PPL Chile

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Estados de principios del siglo XIX:

Chile

Alumnas
 Ortiz Ariadna
 Bogado Sharon Tatiana
 Acosta Pagano Catalina
 Bermudez Yesica
Curso: 5° 4°
Turno: Tarde
Año: 2024
Profesor: Diego Zacarias
“Colegio Nacional”
Proceso de independencia.
El proceso de independencia de Chile fue un periodo de lucha y conflictos que estuvo
marcado por una serie de antecedentes que condujeron a la ruptura con el dominio
colonial español. Estos mismos abarcaron aspectos políticos, económicos y sociales
que crearon un clima propicio para el movimiento independentista. Algunos de los
antecedentes más relevantes incluyen:

Influencia de la Ilustración: Durante el siglo XVIII, las ideas ilustradas europeas


comenzaron a llegar a América Latina, incluyendo Chile. Estas ideas promovían la
libertad, la igualdad y la soberanía del pueblo, lo cual influyó en el despertar de un
espíritu independentista.

Crisis del sistema colonial: La administración española impuso restricciones


económicas y comerciales que limitaron el desarrollo y la prosperidad de las colonias.
Además, se generó un malestar debido a los altos impuestos y la falta de participación
en las decisiones políticas.

Reformas borbónicas: Las reformas implementadas por la monarquía borbónica en el


siglo XVIII generaron descontento entre los criollos (descendientes de españoles
nacidos en América), quienes veían limitadas sus oportunidades políticas y
económicas.

Invasión napoleónica a España: La invasión de España por parte de las tropas


napoleónicas en 1808 desencadenó una crisis política en el imperio español. Esta
situación debilitó el control directo de la corona sobre las colonias americanas, lo que
generó un vacío de poder que fue aprovechado por líderes independentistas.

Creación de juntas locales: Ante la ausencia de autoridades legítimas provenientes de


España, se formaron juntas locales en diversas ciudades chilenas, asumiendo el
gobierno en nombre del rey cautivo Fernando VII.

Estos antecedentes sentaron las bases para el posterior estallido del proceso
independentista en Chile, que culminó con la proclamación de la independencia el 18
de septiembre de 1810.

Batalla de Chacabuco (1817)

Esta batalla, librada el 12 de febrero de 1817, fue una victoria clave para los patriotas
chilenos, liderados por O'Higgins y San Martín, ante las fuerzas realistas. La Batalla de
Chacabuco abrió el camino para la liberación de Santiago y la proclamación de la
independencia de Chile.
La campaña de Chile (1817) y la Batalla de Maipú (1818)

Durante el proceso de independencia, se desarrollaron diversas campañas militares


que permitieron la liberación de distintas ciudades chilenas, como Valdivia,
Concepción y Santiago, de las fuerzas realistas.

En enero de 1817, San Martín había diseñado un plan conocido como la guerra de
zapa, a que consistía en infiltrar espías en Chile para difundir falsos datos que
desconcertaran a las autoridades españolas. Esto desató la primera batalla, en
Chacabuco. Esta victoria permitió a los patriotas apoderarse de la capital, Santiago de
Chile. Un cabildo abierto le ofreció el poder a San Martín, quien no aceptó. Bernardo
O’Higgins fue nombrado entonces director supremo. En el primer aniversario de la
victoria de Chacabuco su gobierno proclamo la independencia chilena.

Sin embargo, los españoles seguían controlando el sur de Chile, donde contaban con
la colaboración de los araucanos. El virrey del Perú les envío por mar una expedición
de refuerzo, que avanzó hacia la capital. Los patriotas sufrieron la derrota de Chancha
Rayada, pero semanas después, el 5 de abril de 1818 vencieron las fuerzas invasoras
en Maipú, esta batalla fue uno de los enfrentamientos más importantes de la guerra de
independencia de Chile, ya que las tropas chilenas, lideradas por Bernardo O’Higgins
y José de San Martín, lograron derrotar a las fuerzas realistas. Los españoles
mantuvieron su resistencia en el Sur hasta 1820. El último foco realista se mantuvo en
la isla de Chiloé hasta su rendición en 1826.

Toma de Valdivia (1820)

La toma de Valdivia, una ciudad estratégica en el sur de Chile, fue un importante logro
de las fuerzas independentistas. Esta operación militar, junto con la liberación de otras
ciudades en el sur, contribuyó a la consolidación de la independencia en la región.

Tratado de Lircay (1814)

El Tratado de Lircay fue un acuerdo de paz firmado en 1814 entre representantes de


las fuerzas patriotas y realistas, que buscaba poner fin temporalmente a la guerra en
Chile. Sin embargo, el acuerdo fue roto poco tiempo después y la lucha por la
independencia continuó.

Tratado de Tapihue (1825)


Este tratado de paz firmado en 1825 entre las fuerzas patriotas y realistas estableció
la rendición de las tropas realistas en Chile, poniendo fin a la presencia española en el
país y consolidando la independencia de Chile.

Personajes clave en la independencia de Chile

Entre los personajes más destacados en el proceso de independencia de Chile se


encuentran Bernardo O’Higgins, prócer y líder militar que se convirtió en el primer jefe
de Estado del país, y José de San Martín, militar argentino que colaboró en la
liberación de Chile y Perú.

Bernardo O’Higgins: Conocido como el "Padre de la Patria" en Chile, Bernardo


O'Higgins fue un líder militar y político fundamental en la lucha por la independencia.
Hijo de un irlandés y una criolla, O'Higgins demostró gran valentía y liderazgo en la
Batalla de Chacabuco (1817) y la Batalla de Maipú (1818), contribuyendo de manera
significativa a la causa independentista.

José de San Martín: Militar argentino y prócer de la independencia sudamericana,


José de San Martín desempeñó un papel crucial en la liberación de Chile y Perú. San
Martín lideró el cruce de los Andes en 1817 y colaboró estrechamente con O'Higgins
en diversas batallas, incluyendo la Batalla de Maipú.

Manuel Rodríguez: Conocido como el "Héroe de la Independencia", Manuel Rodríguez


fue un abogado y militar chileno que desempeñó un papel importante en la
organización de la resistencia contra las fuerzas realistas. Rodríguez fue un estratega
crucial en la guerra de guerrillas y contribuyó significativamente a la causa
independentista.

Declaración de independencia de Chile (1818)

El 12 de febrero de 1818, se proclamó formalmente la independencia de Chile en la


ciudad de Talca, mediante la firma del acta de independencia por parte de las
autoridades civiles y militares del país.

Organización como Estado Independiente.

El elemento del mundo colonial que permaneció presente en Chile tras su


independencia fue la influencia social y también política de la Iglesia Católica, la cual
permaneció desde 1540 hasta la expedición de la Constitución Política de la República
de Chile en 1925, en donde se dictaminó la separación Iglesia-Estado.
Chile primero intenta adoptar una forma de gobierno federalista, pero como este no se
pudo mantener ya que no tenían una base económica estable para poder mantenerlo
adoptaron una forma de gobierno conservador. Primero se forma un congreso
constituyente que se encarga de la redacción de una nueva Constitución para
organizar la República, la cual se aprueba en 1828. Luego aparece el congreso
bicameral con senadores y diputados con poderes igualados, este funciona por tres
periodos legislativos entre los años 1828-1834.

La constitución de este periodo establecía que la soberanía residía en la nación y que


la libertad, la propiedad, el derecho de petición y la facultad de publicar sus opiniones
eran derechos imprescindibles de las libertades ciudadanas.

El periodo de anarquía de chile fue el periodo que sucede entre la abdicacion de


Bernardo O'Higgins (1823) y el triunfo conservador en la batalla de Lircay (1830), se le
dice así debido a la sucesión de gobiernos, constituciones y movimientos militares que
sucedieron durante este tiempo.

Tras la renuncia de O'Higgins en 1823, el general Ramón Freire Serrano asumió como
director Supremo. Él estaba más preocupado en realizar la campaña de Chiloé , la
última milicia en manos de los españoles, dejo la redacción de una nueva Constitución
en manos del congreso, que era liderado por Juan Egaña, el cual dio forma a la
Constitución Moralista de 1823,la cual, desde el principio, tuvo grandes dificultades
para ser puesta en práctica debido a las demandas por partes de las provincias de una
mayor participación política mediante la implementación de un sistema de gobierno
federalista. La idea ganó terreno en el congreso, que aprobó una serie de "leyes
federales" propuestas por José Miguel Infante y de inmediato se comenzó la discusión
de una constitución federal a mediados de 1826.

Ramón Freire, quien estaba descontento con las iniciativas del congreso, presentó su
renuncia. El general Manuel Blanco Encalada, el cual asumió el mando como su
sucesor, fue el primero el gobernar el país con el título de Presidente de la República.
Sin embargo, las dificultades para implementar el federalismo debido a la
inexperiencia de las provincias y sus escasos recursos, dificultaron la marcha del
gobierno, lo que generó que Blanco Encalada renunciara ese mismo año y también
generó el abandono del sistema federalista. Como sucesor, asumió el vicepresidente
Agustín Eyzaguirre hasta enero de 1827. Además de tener que lidiar con la delicada
situación financiera y política, también tuvo que lidiar con el bandolerismo que asolaba
al Sur de Chile.
En este tiempo, por poco tiempo, Ramón Freire volvió a gobernar, pero debido a la
hostilidad del congreso debió renunciar. Como su reemplazo asumió el general liberal
Francisco Antonio Pinto, el cual llamó a elecciones para formar un nuevo congreso
constituyente, en donde los liberales, cuando alcanzaron la mayoría, promulgaron la
Constitución liberal de 1828, la cual establecía que la soberanía residía en la nación y
que la libertad, la propiedad, el derecho de petición y la facultad de publicar sus
opiniones en derechos imprescindibles de las libertades ciudadanas. En este tiempo
surge la oposición política, conformada por conservadores, O'higinistas y estanqueros,
que se unen en su contra y comienza una disputa política, que alcanzó su punto
máximo en las elecciones presidenciales de 1829, ya que la oposición se negó a
aceptar el resultado diciendo que esté era una trampa del gobierno, lo cual
desencadenó la guerra civil de 1829 y 1830.

El resultado de la guerra civil fue favorable para los conservadores liderados por el
general José Joaquín Prieto, quien asumió la presidencia de la República en 1831. En
su gobierno se promulgó la constitución de 1833, que sentó las bases de un régimen
autoritario, que logro traer estabilidad al sistema político chileno.

La Convocatoria del Congreso de Panamá, también conocido como el Congreso


Anfictiónico de Panamá, tuvo lugar en 1826 y fue una iniciativa liderada por el
Libertador Simón Bolívar con el objetivo de promover la unidad y cooperación entre los
países latinoamericanos. En cuanto a la postura adoptada por Chile frente a esta
convocatoria, es importante destacar que el país se encontraba en un contexto político
complejo, marcado por tensiones internas y disputas entre facciones políticas.

Chile, en ese momento, estaba bajo la presidencia de Manuel Blanco Encalada, quien
había sucedido a Ramón Freire tras una serie de conflictos políticos. La postura
chilena frente al Congreso de Panamá estuvo condicionada por varios factores. Por un
lado, existía cierta desconfianza hacia las intenciones de Simón Bolívar y sus
propuestas de unión latinoamericana, especialmente considerando las diferencias
ideológicas y políticas que existían entre las diferentes naciones.

Además, en el ámbito interno, Chile se encontraba inmerso en conflictos políticos y


militares que requerían atención prioritaria. La situación política interna dificultaba la
adopción de una postura unificada frente a la convocatoria del Congreso de Panamá.
Las facciones políticas en Chile tenían intereses divergentes y no lograron consensuar
una postura clara y unificada frente a la iniciativa de Bolívar.

En este contexto, Chile optó por no enviar representantes al Congreso de Panamá, lo


que reflejó su postura cautelosa y reservada respecto a las propuestas de integración
regional promovidas por Bolívar. Esta decisión también estuvo influenciada por la
prioridad que el gobierno chileno otorgaba a resolver los conflictos internos y
consolidar su estabilidad política.

Cuestiones Políticas hasta mediados del siglo XIX.

Hasta mediados del siglo XIX, la República de Chile experimentó una serie de
cuestiones políticas que influyeron en su desarrollo como nación independiente. Tras
su proceso de independencia de España en 1818, Chile se enfrentó a desafíos
internos y externos que marcaron su evolución política.

En el ámbito interno, uno de los principales desafíos fue la consolidación del poder y la
estabilidad política. Durante este período, se sucedieron diversos gobiernos y se
establecieron diferentes constituciones, lo que reflejaba la búsqueda de un sistema
político que pudiera garantizar la estabilidad y el orden en el país. Además, hubo
tensiones entre facciones políticas y regiones que influyeron en la configuración del
gobierno y la toma de decisiones.

En el ámbito externo, Chile enfrentó conflictos con otras naciones sudamericanas,


especialmente con Perú y Bolivia, relacionados con disputas territoriales y diferencias
ideológicas. Estos conflictos contribuyeron a moldear las relaciones exteriores de Chile
y a definir su posición en el contexto regional.

Además, se gestaron proyectos políticos y económicos destinados a modernizar el


país y consolidar su identidad como una república independiente. Se promovió el
desarrollo industrial, agrícola y educativo, así como la expansión territorial hacia el sur.
Estos proyectos buscaban fortalecer la posición de Chile como una potencia regional y
fomentar su crecimiento económico y social.

En resumen, hasta mediados del siglo XIX, la República de Chile enfrentó desafíos
políticos relacionados con la consolidación del poder interno, los conflictos externos
con otras naciones sudamericanas y la búsqueda de establecerse como una nación
independiente y próspera. Estas cuestiones políticas contribuyeron a moldear la
identidad política y las relaciones exteriores de Chile en ese período histórico.

En cuanto a la visión sobre la unidad americana que era a mediados del siglo XIX,
Chile estuvo influenciada por diversos factores políticos, económicos e ideológicos que
marcaron el contexto de la época. La idea de unidad americana se refería a la
aspiración de integración y cooperación entre las naciones independientes de América
Latina, con el objetivo de fortalecer su posición frente a potencias extranjeras y
promover el desarrollo regional.

En el ámbito político, hubo figuras prominentes en Chile que abogaban por la unidad
americana como un medio para consolidar la independencia y la soberanía de los
países latinoamericanos. Estas visiones estaban influenciadas por el espíritu de
emancipación y por la voluntad de establecer alianzas estratégicas entre naciones
hermanas para garantizar su autonomía frente a potencias coloniales o imperialistas.

En lo económico, la visión de unidad americana también se relacionaba con la


búsqueda de mercados comunes y la promoción del comercio interregional. Se
consideraba que la integración económica entre los países latinoamericanos podría
generar beneficios mutuos y fortalecer sus economías frente a influencias externas.

Desde un punto de vista ideológico, las visiones sobre la unidad americana estaban
impregnadas de ideas emancipadoras y antiimperialistas, que buscaban contrarrestar
la influencia de potencias extranjeras en la región. Se promovía la solidaridad entre los
países americanos como un medio para preservar su autonomía y fomentar un sentido
de identidad compartida.

Sin embargo, estas visiones no estuvieron exentas de desafíos y tensiones, ya que las
diferencias políticas, económicas y territoriales entre las naciones latinoamericanas a
menudo dificultaban la materialización concreta de la unidad americana. Además,
conflictos internos y disputas regionales también incidieron en las percepciones sobre
la viabilidad de esta unidad.

Hasta mediados del siglo XIX, las visiones sobre la unidad americana en Chile
estuvieron marcadas por ideales de independencia, cooperación regional y resistencia
a influencias externas. Aunque estas visiones enfrentaron obstáculos prácticos y
diferencias entre las naciones latinoamericanas, constituyeron un elemento importante
en la configuración de las relaciones internacionales y la identidad política de Chile en
ese período histórico.

En términos de problemas con otros países, Chile enfrentó una serie de problemas
con otros países que influyeron en su desarrollo y en sus relaciones exteriores. Estos
problemas estuvieron relacionados con conflictos territoriales, disputas comerciales y
diferencias ideológicas, entre otros aspectos.

Uno de los conflictos más destacados fue la disputa con Perú y Bolivia por el control
de territorios en la región de la actual Bolivia y el norte de Chile. Estas tensiones
territoriales desembocaron en conflictos armados, como la Guerra contra la
Confederación Perú-boliviana (1836-1839) y la Guerra contra Bolivia y Perú (1879-
1884), conocida como la Guerra del Pacífico.

Además, Chile mantuvo tensiones con potencias extranjeras, como España y el Reino
Unido, debido a disputas comerciales y a incidentes diplomáticos que pusieron a
prueba las relaciones bilaterales.

En el ámbito regional, las rivalidades políticas e ideológicas con otros países


sudamericanos, así como las luchas por el liderazgo en el contexto latinoamericano,
también generaron tensiones y desafíos para Chile.

Estos problemas con otros países influyeron en la política exterior chilena y en su


percepción de seguridad nacional. Además, contribuyeron a moldear la identidad
política y las estrategias diplomáticas de Chile en ese período histórico.

En resumen, hasta mediados del siglo XIX, Chile enfrentó problemas con otros países
relacionados con conflictos territoriales, disputas comerciales y rivalidades políticas e
ideológicas. Estos problemas incidieron en sus relaciones exteriores y en su posición
en el contexto regional, marcando un período de tensiones y desafíos para la joven
república chilena.

En cuanto a los proyectos de nación, la República de Chile experimentó diversos


proyectos de nación que reflejaban las aspiraciones políticas, sociales y económicas
de sus líderes y ciudadanos. Estos proyectos estaban orientados hacia la
consolidación del Estado, el fortalecimiento de la identidad nacional y el desarrollo del
país en diferentes ámbitos.

Uno de los proyectos fundamentales fue la construcción de un Estado nacional sólido


y centralizado, que implicaba la unificación del territorio, la creación de instituciones
estatales eficaces y la promoción de un sentimiento de pertenencia a una sola nación
chilena. Este proyecto buscaba superar las divisiones internas y establecer un orden
político que garantizara la estabilidad y el progreso del país.

En el ámbito económico, se promovieron proyectos de modernización y desarrollo,


especialmente en torno a la minería, la agricultura y el comercio. La búsqueda de
fuentes de riqueza y el impulso a la actividad productiva fueron aspectos centrales en
los proyectos de nación de la época, con el objetivo de fortalecer la economía nacional
y mejorar las condiciones de vida de la población.
En el plano social, se gestaron iniciativas para fomentar la educación, la cultura y el
bienestar colectivo. La creación de sistemas educativos, la promoción de valores
cívicos y el impulso a actividades culturales contribuyeron a la formación de una
identidad nacional chilena y al fortalecimiento del tejido social.

Además, se llevaron a cabo esfuerzos para consolidar un sistema político


representativo y participativo, que incluyera a diversos sectores de la sociedad en la
toma de decisiones y en la construcción del proyecto nacional.

Estos proyectos de nación reflejaban las aspiraciones de construir una república


sólida, próspera e inclusiva, que se enfrentaba a desafíos internos y externos en su
afán por consolidar su identidad como nación independiente.

Los proyectos de nación en la República de Chile estuvieron orientados hacia la


consolidación del Estado, el desarrollo económico, la cohesión social y la participación
política. Estos proyectos reflejaban las aspiraciones de construir una nación fuerte e
independiente en un contexto marcado por transformaciones políticas y sociales.

Hasta mediados del siglo XIX, la República de Chile enfrentó desafíos políticos
significativos, marcados por visiones sobre la unidad americana, problemas con otros
países y proyectos de nación. Las tensiones territoriales y disputas comerciales
influyeron en su política exterior, mientras que los proyectos de nación buscaron
consolidar un Estado fuerte y promover el desarrollo económico y social. En este
contexto, las visiones sobre la unidad americana se entrelazaron con los desafíos
políticos, reflejando la búsqueda de identidad nacional y el posicionamiento de Chile
en un escenario regional e internacional complejo.

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