modos, ella era la que estaba
chismeando, yo solo la estaba escuchando».

Aunque encontramos a Lucy entretenida, el chisme no es cosa de risa. La


Escritura nos dice que no se puede confiar en un chismoso quien además
traiciona información confidencial. Antes de repetir una información, pregúntate,
«¿La persona que originalmente compartió la información (o petición de
oración) me daría permiso para repetirla?»

Proverbios 17:4 dice: «El malhechor escucha a los labios perversos, el


mentiroso presta atención a la lengua detractora». No solo es malo chismear, sino
también es malo escuchar el chisme. Cuando lo hacemos, nuestros oídos se hacen
como contenedores de basura.

Cuando regamos chismes o calumnias sobre un creyente, en realidad estamos


pecando contra nuestro propio cuerpo, porque como cristianos, todos somos
parte del cuerpo de Cristo.

Segunda de Samuel 7:28 dice: «Ahora pues, oh Señor DIOS, tú eres Dios, tus
palabras son verdad». Cuando yo escucho o repito información, quiero que la
gente sepa que soy confiable que solo hablaré palabras que prosperarán a los
demás.

Sé consciente de cada palabra que hablas o escuchas hoy. ¿Es chisme?


Si lo es, aléjate.

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A G O S T O 26
Orando la Palabra de Dios
«SEÑOR, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas. Guíame en
tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación» (Sal 25:4-5).

Dios ha sido misericordioso al hacer que la Palabra cobre vida para mí, en
la medida en que tomo tiempo para orar cada mañana con mi Biblia abierta.
Mientras que oro, Su Palabra de regreso a Él, estoy reconociendo que no es
un
Libro ordinario el que estoy leyendo, sino que es sobrenatural, y por consiguiente,
necesito la ayuda de su Autor. A.W. Tozer nos recuerda que, «La Biblia es un
libro sobrenatural y puede ser entendido solo con ayuda sobrenatural».

Jesús le dijo a Sus discípulos que iba a mandar a Su Espíritu Santo como
Consolador (Ayuda) a ellos y a llevarlos a toda verdad ( Juan 14:26). Primera de
Corintios 2:14 nos dice que el hombre natural no puede entender las cosas de
Dios. Solo el Espíritu de Dios puede revelarlas a nosotras. Santiago dice: «Pero si
alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada» (1:5).

«Aún la Biblia» dijo Coleridge, «sin el Espíritu Santo, es como un reloj de sol
usado con la luz de la luna». Necesitamos el Espíritu Santo, quien inspiró este
libro, para que nos dé sabiduría y entendimiento, para que sea nuestro maestro y
dé luz a la Palabra.

Haz un hábito de orar pidiendo ayuda para entender antes de leer la


Palabra de Dios.

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A GOS T O 2 7
En nuestro mejor interés
«Bueno eres tú, y bienhechor» (Sal 119:65).

Satanás engañó a Eva al hacer que ella cuestionara la bondad, el amor y las
motivaciones de Dios. Él preguntó en Génesis 3:1: «¿Con que Dios os ha dicho:
“No comeréis de ningún árbol del huerto?”» La implicación era: «¿Ha puesto
Dios restricciones a tu libertad? Parece que Él no quiere que seas feliz».

La verdad es que Dios había dicho: «De todo árbol del huerto podrás comer»
(Gn 2:16), excepto de uno.

La verdad es que Dios es un Dios generoso. En todo ese vasto jardín, Dios
puso solo un letrero de prohibición: «No comer del árbol del conocimiento
del bien y del mal».

Además, la única restricción que Dios impuso fue en el mejor interés de la


pareja y con la intención de garantizar su bendición y felicidad a largo plazo.
Dios sabía que cuando comieran de ese árbol, morirían, su relación con Él sería
rota; se convertirían en esclavos de Satanás, del pecado, y de sí mismos.

La serpiente además engañó a Eva al mentirle sobre las consecuencias de


escoger desobedecer a Dios. Dios había dicho, «porque el día que de él comas,
ciertamente morirás» (Gn 2:17). Satanás contrarrestó: «ciertamente no moriréis»
(3:4). Él abiertamente contradijo lo que Dios había dicho.

Pídele al Señor discernimiento para reconocer la verdad.

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A G O S T O 28
Decir la verdad
«Orad por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena
conciencia, deseando conducirnos honradamente en todo» (He 13:18).

Aquel culto en particular fue hace unos veinte años, pero todavía acuerdo de
lo miserable que me sentía sentada allí en la banca, bajo la mano pesada de la
convicción del Espíritu Santo. Como verás, unos años antes, siendo estudiante
de colegio, mentí en un número de reportes semanales que teníamos que entregar
a nuestro departamento. Yo sabía que tenía que ir donde mi profesor y arreglar las
cosas.

Por mi deseo de ser completamente veraz en mi comunicación, siendo una


mujer joven, el Señor me dirigió a hacer el siguiente compromiso: hablar la verdad
con cada persona, en cada situación, sin importar lo que cueste. También he hecho
el compromiso de que en cualquier momento que falle en decir la verdad, regresaré
y arreglaré las cosas. He tenido que confesar que no he sido veraz, tanto en privado
como públicamente, y como resultado, he experimentado la gran libertad y el gozo
de tener una conciencia limpia ante Dios y ante los demás.

A medida que guardamos la verdad de la Palabra de Dios en nuestros


corazones, ella nos protege del engaño y de pecar con nuestras lenguas. A veces
es difícil hablar la verdad. Pero las consecuencias de mentir son mucho más
costosas que las consecuencias de hablar la verdad.

Pídele a Dios que revele cualquier engaño en tu vida. ¿Qué necesitas hacer
para arreglar las cosas?

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A G O S T O 29
Comprométete de corazón
«En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti» (Sal 119:11).

Nos memorizamos cosas todo el tiempo. Nos memorizamos nombres de


personas, comerciales de televisión, direcciones de lugares que frecuentamos,
números de tarjetas de crédito, y números de teléfono. ¿Cómo? Recordamos la
información que es importante para nosotras o que frecuentemente usamos o
repetimos. La memorización de la Escritura no es diferente. Requiere motivación
y repaso regular y sistemático.

Si no has memorizado la Escritura antes, comienza con porciones pequeñas,


quizás uno o dos versículos a la semana. Selecciona versículos que se relacionen
con preocupaciones o necesidades especificas en tu vida. Es posible que quieras
escribir los versículos en una tarjetita que puedes tener contigo, y repasarlos
varias veces al día. Repasar la Escritura antes de dormir por la noche es una de
las mejores maneras de afirmarla en tu memoria.

Una vez que hayas dominado un versículo o párrafo, continúa con el siguiente,
pero diariamente repasa los versículos que más recientemente has memorizado.
Puedes encontrar útil memorizar en pareja para que puedan animarse la una a la
otra y repasar los versículos de las dos regularmente.

¿Cómo podría beneficiarte la memorización de la Escritura? Escoge un


pasaje de la Escritura, y comienza a memorizarlo hoy.

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A G O S T O 30
Tiembla ante Su Palabra
«Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito de espíritu,
y que tiembla ante mi palabra» (Is 66:2).

Si alguna vez has viajado al Medio Oriente, probablemente estés familiarizada


con la máxima reverencia que los musulmanes dan a su libro santo, el Corán.
Nunca los verás poner una copia del Corán en el piso o tratarlo casualmente.
En lugar de eso, el Corán debe mantenerse por encima del nivel de sus cabezas
y arriba de todos los otros libros en el cuarto. Ellos tratan su libro santo con
gran cuidado, manteniéndolo envuelto en una tela especial y colocándolo en un
estante especial cuando desean leerlo. Ellos creen que cada palabra en el libro es
santa y que debe ser altamente respetada.

La Escritura dice que Dios ha exaltado Su Palabra aún sobre su propio


Nombre (Sal 38:1-2). Si Dios estima Su Palabra así de alta, ¿cuál debe ser
nuestra actitud hacia Su Palabra?

En el Salmo 119, David habla de amar, reverenciar, deleitarse, anhelar, confiar


y temer la Palabra. El profeta Isaías dice que Dios ama a aquel que tiembla ante
Su Palabra. Dios ama a aquel cuya actitud es de reverente asombro y temor hacia
Su Palabra.

¿Tomas la Palabra de Dios en serio?

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A G O S T O 31
Amarra esa lengua
«El corazón del justo medita cómo responder, mas la boca
de los impíos habla lo malo» (Pr 15:28).

Un joven de Nueva Jersey, Brett Banfe, decidió que perdía mucho tiempo
hablando y muy poco tiempo escuchando a los demás. Así que hizo un voto de
silencio por un año.5 Después de leer acerca de la hazaña de Brett, yo decidí
hacer un voto de silencio, solo por 40 horas. No pensé que fuera muy difícil, pues
estuve sola por todo el tiempo (¡aunque confieso que sí me hable a mi misma
dos veces!)

Eso me recordó una historia antigua de un monje que se unió a un monasterio


donde se le permitía decir solo dos palabras cada diez años. Después de diez
años, el monje dijo: «¡Cama dura!» Diez años más tarde el monje dijo: «¡Comida
mala!» Finalmente después de diez años más, el monje habló por tercera vez:
«¡Me rindo!» Su superior meneo la cabeza y dijo, «no estoy sorprendido. ¡Lo
único que ha hecho en los últimos treinta años ha sido quejarse!»

¡Aguantarnos la lengua es un desafío! Proverbios 29:11 dice: «El necio


da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime». ¿Qué diría un observador
imparcial acerca de tu lengua? ¿Mides y escoges cuidadosamente tus palabras?

¿Dices todo (o casi todo) lo que piensas o sientes?

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SEPTIEMBRE 1
Calidad superior
«La lengua del justo es plata escogida, pero el corazón de
los impíos es poca cosa» (Pr 10:20).

Proverbios hace referencia a la lengua más de cien veces, y doce de esas


veces conecta la «lengua» con el «corazón». Las personas piadosas hablan de la
abundancia de un corazón piadoso. Tienen una mente espiritual y no solo hablan
de cosas espirituales los domingos. Ellos se refrenan y piensan antes de hablar.

Así que, ¿cómo pueden las personas obtener una lengua justa? Sus corazones
están conectados a la Fuente de sabiduría y de gracia, a Aquel que se revela a Sí
mismo en la Escritura.

Yo quiero ser una mujer sabia y piadosa, pero no siempre quiero pagar
el precio por un corazón sabio. Se necesita disciplina y esfuerzo para llenar
nuestros corazones con la Palabra de Dios, y tener una lengua que sea plata
escogida. «Plata escogida», piensa en estas dos palabras. La plata, por supuesto,
es un metal precioso. La lengua de justicia es excelente, superior, digna, ha sido
cuidadosamente refinada y es de la calidad más alta posible.

Un corazón enraizado en la Palabra y en el carácter de Dios, producirá


palabras que son de calidad superior. Esas palabras serán de gran valor para
aquellos que las escuchan.

Considera el valor de las palabras que digas hoy.

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SEPTIEMBRE 2
¡Hazlo ahora!
«Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis» ( Jn 13:17).

Sí, el perdón es sobrenatural. Sí, es algo que solo Dios puede hacer, y sí, va más
allá de la habilidad de nuestra carne y nuestra sangre. Pero si eres hija de Dios,
por Su poder, tú puedes perdonar a los demás con la misma gracia y perdón que
tú recibiste de Dios por tus pecados.

¡Escógelo! ¡Hazlo! No esperes hasta que sientas hacerlo o hasta que


averigües cómo va a salir todo. En última instancia, el perdón no es una
emoción. Es una acción de tu voluntad, una acción de fe. Sea que la ofensa sea
tan grande que pienses que no puedes perdonar, o tan pequeña que pienses que
no tienes que perdonar, de cualquier manera, te quedarás encarcelada hasta que la
liberes al río purificador de la misericordia insondable de Dios y la sueltes!

Esta es Su voluntad para ti en Cristo Jesús. ¡Y puedes escoger y apoderarte de


ella! Si todavía no te has echado el clavado al océano de Su perdón, clama a Él
ahora mismo: «Oh, Dios, en el nombre de Jesús, como me has perdonado a mí,
yo escojo perdonarlo, escojo perdonarla. Escojo perdonar a cada persona que ha
pecado contra mí».

Cualquier cosa que te haya detenido de perdonar, ponla a los pies de Jesús y
escoge perdonar … con Su poder.

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SEPTIEMBRE 3
Oraciones para antes de dormir
«¡Alza, oh SEÑOR, sobre nosotros la luz de tu rostro! Alegría pusiste en mi corazón,
mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su mosto. En paz me acostaré y así
también dormiré; porque solo tú, SEÑOR, me haces habitar seguro» (Sal 4:6-8).

El Salmo 4 puede ser una oración que David hacía antes de irse a dormir.
Observa que aunque está en medio de circunstancias estresantes, no hay pánico
en su tono, más bien, su espíritu está sereno al dirigir sus pensamientos hacia el
cielo.

Hay otras oraciones en los salmos que puedo imaginar que David decía al
Señor antes de cerrar sus ojos para dormir: «¡Cuán preciosos también son para
mí, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! Si los contara,
serían más que la arena; al despertar aún estoy contigo» (Sal 139:17-18).

«En cuanto a mí, en justicia contemplaré tu rostro; al despertar, me saciaré


cuando contemple tu imagen» (Sal 17:15).

Antes de irte a dormir, quizás querrás orar algo así: «Padre con Tu
Espíritu, por favor ministra mi espíritu durante la noche. Mientras duermo,
llena mi mente subconsciente con pensamientos de Jesús. Y que me levante
contemplando Su imagen, pensando en Él y amándolo, satisfecha contigo y
preparada para buscar Tu rostro».

Que tus últimos pensamientos esta noche sean en el Señor.

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SEPTIEMBRE
¡Cuidado!
«Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros
conforme a sus propios deseos» (2 Ti 4:3).

Entra a casi cualquier librería cristiana, hojea algunas publicaciones cristianas,


sintoniza varias transmisiones de radio y televisión, escucha a algunos cristianos
profesionales populares de la salud mental, y encontrarás «líderes cristianos»
respetados que están engañando a sus seguidores. En muchos casos, no creo que
tengan la intención de engañar a la gente, de hecho, quizás ni se dan cuenta de
que están engañando. Sin embargo, eso es exactamente lo que está pasando.

En muchos casos, han «fortalecido las manos del impío» (Ez 13:22) al sugerir
que no necesitan arrepentirse. Prometen las bendiciones y la gracia de Dios a
personas que no califican por su desobediencia deliberada y sus corazones faltos
de arrepentimiento. Sus enseñanzas ayudan a la gente a justificar…

Enojo («expresión sana de tus verdaderos sentimientos»);


Egoísmo («Tienes que poner límites entre tú y la gente demandante»);
Irresponsabilidad («Eres disfuncional porque has sido profundamente herida
por los demás»); y también
Infidelidad («Eres libre para divorciarte de tu pareja y casarte con alguien
más; Dios es el Dios de las segundas oportunidades»).

Tristemente, la mayoría de las personas, aún cristianas, sin pensarlo, se


han expuesto a sí mismas a tanto engaño que no se dan cuenta de que están
siendo engañadas. Esa es la naturaleza del engaño, nos ciega al hecho de que
hemos sido engañadas.

Cultiva relaciones con personas piadosas que con amor te dirán cuando
estás siendo engañada.

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SEPTIEMBRE
Solo Dios perdona el pecado
«Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es éste que
habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?» (Lc 5:21).

¿Recuerdas el momento al comienzo del ministerio de Jesús cuando unos


hombres trajeron a su amigo para ser sanado, bajándole por el techo porque
había una gran multitud a Su alrededor? Jesús le dijo al hombre paralítico, «Tus
pecados te son perdonados», a lo cual los fariseos protestaron, «¿Quién es éste
que habla blasfemias?»

Su actitud estaba mal, tenlo por seguro, pero su pregunta no. ¿Quién
puede perdonar pecados sino solo Dios? Nadie.

Es importante que recordemos esto, sobre todo cuando el problema de falta


de perdón es algo que te has hecho a ti misma; cuando todo el remordimiento, la
vergüenza, y la culpabilidad te llevan a decir, «no puedo perdonarme».

Quizás se te está haciendo difícil recuperarte de una decisión que tomaste que
te costó un buen trabajo y mucha de tu seguridad a largo plazo. Puede ser un
momento de negligencia, en que fallaste en librar a uno de tus hijos del peligro.
Puede ser un aborto que tuviste hace diez años. Pueden ser un millón de cosas.

Puedes tratar de perdonarte a ti misma, pero eso no te llevará a la sanidad ni


a la recuperación. En ningún lugar de la Escritura encontramos que Dios nos da
instrucción para tratar con nuestras angustias de esta manera. Más bien, Él nos
exhorta a que recibamos Su perdón.

Sí, sólo Dios puede perdonar pecados. ¿Le has pedido a Él que perdone los tuyos?

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SEPTIEMBRE 6
Lucha mundial
«Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba.
Pero Jacob respondió: No te soltaré si no me bendices» (Gn 32:26).

¿Qué viene a tu mente cuando piensas en luchas? Probablemente te imaginas


atletas musculosos luchando en el gimnasio o en el estadio. La Biblia presenta
una imagen diferente de la lucha, una que necesita más fuerza y valentía.

El nombre Habacuc significa «uno que lucha». No sabemos qué estaban


pensando los padres de Habacuc cuando le otorgaron este nombre a su hijo, pero
su decisión resultó apropiada. Un profeta del Antiguo Testamento, Habacuc
luchó con Dios en una conversación honesta. Su lucha era acerca de la injusticia
y de las oraciones no contestadas. Él vio la situación violenta de su mundo y no
estaba seguro que él confiaba en el plan de Dios.

Puede ser que tú estés en enfrentando algunos de los desafíos que algunos
personajes bíblicos conocían muy bien. Duda, confusión, culpabilidad, oraciones
no contestadas, todos son fuertes oponentes en la vida diaria. A veces en el
mundo cristiano actuamos como si fuera malo hacer preguntas, y solo debiéramos
poner
a dormir nuestras mentes. Pero por el contrario, Habacuc dice, «Tengo
preguntas honestas. Y voy a ir a Aquel que puede darme respuestas honestas».

Lleva tus preguntas honestas a la Única fuente de respuestas honestas.

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SEPTIEMBRE 7
¡La preparación es importante!
«Sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre
preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza
que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia» (1 Pe 3:15).

Si tú sabes que tienes una reunión importante con tu jefe mañana por la
mañana, ¿cuándo comienzas a prepararte? ¿Esperas hasta después de levantarte
por la mañana para prepararte? ¿De repente miras tu reloj, te das cuenta de que
ya comenzó la reunión, tomas ropa arrugada de la ropa sucia, te la pones y corres
a tu carro, llegas treinta minutos tarde, te sientas a la mesa donde ya están los
demás reunidos, y luego a la ligera garabateas tus notas para tu presentación? No,
si te importa tu trabajo.

La preparación no es menos crucial al reunirte con Dios y cultivar


una relación con Él a través de Su Palabra.

De hecho, he encontrado que uno de los más grandes impedimentos para un


tiempo significativo a solas con Dios, es la ausencia de un corazón preparado.
Hora tras hora a través de cada día, nuestros ojos y oídos son atraídos por el
mundo a nuestro alrededor. Lo que vemos, los sonidos, y las demandas de
nuestros alrededores capturan nuestras mentes y corazones. Por eso es que a
menudo nos encontramos distraídas, apuradas y teniendo tiempos a solas con
Dios con corazones que están lejos de estar callados. Un poquito de preparación
puede hacer una gran diferencia.

¡Haz tu reunión con el Señor por la mañana una prioridad!

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SEPTIEMBRE 8
El silencio es oro
«En las muchas palabras, la transgresión es inevitable,
mas el que refrena sus labios es prudente» (Pr 10:19).

Después de participar en una reunión larga hace algún tiempo, sentí que
quizás había dicho más de lo que debí haber dicho. Le pregunté a uno de los
hombres que estaba en la reunión si había hablado mucho. Él dijo, «¡Bueno,
tal vez habías podido condensar esa historia larga que contaste!»

Estoy tan agradecida por tener verdaderos amigos que me ayudan a saber
cuando no estoy caminando sabiamente de acuerdo con la Palabra de Dios. Dios
quiere que nuestros labios sean controlados por el Espíritu Santo. Necesitamos
Su sabiduría y Su gracia para medir nuestras palabras y hablar a los demás solo
después de escucharlo a Él.

Se piensa que son sabias las personas medidas por sus palabras. Muchas
mujeres expresan frustración porque sus esposos no las escuchan. ¡No quiero ser
cruel, pero a veces me pregunto si los hombres escucharían más atentamente si
nosotras no tuviéramos tanto que decir!

Pídele al Señor que traiga a tu mente esos momentos en que has dicho
muchas palabras. ¿Cuál hubiera sido una mejor respuesta?

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SEPTIEMBRE 9
Las personas importan
«Siempre doy gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia
de Dios que os fue dada en Cristo Jesús» (1 Co 1:4).

Las personas son importantes para Dios. Y nos deben importar a nosotras
también. Es importante tomar tiempo para reconocer y expresar aprecio por las
contribuciones que aún personas muy poco conocidas hacen para Su reino y
para nuestras vidas.

El apóstol Pablo daba gracias por los demás, especialmente por los hermanos
y hermanas en Cristo, por consiervos y compañeros del ministerio. En su
correspondencia, no solo lo dejó como una expresión generalizada de gratitud,
sino que a menudo sacaba tiempo para identificar a individuos específicos por
quienes él estaba agradecido y les dejaba saber cuánto apreciaba su
contribución para él y para el ministerio.

La lista más extensa se encuentra en Romanos 16:1-16. La mayoría de


los nombres en esta lista representa a personas de la cuales sabemos poco o
nada. Desde una perspectiva humana, ninguno de ellos llegó a la «posición»
o «importancia» que Pablo tenía como apóstol, pero Pablo los vio como
una provisión de la gracia de Dios. Él sabía que nadie es autosuficiente, nos
necesitamos los unos a los otros, y nuestras vidas son enriquecidas y bendecidas
por creyentes cuyo corazón se parece al nuestro.

Haz una lista de personas que han bendecido tu vida de alguna manera. ¿Les
has dado gracias por su influencia piadosa?

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SEPTIEMBRE 1 0
Afinando el corazón
«El Señor DIOS me ha dado lengua de discípulo, para que yo
sepa sostener con una palabra al fatigado» (Is 50:4).

Así como un instrumento musical necesita afinarse a un tono absoluto


antes de que pueda crear música hermosa, así también mi corazón necesita ser
«afinado» con el corazón de Dios. A través de los años, he usado varios medios
para afinar mi corazón con el Suyo.

Las palabras de Isaías 50:4 a menudo me han ayudado a afinar mi corazón;


muchas veces, aún antes de levantarme de la cama por la mañana, he meditado
en este pasaje y he orado al Señor: «El Señor DIOS me ha dado lengua de
discípulo, para que yo sepa sostener con una palabra al fatigado».

«Señor Dios, Tú eres mi Señor. Tú eres el Dios soberano, quiero que Tú reines
en mi vida este día. Yo sé que hoy traerás personas a mi vida, miembros de la
familia, amistades, compañeros de trabajo, personas que no conozco, personas
que están fatigadas y necesitan una palabra Tuya para sostenerse y alentarse. Yo
no sabré hablar las palabras que ellos necesitan escuchar a menos que Tú primero
me instruyas».

¿Qué puedes hacer hoy para afinar tu corazón con el de Dios?

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S E P T I E M B R E 11
Sacrificio de acción de gracias
«Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo; e
invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás» (Sal 50:14-15).

Dar gracias a veces requiere un sacrificio. Existen en la vida muchas ocasiones


en las que ser agradecido es lo último que sientes hacer.

Hoy, me gustaría que hicieras una lista de todas las cosas difíciles que
estás experimentando en tu vida ahora mismo. Deletréalas, exprésalas tan
detalladamente como quieras.

Luego, cuando termines de escribir, te exhorto a que uses esa lista para
motivarte a dar gracias.

¡Esa tarea puede parecer extraña, o imposible! No se espera que le demos


gracias a Dios «por» cosas que son pecaminosas. Pero podemos dar gracias «en
todo», sabiendo que Dios sigue siendo Dios y que Él usa todas las cosas en este
mundo caído para cumplir Sus propósitos, uno de los cuales es la santificación de
Sus hijos.

Comienza a hacer un seguimiento de las formas en que Dios está usando esas
circunstancias en tu vida. Quizás te están llevando a volverte más dependiente de
Él, o a invocarlo en oración, o a ejercitar fe en Sus promesas.

Cuando invocamos al Señor «en el día de la angustia» (Sal 50:15), con la


mente fija en glorificarlo a Él, Él hace cosas maravillosas en medio de nuestro
dolor y tristeza. Dale gracias con fe porque Él usa cada una de estas situaciones
para mostrar Su gloria.

Ora por las situaciones dolorosas y las relaciones rotas en tu vida. Pídele a
Dios la gracia hecha a tu medida y la sabiduría respecto a cada una de ellas.

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SEPTIEMBRE 1 2
¡Léela!
«Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan
las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca» (Ap 1:3).

Todas hemos escuchado a algunas personas decir que simplemente no pueden


entender la Biblia o que ellas no reciben nada de ella. En mi experiencia, una de
las más grandes razones por las que la Biblia es un misterio para las personas,
es porque no la leen. Un escritor sugiere que: «¡Si todas la biblias descuidadas
fueran desempolvadas simultáneamente, tendríamos una tormenta de polvo
record y habría eclipse de sol toda una semana!”

Dios promete bendición a aquellos que leen Su Palabra (Ap 1:3). Al comienzo
de sus reinos, a los reyes de Israel se les ordenaba que escribieran a mano una
copia de la Ley de Dios; luego debían leer esa copia cada día por el resto de
sus vidas, así aprenderían a temer al Señor y a guardar Sus mandamientos (Dt
17:18-20). A través de Su profeta Isaías, Dios le ordenó a los israelitas: «Buscad
en el libro del SEÑOR, y leed» (Isa. 34:16). En más de una ocasión en el
Antiguo Testamento, hubo avivamiento cuando el pueblo de Dios comenzaba a
leer Su Palabra que había sido descuidada (Neh 8-10; 2 Cr 34:14-33).

¿Qué querrá hacer Él en nuestra generación?

¿Qué querría hacer Dios en mi vida si leo fielmente Su Palabra?

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SEPTIEMBRE 1 3
Gratitud en el hogar
«Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales
te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; y que desde la niñez has
sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que
lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús» (2 Ti 3:14-15).

Parece que con frecuencia es más fácil expresar gratitud por y hacia las
personas que casi no conocemos, que hacia los de nuestra propia familia. Quizás
es porque conocemos a los miembros de nuestra familia tan bien (¡y ellos nos
conocen a nosotras!); o puede ser que en realidad sí los apreciamos, pero los
damos por sentados.

El carácter piadoso se demostrará en cada área de nuestras vidas dentro de las


cuatro paredes de nuestros hogares. No podemos decir que amamos a Dios, si no
manifestamos Su amor a los miembros de nuestra familia o si permitimos que la
amargura haga una llaga en nuestros corazones hacia ellos.

Independientemente de tu herencia familiar, es importante que te des cuenta


de que tus parientes no son el resultado de una «casualidad genética», sino que
has sido puesta dentro de la familia que Dios soberanamente escogió para ti,
y que Él quiere usar tu familia, con todo y sus asperezas, como un medio de
santificarte y conformarte a la imagen de Su Hijo. El abrazar esa verdad te
ayudará a cultivar un corazón agradecido para aquellos que forman tu
familia.

Haz una lista de los miembros de tu familia inmediata. A lado de cada


nombre escribe una cualidad de su vida por la cual estás particularmente
agradecida.

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SEPTIEMBRE 1 4
Más allá de las rejas
«Aunque pase por el valle sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque
tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento» (Sal 23:4).

(Evidencia no vista) Evidence Not Seen es la conmovedora historia de


Darlene Deibler Rose, una joven misionera americana que pasó cuatro años en
un campo para prisioneros en Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Ella
recuerda la manera en que Dios usó las Escrituras que ella se había
memorizado de niña para sostenerla durante su terrible experiencia:

«Durante mi niñez y adolescencia, tenía una compulsión fuerte por memorizar


la Palabra. Allí en la celda yo estaba tan agradecida por esos días en la escuela
bíblica de verano, en que me había memorizado varios versículos, capítulos
completos, y salmos, así como también libros enteros de la Biblia. En los años
que siguieron, repasé las Escrituras frecuentemente. El Señor me alimentó con
el Pan vivo que había sido guardado para el día en que la fuente fresca fuera
cortada por la pérdida de mi Biblia. Él trajo consuelo y aliento diario; sí, y gozo
a mi corazón, a través del conocimiento de la Palabra…nunca había necesitado
las Escrituras tanto como en esos meses cuando estaba condenada a muerte, pero
ya que gran parte de Su Palabra estaba en mi corazón, no sufrí el castigo que los
Kempeitai habían anticipado cuando se llevaron mi Biblia.

¿Cómo es movido tu corazón al escuchar este testimonio de la Palabra de Dios?

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SEPTIEMBRE 1 5
Una lengua pequeña
«El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias» (Pr 21:23).

El 11 de septiembre de 1995, una ardilla se subió a las líneas de electricidad


del ferrocarril Metro-Norte cerca de la ciudad de Nueva York. Esto desencadenó
una oleada eléctrica, que aflojó un soporte de arriba, lo que hizo que se zafara
un cable que quedó colgando sobre las vías. Este se enredó en un tren, que jaló y
tumbó todas las líneas. Como resultado, 47,000 pasajeros quedaron atrapados en
Manhattan por horas esa tarde. 2

Esta historia me recuerda de lo que hacemos con nuestra lengua. ¡Algo tan
pequeño puede causar tanto daño!

Podemos pensar, solo es una pequeña mentira, una pequeña discusión, una
pocas palabras contenciosas… Sin embargo se nos recuerda vez tras vez en la
Escritura que si guardamos nuestras bocas y lenguas de decir palabras de las
que luego nos arrepentiremos, nos libramos del desastre.

Santiago 3:5 nos dice que «la lengua es un miembro pequeño, y sin
embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con
tan pequeño fuego!»

Seres queridos inocentes pueden ser dañados por nuestras palabras mal
habladas. La vida de un niño amado, un esposo fiel, o una amiga entregada,
puede ser herida por solo una «pequeña» palabra desconsiderada.

¿Cómo puedes evitar hoy decir palabras de las cuales luego te arrepentirás?

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S E P T I E M B R E 16
Canta y da gracias
«Cantad alabanzas al SEÑOR, vosotros sus santos,
y alabad su santo nombre» (Sal 30:4).

A diferencia de algunas otras religiones, el cristianismo es una fe que «canta».


La palabra «canta» ocurre cien veces en la Biblia, más de sesenta de ellas solo
en el libro de los salmos. Los salmos han sido apropiadamente llamados el
«himnario del antiguo Israel». Los salmistas a veces cantaban canciones de
lamento y anhelo. Pero la mayoría de ellos cantaban canciones de alabanza y
agradecimiento a Dios.

A menudo he meditado en por qué la Escritura pone tal énfasis en alabar al


Señor con canto, y por qué es que a todos los creyentes se les ordena que canten
al Señor, sin importar su habilidad natural. Hay un número de ilustraciones en
la Escritura del efecto poderoso de alabar a través de la música. (¡Para comenzar,
ve a 2 Crónicas 20:21-23, donde Dios dio una victoria grande a los israelitas
después de que el coro condujo un servicio de alabanza en frente de las tropas
que marchaban a la batalla!)

No hay duda de que el diablo desprecia la alabanza hacia Dios. Tenemos


razón de creer que en un tiempo, antes de que el orgullo lo hiciera perder su
posición, él pudo haber sido uno de los «líderes de alabanza» en el cielo, y por
eso particularmente, rechaza y le repugna cuando el pueblo de Dios lo alaba con
cantos e instrumentos musicales.

Sea un día nublado o soleado en tu corazón, ¡canta! Ahora mismo, si es


posible, ¡al Señor le encantará tu «sonido jubiloso»!

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S E P T I E M B R E 17
Dieta de comida chatarra
«Panal de miel son las palabras agradables, dulces al
alma y salud para los huesos» (Pr 16:24).

Mientras escribía esta tarde, tomé un descanso y me fui a preparar un


emparedado. ¿Puedes imaginarte si hubiera abierto el refrigerador, con los
ojos cerrados, y hubiera tomado lo primero que encontrara? En lugar de un
emparedado de mantequilla de maní y mermelada, pude haber terminado con
un plato de cebolla, mostaza, y crema batida, que no es ni apetitoso ni nutritivo.
Sin embargo esa es una imagen de la manera en que mucha gente se acerca a
la Palabra de Dios. Ciegamente «toman» cualquier pasaje que ven primero, sin
ninguna secuencia ni orden particular. Cuando los pasajes son separados de su
contexto, su significado cambia y los creyentes con buenas intenciones pueden
fácilmente ser engañados.

Otros leen la Biblia como adolescentes cuya dieta preferida consiste en


pizza, papitas, refresco, y helados. Nuestros cuerpos requieren una dieta nutricional
balanceada para estar saludables. Así mismo, nuestros espíritus necesitan el
balance que viene de tomar «todo el consejo de Dios», y no limitarnos a esos
pasajes que parecen particularmente apetitosos. El crecimiento espiritual de
algunos creyentes ha sido raquítico debido a la dieta que consiste primeramente
de los salmos con quizás una pizca de las epístolas del Nuevo Testamento.

¿Qué puedo hacer para tener una «dieta balanceada» en mi lectura de


la Escritura?

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SEPTIEMBRE 1 8
Sigue hacia adelante
«Es gloria de Dios encubrir una cosa, pero la gloria
de los reyes es investigar un asunto» (Pr 25:2).

Uno de mis lugares favoritos para ir de vacaciones es el oeste de Wyoming,


cerca de las majestuosas montañas Gran Teton. Hace unos años, me alojé en
una casa que tiene las montañas al frente. Temprano, una mañana, salí de la casa
para subir la montaña. El área se había llenado de neblina, y todo el Teton
parecía haber desaparecido.

Entonces sucedió. De repente, mi ascenso me llevó por encima de la neblina y


mis esfuerzos fueron recompensados con una increíble vista del destacado Gran
Teton que no había sido visible desde abajo debido a la neblina. Era como si esas
montañas magníficas cubiertas de nieve acabaran de brotar de la tierra. Por un
momento me olvidé de mi pulso acelerado y mis piernas cansadas. La vista desde
arriba hizo que el esfuerzo valiera la pena.

Proverbios 25:2 dice: «Es la gloria de Dios encubrir una cosa, pero la gloria de
los reyes es investigar un asunto». El hecho de que hay algunas cosas (¡muchas
cosas!) que Dios sabe y que nosotras no, es lo que lo hace a Él Dios y a nosotras
humanas. Una parte esencial de la gloria y del esplendor de Dios, es que Él
no puede ser conocido totalmente por criaturas finitas. Al mismo tiempo,
nuestra gloria es entregarnos a buscar Sus caminos, creyendo que un día nuestra
búsqueda será recompensada.

Rinde a Dios tu mayor pregunta ahora mismo.

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SEPTIEMBRE 1 9
Necesito a Dios
«Este pobre clamó, y el SEÑOR le oyó, y lo salvó de todas sus angustias» (Sal 34:6).

He aprendido a través del camino que sin importar cómo me sienta, cualquier
cosa que me haga necesitar a Dios (al final) es una bendición. Sea una decepción,
un sufrimiento físico, sea angustia mental o relacional.

¿Y si de todos modos debes pasar por lo que estás enfrentando ahora, por qué
empeorarlo al alejarte de Su gracia y de la comunión con Él, soportando la vida
dura, sin depender de Él para que te ayude? ¿Por qué no ver lo que puede pasar si
dejas que el dolor te acerque más a Su lado?

Sí, dar gracias «en todo» puede requerir sacrificio. Puede que tu situación
no cambie ni un poquito. Pero te pondrá en la única posición posible para
experimentar todo lo que Dios desea para ti, a través de este tramo duro de la
vida.

Y, más allá de esa pequeña parte del horizonte que puedes ver en este tiempo
y lugar momentáneos, la gloria y la gracia de Dios se verán más brillantes, como
resultado de tu disposición a decir con el salmista: «Bendeciré al SEÑOR en
todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca» (Sal 34:1).

Esa es la promesa de la gratitud.

Confiésale al Señor con un corazón contento, cuánto lo necesitas.

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S E P T I E M B R E 20
La felicidad es…
«Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere
entendimiento; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
y sus utilidades mejor que el oro fino» (Pr 3:13-14).

Escoger ser agradecida es una decisión enraizada en la sabiduría piadosa, un


tema destacado en el libro de Proverbios. He oído a la sabiduría ser descrita
como la «habilidad en la vida diaria». Entrenar nuestros corazones a ser
agradecidos por las bendiciones de Dios que experimentamos, está ligado a
nuestra búsqueda de sabiduría piadosa en cada área de nuestras vidas.

Cuando el escritor de Proverbios subraya los beneficios de la sabiduría, él


también está anunciando los beneficios de todo otro hábito y disciplina inspirado
por las Escrituras. La práctica de ser agradecido es una característica básica del
pueblo de Dios.

Para la mayoría de las personas, la felicidad está ligada a las circunstancias,


a lo que está pasando en sus vidas. Para los cristianos, sin embargo, la felicidad
o la bendición no depende del clima, de la bolsa de valores, o de cómo quedó
nuestro último corte de cabello. La verdadera felicidad, ese sentido inconmovible
de paz, contentamiento, y bienestar, viene en la medida en que nos recordamos
a nosotras mismas las bendiciones que tenemos en Cristo, y luego respondemos
con agradecimiento.

Yo quiero ese tipo de felicidad, ¿y tú? Y aparentemente Dios lo quiere para


nosotras también. Él quiere que experimentemos la felicidad profunda e interna
que es la porción de aquellos que están completamente satisfechos con Cristo.

¿En que está basada tu felicidad? ¿Estás experimentando paz


inconmovible, contentamiento, y bienestar?

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S E P T I E M B R E 21
El alto costo de murmurar
«Sin embargo, Dios no se agradó de la mayor parte de ellos,
pues quedaron tendidos en el desierto» (1 Co 10:5).

Cada vez que leo lo que les sucedió a los hijos de Israel en el Antiguo
Testamento en el desierto, recibo convicción de cómo mi murmuración y queja
son desagradables al Señor (¡y cuán misericordioso es Él, al no juzgarme como lo
hizo con los israelitas!).

La murmuración es lo opuesto al agradecimiento. Al igual que la gratitud, la


murmuración comienza en el corazón y se expresa en palabras. Nace del pecado
del descontento, de no estar satisfechas con lo que Dios ha provisto.

Filipenses 2:14-15 dice que debemos «hacer todas las cosas sin
murmuraciones», y que cuando somos obedientes en esto, nuestras vidas reflejan
la luz de Cristo a nuestro mundo oscuro.

¿Eres culpable del pecado de la queja? Si lo eres, confiésaselo al Señor; pídele


que te perdone y te conceda verdadero arrepentimiento. Propón en tu corazón
«quitar» toda queja y «ponte» un corazón de agradecimiento.

Pídele a Dios que te haga sensible y alerta durante las próximas 24 horas a
situaciones donde tu respuesta natural sería murmurar o quejarte. Pídele gracia
para dar gracias cada vez que seas tentada a murmurar.

Proponte en tu corazón ahora mismo, dar gracias cada vez que seas tentada
a murmurar.

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S E P T I E M B R E 22
Sacrificio de acción de gracias
«El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra; y al que ordena
bien su camino, le mostraré la salvación de Dios» (Sal 50:23).

¿Estás enfrentando circunstancias que no son para dar gracias naturalmente?


Estás tratando de ser valiente. Quieres hacer lo correcto. Pero tratar de ser
agradecida por lo que Dios está haciendo en tu vida ahora mismo…

Es difícil. Muy difícil. De hecho, en nuestra propia fuerza, ¡es imposible!

Hoy podemos escoger: ¿Le damos gloria a Dios solo por la parte de
nuestras vidas que va de la manera que queremos? ¿O lo adoramos, confiamos
en Él,
y le damos gracias, solo porque Él es Dios, sin importar los lugares oscuros y
dolorosos que enfrentamos en nuestra jornada?

Mira, es un sacrificio de cualquier manera. Si seguimos sin gratitud,


escogiendo ser amargadas, escogemos vivir en condiciones que ya son tristes,
agregando a esto la carga de nuestra disposición sombría. Al no estar dispuestas
a estar conscientes de las bendiciones que disfrutamos, a pesar de nuestras
dificultades, así como tampoco de la fuerza y la sensibilidad que Dios hace crecer
mejor en nosotras a través de los sufrimientos y la pérdida, sacrificamos la paz.
Sacrificamos el contentamiento. Sacrificamos las relaciones, la libertad, la gracia
y el gozo.

¿Pero qué si pudiéramos mantener todas esas cosas, y aún aumentarlas más
allá de cualquier cosa que jamás hayamos experimentado antes, con solo hacer un
sacrificio: el sacrificio de acción de gracias?

Adora al Señor…simplemente porque Él es Dios.

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S E P T I E M B R E 23
Necesitamos toda la Palabra de Dios
«Toda escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
reprender, para corregir, para instruir en justicia» (2 Ti 3:16).

Es verdad que no todas las partes de la Biblia son igualmente fáciles de digerir.
Esta semana he estado leyendo 1 Crónicas y Ezequiel. Diferente a los pasajes
«suculentos» que podemos descubrir en 1 Pedro o en el Evangelio de Juan,
hay algunos pasajes en esos libros que parecen particularmente tediosos y
aún innecesarios. Aún el gran pastor puritano John Bunyan admitió: «A veces
he
entendido bien lo que he leído en una línea de la Biblia, pero en otros momentos
toda la Biblia me ha sido tan seca como un palo».

Sí, necesitamos los salmos y las epístolas. Pero también necesitamos los libros
de la ley, los libros históricos, los profetas, y los evangelios. Necesitamos toda la
Palabra de Dios.

Fue por esta razón que Pablo le recordó a Timoteo que «Toda escritura es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para
instruir en justicia» (2 Ti 3:16, énfasis añadido). Eso significa que necesitamos
una dieta que incluya toda la Palabra de Dios.

¿Has evitado leer secciones de la Escritura que son difíciles de entender?

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SEPTIEMBRE 2 4
Tesoros sin precio
«Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús» (Fil 1:6).

Aparte de las bendiciones espirituales que vienen directamente de la mano


de Dios están aquellos dones que Él manda por medio de otros: amistades,
miembros de la familia, hermanos en la fe.

En todas, menos en cuatro de sus epístolas del Nuevo Testamento, Pablo hace
referencia a dar gracias por otras personas. La gratitud era un latido constante en
su ministerio. Él les dio gracias por su demostración inspiradora de fe, por sus
expresiones sacrificiales de amor, por su ejemplo de unidad y comunión. Cuando
era personalmente alentado por alguien, él devolvía el favor con aliento personal.

Él consideró a estas personas y relaciones como tesoros sin precio.

Yo tengo muchos de esos tesoros. Miembros de familia, colegas de trabajo


fieles y diligentes para Cristo. Compañeros de Ministerio. Queridas amistades
que me bendicen con sus actos de bondad, sus oraciones, y su ánimo para
perseverar en la batalla.

Detente ahora mismo y haz un inventario de la gente que ha tocado tu


vida. ¿A quién ha usado el Señor para fortalecer tu fe? Tal vez su ejemplo te ha
motivado o su carácter ha sido un modelo para ti. Tal vez te has beneficiado de su
sacrificio o de su servicio. ¿Has tomado tiempo para darles las gracias?

Haz una lista de los nombres de las personas que han impactado tu vida para
bien. Escríbeles o llámales para agradecerles.

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S E P T I E M B R E 25
Pan del cielo
«Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá
hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed» ( Jn 6:35).

Oswald Chambers exhorta: «Lee la Biblia, la entiendas o no, y el Espíritu


Santo te traerá palabra de Jesús en circunstancias particulares y la hará
vivir».

De la misma manera, el valor y el crecimiento espiritual que recibimos de


la Palabra será evidente, no de un día para otro, sino cuando nos detengamos y
veamos hacia atrás a un periodo de meses o años, y nos demos cuenta de cuánto
ha formado y modelado nuestras vidas la Palabra. (Es igualmente verdadero que
los efectos de los hábitos de comer mal usualmente no se ven de un día para
otro; así las consecuencias de una dieta espiritual pobre quizás no sea
inmediatamente aparente, pero definitivamente serán evidentes a la larga.)

Por lo tanto, cuando llegues a porciones de la Escritura que parezcan no tener


sentido o no tener valor (y si las encontraras), no te rindas. Y no concluyas que
esas porciones no tienen valor. El Espíritu de Dios te está alimentando de pan
del cielo, y te nutrirá en maneras que tú no conoces.

¿Cómo te ha nutrido la lectura de la Palabra de Dios en tiempos de


dificultad o estrés?

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S E P T I E M B R E 26
El tesoro más valioso
«¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Tus mandamientos me hacen
más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre» (Sal 119:97-98).

En el Salmo 119, David casi no puede contener su gozo mientras repasa una y
otra vez las bendiciones y beneficios que ha recibido de la Palabra de Dios.

Aprendemos que la Palabra de Dios tiene poder para guardarnos del pecado
(Sal 119:9, 11), para fortalecernos cuando estamos en duelo (v. 28), para
consolarnos cuando estamos sufriendo (vv. 50, 52), para concedernos libertad (v.
45), para darnos entendimiento y luz en nuestro camino (v. 105), y para darnos
paz y librarnos de tropezar (v. 165).

La Palabra de Dios alumbrará el camino, te ayudará a tomar las decisiones


correctas, sanará tus heridas y calmará tu corazón. Te advertirá del peligro,
te protegerá y limpiará tu pecado, te guiará, te hará sabia. Es pan, es agua, es
consejera, es vida. Satisface, es suficiente, es suprema, es sobrenatural. El escritor
de himnos lo puso de esta manera:

Santa Biblia para mí eres un tesoro aquí…


Tú me enseñas a triunfar sobre la muerte y el pecado.
Por tu santa letra sé que con Cristo reinaré;
Santa Biblia para mí eres un tesoro aquí..
John Burton (1735-1822)

Busca todos los versículos mencionados arriba. ¿Cuál es el más precioso


recordatorio para ti?

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SEPTIEMBRE 2 7
Nada es imposible para Dios
«Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación» (2 Co 5:18).

Pablo conocía la maravilla de la gracia redentora y transformadora de Dios


tan bien como cualquier otra persona. Antes él era un gran blasfemo y
perseguidor de Cristo y de Su iglesia; se le perdonó una deuda infinitamente más
allá de su habilidad de poder pagar. Más que eso, se había convertido en
coheredero con Cristo, un recipiente inmerecido de todas las riquezas de Dios en
Cristo Jesús.

El resto de la vida terrenal del apóstol fue entregada a ayudar a los demás a
experimentar y extender esta maravillosa gracia que reconcilia a los hombres
con Dios y a los unos con los otros. De eso se trata la cruz.

Sí, debería movernos hasta el fondo de nuestro ser, el ver lo escandalosamente


costoso que fue el perdón de nuestros pecados para Dios. Nuestra redención
lo hirió más profundamente de lo que cualquier humano ha sufrido. Derramó
sangre. Requirió el Calvario. Pero requirió aún más que eso. Requirió un acto
que solo Dios puede hacer. El perdón es algo que solo Dios puede hacer.

Así que si parece imposible para ti perdonar a esa persona que te ha herido
profundamente, y quien quizás sigue tratándote áspera e injustamente, ¿qué
crees? ¡Sí, es imposible, para ti! Pero nada es muy difícil para Dios. Y Él es el
Único que puede perdonar, y reconciliar a través de ti.

No te sientas culpable por tu inhabilidad de perdonar por ti misma, invita a


Dios a darte el poder para hacer algo que solo Él puede hacer.

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S E P T I E M B R E 28
La suave respuesta
«La suave respuesta aparta el furor, mas la
palabra hiriente hace subir la ira» (Pr 15:1).

Cuando prendes la televisión y escuchas la forma en que las personas se


hablan unas a otras, es probable que escuches muchas palabras duras, ásperas,
y con enojo. ¡Una respuesta suave y apacible puede aplacar una situación tensa,
pero las palabras belicosas generalmente producen una pelea! Ahora, esto no
significa que debes evitar hablar la verdad. Efesios 4:15 nos manda a hablar «la
verdad en amor». A veces no son tan importantes las palabras que decimos como
el espíritu con que las decimos.

Los hombres de Efraín se enojaban y ofendían fácilmente ( Jue. 8:1-3). Sin


embargo Gedeón apaciguó su coraje con una palabra humilde. Así mismo,
podemos crear un clima de calma en nuestros hogares con la forma en que
respondemos a aquellos a nuestro alrededor, aún si no están actuando como deben.

Las palabras suaves y apacibles ministran gracia, fuerza y aliento. Trata


de decir algunas de estas palabras apacibles a aquellos a tu alrededor hoy
(¡comenzando con aquellos dentro de las cuatro paredes de tu hogar!): Te amo…
Estoy orando por ti…Estoy tan orgullosa de ti… Perdóname por la manera en
que te traté… ¿Me perdonas por favor? … Te aprecio… ¡Eres una bendición!

¿Cómo cambia el ambiente en tu hogar u oficina cuando usas palabras


suaves y apacibles en lugar de duras y ásperas?

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S E P T I E M B R E 29
Corazones preparados
«Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi
carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua» (Sal 63:1).

Himnos que expresan un anhelo y un deseo por oír la voz de Dios pueden ser
otro medio para conseguir que nuestros corazones estén en armonía con Dios.
Trata de leer o cantar uno o más de estos himnos al Señor:

Habla, Señor, en la quietud, mientras espero en Ti;


Acallé mi corazón para escuchar en expectación
Habla, oh bendito Maestro. En esta hora tranquila;
Déjame ver Tu rostro, Señor, sentir Tu toque de poder.
Porque las palabras que Tú hablas, son vida en verdad;
¡Pan de vida del cielo, alimenta mi espíritu ahora!

-E. May Grimes (1868-1927)

Abre mis ojos, para poder ver destellos de verdad que Tú tienes para mí;
Pon en mis manos la maravillosa llave que abrirá y me hará libre.
En quietud ahora espero en Ti, lista mi Dios, para ver Tu voluntad;
¡Abre mis ojos, ilumíname, Espíritu divino!

– Clara H. Scott (1841-97)

Ahora, con corazones en armonía y oídos y ojos espirituales atentos a Él,


abrimos las páginas de ese Libro maravilloso, esperando encontrarnos con su
Autor y ser transformadas en Su presencia.

¿Qué te recuerda tu himno favorito acerca de Dios?

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S E P T I E M B R E 30
La Palabra de Dios: sobre todo
«¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan
en la ley del SEÑOR! ¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus
testimonios, y con todo el corazón le buscan! No cometen iniquidad,
sino que andan en sus caminos» (Sal 119:1-3).

David no fue el único que amó la Palabra de Dios. Ningún otro libro en la
historia ha recibido la aclamación y la adulación que se le ha dado a la Biblia.
Escucha lo que algunos hombres y mujeres reconocidos han dicho de la
Biblia:

«La Biblia para mí, es un libro ante el cual todos los demás libros
pierden importancia, y un libro que en toda mis perplejidades y angustias
nunca ha fallado en darme luz y fortaleza».

– Robert E. Lee

«Este gran libro… es el mejor regalo que Dios le ha dado al hombre».

– Abraham Lincoln

«Los libros de los hombres tienen su día y se harán obsoletos. La Palabra de


Dios es como Él mismo; “el mismo ayer, hoy y siempre”».

– Robert Payne Smith

«Después de más de sesenta años de leer casi diariamente la Biblia,


nunca dejo de encontrarla nueva y maravillosamente en armonía con
las necesidades cambiantes de cada día».

– Cecil B. DeMille

«La Biblia es el mapa de Dios que te dirige para mantenerte alejado


del fondo del mar, y para mostrarte dónde está el puerto, y cómo alcanzarlo
sin correr sobre piedras y barras».

– Henry Ward Beecher

¿Cuál es tu testimonio acerca de la grandeza de la Palabra de Dios en tu vida?

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O CTUBRE 1
Viviendo con nuestras decisiones
«Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable
a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto
y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió» (Gn 3:6).

Expulsada del Edén, vestida de piel de animal, su esposo dolido con ella, y en
camino a ser la madre del primer hijo asesinado – y la madre de su asesino –
Eva debió haberse sentido como un fracaso.

Debió haber sido muy difícil vivir en el paraíso y luego ser sacada de
allí; caminar con Adán al este del Edén a un mundo en el cual era una
lucha permanecer con vida.

¿Cuál sería el mayor deseo de Eva en ese momento? ¿Qué habrías querido
tú? Yo creo que Eva deseó con todo su corazón regresar al instante antes de
morder el fruto prohibido, cuando pudo haber tomado la decisión correcta la
primera vez.

Nosotras somos como Eva. Todas hemos experimentado derrotas y fracasos,


problemas y confusión. Todas tenemos un corazón egoísta, un espíritu
malhumorado, coraje, envidia, y amargura. Algunos de nuestros fracasos pueden
ser tan extremos como los de Eva. Nuestras consecuencias no tan catastróficas.
Pero como quiera revelan qué tan lejos están nuestros corazones de donde
deben estar. ¿Quién de nosotras no desea poder hacer las cosas de nuevo, poder
tener vidas de harmonía y paz?

¿Alguna vez has reconocido que el lugar en que te encuentras hoy es


el resultado de tus propias decisiones?

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O CTUBRE 2
Deja que empeore
«Tu vara y tu cayado me infunden aliento» (Sal 23:4).

Evelyn Christenson recuerda ver a su hermano alejarse del Señor. Por


treinta años su madre oró por él, «Señor, haz lo que tengas que hacer para
traerlo a Jesús».

Dios contestó esa valiente oración. Evelyn recuerda, «un corto tiempo después
de eso él estaba caminando por la carretera y un carro manejando a cincuenta
millas por hora lo golpeó en el costado. Lo despegaron del parabrisas y lo
pusieron en cuidados intensivos».

Devastada, la madre de Evelyn se preguntaba si había cometido un error


al orar como lo había hecho. Poco después, sin embargo, el hijo recuperó la
consciencia y su madre lo guió a Cristo desde la cama del hospital. Él continuó
sirviendo al Señor durante el proceso de recuperación y más allá.

Evelyn aprendió un principio difícil que también podemos encontrar en el


libro de Habacuc. Después de orar fervientemente por avivamiento entre su
pueblo, Habacuc fue sorprendido al encontrar que la respuesta iba a hacer que
las circunstancias empeorarían en lugar de mejorar. Su país sería invadido por
los caldeos, opresores crueles que aterrorizaban a sus enemigos. El pueblo de
Habacuc necesitaba aprender cómo lamentar por sus pecados, y eran necesarias
medidas drásticas para enseñarles esta lección.

Dios hará lo que tenga que hacer para traernos de nuevo a Él.

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O CTUBRE 3
Oración de cumpleaños
«Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que
traigamos al corazón sabiduría» (Sal 90:12).

He tratado de separar tiempo en días especiales para meditar en la bondad de


Dios y para buscar Su rostro para la temporada que viene. Aquí está una entrada
de mi diario, una oración que escribí cuando cumplí treinta y cinco años:

Al mirar hacia adelante a un año más de vida, viene a mi mente que puede que
no pase otro año aquí en esta tierra. Puedes llamarme al cielo o el Señor Jesús
puede regresar por Su novia.

Ayúdame a vivir, cualesquiera que sean los días que me restan, a la luz de la
eternidad. Humildemente busco Tu bendición y Tu favor, al tenerlos, no me
falta nada. En este año pido…

• Conocerte y amarte en intimidad cada vez mayor


• La protección de Tu Espíritu sobre mi corazón, mi mente y mis afectos,
que me libres del pecado y del maligno
• Un corazón lleno de amor por los demás
• Que Tú me hagas fructífera
• Que cada día pueda vivirlo al máximo y en constante conciencia de
Tu presencia
• Que pueda caminar en la luz ante Ti y los demás, sin engaño ni
pretensiones
• Que pueda ser santa y humilde ante Ti y los demás
• Estas cosas pido en el nombre de Jesús, por amor a Tu reino. Amén.

¿Puedes hacer eco de esta oración? ¿Qué puedes agregar de tu propio corazón?

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O CTUBRE 4
Esclavitud
«El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» ( Jn 10:10).

La vasta mayoría de las personas que conozco hoy no son libres. A menudo,
por su propia admisión. Muchos viven bajo una nube de culpa personal y
condenación. No son libres para disfrutar de la gracia y del amor de Dios.

Muchas personas son esclavas de su pasado. Ya sea el resultado de sus propios


fracasos o de los fracasos de otros, su pasado lo traen colgando en sus cuellos
como pesas grandes. Otros están en esclavitud a lo que la Biblia llama el «temor
del hombre»; presos del miedo al rechazo, miedo a lo que la gente piense de ellos,
y anhelo por su aprobación. Y otros son prisioneros emocionales, esclavizados a
la preocupación, al temor, al coraje, a la depresión, y a la autocompasión.

No quiero sugerir que todos son «casos perdidos» (¡aunque todas tenemos
momentos en que nos describiríamos de esa manera!). Pero en general, muchos
cristianos están en problemas – problemas duros – el tipo de problemas que
requieren más que soluciones superficiales y remedios.

Cuando vamos a las Escrituras, se nos recuerda que no era la intención de


Dios que fuera de esta manera. Leemos las palabras de Jesús en el Evangelio de
Juan y sabemos que Dios tiene algo mejor para nosotras: vida abundante.

¿Podrías decir que tú conoces o has conocido la «vida abundante»?

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O CTUBRE 5
Palabras fragantes
«Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio
de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento» (2 Co 2:14).

A medida que estudio el libro de Proverbios, estoy más consciente de mi


necesidad de que Dios cuide mi manera de hablar. Mi yo natural quiere decir
palabras bruscamente, sin pensar en cómo afectan a los demás. Pero el Espíritu
Santo me recuerda que mis palabras y mi vida pueden ser un dulce aroma de
Cristo.

Cuando hablamos palabras de aliento, sabias, apropiadas, y verdaderas, es por


Su sublime gracia. Es porque Él ha abierto nuestros ojos y corazones a la verdad.
Me encanta la primera estrofa del himno de John Newton «Sublime Gracia»:

Sublime gracia del Señor


Que a un infeliz salvó
Fui ciego mas hoy miro yo
Perdido y él me halló

¡Que tú y yo comencemos a decir y a cantar alabanzas a Dios cada día


que Él nos de aliento, así como lo haremos por la eternidad en el cielo! Que
lo honremos con nuestras palabras de tal manera que la gente se maraville,
«¡Aleluya, qué Salvador!»

¿Se escucha mi hablar como lenguaje del cielo?

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O CTUBRE 6
Cuentas de gratitud
«Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre
con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros» (Fil 1:3-4).

He encontrado que cualquier cosa que no planeo en mi día, por lo general no


se lleva a cabo. Si no comienzo la mañana dándome cuenta de que alguna cosa en
particular es una prioridad, mi mente no la recordará, una vez que las presiones
diarias comiencen a sacar todo lo demás fuera de su camino.

Si el expresar gratitud debe convertirse en una forma de vida para nosotras,


no podemos tratarlo como un ejercicio opcional. Si nunca va más allá de nuestra
lista de deseos, si se pone con todas las otras cosas bonitas que esperamos hacer
algún día, el «algún día» de la gratitud nunca llegará a nuestros calendarios. Se
mantendrá como una intención dulce, pero no como una práctica consistente.

Así que quiero animarte a que pienses en la gratitud como una deuda
que debes pagar, de la misma manera que se espera que pagues tus facturas
mensuales. Decide hoy hacer una llamada para darle gracias a una amiga por la
manera en que ella demostró preocupación por ti durante un momento difícil.
Cuando el Señor abra una ventana de oportunidad esta tarde, escribe una carta
pequeña de agradecimiento.

Todas tenemos cuentas de gratitud. Lo que pasa es que no hay muchas de


nosotras que las paguemos.

¿Quién necesita ser agregada a tu cuenta de gratitud? ¿Qué deuda de gratitud


necesitas pagar hoy?

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O CTUBRE 7
Mira por ti misma
«Probad y ved que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado
es el hombre que en Él se refugia!» (Sal 34:8).

Amiga, una cosa es escuchar a los demás hablar de las maravillas de conocer
a Jesús y otra cosa es hacer el esfuerzo de ir y conocerlo por ti misma. Ver
personalmente Sus vastas reservas de riquezas y provisión, de hacerle a Él tus
preguntas difíciles, de compartir todo lo que está en tu corazón, y de escuchar
atentamente mientras Él comparte contigo los secretos de Su reino. Cuando
lo hayas conocido de esta manera, entenderás por qué Sus hijos consideran su
máximo gozo estar ante Él todos los días y escuchar Su sabiduría.

Y cuando regreses a tu lugar, a tu casa, tu trabajo, tu vecindario, no te irás con


las manos vacías. Regresarás con más de lo que tus manos y corazón pueden
contener. Porque Él te dará todos los deseos de tu corazón, más allá de lo que tú
pudieras traer a Él.

¿Has estado confiando en reportes de segunda mano sobre la grandeza de


Dios? Por qué no «pruebas y ves (por ti misma) que el SEÑOR es bueno»
(Sal 34:8 parafraseado).

¿Cómo testificarías de la bondad de Dios si alguien te preguntara hoy?

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O CTUBRE 8
Ondea la bandera blanca
«Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
pero con los humildes está la sabiduría» (Pr 11:2).

Querida amiga, si quieres experimentar las bendiciones del quebrantamiento,


si quieres tener un corazón avivado, debes escoger enfrentarte a lo que sea que tu
orgullo te esté diciendo que no hagas.

A medida que comparto este mensaje acerca del quebrantamiento en


conferencias para mujeres a través del país, generalmente pregunto al
concluir, «¿Cuántas de ustedes saben que Dios quiere que tomen un paso de
quebrantamiento, pero hay una batalla dentro de ustedes, y el orgullo las está
deteniendo de dar ese paso?» Invariablemente, muchas manos se levantan en
el auditorio. Les digo lo mismo que te quiero decir a ti: La batalla dentro de ti
cesará en el momento en que ondees la bandera blanca de la rendición y
digas,
«Sí, Señor.»

Mientras más te tardes, más vas a resistir, y más difícil será obedecer a Dios.
No dudes un momento más. No te imaginas el gozo que te espera al otro lado de
la cruz, el poder de Su vida resucitada que será liberada a través de la muerte de
tu yo, y la plenitud que surgirá de tu quebrantamiento.

Pídele a Dios la fuerza que necesitas para dar este primer paso ahora mismo.

-
O CTUBRE 9
Libre de la esclavitud
«Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él:
Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos,
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» ( Jn 8:31-32).

«¡Soy libre! Había perdido la esperanza de esa posibilidad, pero Dios me ha liberado
completamente de años de esclavitud». Esas fueron las palabras de una joven esposa al
comenzar a compartir conmigo lo que Dios había estado haciendo en su vida. Ella me
contó cómo había estado esclavizada a cierto hábito desde que tenía trece años.

«Traté y traté de parar; hice todo lo que sabía hacer, incluyendo estudios bíblicos
y rendir cuentas a una amiga, pero seguía fallando. Finalmente tuve la valentía de
pedirle ayuda a una amiga. Ella me animó a pedirle a Dios que me enseñara cuales
eran las mentiras que yo había estado creyendo. Dios abrió mis ojos y me enseñó dos
áreas mayores donde yo había sido engañada. Cuando vi la verdad, me arrepentí
de creer esas mentiras y le pedí a Dios que tomara de nuevo la tierra que yo le había
permitido a Satanás, tomar por más de diez años».

«Desde ese momento hasta hoy he permanecido completamente libre. Además, Dios
me está dando victoria en otras áreas en que he sido tentada. No puedo comenzar
a expresar el gozo y la libertad que he estado experimentando. ¡La verdad es
increíblemente poderosa!»

¿Cuál es tu historia? ¿Has conocido la libertad del poder de las mentiras de


Satanás o estás deseando ser libre de su esclavitud?

-
O CTUBRE 287
En esto meditad
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay
alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad» (Fil 4:8).

En su maravilloso libro, The Seeking Heart (El Corazón Que Busca), Francis
Fenelon da este sabio consejo: «Lo que realmente necesitas hacer es sentarte en
quietud ante Dios, y tu mente activa y argumentativa pronto será calmada. Dios
puede enseñarte a ver cada situación con una visión clara».

Cuando mi mente está «activa y argumentativa» (¡lo cual pasó durante la


última hora!), mi primera inclinación no es estar calmada y sentarme en quietud
ante el Señor. Sin embargo eso es exactamente lo que necesito hacer.

Filipenses 4:8 nos dice que pensemos en cosas que son virtuosas y de bien.
No es ningún secreto que nuestros pensamientos se revelan en acciones… y en
palabras. Lo que pensamos, al final conducirá lo que decimos y hacemos. ¡Así
que si queremos decir palabras verdaderas, puras, amables, etc., necesitamos
llenar nuestras mentes con ese tipo de pensamientos!

Nuestros pensamientos, y nuestras palabras, serán transformados a medida que


pasamos tiempo sentadas (o de rodillas) en quietud ante el Señor, permitiéndole
que nos enseñe y nos muestre Su punto de vista de las cosas, mientras meditamos
en Su Palabra.

Toma una pausa ahora mismo por el tiempo que puedas y siéntate en quietud
en Su presencia.

-
O CTUBRE
Amargura
«¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás
de mí tu rostro?... ¿Hasta cuándo mi enemigo se enaltecerá sobre mí?» (Sal 13:1-2).

He llegado a creer que, hasta cierto punto, toda amargura es dirigida hacia
Dios. Puede estar encubierta de coraje hacia una persona o hacia un grupo de
personas en particular que nos ha hecho daño, pero en realidad se extiende más
allá por encima de ellos.

Todas parecemos saber intuitivamente que el poder de Dios es lo


suficientemente grande para lidiar con nuestros problemas, si Él quiere. Entonces
cuando las heridas se tornan en amargura, cuando a la falta de perdón se le da
suficiente campo, tiempo y oxígeno para tomar vida por sí misma, la perspectiva
de un Dios poderoso que no parece preocuparse lo suficiente por nosotras para
actuar en nuestra situación, es preocupante para nosotras.

Va en contra de todo lo que se nos ha hecho creer acerca de Su bondad y Su


justicia, todo lo que nos imaginábamos acerca de un Dios imparcial que siempre
arregla las cosas al final.

¿Podemos ser honestas con Dios? Absolutamente.

Pero hay un momento donde nuestras preguntas honestas dirigidas hacia Dios
cruzan la línea y se convierten en una expresión de un corazón orgulloso.

Humildemente pídele al Señor que te muestre cualquier amargura a la que te


estés aferrando.

-
O CTUBRE 1 2
Dos direcciones
«Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre
es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde
de espíritu, para vivificar el corazón de los contritos» (Is 57:15).

De acuerdo a Isaías 57:15, Dios tiene dos «direcciones». La primera no es


sorprendente. Se nos dice que el alto y exaltado Dios del universo vive «para
siempre, en lo alto y santo». Sin embargo, Dios tiene otra «dirección», y yo la
encuentro asombrosa. Él vive con aquellos que tienen un espíritu humilde y
contrito. Generalmente, pensamos en reyes cómodos, en lo alto y poderoso, en
los ricos y exitosos. Pero este Rey escoge morar con aquellos que son contritos y
humillados.

¿A qué tipo de persona se acerca Dios? ¿A quién rescata y liberta? A


aquellos que tienen un espíritu quebrantado y contrito.

El Salmo 51 es una oración sincera y penitente escrita por el rey David


después de que cometió su más grande pecado con Betsabé. Él se dio cuenta de
que no había absolutamente nada que él pudiera hacer para obtener el camino
de regreso al favor de Dios. David entendió que Dios no estaba buscando actos
religiosos o comportamiento devoto. La única ofrenda que Dios realmente quería
era un corazón humilde y contrito.

«Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón


contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás» (Sal 51:17).

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O CTUBRE 1 3
Casa en llamas
«Hay camino que al hombre le parece derecho, pero
al final, es camino de muerte» (Pr 14:12).

Si miro por la ventana a medianoche y me doy cuenta de que la casa de mis


vecinos está en llamas, correría hacia esa casa y haría todo lo posible para obtener
su atención y librarlos del peligro. Si es necesario, gritaría y golpearía en su
puerta. No me preocuparía molestarlos por estarlos despertando a medianoche.
No me preocuparía lastimar sus sentimientos. Su vida está en riesgo.

Esa es la imagen de alguien que está involucrado en pecado y no para. Está


en grave peligro. Y porque esta es una situación desesperada, voy a hacer lo que
tenga que hacer para advertirle acerca del peligro en que está y ayudarlo a salir
de esa casa en llamas antes de que sea demasiado tarde.

Si tú sabes que estás involucrada en pensamientos o comportamientos que


Dios dice que son pecado, entonces te imploro que inmediatamente tomes pasos
drásticos para desenredarte de la situación peligrosa en la que te has metido. La
gracia de Dios te permitirá dar un paso difícil tras otro, superando las emociones,
superando viejos hábitos, superando maneras profundamente arraigadas (falsas)
de pensar. Él te guiará a una manera totalmente nueva de vivir.

¿Conoces a alguien que necesite ser rescatado?

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O CTUBRE 1 4
Un recordatorio escrito
«Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Escribe esto en un libro
para que sirva de memorial, y haz saber a Josué» (Ex 17:14).

Poco después de que el pueblo de Israel fuera liberado de Egipto, fue atacado
por una banda feroz de amalecitas. En el día de la batalla, Josué guió al ejército
israelita para enfrentar al enemigo. Esta era la primera batalla para Josué, y Dios
usó la ocasión para enseñarle a este joven líder ansioso, a confiar en el poder de
Dios y no en su propia fuerza o habilidad natural.

Dios no quería que se le olvidara a Josué que solamente Él tiene el poder


para vencer al enemigo. Así que el Señor le dijo a Moisés, «Escribe esto en un
libro para que sirva de memorial» (Ex. 17:14). Esta es quizás la primera ilustración
bíblica de lo que muchos hoy llaman «escribir en un diario».

No pensarías que habría muchas posibilidades de que se le olvidara a Josué


lo que acababa de pasar, así como cuando Dios se mueve de manera significativa
en nuestras vidas, pensamos que nunca se nos olvidará lo que ha pasado. Pero
Dios quería estar seguro de que, aún cuando fuera anciano con muchas victorias
bajo su cinturón, Josué tendría un récord permanente de esta batalla en
particular, un recordatorio escrito de la verdadera Fuente de su poder.

¿Qué victoria espiritual viene a tu mente que tal vez se te había olvidado?
¡Escríbela!

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O CTUBRE 1 5
¿Felices son los…pobres?
«Bienaventurados los pobres en espíritu» (Mt 5:3).

El primer sermón del ministerio terrenal de Jesús registrado, fue acerca de


cómo experimentar verdadero gozo, cómo ser felices. Él explicó que comienza
al ser pobres. En el mundo de hoy, si se nos pidiera sugerir maneras de ser
bendecidos, estoy segura que no habríamos comenzado particularmente en ese
lugar. Generalmente no pensamos que la pobreza es una bendición. Pero Jesús
vino a introducir una nueva economía, una manera radicalmente diferente de
pensar acerca de la vida.

Jesús pudo haber escogido dos palabras para hablar de alguien que es
«pobre». La primera palabra sugiere a alguien que vive justo bajo de la línea de
la pobreza, alguien que lo logra, pero a duras penas. Esa no es la palabra que Él
escogió. Él usó otra palabra que significa pordiosero, una persona que no tiene
esperanza de sobrevivir a menos que alguien le de la mano y le dé.

¿Qué está diciendo Jesús? Bienaventurados los pordioseros, aquellos que se


dan cuenta de que no tienen ninguna oportunidad de sobrevivir, aparte de la
intervención de la misericordia y la gracia de Dios. Por su necesidad ellos lo
buscan a Él. Y porque ellos lo buscan, Él responde y les concede las riquezas de
Su reino y aviva sus corazones.

Admítelo: Sin Cristo, yo no tendría ninguna posibilidad de sobrevivencia.

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O C T U B R E 16
Reproche sabio
«Como pendiente de oro y adorno de oro fino es el
sabio que reprende al oído atento» (Pr 25:12).

Alguien dijo, «¡La última persona en saber que tiene una rasgadura en su
chaqueta es quien la trae puesta!» ¿Qué tipo de persona serías, si permites que
una amiga dé una charla con un pedazo de perejil en sus dientes? ¿O no le
dirías a una amiga que trae el cierre abierto? Todas necesitamos amigas que nos
amen lo suficiente como para decirnos cuando ven «puntos ciegos» en nuestras
vidas.

Las amigas ayudan a sus amigas, aún cuando eso signifique dar o recibir
consejo piadoso y reproche. A la mayoría de nosotras no nos gusta la idea de ser
reprendidas. Ni tampoco es fácil reprender a los demás. Sin embargo el reproche
de una persona sabia tiene gran valor y debe ser deseado.

De acuerdo a la Escritura, el reproche de una persona sabia es un regalo.


¡Imagínate lo agradecida que estarías si alguien te regalara una bella pieza de
oro costoso, diseñado personalmente para ti! Eso es exactamente lo que hace Dios
cuando humildemente recibimos reproche sabio. Y Él lo hace para los demás
cuando nosotras ofrecemos reproche sabio.

Trágate tu orgullo y pregúntale a una buena amiga, «¿Tengo puntos ciegos?» y


prepárate para recibir su corrección.

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O C T U B R E 17
De guardia sobre tus rodillas
«Estaré en mi puesto de guardia, y sobre la fortaleza me
pondré; velaré para ver lo que Él me dice» (Hab 2:1).

Una joven estaba luchando con la duda, preguntándose acerca de su salvación.


Después de hablar con su mamá de ello, ella trató de dormirse sin ningún éxito.
Ella recuerda haber ido a la habitación de su mamá como a las dos de la mañana.
«Cuando abrí la puerta de su habitación», ella recuerda, «la encontré de rodillas a
un lado de su cama. Yo sabía que estaba hablando con el Padre acerca de mi».

Años después, esta mujer nos llamó para dar tributo a su mamá en la radio.
Ella reportó, «obtuve un conocimiento sólido y seguro de Dios y la confianza de
que yo era Su hija».

La preocupación de una madre que se arrodillaba al lado de su cama a


medianoche, es similar a la del profeta Habacuc, quien tenía la carga del
bienestar espiritual de su pueblo. Habacuc no solo estaba a la expectativa de los
peligros que pudieran amenazar el futuro de su pueblo. Él estaba en su puesto,
velando por Dios. Él estaba esperando escuchar del Único que realmente podía
ayudar.

Mantente en alerta a los peligros espirituales en tu hogar.

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O CTUBRE 1 8
Trucos sutiles
«Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama
el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero» (Ap 12:9).

«Conviértete en un violinista de clase mundial instantáneamente» «¡Cómo


tocar el piano…instantáneamente!» «¡Salud instantánea al toque de un
botón!»
«¡Pierde 10 libras en 10 minutos!»

Nuestra cultura está plagada de engaños. A veces es fácil ver a través de la


exageración, pero otras veces no es tan fácil detectarlo.

Satanás es un comerciante inteligente y astuto que quiso cambiar la forma


de pensar de Adán y Eva acerca de Dios, y así estableció la primera campaña
de publicidad. El objetivo de Satanás fue abrir una brecha entre Dios y Sus
criaturas. Él ciertamente asumió que el hombre y la mujer probablemente no
apoyarían algo que se viera como un total asalto hacia Dios. Él sabía que en su
lugar, él tendría que engañarlos sutilmente, seducirlos haciéndoles una oferta que
pareciera razonable, deseable, y no enteramente «contra Dios».

Satanás engañó a Eva a través de combinaciones inteligentes de mentiras


descaradas, medias verdades, y falsedades disfrazadas de verdad. Él comenzó
plantando semillas de duda en su mente sobre lo que Dios en realidad había
dicho («¿Conque Dios ha dicho…?” Gén. 3:1). No fue mucho después que
Eva compró la mentira.

Pídele a Dios que te revele las mentiras que puedes estar creyendo acerca de Él.

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O CTUBRE 1 9
Conceptos erróneos sobre el quebrantamiento
«Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros» (Stg 4:8).

Creo que una de las razones por las que muchos creyentes tienen temor a
la idea del quebrantamiento, es porque tienen conceptos erróneos de lo que el
quebrantamiento realmente significa; como es cierto de muchas otras áreas,
nuestra idea del quebrantamiento y la idea de Dios del quebrantamiento
usualmente son bastante diferentes.

Algunas personas piensan del quebrantamiento como algo triste o tenebroso.


Asumen que significa tener un semblante abatido. Se imaginan que las personas
quebrantadas nunca se sonríen o se ríen. En realidad el quebrantamiento trae
libertad, y esta produce un sentido profundo de gozo y de paz.

Otros piensan que el quebrantamiento es ser mórbidamente introspectivo:


«¡Oh, pobre de mí! He confesado todo pecado que puedo pensar, pero
seguramente hubo algo que se me escapó. ¡Oh, gusano de mi!» Este tipo de
«confesión» puede llevar a una humildad falsa, en que las personas son rápidas
para entristecerse y no pueden recibir afirmación genuina o aliento. Humildad
falsa e introspección mórbida son, de hecho, lo opuesto al quebrantamiento, en
la medida en que revelan más, una preocupación por uno mismo que por Cristo.

¿Estoy pensando más en mí misma que en lo que Cristo piensa de mí?

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O C T U B R E 20
La verdadera condición de mi corazón
«Todo esto lo hizo mi mano, y así todas estas cosas llegaron a ser –
declara el SEÑOR. Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito
de espíritu, y que tiembla ante mi palabra» (Is 66:2).

El quebrantamiento no es un sentimiento o una emoción. Más bien, requiere


una decisión, una acción de la voluntad. El verdadero quebrantamiento es un
estilo de vida continuo y constante. El verdadero quebrantamiento es un estilo
de vida en el que momento a momento estoy de acuerdo con Dios acerca de
la verdadera condición de mi corazón y de mi vida, no como todos los demás
piensan que es, sino como Él sabe que es.

El quebrantamiento es romper mi propia voluntad, es rendición absoluta


de mi voluntad a la voluntad de Dios. Es decir «¡Sí, Señor!», sin resistir, sin
irritación, sin terquedad, simplemente sometiendo mi «yo» a Su dirección y Su
voluntad para mi vida.

Cuando hablamos de que un caballo es quebrantado, no quiere decir que


alguien físicamente quiebra sus piernas; queremos decir que la voluntad del
caballo fue quebrantada; que ahora es complaciente y sumiso a los deseos de su
jinete. En el mismo sentido, el verdadero quebrantamiento es quebrar mi propia
voluntad, para que la vida y el espíritu del Señor Jesús puedan ser liberados a
través de mí. Es mi respuesta obediente a la convicción de la Palabra de Dios y
Su Espíritu Santo.

¿A qué necesitas decir, «¡Sí, Señor!» hoy?

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O C T U B R E 21
Dios en medio nuestro
«Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho,
y callad. Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR» (Sal 4:4-5).

La Palabra nos advierte contra permitir que el enojo justo, se escale a pecado.
En su lugar, el salmista nos exhorta a meditar en estas cosas, a confiar en el Señor
y a estar calladas. Dios es Dios. Nosotras no.

Esto es, en muchos aspectos, la base de nuestra relación con Él. Más allá de
eso, Él te ama, te aprecia, y está haciendo algo que puede ser difícil de creer, en
medio de cada situación horrenda. Aún si Él lo escribiera por los cielos, en las
nubes y con humo sería difícil de creer.

En su sabiduría y amor inescrutables, Él puede usar aún las circunstancias más


agonizantes que tocan tu vida en este mundo caído para refinarte y purificarte,
para hacerte fructífera, y magnificar Su gracia y Su gloria a través de tu vida. Yo
sé que a veces es difícil de creer. Yo sé que quizás no puedes ver cómo puedes
continuar con este dolor otra semana más, otro día, otra hora.

Pero el enojo hacia Dios viene de, yo creo, tener una vista defectuosa de Él;
que Él está frívolamente ignorándote; que no le importa lo que tú estás pasando.

La verdad es que Él lo está atravesando contigo y por ti.

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O C T U B R E 22
Mejor que respuestas
«Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
es muy elevado, no lo puedo alcanzar» (Sal 139:6).

Un himno antiguo expresa los pensamientos que muchas de nosotras tenemos


acerca de la eternidad. Cantamos, «Lo entenderemos mejor poco a poco».
Cuando lleguemos al cielo, las preguntas que nos dejan perplejas en esta tierra
serán contestadas.

Hay algo de verdad en esa perspectiva, pero mientras algunas de nuestras


preguntas tal vez sean contestadas en el cielo, no sabremos todo de repente. No
es como que Dios va a sacar su computadora y va a poner todas las respuestas
ahí para nosotras. No estoy tan segura de que eso nos vaya a importar mucho,
porque cuando lo veamos a Él como Él es, Él será respuesta suficiente.

Lo mismo es verdad en nuestra vida en esta tierra.

Dios no va a responder todas tus preguntas. Si tú supieras todas las


respuestas, tú serías Dios y no necesitarías a Dios. Dios no va a contestar todas
tus preguntas, pero sí te diré lo que va a hacer: a medida que hagas preguntas
honestas, Él se irá revelando a ti.

Cuando tú veas a Cristo, todas tus preguntas serán contestadas.

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O C T U B R E 23
Él sufre en nuestro sufrimiento
«En todas sus angustias Él fue afligido» (Is 63:9).

Me encanta este versículo en Isaías que tan tiernamente describe el trato de


Dios con el pueblo de Israel (aún cuando estaban segando las consecuencias
de sus propias decisiones pecaminosas), en todo tu sufrimiento, Él sufre.

Él está contigo, allí mismo en medio de él. Ayudándote. Amándote.


Doliéndose contigo. Atrayéndote de nuevo a Él, acercándote más,
haciéndote más dependiente de Su gracia y de Su poder.

A medida que conoces y confías en Su corazón, podrás enfrentar la cruz, de la


manera que Cristo la enfrentó, desde las sombras inquietantes de Getsemaní, y
más aún, a través de las lágrimas: «No mi voluntad, sino la Tuya sea hecha.»

Mira una vez más al corazón de Dios y mira a Alguien que tiene un plan
más profundo y lleno de amor para tu vida de lo que tú puedes descubrir por
ti misma. Puedes estar confiada en que si tú escoges someter tu camino a Él, a
través de esta prueba de fe, Su presencia y Su provisión serán suficientes para ti.
Él usará esta desilusión, este desamor, esta circunstancia indecible para enseñarte,
entrenarte, y para cumplir Sus propósitos eternos para tu vida.

El Señor está contigo en tu dolor.

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O CTUBRE 2 4
Revocación económica
«Que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza.
Humillaos en la presencia del Señor y Él os exaltará» (Stg 4:9-10).

En la economía de Dios, para subir hay que bajar.

Tú y yo nunca nos encontraremos con Dios en avivamiento hasta que primero


nos encontremos con Él en quebrantamiento. Nuestras familias nunca estarán
completas hasta que esposos y esposas, mamás y papás, y los jóvenes, hayan sido
quebrantados. Nuestras iglesias nunca serán los testigos vibrantes que Dios
quiere que sean en el mundo, hasta que sus miembros, pastores y laicos al igual,
hayan experimentando el verdadero quebrantamiento.

Este es un mensaje que hombres y mujeres no están ansiosos por escuchar.


La mayoría de nosotras no entramos a una librería cristiana y decimos, ¿puedes
ayudarme a encontrar un libro acerca de cómo lamentarme? Queremos saber
cómo ser felices y completas, como mejorar nuestra autoestima, cómo sentirnos
mejor con nosotras mismas y con nuestras vidas. Pero la Palabra de Dios dice,
«No, antes de que puedas acercarte a Dios, necesitas encontrar el camino a
la humildad». Nosotras queremos exaltarnos. Él dice, «No, humíllate, y Yo te
exaltaré.»

El camino para arriba es hacia abajo… de rodillas ante Dios.

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O C T U B R E 25
Mantén un registro
«Y Moisés anotó los puntos de partida según sus jornadas, por el mandamiento del
SEÑOR, y estas son sus jornadas, conforme a sus puntos de partida» (Nm 33:2).

Durante los cuarenta años que el pueblo de Israel vagó por el desierto, Moisés
guardó un diario, del trato de Dios con Su pueblo. ¿Por qué? Porque Dios le dijo
que lo hiciera.

Pienso que había por lo menos tres razones por las cuales Dios le dijo a
Moisés que mantuviera este diario: (1) para que los israelitas se acordaran de
lo que habían aprendido del corazón y los caminos de Dios en cada etapa de la
jornada; (2) para que sus hijos pudieran aprender las mismas lecciones; y (3)
para que nosotras, también, pudiéramos aprender de sus experiencias.

De hecho, el Nuevo Testamento hace dos referencias específicas al diario


de Moisés: «Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra
enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las
Escrituras tengamos esperanza» (Ro 15;4). «Estas cosas…fueron escritas como
enseñanza para nosotros» (1 Co 10:11).

A través de los años, he ido escribiendo sobre muchas marcas significativas


en mí caminar con Dios. La mayoría de estas experiencias están centradas en
circunstancias específicas de mi vida, e invariablemente nacieron de la Palabra
de Dios, cuando el Espíritu usa lo que pueda estar leyendo en ese momento para
iluminar mi camino.

Comienza a escribir en la parte de atrás de tu Biblia, una lista de la forma en


que el Señor está dirigiendo tu vida.

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O C T U B R E 26
El corazón es importante
«Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios,
fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. Estas cosas
son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las
manos no contamina al hombre» (Mt 15:19-20).

Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les explicara porque era tan
duro con los fariseos, Jesús señaló que los fariseos eran exigentes acerca de lavarse
las manos antes de comer, para no estar ceremonialmente sucios, pero estaban
ajenos a la corrupción de sus corazones. Una y otra vez, Jesús regresaba a la
cuestión
del corazón. No importaba si habían circuncidado su cuerpo y diezmado todo lo
que tenían, hasta sus hierbas; no importaba si se lavaban sus manos cada vez que
comían y podían citar la ley de principio a fin; no importaba si
escrupulosamente observaban cada día de fiesta, cada día de ayuno, cada día de
reposo; no importaba si los demás los respetaban como creyentes devotos; si sus
corazones no estaban bien, ellos no estaban bien.

Jesús rehusó a dejarse impresionar por las cosas que los hombres estiman
altamente, e insistió en exponer los corazones de la gente, como lo que
realmente importa.

Él miró a los hombres más religiosos de su día a la cara y los confrontó con
el hecho de que ellos estaban obsesionados en tener una buena apariencia y
una buena actuación, mientras que sus corazones estaban vacíos y corruptos.

Pregúntate a ti misma: ¿Con qué estoy impresionada?

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O CTUBRE 2 7
Sin techo – sin paredes
«Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con
los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 Jn 1:7).

En 1 de Juan 1:7, el apóstol explica que nuestra relación con Dios


está inseparablemente ligada a nuestra relación con otros creyentes. El
quebrantamiento en la vida del creyente tiene una dimensión vertical y una
horizontal, tiene dos formas.

Primero, un hombre o una mujer quebrantada camina en honestidad y


humildad transparente ante Dios. Eso es lo que significa «caminar en la luz».
Nuestras vidas están abiertas y expuestas ante los ojos de Aquel que conoce y
ve todo. Caminar en la luz significa que no hay nada entre mi alma y mi
Salvador.

Sin embargo, no es suficiente que nos humillemos y nos quebrantemos ante


Dios. Invariablemente, nuestra relación con Dios se refleja en nuestras relaciones
con los demás. Una persona que se ha quebrantado ante Dios también se
humillará y se quebrantará ante los demás. Un escritor ha comparado nuestras
vidas con una casa con techo y paredes. Para que nuestros corazones sean
avivados, el techo tiene que ser quitado (quebrantamiento hacia Dios) y las
paredes tienen que caerse (quebrantamiento ante el hombre).

¿Hay algo entre mi alma y mi Salvador?

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O C T U B R E 28
Presiona el botón de regreso
«Cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira» (Stg 1:19).

¿Alguna vez has deseado presionar el botón de «regresar» en tu conversación?


Todas hemos dicho cosas que han sido vergonzosas u ofensivas, solo para
después desear podernos editar a nosotras mismas.

El rey Asuero ejerció gran poder con sus palabras. Como el gobernador
autocrático de un imperio mundial, sus mandatos eran rápidamente
obedecidos. Pero, aunque su poder parecía absoluto, una vez un decreto era
hecho, él no podía retractarse.

En Ester capítulo 1, el rey Asuero emitió un decreto muy duro. Él destituyó


a la reina Vasti y declaró que ella nunca podría entrar a su presencia otra vez.
Cuando su ira se aplacó, Él se acordó de su decreto, pero ya no podía retractarse.
Una vez que una ley estaba establecida, nada podía cambiarla.

Quizás nadie está escribiendo tus palabras en un libro de leyes, pero como
quiera hay un sentido en el cual tus palabras no pueden ser anuladas. Mientras
que Dios en Su gracia puede perdonar los pecados de la lengua, es imposible
deshacer todo el daño que causan las palabras, sea en forma de chisme casual o
de un discurso furioso.

Pídele al Señor que ponga un candado en tus labios.

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O C T U B R E 29
Estate callada
«Porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios» (1 Co 2:10).

El libro de Habacuc comienza con preguntas. Cuando Dios finalmente


comienza a hablar, Él no dice, «aquí están todas las respuestas». En lugar de eso,
en Habacuc 1:5, Él dice, «asombraos, admiraos». Él le dice al profeta inquisitivo
que esté preparado para aún más preguntas.

Dios hace lo mismo con Job, quien pasa largas horas cuestionando y
debatiendo con sus amigos. Cuando Dios finalmente aparece, no es con
respuestas. Él le dice a Job, «Yo te preguntaré» ( Job 38:3).

Dios entonces satura a Job con preguntas sobre el poder de Dios y la


maravilla de la creación. Aunque no obtiene respuestas, Job recibe algo mucho
mejor: él conoce a Dios. Después de escuchar las preguntas de Dios, él dice, «He
sabido de ti solo de oídas, pero ahora mis ojos te ven» ( Job 42:5).

Habacuc está pronto a pasar por una experiencia similar. Su mente, llena de
preguntas, va a ser llevada a un camino nuevo de maravillas. En el proceso, él
descubrirá algo mejor que respuestas. Él descubrirá más acerca de Dios.

¿Cómo tus preguntas te han revelado más acerca de Dios?

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O C T U B R E 30
Chequeo
«Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios;
de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro
de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un
corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu» (Ez 36:25-27).

La profesión médica enfatiza la importancia de un chequeo físico regular.


Cualquier persona con un historial familiar de enfermedad del corazón, es
animada a revisar su colesterol. No asumimos que porque nos vemos bien por
fuera, no tenemos de qué preocuparnos. Si nuestro corazón no está funcionando
apropiadamente o hay un bloqueo en nuestras arterias, queremos saberlo
para hacer lo que sea necesario para tratar con la situación. Sabemos que ser
negligentes con la condición física de nuestro corazón podría ser fatal.

¿Deberíamos estar menos preocupadas por la condición espiritual de nuestro


corazón? El hecho es que cuando se trata de cuestiones espirituales, todas
tenemos un historial familiar de «enfermedad del corazón». Debemos estar
dispuestas a permitirle a Él que examine nuestros corazones y diagnostique
aquello que no podemos ver por nosotras mismas.

La buena nueva del evangelio es que el Gran Doctor ha hecho disponible una
cura para nuestros corazones engañados y enfermos. Jesús vino hacer cirugía de
corazón radical, para limpiarnos y transformarnos de adentro para fuera, por el
poder de Su muerte y de Su resurrección.

¿Has tenido un chequeo del corazón últimamente?

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O C T U B R E 31
¿Perdonar a Dios?
«Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor…
os haga aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando Él en
nosotros lo que es agradable delante de Él mediante Jesucristo, a quien
sea la gloria por los siglos de los siglos» (He 13:20-22).

¿Alguna vez has sido victima de tus propias malas decisiones, o tal vez de las
malas decisiones de otros? ¿Pero en lugar de tomar responsabilidad por ellas
o escoger perdonar a aquel que te engañó o maltrató, tu respuesta máxima ha
sido de ira hacia Dios por permitir que estos acontecimientos ocurrieran sin
advertirte, sin sacarte de ahí, sin entrar en la situación y detenerla mientras
todavía había tiempo para evitar el desastre?

Es en este punto que algunos sugerirían la necesidad de «perdonar a Dios».


Como si Él se hubiera equivocado y necesitara perdón. ¿Nosotras? ¿Perdonar a
Dios? Piénsalo. La misma idea está en la orilla de la absoluta blasfemia. Pensar
que tenemos ese tipo de poder sobre el justo, soberano Dios es menospreciar Su
nombre e inflar nuestra importancia.

No, Dios no necesita nuestro perdón. Él nunca es culpable de cometer errores.


De hecho, aquello que puedes pensar que es una injusticia cruel de Su parte
en realidad puede resultar ser lo mejor que te ha ocurrido. Al menos puede ser
transformado para tu bien, para Su gloria, y para el avance de Su reino eterno.

Escoge creer hoy que Dios está obrando todas las cosas para tu bien y
para Su gloria.

-
N O VIEMBRE 1
¿Qué dices tú?
«Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades,
para que el poder de Cristo more en mí» (2 Co 12:9)

El nombre que Noemí usó en el Antiguo Testamento para Dios en su


arranque de ira, comprobó que su amargura era hacia Dios. El Shaddai, «el
Todopoderoso», el Único todo suficiente, acentuó las profundidades de su
desilusión. Claro, ustedes pueden llamarlo todo poderoso, todo suficiente, Jehová,
todos esos nombres altisonantes con que ustedes se han engañado a ustedes
mismos en creer, pero yo no, Él no ha estado a la altura de Su nombre en mi
vida.

Una amiga me contó el otro día sobre una reciente conversación que ella
tuvo con su hermana, quien ha experimentado unas pérdidas significativas, y se
escuchó mucho como Noemí. Aunque es una cristiana profesante, ella siente que
Dios le ha dado la espalda y ha fallado en ser quien ella pensó que Él era; así
que ella está viviendo su propia vida, independiente de Dios, y tomando
decisiones que claramente son contrarias a Su Palabra. Aunque ella no lo
reconoce, su amargura se ha volteado hacia Dios.

¿Y tú? ¿Sientes que Dios no ha estado a la altura de Su nombre en tu vida?


¿Parece como si Él fuera una persona en los sermones y en las lecciones de
la escuela dominical, pero otra persona cuando más lo necesitas? Escúchate a ti
misma. ¿Qué estás diciendo de Él?

¿Qué está comunicando tu vida a los demás acerca de Dios?

-
N O VIEMBRE 2
Beneficios prometidos
«Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría,
tomó de su fruto y comió» (Gn 3:6).

El diablo sedujo a Eva al ofrecerle todo tipo de beneficios si tan solo ella
comía de la fruta prohibida. Le prometió que todo un mundo de conocimiento y
de experiencias se le abriría («tus ojos serán abiertos»). Le aseguró que ella sería
igual a Dios; que ella podría ser su propio dios («serás como Dios»). Finalmente,
él le prometió que ella podría decidir por sí misma lo que era bueno y lo que era
malo («conociendo el bien y el mal»). Dios ya les había dicho a Adán y a Eva lo
que era bueno y lo que era malo. Pero Satanás dijo, en esencia, «tienes derecho a
tu propia opinión acerca de lo que es bueno y de lo que es malo».

Satanás engañó a Eva al hacer que ella tomara su decisión basada en lo que
ella podía ver y en lo que sus emociones y su razón le decían que estaba bien, aún
cuando era contrario a lo que Dios ya le había dicho a la pareja.

Eva mordió la fruta. Pero en lugar de las recompensas prometidas, ella se


encontró a sí misma con una boca llena de gusanos, vergüenza, culpa, temor, y
alejamiento. Ella había sido engañada, se le había mentido.

¿Cuáles de los engaños/beneficios de arriba, todavía usa Satanás para


engañarnos hoy?

-
N O VIEMBRE 3
Ponlo por escrito
«Sólo tú eres el SEÑOR. Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos con todo
su ejército, la tierra y todo lo que en ella hay, los mares y todo lo que en ellos hay.
Tú das vida a todos ellos y el ejército de los cielos se postra ante ti» (Neh 9:6).

En el libro de Nehemías, leemos acerca del gran avivamiento que Dios mandó
a los exiliados que habían regresado a Israel. El avivamiento nació cuando la
congregación se unió para escuchar a Esdras, el sacerdote, leer la Palabra de Dios
en un servicio que duró la mayor parte del día, continuó por otros siete días, y
luego reanudó dos semanas después.

Nehemías 9 y 10 registran una oración larga de confesión corporativa hecha


por los israelitas arrepentidos. La oración concluye con estas palabras: «A causa
de todo esto, nosotros hacemos un pacto fiel por escrito.» Los detalles del pacto
que hicieron ese día, incluyen la promesa de obedecer a Dios en cosas como el
matrimonio, observar el día de reposo, y diezmar. Al escribir y cantar el pacto se
hicieron más responsables por su respuesta a la Palabra que escucharon.

Mi propio diario incluye tales respuestas a la Palabra de Dios. Muchas de esas


respuestas son en forma de oraciones, oraciones de agradecimiento, alabanza,
confesión, arrepentimiento, intercesión, o súplica. ¿Haces esto también?

En lugar de solo pensar o expresar tu comunicación con Dios, escribe tu


oración hoy.

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N O VIEMBRE 4
Recompensa retrasada
«Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no
para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa
de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís» (Col 3:23-24).

Puede ser difícil servir sin reconocimiento. En el libro de Ester, Mardoqueo


descubrió un complot para asesinar al rey Asuero y le informó a la reina
Ester. Ella le advirtió al rey del peligro en el que él estaba, y el complot fue
evitado.

Un registro oficial del evento fue hecho, pero Mardoqueo no recibió ningún
agradecimiento por su pronta acción. Tan frustrante como era que un acto
importante no fuera reconocido, Mardoqueo no se enojó ni se resintió. Él
simplemente continuó sirviendo fielmente en el lugar donde había sido puesto.

Tal vez tú has ido más allá de tu deber sin recibir ningún crédito. Tal vez sirves
diariamente en la oscuridad. La mejor manera de mantener una actitud como
la de Mardoqueo es buscar la gloria de Aquel que ve cada acto hecho en
Su nombre.

Fue parte del plan de Dios darle a Mardoqueo una recompensa terrenal
cinco años después de su servicio al rey. Tú puedes recibir el mismo tipo de
reconocimiento retrasado o continuar en la oscuridad, de todas maneras, el
contentamiento viene de buscar la gloria de Dios.

Sigue trabajando arduamente – tú estás sirviendo a Cristo.

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N O VIEMBRE 5
Segura bajo la autoridad
«Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada
completamente, cayó en transgresión» (1 Ti 2:14).

Por razones que no podemos comprender completamente, Satanás escogió a la


mujer como blanco de su estrategia de engaño. Algunos teólogos creen que había
algo en la manera en que Eva fue creada que la hizo más vulnerable al engaño;
que ella fue inherentemente más «fácil de seducir». Otros sugieren que porque
Dios la había puesto bajo el liderazgo de su esposo, una vez ella saliera fuera de
esa cobertura y protección espiritual, sería más fácilmente engañada.

Independientemente de eso, el punto es que como mujeres caídas, somos


particularmente propensas a ser víctimas del engaño de Satanás. Satanás
deliberadamente se acercó a la mujer y la engañó. Ella entonces guió a su esposo
al pecado, y juntos guiaron a toda la raza humana al pecado. Yo creo que hay algo
significativo acerca de esa progresión, y que hasta este día, hay un sentimiento
único, en el cual Satanás hace de las mujeres el blanco para engañarlas. Esto
es parte de su estrategia. Él sabe que si nosotras como mujeres caemos en su
engaño, vamos a influenciar los hombres a nuestro alrededor a pecar, y nuestras
decisiones pecaminosas harán un patrón para las generaciones posteriores.

Dios promete seguridad a la mujer bajo la autoridad de la Palabra de Dios y


Su orden para el hogar.

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N O VIEMBRE 6
Abre tu corazón
«Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y
la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza…» (Ro 5:3-4).

Job fue un hombre justo; él tenía temor de Dios y vivió una vida irreprochable.
Por razones que solo Dios sabe, Job se convirtió en un actor de un drama
cósmico, protagonizado entre el cielo y el infierno. Cuando él no podía sondear
los propósitos de Dios por el dolor agudísimo que fue forzado a soportar,
y cuando sus supuestos amigos erróneamente asumieron que estaba
siendo castigado por alguna falta de su parte, Job comenzó a revelar un
corazón autosuficiente.

A través de una serie de preguntas que ni Job ni sus amigos podían contestar,
Dios se reveló a Sí mismo de una manera que Job nunca había experimentado.
Dios dio a conocer Su grandeza, Su poder infinito, Su sabiduría superior, Sus
hechos poderosos, y Sus caminos insondables. Cuando Dios terminó, Job
apenas podía respirar.

Job había sido un buen hombre, su estilo de vida era irreprochable y su


sufrimiento no fue directamente causado por su pecado. El sufrimiento, sin
embargo, sirvió para exponer su corazón y sacar a luz un nivel más profundo de
depravación que de otra manera él no habría podido ver. Como resultado de su
encuentro con Dios, Job no solo era un hombre bueno y un hombre religioso;
ahora era un hombre quebrantado.

Permite que Dios haga Su obra en ti.

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N O VIEMBRE 7
Puesta en marcha
«Ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando
le abras la boca hallarás un estatero» – (Mt 17:27).

Pocas personas disfrutan el pensar en impuestos, así que aquel, fue un día
desafiante para Pedro. El discípulo recordó que se esperaba que él y su Maestro,
Jesús, pagaran impuestos en el templo. Mateo 17:26-27 relata cómo Jesús le
dijo a Pedro que saliera en un barco y echara el anzuelo. El primer pescado que
pescara tendría una moneda que sería suficiente para pagar los impuestos por
los dos.

La solución al problema de impuestos de Pedro probablemente se había


puesto en marcha aún antes de que Pedro fuera consciente de ello. Una moneda
de la cantidad correcta cayó en el agua en el tiempo correcto y en el lugar
correcto. Un pez la tragó e hizo su camino a través del mar cerca del anzuelo de
Pedro cuando él lo echó al agua.

El problema de Pedro le enseñó acerca de la habilidad de Dios para dirigir


acontecimientos. Fue una experiencia de aprendizaje que hizo que aún el estrés
de la temporada de impuestos valiera la pena.

Pedro tenía una necesidad, pero descubrió que Dios estaba varios pasos
adelante de él. Más que el dinero para pagar sus impuestos, Pedro recibió una
lección impactante acerca de la soberanía de Dios ese día.

Dios puede estar preparándote para que veas la respuesta que necesitas que
Él ya ha puesto en marcha.

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N O VIEMBRE 8
Un buen reporte
«No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención
de vosotros en mis oraciones» (Ef 1:16).

Aunque pasó hace más de dos décadas, parece como si fuera ayer que fui
injustamente difamada y mi reputación y orgullo fueron heridos. Aunque estaba
devastada en ese tiempo, puedo mirar hacia atrás y ver cómo Dios usó ese
incidente para madurarme en varias áreas. Una lección importante que aprendí,
fue el daño que hacemos cuando damos un «reporte malo» de otra persona.

Ha habido momentos en que yo he presentado una mala imagen de otro


siervo del Señor al repetir información innecesaria. El tener que humillarme y
lidiar con esas cuestiones me ha enseñado a ser más cuidadosa con lo que digo
de los demás.

Si nos acercamos a Dios en humildad, Él nos dará convicción cuando nuestras


palabras no le agradan. Pregúntate, «¿es este un buen reporte acerca de esta
persona? ¿He verificado los hechos? ¿Son mis palabras buenas y necesarias?»

Aquí está una buena prueba para ambos, nuestros pensamientos y nuestras
palabras: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o
algo que merece elogio, en esto meditad.» (Fil 4:8).

¿Qué he dicho recientemente acerca de un hermano o hermana en Cristo que


no debí haber dicho?

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N O VIEMBRE 9
Luz pura
«Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes
de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pe 2:9).

A través de la Escritura, cuando aún los hombres y mujeres más santos


eran confrontados con la santidad asombrosa de Dios, eran movidos al
arrepentimiento profundo y al quebrantamiento delante Él.

A medida que nos acercamos a Dios, nos veremos a nosotras mismas más
claramente, como realmente somos. Mientras nos sigamos comparando con
otros, siempre encontraremos a alguien que nos haga sentir bien sobre lo bien
que nos estamos desempeñando. Pero cuando nos paramos bajo la luz de la
santidad de Dios, nuestras vidas son puestas de relieve. Lo que una vez pudo
haber parecido limpio y puro, de repente se ve sucio y empañado. La luz pura de
Su santidad expone los rincones y grietas, las fisuras y las hendiduras de nuestro
ser más íntimo.

Conocer a Dios, vivir en Su presencia, y estar ocupadas con una visión de Su


santidad, es saber cuán necias y débiles somos aparte de Él y ser quebrantadas de
la obsesión con nosotras mismas.

Lee el último párrafo otra vez y pídele a Dios que impacte tu corazón con
su verdad.

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N O VIEMBRE 10
La estrategia del engaño
«Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza,
porque es mentiroso y el padre de la mentira» ( Jn 8:44).

El engaño era, y todavía es, crucial en la estrategia de Satanás.

A veces, como fue el caso de Eva, Satanás nos engaña directamente. En otras
ocasiones, sin embargo, él usa a otras personas como instrumentos de engaño.
Pablo advierte en Efesios 5:6, «Que nadie os engañe con palabras vanas».
Repetidamente, él desafía al pueblo de Dios a hablar la verdad los unos a los
otros. Cuando no somos honestas las unas con las otras, en realidad hacemos el
trabajo de Satanás, actuando como sus agentes, engañándonos y destruyéndonos
las unas a las otras.

De acuerdo a las Escrituras, podemos ser engañadas aún por líderes


espirituales, aquellos a los que se les ha confiado la responsabilidad de pastorear
el rebaño de Dios y comunicar la verdad a Su pueblo. Tristemente muchos líderes
abusan de su llamado y de sus seguidores cuando fallan en hablar la verdad.
A través del profeta Ezequiel, Dios se dirige a esos líderes que engañan a la
gente: «Por cuanto entristecisteis con mentira el corazón del justo, al cual yo no
entristecí, y esforzasteis las manos del impío, para que no se apartase de su mal
camino, infundiéndole ánimo» (Ez 13:22 RVA).

Rehúsa permitir cualquier indicio o sombra de engaño en tus conversaciones.


Comprométete de todo corazón a hablar la verdad.

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N O VIEMBRE 11
¡Ora por mí!
«Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón
contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás» (Sal 51:17).

Si queremos vivir un estilo de vida de humildad y quebrantamiento, debemos


aprender a vivir con el techo y las paredes de nuestra «casa» abajo. Una manera
práctica de hacer eso, es hacer un hábito el reconocer y verbalizar nuestra
necesidad espiritual de Dios y de los demás.

Vivir «sin techo» hacia Dios, es tener una actitud de corazón que dice,
«no es mi padre, no es mi hermano, no es mi compañero, no son mis hijos,
no es mi compañera de cuarto, no es mi jefe, no es el pastor, ¡soy yo, oh
Señor, en necesidad de oración!» Vivir sin techo hacia Dios significa que ya
no culpo a los demás, sino que asumo la responsabilidad por mi pecado. No
hay quebrantamiento cuando el dedo de la culpa todavía está apuntando a
otra persona; el quebrantamiento significa no tener excusas, no defender, no
racionalizar mi pecado.

Cuando yo reconozco mi necesidad ante Dios, y digo:


Nada traigo en mi mano,
Simplemente a tu cruz me aferro;
Desnudo, vengo a Ti para ser vestido,
Impotente, miro hacia Ti por gracia.
Sucio, vuelo a la fuente;
Lávame, Salvador o muero.

Nada traigo en mi mano, simplemente a Tu cruz me aferro.

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N O VIEMBRE 12
Luz pura
«Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Pe 2:9).

A lo largo de la Escritura, aun aquellos hombres y mujeres más santos, cuando


vieron cara a cara la asombrosa santidad de Dios, fueron movidos a una profunda
contrición y quebrantamiento ante Su presencia.

Entre más nos acercamos a Dios, más claramente nos vemos a nosotras
mismas como verdaderamente somos. Siempre que nos comparemos con otras
personas encontraremos a alguien que nos hará sentir bien con respecto a lo
bien que nos desempeñamos. Pero cuando damos un paso hacia la luz de la
santidad de Dios, hallamos un agudo alivio para nuestras vidas. Lo que una vez
lucía limpio y puro, de repente luce sucio y empañado. La luz pura de Su santidad
expone los rincones y ranuras, las grietas y fisuras de lo más profundo de nuestro
ser.

Conocer a Dios, vivir en Su presencia y ser llenos de una visión de Su


santidad, es conocer qué tan necios y frágiles somos apartados de Él, y ser
quebrantadas por nuestra preocupación por nosotras mismas.

Lee el último párrafo nuevamente y pídele a Dios que impacte tu corazón con
esa verdad.

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N O VIEMBRE 13
Visión de santidad
«Santo, Santo, Santo es el SEÑOR de los ejércitos,
llena está toda la tierra de su gloria» (Is 6:3).

En el primer versículo de Isaías capítulo 6, Isaías se encontró con Dios de


una manera que nunca había experimentado antes. El profeta es asombrado con
una visión de la santidad de Dios, santidad tan intensa que aún las columnas del
templo tuvieron el buen sentido de temblar.

Isaías ya no se veía a sí mismo en contraste con toda la gente depravada a


su alrededor. Ahora él se veía a sí mismo bajo la luz del alto, santo, supremo
Dios del universo. ¿Y cuáles son las primeras palabras que salen de su boca? Ya
no es «Ay de ellos». Ahora es «¡Ay de mí!» Después de su experiencia, Isaías ya
no confiesa los pecados de la nación sino sus propios pecados.

Antes de llegar a este punto, Isaías había sido un buen hombre; era
dotado y entregado a Dios. Pero en el capítulo 6, Isaías llegó a un verdadero
quebrantamiento. De allí en adelante, él ya no operaba por fuerza natural o
superior sino por un sentido intenso de su propia necesidad. Isaías era un hombre
quebrantado.

¿Qué puede compararse a la santidad de Dios? Respuesta: yo no.

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N O VIEMBRE 14
Ve, está bien
«Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros
conforme a sus propios deseos» (2 Ti 4:3).

Entra a casi cualquier librería cristiana, hojea varias revistas cristianas,


sintoniza varios programas de radio religiosos y emisiones de televisión, escucha
a varios profesionales populares cristianos de la salud mental, y encontrarás
respetados «líderes cristianos» que están engañando a sus seguidores. En la
mayoría de los casos, no creo que tengan la intención de engañar a la gente, de
hecho, puede que ellos no se den cuenta de que están engañando. Sin embargo,
eso es exactamente lo que está pasando.

En muchos casos, ellos le sugieren a las personas que no necesitan


arrepentirse. Les prometen la bendición y la gracia de Dios aunque no califiquen
por su desobediencia voluntaria y corazones que no se arrepienten. Sus
enseñanzas ayudan a la gente a justificar:

• Enojo («expresiones sanas de tus verdaderos sentimientos»)


• Egoísmo («tienes que poner límites entre la gente demandante y tú»)
• Irresponsabilidad («eres disfuncional porque has sido
profundamente herida por los demás»)
• Infidelidad («eres libre para divorciarte de tu esposo y casarte con
otra persona; Dios es el Dios de las segundas oportunidades»).

Tristemente, la mayoría de las personas, aún cristianas, se han expuesto sin


pensarlo a tal engaño y no se dan cuenta de que están siendo engañadas.

La próxima vez que estés repasando canales de televisión o revistas


cristianas, busca mensajes engañosos. Nombra la mentira, revela la verdad.

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N O VIEMBRE 15
Un espejo del corazón
«En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti» (Sal 119:1).

Quizás tú, al igual que yo, quieres hablar palabras de ánimo que den vida. La
clave para una lengua transformada es un corazón transformado. Una persona
que es justa ama lo que Dios ama y odia lo que Él odia.

Jesús dijo, «El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es
bueno…porque de la abundancia del corazón habla la boca» (Luc. 6:45). La
verdad es que las palabras que hablamos son el reflejo de nuestros corazones.

Si soy una persona necia, entonces hablaré palabras necias. Si soy una persona
mala, hablaré palabras malas. Pero si soy una mujer piadosa cuyo corazón
está conectado a Jesucristo, entonces hablaré palabras sabias llenas de gracia,
misericordia y verdad. Palabras sabias y amables fluyen de corazones sabios y
amables. Cuando llenamos nuestros corazones con la Palabra de Dios, lo que
fluye de nuestros corazones hacia los demás reflejará a Cristo.

El libro de Proverbios hace más de 100 referencias a la lengua. A medida que


lees Proverbios, circula cada vez que el poder de la lengua es mencionado.

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N O VIEMBRE 16
Escribe lo que has visto
«Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de
mí una gran voz, como sonido de trompeta, que decía: Escribe
en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias» (Ap 1:10-11).

A través de los años, he escrito en mi diario personal cientos y cientos de


páginas de observaciones e ideas que el Espíritu Santo me ha mostrado mientras
leo y medito en la Palabra. El capturar estas ideas nos ayuda a aclarar, entender, y
recordar los caminos de Dios. El proceso de escribirlas profundiza nuestro amor
y apreciación por la verdad de la Palabra de Dios.

Tú dices, ¿Cómo sé qué escribir? Muchos maestros bíblicos sugieren que nos
hagamos tres preguntas básicas cada vez que leamos la Biblia:

• ¿Qué dice? (Haz observaciones acerca del texto)


• ¿Qué quiere decir? (Busca las implicaciones o la interpretación del texto)
• ¿Qué debo hacer? (Haz aplicación práctica del texto)

Cada vez que escribo en mi diario devocional, escribo la fecha y el pasaje que
estoy leyendo. Luego prosigo a responder esas preguntas.

¿Está tu Biblia llena de verdad que has capturado en los márgenes?

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N O VIEMBRE 17
Subraya lo significativo
«Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría
enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales,
cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones» (Col 3:16).

Cuando yo era niña, mis padres nos animaban a subrayar versículos que
encontrábamos especialmente significativos. (¡En una ocasión, me dejé llevar
por la idea, que mi padre tuvo de que subrayara solo los versículos que no eran
particularmente significativos para mí!)

A través de los años, he leído y «marcado» muchas copias diferentes de la


Biblia. Cada una de esas biblias cuenta una historia de mi jornada personal de fe
durante un tiempo específico. Además de subrayar versículos para enfatizarlos,
circulo o pongo paréntesis alrededor de palabras o frases repetidas. También
escribo referencias cruzadas en el margen, y escribo notas acerca del significado
de palabras específicas en el pasaje.

Cuando el Señor usa un versículo para dirigirse a una necesidad específica


en mi vida o dar convicción a mi corazón, a menudo le pongo la fecha (y a veces
la ciudad) donde tuvo lugar ese encuentro personal con el Dios viviente. En los
márgenes a veces escribo respuestas personales cortas, a la verdad, tales como, «sí
Señor», «cambia mi corazón, oh Dios», «haz esto verdadero en mi vida, Señor».

Haz tuyo lo que escribes de la Palabra de Dios cuando marques


lecciones significativas que Dios te está enseñando.

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N O VIEMBRE 326
Un llamado a la gratitud
«Cuando los albañiles terminaron de echar los cimientos del templo
del SEÑOR…cantaban, alabando y dando gracias al SEÑOR:
Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre
Israel. Y todo el pueblo aclamaba a gran voz alabando al SEÑOR
porque se habían echado los cimientos de la casa del SEÑOR» (Esd 3:10-11).

En Octubre 3, 1863, en la cúspide de la Guerra Civil, el Presidente Abraham


Lincoln emitió una proclamación para agradecer, llamando a la nación a observar
un «día de Acción de Gracias y Alabanza », lo que eventualmente llevó a lo que
hoy conocemos como nuestro día nacional de Acción de Gracias.

El documento comenzó haciendo una lista de las múltiples bendiciones


que la nación había experimentado, aún en medio del severo conflicto. Llamó
a los americanos a reconocer la Fuente de esas bendiciones y a responder
colectivamente al Dador en gratitud, arrepentimiento, e intercesión. Aquí está
un pasaje:

Ningún consejo humano ha ideado, ni ninguna mano mortal ha obrado


estas grandes cosas. Son los regalos llenos de gracia del Dios todo poderoso,
quien, mientras trata con nosotros en enojo por nuestros pecados, ha tenido,
sin embargo, misericordia.

Enfrentado a un conflicto intenso, nuestro líder nacional, en 1860, fue lo


suficientemente humilde como para reconocer que nuestra nación necesitaba a
Dios… y necesitaba ser agradecida. Este tipo de corazón no se necesita menos en
nuestra nación hoy de lo que se necesitaba en ese entonces.

El llamado a la gratitud es en todas las esferas de la vida. Ora hoy por


que nazca un espíritu humilde, agradecido y arrepentido en nuestros propios
corazones, y entre nuestros líderes en cada nivel.

Crea tu propia declaración de agradecimiento. No te preocupes por tu


elocuencia, hazlo con sinceridad.

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N O VIEMBRE 327
Acción de gracias
«Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por
el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber
lo que había en tu corazón, si guardáis o no sus mandamientos» (Dt 8:2).

Cada domingo, desde que desembarcó el Mayflower durante los años de su


pequeña colonia, en tiempos de escasez y en tiempos relativamente abundantes,
fue la práctica regular de los primeros peregrinos, el juntarse para orar, dar
gracias, cantar himnos, y escuchar un sermón.

A través de restricciones de medias raciones cuando su cosecha era


insuficiente por los primeros largos inviernos, William Bradford comentó que
estaban aprendiendo por experiencia «la verdad de la palabra en
Deuteronomio 8:3, de que el hombre no solo vive de pan, sino que vive de cada
palabra que procede de la boca del Señor.»

Cuando lentamente los años comenzaron a traer abundancia de cosecha,


en lugar de decirle a Dios que ellos podían continuar por sí mismos, Edward
Winslow escribió, «Teniendo estas muchas señales del favor de Dios y
(aceptación), pensamos que sería una gran ingratitud si secretamente nos
contentáramos con un agradecimiento privado…Por lo tanto, un día solemne
fue designado para ese propósito. Un día en que le regresamos gloria, honor,
y adoración, con toda gratitud a nuestro Dios que trató con tanta gracia con
nosotros…»

¡Que maravilloso ejemplo proveyeron esos primeros peregrinos al escoger


la gratitud en tiempos de abundancia y en tiempos de necesidad!

Piensa en la fidelidad de Dios a través de tu vida, tu familia, y tu iglesia.

Haz una lista de las situaciones desesperadas o épocas en que hayas


sido testigo de Su protección y Su provisión providencial.

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N O VIEMBRE 20
¿Estás dispuesta?
«Revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque DIOS RESISTE A LOS
SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES» (1 Pe. 5:5).

Cuando Dios te pide que rindas algo, aún algo pequeño en tu vida, la cuestión
no es a «qué» estás «renunciando» sino que tan dispuesta estás a renunciar.

Hace años, sentí la convicción de que mis hábitos de televisión se habían


convertido en una barrera en mi comunión con el Señor. Sin embargo, al ignorar
Su convicción, me di cuenta de que había endurecido mi voluntad contra Dios.
Mi corazón ya no era suave, dócil, y sensible a Su dirección. La verdadera
cuestión no era si vería o no la televisión. La cuestión era si iba a caminar en
altivez o en quebrantamiento.

Mira, aunque algunas de nosotras nunca desafiaríamos abiertamente a Dios


con un pecado escandaloso, todo lo que se necesita de mí o de ti para estar en
una posición donde Dios esté forzado a resistirnos, es rehusar a humillarnos y a
ser quebrantadas por Él de una manera «pequeña». Dios siempre resiste al altivo.

¿En cuál asunto «pequeño» puedo humillarme ante Dios?

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N O VIEMBRE 21
¿Quebrada o aplastada?
«Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que Él os exalte a su debido tiempo» (1 Pe 5:6).

Jesús se identificó a sí mismo como la Piedra rechazada de la que se habla en


el Antiguo Testamento: «La piedra que desecharon los edificadores ha venido a
ser la piedra principal del ángulo. Obra del SEÑOR es esto; admirable a nuestros
ojos» (Sal 118:22-23). Él enfatizó la importancia de cómo debemos responder a
Su señorío: «Todo lo que caiga sobre esa piedra será hecho pedazos; y aquel
sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo» (Lc 20:18).

Algunas personas que parecen estar «quebrantadas» no han sido


quebrantadas. Más bien han sido aplastadas por sus circunstancias, por su falta de
disposición para caer voluntariamente sobre la Roca y ser quebrantadas. No esperes
a que Dios te quebrante. Humíllate a ti misma bajo la poderosa mano de Dios.
Cae sobre la Roca, Cristo Jesús, quien fue quebrantado por ti, y cultiva el hábito
de clamar junto con el publicano, «Dios, ten misericordia de mí pecador» y con
David, «Ten misericordia de mí, oh Dios.»

No esperes a que Dios te quebrante.

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N O VIEMBRE 22
Demasiado bueno para ser verdad
«…El árbol era bueno para comer, y… agradable a los ojos,
y… era deseable para alcanzar sabiduría…» (Gn 3:6).

¿Si no se hubiera visto tan atractiva, tú crees que Eva habría caído en la oferta
de Satanás? ¿Si esa fruta hubiera estado llena de gusanos, habría ella considerado
desobedecer a Dios? Claro que no. Lo que hace que las ofertas de Satanás se
vean tan atractivas y tan engañosas es que se ven muy buenas.

Eva no se detuvo para evaluar lo que realmente estaba pasando. Ella no


consideró el precio de lo que estaba por hacer. Si Eva se hubiera imaginado las
consecuencias feas, dolorosas, y mortíferas que su decisión traería a su vida, a su
relación con Dios, a su matrimonio, a sus hijos, a los hijos de sus hijos, y a través
del pecado de su esposo por seguirla a ella, a cada ser humano que viviría, ¿tú
crees que ella habría escuchado la mentira de Satanás y hubiera desobedecido a
Dios? Lo dudo.

Pero nosotras tenemos el mismo problema. Muy pocos cristianos seriamente


consideran las consecuencias de sus decisiones. Simplemente vivimos nuestras
vidas, respondiendo a la gente, a las circunstancias, a las influencias a nuestro
alrededor, comiendo lo que se nos antoja en el momento, adoptando las últimas
modas, abrazando el estilo de vida y las prioridades de nuestras amistades. Se
siente tan bien; parece tan inocente. Pero terminamos enojadas, frustradas,
atrapadas, y abrumadas. Hemos caído en una mentira.

¿Puedes mirar hacia atrás en tu vida y nombrar una mentira por la cual
caíste y que parecía demasiado buena para ser cierta?

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N O VIEMBRE 23
Regocíjate
«Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!» (Fil 4:4).

Habacuc sugiere que la adoración es más que cantar canciones alegres. Para
el profeta, la adoración era el acto que le daba balance. Era el antídoto para la
preocupación que al principio amenazaba su perspectiva.

El profeta había aprendido algunas cosas importantes desde sus primeros


momentos de preocupación en Habacuc 1. Él había aprendido que la devastación
total vendría en un futuro cercano. Sin embargo también había aprendido que el
justo vivirá por la fe.

Fue en fe que él escogió no obsesionarse con las cosas materiales que tenía
en ese momento, ni con la escasez que iba a experimentar. Más bien, él se gozó
en lo único que él nunca perdería, a Dios mismo. Esto lo llevó a cantar:
«Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en la viñas; aunque falte el
producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas
del aprisco, y no haya vacas en los establos, con todo yo me alegraré en el
SEÑOR, me regocijaré en el Dios de mi salvación» (Hab 3:17-18).

Ya sea que estés en una temporada de escasez o de abundancia, tienes razones


para adorar al Señor.

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N O VIEMBRE 24
Tarde o temprano
«Para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA
de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra» (Fil 2:10).

Tarde o temprano todos seremos quebrantados. Podemos escoger ser


quebrantadas o podemos esperar a que Dios aplaste nuestro orgullo. Si resistimos
los medios que Dios provee para llevarnos al quebrantamiento, nosotras no
evitamos el quebrantamiento, hacemos que sea necesario que Dios intensifique y
prolongue el proceso.

Aquellas que rehúsan ser quebrantadas pagarán un precio doloroso: «El


hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no
habrá para él medicina» (Prov. 29:1 RVR).

Por un tiempo podemos tener éxito en resistir la voluntad de Dios: Él puede


permitir que continuemos caminando en el orgullo de nuestros corazones. Pero,
Dios derribará todo lo que se exalta a sí mismo contra Él. Llegará el día en que
cada rodilla se doblará y cada lengua confesará que Jesucristo es el Señor.

¿Cuál es la alternativa? Escoge el camino del

quebrantamiento. Llegará el día en que toda rodilla se doblará.

Hazlo hoy.

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N O VIEMBRE 25
¿Me falló Dios?
«Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio
de nuestro Señor Jesucristo» (1 Co 15:57).

Así fue para la Dr. Helen Roseveare, una misionera médica del Congo durante
los 1950s y los 60s, que batalló con el temor, el desánimo, y sentimientos de
indignidad por años, en medio de la alta tensión de esta región central de África,
donde los ejércitos rebeldes representaban una constante amenaza al trabajo y a
la seguridad de su equipo.

En Agosto de 1964, las preocupaciones se convirtieron realidad; se corrió la


voz de que el jefe local había sido secuestrado y desollado vivo, no solo asesinado
sino comido. Luego llegó la noche en que Helen, junto con otras mujeres
misioneras que todavía no habían huido del país, fueron secuestradas a mano
armada por soldados guerrilleros que tomaron control del complejo hospitalario
por cinco meses. Las mujeres fueron salvajemente golpeadas, humilladas, y
violadas por los soldados rebeldes.

Ella nunca ha olvidado esa primera noche oscura: «Me sentí indeciblemente
sola. Por un corto momento, sentí que Dios me había fallado. Él pudo haber
intervenido y prevenido esta creciente maldad y crueldad. Él me pudo haber
rescatado de sus manos. ¿Por qué no habló? ¿Por qué no intervino?»

Pero en medio de esa terrible experiencia, a medida que ella clamaba al


Señor, ella sintió que Él le decía, «Helen, ¿puedes darme las gracias?» Ella sabía
que Dios no le estaba pidiendo que le diera las gracias por la maldad, pero la
pregunta que vino a su corazón fue: «¿Puedes darme las gracias por confiarte
esta experiencia, aunque nunca te diga por qué?»

El agradecimiento tiene un costo.

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N O VIEMBRE 26

Algo mucho mejor


«Haré una obra en vuestros días que no creeríais si se os contara» (Hab 1:5).

Esta niña fue tomada de su cama y puesta en brazos de extraños. La llevaron


a un lugar donde todo era extraño, desde la comida hasta los acentos. Ella lloró
frecuentemente, deseando poder regresar a su acostumbrada manera de vivir.

Esta es la historia de una bebé, nacida en la República Popular de China


que fue adoptada por una pareja que escucha los programas de Aviva
Nuestros
Corazones. Si ella hubiese podido poner su llanto en palabras, habría rogado que
la regresaran al orfanato al cual ella estaba acostumbrada. Sin embargo, como
estos nuevos padres la amaban, no contestaron su petición como ella quería. Sus
nuevos padres le enseñaron a aceptar algo mucho mejor.

Esta historia provee esperanza para todos los que luchan con oraciones no
contestadas. Tal vez, Dios no está contestando tus oraciones de la manera que
tú quieres porque algo mucho mejor viene en camino.

¿Puedes esperar a que Dios aclare Sus respuestas misteriosas a tus oraciones?

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N O VIEMBRE 27
Una lengua que sana
«Panal de miel son las palabras agradables, dulces
al alma y salud para los huesos» (Pr 16:24).

Si buscas la palabra «sanar» en el diccionario, es probable que encuentres


estas palabras como definición: terapéutico, medicinal, curar. Qué bendición es
experimentar la sanidad física de alguna enfermedad. Una bendición más grande
aún, es cuando Dios nos usa a nosotras como instrumentos de sanidad espiritual
en las vidas de otras mujeres.

Proverbios 15:4a dice, «La lengua apacible (sanadora), es árbol de vida.»


Imagínate un exuberante árbol de tronco rojo o un cornejo al comienzo de la
primavera. Sus ramas están llenas de flores que anuncian que la primavera ha
llegado. Sus raíces escarban profundamente en la tierra, absorbiendo nutrientes
escenciales, y sus hojas son verdes y saludables, llenas de vida.

Dios dice que la lengua puede ser como un árbol de vida. Puede dar palabras
refrescantes y aliento al cansado. Puede proveer apoyo para el ansioso. Puede dar
amabilidad libremente tanto al joven como al viejo.

Que Dios cuide nuestros labios. Que nuestras lenguas ministren gracia, ayuda,
y sanidad a través de palabras de aliento y de bendición.

Considera cómo cada palabra que hables hoy puede ser una medicina
sanadora para aquellos que la reciben.

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N O VIEMBRE 28
Dile sí a Dios
«Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros» (Stg 4:7).

Hace algunos años, comencé a darme cuenta de que la televisión se había


convertido en un obstáculo en mi relación con el Señor. Yo sabía que me iría
mejor en mi caminar con el Señor si apagaba la tele, pero, por alguna razón,
resistí el volverme a Él. Luché con esta situación por meses hasta que finalmente
me rendí. Mi resistencia se basaba en la idea torcida de que estaba renunciando
a algo que yo quería. Pero la increíble libertad y la abundancia que fluyeron de
ese momento de rendición, de renuncia, han sobrepasado cualquier cosa que yo
hubiera podido «perder» con dejar de ver la tele.

Algunas pensarán, ¿Cuál es el problema? ¿Estás tratando de decirme que ya


no puedo ver la tele? No te estoy diciendo lo que puedes hacer o no. Ni estoy
sugiriendo que ver la televisión es inherentemente pecaminoso. Lo que sí estoy
diciendo es que si queremos las bendiciones del quebrantamiento, debemos
obedecer a Dios cuando Él comienza a tratar con nuestros corazones acerca de
algún asunto, sin importar cuál sea ese asunto o qué tan difícil pueda ser para
nuestra carne decirle sí a Dios.

¿Cómo es que Dios está tratando de llamar tu atención?

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N O VIEMBRE 29
Haz lo que dice
«Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores
que se engañan a sí mismos» (Stg 1:22).

Hace algún tiempo, escuché varios mensajes de un gran expositor de la


Palabra. Él comenzaba cada mensaje abriendo la Escritura y explicando lo que
decía y lo que significaba. Luego llegaba a cierto punto en cada mensaje donde
hacía la misma declaración: «Ese es el «qué». Ahora la pregunta es: «¿Y ahora
qué?» Este pastor no estaba satisfecho con que su gente solo supiera qué decía
el pasaje, aunque eso es de mucha importancia; él quería estar seguro de que
también hicieran una aplicación práctica de la verdad a sus vidas.

Dios le dijo a Ezequiel que el problema con Su pueblo era que «se
sientan delante de ti como pueblo mío, oyen tus palabras y no las hacen» (Ez
33:31).

Hebreos 4:2 nos dice: «pero la palabra que ellos (el pueblo de Israel) oyeron,
no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron», eso quiere
decir que no actuaron conforme a lo que oyeron.

El evangelista antiguo Gipsy Smith dijo, «Lo que hace la diferencia no es


cuántas veces has leído la Biblia, sino cuántas veces y qué tan a fondo la Biblia ha
pasado por ti.

A medida que meditas en la Escritura, haz preguntas como, ¿Cómo aplica


esta verdad a mi vida? ¿A la luz de esta verdad, qué cambios necesito hacer en mi
vida?

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N O VIEMBRE 30
Fe en el horno
«Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien,
esto es, para los que son llamados conforme a su propósito» (Ro 8:28).

Fui conmovida por una carta que el Pastor John Piper mandó después de
que le diagnosticaran cáncer de próstata. Incluso alguien bíblicamente sano y
firme como él podría no haber reaccionado a ese tipo de noticia con gracia y
perspectiva piadosa. Pero él sí lo hizo, por supuesto. Y sus palabras inspiraron
mi corazón, como el llamado de Dios a través del vasto espacio de la eternidad,
recordándonos resistir en este tramo temporal de años que llamamos una vida
humana, sabiendo que nuestro Padre en el cielo está haciendo todas las cosas
bien.

Después de compartir el diagnóstico, el Dr. Piper dijo: Esta noticia, por


supuesto que ha sido buena para mí. Lo más peligroso en este mundo es el
pecado de confiar en uno mismo y en el estupor de la mundanalidad. La noticia
del cáncer tiene un efecto maravillosamente fuerte en ambos. Le doy gracias a
Dios por eso. Dios ha diseñado esta prueba para mí bien y para tu bien…así que
estoy orando, Señor, para Tu gran gloria, no permitas que pierda ninguna de las
bendiciones santificadoras que Tú tengas para mí en esta experiencia.

A medida que leí esas palabras, pensé, «¡Este hombre realmente cree lo que
predica! Y lo está viviendo en medio del horno».

Podrías ofrecerle a Dios la prueba en que te encuentras y decir, lo que sea que
Tú tengas para mi, Señor…

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DICIEMBRE 1
Salva por fe solamente
«He aquí el orgulloso: en él, su alma no es recta,
mas el justo por su fe vivirá. (Hab 2:4).

Un joven teólogo fue a Roma a principios del año 1500s. Él visitó la Iglesia
de San Juan, donde había una escalera especial. De acuerdo a la tradición, la
escalera originalmente era del palacio de Pilatos en Jerusalén y después fue
movida a Roma. Se suponía que Jesús había caminado sobre estas escaleras
de camino a Su crucifixión. Los peregrinos subían estas escaleras de rodillas
mientras se golpeaban con látigos y pausando para besar cada pieza de cristal
que representaba las gotas de sangre de Cristo.

El joven teólogo, Martín Lutero, comenzó este ejercicio abrumado con


su propia pecaminosidad. Él había intentado muchas actividades como esta,
tratando de ser libre del sentimiento de culpa que lo perseguía. Lutero dijo: «Yo
odiaba a Dios y estaba enojado con Él». Él estaba tratando de ganarse el favor de
Dios a través de sus «obras justas».

Mientras él subía las escaleras, una frase de Habacuc vino a su mente y no se


iba: «El justo por su fe vivirá.»

Este fue el primer paso de transformación de la vida de Lutero. Él iba a


descubrir lo que significaba estar bien con Dios, no por obras externas, sino a
través de fe en la obra de Cristo en la cruz.

Ninguna obra de piedad será suficiente jamás, los justos viven por su fe en
Cristo solamente.

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DICIEMBRE 2
Creciendo fuerte en un invernadero
«Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y
cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes» (Dt 11:19).

Mis padres fueron cristianos de primera generación. Dios les dio la sabiduría
y la valentía para «criar» a sus hijos en un «invernadero» virtual. Ellos hicieron el
esfuerzo consciente de protegernos de las influencias que pudieran ser dañinas
y de rodearnos con influencias que nutrieran nuestras vidas espiritualmente.

Este enfoque de crianza de los hijos no siempre tenía sentido para nosotros
que éramos niños. Pero cómo le agradezco al Señor hoy que mis padres tuvieron
la valentía de decir, «no vamos a permitir, sabiendo cómo son las cosas, que
nuestros hijos sean influenciados por las mentiras que este mundo promueve».
Ellos honestamente deseban que nosotros creciéramos amando la Palabra y los
caminos de Dios; que nuestros corazones fueran vivificados por la verdad, y que
la abrazáramos por nosotros mismos. Una vez que nos sacaron de ese ambiente
de invernadero al mundo, ellos querían que nosotros continuáramos caminando
en la verdad y que reconociéramos y rechazáramos cualquier cosa que fuera
engañosa e incierta.

¿Qué valores te enseñaron tus padres que has hecho propios?

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DICIEMBRE 3
De escuchar a hacer
«Corro por el camino de tus mandamientos, porque
has ampliado mi modo de pensar» (Sal 119:32
NVI).

Todo lo que leemos en la Palabra de Dios requiere una respuesta. Esa


respuesta puede ser, ejercitar la fe en las promesas o el carácter de Dios,
humillarnos a nosotras mismas y/o reconocer nuestra necesidad. Esta respuesta
puede que requiera que

• Confesemos nuestro pecado


• Nos volvamos de nuestras maneras antiguas de vivir
• Obedezcamos algún mandamiento que hayamos descuidado
• Adoremos y alabemos al Dios que se ha revelado a Sí mismo
• Perdonemos a quien nos haya ofendido
• Busquemos perdón de alguien a quien hayamos ofendido
• Busquemos reconciliar una relación rota
• Demos para satisfacer la necesidad de otra persona
• Compartamos las buenas nuevas de Jesucristo con una amistad o
familiar que no es cristiano
• Clamemos a Dios por una amistad en necesidad

Escribir las respuestas a las que el Espíritu te ha guiado, te ayudará a moverte


de escuchar la Palabra a hacerla. A medida que lees la Escritura y entiendes la
respuesta que el Señor requiere, puede que quieras escribir tu respuesta en forma
de oración expresando tu compromiso a obedecer al Señor. Otro paso útil es el
de compartir con otra creyente lo que Dios ha puesto en tu corazón, y pídele que
te ayude a ser responsable en obedecer al Señor.

¿Qué respuesta está impulsando el Señor en tu corazón en este momento?

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DICIEMBRE 4
Útil en las manos de Dios
«Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de
Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne» (Fil 3:3).

Moisés conocía el poder del quebrantamiento. Después de cuarenta años en


el palacio del cual él fue parte de la corte real, necesitó cuarenta años más en
el desierto para despojarse de sus bienes naturales, dones, contactos, posición,
reputación. Moisés lo perdió todo. Pero después de la zarza ardiente se
levantó un hombre quebrantado, útil en las manos de Dios.

Cuando el pueblo de Israel llegó al Monte Horeb y no encontró agua potable,


Moisés recibió otra lección de quebrantamiento (Ex 17). «Golpea la peña», dijo
Dios, «y saldrá agua de ella.» Todos saben que no sale agua de una peña. Pero
en obediencia, Moisés golpeó la piedra, una imagen de Cristo siendo herido,
quebrantado por nosotras, y agua brotó para saciar la sed de dos millones de
israelitas en el desierto.

Sí, Dios usa a personas quebrantadas, en cierto sentido, el avivamiento no


es nada más que la libertad del Espíritu de Dios fluyendo a través de vidas
quebrantadas.

¿Qué tengo que el Señor no me haya dado? Todo es de Él.

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DICIEMBRE 5
Falta de comunicación
«Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno
de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo» (Fil 2:3).

La tecnología de comunicaciones hace dos afirmaciones


competitivas. Promete ayudarte a esconderte de la gente, y al mismo
tiempo, promete conectarte instantáneamente con otros alrededor del
mundo.

Estos deseos competitivos de privacidad y conexión han existido por


mucho tiempo. El rey Asuero desarrolló un sistema barbárico para obtener estas
dos metas. Cuando él llamaba a alguien, él esperaba una respuesta inmediata.
Cuando alguien venía sin ser llamado, él se reservaba el derecho de matarlos.

En Ester capítulo uno, el rey se enfureció cuando la reina Vasti rehusó acudir
a él cuando fue llamada. El capítulo cuatro nos dice del peligro que la reina
Ester enfrentaba al hacer una cita no programada. En cada uno de estos casos,
el rey demostró una actitud que nos puede tentar al tratar de organizarnos. Es la
suposición de que, «mi tiempo tiene más valor que el tuyo».

Necesitamos mantener un balance entre ayudar a las personas con sus


necesidades y hacer nuestro trabajo. No importa en cuál estemos enfocadas en
este momento, trata a la gente con amabilidad, honor, y respeto.

Las interrupciones pueden contener tus más grandes oportunidades.

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DICIEMBRE 6
Anhelos insatisfechos
«Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía» (Is 26:3).

¿Estás enojada con Dios por un sueño que Él no te ha permitido realizar?


¿Una promoción que se le dio a otra persona que no lo merecía, un revés
financiero que te está forzando a vivir muy por debajo del estándar de vida al
cual estabas acostumbrada?

Tal vez tu enojo con Dios viene de ser soltera en un mundo de casados.
También el no tener hijos puede ser una fuente de enojo contra Dios.

¿Por qué se burla de nosotras de esta manera, en esta área tan vulnerable de
nuestros corazones y vidas? Y aun así, tenemos que aprender a aceptar lo que
recibimos, o no recibimos de Él. Debemos aprender como doblegarnos ante Su
soberanía.

Se reduce a una decisión: Culpar a Dios y estar en contra de Él por su


crueldad caprichosa, quejándonos e insistiendo en hacer nuestra voluntad, o
confiar en que Él sabe lo que está haciendo; que Él está obrando en nosotras para
purificarnos y prepararnos para vidas de mayor servicio y utilidad, y que Él está
empleando uno de Sus maestros más grandes, el tiempo, para poder engrandecer
nuestros corazones y expandir nuestra visión.

¿Qué harás con todo el tiempo que tienes mientras esperas en Dios?

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DICIEMBRE 7
La herramienta de Dios
«La voz del SEÑOR es poderosa… La voz del
SEÑOR rompe los cedros» (Sal 29:4-5).

Dios usa Su Palabra como una herramienta para enseñarnos nuestra necesidad
y para crear oportunidades para escoger el camino del quebrantamiento. El
Espíritu de Dios es el arma que actúa sobre cada palabra para traernos al punto
del quebrantamiento.

La Palabra de Dios tiene el poder de ablandar la tierra endurecida de nuestros


corazones y de romper nuestra vida terca enfocada en nosotras mismas. Dios
dice, «¿No es mi palabra como fuego, y como martillo que despedaza la roca?»
( Jer 23:29). El salmista se quedó asombrado por el poder de Su Palabra: «La voz
del SEÑOR es poderosa…la voz del SEÑOR rompe los cedros» (Sal 29:4-5).
Cada vez que abramos la Palabra de Dios, ya sea en privado o en público, debe
ser con la intención de permitir que la Palabra nos rompa. La misma Palabra
que sirve como martillo para romper también se convierte en un bálsamo para
sanar nuestros corazones y en una luz para guiar nuestros pasos al camino de la
humildad.

Lee la Palabra de Dios hoy con la intención de permitir que te cambie.

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DICIEMBRE 8
Protege tu mente
«Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él
brotan los manantiales de la vida» (Pr 4:23).

Yo soy la mayor de siete hijos, y le doy gracias al Señor por la convicción que
Dios le dio a mis padres de controlar las influencias que se permitían en
nuestro hogar, a medida que crecíamos.

De adulta, todavía encuentro crucial el cuidar mi mente, escoger


cuidadosamente aquello a lo que le permito entrar en mi vida y rechazar
aquello que promueve pensamientos impíos. La manera engañosa de pensar del
mundo viene hacia nosotras a través de varias avenidas: televisión, revistas,
películas, música, amistades, centros comerciales, y catálogos, para solo nombrar
unas cuantas. Una dieta constante de estas influencias mundanas moldeará
nuestro punto de vista sobre lo que es valioso, lo que es hermoso, y lo que es
importante en la vida.

No hay mentiras inofensivas. No podemos exponernos a la manera falsa y


engañosa de pensar y salir ilesas. El primer error de Eva no fue comer de la fruta;
su primer error fue escuchar a la serpiente.

Escuchar consejos o maneras de pensar que no son de acuerdo a la verdad, es


el primer paso para desarrollar malas creencias que terminarán poniéndonos en
esclavitud.

Haz una lista de las influencias que enfrentaste hoy. Evalúa si son de acuerdo
a la verdad.

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DICIEMBRE 9
Mira las aves
«Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o
“¿con qué nos vestiremos?” Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas;
que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero
su reino, y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mt 6:31-33).

El babilonio de la antigüedad pensaba que su fuente de dinero, y por


consiguiente la fuente de su seguridad y provisión, era la fuerza militar que traía
a las naciones bajo el control de su país. Estaba dispuesto a dar cualquier cosa
para mantener esa fuerza. Muchos hoy en día están similarmente sacrificando
su tiempo, energía, e integridad para lo que ellos piensan que es su fuente de
ingresos.

Jesús proveyó una alternativa: Él señaló a las aves.

Las aves no adoran a fuerza hecha por el hombre como los babilonios. No
pasan horas extra en la oficina construyendo sus carreras. Sin embargo Jesús dijo,
«Tu Padre celestial les da de comer.» Si Dios provee para las aves, Él también
cuidará de ti y de mí. Así como Jesús preguntó, «¿No sois vosotros de mucho más
valor que ellas?» (Mt 6:26).

Para todo aquel que hace sacrificios en el altar del dinero, Jesús tiene esta
prescripción: «No os preocupéis… vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de
todas estas cosas» (Mt 6:31-33).

¿No tiene más sentido trabajar para Aquel a quien le pertenecen todas las
cosas, que trabajar en contra de Él para ganar riquezas mundanas que en realidad
no son nuestras?

Tu Padre celestial sabe lo que necesitas.

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DICIEMBRE 1 0
Adoración desde el quebrantamiento
«Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,
y con toda tu mente, y con toda tu fuerza» (Mr 12:30).

Se habla mucho sobre la libertad, el amor, y la adoración, y se está haciendo un


ferviente intento en muchos círculos, para cultivar el amor en el cuerpo de Cristo
y crear experiencias de adoración. Sin embargo, la verdadera libertad, el verdadero
amor y la adoración verdadera, no pueden ser ni fabricados ni diseñados. Parte
del problema es que estamos provocando un cortocircuito en el proceso que Dios
ha establecido para llevarnos a estas cosas.

La verdadera adoración comienza con el quebrantamiento y la humildad por


lo que sea que Dios nos revele en Su Palabra. La pobreza de espíritu y el lamento
por nuestro pecado nos lleva al arrepentimiento genuino, que a su vez conduce al
perdón. El perdón producirá libertad; libertad de culpa y de esclavitud. Cuando
tenemos esa libertad que ha nacido del quebrantamiento, del arrepentimiento,
y del perdón, tendremos una capacidad más grande de amar, una habilidad
sobrenatural para amar a Dios y para amar a aquellos que no son fáciles de
amar, y para adorar. Y por supuesto que el verdadero amor y la adoración nos
llevarán de regreso a un nuevo nivel de quebrantamiento, el cual lleva a un
arrepentimiento más grande y más profundo, a un aumento del perdón, a una
nueva libertad, y a una capacidad aún más grande de amar y de adorar.

El quebrantamiento es el principio de un ciclo que dura toda la vida.

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D I C I E M B R E 11
Escríbelo
«Tendrá (la ley) consigo y la leerá todos los días de su vida, para
que aprenda a temer al SEÑOR su Dios, observando cuidadosamente
todas las palabras de esta ley y estos estatutos» (Dt 17:19).

¿Te acuerdas en la primaria cuando la maestra le pedía a la clase que


copiara una lista del pizarrón o una página de algún libro? Parecía como
trabajo sin sentido en el momento. Pero la maestra sabía que si escribías el
material por ti misma, era más probable que lo entendieras y que recordaras los
conceptos.

Dios sabía cuán propenso era Su pueblo a olvidar lo que Él le había dicho.
Una y otra vez, Él los retaba a «recordarlo a Él», a recordar Su ley, a recordar lo
que Él había hecho por ellos. Escribir la Palabra de Dios era una manera práctica
para ayudarlos a recordar.

Y puede ayudarnos a nosotras a recordar también. Hacer tiempo para escribir


pasajes específicos de la Palabra nos obliga a pensar en lo que estamos leyendo
y a observar los detalles del texto con más cuidado. Hoy a mediodía recibí la
llamada de un amigo que compartió la bendición que ha estado recibiendo al
copiar el Evangelio de Lucas. Uno de mis empleados se ha puesto la meta de
escribir la Biblia entera a mano. Otra amiga copia párrafos de la Biblia en tarjetas
y luego las memoriza y medita en esos pasajes cada mañana mientras corre en su
máquina de correr.

Escoge uno de tus versículos favoritos y escríbelo en algún lugar donde


lo puedas ver todos los días.

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DICIEMBRE 1 2
Sé específica
«Pues uno es esclavo de aquello que le ha vencido» (2 Pe 2:19).

La mayoría de nosotras tenemos áreas en nuestras vidas en las que estamos


en esclavitud porque hemos escuchado, creído, y actuado sobre mentiras.
¿Cómo
podemos movernos hacia la libertad en estos aspectos prácticos de nuestras vidas?

Comienza a identificar tus áreas personales de comportamientos pecaminosos.


Es probable que tú ya sepas cuáles son algunas de ellas. Pero puede haber otras
que no son tan obvias.

¿Hay áreas donde estás en esclavitud física (comer en exceso, un desorden


alimenticio, abuso de alguna substancia)? ¿Estás en esclavitud emocional
(ansiedad, temor, depresión, desórdenes emocionales crónicos), esclavitud sexual
(masturbación, pornografía, lujuria, fornicación, homosexualidad), o esclavitud
financiera (gastando de más, codicia, tacañería)? ¿Están plagándote estos hábitos
pecaminosos (enojo, mentira)? Dios puede traer otras áreas de esclavitud a tu
mente.

Una vez que hayas identificado esas áreas, no trates solamente de eliminarlas.
De hecho, tal vez ya has tratado de lidiar con estos comportamientos, y
has fracasado, y has sido tentada a rendirte. Si quieres deshacerte de bayas
venenosas creciendo en tu propiedad, no es suficiente con que arranques todas
las bayas del arbusto. Crecerán más en su lugar. La única manera de deshacerte
permanentemente de esa fruta venenosa, es arrancando el arbusto de raíz.

Pídele a Dios que te muestre áreas específicas en que no eres libre. ¿Cuáles son
los aspectos de tu vida donde no estás viviendo en libertad como hija de Dios?

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DICIEMBRE 1 3
Un fuego devastador
«Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes
cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!» (Stg 3:5).

En Agosto 24 del 2000, una mujer de 46 años de edad, tiró un fósforo


encendido al piso cuando paró en la carretera para prender un cigarrillo. En
lugar de apagarlo, solo lo vio y se fue del área. Muchos días después, el fuego que
imprudentemente ella comenzó, finalmente fue contenido. Madera con un valor
de más de 40 millones de dólares fue destruida, y más de 100,000 acres de tierra
se quemaron.

Es fácil escuchar esta historia y pensar ¡Cómo se atrevió a dejar ese fósforo
encendido en un bosque seco! Sin embargo, ¿qué tan frecuentemente tiramos
palabras ardientes sin pensar en las consecuencias? Incluso puedes irte
después de decir palabras que hieren profundamente a los demás y te rehúsas
a mirar hacia atrás al enorme daño que causaste.

Si eres como yo, puede que a veces hables sin pensar y no consideres a la
persona que recibe tus palabras. Es especialmente fácil disparar palabras ardientes
cuando te sientes bajo presión. Aunque no tengamos ninguna intención de herir
a los demás, infligimos gran daño. Igual que un bosque quemado, el daño puede
quemar tierra preciosa y costar una fortuna incalculable.

¿Puedes pensar en relaciones que se han chamuscado o quemado por


tus palabras ardientes?

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DICIEMBRE 1 4
Volando por instrumentos solamente
«Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera» (Ef 4:20).

Los pilotos de avión tienen que aprender a leer sus instrumentos, y a confiar
en ellos. Cuando están bajo una tormenta o bajo condiciones desorientadoras;
su sentido de dirección se pierde y puede fácilmente engañarlos e impulsarlos a
tomar decisiones en las que pudieran peligrar sus vidas. En esas situaciones, ellos
tienen que hacer la decisión consciente de confiar en los instrumentos, en lugar
de en sus instintos o en sus sentimientos.

Para los creyentes, la Palabra de Dios es nuestro panel de instrumentos. Va


a haber momentos en nuestras vidas en que en medio de nuestras
«condiciones desorientadoras», nuestros sentimientos nos traicionarán y
contradecirán Su
Palabra, insistiendo en que a Dios no le importa o que Él se ha equivocado. En
ese momento, no debemos atrevemos a depender de nuestros sentimientos, sino
que debemos escoger confiar en que lo que el Instrumento nos dice es verdad.

Nacimos como personas gobernadas por nuestras emociones y sentimientos.


Pero «no fue esta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo» (Ef.
4:20 NVI). Parte de ser transformadas en una nueva creación, es que nuestros
sentimientos ya no reciben acceso completo y entero a nuestro «asiento de
conductor» interno.

¿Confiaré en lo que veo o confiaré los instrumentos?

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DICIEMBRE 1 5
La muerte trae vida
«De cierto, de cierto les digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, se queda solo: pero si muere, lleva mucho fruto» ( Jn 12:24, RVC).

Jesús entendió algo que Sus discípulos no entenderían hasta después de Su


muerte, resurrección, y ascensión al cielo; algo que la Biblia llama un «misterio».
Este misterio es que la muerte trae vida, y que no puede haber vida real si no
estamos dispuestos a morir. Para ayudar a explicar este principio, Jesús usó una
ilustración del mundo de la granja.

Jesús señaló que, «si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo.
Nuestro instinto natural es el de aferrarnos a nuestras propias vidas para
protegernos. Cuando rehusamos despojarnos de esa cáscara externa llamada «yo»,
nadie se nos puede acercar; nadie puede penetrar o entrar a nuestra vida. Así como
el orgullo aleja a Dios, así también el orgullo mantiene a los demás lejos de
nosotras.

Una comunidad cristiana verdadera es algo que algunos creyentes jamás


experimentan, porque requiere que cada individuo suelte al «yo» y derrame su
vida en beneficio de los demás.

¿Se puede acercar la gente a ti?

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D I C I E M B R E 16
Nombra la mentira - inserta la verdad
«No nos metas en tentación, sino líbranos del mal» (Mt 6:13).

Por lo general, las raíces se esconden bajo la superficie, y las mentiras, por su
naturaleza, son engañosas. Necesitamos que el Señor nos ayude a ver que aquello
que hemos estado creyendo no es cierto.

Una vez que identificas las mentiras específicas en que has creído, ¿cuál es el
siguiente paso?

Nombra la mentira y reemplázala por la verdad. Satanás es un enemigo


poderoso. Su arma principal es el engaño. Sus mentiras son poderosas. Pero hay
algo aún más poderoso que las mentiras de Satanás, es la Verdad. Una vez que
identificamos las mentiras que nos han puesto en esclavitud y nos
arrepentimos de creer en esas mentiras, tenemos un arma efectiva para tener
victoria sobre el engaño, el arma de la verdad.

Cada mentira deber ser contrarrestada con la verdad correspondiente. Donde


hemos escuchado, meditado, creído, y actuado en la mentira, debemos
comenzar a escuchar, meditar, creer, y actuar en la verdad. Así es como nos
moveremos de la esclavitud a la libertad, por el poder del Espíritu de Dios. Así
como Jesús lo declaró, es la verdad que «os hará libres» ( Juan 8:32).

Nombra la mentira e inserta la verdad – una por una, tan pronto como el
Señor traiga el engaño a tu mente. ¡La victoria está adelante!

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D I C I E M B R E 17
Viviendo por fe
«El justo vivirá por la fe» (Gá 3:11).

Es imposible sin fe – estas son buenas noticias para cualquiera que


esté luchando por vivir para Dios en su propio poder.

Confiar en ti misma lleva al desánimo y a la condenación. Por otro lado, vivir


por fe trae confianza y paz. El Dios que tiene el poder para salvarte también está
viviendo en ti, listo para ayudarte en cada momento.

El apóstol Pablo dijo que aquellos que han sido justificados por la fe deben
continuar viviendo por fe. Él cita un versículo de Habacuc: «El justo vivirá
por la fe» (Gá 3:11).

No solamente es esto una parte crucial de la carta de Pablo a los Gálatas, sino
que también es un momento crucial en el libro de Habacuc. En solo algunas
palabras vemos cómo el profeta puede tratar con los asuntos que lo habían
dejado perplejo a principios del libro. Por fe él podía pacientemente esperar
justicia. Por fe él pudo soportar la persecución babilónica que se aproximaba.

Así como Habacuc, podemos vivir por fe en medio de circunstancias inciertas


y difíciles. Eso significa que dejamos de confiar en nosotras mismas para cambiar
las cosas y confiamos en el Dios que vive dentro de nosotras, que siempre nos
ayudará a enfrentar lo que sea que venga a nuestro camino.

¿Cómo se ve vivir por fe en tu vida en este momento?

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DICIEMBRE 1 8
Con pluma en mano
«Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay
plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre» (Sal 16:11).

Ten en mente que no es suficiente que solo leamos la Palabra. El objetivo es


que las palabras impresas en la página se queden permanentemente escritas en
nuestros corazones. Dios no quiere que solamente vayamos a Su Palabra, Su
intención es que la Palabra se quede en nosotras.

Así que, ¿cómo hacemos para que la Palabra sea injertada en nuestros
corazones y vidas? Aquí está la clave: ¡Escribe mientras lees!

Sin duda, junto con el Espíritu Santo, la otra gran ayuda en mi vida
devocional personal, ha sido leer la Escritura con papel y pluma en mano, para
poder escribir lo que percibo de la Palabra. A medida que escribo lo que Dios
está hablando a mi corazón a través de Su Palabra, las palabras se levantan de la
página y se llenan de significado y de vida para mí.

Lo emocionante es que este proceso no tiene que ser difícil o complejo y no


requiere un título de posgrado en teología. De hecho, a través de los años he
retado a varias personas jóvenes a leer la Biblia y escribir dos oraciones acerca
de cada capítulo: una oración resumiendo el capítulo y la otra oración
expresando cómo ese capítulo les habló personalmente. Aún este simple método
puede ser enormemente beneficioso.

Prueba este ejercicio de las dos oraciones – ¡te animarás a continuar!

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DICIEMBRE 1 9
Golpeado y quebrantado por mí
«El que ama su vida, la perderá; pero el que aborrece su vida e
n este mundo, la guardará para vida eterna» ( Jn 12:25).

¿Qué les estaba diciendo Jesús a sus discípulos? La única manera de ganar tu
vida es renunciando a ella. La única manera de ganar, es perder. Pensamos que
estamos renunciando a muchas cosas al morir. Pero en realidad, son aquellos que
rehúsan morir los que están renunciando a todo. Cuando escogemos el camino
del quebrantamiento y de la humildad, estamos escogiendo una vida nueva; Su
vida sobrenatural y abundante que fluye en nosotras y a través de nosotras.

Por supuesto que la máxima imagen de este tipo de quebrantamiento es el


mismo Señor Jesús. Él es el que dijo, «Esto es mi cuerpo, que por ustedes es
partido» (1 Co 11:24, RVC).

El profeta Isaías habló del Señor Jesús cuando dijo, «Pero él será herido por
nuestros pecados; ¡molido por nuestras rebeliones!» «Pero al Señor le pareció
bien» (53:5, 10, RVC). Jesús estaba dispuesto a ser molido, a morir, para que a
través de Su muerte, la vida eterna nos fuera dada.

¿Me estoy aferrando a mi vida o la estoy rindiendo a Cristo?

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D I C I E M B R E 20
En el surco
«Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él» (Pr 23:7, RVA).

Cada pecado en nuestras vidas comienza con una mentira. Escuchamos


la mentira; meditamos en ella hasta que la creemos; finalmente actuamos
conforme a ella.

Una semilla es sembrada; se riega y se fertiliza; le salen raíces y produce


fruto, no solo una fruta, sino toda una cosecha, una cosecha de esclavitud,
destrucción, y muerte.

¿Ves cómo pasa? Una vez más, escuchamos la mentira; meditamos en ella
hasta que la creemos; finalmente, actuamos en ella. Rechazamos la verdad
y violamos la Palabra de Dios una vez, en lo que parece ser solo «un asunto
pequeño». Sin embargo, la próxima vez que somos tentadas, encontramos que
es más fácil pecar; y la próxima, es aún más fácil. No solo pecamos una vez;
pecamos una y otra y otra vez, hasta que un «surco» se ha formado en nuestros
corazones, un patrón pecaminoso. Antes de que nos demos cuenta de lo que ha
pasado, estamos en esclavitud. Una fortaleza se ha establecido. Satanás tiró el
anzuelo, lo tomamos, y ahora él nos ha jalado y nos ha hecho su presa.

¿Qué mentira has estado creyendo que puedas pensar que es, solo «un asunto
pequeño»? Pídele a Dios que te muestre lo grande que verdaderamente es.

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D I C I E M B R E 21
Viviendo con las consecuencias
«La lengua apacible es árbol de vida, mas la perversidad
en ella quebranta el espíritu» (Pr 15:4).

Nuestras palabras pueden hacer un enorme daño. Aún una palabra


desconsiderada tiene consecuencias. Es difícil de creer que la misma lengua que
habla palabras que dan vida, también puede hablar palabras que traen destrucción.

Tal vez de niña tú escuchaste palabras destructivas, palabras que nunca has
podido olvidar. Aunque hoy sabes que esas palabras no eran ciertas, todavía te
duelen profundamente.

No podemos controlar las palabras que se nos dicen, pero podemos enfocarnos
en las palabras que decimos a los demás. A veces es fácil decir palabras
imprudentes o destructivas sin pensarlo cuando estás con aquellos que conoces
bien. Pero sé vigilante y no digas palabras desalentadoras o impacientes que
hieran en lugar de sanar.

Muchas veces estamos ciegas a cómo nuestras palabras ofenden. Pídele


al Señor que abra tus ojos a esas maneras en que tus palabras son hirientes
y perjudiciales. Luego pídele sabiduría en el momento de hablar palabras de
bendición y esperanza a aquellos a tu alrededor.

¿Reciben con frecuencia el lado agudo de tu lengua aquellos más cercanos a ti?

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D I C I E M B R E 22
Dios se acerca al quebrantado
«Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes» (Stg 4:6).

Una y otra vez en la Escritura, aprendemos que Dios «resiste al soberbio».


El concepto aquí es que Dios se pone a Sí mismo en «formación de batalla»
contra los soberbios; Él rechaza a los arrogantes; Él los mantiene a distancia.
Dios rechaza a aquellos que son autosuficientes y que se enorgullecen
impíamente de sus logros.

Por otro lado, Él derrama gracia sobre el humilde. Él viene al rescate del
humilde. Como una ambulancia corriendo a la escena en respuesta a la llamada
de ayuda, así Dios corre a la escena cuando Sus hijos se humillan y reconocen
su necesidad. Como Charles Spurgeon nos recuerda, «Aquel que se humilla a sí
mismo bajo la mano de Dios será enriquecido, levantado, sostenido, y consolado
por Aquel que siempre está lleno de gracia. Es un hábito de Jehová el derribar al
soberbio, y levantar al humilde.”

Humíllate a ti misma bajo la mano de Dios de manera privada y personal hoy.

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D I C I E M B R E 23
Cuando la fe se convierte en vista
«Porque por fe andamos, no por vista» (2 Co 5:7).

A medida que vivo más tiempo bajo la providencia de Dios, más fácil me es
confiar en Él, en lo que se refiere a mis anhelos no cumplidos y los misterios sin
resolver de la vida. Más gozosamente puedo amarlo y adorarlo y estar satisfecha
con lo que Él provee. Y más paciente puedo esperar por ese día cuando la fe
se convertirá en vista y todo lo que no tenía sentido en mi marco limitado de
referencia sea aclarado.

De esta manera, las líneas que separan a los cristianos de los no cristianos
comienzan a separarse. No es de extrañar por qué el incrédulo se enoja con Dios
cuando la vida lo maltrata. Su estallido emocional no tiene nada más grande
ni más persuasivo que lo contenga, ningún instrumento objetivo constante del
cual pueda obtener perspectiva ni a quién dirigir su respuesta. Pero por nuestra
redención, al ser perdonadas, somos empoderadas por Su gracia a sumergir
nuestro enojo humano emocional y exaltado, bajo una confianza legítima en los
propósitos amorosos y eternos de Dios para nuestras vidas.

Pídele al Señor que te ayude hoy a caminar por fe y no por vista.

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DICIEMBRE 2 4
Una oración familiar
«Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien» (Sal 139:14).

Martin Rinkart fue un pastor luterano del siglo diecisiete, que sirvió en
Eilenberg durante el apogeo de la Guerra de los Treinta Años. Elienberg era una
ciudad amurallada que pronto se encontró a sí misma invadida por refugiados y
soldados heridos, lo que provocó una ola de enfermedad y pestilencia.

El hogar Rinkart se convirtió en un refugio para los enfermos y desamparados.


Aunque casi no había suficiente para alimentar a su propia familia, Martin,
ministró sin descansar a aquellos a su alrededor. Cuando otros pastores huyeron
por seguridad, Martin se quedó, conduciendo eventualmente más de 4,500
servicios fúnebres ese año. Uno de ellos fue el de su esposa.

Sin embargo en un momento en medio de tales circunstancias desalentadoras,


Martin compuso una oración familiar para decir antes de comer, un himno que
todavía se canta hoy:

Demos gracias a nuestro Dios,


Con corazones, manos y voces,
El que ha hecho cosas maravillosas,
Aquél en quien su mundo se regocija;
Quien desde los brazos de nuestra madre
Nos ha bendecido en nuestro camino
Con incontables dones de amor,
Que aún ahora son nuestros.

¿Cantarás en gratitud por lo que Dios ha hecho en tu vida este año?

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D I C I E M B R E 25
El gozo de dar
«¡Gracias a Dios por su don inefable!» (2 Co 9:15).

Una de mis historias favoritas se trata de un hombre desamparado llamado


Jorge, que vivía en un cuarto rentado en un gimnasio de Chicago y pasaba las
mañanas durmiendo en una silla vieja de metal detrás de una estación de
policía.

Dos oficiales se habían encariñado con Jorge, y a veces, le daban unos cuantos
dólares para ayudarle en su camino, aunque sabían que Billy el griego, dueño de
un restaurante cercano, tenía el hábito de prepararle a Jorge un buen desayuno
caliente, sin cobrarle. Todos los días.

Cuando llegó la Navidad, los oficiales y sus familias invitaron a Jorge a cenar.
Y sacaron varios regalos para que él desenvolviera, como lo hacían los otros
miembros de la familia.

Cuando lo llevaban de regreso al gimnasio, Jorge preguntó si podía pasar


al restaurante primero. La luz estaba prendida y Billy estaba adentro. Y
mientras Jorge salía del carro con sus brazos llenos de cajas que había envuelto
calladamente de nuevo, los oficiales observaron con incredulidad que Jorge
caminó hacia este cocinero y puso cada uno de los regalos los brazos de su
amigo.

¿Has encontrado que el gozo verdadero se encuentra en dar? ¿A quién


puedes bendecir hoy?

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D I C I E M B R E 26
A través de la presión
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame
y conoce mis inquietudes» (Sal 139:23).

¿Alguna vez te has preguntado por qué Dios está permitiendo ciertas
circunstancias difíciles en tu vida?

Tal vez Él quiere exponer nuestra necesidad y llevarnos al final de


nosotras mismas. La circunstancia que Él usa puede ser un trabajo estresante,
un matrimonio difícil, una enfermedad crónica, una crisis financiera, o algún
otro asunto que traiga presión a nuestras vidas. Frente a tal presión, podemos
escoger responder con soberbia, al resistir y resentir la circunstancia, o ceder a la
desesperación. O podemos escoger responder en humildad, sometiéndonos bajo
la mano de Dios y permitiéndole que nos moldee y forme a través de la
presión.

Él también nos da el cuerpo de Cristo. Mientras caminamos en la luz


con nuestros hermanos en la fe, ellos pueden ayudarnos a ver áreas donde
necesitamos ser quebrantadas. «Fieles son las heridas del amigo» (Prov. 27:6),
aunque ese amigo sea un pastor, un padre, un compañero, o una hermana en
Cristo que nos ama lo suficiente como para señalar nuestros puntos espirituales
ciegos.

No te desesperes en tu circunstancia, en lugar de eso, dale a Dios tu atención.

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DICIEMBRE 2 7
La entrada a la vida
«Nadie me quita (mi vida), sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo
autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo» ( Jn 10:18).

Como Jesús entendió los caminos de Dios, Él no resintió ni resistió Su


muerte. Él les recordó a Sus discípulos que ningún hombre tomó Su vida, sino
que Él la dio de su propia voluntad. Cuando llegó el tiempo, en obediencia a la
voluntad de Su Padre, volteó Su rostro hacia el Calvario y fue como un cordero
al matadero. Él sabía que más allá de la cruz había vida eterna. Por esa razón,
la cruz se convirtió en el sitio de Su verdadera glorificación, el lugar donde Él
conquistó la muerte y dio a luz la vida eterna.

Así también cuando tú y yo estamos dispuestas a ser quebrantadas junto con


Él, Su vida abundante es libre para fluir a través de nosotras a los demás. El
quebrantamiento es la entrada a la vida. No es hasta que somos quebrantadas que
podemos comenzar a experimentar el fluir del poder de Su Espíritu en nosotras y
a través de nuestras vidas.

¿Siento el poder de Dios en mí para vivir la vida cristiana?

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D I C I E M B R E 28
La gloria de Dios
«Oh SEÑOR, he oído lo que se dice de ti, y temí» (Hab 3:2).

Una canción popular de adoración le pide a Dios que muestre Su gloria.


¿Cuántas personas se paran entre la congregación, cantando casualmente
estas palabras sin darse cuenta de lo que están pidiendo? Cuando Dios
verdaderamente muestra Su gloria, no es nada casual.

Considera algunos ejemplos de la Escritura. El pueblo de Israel temblaba


mientras la gloria de Dios sacudía una montaña (Ex 19:16). Después de que
Moisés se encontró con Dios, su propio rostro literalmente brilló con la gloria de
Dios (Ex 34:29). El encuentro con Dios dejó a Isaías pronunciando ayes por su
propio pecado y dejó a Ezequiel con su rostro en tierra (Is 6:5; Ez 1:28).

El ver estas respuestas a la gloria de Dios, pone la solicitud de respuestas de


Habacuc en una nueva perspectiva. Si Dios se le hubiera aparecido de repente,
listo para responder a cada pregunta, Habacuc no habría podido escucharlo.
Habría estado rostro en tierra, abrumado por su pecado, sobrecogido con
asombro.

Se da un indicio en la instrucción que Habacuc recibió: a que se maravillara


y fuera asombrado. El profeta sí respondió maravillado. Él describió el poder de
Dios, sacudiendo a las naciones, dividiendo la tierra, derritiendo las montañas.

Tal vez el músico que escribió la canción popular de adoración acerca de ver
la gloria de Dios debió haber agregado algunas líneas. Tal vez debió haber pedido
primero ser asombrado.

¡La próxima vez que cantes una canción de adoración, verdaderamente adora!

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D I C I E M B R E 29
Él sí responde
«Yo te he invocado, oh Dios, porque tú me responderás;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra» (Sal 17:6).

Sabes lo que es navegar a través de un sistema de teléfono automático,


pasando varios minutos concentrándote en instrucciones tales como: «para
preguntas de facturación, presiona el número 1». Después de que hayas
conseguido sobrevivir presionar tanto botón, quizás tengas que esperar por varios
minutos más hasta que puedas hablar con un ser humano.

Piensa en cuántas respuestas estás esperando ahora mismo. ¿Cuánto de tu


correo electrónico está atrapado en el buzón de entrada de una amiga, todavía
sin abrir? ¿Cuántas veces has dejado un mensaje de voz, diciendo, «por favor
llámame», solo para ser ignorada?

Es muy difícil hablar con un representante de servicio al cliente y hasta con


amistades. Considera lo maravilloso que es, que el Dios del universo esté ansioso
por hablar contigo en todo momento. Las fallas de comunicación terrenales
nos deben recordar cuán maravilloso es que Dios esté dispuesto a escuchar y a
responder nuestras oraciones. No tiene un sistema de teléfono automático que te
mantendrá dando vueltas. No tiene un asistente que responde el correo y ejecuta
interferencias. Dios está disponible para ti ahora mismo.

Dios está ansioso de hablar contigo. Llámalo en este mismo momento.

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D I C I E M B R E 30
El poder para sanar
«El corazón del sabio enseña a su boca y añade persuasión a sus labios» (Pr 16:23).

Siéntate y cierra los ojos. Recuerda un momento en el que alguien te haya


dicho palabras que realmente te animaron. Tal vez fue tu mamá o tu papá
que dijo, «¡Creo en ti!» O quizás una buena amiga pronunció esas palabras
de afirmación tan necesarias, «¡No te rindas! Tú puedes». O, posiblemente las
palabras de una maestra era lo único que necesitabas cuando dijo, «¡Tienes un
verdadero talento en esta área!»

Proverbios 16:24 nos dice, «panal de miel son las palabras agradables, dulces
al alma y salud para los huesos.» Observa que no podemos separar el cuerpo
del alma. Palabras dulces pueden ministrar bendición espiritual y física y
también salud.

La miel es un endulzante natural que aumenta la energía. Así mismo, las


palabras de ánimo alientan nuestro espíritu. Estoy tan agradecida por personas
que hablan palabras de afirmación y de sanidad a mi vida. Pero no solo quiero ser
beneficiaria de ánimo, también quiero animar a los demás.

Que podamos hablar palabras que promuevan buena salud, palabras llenas de
gracia, bendición, y esperanza.

Sé intencional con las palabras de afirmación y de sanidad que hables hoy.


Considera qué necesita escuchar tu amiga – ¡luego díselo!

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D I C I E M B R E 31
Reporte de progreso
«Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que
tu aprovechamiento sea evidente a todos» (1 Ti 4:15).

Juntas hemos pensado mucho acerca de la gratitud. Para ayudarte a medir qué
efecto esta experiencia está teniendo en tu vida, llena un pequeño cuestionario
hoy para ver dónde estás creciendo y dónde todavía necesitas trabajar. Trata de
responder estas preguntas francamente en tu diario, no solo un sí o un no, sino
con detalles que apoyen lo que viene a tu mente:

1. ¿A menudo me quejo acerca de mis circunstancias, sintiéndome como que


merezco algo mejor?
2. ¿Los demás me escuchan quejarme y hacer comentarios negativos, más
que decir palabras de gratitud acerca de eventos típicos de la vida
diaria?
3. ¿Me describirían los demás como una persona agradecida?
4. ¿Hay evidencia de que tengo un espíritu agradecido o desagradecido?
5. ¿Qué tan a menudo comienzo mis declaraciones con estas palabras:
«Estoy tan agradecida que. . .»?
6. ¿Muestro más frecuentemente una perspectiva pesimista y negativa o
una positiva, y agradecida?
7. ¿Soy reservada o ansiosa cuando se trata de expresar apreciación por
los demás?
8. Mi más reciente expresión de gratitud fue . . .

Pregúntale a alguien cercano si ve una actitud de gratitud creciendo en ti.

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A través del ministerio de enseñanza de Nancy Leigh DeMoss y sus diferentes alcances, Aviva Nuestros Corazones está lla

Ofreciendo enseñanza bíblica sólida y ánimo para las mujeres a través de...

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una gran variedad de audio y videos.

Transmisión El programa de radio de Aviva Nuestros


Corazones se transmite a través de Radio Transmundial a 160 países
latinoamericanos.

Eventos Conferencias y eventos Mujer Verdadera diseñados para


equipar a las mujeres y esposas de pastores.

Internet AvivaNuestrosCorazones.com, y JovenVerdadera.com,


blogs diarios, y una gran colección de recursos electrónicos para las
mujeres en toda etapa de la vida.

Confiamos que Dios obrará un avivamiento entre los corazones de


todas las mujeres que las lleve a:

• Descubrir y abrazar el diseño de Dios y la misión de Dios para sus vidas.


• Reflejar la hermosura y el corazón de Cristo al mundo que la rodea.
• A pasar de manera intencional las verdades de la Palabra de Dios a
la próxima generación.
• Orar por un derramamiento del Espíritu de Dios en sus familias, en sus
iglesias y en el mundo.

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