Recurso G.girardi 1

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MATERIA : Recurso Protección.

PROCEDIMIENTO : Especial
RECURRENTE : Guido Girardi Lavín
RUN : 8.462.985-5
DOMICILIO : Morandé 441, Santiago.
RECURRENTE : Adriana Blanca Cristina Muñoz D'Albora
RUN : 6.025.646-2
DOMICILIO : Morandé 441, Santiago.
RECURRENTE : Ximena Loreto Órdenes Neira
RUN : 9.932.057-5
DOMICILIO : Morandé 441, Santiago.
RECURRENTE : Rabindranath Quinteros Lara
RUN : 4.423.698-2
DOMICILIO : Morandé 441, Santiago.
RECURRIDO : Pablo Ignacio Herman Herrera
DOMICILIO : Arturo Prat 350, La Serena.

EN LO PRINCIPAL: Protección por afectación al medio ambiente, y amenaza y


perturbación a la vida, a la integridad física y psíquica, y a la igual protección de la ley; EN
EL PRIMER OTROSÍ: Orden de no Innovar; EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Acompaña
documentos.

Ilustrísima Corte de Apelaciones de La Serena

GUIDO GIRARDI LAVIN, chileno, casado, médico cirujano de profesión y Honorable


Senador de la República, cédula nacional de identidad número 8.462.985-5; ADRIANA
BLANCA CRISTINA MUÑOZ D'ALBORA, chilena, divorciada, socióloga de profesión
y Honorable Senadora de la República, cédula nacional de identidad número 6.025.646-2;
XIMENA LORETO ÓRDENES NEIRA, chilena, soltera, socióloga de profesión y
Honorable Senadora de la República, cédula nacional de identidad número 9.932.057-5; y
RABINDRANATH QUINTEROS LARA, chileno, casado, cirujano dentista de profesión
y Honorable Senador de la República, cédula nacional de identidad número 4.423.698-2,
todos domiciliados para estos efectos, en calle Morandé 441, comuna y ciudad de Santiago,
a US Ilma. decimos:
Que, estando dentro de plazo legal, venimos en presentar acción de protección en
contra de la Resolución N° 161, de fecha 24 de agosto de 2021, de la Comisión de Evaluación
Ambiental de Coquimbo, (en adelante indistintamente la comisión o COEVA), la que se
encuentra representada por don PABLO IGNACIO HERMAN HERRERA, Arquitecto,
Delegado Presidencial de la región de Coquimbo, cédula nacional de identidad 15.379.584-
3, domiciliado en Arturo Prat 350, La Serena. Esto, por los fundamentos de hecho y razones
de derecho que a continuación se exponen:

I.- Del Acto Impugnado, la Resolución N°161/2021.


El acto que se impugna es la resolución exenta N° 161, de fecha de 24 de agosto de
2021, suscrito por Pablo Herman Herrera, Delegado Presidencial Regional de Coquimbo, en
su calidad de Presidente de la Comisión de Evaluación Ambiental de dicha región (en
adelante, indistintamente la RCA 161/2021).
Este acto ha nacido viciado a la luz del Derecho, por al menos dos razones:
Primero, al emanar de una autoridad que actuó fuera del ámbito de su competencia, toda vez
que al momento de dictarse y aún en la actualidad, existen controversias pendientes en
conocimiento de los tribunales superiores de justicia que delimitan el marco competencial en
que se podía pronunciar dicho órgano. Razón por la cual tal acción transgrede un deber de
abstención que vulnera el principio del debido proceso, constituyendo una perturbación del
derecho a la igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos establecido en el artículo
19n°3 de la Constitución Política de la República, así como de la igualdad ante la ley
establecido en el artículo 19n°2.
En segundo lugar, por carecer de los elementos necesarios para pronunciarse fundadamente
sobre la materia llamada a resolver, a saber, la existencia o no de impactos significativos
sobre el medio ambiente, a consecuencia del desarrollo del proyecto Dominga, y la
procedencia de acciones por parte de su titular destinados a contrarrestarlos. Acto, que
constituye una perturbación al precitado precepto legal y con ello, una afectación al derecho
a vivir en un medio ambiente libre de contaminación y una perturbación del derecho a la vida
e integridad psíquica, de los habitantes de la localidad en que se emplazará el proyecto y de
los suscriptores de este libelo, de acuerdo a lo dispuesto en los numerales 1° y 8° del artículo
n° 19 de la carta fundamental, respectivamente.
En ese orden de ideas, con fecha 11 de agosto de 2011, en sesión extraordinaria
N°2/2021, la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Coquimbo, procedió a
calificar el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Dominga, de la empresa Andes Iron
S.p.A.
En esta oportunidad once de los doce integrantes de la comisión votaron de manera
arbitraria e ilegal, a favor de la aprobación del proyecto con condiciones, sin contar con la
información necesaria y suficiente, para descartar la existencia de Impactos Ambientales
Significativos, ni de que el titular del proyecto haya tomado las medidas de mitigación,
reparación o compensación para hacerse cargo de tales afectaciones al medio ambiente.
Aún peor, la decisión fue tomada a sabiendas que la línea de base del proyecto se
encontraba desactualizada, contraviniendo todo razonamiento preventivo y precautorio que
fundamenta el procedimiento ambiental, y faltando a las normas que gobiernan la razón y la
lógica, al desconocer informes de público conocimiento, que advertían el cambio de
condiciones con que se evaluaron los impactos sobre el medio marino.
A lo que, como se mostrará en los capítulos siguientes, se suma el reconocimiento
expreso del miembro disidente, de que dicho proyecto no había evaluado impactos sinérgicos
sobre los ecosistemas marinos de la región, producto de la existencia de otros tres puertos,
soslayando con ello, las observaciones de los técnicos que advirtieron de la insuficiencia del
Estudio de Impacto Ambiental. Razón suficiente para rechazarlo.

II.- Antecedentes.
Antes de proseguir con el desarrollo de los argumentos jurídicos que sostienen la
ilegalidad de la resolución impugnada conviene contextualizar la situación de la región al
momento de emitirlas:
i.- La Evaluación Ambiental del Proyecto.
a. Generalidades.
El “Proyecto Minero Portuario Dominga” o “Dominga” ingresó por Estudio de
Impacto Ambiental, por primera vez el 13 de septiembre de 2013. Como su nombre describe
se trata de un mega puerto destinado al embarque de productos mineros, que se emplazará en
la Comuna de La Higuera, Región de Coquimbo. Su titular, como ya se dijo, es Andes Iron
S.p.A., empresa minera cuya propiedad pertenece a la familia Delano Méndez
mayoritariamente (75%), y en una menor proporción a la familia Garcés Silva (14%) y los
ejecutivos de la compañía en lo restante (11%).
Este proyecto contempla la inversión de 2.500 millones de dólares, con una vida útil
de sólo 22 años, pero afectando casi 10.400 hectáreas de la región.
En él se contemplan tres fases extractivas de mineral de hierro y cobre como
subproducto, para la exportación de pulpas desde el mega puerto ubicado a unos kilómetros
de la Reserva marina Pingüinos de Humboldt.
El proyecto incorpora tres fases de extracción, transporte y embarque de los
comodities. En la primera denominado Sector Dominga, se contempla la explotación de dos
rajos abiertos, la instalación de plantas de proceso para la generación de subproductos
minerales, un depósito de lastres y uno de relaves pesados. La segunda, asociada al sector
Lineal, considera la construcción y operación de dos acueductos para el traslado y
recirculación de agua desalada, para el transporte de concentrado, el levantamiento de un
camino de servicio y una línea de transmisión eléctrica de 66kV. Finalmente, en el Sector
Totoralillo, se emplazará el cuestionado puerto que considera infraestructura asociada al
sistema de espesado, filtrado, almacenamiento y embarque de concentrado de hierro, así
como las obras para la captación, desalinización, impulsión de agua al sector Dominga y
descarga de salmuera al mar. Desde ya, se puede observar que el proyecto no discurre sobre
la fase de transporte del mineral por el medio marino.
En el Estudio de Impacto Ambiental, se estimó que, en conjunto, estos tres sectores
considerados generarán los impactos definidos en 8 literales del artículo 10 de la Ley 19.300,
calificados como “significativos” y por más de 15 tipologías especificas señaladas en el DS
40/2013 (RSEIA).
1. “i4.- Proyecto de desarrollo minero sobre 5000 tons/mens.
2. a5-Acueductosx
3. b1-Líneas de transmisión eléctrica de alto voltaje
4. b2-Subestaciones
5. f4-Terminales marítimos
6. j3-Ductos mineros
7. k1-Instalaciones fabriles sobre 2000 KVA
8. o1-Sistemas de alcantarillado de aguas servidas, que atiendan a una población igual
o mayor a 2500 habitantes
9. o3-Sistemas de agua potable que comprendan obras que capten y conduzcan agua
desde el lugar de captación hasta su entrega en el inmueble del usuario
10. o4-Plantas de tratamiento de aguas de origen domiciliario que atiendan a una
población igual o mayor a 2500 habitantes
11. o5-Plantas de tratamiento y/o disposición de residuos sólidos de origen domiciliario,
rellenos sanitarios y estaciones de transferencia que atiendan a una población igual o
mayor a 5000 habitantes
12. o6-Emisarios submarinos
13. o8-Sistemas de tratamiento y/o disposición de residuos industriales sólidos
14. ñ1-Producción, almacenamiento, disposición o reutilización o transporte por medios
terrestres de sustancias tóxicas, (sustancias señaladas en la Clase 6,1 de la NCh. 382,
Of. 89)
15. ñ3-Producción, almacenamiento, disposición o reutilización o trasporte por medios
terrestres de sustancias explosivas, (sustancias señaladas en la Clase 1.1 de la NCh.
382, Of. 89)
16. ñ4-Producción, almacenamiento, disposición o reutilización o transporte por medios
terrestres de sustancias inflamables, (sustancias señaladas en las clases 3 y 4 de la
NCh. 2120/Of. 89)
17. ñ5-Producción, almacenamiento, disposición o reutilización o transporte por medios
terrestres, de sustancias corrosivas o reactivas, que se realicen con una periodicidad
mensual o mayor, en una cantidad igual o superior a 120000 Kg/día”
Además de presentar todos los efectos, características o circunstancias del artículo 11 de
la ley 19.300:
“a) Riesgo para la salud de la población, debido a la cantidad y calidad de efluentes,
emisiones o residuos.
b) Efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales
renovables, incluidos el suelo, agua y aire.
c) Reasentamiento de comunidades humanas, o alteración significativa de los
sistemas de vida y costumbres de grupos humanos.
d) Localización en o próxima a poblaciones, recursos y áreas protegidas, sitios
prioritarios para la conservación, humedales protegidos y glaciares, susceptibles de
ser afectados, así como el valor ambiental del territorio en que se pretende emplazar
e) Alteración significativa, en términos de magnitud o duración, del valor paisajístico
o turístico de una zona.
f) Alteración de monumentos, sitios con valor antropológico, arqueológico, histórico
y, en general, los pertenecientes al patrimonio cultural.”
b. Rechazo ante la Comisión de Evaluación y ante el Comité de Ministros.
En el análisis de la arbitrariedad de la actual resolución de calificación ambiental, no
se puede sortear, el rechazo sistemático que tuvo el proyecto consistentemente desde 2017,
con información que no ha variado sustancialmente desde dicha negativa.
b. 1 Comisión de Evaluación de Coquimbo
En efecto, con fecha 9 de marzo de 2017, se verificó la Sesión Ordinaria de la
Comisión de Evaluación de la Región de Coquimbo, en la cual se efectuó la votación que
tuvo como resultado el rechazo del Proyecto.
Posteriormente, el 14 de marzo de ese año, mediante Resolución Exenta N°25/2017,
la Comisión de Evaluación Ambiental regional de la Serena, tras 2686 páginas de vistos y
considerandos, resuelve “calificar ambientalmente desfavorablemente el EIA del proyecto
Dominga”, por estimar que el titular “no se hace cargo de los efectos, características, o
circunstancias señaladas en el artículo 11 de la ley N°19.300 sobre Bases Generales del
Medio Ambiente.”
En lo medular, la resolución considera que existe:
1. Insuficiencia de la línea de base del medio marino en las rutas de navegación, por
falta de mediciones en invierno;
2. Utilización parcial de fragmentos contenidos en los informes de los Servicios, con
preguntas inductivas al efecto;
3. Insuficiencia de los análisis de efectos sinérgicos, con el proyecto Puerto Cruz
Grande;
4. Ausencia de desequilibrio entre impactos y medidas en el componente marino;
5. Impacto en el recurso hídrico luego del cierre del Sistema de Captación y Devolución
de aguas desde el Rajo Sur;
6. Insuficiencia de la medida de compensación para el impacto en el proceso de
nidificación de pingüino de Humboldt;
7. Insuficiencia de las áreas de exclusión;
8. Insuficiente evaluación del impacto acústico de los buques en la fauna marina;
9. Paneo de monitoreo de aves y cetáceos que no podría supuestamente ser medida.
Todas estas deficiencias bastan por sí mismas para calificar desfavorablemente el
proyecto en evaluación. Además, en su conjunto demuestran la envergadura de las omisiones
que llevaron al rechazo de un proyecto evidentemente contaminador y que genera riesgos
ambientales no evaluados en sus diversas fases, especialmente en las actividades que se
desarrollarán en el medio marino.
b.2 Comité de Ministros
Posteriormente, tras la reclamación de la empresa minera, el 13 de octubre de 2017 el
Comité de Ministros, mediante Resolución Exenta N° 1146/2017, rechaza el recurso del
proponente y mantiene nuevamente la calificación desfavorable del Proyecto. Fundamenta
esta decisión en que el proyecto “no subsanó los errores, omisiones, o inexactitudes de los
que adolece” ya que “las medidas de mitigación, compensación y reparación son
inapropiadas para hacerse cargo de los impactos adversos significativos que genera el
proyecto”. Reproduciendo en forma íntegra la resolución N°25/2017.
Además, señala que existen otras flagrantes deficiencias del proyecto, al reconocer
las alegaciones de los observantes del Proceso de Participación Ciudadana, por no haberse
considerado debidamente sus observaciones, no dando respuestas a ellas en la evaluación.
Esto por cuanto la SEREMI de agricultura (considerando que es la cartera ministerial
de la que depende CONAF), se pronunció en contra del proyecto por la insuficiencia de la
línea de base en el ámbito vegetacional y marino, especialmente en lo relativo a las rutas de
navegación.
De hecho, Andes Iron se refirió al sistema de bahías de Coquimbo desde punta Choros
hasta Punta Lengua de Vaca, realizando un muestreo en invierno de solo dos días, lo que
imposibilitaba identificar la biodiversidad del área en esa época del año. (Capítulo 2 del
anexo 1.7 de la Adenda n°3).
Esto es relevante toda vez que las rutas de navegación pasan a 20 kilómetros de la
Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, de la Reserva Nacional Isla Choro-Damas, y del
Terreno fiscal con fines de Conservación Isla Gaviota, y a su vez, a 23 kilómetros del Sitio
Prioritario Área Marina Punta de Choros y a solo 7 kilómetros del Sitio Prioritario Punta
Teatinos-Caleta Hornos.
Distancias que son despreciables para el tránsito de cetáceos y varias especies de aves
en categorías de conservación, chungungos y otros animales que se verán expuestos a los
impactos de las embarcaciones transnacionales que arribarán a ese puerto. Especies que por
lo demás se verán afectadas a los efectos del cambio climático, lo que se traducen en la
modificación de sus patrones de comportamiento y que hace aún menos fiable la línea de
base levantada en 2013.
Así se predijeron, impactos en materia de introducción de especies exóticas, colisión
de las embarcaciones con especies marinas, impactos por ruido, contaminación derivada de
las esclusas de lastre, contaminación lumínica que afecta a la avifauna, entre otros.
Todos estos efectos adversos se verían agravados ante eventuales impactos sinérgicos
por la instalación del Puerto Cruz Grande. Impactos que el propio Servicio consideró que no
han sido debidamente evaluados.
A juicio de la Comisión y del Comité, estas faltas de información además se traducen
en un desequilibrio entre los impactos que genera el proyecto y las medidas que propone.
Por su parte SERNAPESCA también advirtió que con la información aportada no se
permitía hacer un análisis cabal de eventuales impactos ambientales, ya que no considera
condiciones oceanográficas y biológicas presente en algunas estaciones del año.
En suma, en toda la etapa administrativa, tanto los órganos sectoriales como las
instancias ambientales fueron consistentes en considerar que la información entregada el
2013 complementada durante 4 años, fue insuficiente para caracterizar adecuadamente el
proyecto y descartar que los impactos significativos que produciría de aprobarse fueran
debidamente tratados. Motivo por el que necesariamente debía rechazarse el proyecto.
En esta parte es necesario advertir, que tanto en la sede administrativa como en la
judicial el titular ha intentado excluir las declaraciones de ciertos servicios como CONAF y
SERNAPESCA, de los motivos para rechazar el proyecto, en razón de exceder el marco de
sus atribuciones sectoriales. Con ello se pretendió restar de la evaluación los impactos
ambientales en la biodiversidad marina, componente ambiental que en general se encuentra
desprotegido en el país por falta de institucionalidad, y que, en particular en este caso, no
calza del todo con los intereses de los observantes del proceso de participación ciudadana,
déficit que invoca a los recurrentes del presente asunto a levantar esta acción de proteccion
constitucional.

ii.- Los Recursos Judiciales.


Ante la negativa inicial del SEA a autorizar este puerto, el titular recurre a tribunales
ambientales, en causa caratulada “Andes Iron SpA. con Servicio de Evaluación Ambiental”,
bajo el rol R-1-2017.
En lo medular el reclamante, denunció una actuación ilegal y arbitraria del Comité de
Ministros, por haber abusado de sus facultades, haber citado extemporáneamente a la sesión,
invocando erradamente una situación de emergencia que no lo era, haber llevado una
votación de ministros sin que contaran con el debido conocimiento sobre el proyecto, una
abstención del ministro de economía, desviación de poder y discriminación arbitraria.
El Tribunal Ambiental, tras hacer un análisis procesal de las alegaciones, pasa a hacer
una revisión sustancial de la decisión tomada por la autoridad administrativa, contraviniendo
los criterios utilizados tanto por el Comité de Ministros como por la Comisión de Evaluación,
con lo que concluye en una calificación propia del proyecto, que lo lleva a acoger la
reclamación y retrotraer la evaluación, dictaminando:
“II. Anular la Resolución 1146 de fecha 13 de octubre del 2017 del Director Ejecutivo
del SEA en su calidad de Secretario Ejecutivo del Comité de Ministros, anular el acuerdo Nº
08/2017 del Comité de Ministros, y anular la Resolución Exenta Nº 0025 del 14 de marzo
del 2017 (RCA), Comisión de Evaluación Ambiental.
III. Ordenar retrotraer el procedimiento de evaluación ambiental a la etapa posterior
al Informe Consolidado de Evaluación Ambiental, de manera tal que se proceda a una nueva
votación – esta vez ajustada a derecho- de parte de la COEVA, de la Región de Coquimbo.”

Ante esta resolución se presentaron cuatro sendos recursos de casación en la forma y


en el fondo, como consta a fojas 6157 y siguientes del expediente del primer tribunal
ambiental. Tales recursos fueron interpuestos por la organización no gubernamental
OCEANA, por Defensoría Ambiental y por los habitantes de La Higuera que actuaron como
terceros coadyuvantes en sede ambiental.
En lo medular los recursos impugnaron:
1. La transgresión a las reglas de la sana crítica en la determinación de la suficiencia de la
información proporcionada para evaluar la línea de base del medio marino dentro de las
cuales se observa la presencia de decisiones contradictorias;
2. Haber sido dictada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada, al pronunciarse sobre
un supuesto trato discriminatorio respecto de la evaluación de Puerto Cruz Grande (fallado
por la CS en sentencia de 26 de septiembre de 2019);
3. Haberse arrogado potestades que le corresponden a la administración, al incursionar en
materias que son propias de la discrecionalidad administrativa, que no suponen una cuestión
de legalidad, sino más bien una ponderación distinta de los hechos de la causa.

iii.- La Casación Pendiente.


Al haberse admitido a tramitación los Recursos de Casación interpuestos por los
terceros coadyuvantes de la parte reclamada, como consta del Certificado de ingreso del 27
de mayo de 2021, en causa rol 36972-2021, autos caratulados “DÍAZ DE VALDÉS con
ANDES IRON SPA”, de la Excelentísima Corte Suprema, se trabó la litis. Por lo que los
órganos de la administración del Estado debieron haberse inhibido de evaluar el proyecto
hasta la resolución de la Casación, ciñéndose al principio de juridicidad que sostiene la
Constitución en sus artículos 1° inciso cuarto y 5° inciso segundo.
iv.- La decisión del Delegado Presidencial de convocar a la comisión de Evaluación.
Como hemos adelantado, contra toda lógica, la Comisión de Evaluación Ambiental
de Coquimbo citó a una sesión extraordinaria, por video conferencia, el día miércoles 11
agosto de 2021 a las 08:30 horas.
Tal decisión es arbitraria y por tanto ilegal, ya que contraviene las normas de
funcionamiento de dicho organismo de evaluación, al no justificar la necesidad u objetivo de
una reunión extraordinaria. Avocándose, fuera de su competencia, al conocimiento de
materias que, por el contrario, son propias de sesiones ordinarias, y que si se hubieren
respetado no habrían transgredido el deber de abstención antes referido.
Además, con ello se ha faltado a las exigencias de motivación de los artículos 11
inciso 2° y 41 inciso quinto de la ley N°19.880, generando mediante tal arbitrariedad los
efectos que limitan el ejercicio de los derechos de los interesados en el procedimiento que se
ventilan en sede judicial.
En efecto, la resolución exenta N° 6148/2021 de la Comisión de Evaluación de la
Región de Coquimbo, que aprueba el “Reglamento de organización y funcionamiento de la
Comisión de Evaluación”, dictado con fecha 10 de agosto de 2021 y que deroga las
resoluciones exentas n°111, de 19 de agosto de 2014, sostiene en el título V, denominado “de
las sesiones de la comisión”, que el intendente regional se pronuncia sobre el tipo de sesiones
y los requisitos para su funcionamiento.
En el artículo 10, de esta regulación se establecen que las sesiones ordinarias son
aquellas que:
“Se realizarán al menos una vez al mes, siempre y cuando existan materias cuya resolución
correspondan a la Comisión.” Estas tienen por finalidad tratar “las materias previamente
establecidas en su tabla y todas aquellas otras que, estando dentro de las Competencias de
la Comisión, se incorporen a propuesta del/la Presidente/a y acuerdo de la Comisión”
Como se puede observar, la evaluación de proyectos o actividades que generen
impactos ambientales corresponden a una sesión ordinaria, que deben constituirse de acuerdo
a la tabla que la misma comisión establece, lo que además genera un marco de igualdad con
los demás titulares de proyectos o actividades que han sometido sus iniciativas al sistema.
Por el contrario, las sesiones extraordinarias:
“Se realizarán cada vez que el/la Presidente/a de la Comisión lo estime imprescindible, o
cuando lo soliciten al menos cuatro de sus integrantes.” Estas tienen por finalidad tratar
exclusivamente aquellas “materias previamente comprendidas en su tabla y que dieron lugar
a la citación”.
De esta manera, para que una comisión de evaluación pueda examinar de un proyecto
o actividad sometido a su conocimiento, en una sesión extraordinaria, el Presidente de la
comisión debe no solo citarla con ese propósito expreso, sino que además justificar que hace
“imprescindible” que la comisión se avoque a tal conocimiento. Es decir, el Delegado
Presidencial debió justificar que característica del proyecto hacía necesario u obligatorio su
conocimiento, y qué circunstancias impedían evitarlo o abstenerse hasta la resolución de la
causa sometida a cuestionamiento ante la mismísima Corte Suprema. Sin lo cual, tal reunión
carecería de un objeto válido para su convocación.
Tal motivo no consta en el acto impugnado, que como se ha venido justificando
perturba derechos conexos de interesados en el procedimiento y de terceros ajenos a este,
como lo son los de los firmantes de este libelo.
Carencia, que ha influido sustantivamente sobre la decisión adoptada por la COEVA,
toda vez que, en esta reunión ilegal, 11 de los 12 integrantes de la comisión de evaluación,
“aprobaron sujeto a acondiciones” el proyecto Dominga, con todos los vicios que se han
reiterado y que a continuación pormenorizaremos.

III.- Antijuridicidad de la Resolución N° 161/2021 por carecer de


motivación suficiente.
i.- De la vulneración del principio de legalidad.
El principio de legalidad exige que toda decisión de la administración deba
sustentarse en un presupuesto de hecho que contemple la norma habilitante con motivo de la
actuación. Esto establece una garantía de igualdad en el trato para el regulado que interactúa
con el órgano administrativo, ya que podrá recurrir ante eventuales irregularidades ante un
tribunal competente, garantizándose su derecho al debido proceso. Pero, por otro lado,
también establece una garantía de igualdad para los terceros que puedan ser afectados por las
decisiones que se toman en semejantes procedimientos, ya que junto con tener una
posibilidad de comparecer como partes interesadas pueden acceder al razonamiento de la
decisión para hacer valer sus defensas.
Como se ha venido argumentando la resolución N°161/2020, se dictó en una situación
de litispendencia en que la legalidad de la resolución judicial que habilita al SEA a retrotraer
el procedimiento aún no se ha zanjado. Esto trae como consecuencia darle una nueva
oportunidad a Andes Iron para conseguir su pretensión. Pero al mismo tiempo tiene un doble
efecto negativo sobre los terceros que han intervenido en la evaluación ambiental.
Primero, merma sus defensas en sede judicial, puesto que permite la habilitación de
un órgano que antes carecía de la potestad para resolver sobre un tema cuyos plazos y
oportunidades para hacer valer las defesas del regulado, precluyeron. Sin que ellos, puedan
ejercer los mismos derechos que quedan limitado al ejercicio de la participación ciudadana
en sede ambiental cuyo plazo ya venció. A esto se debe sumar el decaimiento de una línea
de bases que incluso al momento de evaluarse se reputaba insuficiente.
En este sentido, si bien el recurso de nulidad en el fondo y en la forma no tienen
efectos suspensivos, por sí mismos, el deber de abstención de la administración emana de la
propia naturaleza de la decisión del máximo Tribunal, puesto que los costos de tener
decisiones contradictorias en sede jurisdiccional y administrativa, en este caso, generan una
incerteza jurídica que no son admisibles en Derecho.
Por lo demás el acto impugnado contravino, sin justificación alguna, una práctica
habitual del Servicio de Evaluación Ambiental. Así, el órgano que consistentemente se ha
abstenido de actuar cada vez que hay una controversia judicial no resuelta, ahora no solo cita
de manera intempestiva a la sesión “extraordinaria” de la Comisión de Evaluación
Ambiental, sino que además resuelve a pesar del litigio pendiente ante la Corte Suprema.
De esta manera, el cambio arbitrario de la COEVA de Coquimbo, atenta contra el
principio de confianza legítima, que garantiza a los interesados de buena fe, cierta estabilidad
en el actuar de la administración, sobre todo en materias procesales, como aquellas sobre las
que versa el presente caso.
Principio que el profesor Bermúdez ha sostenido emana de los artículos 5°, 6° y 7°
de la Constitución Política de la República, los que cimientan el Estado de Derecho sobre el
que se alza el sistema administrativo, y la seguridad jurídica que asienta el artículo 19 N°26
del texto constitucional, sobre el que descansan las demás garantías fundamentales.1

1
Bermudez, Jorge (2005) “El Principio de confianza legítima en la actuación de la administración como límite
a la potestad Invalidatoria” Rev. derecho (Valdivia) v.18 n.2 Valdivia dic. 2005
En consecuencia, al modificar sin justificación alguna una costumbre del órgano
administrativo se han quebrantado las expectativas de los regulados sobre el ordenamiento
jurídico, perturbando la garantía fundamental que establece el debido proceso.
Por lo demás, este deber también se desprende de lo establecido en el inciso final del
artículo 54 de la ley n°19.880 que sostiene:
“Si respecto de un acto administrativo se deduce acción jurisdiccional por el
interesado, la Administración deberá inhibirse de conocer cualquier reclamación que éste
interponga sobre la misma pretensión.”
A fortiori, si el órgano no puede conocer de los recursos administrativos pendientes
mal podría tomar decisiones que otorgan derechos a terceros, cuando la facultad misma para
tomar dicha decisión está en cuestionamiento ante tribunales.
Puesto que, en la especie, una eventual anulación de la sentencia del primer tribunal
ambiental generaría la invalidación del acto administrativo, causando indefectiblemente
perjuicios a estos terceros.
En tal sentido, la Administración ejecutó una resolución no ejecutoriada, de manera
intempestiva, que, rayando en lo temerario, se pronuncia sobre una decisión que se encuentra
en litispendencia actuando fuera del marco de su competencia.
De esta manera el órgano contravino lo que establece la Constitución Política de la
República, en su artículo 7°:
“Artículo 7º.- Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular
de sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse,
ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las
responsabilidades y sanciones que la ley señale.”
En esta materia ha sido la propia Corte Suprema la que ha sostenido que en sede
ambiental rigen los principios preventivo y precautorio, que incluso irrigan las normas
procesales en tanto impiden la ejecución de actos que puedan atentar contra el derecho a vivir
en un medio ambiente libre de contaminación mientras no se haya sustanciado totalmente el
procedimiento:
“dado el aspecto preventivo y precautorio del sistema de evaluación de impacto
ambiental procede que se suspendan los efectos de una RCA que aprueba un proyecto,
mientras se resuelven los recursos administrativos contra dicha resolución.” (CS 5.8.2021,
rol 99450-2020)
Esto también tiene que ver con el Principio de Participación Ciudadana que sienta las
bases de la evaluación ambiental, toda vez que sujeta las pretensiones de la comunidad a la
totalidad del procedimiento, dando oportunidades procesales en cada instancia para elevar
sus observaciones, las que en la especie siguen pendientes.
En segundo lugar, los enfrenta a una situación de incerteza jurídica, en la que el
órgano administrativo puede dictar un acto constitutivo de derechos, como en los hechos lo
hizo (la RCA impugnada), que puede quedar sin sustento normativo ante la resolución de la
casación.
Peor aún, los obliga a someterse a un nuevo proceso, extenso, oneroso y en
condiciones desventajosas sin una justificación evidente de ello. Puesto que el razonamiento
que permitiría la inteligencia de tal decisión aún pende de la decisión que la Corte Suprema
tome respecto de la casación incoada.
Este hecho, claramente contraviene los principios del procedimiento administrativo
general, y en particular los del procedimiento ambiental, que buscan un sistema conclusivo
que se pronuncie de manera oportuna sobre el riesgo ambiental que importa un determinado
proyecto o actividad, a fin de gestionar tales riesgos.
Así, se quebranta lo dispuesto en los artículos 8° y 7° LBPA:
“Artículo 8º. Principio conclusivo. Todo el procedimiento administrativo está
destinado a que la Administración dicte un acto decisorio que se pronuncie sobre la cuestión
de fondo y en el cual exprese su voluntad.” Toda vez, que los terceros se ven impedidos de
conocer una decisión que, por este vicio, queda permanentemente sometido a un ciclo de
trámites administrativos, judiciales y viceversa. Además:
“Artículo 7º. Principio de celeridad. El procedimiento, sometido al criterio de
celeridad, se impulsará de oficio en todos sus trámites.
Las autoridades y funcionarios de los órganos de la Administración del Estado
deberán actuar por propia iniciativa en la iniciación del procedimiento de que se trate y en
su prosecución, haciendo expeditos los trámites que debe cumplir el expediente y removiendo
todo obstáculo que pudiere afectar a su pronta y debida decisión.
En el despacho de los expedientes originados en una solicitud o en el ejercicio de
un derecho se guardará el orden riguroso de ingreso en asuntos de similar naturaleza, salvo
que por el titular de la unidad administrativa se dé orden motivada en contrario, de la que
quede constancia.”
De este modo, se le somete a una incerteza de un tercer y eventual trámite, por una
“indebida” decisión que altera el orden riguroso de ingreso, sin contar con una orden
motivada que deje la constancia y, por tanto, el fundamento de esta decisión. Ya que como
se argumentó en lo precedente, la decisión de citar extraordinariamente no ha sido siquiera
enunciada por la COEVA.
Esta interpretación no puede sino correlacionarse con el resto de las disposiciones, de
la LBPA, cuyo control es estricto respecto de la posición de los terceros, precisamente, por
la posibilidad de que en estas relaciones unilaterales se pasen a llevar sus derechos.
De hecho, la ley ni siquiera admite prorrogar plazos para actuar, si ello afectare a un
interesado, como lo aclara el artículo 26 de la LBPA, que exige disposición expresa para esta
clase de potestades:
“Art. 26 La Administración, salvo disposición en contrario, podrá conceder, de oficio
o a petición de los interesados, una ampliación de los plazos establecidos, que no
exceda de la mitad de los mismos, si las circunstancias lo aconsejan y con ello no se
perjudican derechos de tercero.”
Por lo demás, cabe señalar que acto seguido a la decisión, el Presidente de la COEVA
manifestó la intranquilidad ambiental, que le generaba esta decisión y posteriormente uno de
los Secretarios Ambientales Ministeriales que votó a favor del proyecto, fue públicamente
cuestionado por el equipo técnico de su servicio, quienes precisamente realizaron la
evaluación ambiental del proyecto, y que denunciaron ser ignorados reiteradas veces durante
los 8 años de tramitación.

ii. Del deber de fundamentación y motivación del acto administrativo.


Nuestra carta fundamental reconoce expresamente el deber de fundamentar los actos
administrativos como requisito de validez de estos. Así, la enunciación de las normas
formales que habilitan al órgano ejecutivo a emitir su voluntad constituye un presupuesto de
legalidad ineludible de aquellos. Como establece la doctrina, el control de poderes públicos,
y en particular de la Administración, exige la necesidad de limitar el ejercicio de este poder.
lo que explica que “no basta con invocar razones, sino que es necesario explicitarlas y
explicarlas”.2
Nuestra constitución realiza esa función a partir de la lectura del artículo 6°, que
establece el deber de los órganos de la administración- y todos su funcionarios- de “someter
su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y garantizar el orden
institucional de la República.” Junto a esta disposición, el artículo 7º impone el deber de
actuar “válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia
y en la forma que prescriba la ley.” Y el artículo 8° que, junto a consagrar el principio de
probidad, dispone el deber de fundamentación y de publicidad de los actos administrativos:

2
Cordero Vega, Luis (2015) Lecciones de Derecho Administrativo, p.530.
“Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos
y los procedimientos que utilicen.”
Estas disposiciones constitucionales tienen su correlato en los incisos primero y
cuarto del artículo 41 de la ley 19.880, de bases del procedimiento administrativo, que
establece el contenido de la resolución final: “La resolución que ponga fin al procedimiento
decidirá las cuestiones planteadas por los interesados…
Las resoluciones contendrán la decisión, que será fundada. Expresarán, además, los
recursos que contra la misma procedan, órgano administrativo o judicial ante el que
hubieran de presentarse y plazo para interponerlos, sin perjuicio de que los interesados
puedan ejercitar cualquier otro que estimen oportuno.”
Así mismo, contraviene el artículo 11, que en su inciso segundo ordena: “Los hechos
y fundamentos de derecho deberán siempre expresarse en aquellos actos que afectaren los
derechos de los particulares, sea que los limiten, restrinjan, priven de ellos, perturben o
amenacen su legítimo ejercicio, así como aquellos que resuelvan recursos administrativos.”
En este orden de ideas, la resolución N°161/2021 hace una exposición de vistos y
considerandos, que dan cuenta de las normas que le otorgan potestad a la COEVA para
resolver el asunto, así como de la sentencia del Tribunal Ambiental que retrotrae el
procedimiento a sede administrativa, anulando el acto precedente (RCA 25/2017 que lo
rechazaba). Sin embargo, omiten referirse a los procedimientos seguidos ante la Corte
Suprema, que son los que cierran la cede jurisdiccional y que finalmente habilitarían a la
administración a pronunciarse nuevamente sobre el proyecto Dominga.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia nacional ha sido consistente al sostener que
el deber de fundamentación del acto no se agota en la enunciación de la ley, sino que, además,
es deber de la administración expresar la forma en que se concatenan los antecedentes de
hecho con los fundamentos de derecho que sirven de base a su decisión, para su escrutinio.3
De esta manera queda en evidencia la falencia de la resolución N°161/2021, toda vez
que no contiene elementos suficientes para ilustrar sobre las razones de hecho que justifican
la decisión. Siguiendo el razonamiento del profesor Osorio,4 es imposible colegir de los
considerandos del acto en cuestión la existencia de motivos, y mucho menos la calificación
jurídica de los mismos que habiliten a la COEVA a volver a conocer de un acto ya resuelto,
sin haber una sentencia con fuerza de cosa juzgada que lo habilite.
En este sentido, la doctrina ha señalado que no basta que la resolución enuncie
atribuciones y hechos inconexos a fin de cubrir “una mera formalidad rutinaria”, ya que la
motivación constituye un elemento esencial para hacer posible el control judicial de los

3
CS Rol N° 58.971-2016.
4
Osorio Vargas, Cristóbal (2016) Los nuevos criterios de control de la motivación del acto administrativo.
actos,5 que puede llevar a anularlos ante carencia de la motivación o su insuficiencia.6 Control
que no es viable realizar con la resolución exhibida en estos autos.
En efecto, de la lectura de la resolución N°161/2020, es imposible discurrir sobre el
porqué la COEVA puede volver a pronunciarse sobre antecedentes ya revisados,
complementarlo con información no existente a la fecha de la evaluación y cambiar de
opinión resolviendo favorablemente sobre una situación que materialmente no se ha
modificado.
Por otro lado, la omisión de fundamentos nos hace cuestionar la procedencia de la
decisión adoptada, puesto que no se explica que un mismo funcionario público cambie
radicalmente de idea sin un antecedente nuevo que permita entender su cambio de parecer.
No siendo aceptable sostener que una decisión de esta naturaleza en un estado de crisis
ambiental como el que nos encontramos pueda ser tomado a la ligera.
La Corte Suprema ha mantenido una jurisprudencia consistente, razonando que es un
deber de los órganos del Estado: “la motivación del acto administrativo, debiendo éste
contener los fundamentos en que se sustenta con el fin de legitimar la decisión de la
autoridad, razones que no pueden ser meramente formales, toda vez que caerían dentro de
la categoría de arbitrarios y, por lo tanto, ilegales. Es por ello que, si el acto aparece
desmotivado o con razones justificativas vagas, imprecisas y que no se avienen al caso
concreto, se debe concluir que el acto carece de uno de sus elementos esenciales”.7
En conclusión, queda demostrado que la falta de motivación de la resolución
N°161/2020 constituye una arbitrariedad, que provoca que el acto devenga en ilegal,
cumpliendo uno de los presupuestos del artículo 20 de la Constitución Política de la
República, para que esta Corte acoja esta acción cautelar.
iii.- De la arbitrariedad ambiental
La resolución impugnada no solo presenta déficits formales, sino que el objeto
material de protección se ve transgredido por un cambio de decisión que no se sustenta en
una modificación de la situación de base, puesto que la decisión del tercer tribunal ambiental
retrotrae con posterioridad al Informe Consolidado de Evaluación. Así en las 2863 páginas
de la RCA 161/2021 se repiten básicamente los mismos fundamentos de hecho que las 2866
páginas de la RCA 25/2017 consideraron para rechazar el proyecto por no contener la
información suficiente para proteger al medio ambiente de este proyecto.

5
CS Rol N° 27.467-2014
6
Cfr. VERGARA BLANCO, ALEJANDRO, “La motivación de los Actos Administrativos” en Contraloría
General de la República y el Estado de Derecho. Conmemoración por su 75° aniversario de vida institucional,
2002, VV. AA., pág. 343 ss.
7
CS Rol N°27.467-2014
En ese entendido, vale tener por fundamento todas las falencias enumeradas en los
antecedentes de este escrito, solo a modo de ejemplo, el Ordinario 48 E-A de fecha 11 de
noviembre de 2013, en que hizo presente la necesidad de considerar los “impactos de las
rutas de navegación y de los potenciales efectos de la operación de los buques que el titular
proyecta, tanto en lo que se refiere a derrames de minerales como en la introducción de
especies exóticas invasoras que llegarán a la costa por estos medios de transporte, toda vez
que la existencia del puerto en esta ubicación geográfica será lo que determinará el lugar por
donde estos organismos pueden establecerse causando impactos sobre todo el impacto
costero descrito.”
Se aprecia en la observación analizada en el considerando 217, 220, 231 (entre otras),
de ambas resoluciones, en que el razonamiento del organismo es el mismo, pese a lo cual la
decisión es diametralmente opuesta.

IV.- De la afectación a garantías fundamentales


i.- El debido proceso
El acto impugnado presenta sendas falencias procesales como las que se han descrito
a lo largo de este libelo, que generan una perturbación real y concreta sobre las garantías
constitucionales establecidas en el artículo 19N°3 CPR, que consagra el principio del debido
proceso.
La garantía establecida en el inciso sexto del artículo 19 N° 3 de la Carta
Fundamental, no solo se refiere a una transgresión a la legalidad positiva, sino que también
reconoce como supuesto de acción la racionalidad sustantiva y el imperativo esencial de
justicia que debe cumplir el proceso:
“Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso
previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías
de un procedimiento y una investigación racionales y justos.”
Este principio asegura el imperio del Estado de Derecho, ya que permite la resolución
de las controversias de manera pacífica. Por ello más que ser un sistema de distribución de
derechos y obligaciones formales a las partes y al juez, se trata del único vehículo idóneo
para legitimar que un poder del Estado monopolice la fuerza a fin de lograr la paz social.
Es por ello, que la Jurisdicción se opone sobre la Administración, y no viceversa. Es,
en definitiva, la magistratura la llamada a resolver el conflicto. En el presente caso, la
COEVA trata de zanjar un asunto que aún se debate en sede jurisdiccional arrogándose una
potestad de la que carece, puesto que el ordenamiento jurídico le ha dado potestad de hacerlo
solo una vez, lo que aconteció en 2017. Contradecir tal mandato no solo agravia a las partes
litigantes, sino que, por la especial naturaleza de esta controversia, que recae sobre la eventual
afectación de la biodiversidad en las áreas protegidas, amenaza la paz social.
Por ello, es que para que un órgano ejecutivo como lo es la COEVA, vuelva a
pronunciarse sobre una situación ya zanjada, se requiere, al menos, una sentencia que la
habilite y además que dicho acto se encuentre ejecutoriado.
Lo que no sucede en la instancia, puesto que como se ha venido diciendo no se han
terminado todos los trámites judiciales, y por tanto no se ha producido el efecto de cosa
juzgada.
En efecto el artículo 773 del Código de Procedimiento Civil establece:
“Art. 773. El recurso de casación no suspende la ejecución de la sentencia, salvo
cuando su cumplimiento haga imposible llevar a efecto la que se dicte si se acoge el recurso,
como sería si se tratare de una sentencia que declare la nulidad de un matrimonio o permita
el de un menor.”
La ejecución de la Sentencia del Tribunal Ambiental por parte de la COEVA
quebranta el principio de juridicidad haciendo imposible llevar a efecto la sentencia de la
Corte Suprema, si es que esta anula aquella. Pues el ejercicio de una potestad inexistente ya
se habría desplegado respecto de terceros.
ii.- El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
La consagración del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación o
como se establece en otras latitudes “a un medio ambiente sano y adecuado”, tiene su fuente
principal en la Constitución Política de la República, que en su artículo 19 N°8, señala:
“Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas:…
8º.- El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del
Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la
naturaleza.
La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados
derechos o libertades para proteger el medio ambiente;”
Para dar la debida protección a la afectación de este derecho, se establece en el inciso
2° del artículo 20, del mismo cuerpo legal, el mecanismo de protección, que establece:
“Procederá, también, el recurso de protección en el caso del N°8 del artículo 19,
cuando el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un
acto u omisión ilegal imputable a una autoridad o persona determinada”
En relación a esta garantía fundamental, básica para el desarrollo humano, la
jurisprudencia de la Excelentísima Corte Suprema, precisando el alcance jurídico protegido
en esta sede por la acción tutelar de protección, ha declarado que:
“Medio ambiente, patrimonio ambiental y preservación de la naturaleza de que habla
la constitución, y que ella asegura y protege, es todo lo que naturalmente nos rodea y permite
el desarrollo de la vida, refiriéndose tanto a la atmosfera como a la tierra y sus aguas, a la
flora y fauna, todo lo que conforma la naturaleza con sus sistemas de equilibrio entre los
organismos y el medio ambiente”.
Como ha desarrollado la doctrina nacional, este derecho comprende tres órdenes de
protección:
El primero dice relación con la salud de las personas y la vida de la población,
estableciendo un derecho a que el medio de aquellas no sea contaminado ilegalmente,
generando de este modo un estándar de contaminación aceptable.8
En este aspecto, el proyecto cuestionado genera una perturbación sobre la calidad de
vida de la población ya que excede los límites consentidos por la legislación sobre ellos, toda
vez que esta sólo los permite en razón de existir información suficiente para gestionarlos, lo
que, en la especie, como se ha venido repitiendo no acontece.
En segundo lugar, se refiere a la conservación del patrimonio ambiental, un uso
racional de los servicios ecosistémicos, que se debe observar en una ponderación con otros
derechos fundamentales, como lo reconoce expresamente el artículo 19N°24, en que se
consagra como un límite de la propiedad derivado de la función social.
“Sólo la ley puede establecer el modo de adquirir la propiedad, de usar, gozar y
disponer de ella y las limitaciones y obligaciones que deriven de su función social. Esta
comprende cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la
utilidad y la salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental.”
Es decir, que el aprovechamiento o explotación del medio ambiente debe ejercerse
garantizando la satisfacción de las necesidades del presente como el de las generaciones
futuras. De tal manera que la ejecución de un proyecto de inversión no puede ser arbitrario
en el sentido de permitir un poder absoluto como el que se entiende del dominio tradicional
de una cosa cualquiera, puesto que el patrimonio ambiental en general y sus componentes en
particular, obedecen a una relación armónica entre las personas y el medio en que se
desarrollan.
De esta manera, el vínculo entre la protección que garantiza la Constitución al medio
ambiente y el desarrollo de una actividad o proyecto de inversión, en los términos de la
conservación del patrimonio ambiental, se traduce en un deber de equilibrar los límites

8
Bermúdez, Jorge (2014) “Fundamentos de Derecho Ambiental”. 2ª edición. p.68.
ecosistémicos, con el bienestar social de la comunidad y los fines económicos de aquella
aspiración.
Tal acepción de protección es inevitablemente contingente, pues requiere un
equilibrio entre el desarrollo económico y el cuidado ecosistémico, el que a su vez se aquilata
según su vulnerabilidad y la sensibilidad de la sociedad respecto de ellas, ambos elementos
incrementados sustantivamente por el fenómeno del cambio climático. A mayor
abundamiento, el anuncio que hizo la comisión Brundtland en 1987 en el informe “nuestro
futuro”, al 2018 ha sido irrefutablemente comprobado por el “informe especial sobre el
calentamiento global de 1,5°C”9 y, aún más, agravado en el “sexto informe de evaluación
AR6”10 del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés),
los que advierten el impacto antrópico en el medio ambiente y la necesidad de tomar medidas
urgentes para disminuirlos, para poder asegurar las expectativas de supervivencias de las
generaciones futuras.
En tal sentido, la afectación al derecho al medio ambiente consiste en eludir las
obligaciones que la ley franquea para aprovechar estos servicios ecosistémicos, a saber, el
sometimiento a una evaluación ambiental completa, que, bajo los principios preventivo y
precautorio que asilan esta normativa, permita desestimar la generación de impactos
ambientales que transgredan el deber de desarrollar una actividad sostenible. Ya que la
protección ambiental es un deber estatal que, por la naturaleza del bien jurídico, se debe
ejercer ex ante.
Cuestiones que no pueden sino observarse en las demás formas de desarrollo que se
dan en la región, como por ejemplo los usos turísticos que se despliegan en la Reserva
Nacional Pingüino de Humboldt, de la Reserva Nacional Isla Choro-Damas, del Terreno
fiscal con fines de Conservación Isla Gaviota, y de los Sitios Prioritarios Área Marina Punta
de Choros y Punta Teatinos-Caleta Hornos.
En tercer lugar, el artículo 19 n° 8, también se refiere a la preservación de la
naturaleza, una protección que excluye la idea de aprovechamiento o de intervención
humana, que busca la mantención de las especies y ecosistemas del país, y que por tanto se

9
IPCC, 2018: Global Warming of 1.5°C. An IPCC Special Report on the impacts of global warming of 1.5°C
above pre-industrial levels and related global greenhouse gas emission pathways, in the context of strengthening
the global response to the threat of climate change, sustainable development, and efforts to eradicate poverty
[Masson-Delmotte, V., P. Zhai, H.-O. Pörtner, D. Roberts, J. Skea, P.R. Shukla, A. Pirani, W. Moufouma-Okia,
C. Péan, R. Pidcock, S. Connors, J.B.R. Matthews, Y. Chen, X. Zhou, M.I. Gomis, E. Lonnoy, T. Maycock, M.
Tignor, and T. Waterfield (eds.)]. In Press.
10
IPCC, 2021: Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the
Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Masson-Delmotte, V., P. Zhai,
A. Pirani, S.L. Connors, C. Péan, S. Berger, N. Caud, Y. Chen, L. Goldfarb, M.I. Gomis, M. Huang, K. Leitzell,
E. Lonnoy, J.B.R. Matthews, T.K. Maycock, T. Waterfield, O. Yelekçi, R. Yu, and B. Zhou (eds.)]. Cambridge
University Press. In Press.
escinde de las actividades de intervención. Idea que inequívocamente reconoce un derecho a
la protección de la biodiversidad.
Componente ambiental que como se ha mencionado, no tiene un titular unívoco
(especialmente por las falencias orgánicas de instituciones como Conaf o Sernapesca y la
inexistencia del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas) sino que corresponde a todos
los Poderes del Estado.
En este mismo sentido Galdámez sostiene “El legislador, el juez y todos los poderes
del Estado, ante una eventual tensión entre otros derechos y el medio ambiente, no sólo
pueden, sino que deben restringirlos, si eso garantiza la protección de este último. Es una
solución que, prima facie, se resuelve en favor del medio ambiente. Por eso sostengo que la
cuestión ambiental goza de una especial y reforzada protección en la Constitución.”11
En este sentido organismos internacionales han reconocido las falencias
institucionales del país en la proteccion de la biodiversidad, cuestión que debe traer a colación
la clasificación del área en que se desarrolla el proyecto Dominga, así por ejemplo la OCDE
ha declarado: “Muchas regiones de Chile revisten importancia significativa para la
diversidad biológica mundial, pero se mantiene la intensidad de las presiones que las
actividades económicas y el desarrollo de la infraestructura ejercen en los ecosistemas.”12
Es importante destacar que, en la actualidad, este derecho se encuentra gravemente
afectado por la decisión administrativa que se tomó sin contar con los antecedentes
completos, con fecha 24 de agosto de 2021, decisión que aprueba “sujeto a condiciones” el
Proyecto Minero Portuario Dominga. Pero como se ha manifestado tales condiciones no
cumplen la finalidad del Sistema de Protección Ambiental, pues los déficits revelados
impiden cumplir la prevención de los riesgos catalogados como impactos ambientales.
Así el Proyecto Portuario Dominga afectará sustancialmente el medio ambiente de la
comunidad en la cual se ejecutarán las obras, ya que permite la afectación de la biodiversidad
marina por no contar con los antecedentes suficientes para prevenir impactos que, tal y como
se llevará a cabo, sin las necesarias medidas de mitigación “adecuadas” correspondientes de
parte de la empresa, importan una amenaza material al medio ambiente y una afectación del
derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, en los términos ya señalados.
Debemos señalar a S.S.I, que el presente recurso de protección reviste singular
importancia por estar referidos a la protección no solo del derecho de una comunidad, sino
que también a la preservación de la naturaleza, de un ecosistema que más allá de ser el medio

11
Galdamez Zelada, Liliana. (2017). Medio ambiente, Constitución y tratados en Chile. Boletín mexicano de
derecho comparado, 50(148), 113-144.
12
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)-Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), Evaluaciones del desempeño ambiental: Chile 2016, Santiago, 2016, p. 4.
ambiente de los habitantes de la comuna de La Higuera constituye un derecho de todos los
chilenos.

iii.- El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica.


El derecho a la vida constituye el primer y más fundamental derecho humano
consagrado en nuestro ordenamiento jurídico, sin el reconocimiento de la vida como derecho
primigenio, no es posible postular la existencia del resto de los derechos. ello, por la sencilla
razón de que sin vida no hay personas y sin personas no hay sujetos a los cuales atribuibles
determinados derechos.
Es decir que, en el ejercicio del poder político tiene como límite infranqueable los derechos
inmanentes del ser humano, en consecuencia, son los derechos que nacen con él, coetáneos
a su naturaleza y anterior a toda organización social. al estado no le cabe más que reconocer
y asegurar la debida vigencia de estos derechos inalienables.
En efecto, esta garantía se extiende más allá de la protección de la vida en un sentido
estricto y comprende también la totalidad (integridad) de los aspectos que la constituyen. La
integridad personal, entonces, constituye aquel derecho humano fundamental que tiene su
origen en el respeto a la vida y sano desarrollo de ésta.
El ser humano por el hecho de ser tal tiene derecho a mantener y conservar su integridad
física, psíquica y moral. La integridad física implica la preservación y cuidado de todas las
partes del cuerpo, lo que conlleva al estado de salud de las personas. En síntesis, la integridad
personal se entiende como un conjunto de condiciones físicas, psíquicas que le permiten al
ser humano su existencia, sin sufrir ningún tipo de menoscabo en cualquiera de esas tres
dimensiones. Este derecho se encuentra consagrado como una piedra angular de toda la
estructura del derecho internacional de los derechos humanos, a partir de la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948 como asimismo en el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos de 1966 (artículo 7). La Convención Americana sobre Derechos
Humanos (1968) en su artículo 5 dispone que “toda persona tiene derecho a que se respete
su integridad física, psíquica y moral.”
De este modo, el derecho a la vida no solo consiste en la obligación de respetar la vida de
las demás personas, sino que también -especialmente, para los órganos de la administración
del Estado- implica el deber de prestar socorro. De tal manera el derecho a la vida se consagra
con una doble faceta como una libertad o espacio de no intervención por terceros, y también
con una igualdad, en que cada habitante del país puede exigir un igualitario estándar de
protección de su vida.13

13
Correa Sutil, Sofia y Ruiz-Tagle, Pablo (2010) Ciudadanos en Democracia p. 178.
Consecuentemente con lo anterior, este derecho se encuentra gravemente afectado por la
decisión arbitraria y por ende ilegal de la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo,
en razón del mensaje contradictorio que entrega la Comisión a los habitantes de la comuna,
quienes por una parte ven, que de acuerdo al estudio de impacto ambiental se calificó
desfavorablemente el proyecto dominga, puesto que no se hace cargo de los efectos,
características o circunstancias señaladas en el artículo 11 de la ley N° 19.300 sobre bases
generales del medio ambiente. Y luego, por un acto posterior de la misma institucionalidad,
sin haber recibido nuevos antecedentes y careciendo de la información necesaria, se aprueba,
pero ahora “sujeto a condiciones”, generando un escenario que no responde a ninguna
situación fáctica que permita colegir un cambio de razonamiento del órgano ambiental.
Así este derecho se ve vulnerado por una doble afectación, primero una amenaza a la
vida, en el sentido amplio antes descrito, ya que producto de una decisión arbitraria, se lleva
a los habitantes de la comuna la Higuera en una situación de inminente pérdida de calidad de
vida, dada la constante preocupación a que se les somete con un megaproyecto cuyos
impactos ambientales no han sido evaluados.
Es evidente el riesgo inminente a que se somete a los habitantes de la comuna, puesto que
las “condiciones” a que se somete el proyecto para operar son de tal aleatoriedad, debido a
la falta de información, que difícilmente pueden garantizar o siquiera sostener que el puerto
minero no afecta el medio ambiente.
Por otra parte, y como una segunda afectación, el gran temor que afecta a los habitantes
de este sector ante el desarrollo de una actividad caracterizada como riesgosa por todos los
literales del artículo 11 de la ley 19.300, se manifiesta en una situación de incertidumbre y
angustia constante, lo que genera una suerte de desesperanza a la generación presente de
habitantes y por supuesto a las generaciones futuras de habitantes de la comuna en donde se
desarrollara el proyecto en cuestión.
Todas estas circunstancias repercuten a nivel emocional y se traduce en la impotencia
de los habitantes de no tener la certeza de poder vivir en un medio ambiente apto para el
desarrollo individual y de las comunidades tanto presentes como futuras.
Tal y como lo señala José Luis Egaña Cea: “Finalmente, afectar la integridad psíquica de
una persona conlleva importantes secuelas somáticas que dejan huellas indelebles en ella. Por tanto, en
su protección, renace la idea de dignidad humana, la cual se opone a todo intento o práctica vulneratoria
de la integridad de la persona, Derecho Constitucional Chileno, Tomo I, pág. 102)." (Tribunal
Constitucional, Rol N° 2867-15-INA)

En 2017, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) y el grupo climático sin


fines de lucro eco América crearon el término “eco ansiedad” para definir el miedo crónico
a la ruina ambiental.
La preocupación y angustia de ser testigos de fenómenos extremos a nivel planetario y
ver cómo el futuro de la Tierra y la vida que alberga tambalea, se suma a otros efectos
psicológicos del cambio climático, como el eco duelo y la eco ira.
Especialistas en salud mental llevan décadas advirtiendo de estos efectos emocionales
producto del deterioro del clima y medioambiente. En 2020, un sondeo en Estados Unidos
de la APA determinó que dos tercios de los adultos en Estados Unidos reconocieron sentir al
menos un poco de ansiedad ecológica, y casi la mitad de los menores de 34 años dijeron que
el estrés por el cambio climático afecta su vida a diario.
Maisa Rojas, académica del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y
directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, parte del equipo de 230
investigadores e investigadoras que por tres años trabajaron en el actual reporte IPCC, indica
que la eco ansiedad, “es parte de las reacciones humanas al ver que hace pocos años
hablábamos del cambio climático como algo del futuro, algo que le iba a ocurrir a los osos
polares, pero ahora lo estamos viviendo cada uno en nuestras propias vidas y se ve en todas
las regiones del mundo, y será distinto según en la región en que se vive, pero todos estamos
presenciando ante nuestros ojos el cambio climático”.
La Eco Ansiedad se define como “Sensación de tristeza, profunda preocupación y
desolación frente a los cambios que está experimentando el planeta es lo que conlleva este
fenómeno, un estado anímico que los especialistas describen como algo nuevo. Esta afección
consistiría en una especie de desesperanza que surge entre las generaciones más jóvenes,
que ven en la crisis medioambiental un camino sin salida”14.
Tal situación para los vecinos de la Higuera se traduce en una certeza concreta de que
las actividades no evaluadas, desarrolladas en uno de los sitios declarados a nivel mundial
como vulnerables, será intervenido sin posibilidad de defensa por parte de sus habitantes,
sentimiento que está en línea la definición que crea Glenn Albrecht, de Solastalgia “cuando
tu sentido endémico de pertenencia está siendo violado”.15
Por su parte Rodolfo Sapiains explica: “Se habla de eco depresión, de duelo
ecológico y otros conceptos que van en la misma línea, pero lo que tienen en común es la
sensación de sufrimiento que está relacionado, por una parte, por experiencias directas que
tengan que ver con el deterioro del medio ambiente en el que las personas viven, y que eso
hace que la persona tenga una reacción emocional de esa línea, de pena, de tristeza, de
preocupación”. 16
Sin duda el mensaje contradictorio que publica la Comisión de Evaluación Ambiental,
que por una parte reconoce la existencia de impactos ambientales, pero que por otra parte se
niega a evaluar cabalmente uno de los componentes más relevantes para esa afectación,

14
Tapia, Maritza (2021) disponible en: https://www.uchile.cl/noticias/178704/eco-ansiedad-otra-consecuencia-
del-cambio-climatico.
15
Albrecht, Glenn A. (2019) “Earth Emotions: New Words for a New World”
16
Tapia (2021), Op Cit.
constituyen una amenaza al derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de los
habitantes del campamento, como, asimismo, una amenaza al derecho a la Salud.
Argumentamos que la decisión de aprobar un proyecto sin contar con antecedentes
nuevos y distintos a los considerandos entre 2013 y 2017, atenta contra los principios de la
lógica y los conocimientos científicamente afianzados.
Con ello la resolución N°161/2021, constituye una amenaza a la integridad psíquica
de las personas que se enfrentan a decisiones de la autoridad arbitrarias, que las afectan en
su medio ambiente. Sostenemos que la exposición de la comunidad a la expectativa de verse
protegidos por el Estado ante la crisis climática, mediante el rechazo de un proyecto que a
todas luces afectara 2 reservas nacionales, y otras 3 áreas de protección oficial, que luego se
ve frustrada por una resolución sin fundamentos, genera una perturbación psíquica de quienes
se ven abandonados por la autoridad.
iv.- El derecho a la Salud.
En el mismo sentido S.S.I. y de acuerdo a la normativa vigente, toda persona tiene derecho
a un medio ambiente adecuado. Un medio ambiente adecuado se considera una condición
previa para la realización de otros derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, la
alimentación, la salud y un nivel de vida adecuado. Existe una referencia parcial a esto en el
derecho a la salud establecido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales (PIDESC), que señala que los Estados deben cumplir con el derecho a la salud
mediante, entre otras medidas, la mejora de todos los aspectos de la higiene ambiental.
También se ha reconocido en una amplia gama de instrumentos regionales de derechos
humanos, tales como el Protocolo de San Salvador, así como a través del establecimiento de
un mandato de los procedimientos especiales de la ONU sobre los derechos humanos y el
medio ambiente en 2012.
Toda persona debería ser capaz de vivir en un ambiente propicio para su salud y
bienestar. Los Estados deben tomar medidas concretas y progresivas, individualmente y en
cooperación con otros, para desarrollar, implementar y mantener marcos adecuados para
habilitar todos los componentes necesarios para un ambiente saludable y sostenible, que
abarque todas las partes del mundo natural. Esto incluye la regulación de las empresas y otros
actores privados en sus operaciones nacionales y extraterritoriales.
De acuerdo con principios bien establecidos de derecho internacional, incluidas las
disposiciones del PIDESC, la cooperación internacional para el desarrollo y para la
realización de los derechos humanos es una obligación de todos los Estados. Tal colaboración
y apoyo, especialmente por parte de los Estados capaces de ayudar a los demás, es
particularmente importante para abordar los impactos transnacionales sobre las condiciones
ambientales tales como el cambio climático.
El artículo 19 N°9º, consagra el derecho a la protección de la salud, que en sus incisos
segundo a tercero establece el deber de la administración:
“El Estado protege el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción, protección
y recuperación de la salud y de rehabilitación del individuo.
Le corresponderá, asimismo, la coordinación y control de las acciones relacionadas con
la salud.
Es deber preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que
se presten a través de instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que
determine la ley, la que podrá establecer cotizaciones obligatorias.”
En este aspecto, el derecho a la salud le da una acción preferente al estado a llevar las
acciones de promoción, protección y recuperación de la salud y rehabilitación del individuo.
La medida en comento constituye una acción de promoción que tiene el propósito de
prevenir a la población de enfermedades que afecten su salud. La revocación sin justificación
indudablemente priva a los afectados por esta medida de acceder a este derecho.
Constituyendo como mínimo una amenaza a la garantía del artículo 19N°9, sino es que una
verdadera perturbación.

V.- Requisitos de Admisibilidad


Por último, hago presente a su señoría Ilustrísima, que se cumplen todos los requisitos
de admisibilidad de esta acción constitucional:
1. Se ha interpuesto el recurso de protección por una persona legitimada. Es el caso de
nuestra calidad de Honorables Senadores de la República, vinculados a las Comisiones de
Salud y Medio Ambiente de esta corporación, quienes hemos ejercido históricamente
acciones concretas para la protección del patrimonio ambiental y la preservación de la
biodiversidad del país, en particular en el caso Dominga.
En ese sentido la sentencia de la Excelentísima Corte Suprema caratulada “Horvath
Kiss, Antonio y otros con Comisión Nacional del Medio Ambiente” rol N°2732 de 1996,
pronunciada el 19 de marzo de 1997, en su visto y considerando n°14 consagró que:
“el patrimonio ambiental, la preservación de la naturaleza de que habla la
Constitución Política y que ella asegura y protege, es todo lo que naturalmente nos rodea y
que permite el desarrollo de la vida, y tanto se refiere a la atmosfera como a la tierra y sus
aguas, a la flora y fauna, todo lo cual conforma la naturaleza con su sistema ecológico de
equilibrio entre los organismos y el medio ambiente en que vive. Así. Son titulares de este
recurso [de protección] todas las personas naturales o jurídicas que habitan el Estado y
que sufran una vulneración del derecho al medio ambiente libre de contaminación que
asegura el artículo 19N°8 de la Carta Fundamental.”
Sentencia que no solo admitió a tramitación, sino que acogió y en consecuencia
revocó la resolución impugnada en el proyecto Río Cóndor de la empresa Forestal Trillium
Ltda, al resolver un recurso de protección presentado por los parlamentarios, ante la amenaza
de los bosques de lenga del actual Reserva Nacional Río los Cipreses, en la región de
Magallanes.
En el mismo sentido, falló unánimemente la tercera sala de la Corte Suprema en el
caso caratulado “Jocelyn-Holt con Ilustre municipalidad de Las Condes” rol 18721-2019.
Caso en que parlamentarios de las comisiones de medio ambiente y salud acompañaron la
impugnación de la sentencia que declaraba ilegal una ordenanza que prohibía fumar en plazas
de la comuna y en que la Corte declaró que “la Ordenanza busca precisamente que los bienes
nacionales de uso público puedan ser utilizados en igualdad de condiciones por todos los
habitantes de la comunidad local…de manera que los no fumadores puedan libremente
asistir a parques y plazas, sin que se vean impedidos de ello por la posibilidad de amenaza
a su salud o a su derecho a un medio ambiente libre de contaminación.”
Así se constata que la acción constitucional se abre para todos aquellos, que se vean
vulnerados en su derecho a un medio ambiente libre de contaminación, para lo que el
ordenamiento otorga acceso a la justicia constitucional, por medio de una acción no popular,
pero si amplia.
En tal sentido, el Senador Girardi, cuenta con una larga trayectoria en la defensa de
los derechos a la salud y a vivir en un medio ambiente sano, además ha tomado acciones
concretas en contra de la afectación de la Reserva de Pingüinos de Humboldt, y en contra de
este proyecto, por los mismos motivos de hecho que invoca contra la RCA 161/2021.
Además, la senadora Órdenes, preside la Comisión de Medio Ambiente del Senado,
cuya función consiste precisamente en velar por la protección del medio ambiente y sus
componentes, materia sobre la que está llamada a legislar. Como se ha dicho, respecto del
componente biodiversidad, el Estado actualmente no tiene un servicio de la administración
que represente tales intereses, encontrándose difuminados en órganos como CONAF y
SERNAPESCA, los que por sus vocaciones sectoriales productivas no logran dar el debido
resguardo al bien jurídico ambiental, lo que de no admitirse esta acción dejaría en desamparo
a situaciones como la afectación de la biota marina.
Así mismo el Senador Quinteros, preside la Comisión de Salud del Senado y de Pesca
y Acuicultura, y la Senadora Muñoz, lo es por la región de Coquimbo, región en que se estan
provocando los hechos que amenazan las garantías constitucionales invocadas, teniendo un
interés directo y también mediado por el cargo de elección popular que inviste.
Concurriendo en todos ellos un interés legítimo para proteger sus derechos a la vida
e integridad física y psíquica, a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, y al igual
trato ante la ley contemplado en los artículos 19N°1, 2 y 8 de la CPR.
2. Se ha interpuesto dentro de plazo. La RCA 161/2021 se dictó con fecha 24 de agosto de
2021, comunicándose en la misma fecha, a través de la plataforma web del SEA por
distribución a los organismos competentes en le evaluación ambiental.
Este acto fue publicado en el Diario Oficial el día 14 de septiembre del presente año,
en la edición n°43.054, bajo el CVE N°2006734, actuación que da la presunción de
conocimiento respecto de los terceros y sobre la cual se computan los plazos para presentar
las acciones judiciales respectivas.
Por lo mismo, se puede constatar, que no han transcurrido los 30 días que el Auto
Acordado exige para la interposición del presente recurso.
3. Se recurre contra un acto determinado. El acto recurrido, es la dictación de la
resolución de Calificación Ambiental N°161/2021, de la Comisión de Evaluación Ambiental
de Coquimbo, que aprueba el proyecto “Dominga” de la Empresa Andes Iron S.p.A.
4. Se recurre contra un organismo determinado. La RCA 161/2021 emana de la Comisión
de Evaluación Ambiental de la región de Coquimbo, presidida por el Delegado Presidencial
don Pablo Ignacio Herman Herrera y suscrita a además por la Directora Regional del Servicio
de Evaluación Ambiental de Coquimbo, doña Claudia Martínez Guajardo.
5. Hay sendas ilegalidades, como ya quedó demostrado en el cuerpo del escrito.
6. Las personas en favor de quienes se interpone este recurso han sufrido privación,
perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías
constitucionales, en los términos que fue expuestos en el cuerpo de este escrito.

POR TANTO,
A U.S. ILUSTRÍSIMA SOLICITO:
Se sirva a acoger a tramitación el presente recurso de protección, declararlo admisible
y, en definitiva, acogerlo, declarando que la Resolución N° 161/2021, individualizada en los
párrafos precedentes es Ilegal ya que afecta el derecho a vivir en un Medio Ambiente Libre
de Contaminación y perturba el derecho a la igualdad ante la ley de los habitantes de la
Comuna de La Higuera al haberse dictado sin atender al debido proceso habilitando la
ejecución de un proyecto sin contar con la información suficiente y necesaria para descartar
la existencia de impactos significativos al medio ambiente o de tomar las medidas suficientes
y necesarias para mitigarlos, compensarlos o repararlos, causando además eco-ansiedad, y
tome de inmediato las providencias necesarias para restablecer el imperio del derecho y
asegurar la debida protección de los afectados.
PRIMER OTROSÍ: A U.S Ilustrísima, vengo en solicitar de conformidad a lo señalado en
el Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema, de 24 de junio de 1992, sobre Tramitación
del Recurso de Protección de Garantías Constitucionales, ruego a S.S ITMA. se sirva
conceder ORDEN DE NO INNOVAR, en cuanto a que se ordene la suspensión de los efectos
de la resolución n° 161/2021 o se paralice su cumplimiento, con el objeto de poder evitar
decisiones contradictorias toda vez que, atendida la naturaleza de esta resolución, producirá
efectos efectos irreversibles sobre el medio ambiente, la salud mental de los habitantes de la
Comuna de La Higuera, y en el derecho al debido proceso. Existiendo un peligro inminente
en el retardo de la acción cautelar objeto del presente recurso.

SEGUNDO OTROSÍ: Sírvase U.S Ilustrísima tener por acompañados los siguientes
documentos:
1. Resolución de Calificación Ambiental N°161/2021;
2. Resolución de Calificación Ambiental N°25/2017;
3. Resolución CE 148/2021 que Aprueba el Reglamento de Organización y
Funcionamiento de la COEVA Coquimbo.

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