Terigi, Conceptos y Concepciones
Terigi, Conceptos y Concepciones
Terigi, Conceptos y Concepciones
ABSTRACT
El campo del curriculum escolar ha ido ganando espacio en la literatura especializada a partir de las
conceptualizaciones de la década del ‘60. Por entonces, el término curriculum, cuya utilización había estado
restringida a ciertos ámbitos académicos –en particular, a la producción estadounidense– comenzó a invadir la
literatura pedagógica. La tendencia a ocuparse de él se ha acentuado en la discusión político-educativa de los
últimos años, dada la centralidad de los dispositivos curriculares en las políticas de reforma que se llevan a
cabo en diversos países, incluido el nuestro (Terigi, 1997a).
En consecuencia, cualquier aproximación a la producción acerca del curriculum escolar permite
formular una doble constatación: 1) que el campo presenta una enorme cantidad de producciones, y 2) que
éstas agregan, al impacto de su número, la complejidad resultante de cubrir una gama variadísima de
cuestiones.
Un primer rasgo de la situación del campo del curriculum en los últimos años es la multiplicación de
libros, artículos sobre el tema en publicaciones periódicas sobre educación, revistas especializadas, reuniones
académicas, proyectos de investigación, etc., relacionados con el curriculum o con algún aspecto específico
de éste.
1
Este apartado es una versión, ajustada a los cambios producidos en el tiempo transcurrido desde entonces, del capítulo
“¿Teoría del curriculum? Póngame un ejemplo”, del trabajo Diseño, desarrollo y evaluación del curriculum, elaborado
en 1993 como material de enseñanza destinado a la capacitación docente para el Programa de Transformación de la
Formación Docente (PTFD) de la Dirección Nacional de Gestión de Programas y Proyectos del Ministerio de Cultura y
Educación de la Noción.
• El eje Estados Unidos/Gran Bretaña: varios autores (por ejemplo, Díaz Barriga, 1992b) han
señalado a los Estados Unidos como el ámbito de surgimiento de la problemática curricular, 2
mientras que Gran Bretaña ha sido el ámbito de constitución de la llamada “nueva sociología de
la educación”, de fuerte impacto en la discusión curricular (Young, 1989), y ha hecho en las
últimas décadas aportes fundamentales para los estudios sociohistóricos de la constitución de las
materias escolares (por ejemplo, Goodson, 1987). Los especialistas en curriculum de ambos países
han conformado un eje dentro del campo, en especial a través de sus contribuciones a las dos
principales publicaciones sobre cuestiones curriculares de la última década: la Curriculum Inquiry,
estadounidense, y el Journal of Curriculum Studies, publicado en el Reino Unido.3
• El eje España/países de América latina: España ha producido en la década del ‘80 un cambio
cualitativo en el tratamiento de la problemática pedagógica en el circuito de habla hispana, merced
tanto a la explosión editorial del período como al rol protagónico de su Ministerio de Educación y
Ciencia en el impulso de investigaciones e innovaciones en el campo del curriculum;4 entre la
producción latinoamericana, interesa citar la mexicana 5 y la brasileña.6 La aparición reciente de la
Revista de Estudios del Curriculum, como primera publicación especializada de habla hispana,
marca la relativa consolidación de este eje.
• El caso australiano: Australia se ha incorporado en los últimos tiempos al circuito académico de
discusión curricular, con publicaciones muy innovadoras desde el punto de vista conceptual, de
referencia obligado –y efectivamente referidas– en cualquier trabajo actualizado sobre la
temática.7
Al presentar los ejes, hemos mencionado sólo algunas de las publicaciones periódicas que se ocupan
del curriculum. La producción sobre el tema debe rastrearse en infinidad de publicaciones pedagógicas, tanto
especializadas en la temática como más generales. Su variedad se hace más compleja, además, si incluimos el
trabajo curricular sobre las diferentes áreas de la enseñanza, 8 inclusión que no intentaremos aquí.
Respecto de la producción curricular en la Argentina, se trata de una temática presente desde hace tiempo en
los ámbitos académicos y que ha sido objeto de la investigación (por ejemplo, en la serie “Curriculum
presente, ciencia ausente”, que comenzó en Frigerio [comp.], 1991) y de formulación de principios de
actuación (por ejemplo, Poggi [comp.], 1998). Faltan, no obstante, algunos signos distintivos de
2
Véase en este mismo capítulo el subapartado “La construcción del campo del curriculum”.
3
Si bien unificamos los centros anglosajones en un eje, esto no significa que su producción sea homogénea. Hace casi
veinte años, Philip Jackson señalaba una serie de diferenciaciones internas del eje (al que tampoco identificaba como “un
eje”, sino como “el campo”) (Jackson, 1980), y desde entonces no parece que se haya homogeneizado.
4
La producción debe rastrearse en este caso en una gran cantidad de libros. Entre las revistas, la más importante durante
cierto tiempo ha sido la Revista de Educación. El hecho de que sea publicada por el Ministerio de Educación y Ciencia
de España muestra el rol preponderante que ha desempeñado ese organismo en el impulso del debate pedagógico.
5
También en este caso la producción debe rastrearse en una gran cantidad de libros; sin embargo, el caso mexicano parece
caracterizarse por la multiplicación de publicaciones periódicas relacionadas con la temática educativa. Sobre todo,
interesa destacar que cada universidad tiene su publicación pedagógica, que la producción es constante y que se ha volcado
de manera notoria al análisis de procesos de cambio curricular dentro de las instituciones educativas, en especial de las
de nivel superior.
6
En Brasil se han acumulado trabajos importantes en el terreno de los estudios culturales sobre el curriculum (véanse,
por ejemplo, Da Silvay Azevedo, 1995; Moreira [org.], 1992). En la reunión anual de la ANPED (Associação Nacional
de Pós-Graduação e Pesquisa em Educação) existe un grupo de trabajo sobre currículo y los principales especialistas de
este país no soslayan el debate curricular.
7
Como un indicador de la constitución reciente del campo curricular en Australia, podemos citar la revista Curriculum
and Teaching, que va por su séptimo volumen; y la muy reciente Curriculum Perspectives, publicada por la Universidad
Deakin. Con vistas al futuro, interesa retener a esta universidad, que está realizando una importante incursión en el campo
curricular –evidente en la ahora frecuente inclusión de artículos de sus académicos en las ya citadas Curriculum Inquiry
y Journal of Curriculum Studies– y sostiene intercambios que permiten un enriquecimiento de sus de por sí valiosas
producciones locales.
8
Sirva de ejemplo recordar que un concepto muy potente para pensar las cuestiones curriculares, como el de transposición
didáctica, se origina en la didáctica de la Matemática francesa (Chevallard, 1985; Arsac, 1992).
Como hemos dicho, a la cantidad de producciones relacionadas con la temática curricular se agrega la
diversidad de cuestiones que éstas cubren. Un rastreo puntual de las publicaciones llama inmediatamente la
atención sobre la incorporación de temáticas cada vez más variadas a la esfera de los “trabajos sobre
curriculum”.
Es útil recordar que el manual sobre investigación en el campo del curriculum editado por Jackson (Jackson,
1992) al que nos referimos en la introducción abría en su momento una diversidad de temáticas que abarcaban
las perspectivas conceptuales y metodológicas de la investigación en el campo, el estado de la discusión sobre
la conformación del curriculum, artículos acerca del poder productivo del curriculum y estudios puntuales
sobre disciplinas escolares.
También es útil recordar que, hace unos años, la Revista de Educación española publicó números consecutivos
dedicados a la historia del curriculum (295 y 296). Un repaso de los títulos de los artículos incluidos en
aquellos volúmenes puede mostrar la diversidad temática. Junto a los temas previsibles (como la construcción
social del curriculum, la historia de las disciplinas escolares o el curriculum oculto en los textos), encontramos
trabajos sobre la sociología del deporte, los almanaques y calendarios en la historia de la educación popular
o la universidad orientada hacia la investigación, cuya inclusión es una compilación sobre historia del
curriculum requiere como mínimo algo de análisis y justificación.
La multiplicación y diversificación de las temáticas que, hoy por hoy, caen bajo la sombra del concepto
“curriculum”, hacen que éste resulte, por excesivo, insuficiente. Es tanto lo que abarca, que lo abarca todo, o
casi todo; esto equivale a decir que ha perdido capacidad discriminativa. A la vez, cuando se intenta restituir
al concepto esta capacidad, se suele caer en definiciones de alcance muy limitado. Hace ya tiempo se ha
señalado:
El término curriculum plantea algunos problemas relacionados con su definición. Las acepciones que se
le han dado son diversas y al parecer oscilan entre extremos de interpretación: en efecto, el análisis de
las aportaciones hechas a esta área de estudio –la disciplina curricular–, permite afirmar que existen
definiciones tan generales, que por lo mismo son vagas y difícilmente aprehensibles. Como contraparte,
hay otras definiciones que por su extrema particularidad resultan restringidas y poco funcionales.
Con fines de ordenamiento, y en coincidencia con varios análisis disponibles, podemos decir que las
conceptualizaciones acerca del curriculum cubren un arco definido en términos de una polarización:
curriculum como texto vs. curriculum como todo lo educativo (los 2 polos).
9
Según nos ha informado Graciela Frigerio, la maestría de la Universidad Nacional de Entre Ríos tuvo en su primera
cohorte la orientación Teoría y Curriculum.
10
Un trabajo de Silvina Feeney presenta información sistematizada sobre el desarrollo del campo en nuestro país
(Feeney, 1996).
“Es una selección de contenidos y objetivos, jerarquizados y graduados. Remiten a un marco teórico que
fundamenta dicha selección.”
“Es un conjunto de contenidos temáticos, propósitos, recomendaciones metodológicas, pautas para la
actuación docente, etc., estructurados por el sistema educativo nacional, adoptados y adaptados por cada
provincia.”
“Es una guía que contiene expectativas de logro, acciones, estrategias, procedimientos y fundamentaciones
para un determinado período o etapa de una institución educativa.”
“Es un texto que contiene los diferentes aspectos que orientan el proceso de enseñanza-aprendizaje en los
distintos niveles del sistema educativo de acuerdo a la política educativa vigente. Es decir, fines, enfoques
filosóficos, psicológicos, pedagógicos, contenidos, propuestas metodológicas y formas de evaluación.”
Desde luego, también se registran producciones en este sentido restringido del que hablan García y
Mercado, entre la literatura difundida sobre el tema. Veamos un ejemplo:
[...] grupo de materias o áreas que constituyen un plan de estudios, es decir, una serie de unidades de
contenidos.
En el segundo caso, las primeras distinciones entre definición preactiva y realización interactiva del
curriculum, producidas en 1968 por vía del concepto de curriculum oculto (Jackson, 1991, p. 73), abrieron
paso a un “estiramiento” del concepto de curriculum, que en muchos casos –y estamos hablando de
producciones muy recientes– acabó por homologarse con lo educativo, mediante sus equivalencias con las
ideas de “práctica escolar efectiva”, “aprendizaje real de los alumnos”, etc. Éste es el uso “vago” del concepto
que, a fuerza de abarcar tanto, termina por perder capacidad discriminativa. Veamos algunas de estas
concepciones en la literatura:
Hablar del curriculum constituye otra manera de hablar de las prácticas educativas de determinadas
instituciones. Esto significa que hemos de buscar el curriculum, no en la estantería del profesor, sino en
las acciones de las personas inmersas en la educación.
[Curriculum es] [...] el esfuerzo total de la escuela para lograr los resultados deseados en las situaciones
escolares y extraescolares.
11
Las siguientes expresiones corresponden a docentes de diversos niveles del sistema educativo. Han sido formuladas
durante las jornadas que requirieron el dictado de la materia Curriculum de la licenciatura en Ciencias de la Educación
de la Universidad Nacional de Villa Moría (Córdoba) durante octubre de 1997,y el dictado del módulo Planeamiento y
desarrollo del curriculum, del posgrado organizado por la Escuela Normal Víctor Mercante y el Centro Universitario
Antonio Sobral de la misma localidad, durante 1998.
Los modos de entender el curriculum que hemos discutido aquí son sólo dos entre los
muchos que pueden incluirse en el amplio arco cuyos extremos representan. Entre esos polos, es
posible ubicar las numerosas y heterogéneas conceptualizaciones que circulan. Algunas integran
el carácter textual-prescriptivo del curriculum con las transformaciones que resultan de su
existencia como objeto social. Entre estas integraciones, nos interesa citar la de Stenhouse, cuyo
peso en las teorizaciones curriculares destacaremos en el apartado referido a los sentidos
históricamente construidos para el curriculum:
Un curriculum es una tentativa para comunicar los principios y rasgos esenciales de un propósito
educativo, de forma tal que permanezca abierto a discusión crítica y pueda ser trasladado efectivamente
a la practica.
Stenhouse, 1991, p. 29