Liturgia de Las Horas Laudes

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LITURGÍA DE LAS HORAS PARA

LAS LAUDES SOLEMNES EN LA FIESTA DE


NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA
para ganar Indulgencias Parciales o Plenarias
durante la Solemnidad de Nuestra Señora de la Alegría
Decreto Episcopal No. DEI-05/IMVNSA-COL-2023
Del 19 de Mayo del 2023

IGLESIA MISIONEROS VÉTEROS DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA


INVITATORIO
Mientras se hace una cruz en los labios el Salmista dice:

C/. Señor, abre mis labios.

El pueblo responde:
R/. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona
Adoremos a Cristo, nuestro rey, que ha coronado como
reina a María, su madre.

HIMNO: ORACIÓN A NUESTRAS SEÑORA DE LA ALEGRÍA


El Celebrante recita:

Nuestra Señora de la Alegría


madre de Dios y madre nuestra,
Alegría de los afligidos que sufren
y de los que en ti esperan.

Míranos con ternura maternal


y escucha las suplicas de todos tus hijos que aclamamos por ti.

Alivia nuestros dolores,


da paz a nuestros corazones,
sana nuestros cuerpos enfermos,
danos fuerzas
y alegría en las dificultades.

Ven y acompáñanos en nuestro caminar,


concédenos tu alegría en todo el sendero de la vida
para que siempre podamos ver en el prójimo a tu amado Hijo,
nuestro Señor Jesucristo.

Protege a los que sufren, a los atormentados,


a los perseguidos y desesperados,
da alimento a los hambrientos
y acompáñanos en este caminar hacia la gloria del cielo.
R/. Amén.
SALMODIA
El Salmista introduce el Salmo recitando la antífona, y el pueblo lo repite.

Antífona 1 (Lucas 1, 38)


¡He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra!

Salmo 62, 2-9


El Señor juzga a los hombres conforme a sus obras

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,


mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansias de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario


viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré


y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a las sombras de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

S/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R/. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. R/. Amén.

Todos concluyen el Salmo repitiendo la antífona.

Antífona 1 (Lucas 1, 38)


¡He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra!

Se puede hacer un momento de silencio.


SALMODIA
El Salmista introduce el Cántico recitando la antífona, y el pueblo lo repite.

Antífona 2 (Judit 15, 9)


Tú eres la gloria de Jerusalén;
tú la alegría de Israel;
tú el orgullo de nuestra raza.

Cántico de Daniel 3, 57-88. 56


Toda la creación alabe al Señor

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;


cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;


ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;


astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;


vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;


fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;


témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieve, bendecid al Señor;


noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;


rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,


ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;


cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;


mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;


bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;


siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;


santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,


alabado y glorioso y ensalzadlo, por los siglos.

S/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R/. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. R/. Amén.

Todos concluyen el Cántico repitiendo la antífona.

Antífona 2 (Judit 15, 9)


Tú eres la gloria de Jerusalén;
tú la alegría de Israel;
tú el orgullo de nuestra raza.

Se puede hacer un momento de silencio.

SALMODIA
El Salmista introduce el Cántico recitando la antífona, y el pueblo lo repite.

Antífona 3 (Lucas 1, 43)


¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme?

Salmo 149, 1-9


Exhortación a Israel, para que alabe a Dios

Cantad al Señor un cántico nuevo,


resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria


y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes coa argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada


es un honor para todos sus fieles.

S/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R/. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. R/. Amén.

Todos concluyen el Salmo repitiendo la antífona.

Antífona 3 ( Lucas 1, 43)


¡Alégrate, Virgen María!
Tú llevaste en el seno a Cristo, el Salvador.

Se puede hacer un momento de silencio.

LECTURA BREVE

Enseñanza Catequética del Libro del Profeta Sofonías (3, 14-18).

Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón,
Jerusalén.
El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos.
El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás.
Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva.
Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.»
Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti.
L/. Enseñanza del Señor o bien Palabra de Dios.
R/. A Dios gracias o bien Te alabamos Señor.
RESPONSORIO BREVE

V/. Mi corazón se alegra en el Señor


R/. Mi corazón se alegra en el Señor
V/. En Dios me siento yo fuerte y seguro
R/. se alegra en el Señor.
V/. Ya puedo responder a mis contrarios,
R/. se alegra en el Señor.

V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R/. Mi corazón se alegra en el Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona (Lucas 1, 45).


¡Feliz la que ha creído que se cumplirían
las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»

Cántico de Zacarías (Lucas 1, 68-79)


El Celebrante hace la Señal de la Cruz y todos lo siguen.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,


porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos


y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,


arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,


porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz

S/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R/. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. R/. Amén.

Antífona (Lucas 1, 45).


¡Feliz la que ha creído que se cumplirían
las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»

ORACIÓN DE LOS FIELES

C/. Presentemos nuestras necesidades a María, Nuestra Señora de la Alegría, que


intercede ante su amado hijo, Jesús. Diciendo:
C/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

Todos repiten.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por Monseñor N… Protojerarca de la Iglesia Misioneros Véteros de Nuestra


Señora de la Alegría y el Papa N… Obispo de Roma, para que cubierto por la
sombra del Espíritu Santo de Dios como María, guíe con rectitud de corazón a la
Iglesia. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por los misioneros que comparten el sacerdocio ministerial de Cristo, salgan con
alegría a ejemplo de María, al servicio del necesitado y vulnerable. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por los misioneros laicos y damas sinodales para que a ejemplo de María
aceptemos la voluntad de Dios y respondamos ¡He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra! Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por las mujeres: embarazas o que han abortado de forma artificial o natural,
abandonado, adoptado, vendido, secuestrado, violado y explotado laboral o
sexualmente a sus hijos e hijas para que a ejemplo de Isabel, “la que llamaban
estéril”, sientan la alegría en sus corazones, salgan al encuentro de María y
pregunten: ¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme? Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por los niños: en el vientre materno, los nacidos y no nacidos, los abandonados,
huérfanos, adoptados, encarcelados, violados, secuestrados, migrantes o
desplazados, militares, trabajadores, analfabetas, de la calle, sicarios, delincuentes,
drogadictos para que a ejemplo de Juan, el Bautista, reconozcan a María y al
escuchar su saludo salten de gozo. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por las vocaciones sacerdotales, religiosas, misioneras, laicales y damas


sinodales para que a ejemplo de María el ángel de Dios les responda: “El Espíritu
Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por los enfermos del cuerpo y el espíritu para que a ejemplo de Isabel,
proclamemos las obras hechas en María, diciendo: ¡Feliz la que ha creído que se
cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

L/. Por los difuntos de nuestra Iglesia, especialmente, por Monseñor Gonzalo
Jaramillo Hoyos y Monseñor Jaime Solorzano Laverde, Protojerarca de la Iglesia
Misioneros Véteros de Nuestra Señora de la Alegría. Presbíteros, Diáconos,
Seminaristas, Laicos, Damas sinodales y bienhechores para que a ejemplo de
María, proclamen: “Su misericordia alcanza de generación en generación a los que
le temen”. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.

Los presentes pueden añadir alguna petición personal o comunitaria.

C/. Escucha nuestras suplicas Señor que te hemos dirigido y aquellas que quedan
en nuestro corazones para que sean cumplidas según tu voluntad. Por Jesucristo
nuestro Señor. R/. Amén.

C/. Jesús, el hijo María, Nuestra Señora de la Alegría, nos enseñó a orar al Padre
diciendo:

Padre nuestro que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
R/. Amén.

C/. Oremos a María, la Madre del Hijo de Dios, para que nos coloque en la
cuenca de sus manos y en el doblez de su manto, diciendo:

Dios te salve, María,


llena eres de gracia; el Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres


y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,


ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

R/. Amén.

ORACIÓN DE CONCLUCIÓN

C/. Alabado sea Jesucristo que está con nosotros.


R/. Alabado sea por siempre.

Señor, Dios nuestro, que nos has dado como madre de tú Hijo, Jesús,
a María, Nuestra Señora de la Alegría,
concédenos tú gracia,
envíanos y cúbrenos con la sombra de tú Espíritu Santo,
para salir al servicio del hermano con alegría,
y alcancemos ser reconocidos de generación en generación como
los benditos y bienaventurados que hemos creído en tu palabra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. R/. Amén.

ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

Padre Dios Todopoderoso, tu mies es grande


y pocos los operarios para cosecharla.
Te pedimos en nombre de tu Hijo Jesucristo,
y animados por el Espíritu Santo,
que suscites en nuestra Iglesia Misioneros Véteros
de Nuestra Señora de la Alegría, Sacerdotes,
Religiosas y Religiosos,
Laicas y Laicos
comprometidos a ser fieles discípulos, activos apóstoles
y coherentes testigos que piensen,
hablen y actúen a ejemplo de Jesús, el Maestro.
Que todos unidos compartamos tiempo,
talento y tesoros para asumir con entusiasmo y esperanza
la gran MISIÓN CONTINENTAL.
Fortalécenos para construir:
una Iglesia, una casa, una escuela,
un taller de comunión y solidaridad que anuncie;
celebre y haga presente tu reino:
de vida, de libertad, de amor, de justicia
y de paz en todo el territorio (se menciona el país).
Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

CONCLUSIÓN
El celebrante se hace la señal de la cruz mientras dice:

C/. El Señor nos bendiga,


nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

ORACIÓN MISIONERA VÉTERO

Señor, somos Misioneros Véteros,


tu granito de mostaza,
la pequeñez de Santa Teresita de Jesús,
la predicación de la humildad de San Francisco de Asís,
somos una fuerza débil perdida en el universo,
pero poderosa en Ti, Señor.

Tú eres nuestra grandeza,


Tú eres la energía a nuestra debilidad;
haznos crecer en tu amor, haznos santos
y ayúdanos a iluminarnos para ayudar a los pobres
y bendecir a los que nos persiguen.

Danos alegría en nuestras enfermedades,


comprensión ante el fracaso
y un corazón tan grande
que aún a nuestros enemigos los llevemos en Él.
Por Cristo Nuestro Señor.

R/. Amén.

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