Liturgia de Las Horas Laudes
Liturgia de Las Horas Laudes
Liturgia de Las Horas Laudes
El pueblo responde:
R/. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona
Adoremos a Cristo, nuestro rey, que ha coronado como
reina a María, su madre.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a las sombras de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
SALMODIA
El Salmista introduce el Cántico recitando la antífona, y el pueblo lo repite.
LECTURA BREVE
Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón,
Jerusalén.
El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos.
El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás.
Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva.
Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.»
Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti.
L/. Enseñanza del Señor o bien Palabra de Dios.
R/. A Dios gracias o bien Te alabamos Señor.
RESPONSORIO BREVE
CÁNTICO EVANGÉLICO
Todos repiten.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por los misioneros que comparten el sacerdocio ministerial de Cristo, salgan con
alegría a ejemplo de María, al servicio del necesitado y vulnerable. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por los misioneros laicos y damas sinodales para que a ejemplo de María
aceptemos la voluntad de Dios y respondamos ¡He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra! Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por las mujeres: embarazas o que han abortado de forma artificial o natural,
abandonado, adoptado, vendido, secuestrado, violado y explotado laboral o
sexualmente a sus hijos e hijas para que a ejemplo de Isabel, “la que llamaban
estéril”, sientan la alegría en sus corazones, salgan al encuentro de María y
pregunten: ¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme? Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por los niños: en el vientre materno, los nacidos y no nacidos, los abandonados,
huérfanos, adoptados, encarcelados, violados, secuestrados, migrantes o
desplazados, militares, trabajadores, analfabetas, de la calle, sicarios, delincuentes,
drogadictos para que a ejemplo de Juan, el Bautista, reconozcan a María y al
escuchar su saludo salten de gozo. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por los enfermos del cuerpo y el espíritu para que a ejemplo de Isabel,
proclamemos las obras hechas en María, diciendo: ¡Feliz la que ha creído que se
cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
L/. Por los difuntos de nuestra Iglesia, especialmente, por Monseñor Gonzalo
Jaramillo Hoyos y Monseñor Jaime Solorzano Laverde, Protojerarca de la Iglesia
Misioneros Véteros de Nuestra Señora de la Alegría. Presbíteros, Diáconos,
Seminaristas, Laicos, Damas sinodales y bienhechores para que a ejemplo de
María, proclamen: “Su misericordia alcanza de generación en generación a los que
le temen”. Oremos.
R/. Desciende tu gracia en nosotros y haznos partícipes de tu alegría.
C/. Escucha nuestras suplicas Señor que te hemos dirigido y aquellas que quedan
en nuestro corazones para que sean cumplidas según tu voluntad. Por Jesucristo
nuestro Señor. R/. Amén.
C/. Jesús, el hijo María, Nuestra Señora de la Alegría, nos enseñó a orar al Padre
diciendo:
C/. Oremos a María, la Madre del Hijo de Dios, para que nos coloque en la
cuenca de sus manos y en el doblez de su manto, diciendo:
R/. Amén.
ORACIÓN DE CONCLUCIÓN
Señor, Dios nuestro, que nos has dado como madre de tú Hijo, Jesús,
a María, Nuestra Señora de la Alegría,
concédenos tú gracia,
envíanos y cúbrenos con la sombra de tú Espíritu Santo,
para salir al servicio del hermano con alegría,
y alcancemos ser reconocidos de generación en generación como
los benditos y bienaventurados que hemos creído en tu palabra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. R/. Amén.
CONCLUSIÓN
El celebrante se hace la señal de la cruz mientras dice:
R/. Amén.