5 CLASE AD - Un Evangelio Diferente
5 CLASE AD - Un Evangelio Diferente
5 CLASE AD - Un Evangelio Diferente
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estamos muy lejos de que los sentidos quieran desviarse de una sincera fidelidad a
un compromiso sincero con el Señor. Nosotras que somos colaboradoras podemos seguir
haciendo lo mismo y tener nuestros sentidos extraviados porque aprendemos a hacer las
cosas. Uno aprende a servir al Señor y hasta se vuelve rutinario, pero tenemos que tener
cuidado.
El engaño viene con astucia, se presenta de una manera sutil, fue un pensamiento fue
una cosa que vino y se fue, pero cuando le doy lugar, cuando lo alimento el apóstol dice
que eso nos extravía y es más difícil volver.
Por eso necesitamos atacar cada vez que nuestros sentidos quieran ser extraviados.
fidelidad es cuando aprendí una liturgia, aprendí a hacer las cosas, pero nuestra
vida no representa un Evangelio Vivo, pero la sincera fidelidad es como dice el
apóstol Pablo es aprender a vivir como es digno del Señor.
Hay una demanda más alta que el Señor trae en este tiempo, que lo que salga de nosotros
sea sincero, yo puedo hacer muchas cosas pero no de manera sincera, es cuando
decidimos vivir como es digno del Señor.
Un evangelio diferente o un falso evangelio distorsiona la propuesta.
Probablemente tengamos amigos, familiares, conocidos que estén congregando en
iglesias donde vivan un evangelio diferente, por eso es que tengo que procurar recuperar
el cuidado, no permitir que nada quite la posibilidad de tener el temor a que nuestros
sentidos no se contaminen.
¿Que contaminan los pensamientos?
Situaciones, conversaciones y cada vez que algo contamina lo que hay en nuestro
interior, se empieza a operar el engaño, debemos de ser cuidadosa a quién habilitamos
a quién permitimos que entre y que penetra aún lo profundo de nuestro corazón con
pensamientos, con argumentos y expresiones.
¿Qué quiere mostrar la carne?
-Ser reconocida en el trabajo que hago, en las 15 áreas en la iglesia y nadie me
reconoce, estoy siempre para servir y nadie se da cuenta, entonces todas tenemos esa
área en nuestra vida que anhela el reconocimiento.
- La admiración, nuestra alma, nuestra carne siempre espera ser admirada. Tenemos un
área en nuestra vida que anhela la admiración que espera que nuestros hijos nos admiren
nos reconozcan.
-Que de toda la gente que hay todas quieren estar conmigo es como que yo tengo
atracción, donde estoy la gente viene.
Tenemos que detectar porque cuando nosotros alimentamos eso nuestros sentidos son
extraviados.
Eso es vanidad porque estoy queriendo algo que no produce Cristo, que no produce la
vida del Señor, porque si quiero ser reconocida por la gente nunca Cristo podrá crecer en
mi vida y ser manifestado.
Entonces cómo hacemos morir la carne, con preguntas como:
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¿Dios quiere esto? ¿cuándo quiere que lo haga? Dios quiere realmente que yo me
involucre en esto, realmente Dios quiere que yo haga esta tarea, si Dios dice sí, ¿cuándo?
Que nos volvamos más exactas y no respondamos tan rápidamente a nuestra carne a
nuestra alma a nuestros deseos, porque necesitamos entender que todo lo que hacemos
cada vez más nos tiene que llevar a la exactitud, antes hacíamos como bien nos parecía.
Ahora tenemos que volvernos cada día más exactas en el Señor.
Un evangelio falso o diferente distorsiona el propósito de Dios en el hombre es un
evangelio que no es nítido, no es verdadero, está distorsionado. No podemos aceptar de
todo un poco porque se distorsiona porque no produce vida y algo que está distorsionado,
no es saludable.
Entonces para oír al Señor, necesitamos vivir en un Evangelio Vivo y si tenemos un poco
de cada cosa se distorsiona el propósito que Cristo tiene con la iglesia y en la iglesia,
estamos nosotras.
Un evangelio diferente produce que Cristo quede afuera.
Se enfoca en las cosas exteriores, en las cosas que provienen de Cristo pero no
son una expresión plena de él, hay cosas que provienen de Cristo pero no son las
sustancia misma de su persona.
Por mucho tiempo hemos vivido un evangelio donde el centro que es Cristo no está. Es
querer conocerlo a Dios por solo lo que él me da y no por lo que necesito de él, solo me
interesa lo que él me puede dar y probablemente sea la manera en la que nosotros
conocimos a Cristo y cuando conecto el Evangelio solo por lo que él me puede dar es
muy difícil que en el transcurso del tiempo quiera conocerlo por lo que él hace por mí,
quiero que él me siga dando y quiero que siempre me dé la sanidad, la prosperidad, la
paz, por eso es tan importante como predicamos el evangelio cómo presentamos a Cristo.
-Vení porque el Señor te va a sanar, te va a restaurar-, no podemos garantizar de que el
Señor lo va a hacer, lo que sí puedo decir es que él tiene una vida eterna. La sanidad
vendrá si es su voluntad. La restauración familiar vendrá si está dentro de su voluntad y
en su tiempo porque en la salvación está todo.
Por eso es que no es menor orar solo por salvación, para que venga la salvación a esa
casa porque si la salvación alcanza el matrimonio, todo lo demás se termina resolviendo
y ordenando.
Entonces, amar todo lo que viene de Cristo, pero no quererlo a él no es un evangelio
puro.
Necesitamos reconocer que hay diferentes evangelios de los cuales tendremos que
depurar y desechar, hay cuatro puntos claves para traer claridad:
1- NO ESTAMOS PARA CRITICAR
Nunca la intencionalidad de hablar esta palabra es la de criticar. Estamos para poder ver
que nuestros sentidos no sean engañados, no estamos para decir si lo que hacemos
nosotros está bien y de los demás está mal, estamos para que nuestros sentidos sean
agudizados y que el engaño no nos alcance. Estos grados de luz tienen que provocar en
nosotros un mayor grado de exactitud, no vamos a criticar, pero si tenemos que juzgar la
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palabra, cuál es el testimonio que el Espíritu me da cuando escucho una persona que
me habla de un evangelio que no me sabe a Cristo. Tengo que detectarlo y lejos de
discutir, de convencer, de decir de qué bando estamos, tenemos que aprender a discernir,
aprender a juzgar en el espíritu esto no proviene del Señor.
Y si no proviene del Señor lo detectó y que sea desechado de mi vida y puedo hacer que
la vida de Cristo pueda crecer cada día más.
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Cruz, esa sanidad completa, la recibo a mi cuerpo, lo que pasa que para eso se necesita
una vida que se sustente, creer en el poder redentivo de la Cruz
Tengo que creer que la cruz es vigente para mí hoy, por lo tanto la sanidad la recibo, no
necesito hacer un culto, no necesito predicar 55 minutos, porque la sanidad y la salud
son la expresión de la vida de Cristo manifestada en mí, si hay sanidad hay salud y
si hay enfermedad declararé siempre que la sanidad esta en mi cuerpo, quizás esté
adolorida, transitando periodos de enfermedad, pero aún en esa estación declaro la
sanidad, porque hemos sabido más de la enfermedad que de la escritura hemos sabido
más de cómo es la enfermedad, cómo se inicia cómo se sana, cómo es la medicación,
cómo es el tratamiento, pero no se sabe pasaje de la Escritura para combatir eso.
De esa estación hay que crecer, avanzar y progresar.
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Dios no está empecinado conmigo, por el contrario Dios quiere que a mí me funcione
porque si a mí me funciona yo adelanto mi generación, entonces yo tengo que detectar
primero en mí.
No quedarme con la tradición.
Por eso es que este evangelio, tiene la enseñanza basada en:
¿Qué ropa se puede usar y qué ropa no se puede usar, qué largo de pollera, que ajustado
el pantalón, que corta la remera, que larga la remera, hasta donde es el escote, tatuaje
si, tatuaje no, aritos si, aritos no?
El punto es cuando aprendemos a desarrollar el testimonio. Cuando empezamos a ejercer
en nuestra vida el testimonio del Señor.
Cuando me cambio una ropa sin que alguien me lo predique. Cuando me pongo algo y
digo no me lo voy a poner para ir a la reunión como que no da no, tengo el testimonio de
que no, por amor al otro, por el débil, pero no necesito que alguien me esté predicando.
Cuántas prédicas se basaron en santidad, en como el Señor le agrada entonces nunca
se desarrolla en nuestra vida el testimonio. Esperamos que nos digan que sí y que no.
Pablo dijo todo me es lícito, pero esto no conviene y ese es el testimonio.
Cuándo vamos a hacer que el evangelio en nosotros crezca a tener el testimonio, a no
necesitar que alguien nos diga que sí que no, aprovechemos un culto para que una
verdad eterna y presente se nos manifieste, se nos revele y no nos pasemos hablando
de qué cosas sí se pueden hacer qué cosas no se pueden hacer.
Recuperar el testimonio de eso se trata un Evangelio vivo.
Por eso es que estas enseñanzas acerca de que sí y que no, que está bien y que está
mal, despiertan la imaginación, las fábulas los mitos porque no hay una búsqueda
genuina de Dios
Porque cuando no tengo el testimonio correcto, haga lo que haga la imaginación la fábula
y los mitos mi corazón van creciendo de manera descomunal.
Un Evangelio Falso dice
➢ Dios quiere que yo sea una buena persona porque es de la única manera que
voy a ir al cielo, si no me espera el infierno
Un evangelio que predica sobre el cielo y el infierno.
➢ Hay que ganarse el cielo
Soy bondadosa y doy porque tengo que ser buena persona, usted tiene que dar porque
si da usted tiene la salvación asegurada.
Pero ese evangelio no crece, ese evangelio te mantiene estático viviendo con el temor
de que termináramos en el infierno.
➢ Solo nos predica de la condenación
Lo que hiciste está mal, lo que hiciste es pecado y todos los pensamientos hay un
momento en que tenemos que aprender a discernir, despojándonos, desechando, cuánto
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tiempo podemos vivir con un evangelio de esta característica donde lo único que se nos
hable sea del infierno, o sea del cielo.
Por eso es que este Evangelio vivo nos habla acerca de una vida espiritual.
Vamos a hablar de la vida eterna que es hoy. La vida eterna y la vida espiritual no se
trata de cuánto estamos ganando para ir al cielo, no se trata de las buenas obras las
cuales son buenas, sí, pero no es todo.
Un verdadero evangelio demanda frutos, espera frutos, no solo buenas obras.
Necesitamos desarrollar el discernimiento para comprender que si hasta aquí la única
manera en la que yo concebí mi vida, era para irme al cielo, ese evangelio tiene que
emigrar.
Fue una estación y si aprendimos de Cristo tenemos que crecer, viviendo para dar el fruto
que el Señor espera.
Señor queremos experimentar la vida eterna, esta vida que es gloriosa que es la
determinaste para cada una de nosotras, se trata de vivir conforme lo que el Señor le
agrada que cuando el Señor busque un fruto lo encuentre.
Hubo un momento en que el Señor fue a buscar el fruto y no lo encontró, sino que solo
había frutos silvestres, no hay peor cosa que trabajar y vivir y que cuando el Señor venga
a buscar el fruto, no lo encuentre.
Y cree que gano el cielo porque vive bien, no miente, no roba, se porta bien, es una buena
persona, así que el cielo lo tiene garantizado, hay algo mucho más que eso y es dar el
fruto que el Señor está esperando y demandando de cada una de nosotras.